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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

UNIVERSIDAD DEL ZULIA.


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS.
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS.
PROGRAMA LATINOAMERICANO EN CIENCIAS PENALES
Y CRIMINOLÓGICAS.
NIVEL: MAESTRÍA.

INCIDENCIA DE LA DISFUNCIÓN FAMILIAR ASOCIADA


A LA DELINCUENCIA JUVENIL.
(ESTUDIO DE CASOS: INSTITUTO NACIONAL DEL MENOR.
ESTADO MÉRIDA. AÑOS 2000 – 2003)

AUTORA: CRIM. ALIED COROMOTO OVALLES RINCÓN.


TUTOR: DR. JOSE FRANCISCO MARTINEZ RINCONES.

MARACAIBO, SEPTIEMBRE DE 2004.


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
UNIVERSIDAD DEL ZULIA.
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS.
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS.
PROGRAMA LATINOAMERICANO EN CIENCIAS PENALES
Y CRIMINOLÓGICAS.
NIVEL: MAESTRÍA.

INCIDENCIA DE LA DISFUNCIÓN FAMILIAR ASOCIADA


A LA DELINCUENCIA JUVENIL.
(ESTUDIO DE CASOS: INSTITUTO NACIONAL DEL MENOR.
ESTADO MÉRIDA. AÑOS 2000 – 2003)

AUTORA: Crim. Alied Coromoto Ovalles Rincón.


Cédula de Identidad Nº: 11.960.587.
Dirección: Urbanización Campo de Oro. Bloque 13.
Apartamento 03-03. Santa Juana. Estado Mérida.
Teléfono: 0274-2636363. Celular: 0414-3744732.
Correo Electrónico: aovalles@ula.ve

TUTOR: Dr. José Francisco Martínez Rincones.


AGRADECIMIENTO.

Al Doctor José Francisco Martínez Rincones, quien aceptara gustosamente la tutoría de


esta investigación, quien a través de las asesorías, impartió sus conocimientos con
sabiduría y paciencia en la materia de Delincuencia Juvenil.

Al personal docente y alumnos de la IV-V y VI promoción del quinto año de la Escuela


de Criminología, de la Universidad de Los Andes, quienes cedieron espacio de sus
actividades favoreciendo el cumplimiento de las mías en el Zulia.

Al personal administrativo y docente del Instituto de Criminología “Lolita Aniyar de


Castro” de la Universidad del Zulia, quienes brindaron material de apoyo y los
conocimientos necesarios para culminar la meta propuesta.

Al personal directivo y las trabajadoras sociales del Instituto Nacional del Menor, del
Estado Mérida, quienes facilitaron el material necesario y sus conocimientos para el
desarrollo de la presente investigación.

A todos aquellos adolescentes que formaron parte de nuestra muestra de estudio, y que
he obtenido una gran enseñanza y respeto hacia la situación familiar y personal que
cada uno de ellos lleva consigo.

A las Criminólogas, María Carolina Dugarte, Marisay Mora y Maria Rafaela Altamiranda,
quienes con agrado, discusiones y trabajo practico, colaboraron en la realización de la
investigación.

A todas aquellas personas que de una u otra forma contribuyeron a dirigir el logro de las
metas propuestas.

A todos ellos, va dirigido este esfuerzo.


INDICE GENERAL.

Página

Resumen.
Abstract.
Índice General.
Índice de Tablas.
Introducción. 12
Capítulo I: El Problema. 17
1.1 Planteamiento del Problema. 17
1.2 Formulación del Problema. 22
1.3 Objetivos de la Investigación. 22
1.3.1 Objetivo General. 22
1.3.2 Objetivos Específicos. 23
1.4 Justificación de la Investigación. 23
1.5 Delimitación del Problema. 24
Capítulo II: Marco Teórico. 26
2.1 Antecedentes. 26
2.1.1 Antecedentes Sociales. 26
2.1.2 Antecedentes Académicos. 27
2.1.3 Antecedentes Criminológicos. 31
2.2 Bases Teóricas. 34
2.2.1 Adolescencia. 35
2.2.2 La Familia. 40
2.2.2.1 Estructura del Sistema Familiar. 44
2.2.2.2 Tipos de Familias. 46
2.2.3 La Delincuencia Juvenil. 55
2.2.4 Derecho Penal Juvenil. 62
2.2.5 Teorías Criminológicas. 69
2.2.5.1 Teoría sobre la Dinámica Familiar. 69
2.2.5.2 Teoría del Control Social o de los Vínculos Sociales
de Hirschi. 70
2.2.5.3 Teoría de las Faltas Parentales. 72
2.2.5.3.1 Teoría de la Transformación Malevolente.. 72
2.2.5.3.2 Teoría del Aprendizaje del Afecto. 72
2.2.5.4 Teoría a Nivel de las Familias. 72
2.2.5.4.1 Teoría del Control Familiar. 73
2.2.5.4.2 Teoría de la Identificación. 74
2.2.5.4.3 Teoría la Interacción.
Relación Delincuencia-Padres. 75
2.2.5.5 Teorías Sociológicas. 76
2.2.5.5.1 Teoría de la Asociación Diferencial. 76
2.2.5.5.2 Teorías Subculturales. 76
2.2.5.5.3 Teoría de la Anomia. 77
2.3 Definición de Términos Básicos. 78
Capítulo III: Marco Metodológico. 82
3.1 Tipo de Investigación. 82
3.2 Diseño de Investigación. 82
3.3 Métodos. 83
3.4 Población y Muestra. 84
3.5 Instrumentos y Técnicas de Recolección de Datos. 85
3.6 Plan de Análisis y Tratamiento de los Datos. 88
3.7 Limitaciones. 89
Capítulo IV: Descripción y Análisis de los Resultados. 92
4.1 Tablas de Frecuencia. 92
4.2 Tablas de Contingencia. 98
4.3 Síntesis de los Resultados Obtenidos. 124
4.4 Análisis de los Resultados. 126
Capítulo V: Discusión y Propuesta. 131
Conclusiones. 136
Índice de Referencias.
Referencias Bibliográficas.
Anexos.
INDICE DE TABLAS.

Página

Tabla Nº 1: Modelos Educativos Parentales. 43


Tabla Nº 2: Características de las Familias Disfuncionales
y Funcionales 52
Tabla Nº 3: Edad del Adolescente que ingresó en el INAM. 92
Tabla Nº 4: Sexo del Adolescente que ingresó en el INAM. 93
Tabla Nº 5: Estudia el Adolescente que ingresó en el INAM. 93
Tabla Nº 6: Ultimo Grado Cursado por el Adolescente que ingresó 94
en el INAM.
Tabla Nº 7: Año de Ingreso del Adolescente al INAM. 95
Tabla Nº 8: Condición del Adolescente dentro de la Institución. 95
Tabla Nº 9: Causa del Ingreso del Adolescente. 96
Tabla Nº 10: Instrumento utilizado por el Adolescente para la
Comisión del Delito 96
Tabla Nº 11: Medida Impuesta al Adolescente. 97
Tabla Nº 12 : El Adolescente es reincidente en el INAM 97
Tabla Nº 13: Sexo y Condición del Adolescente dentro del INAM. 98
Tabla Nº 14: Sexo y Medida Impuesta al Adolescente. 98
Tabla Nº 15: Sexo y Fugas del Hogar. 99
Tabla Nº 16: Sexo y Número de Amigos del Adolescente. 99
Tabla Nº 17: Sexo y el Adolescente Consume Drogas? 100
Tabla Nº 18: Edad del Adolescente y Sexo. 100
Tabla Nº 19: Edad del Adolescente y Con quién vive? 101
Tabla Nº 20: Edad del Adolescente y Amenaza a las Personas? 101
Tabla Nº 21:Causa del Ingreso y Sexo del Adolescente. 102
Tabla Nº 22: Causa del Ingreso y el Adolescente se ha Fugado del Hogar? 103
Tabla Nº 23: Causa del Ingreso y el Adolescente Consume Drogas? 103
Tabla Nº 24: Causa del Ingreso y el Adolescente Amenaza a las Personas? 104
Tabla Nº 25: Con quién vive el Adolescente y Discusión en el Hogar? 105
Tabla Nº 26: Con quién vive el Adolescente y la Conducta en el INAM. 105
Tabla Nº 27 Relación Afectiva con los Padres y Edad del Adolescente. 106
Tabla Nº 28: Relación Afectiva con los Padres y Relación Familiar. 106
Tabla Nº 29: Relación Afectiva con los Padres y la Conducta del Padre
en el Hogar del Adolescente. 107
Tabla Nº 30: Relación Afectiva con los Padres y Adaptación a la Disciplina
Escolar. 107
Tabla Nº 31: Relación Familiar y el Adolescente se ha Fugado del INAM? 108
Tabla Nº 32: Relación Familiar y el Adolescente es Reincidente en el
INAM? 108
Tabla Nº 33: Relación Familiar y Número de Entradas del Adolescente al
INAM 109
Tabla Nº 34: Relación Familiar y Relación Afectiva con los Hermanos. 109
Tabla Nº 35: Relación Familiar y la Conducta del Madre en el Hogar. 110
Tabla Nº 36: Relación Familiar y Disciplina o Castigo Impuesto por la
Madre. 110
Tabla Nº 37: Relación Familiar y Conducta del Padre en el Hogar. 111
Tabla Nº 38: Relación Familiar y Disciplina o Castigo Impuesto por el
Padre. 111
Tabla Nº 39: Relación Familiar y el Adolescente Recibe Maltratos por
Otros Familiares? 112
Tabla Nº 40: Relación Familiar y el Adolescente estaba Fuera de Casa. 112
Tabla Nº 41: Relación Familiar y Conducta del Adolescente en el INAM. 113
Tabla Nº 42: Relación Familiar y Ante Frustraciones Cómo reacciona el
Adolescente. 113
Tabla Nº 43: Relación Familiar y Adaptación Disciplina Escolar. 114
Tabla Nº 44: Relación Familiar y Adaptación del Adolescente a la Disciplina
del INAM. 114
Tabla Nº 45: Relación Familiar y el Adolescente se ha Fugado del Hogar? 115
Tabla Nº 46: Relación Familiar y Características de los Amigos del
Adolescente. 115
Tabla Nº 47: Relación Familiar y Consumo de Alcohol del Adolescente. 116
Tabla Nº 48: Relación Familiar y el Adolescente Causa Daños a la
Propiedad. 116
Tabla Nº 49: Relación Familiar y el Adolescente a Causado Escándalo
Público? 117
Tabla Nº 50: Fuga del Hogar y Ausencia de Casa. 117
Tabla Nº 51: Fuga del Hogar y Edad de los Amigos. 118
Tabla Nº 52: Fuga del Hogar y Características de los Amigos 118
Tabla Nº 53: Fuga del Hogar y Quién Acude Cuando el Adolescente
está en Problemas? 119
Tabla Nº 54: Características de los Amigos y Edad del Adolescente. 119
Tabla Nº 55: Características de los Amigos y el Adolescente es Reincidente
del INAM? 120
Tabla Nº 56: Características de los Amigos y Adaptación a la Disciplina
Escolar. 120
Tabla Nº 57: Características de los Amigos y el Adolescente Consume
Alcohol? 121
Tabla Nº 58: Características de los Amigos y el Adolescente Amenaza a las
Personas? 121
Tabla Nº 59: Características de los Amigos y el Adolescente Causa Daños a
la Propiedad? 122
Tabla Nº 60: Características de los amigos y el Adolescente ha Causado
Escándalo Público? 122
Tabla Nº 61: Consumo de Alcohol del Adolescente y Edad de los Amigos. 123
Tabla Nº 62: Consumo de Drogas del Adolescente y Ausencias de Casa. 123
Ovalles Rincón, Alied Coromoto. Incidencia de la disfunción familiar asociada a la
delincuencia juvenil. (Estudio de casos: Instituto Nacional del Menor, Estado
Mérida. Años 2000–2003). Trabajo de Grado para optar al titulo de Magíster
Scientiarum en Ciencias Penales y Criminológicas. Universidad del Zulia. Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios para Graduados. Maracaibo,
Venezuela, 2004, 156 p

RESUMEN

La presente investigación tiene como propósito determinar la relación entre la


disfunción familiar y la delincuencia juvenil, a través de la revisión de los expedientes de
los adolescentes que ingresaron en el Instituto Nacional del Menor del Estado Mérida
para los años 2000 a 2003, entre otros objetivos se propone, dar explicación a los
niveles de disciplina impuestos en las familias, a las relaciones afectivas entre los
padres, hermanos y otros familiares, identificar las características de los adolescentes
que ingresan en la Institución, además, pretende determinar cuales son las garantías
que ejerce la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (LOPNA) en
materia de familia. Es una investigación del tipo descriptiva-correlacional-explicativa,
por cuanto busca especificar las propiedades importantes de personas y centrar su
interés en explicar la ocurrencia del fenómeno como el que se plantea, a través del
diseño de una planilla de recolección de información, compuesta de varias secciones,
como los datos personales del adolescentes, los institucionales, las características
familiares y sociales y las particularidades que refieren al comportamiento delictivo,
aplicada en una muestra no probabilística de 143 expedientes, observándose los
resultados mediante la descripción de tablas de frecuencia y de contingencia, que
obedecen a un calculo no parametrico denominado chi cuadrado; de esta forma se
pudo verificar que la conducta delictiva juvenil, especialmente los hurtos y robos se
presenta mayormente en los adolescentes del sexo masculino, entre 15 y 17 años,
ambos sexos no concluyeron la educación primaria, la composición familiar es del tipo
nuclear, algunos viven con padrastros y otros familiares, además se presentaron
resultados relacionados con factores secundarios influyentes en la conducta delictiva;
concluyéndose que las teorías que favorecen la relación disfuncionalidad familiar y
delincuencia juvenil se enmarcan en el ámbito de la presente investigación, lo que
permite el ánimo de sugerir propuestas de carácter preventivo para con las familias y la
Institución.

Palabras claves: adolescente, disfunción familiar, delincuencia juvenil, socialización.


e-mail: aovalles@ula.ve
Ovalles Rincón, Alied Coromoto. Incidencia de la disfunción familiar asociada a la
delincuencia juvenil. (Estudio de casos: Instituto Nacional del Menor, Estado
Mérida. Años 2000 – 2003). Trabajo de Grado para optar al titulo de Magíster
Scientiarum en Ciencias Penales y Criminológicas. Universidad del Zulia. Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios para Graduados. Maracaibo,
Venezuela, 2004, 156 p

ABSTRACT

The present investigation has as purpose to determine the relationship between the
family disfuntion and the juvenile delinquency, through the revision of the files of the
adolescents that entered in the National Institute of the Minor of Mérida State for the
years 2000 at 2003, among other objectives intends, to give explanation at the levels of
discipline in their families, to the affective relationships among their parents, brothers
and other relatives, to also identify the characteristics of the adolescents that enter in
the Institution, it seeks to determine which are the guarantees that it exercises the
Organic Protection Law for Boys, Girls and Adolescent (LOPNA) as family regards. It is
an investigation of the descriptive-correlational-explanatory type, since it looks for to
specify the important properties of people and center their interest in explaining the
occurrence of the phenomenon like the one that thinks about, through the design of a
schedule of information, made up of several sections, as the personal data of the
adolescents, the institutional ones, the family and social characteristics and the
particularities that refer to the criminal behavior, applied in a sample not probable of 143
files, being observed the results by means of the description of charts of frequency and
of contingency that obey to an I not calculate parametric denominated chi square; this
way you could verify that the juvenile criminal behavior, especially the thefts and
robberies are presented mostly in the adolescents of the masculine sex, between 15
and 17 years, both sexes didn't conclude the primary education, the family composition
is of the nuclear type, some live with stepfathers and other relatives, results related with
influential secondary factors were also presented in the criminal behavior; being
concluded that theories that to be a favor from the relationship between disfuntional
family and juvenile delinquency are framed in the environment of the present
investigation, what allows the spirit of suggesting proposals of preventive character
towards the families and the Institution.

Key words: adolescent, family disfuntion, juvenile delinquency, socialization.


e-mail: aovalles@ula.ve
INTRODUCCIÓN.

La sociedad está conformada por familias, razón por la cual se ha considerado que las
peculiaridades sociales pueden ser descritas delineando las relaciones familiares,
indicándose que debe comprenderse el comportamiento familiar para lograr entender
los procesos sociales más generales. La importancia que hoy ha tomado el estudio de
la familia como célula social, hace imprescindible que se expongan en una
investigación de esta naturaleza, algunos conceptos, aunque muy generales, sobre la
constitución de aquella y su importancia como modeladora fundamental de la conducta
juvenil.

Es de nuestro conocimiento que, todo comportamiento humano ocurre en un contexto


Bio-Pisco-Social, donde la familia se encuentra íntimamente relacionada con los
procesos de crecimiento y evolución de cada uno de sus miembros, por lo tanto es la
primera responsable del desarrollo y desenvolvimiento normal de los hijos en cada una
de sus etapas, esto dependerá entre otras cosas del nivel de intelecto y de instrucción
del individuo prevalente para el desarrollo de su personalidad, que pueden dar origen a
comportamientos anormales y delictuosos.

Es por esto, que los análisis históricos revelan que la dinámica familiar ha sido centro
de atención para muchas ciencias y para la criminología en especial, por considerarla el
primer agente de socialización de un individuo capaz de incorporar patrones normativos
que influirán en la adaptación del mismo y que permitirán la adecuada unión del sujeto
al grupo social donde ha de integrarse, se encarga también del estudio de las
relaciones interpersonales, de las relaciones familiares, comunitarias, institucionales,
hasta abarcar a la sociedad toda. Consideramos que criminológicamente, un estudio
que se encargue de indagar fenómenos de interrelación de la dinámica familiar, podría
proporcionar algunos elementos que originen o se asocien a los comportamientos
delictivos y además, podría ser una herramienta para la planificación de las políticas
dirigidas a prevenir el fenómeno delictivo, abarcando la familia.
Sin embargo, en la adecuada integración del individuo a la sociedad, esfuerzo que
realiza en un primer momento la familia y más específicamente los jefes del hogar,
depende entre otros factores, de la comunicación que exista entre los miembros y del
control que ejerzan los padres sobre sus hijos. Especial referencia hacemos al control
físico, que remite el concepto de fuerza ejercida con el fin de obtener de un individuo o
de un grupo lo que uno quiere conseguir libremente, es siempre una forma de ejercicio
de poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física o psicológica, que implica la
existencia de uno más fuerte sobre otro débil. En este caso las formas de los roles
padre-hijos, en la conducta de los adolescentes sobre los cuales recae el control físico,
puede afectar el desarrollo armónico dentro del núcleo familiar, pudiendo surgir
dificultades en la escuela o para relacionarse, pérdida de confianza, fugas, acciones y
actitudes cuestionadas como el irrespeto a las normas, que pueden calificarse como
conductas transgresoras y bajo esta misma perspectiva de búsqueda de factores que
expliquen las conductas desviadas en la adolescencia.

En este orden de ideas de búsqueda de explicaciones de la conducta delictiva del


adolescente y su relación familiar, han surgido diversas investigaciones, estudios como
los realizados por (Bowlby (1951), Wallerstein y Kelly (1980), Hethergton y Camara
(1994), citados por MORA, 2003), han encontrado que existe una relación directa entre
la separación de los padres y el comportamiento que asumen los hijos ante esta
situación, quedando claro en estas investigaciones que los padres juegan un papel muy
importante en el proceso de socialización del niño y del futuro adulto, debido a que de
estas relaciones depende en gran medida la forma en como se desenvuelven en su
entorno social.

Inclusive, (Stone y Church citados por CRAIG, 1990) mencionan que los adolescentes
participan en multitud de grupos sociales: familia, clase social, grupo religioso,
comunidad, escuela, etc., y todas esas entidades comparten ideas, creencias,
expectativas y patrones conductuales, donde es la familia la entidad en que recae
mayor responsabilidad en el desempeño de la función socializadora, porque además de
integrar al adolescente en la unidad familiar, los padres representan para él la sociedad
externa y su cultura, desde la religión hasta los valores morales le son inculcados a
través del núcleo familiar. Para estos autores, el tipo de familia en que nace el
adolescente afecta radicalmente las expectativas, roles e interrelaciones en toda su
existencia.

No pretendemos comprender en este esbozo introductorio todos los aspectos de


diverso orden que comporta la observación de la familia como hecho social
fundamental, pues apenas nos referimos a la importancia de su estudio y a la noción
que de ella ha de tenerse.

Para complementar la información, que se destaca en la presente investigación,


debemos indicar que la misma se compone de cinco capítulos, el primero refiere a las
inquietudes y reflexiones que nos llevaron a desarrollar el tema propuesto;
posteriormente se incluye un segundo capítulo que conforma los antecedentes
académicos, sociales y criminológicos, además de las teorías que brindan la
información necesaria para comprender la integración familiar y lo relacionado con la
delincuencia juvenil, vista desde el derecho penal juvenil y su aplicación por las
legislaciones venezolanas.

Consecutivamente, se presenta el tercer capítulo que hace mención a la metodología


propuesta para el desarrollo de la investigación, haciendo especial énfasis en que es un
estudio del tipo descriptivo-correlacional-explicativo, aplicado a la revisión de
expedientes de una muestra de adolescentes que ingresaron en el Instituto Nacional
del Menor del Estado Mérida (INAM-Mérida), en los años 2000 a 2003, aplicándose una
planilla de recolección de datos diseñada para cumplir con esta función; luego el
capítulo cuarto nos señala la descripción y análisis de los resultados obtenidos de la
recolección de información, presentados en tablas de frecuencia y de contingencia,
acogidos a una medida estadística no paramétrica denominada chi cuadrado. Por
último, derivamos algunas conclusiones, que resumen nuestro pensamiento en torno a
una investigación sobre este tópico.
“Los jóvenes son como las plantas:
por los primeros frutos se ve lo que
podemos esperar para el porvenir”.
(Demócrates)
CAPÍTULO I.

EL PROBLEMA.

1.1 Planteamiento del Problema:

Toda persona tiene su origen natural y cultural en la familia, en cuanto concepto


sociológico de vida que influye en el resto de su existencia. Es en ella, donde el
individuo comienza el proceso de formación de su personalidad y adquiere el necesario
entrenamiento preliminar que le capacitará para actuar con mayor o menor acierto en la
vida social, dentro de las características del medio que le corresponda. Es por ello que
la familia constituye la instancia de socialización en la que el niño comienza a definir
sus pautas de comportamiento. Su importancia radica en que todo individuo proviene,
en principio de un núcleo familiar, por más inestable que éste sea, y de el dependen sus
primeros años de vida.

La sociedad está conformada por familias, razón por la cual se ha considerado que
debe comprenderse el comportamiento familiar para lograr entender los procesos
sociales más generales. (GOODE, 1966). Dada la importancia de la familia, la sociedad
debe propiciar que ésta cumpla sus roles y funciones y que lo haga de manera tal que
contribuya al mantenimiento del ordenamiento socialmente aceptado, lo cual implica la
normativización y regulación de la vida en pareja, apta para la reproducción en la
especie.

Si se pone de manifiesto el dramatismo de la relación familia-individuo, inicialmente


desigual y potencialmente desfavorable para éste durante la niñez, donde al niño se le
limita a estar y a existir ante el hacer constante y absoluto de los adultos, se puede
inferir que tal relación puede resultar perturbadora, según las condiciones y
circunstancias que enmarquen la existencia de estos, pero que, así mismo, le une a un
medio inevitable y en principio favorable al desarrollo de su personalidad y consiguiente
socialización, que le capacitarán para el ejercicio y naturaleza de su convivencia social.
La deshumanización contemporánea, referida a los efectos negativos que se producen
sobre la relación familia-individuo, debe entenderse como un factor generador de
relaciones sociales, económicas, culturales y criminógenas; influyente en el aprendizaje
de antivalores en ambientes exógenos, por la falta de afecto entre padres e hijos, así
como por ser un factor proclive para la prostitución, el consumo de drogas y alcohol.

Por otra parte, el carácter desigual de la sociedad se refleja en el ámbito de la familia,


particularmente aquellas de bajos recursos económicos y de escasa formación
educativa y cultural, en las que no se asigna importancia a las obligaciones familiares,
como la atención al adolescente y las carencias afectivas. A estos factores deben
agregarse los derivados de la falta de oportunidades del padre cuando existe, en
muchos casos con problemas de alcoholismo o desempleo; o una madre soltera sin
posibilidades de brindar al adolescente una educación y protección adecuada a sus
necesidades existenciales y sociales.

Durante su permanencia en el seno familiar el adolescente necesita, para que su


desarrollo sea adecuado, una familia funcionalmente integrada; fuente positiva de
factores estimulantes de socialización.

Sobre lo anteriormente expresado, cuando se presentan situaciones de disfuncionalidad


familiar, nos orienta hacia la posible presencia de la delincuencia juvenil, en la que los
jóvenes cometen delitos, por efectos de un proceso de socialización, de base
procriminógena que de acuerdo con el enfoque criminológico se puede definir como “la
expresión que hace referencia a personas o adolescentes que se encuentran en la fase
evolutiva de estructuración de la personalidad, que presenta una conducta antisocial
tipificada en el código penal como delito” (FLORES,1987:29)

En este orden de ideas, puede afirmarse que “... en un hogar desorganizado, la


existencia constante del mal ejemplo, el descuido en la educación, son el terreno
abonado para conducir a la transgresión de la ley ". (VIADER, 1974:24)
Ahora bien, el Estado tiene la obligación de proteger a la familia. Su responsabilidad
esta vinculada a los grandes problemas creados por el crecimiento demográfico que ha
incidido sobre la organización familiar y ha sido factor de desintegración de la misma, y
que han incurrido negativamente sobre la conducta juvenil. Ante esa realidad, el Estado
debe desarrollar una política criminal social que neutralice los efectos negativos que
generan los riesgos criminógenos que determinan los comportamientos delictivos y las
desviaciones. (CHIOSSONE, 1968)

En la actualidad, llama la atención las crecientes cifras de jóvenes infractores de la Ley


en Penal; vemos así, cotidianamente las reseñas en los medios de comunicación sobre
la participación de adolescentes en la comisión de actos delictivos, o bien con la
participación de adultos, en bandas juveniles y/o en solitario; las diarias detenciones,
fugas, traslados e ingresos a centros de atención de niños y adolescentes, como
consecuencias de delitos, comportamientos violentos, consumo de bebidas y
sustancias psicotrópicas, prostitución entre otros, en los que los menores participan.

El abandono, presencia y permanencia de adolescentes en las calles, constituye otro


elemento de importancia en su comportamiento de riesgo, debido a que el deambular
por las calles le permiten pautar su medio de vida, creando de ésta manera sus reglas y
formación personal. El proyecto final y exitoso de cualquier plan preventivo de gobierno
debe tomar en cuenta la erradicación de la permanencia de los niños y adolescentes en
las calles, y de esta manera prevenir el aumento de conductas delictivas y el ingreso de
ellos en centros de prevención y protección; la realidad muestra rupturas de familias,
escape de los hogares de origen, decreciente situación económica, entre otros
aspectos notorios.

Por otra parte, el entorno económico y social actual desfavorece la atención que se les
pueda prestar a los adolescentes infractores, debido a que existen actualmente
problemas individuales por solventar, como los casos de tasas de desempleo, los
precios de productos básicos difícilmente asequibles, clases sociales diferenciadas,
(predominando los de bajos estratos socioeconómicos sobre aquellos de alto ingreso),
que influyen necesariamente en la formación y educación de la familia y los hijos.
De igual manera, el uso físico o psicológico de la fuerza como control, como forma de
ejercicio de poder familiar, implica la existencia de uno más fuerte sobre otro débil que
adopta habitualmente la forma de roles complementarios: padres-hijos, maestros-
alumnos, entre otros (CORSI, 1994); lo cual indica, que los adolescentes son
socializados, en el plano organizativo bajo las formas de dominación y sumisión.
(BERGER, 1976) Así puede afirmarse, que los adolescentes que crecen en familias con
estilos de crianza que suponen técnicas disciplinarias agresivas o punitivas,
especialmente si se observa una marcada inconsistencia en el empleo de tales
técnicas, por parte de uno o ambos progenitores, serán propensos a conductas
delictivas y violentas por efectos del aprendizaje. (GLUECK, 1950)

Sobre la base de las ideas expuestas, destaca que el fenómeno de la delincuencia


juvenil, como resultado de la disfunción familiar, entra a formar parte del campo de
actuación del INAM - Mérida, fundado para sustituir al Consejo Venezolano del Niño, a
partir del 1º de Septiembre de 1.978, regido en su comienzo por la Ley Tutelar del
Menor y actualmente por la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente
(LOPNA), creadas para brindar a los niños y adolescentes modelos de servicios de
protección integral.

Todos los centros de internamiento para niños y adolescentes tienen como objetivos
fundamentales la ejecución de un sistema organizado, de tipo complementario,
contentivo de elementos socioeducativos y laborales, referidos al logro de valores,
esquemas de conducta y modelos de personalidad ajustados para un sano convivir
comunitario; dirigidos a los niños y adolescentes y su grupo familiar. Su Reglamento
Interno contiene derechos y garantías propiciadoras de un trato justo y una vida segura,
además de requisitos mínimos de condiciones de vida y de apoyo socioeducativo, que
estructuran la base fundamental de dicha Institución.

La adolescencia constituye una población de alto riesgo delictivo, hecho altamente


preocupante en países que como el nuestro, tienen elevados porcentajes de población
joven. En Venezuela, la población infanto-juvenil representada de acuerdo al Censo
realizado en 1.990, según el sexo y las edades comprendidas entre 0 y 17 años, se
distribuye de la siguiente manera: los varones forman parte del 48,7% y las hembras
hacen el 46,9% de esta población infanto-juvenil y de éste total los adolescentes
entendidos como aquellos cuyas edades oscilan entre 12-18 años, corresponde 22,8%
de varones y el 22,6% de hembras. (Oficina Central de Estadística e Informática
O.C.E.I. Censo, 1990). Se hace especial énfasis en los adolescentes, por ser ésta la
población catalogada como imputables en la comisión de hechos considerados como
delictivos por las normas penales; esto se encuentra señalado en el Sistema Penal de
Responsabilidad, establecido en la LOPNA en su Título V, Capítulo I.

En complemento con el Derecho Penal, especialmente en cuanto al Derecho Penal


Juvenil, la Criminología se ha visto precisada a extender su interés, al estudio de las
relaciones interpersonales, al estudio de las relaciones familiares, comunitarias,
institucionales, hasta abarcar a la sociedad toda, de manera que desde esta óptica
pudieran surgir herramientas para la planificación de las políticas dirigidas a prevenir el
fenómeno delictivo juvenil, desde la misma familia.

Recapitulando, se pretende investigar la delincuencia juvenil y su relación con la


disfunción familiar; dejando a la luz que existen, además de esta variable, otras ya
mencionadas, como posibles factores generadores de la delincuencia juvenil. Por lo
tanto, la disfunción debe ser estudiada para determinar si los factores familiares
irrumpen en la formación del adolescente, y en su comportamiento criminógeno.

Al localizar las causas determinantes de la delincuencia juvenil, se tendrán algunas


herramientas útiles de potencial carácter preventivo y predictivo, dirigidos tanto para los
Centros de Atención al Menor, como para aquellas familias con probabilidad de ser
disgregadas; para evitar, de manera alguna, la formación del adolescente delincuente.
1.2 Formulación del Problema:

Se pueden plantear una serie de interrogantes con respecto a la incidencia de la


disfunción familiar asociada a la delincuencia juvenil, tales como las utilizadas en el
estudio de casos INAM - Mérida, de la siguiente manera:

- ¿Cómo se presenta la disciplina en las familias disfuncionales?


- ¿Cómo es la afectividad del padre y la madre hacia el adolescente?
- ¿Cómo afecta el divorcio o la ausencia de uno de los representantes en el
adolescente?
- ¿Cuáles conductas delictivas aprende el adolescente al vivir en las calles?
- ¿Cuáles son las actitudes que tiene el adolescente frente a sí mismo, la familia y las
normas?
- ¿Qué obtiene el adolescente al seguir modelos de conductas delictivas en sus
propios representantes?
- ¿La disfunción familiar provoca la delincuencia juvenil?
- ¿Qué garantías acredita la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente con respecto a la integración familiar?
- ¿Cómo influyen los castigos físicos y maltratos psicológicos en el comportamiento
delictivo del adolescente?
- ¿Cómo aborda el problema de desintegración familiar, el Centro de Atención al
Menor (INAM)?

1.3 Objetivos de la Investigación:

1.3.1 Objetivo General:

Determinar la relación existente entre disfunción familiar y la delincuencia juvenil.


Estudio de casos en el Instituto Nacional del Menor, del Estado Mérida. Años 2.000 -
2003.
1.3.2 Objetivos Específicos:

- Clasificar los niveles de disciplina en las familias disfuncionales.


- Distinguir la presencia o ausencia de afectividad por parte de los representantes.
- Detectar las relaciones divorcio-ausencia de uno de los padres en el
comportamiento delictivo.
- Ilustrar los modelos de conductas delictivas que se obtienen de representantes
catalogados mal ejemplo, al igual que de las adquiridas en las calles.
- Interpretar las actitudes del adolescente hacia su persona, la familia y las normas.
- Identificar las características de los adolescentes que ingresan al Instituto Nacional
del Menor, del Estado Mérida.
- Determinar las garantías que establece la Ley Orgánica para la Protección del Niño
y del Adolescente, en materia de familia.
- Organizar a través del Instituto Nacional de Atención del Menor, proyectos dirigidos
a la predicción de la delincuencia juvenil en familias disfuncionales.

1.4 Justificación de la Investigación:

La participación de los adolescentes en las actividades delictivas representa un grave


problema social y debe considerarse como un problema que debe ser atendido
eficientemente por el Estado mediante la implementación de políticas criminales
idóneas, que prevengan y controlen el entorno criminógeno de este sector de la
población infractora.

A través de la presente investigación se aportará información sobre cuáles son los


elementos, que en materia de disfunción familiar predecirían la conducta delictiva en los
adolescentes. De igual manera, por medio de ésta investigación se tratará brindar un
aporte a la literatura criminológica venezolana en esta materia, donde el discurso moral
no sea el eje de análisis; por otra parte, de los resultados que se desprendan de la
investigación, podrán servir para implementar estrategias de prevención y control, que
contribuyan a neutralizar la incidencia de conductas delictivas realizadas por los
adolescentes, determinadas por factores derivados de la disfunción familiar.

1.5 Delimitación del Problema:

La investigación se presenta como reflexión hacia la realidad que sufre la población


juvenil-delincuente, que integra los Centros de Atención al Menor, al inferir que su
comportamiento es producto de la disfunción familiar. El estudio se encuentra
enmarcado dentro del ámbito de la Criminología, que estudia la trilogía delito,
delincuencia, delincuente; para pronosticar, diagnosticar y tratar la temática de la
predicción, y la prevención de la delincuencia juvenil.

Los datos que servirán de soporte teórico y práctico de la investigación se obtendrán de


la revisión de algunas fuentes primarias, representadas por los expedientes registrados
en la Entidad de Atención para el Cumplimiento de Medidas Privativas de Libertad y la
Entidad de Atención para el Cumplimiento de la Medida de Detención Provisional del
Instituto Nacional del Menor (INAM), de la ciudad de Mérida en el Estado Mérida,
Venezuela, relacionados con disfunción familiar y delincuencia juvenil, en los años
2.000-2.003. Los resultados obtenidos serán procesados a través del Paquete
Estadístico para las Ciencias Sociales, conocido por sus siglas en inglés, como SPSS
(Statistical Package for the Social Sciences).
CAPÍTULO II.

MARCO TEORICO.

2. Antecedentes.

2.1 Antecedentes Sociales.

Básicamente se expondrán dos temas claves para el desarrollo del presente estudio;
por una parte, los diversos aspectos de la delincuencia juvenil, pues ésta constituye la
problemática propuesta en la investigación, y, por la otra, el tema de la familia y sus
disfunciones, intentando demostrar, por medio de precedentes teóricos, la relación
existente entre estas dos variables, es decir, si las disfunciones manifiestas en una
familia pueden desencadenar conductas transgresoras o delictivas ejecutadas por
jóvenes.

Históricamente, puede decirse que las transformaciones estructurales de la sociedad


han conducido a cambios en la organización familiar, en lo relativo a la autoridad. Como
efecto de estos cambios, generadores de la crisis familiar, surgen una serie de
contradicciones entre estándares de conductas que se van perpetuando, de generación
en generación, y que traen como consecuencia nuevos modos de comportamiento
entre los integrantes de la familia. (FLANDRUID, 1979).

La familia siempre ha estado presente en el desarrollo histórico de los pueblos y


naciones del mundo, no cabe, pues, discusión sobre su realidad social, por tanto, es
circunstancial su incidencia criminógena sobre los individuos que en un momento dado,
formen parte integrante de la misma.

"Está compuesta por un conjunto de personas, es un grupo que tiene


ciertas maneras de actuar, de pensar y de sentir en buena manera
aprendidas y obligatorias, es decir, es también una institución social;
asimila y refleja los cambios que afectan a la sociedad global; en otras
palabras, acusa las características de una época y culturas dadas".
(FLORES, 1987:64).
La familia juega un papel importante en la formación de la personalidad del delincuente
y numerosas son las investigaciones que establecen que cuando una perturbación
trastorna la acción que ejerce la familia sobre el adolescente, suelen aparecer, con el
tiempo, casos de delincuencia juvenil.

Los cambios suscitados en la familia son el producto directo del desarrollo social y de él
previene una crisis; que ha influido, por la diferenciación de clases sociales, además, de
la división y especialización del trabajo en el mundo actual. El desempeño que la
sociedad encomienda a los padres no sólo refiere al alcance económico o de
productividad ante el conglomerado, sino que sobrepasa a las mismas necesidades de
la familia; es decir, los padres están bajo la responsabilidad de trabajar para el
desarrollo social y atender las contrariedades relacionadas al hogar.

Dentro de este marco, se han realizado algunos estudios que exponen los puntos de
vista que sugieren el estudio de la violencia, disfunción en las familias y las
consecuencias que esto trae para el ambiente del hogar, problemas que determinan de
cualquier forma la orientación de la personalidad y su éxito o fracaso en la vida social.

2.1.2 Antecedentes Académicos.

Respecto a los precedentes que dan base a la siguiente investigación, destacan entre
otros, los siguientes aportes de tesistas de la Escuela de Criminología de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas, de la Universidad de los Andes, de Mérida, Venezuela;
pudiendo mencionarse la contribución realizada por Leonardo Rattia (2003), quien
analizó la conducta delictiva de 355 jóvenes estudiantes en los liceos Libertador y Tulio
Febres Cordero del Estado Mérida, aplicando una encuesta que medía la relación con
la Teoría del Control de Travis Hirschi. Los resultados obtenidos demuestran un vínculo
débil con el orden convencional y esta relación se encuentra esporádicamente con la
comisión de los actos delictivos en los jóvenes de la muestra estudiada; Endira Mora
(2003), quien realizó una investigación referida a las familias desarticuladas y su
influencia en la formación de conductas agresivas en los niños y niñas, pertenecientes
del cuarto a sexto grado de la Escuela Básica “José María Velaz” del Estado Mérida. La
información obtenida fue producto de la aplicación de un cuestionario, en una muestra
de 60 alumnos, divididos entre familias desarticuladas y amalgamadas. Obteniendo
como resultado que aquellos niños que pertenecían a familias desarticuladas y la
ausencia de una de las figuras paternas, presentaban en mayor proporción,
comportamientos agresivos, en comparación con aquellos de familias amalgamadas.
Además, características como: rechazo al proceso de aprendizaje educativo,
desobediencia de las normas de la institución educativa, daños a los objetos
personales, escasa participación en las actividades recreativas de la institución,
amenazas verbales y peleas hacia sus compañeros, relaciones familiares regulares,
entre otras definen el patrón conductual de la agresividad y la relación familiar de estos
niños; Niliam Ramírez (2003), quien investigó las características socio-económicas de la
familia, que influyen en la formación de conductas agresivas y/o violentas en los niños
entre nueve y once años de edad, habitantes del barrio Loma de Maitines, Municipio
Libertador del Estado Mérida. Aplicó una encuesta que constaba de 30 ítems de varias
alternativas de respuesta, referidas a: datos personales, características familiares,
sociales, escolaridad y ocupación, aplicada a 60 niños y niñas del mencionado barrio.
Obtenida sus respuestas y procesadas para el análisis de los datos, la investigación
terminó refiriendo que la falta de atención al niño, el poco dinero que tienen sus padres
y el ambiente inestable en la familia, hacen que el niño altere su conducta y actúe de
manera impulsiva tomando como salida inmediata que adopte por hogar las calles y
mantenga el contacto con personas violentas fuera de la familia, produciéndose de esta
manera en él desadaptación social y familiar.

Clenn Calderón (2003) analizó la realidad social, los contrastes y las consecuencias del
fenómeno delictivo juvenil; para ello realizó encuestas y entrevistas cerradas a dos
muestras de jóvenes, una en el Instituto Nacional del Menor de Mérida (INAM) y la otra
en adolescentes de educación media y diversificada en dos liceos de la población de
Ejido, Estado Mérida; los resultados obtenidos refieren, a la percepción que se tiene del
problema en cada sujeto, debido a que los estudios individuales pueden ayudar a
mejorar la situación real de cada adolescente en conflicto con la ley. Finalmente,
propuso que para lograr la reducción en los índices de agresión, depresión,
desesperanza y uso de drogas entre los adolescentes recluidos, así como un
incremento en los índices de autoestima y religiosidad, se orientaran programas para la
búsqueda de nuevos valores y para su transición hacia esquemas personales menos
asociados a la desviación; Amalia Valero (2001), realizó una investigación referida al
control físico y las conductas transgresoras en una muestra de adolescentes de tercera
etapa de educación básica, en la ciudad de Mérida. Abordó como fuente primaria de
recolección de datos, encuestas de autorrevelación en una muestra de 1.489
estudiantes de educación básica, para obtener el control físico ejercido por sus padres y
la relación con las conductas transgresoras. Su investigación arrojó como resultado la
existencia de una relación entre el control físico ejercido por los padres y las conductas
transgresoras de los adolescentes. Significa esto que, las estrategias utilizadas por los
padres para obtener lo que ellos desean de sus hijos se relaciona con las conductas
transgresoras que estos producen, también que, éstas conductas están caracterizadas
por una desadaptación familiar, social y algunas veces de violación de normas jurídicas.
Finalmente, el estudio señaló problemas de comunicación entre padres e hijos,
deficiencias de los padres de asumir su rol como autoridad, y por último, carencia de
herramientas afectivas, cognitivas y conductuales; Yuslemy Rivas (2000) realizó una
investigación con la finalidad de determinar la desintegración familiar como elemento a
considerar en la manifestación de la conducta agresiva, en una muestra de
adolescentes pertenecientes al 9º grado de educación básica y 1º del ciclo
diversificado, de diferentes planteles educativos ubicados en el Distrito Campo Elías del
Estado Mérida en el transcurso del año 2000. El instrumento de investigación usado
para medir la actitud hacia la violencia, fue elaborado y validado en el Laboratorio de
Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (LACSO). Los resultados
obtenidos, permitieron observar que existe una relación estadísticamente significativa
entre la situación de crianza y la actitud agresiva de los adolescentes encuestados.

Otros tesistas de la Escuela de Criminología de la Universidad de Los Andes, han


estudiado algunos factores que asocian la conducta delictiva en jóvenes adolescentes,
llegando a la conclusión de que la familia está relacionada, de alguna manera, con la
formación, desarrollo y consolidación de patrones antisociales. Entre ellos podemos
mencionar a: Hildemaro Pérez (1999), quien realizó una investigación proponiéndose
determinar la relación existente entre la deserción escolar y la delincuencia juvenil en la
ciudad de Mérida. Para lograr esto, diseñó un estudio exploratorio conformado por una
serie de variables referidas al contexto sociocultural de la ciudad, así como la
descripción de la normativa legal dirigida a regular la administración jurídica en el caso
de la delincuencia juvenil. Seleccionó un grupo de 60 alumnos de la tercera etapa de
educación básica y ciclo diversificado para aplicar el instrumento y obtener información
sobre sus variables de estudio. Los resultados mostraron que el proceso de deserción
no influye determinantemente en los índices de delincuencia juvenil. En esta
investigación se midieron algunas variables relacionadas con el grupo familiar cuya
interpretación a los fines de la investigación revelaron que los niveles de apoyo familiar
y el número de personas que atienden al grupo, influyeron en la permanencia de los
adolescentes dentro de los planteles educativos, pudiendo prevenir conductas
agresoras; Juan Rodríguez (1998), investigó la violencia intrafamiliar a través del uso de
las escalas tácticas de conflicto propuestas por Murray Straus, para la medición de la
violencia doméstica en Mérida. Aplicó las escalas tácticas, a una muestra de 120
mujeres que conviven y mantienen una relación estable para observar y evaluar la
violencia intrafamiliar en Venezuela. Sus hallazgos refuerzan las conclusiones de
Straus (1974) en cuanto a las capacidades de medición de las escalas de conflicto;
sobre esa base, Haydée Molina (1998), realizó un estudio referido a la disfunción
familiar asociada a la delincuencia juvenil; contrastó la disfunción familiar como factor
relevante en la etiología de la delincuencia juvenil; sus resultados fueron el producto de
encuestas de autorrevelación aplicadas a jóvenes liceístas y la revisión de expedientes
de jóvenes infractores, obteniendo de esta manera que aquellos a quienes se les
aplicaron las encuestas no manifestaron disfuncionalidad en sus hogares; en cambio y
como caso contrario, la revisión de expedientes, dio como resultado que la
disfuncionalidad familiar fue uno de los factores determinantes de la delincuencia
juvenil, en la población estudiada.

Aunada a la anteriores investigaciones, el estudio de investigación, realizado por la


tesista del Instituto de Criminología de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la
Universidad del Zulia, de Maracaibo, Venezuela, sirve de precedente, como el
planteado por Maritza Romero (2000), quien propuso una serie de estrategias
alternativas a la institucionalización para el tratamiento de los adolescentes infractores,
basándose en la normativa internacional y en la doctrina de protección integral del niño,
propuestas en las nuevas tendencias del Derecho. Para obtener los resultados de su
investigación, realizó un análisis histórico legislativo de la institucionalización, al igual
que de los diferentes tratados y convenios internacionales, suscritos y ratificados en la
República de Venezuela; así como también, la revisión de expedientes archivados en
los Tribunales Correccionales de Adolescentes en la ciudad del Estado Zulia.
Concluyendo en que el sistema de administración de justicia, específicamente el
dirigido a la responsabilidad del adolescente infractor, requiere de estudios minuciosos
al momento del diseño de los instrumentos legislativos.

Finalmente, Carmelo Flores (1987), quien en su trabajo de ascenso para la categoría


Profesor Titular, en la Universidad de Carabobo, de Valencia, Estado Carabobo,
Venezuela, desarrolló un estudio en Valencia, en el que analizó bajo una orientación
propedéutica a la delincuencia como un fenómeno social. Estudió la familia como un
núcleo de socialización del individuo desde el momento de su nacimiento; describió, las
condiciones circunstanciales imperantes en el seno de la familia como valor
criminológico con relación al comportamiento de sus miembros: niños, adolescentes o
jóvenes. Se propuso investigar los posibles nexos que podrían existir entre la
delincuencia como “fenómeno social”, y la familia como “núcleo de socialización”, a fin
de establecer si puede, o no, constituirse en fuente o factor criminógeno de sus
miembros. Concluyendo que la familia desorganizada e inestable, es incapaz de
ofrecer a los hijos un clima adecuado, y puede convertirse en un factor favorable para
la delincuencia juvenil.

2.1.3 Antecedentes Criminológicos.

Cabe considerar además, que por ser esta una investigación de corte criminológico, se
mencionen aquellos autores e investigadores destacados que en esta ciencia han
aportado sus estudios sobre la relación delincuencia juvenil y familia. Entre ellos
destacan: Patterson y sus colegas en 1992, quienes propusieron que un niño antisocial
le causará a los padres rechazos, enfados y una relación hostil en sus practicas como
padres. Así la teoría interaccional consigue una relación recíproca entre los padres y la
delincuencia, prediciendo el incremento de la delincuencia en los casos de aquellos
padres ineficaces en el cumplimiento de sus roles. A través de esta área, que promete
mucho en cuanto al interés en los procesos de la familia y la explicación de la
delincuencia, los investigadores probaron que no siempre se han demostrado estos
resultados como consistentes, respecto a la teoría interaccional.

En este mismo orden de ideas, Henggeler, (1989), evaluó 112 familias de jóvenes
delincuentes varones y un grupo control integrado por 51 familias de jóvenes no
delincuentes, seleccionados en un mismo vecindario; observando, que las relaciones
familiares inapropiadas, especialmente en lo referente a la falta de atención y ayuda
materna, favorecía el inicio de carreras delictivas juveniles. Pese a todo, encontró que
la presencia de dos factores diferentes, como lo son, el contacto con jóvenes
delincuentes y la edad de la primera detención, predecían mejor aún la conducta
delictiva, que las propias relaciones familiares.

Por su parte, Canter (1982), encontró que el sentimiento de pertenencia a la familia los
adolescentes, evaluado a partir de su grado de implicación en actividades familiares, se
relaciona negativamente con la conducta delictiva. Es decir, cuanto mayor sea la
integración de los jóvenes dentro de la propia familia hay una menor probabilidad de
delincuencia juvenil.

Ferracuti y Dinitz (1974), emplearon, el esquema de los Glueck, analizando a 101


delincuentes frente a un grupo similar de no delincuentes, residentes en las barriadas
pobres y zonas de clase media baja en Puerto Rico, concluyeron respecto a las familias
de los delincuentes; que estas tendieron a ser menos cohesivas y estables, sin
aspiraciones económicas, sociales y religiosas, y por lo general sus padres presentaron
características tales como, que procedían de zonas rurales o urbanas, con educación
formal, tenían ocupación estable o inestable, y eran personas con tendencias a ser
agresivas, hostiles y desconfiadas respecto a los demás miembros de la familia.
En Venezuela, Mayorca (1971), se refiere a las disfunciones familiares e incidentes en
la delincuencia en términos de divorcio, concubinato y uniones libres; especulando
sobre los aspectos traumáticos de la falta de figura paterna como fuente de
inestabilidad emocional y de falta de conducción y vigilancia, sin aportar datos
cuantitativos que permitan aportar la relación propuesta para nuestro país.

Travis Hirschi (1969), presentó una teoría del control social donde consideraba que la
capacidad para desviarse de la conducta normativa es universal y que la mayor parte
de las personas no se deja dominar por la conducta descarriada en virtud de los nexos
que posee con la sociedad. Para probar su teoría, aplicó una encuesta en 1965 a una
muestra estratificada tomada al azar, compuesta por 3.605 adolescentes masculinos
que formaban parte del Proyecto Juvenil de Richmond, California. En sus estudios
afirmó, que la conducta delictiva se desarrolla o no, de acuerdo a la presencia de
cuatro elementos:

a) El apego de las personas a los demás, lo denominó “conexión”;


b) El compromiso con las líneas de acción convencionales, “compromiso”;
c) La “participación”, que es el tiempo empleado en las actividades convencionales,
d) La “creencia” de un orden legitimo. Por último, llegó a la conclusión que la
probabilidad de delinquir aumenta a medida que se debilitan los elementos
constitutivos del vinculo social.

Por último, los esposos Glueck (1950), aportan los estudios más difundidos sobre la
materia desde el punto de vista criminológico.

“La investigación se realizó entre 1939 y 1949 sobre 500 delincuentes


de Boston y 500 no delincuentes de similares zonas de residencia, edad y
cociente intelectual. Pretendieron determinar qué características
psicológicas y ambientales discriminaban a muchachos que hubiesen
cometido actos definidos como criminales. El método de investigación
consistió en reconstruir el pasado de cada sujeto, desde la época de la
identificación 17 años, hasta el octavo año de vida; teniendo como ítems
los precedentes familiares, la conducta escolar, la historia médica y la
personalidad, recurriendo a datos de los tribunales juveniles”.
(GABALDON, 1987:46)
Sus hallazgos, permitieron demostrar que en las familias de los grupos estudiados, los
padres de los delincuentes tenían mayor proporción de serias limitaciones físicas, que
la de los no delincuentes; las relaciones entre padres y delincuentes tendieron a ser
peores; las madres de los delincuentes trabajaban más fuera del hogar y supervisaban
y vigilaban menos a sus hijos; el hogar de los delincuentes se disolvió por separación,
divorcio, muerte o prolongada ausencia de uno de los padres; la mitad de los padres
del grupo delincuente demostraba menor afecto y simpatía por sus hijos y la percepción
de los muchachos delincuentes sobre el interés de sus padres por su bienestar es 3
veces menor que la de los no delincuentes. Finalmente, la disciplina de los padres
hacia los hijos tendió a ser mayor, estricta o errática en el grupo de delincuentes, y
firme pero afectuosa en el grupo no delincuente.

Los Glueck concluyen que:

“... a la luz de la obvia inferioridad de las familias de los delincuentes


como fuentes de un adecuado desarrollo de la personalidad y de la
formación del carácter, no es sorprendente que estos muchachos no fueran
nunca adecuadamente socializados y que desarrollasen tendencias
antisociales persistentes, aun aparte de las diferencias fundamentales
somáticas y temperamentales entre ellos y los no delincuentes”.
(GABALDON, 1987:47)

2.2 Bases Teóricas.

Con el propósito de ampliar el horizonte del estudio se indica a continuación, la


selección de información relevante sobre los objetivos propuestos, resultando de
revisiones bibliográficas ó fuentes primarias, de referencias de artículos, tesis y
compilaciones ó fuentes secundarias y de la exploración de revistas, conferencias y
simposios conocidas también como fuentes terciarias de información; el uso de estas
fuentes revelan, la existencia de teorías completamente desarrolladas, con abundante
evidencia empírica y que se aplican al problema de investigación.
Las teorías, se entienden científicamente como “el conjunto de constructos (conceptos),
definiciones y proposiciones relacionadas entre sí, que presentan un punto de vista
sistemático de fenómenos especificando relaciones entre variables, con el objeto de
explicar y predecir los fenómenos”. (Kerlinger citado por HERNÁNDEZ, y col, 1998:39);
lo que indica que con el uso de ellas, podemos dar explicaciones adicionales que nos
ayudarán a comprender el fenómeno de investigación. El hecho de escoger ciertas
teorías y reflejarlas en la investigación, presenta gran relevancia debido a que a través
de ellas explicamos el por qué, cómo y cuándo ocurre el fenómeno; sistematizamos el
conocimiento sobre el fenómeno y nos permite predecir o hacer inferencias a futuro
sobre cómo se va a manifestar u ocurrir el fenómeno dadas ciertas condiciones.

Entonces, para consolidar la información sobre disfunción familiar como producto de la


delincuencia juvenil, es pertinente hacer referencia sobre los diversos enfoques que
fundamentan las bases teóricas de este estudio.

2.2.1 Adolescencia.

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano que media entre la niñez
dependiente y la edad adulta autónoma, siendo una etapa crucial en la vida del ser
humano; puesto que con ella comienza la participación del adolescente en todas las
áreas de interrelaciones humanas y por ende consolida su integración a la sociedad.

Las definiciones sobre adolescencia ponen de relieve una serie de características


biológicas, psicológicas y sociales que la diferencian de la niñez y la adultez, en esta
etapa se vive una especie de necesidades de identificación que determinan el
incremento de la tensión y angustia frente a las normas de la sociedad donde el
adolescente debe autoafirmar su personalidad; muchas veces lesionando los bienes y
valores que constituyen el soporte fundamental del orden social. (VALERO, 2001)
Para los efectos de este trabajo, debemos entender, a el adolescente:

“Como sujeto bio-psico-social y la adolescencia como realidad


sustantiva que denomina a ese período de la vida del hombre ubicado
entre la niñez y la adultez, deben concebirse como expresión de
especificidad, entendiendo al adolescente como la persona que
experimenta, en su vida, la adolescencia, y a ésta, la adolescencia, como el
período del desarrollo humano en el que se produce un fenómeno de
crecimiento transformador en el que se dan, simultáneamente, el
crecimiento físico progresivo, el crecimiento psicológico de igual modo
progresivo, y la búsqueda de un espacio propio en el entorno social. La
importancia de este período en el desarrollo del ser humano, es tan
significativa, que autores como Debesse proponen que su estudio se haga
de manera distinta al de los adultos, por estar el adolescente sometido a
leyes socio-naturales especiales tanto desde el punto de vista biológico
(leyes biológicas), psicológico (leyes psicológicas) y social (leyes
sociológicas)”. (MARTINEZ, 2000:150)

Con esto se explica el por qué de entender al adolescente como aquella persona que
se encuentra en una etapa de crecimiento en diversas áreas; y que por lo tanto,
mientras en él no se complete la etapa evolutiva de desarrollo humano, no puede ser
tratado como un adulto.

Además, Ruiz (2003), caracteriza al adolescente como:

“Un agente activo de su propio desarrollo que debe afrontar los cambios
y presiones que le demanda su contexto, que en ocasiones pueden ser
opuesto, demasiado numerosos, en condiciones indeseables y/o una edad
que no le corresponde, demasiado temprana o demasiada tardía”.
(CALDERON, 2003:18).

Lo anteriormente expresado, dilucida que aún cuando se solicite un trato distinto del
adolescente respecto al adulto, debemos precisar que es él, la única persona que tiene
la potestad y responsabilidad de sus actuaciones, indistintamente de las condiciones
que se le presenten.
Entendido así, ser adolescente no es fácil, puesto que debe adquirir su autonomía,
independizarse de sus padres, alcanzar el ajuste heterosexual, elegir su vocación y, por
último, nada menos que obtener una adecuada integración de su personalidad; tareas
estas todas que se realizan en medio de una situación de duelo permanente por la
pérdida de su cuerpo infantil, de su identidad infantil y de la relación con los padres de
la infancia.

“Este clima donde el adolescente va recibiendo los impactos


desagradables que se convierten en estímulos de su propia conducta,
definen no sólo la situación familiar del adolescente sino que determinan su
conducta social, es decir, que la dinámica familiar está en relación
constante y directa con la situación social del menor”. (UNIVERSIDAD
CENTRAL DE VENEZUELA,1968:38)

Entonces, el cambio abrupto de la niñez para darle cabida a la adolescencia, genera


una serie de situaciones desconcertantes, una de ellas se refiere a la dinámica familiar,
que en algunas oportunidades la interrelación se torna distinta a cuando era un niño.

Por otra parte, aunado a estos conflictos internos y sociales, se presentan otros, que de
igual manera colaboran el proceso de formación del adolescente, estos son:

a) Sentimientos de inseguridad, malestar, depresión y malestar narcisista.


b) Quejas somáticas múltiples.
c) Trastornos de comportamiento.
d) Actitudes depresivas y desinterés.
e) Tendencia al autosabotaje y al fracaso.
f) Consumo de tóxicos y
g) Tendencias a la auto y heteroagresividad

De lo anteriormente mencionado, tenemos que el adolescente es un ente potencial en


período de formación y evolución; es por ello, que siempre se tiene una determinada
situación con respecto al núcleo familiar en el que se desarrolla, él es un receptor
sensible de la conducta del padre, la madre o de ambos, que capta los problemas
familiares, y los impactos que en ellos se produce se convierten en sentimientos de
rencor y reacciones inmoderadas hacia las personas, estas reacciones pueden producir
en algunas oportunidades conductas transgresoras, entendidas como aquellas
actitudes y acciones de los adolescentes, que se orientan en una dirección cuestionada
por la sociedad, es decir, que reflejan dificultades para reflejar y adaptarse a las normas
existentes en el medio familiar y social donde se desenvuelven. (HIRSCHI, 1969)

Como hemos visto, existen ciertos factores que han sido estudiados para conocer y
analizar las conductas trasgresoras en jóvenes sobre todo en lo relacionado con la
socialización del adolescente. Comprobando que la relación existente entre los jóvenes
y sus padres, según investigaciones llevadas a cabo, ha inducido a pensar que los
sujetos que se apegan a los padres tienen mayores posibilidades de sentirse obligados
a adecuarse a las normas sociales y consiguientemente presentan menos conductas
transgresoras. (HIRSCHI,1969)

Las motivaciones individuales que llevan a los adolescentes a cometer conductas


transgresoras, podrían explicarse a través de esquemas comunes de desadaptación de
normas y valores en las relaciones familiares, jugando la familia un rol decisivo por ser
el primer modelo, producto de la interacción existente en el grupo familiar, donde sus
fallas trae como consecuencias algunas veces conductas transgresoras y delictivas,
esto comprueba que la familia puede constituirse en un factor criminógeno de la
sociedad. (HIRSCHI, 1969).

En otro orden de ideas, (Leland, citado por RIVAS, 2000), profundiza los conflictos
sociales, ambientales y complejos de la temprana adolescencia, según este autor los
conflictos ocultos y los complejos inadvertidos en público, contribuyen a diseñar, como
causas y factores el molde delictivo del adolescente. Esta inseguridad puede ser
causada por los siguientes factores:

a) Divorcio o muerte de los padres: para consumarse el divorcio, la familia


generalmente pasa por fuertes conflictos que perturban la estabilidad del hogar y
afectan directamente la tranquilidad de los hijos, en ese sentido Kvaraceus,
“habla de los graves trastornos que dejan tras sí en la vida del niño la familia
divorciada y en particular las primeras tensiones que preceden al divorcio”.
(FERNÁNDEZ, 1973:5)

Por otro lado, la situación social cuando existen bajos recursos económicos empeoran
para el niño con el divorcio, pues en muchos casos él tiene que salir a la calle a trabajar
para ayudar a su madre y posteriormente puede llegar a convertirse en desertores del
sistema educativo y se encuentran expuestos a cometer delitos que en su mayoría son
violentos.

b) Padres alcohólicos.
c) Escolaridad e indumentaria insuficiente.
d) Familias numerosas y escasos ingresos.
e) Rechazo durante la niñez y
f) Protección e indulgencia exagerada.

Además de los anteriores factores ambientales, encontramos que la comunicación es


considerada la base fundamental de la dinámica familiar, determinada por el sistema
simbólico existente en la interacción hijo-padres. Un estudio llevado a cabo por Estévez,
(2003), distingue dos tipos de adolescentes según el tipo de comunicación presente en
el seno familiar; en un lado están los adolescentes populares, que nosotros
denominaremos como adolescentes abiertos, caracterizados por ser agradables para
la mayoría de sus compañeros; este estilo de adolescente, ofrece una comunicación
afectiva con sus padres y posee una competencia social elevada y un adecuado ajuste
escolar; y por el otro lado, están los adolescentes rechazados, los cuales
denominamos adolescentes cerrados, caracterizados por ser desagradables para la
mayoría de sus compañeros, con déficit en la competencia social, un marcado
desajuste psicosocial y problemas de conductas, en este estilo de adolescente no
existe comunicación dinámica o afectiva con sus padres ni competencia social elevada.
Por último, es pertinente agregar como causas sociales de la conducta delictiva juvenil,
la profesionalización de carreras criminales ejercidas por miembros cercanos de la
familia, los cambios en la disciplina escolar, caracterizados por la deserción escolar; el
desarrollo de grupos homogéneos que fomentan actividades desviadas en el marco de
una subcultura donde suelen identificarse valores y metas emparentadas con la
mentira, el robo, el fraude y el comportamiento sexual fácil incontrolado o promiscuo; lo
cual conduce a que una gran proporción de adolescentes se conviertan en adultos con
marcadas tendencias antisociales, agresivas y proclives a la criminalidad.

2.2.2 La Familia.

La familia representa en nuestra sociedad el medio donde se desarrolla el niño y el


adolescente tanto física como emocional, social y culturalmente; aprehendiendo las
normas y valores del medio en que vive. Esto que significa, que la familia es el ámbito
más inmediato donde se desenvuelven, interactúan y se fijan las bases de su
personalidad futura, de allí que se le haya considerado, en todos los tiempos, como el
conjunto humano más importante, influyente de manera directa y determinante sobre la
sociedad. Según como la familia se organice y actúe así serán los efectos sobre sus
miembros y sobre la sociedad.

Dar un concepto universal para referirnos a la familia es difícil, por cuanto existen
innumerables visiones de ella; unos dirigidos al área social, otros desde el punto de
vista biológico, otros son religiosos o culturales; algunos legales y otros criminológicos.
Desde un punto de vista restringido, entendemos por familia “El grupo social
caracterizado por una común habitación, cooperación económica y reproducción”.
(CHIOSSONE, 1968:12); lo cual implica entenderla como un grupo íntegramente unido
aunque cambiante, puesto que también es “... un grupo de personas que tienen lazos
de consaguinidad y/o legales que de acuerdo a los tiempos, las culturas y cualquier tipo
de crisis, ha sabido adaptarse y funcionar...”. (SILVA, 1991:16).

Creemos, que la siguiente definición complementa, a la anterior por eso la


consideramos como la concepción aceptada para la presente investigación, por ser
una, “... agrupación estable de individuos unidos por vínculos de sangre o afinidad que
comparten responsabilidades materiales de producción y sustentación y afectivas de
vinculación emocional”. (GABALDÓN,1987:43). Esta definición de Gabaldón integra las
dos anteriores y puede aplicarse tanto a las familias monogámicas como a las
poligámicas y extenderse a todas las ramas directas o colaterales que, si bien forman a
su vez núcleos familiares, pueden ser considerados como la familia integral.

Para los fines del control social, es un grupo social primario; ya que es el espacio donde
se adquieren las conductas básicas, incluyendo variadas formas de represión y
regulación conductual; de allí que los adolescentes sean socializados tanto en el plano
organizativo, como en las formas de dominación y sumisión; por otra parte, la familia
debe cumplir funciones básicas, como la reproducción, la nutrición, la protección y la
transmisión de valores y cultura a sus miembros; idealmente debería ser, un lugar de
autorrealización, de apoyo material y afectivo, donde exista respeto, solidaridad, y
seguridad, pero los hechos revelan que está lejos de cumplir este rol. En su intimidad,
la convivencia es fuente de conflictos cotidianos, que pueden ser detonadores de
conductas violentas. (DOMÍNGUEZ, 2000)

Ahora bien, para que la familia sea considerada, como la base de toda sociedad es
preciso que actúe, como lo señaló Chiossone (1968) de manera integrada, cumpliendo
algunas funciones universales, entre las que destacan, la reproducción, la protección, la
socialización, y el control social; determinantes del estatus para el adolescente, en la
canalización de afectos. En el ámbito de la satisfacción de necesidades de sus
miembros, estas pueden ser de orden tanto biológico o psicológico, de acuerdo con
el campo operativo físico o afectivo de sus miembros (MORA, 2003). En otro orden la
familia cumple, por lo menos, otras funciones principales: educación, provee el
sostenimiento orgánico, los hábitos y las costumbres, para la normal continuidad de la
vida, transmite valores como: amor, identidad, permanencia, felicidad, unidad, respeto,
solidaridad, lealtad, compromiso, comunicación y enseña cultura, todos estos son
factores de socialización positiva o prosociales. (MOLINA,1998)

Entonces, la familia juega un rol importante como agente socializador, puesto que las
relaciones que se forman en la infancia determinan muchos de los patrones para la
socialización temprana del niño.
“... hoy por ejemplo se reconoce la importancia de la relación que se
establece con el padre, los hermanos, los abuelos y otros familiares o
cuidadores y no como se creía anteriormente cuando solo se reconocía la
importancia de la relación con la madre para el desarrollo del niño. A través
de esto se otorga la importancia a la familia como una unidad ya que
cumple el rol socializador del niño y en la medida en que se creen lazos
afectivos significativos dentro de ella, esto va a determinar la futura
capacidad del niño para establecer relaciones intimas y estables”.
(PAPALIA,1997:234).

Lo anterior coincide con lo planteado por Torrente (2003) para quien la función
socializadora de la familia, se caracteriza por la cohesión y el conflicto, por representar
las dimensiones más criticas de los procesos familiares en la dinámica de la
socialización, donde:

“La cohesión se puede definir como lazo emocional entre padres e hijos,
y suele manifestarse por los sentimientos positivos y las relaciones de
cooperación entre los miembros de la familia, ...la conflictividad puede
hacer referencia a los problemas que suscitan las relaciones entre padres e
hijos durante la preadolescencia...” (TORRENTE, 2003:90)

Los niveles de cohesión y de conflictividad familiar pueden afectar el tipo de estrategias


o planes educativos que ponen en marcha los progenitores a lo largo del proceso de
socialización. En todo el mundo los padres facilitan a sus hijos modalidades distintas
para ayudarles a descubrir la realidad social vigente, de modo que la conducta diaria
del adolescente se funde en una estructura de expectativas parentales que puede
encajar, sin mayores complicaciones, dentro de la dinámica social.

Para el logro de este aprendizaje, los progenitores ejercen un control del manejo
educativo tanto formal como informal, que se puede observar en la siguiente tabla
descriptiva (Tabla Nº 1):
TABLA Nº 1: MODELOS EDUCATIVOS PARENTALES. (URRA,1996)

Tipo Características Genera en los hijos


Modelo Educativo Parental: - Indiferencia ante las - Conductas poco adaptadas
(Errático) actitudes y conductas del socialmente.
hijo. - Dificultad para incluirse en
- Permisividad y pasividad. grupos no permisivos.
- Descontento del hijo(a) - Sentimiento de falta de
como persona. cariño.
- No se ofrece un modelo - Inseguridad y ansiedad.
eficaz al que imitar. - Baja autoestima y auto-
- Ambivalencia, variabilidad. control.
- Desprecio a los educado-
res. Falta de norma.
Modelo Educativo Parental: - Sometimiento temeroso a - Percepción de los padres
(Autoritario) las exigencias de los como hostiles.
padres. - Resentimiento.
- Se utiliza la coacción, la - Fracasos en las variables
fuerza, el chantaje de competencia social.
emocional, ridiculizar. - Falta de espontaneidad y
- Se presta apoyo instrumen- de orientación propia.
tal pero desvirtuado por su - Atribución de su conducta
crispación. a fuentes externas de
- El hijo no es libre para control.
expresarse y conducirse. - Dificultad para internalizar
- No se refuerzan sus éxitos, valores morales y éticos.
sino que se castigan sus - Escasa motivación de
fracasos. logro.
- Bajo rendimiento escolar
- Pobre ajuste socioemocio-
nal.
- Agresividad y rebelión.
Modelo Educativo Parental: - Autoridad basada en el - Individuos adaptados.
(Inductivo de Apoyo/ dialogo. - Confianza en si mismo.
Democrático) - Amor. Sensibilidad. Com- - Comportamiento productivo
prensión. - Independencia. Afirmación.
- Busca la obediencia volun- - Responsabilidad personal.
taria. El control interno. - Conductas socialmente
- Crea un clima de libertad. valoradas.
- La familia es fuente de
bienestar.
Modelo Educativo Parental: - Exclusividad. - Dependencia.
(Monopolio/Sobreprotección) - Ansiedad Paterna. - Falta de iniciativa.
- Falta de Confianza. - Egoísmo.
- Intolerancia. Tiranía.
- Desadaptación social.
Entonces, para que se de un proceso de socialización positivo, existen evidencias
considerables que sugieren que los padres que no apoyan a sus hijos aumentan la
probabilidad de desviación social en ellos. Estos estudios indican que los niños están
en riesgo de desarrollar un modelo antisocial de conducta, cuando se exponen a las
prácticas ineficaces por parte de los padres, como: poca o baja vigilancia, rechazo y
disciplina fuerte e incoherente. (STEWARD,2002). Esta línea de investigación considera
la calidad de socialización del adolescente con la familia como un principio
determinante de la conducta delictiva. Los esposos Glueck (1950), defienden que los
objetivos inadecuados de supervisión y disciplina probablemente tiendan a manifestar la
conducta antisocial y por ello los jóvenes se afilian con los pares anticonvencionales.

Esto se puede explicar, porque:

“... la serie de desajustes originados por la familia, crea una serie de


situaciones de desorientación y desequilibrio en los adolescentes,
conduciéndolos a la búsqueda de su propia identidad a través de patrones
de conducta incongruentes con el medio social en que actúan, ya que el
mismo medio familiar les parece incomprensible y critico”.
(CONTRERAS,1987:121)

2.2.2.1 Estructura del Sistema Familiar.

Para la comprensión real de la temática de la familia, es pertinente tener claro cómo se


encuentra estructurado un sistema familiar. Según Silva (1991), este se encuentra
estructurado a partir de cinco aspectos fundamentales:

a) El Jerárquico: Trata de buscar quien ejerce el poder dentro del contexto familiar.
En el medio social lo más usual es que el padre sea el que posea mayor
jerarquía, pero en ocasiones esto es sólo en apariencia, pues casi siempre es la
madre la que impone la autoridad, como suele suceder en la sociedad actual,
donde la figura del padre es transitoria y fugaz; y suele ser la madre quien debe
asumir con la responsabilidad del ejercicio de la autoridad familiar. Cuando la
jerarquía está en manos de alguno de la generación inferior suelen presentarse
situaciones que favorecen la disfunción familiar.

b) El Territorial: Determina el espacio emocional que ocupa cada integrante del


núcleo familiar. En algunos casos es de mayor grado y en otros de menor grado,
centralizado o marginado, pudiendo coincidir la mayor jerarquía y la mayor
centralización.

c) El Limitador: Se refiere a un estado psicológico en donde se traza una barrera


que demarca las dimensiones de inclusión y exclusión que determina el acontecer
familiar. Hay dos clases de limites: los intergeneracionales, que separan a los
abuelos de los hijos y los intrageneracionales, que delimitan los espacios entre
los miembros de una misma generación. Desde el punto de vista cronológico se
traza un respeto de manera estratificada, dentro de los miembros superiores de
una familia, de manera descendente, así tenemos:

ABUELOS

PADRES

HIJOS

Este esquema funciona dentro de las familias amalgamadas, al contrario de las familias
desarticuladas donde se pierde el respeto por los miembros y se violan los limites
dentro del sistema familiar. (MOLINA,1998)

d) El Amalgamador: Determina las relaciones entre los miembros del sistema


familiar, quien está con quién, por qué y para qué. Se puede observar de este modo
que pueden existir alianzas positivas y negativas.

e) El Geográfico: Es aquel que traza el espacio físico, sirve de complemento a las


anteriores. La geografía muestra las rutinas, costumbres y estilos de vida que se
desenvuelven dentro del ambiente familiar.
De acuerdo a lo anterior, la organización estructural del sistema familiar venezolano, se
caracteriza por el concubinato que predominó como institución social, durante la
conquista; este fue el sistema en que se desarrolló la formación de la familia
venezolana. Este prístino sistema de formación de núcleos familiares se perpetúa en el
país durante mucho tiempo y se extiende hasta nuestros días. La concubina forma una
especie de matriarcado que vela por la prole. En infinidad de casos, los hijos no
conocen al padre, pero aún así, dentro del mayor desamparo económico y social se va
levantando una población que acata los elementales principios morales y religiosos.
Puede decirse que la familia venezolana, durante un proceso formativo de casi tres
siglos, se fundamentó sobre uniones concubinarias e incestuosas, como sucede en
toda formación social fundamentada sobre elementos autóctonos y elementos
importados; pero esas uniones, casi fatales dentro de la constitución propia de la
conquista realizada con la violencia, la venganza y el espíritu aventurero, resultaban
naturales en tales circunstancias histórico-culturales; así mismo pueden, en algún
momento, ser uno de los tantos factores de la desintegración familiar y del relajamiento
de la vida social. (CHIOSSONE,1968)

Para lograr cumplir con los objetivos planteados en la presente investigación, y que dan
el sustento teórico necesario, es fundamental conocer los tipos de familia y su posible
relación con la conducta delictiva del adolescente.

2.2.2.2 Tipos de Familias.

La familia moderna tiende a ser de tipo conyugal, es decir, aquella integrada por el
marido, la mujer y los hijos, con una reducción de la tasa de natalidad y equiparación
entre los roles masculinos y femeninos, en cuanto al trabajo y responsabilidades
comunes. Gran parte de las teorías y especulación sobre las funciones y crisis de la
familia asumen este modelo como prototipo. (GABALDON,1987).
Al tocar el punto de las crisis familiares, se debe estar prevenido a qué tipo de crisis se
presenta, puesto que existen dos situaciones catalogadas dentro de esta área de las
crisis: la crisis intrafamiliar, condicionada por varios factores, entre los cuales pueden
mencionarse los siguientes:

a) Desconocimiento o incomprensión por parte de los padres de los cambios


psicosociales del adolescente.
b) Crisis de la autoridad de los padres por inadecuadas actitudes de éstos.
c) Carencias emocionales o inapropiadas formas de expresión afectuosas.
d) Dependencia económica del adolescente.
e) Inadecuada disponibilidad del tiempo libre.
f) Otras carencias socioculturales.

En cuanto a crisis social, estaría supeditada a carencias físicas, económicas, sociales,


culturales, medios de canalización de impulsos, recreación, educación, socialización de
recursos en materia de preparación para la vida de adulto, dirigido hacia la orientación
profesional y de metas e ideales en función positiva para la comunidad.
(BARRERA,1976).

En nuestra posición la familia occidental tiene una función importante, como lo es de


control social a través de la “socialización”, pues además de trasmitir los valores,
costumbres y creencias de manera sistemática y asistemática que puede realizarse por
la supervisión del adolescente, estas funciones pueden incidir en las orientaciones
hacia el delito. Decimos que es sistemática, porque el ser humano cuando nace se
encuentra en completo estado de indefensión, desprovisto de los medios para poder
subsistir, sin ningún tipo de hábito o costumbre, por lo tanto requiere ser protegido por
sus familiares durante cierto tiempo; en ese período, en líneas generales, aprende a
hablar, caminar, a respetar normas básicas de comportamiento, conducta y formación
del carácter; dependiendo del proceso de aprendizaje y socialización impuestos en el
hogar, derivará la personalidad del adolescente. Al referirnos al término asistemático,
se debe pensar en el proceso de aprendizaje y socialización por carencias efectivo-
educativas tiende a imitar el comportamiento de quienes les rodean; por ello, mientras
más sólidas y estables sean las relaciones familiares, se tendrá una menor probabilidad
de que el adolescente cometa actos transgresivos.

Beltrao (1975), destaca el uso de la palabra familia como una generalización que sirve
para identificar diversos tipos de organización familiar, y de acuerdo con su
conformación orgánica, se distinguen:

a) Familia nuclear o conyugal: Integrada esencialmente por el padres, la madre y


los hijos. Este es el tipo de familia más común y universal.

b) Familia extensa:

“Integrada por dos o más familias nucleares o el resto de los parientes


que están insertas en un conjunto familiar único en virtud de la extensión y
de la relación parental entre padres e hijos...”. (FLORES, 1987: 64).

Estos tipos de organización familiar son los más conocidos en cuanto a su constitución
orgánica, debido al número de integrantes y la relación jerárquica entre los mismos.

Ahora bien, existen clasificaciones de la familia de acuerdo a su funcionalidad, y


dependiendo de esta, se pretende analizar la importancia de la familia y su relación con
la conducta delictiva del adolescente. Entendemos que, una familia bien constituida es
aquella en la que sus miembros cumplen todas las funciones básicas, económicas y
afectivas; mientras que la mal constituida, es aquella en la que tales funciones no se
cumplen y que en casos extremos sus miembros se alejan del núcleo parental.

Es importante, que la familia esté bien constituida porque es la célula social modeladora
fundamental de la conducta de sus miembros. Así autores como, De Greff, afirman que,
la familia juega un papel importante en la formación de la personalidad del delincuente,
esto basado en que son numerosas las investigaciones que establecen que, cuando
una perturbación trastorna la acción que ejerce la familia sobre el adolescente,
generalmente aparecen con el tiempo casos de delincuencia juvenil. Al igual que Pinatel
(1974), para quien la familia:

“Juega un papel directo en la etiología de la delincuencia juvenil;


frecuentemente la reacción delictiva surge a partir de una situación familiar
conflictiva, pero, independientemente de ese papel directo, la familia de
origen interviene en la formación de la personalidad del delincuente”
(PINATEL, 1974:366).

Middendorff (1963), señala que:

"El medio ambiente más importante de una persona por ello también de
los jóvenes, es su familia, es la primera responsable de su evolución,
buena o mala. En todas las investigaciones acerca de la causa de la
criminalidad juvenil se ha comprobado siempre que en una gran parte de
jóvenes existían defectos de educación, que los padres eran incapaces de
educar y también que no querían ocuparse de la educación, y que las
familias consideradas en su conjunto, no ejercían ya sus funciones
normales y se habían desorganizado y desintegrado". (MIDDENDORFF,
1963:111).

Dentro de este marco de exposiciones, Gassin (1990) considera que debe tenerse
conciencia sobre la importancia de la familia en la etiología del delito, debido a que, la
falta de afectividad de numerosos delincuentes y, en particular de los más peligrosos,
está en relación con las carencias afectivas que ellos han sufrido en la infancia. Burt,
encuentra que “...las relaciones familiares defectuosas son dos veces más numerosas
entre los delincuentes que entre los no delincuentes”. (FRIEDLANDER, 1981:147). No
sería extraño pues que en las estadísticas de los jóvenes delincuentes, la gran mayoría
de los casos registrados, presenten situaciones familiares problemáticas o
disfuncionales. “Es evidente que el ambiente familiar y los factores de interacción tienen
gran influencia en la conducta desviada. Considerando al delincuente como un
emergente del grupo familiar, exponente y consecuencia de las tendencias del grupo”.
(MARCHIORI,1975:4)
Entonces, corresponde realizar una clasificación de la familia refiriendo la funcionalidad
de la misma, y su relación o no con la conducta delictiva del adolescente. De acuerdo a
su funcionalidad, tenemos:

a) Familia Funcional: Conocida como un sistema abierto con estructura y


funciones que varían de una familia a otra y a lo largo de su ciclo evolutivo; es
una familia operativamente sana desde el punto de vista psicológico, en sus dos
cualidades: positiva en factores estimulantes, y negativa o carente de factores
perturbadores.

En esta familia, se pueden describir características resaltantes como amor o afecto,


aceptación o tolerancia por los padres, sensación de seguridad y estabilidad,
comunicación entre los miembros de la familia. De acuerdo a estas características o
factores positivos de socialización de este tipo de familia, es poco probable que los
adolescentes que la integran, tiendan menos a cometer algún tipo de conducta delictiva.

b) Familia Disfuncional: Las funciones familiares son metas a alcanzar y no


siempre logradas. Su característica primordial es que entre los miembros del
grupo familiar existen problemas morales, sociales, afectivos, económicos y
psicológicos; que de una forma u otra afectan o amenazan la integridad física y
emocional del grupo familiar.

Este tipo de familia, a su vez presenta una subdivisión en cuanto a disfuncionalidad; así
autores como Silva (1991), refieren que existen:

b.1) Familia Desarticulada: Por lo general, son familias “monoparentales”, es


decir, aquella caracterizada por “...la presencia de un solo miembro de la pareja
progenitora...” (SANTAMARÍA, 2003:221) en la mayoría de los casos la cabeza
de familia es la mujer.
Este tipo de familia presenta características como: distancia emocional entre los
miembros, presiones y stress por carencia de apoyo o por soledad, cada quien está en
lo suyo y tiene poco interés en los demás, la jerarquía es variable no hay líder sólido, ni
siquiera permanente, las alianzas son transitorias y obedecen a las exigencias del
momento, con frecuencia se da que los hijos son de sucesivas uniones temporales.
Presentan situación de marginalidad y pobreza, como desempleo, viven en ranchos u
otras viviendas con alto índice de hacinamiento.

Con frecuencia las encontramos, en zonas de bajos recursos económicos, donde es


difícil que se organicen para luchar por la supervivencia y pueden dar lugar a problemas
relacionados con la conducta, que pueden ir desde el bajo rendimiento escolar hasta el
alcoholismo, la promiscuidad sexual, etc.

Al respecto, González (1982), expone:

"...es evidente que la carencia de todo lo indispensable puede ser un


factor delincuencial; que la gravedad de la miseria ha de entenderse como
factor predisponente en los casos de familias con escasos recursos
económicos que se ven obligados a colocar prematuramente en trabajos a
sus hijos, o en su defecto, dedicarlos a la mendicidad" (GONZALEZ,
1982:82).

De lo anterior, asumimos que la carencia de recursos especialmente de aquellos


considerados básicos para el desarrollo en toda familia, son motivos que resaltan en la
predisposición a la delincuencia juvenil.

b.2) Familia Amalgamada: En esta, prácticamente, los limites no existen, al


igual que la privacidad. La presencia de algún inconveniente en cualquiera de los
miembros de la familia es un problema de todos y estimula aún más el
amalgamiento.
Sus características más resaltantes: todos los familiares viven en el mismo hogar, por lo
que existe menos atención a los adolescentes de la familia, no hay figura a quien
respetar, la interacción es abundante, ante un tema cualquiera, todos hablan a un
tiempo y nadie escucha a nadie, por lo que las discusiones son interminables. Este tipo
de familia es común verla en los campos y familias urbanas de clase media.

Las características más resaltantes de las familias funcionales como de las


disfuncionales; se resaltan concretamente en la tabla Nº 2:

TABLA Nº 2: CARACTERÍSTICAS DE LAS FAMILIAS DISFUNCIONALES Y


FUNCIONALES. (MOLINA,1998:16)
Característica Familia Disfuncional Familia Funcional
1) Comunicación entre los Comunicación vaga, confusa, Comunicación abierta, clara,
miembros de la familia evasiva que incluye mensajes espontánea, recíproca y
conflictivos e interacciones no honesta; los miembros son
reciprocas receptivos a las ideas y
aportaciones de los demás.
2) Relaciones Sentimientos ambivalentes, Actitud asociativa, confiada,
cambios de un extremo a otro; positiva, afectuosa y solicita;
incoherencias en el trato y en reconocimiento de sentimien-
las respuestas al niño o entre tos ambivalentes; satisfacción
sí, conflictividad conyugal y mutua en el matrimonio y
coalición de los padres y el participación en la reponsa-
hijo en el mantenimiento del bilidad
conflicto, des- confianza,
control represivo y rígido.
3) Estructura de Poder Coaliciones entre los padres y Los padres comparten el poder,
el niño; competición por el flexibilidad en la toma de
poder o miembros rígidos y decisiones; las decisiones
jerárquicos, dominantes y pueden nego- ciarse, respeto
sumisos por los diferentes puntos de
vista
4) Diferenciación Limites imprecisos entre los Las identidades de los
padres y el niño; identidades miembros individuales están
no claras, acusaciones, bien definidas y son seguros;
evasión de la responsabilidad responsabilidad y respeto a la
individualidad, autonomía,
sentido del yo bien definido
entre los miembros
5) Afecto Hostilidad, desesperación, Cordialidad, ternura, empatía,
cinismo, sadismo en la humor y alegría, no hay
expresión de emociones hacia tendencia a la posesión entre
los demás los miembros
6) Capacidad Resolutiva Incapaz de afrontar cambios o Aceptación realista de los
pérdidas; negativa de la estresores; capacidad para
separación, la muerte y otros abrirse paso a través de los
problemas; se basa más en la estresores usando las
fantasía que en la realidad relaciones
La disfunción familiar es uno de los factores que más llama la atención para muchos
investigadores en el área criminológica, por considerarse que tiene gran influencia en
las conductas transgresoras, y en la delincuencia juvenil, ya que la disfunción en el
grupo familiar como se ha observado, parece traer consigo carencias afectivas de tal
naturaleza que llegan a provocar en el adolescente la búsqueda de compensación en la
calle.

Esto quiere decir, que:

“El adolescente vive escenas de disputas y de violencia permanentes,


abandonando el hogar por la calle, lo hace con un sentimiento de protesta
contra la sociedad, sea porque existe a toda la sociedad el menosprecio a
su familia que en él lleva grabado. La carencia de afectividad, se deseo de
aventura, su inseguridad la ve compensada en una forma que le permite
vengarse de la sociedad culpable y demostrar que él el capaz de realizar
uno de los personajes más temidos por la sociedad: el delincuente”
(DAVID,1974:117).

Investigaciones han demostrado que existe relación entre el afecto familiar y la


conducta delictiva. Canter (1982), por ejemplo encontró que el sentimiento de los
adolescente de pertenencia a la familia, evaluado a partir de su grado de implicación en
actividades familiares, se relaciona negativamente con la conducta delictiva. El aumento
de ese sentimiento de pertenencia familiar tiene una correlación inversa con la conducta
delictiva. Es decir, cuanto mayor sea la integración de los jóvenes dentro de la propia
familia hay una menor probabilidad de delincuencia juvenil. Investigadores como Loeber
y Stouthamer (1986) encontraron que una mala administración paternal, reflejadas en la
falta de vigilancia, deficiencia al imponer disciplina, falta de apoyo emocional, y rechazo
paternal, fueron para ellos los mayores predictores de la delincuencia y del
comportamiento antisocial. Por otra parte, Gottfredson y Hirschi (1990) concluyen que la
presencia de unos padres ineptos, y la de algunos adolescentes que tienden a ser
impulsivos, desafiantes y arriesgados, atrae a los jóvenes hacia los actos delictivos,
mientras que aquellos que han sido socializados para poseer un fuerte control interno,
son menos propensos a la criminalidad.
También existen investigaciones, que han demostrado que las familias disfuncionales
suponen técnicas disciplinarias agresivas o punitivas, como estilo de crianza; siendo la
irritación o rabia las características presentes en las diferentes descargas hacia el
adolescente, resultando así que los padres son los principales agentes promotores de
conductas disruptivas; la violencia psíquica o física de que pueden ser víctimas los
adolescentes, los llevará sin duda, si no a cometer actos ilícitos, al menos a padecer
serios trastornos en su conducta y en su vida de relación. (LEVENE,1991).

Por otra parte, existen factores secundarios relacionados con la delincuencia juvenil,
como deserción escolar, el empleo del ocio, el consumo de sustancias psicotrópicas y
estupefacientes, consumo de alcohol, la privación de factores elementales para una
vida normal, las características notables en aquellos adolescentes con una formación
caracterológica antisocial, son:

“...no quiere ser bueno(a), réstale escasísima energía para interesarse


por las materias escolares, es aún propenso a sufrir ataques de celos, por
lo cual la vida de comunidad le ofrece pocos placeres y le resulta
intolerable tener que diferir la gratificación de sus deseos. Por lo tanto su
vida escolar le brinda muy pocas satisfacciones y numerosas frustraciones
y se encuentra muy mal preparado para afrontar decepciones”.
(FRIEDLANDER,1981:159).

Finalmente, podemos observar que, independientemente del tipo de familia al que le


corresponda al adolescente existir, bien sea funcional o del tipo disfuncional, son las
relaciones entre los miembros que conforman el grupo familiar las que dictan la pauta
en el surgimiento de las conductas transgresoras del adolescente; con estos se puede
decir que, en ambos tipos de familias este tipo de conducta se puede manifestar, pero
la presencia de factores negativos en las familias disfuncionales, permite menor
probabilidad de cumplir cabalmente su función socializadora.
2.2.3 La Delincuencia Juvenil.

Antes de desarrollar una concepción de la delincuencia juvenil, desde la óptica de


diversos autores que se han dedicado al estudio de esta área del conocimiento, se
deben resaltar los hechos más característicos de este tipo de delincuencia.

El tratamiento especial del adolescente comprometido con la Ley Penal se inició en


Chicago, Illinois, a mediados de 1899, impulsado por un movimiento denominado "Los
Salvadores del Niño", encargado de dignificar y humanizar el sistema judicial hacia los
jóvenes. Este fue el primer intento de conformar una institución social similar a lo que
hoy se conoce como "Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente”. Este
movimiento obtuvo varios logros, entre los que destacan:

a) Brindar asesorías con el fin de transformar radicalmente la situación del menor,


apoyándose de la concepción positivista de la criminología, dándole otro sentido
a la sanción, generándose una nueva penología, con miras a la rehabilitación del
menor por medio del trabajo y la disciplina.
b) Diferenciar y clasificar la conjugación penal entre niños y adultos.
c) Crear reformatorios en lugar de cárceles.

Autores comenzaron a realizar estudios en esta materia, como Cloward y Ohlin (1960),
asociando la delincuencia juvenil a dos factores fundamentales:

a) Como un producto cultural o subcultural, más que el resultado de conductas


desviadas de ciertos individuos.
b) Dado que la mayoría de los delincuentes juveniles se concentran en las clases
económicas bajas, la vida de los muchachos en esos niveles está caracterizada
por una situación de aprendizaje, que limitan sus posibilidades para la obtención
de éxito en sus carreras o vidas.
Sutherland, (1934) sostenía que "...uno de los más obvios elementos en la causación
de la delincuencia juvenil es el comportamiento inmoral y criminal de los padres y otros
parientes del niño" (SUTHERLAN, 1934:152). Este autor señaló que los hogares de los
que provienen los jóvenes delincuentes se caracterizan frecuentemente por las
condiciones siguientes:

a) Ejemplo inmoral, vicioso o criminal de otros miembros de la familia.


b) Ausencia total de uno de los padres, por separación, divorcio o cualesquiera
otra causa.
c) Falta de control paterno por ignorancia, enfermedad, ceguera u otros defectos
sensoriales.
d) Inconsistencia del hogar, debido al autoritarismo de uno de los padres,
favoritismo, sobreprotección, abandono, promiscuidad.
e) Diferencias raciales o religiosas.
f) Presiones económicas debidas a ingresos insuficientes o desempleo.

Uno de los estudios más significativos y difundidos sobre la materia es el de los


esposos Eleanor y Sheldon Glueck, llevado a cabo entre 1939 y 1949, sobre 500
delincuentes y 500 no delincuentes en Boston, acoplados en variables similares como
zonas de residencia, edad y cociente intelectual. La investigación pretendía determinar
qué características psicológicas y ambientales discriminaban a muchachos que
hubiesen cometido actos definidos como criminales y que en definitiva resultaron delitos
convencionales contra la propiedad (hurtos y robos), lesiones, delitos sexuales y otras
conductas como vagancia, fuga del hogar y embriaguez. El método de investigación
consistió en reconstruir hasta el octavo año de vida, los precedentes familiares,
conducta escolar, historia médica y de personalidad del muchacho, recurriendo a datos
de los tribunales juveniles, a pruebas psicológicas y a entrevistas con ellos y sus
familiares. Demostraron los esposos Glueck en esta investigación que los padres de los
delincuentes tenían una mayor proporción de serias limitaciones físicas, retardo mental,
disturbios emocionales, ebriedad y criminalidad que los de los no delincuentes; así
mismo que las relaciones entre padres de delincuentes eran peores que entre las de los
no delincuentes. Las madres de los delincuentes trabajaban más fuera del hogar y
supervisaban y vigilaban menos a sus hijos que las de los no delincuentes; los hogares
de los delincuentes se encontraban disueltos, bien por separación, ausencia de uno de
los padres, divorcio o muerte y estaban en mayor proporción que el grupo de los no
delincuentes. (GLUECK,1950:101).

Similares datos fueron encontrados en las investigaciones realizadas por Bandura y


Walters, quienes estudiaron 26 delincuentes comparándolos con un grupo de control no
delincuente de igual número de individuos del mismo coeficiente intelectual y de la
misma clase social. Ellos encontraron que los padres de los delincuentes eran menos
afectivos y más despreocupados con sus hijos que los padres de los no delincuentes,
razón por la cual llegaron a la conclusión de que las relaciones padres-hijos constituyen
un importante factor en materia de delincuencia juvenil.

Patterson y sus colegas del Oregon Research Institute, en Estados Unidos, realizaron
una serie de investigaciones tratando de encontrar métodos eficaces para aplicar
tratamiento clínico a niños delincuentes en ambientes familiares y escolares. Los
supuesto en que fundamentaron estas técnicas son los siguientes:

a) “Las conductas asociadas a la delincuencia son conductas sociales


que se adquieren y mantienen, en gran parte mediante el reforzamiento
social.
b) El lugar donde se inicia el desarrollo de las conductas sociales es el
hogar.
c) El lugar donde se puede comenzar a prevenir la delincuencia está en el
patrón de refuerzo social que presenta en los hogares de niños
predelincuentes.” (Patterson, citado por BANDURA, 1975:115)

En otro orden de ideas, es importante reconocer que es muy difícil determinar de


manera cierta y sistemática un concepto estandarizado de delincuencia juvenil. Muchos
autores se contradicen y postulan factores como la inadaptación, la antisocialidad, la
asociabilidad, las etapas predelictivas, entre otros; todos encaminados a caracterizar la
conducta del adolescente que quebranta la vida en sociedad y el sistema normativo
penal impuesto. Por lo tanto, algunos de los autores que definen este término, son:
Flores (1987) delimita la delincuencia juvenil tomando dos enfoques:
“El criminológico; como la expresión que hace referencia a personas o
sujetos que se encuentran en la fase evolutiva de estructuración de su
personalidad, que presentan una conducta antisocial tipificada en el código
penal como delito; y el jurídico en donde es adecuado decir “menor de
edad penal” o “joven adulto delincuente”. (FLORES, 1987:29)

Por otra parte, David (1974), la define como la expresión del joven con las normas,
valores y tradiciones de un grupo delincuencial o subgrupos que el adolescente
considera como su grupo de referencia cuyas normas y valores ha internalizado. Y para
Middendorff (1964), la delincuencia juvenil “es un comportamiento reprobado por la
sociedad que provoca la intervención del Estado dentro de los limites legales
concernientes a la edad y responsabilidad penal”. (Middendorff, citado por
TOCAVEN,1991:39).

Los anteriores conceptos permiten afirmar que existe un factor fundamental, para definir
la delincuencia juvenil, como lo es, la comisión de un hecho tipificado como delito por
parte de un menor cuya edad debe estar por debajo de los 18 años, debiendo ubicarse
dentro de la categoría de la “minoridad”.

Además de esta condición que nos permite distinguir al joven delincuente, del
delincuente adulto, existen ciertos caracteres asociados con la delincuencia juvenil;
como lo son:

a) Desprecio a las normas y reglamentos.


b) Falta de dominio propio.
c) Patrones sexuales desviados.
d) Incapacidad de escarmentar.
e) Relaciones sociales superficiales.
f) Poco respeto para con la iglesia.
g) Habilidad para racionalizar y culpar a otros por la propia conducta.
h) Conducta incorregible.
i) Tendencia a mentir.
j) Frecuencia de lenguaje obsceno.
k) Desprecio por los derechos de propiedad ajenos.
l) Discrepancia entre el desarrollo de la inteligencia y el de la conciencia.
(CASTELLANO,2004)

A lo largo de la historia se han dado aportes significativos en la búsqueda de posibles


causas e implicaciones de la delincuencia juvenil; muchos teóricos han precisado su
interés en el estudio de las conductas disruptivas que aparecen en los primeros años
de vida social, produciendo un cuerpo estructurado de teorías que van desde el
aprendizaje social hasta la teoría de la tensión y la anomia, pasando por la del control
social, el psicoanálisis y teorías situacionales, entre otras; todas comprendidas dentro
de la búsqueda de posibles respuestas para el fenómeno delictivo juvenil.

En el caso venezolano, la delincuencia juvenil, constituye un problema social de gran


auge en nuestro país, a partir de cuya incidencia se ha desarrollado un sistema de
leyes que intentan minimizar su ocurrencia; por esto durante algún tiempo el fenómeno
ha sido considerado una consecuencia de las imperfecciones de un sistema social que
impulsa a los jóvenes a la ejecución de actos de carácter netamente antisocial.
(BIRKBECK,1995)

Al igual que en la clasificación de las familias, la delincuencia juvenil, presenta factores


negativos que se encuentran estrechamente asociados con la producción de este tipo
de conducta, unos vinculados directamente con la situación familiar, como:

a) Familias conflictivas e inestables, caracterizadas por la existencia de conflicto


entre los padres, el abandono material o moral de los padres, el divorcio, el
fallecimiento de alguno de ellos. Los adolescentes que se forman en un medio
inestable no desarrollan sentido de responsabilidad, puesto que no han sido
parte integral de nada, siempre se consideran “extraños”. Además, la falta de
afecto hacia los hijos, falta de disciplina adecuada, las actitudes violentas y
autoritarias, que en muchas ocasiones generan frustración y agresividad que los
jóvenes proyectan fuera del hogar y que pueden resultar en conductas
antisociales .
En relación a este aspecto Pinatel (1974) afirma, que con el factor familiar se llega a la
raíz profunda de la criminalidad, ya que con mucha frecuencia es de una situación
familiar conflictiva de donde nacen las reacciones delincuenciales. Entonces, un simple
conflicto interno con cualquiera de los miembros del grupo familiar, puede convertirlo en
un potencial infractor de las leyes penales. En este sentido, Walgrave (1979), sostiene:

“Que la delincuencia juvenil es un fenómeno normal y forma parte del


proceso de socialización emancipatoria. Estos comportamiento desafiarían
las exigencias familiares hacia la conformidad, dando lugar a expresiones
de creatividad y afirmación de identidades sociales autónomas por parte de
los jóvenes”. (Walgrave citado por GABALDON,1987:51)

Entonces, cualquiera sea la forma y la fuerza de amonestación hecha por el Juez del
Niño y del Adolescente a un delincuente juvenil, si éste es devuelto a su familia,
reincidirá; esa es la regla. Esto se explica por cuanto el joven que ha cometido un
delito, es indicador de que su familia le ha sido nociva, o por lo menos, ha sido incapaz
de impedirle cometer una infracción.

Así, Heuyer (1969), señala:

“Detenido por la policía, amonestado por el juez, si el delito no es


grave vuelve a la familia, encontrando las mismas condiciones de vida
personal y de medio, agravadas por los reproches, amenazas, algunas
veces castigos; ninguna promesa se mantiene y el ciclo vuelve a
comenzar”. (HEUYER,1969:258).

b) Exceso de protección de los padres: Para desarrollarse normalmente, el


adolescente necesita equilibrio entre el apoyo de los padres y el autodesarrollo.
Cuando los padres cuidan excesivamente a su hijo le impiden tomar sus propias
decisiones y sentirse responsables de las mismas. En otros casos el
adolescente sabe conceptuarse a sí mismo, generándose como consecuencia
que la conducta delictiva sea un reflejo de sus intentos por ser independiente y
crecer. Al sentir que en su hogar no tiene oportunidad para alcanzar la madurez,
está dispuesto a entregarse a la conducta inaceptable, si es necesario, para
desarrollar su sentido de individualidad asociándose a grupos o pandillas, donde
iniciará su autoreconocimiento

Entre otros de los factores que se encuentran asociados con la delincuencia juvenil,
tenemos:

a) Abandono de la Escuela: los jóvenes que abandonan sus estudios, tienen


mayores probabilidades de ser delincuentes que los jóvenes que se quedan en la
escuela hasta finalizar toda la enseñanza.

b) Falta de preparación vocacional: La adolescencia se caracteriza por el deseo


de conocer las propias habilidades y ponerlas en juego. Pero muchos jóvenes no
cuentan con el beneficio de la orientación vocacional, debido a que ni los padres
ni los maestros lo alientan en actividades que le dan aumento de su destreza y
satisfacción personal; como es natural quien carece del estímulo de alguna clase
de trabajo productivo, se desalienta y con frecuencia termina en actividades
malsanas.

c) Ocio mal aprovechado: Los adolescentes necesitan distribuir sabiamente su


tiempo para sacarle el mayor provecho y desarrollar buenos hábitos. Pero a
muchos jóvenes no hay quien los guíe y, por lo tanto, dedican gran parte de su
tiempo a actividades destructivas. Otros se dedican a diversiones inapropiadas a
su edad y pueden realizar actividades que los lleven a delinquir.

d) Malas compañías: Una de las más poderosas influencias en la vida del joven es
la compañía de otros de su edad. Como los adolescentes están ansiosos de
amoldarse a un grupo y sentirse aceptados, en algunas ocasiones hacen lo
indecible para buscar a quienes han de ser sus amigos. Los grupos de amigos
son preferidos al medio familiar, bien por simpatía, por arrastre, por imitación, o
por necesidad de evasión del medio familiar, lo que hace difícil apartar a los
adolescentes de sus indeseables amigos. Con el correr del tiempo puede que
conozca a otros compañeros aún peores que lo lleven a toda una serie de actos
delictivos”. (Documento en línea, disponible en: www.knockout.com.bo/temas)

e) Filosofía hedonista y utilitaria: típica de las sociedades industrializadas y


consumistas con sus incitaciones a la búsqueda del placer fácil de los sentidos,
“estimulan en los jóvenes el consumo de alcohol, cigarrillos, sexo, drogas, moda,
etc., abriendo el camino hacia la inadaptación y la delincuencia”. (FLORES,
1987:59)

2.2.4 Derecho Penal Juvenil.

En materia de justicia penal juvenil existe una nueva praxis político-criminal respecto a
la delincuencia del adolescente o delincuencia juvenil, como la denomina la
Criminología y el Derecho Penal, refiriéndose a la criminalidad de los jóvenes. El
Derecho Penal Juvenil, propone una transformación que avanza, por la línea del
Derecho Penal Garantista, hacia un Derecho Penal Mínimo, el cual no debe aplicarse
para reprimir sino para socializar y educar al adolescente.

Ante la delincuencia juvenil, se entiende que el Estado debe procurar la educación, la


tutela, la protección de la juventud y la obligación de proteger la familia; en esa función
que corresponde al Estado, acertadamente dice Chiossone:

“...es muy simple imputar al Estado su falta de protección a la infancia;


pero el Estado, por más poderoso que sea, no podrá jamás llegar a
resolver todos los problemas relacionados con la conducta juvenil, mientras
que insistamos en resolver unilateralmente las situaciones que crean el
abandono y la miseria. Hay dos responsables de la conducta juvenil en la
sociedad moderna: el Estado y la Familia.” (CHIOSSONE,1968:38).

Su responsabilidad esta vinculada a los grandes problemas creados por el crecimiento


demográfico que han incidido sobre la organización familiar y ha sido factor de
desintegración de la misma. En este sentido, sobre la obligatoriedad que tiene el Estado
para con la familia, la Ley Orgánica para la Protección del Niño y el Adolescente,
(LOPNA) en su artículo uno, garantiza la protección y los derechos que el Estado, la
sociedad y la familia, deben brindarles a los niños y adolescentes desde el momento de
su concepción. A su vez, define a la familia de origen como “Aquella integrada por el
padre y la madre, o por uno de ellos y sus descendientes, ascendientes y colaterales
hasta el cuarto grado de consanguinidad” (Artículo 345, LOPNA).

Para brindar garantía a la función del Estado en materia de niños y adolescentes, la


norma legal acogida en Venezuela, procede de los diversos Convenios, Pactos y
Tratados Internacionales, que le dan importancia a los valores, condiciones de vida y
especial consideración a la condición de niños, podemos mencionar bajo esta figura la
Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que en su articulo cinco vela por
respetar “...las responsabilidades, derechos y deberes de los padres, o de los miembros
de su familia...,...en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y
orientación apropiada...”; por otra parte, en materia de familia, se observa la adopción
de “...garantizar el principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo
que respecta a la crianza y el desarrollo del niño... Su preocupación fundamental será el
interés superior del niño.” (Artículo 18 CDN).

Venezuela también, se suscribe a las orientaciones propuestas por las Reglas Mínimas
de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores, estas reglas
son de vital interés en la presente investigación, por cuanto de ella nacen principios
rectores para que el Estado, promueva el bienestar del menor y su familia, cree
aquellas condiciones que le garanticen una vida significativa durante el período de edad
en que el menor es más propenso a un comportamiento desviado, a través de un
desarrollo personal y de educación, exento del delito y la delincuencia en lo posible y
por último, cuando se concreta en el menor la infracción de la Ley, se debe promover el
bienestar del menor, por medio de un tratamiento efectivo, humano y equitativo; donde
las medidas a aplicarles deben disponer todos los recursos posibles, como: voluntarios,
escuelas, comunidad pero con especial énfasis en la familia.
En base al cumplimiento de estos Pactos y Tratados Internacionales, podemos
entonces, comenzar a hablar de la existencia de el Derecho Penal Juvenil:

“Este es un desprendimiento proveniente del Derecho Penal Común,


cuyo objeto de conocimiento es el campo de la criminalidad en la que los
agentes del delito son adolescentes...”, “el sujeto activo del delito, en caso
del Derecho Penal Juvenil, adquiere tal importancia que el tratamiento del
delito se realiza en función del adolescente y no en los principios del
Derecho Penal Común” (MARTINEZ, 2004: mimeo)

En Venezuela, en materia de Derecho Penal Juvenil la Ley Orgánica para la Protección


del Niño y del Adolescente, se encarga de contrastar las diferencias respecto al
Derecho Penal Común; específicamente en lo que concierne a la responsabilidad penal
del adolescente, enmarcada en el Titulo V de la Ley; la diferencia principal se encuentra
en el principio rector de responsabilidad y culpabilidad penal, para el Derecho Penal
Común:

“...lo delimita el hecho jurídico de la mayoría de edad penal, definido por


la circunstancia del cumplimiento de los dieciocho años de edad de
acuerdo a lo que se infiere de los artículos 71 y 74 en su numeral primero
(1º), del Código Penal Venezolano (CPV) ; mientras que para el Derecho
Penal Juvenil lo determina la maduración psicológica de naturaleza
etaria...” (MARTINEZ, 2004: mimeo).

Conforme a lo señalado en la Exposición de Motivos de la LOPNA, las normas se


establecieron de acuerdo con la tesis de capacidad de “...entender y obrar conforme a
esa comprensión...”, en el adolescente existe “...un proceso de maduración que permite
reprocharles el daño social que causen, imponiéndoles una sanción que constituye una
medida con finalidad educativa”.

En el caso del Derecho Penal Juvenil, la LOPNA en su artículo 531, establece que el
Sistema de Responsabilidad del Adolescente sólo se aplicará en los casos en que el
hecho punible sea cometido por personas comprendidas entre los doce y dieciocho
años de edad.
“El Derecho Penal Juvenil y el Derecho Penal Común, forman parte del
mismo sistema de control social de naturaleza punitiva diferenciándose,
entre otras razones, por el hecho de que el Juvenil se refiere a los
adolescentes, es decir, a los jóvenes y el Común a los adultos, esto es a
las personas mayores de dieciocho años de edad, de acuerdo con la
normativa penal vigente, tanto en la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente (LOPNA), como en el Código Penal Venezolano
(CPV)”. (MARTINEZ,2003:149)

Otra de las diferencias respecto al Derecho Penal Común, se establece en el artículo


533 de la LOPNA, que define la clasificación de dos grupos etarios de adolescentes,
para efectos de aplicación y ejecución de las sanciones, estos son: “...los que tengan de
doce hasta menos de catorce años y los que tengan catorce y menos de dieciocho años
de edad”, considerando a éste último grupo como inimputables y los primeros como
irresponsables, aplicándoles medidas sancionatorias como la amonestación, la
imposición de reglas de conducta, los servicios a la comunidad, la libertad asistida, la
semi-libertad y la privación de libertad las cuales, tendrán una finalidad educativa y se
complementarán con la ayuda de la familia y el apoyo de especialistas. (Artículos 620,
621 LOPNA). De igual manera, existen diferencias entre ambos Derechos en cuanto, a
la culpabilidad, la jurisdicción especializada (Sección de Adolescentes del Tribunal
Penal y Sala de Casación Penal en la Corte Suprema de Justicia) y la sanción a
imponer, respecto de ella tenemos:

“...la sanción impuesta al adolescente que comete un hecho típico y


antijurídico es una medida de seguridad. Porque la dogmática penal no
ofrece más que dos posibilidades sancionatorias, a consecuencia de la
comisión de un delito: penas o medidas de seguridad. La pena, es una
sanción que se aplica cuando procesalmente se ha demostrado que una
persona es plenamente imputable (por su total capacidad para entender el
carácter lesivo de su acto y actuar de acuerdo a ese entendimiento)
cometió una acción típica, antijurídica y culpable. Las medidas, se aplican
a la persona inimputable, porque aun cuando carezca del pleno
discernimiento, responde ante la sociedad, en virtud de haber lesionado un
bien jurídico penalmente tutelado”. (MORAIS,2001:366)

Desde este punto del derecho penal juvenil, hay que puntualizar tres aspectos
fundamentales, en cuanto a las sanciones:
1- “La sanción impuesta al adolescente es de carácter penal
(subrayado nuestro) y no social. En ningún momento, debe olvidarse que el
adolescente es un ciudadano, un protagonista de la convivencia social, con
derechos y deberes, entre los que se destaca el de respetar el derecho de
los demás. Siendo el joven capaz de entender la ilicitud de su acto, debe
entender también que su conducta es reprochable y que debe corregirla.

2- Las sanciones penales son personalísimas,(subrayado nuestro) en el


sentido de que la privación de derechos y la imposición de obligaciones
deben afectar estrictamente a la persona del sancionado. El hecho que la
LOPNA en su artículo 621, disponga de que la familia participará según
sea el caso, de forma complementaria, en el proceso educativo del
adolescente infractor, no implica, de modo alguno, que las consecuencias
derivadas de la sanción se extiendan hasta los padres y demás familiares
del adolescente”. (MORAIS, 2001:369)

3- “Se fortalecen las sanciones ambulatorias ya que corresponden más


ampliamente al fin educativo de la ley (Amonestación, imposición de reglas
de conducta, servicios a la comunidad, libertad asistida). La privación de
libertad es un último recurso a utilizar que solo procede con orden judicial y
por los casos comprobados de: Homicidio (salvo el culposo), lesiones
gravísimas (salvo las culposas), violación, robo agravado, secuestro, tráfico
de drogas, robo o hurto de vehículos automotores, adolescentes
reincidentes y adolescentes que por razones no justificadas dejen de
cumplir sanciones previamente impuestas”. (MARTINEZ, 2001: 387).

En consecuencia, se considera adolescente en conflicto con la ley, aquel ó aquella que:

a) Ha realizado una conducta previamente definida como crimen, falta o


contravención.
b) Se le ha imputado la responsabilidad por esa conducta.
c) Se le ha sustanciado un debido proceso.
d) Se le ha dictado judicialmente una medida socioeducativa.

Ahora bien, en los casos en que los comportamientos típicos juveniles no vayan
acompañados del daño o peligro evidente sobre los bienes jurídicos protegidos, no se
podrá imponer medida alguna a título de responsabilidad penal al adolescente
enjuiciado, o en aquellos casos de que operen causas de justificación. (MARTINEZ,
2003)
En consecuencia, podemos observar que el Derecho Penal Juvenil es
fundamentalmente, control social preventivo-educativo, donde se imponen medidas
sancionatorias o sanciones penales, cuyo carácter es educativo y que en éste fin
educativo debe participar el Estado a través de sus autoridades competentes y la
familia.

En esa relación Estado y Familia, como responsables del fin educativo del niño y
adolescente, aparece la representación de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (CRBV), por ser el órgano divulgativo de las funciones propias de estos
entes. En Venezuela la familia es considerada de gran importancia, así se indica en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 82 donde
establece que, toda persona tiene derecho a una integración familiar y comunitaria, al
igual que derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios
básicos y esenciales para una vida plena y en familia. De acuerdo a lo anterior, “el
Estado dará prioridad a las familias...” (CRBV,2000).

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en franco reconocimiento de


los Derechos Humanos, aborda los derechos de los niños, niñas y adolescentes,
fundamentalmente en el Capítulo V “De los Derechos Sociales y de las Familias”, de
ella traemos a colación extractos de los artículos 75 y 76, los cuales establecen:

Artículo 75: “El Estado protegerá a las familias como asociación


natural de la sociedad y como espacio fundamental para el desarrollo
integral de las personas. Las relaciones familiares se basan en la igualdad
de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión
mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes...”

“Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o


criadas y a desarrollarse en el seno de su familia de origen...”

Artículo 76: “ ... el padre y la madre tienen el deber compartido e


irrenunciable de criar, formar, educar y asistir a sus hijos o hijas...”
El análisis de estas normas, en concordancia con otras disposiciones, permite concluir
que la Constitución acoge expresamente y desarrolla los principios y el contenido
esencial de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), a saber:

a) El papel fundamental y prioritario de las familias en la vida de los niños, niñas y


adolescentes

b) La oportunidad de desarrollarse en una familia, evitando cualquier tipo de


institucionalización. En principio la prioridad es la familia de origen, entendiendo
por ésta no solo a la familia nuclear, constituida por la madre y/o el padre y/o los
hermanos y hermanas, sino también a otros miembros de la familia extendida,
incluidos parientes por consanguinidad como abuelos, abuelas, tíos y tías.

c) La corresponsabilidad del Estado, las familias y la sociedad en la protección


integral de la infancia y de la adolescencia.

d) El enfoque de equidad de género en las obligaciones del padre y de la madre


para con sus hijos e hijas.

e) El carácter irrenunciable, intransferible e indelegable de éstas obligaciones para


los padres y madres. (PERRET, 2001)

Finalmente, todo lo anteriormente expresado, permitió realizar el análisis de las


diferencias que delimitan al Derecho Penal Juvenil de el Derecho Penal Común, al igual
la relación con las normativas vigentes, acogidas a los Acuerdos, Reglamentos y
Pactos Internacionales, como garantizadores del correcto funcionamiento del Estado y
las Familias, bien actuando por separado o en conjunto, puesto que de ellos dependerá
el comportamiento delictivo o no del adolescente.
2.2.5 Teorías Criminológicas.

El desarrollo de las distintas disciplinas, tienden a dar explicaciones a los diferentes


fenómenos y situaciones de la realidad. En el caso del delito, es la criminología la que
intenta dar luz acerca de ese fenómeno. Si bien es cierto, las teorías criminológicas son
múltiples y diversas porque el desigual desarrollo histórico de las ciencias que la van
conformando, hace que se vayan descubriendo, estudiando y entendiendo primero
algunos aspectos del problema de la conducta criminal, con la consiguiente omisión de
los otros aspectos, no conocidos o no bien conocidos aún, para un momento dado del
estudio criminológico. (BURGOS, 1991). Así teorías que pretenden ser totalizantes,
devienen parciales o demasiado superficiales, con explicaciones que reducen
cualitativa o cuantitativamente los elementos de valor causal, resultando así incapaces
de dar cuenta de aquellos aspectos nuevos que van poniendo de manifiesto las
ciencias que sustentan el conocimiento criminológico. No obstante, nuevas teorías van
surgiendo como respuesta de la Criminología ante el desafío continuo que constituye
para ella tanto el progreso de las disciplinas que la nutren, como la necesidad
perentoria de conocimientos útiles que hagan más eficaces las medidas practicas de
prevención y control de las conductas delictivas.

La investigación criminológica se ha dedicado a estudiar varios niveles para la


explicación de la delincuencia, especialmente la juvenil. Para una mejor comprensión,
las dividiremos en:

2.2.5.1 Teoría sobre la Dinámica Familiar.

Las investigaciones criminológicas llevadas a cabo han inducido a pensar que los
sujetos que se apegan a los padres tienen mayores posibilidades de sentirse obligados
a adecuarse a las normas sociales y consiguientemente, cometen menos acciones
delictivas, (Hirschi, citado por FERRACUTI, 1977). En contraposición a la teoría
psicoanalítica se ha sostenido, “... que el apego a uno u otro de los padres tiene efectos
análogos en la prevención de la delincuencia, al menos mientras dura dicho apego”.
(FERRACUTI, 1977:32)

Históricamente, ciertos factores han sido estudiados como responsables de un


inadecuado apego entre hijos y padres, lo que influye en la inadecuada socialización del
adolescente que lo llevaría a la actividad delictiva. Como ya se ha mencionado, la
disfunción familiar se considera a menudo como uno de los factores desencadenante
de la delincuencia. Sin embargo, la relación no es tan simple, debido a que existen
varios tipos de desacuerdo familiar que pueden relacionarse con la delincuencia juvenil.

Por último, la disciplina en las relaciones paterno-filiales, se ha vinculado a las


tendencias del adolescente hacia la delincuencia. Lo importante no es si la disciplina es
punitiva o afectuosa, sino la consistencia y coherencia en su aplicación. De esta
manera, “... los castigos administrados de modo arbitrario o casual se han manifestado
correlacionados con todas las formas de criminalidad, a excepción de los delitos de
tránsito “. (Haskell, citado por FERRACUTI, 1977:33).

2.2.5.2 Teoría del Control Social o de los Vínculos Sociales de Hirschi.

Es una de las teorías más importantes de la criminología moderna; formulada por Travis
Hirschi en 1969 en su obra “Causas de la Delincuencia Juvenil”, esta teoría propone
que la existencia de vínculos afectivos con personas socialmente integradas constituye
el principal elemento que retiene a los jóvenes de implicarse en actividades delictivas.

En esta teoría:

“La delincuencia no es el producto de la existencia de determinadas


creencias u otros factores que impelan a delinquir, sino que resulta de la
ausencia de creencias, de normas y de vínculos sociales que prohíban o
impidan delinquir. Por tanto, la génesis de la conducta no se hallaría en la
adquisición de valores y normas delictivas, sino en la inexistencia de
vinculaciones sociales contrarias a la delincuencia”, (GARRIDO,1999:229)
“...las acciones delictivas se producen cuando la vinculación de los
individuos a la sociedad es débil o está rota”. (HIRSCHI,1969:16)

Hirschi (1969), considera que existen cuatro elementos relacionados entre sí, que unen
a los jóvenes a sus familias y a la sociedad y que los retraen de cometer delitos, estos
elementos son:

a) “Apego: entendido como el conjunto de lazos emocionales que se


establecen con sus familiares y con otras personas y que se traducen en
afecto, admiración e identificación con ellas. En la medida en que se
posee un mayor apego afectivo a personas que participan en actividades
sociales convencionales, se tienen más impedimentos para delinquir

b) Compromiso: definen el grado en que los jóvenes están ubicados, o


encuentran su sitio en la sociedad convencional, especialmente en relación
con la escuela y otras ocupaciones juveniles convencionales. Los sujetos
que tienen más cosas que perder como el trabajo, la familia, las
posesiones, y los amigos, tienen más frenos para delinquir.

c) Participación: se refiere al grado de implicación que tienen los jóvenes


en todas aquellas actividades convencionales, como las escolares, las
familiares y laborales, que se realizan en la sociedad y que le permiten
adquirir valores y técnicas que los alejan del delito. Cuanto mayor
participación en actividades sociales convencionales, menor probabilidad
de implicarse en actividades delictivas.

d) Creencias: es el conjunto de convicciones que tienen los jóvenes


favorables a los valores establecidos. En la medida en que los individuos
son consonantes con el contexto social en el que se desenvuelven y
consideran tienen menor probabilidad de comportarse contrariamente a
estos valores”. (GARRIDO, 1999:229)

De estas uniones familiares y sociales positivas o negativas, se encuentra la relación


proporcional a cometer el acto delictivo por parte del adolescente.
2.2.5.3 Teoría de las Faltas Parentales.

Esta a su vez, se subdivide en las siguientes teorías:

2.2.5.3.1 Teoría de la Transformación Malevolente.

Sullivan, (citado por BURGOS,1991) postula que, si un adolescente tiene la experiencia


de que cuando busca ternura no sólo no la obtiene, sino que en su lugar recibe
maltrato, con la resultante ansiedad, dicho adolescente evitará buscar la cooperación
tierna con las personas investidas de autoridad que lo rodean. Esto lo consigue
aprendiendo a asumir una actitud de rechazo, compensadora de su profunda necesidad
de ternura; la actitud de rechazo del joven provoca a su vez una reacción también de
rechazo en los demás; ello genera un estilo relacional que lleva a conductas
antisociales o criminales.

2.2.5.3.2 Teoría del Aprendizaje del Afecto.

Gowitz, Colsen y otros, (citado por BURGOS, 1991) postulan que, la relación afectiva
con el mundo social se aprende; si no hay un estímulo de “afecto”, la respuesta de
“querer a alguien” no se aprende. El valor asignado a amar se aprendería por
condicionamiento clásico y operante. En caso de que no se aprenda a amar, se
produce la característica deficiencia afectiva que se observa en algunos delincuentes.

2.2.5.4 Teorías a Nivel de la Familia.

Estas teorías se desarrollan a partir del hecho de que existe un alto índice de
delincuentes cuyos grupos familiares están perturbados. Estas teorías son:
2.5.4.1 Teoría del Control Familiar.

Gold (1963) postuló que si la familia ejerce escasa atracción sobre sus miembros, el
grado de control social que pueda ejercer sobre ellos también será escaso.
(BURGOS,1991)

Estudios realizados con grupos de control, han podido comprobar que es mucho más
frecuente la no identificación con el padre entre los delincuentes que entre los que no
son. La no identificación con el padre se facilita:

a) Por los fracasos sociales del mismo y


b) Por una disciplina demasiado severa o demasiado consentidora.

En este contexto, referido al control familiar, Patterson propuso el Modelo de Coerción,


quien elabora un marco teórico que intenta explicar como se va formando la conducta
antisocial, su modelo explicativo abarca solo a aquellos sujetos que inician las
actividades antisociales a una edad temprana, y hace hincapié en las practicas
disciplinarias que tienen lugar en el medio familiar. El autor explica que la conducta
antisocial se desarrolla en tres etapas:

a) En la familia, cuando las practicas de crianza no son adecuadas (por ejemplo


ausencia de normas claras), el adolescente percibe que emitir conductas
aversivas (llorar, romper objetos, pegar, explosiones emocionales...) le resulta
beneficioso; le permite escapar de situaciones desfavorables o le permite
conseguir refuerzos positivos. Entonces, se da un aprendizaje sutil donde el
adolescente aprende conductas de manipulación sobre los integrantes de la
familia. A ello se suman otros factores (dificultades socioeconómicas, divorcio,
etc.), que incrementan el estrés de la familia.
b) En la escuela, al no haber internalizado las pautas familiares el adolescente no
está dotado de habilidades de interacción validas para las nuevas situaciones,
con lo cual probablemente se gane el rechazo de sus compañeros. Además, ha
aprendido a evitar las tareas difíciles, por lo que le será difícil desarrollar
habilidades académicas. En está etapa aparece el aprendizaje producto de
"iguales desviados y el perfeccionamiento de las habilidades antisociales", el
fracaso académico y rechazo de compañeros produce la sensación de exclusión,
y buscará relacionarse con individuos semejantes a él.

c) La última etapa, la de la adultez, se caracteriza por manifestarse las dificultades


en la adquisición de habilidades y aprendizajes, haciendo difícil la permanencia
en un trabajo estable, esto puede colaborar con el desarrollo de una carrera
antisocial duradera. (BURGOS,1991)

Esta progresión no es inevitable, sino probabilística, no necesariamente los sujetos van


a transitar por todos los pasos planteados, ya que muchos por distintas razones
interrumpen dicho proceso. Patterson plantea que poner el énfasis en las experiencias
disciplinarias de la familia, es la propuesta para impedir o bloquear el proceso
coercitivo, ya que si se dio una adquisición de las normas en la infancia, ello favorecerá
los procesos de desarrollo positivos.

2.2.5.4.2 Teoría de la Identificación.

Gold, Hewitz y Jenkins, sociólogos, postulan que:

“Al fracasar la identificación con el padre, ésta se hace con algún amigo
o par de más edad. Si este par resulta ser un delincuente, el sujeto asume
la conducta delictual. La carga de agresión contra los padres se desplaza y
amplía; se extiende a la sociedad establecida, percibida como
representante de las figuras paternas. La identificación con un modo de
vida delictual se produce por este mecanismo”. (BURGOS,1991:35)
2.2.5.4.3 Teoría de la Interacción. Relación Delincuencia - Padres.

Esta teoría postula la existencia de una relación bidireccional entre los padres y
delincuencia. Específicamente, Thornberry (1987) defendió que la delincuencia está
incluida en la interacción y en los procesos de desarrollo. Y la influencia paterna en la
delincuencia es uno de los modelos importantes y recíprocos necesarios para un
examen exacto de cuales son los procesos causales, sostiene que "una vez desligado
del mundo convencional, el individuo aún ha de aprender a delinquir en un contexto
desviado (habitualmente el grupo de amigos). Este contexto le reforzará las conductas
antisociales y le facilitará la interiorización de actitudes delictivas" (STEWARD,2002).
Los teóricos de la interacción social sugieren que los padres como fuertes sistemas de
disciplina preparan a los adolescentes para ser antisociales. En otros términos, un ciclo
coercitivo de interacciones negativas con fuertes e inconsistentes practicas paternales
conduce un aumento en el adolescente de conducta antisocial.

En este mismo orden de ideas, Liska y Caña (1985) estudiaron varias relaciones
bidireccionales entre los lazos paternales y la delincuencia. Encontrando que los lazos
paternales significativamente y negativamente afectaron la delincuencia, y la
delincuencia no influyó significativamente en los lazos con los padres. En conjunto,
estos resultados sugieren que los lazos afectivos entre padres afecta la delincuencia
pero la delincuencia no afecta los lazos entre los padres. Estos resultados se hacen
más concretos cuando Agnew (1985), encontró que no existe un soporte bidireccional
en las relaciones entre padres y la delincuencia. Estos dos informes sugieren que no
existe ninguna iniciación de delincuencia ni que la gravedad de la delincuencia tiene un
efecto significante sobre los tardíos lazos paternales. (Jang,citado por STEWARD,2002)

Por último, la relación entre ciertos estilos de padres y el comportamiento de los jóvenes
han sido documentados en los aportes criminológicos, propuestos por Loeber y
Stouthamer (1986), quienes hicieron un análisis de estudios Británicos, Escandinavos y
Americanos, postulando cuatro rasgos principales de padres y lo que encontraron,
como asociado con el desarrollo de la conducta delictiva. Estos son:
a)“Abandono y falta de vigilancia
b) Los conflictos entre padres e hijos, involucran la desobediencia crónica
en el niño y el fracaso en el padre para ejercer el control en una constante
manera no agresiva.
c) Comportamientos y actitudes no convencionales por parte de los
padres.
d) Ruptura familiar, en particular la perturbación emocional y la presencia
de agresión entre padres”.(HENRICSON, 2000:326).

Para finalizar el breve análisis de las teorías criminológicas que dan explicación, al
comportamiento delictivo del adolescente, no podemos olvidar, aquellas teorías
criminológicas que abarcan la explicación sociológica del tema.

2.2.5.5 Teorías Sociológicas.

2.2.5.5.1 Teoría de la Asociación Diferencial.

Esta teoría fue expuesta por el sociólogo norteamericano Edwin Sutherland a mediado
del siglo XX, ella plantea la asociación de personas que están más alejadas del
cumplimiento de la norma, y que tienden a identificarse valorando positivamente su
incumplimiento; la conducta delictiva resulta de la asociación del sujeto con individuos
previamente desviados, antisociales por vía de la adopción de normas subculturales
delictivas de grupo. En resumen, esta asociación incide predisponiendo a los sujetos
que se asocian, a violar la ley, produciendo un acercamiento a sujetos que ven a dicha
transgresión como positiva. Por ende las acciones ilegales se aprenden, estimulándose
las transgresiones por medio de la imitación grupal.

2.2.5.5.2 Teorías Subculturales.

Plantean que existen algunos sectores de la sociedad que por sus características
tienden a agruparse, generando un conjunto de valores y normas propios del grupo, y
teniendo una relación dual con las pautas y normas de la cultura dominante, ya que por
un lado se contrapone y por otro tiene coincidencias. El sociólogo Stanley Cohen, uno
de los principales exponentes de esta teoría, al estudiar grupos de delincuentes
juveniles, identificó valores y creencias que proporcionaban cohesión al grupo, estos
valores diferentes a los dominantes proporcionan "adaptación" a los miembros del
grupo. Esta teoría refuta la teoría de la anomia ya que los grupos marginales no
carecen de normas, sino que ellas le son propias, así los jóvenes se asocian con
quienes estén más cerca de la violación de las normas, alejándose de los que están
cerca de cumplirlas.

2.2.5.5.3 Teoría de la Anomia.

Definimos la anomia como la “ausencia de valores que gobiernen efectivamente la


conducta social de los individuos en una forma éticamente adecuada”
(CLINARD,1967:22). La anomia de la sociedad se produce también en el individuo,
cuando se produce, pérdida de la identidad de las personas en el grupo familiar,
quiebre de la estructura de la familia, pérdida del sentido de la responsabilidad del
individuo ante la familia y la sociedad, e indiferencia hacia las normas morales y
sociales. Este concepto fue desarrollado por Merton en su teoría del comportamiento
desviado, teorizando acerca de las normas y valores sociales, y contraponiéndolos a
los medios socialmente admitidos de que el individuo puede asirse para alcanzar las
metas sociales. Desde lo social se estimula u obstaculizan las expectativas de las
personas, dadas las dificultades para concretar estas expectativas, se produce la caída
de las normas, produciendo que muchos sujetos busquen concretar sus metas fuera de
lo socialmente permitido. La anomia es entonces, el quiebre de la estructura cultural,
que se produce por una asimetría entre las normas y objetivos culturales y las
capacidades de las personas para actuar de acuerdo a aquellas y alcanzar sus
objetivos. En esa ruptura esta para Merton, la causa de las conductas desviadas.

Luego de expuestas en forma sucinta dichas teorías, se trata de plantear algunas ideas
con el propósito de buscar respuestas más humanas y eficientes a la infracción del
adolescente. Una de las mayores críticas que se puede hacer a muchas de estas
teorías criminológicas es, que pretenden dar explicación al delito en la sociedad en
forma genérica, cosa imposible dada la heterogeneidad del fenómeno.

Por otra parte, consideramos pertinente aclarar, que el delito como descripción de una
conducta antijurídica es una construcción social, el hombre va creando el delito, este no
tiene una existencia ontológica, varía según el momento histórico y la sociedad
específica, es decir, que lo que era delito hace cien años puede no serlo hoy
obligatoriamente, y lo que hoy lo es, no lo será necesariamente siempre; por esto
algunas de las teorías se desechan por cuanto ha variado en sus formas de
manifestarse, inclusive dentro del mismo comportamiento delictivo del adolescente y
sus relaciones familiares; por cuanto insistir enfáticamente en la aplicación certera de
una teoría, sería cerrar las puertas ha futuras investigaciones o nuevos criterios sobre el
delito.

Por último, en cuanto a la mención de algunas carencias que presentan las teorías
criminológicas, es que insisten en presentar un perfil de la población captada por el
sistema, confirmando que la mayoría de los adolescentes provienen de hogares pobres
y donde se observan características tales como: deserción escolar, analfabetismo,
situación de pobreza, marginalidad o indigencia, hogares sin servicios mínimos,
hacinamiento; desestructuración familiar, vínculo afectivo y proceso de socialización
deficitaria, baja autoestima; desempleo, subempleo, informalidad laboral, bajos salarios,
etc. Estas situaciones exponen a los adolescentes a una situación de vulnerabilidad
extrema, que dificulta en forma clara su proceso de integración social. Y en el mismo
sentido, esa vulnerabilidad de los sujetos y sus familias, los hace mejores candidatos
para ser seleccionados por el sistema de control social.

2.3. Definición de Términos Básicos:

Antisocial: Antítesis de la "socialidad", es decir, aquellas acciones que están en contra


de los valores y normas de la sociedad.
Asocial: Sujeto que no se integra o vincula al cuerpo social, no puede colaborar con la
comunidad, no está en condiciones de comprender las exigencias resultantes de la
necesidad de colaborar o moldear su voluntad y adaptar sus acciones al conocimiento
de la sociedad.

Conductas Transgresoras: Son todos aquellos comportamientos de los adolescentes,


que se orientan en una dirección cuestionada por la sociedad, es decir, que reflejan
dificultades para respetar, adaptarse y no violar las normas existentes en el medio
familiar y social donde se desenvuelven.

Delincuencia: Supone los conceptos de delito y delincuente, ya que no es más que la


percepción en conjunto de los mismos por la colectividad, y que, técnicamente se
traduce en la constatación cuantitativa y cualitativa de las realidades sociales
criminógenas que representan.

Delincuente: Hombre o mujer que ha sido declarado culpable de la comisión de un


delito por el órgano de control social competente y condenado al cumplimiento de la
correspondiente sanción establecida en la ley penal.

Delincuencia Juvenil: Expresión que hace referencia a personas o sujetos que se


encuentran en la fase evolutiva de estructuración de su personalidad, que presenta una
conducta antisocial tipificada en el Código Penal como delito.

Disfunción Familiar: Desórdenes que se desarrollan dentro del núcleo familiar. Estos
desórdenes se manifiestan en seis planos básicamente: comunicación entre los
miembros de la familia, relaciones, estructura de poder, diferenciación, afecto y
capacidad resolutiva.
Familia: Grupo que tiene diversas maneras de actuar, de pensar y de sentir en buena
medida conductas aprendidas y obligatorias, es decir, es una institución social; asimila y
refleja los cambios que afectan la sociedad global; en otras palabras, acusa las
características de una época y cultura dada.

Socialización: Proceso mediante el cual la persona aprende e interioriza en el


transcurso de su vida los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra
en su personalidad y se adapta así al entorno social en que ha de vivir.
CAPÍTULO III.

MARCO METODOLÓGICO.

3.1 Tipo de Investigación.

La presente investigación es de tipo descriptiva-correlacional-explicativa, es descriptiva


debido a que “... busca especificar las propiedades importantes de personas, grupos,
comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis” (HERNÁNDEZ,
1998:60), en nuestro caso las propiedades presentes en el grupo de jóvenes infractores
y su relación con la familia, además al ser descriptiva, nos permitirá “...ofrecer la
posibilidad de realizar predicciones” (1998:62); en segundo lugar, es correlacional,
porque nos permitirá “evaluar el grado de relación entre dos o más variables” (1998:64)
que pueden dar soporte a la investigación, y por último es del tipo explicativa, porque
“...su interés se centra en explicar por qué ocurre un fenómeno y en qué condiciones se
da éste, o por qué dos o más variables están relacionadas” (1998:66), de esta manera
se intentará verificar las causas y los efectos de la relación familia disfuncional y la
delincuencia juvenil.

3.2 Diseño de Investigación.

Se define el diseño de investigación como:

“El plan o la estrategia global en el contexto del estudio propuesto que


permite orientar desde el punto de vista técnico y guiar todo el proceso de
investigación, desde la recolección de los primeros datos hasta el análisis e
interpretación de los mismos en función de los objetivos definidos.”
(ARIAS,1997:55)

Visto de esta manera, el diseño de la investigación es del tipo no experimental, debido


a que “observamos fenómenos tal y como se dan en su contexto natural, para después
analizarlos” (HERNÁNDEZ,1998:184), es decir, que se observarán situaciones ya
existentes. Para lograr este objetivo, dentro del diseño no experimental de la
investigación, usaremos el diseño de campo-transeccional, entendido el primero,
como “la recolección de datos que se extraen directamente de la realidad en donde
ocurren los hechos sin que se manipulen estos.” (ARIAS,1997:56). Por ser investigación
de campo, requiere de un proceso sistemático, riguroso y racional de recolección,
tratamiento, análisis y presentación de datos. Y es transeccional, por cuanto los datos
“se recolectan en un solo momento, en un tiempo único” (HERNÁNDEZ,1998:186); es
pertinente acotar que es del tipo transeccional descriptivo, puesto que “indaga la
incidencia y los valores en que se manifiesta una o más variables” (1998:188), a través
de la revisión de los expedientes de los adolescentes infractores, recluidos en el
Instituto Nacional del Menor, para los años 2000 a 2003, en la ciudad de Mérida.

3.3 Métodos.

Para obtener una información detallada y no manipulada por el investigador, se dispuso


primordialmente dos instrumentos de información, por una parte la revisión y análisis de
las fuentes primarias, es decir la revisión bibliográfica y por otra parte, el diseño de una
planilla de recolección de datos, creada para medir la información pertinente sobre las
referencias del adolescente, el delito y la relación familiar. La exploración de estos
datos, se obtuvo de la Planilla de Registro de Ingreso del Niño o Adolescente a la Red
de Protección (Ver anexo Nº 01), también, de las evaluaciones realizadas por las
trabajadoras sociales al momento del ingreso y en los casos de medidas de privación
de libertad, libertad asistida y semilibertad, del Plan Individual, el cual es elaborado por
el equipo técnico del establecimiento donde el adolescente cumple la medida, con la
activa participación de éste. La LOPNA reza que el plan debe resultar del “estudio de
los factores y carencias que incidieron en su conducta” (Articulo 633), dichos factores
son generalmente de dos índoles: psicológicos y sociales, donde las carencias se
observan generalmente en la salud física y psicológica del adolescente, en su vida
familiar y en las destrezas mínimas para ejercer su responsabilidad social.
3.4 Población y Muestra.

La población, “es el conjunto de todos los casos que concuerdan con una serie de
especificaciones” (Selltiz, citado por HERNÁNDEZ,1998:204), para nuestro caso, las
especificaciones de la población son los adolescentes de ambos sexos, en edades
comprendidas entre 12 y 17 años, recluidos en el Instituto Nacional del Menor (INAM)
del Estado Mérida, para los años 2000 a 2003.

La muestra, “suele ser definida como un subgrupo de la población” (Sudman, citado por
HERNÁNDEZ,1998:204). El sujeto clasificado como muestra en la presente
investigación se seleccionó a través del muestreo no probabilístico, que es “aquel
donde la elección de los elementos de la población no dependen de la probabilidad,
sino de causas relacionadas con las características del investigador” (1998:208), es
decir, que el procedimiento depende del proceso de toma de decisiones de una persona
o grupo de personas. En nuestro caso, la selección de la muestra se realizó por medio
del muestreo por accidente, la idea básica que involucra este tipo de muestra es que
“el investigador simplemente incluye los casos más convenientes en su muestra y
excluye de ella los casos inconvenientes” .(LEVIN, 1992:94).

En este orden de ideas, la población objeto de estudio, está comprendida por


adolescentes de ambos sexos, entre 12 y 17 años de edad, recluidos en el INAM, entre
los años 2000 a 2003; de acuerdo a estas especificaciones la población total es de 899
expedientes; distribuidos de la siguiente forma:

- En la Entidad de Atención para el Cumplimiento de la Medida de Detención


Provisional: 82 expedientes.

- En la Entidad de Atención para el Cumplimiento de Medidas Privativas de


Libertad (Hembras): 534 expedientes.

- En la Entidad de Atención para el Cumplimiento de Medidas Privativas de


Libertad (Varones): 283 expedientes.
Por último, de los 899 expedientes que representan la población de estudio, la
muestra, quedó representada en 143 expedientes, seleccionando aquellos que
cumplieran como requisitos fundamentales la condición de ser adolescente, el haber
cometido un acto delictivo o haberse fugado del hogar.

3.5 Instrumentos y Técnicas de Recolección de Datos.

Para facilitar la recolección y el análisis del hecho a observar, se usaron técnicas de


observación directa, del aporte instruido por parte del personal directivo y profesional
del Instituto Nacional de Menor del Estado Mérida, y de aquellos datos que no sólo se
encuentran en las planillas de ingreso de estos jóvenes, sino a través de las
experiencias directas de las trabajadoras sociales con estos adolescentes..

Los instrumentos utilizados para la recolección de la información, fueron cuaderno de


notas, lápices, planillas para recolectar la información relevante presente en los
expedientes, computadora.

Para lograr el alcance propuesto en la presente investigación, se revisaron


rigurosamente los aspectos familiares, expuestos por el adolescente al momento de su
ingreso en la institución. Esta información queda plasmada en la planilla de Registro de
Ingreso del Niño o Adolescente a la Red de Protección (Ver Anexo Nº 01, ítems 35 y
36), que compone su expediente; además se revisaron aquellos casos que anexaban a
su expediente el Informe Social, realizado por las trabajadoras sociales de la Institución,
por cuanto en este se encuentra integrado aspectos como: la identificación del
adolescente, la identificación del grupo familiar o de otros miembros del grupo familiar,
la situación actual, la entrevista con el/la adolescente, el área físico-ambiental, el área
socioeconómica del hogar, la entrevista con los padres, las conclusiones y las
recomendaciones.
En función de los objetivos definidos en el presente trabajo, se empleó como
instrumento de recolección para recoger aquellos datos, una planilla previamente
diseñada en varias áreas, de manera que indague el máximo de información en cuanto
a la disfuncionalidad familiar y la delincuencia juvenil, de aquellos jóvenes que
ingresaron en el INAM-Mérida, para los años 2000 al 2003. Este instrumento consta de
45 variables, divididas en cuatro secciones, referentes a:

a) Primera sección: datos personales del adolescente (6 ítems): resumen


aspectos como: edad, sexo, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, si el
adolescente estudia y el último grado cursado.

b) Segunda sección: datos institucionales (8 ítems): reúne características como:


año de ingreso al INAM, condición penal, delito, instrumento usado, medida
impuesta, fugas del INAM, reincidencias en el INAM, número de reincidencias y
causas de reincidencia.

c) Tercera sección: características familiares y sociales del adolescente (14


ítems), que abarcan variables relacionadas a la situación familiar, de vivienda,
datos del padre y de la madre, datos de los hermanos, relación afectiva entre
miembros de la familia, disciplina y conducta impuesta por la madre y el padre.

d) Cuarta sección: refiere específicamente al área Criminológica, remitida al


comportamiento delictivo del adolescente (16 ítems); referentes a la conducta
del adolescente en el INAM, niveles de disciplina, fugas del hogar, características
y actividades de los amigos, consumo de sustancias alcohólicas o psicotrópicas,
comportamientos delictivos. Por último, el instrumento tiene un área donde se
anotan las observaciones del caso. (Ver anexo Nº 02)

Para aplicar el instrumento de recolección de información dentro de la Institución, se


solicitó la respectiva autorización de ingreso y de acceso a los expedientes de los
adolescentes (hembras y varones) en las diversas entidades en que se encuentran
estos archivados, ante el Jefe de Gestión Programática Licenciado Daniel Trejo,
realizándose para su aprobación, una breve presentación del tipo de investigación y la
metodología a utilizar para la recolección de información. (Ver anexo Nº 03)
Luego de aprobada la autorización, se fijó una fecha de inició de recolección de
información, comenzando por los que anteriormente se denominaban “Centros de
Diagnóstico y Tratamiento”, estos son:

“Establecimientos de régimen cerrado, donde se practica un estudio


diagnóstico y tratamiento a aquellos adolescentes que han incurrido en
faltas leves o graves. Esto se lleva a cabo a través de un conjunto de
acciones dirigidas a la modificación de condiciones y situaciones que
originan su ingreso, a objeto de promover cambios de comportamiento que
faciliten su integración social” (MARTINEZ, 2001:391)

Actualmente, son considerados los establecimientos para el cumplimiento de la


privación de libertad y en algunos se aplica la medida de semilibertad y se les denomina
Entidad de Atención para el Cumplimiento de Medidas Privativas de Libertad (Hembras
y Varones).

La primera Entidad donde se revisaron los expedientes fue la de Hembras, revisándose


534 expedientes, con la colaboración y orientación de las trabajadoras sociales de éste
centro y para agilizar el proceso de búsqueda y recolección de información, se contó
con la contribución de tres criminólogas, quienes atendieron las pautas de la presente
investigación.

Luego, se revisaron los expedientes archivados en lo que anteriormente se denominaba


“Centro de Evaluación Inicial”, entendido como “Modalidad dirigida a la protección
inmediata y provisional de niños, niñas y adolescentes en presunta situación irregular,
detectando y esclareciendo en muy breve lapso (1 mes) las circunstancias que
motivaron su intervención” (MARTINEZ,2001:391). En este Centro las trabajadoras
sociales, se encargan de los casos de jóvenes a quienes se les ha dictado medidas no
privativas de libertad, específicamente amonestación, imposición de reglas de
conducta, libertad asistida, servicios comunitarios y trabajos comunitarios. En esa
actualmente denominada “Entidad de Atención para el Cumplimiento de la Medida de
Detención Provisional”, se revisaron 82 expedientes. Es pertinente destacar que la
medida de Semi-Libertad, no se cumple en el INAM-Mérida, puesto que a información
de las Trabajadoras Sociales las estructuras actuales de este centro no se prestan para
este tipo de medida.

Finalmente, durante este proceso se revisaron 283 expedientes de los sentenciados o


sancionados con Privación de Libertad, en la Entidad de Atención para el Cumplimiento
de Medidas Privativas de Libertad (Varones), se contó con la colaboración y orientación
de las trabajadoras sociales encargadas de esta Entidad. En total se revisaron 899
expedientes, quedando 143 expedientes seleccionados intencionalmente, por cubrir con
las características pertinentes en la presente investigación, los datos de las planillas de
recolección de información fueron almacenados, codificados e ingresados a una base
de datos computarizada para así realizar los análisis estadísticos pertinentes.

3.6 Plan de Análisis y Tratamiento de los Datos.

Los datos recabados de la planilla de información anteriormente citada, fueron vaciados


en el Programa Estadístico para las Ciencias Sociales (Statistical Package for the Social
Sciences, SPSS), dicho software es un programa especialmente diseñado para la
aplicación estadística de las ciencias sociales, que permite simplificar la obtención de
los resultados mediante la realización de cómputos y preparación de tablas. En el
presente trabajo de investigación, el uso del SPSS servirá en la elaboración de las
tablas descriptivas y de contingencia, que permitan observar las variables, así como
otras operaciones (Ej. el cálculo de coeficiente que permite indicar la validez de las
variables estudiadas).

Para lograr estos objetivos mediante el uso del programa, es necesario conformar una
matriz de datos que se inicia definiendo cada una de las variables (Entiéndase como
variables cada uno de los ítems del instrumento de recolección de información), con
cada una de las posibles alternativas de respuestas, asignándole a estas últimas un
código de representación a los fines de procesamiento estadístico. Posteriormente, se
procedió a vaciar el contenido del instrumento en la hoja de cálculo del SPSS.
Finalmente, la elaboración de las tablas de frecuencias y las de contingencia, se
realizaron a través de la función estadística de dicho programa; las tablas de
contingencia exhibidas en el presente trabajo, son aquellas que lograron tener una
asociación significativa, la cual señala que los resultados se han dado por un vínculo
entre las características y no por acción del azar; esta asociación significativa se
determina mediante el cálculo de un estadístico, denominado “Chi-Cuadrado” (x2),
este es una prueba de significancia no paramétrica, que se usa para hacer
comparaciones entre frecuencias, su cálculo tiene que ver “esencialmente con la
distinción entre las frecuencias esperadas y las frecuencias obtenidas”
(LEVIN,1992:171). Para interpretar el valor del chi cuadrado (x2), por medio del uso del
paquete estadístico, el resultado se proporciona junto con su significancia, si ésta es
menor a .050, se considera la variable válida para la investigación. Por esta razón de
validez, no serán exhibidos en el capítulo cuatro, todos los resultados arrojados por la
planilla de recolección de datos, solo se plasmarán aquellos que obtuvieron
significancia estadística.

3.7 Limitaciones.

Para concluir el capítulo concerniente a la metodología empleada en el trabajo de


investigación, destacamos algunas limitantes, presentes para el momento de la
aplicación y recolección de información, factores que hacen que algunos de los datos
mostrados en las tablas de frecuencias y de contingencias se encuentren ausentes,
resultando en algunos casos insuficiente la información para cumplir cabalmente los
objetivos propuestos.

Algunas de estas limitaciones fueron:

a) Por parte del personal profesional encargado de la orientación de los


adolescentes, escasos trabajos con el grupo familiar y comunitario de
pertenencia del adolescente, lo cual se refleja en la poca existencia de
informenes sociales en los respectivos archivos de expedientes.
b) En la institución no existe procesos automatizados de información sobre la
población.

c) Los expedientes no mantienen un registro adecuado de datos personales,


familiares, reincidencias, fugas de la Institución, etc.

d) Algunos expedientes de varones procesados, específicamente para el año 2000,


no se encontraban archivados por lo cual esta información no esta totalizada en
la población.

e) Algunas planillas de ingreso, se encontraban sin llenar la información.


CAPÍTULO IV.

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS.

Para comprender los resultados obtenidos, de la recolección de la información de la


planilla previamente diseñada para este fin, los resultados serán expuestos en tablas de
frecuencias y tablas de contingencia, respetando los criterios del estadístico chi
cuadrado (x2). En primer lugar, encontraremos las tablas de frecuencia, posteriormente
las tablas de contingencia y por último veremos una síntesis de los resultados
obtenidos.

4.1 Tablas de Frecuencia.

De acuerdo al instrumento aplicado, las siguientes son tablas de frecuencias, dirigidas a


exponer los resultados de la primera sección de la planilla de recolección de datos, es
decir, de los datos personales del adolescente.

Tabla Nº 3: Edad del adolescente que ingresó en el INAM.

edad del adolescente Frecuencia Porcentaje


12 3 2,1
13 8 5,6
14 10 7,0
15 22 15,4
16 42 29,4
17 58 40,6
Total 143 100,0
Total 143 100,0

La tabla Nº 3 apunta que, de la muestra objeto de la presente investigación, el 40,6% de


los adolescentes que ingresaron en el INAM, entre los años 2000-2003, estaban en la
edad comprendida de los 17 años, seguidos los de 16 años en una representación del
29,4%.
Tabla Nº 4: Sexo del adolescente que ingresó en el INAM.

Sexo Frecuencia Porcentaje

Masculino 85 59,4

Femenino 58 40,6

Total 143 100,0


Total 143 100,0

La tabla Nº 4, indica que entre los adolescentes que ingresaron en el INAM, para los
años 2000-2003, el 59,4% eran del sexo masculino.

Tabla Nº 5: Estudia el adolescente que ingresó en el INAM.

Estudia Frecuencia Porcentaje


Si 33 23,1
No 109 76,2
Total 142 99,3
NHI 1 ,7
Perdidos
Total 1 ,7
Total 143 100,0

La tabla Nº 5, indica que de los 143 adolescentes que representan la muestra de la


investigación, el 76,2% de ellos no estudian.
Tabla Nº 6: Último grado cursado por el adolescente que ingresó en el INAM.

Ultimo grado cursado Frecuencia Porcentaje


Primero 3 2,1
Segundo 6 4,2
Tercero 10 7,0
Cuarto 12 8,4
Quinto 12 8,4
Sexto 39 27,3
Primer año 24 16,8
Segundo año 13 9,1
Tercer año 6 4,2
No estudio 12 8,4
Cuarto año 2 1,4
Quinto año 1 ,7
Tecnico
1 ,7
Universitario
Total 141 98,6
NHI 2 1,4
Perdidos
Total 2 1,4
Total 143 100,0

La tabla Nº 6, arroja como resultado que el 27,3% de estos adolescentes que


ingresaron en el INAM, estudiaron hasta sexto grado de educación primaria, además
muestra también que un 16,8% de ellos estudiaron hasta el primer año de educación
básica y un 0,7% de los adolescentes llegó a estudiar carrera técnica universitaria.

Continuando, en este orden de exposiciones de tablas de frecuencia, les presentamos


aquellas que corresponden a la segunda sección del instrumento, es decir, las referidas
a los datos institucionales del adolescente que ingresó en el Instituto Nacional del
Menor, para los años 2000 a 2003.
Tabla Nº 7: Año de ingreso del adolescente al INAM.

Año ingreso al Inam Frecuencia Porcentaje


2000 38 26,6
2001 26 18,2
2002 32 22,4
2003 47 32,9
Total 143 100,0
Total 143 100,0

La tabla Nº 7, indica que el 32,9% de los adolescentes que conformaron la muestra del
presente estudio, ingresaron al INAM en el año 2003 y el 26,6% ingresó en el año 2000.

Tabla Nº 8: Condición del adolescente dentro de la Institución.

Condicion del
Adolescente Frecuencia Porcentaje
Procesado 19 13,3
Sancionado 91 63,6
Medida de
32 22,4
Proteccion
Total 142 99,3
NHI 1 ,7
Perdidos
Total 1 ,7
Total 143 100,0

La tabla Nº 8 señala que, el 63,6% de los adolescentes que ingresaron en el INAM se


encontraban en condición de sancionado, el 22,4% bajo medida de protección y un
13,3% en calidad de procesados.
Tabla Nº 9: Causa del ingreso del adolescente.

Causa de Ingreso Frecuencia Porcentaje


Homicidio 18 12,6
Lesiones 10 7,0
Violacion 7 4,9
Robo 40 28,0
Hurto 19 13,3
Sustancias
16 11,2
Psicotropicas
Abandono de
2 1,4
padres
Fuga del
24 16,8
Hogar
Fuga del Inam 1 ,7
Abuso Sexual 3 2,1
Total 140 97,9
NHI 3 2,1
Perdidos
Total 3 2,1
Total 143 100,0

En la tabla Nº 9 observamos que el 28% de los adolescentes ingresaron por el delito de


robo, seguidos en 16,8% de las fugas del hogar, 13,3% por hurto y por último 12,6% por
el delito de homicidio.

Tabla Nº 10: Instrumento utilizado por el adolescente para la comisión del delito.

Instrumento Utilizado Frecuencia Porcentaje


Fuerza Fisica 30 21,0
Arma de
Fuego
17 11,9
Arma Blanca 14 9,8
No utilizo 1 ,7
Total 62 43,4
NHI 81 56,6
Perdidos
Total 81 56,6
Total 143 100,0

La tabla Nº 10 indica que, el 21% de estos adolescentes usó la fuerza física para
cometer su delito, seguido del uso del armas de fuego, aunque el 56,6% de los casos
no presentaron ningún tipo de información al respecto.
Tabla Nº 11: Medida impuesta al adolescente.

Medida Impuesta Frecuencia Porcentaje


No
Privativas
42 29,4
de
Libertad
Privativas
de 49 34,3
Libertad
Total 91 63,6
NHI 3 2,1
Perdidos
Perdidos del 49 34,3
sistema
Total 52 36,4
Total 143 100,0

La tabla Nº 11 indica que, el 34,3% de estos adolescentes que ingresaron en la


institución, se les dictó medida privativa de libertad y el 29,4% se les aplicó medida no
privativa.

Tabla Nº 12: El adolescente es reincidente en el INAM.

Es reincidente del
Inam? Frecuencia Porcentaje
Si 94 65,7
No 44 30,8
Total 138 96,5
NHI 5 3,5
Perdidos
Total 5 3,5
Total 143 100,0

La tabla Nº 12 señala que, el 65,7% de la muestra es reincidente en la institución.


4.2 Tablas de Contingencia.

A continuación, presentamos las tablas de contingencia relacionadas con la presente


investigación, de acuerdo al uso del estadístico no paramétrico, denominado chi
cuadrado (x2), en principio mostraremos aquellas que obtuvieron relación alguna con el
sexo del adolescente. Estas son:
Tabla Nº 13: Sexo y Condición del Adolescente dentro del INAM.
Condicion del Adolescente
Medida de
Sexo Procesado Sancionado Proteccion Total
N 11 71 2 84
Masculino
% 13,1% 84,5% 2,4% 100,0%
N 8 20 30 58
Femenino
% 13,8% 34,5% 51,7% 100,0%
N 19 91 32 142
Total
% 13,4% 64,1% 22,5% 100,0%

X2= 50,488 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 13 indica que, en la relación sexo y condición impuesta al


adolescente para el sexo masculino el 84,5% fueron sancionados, el 51,7% del sexo
femenino, estaban en condición de medida de protección, frente al 34,5% de ellas que
fueron sancionadas.
Tabla Nº 14: Sexo y medida impuesta al adolescente.
Medida Impuesta
No
Privativas Privativas
de de
Sexo Libertad Libertad Total
N 38 33 71
Masculino
% 53,5% 46,5% 100,0%
N 4 16 20
Femenino
% 20,0% 80,0% 100,0%
N 42 49 91
Total
% 46,2% 53,8% 100,0%

X2= 7,055 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,008

La tabla Nº 14 muestra que, en la relación sexo y medida impuesta para los varones el
53,5% le fueron impuestas medidas no privativas de libertad y para las hembras el 80%,
medidas privativas de libertad.
Tabla Nº 15: Sexo y fugas del hogar.

El adolescente se ha
fugado del hogar?
Sexo Si No Total
N 42 37 79
Masculino
% 53,2% 46,8% 100,0%
N 42 12 54
Femenino
% 77,8% 22,2% 100,0%
N 84 49 133
Total
% 63,2% 36,8% 100,0%

X2= 8,351 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,004

La tabla Nº 15 señala que, el 53,2% de los varones y el 77,8% de las hembras se han
fugado del hogar.

Tabla Nº 16: Sexo y número de amigos del adolescente.

Numero de amigos
Sexo Muchos Pocos-Ninguno Total
N 39 44 83
Masculino
% 47,0% 53,0% 100,0%
N 14 39 53
Femenino
% 26,4% 73,6% 100,0%
N 53 83 136
Total
% 39,0% 61,0% 100,0%

X2= 5,756 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,016

La tabla Nº 16 indica que, en la relación sexo y número de amigos, el 73,6% de las


hembras y el 53% de los varones tienen de pocos a ningún amigo.
Tabla Nº 17: Sexo y el adolescente consume drogas?

El adolescente
consume drogas?
Sexo Si No Total
N 47 38 85
Masculino
% 55,3% 44,7% 100,0%
N 15 41 56
Femenino
% 26,8% 73,2% 100,0%
N 62 79 141
Total
% 44,0% 56,0% 100,0%

X2= 11,137 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,001

La tabla Nº 17, refleja que existe relación entre el sexo masculino y el consumo de
drogas en un 55,3%, mientras que el 73,2% de las hembras no presentan esta relación.

En el mismo orden de ideas, las presentes tablas de contingencia guardan relación con
la edad de adolescente.

Tabla Nº 18: Edad del adolescente y sexo.

Sexo
Edad del adolescente Masculino Femenino Total
N 5 16 21
De 12 a 14 años
% 23,8% 76,2% 100,0%
N 80 42 122
De 15 a 17 años
% 65,6% 34,4% 100,0%
N 85 58 143
Total
% 59,4% 40,6% 100,0%

X2= 12,962 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 18 señala la relación entre la edad del adolescente y el sexo, resultando


65,6% de los varones y el 34,4% de las hembras, entre las edades de 15 a 17 años.
Tabla Nº 19: Edad del adolescente y con quién vive?

El adolescente vive con:

Solo con Madre/Padrastro Solo-Concubinato


Edad del Padre-madre padre o -Padre/Madrastr -Otros no
adolescente -hermanos madre a-Familiares familiares Total
De 12 a 14 N 3 3 12 2 20
años % 15,0% 15,0% 60,0% 10,0% 100%
De 15 a 17 N 46 33 36 5 120
años % 38,3% 27,5% 30,0% 4,2% 100%
N 49 36 48 7 140
Total
% 35,0% 25,7% 34,3% 5,0% 100%

X2= 9,375 gl= 3 Sig.asint (bilateral)= ,025

La tabla Nº 19 apunta que, en la relación edad del adolescente y con quién vive el
mismo, para aquellos con edades comprendidas entre 12 a 14 años, el 60% viven con
padrastros/ madrastras o familiares y entre los de 15 a 17 años, el 38,3% viven con sus
padres y hermanos.

Tabla Nº 20: Edad del adolescente y amenaza a las personas?

El adolescente
amenaza a las
personas?
Edad del adolescente Si No Total
De 12 a 14 N 8 5 13
años % 61,5% 38,5% 100,0%
De 15 a 17 N 78 14 92
años % 84,8% 15,2% 100,0%
N 86 19 105
Total
% 81,9% 18,1% 100,0%

X2= 4,152 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,042

La tabla Nº 20 indica que, en esta relación estadística, el grupo de adolescentes con


edades comprendidas entre 15 a 17 años, son los que presentan delitos como
amenazas contra las personas en un 84,8%.
Las tablas de contingencia, que guardan relación alguna con los datos institucionales,
son:
Tabla Nº 21: Causa de ingreso y sexo del adolescente.

Sexo
Causa de Ingreso Masculino Femenino Total
N 29 6 35
Homicidio-Lesiones-Violacion
% 82,9% 17,1% 100,0%
N 45 14 59
Robo-Hurto-Estafa
% 76,3% 23,7% 100,0%
N 8 8 16
Sustancias Psicotropicas
% 50,0% 50,0% 100,0%
Abandono padres-Fuga Hogar y del N 2 25 27
Inam % 7,4% 92,6% 100,0%
N 3 3
Actos Lascivos-Abuso Sexual
% 100,0% 100,0%
N 84 56 140
Total
% 60,0% 40,0% 100,0%

X2= 50,411 gl= 4 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 21 arroja entre sus resultados que, la mayor proporción de delito cometido
por los adolescentes que ingresaron en el Inam para los años 2000-2003, se encuentra
representando para los varones en 76,3% para los delitos de robo-hurto y estafas, y las
hembras, 92,6% presentaron fugas del hogar, abandonos de los padres y fugas del
Inam.
Tabla Nº 22: Causa de ingreso y el adolescente se ha fugado del hogar?
El adolescente se ha
fugado del hogar?
Causa de Ingreso Si No Total
N 11 20 31
Homicidio-Lesiones-Violacion
% 35,5% 64,5% 100,0%
N 41 16 57
Robo-Hurto-Estafa
% 71,9% 28,1% 100,0%
N 7 8 15
Sustancias Psicotropicas
% 46,7% 53,3% 100,0%
Abandono padres-Fuga Hogar y N 21 3 24
del Inam % 87,5% 12,5% 100,0%
N 1 2 3
Actos Lascivos-Abuso Sexual
% 33,3% 66,7% 100,0%
N 81 49 130
Total
% 62,3% 37,7% 100,0%

X2= 20,865 gl= 4 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 22 señala que aquellos adolescentes que han cometido algún tipo de delito
o han sido abandonados por los padres, presentan fugas del hogar.

Tabla Nº 23: Causa de ingreso y el adolescente consume drogas?

El adolescente
consume drogas?
Causa de Ingreso Si No Total
N 15 20 35
Homicidio-Lesiones-Violacion
% 42,9% 57,1% 100,0%
N 33 26 59
Robo-Hurto-Estafa
% 55,9% 44,1% 100,0%
N 8 8 16
Sustancias Psicotropicas
% 50,0% 50,0% 100,0%
Abandono padres-Fuga Hogar N 5 20 25
y del Inam % 20,0% 80,0% 100,0%
N 3 3
Actos Lascivos-Abuso Sexual
% 100,0% 100,0%
N 61 77 138
Total
% 44,2% 55,8% 100,0%

X2= 11,849 gl= 4 Sig.asint (bilateral)= ,019

La tabla Nº 23 indica que, aquellos adolescentes que cometieron delitos de robo-hurto o


estafa, el 55,9% han consumido drogas.
Tabla Nº 24: Causa de ingreso y el adolescente amenaza a las personas?

El adolescente
amenaza a las
personas?
Causa de Ingreso Si No Total
N 22 6 28
Homicidio-Lesiones-Violacion
% 78,6% 21,4% 100,0%
N 40 6 46
Robo-Hurto-Estafa
% 87,0% 13,0% 100,0%
N 7 4 11
Sustancias Psicotropicas
% 63,6% 36,4% 100,0%
Abandono padres-Fuga Hogar y N 15 1 16
del Inam % 93,8% 6,3% 100,0%
N 2 2
Actos Lascivos-Abuso Sexual
% 100,0% 100,0%
N 84 19 103
Total
% 81,6% 18,4% 100,0%

X2= 13,830 gl= 4 Sig.asint (bilateral)= ,008

La tabla Nº 24 señala que, en la relación causa de ingreso y si el adolescente amenaza


a las personas, la relación se presenta en el 87% de aquellos que cometieron delitos de
robo-hurto o estafa.

A continuación, se presentan las tablas que son el sustento más significativo de la


presente investigación, debido a que se refieren al área familiar, la relación se presentó
en las variables con quién vive el adolescente, la relación afectiva con los padres y
la relación familiar. Las tablas que resultaron significativa de acuerdo al valor no
parametrico chi cuadrado, fueron:
Tabla Nº 25: Con quién vive el adolescente y discusión en el hogar?

Los padres discuten


en el hogar
El adolescente vive con: Si No Total
N 18 14 32
Padre-madre-hermanos
% 56,3% 43,8% 100,0%
N 3 19 22
Solo con padre o madre
% 13,6% 86,4% 100,0%
Madre/Padrastro-Padre/ N 12 9 21
Madrastra-Familiares % 57,1% 42,9% 100,0%
Solo-Concubinato-Otros N 1 2 3
no familiares % 33,3% 66,7% 100,0%
N 34 44 78
Total
% 43,6% 56,4% 100,0%

X2= 11,810 gl= 3 Sig.asint (bilateral)= ,008

La tabla Nº 25, muestra la relación con quién vive el adolescente y discusiones de los
padres en el hogar, aquellos que viven con sus padres y hermanos el 56,3% de sus
padres discuten en el hogar, al igual que el 57,1% de los que viven con padrastros/
madrastras y familiares.

Tabla Nº 26: Con quién vive el adolescente y la conducta en el INAM?

Conducta del Adolescente en el Inam


Agresivo/
Desobediente- Ocioso-Sensible
El adolescente vive con: Rebelde -Timido Obediente Total
N 19 17 10 46
Padre-madre-hermanos
% 41,3% 37,0% 21,7% 100,0%
N 23 5 7 35
Solo con padre o madre
% 65,7% 14,3% 20,0% 100,0%
Madre/Padrastro-Padre/Madrastra N 21 7 15 43
-Familiares % 48,8% 16,3% 34,9% 100,0%
Solo-Concubinato-Otros no N 6 1 7
familiares % 85,7% 14,3% 100,0%
N 69 29 33 131
Total
% 52,7% 22,1% 25,2% 100,0%

X2= 14,110 gl= 3 Sig.asint (bilateral)= ,028

La tabla Nº 26 apunta que, en cualquiera de las relaciones de convivencia del


adolescente, la conducta que refleja en el instituto es agresiva, desobediente y rebelde.
Tabla Nº 27: Relación afectiva con los padres y edad del adolescente.

Edad del adolescente


La relacion afectiva con los padres De 12 a 14 De 15 a 17
era: años años Total
N 22 22
Comunicativa
% 100,0% 100,0%
Poco comunicativa- N 18 91 109
Problematica-Indiferente % 16,5% 83,5% 100,0%
N 18 113 131
Total
% 13,7% 86,3% 100,0%

X2= 4,212 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,040

La tabla Nº 27 muestra que, la relación afectiva con los padres de los adolescentes
entre las edades 15 a 17 años es 83,5% poco comunicativa, problemática o indiferente.

Tabla Nº 28: Relación afectiva con los padres y relación familiar.

La relacion familiar era:


Autoritaria-
Armoniosa- Conflictiva-
La relacion afectiva con los padres era: Respetuosa Violenta Total
N 12 8 20
Comunicativa
% 60,0% 40,0% 100,0%
Poco N 6 100 106
comunicativa-Problematica-Indiferente % 5,7% 94,3% 100,0%
N 18 108 126
Total
% 14,3% 85,7% 100,0%

X2= 40,574 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 28 determina que, la relación afectiva con los padres poco comunicativa,
problemática e indiferente de los padres, se vincula en un 94,3% de relación familiar
autoritaria, conflictiva o violenta.
Tabla Nº 29: Relación afectiva con los padres y la conducta del padre en el hogar
del adolescente.

La conducta del padre en el hogar


fue:
Sociable/ Severo/
Sobreprotector/ Despreocupado/
La relacion afectiva con los padres era: Preocupado Reservado Total
N 7 7 14
Comunicativa
% 50,0% 50,0% 100,0%
Poco N 7 49 56
comunicativa-Problematica-Indifere % 12,5% 87,5% 100,0%
N 14 56 70
Total
% 20,0% 80,0% 100,0%

X2= 9,844 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,002

La tabla Nº 29 señala que, la relación poco comunicativa, problemática e indiferente


guarda relación en 87,5% con aquellos padres que fueron severos, despreocupados y
reservados.

Tabla Nº 30: Relación afectiva con los padres y adaptación a la disciplina escolar.

Adaptacion disciplina
escolar
La relacion afectiva con los padres era: Si No Total
N 8 12 20
Comunicativa
% 40,0% 60,0% 100,0%
Poco comunicativa-Problematica- N 20 83 103
Indiferente % 19,4% 80,6% 100,0%
N 28 95 123
Total
% 22,8% 77,2% 100,0%

X2= 4,035 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,045

La tabla Nº 30 sugiere que, existe significancia estadística entre la relación poco


comunicativa y la no adaptación a la disciplina escolar por parte del adolescente, en un
80,6%.
Tabla Nº 31: Relación familiar y el adolescente se ha fugado del INAM?

Se ha fugado del
Inam?
La relacion familiar era: Si No Total
N 2 17 19
Armoniosa-Respetuosa
% 10,5% 89,5% 100,0%
N 41 68 109
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 37,6% 62,4% 100,0%
N 43 85 128
Total
% 33,6% 66,4% 100,0%

X2= 5,322 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,021

La tabla Nº 31 indica que, aún cuando la relación familiar es autoritaria, conflictiva o


violenta no existe correspondencia con las fugas del Inam, esto se muestra con el
62,4% de la muestra.

Tabla Nº 32: Relación familiar y el adolescente es reincidente en el INAM?

Es reincidente del
Inam?
La relacion familiar era: Si No Total
N 8 11 19
Armoniosa-Respetuosa
% 42,1% 57,9% 100,0%
N 79 32 111
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 71,2% 28,8% 100,0%
N 87 43 130
Total
% 66,9% 33,1% 100,0%

X2= 6,192 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,013

La tabla Nº 32 establece el vínculo que existe entre relaciones familiares autoritarias,


conflictivas o violentas y el 71,2% de la reincidencia en el Inam.
Tabla Nº 33: Relación familiar y número de entradas del adolescente al INAM.

Numero de entradas al Inam


Dos
veces o Cuatro y
Primera tres mas
La relacion familiar era: vez veces veces Total
N 11 8 19
Armoniosa-Respetuosa
% 57,9% 42,1% 100,0%
N 33 50 27 110
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 30,0% 45,5% 24,5% 100,0%
N 44 58 27 129
Total
% 34,1% 45,0% 20,9% 100,0%

X2= 8,400 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,015

La tabla Nº 33 señala que, la relación familiar autoritaria, conflictiva o violenta, guarda


relación con el número de entradas al Inam, en un 45,5% de dos a tres veces; al
contrario de familias armoniosas, la relación es del 57,9% que ingresan por primera vez.

Tabla Nº 34: Relación familiar y relación afectiva con los hermanos.

La relacion afectiva entre los


hermanos era:
Muy Regular-Mala
La relacion familiar era: buena-Buena -Inexistente Total
N 13 2 15
Armoniosa-Respetuosa
% 86,7% 13,3% 100,0%
N 19 75 94
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 20,2% 79,8% 100,0%
N 32 77 109
Total
% 29,4% 70,6% 100,0%

X2= 27,545 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 34 sugiere que, existe relación significativa entre familias autoritarias,


conflictivas o violentas y 79,8% de la relación afectiva entre los hermanos es regular a
inexistente.
Tabla Nº 35: Relación familiar y la conducta de la madre en el hogar.

La conducta de la madre en el hogar fue:


Severa/Violenta-
Sociable-Sobreprotectora Despreocupada-
La relacion familiar era: -Preocupada Reservada Total
N 14 3 17
Armoniosa-Respetuosa
% 82,4% 17,6% 100,0%
N 27 69 96
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 28,1% 71,9% 100,0%
N 41 72 113
Total
% 36,3% 63,7% 100,0%

X2= 18,371 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 35 propone que, en familias autoritarias, conflictivas o violentas, la conducta


de la madre en el hogar era 71,9% severa, violenta, despreocupada y reservada.

Tabla Nº 36: Relación familiar y disciplina o castigo impuesto por la madre.

La disciplina o castigo impuesto por la


madre era:
Aislamiento- Maltratos
Expulsiones- Fisicos-
Abusos Ofensas/ No
La relacion familiar era: Sexuales Insultos castigaba Total
N 2 5 5 12
Armoniosa-Respetuosa
% 16,7% 41,7% 41,7% 100,0%
N 10 72 4 86
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 11,6% 83,7% 4,7% 100,0%
N 12 77 9 98
Total
% 12,2% 78,6% 9,2% 100,0%

X2= 18,300 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 36 apunta que, en familias autoritarias, la disciplina o castigo impuesto por


la madre era 83,7% maltratos físicos y ofensas e insultos.
Tabla Nº 37: Relación familiar y conducta del padre en el hogar.

La conducta del padre en el hogar


fue:
Sociable/ Severo/
Sobreprotector Despreocupado
La relacion familiar era: / Preocupado / Reservado Total
N 7 4 11
Armoniosa-Respetuosa
% 63,6% 36,4% 100,0%
N 6 51 57
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 10,5% 89,5% 100,0%
N 13 55 68
Total
% 19,1% 80,9% 100,0%

X2= 16,820 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 37 alude que, la correspondencia familia autoritaria, conflictiva o violenta, y


la conducta del padre en el hogar fue 89,5% severo, despreocupado y reservado.

Tabla Nº 38: Relación familiar y disciplina o castigo impuesto por el padre.

Disciplina o castigo impuesto por el padre:


Aislamiento-
Expulsiones-
Abusos Ofensas/Insultos No
La relacion familiar era: Sexuales -Maltrato Fisico castigaba Total
N 2 2 2 6
Armoniosa-Respetuosa
% 33,3% 33,3% 33,3% 100,0%
N 10 40 2 52
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 19,2% 76,9% 3,8% 100,0%
N 12 42 4 58
Total
% 20,7% 72,4% 6,9% 100,0%

X2= 8,711 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,013

La tabla Nº 38 determina que, en las familias autoritarias la disciplina o castigo impuesto


por el padre fue 76,9% ofensas, insultos y maltrato físico.
Tabla Nº 39: Relación familiar y el adolescente recibe maltratos por otros
familiares?

El adolescente recibe
maltratos por otros
familiares?
La relacion familiar era: Si No Total
N 2 14 16
Armoniosa-Respetuosa
% 12,5% 87,5% 100,0%
N 43 52 95
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 45,3% 54,7% 100,0%
N 45 66 111
Total
% 40,5% 59,5% 100,0%

X2= 6,098 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,014

La tabla Nº 39 expone que, en familias autoritarias, conflictivas o violentas, existe


incongruencia en un 54,7% con maltrato por parte de otros familiares hacia el
adolescente.

Tabla Nº 40: Relación familiar y el adolescente estaba fuera de casa.

El adolescente estaba fuera de casa:


Algunas Rara
La relacion familiar era: Siempre veces vez/Nunca Total
N 3 13 3 19
Armoniosa-Respetuosa
% 15,8% 68,4% 15,8% 100,0%
N 73 30 8 111
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 65,8% 27,0% 7,2% 100,0%
N 76 43 11 130
Total
% 58,5% 33,1% 8,5% 100,0%

X2= 16,747 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 40 señala que, en familias autoritarias, conflictivas o violentas el


adolescente en 65,8% se encuentra ausente de casa siempre.
Tabla Nº 41: Relación familiar y conducta del adolescente en el INAM.

Conducta del Adolescente en el Inam


Agresivo Ocioso-
/Desobediente Sensible
La relacion familiar era: -Rebelde - Timido Obediente Total
N 5 3 12 20
Armoniosa-Respetuosa
% 25,0% 15,0% 60,0% 100,0%
N 61 24 21 106
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 57,5% 22,6% 19,8% 100,0%
N 66 27 33 126
Total
% 52,4% 21,4% 26,2% 100,0%

X2= 14,237 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,001

La tabla Nº 41 demuestra que, relaciones familiares autoritarias, conflictivas o violentas


se encuentran vinculadas con la conducta del adolescente en el Inam, es decir, que el
57,5% de ellos son agresivos, desobedientes y rebeldes.

Tabla Nº 42: Relación familiar y ante frustraciones como reacciona el adolescente.

La reaccion del adolescente


ante frustraciones es:
Conforme-Aisla-
La relacion familiar era: Violento Indiferente Total
N 4 14 18
Armoniosa-Respetuosa
% 22,2% 77,8% 100,0%
N 62 36 98
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 63,3% 36,7% 100,0%
N 66 50 116
Total
% 56,9% 43,1% 100,0%

X2= 10,445 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,001

La tabla Nº 42 apunta que, en relaciones familiares autoritarias, conflictivas o violentas,


el adolescente ante las frustraciones reaccione 63,3% de manera violenta.
Tabla Nº 43: Relación familiar y adaptación disciplina escolar.

Adaptacion disciplina
escolar
La relacion familiar era: Si No Total
N 10 7 17
Armoniosa-Respetuosa
% 58,8% 41,2% 100,0%
N 20 89 109
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 18,3% 81,7% 100,0%
N 30 96 126
Total
% 23,8% 76,2% 100,0%

X2= 13,281 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 43 establece que, en familias autoritarias, conflictivas o violentas, la no


adaptación a la disciplina escolar por parte del adolescente es del 81,7%

Tabla Nº 44: Relación familiar y adaptación del adolescente a la disciplina del


INAM.

Adaptacion disciplina
Inam:
La relacion familiar era: Si No Total
N 14 6 20
Armoniosa-Respetuosa
% 70,0% 30,0% 100,0%
N 46 66 112
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 41,1% 58,9% 100,0%
N 60 72 132
Total
% 45,5% 54,5% 100,0%

X2= 5,728 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,017

La tabla Nº 44 determina que, en la relación familiar autoritaria, conflictiva o violenta se


corresponde con la no adaptación a la disciplina en el Inam, en un 58,9%, frente a
aquellos adolescente que provienen de familias armoniosas, que en 70% se adaptan a
la institución.
Tabla Nº 45: Relación familiar y el adolescente se ha fugado del hogar?

El adolescente se ha
fugado del hogar?
La relacion familiar era: Si No Total
N 2 17 19
Armoniosa-Respetuosa
% 10,5% 89,5% 100,0%
N 79 28 107
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 73,8% 26,2% 100,0%
N 81 45 126
Total
% 64,3% 35,7% 100,0%

X2= 28,164 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 45 sugiere que, en familias autoritarias, conflictivas o violentas existe


relación del 73,8% de fugas del adolescente del hogar.

Tabla Nº 46: Relación familiar y características de los amigos del adolescente.

Los amigos se
caracterizan porque:
Se oponen
a las
normas/
Realizan
Respetan actos
las delictivos o
La relacion familiar era: normas violento Total
N 5 13 18
Armoniosa-Respetuosa
% 27,8% 72,2% 100,0%
N 6 87 93
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 6,5% 93,5% 100,0%
N 11 100 111
Total
% 9,9% 90,1% 100,0%

X2= 7,683 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,006

La tabla Nº 46 apunta que, la relación familiar autoritaria, conflictiva y violenta se vincula


en un 93,5% con las características de los amigos de los adolescentes que se oponen a
las normas y realizan actos delictivos o violentos.
Tabla Nº 47: Relación familiar y consumo de alcohol del adolescente.

El adolescente
consume alcohol?
La relacion familiar era: Si No Total
N 7 13 20
Armoniosa-Respetuosa
% 35,0% 65,0% 100,0%
N 75 37 112
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 67,0% 33,0% 100,0%
N 82 50 132
Total
% 62,1% 37,9% 100,0%

X2= 7,368 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,007

La tabla Nº 47 señala que, la relación familiar autoritaria presenta correspondencia en


67% del consumo de alcohol del adolescente.

Tabla Nº 48: Relación familiar y el adolescente causa daños a la propiedad.

El adolescente causa
daños a la propiedad?
La relacion familiar era: Si No Total
N 5 10 15
Armoniosa-Respetuosa
% 33,3% 66,7% 100,0%
N 61 24 85
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 71,8% 28,2% 100,0%
N 66 34 100
Total
% 66,0% 34,0% 100,0%

X2= 8,392 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,004

La tabla Nº 48 apunta que, la relación familiar autoritaria, violenta y conflictiva se


relaciona 71,8% con los daños causados a la propiedad por parte del adolescente.
Tabla Nº 49: Relación familiar y el adolescente ha causado escándalo público?

El adolescente ha
causa escandalo
publico?
La relacion familiar era: Si No Total
N 3 5 8
Armoniosa-Respetuosa
% 37,5% 62,5% 100,0%
N 41 12 53
Autoritaria-Conflictiva-Violenta
% 77,4% 22,6% 100,0%
N 44 17 61
Total
% 72,1% 27,9% 100,0%

X2= 5,493 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,019

La tabla Nº 49 indica que, la relación familiar autoritaria, presenta relación en 77,4% con
el escándalo público causado por el adolescente.

Por último, presentamos aquellas tablas de contingencia que se relacionaron con el


comportamiento delictivo del adolescente, las variables que resultaron
estadísticamente significativa hacen mención a la fuga del hogar, características de
los amigos, consumo de alcohol y consumo de drogas.

Tabla Nº 50: Fuga del hogar y ausencia de casa.

El adolescente estaba fuera de casa:


El adolescente se ha Algunas Rara
fugado del hogar? Siempre veces vez/Nunca Total
N 62 17 4 83
Si
% 74,7% 20,5% 4,8% 100,0%
N 17 22 7 46
No
% 37,0% 47,8% 15,2% 100,0%
N 79 39 11 129
Total
% 61,2% 30,2% 8,5% 100,0%

X2= 17,957 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,000

La tabla Nº 50 refiere que, en la relación fuga del hogar por parte del adolescente y su
ausencia en casa tienen vinculación en 74,7% de aquellos que siempre se fugan del
hogar.
Tabla Nº 51: Fuga del hogar y edad de los amigos.

Edad de los Amigos


Mayores Menores Misma
El adolescente se ha que que edad de
fugado del hogar? el/ella el/ella el/ella Total
N 49 4 21 74
Si
% 66,2% 5,4% 28,4% 100,0%
N 13 4 23 40
No
% 32,5% 10,0% 57,5% 100,0%
N 62 8 44 114
Total
% 54,4% 7,0% 38,6% 100,0%

X2= 11,913 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,003

La tabla Nº 51 establece que, existe relación entre las fugas del hogar y la edad de los
amigos de los adolescentes, apuntando que el 66,2% de estos son mayores que él o la
adolescente.
Tabla Nº 52: Fuga del hogar y característica de los amigos.

Los amigos se
caracterizan porque:
Se
oponen a
las
normas/
Realizan
Respetan actos
El adolescente se ha las delictivos
fugado del hogar? normas o violento Total
N 3 70 73
Si
% 4,1% 95,9% 100,0%
N 7 32 39
No
% 17,9% 82,1% 100,0%
N 10 102 112
Total
% 8,9% 91,1% 100,0%

X2= 5,987 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,014

La tabla Nº 52 señala la relación entre las fugas del hogar y característica de los amigos
que se oponen a las normas y realizan actos delictivos en un 95,9%
Tabla Nº 53: Fuga del hogar y quién acude cuando el adolescente está en
problemas?

Quien acude cuando el adolescente esta en problemas:


El adolescente Padres-
se ha fugado de Otro
hogar? familiar Policia-Inam Vecinos-Amigos Nadie Total
N 10 59 3 11 83
Si
% 12,0% 71,1% 3,6% 13,3% 100,0%
N 21 20 2 6 49
No
% 42,9% 40,8% 4,1% 12,2% 100,0%
N 31 79 5 17 132
Total
% 23,5% 59,8% 3,8% 12,9% 100,0%

X2= 17,211 gl= 3 Sig.asint (bilateral)= ,001

La tabla Nº 53 refiere que, en la relación fuga del hogar el 71,1% de las situaciones
problemáticas acude a su ayuda la policía o el Inam.

Tabla Nº 54: Características de los amigos y edad del adolescente.

Edad del adolescente


De 12 a 14 De 15 a 17
Los amigos se caracterizan porque: años años Total
N 4 7 11
Respetan las normas
% 36,4% 63,6% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 14 94 108
actos delictivos o violentos % 13,0% 87,0% 100,0%
N 18 101 119
Total
% 15,1% 84,9% 100,0%

X2= 4,258 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,039

La tabla Nº 54 señala que, entre las características de los amigos que se oponen a las
normas o realizan actos delictivos y violentos, se corresponde en 87% de los
adolescentes entre las edades de 15 a 17 años.
Tabla Nº 55: Características de los amigos y el adolescente es reincidente del
INAM?

Es reincidente del
Inam?
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 4 7 11
Respetan las normas
% 36,4% 63,6% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 77 26 103
actos delictivos o violento % 74,8% 25,2% 100,0%
N 81 33 114
Total
% 71,1% 28,9% 100,0%

X2= 7,123 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,008

La tabla Nº 55 apunta que, entre las características de los amigos que se oponen a las
normas y realizan actos delictivos, se relacionan en 74,8% de las reincidencias en el
Inam.

Tabla Nº 56: Características de los amigos y adaptación a la disciplina escolar.

Adaptacion disciplina
escolar
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 5 6 11
Respetan las normas
% 45,5% 54,5% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 18 82 100
actos delictivos o violento % 18,0% 82,0% 100,0%
N 23 88 111
Total
% 20,7% 79,3% 100,0%

X2= 4,537 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,037

La tabla Nº 56 alude que, las características de los amigos que se oponen a las normas
se corresponde 82% con los adolescentes que no se adaptan a las disciplina escolar.
Tabla Nº 57: Características de los amigos y el adolescente consume alcohol?

El adolescente
consume alcohol?
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 3 8 11
Respetan las normas
% 27,3% 72,7% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 72 36 108
actos delictivos o violento % 66,7% 33,3% 100,0%
N 75 44 119
Total
% 63,0% 37,0% 100,0%

X2= 6,648 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,010

La tabla Nº 57 indica que, aquellos amigos que se oponen a las normas y realizan actos
delictivos o violentos se vinculan en 66,7% en el consumo de alcohol de los
adolescentes.

Tabla Nº 58: Características de los amigos y el adolescente amenaza a las


personas?

El adolescente
amenaza a las
personas?
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 4 5 9
Respetan las normas
% 44,4% 55,6% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 73 12 85
actos delictivos o violento % 85,9% 14,1% 100,0%
N 77 17 94
Total
% 81,9% 18,1% 100,0%

X2= 9,433 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,002

La tabla Nº 58 refiere que, existe relación entre los amigos que se oponen a las normas
y los adolescentes que amenazan a las personas en un 85,9%
Tabla Nº 59: Características de los amigos y el adolescente causa daños a la
propiedad?

El adolescente causa
daños a la propiedad?
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 3 7 10
Respetan las normas
% 30,0% 70,0% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 58 25 83
actos delictivos o violento % 69,9% 30,1% 100,0%
N 61 32 93
Total
% 65,6% 34,4% 100,0%

X2= 6,289 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,012

La tabla Nº 59 sugiere que, entre los amigos que se oponen a las normas y realizan
actos delictivos en un 69,9% se relacionan con los adolescentes que han causado daño
a la propiedad.

Tabla Nº 60: Características de los amigos y el adolescente ha causado escándalo


público?

El adolescente ha
causa escandalo
publico?
Los amigos se caracterizan porque: Si No Total
N 3 4 7
Respetan las normas
% 42,9% 57,1% 100,0%
Se oponen a las normas/ Realizan N 41 9 50
actos delictivos o violento % 82,0% 18,0% 100,0%
N 44 13 57
Total
% 77,2% 22,8% 100,0%

X2= 5,344 gl= 1 Sig.asint (bilateral)= ,021

La tabla Nº 60 establece que, los amigos que se oponen a las normas y realizan actos
delictivos se corresponde en 82% de los adolescentes que han causado escándalo
público.
Tabla Nº 61: Consumo de alcohol del adolescente y edad de los amigos.

Edad de los Amigos


Mayores Menores Misma
El adolescente que que edad de
consume alcohol? el/ella el/ella el/ella Total
N 50 4 25 79
Si
% 63,3% 5,1% 31,6% 100,0%
N 17 5 22 44
No
% 38,6% 11,4% 50,0% 100,0%
N 67 9 47 123
Total
% 54,5% 7,3% 38,2% 100,0%

X2= 7,178 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,028

La tabla Nº 61 propone que, en la relación consumo de alcohol por parte del


adolescente y la edad de los amigos 63,3% de los amigos son mayores que él o ella.

Tabla Nº 62: Consumo de drogas del adolescente y ausencias de casa.

El adolescente estaba fuera de casa:


El adolescente Algunas Rara
consume drogas? Siempre veces vez/Nunca Total
N 35 23 1 59
Si
% 59,3% 39,0% 1,7% 100,0%
N 44 21 10 75
No
% 58,7% 28,0% 13,3% 100,0%
N 79 44 11 134
Total
% 59,0% 32,8% 8,2% 100,0%

X2= 6,664 gl= 2 Sig.asint (bilateral)= ,036

La tabla Nº 62 apunta que, en la relación consumo de drogas y ausencias de casa por


parte del adolescente el 59,3% se encontraba siempre fuera de casa.
4.3 Síntesis de los Resultados Obtenidos.

A continuación presentamos una sinopsis de los resultados expuestos en la presente


investigación, de las tablas de frecuencia y de aquellas variables que resultaron
significativas estadísticamente.

a) En primer lugar, respecto a las tablas de frecuencia observamos la representación de


mayor porcentaje en adolescentes con edades entre los 16 y 17 años, del sexo
masculino, ambos sexos no estudian, su último grado cursado fue sexto o primer año
de educación básica, con ingreso a la institución en el año 2003 y fueron
sancionados, cometieron fundamentalmente delitos de robo, empleando la fuerza
física, la medida impuesta era privativa de libertad y mostraron reincidencia en la
Institución.

b) Con referencia a las tablas de contingencia, en la relación sexo se destacó para los
varones la condición de sancionados y para las hembras medida de protección, en
cuanto a la medida impuesta a los varones se les impuso medidas no privativas de
libertad y a las hembras privativas de libertad, respecto a la conducta delictiva del
adolescente ambos sexos presentaron fugas del hogar, con pocas a ninguna relación
de grupos de amigos y el consumo de drogas para el sexo masculino.

c) En lo tocante a la correspondencia de la variable edad la distribución quedó


representada entre las edades de 15 a 17 años, este grupo vive con sus padres y
hermanos o con padrastros y familiares, en cuanto a la conducta delictiva los de esta
edad presentan amenazas a las personas.

d) En cuanto a la causa de ingreso los varones presentaron delitos como robo, hurto y
estafa y las hembras fugas del hogar, abandono de los padres y fugas del INAM; y
los adolescentes que entraron por delitos como robo, hurto y estafa presentaron
consumo de drogas y amenazas a las personas.
e) La relación con quien vive el adolescente, resultó significativa en cuanto a las
discusiones que se presentan en el hogar, tanto de los que viven con sus padres y
hermanos y aquellos que viven con padrastros y familiares, lo que hace que su
conducta dentro de la Institución sea rebelde, especialmente los aquellos
adolescentes que viven solo con sus madres o padres.

f) La cuestión de la relación afectiva con los padres del tipo poco comunicativa,
problemática o indiferente se presentan en los adolescente con edades
comprendidas entre 15 a 17 años donde la relación familiar es autoritaria, conflictiva
y violenta, la conducta del padre en el hogar es del tipo severo, despreocupado y
reservado, además los adolescentes no mostraron adaptación a la disciplina escolar.

g) En cuanto al vínculo existente entre la relación familiar, predominó el modelo


autoritario, conflictivo y violento, sin presentar conexión alguna con las fugas del
Inam, pero si en cuanto a las reincidencia en el Instituto y el número de entradas al
mismo; respecto a las relaciones afectivas con los hermanos demostró ser mala e
inexistente, la conducta de la madre era violenta, despreocupada y reservada, el tipo
de disciplina o castigo impuesto por ella era ofensas y maltratos físicos; las mismas
características presenta el padre dentro del hogar; en este tipo de familias
conflictivas y violentas el adolescente recibe maltrato por parte de otros familiares,
por cuanto hacen que estén siempre fuera de casa, se muestren agresivos y
desobedientes dentro del INAM, reaccionen de manera violenta ante frustraciones,
no se adaptan a la disciplina escolar y a las del Instituto; se fugan del hogar, buscan
amigos que se oponen a las normas o realizan actos delictivos, consumen alcohol,
causan daños a la propiedad y escándalo público.

h) Respecto a las conductas delictivas presentes en los adolescentes, aquellos que se


han fugado del hogar, siempre se encuentran fuera de casa, con amigos mayores
que ellos, que se oponen a las normas y realizan actos delictivos y en caso de
presentar algún problema quienes han acudido en su ayuda son la policía o el
Instituto Nacional del Menor.
i) Concerniente a las características de los amigos, se destacan los que se oponen a
las normas y realizan actos delictivos o violentos, en los adolescente con edades
comprendidas entre los 15 a 17 años, que son reincidentes del INAM, no se adaptan
a la disciplina escolar, consumen alcohol, amenazan a las personas, causan daños a
la propiedad y escándalo público.

j) Finalmente, respecto a las conductas delictivas resultó significativa la relación


consumo de alcohol con los amigos mayores que el adolescente y el consumo de
drogas con las ausencias constantes del adolescente fuera de casa.

4.4 Análisis de los Resultados.

Desde la perspectiva más general, con los resultados obtenidos podemos hacer
mención que la representación del sexo masculino en la muestra de los adolescentes
es de esperar, por cuanto es en este género donde frecuenta la conducta delictiva, la
cantidad de hembras es menor y se encontraron en situación de protección debido a
que gran número de ellas se fugaron del hogar, unas por ser violadas por sus
padrastros, hermanos y otro familiar y otras por no encontrar al hogar como el refugio
ideal para su normal desenvolvimiento; es por esto que para ellas se reflejen en los
resultados medidas privativas de libertad, como medida protectora, caso contrario se
presenta en la sanción de los varones. Es pertinente destacar que como casi la
totalidad de los adolescentes ingresaron para el año 2003, existía un correcto manejo
de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, por cuanto las
sanciones impuestas van dirigidas primordialmente a la educación y no a la privación de
libertad, mientras que para aquellos que ingresaron para el año 2001, se impusieron
más las privativas de libertad, debido a que comenzaba a regir esta nueva Ley en el
país.

Por otra parte, observamos que los adolescentes de ambos de sexos presentaron
edades entre 15 y 17 años de edad, como se reflejó en el segundo capítulo del trabajo,
en este período el adolescente tiene un desarrollo psicológico evolutivo en cuanto a la
cognición y la voluntad para gozar de responsabilidad penal por el hecho cometido, esto
quiere decir que sabe y conoce su acto; respecto a la relación con la conducta delictiva,
se destacaron las amenazas a personas, presente en adolescentes tanto de familias
integradas como disfuncionales. Esto se debe a que en esta edad el adolescente
necesita llamar la atención de su familia primaria, y al no obtener la atención que
amerita ocasiona daños a las personas física o verbalmente, es por esto que los delitos
que se presentaron se dirigían contra las personas (lesiones, homicidios) o contra la
propiedad (robo, hurto), donde se usa frecuentemente la fuerza física.

Ahora bien, en los resultados presentados podemos observar que indistintamente del
tipo de variable a medir, los adolescentes presentaron fugas del hogar y del Instituto,
esto se explica para el primer caso, porque los adolescentes escapan del hogar y de la
escuela por deseo de alarmar a los padres, por temor al castigo, para llamar la
atención, o ya sea por un conflicto de autoridad que se traduce en rebeldía; y las fugas
del INAM, son el producto de razones externas al Instituto, como el hecho de extrañar a
sus familiares, deseo de volver a la libertad anterior, deseo de volver a tener un trabajo,
etc., o puede ser el producto de razones internas, ligadas a la disconformidad con el
régimen de vida. Los casos de rebeldía y de intentos de fuga se presentan en los
reincidentes; puesto que estas conductas constituyen para él, una respuesta casi
habitual, así como los actos de insubordinación, algunos de estos adolescentes
presentaron incitación de motines e intentos suicidas frecuente en las hembras.

La deducción que podemos hacer a este tipo de conducta que manifiesta el


adolescente dentro de la Institución es el producto del proceso de adaptación al INAM,
esto quiere decir que, cuando el adolescente ingresa sufre un desmoronamiento
emocional donde se amalgaman sentimientos de culpa, de soledad, desamparo y
miedo al futuro incierto. De esta situación surgen dos necesidades vitales:

“1- De adaptación al nuevo medio que presupone una desorganización de las


conductas habituales de satisfacción a los impulsos y deseos.
2- De reorganización de la conducta, adecuándola a las necesidades del nuevo medio”.
(TOCAVEN,1991:99). Estas dos necesidades primordiales, originan desequilibrios
afectivos.

Distinguimos también, que la relación familiar en estos adolescentes nos es la


apropiada para el desarrollo psicoafectivo del adolescente, por ser del tipo autoritario,
conflictivo y violento, el grueso de los resultados y son producto en principio del maltrato
ejercido por la madre, se intenta explicar la violencia de las madres hacia sus hijos,
como el resultado de la relación desigual de poder, la subordinación de la mujer al
hombre y la mística de la maternidad son factores condicionantes del maltrato que
frecuentemente ejercen las madres sobre sus hijos.

La violencia de las mujeres/ madres, puede ser el producto de ser delegada del poder
esposo/ padre, debe ocuparse de la socialización de mujeres y varones. Tendrá que
formar niñas tiernas y sensibles, y varones fuertes y duros (de allí posiblemente el
mayor castigo hacia los niños). El castigo o maltrato físico, comienza con un grito o
insulto; el castigo corporal constituye una salida momentánea de la impotencia, la vía
de escape más accesible y directa la constituyen los hijos, cercanos por afecto e
indefensos por constitución.

En cuanto a la conducta del padre, observada en los resultados obtenidos, podemos


decir que, el hombre/ esposo/ padre es la máxima autoridad de la familia, el resto de los
miembros se encuentran subordinados a él, por cuanto no presenta contradicciones en
el ejercicio de su autoridad, actúa muchas veces como cómplices de sus mujeres,
especialmente si no son las madres biológicas, y cuando interviene lo hace ejerciendo
su rol corrector y disciplinario; para él los hijos son su propiedad, y el castigo corporal es
el medio más eficaz para hacerlos buenos.
Es por esta errónea actitud de los padres y las madres, que los adolescentes
demuestran con los resultados obtenidos, la ineficacia del método aplicado en cuanto a
una correcta relación familiar y métodos de disciplinas con sus hijos u otros miembros
de la familia.

Finalmente, indicamos que en el comportamiento delictivo del adolescente no solo la


disfunción familiar ha intervenido en este tipo de conducta, también existe vinculación
con el tipo de amistad y las características de las mismas, esto se advierte porque el
adolescente se vuelve infractor o antisocial al aprender y hacer suyas las maneras
incorrectas de las malas amistades. Así los menores con carencias familiares,
educativas, etc., entran en contacto con excesiva frecuencia con personas de más
edad, de claras actitudes antisociales, de quienes aprenden a rechazar los principios
legales y adquieren la habilidad de la infracción de la norma. Es por esta razón que
observamos la presencia de fugas del hogar, consumo de alcohol, deserción escolar,
comportamientos delictivos dirigidos a las amenazas de personas, daños a la propiedad
y escándalo público relacionados con la elección de amigos.
CAPITULO V

DISCUSIÓN Y PROPUESTA.

Este último capítulo presenta como finalidad, a partir de la discusión de los resultados
obtenidos referidos en el capítulo anterior, darle cabida al análisis de los objetivos
planteados en la investigación, con el fin de dilucidar aquellos que se cumplieron y en el
debido caso intenta referir diversas propuestas al Instituto Nacional del Menor,
seccional Mérida y a los diversos familiares de los adolescentes infractores y en
aquellos que aún no lo son, lograr en cierta manera implementar medidas profilácticas.

En principio, alcanzamos constatar que realmente la disfunción familiar, en sus diversas


formas de problemas, tienen una participación activa en la conducta delictiva de los
hijos, independientemente de las figuras que tipifican las legislaciones venezolanas;
puesto que en la investigación agregamos las fugas del hogar como elemento predictor
de la conducta delictiva; en todo caso, estos adolescente cuentan con responsabilidad
penal por el hecho cometido, situación como ya mencionamos es de interés
criminológico, puesto que el objeto de esta ciencia es prevenir o evitar las reincidencias
de este tipo de conducta.

En cuanto a las de ideas, referentes a la responsabilidad penal del adolescente,


observamos que la mayoría de ellos, comprendían el segundo grupo etario, es decir,
aquellos con edades entre catorce y menores de dieciocho (Artículo 533, LOPNA),
además contaban con sanciones del tipo no privativas de libertad y privativas de
libertad, ambas con finalidad educativa, contando con la participación de especialistas y
en algunos casos de las familias; garantizándose de esta forma, el correcto
funcionamiento del Estado.

Respondiendo al sistema de disciplina impuesto en las familias de estos adolescentes,


tal como lo proponen las teorías referentes a la delincuencia juvenil, el castigo o
disciplina infligida por ambos padres o por separado, se han presentado entre los
niveles más fuertes, por cuanto han sido desde insultos y ofensas, violencia psicológica
y física; hasta los casos extremos de la violación de las hijas por parte de padres o
padrastros. En efecto, como respuesta a estas actitudes represivas de sus padres, los
adolescentes cometen actos delictivos del tipo violento, como agresiones, lesiones e
inclusive el homicidio de personas.

Por otra parte, la referencia teórica hizo mención que la falta de afectividad
representada por los padres, es uno de los productos de la delincuencia juvenil y uno
de los elementos que caracterizan a las familias disfuncionales; en los adolescentes
que ingresaron en el Instituto Nacional del Menor, entre los años 2000 a 2003, faltaba
afecto por parte de sus padres, en mayor proporción del padre que de la madre, sin
embargo, ambos se mostraron despreocupados, reservados e indiferentes ante la
situación del hijo tanto en el hogar como en la Institución; logrando un desapego total
del hijo hacia su familia y las figuras que en ella se representan, autoritarias por parte
de los padres y conflictivas con hermanos y otros familiares.

Respecto a la relación divorcio u ausencia de uno de los padres, caso aparte de lo que
denotan las posiciones teóricas, respecto a este tema, nuestro estudio estadísticamente
no presentó relación significativa o confiable para dar explicación al comportamiento
delictivo de la muestra de adolescentes, con respecto a esta variable de estudio.

En atención a las características de los adolescentes que ingresan al Instituto Nacional


del Menor-Mérida, estos son frecuentemente, varones, entre 15 y 17 años, que
cometen robos, hurtos y homicidios, provienen del Estado Mérida, no estudian, su
último grado cursado fue sexto de educación primaria o primer año de educación
básica, por último viven con sus padres y hermanos o con padrastros u otro familiar.

Sin bien es cierto, nos propusimos dentro de los objetivos de la investigación ilustrar los
modelos de conductas delictivas ejercidas por los padres o aquellas adquiridas en la
calle, es pertinente acotar, que la relación estadística para el primer caso, no fue
significativo si los padres delincuentes ejercían moldeamiento alguno en la conducta del
hijo, por no existir suficiente contenido informativo a esta pregunta en la planilla de
información. Sin embargo, de la lectura de los expedientes notamos que algunos
padres, sobretodo el padre, el padrastro o los hermanos tenían antecedentes policiales
y penales; en otros casos estaban varios hermanos en el Instituto, lo que hace pensar
que en cierta forma estos adolescentes si reflejan a la sociedad la conducta delictiva
aprendida en el hogar; y para dar respuesta al peso que se le da a la calle como
forjadora de conductas delictivas, pues se denota con la presencia de estos
adolescentes fuera de su hogar, aunado a la unión de grupos de amistades mayores
que ellos, caracterizados por conductas opuestas a las normas.

Por último, en materia de la legislación nacional vigente en materia de niños y


adolescentes, como ya mencionamos la LOPNA, a través de este Instituto hace que se
de cumplimiento al Sistema de Responsabilidad Penal del adolescente, comprobada la
responsabilidad de este en el hecho se le sanciona con una medida educativa y
correctora de la conducta del menor, bien sea privativa de libertad o no; aún cuando la
Ley estipule que estas sanciones deben contar con la participación de diversos
profesionales en el área y de la familia, sin embargo, es un trabajo difícil por cuanto a
las trabajadoras sociales y al Estado les cuestan lograr la participación activa de la
familia como lo sugiere la norma; esto se evidencia con la indiferencia o negativa actitud
de los familiares de la muestra del estudio, para con sus hijos lo que trae en algunos
casos como consecuencia la reincidencia del hijo en delitos y en la Institución.

Sobre la base de las ideas expuestas, uno de los propósitos de la presente


investigación es dar una visión del como confrontar a estos adolescentes infractores y
en consecuencia a sus familias. Para lograr estos propósitos se sugieren una serie de
ideas que pueden cumplir el personal del INAM-Mérida y todas aquellas personas que
laboran en el área de niños y adolescentes o en el área familiar, con el fin de evitar la
presencia o reincidencia de las conductas delictivas, para nuestro caso en
adolescentes. En todo caso, apegados a las legislaciones nacionales vigentes y a los
tratados y pactos internacionales que velan por los derechos humanos de los
adolescentes y sus familiares, proponemos:
a) Que los familiares, personas encargadas de dictar sanciones y profesionales del
INAM, se encarguen de contactar empresas pequeñas, donde el adolescente sin
ser forzado u obligado pueda trabajar y si el mismo consigue su trabajo se
sentirá más incentivado. Esta propuesta se dirige a la finalidad de que el
adolescente pase menos tiempo internado, cumpliendo sólo las reglas propias de
la Institución o del hogar; puesto que la larga internación con el consiguiente
aislamiento de las relaciones normales que se tienen en una comunidad, se
traduce en un temor patológico hacia la gente, se produce falta de comunicación,
adolescentes introvertidos como mecanismo de defensa y por ende fracaso al
trabajo.

b) A los padres o familias y al personal del INAM, les sugerimos redactar una
especie de reglamento que sirva como marco de referencia para establecer las
conductas en el hogar, o para que se adapten a su hogar al egresar de la
Institución. Entre las pautas fundamentales en ese reglamento deben estar:
- Concluir la escolaridad primaria y el bachillerato entero como última
finalidad.
- Tener un promedio máximo de notas aprobadas.
- Realizar diversas actividades, culturales y deportivas.
- Con el dinero obtenido del trabajo, proporcionarlo para los gastos del
funcionamiento de la casa (20%), en una cuenta de ahorro (40%), el resto
para asuntos propios del adolescente.

Con esto de logra la independencia del adolescente a sus padres, se les integra a una
sociedad futura donde existen pautas y normas, se les brinda apoyo y crece en ellos un
autoestima por sus obligaciones.

c) No queremos decir, que los niveles de disciplinas deban ser eliminados


completamente de los sistemas familiares o institucionales; la eliminación total de
estas podrían generar irresponsabilidad por parte del adolescente hacia
cualquiera de las áreas donde debe desempeñarse; en algunas situaciones la
tolerancia debe tener un limite corto y claro, en todo caso se pueden tomar
medidas coercitivas pero no se pueden permitir como regla única para la
convivencia en el hogar o en una institución.

d) A los padres y a las personas que laboran en el Instituto, sugerimos atender


números pequeños de adolescentes en el proceso de relación interpersonal, por
cuanto números grandes se tornan complicados y poco controlables, hay que
tratar por todos los medios de que se respete ese limite; primordialmente, esta
sugerencia se dirige a los padres, por cuanto en algunos casos, atienden al
mismo tiempo los niveles de exigencia de sus diversos hijos; es necesario
dejarles claro que cada hijo tiene una forma distinta de presentar las situaciones
de la vida diversa a las de sus hermanos; es por esto que su rol es considerado
clave para el desenvolvimiento de la vida futura del adolescente, deben ser
capaces y flexibles, dado que deben dar respuestas muy distintas a las
situaciones.

e) Para incentivar las relaciones de afecto entre padres e hijos, sugerimos que en
ambos sectores se les dicten talleres de desarrollo humano, con la participación
de los trabajadores sociales y personal laboral de la Institución, especialistas en
el área de afectividad y crecimiento personal, religiosos, profesores, la
comunidad y otros familiares.

f) Finalmente, consideramos pertinente sugerir, que es necesario trabajar de


manera conjunta con las familias de jóvenes ya mencionados por el sistema de
justicia, pero que todavía no son trasgresores reincidentes, a fin de corregir las
disfunciones familiares y las causas de la conducta delictiva en ellos.
CONCLUSIONES.

Para recapitular lo que se ha venido dilucidando en los último capítulos, la investigación


nos permitió observar la relación que se presenta cuando los grupos familiares no
funcionan adecuadamente, esto basado en la falta de comunicación, de afecto, de
actividades y de responsabilidades entre ellos, falta de pertenencia y de cohesión,
como características de la disfuncionalidad familiar, elementos presentes en los
adolescentes que ingresaron en el INAM-Mérida entre los años 2000 a 2003, siendo la
disfunción una de las causas que dan explicación a la delincuencia juvenil, afirmando lo
que las teorías tradicionales y modernas han puesto en discusión respecto a la relación
de este fenómeno delictivo.

Las teorías criminológicas, han tomado al sujeto como un mero receptor de las
influencias del medio social, como pasivo frente al influjo de sus amigos desviados,
apareciendo la delincuencia como consecuencia de males como la pobreza, la
desestructuración familiar, la violencia, etc., y no como causa. Una de ellas es la teoría
interaccional de Thornberry mencionada anteriormente, la cual asume una visión
compleja del delito, donde el rol del sujeto delincuente se aleja del clásico receptor
pasivo, para trasformarse en actor decisivo en la construcción de las relaciones con su
medio; concluyendo que las propias conductas delictivas de los individuos deterioran el
clima familiar, disminuyen las posibilidades de éxito escolar, e impulsan a los sujetos a
buscar amigos desviados y crispan las relaciones sociales.

Son interesantes estos aportes, ya que visualizan al delito en forma compleja y


dinámica, esto es, tomando en cuenta la incidencia del adolescente en los procesos de
deterioro de los vínculos. A su vez, hay que reconocer la incidencia del adolescente en
la interacción que profundiza el deterioro, no es culpabilizarlo, sino ubicar el hecho que
nos incentive a encontrar formas de intervención eficaces que tomen en cuenta todos
los elementos que inciden en el delito.
Dos elementos claves debemos tener presentes al momento de buscar los medios
eficaces para controlar este tipo de conducta delictiva; por un lado, se encuentra el
valor de los procesos de responsabilidad del sujeto, esto es asumir sus conductas, para
modificar aquellas que lo perjudique, y por otro lado abordar el conflicto y sus formas de
resolución, a fin que ellas sean racionales y beneficiosas para el adolescente y su
familia.

En vista de que la mayoría de los resultados obtenidos favorecieron casi la totalidad de


los objetivos planteados, esto quiere decir, que se contempló a plenitud, la relación
entre disfunción familiar y delincuencia juvenil, distinguiéndose algunas características
de los adolescentes que ingresan en el INAM, que sirven como medidas preventivas.
Además, se percibieron las influencias de las malas amistades y su relación con la
conducta delictiva; por último, logramos referir una aproximación al correcto
funcionamiento de la legislación nacional vigente sin perder las directrices de los
órganos y tratados internacionales que velan por los derechos humanos de los
adolescentes y sus familiares.

De este modo se concluye, que las conductas delictivas realizadas por los
adolescentes, representadas en su mayoría por los delitos de robos y hurtos, son el
producto de inexistentes y conflictivas relaciones afectivas entre padres o personas con
las que viven, donde reina el castigo psicológico y físico impuesto por ambos padres, lo
que desorienta el área psicoafectiva del adolescente y les impulsa a cometer delitos
violentos, puesto que los resultados reflejaron el uso de la fuerza física en su actividad
transgresora; para mejorar estas actitudes es necesario, concientizar a los padres en la
protección de sus responsabilidades.

Los estudios recientes han confirmado que, más allá de los cambios socio-culturales
que han experimentado todas las sociedades, y sin perjuicio de la falta de
oportunidades a que se ven enfrentados los jóvenes en un mundo cada vez más
incierto, una de las claves para evitar perder a nuestros adolescentes está, en la
comunicación que éstos mantengan con sus padres; es esa comunicación la que es
capaz de generar ambientes contenedores, de acogida, donde se potencien y
encaminen las cualidades de los hijos y donde se reafirmen sus personalidades.

De la misma forma en que Henggeler (1989), propuso como factores que predecían la
conducta delictiva, el contacto con jóvenes delincuentes y la edad de la primera
detención, el estudio de alguna forma termina concluyendo esta misma propuesta;
también lo referido por los esposos Glueck (1950), cuando afirman que la disciplina
impuesta por los padres hacia los hijos tiende a ser estricta o errática en el grupo de
adolescentes con conductas delictivas y de la misma forma Loeber y Stouthamer
(1986), cuando referían que la mala administración paternal reflejada en falta de
vigilancia, falta de apoyo emocional y rechazo paternal, son predictores de la
delincuencia y del comportamiento antisocial, características todas presentes en la
muestra del estudio.

Por otra parte, la investigación aportó la presencia de factores secundarios relacionados


con la delincuencia juvenil, como las malas compañías, la deserción escolar, el
consumo de sustancias psicotrópicas y estupefacientes, el consumo de alcohol,
inclusive, las tentaciones que se le presentan al adolescente en forma de diversiones y
actividades antisociales.

Por último, todos estos resultados, nos permiten encaminarnos al área de la prevención
de la conducta delictiva de los adolescentes, además porque la investigación adquiere
una envergadura de conocimientos criminológicos; una buena manera de prevenir la
delincuencia juvenil sería evitando la formación de estos delincuentes y para ello se
requiere de la intervención del Estado, generando buenas herramientas de asistencia
social, laboral, educacional y económica. En general, las políticas que se han
implementado para atacar estas conductas de riesgo juvenil son aquellas de carácter
secundario o terciario, esto es, aquellas que buscan solucionar un problema que ya se
ha producido. Poco se hace, sin embargo, a nivel de prevención, y justamente en un
área donde este tipo de medidas puede resultar vital para darle un horizonte de
esperanza a miles de jóvenes que de otro modo enfrentan el ocaso de sus vidas a muy
temprana edad.
Por lo que creemos y confiamos que se deben implementar programas de prevención
específicamente, dirigidos a grupos de riesgo bien definidos, es decir, en familias
identificadas como influyentes en la conducta delictiva; dirigidos también hacia los
factores de riesgo no específicos, como: fracaso escolar, consumo de drogas, consumo
de bebidas alcohólicas, abuso físico o sexual, relación afectivas con grupos pares no
adecuados.

Entonces, la fuerza de tales argumentos, refuerzan nuestras convicciones, no dejando


para la duda, de que la delincuencia juvenil es un fenómeno normal, en una sociedad
donde la inestabilidad, la confusión y la desorganización, afectan desproporcionalmente
el carácter funcional de las familias, al punto de que estas no influyen favorablemente
sobre el potencial humano de sus hijos, abandonándolos a su propia suerte, por lo tanto
cada día se exponen más al peligro y a la desviación.
INDICE DE REFERENCIAS

Mora, Endira – 13,41


Craig, Grace – 13
Goode, Willian – 17
Flores, Carmelo – 18,26,45,58,62
Viader, Antonio – 18
Chiossone, Tulio – 18,40,46,62
Glueck, Sheldon – 20,57
Flandruid, Jean – 26
Gabaldón, Luis – 33,34,41,46,60
Hernández, Roberto – 35,82,83,84
Valero, Amalia – 35
Martínez, José – 36,64,65,66,81
Calderón, Clenn – 36
Universidad Central de Venezuela – 37
Hirschi, Theodor – 38,71
Rivas, Yuslemy – 38
Fernández, Albor – 39
Silva, Camilo – 40
Domínguez, María – 41
Molina, Haydée – 41,45,52
Papalia, Diane – 42
Torrente, Gerardo – 42
Urra, Javier – 43
Stewart, Eric – 44,75
Contreras, Fanny – 44
Barrera, Gabriel – 47
Pinatel, Jean – 49
Middendorff, Wolf – 49
Friedlander, Kate – 49,54
Marchiori, Hilda – 49
Santamaría, Rolando – 50
González, Eugenio – 51
David, Pedro – 53
Levene, Ricardo – 54
Sutherland, Edwin – 56
Bandura, Albert – 57
Tocaven, Roberto – 58,128
Castellano, Germán – 59
Birkbeck, Christopher – 59
Heuyer, Georges – 60
Morais, María – 65,66
Perret, Cristóbal – 68
Burgos, Ernesto – 69,72,73,74
Ferracuti, Franco – 69,70
Garrido, Vicente – 70,71
Henricson, Clem – 76
Clinard, Marschall – 77
Arias, Fernando – 82,83
Levin, Jack – 84,89
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