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A medida que avanzaba en la lectura de los distintos componentes, imágenes de las

prácticas aulicas, propias y ajenas, tipo flashes, me distraían, posiblemente porque el temor a la
”compu” ya no es tal, pero su poca o casi nula integración en las estrategias didácticas, sí.
En general observo, en ambas escuelas donde trabajo, un uso netamente instrumental de
las TIC, más tomadas como una forma de ahorrar fotocopias y como herramientas eficaces para
elaborar planillas y planificaciones, principalmente en las materias generales, desaprovechando
su enorme potencialidad en la construcción de aprendizajes.

Soy profesora en 5° y 6° año de MMO, y, según consignan mis estudiantes nunca les
enseñaron (quiero creer que aprendieron debería ser el verbo) como utilizar internet de forma
responsable y segura, más allá de las recomendaciones especificas para el uso de las redes
sociales, pero nada sobre el manejo de datos personales, ni de los sitios que se visitan y/o de
los que bajan información, ni del análisis de ésta, ni cómo hacer más precisa las búsquedas, ni
de los derechos de autor que deben respetarse. También noté que sus habilidades, teóricamente
adquiridas, durante su ciclo básico, en las asignaturas específicas de enseñanza de TIC, fueron
desaprovechadas por no implementarse una aplicación continua en las restantes áreas
curriculares, quizás por lo difícil que resulta modificar la conducta del “copie y pegue”, sin
duda asociada a la poca destreza en trabajo colaborativo.

No tenemos que avergonzarnos de nuestra escasa competencia digital, debemos asumirla

y aprender a la par de nuestros alumnos, esto favorece considerablemente las relaciones entre
alumnos-docente / alumnos-alumnos y facilita la articulación con otros espacios curriculares,
generándose una comunidad de aprendizaje que trasciende los límites físicos y temporales no
sólo del aula sino de la misma escuela.
Esta afirmación se manifestó claramente en un par de prácticas que realicé, con diferentes
grupos de alumnos. En todos los casos la propuesta fue utilizar distintos recursos digitales para
la tarea asignada a cada grupo, pero yo no soy una experta, así que aprendimos entre todos, se
sumaron docentes de otras áreas, los productos finales fueron muy buenos y lo mejor fue el
interés y la predisposición de los chicos a aprender a aprender.

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Desde mi percepción, las TIC facilitan e innovan la práctica docente, democratizan el

acceso al conocimiento y genera espacios educativos múltiples, moviliza el interés de los
alumnos principalmente por el impacto audio-visual de los contenidos y por la simplicidad con
que pueden hacer, compartir y corregir las tareas, pero entonces, ¿por qué las TIC no han
generado cambios, aún, cambios profundos en los procesos de enseñanza-aprendizaje? , me
parece que la respuesta está en “…, la actitud de los docentes está vinculada a la frecuencia
de uso, y a la posibilidad de tener un repertorio de prácticas organizadas desde el trabajo
cotidiano. A menor contacto e interacción, mayor será la actitud negativa de los docentes, y
más pobres serán los usos” (Tic y Educación: Experiencias y Aplicaciones en el Aula; I.
Dussel, pp. 38) Y como afirma Hartley, en el mismo documento, los chicos perciben que la
prioridad de la educación formal, no es que adquieran competencias digitales sino “protegerlos”
de internet y su abanico de amenazas virtuales.
Sin lugar a dudas, la integración de las TIC en las actividades didácticas modifica para
bien los roles normalistas de docentes y alumnos. El alumno deja de ser un mero receptor de
contenidos para transformarse en un sujeto proactivo constructor de conocimiento, que resuelve
sus dudas aprendiendo de sus pares y del profesor, pero también enseñando a ambos; mientras
que el docente deja de ser el centro del saber para convertirse en un guía y mediador de la
enseñanza, que respeta ritmos y niveles de autonomía diferentes.

Los docentes, en nuestro rol de mediadores, debemos promover que los alumnos logren
literacidad informativa, si no los orientamos en la lectura reflexiva y critica, ¿cómo
pretendemos que produzcan conocimientos válidos y genuinos?
En Internet, la biblia y el calefón de la producción humana conviven y se meten en
nuestras pantallas, sin controles previos que nos separen la paja del trigo, entonces nuestra
acción previa al uso didáctico de la Web, debe ser puntualizar criterios mínimos de navegación,
búsqueda, selección, curación, archivo, recuperación y sociabilización del material encontrado.
Una buena opción sería compartir, en nuestras aulas, las sugerencias recopiladas por Daniel
Cassany en su artículo “Navegar con Timón Crítico”, material de lectura accesible y llevadera
que sin duda guiará a nuestros estudiantes por una segura travesía virtual.
Internet es el medio comunicacional de más fácil acceso e interacción. Todos deberíamos
poder interactuar provechosa y criteriosamente en él. Es necesario entonces que aprendamos a
leer digitalmente, para ello, resulta sustancial comprender el simbolismo y el lenguaje de la red,

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que reúnen características de forma: Hipertextualidad: tipificada por un texto no lineal donde
se mezclan redacción tradicional con enlaces, imágenes, mapas, animaciones etc. y que hace
del usuario un protagonista, Conectividad: posibilidad de aplicar las redes al aprendizaje,
aumentando el espacio educativo y multiplicando de manera exponencial sus participantes,
Inter-Actividad: interposición de acciones didácticas para elaborar contenidos y/o desarrollar
competencias, mediante el intercambio de información entre sistemas abiertos; y de
contenidos: búsqueda permanente de formas que den claridad al mensaje, alerta por el abuso
de estereotipos, animaciones y al bombardeo continuo de situaciones comunes y publicidad
(encubierta o no) y la crítica a la fantasía que persigue meterse vulgarmente en la psiquis de
niños, jóvenes y adultos.
Para desarrollar la lectura crítica en Internet, Fainholc propone el empleo de tres modelos
de lectura: a) Narrativa (“leer” películas, dibujos, etc.) y Expositiva (“leer” anuncios
electrónicos, documentales, etc.), b) Estructural (análisis crítico y contextualización) y c)
Significativa (integración de estructuras personales preexistentes y contexto socio-cultural del
mensaje), considerando las siguientes premisas: 1) Qué enseñanza me deja, además de la
explicita, una lectura linkeada por internet, 2) Qué contenido implícito pretende transmitir, 3)
Qué relación existe entre cada tipo de lectura o porqué se usa un banner, una imagen o un
enlace. Estas apreciaciones infieren que en la red no se lee de una sola forma, hay muchas
lecturas posibles, muchas variables de abordaje para un contenido y es el usuario quien, en
última instancia, decide como leer ese contenido y que tomar de él.

Como pasa con cualquier material educativo, la web site puede ser de gran utilidad o de
gran inutilidad, dependerá siempre de la estrategia didáctica con que la abordemos y la precisión
de los objetivos a lograr, sin ir más lejos, miremos como desaprovechamos la potencialidad de
las redes sociales (Face, Instagram, Twitter, etc.) en la construcción y distribución de saberes.
La sociedad googlea, postea, le da like, etc. porque tiene “Necesidad de saber, distribuir y
colaborar. Tres grandes objetivos que nos otorgan las redes sociales.” (Jodi Martí, “El Nuevo
Modelo de lucha pasa por las Redes Sociales”), nuestros alumnos son parte de esa sociedad
que. . . “lee, se moviliza y actúa al margen de las instituciones (políticas o sindicales).” y
educativas, agregaría yo, es decir que nuestros estudiantes se apropiarán de contenidos
divulgados por las redes a pesar nuestro; está en nosotros entonces, los docentes asumir el
impacto de las mismas en nuestro ámbito y desarrollar competencias, en torno a ellas y en su

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manejo, de manera tal que “Con un adecuado uso y gestión de las mismas, podemos obtener
una herramienta para uso en el aula de un gran potencial y, que nos puede aportar muchas
ventajas en nuestro quehacer diario.” (Jodi Martí; “Competencias Docentes en Relación a las
Redes Sociales”).
Las realidades socio-culturales SIEMPRE atraviesan y ponen en contexto nuestro proceso
de enseñanza-aprendizaje, fundamentalmente porque cuando las negamos (u ocultamos),
desmotivamos. Es hora que reconozcamos y eduquemos a nuestros estudiantes para ser
generadores de trabajo, no los condenemos al “subdesarrollo intelectual” formándolos para el
empleo, mostrémosle el altísimo impacto de las TIC en el mundo laboral de hoy, su acelerado
y persistente avance y su enorme potencialidad a futuro.

Alfabeticémonos tecnológicamente para transformar nuestras aulas en ambientes de

aprendizajes, planteando escenarios (únicos o no) con distintos focos de interés para mediar en
el desarrollo de las siguientes habilidades:
Z Identificar, acceder y manejar fuentes de Información
Z Identificar y Formular Problemas
Z Desarrollar y presentar propuestas de solución
Z Manejo de Herramientas y máquinas, pero desde la innovación y la creatividad
Z Comunicación oral y escrita
Z Autoformación
obteniendo múltiples respuestas válidas y tras un análisis crítico seleccionar como óptima a
aquella que mejor se ajusta a una determinada situación en un contexto específico, sólo entonces
habremos formado a nuestros estudiantes para el trabajo y no para el empleo.
En distintos momentos y en distintos medios gráficos he leído sobre las profesiones y
empleos que han desaparecido y/o que tienden a desaparecer por el avance tecnológico, esas
notas siempre las comparto en mis clases, no para sembrar pánico sino para orientar a los chicos
en la elección (cuando tienen posibilidades) de su carrera futura y, para aquellos que no tienen
posibilidad de acceder a la educación superior, mostrarles que el conocimiento está ahí, servido
y que es una cuestión de actitud aprovechar las oportunidades de formación y trabajo.

A la luz del actual paradigma educativo, planteo mis tres desafíos personales, que desde
mi acotado entender se retroalimentan en forma continua.

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Capacitarme digitalmente para integrar aún

más las TIC en mis aulas, promoviendo la
contrucción de aprendizajes colaborativos y
mediando en la adquisición de competencias
digitales de mis estudiantes.

* Crear mi PLE.
Promover la utilización
* Invitar a mis alumnos a
de la Plataforma
crear el suyo.
Guacurarí en mis
* Registrarme enTwiter y cursos
participar proactivamente
A modo de despedida, comparto una imagen
realmente significativa del impacto de las redes en
nuestros niños y jóvenes (y no tan jóvenes).
Desconozco su origen pues me fue compartida por el
grupo de WhatsApp de mi promoción secundaria.