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¿Es posible demandar Responsabilidad civil pre contractual y post

contractual?

1. Responsabilidad pre contractual

Como su nombre lo indica, la responsabilidad pre contractual importa la obligación legal de


reparar un daño surgido en el período previo al perfeccionamiento de un contrato. Este
daño, también aquí eje central y fundamento del deber de indemnizar, no se sustrae a
imbricarse con los presupuestos restantes de la responsabilidad civil: debe provenir de una
acción humana antijurídica, estar en relación de causalidad adecuada y ser atribuible a su
autor en virtud de un factor legal.

Repasando algunas definiciones doctrinarias, transcribimos la de Trigo Represas (1992):


“Es responsabilidad precontractual la que existe por los daños resultantes de la frustración
inmotivada de un contrato, como consecuencia del intempestivo apartamiento de una de
las partes de las tratativas previas que de acuerdo al curso normal, debían conducir a la
conclusión de aquél o a su definitiva no celebración por falta de acuerdo; como así también
cuando el mismo no llega a perfeccionarse válidamente por estar viciado de nulidad, por
causas exclusivamente atribuibles a una de las partes".

Para Brebbia (1987), más sucintamente, “existe responsabilidad precontractual cuando, a


raíz de la comisión de un acto ilícito, por lo general culposo, sucedido en el curso de las
tratativas previas a un contrato, del que se deriva un daño al otro pre contratante, surge la
obligación de resarcir el daño causado”.

2. ¿Qué hipótesis pueden reconducirse a la responsabilidad precontractual?

Según León, L. (2006) en los países de Civil Law la responsabilidad precontractual se


encontró ligada al conocimiento de una de las partes de la causal de invalidez del acuerdo.
Por otra parte, Jhering R. (2005) admitió la posibilidad de que el daño fuese consecuencia
de la revocación culposa de la oferta, esto no ha sido resaltado con el énfasis que se
debería. Él formuló su teoría examinando que sucedía si en la génesis del acuerdo subyace
un error. Si la negociación se encontraba viciada, por lógica consecuencia, debía anularse
el contrato; sin embargo, parecía muy injusto que el receptor de la declaración (la
contraparte), quien confiaba en la validez del contrato celebrado, soportase los costos
económicos anexos a la celebración y a la eventual anulación del contrato. Era claro que
el errans (el declarante que se equivocó) tenía que asumir el pago de daños, siempre que
la declaración fuese capaz de justificar la creación de una confianza razonable, de lo
contrario no se exigiría el desembolso.
La situación descrita era incluso más problemática dada la enseñanza clásica acerca que
el negocio nulo no produce ningún efecto. Ante ello, la responsabilidad del declarante debía
reconducirse a la responsabilidad extracontractual. Aquí es donde se percibe el principal
aporte de Jhering, quien afirmó que la «ausencia de efectos jurídicos anexa a la nulidad»
únicamente se refería a los efectos negociales derivados de la voluntad y no a los efectos ex
lege, los cuales se encontraban vigentes (como la restitución). Así, el resarcimiento de los
daños en fase precontractual sería un efecto legal, por lo que el afectado podía solicitar la
responsabilidad en sede contractual. Con el tiempo se afinó el argumento para aclarar que
existía una obligación ex lege en tal etapa, cuya infracción justifica la responsabilidad.

En el derecho italiano la justificación de la responsabilidad precontractual tuvo que sufrir


cambios a causa de la incorporación de un nuevo requisito para el error. Así, en el Codice
Civile se señaló que el error, para ser causal de anulación, debía ser conocible por el
receptor de la declaración. Como consecuencia, el errans fue liberado de la obligación
resarcitoria que suponía el modelo alemán, el responsable de los daños era ahora el
receptor de la declaración. La idea es simple: si la contraparte se percató del defecto –o
estuvo en capacidad de percatarse– debió informarlo oportunamente, impidiendo la
creación de un negocio inválido. La sanción se encuentra ligada a la mala fe (el receptor
se percata del error y no lo informa), la negligencia (si el error era conocible y pese a ello
el receptor no se percató del defecto, entonces no cumplió con la diligencia ordinaria) o a
las conductas estratégicas (el receptor sabe que si es diligente no sólo asumirá los costos
anexos a tal prevención, sin recibir compensación alguna, sino que si se aprovecha del
error es posible que su contraparte no se percate de él y obtenga beneficios superiores a
los ordinarios).

En el Perú se replica el modelo italiano, por lo que debiéramos sancionar al receptor que
obra con mala fe, con negligencia o implementa un comportamiento estratégico (o doloso).
Sin embargo, esto no sucede, el sistema jurídico peruano tiene el terrible honor de ser el
único sistema jurídico que protege legislativamente a quien actúa con mala fe o negligencia
o bien implementa conductas estratégicas en la fase de tratos preliminares. En nuestro
sistema tenemos el artículo 207° del Código Civil, el cual impide la imposición de un
resarcimiento en casos de invalidez por error.

El conocimiento de la causal de invalidez sí resulta una hipótesis de responsabilidad


precontractual en nuestro sistema, aunque sólo para las demás causales de nulidad o
anulabilidad (vale decir, dolo, violencia, etc.)

Otros casos de responsabilidad precontractual se presentan cuando uno de los tratantes se


aparta injustificadamente de los tratos preliminares. Con el propósito de conocer cuando un
apartamiento se considera lesivo es importante identificar las fases que se atraviesan los
tratos preliminares. Faggella, G. (1906) detalló cada una de las etapas y momentos,
normalmente los tratantes tienen la libertad de abandonar los tratos preliminares, salvo
cuando se hubiere llegado a un punto de desarrollo en que se genere una confianza
(razonable) sobre el éxito de la negociación, por lo que el apartamiento debe fundarse en
un motivo y no ser arbitraria.

Adicionalmente es importante señalar otros dos supuestos que nos conllevan a una
responsabilidad pre contractual: inadecuación de la regla negocial al interés de una de las
partes y daños a la esfera jurídica-patrimonial de los partes materializados con ocasión de
la tratativa.

En el supuesto de inadecuación de la regla negocial al interés de una de las partes, se


explica en la figura del dolo incidental (artículo 211° del Código Civil), donde el engaño no
es de tal entidad como para invalidar el contrato, pero sí causa una discordancia entre el
valor asignado al contrato y el que se revela luego en la realidad (sea por características
del bien o servicio, sea por la regulación del negocio en sí misma). Es ante tal discordancia
que se reconoce al afectado el derecho a exigir un resarcimiento.

Por último, en el supuesto de daños a la esfera jurídica-patrimonial de los partes


materializados con ocasión de la tratativa se presenta cuando uno de los tratantes causa
daños a los bienes o derechos de su co-tratante durante el curso de los tratos preliminares.
Estos daños se generan debido a que las esferas jurídico-patrimoniales de los tratantes se
ven expuestas a lo largo de la negociación sea fruto de la negligencia, sea del dolo del co-
tratante. Pensemos en una reunión de negociación desarrollada en la oficina de una de las
partes y donde a causa del mal estado de conservación de la oficina la contraparte sufre un
accidente.

3. Fuente de la Responsabilidad Precontractual

Debemos definir si la responsabilidad estudiada es extracontractual (la solución francesa y


la solución jurisprudencial italiana) o contractual (la solución alemana y la solución teórica
italiana). La responsabilidad extracontractual se erige sobre la base de dos ideas concretas:
los tratos preliminares no generan una “relación obligatoria” y el régimen de responsabilidad
aquiliana en los sistemas que acogen esta salida es flexible y expansivo. Por otro lado, la
responsabilidad contractual exige: firmar que en la fase pre-negocial existe una “relación
obligatoria ex lege sin deber primario de prestación” (o con puros “deberes de protección”)
y el régimen de los sistemas que acogen esta responsabilidad le impone límites a la
responsabilidad aquiliana (muy claro en Alemania y en los países del Common Law).

El estado actual de las cosas en nuestro sistema nos llevaría a acoger la primera
responsabilidad. Si a ello le sumamos, la influencia francesa en la regulación del libro de
derecho de obligaciones y el libro de responsabilidad extracontractual, ratificaremos esta
percepción.

Conclusión:

La responsabilidad pre contractual implica la obligación legal de reparar un daño surgido en


el período previo al perfeccionamiento de un contrato, son 5 supuestos que hemos
considerado dan lugar a este tipo de responsabilidad y finalmente, de acuerdo a nuestro
sistema peruano ubicamos a este tipo de responsabilidad dentro de la extracontractual.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Brebbia, H. (1987). Responsabilidad Pre contractual, edit. La Rocca, Buenos Aires -


Argentina.
Jhering, R. Culpa in contrahendo ossia del risarcimento del danno nei contratti nulli o non
giunti a perfezione, traducción del alemán y nota de lectura de Federico Procchi, Jovene,
Napoles, 2005.

León L. (2006). La responsabilidad por el daño a la confianza en haber celebrado un


contrato regular, en Derecho & Sociedad, núm. 26, Lima.

Trigo Represas F, Ponencia para la Comisión N° 1 de las V Jornadas de Derecho Civil,


Comercial, Procesal e Informático, Junín, 29 al 31 de octubre 1992.

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