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predecesores los Titanes, y en su número se incruía Ares,

er dios de
l-a.que_rra, mientras que Iiene (la paz) era sólo una de
tus *r.fruu
deidades femeninas destinadas ar servicio de ros grandes áior"r.,
Apolo era regularmente consultado en Delfos antés de iniciarsei
una, guerra, pero no ha quedado recuerdo de que recomendar&
rrurr.
ca la paz como un bien en sí misma, aunque, en ocasiones, por
consideració_n a ella, se mostró desfavorabló a determinadu;
presa§.
;;
Estado vecino fuese
ambiguas palabras, del_a-dejar que re disuadieran ras «retorcidas y 4
oráculo, según Esquilo las caracterizJ. Las
consideraciones que decidían ra guerra 6 ra paz sorían ser más
mundanas. De hecho, fueron ros tiianos er más poderorá rá.io. La ciudad.estado olásica
á"
se sabe que, en la edad arcaica, favorecieron la paz. Como
:uanto.s
su- posición de puertas adentro nunca era muy estabre,
rei atemorir
zaban las guerras exteriores y, por lo geneial, se tÁ i"g."iuron
con éxito para evitarras, salvaguárdándolse a sí mismos tias toda La palabra griega potis (de la que se derivan otras nuestras,
una réd de alianzas mutuas que sorían consolidar mediante casa* como
mientos dinásticos. No obstañte, sería también erróneo dar por: "política") significaba, en su sentido clásico, «un Estado autó-
l9mo, que se gobierna a sí mismo». Ahora bien, como las poleis
acertada la opinión, puramente cÍnica, según ra cuar ros ru"".aot., (ésta era la forma plural del sustantivo polis) eran siempie de
crelhcos no entendían de cuestiones políticas ni influían
en e[as. pequeña extensión y no muy grande número de,habitantes, sé viene
Ninguna sociedad acepta jugar duraáte tres o cuptro siglos a un, admitiendo desde hace mucho el traducir aquel vocablo por el tér-
juego en-el que no veá alg.rin sentido e interés, y
mucho inenos si,, mirro complejo de «ciudad-estado», práctica que nj¿e adver-
encima, le cuesta caro (tan caro como lo prueta elocuentemente -setales
tir-- expone a malentendidos. Atenás, la mafor de
la enorme acumulación que fue el tesoro aé Oelfos). Seamos o no ciudades,
era ciertamente un Estado minúsculo si se-compara con el tipo
capaces nosotros de penetrar la psicología de aquellos griegos,
lo medio de los de hoy: su territorio medía unos 2-300 km.2
cierto es que todos, sárvo rarísimás i" tomaion "Delfos más o menos que el condado inglés d.e Dorset o que el de-poco
en serio. Pero se lo tomaron también "*""i.ion.r, derby
a iu aire. Lo poco .üÁ fo y que el ducado de Luxemburgo r-; pero denominarla ciudad-ei-
muy contradictorio de sus mitos y ceremonias riiuales hay vque lado.agrava por dos razones el riesgo-de eqúívoco: porque no es
atribulrlo a esta misma causa. semejantes penurhbras e iicerti. propip para designar a la población rural, qüe constiiuía el mayor
dumbrps desconciertan al estudioso mád"rno, iomo descoqcertaron
ya a,algunos estudiosos-antiguos: a hombres de la contingente de sus habitantes, y porque sugiere la idea de qué la
a" ciudad gobernab-a al campo, lo'cual no era exactamente así.
Jenófanes, Herodoto y pratónl a cada uno a su manera. "at"go.iu
cón todo, Atenas, en cuan¿o al grado y a la calidad de su urbanización,
muy pocos estudiaban los mitos; los demás cumprían los rituales,
se hallaba, junto con un número relativamente escaso de citros Es-
y esto era suficiente.
tados, en uno de los extremos de la amplia gama de variedades
que se dio- entre poblamientos griegos. Bn él extremo opuesto
se encontraban muchos Estados que no eran en absoluto ciudades,
aunque, eso sÍ, ningún Estado careció totalmente de centros civicos.
Cuando E:parta, por ejemplo, derrotó en 385 a Mantinea, que era
entonces la polis más importante de la Arcadia, Ie impusó como
I Algo así como nuestfa provincia
de Guipúzcoa. (Nota d.el traductor,)
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p-a? que
,lllli:""* .de Ia «ciudad» fuese arrasada y
sus habitant Pero, por libre que fuese en ocasiones su uso, nunca pasó de
::,á:T,::"""1,i1"1i":.'
se_deduce craramente q"É o"1,iuiá" ;;ñ;. uer rerato
Der reraro cte
de Jenoro
renoron ciertos límites. Su mayor extensión la alcanzó al hacerse polis sinó-
= "t ür|;l;ff. nimo de cualquier comunidad griega independiente (o que hubiese
;iil,f i:,".';',1',il::i:'Fid;;'il:i;;?,;;i:itil'.".lXiff;
Mantinea ro. ;óñ-,-"'tñ"0:- ü: tH'j3ffi"Í:.1";f*11' perdido la independencia sólo por algún tiempo). No se llamaba
"'uñ
l:ll:l,X .i::l::,**"ao'n
ur
"""t-t"i'i"i'ii',o,.io, reios de sus
i",,"J; ü ;ffi'?"'?'?:.:;,:T.ii
«
polis a una coalición de Estados, fuera cual fuese el grado de liber-
tad de sus mierribros para formarla; ni a un distrito como Arcadia,
$,Xl1HffiX',::';,if ras homéricos y que en nada que tenía una especie de existencia autónoma (aunque más bien
las ciudades. se parecía al en teoría) y comunidad de mitos, cultos y dialecto, pero que no
Lo reducido del era un organismo político; ni, en ninguna circunstancia, a los Es-
unas cuantas cifras, japañq-de las ciudades puede indicarse con
tados bárbaros. Todas estas cosas, a ojos de los griegos, eran, cada
ponemos de cálculos exactos. uf.oriiluti"as, puesto que no dis_
tod-as. ellas
C"u"Oo Ái"nas estuvo más poblada, una a su modo, algo esencialmente distinto de la auténtica comu-
.9*1 nidad política. Y en la diferencia no dejaba de tener su importancia
]I"Iiff Tf;¿Íll; ? ",o'-aJlJÉ.[..a au p"ropá,".o| ái,o,ur el tamaño, pues consideraban no como mero dato accidental, his-
vos, s ería
d" ;; ;;' j"i tórico o geográfico, sino como una virtud necesaria el que la po-
*_1,.T:":" - .qle ir::t,
;T,: LT,ril;dff : i
ru:, ¿f :i
por varias' ."-;r;;, ;;
ningunaotradátas'poteisFú;:;i;;;".:'JL""'ir::?#Xffi
U:tl blación se adensase en un territorio no muy extenso. Para decirlo
con palabras de Aristóteles (Política YII, 1326 b),
tantes con anrerioridad li.* "un Estado com-
puesto de demasiada gente no será una verdadera polis, pues es
a ü.6;';;;iru, en Ia cual cambiaron
ya del todo las circunstanciui. difícil que pueda tener una auténtica constitución. ¿Quién podrá
óo.i.rto- tal vez llegase a contar
90 000; Tebas, Argos, c"..i.u-li"e";ü#';" ser el estratego de tan enorme masa? Y ¿quién, si no Esténtor,
y las demás muv nor 40 000 a 60 000 cada una;
debajá; ,,."Flr", ,1.;i;;";;"";0;i; podrá ser heraldo en medio de ella?, La polis no era un sitio,
menos. Su extenlián era igual-L"t"-pr.., u* un lugar material, aunque ocupaba, naturalmente, un territorio
que desmie.,l:, u-i;;"ñ;; exceptuadas también determinado, sino que era, en su esencia, el conjunto del pueblo
lqy"g'
parta, con su ocupac.ión d" 5J,u, generatizaciones: Es_ actuando de común acuerdo y necesitado, por lo mismo, de un
se engulteron, en Sicitia, 1., Má;;;i.: §id;; ,'ffiI;;
I"
,"..iiáiiáI,ü.,nor. lugar donde reunirse en asamblea para discutir y buscar soluciones
A pesar de elto, toÁ *ú;;";;üos a los problemas que se presentasen. Era ésta una condición precisa,
polisaEspartaoal no vacitaban en ,amar aunque no la única, para que hubiese autonomía.
parrederil;ft;;#?::;_?"o;;#fi En el plano ideal, otra condición para la genuina independencia
ces' las palabras «tirano» y p-oti, "H"r",'J",#l'in;H?:,:f,H era la de la autarquía, la de que la comunidad se bastase a sí misma
virtualmenre habá llegado a tener sentidos
contradicráriá".'ll*il;r1"rr.on .para todo. Admitido que esto podía darse sólo en muy raros casos,
a aquellas regiones atrasadas.e".l;";;"'ra rar denominación si es que en alguno, pues los recursos materiales no estaban repar-
aun la civilización organización porítica y tidos por igual (bástenos con hacer mención del hierro), sin em-
tT
?_T"más i".ipi".rilr- que, según el parecer de bargo, aun dentro de los límites impuestos por,la naturaleza, podía
a üI'á"'..it^s en ra ltíadaque
ffi:H';#i::f".]É,0"1 a sus conseguirse mucho en este sentido. Hasta qué punto se lograra
(r,s)-i;;,*i*,"1J",!üiryü;:i,:x;,'";,""'r*il;ig** dependía, en parte, una vez más, del tamaño de la polis, la cual
tampoco debía ser tan pequeña que no contase con mano de obra
;::[ l"j,?1ifi:'; :],:1 :'"e;óio' nánro.a, y «aun hov dÍa gran
ózorios,r,;";;il;,,?"i::dffi',"l111.311?TrHft:,i;;[,.::*::
suficiente en todas y cada una de las diversas actividades que exige
la vida civilizada, incluidas las necesarias para la defensa.
tinente». por supuesro, ru purául;;";;:;. Contando con un número adecuado de habitantes, la cuestión
del gobierno; .,'udu iápt[á!" ]rá".iil}" distinguía Ia esrrucrura era establecer unas reglas de conducta idóneas y una organización
que nada implica la conveniente de la vida social. Pero en esto ya no todos los griegos
respecto a si era ,ra
Affi,jiff ;?:r;,f,- d"mo".acia, una otigar_ pensaron lo mismo: las soluciones ateni'ense y espartana fueron
radicalmente diversas. Ni dentro de Atenas aquella ciu-
-tomando
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dad-estado sólo como r¡no de los ejemplos
posibles_ hubo un¿ puertas a todos de par en par era señal .de que algo fallaba'. Y no
midad de pareceres sobre este particu-ráf sino
opiniones, De aquí ros rargos ."Ápiüaá;H;;J;á,rI',"*
mucha, v ¿ir.ie, hi" *".u coincidenc^ia que á finales del siglo rv varias ciudades-es-
en lo sucesivo se sostuvieion."v tado se resolviesen a vender la ciudadania para aumentar sus
en la época en que la polis clásica
La pugna ideológica acerca.del gobierno tenía
lugar entre -"rg.tuaot erarios, precisamentepor no decir moribundo'
un reducido círculó ciudadano, ;;;;-;^;". I {u un organismó decadente,
"ru -En las óiudades-estado, especialmente en las más urbanas y
::Tp:i:Tl:¡. 9e
de la población, pues la potis
".;;;;.;;;;i;;'";;ñ:;t,i;
ban Ios exclusivismos. a mediaa"r cosmopolitas, la comunidad propiamente dicha la constituía, pues,
á"i .igro v, votaron los ateni
ses una ley que restringía la ciudadaníu una minoría. La mayoría estába compuesta por los no ciudadanos
u'lo, ii:á¡
matrimonios en oue ambos cónyuges p".t"rraai"renl"girir". á" (lá palabra .extranjeros» es mejor evitarla, puesto que.predomi-
los ciudadanos. al número nabán entre ellos lós griegos), de los cuales los que residían per-
Tan extrema medida, probablemente ni puesta manentemente en la ciudad recibían en Atenas y en algunos otros
tiempo_en vigor con toda iu .igid;;; durante mu sitios el nombre de «metecos,; los esclavos, clase mucho más nu'
otros Estados, es, no obstanti
;;epetida con frecuencia merosa y, en general, todas las mujeres' I,os no ciudadanos, cuales-
pensar muy típica. "d.; i-"ji;;;;";;;;:H;: " -: quiera f",rlt"titrrt derechos que dependía por completo de
Había habido un tiempo, sólo dos o tres generaciones lás gobernantes-, sufrían -cosa
varias incapacidades en comparación
arisróc¡atas griegos' rotiao .árr.árt"r=. _"""á, antes, ior ciudadanos y, al mismo tiempo, estaban sometidos entera-
11- l* i;;' ;, "o,
mente a la autoridaá ¿et Estado en que residieran. En este último
h-p",l.:ol bárbaros (auirque,
;,"";;il;;;#Há punto su posición no se diferenciaba de la de los ciudadanos' pues
i^":::r
de jeres de ribu). pericres d;;A;
én tales casos, ,ái" et poaer de la potis griega era, en principio, total: -era la-fuente
"" ."áirIi}lai"l,l
estas uniones con extrarjeras, pues su
"i"t
i,l"l' de todos los derechoJ y óUtiga.iones, y su autoridad invadía, sin
t"" lr"iii aJi'¿.
UisaUueiá
excepción, todos y cada uno de los planos de la conducta humana.
*::t.:l:g::,41.r,J'á;É;ffi;j,?,1'.itJ"Éi,iffi
de un rey de Tracia llamado
;',&,x:,":§I Habia cosas que un Estado griego no acostumbraba hacer, tales
oloro. sin
duranre er gobierno a" É".i"1"r, etenas -áeclaá-it"gut"*
:r:i:,-r.,r_r_1-:a.marerna,.
embargo, como cuida.rá d" la educacién superior.o controlar, tasándolos,
los intereses del capital, pero no se ponía en duda su derecho
los matrimonios de_esta_ clase y, u .", fr"io;;
En cierto sentido, el vocabio ociudádano;,
ü;r";;;;. " '' a intervenir, aun en estos aipectos. Lo único, que prefi.rió no hacer-
te correcto para nuestro uso_, resulta pobre, """4;;-Écnicamen. lo. Pero a la polis nadie podía sustraerse.
.ro uUuf., _áIL"ro,
en su sigpificado acrual-.r.od: ro que implióaba Si tan ilimitada era la autoridad de la polis, surge obvia la
una po,lis, de una comunidad griega. Si ái r"rLiáü.. a" pregunta de en qué sentido eran los griegos libres, pues por libres
no,se había nacido en su ie lenían. Hastá cierto punto, su contestación la dieron en el
seno, era casi absolutamente i.riporíüi"
.onseguir tal títuro. No exis-
tían los rutinarios procedimientos áe ¡acionalización apotegma .la ley es rey». No identif,caban la libertad con la anar'
conocen, y ni siquiera un estado como que hoy se qlíu, lino con una existencia ordenada en el seno ' de una co-
parabienes a los que inmigraban desde
Atenar, q"; i"llU?u árrriau¿ que se rigiera por un código establecido y-respetado
otras ciudat., gri"gur, "o' t", por todos. Por consiguir esto es por io que se hpbía combatido
' daba mucha libertad,.ni lrandes opáituniaaaes, ni t.! u.'"ptuuu
socialmente. sóro mediantó'una decü;;ció, áu.ante gran parte del período arcaico, primero contra los. pri-
formar de ra asambrea vilegios tiadicibnales y acaparamiento del podelpor los nobles,
soberana podía un extranjero á
está comprobado que hacían fará^regar
ser ciudadano de Ái"rur, y "l
y dápués contra la inrnoderación de las tiranías' El hecho de que
espácialísimas consideraciones fuente de la ley era una garantía de la
para que la asamblea se dejase p".r,ruái.. ía comunidad fuese la única
No bastaba-,-p* libertad. En esto todos podían convenir; pero llevar el principio
con haberse criado en Aténas, haberliervidg "Éiplo,
hatrerse cornportado siempre .á" a"."".ia y
err sus ejériitos
'pua.",y a la práctica era ya otró asunto. Los griegos,de,la époc-a clásica
de uno no eran ciudadanoi- Ni que á""i,
teataá, ,i If", llegaiort a sentirsé perplejos ante una dificultad que, de-sde en-
xenófobos, si ros hubo, más se cerrurár, en
,r."" que los Estados más toñces, ha persistido elr la política teórica sin solución defi.nitiva:
sí mismos. Abrir ras
¿En qué rnedida era libre la comunidad para cambiar sus leyés
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establecidas? Si las. Ieyes pudiesen
cambiarse a capricho, esto eS La descripción clásica de uná srasis extrema la hizo Tucídides
o giupo q"" t"ui",,
5ff;i:ffi:¿lT,:" una posició" iÁr"":qr'l al referir la revuelta singularmente brutal que acaeció en Cor-
ruu,u.*,?u,;..*#iiJ;',tJlii.Xá'il;l#;',i:¿f.f cira el año 427, episodio tratado de propósito por el historiador
implicaba la doctrina de que l" l"v
absolutá? :
;r'li: como un modelo de lo que era en la sociedad griega aquel mal cró-
Planteado de este moho, "ü iu ,"i.ru
pi."iü*u es demasiado
nico. Nada revela tanto lo grave y afitargo del supeso como el
En la vida rear la respuesta "fdependía abstracto hecho de que por ambas partes se recuiriese aI apoyo de los
reses de los resnectioor.protago.rirt*. normarmente de ros inte esclavos.
muchas comunidádes arzó .uairi-.1*iuero .o,r.u;i;;i Ji]gro" r, ", Tucídides explicó el fenómeno por,la vía psicológica, poniendo
actuar como fuerza políticai pero a bajo y comenzó sus raíces en la naturaleza humana. Fue Aristóteles quien lo puso
cipación en er sobierno se contestó ,.r-d"_urd;,á.,*;;;;pu.ti a en estrecha y sencilla relación con la naturaleza y la idea de Ia
defensa de ta sántidact de. ff l"vl"i"
en seguida encaretiendo ra polis. "Hablando en general en su Potítica (V, 1301 bF,
que, aunque reconocía ya er dereóho üiungiuiliaad de Lrr-"oaigo -dice
los hombres recurren a la stasis por un deseo de igualdad." Por
tativa adminisrración á" r." j*ii.iá,;de todo-ci"ouáu"" u;i'"qul.- su misma naturaleza, la polis despertaba este deseo, que los hom-
en el gobierno, e inclusive irt".rrenir tal vez un poco bres tenían después dificultades para satisfacer. De aquí lo acre
y I át.u, características de la
-ui
organización sociar inn-egabrem""tl""t" í""ü. de las contiendas entre las facciones, la relativa frecuencia y la
bargo, reservaba los alñs .u.;;;-"i;;I; e importantes, sin em' virulencia de la guerra civil. Hubo excepciones, algunas de ellas
lo principar del tejemaneje poríiico, y mitirares, y por ende, importantes en concreto, y, hasta cierto punto, Espar-
á tos"tromures de ílriti" ..rrru ta- pero cabe-Atenas,
a los de dinero. Eunomía,.t ¡iL., or¿"rrado según la ley;v
generalizar diciendo, a grandes líneas, que en las
tiempos. un grito"rtuáo polis griegas no fue tanto el modo de regir los asuntos públicos
33:l r_r^d_o_
servra para ",-,
a" g,-,.i.u revolucionario; ahora lo que originó las más graves divisioneJ cuanto la cueitión de
mantener eI statu quo. EI"pueblo ¡vPirLdu¿¿:
es decir, ¡iguardad de derechos'p"lrri"5J-"¡v ,"pli;;b;l^;;;áriií, tsonc quiénes habían de regirlos, .los pocos» o .los muchosrr. Y esta
y como el oueblo estaba cuestión se complicaba siempre con otras relativas al exterior,
d.e isonomío .ordr¡o en mayoría, el grito
"Á;;;";nteo, explicándoto con la guerra y con las ambiciones imperialistas.
i á";;;;;"íi. en orros
"
términos, ¿.la ley de quiénes
El peligro subyacente "rá A!-"á'fruUiu de reinar?
qr" er sentimiento comunitario,
con todo y ser muv vivo, "ru La guerra y el lmperio
s9 L*JiüJ"J debido a la gran desigual_
dad que prevarecÍá entre ros miJmuiás
pobreza se hallaba. muy extendida, de ras comunidades. La Por su situación geográfr,ca, los griegos del continente se
era . bajo, y había h.onáa Aivisiá''entrá
el nivel de la vida material vieron durante mucho tiempo libres de presiones y ataques ex-
como Io notaron v dijeron cuantoi to, pobres y los ricos, tranjeros dirigidos directamente contra sus territorios. No les
de polítiea. Esto ha_ sido bastanie "r.rito.", griegos se ocupaban ocurrió lo mismo a los que se habían establecido por Oriente o
historia; Io que en Grecia re ¿Ja
.;;u, a lo largo de toda la por Occidente. Aparte la frecuencia de sus choques y dificultades
;';j..
tencia de la ciudad-estado, .o" r"r l"ii-as no común era ra exis_ con pueblos más primitivos, como los escitas al norte o los tracios
sistir en Ia comunidaa v én i; ril.á; vincuraciones, su in- al oeste del mar Negro, existía en aquellas zonas el problema más
que era miembro de ella. El ciudadano v dignidad der individuo serio que representaban las relaciones con poderosos imperios ci-
sóIo con obrigaciones respecto a la
,. ."rtíu .o, a".""hor, ,o vilizados. En el Asia Menor, los griegos hubieron de aceptar, a
comtirá;;;,
gobierno no le satisfacia, p.oc.ria;;;il;"guna ,i'"ilá*lri?" o" lo largo del siglo vr, primero la soberanía de los lidios, y des-
algo para Iibrarse de ér como-p"ár"r".'sn repugnancia hacer pués, la de Jos persas. En Sicilia fueron invadidos repetidas veces
divisoria entre política"y sediciá" consecuerr.iu, ru iiriJá por Cartago, que mantenía un punto de apoyo en el extremo occi-
era muy sutil en la Grecia clásica,rtiii¡i y
ra llamaron los griegos) dental de la isla pero nunca consiguió hacerse con el resto r.
raba en impía guerra civil, a menud,qv ¡4i" ;];;
r¿4r¿§ ?;;"rr"-
qef
empezó a actuar en aquella escena hasta el 300 a. J. C. poco
_a. o, *B*l.no
60
6t
El ser gobernados_ por..los persas significaba
tener que
l:s l" tributo
mantenerse
anuat, ciantioso'p".o-"riLoao alguno
pasivos en los u.r.rio, abru
y_ .,rt,,,ái.- ¿;; "*or"l"rár]i
o"ri,i#'áJ
iT:*
más en i:i::Ti:1
;;";;e persia se enrrome
la vida inteinaie t g' t" g.:.;r¿;;.'r;'."
prestó a-- algunos tiraúos, Io".cual Íor,""., HrH:
que estatló en 500 o_.en 499 y ."yu,if&rO po, fin a una revr
.ir.íi.,""áiá il.J;"X;
:lr?::l:r j:l,_"r pidieron a sus herman
de Grecia, y no récibi..rr,"vúaá-írr*"a'i.ramenre
á-tá;;;;-á" ;Jil;""#;f;#,
:lJ:?,k :J.,Éi#*"::,*1.S::-:üIiu
cedentes ?",,,"nse y cinco más p
de Eretria, en Eubea. e"" *rl" ";:1;"r'## #3iJ
compr"io_r,r' oo*irio, después de
:J,,0:::l:-:::"ff:":p.o.
cual emprendió áos másivas i"iurior",
#i;'¿"áJ;"oJ;L;,
viada la primera en el aRo ¿g0
t;;i
en e,I.480, bajo su sucesor, Jerjes. a;n Rey Darío 5l ta .egri
Muchas comuni.láder,'d¿;plé, de
haberse negado a apoyar
f ::*:'"r^rf1,,,1:_-"1t."guro, .át".i*i rilu, u los invasores. cor
rtizan+o-.. ,r oracuro
rr^^¿^ el
,
ám bién
l,;, l:ffi"5:,:X"if sucesivo la
" ril !:
;:
despreciativa
r",,,.'
":,l!:.!;
óaüficación
";
í
de,.,
dizantes ». Hasta ae ;";r"í';;;:"if ;;'#?""1.* :iJ
hH:X'; 91:,,:: YT":l^::: ; ;iF;ior
de ros casos pod
llamarse equívoco. L,i,
poneso, tenían el únic-o "rpu.tu;;r,
;"f.'.#r.;.;?
;Lt;t
ejército
.poa..oio
pero, en parte por dificultacles iiternas, con.que contaba "i?5
Greci
y en parte debido a'riI
ffX."?:l;,
def ensa, ::lj::-t:i:11i1ocaaa,
f";;;; dando rargas y dinriend
la
.
aun q ue" aemá, trará.,, ;;;' ;. Ti;:.11T3J l""tl"i3;
l¡f"",
#:,¿X'"J.r",,",".::.T:",i:^::^
cer. euedó a carso de Arenas [Je pooian resistir y ven
li;;;;i"l;,fi;l:: ffi,r'HJ.,l:::
Ffl Yfl, l::1,:l :::
acci ón no abl
y:;-ñ;;
á";
f,r,
b","uli,u, en 480. te úrrimo
p Áü á a J,'po? iil,"#"i.ljl,5j,H"l
Es
ly:_ll. aumentaron
nrenses
t íá i
precipitación
"
.con su flota, abandonaron la
ciudad a ra Ileg¿d¿ de r9s'p-e-r's'asl'á.3u.o,
que éstos ra destru-
I_"::", después de lo cuaf unidos a sus'aliaAos, destrozaron
rnvasores en una gran batalla naval. a los
por ende, ra historia entera de ra Et poaeiio ;;1;;;", y,
en adelante en el dominio del *u..Grecia
- --- crásica, se basó de ari

Los persas sulrieron áuños, pero no quedaron aplas-


tados, ni mucho'*"1o.-r.-:"
^"rror*",
dJ;üüg.rro, general, sue vol_
y:Ii"".a.Ia carga por ¿ercera ,r"r. 1si'r,o jo",hicieron .é d"bió.
sobre todo a los trastornos inter.ro.
á" su inrperio, que no les
era fácil mantener sometido.) po, t-o"to,
dencia exigÍa que se combinasán-ür, ,rrá
J.rti"ipación"lé_!riui--p.r-
todas las me_
62
9. Cabezá de guerrero, Siglo V antes de J. C. (Museo Nacional de Atenas)
didas y precauciones y como éstas debía¡
en et Égeo v r"-.ár'r";r;:,'"'1"r^1t^?':_tomarse principat ,Tucídides historiando aquel corrrlicto (I, 23, 6), «el auge del poder
continentar, ""
o., obvi o-ty.
continental- era
i?;E;iá,,#iH r.ff
Menor, mas bren que en la ( de Atenas y la alarma que inspiraba en Esparta hicieron inevitable
^L,¡.it1,*11ti.
jieuu"J;
-r,"'n"*J*.,, :::# l.fr:; lñ guerra". Probablemente, Pericles pensaba así también, pues
ij.Tg3:?; llii; i"
r" Lis;;;;;:;H:,"H;#:i
dores Ia ,ama, ,, ,,llrli,llministratilvo
rraman
y
.areniense
"o,
fp". lá-qrJ.i", ifll, hnbía ido atesorando grandes reservas de dinero, práctica ésta muy
poco común entre los Estados griegos que, de ordinario, solían
que estableció un sisiema iti,:."i:t1,,:Í
áé ;;;;ñ;# tnes pagaderas Enstar en seguida cuanto ingresaban.
en marineros o en moneda,
nr^-o,¡- r" r. en na
r^ lig","l",:.i.:rff:f,"Ar,,i".1 Al parecer, Tucídides dedicó largo tiempo a meditar cuál
barcos p*I"i lí eg"o..Alejado er habría sido la causa profunda de la guerra del Peloponeso o,
:Á":XT';jffiX,lu,de per dlgirmoslo con más exactitud, comprendió que había tenido que
pefo atenienses :igor..el viejo
pero Ios árenipn"o-r..^"^" rrv.¡v 4r4rr
aran cre total autonon
de tOtal autono
-'Ál"-riu, hlber una causa profunda, pues no podían haberla disparado dos
i"ti.air" a" a ár"ji"¡1 ¡ermitjan a ninguno de lo. u más sucesos accidentales. Fue ésta una de sus más atrevidas
pot la cualquier *r
vuelta».
vuelta». Con e¡o, ,, figa
elto. fa í'i3 i.'if,;ilffi
{^t:l:'-T-':l #i.': .tueÁ."rlq"i.T..
.Íuerza y originales concepciones. La guerra el mundo lo recono-
de tat cambio rus er rirrira""
á"';;", "Jir,:l,ffi.rfu ciri* formaba parte de la vida, Platón-todo
dio comienzo a su última
o"i,; ; J.il,::-rt: y rnás larga obra, las leyes, encomiando aI antiguo ulegislador"
bros, excep ro ;:3y
;:"::,"..:?":: j¡1r.9." ;;:"",. Los Estados ,:
tres. con tribuyero-n ;;d :T;;#t .":lil::"f
mier tlc Creta por'la manera como preparaba a la comunidad para la
¡lucrra, «puesto que, a lo largo de la vida, debían todos sostener
ff""";":,'.::?,"TI'os'.ró qy; ;;;¿ decil eue at.,,u,-pon
ta totatidáJ_a" fá.?.tl. , sicmpre una guerra contra todas las demás poleis,,.
indicio de ra nrra-+r^01^yr:_1ltménre,
cuan tr" ;"i';;ib"ill"jft Quizá sea exageración retórica, pero no ironía platónica. La
ros ingresos púbri.;;;;";ü:;l # #,á.1,1ts*X,h"Hn guerra era un instrumento ordinario de la política y los griegos
ifif3ff. Atenas de sus recu
lo empleaban perfectamente y con frecuencia. No es que tuviesen
_ Durante el siguienfe crrarrn ,^ nlición a suscitarla heroicos ideales de los poemas homéricos
^:^r_ rmperio ateniense tu, -losdel todo-, pero tampoco se tomaban de-
l? :"tig;d^;;: ;ffii:,:,"";Jxf",ff":,il? ", .::f ,.I"I:
sc habían extinguido
ü: trrasiado trabajo por evitarla. En el siglo rv hubo ciertamente se-
:i:fi,f
sionista, :::::
a,rnqu" "l _1: :. E"i,
-, muy controruaa "::
J'§l,;'.,?;.f
y-ái;i;oi,l.lllti? ñales de cansancio con respecto a las guemas y hasta se habló
contactos de Arenas é".
rrá.iu lilrr"lii. a" a á"tr-ul ;;:.'árffi cle una «paz general» en toda la Hélade. Sin embargo, nada de
ñr"riá, nr" csto llegó a realizarse, y los diversos Estados continuaron con sus
t*."1'.',"j'i"'¿ei'o, pío"irá"Juuun más aún "á*o p.ir- cluerellas y rencillas, culpando a los demás cuando la guerra es-
";f
ji;:;f tallaba y iustificando sus propios hechos con el simple pretexto
a ta ca r #?;:*;";,r:1'^+.ü11i,i!ir?,fi
r
xi,ii*;l,iTi;f
a E gip o ; en t arü .üriJ*rrl Ji".",:-ii.,t:il;lr?r'rlrÍ#ll; cle la necesidad política.
'Los intereses del Estado servían en todos los casos de sufi-
Ias relaciones entre Erpu.iu-v"at;;;"r":.
más difícites. Amisas ambas "p";;;;;;r, iban haciendo cááa ¿ía ciente justiflcación, tanto si se trataba de la guerra como si se
a las formas, duraite ro, por Io menos en cuanro querían entablar negociaciones diplomáticas o si se pretendia ca'
urro..[,rl'".'i!iii".o, a Ias guerras
Ios persas, se enfrenta.o" a"rp,-ii-u'üÍJ.,t conrra pitular (entregándose, incluso, si era preciso, a los persas). La
*"rrte,_allápor los 450, elección de medios en una situación dada sólo era criticable desde
i"'#:i'.1'.i,iliffi,:lr:;-#;;r"::;',,,"ro vorvieron a una si- el punto de vista táctico, es decir, en el aspecto pragmático, de
Dos incidenil;;:r_1^paz que. se protong? _det-otro.-aá. á"l.rior. las conveniencias, no en el moral
acaecidos dentro áreá á!" iiñ""".iu
corintia, en^ óá."iijor"s,
en poridea, Las causa.s inmediatas de las guerras eran, por consiguiente,
r" c;;;;;;"i:rrl, desencadenu.;;;
iáriirü"ion tan variadas como las orientaciones políticas y los intereses de los
a".a".iáni-;tü'iTü_,?,!yi j*1.;""i1¿,fl diferentes Estados, como los objetivos que los mismos se propo-
y la disotución de su lmperio. iTli:*ilri,,""1",: nían conseguir en un momento determinado. El ansia de poderío
sostenedora de la guerra ff;; Iuese Corinto la principal y engrandecimiento, las cuestiones de límites, el enriquecerse a
én el tado pero, según escribió
"r"p"u*uro, base del botín (en el que las presas humanas representaban el
u
65
mayor Iucro), la orotección
trigo, Ia busca dé a del suministro y los trans formal con alguien del exterior. Y no hay razón por la que
rntestinas ,^^^. ^^Ijyp_r .exteriores por parte de las debamos creer a Tucídides cuando afirma que los tesalios gue-
ilT',:"ff d#|;ffi'Jsi¡:"'il ;r;;e#; r'Jñ'T ift i3i
"q""';;tripil¿ n contra Heraclea simplemente porque un vecino fuerte era
número de Esrarroc ,:^::::T.lje la Hélade,
númerodeEsrados,*:t1ffi;;r:#,'"'Xnr,H"r#,:,rIí: rpre algo temible.
Por otro lado, como la guerra era un medio y no un fin, tam-
ils;:,fJ,:lil
fueron, no ob tanfl,,:,,i
s
{ 3 " f ",,,iffi""J".;".,i;:Tfr
te ir.rir"i-",o" i
o,, i",, das. M oi vo
t t

Jfi :T;
s i se disfrutaba alternativamente de períodos de paz; no se
a imaginar que faltasen siempre. En definitiva era el poder
,i,- i.li""lá," le tráñco, a ta t
Í.T:?:1,*
por eiempro, de T:^,á:1,a"
ras i_iri,tii,Ji"r,TTÍ;ri"l"" I'uerza más poderosa que fomentaba la paz; antaño el poder de
3¡_93**
rl un temi tiranos, ahora el poder de algunas ciudades-estado principales.
i"l-iii;
tierras conquistaáas
Í" 1,1 ","#::
Lv¡¡¡rv¡r.r
o.i a i-fPUr.
¿ á."' rncorporación
ir,.o.po ración dire
di r Su superior capacidad para sostener guerras era reforzada por
reau¡ese a^i" .irl"io,i f"'i, q,r. generai comprobación de que las solían iniciar en cuanto les
iilr'J|iotación ""o,0-i"'- 1

an bien. De suyo, ningún Estado griego era capaz de desple-


aá-""""'"i"stilidades bérrras y er potencia, pero si uno era
".",3',e;;lill'::J;#:il' los motivos
típicos y producirse a la
n: lsr por sÍ solo continuadamente tantay para continuar, si
un ,.r-j1lll
n" inrereses
conflicto de .;;;;;;"'#;;".il [o bástante grande para comenzar resistente
Ht"§,TXr:; tcnía suf,ciente unidad y contaba con la dirección de jefes com-
j,:,:?"
;l"Jicotonia,
una i:Ti.
S: s"t"^a"
por una. J.rop,"",o.' r? oiü,o, espartanos runr petentes, podía crear y dirigir una coalición, un bloque de:
ruro;: ;;J;#;5:ffi::rrl"XÍ: porque pro-
lotencias. Las alianzas eran muy valiosas, sobre todo
i:,Hñ1ii:i#Jr::, #Ti;;¡ ry j=,o r"¡o, der pasoie porcionaban a los Estados que las dirigían fuerzas auxiliarcs.
ffiTtH|X'ffi:.'.:'lJiF,iü-;',;'",ü;""?.':l"o.ff "o3:o
tétáiot;'il"J;r#¡i'o Y en el mundo anterior al uso de la pólvora como arma de com-
resión ,-j,^!I,'l'
aquelta región...,
aquerta temienáá' !3' ?)'
d¿ iJl "lot
i"l".,,ilil#'i;.Í#; iH'f,l bate, era, por lo regular, eI número de hombres bien equipados
fatigaban continüam.;;"-;;; y entrenados Io que decidía la batalla; entre los griegos, Ios con-
i."f,::?;::; asarros a tos recién iingentes de hoplitas, soldados de infantería pesada. Fn parte,
Los tesalios, fecleración I
pues, la paz era eI resultado de sencillos cálculos aritméticos.
,libre formada por numerosas tribü Ásí, por ejemplo, hacia finales del siglo vr, Esparta logró reunir
,T1,,ti
ro l;;1,,,,*1*:-,^
indica .o.ro'r""Áñffi i::-;;tiffi,, aunque rucÍdides rl en una alianza a la mayoría de los Estados libres que había en
.i: il"X':1,f,:"1"i:ff
"J'ürras JI"HLxl:, el Peloponeso. A algunos hubo de presionarlos, a otros no; pero,
ru^f :l'l?'.'irí'i,'tu'o'''oiJ "ir, página,
átpliá"
a.-r-p,,ir, ¿quién podría decir si lo que movía a éstos era precisamente la
que
3ue partió con 1700 i:1Tl-ulut.del.general
r znn hoplitás csParüano s;J;ia
Erasid¡ voluntad de aliarse o, más bien, un cálculo más prudente y pre-
la Trácia. unavJz""ri,,.ru"t.u, rrá.i"!"".r¡4r Ia. guerra cavido? A partir de entonces fueron en verdad muy raras las
Brasidas ,.¡1:,.11:'u,do
-t?s;i; guerras entie los Estados peloponesÍacos, hasta que, en 371, Te-
amigos
amigo s de Fars a o rini,,¡^.¡
Farsal' c iud a d- +^^^!j- .3nvlo un mensajero a s
r
ffit',ii.ffi H "ñ1?¿; r"ifl bas deshizo la potencia espartana. Este golpe hirió a la vez, de
ilJ;l"".l;#,'j: ;.lllIÍ:" *:i:="$i
contaban varios dirigen res .,,* sus «arñisos»
otigu..u; !,rá r,:,:::"" iltdlt:*T;rrj rechazo, aun a los mismos que detestaban a los lacedemonios,
pues si bien hizo posible la emancipación de ios ilotas de Mesenia,
:ál#firrXllof
Íd de s r v, s
c i (
j_q9"á,"";,e;;s_expricaenroncésru
)_, h ^,_?: ; ;; #;"0 ;:" H?:;o:::, f
7 ierminó también del todo con la stasis y con las guerras de
"L;; i.:T iJ-,",il JX: menor importancia en la Península entera. Las cantidades y su
.";}1mff f y;:r,"h,:i::dñü'#gobiernoauténricamente
constitucional V no.- _uu BoDrerno auténticamente suma, digámoslo así, habían cambiado y en consecuencia volvía
".,rr,^ ",;;^::_"._
r,au,iupá"aiá;,"x,1^{1":l*,{"i"i:Hi:::1x,:*f ,,,fJ::}:i la guerra, ocupando el vacío de poder que acababa de formarse.
el espartano logró hacerlo .o; A lo que 1os historiadores modernos llaman la Liga'del Pelo-
que sus contrarios se hubiesen iu-;ür oporrunidad, antes de poneso diéronle sus contemporáneos el nombre, no tan grato pero
nerte. AsÍ, pues, eran^l* ;;";i;;. lo bas[ante para dete- ievelador, de *Esparta y sus aliadosr. En efecto, había una red
que decidían en política,
llb.r;';:ii!, facciones iniernas ros de pactos que, con lo menos posible de una auténtica Liga, for-
más q". L. áulr€racrones nacidas de
una maba un coniunto de Estados sometidos a la hegemonía de Es-
66
67
parta. La distinción era, pues, significativa; se orientaba a sal
hemos visto cómo el mismo Tucídides anotaba que la mayoría
guardar el ideal de la autonomía propia de cada uno de
Estados componentes. En una alianza se podÍa pretender una igu
de los ciudadanos de Tesalia sentía amistosa benevolencia para
con los atenienses, y todos los datos sugieren que esto mismo
dad entre ]os aliados que respetara su total independencia inai
ocurría en otras muchas comunidades relacionadas con su Impe-
dual y la conservación de su libertad soberana para actuar; e rio. En los interminables debates entre minorías y mayorías, Ate-
una_liga había que someterse a la mayorÍa de vótos y se podÍ nas solía inclinar la balanza a favor de las mayorías, que con
perder el control sobre las propias acciones. claro que ia reáti¿
frecuencia necesitaban de tal ayuda para conservar su posición y,
no coincidía con el ideal; los Estados eran rara veá iguales y s por esta causa, consideraban conveniente pagar algún tributo y per-
tratos rara vez libres; por otra parte, ni siquiera Esparta pod der un poco de autonomía a cambio de disfrutar de un gobierno
movilizar de hecho las tropas auxiliares cle sus aliados sin co democrático eR casa y de paz en el exterior.
sultarlos y obtener su aprobación sobre la. empresa que se p La prueba decisiva vino con la guerra del Peloponeso, durante
ponía y el modo de realizarla. Sin embargo,'el mito de la liberl
Ia cual muJ¡ pocos Estados griegos se libraron de verse envueltos
tenía tal ,fuerza, que las auténticas oligai, se restringieron, en en el conflicto, a no ser los situados en los más lejanos confines
historia de Grecia, o bien al caso de lal anfictionías, o-rganizado de la Hélade. Fue una guerua sin precedentes en todos los aspec-
y controladoras de algunos santuarios panhelénicos, como Delf tos, completamente nueva; por la cantidad de participantes (ya
o a las zonas más atrasadas, donde nunca tuvo vida la polis, o en el número de los Estados, ya en el de hombres), por su dura-
aislado ,y complicado ejemplo de la Liga beocia, en l,a que
poderoso miembro, Tebas, pretendió dominar para su propio
ción y el consiguiente gasto de recursos, por su influjo en los
ánimos, en la moral y en las costumbres, por la capital importan-
vecho y pagó su insistencia con tener que luchar ."petiaás
cia que adquirió el poderío marítimo, y por la amplitud del campo
contra sus vecinos. en que se desarrolló, pues el escenario de sus episodios se ex-
La Liga de Beocia estuvo a punto de romper la delgada lír tendía desde el Asia Menor hasta Sicilia, y muchas veces se lu-
que separaba a los aliados de la condición de súbditoi. pero
chaba simultáneamente en áreas muy distantes entre sí. Fue, por
tanto, una guerra en la que hubo que improvisar sin descanso,
ya que ni los políticos ni los generales podían apelar a experien-
cias anteriores que se le pareciesen. Desde la época en que se
inventó el sistema de ataque basado en una masa de hoplitas que
avanzaban en formación cerrada, las guerras griegas solían ser
asuntos de poca duración, que se solucionaban en los meses ve-
raniegos y culminaban en un único eicuentro entre los hoplitas
cle ambas partes contendientes, nunca,más, en número, que unos
recursos imperiales Ie hicieron posible dirigir una complicada
centenares o algunos pocos miles. PO'r lo común, uno u otro de
lítica exterior que ella sola, Atenas, decidíal y hubo cróciente los frentes se rompía y sus componentes se daban a la fuga, con lo
dencia entre los atenienses a intervenir en roi asuntos internos que la batalla casi siempre la guerra- se consideraba ter-
los Estados miembros, en particular a prestar apoyo y robuste,
minada. -y
a los elementos democráticos contra rus opon"ntós óHgárquic Hostigábase también al enemigo mediante cabalgadas y devas-
Algunos coetáneos empezaron a calificarla áe uh ciudaá ti^ranan
taciones o a veces poniéndole sitio asedios no solían resultar
reproche que le ha sido repetido a menudo por los historiadc
como no mediase una traición-.-los Pero, norrnalmenté, Ia única
de hoy, quienes se basan sobre todo para ell-o en Ia autoridad
acción bélica decisiva era el combate de los hoplitas. De aquí que
Tucjdides. Hay que observar, empero, que es éste un juicio dem
no hubiera ocasiones'para lucir grandes habilidades estratégicas,
siado unilateral, centrado únicamente en la cuestión de la aut
clue la necesidad de preparativos fináncieros fuera poca y que bri-
nomía de las polis y que desatiende otras aspiraciones y otro
llara por su ausencia cuanto mereciese el nombre de logística.
valores en modo aiguno carentes de validez -y legitimidad. y
Pero aquéllas eran guerras entre dos Estados, con o sin el
68
69
apoyo d9 pocos aliados y que dirimían sus diferencias que, seguramente, no habrían sido de escasa monta. Sostienen
campo deT,ry batalla abierto y coirocido. La guerra del pelopon en
huchos la gpinión, basada en ia inevitable autoridad de Tucídides,
enfrentó, en cambio, a grandes uroq.r",
trabar sus combat".
i"";;;d§, #"f: de que aqtiel fracaso de los dirigentes era síntoma de la profun.
Io, sitios más Lprevistos dentro dfsima y general decadencia en que se hundió la política ateniense
amplísima extensión, ", ), con pocas opo.t.rni'á-i;;;;;;#;,
de
tras la muerte de Pericles, acaecida en el segundo año de la guerra.
cisivas mientras los -dos cántros
permaneciesen intactos. f.i"Jpuf"r, :B'rp"rt"-l
Ls r nul
ai", Y ésta es, probablemente, la explicación más común de la derrota
de Atenas. Quizá sea acertada, pero también es argüible, por lo
Fue idea de pericres no aventurarse a combates menos, que aquélla fue una guerra que Atenas la podía perder, mas
decisivos
,o:"t"-*^l-t:-l:'liltr.aun a expensas de tener que consentir e' no la podía, en realidad, ganar; sencillarnente, porque, teniendo
tos. espartanoi- devastaran el kti"u ,"p"iiá;;;
;iri' ;#l cn cuenta el tamaño de la ciudad, sus recursos en hombres y en
::r::TTl: 9".i,*, con.ros ."."rro.'ñrancieros de Atenas, materiales, la incapacidad de su rudimentaria economía y de su
su sin par flota, _"]
y con sy. intangible ."p;;;;id;;ñ;ñ;fi. técnica para expansionarse, así como la incapacidad de los griegos
una palabra, tenía u¡a idea e-siratégica] si
bastante compl,ejidad y. cuyo r"rráuir""i" no tádo ;f;i;;,
en general para trascender los límites de la polis o, en la mayoría
de los casos, para vivir dentro de ella en paz unos con otros..., la
perio. Y no andaba equivoóado: .*pfi!""r" era ra soridez der victoria final únicamente habría sido para Atenas si ésta hubiese
rrota final de Atenas;, -'lo cterto es que! --¡---- como se Yurwr.
quiera r4 la q
éñ ñiññrrñ^ no había empuje suficien logrado antes meter en su Imperio a toda la Hélade, lo cual es
en ninguna parte det Imperro pu.u',á""añ;;ffii;"H'r'J: palmario que estaba fuera de su alcance.
muy natural que, a Io largo de veintisiete La guerra terminó en el 404, y la condición de mayor impor-
años, árñUo, con;;;i
tes. encontraran enormes tropiezos para
;;;;;;;;; ;;#i
que hiciesen cuanio estaüa .., ,., mano para
tancia entre las impuestas por los victoriosos espartanos fue la
:lr:=":^l desc de que se disolviese el Imperio. La guerFa fue, por ende, un
certar las del contrario, por uias áe fr";;;#;;;i"" desastre no sólo para Atenas, sino para toda Grecia; destruyó el
-bien
y, lo más efrcaz de to¿ó, apoñnjo ras rebeliones
l:lf::
( stasis ). Brasidas no fue- e-t
únicá ;;il;;.;ü;:il"ñJ'#1
intern, único camino posible hacia cualquier unidad política, aunque tal
unidad fuese la que una ciudad ambiciosa imponía a las otras.
gf":?1-':':3?11"1
:?#: sobre este narticular al
atañe ",'t? i'. i*ñ;u";;;-; ñq
".Tp;.ateniens;,
Esparta había hecho la guera proglamando propagandísticamente
Imperiá ;;;q; ;;" que se proponía restaurar la libertad y la autonomía de las ciu-
j:,,Íj"f .1"^'_": o_,11,aere"g1t;i,;áu"e1?
«ciudad tirana_» ru, hubo, sino que a dades griegas, y honró luego tal divisa volviendo a uncir a las
siguieran,-eganáoie-ta.rto. et"*é"tor- al-áp, ciudades griegas minorasiáticas al yugo de la soberanía persa
:::rjl3j1^el .{e1enio.finar, cua"ao /u todo parecá p*¿Já" (como pago por el oro persa, sin el cual habría sido incapaz de
podía d.ecirse que la más elementai r;;; d" ffffi;rü;:'J
u."::ú_b^lr,lo,lynraqiaoentendimi""to-.o"-.r"-r""ili!o1"""""
dar fin a la guerra) y, a continuación, tratando de establecer, sobre
el cad.áver del Imperio ateniense y a base de poner guarniciones
.
En realidad, no hay ,rru .*pli*cián sencilla y y gobernadores militares, un Imperio propio que le pagara buenos
obvia de
3::L:"T1u,1,:li':Mn119iso ;Fgiá";^q"e casi escapó de, tributos.
derrotada. La paz aél anó a2 1 ;;""i;;*,
-"ingrno
-equivari;; Este incompetente esfuerzo apenas llegó a durar un decenio.
fr.r.nl:.^r:..^"..1::.1i":.
Más
no atcánza.""
tarde se vorvió a encender h
de sus"i""ill,ru.
objetivos; En el siglo rv, el vacío de poder se convirtió en la situación per-
atenienses llevar a cabo. una op"ru."iJ.,d;.;"; á" +ii i"irojxili
a.'dr;;;;;;á;"i;""r,
,"."j manente de Grecia, a pesar de los conatos que hicieron, por turno,
Esparta, Tebas y Atenas para asegurarse alguna hegemonía. La
la invasión de Sicilia. Acabó é" .á-pf"1o d"ia.t.",-;-;;;;;" solución final fue dada no por un Estado griego, sino por Mace-
siguió arrastrando la guerra otros riueve "" donia, bajo los reinados de Filipo II y de su hijo Alejandro.
años todavía, aquellar
Íi:.:.r:^lX-*::::::r,"_1ennitiva..
dice
ie;;r". una derrota ro que se
"por pelos»; una-direccián ;e. it*p.i#; d" il'Írf".#o.r""
habría convertido casi con certeza la invasión .., ..r, e-*ito .,ryua
consecuencias no cabe conjeturar si hemos
de ser i""iiri*, u"*
70
7l

t\+.
Atenas
bemos cómo se llamaba-, que inventariando en números redondos
Se ha calculado ¡us contribuciones personales al manlenimiento de la flota y al
gnsto de los festivales públicos durante los siete últimos años de
:f X11"T,l{:::r{X,"",x1""1"11!.i,§,Xili;.,.ffi i.",11'l Ie gue..u peloponesíaca, llegó a la suma de unos once talentos,
Éc¡rrivalente al salario de más de 200 artesaúos por todo un año
ribres que .,d tlc trabajo.
".u,, ":11*#;;j":1;fil ,ti,'ll?;ffi,1 Los personajes así eran, esencialmente, rentistas, libres de
fJ."J,::::
sucedía :::T,1,j,b,"
.l""i#'r,.,, er barrio der elcrclicarse a la política, al estudio, o a la más completa desocupa-
Así ;,f""-iu
puramente demográfica de ;ü;*ii",J,'::.?;;.:',8.*.¿i
también
rir'¡n. Tal tenor de vida llevaban tanto Nicias como los demás
se iban haciendJmi
tal .ir"r.i¿n""cra
-..¡ u¡ru.L¡urr ra que,Atenas
que Atenas y el prrpietarios que solían mantenerse alejados de sus tierras. Nicias
haci"n¿.-,i;" ^^*..,^^^
.:T1*i{"j:,'"'",,:lT$"H:"l?.f;it#'i
rmportancia,
j*i".; tro empleaba directamente a sus esclavos, sino que los alquilaba
por un precio per diem a los empresarios que obtenían concesio-
:,TT:H'"IT:X#'J'1" r" rii'áiá H:ffiá" l: ncs para explotar las minas del Laurion. Aun quienes, como Cleón,
gran párte a" ra gfá.1a d"l. sc servían directamente del trabajo de sus esclavos en sus propios
Sin emha"o-^ -^ á.9{
',§r,ff
embargó, :^."^rr^lituía
ái"i;;..";';":":i'#""*: E,
"" :i.:ft,:"::'l rrstablecimientos industriales, por lo que no se les puede llamar
::33í económicos seguían .uai.u.,
reses muchos .,,o, i lontistas en un sentido estricto, eran también (o al menos podían
;.á"; ;#:üñ;XI;..X
"lgl#:*::lg::":^*:^lll,ii"'r,10,,
at-," scrlo si querían) hombres desocupados; sus negocios se los admi-

::ff r" rJ-i ffi#'


;:#r.t*t;..1*,1,".:i:1*".:5
X: tilf '..,{
ii
u n,ur"s
I, *1, Íal " der sigro v,
JÍJ :,o :l'i,ti:,}
nistraban, lo mismo que sucedía con las grandes fincas agrícolas,
csclavos de confianza que actuaban como of,ciales y sobrestantes.
"':,it
tase con era
elta para
"
iy"qy".lo en todos 1", ."rrr-[?
,"ri""io."érri""'i:.'"r::.J::
-o.o ^¡11:i: El número exacto de esclavos que había en Atenas es asunto
"r en. Ia .i"J"J.'p"o.
residÍan especialmente :?::: :,Tr"l «liscutible; dudosamente podría haberlo calculado ni siquiera al-
lo que respectj a gún contemporáneo, pues no existían registros ni censos periódi-
ffi*§.il::.p:?,r^,""T::l: 911,,¡, ."",'áo, i,,,u,,," er veráno der 4 cos. Cabe conjeturar que su número andaría entre 60 000 y
;Tiá'#"'"S:Tl";""J"T:$1g*i.ii,IffiH,d::l;::?l?.i":: 80 000, en parecida proporción, con respecto al total de habitantes,
renere sé -hatlaban'
t""r,jTlit""ii, "?l'l',u"us' á"o.r-t, que los que había en el sur de los Estados Unidos antes de la
tener que abandonar..". iit,"iíi
-según refi ere rucídides
zii;; ,ffi##xr.x"*?##,j,
.'
Guerra de Secesión. Las mayores concentraciones correspondían a
rrogárér-y rtí ,urr,rarios tradicio'nales las minas y al servicio doméstico, categoría esta última muy am'
HabÍa en la ciudaa
acomodadas: ciudadan;; ""rñl .i.'"r;; de ramrrras familias notabremen
norrhrcmo- plia, ya que abarcaba a millares de hombres y mujeres retenidos
;;;;;#,á?ru". por las personas pudientes sin que les produjeran beneficio algu-
ff ;"';;*:l-x**,::'il: j*1,;ü;i'":""#,:lxff ":,x;;51"": no, sino sólo porque daba prestancia. Platón, por ejemplo, men-
eran er
;HX ::'H:ff:Hi."u11l-o^t-qlpos .J*l,"i.,,ilffi:;#""::?.; cionó en su testamento a cinco domésticos, Aristóteles a más de
quísimos. cirnÁn habÍa r.'o,nut". .ll.;;;; catorce, y su sucesor Teofrasto a siete. Había relativamente pocos
^,
;l#§::*,#'#,::iiL{*ilüil:XiJ;:"i".:;:,e'i"1,?fi i?l",lX esclavos dedicados a las labores agrícolas y a las manuales, ramas
éste y que pertenecía a
familias más i-^^i.,rj-rl^r:o,d", una de las de la economía en las que abundaban más los campesinos libres
ixtu?:'"Tit;T§:';:i;i;i""i'ffi :ffi ffi ::',i'""I?i;T: y también, probablemente, los artesanos indbpendientes. No obs-
tirano....
tirano. ;i1iil;'
manlení, ^"11:f::,xxv[J3)
. ., manrenía
oposeía rá.i*üá. .r,
á"',ll';i,i,;#:::t,eu t;;iTffi tante, fue en estos ámbitos de la producción donde los esclavos
uno de los cuales ._1i1
q;;""ji.;# a donde ét recabar Io ::# tuvieron tal vez más importancia, puesto que en ellos podían
preciso para su sustento..
eá"_a.,-ir"guna cle susypropiedades
1ibre.
tenía cerca, con Io or", qri..
descargarse de los cuidados económicos, e inclusive de toda acti'
vidad de este tipo, los hombres que, en lo político, llevaban las
Y.Nicias, er generai enlefe d.r to-;;:Jr#,;"dÍa coger de suifruros,. riendas del Estado y que dirigían también en gran parte su vida
crrra, pasaba por dueño áe ;;;;;".qure fue desrruido en si_ intelectual.
mit .Jl";;;: o aquel hombre _no La enorme aglomeración que formaban los atenienses fue cau-
sa_
72
73
sa de que tuviesen crue preocuparse bastante
por conseguir medios Todo ciudadano y todo meteco debían prestar el servicio mi-
de subsistencia, á" q,.r. el nivel de vida logrado por muchos
-y
nunca pasara der mínimo. En et campo eran litar. La magnitud de cada leva la determinaba la Asamblea. Lo
muy numerosas ras más corriente fue,,,empero, que sólo fuesen llamados a filas los
parece ser que hábía más aún lu .i,raáá-i
3Tr1r::^r:O_les,.y
Con todo, duranté Iá época il;;;"r."ilüii "n á"",Ji hoplitas y los jinetes, es decir, los dos sectores de la población
vueltas que, en el resto de"H;i;;,
Grecia, se originaban con carár que más riqueza poseían. Exigíaseles que se proporcionaran y
crónico entre ta ptebe, de tos opriáiat, y';;;;,á;'f##"T, mantuvieran su propio equipo, y sólo recibían del Estado una
medios. Más aún, r,urtá lá, pobres a" ,ol"*r,iaiá exigua ración diaria mientras estuvieran en servicio (en el siglo rv,
l:i,:yl: de_
hallaban, en Atenas, y opá.i""iaades para tomar parte cuando el tesoro no pudo resistir ya tal esfuerzo, a menudo ni
en la.vida pública, así.tiempo
en tos áctoi a" g;ui"..,oi;;;";#ftorurr" aquélla se les dio). Aunque a las denominadas .,levas de tropas
de uña manera amplísima) .o*o fu, f.".rr.rtes actividades ligeras" se las llamaba en ocasiones a filas, sigue siendo exacto
festivas asociadas u^ lor y , ",l;" ceremonias oficiares. decir que, en Atenas, el ejército, formado a base de reclutamiento
cuestión acerca de cómo -.úttá; . ta
,.i<l obligatorio y no por profesionaies en ninguno de los sentidos
,egó a J"ipáriur" t"" :

es uno de los interrógante, .i*, ""*p"i;;;;.-" ,


modernos, era, estrictamente, una institución de las clases sociales
en ta historiu A. uqr"iiT
ffi;i: superior y media. En cambio, la escuadra era diferente por com-
'Podremos dar con parte de la respuesta pléto, así en sus elementos componentes como en su organización.
cuál era ta distribución áe ur .arlur y si nos fljamos en El mando de las naves se distribuía entre los ciudadanos más
óutigacio"., Áiiiíu."r. ricos, que debían responder también de una parte considerable
Cuando. la guerra con Espará d"
persona dirigió una gran invaiión ,u un hecho, pericles en de los gastos de las operaciones náuticas; la tripulación formá-
marlo una demost.ación de potencia,-u*-propiu*."t. r"riu- ii"io. ru- banla profesionales a sueldo. Muchos detalles son todavía muv os-
el territorio de Megara con 13 OOO Éopfitas, desfire- *u."rru-rát po. curos, pero parece ser que con este fin se contrataba cada año a
eran ciudadanos, los demás, metecos] Oúosde los cuales l0 000 unos 12 000 hombres por ocho meses. Si bien el cuerpo de ciuda-
por aquellos mismos días en asediar potiAáá, 3 000 se ocupaban danos no podía proporcionar tantos tripulantes, siempre figuraban
enrre ambos contingenl.r g: tropa sumaban v-", .ria"""il q"" sin embargo en cada nave los suficientes como para formar un
d.e hoplitas en aquei.añ. 431 ;, :i;;;lJ
er'tátria"'iái'i..rru, grupo muy representativo. Los pobres de la ciudad tuvieron siem-
anaauan muy cerca. (Las pre en la flota un medio muy importante de ganarse la vida, al
cifras militares citadar po. .rí rr.iií* como
dignas, al contrario de io
Tucídides son fide- ilenos mientras existió el Imperio ateniense; y esto, lo mismo
d; ;;;
sobre la población; los Estado_s_ g.i"d no
con los cárcuros generares que las consecuencias políticas de tal realidad, le saltaba a la
hacían censos, pero vista a cualquier contemporáneo. «Es el demos -escribía en el
en cambio, por razones obvias,.lleiabin unos
sus fuerzas armadas, registros q.r", registros exactos de siglo v un panfletista al que cómoda y demasiado fácilmente se le
un
nas, podía consurtar
-cualquier
"., ErEstado
ciuaáaano.¡ número
como Ate_
totar de
ha solido dar el apelativo de "el Viejo Oliga¡sl.)'- quien conduce
ciudadanos varones adurtos pái-á"ionces, de 40000 , +iooo; las naves y presta al Estado su fuerza.,
"ru, pu.l" de los
así, pues, alrededor de una t"r.éá Ahora bien, la palabra demos tenía una historia complicada-
cluir, p-or consiguiente, en este cáIculo a los (-i, ir_
"i"a"i""rldisponían El Viejo Oligarca la empleó en el sentido de «el populacho,, 'la
metecos) pleber, .las clases inferiores de la sociedad», acentuando el tono
de medios bastanres
_para que se les
Contando con que quiénes.soro peyorativo con que la venían pronunciando todos los hombres de
po.-rr "luriá.u.á--.-olo*i'Jp'titas.
;;ñ;,.;;;;.'i",.1"
de ley se viesen en ia precisión áe rñir en "ru ideas usanas» descle tiempos ya tan antiguos como los de la
tarían acaso de que é-.a injusra ü-ciasinca.io", tal categoría, protes- Ilíada.
quienes se librasen sólo poi ,r, po.o--d" ,ii""i;í,
-"u.Áu q.r" Pero demos significaba también oel pueblo considerado como
gracias a su buena suerte, lo cierü uq;;ii; fu.iu, un todo>>, «eI conjunto del pueblo entero»; en una democracia, el
qrr" rá p."por"i?., Iitu¿.
sigue siendo un dato muy aprovechable "i para saber cómo estab,r cuerpo de ciudadanos que actuaban públicamente por medio de su
repartida la riqueza en el- Esiado. asamblea. De aquí que los decretos de la Asamblea ateniense fue-
sen corroborados, en el lepguaje oflcial de los documentos, «por
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el demos» más bien que «por
la ecclesia» (término éste
-*1* coni
;; Éennte de cualquiera de ellos, quieneslo desempeñaban eran res-
: i:",f,iiiüi.i :: "i il
t ro s co n
n"*i;ui, ;i;e "
pOnsables de sus gestiones directa y únicamente ante el demos
"
ayi"iy ;i:;;i; il';'"o;,X'# ñlsmo, ya actuasen en el Consejo, en la Asamblea o en los tribu-
ff"H;:*"#
"1,?:
#;ij "aü ñales, y no tenían que rendir cuentas a ningún funcionario de
tUperior categorÍa.
1".'.:*:ll,ii::h'ü!:,1"";l:ffixx1rSr:mr*"f Este sistema era, ya se entiende, el fruto de una considerable
::;; j;:;il"{:;,¡,,'*"1?'1,?;f,l!,f ,¿i;13'1,¿.tí::.,.*
{$ffi tVolución, que llegó a ser completa en el tercer cuarto del siglo v,
parre de los 40 oóo pero sin que se estabilizara en su proceso, pues mientras Atenas
acuáiañ, pl.á"Já"l,ros.que_
tes a ra reunión
"Lly:;;?í;;;"-::;"rminaoosearrliá_lJ"r,
hailában pres{ fuo una democracia se mantuvo abierta a saludables cambios. Los
pus ntcnienses llamaron a veces a Solón el padre de su democracia,
;:ll:.H."::idel.mismo resorvierJnl et denrcs: sus acüJ quedt flsro esto no pasaba de ser un mito anacrónico. Por más que Solón
;il,ü;:l
11il; se vino a considerar;;;'i;.";losa
cipio,
a"r p"átl-."?.¿
"'i-ÍlilH'L:'#.J:l'.' extensión de este priti ;l v Pisístrato, cada uno a su manera, abrieron y prepararon, por
dccirlo así, las zanjas para echar los cimientos, puesto que debili-
componentes se sacaban
u .üJ*"r";:"^?Y"ul:s de justiciu f*yü turon el sistema arcaico, especialmente el monopolio polÍtico que
se ofrecían
como v.,1, .;;;:I"l':'.cte,.entre ó 000 ciudadan, dctentaban las familias aristocráticas, sin embargo, ninguno de
todoei;;;;,;,,T:*T,,{.j#;litr:li*óig:,?iixljffi
or rrarilu,rr allr .áHi nquellos dos hombres casi el advertirlo- se propuso
de éste, cuestiones de Ia comietenciü establecer la democracia. -huelga
La transformación, cuando llegó su mo-
La clave de Ia democracia I nrento, fue brusca y repentina: después de haberse derribado, con
atenien lu ayuda de Esparta, a la tiranía, en 510, y tras los dos años de
§uerra civil que siguieron. Y el arquitecto del nuevo tipo de go-
*::*,!!.::,áJr?.i:#lí,#:íT1ij:1"+ii.i;:li:::üi::,*q;
tidos. Dentro de ra err_uilu-;;#";:rr"no de sus muchos sen. bierno fue Clístenes, un miembro de la noble familia de los Alc-
torat,
tir rantas u".".cada
¡¡e1cia, ciudaaano";;;;;'? cuva sólo
autoridad era, por
tÍruros para asis¿
meónidas. Clístenes no era un teórico y, al parecer, se hizo de-
."áriá;;;lJ:""..:l:^ ,
parre en lu o"liu"rlLtlj quis.iera,.sino,":aclemás,
mócrata virtual y accidentalmente, poniéndose del lado de la plebe
derechó a tomar cuando comprendió que necesitaba su inmediato apoyo en la agi-
énmienaasyffi;"ii::,i".1§:H,,.:"hf;:,,f tada contienda que se reñía para llenar el vacío dejado por el
,Tn"".iol,' i"g,ru"ión :*,ri.á.:i,r*l clepuesto tirano Hipias, el hijo de Pisístrato. Contamos con una
53"#dr,'fiJ|]''^til, {i der curto, reva información demasiado deficiente como para poder decir hasta
iy -arqt* ;ffi :: :"ff t rata dos v
3iá"::I":, lJo['""-', o pequeña, ""slli,"io-
qué punto encontraría Clístenes algún modelo orientador de su
siesen los cuidadoÁ a"r goui".no."i;? que exi- conducta, en su nueva posición cimera, de haberlo buscado en
reuniones corrian en gran #i:?:^ cualquier parte de Grecia, por ejemplo en Quíos; pero el resul-
parre a ;".r;r?:r,:r;orTí?,r"I::"t ,á:
tado fue, de todos modos, original, dando a esta palabra su sentido
:LT::.ij.',l:J;:J..J :ff "¡,, v pái" ;i;;;;,",,,,
üt#.lm:
necer a él más de dos que nadie podía perte_
más favorable.
Habiéndose comprometido a llevar a cabo una innovación
carsos oficiares o" il-I"""'"" 't-, "iiu]'fl"1H ffit"rr':in"'.oro,
"""..-^I*-.,,,:,..,,:"f"-
importancia; mayor, Clístenes y sus aseso¡ss éstos quienes f1¡sss¡-
proveían también
-; *i'rt-"^:t:. so.rteo ru -uyo.iJ"at-"iij, ," -fus5sn requería su nuevo ob-
crearon las instituciones que entendieron
excepciones ;;; ;'""^f
)gla :se
v Pala
incluían ]os dlez""
1". í¡.;-1,i'rul"io"u. jetivo, consefvando, sí, cuanto les fue posible, pero sin vacilacio-
senerqloo /
^a--__- nes cuando hubo que demoler o que inventar audaz y radicalmente.
:ffi J#it:i""tiJ*1;"#1ü;J'ff fi:ifJ""J,X':'^!:'::#:",!; Los planos pergeñados por Clístenes no eran aún los que
ti.mpo,-1"ü;.;; ;;"ttas comision es ad t "". qu.,- -á.ilriJ"lr".ro trazaria Pericles: harÍan faita dos generaciones enteras para per-
ri-,Tq.;;¿;;;:lj&:=ü,ffiT6i1j"1'..TÉH:,,;","d
srn que se ruvieran que
preocup#;;; ü importante o Io insigni-
jí feccionar la estructura, y en ese lapso entrarían no sólo las gue-
rras contra los persas y la formación del Imperio, sino tambiéh
muchos conflictos interiores, pues las fuerzas opuestas a la de-
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77
mocracia distaban mucho todavía
de estar
"iL aplastadas allá p« ténencia al Consejo y a la mayoría de los cargos según un turno
ll"'.i::
*Íi,
ninguna claridad: ffj|
T:
de *^ : :",:1il-,"
rodos rr,
rñ" o,,.o",, yu,"g.,i.".
ffiffi"r:? ::t#ll
qr""
Clclico. En cuanto a la asignaclón del estipendio, era verdad que
"u"áf eompensaba bastante al ciudadano de lo que durante el ejercicio
:jit.j""
tal vez sea r¡rslurru(r cte
Ii^"rjlr*.oro.irri"r,r"*'i,"i.r#.o de Ia
ra Grecia clási
c Clc funciones públicas pudiese perder como artesano u obrero,
"j." éste el rn, El r'o-u'"-q* mas tampoco pasaba de ahí. Por eso, nadie miraría los cargos
.el paper oü'ii,l' ff'#'¿,L;HXt:s9'
peñó áJ'r
que de él o de su carrera rue Enaltes, ptlblicos como su medio de vida, ni siquiera como uno de los me-
^'--1"1""
J I,"*:1H"H jfl,3";' y
Murió
M u r i ó aasesinado
s e c i n a r, a en- :?,:ü ";^;;:"^i
:1;:*"*."
el año 4¿r";';;".i;rii'rT,#i,#l:lt ;" Jores modos de ganársela durante algunos períodos. Al mismo
potítico pasó casi inadvertiáo
"
;;^i""ii;;r"rura griega. Semeie iJ; tiempo, un gran Estado como Atenas, con su Imperio y su (para

:: .;;#
jl Ji" J b re ra rcn denci o si dad lo que era general entre los griegos) complicado sistema fiscal,
_"^1,:.s. l?l
,:1": ::?, r"..g 3.^c on qryo naval y diplomático, tenía absoluta necesidad de políticos que de-
l: :. : :,:ri sri e.so¡, il"r:Hfi
p ar"iat i rm"J
r¡unc; ranto como ar esr
Ljl# i dicaran todo su tiempo a orientar y coordinar las acciones de
1;T?$f",:'.1':,t1:iij,o1a.a"!"",.
la runcion;",#. ;J #"á:á.?á..:""ltl,l,1ri]r"
historia y el aquellos otros participantes más o menos temporeros y aficiona-
clos. Y los encontraba entre los personajes acaudalados, entre
,..o1l,i#l#;
tero ra :*^:*ñ;;i:;j.siraba
Io formaban ?l elección p;; ;;";;,
er mecanismo los rentistas, que eran libres para dedicarse por entero a los in-
ü;;::d;iH;3HTi, tereses públicos. Hasta los días de la guerra del Peloponeso tales
i:i:'i 'x":,'H1:j1a'"':i{:iti-riei"á.*;;i,"iih""Hi,
ri"' 9"-e' n,r ü¡ ;i', i;ixü',lJ dirigentes pertenecieron todcis a las familias que desde antiguo
Xi:: #;
ejercer
eiercer su
:: i :ffi ,* :: I 3'
nancr ,.
s,, paper -f]::1:- :' "1.
de ciu¿aáán;
i
ffi-#
consejo y en los i.iu,i"ri.,
poseían los campos. Después quebrantaron aquel monopolio hom-
bres nuevos Cleofón, Anito- que basaban sus ocios en
-Cleón, de sus esclavos, y durante el siglo restante
j:#:^: -según";i#;Hü,J"."ñrrlrXT:Hi
;:ffffii"^:"j:i positivas
peculiaridades i;;#;;,_ de que una de la industria artesanal
de gobierno democrátrco en Atenas la balanza de la dirección se
ae A"tánas ;;;rili;"";,r:t
era en
r"*il;-ü"causa púbtica. ;ffi .* l inclinó más quizás hacia este lado, impulsada en ocasiones por
:1ti,i3*oil::1.*l?."
si se suman u asamtráá,;ló;":.i:'.usa puD,ca. hombres verdaderamente pobres que conseguían con esfuerzo ele-
varse al puesto más eminente, no sin que se pudiera dudar de si
:m:1":::*li1'^*:".J;;:"ilffii.*;,T:.:Hl::J.J5'::
puesrosasequibres.l,l_I1l"ipiJ."l.;;;;;;;;:ffi::,"#j:h,:i su ascensión habrÍa sido más o menos ayrrdada con sobornos.
que Ias tareas.de gobierno estaban Se fue haciendo cada vez más frecuente referirse a estos hom-
bastarlte repartidas,
experiencia
experi enci a nolíticI-¿o ^^^^ .;.;i;;. :'ó'i:tff'á6{yJ:§
po lí ri ca d e gracro
ora¿r^
pá|; que una bres llamándolos uoradores)), término que pasó a ser casi un tec-
ülj
distribución no era, de
nicismo para cuyo uso no se atendía precisamente a la elocuencia
;:3.: TIi,l"",lL
hecho, :,'i{::*,"^'::'
tan iguaritaria; i".
esro -trabrÍa"..,rlü :1";'#::1.J, ni a las demás cualidades oratorias del sujeto en cuestión. Como
utópico. En parricular, ta poUiaciá" tlrriJl;rÍj la Asamblea hacía la política y tenía control, junto con los tribu-
^i"l estaba á.
en circunstancias ordinariai, ;;;;;'ffiesentad^ probablemente,
r;--á;;iao y,
nales, no sólo sobre los negocios del Estado sino sobre todos los
oficiales, militares o civiles, la dirección del Estado dependía de
por lo que respecta a las _¿, ufiá,
formularon, orientaron y rigieron "#..:, .entre los fro_U.". qr" este organismo. Sus sesiones se celebraban al aire libre, en lo alto
iu- poliri* hay muy pocos (y de una pequeña loma cercana a la Acrópolis, llamada Pnix, donde
rv) de ros qul-se sepa que proiediesen
i:f*:,*::":"f"".\#::: se reunían algunos millares de ciudadanos (su número exacto no
En cierto sentido, Ia .¿s6¡¡.¡6n» lo podemos tampoco, determinar) con el fin de debatir y decidir
ateniense las cuestiones que se presentaran. En una palabra, la Asamblea
directa presuponía Ia afición áe fJr'.iijrA"nos de una democracia
por senrado que rodos y cada a ta política; daba era un mitin, una concentración de masas humanas, y dirigirse a
"". ;;-;ii;,para
de poseer Ia ciudadanii, tenian-"i;rñd", ;;.:ffi:iT rr".r,o
parricipar en el
ella exigía, en estricto sentido, el ejercicio de la oratoria.
gobierno y, ciertamente, sus poiiu,iááo"s Como no tenía una composición fijada de antemano, como
el mismo se aümentatuo *".rrá;sáiá de tomar parte en nadie era elegido para asistir a ella, no había en su seno partidos
elección por sorteo, sino tamüié;-;*n;"con el amplio uso de la políticos, ni una sección que representase al .gobierno,,, ni nin-
era obligatoria la per_ guna otra organización discriminable. El presidente era elegido
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cada dia por sorteo entre los miembros del Consejo según el orden honoríficas y los riesgos personales muy numerosos. La pugna era
de turno ordinario; las proposiciones se hacían, se discutían, se a menudo grave, y tenían lugar combates serios y no peleas ama-
enmendaban, y se emitian los votos, todo ello en una misma ñadas para adquirir prestigio o acomodo personales. La gran lucha
sesión salvo raros casos. por establecer la democracia misma, el crecimiento del Imperio,
Todo el que quisiera imponer su criterio tenía que hacerse la guerra peloponesíaca y sus problemas estratégicos, las finánzas
oír en Ia Pnix y exponer y defender sus razones. Ni los que ocu- públicas y, finalmente, la cuestión de Filipo y Alejandro, eran
paban un cargo ni los que formaban parte del Consejo podían materias todas muy dignas de apasionarse por ellas. y, en efecto,
actuar mediante sustitutos. El dirigente político lo era en tanto, se batalló con pasión.
y sólo en tanto, aceptase la Asamblea su programa prefiriéndolo Quien aspira a llevar las riendas de la política no podía pro-
al de sus oponentes, ceder de otro modo, y en ,un sistema falto de instituciones que,
Los críticos antiguos de este sistema y sus seguidores moder- c<¡mo los partidos oficiales y la burocracia, sirviesen de apoyos,
nos no han escalimado los reproches condenatorios: a partir de los dirigentes habían de vivir en constante tensión. No es maravi
Pericles el nuevo lipo de dirigente fue el demagogo, lla que en ocasiones reaccionaran de maneras violentas, que apro-
-dicen-,
que halagaba al demos en la Asamblea y en los tribunales a ex- vecharan una ocasión para aplastar a algún oponente; o que el
pensas de los más altos intereses del Estado. A no dudarlo, no demos se impacientase a veces con los faltos, reales o imaginarios.
todos los personajes que consiguieron sobresalir en la política Nadie era inmune frente a estos riesgos; hasta Pericles paáeció un
de Atenas fueron altruistas exentos de egoísmo y, por lo demás, lemporal eclipse y un molesto fin muy a principios de la guerra
las grandes masas que se reunían en la Pnix invitaban a pronun- clel Peloponeso. Otros sufrieron el ostracismo, especie de honroso
ciar emotivos y aun inflamatorios discursos. Sería absurdo creer, clestierro por diez años pero sin pérdida de los bienes y sin in-
no obstante, que los políticos deshonestos y los que abusaban de currir en desgracia ante la opinión pública. Cuando la práctica
la retórica fuesen desconocidos del todo en los primeios años de la clel ostracismo cayó en desuso, hacia.finales del siglo v, quedó Ia
democracia y que luego, cuando faltó Pericies, irrumpieron en posibilidad del exilio «por acusación de crímenes,. Y otros hom.
ella avasalladoramente. bres públicos, aunque en muy corto número, hallaron la muerte,
Hay bastantes pruebas que inclinan a pensar que, en el con- lcgal o por asesinato, durante el ejercicio de sus funciones.
junto de su proceder y de sus decisiones, la Asamblea se mantuvo Sería cosa fácii componer una lista de los casos de represión,
honorable hasta el fin. Es un hecho que el Estado siguió a me- r:erlumnia, comportamiento irracional o brutal conculcamiento del
nudo y durante períodos bastante largos una política de líneas tlcrecho que tuvieron lugar durante los casi,dos siglos de gobierno
definidas y consecuentes, identiflcada en cada momento con las rlcmocrático en Atenas. Sin embargo, no pasaron de ser meros in-
ideas de un individuo o de un grupo reducido. Con toda su ex- r:iclentes de poca entidad para tan largo esoacio de tiempo en el
periencia, la mayoría de los ciudadanos eran incapaces de re- que la ciudad se vio singularmente libre de la epidemia griega
solver los intrincados problemas que planteaban los asuntos de tlc sediciones y guerras civiles. Por dos veces, en 411 y en 404,
finanzas o de relaciones exteriores, y tendían, muy razonablemente, rlieron los oligarcas sendos golpes de Estado, pero su poder tuvo
a prestar su apoyo a aquellos políticos de plena dedicación en los t;t¡rta duración; la primera vez flo lograron resistir la prueba de
que habÍan depositado su confianza (y a los que siempre podían una guerra, que en seguida hubieron de dar por perdida y, la
pedir cuentas). De aqul que no sólo a Pericles en el siglo v y a scgunda, se mantuviel'on unos pocos meses, pero sólo merced a
Demóstenes más tarde; en el siglo rv, se les permitiera desarrollar h intervención del victorioso ejército espartano. En lo sucesivo
políticas de larga duración, sino también a hombres menos famo- vn no se oyó hablar de oligarquía en Atenas (excepción hecha de
sos, aunque no faltos, ni mucho menos, de talento, como Trasíbulo Io que.decían en sus escritos algunos filósofos) hasta que otros
o Eubulo, en los años intermedios. Irrvasores, los macedonios, concluyeron del todo este capÍtulo de
También es un hecho que Atenas nunca anduvo escasa en fu historia griega en el año 322. Bastantes de los promotores del
hombres de las más altas cualidades, que sintiesen gusto por de. golpe del año 404 en adelante por el justamente ingra-
dicarse a la política, aunque las recompensas eran más que nada It¡ nombre de los -conocidos
Treinta Tiranos- actuaron en la oligarquía
80
81
del 411. Que, conserva¡an la vida como para
en un decenio su sedicioso papel no aeja desempeñaf dos Atenas prosperó como ningún otro de los Estados de la Grecia
de ,", ;i-g; ;;" clásica. El mayor de sus orgullos, cuya expresión suele atribuirse
Hasta un libertario tan empddernido corio
qúe esto frisaba en el exceio John stuart M,l t Pericles, consistía en ser. la uescuela de toda la Hélade". En dos
rlglos produio una asombrosa serie de extraordinarios escritores
ateniense _escribió_, de cuya democrática y filósofos. Muchos que no habían nacido en
y artistas, científicos
. , ."ry mayoría
y sttspicac.ia1antas ella se sintieron pronto poderosamente atraídos por el esplendor
ti:br::!.:!
a a c u s e d e d ám as a d i; o;"oro,
ii*Li,
" merece más bien at dc tal ciudad, y algunos se establecieron allí más o menos para
h; á i" L,);tí r'oLi" Í r,,!!'
yl?::
i
"
y,o,t" i./a;"í;; hombres que,
r7J ricmpre. Pocas figuras importantes de la vida cultural griega
:#:,:: de
meros indicios :: :*
wna oportunidad, - '*
"Ioli!
a
"o¡
tos entre los años 500 y 300 dejaron de tener algún vínculo con Atenas
'
totat destruc'ción de la dámscracia.. "rrr;;;";;ál"rZ!'á p«lr lo menos en parte de sq carrera, pues lo tuvieron inclusive
vnrios de los más duros críticos de su sistema de vida política.
Hacia mediados del siglo v, los .pocos» y Scverísimo en sus juicios al respecto fue, entre todos, Platón,
los «muchos», t¡uien, aunque natural de Atenas, encontraba rnucho que admirar
ae. gqinio.n en que se diviáían los
3:: ?::.1*
nas, habían establecido ciudadanos de en el Estado que se consideró a menudo como el ideal opuesto,
no es sino decir de otro""modb "q"iliU.io tJrturrt" aceptable, lo tt saber, en Esparta.
qrr" t uUia., dado con un sis Platón y cuantos como él pensaban solían dar al olvido,
que les ponía virtuarmente a salfo
los «¡¡¿str6s» er Estado era ra r"L"i. subversiones o stasis.
de euando les convenía, que en Esparta ni siquiera habrían empezado
ál notabres beneficios nunca a pensar, y que, en la hipótesis contraria, no se les habría
iii *;, ;;;ria en
f:,:,-":^I".:"
los «pocos»
-que
¡3rticinació"
óonstituian, ;16á;;;;;:"# "l c"bi;;;;;"
;i"§"""#il'"%
permitido, ni mucho menos, que expusieran y enseñaran sus doc-
trinas tan libremente como lo hacían.
el F,stado el origen de.loi frori".., y de las satisfacciones
á ta dirección de tos ;J"r*'pálirr".i'v .i1fi"
¡1a
acompañaban
prosperiduJ Esparta
^,,^ Ir-,?::l
que unifi caban : posibitituirao
^p_:1íri.o..y..la ".o"0*ica eran tos factr
u."áir r;;;;;":"*?Jt"l Se ha dicho que Esparta tuvo dos historias distintas, la suya
11 sin ros cuares r" p,.ti"if."i
y;T9:',li"ojl::: f-:,::^9:
aun la teattad de mi,ares a" lota,
ir, !i"a";;il;;;J#:,I"i: interior y la de su imagen en el exterior (o su uespejismo", como
la llama un especialista francés). Si se tiene en cuenta lo mucho
ii*-^,i::i::1. -": el. mejor d;l;;;;si y, también, hac que se escribió en la antigüedad acerca de Esparta, resulta sor-
§#:ff ';,T;;'.'i#1':.n'leeros*-";;;'"i'.ü;',",;".,-i'Ji", prendente cómo entre tantos escritos se pudo llegar a componer
sin er
^r r**^..:^ e identifica.ción personat coñ la potii.-
ariic,-;í;b#'.i un cuadro tan confuso, contradictorio e incompleto. La causa
por Efialtes y pericler Luego,,"#iÍ,or".,,1"r,
^.^. _s1" .rmperio 1e^ri1 fue, en parte, que el espejismo se interponía de continuo, impi-
i,it^,"^T:j::i:9:
fue engendrando su propia i"ip;r;;;.1;, .l .irt"*á^# diendo ver la realidad, deformándola y, con frecuencia, ocultán-
#§;á;'#';':?r# dola del todo; y, en parte también, lo extremadamente callados
-¿.- il.*a
cívicá que ta riqueza,
:f:"9: 1i:.yff:^g{g1{
ejempto, llevaba consigo ,rru p"rudu ;;;;; ¿-;df;;¿ffi:Í,o: que eran los espartanos mismos. Hubo un tiempo, en el período
y,er arcaico, durante el cual desempeñó Esparta algún papel directivo
::,:.ll.Yg:y1_l:b],.:_ áebei-a"*á.,,pu.
en er ejército I en el desarrollo de las líneas fundamentales de la civilización
puestos más duros, a cambio de
los ricos fueran sus dirigenr.,
--f;i;ü;iera
lo cuai aceptaba ,l á"moi- q griega; por lo que atañe a la poesía, lo conjeturamos a base de los
-la- los desastres de fragmentos que se han conservado; respecto a la música, según
suerra peloponesÍaca ni péraiáa áJi;ñr;;'".#;;:"";,
verosímiles tradiciones antiguas; hasta parece que influyeron en
L¡§:lj: en
recursos 3^ti,:.,:.1"-1T. 9."r
su interior mismo
gobierno. iu
ei""u, á.i-Jen
para conservar la organización
,li"l la'navegación y como creadores de algunas de las instituciones
lítica y ciudadana que.el r*páiá-r""rrrii" po_ germinales de la ciudad-estado. Empero, a partir del año 600, poco
rante la centuria anterior. ayudado a erigir dri-, más o menos, esta orientación se internrmpió evidentemente de
una manera brusca,
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De allí en adelante, ni a un solo ciudadano de Esparta se
recuerda porque realizase alguna actividad cultural. bu famr clispersarlos. Los espartanos habían adoptado, en cambio, la pe-
ligrosa alternativa de conservarlos, sometidos, en sus propios ho-
"hablar lacónico" era una señal de que nada tenían que gares, en su terruño natal. Y esto les costó caro: mientras que
situación ésta en la que les había ptróto el singularísimo
de v§a por el que se empezaron á distinguir eá aquel en el.resto de la historia griega se halla pasmosamente libre de re-
Por su población, Esparta no se clasifiiaba entré los ma vueltas de esclavos, aun donde sus concentraciones eran muy
Estados. El número máJ alto de espartamos que trabaron grandes, como en las minas de plata del Atica, las revueltas de los
bate en una batalla fue, según nuestios conocimientos, el d.e llotas fueron siempre una chispa laterite y se avivaron en ocasio-
en Platea, el año 479. Después decayeron rápidament", y urí,, 50 nes hasta alcanzar la ilterza de terribles incendios.
mediados del siglo rv, no poáían reunir ni 1 000 hombres. Eíta Lo que mantuvo a raya a los ilotas en su condición de esclavos,
la aduce Aristóteles como un síntoma de lo defectuoso de su sir
ci impidiendo que se rebelaran más a menudo aún, fue la circuns-
ma, ya que tancia de que Esparta era como un campamento puesto siempre
,-arguye- el territorio que dominaban podría
porcionar 1 500 sobre las armas, la clave de cuya disposición era Mesenia, región
hombres de a caballo y 10 000 infantls. Es conquistada después que Laconia y sometida mucho más por ente-
se habÍa adueñado, por conquisia, de los distritos de Laconia
Mesenia, muy fértilei para lo que'solían serlo los de Greciá, ro (hasta el punto de que llegó a quedar puede decirse que
mucho acceso al mar y ricos in el raro e inapreciable reór
cr vacía de las grandes obras arquiteqtónicas que en todas las de-
más regiones eran señales visibles del helenismo). Algo más tarde
nacional, del hierro (oportuna contrapartida de rá phta
Los pobladores de este territorio nó
atenien de dimidiado el siglo vrr, se declararon en rebeldía los ilotas de
jetas a dos clases dé sometimiento: los"ru"
fiU."!,';t"; ;;;;;: Mesenia; la tradición ha dado a aquel conflicto el nombre de se-
ilotas, a los quelos es gunda guerra de Mesenia y le ha atribuido una duración no in-
tanos no reconocían. derecho alguno y les obligaban a traUá¡
las tierras en calidad de siervos "rú*".o no pod.emos ferior a los 17 años. f.os mesenios fueron, al fin, aplastados, 5r la
-r., *".fro, ;ár-q""-i;;
quiera conjeturarlo, pero ciertamente
ni Iección que su revuelta significó se tradujo en una reforma social
tanos.mismos-i y los llamados periecos, que conservaban ":f y constitucional: el establecirriiento del sistema espartano en su
bertad personal y su propia organización comunitaria a cambio
su forma definitiva y, también, por último, el del espejismo de Es-
ceder a_ Esparta todo derecho á la acción en el aspecto militar
, parta. A partir de entonces, el cuerpo de ciudadanos de Esparta
en el de las relaciones exteriores. Así restringidás, las coÁul fue una milicia de profesionales,.a los que se educaba desde la
dades- de los periecos eran, hablando con própiedad, poleis
infancia con miras a que adquiriesen hasta el máxiino dos cuali-
completas.
i dades: destreza militai y abloluta obediencia. Nára ello, se les
libraba (o, más bien, se les cerraba el camiho),'de cualquier otro
. -Sin embargo, no amy muestras de que lucharan por
de la autoridad de F.sparta a la maneia como los minúli interés vocacional por actividades distintas, y se les hacía llevar
Estados de Beocia se résistieron incesantemente contra ros una vida de campamento e instruccrón continua, dispuestos siem-
de Tebas por establecer su hegemonía. Sin duda, pre a adueñarse del campo por la tuerza frente a cualquier ene-
nación era el único camino pruáente, pero también "f
á" iu migo, fuese éste ilota o extranjero. A sus necesidades proveían
ocur.ían o-tL's los ilotas y los periecos; su educación corría a cargo del Estado;
consideraciones: la pa.z, ra protecciói y las venta¡u.
Los periecos. eran quienes manejaban"el comerci"o -v-iu-p-¿""- su obediencia quedaLra garantizada por su educación y por una
""o"0*i.u.. serie de leyes que tenclían a evitar las desigualdades económicas
ción industrial con que se satisfácían ras necesidades de los
partanos, y gracias a aquéllos el ambiente de éstos se es. y toda forma de pnrsecución del lucro. El sistema entero era un
a un nivel considerable, y a veces alto, mantuvo conjunto cerrado a cualquier influencia exterior, a las de los ex-
to urtár""áf-V ." iá tranjeros en persona e incluso a las de los dioses importados.
artístico. "r, Ningún otro Estado podía competir con Esparta en punto a ex-
Los ilotas eran argo absorutamente distinto. La práctica usuar
casi siempre, en la antigüedad, cuando se esclavizaüa a los clusivismo y xenofobia;
tantes de una ciudad o de un distrito, consistía en venderros
habi- Los antiguos alababan con frecuencia la estructura de aquel
y gobierno, por su carácter «mixto», supuestamente equilibrador de
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los elementos monár:quicos, aristocráticos y democráticos.
dos reyes heredirarios acaud,laban ros ejéicim S nuevos caudillos, sobre todo Lisandro, que fue el que consiguié
pertenecían al Consejo de Ancianor, L"-"áá"pá¡" lr victoria fi.nal, no revelaron más virtudes que la de una cornpeten-
.rryo, restantes 2g miembl cia militar insensible a cualquier otro miramiento y unida a viles
eran etegidos de por vida entre lr, éi"ááááññ"?;""#"il
sesenta años de edad. A la Asamblea umbiciones personales. La falta de visión y de flexibilidad mental,
eran admitiaá. fá. cn materias polÍticas o sociales, fue un factor calamitosísimo en
parece que su papet fue *e, Ui", prSr", "iü,
l"t_t^,:j":,frr
este organismo iniciar ninguna acción aquellos momentos de éxito. Hasta el famoso igualitarismo de
que se le hacían; sólo podia aprobarlas"i;;;;;;# *;ü#r,"á? Esparta empezó a menoscabarse y acabó haciéndose insatisfac-
o echarlas ubrjJ;;;io, torio. Los reyes y los generales tenían frecuentes altercados entre
sus votos; y uno se- pregunl.a qué independencia
de juicio po Bl o con los éforos, y parece justificada la sospecha de que sus
fr::.::llgo_aqucilós
la estricta obediencia.a"
r,ámu.eJ pa*!ii".,". ta virrud suma er clesacuerdos no se reducían a las cuestiones 'tácticas o políticas.
"rru.l"l.
cinco éforos, se eregía, a.rualÁerrt"
f,;;;;, poderosos de rodos, I I¡uera del pais se dejaban sobornar en seguida o se mostraban
;;;r" todos ros ciudaaan]
Ia sup-ervisión ;;;;;;i ;;i", asuntos poco dóciles. El sistema, en lo nelativo a la propiedad, se des-
9:::_:11:.",es.funciones
rmportantes judiciáles,
delEstado moronó enteramente, aunque no sabemos muy bien cómo; un
La disciprina miritai y Ia bravura de Ios espartanos número cada vez mayor de espartanos fueron perdiendo los lotes
profesional en medio de Ln cle terreno que habían recibido del Estado y que los ilotas tra-
-rrrra'á"--iñtilil;á;r,*", -ejército
,.ol bajaban para ellos y, con la tierra, perdieron automáticamente su
pas de mercenarios; le dieron .como
potencia que ra erevó'muy por encima
a r.parta ;;;;;ñ;; situación de espartanos íntegros y cabales. Otros fueron acumu-
hubiese permitido alcanzir;" ;;;;ndiciones. de";;ro que su tamaño rd lando riquezas, por más que esto sólo lo podían hacer ilegalmen-
terés, y el único segylo, consistía en Su primer in+ te. Herodoto indica que la accesibilidad de los espartanos a la co-
conserva r la paz dentro dei rrupcién por dinero se había difundido ya para comienzos del
su propia casa, en et petopone.o. N""ü
anduvo muy cerca de ello gra.ias a su lg..ti+;áJrááá,,q*, siglo v, época en la que sus reyes eran los que más elevado precio
habihaad en varerse de rai exigían. ,
Liga Peloponesia. .

De esta Liga sacaba Esparta las ayudas I-a Esparta que ganó Ia Guerra del Peloponeso demósrfó muy
con las tropas recrutadas militares que, junto, pronto ql,le- se,hallaba mucho rnás hueca de lo que ningún con-
numéricamente, a mayores".rt."
to.-p"ii".or, elevaron irrf.i".rur,, temporáneo,ha'brla podido razonablémente conjeturar. Eff sólo el
proporciónes. En ei-r[ü^ui*Er]u.t,
IIegó a^ ser, sin dispuia, ta decenio siguiente su,'equilibrada constitución y su eunorttía fraca-
tierra firme, y sus aliados I"--uyo. pái.n.ro militar de Grecia en sarou, y e.§talló la.sÍssis, si bien por poco tiempo. !íno después
,naval suficiente, hasta que
rí."pJ;;á.,uu*n, además, un apoyo la detrotár'Qpe le,ihfligió Tebas, en 371. Cori posterióridad a este
ción de la todopoderosa hota"rfu
á.*u 1r-," ,.rp..uda por la crea- suceso, áunque Esparta desempeñó todavía algún papel en la po-
Ae etenás.'
Sin embargo, lo-.cierto ., q". I páiri, lÍtica griega, fue ya sólo una s,ornbra de'su glorioso pasado. En
los persas, ra historia espartana es A. las guerras contra auténtica crisis '*dorno Filipo de Macedoniá süpo verlo-, no era
ia de
pese a la victoria de su coa_lició^n (ayudáda á".rlrur'ior',i.r,ro, másr Qüé'üii Estadt'inenoi entre cientos de igual categoría; no
""
Ios atenienses en eI año 404. s"';á;f"lia por el oro persa) sobre représentába ya i¡na fuerza con la que hubiese que contar en el
se moviese a rehusar obstinadam""t"
hizo que su sociedad muná'o,,el6rirlas realidades. Y en'..eI siglo rrr; como irónico final,
."átq.rier medida ampliadora puede debiü§e,qqé'élta fué lá qué aviü8,Ia chispa que produjo una
de ta ciudadanía aun cuando tu ,".".iJá'i;;:;il;á;:
extrema, y'a preferir armar . il";;;-ltbertos ii:,;;,i ,* de las guerras civiles más virulentas de tocla la historia griega.
desechos sociales e incluso u y a tocra clase de A pesar de todo, el mito de Espárta siguió siendo válido y teflaz.
La gueria peloponesía.u ro*.tiáá
u"_..a"rurior.
""a"oi. iisoportaLnle presión La brillaiitüz de Atenas no debe óscrrrrecer el hecho de que hubo
a ,las tropas, sino u fás
-ai.iglr,r"r, no sóIo griegos (5r' hombres en general, en todas las épocas posteriores)
11-U]en
bía sido estructurado para soportar üru et sistema no ha_ para quienes el ideal fue Esparta. Elta éra'el modelo de una so-
Ia continua formación áe e.¡ercitos .u.rpuña tras otra ni ciedad cerrada, motivo de admiración para quienes recltazabant
I ü".rurrro a algunos de los una sociedad abierta con sus facciones polítrcas, su aceptación del
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U
I
demos como fuerza política, su
frecuente «falta de disciplina»,: leno honorario», cuyas miras no hay ni que decirlo- eran
reconocimiento de ta aigniááJ;;;#rechos
der individuo. fundamentalmente distintas de -casi
los intereses de aquellos griegos
a los que iba a dirigir.
El éxito de Filipo, repetido por su hijo Alejandro, evidenció
La decadencia de la opolis, de nuevo y por última vez qrue las dificultades políticas provenien-
tes de la Hélade en su conjunto no tenían sine una solución, y
Después de Ia batalla de que ésta había de ser impuesta o por un Estado griego más po-
donia fue' de hecho. rr eueionea (33g), Filipo II de Ma deroso que los demás o por alguna potencia extranjera. Nadie, ni
alo^s_sicilianos y a otros"".áá¿J.o-.'ála" Grecia lsi se except los que proponían luna paz y una coalición panhelénicas, sugirió,
griegos o""iá"rrtut"r). convocó
un consreso de todos enton( por ejemplo, que. se uniesen las ciudades-estado para formar uni-
_los-Esádo;;;iü;; üffi;:r.ffi:
'.1;:, como cabeza y sen€ dades mayores. Y nadie hubo capaz d,e concebir, ni como hipóte-
:Xf"?JT
en l#,,*:
j ef e, y con d o s 1..',L:l:l;l:;",r
ob j e tivo ;- ;o *;, ;;"J,
irr,tr;
::'0"" i'ff;Í
sis, de qué manera podrían superarse la escasez de recursos
naturales y el bajo nivel de la técnica..., a no ser marchando a
vadir Persia, basándose en et rrt*
p."i".t"""
a"-n""-á"Lrl'rxii!, combatir a Persia. Siempre que en la historia de Grecia llegaron
IA1 et otro, g]?:
h"¡¡¡?,":* emprear :"1,"^.i;; á"-é;c,a perpetrada 150 a
ras fuerzas- ü;11r"1"#T:rÍ3r t:: a hacerse críticas las dificultades económicas, es decir, siempre
mrembros para garantizar
--¡¡v¡¡¡vrvr pitránTzar _-son
_son que se dio alguna crisis agraria, la solución se buscó, o bien en
;;i";;" da
palabras de ,¡
un escritor
^-^_:¿^_, anán¡ movimientos revolucionarios, o bien en poner las miras en otro
ff "tffiH ,::Y.:l4r
en ninguna *'"
tai
de .i"¿uáe, o,li-'"d+Jffi,,",",,
xvrr, rs)- ,
ta Jo ; ffi ;i; :,?;.á"ü;#,"
país, ya fuese esto emigrando a nuevas tierras, ya presionando de
g,g:;5;: . ?:::T:.. S^ TlI";'T,"tlL..i au s de tas_¿r.;.
confi^scaciones,repartosae-tierrás,-#I;##:rT.'lt"fo"iÍ"; p o t ei s,
diversos modos sobre otros griegos. Mas ha de tenerse en cuenta
que, en el siglo rv, las zonas extranjeras abiertas a la expansión
o
" se redujeron mucho y, a la vez, los antaño grandes Estados helé-
".ui,,o,l:: :::l1i: .o,' p.op*i nicos, por su relativa debilidad a la sazón, se'lanzaron a casi
;;ítd" "ii.#?::rrTffi
Ninguna 1."acción ^ l1e."hu:
to s revotucionári o ,
s,,.
aisla¿a rraoii;
enrero Ia transformación qr" continuas guerras entre sí. Ni los santuarios eran respetados; en
"*p"ii_""i0^-.i?í";triü:
o,1"*i"rt1.üü;;;;, el año 356 Ios focios se apoderaron de Delfos y emplearon su te-
f 3:,*:.:,*i.,,i::,^
y, s,empre una amer
en ocasiones, un_a aura ,eatiááJi-r"#;;:;:r,;;H"37 soro en contratar una tropa de 10 000 mercenarios, gracias a la
cual fueron, por breve tiempo, la mayor potencia militar de toda
griegos, :**lr"l¿tenas,
.1,- :inuiera
conceliui., q,r" los demás Grecia.
};,b.,fl :,0,?
inctuida se- ;úil;;;"',r:H ;t"*.ffit E s
.:t:?
t
Parece ser, según se desprende de numerosos datos, que du-
comú"n, n-eüilLente
disrinto de rlrilr:l rante el período del 399 al 375 nunca hubo, dentro del mundo
lÍ*,9^.J:^r,T.lé^r.J,"]r1i.,
vención de un Estado, por ro g""..ui-*á;;;";,."$,:r"""ff ta in¡
helénico, menos de 25 000 mercenarios en servicio activo, y que,
H:lT"' j:,J,:l ;:'": " ioner';;;?';.r;TJo?"rri::1"rTt",l;::"J:
taresdeaquér.rasreuf l*^i:i;s;.'üreros intereses particu; posteriormente, subió Ia cifra hasta los 50 000. Estas cantidades
dentada historia, v ahora, resultan enofines si se las compara con el bajo número de la po-
panfletos rsócrates-- "L!,i"-a""iu'.L ,"p.tiaas veces en sus blación total y si se advierte que los griegos solían alistarse como
"t
,^1 ry"I.1 de vengánzu,
p.opugu-ráir;* ffir acérrimo y elocuente de mercenarios bajo cualquier enseña, indiferentes a las considera-
como único camino para salvar
lu-ir"rarü;;I1;p"rio persa se imponía ciones .nacionales, cuando se trataba de encontrar empleo. El
.
nando a Ios griegos ün motivo q"" c.""iu d" lirilr*á,"irlotr"io-
-rri"rese siglo comenzó con la celebérrima expedición de ulos Diez Mil», el
Ios unos contra ros otros con r"r desistir de guerrear más famoso de todos los ejércitos tormado§ por mercenarios grie-
el^ ,r"i.á i" de enriquecer
público a base de los a.rpo¡or-á"-rá-á"á"a er erario gos, cuyas hazañas y penalidades en tierras anatolias, adonde
contar con territorios vencida o para poder habían ido a aúxiliar al hermano men"or del rey de Persia en su
.qui di"s", ;biü- a, Ios emigrantes. y eI
salvador, el hombre uu:á fracasado intento de hacerse con el trono, narró Jenofonte en
."v"
gran empresa era un déspofa "á"¿iriáil"rrrurÍa de cumptirse esra su Antibasis. El año 343 otros l0 000 griegos 000 de Tebas,
y -1
3 000 de Argos y 6 000 del Asia Menor- peleaban en el gjército
"" "*i,ru"j";;,;;;#o,,.r"ri .r,._
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con el que los persas recuperaron para su Imperio las tierras un remedo de lo que antaño había sido, en un simulacro de polis
de Egipto. en el que la conservación de muchos aspectos externos de la vida
Y no eran sólo los mercenarios los únicos griegos andarines ciudadana no podía ocultar en adelante que los griegos vivían, di-
de aquel entonces. También era muy elevada la cifra de los exiliados gámoslo con frase de Clemenceau, <(en la suave paz de la decaden-
políticos, aunque resulte imposible calcularla con aproximación. cia, aceptando todas las servidumbres que les sobreviniesenrr'
Es de suyo poco verosímil la referencia según la cual 20 000 de En esto también fue Atenas una vez más la excepción. Su
ellos se juntaron en los Juegos Olímpicos del año 324 al oir la pro- sistema político exigía de sus ciudadanos y de sus recursos finan-
mulgación del decreto de Alejandro que ordenaba a los Estados cieros extraordinaria habilidad política y una gran estabilidad; la
griegos aceptar el retorno de todos los exiliados; pero no hay razón pérdida del Imperio hizo que en muchas ocasiones se intensificara
para interpretar esta cifra como un ardid mediante el cual se esta demanda. No fue casual el que varios de sus más importantes
hiciese ver cuán grande era el número de los que de tal decreto dirigentes durante el siglo rv se distinguieran como expertos en las
habrían de beneficiarse. Aparte de que serían muchos más, proba- finanzas públicas, de las cuales se ocupa muy a menudo Demóste-
blemente, los desterrados que, establecidos en nuevos hogares, no nes en sus discursos politicos. Ahora bien, aquella actividad tan
tenían ya ningún deseo de volver a los antiguos. AsÍ, por'ejemplo, diplomática se concentraba sobre las zonas que bordean eI mar
en los días inmediatamente anteriores a la batalla de Queronea, el Negro, donde Atenas tenía que asegurarse y proteger sus vitales
corintio Timoleón, tras una espectacular campaña realizad,a para suministros de grano únicamente a base'de hábil diplomacia, pues-
limpiar Sicilia de tiranos, colonizó de nuevo a Siracusa, que había to que ya no dominaba imperialísticamente las rutas del Egeo- La
quedado muy vacía, dándole por pobladores voluntarios de la Gre-, prueba f,nal se la pusieron los macedonios y, tras años de com-
cia continental, de las islas y hasta del Asia Menor. Al parecer, prensibles dudas y debates, el demos ateniense decidió lanzarse a
respondieron a su llamada varias decenas.de millares, entre ellos la lucha por la independencia de la polis (que era lo mismo que
algunos exilados políticos, pero también un número no pequeño decir por la supervivencia de la polis) y casi alcanzaron el éxito.
de griegos corrientes que esperaban halla4 mejor nivel de vida. Fracasaron, y entonces vino el fin rápidamente, simbolizado en
Todo este movimiento, lo mismo que las constantes stasis, una única acción; la entrega, en 322, de Demóstenes y algunos de
eran señal de un fallo de la comunidad y, por tanto, de la polis. sus colegas a los macedonios para que éstos les ejecutasen.
Cuanto más precisada se veía ésta a tomár a sueldo gentés de Con todo, ni siquiera la Atenas del siglo rv estuvo libre de los
armas, menos capaces eran sus ciudadanos de soportar tal gasto, .
signos de la general decadencia. Los mismos comentaristas políti-
empobrecida sobre todo su economía rural, lo que les forzaba a cos contemporáneos daban mucha importancia al hecho de que
partir hacia otras tierras para poder vivit; y cuanto menos coflse- r
mientras a lo largo de todo el siglo v los dirigentes- políticos eran,
guían las ciudades mantener cierto equilibrio entre la minoría y la y se esperaba que fuesen, al mismo tiempo caudillos militares, de
mayoría, más iban siendo potrladas por advenedizos, ya fuesen éstos rnodo Que las figuras relevantes de la poiítica solían hallarse
emigrantes de condición libre llegados de otros países, o bien es. rle ordinario entre los diez estrategos (eligiéndose para desempe-
clavos emancipados (a los que podría llamarse metafóricamente ñar estos cargos a quienes gozaban de mayor predicafnento polí-
emigrantes libres venidos de dentro mismo), más iban menguandó lico, y no al revés); en cambio, en el-siglo rv se habían separado
el sentido comunitario, hasta perder toda realidad. Es peligrosa- las dos vertientes de la actividad pública, la civil y la militar. Los
mente equívoco usar en este contexto la palabra .decadencia»; tiene generales eran ahora soldados de profesión, la mayoría de ellos
resonancias de matiz biológico que resultan impropias y traen a, r
ir,icnos en absoluto a la política y sin ninguna influencia en ella,
la mente un conlinuo movimiento de descenso en todos los as. ¡rcostumbrados a menudo a servir a potencias extranjeras como
pectos de la civfftzación que es demostraUleÁente fáfro.-Si" capitanes de mercenarios lo mismo que si estuviesen sirviendo a
bargo, no hay posibilidad de,hurtarse a la evidencia; el siglo rv "*.
fue srr propia polis. Habia unos cuantos motivos para este cambio,
la época en que la polis griega decayó,,de varias formas, con ins" t.ntre ellos que las desproforcionadas finanzas del Estado habían
tantes en que se recuperaba y con heroicos momentos de lucha ntnnentado de volumen; pero, sea cual fuere la explicación, seme-
por salvarse, hasta llegar a convertirse, después de Alejandro, en jrrrrte desdoblamiento era perjudicial para la polis, pues significaba

9ü 9l

t
una fisura en la responsabilidad
de los miembros con respe
3';*J,1*Ylt 3,T' J:.1 -q1i " tu e"'- "I"l.oi' v ;;tri;b"'}', r autogobierna, por algo enteramente distinto. La conclusión a que
genera,es E" t'" ",, le llega es que la polis fue un brillante ideal, pero que requería
1iil:Jitl.ü,.:,tl5**lh::ift#;
;'fJii:#ilá"'31"i:0"'ou'" o!' tJot'i,olu.", mas ricos uü p",,
I
tan rara combinación de circunstancias materiales e instituciona-
lcs que nunca pudo llegar a realizarse por completo, sino sólo de
i,r,u.o"'üi"il;;á'::":tts v' en general, lot u*iá-r";;;i"r - manera aproximada y por tiempo muy breve; tuvo un pasado,
un huidizo presente y ningún futuro. En aquel raudo instante, sus
",itu.tt,.l^1ffi ff "ffili,:ü:,EJ? j§,"J*[#"_?:,i, miembros lograron alcanzar y perennizar en monumentos, como
;:lTirü,r"::f;'r: ,.:.'"ruir a ros'iriiu"to... de ra ley. Las dotac el hombre no Io ha hecho muchas veces en su historia, la grandeza
cle que la mente y el espíritu humano son capaces.
"r..i.iá*i"iii,i.,,lffi
rría ante todo porque ü:^.,fl.j,1.r."?#:ar?Ti::riX,l;t:
para poder dar duranteer tesoro'I""iáuuuu demasiado exhaus
tu.gor-p.lááá, pugu, regulares, precir
il^:"#,1"#"',:jj':H1,*":f k¿""^::'ll{?á,'r"'d.,",
poco satisráctorio a.r.,i,i.*l*H;i#fi?"¿H.
a tatta de patriorisTl:I";b;;;, fl?Aüfi ü
il"".;", cuates tueren tas_áusa i
el resulrado fue también
,r, pu..iái-rr-s'oue.brajamienro
ii-ti poti
É iiiti"i^,i'¡1,,u
L:'$:,.t í:TH ;ffisT:i;l,l{x.J}Jo ;

itri:-ñ r:
r Íaen iriu-"oi!
s en a3*á. irár" r, i¿i"?'r;"" f, i
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if tl"'
I.í;,"3Ii,3iX11?: l-:l
ni é" .i,"r,#'r# flX*Ti!'ÉI'L';ff - *'
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más tard á om¿
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Ia polis d.estruyéndola,
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cal de ur," comunrn,rjrll,:"::plazándola,.en su
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