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¿Qué es la nomenclatura química?

En química, se conoce como nomenclatura (o nomenclatura química) al conjunto de normas que


determinan la manera de nombrar o llamar a los diversos materiales químicos conocidos por el
ser humano, dependiendo de los elementos que los componen y de la proporción de los
mismos. Al igual que en las ciencias biológicas, existe en el mundo de la química una autoridad
encargada de regular y ordenar una nomenclatura para hacerla universal.

La importancia de la nomenclatura química radica en la posibilidad de nombrar, organizar y


clasificar los diversos tipos de compuestos químicos, de manera tal que solamente con su
término identificativo se pueda tener una idea de qué tipo de elementos lo componen y, por lo
tanto, qué tipo de reacciones pueden esperarse del compuesto.

Existen tres sistemas de nomenclatura química:

Sistema estequiométrico o sistemático (IUPAC). Que nombra los compuestos en base al número
de átomos de cada elemento que forman su molécula básica. Por ejemplo: el compuesto Ni2O3
se llama Trióxido de diníquel.

Sistema funcional, clásico o tradicional. Que emplea diversos sufijos y prefijos (como “-oso” o “-
ito”) según la valencia de los elementos del compuesto. Por ejemplo: el compuesto Ni2O3 se
llama Óxido niquélico.

Sistema STOCK. En el que el nombre del compuesto incluye en números romanos (y a veces
como subíndice) la valencia de los átomos presentes en la molécula básica del compuesto. Por
ejemplo: el compuesto Ni2O3 se llama Óxido de níquel (III).

Por otro lado, la nomenclatura química varía dependiendo de si se trata de compuestos


orgánicos o inorgánicos.

Ver además: Número de Avogadro.

Nomenclatura en química orgánica

Nomenclatura química

Los hidrocarburos aromáticos pueden ser monocíclicos o policíclicos.


Hidrocarburos. Compuestos mayormente por átomos de carbono e hidrógeno, con añadidos de
diversa naturaleza, pueden clasificarse en dos tipos de grupos funcionales: alifáticos, entre los
que están los alcanos, alquenos, alquinos y cicloalcanos; y aromáticos, entre los que están los
monocíclicos o mononucleares, y los policíclicos o polinucleares (dependiendo de la cantidad de
anillos de benceno que presenten).

Alcanos. De naturaleza acíclica y saturada, responden a la formula general CnH2n+2, se emplea


el sufijo -ano para nombrarlos, de la siguiente forma:

En el caso de que sean de cadena lineal, se combinará este prefijo con el prefijo que denote el
número de átomos de carbono presentes: el hexano, por ejemplo, tiene 6 átomos de carbono
(hex-).

De no ser lineales sino ramificados, debe buscarse la cadena policarbonatada más larga y que
posea más ramificaciones (la cadena principal), se cuentan sus átomos de carbono desde el
extremo más próximo a la ramificación y se nombran las ramificaciones indicando su posición en
la cadena principal, reemplazando el sufijo -ano por -il y añadiendo los prefijos numéricos
correspondientes en caso de haber dos o más cadenas iguales. Finalmente se nombra la cadena
principal normalmente. Por ejemplo: el 5etil-2metil-heptano es una cadena de heptano (hept-, 7
átomos de carbono) con un redical metilo (CH3) en el segundo átomo y uno de etilo (C2H6) en el
quinto.

Por último, los radicales de alcanos (producidos al perder un átomo de hidrógeno unido a uno de
carbono) se nombran sustituyendo el -ano por -ilo e indicando con un guion el enlace químico
abierto: del metano (CH4) sale el radical metilo (CH3-).

Cicloalcanos. Son alicíclicos, responden a la fórmula general CnH2n. Se nombran como los
alcanos, pero añadiendo el prefijo ciclo- al nombre, por ejemplo: Ciclobutano, Ciclopropano, 3-
isopropil-1-metil-ciclopentano.

Alquenos y alquinos. Hidrocarburos insaturados, pues presentan un doble (alquenos) o triple


(alquinos) enlace carbono-carbono. Responden, respectivamente, a las fórmulas generales
CnH2n y CnH2n-2. Se nombran de manera similar a los alcanos, pero se les aplican diversas
reglas en base a la ubicación de sus enlaces múltiples:

Cuando hay un doble enlace carbono-carbono, se usa el sufijo -eno y se le añaden los
respectivos prefijos de número si son más de uno, por ejemplo: -dieno, -trieno, -tetraeno.

Cuando hay un triple enlace carbono-carbono, se usa el sufijo -ino y se le añaden los respectivos
prefijos de número si son más de uno, por ejemplo: -diino, -triino, -tetraino.

Cuando hay enlaces dobles y triples carbono-carbono, se usa el sufijo -enino y se le añaden los
respectivos prefijos de número si son más de uno, por ejemplo: -dienino, -trienino, -tetraenino.

Se indica la ubicación del enlace múltiple con el número del primer carbono de dicho enlace.
Así, tenemos los casos de: eteno (etileno), propeno (propileno) y propino, pero a partir de los
cuatro carbonos se indica con un número la ubicación del enlace: 1-buteno, 2-butino, etc.

Hidrocarburos aromáticos. Conocidos como arenos, se trata del benceno (C6H6) y sus derivados,
y pueden ser monocíclicos (poseen un solo núcleo bencénico) o policíclicos (poseen varios).

Monocíclicos. Se nombran a partir de derivaciones del nombre del benceno, enumerando sus
sustituyentes con prefijos numeradores. Aunque generalmente conservan su nombre vulgar. Por
ejemplo: Metilbenceno (Tolueno), 1,3-dimetilbenceno (o-xileno), hidroxibenceno (Fenol), etc.

Policíclicos. En su mayoría se nombran mediante su nombre vulgar, dado que son compuestos
muy específicos. Pero también se puede usar para ellos el sufijo -eno, cuando tienen el mayor
número posible de enlaces dobles no acumulados. Por ejemplo: Naftaleno, Antraceno.

Alcoholes. Los alcoholes se definen por la fórmula general R-OH, se asemejan en estructura al
agua, pero reemplazando un átomo de hidrógeno por un grupo alquilo. Su grupo funcional es el
hidroxilo (-OH) y se nombran empleando el sufijo -ol en lugar de la terminación -o del
correspondiente hidrocarburo. En caso de haber varios grupos hidroxilo, se nombran mediante
prefijos numeradores. Por ejemplo: Etanol, 2-propanol, 2-propen-1-ol, etc.

Fenoles. Los fenoles son idénticos a los alcoholes pero con un anillo aromático unido al grupo
hidroxilo, siguiendo la fórmula Ar-OH. Se emplea en ellos el sufijo -ol también, unido al del
hidrocarburo aromático. Por ejemplo: o-nitrofenol, p-bromofenol, etc.

Éteres. Los éteres se rigen por la fórmula general R-O-R’, donde los radicales de los extremos
pueden ser grupos idénticos o diferentes, del grupo alquilo o arilo. Los éteres se nombran con el
término de cada grupo alquilo o arilo en orden alfabético, seguidos de la palabra “éter”. Por
ejemplo: etil metil éter, dietil éter, etc.

Aminas. Derivadas del amoníaco por sustitución de algunos de sus hidrógenos por grupos
radicales alquilos o arilos, obteniendo aminas alifáticas y aminas aromáticas respectivamente. En
ambos casos se nombran usando el sufijo -amina o se conserva el nombre vulgar. Por ejemplo:
metilamina, isopropilamina, etc.

Ácidos carboxílicos. Formados por átomos de hidrógeno, carbono y oxígeno, se nombran


considerando la cadena principal de mayor átomos de carbono que contenga el grupo ácido, y
enumerando a partir del grupo carboxílico (=C=O). Entonces se emplea como prefijo el nombre
del hidrocarburo con igual número de carbonos y la terminación -ico u -oico, por ejemplo: ácido
metanoico o ácido fórmico, ácido etanoico o ácido acético.

Aldehídos y cetonas. Ambos son compuestos que poseen un grupo funcional carbonilo, formado
por un carbono y un oxígeno unidos por enlace múltiple (=C=O). Si el carbonilo se halla en un
extremo de la cadena, hablaremos de un aldehído, y estará a su vez unido a un hidrógeno y a un
grupo alquilo o arilo. Por el contrario, hablaremos de cetonas cuando el carbonilo esté dentro de
la cadena y unido mediante el átomo de carbono a grupos alquilo o arilo por ambos lados.

Para nombrar a los aldehídos se emplea el sufijo -al o modificando el nombre vulgar del ácido
carboxílico del que provienen y cambiando el sufijo -ico por -aldehído. Por ejemplo: metanal o
formaldehído, propanal o propionaldehído.

Para nombrar a las cetonas se emplea el sufijo -ona, o nombrando a los dos radicales unidos al
carboxilo seguidos de la palabra cetona. Por ejemplo: propanona o acetona, butanona o etil-
metil-cetona.

Ésteres. No se deben confundir con los éteres, pues se trata de ácidos cuyo hidrógeno es
sustituido por un radical aquilo o arilo. Se nombran cambiando el sufijo -ico del ácido por -ato,
seguido del nombre del radical que sustituye al hidrógeno, sin la palabra “ácido”. Por ejemplo:
Etanoato de metilo o acetato de metilo, benzoato de etilo.

Amidas. No deben confundirse con las aminas, pues se producen al sustituir el grupo -OH por el
grupo –NH2. Las amidas primarias se nombran sustituyendo la terminación -ico del ácido por
-amida, por ejemplo: metanamida o formamida, benzamida. Las secundarias o terciarias
requieren además nombrarse como derivados N- o N. Por ejemplo: N-metilacetamida, N-fenil-N-
metil-propanamida.

Haluros de ácido. Derivados de un ácido carboxílico en el que se sustituye el grupo -OH por un
átomo de un elemento halógeno. Se nombran sustituyendo el sufijo -ico por -ilo y la palabra
“ácido” por el nombre del haluro. Por ejemplo: cloruro de acetilo, cloruro de benzoilo.

Anhídridos de ácido. Otros derivados de ácido carboxílicos, que pueden ser o no simétricos. Si lo
son, se nombran sustituyendo apenas la palabra ácido por “anhídrido”. Por ejemplo: anhídrido
acético (del ácido acético). Si no lo son, se combinan ambos ácidos y se anteceden de la palabra
“anhídrido”. Por ejemplo: Anhídrido de ácidos acético y 2-hidroxi propanoico.

Nitrilos. Se forman por hidrógeno, nitrógeno y carbono, uniendo estos últimos dos un enlace
triple. En este caso se reemplaza la terminación -ico por -nitrilo del ácido correspondiente. Por
ejemplo: metanonitrilo, propanonitrilo.

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