Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
de Aquino
37 comentarios
Tomás de Aquino pide que esta luz disipe los dos obstáculos que
oscurecen nuestra vida: la ignorancia y el pecado. La ignorancia, de por
sí, no es mala ni culpable; es debida principalmente a nuestra
limitación. Hay muchas cosas que no sé y es mejor que no sepa. Y hay
muchas cosas que ignoro, no por desidia, pereza o negligencia, sino
debido a mi limitación. La ignorancia es un signo de la imperfección
humana. Sólo Dios es perfecto. Por eso, solo participando de la
perfección divina puede el ser humano elevarse más allá de su
limitación. El otro obstáculo que oscurece nuestra vida es el pecado: el
pecado siempre es debido a la libertad humana, que se ha desviado o
desencaminado. Tomás pide a Dios que nos ilumine para volver al buen
camino.
En esta oración, el santo pide a Dios que su luz se extienda a todos los
momentos del aprendizaje: atender, entender, retener, comprender e
interpretar. Finalmente, Tomás pide gracia abundante para hablar.
Porque el estudio, y más el estudio de la teología, está destinado a
transmitirse, a la enseñanza. El estudiante está llamado a ser maestro.
Por eso, una vez que ha aprendido tiene que saber transmitir. De ahí la
gracia abundante para hablar.