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Guimel 27

Como se mencionó anteriormente, la guimel es llamada


garnal, o camello. El mismo camello encarna el acto de
destete y alimentación ya que puede subsistir y recorrer
enormes distancias simplemente si se le da a beber una
suficiente provisión de agua. Notamos también que la guimel
es similar a la palabra gomel, generoso o benevolente. El
camello es capaz de ayudar al que lo monta a sobrevivir
en el desierto bajo el sol abrasador y conducirlo a desti­
no. La palabra guimel en Arameo es |gqffl/o)ofpuente) Se
puede decir que el puente es la propia joroba del came­
llo, la cual provee los medios materiales para transportar
a la gente al lugar al cual necesitan llegar.
Ahora bien, ¿cómo es que la guimel, en realidad significa
el hombre rico que corre detrás del pobre? La respuesta
se puede quizás hallar en la diferencia entre los términos
“caridad” y “tzedaká”. La caridad significa que uno es un
benefactor. Uno es una persona rica y prominente y se
compadece de esta persona pobre y desamparada dán­
dole una limosna. La tzedaká , por el contrario, tiene un
significado esencialmente diferente. Su definición implica
la idea de rectitud y justicia, para ponerlo en términos
simples: hacer lo correcto18. En el caso de tzedaká, el dinero
no te pertenece realmente, es un préstamo que te ha dado
Di-s19 para que cuando tengas a tu lado a un pobre le pue­
das dar su dinero. Incluso tienes la obligación de correr

18. Likutei Síjot, vol 2, pag. 410


19. ¿Por qué no podía Di-s mismo darle el dinero al pobre? Porque Di-s quiere un mundo de
gente generosa con los demás, un mundo donde el más afortunado se acerque al que me­
nos tiene. Así las buenas acciones de Sus criaturas servirán de modelo para derramar
abundantemente Sus bendiciones sobre ellos. (Shmot Rabá 31:5). Ver también Likutei
Sijot, vol. 3, pag. 909.
t

detrás de él y “devolverle” el dinero, ya que en primer lu­


gar nunca te ha pertenecido.
Más aún, uno da tzedaká porque Di-s recompensa con la
misma vara. Para poder recibir bendiciones de Di-s, se
necesita hacer cosas por los demás.
El acto de tzedaká llega aún más lejos. Uno está obliga­
do a establecer un puente entre el pobre y uno. No pue­
den permanecer como dos entidades segregadas. Tiene
que haber una unión. La caridad en su máxima expresión
no consiste en dar a la persona una suma de dinero, un
regalo por una sola vez y decir luego “adiós, no te veré
nunca más”. El nivel supremo consiste en parar a la per­
sona sobre sus dos pies, alimentarla hasta que esté ma­
dura y luego destetarla para que no tenga que pedir nue­
vamente dinero. Y eso se hace incorporándola al mundo
del comercio u ofreciéndole un trabajo.
Esto es el concepto de guimel; la combinación de ele­
mentos distintos en un todo armonioso. Así como la guimel
significa la conexión entre la persona pobre y la rica, así
también representa la fusión, el puente, entre el mundo
material y la realidad de Dios.
Diseño 1. pata extendida a la guimel - \o 3.oó
___________ 2. jamba de puerta y dintel 3. iúd y resh
G u e m a tria Cuatro

S i g n i f ic a d o 1. pobre 2. puerta 3. alzar


U n a muchacha joven, nacida en el seno de un hogar
observante y ferviente creyente, despierta una mañana y
decide repentinamente que quiere experimentar otras
religiones. Comienza a adentrarse en diferentes cultos y
religiones para estudiar sus fundamentos. El padre, por
supuesto, está pasmado. Hay un rabino, un emisario (she­
liaj) del Rebe cerca de la casa y el hombre va a consultarlo.
El sheliaj contesta: -Como el Rebe es conocido por su vi­
sión profética y su amor por cada judío, le escribiremos y
veremos qué nos tiene para decir- Entonces, le escriben
juntos una carta y el Rebe contesta: -Chequéen sus mezu­
zot- Los dos hombres proceden a sacar las mezuzot de
toda la casa. El padre es un hombre muy adinerado. Es.el
guimel, el donante. Llevan las mezuzot a lo de un escriba
para que las inspeccione pero están todas perfectas. Pa­
sa el tiempo y la joven se vuelve cada vez más versada en
creencias extrañas.
Nuevamente el padre y el sheliaj escriben al Rebe. -¿Qué
debemos hacer?- Nuevamente contesta el Rebe: -Chequeen
sus mezuzot- Así es que se vuelven a sacar las mezuzot
para inspeccionarlas a fondo pero de nuevo están perfectas.
Pero si el Rebe dice: -Chequeen las mezuzot -, ¿qué deben
hacer?
Un buen día el sheliaj y el padre se encuentran reco­
rriendo la hermosa finca, propiedad del segundo, de alre­
dedor de tres hectáreas, cuando el rabino nota una pe­
queña cabaña al fondo. -¿Esto también forma parte del
campo?- pregunta el rabino. El padre contesta afirmativa­
mente. -¿Tiene una m ezuzál -Pusimos una hace muchos
años- Entonces proceden a chequear la m ezuzá de la
puerta de la cabaña y, en el primer, versículos del Shemá
donde se debe leer líiK, ejad (uno), se ha borrado parte
/
de la dalet y se lee “iriK, ayer (otro). Reemplazan inmedia­
tamente la mezuzá y a la mañana siguiente la hija des­
pierta en llanto.
-Papi, discúlpame, no sé lo que me pasó. No sé qué me
ocurrió interiormente, pero quiero volver, quiero retornar
a casa, al judaismo.

Diseño
La dalet es la cuarta letra del alef-bet. El Talmud1 nos dice
que la dalet representa la persona pobre. De ahí la frase
gom el dalim: el benefactor que da al beneficiario.
El Talmud2 nos dice también que si observamos la forma
de la dalet vemos que su único trazo se extiende hacia la
derecha, en dirección a la guimel. Esto enseña al pobre
que debe estar disponible para poder recibir la donación
de manos del benefactor. Y del mismo modo3, la pequeña
prolongación cue se observa sobre el lado derecho de la
barra horizontal de la dalet, semejante á un oído, le indi­
ca al pobre que debe siempre estar atento a la presencia
del rico. Sin embargo, el lado izquierdo de esta barra no
está enfrentado a la guimel, el donante, sino que mira a la
izquierda, hacia la letra hei, que representa a Di-s. E s t o '
nos enseña que debemos dar caridad de manera discreta

1. S h ab atl0 4 a.
2. ¡bídem.
3. The Wisdom ¡n the Hebrew Alphabet, p. 80.
Da leí

y sin avergonzar al pobre. El pobre debe depositar su fe


en Di-s, quien es el Dador Supremo del universo.
La Mishná'1nos dice que en el Templo Sagrado había una
habitación llamada “la Cámara Silenciosa”. Uno entraba
en ella solo y cerraba la puerta tras de sí. En la habitación
había una ca ja grande. Uno tenía la opción: poner o sacar
dinero de ella. Por supuesto, el hombre rico ponía dinero.
Y detrás de él, también solo, entraba el pobre y sacaba
dinero. Todo era hecho en forma discreta: el rico no veía
a quién le daba y el pobre no sabía de quién recibía.
Una segunda aproximación a la forma o .diseño...de la
clalet es que la dalet representa una de las piezas vertica­
les o jamba de puerta y un dintel.5 La línea vertical es la
pieza vertical que sostiene el dintel y la línea horizontal
es el dintel propiamente dicho. ¿Cuál es la conexión en­
tre la puerta y el pobre? El pobre, por costumbre, golpea
a la puerta. Existe también una tercera explicación pro­
vista por las enseñanzas del jasidut6, que señala que la
dalet está compuesta por una resh y una iúd. ¿Qué dife­
rencia hay entre la dalet 1 y la resh 1? Una iúd. Si se aña­
de una iúd al ángulo superior derecho de la resh, la resh
se convierte en una dalet. La iúd, una letra muy pequeña,
representa la sumisión. Es sumisión lo que separa a la
resh de la dalet. La m ezuzá én las jambas de nuestras
puertas contiene el famoso párrafo de la plegaria conocido
como el Shemá. En el Shem á decimos: “Oye Israel,

4. Shekalim 5:6.
5. The Wisclom ¡n the Hebrew Alphabet, p. 78 donde se cita al Maharal.
6. Batí Legani 5710, capítulo 6, Kehot 1990 p. 28 fí (edición en inglés).
A-donai es nuestro Di-s, A-donai es Uno”. La palabra ejad,
ij .'
uno, en Di-s es Uno, contiene la letra alef, jet, dalet, inx.
¿Qué ocurre si se quita la iúd de dalet y queda una resh?
La palabra ya no es más ejad sino ajer nnx (otro). Si se
cometiera ese error, se produciría entonces, “Oye Israel,
A-donai es nuestro Di-s, A-donai es otro” (es decir otros
dioses). Tan fundamental es ese aspecto de la iúd, sumi­
sión, en la creencia en la.unicidad de Di-s, que su omisión
podría llevar a rechazarlo, Di-s no lo permita, reempla­
zándolo por la creencia en otros poderes omnipotentes
en el universo. El Midrash7 no dice que al reemplazar la
resh por la dalet destrozamos todos los mundos. •

Guematria
La guematria de dalet es cuatro. El número cuatro repre­

senta también a los cuatro mundos creados como se ex­


plica en la Cabaló: Atzilut, Beriá, Jetzirá y Asia. Además,
dalet significa los cuatro elementos básicos de la Creación:
fuego (energía), aire (gas), agua (líquido) y tierra (sólido).
Cuatro representa también la festividad de Pesaj, las cua­
tro copas de vino, los cuatro hijos, las cuatro preguntas.
¿Por qué bebemos cuatro copas de vino en Pesaj? Hay
cuatro expresiones que denotan redención en la Torá.
Cuando Di-s sacó a los judíos de Egipto, Les dijo: “Yo los
sacaré”, “Yo los salvaré”, “Yo los redimiré” y finalmente
“Yo los tomaré como Mi pueblo”. Las tres primeras expre-
Dalel

siones implican la intervención de Di-s propiamente en la


tarea de sacar a los judíos de Egipto. Los judíos permane­
cieron pasivos. Pero la cuarta -llegar a ser el pueblo de Di-s-
demandó un trabajo a nivel personal y social,por parte
del pueblo judío.

¿Qué significa convertirse en el pueblo de Di-s y cómo


nos preparamos para ello? Por medio de la purificación.
El Zohar9 nos cuenta que al momento del Éxodo, el pue­
blo judío estaba en el nivel número cuarenta y nueve de
impureza. Si hubieran permanecido un minuto más en
Egipto, hubieran caído en el quincuagésimo y más bajo
de todos los niveles y perdido para siempre. No fue a ba­
se de sus méritos, su conducta virtuosa o su bondad que
fueron redimidos, más bien se debió a la buena voluntad
de Di-s expresada en sus palabras: “Yo te sa c a r é ”, “Te sal­
varé”, “Te redimiré”. ¿Pero cómo Di-s finalmente redimió
al pueblo judío? Haciendo de ellos Su nación y dándoles
Su Torá. Este cuarto período de redención .recién tuvo
lugar en Matan Torá, cuarenta y nueve días después de
la salida de Egipto en los cuales nos preparamos para ser
dignos de ser el pueblo elegido de Di-s y recibir así Su
Torá.

Los tres primeros niveles de redención nos encontró


pasivos y sin mérito alguno, en el cuarto debimos esfor­
zarnos para merecerla.

La diferencia entre las tres primeras y la cuarta manifes­

9. Zohar Jadash, al comienzo de Itro. También Tzror HaMor, Bo 12:40.


tación de redención se refleja en la diferencia entre la
matzá y el vino.10
La matzá es una comida que no tiene sabor. De acuerdo
con la halajá, la matzá del seder de Pesaj se hace simple­
mente mezclando harina y agua, y es llamado “el pan del
pobre”. Cuando los judíos fuimos sacados de Egipto, nos
hallábamos en estado de pobreza espiritual, indignos de
ser redimidos. Éramos como la matzá, insulsos. Pero du­
rante los cuarenta y nueve días que siguieron, llevamos a
cabo una profunda transformación personal compren­
diendo e internalizando el sentido del judaismo y la Torá.
Nos elevamos por sobre los cuarenta y nueve niveles de
impureza hasta alcanzar los cuarenta y nueve niveles de
compresión. Reconocimos la existencia de Di-s. Una vez
que comenzamos a entender lo que encarna el judaismo
y lo que implica ser el pueblo de Di-s, nos llenamos de go­
zo. Por esta razón es que bebemos vino, porque como es­
tá dicho": “No hay canto sin vino”. Bebemos vino como
forma de reconocer totalmente nuestra salvación de
Egipto y entonar loas a Di-s con gran júbilo.

La matzá representa las primeras tres expresiones, la in­


tervención divina en nombre del pueblo judío cuando és­
te se hallaba en estado de postración espiritual, de pasi­
vidad total. Las cuatro copas de vino representan la cuar­
ta expresión: el haberse convertido en nación gracias a la
participación activa y el compromiso demostrado.

10. Likutei Sijot, vol. 26, p. 44 ff. Ver también Gevurot Hashem del Haharal, cap. 60.
11. Berajot 35a.
Hay otro modo de diferenciar entre las tres matzot y las
cuatro copas de vino. El tres representa lo potencial; el
cuatro representa el desarrollo dé ese potencial.
En la liberación de los judíos de Egipto, Di-s representa
tres: empleando Su potencial al servicio del pueblo judío
lo que se manifiesta en las tres expresiones de redención.
Cuatro representa al pueblo judío, llamado a completar el
proceso.

Lo potencial (tres) también puede ser simbolizado por


el padre, mientras que la madre simboliza aquello que
crece o evoluciona.

Podemos entender ahora por qué había tres padres y


cuatro madres. El padre (aquél que provee la potenciali­
dad) provee la semilla, y la madre es responsable de su
desarrollo y perfeccionamiento. El padre es el benefactor
biológico y la madre la beneficiaría biológica. Por lo tan­
to, el padre se representa con el número tres.
Los tres Patriarcas son la guimel , el dador, la tercera le­
tra del alef-bet. La madre, receptora y beneficiaría, está
representada por la dalet, las cuatro Matriarcas. Una vez
realizado el potencial (es decir una vez que nace el niño),
uno se regocija. El símbolo del regocijo es el vino, repre­
sentado por el cuatro y correspondiente a las cuatro ma­
dres.

En suma, la madre no solo recibe la semilla sino que la


desarrolla. Virtualmente, uno debe primero reconocer el
núcleo de un concepto para poder interpretarlo. En el
Seder de Pesaj reconocemos el hecho de que fuimos
sacados de Egipto y agradecemos a Di-s tomando cuatro
copas de vino, haciendo cuatro preguntas y hablando de
los cuatro hijos.
A través del cuatro agradecemos todo aquello que nos
condujo hasta este día, incluyendo nuestra propia parti­
cipación para alcanzar un nuevo nivel. Pero para simbo­
lizar solamente la acción de Dios al liberarnos de Egipto,
comemos sólo tres matzot porque al momento de ser sa­
cados de Egipto, el futuro del pueblo judío era puramen­
te potencial, nos hallábamos en estado de mcitzú, éramos
recipientes vacíos en estado de. .pobreza espiritual. Fue
sólo con nuestro esfuerzo que logramos pasar de tres a
cuatro, de potencialidad a realidad.

El significado de la dalet es clelet, “puerta”. También sig­


nifica también dal , un hombre pobre! Finalmente la palabra
dalet simboliza dilisoni, que significa “elevarme”. ¿Qué
grado de compatibilidad hay en estas tres definiciones?
La convergencia se da cuando cada persona se percata
de que es pobre. Esta pobreza no es de índole monetaria,
sino que implica que todo lo que “posee” en realidad per­
tenece a Di-s.
Di-s en su benevolencia nos ha dado la vida y los medios
para nuestra subsistencia. Sin Di-s, no tenemos nada. Es­
te reconocimiento es la puerta de entrada a Su morada. Y
una vez que entramos en ella, Di-s nos elevará a un plano
superior -dilisorii- para ser bendecidos con vida, salud,
sustento y éxito. En el Salmo 30 del Libro de los Salm os ,
el rey David nos dice: “Alabo a Di-s porque Él me eleva
(¿////son;)”. Si invertimos la frase, diríamos: “Dilisoni, co­
mo Di-s me eleva, yo lo alabo”. En esta expresión, Di-s me
eleva dándome la capacidad de ser alguien productivo, lo
cual me permite ensalzarlo desde una posición superior.
HEI
La acción

Diseño 1. El ancho y alto de la dalet más la iúd equivale


a espiritualidad 2. pensamiento, habla, acción
3. hei versus jet
Guematria Cinco

S ig n ific a d o 1. A quí está 2 . Estar perturbado 3. Contemplar


Hei 42

A finales de los años veinte, mi abuelo paterno y to ca ­


yo, R. Aharon Leib, fue a ver al sexto Rebe de Lubavitch,
Rabí Iosef Itzjak Schneersohn, para pedir una berajá, una
bendición.

La bendición pedida era que sus hijos llegaran a ser se­


res rectos y temerosos de Di-s. El Rebe le respondió: -Una
berajá es similar a una semilla. Uno debe primero prepa­
rar la tierra que la recibe arándola y recién después sem­
brando. Solo así Di-s ayuda, luego comienza a llover “una
lluvia de bendiciones” y entonces el cultivo comienza a
germinar.

Diseño
La hei es la quinta letra del alef-bet. El Maharal' nos dice
que la hei se forma con una dalet y una iúd. La dalet se
compone de una línea horizontal (que significa ancho) y
otra vertical (alto) que juntas representan el mundo físi­
co, el mundo material. La iúd (el trazo separado de la iz­
quierda) representa Di-s y por fo tanto espiritualidad. El
Maharal nos enseña que así como la dalet y la iúd se unen
para formar la hei, así también la persona tiene la obliga­
ción de imbuir y santificar el mundo físico de espirituali­
dad y santidad.

En la concepción jasídica2, la hei representa pensamiento,


habla y acción. Del mismo modo que la hei se compone
de tres líneas, el pensamiento, el habla y la acción forman

■i. The wisdom in the Hebrew Alphabe, obra citada.


2. Bati Legani 5710, cap. 8 (edición en inglés).
los tres ornamentos del alma, las tres vestimentas mora­
les a través de las cuales nos expresamos.
La línea horizontal superior (pensamiento) representa,
por su diseño, el diseño de igualdad. Para poder experi­
mentar al otro como igual a uno, se necesita introducir
cambios en la propia percepción. Quizás en la superficie,
algunas personas parecen mejores, y otras peores que las
demás. Pero nuestra responsabilidad es concentrarnos en
el alma, la chispa divina que existe en cada persona.3
Puesto que nuestras almas emanan todas de la misma
Fuente, somos todos, en esencia, iguales. Si ahondamos
más allá de la personalidad o la apariencia externa de
una persona y llegamos al núcleo, comprobamos que so­
mos todos iguales. La línea vertical derecha de la hei re­
presenta jerarquía, que es lo que denota el lenguaje. Un
rey ejerce su dominio a través de su palabra.4 Desde su
trono pronuncia un decreto que luego se convierte en
ley. No tiene necesidad de recibir a nadie ni estrechar la
mano de nadie: simplemente se limita a hablar y ahí resi­
de su poder. La línea vertical de la hei desciende desde
un rango superior, el soberano, hasta tino inferior, sus
súbditos.

Finalmente, el trazo corto y separado, de la izquierda re­


presenta acción. Ahora bien, ¿por qué está ese brazo se­
parado del resto de la letra? Resulta muy fácil para noso­
tros pensar y hablar acerca de lo que es correcto, pero
otra cosa es materializar las buenas intenciones. Por lo

3. Tania, cap. 32.


4. Eclesiastés 8:4.
H ei 45

tanto, el claro que sé ve en la hei, sirve de recordatorio


del esfuerzo que debe hacerse para unificar las tres ves­
tiduras u ornamentos del alma. Si la línea que denota
acción está ausente, quedan solamente dos de las tres
lineas de la dalet: pobreza.

El Talmud5 nos explica que la hei también representa


teshuuá, arrepentimiento. Para poder apreciar cómo la
forma de la letra hei encarna el concepto de teshuvá,
comparemos la hei n con la jet 6 n, octava letra del alef-bet.
Ambas formas son muy parecidas. Cada una consta de
tres lineas y la única diferencia llamativa es la pequeña
abertura-encima del trazo izquierdo. ¿Qué relación tiene
esto con la teshuuá ? Di-s le manifiesta a Caín luego de que
éste mata a su hermano Abel: “El pecado llama a tu puer­
ta (jatai ) ”7. La abertura (o puerta) en la parte inferior de
ambas, la hei y la jet, representa el pecado. Con la jet, no
hay posibilidad alguna de eludir el pecado sin caer en
transgresión (es decir sin salir por la parte inferior de la
jet). Pero la hei tiene otra abertura, otro curso posible de
acción. Su pequeña abertura superior da la posibilidad
de teshuvá o retorno5.
La diferencia entre la jet y la hei puede ser ilustrada al
comparar jam etz (levadura) y matzá. Jametz se escribe ^Dn8,
jet, mem, tzadik. Matzá es mem, tzadik, hei. La dife­
rencia entre jam etz y matzá-es la letra jet versus la hei.

5. Shabat 104 a.
6. Likuiei Sijot, vol. 1, pag. 129 ff.
7. Génesis 4:7.
O CT t í / - I -»/•! I -> n -íl .- - - - ^ I r ; ---------- - ! r l^ 4 • o r H f r\ ^ r iim C Ci
u. i_11 i c Q i i u a u la [jaiaui a csv^iiuc t u m u tri iinai üc L¿.auii\. \ \ \ j ) \ j / cota ¡ui m u

propone es sólo a los fines de facilitar la comparación con la palabra "m atzá".
Jam etz , levadura, representa lo “inflado”, el ego9 mien­
tras que matzá es plano, indicando subordinación, abne­
gación y humildad. Si una persona es humilde, puede lle­
gar al arrepentimiento, a hacer teshuvá. Pero una perso­
na ególatra, no retornará nunca a Di-s, porque su actitud
le dice: “¿Para qué necesito a Di-s? Me va muy bien por mí
mismo. Mira cuán exitoso soy”. O, si quiere actuar con
impunidad dirá: “¿Qué esperan de mí? Soy simplemente
un ser humano, si Di-s me hubiera querido perfecto me
hubiera hecho así. Di-s me dio un ietzer hará , una inclina­
ción al mal que instaló-.en mi persona para inducirme a
pecar. ¿Por qué, entonces debería hacer teshuvá ?”. El
egoísta no halla motivos para el arrepentimiento. Perma­
nece firme en su comportamiento y no admite sus fallas.
Se encuentra hinchado con la jet de jam etz , de levadura.
La h ei , por el contrario, es como la m atzá : chata y altruis­
ta. Su propio diseño contiene una abertura, un paso, que
el individuo puede atravesar si es humilde. La hei repre­
senta la adopción, por parte del ser humano, de la sumi­
sión como pasaporte al arrepentimiento.

En un sentido más amplio, debemos entender que teshuvá


no implica solamente el arrepentimiento por haber pecado
sino que significa el retorno a lo más esencial de uno mis­
mo. Y como tal, nos incumbe a todos por igual, incluso a.
aquel raro individuo que no ha cometido nunca una
transgresión.

9. Ver Otiot de Rabí Akiva acerca de la letra jet. Según Rabí Akiva la letra jet representa
por sí misma ego.
Hei Al

El ZoharX
Qnos dice que cuando venga el Mashiaj hará
que todos, hasta el recto, se arrepientan. Cada persona
llegará a darse cuenta que cualquiera sea su nivel, siem­
pre puede ser mejor y acercarse cada vez más a Di-s. Y to­
do ello se logra perfeccionando el pensamiento, la pala­
bra y la acción. En la medida en que el hombre se perfec­
ciona, “Di-s ayuda; comienza a llover ‘una lluvia de bendi­
ciones’ y los cultivos crecen ”.

Guematria
El valor numérico de la hei es cinco. No solamente repre­
senta las tres vestiduras del pensamiento, el habla y la
acción, sino que además estos ornamentos abarcan un
total de cinco elementos11: dos niveles de pensamiento:
imaginativo y meditativo; dos niveles de habla; las pala­
bras del corazón'-y las de la boca, y un nivel de acción.
¿Por qué tiene la acción solamente un nivel? Porque
cuando se trata de realizar una acción, uno hace algo o
no. Por lo tanto, en el diseño de la h ei , la línea que repre­
senta acción (el segmento vertical desunido del resto) es
media línea.

El cinco también representa los cinco niveles del alma:


nefesh, ruaj, nesham á, ja iá y iejidá}2 El quinto nivel, iejidá,
significa unión. Este nivel del alma es comúnmente cono­
cida como el píntele id, la chispa divina que existe dentro

10. III, 153 b.


11. El Alef Bet, obra citada, paq. 84.
12. Bereshít Rabá 14:9, ver también "On the Essence oí Chassidus", pag. 23, referencia 37
y otras adicionales.
de cada judío. Y esa chispa nunca llegará a contaminarse
o a extinguirse, esa chispa es lo que une a cada judío con
Di-s.
El píntele id es también la fuerza propulsora detrás del
mesirut nefesh, el altruismo. Y es precisamente la noción
de altruismo lo que posibilita a cada judío poder entre-
a

garse a Di-s y dar su vida por El aun cuando nunca haya


practicado o experimentado la ley o las prácticas judías.
Un judío que ha violado el Shabat o ha comido comida no
kasher, alguien que nunca ha colocado una m ezuzá en su
puerta ni ha dado un centavo de caridad es también el ju­
dío que, enfrentado al ultimátum “Di-s o tu vida”, escoge
deseoso entregar su vida por Di-s. Esta revelación es
asombrosa. ¿Cómo se explica que este judío no obser­
vante está, de repente dispuesto a dar su vida por Di-s?
Mesirut nefesli tiene sentido para alguien como Abraham
o Rabí Akiva que estudiaron Torá la vida entera. Pero
¿qué pasa con la persona que nunca ha siquiera abierto
un libro judío y no sabe que el hebreo se lee de derecha
a izquierda? La respuesta se debe buscar en el píntele id.
Esta conexión esencial con Di-s es inherente a su ser y no
puede cortarse nunca.
Cuando se trata de realizar una mitzvá, como por ejem­
plo cumplir con kashrut, el judío no observante se pre­
gunta: “¿qué hay de tan grave en no comer kasher? Di-s
es espiritual. ¿Por qué debería importarle lo que como si,
por otra parte, soy una buena persona? Si como cerdo,
eso no significa romper mi relación con Di-s”. O quizás di­
ce: “¿Y qué ocurre si no voy al beit hakneset (sinagoga) en
Shabat y en su lugar, corto el pasto? El sermón del rabi­
no es de todos modos aburrido. Por supuesto que eso no
implica cortar mi relación con Di-s. Di-s me perdonará y
me comprenderá”. Pero, cuando se trata de renunciar a
su religión, este mismo judío reconoce que no hay lugar
para ambivalencias. “Obviamente Di-s no me perdonaría
si abandonase mi fe; estaría enunciando claramente que
no Le profeso amor ni creo en Él. Si es así, con gusto en­
trego mi vida antes de renunciar a mi Di-s”. Esta es la
esencia de la razón por la cual experimentamos ese des­
pertar que nos lleva al retorno, por ese nivel de iejidá del
alma. Esta chispa del alma enciende el resto de nuestro
ser y es el combustible que nos propulsa a volver al ca­
mino de Di-s.

El número cinco también representa redención. En el seder


de Pesaj hay una quinta copa de vino llamada la copa del
profeta Elihau. Elihau, el que anuncia la Redención, nos
dirá que debemos hacer teshuvá porque el Mashiaj está
por llegar. Esta promesa también está representada en la
Torá13por la expresión: “Te traeré a la tierra (de Israel)”.
El Ram bam 14 nos dice que cuando todo el pueblo judío
haga teshuuá, seremos inmediatamente redimidos.15

13. Éxodo 6:8.


14. Rabí Moisés ben Maimón también conocido como Maimónides (1135-1204).
15. Mishné Torá, Leyes de Teshuvá 7.5.
Significado
La palabra hei tiene tres significados: el primero es “aquí
está”, como en el versículo, Aquí tienen semillas16 (hei la­
jera zera ).17 El segundo es. “ser perturbado”, como se
enuncia en Daniel18: “Y yo Daniel fui perturbado... (ni ei-
sí)”. Y el tercero es “mirar”19 como se expresa en “Mirad,
este es nuestro Di-s../’ (hinei Elokeinu:..') que hace refe­
rencia al hecho de contemplar una revelación. Estas tres
definiciones convergen. Al nacer, cuando entramos a es­
te mundo, Di-s nos provee de semillas (por ejemplo el po­
tencial para ser productivos y construir vidas exitosas).
-Muchas veces, sin embargo, nos alteramos y confundi­
mos, perdiendo de vista nuestro objetivo. Sin embargo, fi­
nalmente todo judío llegará a hacer teshuvá y a reconocer
a su Creador. Entonces contemplará la revelación de Di-s.
Al ennoblecer nuestro intelecto y nuestro discurso y
volcarlos al plano de la acción, se revela la iejidá , el quin­
to nivel y la chispa del Mashiaj dentro de nuestra alma20,
y ello nos llevará a la Redención final.

16. Génesis 47:23.


17. Sobre ese versículo. Rabí Avraham Eliahu Plotkin. de bendita memoria (1888-1948, ¡c> 2ao ^ c iO
abuelo paterno de la esposa del autor), explica lo siguiente: "¿Cómo es que Sarai (nw),
la esposa de Abraham no pudo engendrar un hijo hasta que no cambió su nombre por el
5 2oo de Sarah (mu;) (con la letra hei al final? La razón es que-la hei es necesaria por ser la
semilla, es decir la descendencia". Del mismo modo encontramos que los nombres de [as
otras Matriarcas concluían también con una hei. Rivkah (n¡?m), Leah (rm1?), Zilpah £T V 3>0
(hdVt) y Bilah (nnV3). La sirvienta de Raquel tenía una hei extra que le prestó a Raquel.
Por lo tanto, Raquel también concibió y procreó hijos.
18. 8: 27.
19. Isaías 25:9.
20. Maor Einaim, al final de la parashá Pinjás. Ver también Sefer Hasijot 5751, vol. 2, pag.
590 y referencias adicionales en el mismo lugar.

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