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TURGOT Y ROUSSEAU
Relacionan estrechamente bien su postura ser la contraria progreso en las ciencias, artes y
letras con el progreso en la virtud. En el discurso del primer, Turgot se preocupa sobre todo
por esta temática, que es el que Rousseau dice considera como el que más atan a la luz del
género humano, el segundo discurso de Rousseau Sobre el origen y los fundamentos de la
desigualdad entre los hombres.
Turgot y Rousseau: ambos aceptan el progreso por lo que respecta al avance en las ciencias,
letras artes, si bien a partir de aquí sacar conclusiones contrarias.
Turgot, para quien los incrementos en la ilustración, la felicidad y la felicidad humana eran
correlativos, Rousseau, al contrario, piensa que los progresos pretendidamente civilizatorios
han provocado siempre y siempre en las costumbres y Retroceso o degeneración en virtudes
humanas.
Para Turgot el valor de la educación esta siempre por encima de lo natural y libre de toda
critica; Rousseau, en cambio, apuesta por lo natural previo al maleamiento de la sociedad,
pero sabe que para él es inalcanzable.
Turgot valora las leyes -siempre en cuanto que sean justas y clementes- y aboga en favor de
costumbres sociales que se impongan sólidamente sobre la voluntad de los individuos;
Rousseau, en cambio, desconfía esa imposición exterior al individuo y su corazón, así como
critica la religión de tiempo por hipocresía y negadora del ser mas propio del hombre.
Para Turgot, al contrario que la mayoría de los ilustrados franceses mas conocidos desde
Voltaire a Rousseau, pasando por Diderat, la religión ha sido un factor claro de progreso de
ilustración de los hombres y las sociedades.
Turgot divide el discurso en dos partes, tratando en la primera los beneficios que ha reportado
para los individuos y, en la segunda, los que han reportado para las sociedades políticas.
La primera parte esta subdividida en tres apartados introducidos por números romanos que
corresponden respectivamente a los efectos de los progresos del cristianismo en el sable, en
la virtud la felicidad de los hombres.
Turgot plantea como una consecuencia necesaria que los progresos en las luces y en la virtud
de los hombres implican progresos en su felicidad.
Para Turgot la felicidad infelicidad de los hombres en la historia dependen de sus actos y
comportamiento. Los hombres dependen de si mismos para alcanzar o no la felicidad.
Para Turgot, solo la religion ha tenido suficiente poder como para incitar real y
permanentemente a los hombres anteponer los intereses de la humanidad a los su yos propios.
Turgot contrapone la descripción de las sociedades paganas con el cuadro de las cristianas
de su tiempo. En las primeras, un falso espíritu de sistema se ha impuesto en el constituyente
las políticas fiscales fijas bajo un principio único, casi siempre el servicio de unos pocos y, a
veces oprimiendo a todos por igual.
Para Turgot, las razones o factores que amplian la desigualdad son las siguientes:
1) La diversidad de los contactos entre los pueblos, es decir, las diferentes circunstancias de
sus mezclas, sus guerras y enfrentamientos sus influencias, los azares políticos.
2) Las diferencias, que incluyen las geográficas climáticas. (como pensaba Montesquieu).
4) El grado diferente de educación al canzado por los pueblos. Target esta de acuerdo pues,
con Leasing en que hay entre pueblo y pue la diferencia de la igualdad que la educación se
establece entre hombre y hombre.
En definitiva, por qué se produce en todos los campos de las luces camino firme y claro de
progreso que se da por ejemplo en las matemáticas. Turgot toma explicación de la teoría
sempirista.
El Hombre se encuentra en principio sobre el mundo como frente a un enigma. Solo por
experiencia y múltiples tanteos pueden llegar a una imagen clara del mundo. Por este motivo,
también vinculado a la acumulatividad y la transmisión de experiencias, con el paso del
tiempo para eliminar los errores.
El hombre ya no se deja engañar tan fácilmente por sus prejuicios espontáneos o las visiones
defectuosas del mundo. Poco a poco, las opiniones y las ideas de perfeccionamiento: si el
hombre ya ha errado en un momento dado, esta experiencia también la ayuda a no errar en el
futuro.
Este camino es lento pero es un camino conduce a la ilustración y que necesariamente todos
los pueblos han de transitar.
Para Turgot y todo el partidario coherente de la idea de progreso, la verdad no puede darse
los orígenes de la humanidad y que solo con el transcurso del tiempo puede llegarse.
Turgot manifiesta su firme y profética afirmación: Las colonias son como los frutos que no
dejan el árbol hasta su madurez.
Turgot se enfrenta con un grave problema para la visión incipiente linealmente progresiva de
la historia : la valoración negativa -como época oscura y de retroceso de la Edad Media, que
era mayoritaria en su tiempo. Se trata, para Turgot, de la gran oscilación de la historia. La
penetración violeta de los pueblos barbaros por el norte, el primer de los arabes por el sur,
después, destruyó la cultura latina y mantienen a los pueblos en una rebanada barbarie.
Turgot recuerda aqui uno de los argumentos clave de su primer discurso: una vez mas se ha
de agra-decer a la religión y la Iglesia que mantuvieron transmitir las luces durante estos
siglos difíciles.