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4.2 Historia de la filosofía griega, I I llos comienzos de la filosofia en Grecia 43
de la provisión de las necesidades fundamentales, no sólo para la vida, .,
dente que estos griegos emprendedores viajaron por tierra a l\{esopo-
,!
sino para una vida cómoda, cuanclo surgió la búsqueda de esta satisfac-
tarnia y por mar a Egipto, y todos los testimonios prueban que los
ción intelectual.» Y también podemos estar de acuerd.o en esta cuestión
primeros f,lósofos no fueron unos reclusos, que se aislaron de este fer-
con Hobbes, que dijo poco más o menos lo mismo:
"EI ocio es la madre
de Ia Filosofía, y el Bienestar común la madre de la paz y del ocio: allí
merto de su tiempo, sino hombres dinámicos y prácticos, de los cuales
Tales, al rnenos, viajó a Egipto.
donde se dieron por vez primera ciudades grandes y florecientes sur:gió
Nosotros somos proclives a pensar que los estados de Egipto y Meso-
también por vez primera el estudio de la Filosofía.,
potamia fueron, durante el período de esplendor de sus civilizaciones,
un vistazo a la situación_gqggri!fiqa de Mileto y a sus relaciones con lugares donde la libertad de pensamiento estaba obstaculizada por las
las potencias vecinas será importante, también, para nuestro terna. situada
exigencias de una religión que ejercía el peso de una losa sobre cada
en la franja este de los pueblos de habla griega, tenía a sus espaldas el
rama de la vida y se utilizaba en interés de un gobierno central despótico
muy diferente mundo del Este. En efecto, como ha destacado un moderno
historiador de la antigua Persia, su ubicación y actividades Ia situaron
et el que el rey era Ia encarnación de la clivinidad, de Ra o Marduk, y la
clase sacerdotal que lo circundaba se preocupaba de qlre su autoridad
«en meclio de la corriente de] pensamiento oriental» 5. Esto es algo
que, por lo general, siempre se ha venido reconociendo, pero las conclu-
no disminuyera por incursión alguna de pensamiento libre. Esto es Ia
pura verdad, y uno de los méritos más impresionantes de los griegos con-
siones expresadas con r:especto a la dimensión real del influjo oriental
siste en su intolerancia ante tales sistemas. Sin embargo, estos abrurra-
sobre los filósofos griegos rrrás primitivos, rnuestran consiclerables discre-
dores imperios teocráticos no estaban carentes, en modo alguno, cle logros
pancias y, en ocasiones, se han limitado a ser meras conjeturas basadas
intelectuales. En este sentido se expresa un historiador de la ciencia:
sobre el prejuicio antes que sobre el conocimiento. Era difícil para algu-
nos filohelenos del siglo xrx admitir la menor merma de la orlginalidad I Negar el título cle hombres de ciencia a esos ingeniosos artífices que
crearon la técnica de la multiplicación y Ia división, que sólo erraron en
pura del pensamiento griego. cuando Ia inevitable reacción surgió, fue
una pulgada en las líneas cle la base cle 7553/q pies de la Gran pirámide,
igualmente difícil para algunos sentían que la adulación de todo que clescubrieron cómo seña1ar e1 paso cle las estaciones, tomanclo como
lo griego había llegado a limites-queinsospechados- conceder a los griegos uiridacl el lapso de tiempo entre dos salidas heliacales de la estrella sirio,
el menor atisbo de originalidad. De cualquier forma, no hace mucho sería limitar el significaclo del término más allá de lo que, en esta época ,
tiempo que el desciframiento, airn no concluido, de muchos miles de tabli- industrial, consentiríamos en hacerT.
llas de barro proporcionó materiales valiosísimos para una cabal apre- ; (,"t'
ciación de la ciencia y cle la fiiosofía de1 antiguo oriente próximo y, con- Para predecir un eclipse, como se Ie atribuyó que había hecho, Tales tuvo,
secuentemente, para una valoración equilibrada de lo que podrÍan haber sin cluda, que servirse de Ia ciencia babilónica 8. §e trataba, en última
enseñado a los griegos. instancia, de las civilizaciones humanas más primitivas y tenÍan en su r
Al abordar antes que nada la cuestión de los contactos y de Ia posibili- haber las técnicas fundamentales cle la domesticación de animales, la I
dad de un intercambio de ideas, tenemos que recordar que casi toda Jonia agricultura, la cerárrica,la fabricación de ladrillos, el arte del hilado, del j
estaba bajo el dominio de Lidia en tiempos de su rey Aliates, el cual tejido y de la metalurgia. Los egipcios y los sumerios fabricaron eI bronce,.-'
había conquistado Esmirna, y entabló combate con los milesios e hizo más útil, mediante una aleación de cobre y estaño y, en la fabricación
de sus famosos productos textiles, las ciudades jonias como Mileto copia- ¡;
un tratado con ellos 6. Aliates gobernó clesde alrededor del ó10 hasta el
560, un período que cubre casi toda la vida de Tales. Su hijo Creso com- ron la técnica asiática, que era superior a la griega.
pletó la conquista c1e Ia franja costera jonia y, tras su derrota a manos [,a deuda de los matemáticos griegos con Egipto y Babilonia era algo
de Ciro, en el año 546, ésta se convirtió en parte del Imperio persa. Estos que los rnismos griegos reconocían. Herócloto escribe que, en su opinión,
monár'aas, sin embaigo, parece que se sintieron inclinados a respetar el la geometría se inventó en Egipto y fue llevada desde allí a Grecia, y que
poder y la reputación de Mileto, que conservó, dentro de sus dominios, los griegos aprenclieron de los babilonios la división del día en doce partes
una posición de privilegio e independencia y continuó viviendo su propia y el uso del pólos y eI gruónzón, que eran instrumentos (o probablemente,
vida sin mayores interferencias. Eviclentemente, por este lado, que el mismo instrumento con nombres distintos) para marcar la hora y las
puede ser considerado pasivo, Ios milesios, al igual qlre todos los jonios, dos fechas astronómicas fundamentales de1 año, como el solsticio y el
tuvieron que tener multitud de oportunidades de entrar en contacto di- equinoccio. Aristótelés formula la afirmación general de que las artes ma-
recto con el pensamiento oriental. Considerando el lado activo, es evi- temáticas se inventaron en Egipto g. Los documentos cuneiformes leídos
7 W. P. D. Wightman, The Growth ol Scientific ld.eas, pág. 4.
5 A. T. Olmstead, History ot lhe Persian Empire, pág.
¡ Cf. págs. 56 y sigs.
208.
6 Hdt., I, y e Hdt., II, 109; Ar., l[etaph. 9B1b 23. Para una comparación cle estos dos pasajes
17 sigs.
virl. págs. 44 y 45.
44 Historia de la fitosofía griega, I Los cotnienzos de lcL fitosofía en Grecia 45
hasta ahora indican que, si ros egipcios fueron los primeros en geometría, (ulas ciencias que no tienen por finalidad
los babilonios llegaron a ser incluso más avanzados en aritmétIca. En ni la provisíór, .le pla."r ,ri d"
et a",p,J, á" nu" ras necesidades prác-
campof de Ia astronomíar/tas técnícas aritméticas se usaron por los
babi 1ll"""r'"'i;'?l
ticas ::::;:::i::::1,1:"*:
de Ia vida eStán satisfechas. oDe ..i" mo.lo,
este conocimr;;ilt;í#r";
lonios para predecir los fenómenos celestes con un notable grado de pre- por vez primera en aqlleilas regiones
cisión, y estas técnicas se desarrollaron alrededor del año t5ó0 a. c. Iu, q.r" los hombres tenían ocio.
Efec_ Ésta es ra razón por Ia cual ras artes "r,
tivamente, investigaciones recientes nos indican que, contrariamente yez en Egipto, pues alrí matemáticas surgieron por prirnera
que se venía creyendoj ra astronomía babilónica se basaba
a ro la casta sacerclotal poclÍa disfrutar cle ocio.»
en er cálculo Heródoto escribe también, .r, utgrrru
matemático antes que en ra observación, ro c*al Ia pone incruso otru purt", sobre las prebendas y
en relación privilegios inherentes a Ia condicián
más estrecha con Ia ,rentaricrad ¿re Grecia, tal y como, al .u""riotul, originados por las grandes
menos, ra repre- extensiones de tierra, que poseían ros templos.
senta Platónf En reración con otras ramas dei conocimiento, estaba exento de cuarquier otra crase a"
si un sacerdote era escriba,
ros documen- t.uuu;o. Es eviclente, sir,
tos paprraceos de Egipto, que se remontan al año 200 a, c,, que Aristóteles nos oli,l¡il:l':lX,ff";::
que las artes de Ia medicina y Ia cirugía habían experimentaáo -.on.i
evidencian "*uu.go,
derables progresos.
y. ér recarca
rleródoto de
o,.,,
",,las rimitaciones prácti.us'¿á-ra ffi,,if
;:"""1T.
"l1]i"Tlli; *X
Todo este arsenal de ciencia y técnica estaba aguarclando, por así de- geometría egipcia continúa
sie,clo la más probabrer0- Al sásten". q.,á-r^
cirlo, en el timbral de ros griegos, de mo¿ro que considerarres los pri- activictact interectuar desinte_
resada es un producto der ocio,
que
meros científicos equivaldría
-en eso estamos de acuerclo- a aplicar un "uid".,i" en Aristóteles tiene razón.
su error reside en transferir u.tu", g"o*"i.ía
signiflcado rest¡ictivo imposible al término. Ahora bien, si ellos .rá finalidad que poseyó en la Atenas á"LIiái. Egipto er carácter y ra
la ciencia, se suele estar de acuerdo, y con razón, en que ra erevaron "r"u.o, una educación liberal y era tema, po.
ry, doncle formaba parte de
a un tan?, de Ia investigación pura. En
plano completamente diferente.l-Lo que sin ellos se habría estancado, Egipto era er instrumento para m"ái,
ingenuamente, en un cierto nivel elemental logró, en sus manos, des- h tierra o construir las pirámide5 ,.
lEn Babilonia el comportamiento en la vida práctica se regía,
arrollos imprevistos y espectaculares, que no se encaminaron en direc- por en gran
ción a la mejor realización de fines prácticos. No fomentaron, salvo de ''édidu,En consideraciones religi,or* ; i^ rerigión era excrusivamente
astral'
f este sentido, Ia astronomÍu ,r., ro uuro,
un r¡odo accidental, el ideal de Bacon: «clotai la vida del hombre de infi
ios ".i.r¿i"-pr¿.'t'ü
1 ¡adicaba en Ia expricación que
nitas comodiclades". Es probable, sin duda, aunque en el pasado se ha ofrecía ""ru curtos der compor-
"
tamiento de ros crioses astrales. Las observaciones 'omures y cálcur,os q,e extraía
negado sin mucha base, que los frlósofos jonios se sintieran vivamente eran amplios y cuidados, pero vinculados
interesados por los problemas técnicos, pero no fue precisamente en esta ar servicio de ra reffin esta-
blecida. La filosofía griega¡fue, por el
esfera donde se sintieron más inclinaclos a ser cliscípulos entusiastas de contrario, sus comienzos, al menos
en lo que se refería a 10é dioses traclicionales,",
Ios pueblos vecinos; La peculiaridad de su logro especÍfico va mucho más agnóstica o-fa.iriru*".rt"
'allá. hosti!f
Nosotros llegafumos a vislumbrarlo, si considerarnos que, a pesar cle Estos pueblos, pues, vecinos y, en algunas
clue la filosofia y la ciencia son inseparables, mientras hablamos de ciencia . cosas, naestros de los
griegos, se contentaron con desariorlar,
egipcia y babilónica, es más natural, sin embargo, hacer referen eia a la *Jdirrt" ensayos y errores, una
técnica que surtía efecto. Ellos siguieron usándoru
filosofía de los griegds,, ZA gué se debe esto? por plantearse la cuestión de por qué surtía y no sintieron interés
Los pueblos egipcirrs'y mesopotámicos, clentro cle 1o que estamos i,for- efectá, sin duda p"rq""
ámbito de las causas continuaba gibernado por "l
maclos, no tuvieron interés por la ciencia en sí misma, sino sólo en la er dogma rerigioso, en
lugar de abrirse ar libre debate de la razón.
meclida en qlle sirviera a una finalidad práctica. según Heródoto, el sis- En esto reside Ia diferencia
fundamental entre ellos y los griegos. nt griego
tema cle impuestos se basaba en Egipto en el tamaño cle las parcelas rec- preguntó «¿For qué?», y
este interés por ras causas re ináujo inriediatamente
tángulares de tierra e1l que estaba diviclido el país, bajo un sistema de Ia pregunta sobre la generalizació".6Uf a otra pregunta:
propiedad privada. si una parcela veía reducida su área por la invasión sabe que el fuego es un
"gip"io duros y
instrumento útil. con ér fabricará ..r! lu¿iiitou
del rÍo Nilo, el propietario podía presentar una reclamación y se enviaba resistentes, calen-
a los inspectores reales a medir Ia reducción, a fin de que el impuesto
1o Cf. ,a interesante rliscusió¡
se pudiese modiflcar convenientemente. Al concecler a los egipcios el mé- sobre Hdt., II, 109, y Ar., Metaph. ggl b 2l y sigs.,
entre Macdonatd y J. Gwyn_ Griffiths 'rár.- ,
rito cle ser los primeros geómetras, Heródoto afirma que, en su opinión, _C.
""
Cn,1S50,
La_ inclinación práctica cle las matemátiáu.
li,;";;í;, ;;;\;.'
fueron estos problemas los que estimularon eI desarrollo de la geometria. -Il
valoración que pratón hace de era en Leves "cip"iu,
se avista en la inferesa'te
'i'iri.esi¿n.
tsiqi ; á"" "^*;;;rr* -"j"rápro
{¡!¡Jó!et9s, es cierto, atribuye los logros que consiguieron los egipcios Platón expresa su gran admiración e i"sía a'los griegos
a ,"gri, a"
en el campo de Ias maternáticas aI hecho de que los sacerdotes gáiua^n Egipto' La mavor parte de-ra aritmética "i
cle ocio para fines intelectuales, argumentando que el conocimiento teórico
"gip"i";; equivarente a ra rogrstica griega.
§(Vfd..el ensavo de Karpinski, oThe sourcei^"i ci""t Mathematics» er la tracrucción
I de d'Ooge cle la Introdttctio Arithrnetico., a" ñtO*u"o.;
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46 Historia de la filosofia griega, I Las conilenzos cle la filoso'fía en Grecia 47
tará su casa, convertirá,la arena en vidrio, templará el acero y extraerá f los egipcios. Fero no reflexionaron sobre ellas como conceptos singulares
los metales de su menal Con él lleva a cabo estas cosas, y le basta con i,l
susceptibles de análisis o de definición, ni se sirvieron de ellas como
gozar clel resultado en cada caso. Fero si, corno 1os griegos, uno se pre- si se tratase de la materia <<para>> o de las unidades constitutivas «de» gene-
Eunta por qtÉ 7a misn'ta cosa, eI fuego, hace todas estas cosas diferentes, ralizaciones aún rnayores. Para conseguirlo era necesario haber podido
ya no puede seguir pensando por separado en el furego que brillaba en ocuparse del concepto de un modo abstracto, como si se tratase de una
eI horno de cocer ladrillos, en el fuego que hay en el hogar y en el del u¡ridad con sll propia natrraleza. Luego se verá que surgen nuevas conse-
taller del herrero, sino que comienza a preglrntarse cuál es la naturaleza cuencias cle su naturaTeza, tal y conlo ha sido definicla ahora, y que puecle
del fuego en general: ¿cuáies son sus propieclades como fuego? Este construirse un sistema total científico o filosófico, lo cual fue inalcanzal¡le
avance hacia generalizaciones superiores constituye la esencia clel nuevo mientras eI pensarrriento permaneció a un nivel meramente utilitarío. En
paso dado por los griegos. Los métodos de los babilonios tienen un carác- eI campo de la astronomía los babilonios fueron capaees de acnmular
ter algetrraico y muestran qlle eran conscientes de ciertas reglas gene- datos que ejercieron su influjo durante varios siglos, basándose en una
rales algebraicas, pero oformularon sus problemas matemáticos, exclusi- observación cuidadosa y con Llna considerable maña para el cálculo. Fero
\¡amente, con valores numerales específicos para los coeflcientes de las a ellos no se les ocurrió usar este cúmulo de clatos como base para cons-
ecuacionesr. nNo llevaron a cabo ningún intento para generalizar los resul- truir una cosmología racional, como la de Anaximandro o P1atón. Este
taclos, 12. Los egipcios habían co,siclerado la geometría como una c*estión don de la abstracción, con slrs posibiliclades ilimitadas y (debemos añadir)
de campos concretos rectangulares o triangulares. tr-os griegos la abstraen su peligro inherente, fue la propiedad peculiar cle los griegos. El peligro
del plano de lo concreto y material y empiezan a pensar en rectángulos reside, por sllpuesto, en la tentación de correr antes de pocler caminar.
y triángulos puros, que tienen las mismas propiedades, ya estén encar_ Para la razón humana clescubrir por primera vez el alcance de sus pode-
nados en campos de varios acres o en piezas de madera o tela cle pocas res es una experiencia embriagadora. Tiende a despreciar la acumulación
pulgadas de longitud, o representados, simplemente, mediante líneas tra- pedestre de hechos e intenta elevar sus alas por encima de la evidencia
dazas en la arena. De hecho, su encarnación material deja de tener impor- disponible hasta alcanzar una magnÍflca sÍntesis que es, en sLr mayor parte,
tancia alguna; estamos ante el descubrimiento que pervivirá, por encima creación suya. IrTo se les ocurrió a los más primitivos filósofos de la
de todos, como gloria especial de los griegos: el clescubrimiento de la naturaleza gastar sus vidas en el examen, clasificación y correlación pacien-
forma. El senticlo griego de la forma deja su huella en cada manifestación tes de las distintas especies de animales y plantas, o en el desarrollo tIe
de su actividad, en la literatura, en las artes gráficas y plásticas, asÍ como técnicas experimentales, mediante las cuales poder analizar la composi-
en su filosofía. señala e1 avance desde lo meramenfe percibido a los con- ción de las distintas formas de Ia materia. No comenzaron así la ciencia
ceptos, clesde los casos individuales, percibiclos con la vista o el tacto, a ni la filosofía. Se empezó por preguntar a Ia gente pretendiendo hallar
la noción universal que concebimos en nuestras mentes escultura, Llna respuesta- sobre cuestiones que 1o abarcaban-ytodo, como «¿Cuál es
no ya un hombre concreto, sino el ideal de lo humano;-en en geometría, la génesis de las cosas que existen?», es decir, ¿por qué caltsa surgen en
no ya triángulos, sino 7a nafi,aleza de la triangularidad y las consecuen- primer lugar y cle qué están formadas? ¿El munclo entero está constituido
cias que lógica y necesariamente se derivan de ser un triángulo 13. en su esencia írltima de una o más sustancias? Ya he hablado del peligro
Generalizaciones elementales fueron evidentemente necesarias, incluso, de esta forma de actuar, que, indudablemente, un científlco moderno
para una ciencia y unas matemáticas prácticas y empíricas, como las de consideraría ridícula en su sentido literal. Sin embargo, si nadie hubiera
comenzado por primera vez a plantearse estas cuestiones últimas y uni
12 S. F. Mason, A History of the Sciences, 1953, pág.7; V. Gorclon Chilcle, citaclo 'r,ersales, la ciencia y la filosofía, ta1 y como nosotros las conocemos, no
por Wightman, op. cit., pá9. 4.
13 Arthur Lane clestaca perfectamente este punto en su libro sobt:e Greelc potterl,, hubieran podido nacer nunca.'Dada la forma c1e ser de la inteligencia
1948, pág. 11: «Se puede llegar a la forma por métodos empíricos, como un feliz humana, no habrían podido nacer cle otro modo. Incluso hoy, todo cientí-
acciclente que sobreviene con ]a manipulación experimental de un material; o ella fico cieberia admitir qlle slls experimentos serían infructllosos, si no se
puede ser un concepto clue existe en la mente, que lucha por convertirse en algo tan- llevasen a cabo a la lttz de una idea direct¡iz, es decir, apoyándose en una
gible con los medios que tiene a su clisposición. Su literatura, fllosofía y arte eviclencian
que la actitlld conceptual respecto a la forma no estaba más profunclamente arraigacla hipótesis formada en la mente, pero que aún no ha tenido comprobación y
entre 1os griegos que entre otros pueblos que conocemos. a juzgar por Ia <lecoración cuya fijación o refutación dependen de la investigación de un objeto dado.
'geométrica'.de su cerámica primitiva, es posible qlle, en esta época, hubieran estaclo Apegarse demasiado a los fenómenos, como postulatra la naturaleza prác-
completamente ciegos ante eI mundo circundante de los fenómenos naturales. Era tica de Ia ciencia oriental, nunca concluciria a la comprensión científlca.
imposible para ellos percibir un objeto y trasladar luego con fltriclez esta percepción
en una obra de arte figurativa. Después de Ia percepción, surgió el doloroso proceso
La investigación cientiflca, como un investigador francés ha expresado,
mental cle crear el concepto; en un vaso 'geométrico, podemos ver cómo se repre- presllpone nno sólo el amor a la verclad por sí misma, sino también una
sentaba el concepto primitivo de 'hombre'.» cierta capacidacl para la abstracción, para el razonamiento basado en
,1"
4B Elisto'ria- de la t'ilosofía griega, I
conceptos pllros palabras, un cierto espiritu filosófico, ya que
-en otras
la ciencia, en sentido estricto, nace de la especulación intrépida de los
filósofos más primitivos» 14"
Los mismos griegos tenÍan una frase que resume perfectamente el
sentido en el que fueron más allá qlle slts predecesores y contemporáneos"
Es la frase Lóyo,v6LEóv6¡¡. El impulso oa dar un ldgos» era típicamente
griego. Lógos no puede traducirse satisfactoriamente con una sola pala-
bra castellana. Enfrentados a una serie de fenómenos, sintieron la urgente
necesidad de trascenclerlos y dar una explicación de su existencia, en la
forma y modo particular en que existían. U"_1,íg9Lgo*pleto es una des- III
cripción que, al rnismo tiempo, explica. Junto a formá o-éstructurq, razón
o proporción, lógos puede significar, según su contexto, expticación, áéfl-
nición y aclaración éstas tipicamente griegas, y todas tan estre- LOS MILESIOS
-nociones
chamente relacionadas en la mente griega que pareció natural expresarlas
con una misma pala-t,ra ls. Como Aristóteles clijo, la única deflnición com-
pleta es aquella que incluye la cleclaración de la c4usa.
A) INTRODUCCIÓN
14 R. Baccou, Histoire d.e la science grecque, pág. 33. la tendencia, de la que se lamentaba Corn-
Consideramos superacla
ls Una explicación más completa de los trsos de ).óyoq se da en relación con
He¡áclito (págs. 396 y sigs-). ford en a escribir la historia de la filosofÍa griega «como si Tales
1907,
hrüiera llovido de repente del cieio y hubiera chocado con Ia tierra pro-
firiendo: '¡Todo tiene que estar hecho de agua! '». Signo del cambio de
perspectiva fue el hecho de que, al preparar la quinta edición de los
Fragmentos de los filósofos presocráticos de Diels, en 1,934, Walther Kranz
pllsiera en práctica la sugerencia del mismo Diels en su prólogo a la
cuarta edición, es decir, colocar al principio un capítulo de extractos
de primitivos escritos cosrnológicos, astronómicos y gnómicos, que en
Ias ediciones anteriores había quedado relegado a un apéndice. Esto
planiea la difícil cuestión, de si el trabajo presente debe seguir el misrro
plan. Una razón poclerosa para no obrar asÍ es la aLltenticidad, objeto de
continua disputa, y la fecha de los testimonios de esta tradició¡ «pr€-
filosóficar, qlre, en su mayor parte, aparecen exclusivamente conservados
como citas en escritores de una época mucho más tardía. I{osotros pode-
mos tener la seguridad de que 7a Teogonía de Hesíodo (la única obra con-
servada de su género) precedió a los filósofos milesios, pero, cuando
llegamos a los fragmentos de la cosmogonía órfrca o de la Teogonía de
Epiménicles, es difÍcil tener la seguridad de si ellos deben ser conside-
lados como si hubiesen influido sobre los milesios o, por el contrario,
como si debieran algo a los mismos milesios. De este modo, I{ern vio en
los fragrnentos de Epiménides eI influjo c1e Anaxímenes y R.ohde sostuvo
respecto de Ia Teogonía rapsódica, atribuida a Orfeo, que «en los esca-
sísimos pasajes en los que existe una coincidencia real entre las Rapsodias
y Ferécides, Heráclito, Parménides o Empédocles. el poeta de las Rapso-
dias es el deudor no el acreed6¡» r. La opinión más reciente se inclina,
1 Kern, De Orphei Epimenidis Plterecyclis theogottiis; E. Rohde, Psyche, App. 9,
«The Great Orahic Theogony,,. Una discusión general de esta cuestión puede verse en
Guthrie, Orphetrs and Greek Religion, eap. IV.
FILosoFÍA cnrnca, r.-4