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ESTUDIO JURÍDICO ABOGADOS & ASESORES

Exp. N.º : 1056-2011-31-0201-JR-PE-01


Especialista : Dra. Elena E. Mejia Oncoy.
Cuaderno : Principal
Escrito N.º : 01
Sumilla : Interpongo casación.

SEÑOR PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA PENAL DE APELACIONES


DEL DISTRITO JUDICIAL DE ÁNCASH

Flor Esperanza León López, en el proceso


penal por la presunta comisión del delito de
colusión, en supuesto agravio de la
Municipalidad Distrital de Pariacoto; ante Ud.
respetuosamente me presento y digo:

I. PRETENSIÓN CONCRETA DEL RECURSO DE CASACIÓN


Que, conforme con lo establecido en los artículos 413.º numeral 3, 414.º numeral 1
literal a), 427.º numeral 4, del Código Procesal Penal, y estando dentro del plazo que
franquea la Ley, interpongo recurso de casación contra la Resolución N.º 77, de fecha 12
de setiembre de 2019, que confirma la sentencia venida en grado, mediante la cual se me
condena como autora de la comisión del delito contra la Administración Pública, Delitos
Cometidos por Funcionarios Públicos, en la modalidad de Colusión, en agravio de la
Municipalidad Distrital de Pariacoto. Siendo mi pedido que sean elevados los actuados
ante la Sala Penal de la Corte Suprema y que en su debida oportunidad la Corte Suprema
de Justicia:

1. Declare fundado el recurso de casación para el desarrollo de doctrina


jurisprudencial –señalado en el artículo 427.º inciso 4 del Código Procesal Penal–
sobre los siguientes puntos:
a) La determinación de parámetros o criterios objetivos del dolo (conocimiento y
voluntad) en el delito de colusión, a fin de demostrar la responsabilidad penal de
una persona acusada de defraudación al Estado y concertación ilegal (artículo
384.º del Código Penal).
b) La determinación judicial diferenciada de la pena y reparación civil en los
delitos de colusión, conforme a la acreditada participación delictiva de cada uno
de los procesados.
c) La imputación de la concertación como elemento objetivo del tipo penal de
colusión implica que esta se encuentre debidamente delimitada en cuanto a las
personas que concertaron, el momento y la forma del encuentro colusorio; con la
finalidad de salvaguardar el derecho de defensa.
d) La debida motivación sobre las reglas de la lógica, de la ciencia o máximas de
la experiencia en el delito de colusión salvaguarda adecuadamente los derechos
constitucionales al debido proceso, a una adecuada motivación y a la presunción
de inocencia.

2. Declare la nulidad de las sentencias de primera (Resolución N.º 64 del 31 de enero


de 2019) y segunda instancia (Resolución N.º 77 del 12 de setiembre de 2019), en

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el extremo que resuelve condenar a la acusada Flor Esperanza León López (autor),
por el delito contra la Administración Pública, Delitos Cometidos por Funcionarios
Públicos en la modalidad de Colusión, en agravio de la Municipalidad Distrital de
Pariacoto, e imponerle una condena de 06 años de pena privativa de libertad e
inhabilitación por el mismo periodo, y, ordena el pago de una reparación civil
ascendente a S/ 1´000,000.00, de manera solidaria con el sentenciado Artemio Mejia
Ramos; o las revoque en el extremo impugnado, consecuentemente, se la absuelva
de la acusación fiscal y se declare infundada la reparación civil impuesta en su contra.

II. CAUSALES DEL RECURSO


De conformidad con lo dispuesto en cada uno de los incisos del artículo 429.º, es
objeto del presente recurso las siguientes causales:
1. Inobservancia de las garantías constitucionales de la presunción de inocencia, el
debido proceso y el derecho a la prueba, la adecuada motivación en la determinación
judicial de la pena y reparación civil, reconocidos en los artículos 2.º inciso 24 literal
e), y 139.º, incisos 3 y 5, de la Constitución Política.
2. Inobservancia del artículo 158.º inciso 3 del Código Procesal Penal que dispone los
requisitos indispensables para la aplicación de la prueba por indicios.
3. Indebida interpretación del artículo 384.º del Código Penal, respecto a la prueba de
la concertación para la configuración del tipo penal de colusión.
4. Manifiesta ilogicidad de la motivación de la resolución impugnada al referirse a la
concertación entre la sentenciada Flor Esperanza León López y la representante de
la empresa beneficiaria, sin la necesaria actividad probatoria que le da sustento.
5. La sentencia emitida por el Juzgado y la Sala Superior se aparta de la doctrina
jurisprudencial establecida por la Corte Suprema (Acuerdo Plenario N.º 1-2006/
ESV-22), al no observar las condiciones para fundar una sentencia condenatoria
basada en indicios.

III. JUSTIFICACIÓN DEL RECURSO


En cumplimiento estricto de lo prescrito en el inciso 3 del artículo 430.º del Código
Procesal Penal, justifico el objeto de cada una de las causales del presente recurso, así
como las razones para el desarrollo de la doctrina jurisprudencial:

A. Objeto del recurso


1. Fijar los parámetros o criterios objetivos del dolo (conocimiento y voluntad) en el
delito de colusión; con la finalidad de salvaguardar los principios constitucionales
del debido proceso, la presunción de inocencia, defensa y la proscripción de la
responsabilidad objetiva.
2. Fijar la imperatividad de lo preceptuado en el artículo 158.º inciso 3 del Código
Procesal Penal para sustentar una sentencia condenatoria basada en pruebas
indirectas.
3. Reiterar como elemento objetivo para la configuración del tipo penal de colusión, la
acreditación de la concertación.

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4. Fijar como presupuesto básico para la determinación de una condena por el delito de
colusión el convencimiento judicial sobre la concertación entre el funcionario o
servidor público y la representante de la empresa beneficiaria.
5. Reiterar el carácter obligatorio del Acuerdo Plenario N.º 1-2006/ ESV-22 que
dispone como precedente vinculante el cuarto fundamento jurídico del Recurso de
Nulidad N.° 1912-2005/Piura, sobre “Los presupuestos materiales de la prueba
indiciaria, necesarios para enervar la presunción constitucional de inocencia.”

B. Razones del desarrollo jurisprudencial


De conformidad con la Queja N.º 123-2010 La Libertad y la Casación N.º 165-2010
Lambayeque, cumplo con consignar las razones que justifican el desarrollo de la doctrina
jurisprudencial solicitada:
1. La determinación de parámetros o criterios objetivos del dolo (conocimiento y
voluntad) en el delito de colusión impedirán que los órganos jurisdiccionales solo
se basen en la acreditación de los elementos objetivos del tipo para determinar la
responsabilidad penal de una persona acusada de defraudación al Estado y
concertación ilegal (artículo 384.º del Código Penal).
2. La determinación judicial diferenciada de la pena y reparación civil en los delitos
de colusión, conforme a la acreditada participación delictiva de cada uno de los
procesados; permitirá establecer una sanción penal y civil de acuerdo con la gravedad
de los hechos cometidos, en observancia estricta de los principios de
proporcionalidad y responsabilidad personal.
3. La delimitación de las circunstancias que rodearon la concertación como elemento
objetivo del tipo penal de colusión; posibilitará una clara y precia imputación a favor
de un mejor ejercicio del derecho a la defensa.
4. La debida motivación sobre las reglas de la lógica, de la ciencia o máximas de la
experiencia en el delito de colusión tiene una gran trascendencia en el proceso penal,
pues al tratarse de un delito clandestino su principal fuente de probanza proviene de
la prueba indiciaria; de esa manera se garantizará adecuadamente los derechos
constitucionales al debido proceso, a una adecuada motivación y a la presunción de
inocencia.

IV. ADMISIBILIDAD EXTRAORDINARIA DE LA CASACIÓN


EXCEPCIONAL
1. El numeral 4) del artículo 427º del Código Procesal Penal del 2004 establece que:
Excepcionalmente, será procedente el recurso de Casación en casos “distintos” de los
arriba mencionados, cuando la Sala Penal de la Corte Suprema, “discrecionalmente”
lo considere necesario para el desarrollo de la doctrina jurisprudencial.
2. Es de precisar que el criterio de admisibilidad que fija la norma procesal penal para
la Casación Excepcional, atiende a criterios distintos a los fijados para el Recurso de
Casación Penal Material, Procesal Penal y Constitucional. Puesto que “el juicio de
admisibilidad” del recurso de Casación Excepcional, se monopoliza en virtud del la
discrecionalidad de la Sala Penal del Tribunal Supremo.
3. En atención a que la Casación es un medio de impugnación extraordinario, que
produce los efectos devolutivos no suspensivos y extensivos en lo favorable, la Sala

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Penal Superior, sin atender a los criterios de admisibilidad de la Casación Ordinaria,


observará: 1) La fundamentación y el contenido casacional y 2) Que no exista
precedente jurisprudencial establecido.
4. Consecuentemente, la Sala Superior, elevará los actuados a la Sala Penal Suprema,
para que esta, finalmente, determine la viabilidad de la Casación Excepcional.

V. PROCEDENCIA DEL RECURSO DE CASACIÓN EXCEPCIONAL


1. Teniendo en cuenta la particularidad de la prueba indiciaria dentro del Código
Procesal Penal, considero de vital importancia que Vuestra Excelentísima Sala le
otorgue importancia jurisprudencial a los temas planteados. Una figura jurídica
especial dentro de una nueva normativa procesal, requiere no solo de un adecuado
tratamiento sino de parámetros objetivos que guíen a las Salas para poder alcanzar el
objetivo fijado con este cambio normativo procesal.
2. Vemos la necesidad de enfrentar el cambio normativo a través de precisiones
otorgadas por la jurisprudencia, precisiones que al plantearse dentro de un visto
común sentarían las bases para una adecuada utilización de las figuras jurídicas, en
consecuencia, alcanzaríamos el objetivo que contiene nuestro Código Procesal Penal:
celeridad en el proceso y garantizar los derechos.
3. Concordar es una herramienta que emana de un órgano Supremo, mediante el cual
se dictaminan las bases para cubrir los vacíos o malas interpretaciones que sentarían
lineamientos únicos permitiendo una adecuada aplicación normativa procesal.

VI. FUNDAMENTO DE LA CASACIÓN EXCEPCIONAL


El Nuevo Código Procesal Penal divide a la casación excepcional en dos vertientes:
por un lado, garantizar la debida o correcta interpretación del Derecho Penal y Procesal
Penal –tutela de derecho objetivo, como base de la justicia– y, por otro, asegurar la unidad
en la interpretación y aplicación del Derecho Penal y Procesal Penal, así como es el
afirmar la unidad jurídica como base de la seguridad jurídica.
Es en base a dichos aspectos que sustentaremos el presente recurso:

A. Inobservancia de garantías constitucionales


§ La presunción de inocencia como límite a la actividad probatoria
1. En el presente caso, sale a la luz la problemática de la presente casación excepcional:
La determinación de los parámetros o criterios objetivos del dolo (conocimiento y
voluntad) en el delito de colusión.
2. En tal sentido, la ilustre Sala Penal de la Corte Suprema, en atención a los criterios
de unificación de la interpretación normativa y como órgano máximo del Poder
Judicial, deberá crear y/o fijar los criterios normativos a fin de determinar de manera
más próxima, una línea jurisprudencial como precedente para la resolución de
conflictos posteriores y determinar: “Si es posible prescindir del análisis del
elemento subjetivo (dolo) en una sentencia condenatoria, que evidenciaría de
manera fehaciente la intención de defraudar al Estado o entidad u organismo del
Estado en los procesos penales por delito de colusión”.
3. Lo anterior se fundamenta en la Resolución N.º 64, de fecha 31 de enero de 2019,
emitida por el Cuarto Juzgado Penal Unipersonal Especializado en Delitos

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Corrupción de Funcionarios, que en un primer momento señaló que: “4.127. […] la


acusada Flor Esperanza León López, que en este caso específico tenía la función de
jefa de abastecimiento, era el órgano de contrataciones de la entidad, como tal esta
sabía pues de sus obligaciones y además de que debía efectuar el cumplimiento de
la norma de Contrataciones del Estado y no participar respecto a los actos
concretos que ha imputado el Ministerio Publico”; para luego concluir que: “4.131.
RESPECTO A LA TIPICIDAD SUBJETIVA.- Se tiene acreditado en autos, a
partir de los hechos exteriorizados por los acusados, que éstos actuaron con
conciencia y voluntad de querer hacer la conducta típica, debido a que por la
relación del cargo, por la experiencia de los mismos, además de conocer de sus
obligaciones y de las prohibiciones respecto al manejo de la cosa pública, estos
concertaron para defraudar patrimonialmente al Estado; lo que queda acreditado,
a partir de la verificación de éstos actos exteriorizados y que han sido acreditados
en autos en el presente juicio oral”. En ese mismo sentido, la Primera Sala Penal de
Apelaciones de la Corte Superior de Áncash, mediante la Resolución N.º 77
(considerando 46), de fecha 12 de setiembre de 2019, ha concluido que: “de ese modo
habría coadyuvado en la defraudación a la entidad agraviada […], incumpliendo
así lo establecido en los artículos 63 y 64 del Reglamento de Organización y
Funciones y del Manual de Organización y Funciones de la Municipalidad, corriente
a fojas 723 del expediente judicial, entre otras irregularidades más en las que ha
incurrido” [Negritas agregadas].
4. Ahora bien, uno de los problemas de fondo, de la presente casación excepcional, es
que actualmente la regulación penal nacional, adolece de falta de criterios objetivos
que determinen fehacientemente la determinación del conocimiento y voluntad
para defraudar, que exige el elemento subjetivo dolo en el delito de colusión; pues
no basta señalar el simple conocimiento de la Ley de Contrataciones del Estado, su
reglamento y demás normas internas de la respectiva entidad pública para colegir una
actuación dolosa en la concertación con fines defraudatorios. De lo contrario, la
exigencia del dolo en el delito de colusión solo se ceñiría a la calidad de funcionario
o servidor público y la presunción del conocimiento de las normas jurídicas que
regulan la actividad funcionarial, mas no en los elementos del tipo objetivo
(concertación y defraudación), situación que se aleja del sistema garantista del
Derecho Penal y vulnera el principio de presunción de inocencia.
5. En virtud del derecho a la presunción de inocencia reconocido en el literal e, inciso
24 del artículo 2.º de la Constitución, y el artículo 8.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, toda persona es considerada inocente mientras no se haya
declarado judicialmente su responsabilidad. Al constituir una presunción iuris
tantum, la presunción de inocencia puede ser desvirtuada o destruida mediante una
mínima actividad probatoria, la cual no se ha llevado a cabo en el presente proceso
penal, por cuanto no se acreditó el dolo con el que habría actuado la sentenciada;
pero pese a ello, el a quo emitió una sentencia condenatoria, la cual fue confirmado
por el ad quem; basado en la presunción que la imputada, en su calidad de jefa de
abastecimiento de la Municipalidad Distrital de Pariacoto, tenía un conocimiento
pleno acerca de los parámetros normativos administrativos correspondientes a las
contrataciones y las funciones propias del referido cargo. Afirmación que a todas
luces vulnera los derechos constitucionales a la dignidad, la presunción de inocencia,
y contraviene los principios del debido proceso, legalidad (tipicidad) y pro homine.

§ El debido proceso y el derecho a la prueba

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6. En el cuadragésimo cuarto considerando de la sentencia de vista, el ad quem ha


señalado lo siguiente: “Así también la defensa técnica de la sentenciada Flor
Esperanza León López, postula, porque esta en su defensa habría sostenido que las
firmas que aparecen en los documentos incriminatorios, los suscribió con
posterioridad, es decir en el mes de noviembre de 2009, luego que Contraloría
General de la República vino a realizar un examen especial, es más ha señalado que
lo firmó a pedido del alcalde de entonces, su coacusado Artemio Mejía Ramos. Al
respecto, este colegiado considera que lo manifestado son meros argumentos de
defensa, con la única finalidad de evadir su responsabilidad, por cuanto es sabido
que en la administración pública cada fin de año se hace un informe anual, de todo
lo ejecutado y para ello la documentación debe estar en orden, aunado a ello de que
no existe soporte fáctico – objetivo respecto a dicho argumento de defensa, no
siendo de recibo lo vertido por la recurrente”.
7. El Tribunal de Instancia arribó a dicha conclusión errónea al haber omitido analizar
en su real dimensión los medios probatorios obrantes en autos, pues de lo contrario
habría advertido que todo el proceso para la adquisición del camión volquete,
cargador frontal y camioneta fue llevado a cabo de manera directa y exclusiva por
el exalcalde Artemio Mejia Ramos; tal como se apreciará a continuación:
a) Examen testimonial de Pedro Maximo Reyes Dominguez (regidor de la
Municipalidad Distrital de Pariacoto, periodo 2007-2010), quien señaló: “… el
alcalde continuo en la parte administrativa para la adquisición del volquete,
nosotros le dimos amplio poder al alcalde para que haga lo que se pueda porque
necesitábamos un volquete, las maquinarias eran urgentes para el municipio,
también se adquirió un cargador frontal y una camioneta 4x4, […] el concejo
acordó comprar pero todas las adquisiciones ha hecho la parte administrativa,
en la sesión de concejo 18 de octubre del 2007 se acordó adquirir un volquete y
el 14 de noviembre se acordó adquirir un cargador frontal y una camioneta 4x4,
[…] nos llama el 14 de noviembre para acordar la compra del cargador y la
camioneta pero ya esa máquina ya había estado facturada con anticipación el
11 de noviembre, ósea prácticamente nos llamó para formalizar su compra”
(numeral 3.8 de la sentencia). [Negritas agregadas].
b) Examen testimonial de Hewustem Nicolas Coral Poma (regidor de la
Municipalidad Distrital de Pariacoto, periodo 2007-2010), quien refririó: “…
había necesidad de adquirir maquinarias porque había desabastecimiento de
materiales y el motivo de adquisición de manera rápida fue por el atraso de las
obras; se le otorgo amplio poder al señor ARTEMIO MEJIA RAMOS que haga
la compra previo los trámites pertinentes eso se le dijo” (numeral 3.9 de la
sentencia). [Negritas agregadas].
c) Examen testimonial de Judith Estela Garcia Figueroa de Loyola (regidor de la
Municipalidad Distrital de Pariacoto, periodo 2007-2011), quien manifestó: “…
la compra del volquete se dio por medio de una compra directa y creo que el
señor alcalde tenía conocimiento que una empresa Equipamiento Municipal
daba ese tipo de venta en forma directa […], del proceso de la adqui[sición]
desconozco porque ya el alcalde fue quien se encargó de eso, cuando yo estaba
laborando en la mencionada municipalidad se adquirió un cargador frontal y una
camioneta 4x4, hubo una reunión de consejo para adquirir la maquinaria pero
eso fue después que ya se había comprado” (numeral 3.10 de la sentencia).
[Negritas agregadas].

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d) Acta de Sesión Extraordinaria (Acuerdo de Consejo), de fecha 18 de octubre de


2007, se consigna “el pleno del concejo acordó declarar en estado de emergencia
y desabastecimiento de transporte, asimismo acordaron previo las trámites
pertinentes OTORGAR amplio poder al señor alcalde a fin de concretice la
adquisición de un volquete a la brevedad posible y se deje abierto la posibilidad
de adquirir una cargador frontal y una camioneta” (numeral 3.16.2 de la
sentencia). [Negritas agregadas].
e) Publicación del Acuerdo de Consejo en el diario El Peruano el 24 de octubre de
2007, suscrito por el imputado Artemio Mejia Ramos. En su contenido se
menciona: “se acuerda exonerar del proceso de selección la adquisición de un
(01) volquete de 12 a 15 m3 de capacidad y 360HP, un (01) cargador frontal de
120 HP, una (01) camioneta rural y la construcción de obras (relleno sanitario,
tratamiento de aguas servidas, centros de salud, centros educativos, vías de
acceso y canales de regadío) hasta por la suma de S/.1’550,000.00 (Un Millón
Quinientos Cincuenta Mil y 00/100 Nuevos Soles], encargándose a la Oficina de
Administración de la Municipalidad dicha adquisición, autorizando amplia y
suficientemente al Alcalde para que realice todos y cada uno de las gestiones y
trámites, conducentes a la formalización y ejecución del referido acuerdo”
(numeral 4.47 de la sentencia). [Negritas agregadas].
La información brindada por los órganos de prueba y las documentales actuadas en
juicio oral concuerdan con las versiones dadas por los propios sentenciados, como se
verá a continuación:
a) Artemio Mejia Ramos (alcalde de la Municipalidad Distrital de Pariacoto,
periodo 2007-2010) afirmó: “… me otorgan el poder y el trámite dura 6 días del
18 al 24 de octubre, para finiquitar las compras de las tres unidades, […] en la
primera cotización no intervino la empresa Equipamiento Municipal tampoco
en la segunda cotización, nos contactamos con cuatro varones y solo ellos nos
atendieron, […], la empresa Equipamiento Municipal presento un documento a
la municipalidad por mesa de partes, yo firme el contrato y estos documentos
los envió para que lo regularicen y de ese modo se obtiene el contrato” (numeral
3.21 de la sentencia). [Negritas agregadas].
b) Flor Esperanza León López (jefa de abastecimiento de la Municipalidad
Distrital de Pariacoto, periodo 2007-2010) señaló: “… mediante acuerdo de
concejo se decidió la compra de las maquinarias […] quiero precisar que para
ninguna de las compras he elaborado documentación, ya que dicha
documentación recién se regularizó en el mes de noviembre en el año 2009
cuando llego la Contraloría y ya lo trajeron todo listo y al persona que me trajo
los papeles para firmar en mi casa fue TITO DAMIÁN GARCÍA BAUTISTA que
era el almacenero ya que yo había dado a luz y estaba con licencia por
maternidad, […] yo he firmado porque confié en el alcalde y los regidores, ya
que pensaba que todo el trámite estaba bien hecho y también firme porque tenía
miedo que me retiraran del trabajo, el pago lo hizo el tesorero yo nunca he tenido
intervención en el tema de los pagos, la documentación la trajeron lista yo no
hice ningún tipo de documentación” (numeral 3.23 de la sentencia). [Negritas
agregadas].
8. De esta manera, de los propios medios de prueba actuados en juicio, ha quedado
acreditado de manera fehaciente que la procesada Flor Esperanza León López,
quien se desempeñaba como Jefe de Abastecimiento de la Municipalidad Distrital de

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Pariacoto, no ha intervenido directa ni indirectamente en el proceso de compra


de las tres maquinarias (volquete, cargador frontal y camioneta), ni mucho menos
coordinó o se comunicó con la empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC para
la adquisición de los mismos. Los documentos que supuestamente la incriminan
–que para el Ministerio Público y el órgano judicial constituye prueba idónea de la
comisión del delito materia de condena–, los suscribió con posterioridad, a partir
de la orden que le impartió el exalcalde de la Municipalidad, quien era su jefe
inmediato superior. Ahora bien, su reiterada negación de haber formulado dichas
instrumentales se corrobora con lo determinado por la Sala Penal en considerando
trigésimo noveno considerando de la sentencia de vista, al deducir lo siguiente: “…
al final es dicha empresa quien se encarga de la elaboración de la documentación
necesaria para realizar dichas compras, situación que no ha sido desvirtuada por
los ahora sentenciados durante todo el proceso”.
9. En consecuencia, de los argumentos esbozados, supra, se colige que en el presente
caso no se apreció correctamente la prueba; pues de lo contrario se habría
advertido que las sindicaciones en su contra por la presunta comisión del delito de
colusión se desvirtuaron en su totalidad, al no haberse acreditado vinculación alguna
o contacto siquiera entre la jefa de abastecimiento y los agentes privados. Siendo ello
así, no se ha logrado desvirtuar la presunción de inocencia que la ampara; en
consecuencia, debe ser absuelta de la acusación fiscal.

§ La motivación y la determinación judicial de la pena y reparación civil


6. En mérito a los presupuestos establecidos en el artículo 45.° del Código Penal, el a
quo ha establecido que a “los acusados ARTEMIO MEJÍA RAMOS Y FLOR
ESPERANZA LEÓN LÓPEZ, se les debe imponer pena privativa de libertad de
SEIS AÑOS por el delito de Colusión” (numeral 5.7 de la sentencia), no obstante
haber determinado, en los considerandos 4.123 y 4.126 de la resolución impugnada,
que la participación delictiva de ambos fue de manera distinta en los planos
cualitativo (cargos de alcalde y jefe de abastecimiento) y cuantitativo (19 actos
concretos frente a 05); situación que tampoco se ha tomado en cuenta al momento de
establecer la reparación civil.
7. De ese modo, se evidencia una clara inobservancia a la jurisprudencia emitida por la
Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República respecto a
que “la determinación judicial de la pena debe ser producto de una decisión
debidamente razonada y ponderada, ajena de toda consideración subjetiva”[1], como
se detalla a continuación:
a) El Recurso de Nulidad N.º 1969 – 2016 Lima Norte (considerando décimo
octavo), donde estableció que “… en la determinación judicial de la pena
convergen, básicamente, tres tipos de intereses: i) Dignidad personal, ii) Entidad
del injusto cometido, y iii) Grado de responsabilidad atribuible al autor. Estos
factores son inescindibles en el juicio punitivo y su combinación adecuada
arrojará una pena razonable y proporcional”.
b) El Recurso de Nulidad N.º 2025-2018 Lima Norte (considerando séptimo),
donde dispuso que “…en el contexto de la individualización de la pena concreta,
es preciso tener en cuenta no solo las circunstancias personales del agente
delictivo, sino también la mayor o menor gravedad del injusto cometido. Es

[1]
Segunda Sala Penal Transitoria – CSJR. Recurso de Nulidad N.° 502-2017 Callao. F. J. 14.

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importante señalar que la gravedad del hecho no está referida a la gravedad del
delito, toda vez que esta última ha sido contemplada por el legislador al momento
de fijar la pena abstracta, en el marco de la criminalización primaria”.
c) El Recurso de Nulidad N.º 468-2017 Lima (considerando vigésimo tercero),
donde estableció que “… las exigencias que determinan la dosificación de la pena
no se agotan en el principio de culpabilidad, sino que, además, se considera el
principio de proporcionalidad (contemplado en el artículo VIII del Título
Preliminar del Código Penal), límite al ius puniendi, que procura la
correspondencia entre el injusto cometido y la pena a imponerse; y, en rigor,
deben perseguir los fines que persigue la pena –preventiva, protectora y
resocializadora-, conforme lo prevé el artículo 5, numeral 6, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, recogido en los numerales 21 y 22 del
artículo 139 de la Constitución Política del Estado y en el artículo IX del Título
Preliminar del Código Penal”.
8. En consecuencia, la pena de seis años de pena privativa de libertad impuesta a la
sentenciada no resulta justificada conforme a ley, pues si bien el Código Penal tiene
reglada los criterios de determinación de la pena con los parámetros establecidos en
el artículo 46.º, el a quo no ha señalado las razones para fijar la pena casi al extremo
máximo del tercio inferior de la pena (3 a 7 años) y mucho menos por qué le
corresponde una pena igual al de su coacusado. Asimismo, no ha fundado su decisión
punitiva en el marco de los principios de humanidad y proporcionalidad de las penas,
lo cual significa un grave atentado a la dignidad de la persona.
9. Cabe precisar que los argumentos señalados en el considerando 5,5, in fine, de la
sentencia referidos a “que se ha causado agravio al Estado, causando además de
detrimento económico a este, además de la pérdida de confianza de la población en
su organización estatal, en sus autoridades y funcionarios, desacreditándose el
sistema social y democrático, al infringir sus deberes”; no son válidos para fundar
una pena concreta, pues tales criterios están referidos a la gravedad del delito (los
mismos que se tomaron en cuenta para establecer la pena abstracta), mas no a la
gravedad del hecho presuntamente cometido.
10. Ahora bien, en cuanto a la reparación civil, debemos tener presente que, conforme
con los artículos 92.º y 93.º del Código Penal, la misma busca el resarcimiento del
daño ocasionado a la víctima que comprende la restitución del bien materia del delito,
cuando es posible, o de su valor y el pago de los daños y perjuicios que se hayan
producido como consecuencia del accionar del sujeto activo. Esta última
circunstancia no se ha tomado en cuenta en el presente caso, dado que en el
considerando vigésimo segundo de la sentencia de vista se dejó establecido lo
siguiente: “… se advierte de manera muy clara la participación activa del
sentenciado Artemio Mejía Ramos concertando con la empresa Equipamiento
Municipal del Perú SAC para el desarrollo de todos los hechos denunciados y de
ésta forma perjudicar económicamente a la municipalidad agraviada a quién
representaba a la fecha de los hechos, ya que tenía la condición de alcalde, perjuicio
que se dio mediante la adquisición de maquinarias sobrevaluadas o sobrevaloradas,
así mismo la sentenciada Flor Esperanza León López, quién tuvo el cargo de Jefe de
Abastecimientos de la entidad agraviada igualmente tuvo participación activa en el
desarrollo de los hechos, conforme a los roles que le tocó desempeñar…”.
11. Entonces, de los propios hechos imputados a los sentenciados, se puede colegir que
el único que habría concertado con la empresa beneficiada a fin de perjudicar a la

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entidad edil mediante la adquisición de maquinarias sobrevaloradas fue el acusado


Artemio Mejía Ramos, pues la recurrente Flor Esperanza León López solo intervino
en los hechos conforme a sus roles en el cargo de jefe de abastecimiento, los cuales
solo pueden tener connotación administrativa, mas no penal.

B. Inobservancia de normas procesales: Requisitos o condiciones de la prueba


indiciaria
10. La Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Áncash, en el
considerando cuadragésimo segundo de la Resolución N.º 77, de fecha 12 de
setiembre de 2019, concluye señalando lo siguiente:
“De lo expuesto se tiene que los indicios se encuentran probados, son plurales,
concordantes y convergentes, en cuanto a los dos hechos que se atribuye a los
acusados recurrentes; asimismo, no se presentan contraindicios, es decir la
hipótesis acusatoria no ha sido refutada ni directa ni indirectamente por parte de los
ahora sentenciados, teniéndose solo la negación de éstos de los cargos atribuidos,
sin ninguna explicación lógica y ante las alegaciones expuestas en sus recursos de
apelación se advierte que la tesis defensiva que postulan cada uno de ellos no se
condice con los medios de prueba que se observan en autos, ya que se advierte de
manera muy clara la participación activa del sentenciado Artemio Mejía Ramos
concertando con la empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC para el
desarrollo de todos los hechos denunciados y de ésta forma perjudicar
económicamente a la municipalidad agraviada a quién representaba a la fecha de
los hechos, ya que tenía la condición de alcalde, perjuicio que se dio mediante la
adquisición de maquinarias sobrevaluadas o sobrevaloradas, así mismo la
sentenciada Flor Esperanza León López, quién tuvo el cargo de Jefe de
Abastecimientos de la entidad agraviada igualmente tuvo participación activa en
el desarrollo de los hechos, conforme a los roles que le tocó desempeñar, conforme
se ha explicitado precedentemente, habiéndose aplicado correctamente las reglas de
valoración establecidos en el artículo 158º numeral 3) del Código Procesal Penal.
11. Ahora bien, el Cuarto Juzgado Penal Unipersonal Especializado en Delitos de
Corrupción de Funcionarios, a través de la Resolución N.º 64 (considerando 4.126),
de fecha 31 de enero de 2019, se ha referido a cada uno de los indicios acreditados
con las pruebas actuadas en juicio oral que determinarían la participación activa de
la procesada Flor Esperanza León López en el desarrollo de los hechos materia de
denuncia:
“a) Elaboró, conjuntamente con el denunciado ARTEMIO MEJIA RAMOS, las
ORDENES DE COMPRA - GUÍA DE INTERNAMIENTO por la irregular
adquisición del VOLQUETE, CARGADOR FRONTAL y CAMIONETA, inclusive
ANTES DE OTORGAR LA BUENA PRO. En cuanto al Cargador Frontal, NO
OBSERVÓ que dicha adquisición, en el momento de girar las órdenes de compra,
NO ESTABA INCLUIDA en el Plan Anual de Adquisiciones de la entidad; luego,
respecto a la camioneta, NO OBSERVÓ que dicha adquisición estaba legalmente
PROHIBIDA.
b) SOLICITÓ la aprobación de las BASES ADMINISTRATIVAS para la adquisición
de los bienes, que, como se ha dicho, se elaboraron utilizando documentos falsos.
c) OTORGÓ la BUENA PRO a la empresa EQUIPAMIENTO MUNICIPAL DEL
PERÚ S.A.C., aun cuando los bienes ofertados con dicha empresa NO CUMPLÍAN

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CON LOS REQUERIMIENTOS TÉCNICOS, introduciendo información falsa en los


cuadros de evaluación. Lo que es más en el caso del cargador frontal y la camioneta,
otorgó ¡a buena pro sin contar con la propuesta técnica ni económica.
d) ELABORÓ el INFORME N° 005-2007-UUMDP, solicitando al denunciado
ARTEMIO MEJIA RAMOS, Alcalde de la MUNICIPALIDAD la modificación del
Plan Anual de Adquisiciones y Contrataciones a fin de efectuar las inclusiones de
las adquisiciones del cargador frontal y la camioneta 4x4, a fin de REGULARIZAR
las adquisiciones realizadas.
e) VIAJÓ a la ciudad de Lima conjuntamente con el denunciado ARTEMIO MEJÌA
RAMOS y los regidores denunciados, a ADQUIRIR EL VOLQUETE, viaje que
efectuó en las fechas del 29 y 30 de octubre del 2007, cobrando viáticos por ello.”
12. Para la valorización de la prueba por indicios, el numeral 3 del artículo 158.º del
Código Procesal Penal ha establecido los siguientes requisitos:
a) Que el indicio esté probado.
b) Que la inferencia esté basada en las reglas de la lógica, la ciencia o la experiencia.
c) Que cuando se trate de indicios contingentes, estos sean plurales, concordantes y
convergentes, así como que no se presenten contraindicios consistentes.
13. El primer requisito se cumpliría con la existencia de cada uno de los documentos
suscritos por la procesada, los cuales evidenciarían irregularidades en el proceso de
adquisición del volquete, cargador frontal y camioneta. En base a dicha premisa
fáctica el ad quem llega a la conclusión que la sentenciada Flor Esperanza León
López “tuvo participación activa en el desarrollo de los hechos”. Sin embargo, la
Sala Penal no explica el razonamiento lógico, regla de la ciencia o experiencia
que le permite inferir dicha conclusión; lo que conlleva a una falta de motivación
interna del razonamiento.
14. Entonces, siendo evidente la carencia del segundo requisito para la correcta y debida
valorización de la prueba por indicios, se debe producir indefectiblemente la
consecuencia jurídica establecida por el Tribunal Constitucional, mediante la STC
00728-2008-PHC/TC Lima (fundamento vigésimo noveno):
“... se aprecia que la Sala Penal Suprema sustentó la sentencia condenatoria sobre
la base de la prueba indirecta (prueba por indicios); sin embargo, resulta evidente
que no ha explicitado o exteriorizado dicho razonamiento lógico, esto es, no ha
explicitado qué regla de la lógica, qué máxima de la experiencia o qué conocimiento
científico le ha motivado dicha conclusión. No ha motivado debidamente el
procedimiento de la prueba indiciaria. En consecuencia, al no haber obrado de ese
modo, la sentencia (ejecutoria suprema) resulta una vez más arbitraria y, por tanto,
inconstitucional. ¿Es constitucional sustentar una condena en base a la prueba
indiciaria si en la sentencia no se explicita el procedimiento del razonamiento lógico
que le permitió llegar a la conclusión? Definitivamente, la respuesta es no. Es, pues,
incorrecto que se señale solo el hecho consecuencia y falte el hecho base y más aún
que falte el enlace o razonamiento deductivo.” [Negritas agregadas].

C. Errónea interpretación de la ley penal: La concertación como elemento objetivo


del tipo penal

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15. Tal como se encontraba establecido el delito de colusión en el artículo 384.º del
Código Penal vigente a la fecha de la ocurrencia de los hechos materia de acusación,
el núcleo del injusto penal está constituido por la defraudación al Estado
mediante el acuerdo colusorio, que implica un pacto ilegal entre el particular
interesado y el agente público que representa los intereses contractuales del Estado.
En ese sentido, la Segunda Sala Penal Transitoria de Justicia de la Corte Suprema de
Justicia, mediante el Recurso de Nulidad N.° 1842-2016 Lima (fundamento décimo
quinto), ha dejado bien establecido que el delito de colusión: “Exige que el
funcionario defraude al Estado concertándose fuera de la ley con los interesados
en los contratos que lleva a cabo por razones funcionales, la concertación constituye
la fuente generadora del riesgo y el medio comisivo de la conducta incriminada, no
siendo posible una concertación mediante una omisión al requerir dichos actos de
ciertas maniobras a ejecutar por parte del sujeto activo” [negritas agregadas].
16. Al respecto, en el fundamento cuadragésimo quinto de la sentencia de vista
impugnada se señala lo siguiente: “… en la parte de la valoración de pruebas por
indicios se ha narrado ampliamente su participación en los hechos materia de
proceso ya que en su condición de Jefa de Abastecimientos para la compra del
camión volquete, remitió al alcalde las Bases Administrativas para su aprobación y
otorgó la buena pro a la empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC, sin que su
propuesta técnica y económica cumpla con las especificaciones técnicas
establecidas en las bases, por lo que de ese modo habría coadyuvado en la
defraudación a la entidad agraviada, habiendo sucedido lo mismo en la adquisición
del cargador frontal y la camioneta 4X4 al haber otorgado la buena pro a la empresa
antes referida antes de la elaboración y aprobación de las bases administrativas,
antes de la invitación y presentación de la propuesta técnica – económica,
incumpliendo así lo establecido en los artículos 63 y 64 del Reglamento de
organización y funciones y del Manual de Organización y Funciones de la
Municipalidad, corriente a fojas 723 del expediente judicial, entre otras
irregularidades más en las que ha incurrido”. [Negritas agregadas].
17. De esta manera, tanto la primera como segunda instancia reconocieron –en base a la
valoración de la prueba indiciaria– que la procesada “tuvo una participación activa
en desarrollo de los hechos” por lo que “habría coadyuvado en la defraudación a la
entidad agraviada”; sin embargo, dichas conclusiones resultan insuficientes –hasta
irrelevantes– para determinar la responsabilidad penal de la procesada Flor
Esperanza León López en la comisión del delito de colusión, pues para que ello
ocurra debió acreditarse su intervención en la concertación ilegal, y no solo
plantear una posible intromisión en la defraudación (“habría coadyuvado”), que,
por cierto, contraviene el principio de certeza necesario para imponer una condena.
18. La colusión ilegal es un delito de participación necesaria cuya construcción no debe
girar en la mera constatación o verificación de irregularidades en operaciones
contractuales, sino que, a partir del tipo penal y la jurisprudencia, necesariamente se
requiere de una defraudación producto de una concertación ilícita. En el caso de
autos, no se delimitó –ni mucho menos acreditó– con quien o quienes se habría
concertado la sentenciada, en qué momento y en qué consistió el encuentro colusorio,
solo se hace una referencia genérica de hechos; situación que vulneró el derecho de
defensa de la procesada por cuanto, la estrategia de defensa debe realizarse en
concordancia con la imputación, que requiere ser clara, precisa y exhaustiva.

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19. En consecuencia, tomando en cuenta que la sentencia judicial de condena ha de ser


fiel reflejo de la debida contrastación probatoria de cada uno de los componentes de
la estructuración típica del delito por el cual se está acusando y al no existir evidencia
que acredite una posible concertación entre la procesada Flor Esperanza León López
–coautora del delito de colusión– y la representante de la empresa Equipamiento
Municipal del Perú SAC se deberá absolver a la impugnante al no existir indicios
suficientes que permitan vincular a los citados encausados con el ilícito penal de
colusión.

D. Ilogicidad de la motivación
20. Tanto en la sentencia de primera instancia como de vista se ha producido un defecto
constitucional de motivación desde el alcance del tipo delictivo de colusión, pues se
obvió la referencia a la concertación entre la sentenciada Flor Esperanza León
López y la representante de la empresa beneficiaria, y a la necesaria actividad
probatoria que le da sustento.
21. La Primera Sala Penal, en el considerando vigésimo séptimo, in fine, de la resolución
recurrida, ha señalado que: “Mediante Oficio N° 254-2009/MDP/A del 09 de
diciembre del 2009, ARTEMIO MEJIA RAMOS informó a la Comisión de Control
de la Controlaría General de la República (en adelante LA COMISIÓN), que tomó
conocimiento de la existencia de la empresa Equipamiento Municipal del Perú
S.A.C. a consecuencia de la carta sin número que se presentó en mesa de partes de
la municipalidad a mediados del mes de octubre del 2007 (actuado en Juicio Oral –
Audiencia de fecha 10OCT2018)”. En mérito a tal información y la existencia de
diversas irregularidades advertidas en el proceso contractual, de manera reiterada, el
a quo y ad quem han determinado la existencia de “una concertación ilegal entre el
alcalde de la Municipalidad agraviada ahora sentenciado Artemio Mejía Ramos con
los representantes de la empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC”
(considerandos 28, 35, 42 de la sentencia de vista).
22. Sin embargo, respecto a la procesada Flor Esperanza León López no se brinda
ninguna información que permita colegir que ella participó de dicha concertación.
En efecto, en autos solo existe el cargo formulado por el representante del Ministerio
Público, mas no instrumento probatorio o indicio alguno que acredite que la referida
sentenciada se haya coludido de manera ilegal con los representantes de la empresa
proveedora, ni mucho menos que haya defraudado a la municipalidad agraviada. El
órgano colegiado deduce su “participación activa en el desarrollo de los hechos”,
sin precisar los mismos; además concluye que “habría coadyuvado en la
defraudación a la entidad agraviada” por incumplir con sus funciones establecidas
en los artículos 63.º y 64.º del ROF y MOF de la Municipalidad Distrital de Pariacoto.
Bajo este contexto, su conducta puede ser calificada de negligente, constitutivo
tal vez de un acto de carácter administrativo sancionador, y no como
contributiva del delito colusorio.
23. Aunado a ello, se debe recalcar que el juzgador y el colegiado superior, al momento
de condenarla, no han tomado en cuenta su negativa uniforme, brindada durante todo
el proceso penal, de haber participado en la redacción de los documentos
incriminatorios, los cuales fueron suscritos con posterioridad (noviembre de 2009),
y a pedido del propio alcalde de entonces, su coacusado Mejia Ramos Artemio.
Atribuirle responsabilidad penal a la recurrente por ese solo hecho, sería negar el
principio de confianza que impera en todas las relaciones contractuales de

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subordinación, pues ella actuó de buena fe, bajo la firme convicción que los
documentos suscritos permitirían subsanar o regularizar las deficiencias detectadas
por la Contraloría General de la República en la adquisición de maquinarias
efectuadas mediante exoneración por situación de emergencia.
24. En suma, la conclusión de la existencia del delito de colusión y la culpabilidad de la
imputada impugnante a partir de los hechos declarados probados contraviene el
principio de logicidad de la motivación, por cuanto su intervención en las
irregularidades advertidas en el Informe de Verificación de Denuncias N.° 328-
2010-CG/DAE-AR solo tienen una connotación administrativa, mas no penal, al
no subsumirse en el núcleo rector típico de defraudar al Estado concertándose con
los interesados.

E. Apartamiento de la doctrina jurisprudencial: Presupuestos materiales de la


prueba indiciaria
25. El Juzgado y la Sala Penal, al basar su decisión en prueba indiciaria, debió observar
el Acuerdo Plenario N.º 1-2006/ ESV-22 que dispone como precedente vinculante el
cuarto fundamento jurídico del Recurso de Nulidad N.° 1912-2005/Piura, que, en lo
pertinente para el presente caso, señala lo siguiente: “Cuarto: Que, […] en efecto,
materialmente, los requisitos que han de cumplirse están en función tanto al indicio,
en sí mismo, como a la deducción o inferencia, respecto de los cuales ha de tenerse
el cuidado debido, en tanto que lo característico de esta prueba es que su objeto no
es directamente el hecho constitutivo del delito, tal y como está regulado en la ley
penal, sino otro hecho intermedio que permite llegar al primero por medio de un
razonamiento basado en el nexo causal y lógico existente entre los hechos probados
y los que se tratan de probar […]; que, en lo atinente a la inducción o inferencia,
es necesario que sea razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas de
la lógica y de la experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho
consecuencia y que entre ambos exista un enlace preciso y directo”.
26. En el considerando 4.112 de la sentencia, el a quo se ha referido a la existencia de la
concertación defraudatoria en los términos siguientes: “Con todos estos indicios
fuertes, se tiene acreditado los hechos bases establecidos en el presente caso, en el
sentido de que, haciendo uso de la prueba indiciaria como método probatorio, para
acreditar el elemento objetivo del tipo penal de colusión -la concertación-, conforme
a los alcances del Recurso de Nulidad 1722-2016/EL SANTA, se tiene que estos
indicios fuertes, al estar probados a diferencia de los indicios débiles de la defensa,
permiten inferir que el acusado ARTEMIO MEJÍA RAMOS por razón de su cargo
de Alcalde, así como FLOR ESPERANZA LEÓN LÓPEZ por razón de su cargo
de Jefa de Abastecimiento, producto del acuerdo colusorio con la acusada
empresaria extraneus, concertaron y como tal, han realizado los hechos bases
probados de forma deliberada e intencionada, con la finalidad de beneficiar al
referido cómplice extraneus, defraudándose al Estado”.

§ Indicios sobre la concertación ilegal


27. No obstante haberse señalado en las sentencias de primera y segunda instancia que
la sentenciada Flor Esperanza León López, en su calidad de jefa de abastecimiento,
concertó con la acusada empresaria extraneus, con la finalidad de beneficiarla y así
defraudar al Estado; dicha aseveración no se haya respaldada o corroborada con la
prueba actuada en juicio, pues cuando se analizan los indicios que acreditan la

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concertación ilegal solo se vinculan estos con el actuar del acusado Artemio Mejía
Ramos, mas no con la impugnante; tal como se apreciará a continuación:
a) “[C]oncluimos respecto del hecho uno, que se tiene acreditado, que existió una
concertación ilegal entre el Alcalde de la Municipalidad de Pariacoto y el
extraneus representante de la Empresa Equipamiento Municipal del Perú
S.A.C., con el objeto de contratar directamente a dicha empresa, mediante la
realización de la exoneración N° 001-2007-MPD, bajo condiciones desfavorables
para el Municipio, debido a que se pagó por el camión volquete antes de su
recepción y conformidad, a un precio superior al valor del mercado en
aproximadamente S/. 157,109.19, defraudándose al Estado” (considerando 4.114
de la sentencia).
b) “Esto se ha verificado, debido a que luego de la visita de los representantes de
la Empresa Equipamiento Municipal del Perú S.A.C., al Alcalde de la
Municipalidad de Pariacoto, este canceló irregularmente la Licitación Pública
N° 001-2007-CE/MDP, emitiéndose aparentemente informes técnico y legal que
no justifican la compra directa, informe legal falso que contiene información
incoherente, simulándose un estudio de mercado, utilizándose información
carente de veracidad, admitiéndose la propuesta técnica de la empresa sin que
cumpla las condiciones establecidas en las bases, suscribiéndose contrato sin la
presentación de la garantía respectiva y la constancia de no estar inhabilitada
para contratar con el Estado” (considerando 4.115 de la sentencia).
c) “Así mismo, la documentación sustentatoria es similar a otros expedientes de
contratación correspondientes a las adquisiciones de maquinaria pesada
efectuadas mediante exoneración en otras municipalidades que contrataron con
la Empresa Equipamiento Municipal del Perú S.A.C., advirtiéndose que dicha
empresa otorgó la documentación para la realizar las compras” (considerando
4.116 de la sentencia).
d) “En torno al hecho dos, se tiene también acreditado, que existió una
concertación ilegal entre el Alcalde de la Municipalidad de Pariacoto y el
extraneus representante de la Empresa Equipamiento Municipal del Perú
S.A.C., ya que luego de la adquisición del camión volquete, se vuelve a contratar
directamente con dicha empresa, adquiriéndose directamente un cargador frontal
y una camioneta 4x4, a un precio superior a su valor en el mercado en
aproximadamente S/. 450,035.93 soles, efectuada por el Alcalde sin contar con la
aprobación del consejo municipal al margen de las normas de contrataciones;
siendo que posterior al pago se llevó a cabo la exoneración N° 002-2007-MPD,
simulándose un estudio de mercado, emitiéndose la conformidad y recepción de
bienes sin que estos cumplan con las especificaciones técnicas establecidas en las
bases, con la finalidad de defraudar al Estado” (considerando 4.117 de la
sentencia).
e) “Sucediendo también que, la documentación sustentatoria es similar a otros
expedientes de contratación correspondientes a las adquisiciones de maquinaria
pesada efectuadas mediante exoneración en otras municipalidades que
contrataron con la Empresa Equipamiento Municipal del Perú S.A.C.,
advirtiéndose que dicha empresa otorgó la documentación para la realizar estas
compras” (considerando 4.118 de la sentencia).

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28. Pues bien, de dichas alegaciones se puede inferir que solo se llegó a acreditar la
concertación ilegal entre el condenado Artemio Mejía Ramos con la acusada
empresaria extraneus –a quien, por cierto, no se la identifica–. Por tal motivo, el ad
quem arribó, de manera forzada, a la siguiente conclusión: “… se advierte de manera
muy clara la participación activa del sentenciado Artemio Mejía Ramos concertando
con la empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC para el desarrollo de todos
los hechos denunciados y de ésta forma perjudicar económicamente a la
municipalidad agraviada […], así mismo la sentenciada Flor Esperanza León López,
quién tuvo el cargo de Jefe de Abastecimientos de la entidad agraviada igualmente
tuvo participación activa en el desarrollo de los hechos, conforme a los roles que le
tocó desempeñar…”.
29. En ese contexto, es que en el recurso de apelación se realizaron las observaciones y
cuestionamientos respectivos, empero no fueron absueltos por el órgano colegiado:
a) Se presentan los indicios, pero no se ha señalado, como y bajo qué circunstancias,
estos indicios se relacionan con el actuar de la recurrente, máxime si la imputación
o “indicio fuerte” (como sostiene el a quo), está referido a la declaratoria de
emergencia, que era de exclusiva competencia de mi coacusado y el pleno del
Concejo Municipal.
b) En el numeral 4.126, se presentan un conjunto de hechos, que el a quo, identifica
como los “roles que me tocó desempeñar”; sin embargo, no ha precisado como a
partir de esos hechos, llega a la conclusión de mi responsabilidad penal.
c) Algunos de los indicios, que se tiene como conducente a mi responsabilidad, están
relacionadas a la función que cumplía en ese entonces; sin embargo, las mismas
no pueden constituir indicio de imputación penal, por ser una conducta neutral.

§ Inducción o inferencia
30. El órgano jurisdiccional de primera instancia tampoco ha establecido la inducción o
inferencia que permita determinar, de manera clara y razonable, la participación de
la sentenciada en la concertación de su coacusado Artemio Mejía Ramos con la
empresa Equipamiento Municipal del Perú SAC. Al respecto, solo señaló, de manera
vaga y genérica, lo siguiente: “La conclusión incriminatoria, se encuentra validada
conforme a las exigencias establecidas en la Casación 628-2015-LIMA, debido a
que en primer lugar, los hechos indicadores o hechos base son dos y todos vierten
sobre el hecho objeto de imputación, estando interrelacionados y siendo
convergentes, reforzándose entre ellos, siendo periféricos y concomitantes con el
hecho probado; en segundo lugar como se ha desarrollado, los indicios fuertes están
probatoriamente bien y definitivamente acreditados; en tercer lugar, la inferencia
realizada, por su suficiencia, es racional y se funda no sólo en la ley sino además
en consecuencia lógica de la misma, descartándose toda irracionalidad; y, en
quinto lugar, se ha motivado los grandes hitos o líneas que condujeron a la
deducción” (considerando 4.119 de la sentencia).
31. De esa manera, resulta evidente el incumplimiento del procedimiento de prueba
indiciaria establecido mediante el Acuerdo Plenario N.º 1-2006/ ESV-22, toda vez
que la Sala Superior omitió determinar de manera precisa el juicio deductivo que se
hace para arribar a tal conclusión, pues no basta con aseverar que la inferencia
realizada se funda en la ley y en su consecuencia lógica, sino que se debe establecer,
de una forma palmaria y evidente, las reglas de la lógica, la ciencia o máximas de la

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experiencia que permitieron colegir válidamente la concertación de los acusados con


la empresa beneficiada para defraudar a la entidad agraviada.
32. Ergo, en el presente caso, no se ha desvirtuado fehacientemente la presunción de
inocencia y por ende no está acreditada la responsabilidad penal de la sentenciada
por el delito de colusión, ya que del análisis de las pruebas aportadas en el proceso
sólo se tiene la mera sospecha (y así lo evidencia el fundamento cuadragésimo quinto
de la sentencia de vista) de la concertación y defraudación. En tal virtud, ante la
insuficiencia probatoria y falta de certeza, se debe declarar la nulidad de la sentencia
condenatoria y su confirmatoria, a fin de que se declare la absolución de la acusación
fiscal.

POR TANTO:
A usted, señor Presidente, solicito admitir este recurso y disponer su tramitación
conforme a su naturaleza y en su momento la Corte Suprema de la República, declare
fundado el recurso de casación, en consecuencia fije doctrina jurisprudencial sobre los
argumentos esbozados, ordenándose se declare la nulidad de las resoluciones venidas en
grado y se absuelva a la recurrente de la acusación fiscal.

PRIMER OTROSÍ DIGO: Que de acuerdo a lo establecido en el artículo 430.º inciso


3, Código Procesal Penal, los funcionarios que se excedan sobre sus atribuciones y se
irroguen competencias sobre la procedencia de la casación excepcional, incurrirán en los
delitos de Prevaricato y Usurpación de la Función Pública, toda vez que la Sala Superior
sólo puede constatar la existencia de fundamentación de la casación excepcional.

SEGUNDO OTROSÍ DIGO: Se debe tener en cuenta que los funcionarios o servidores
públicos que, en forma arbitraria, obstruyan la procedencia de la presente casación o
suministren de modo incompleto el expediente judicial u obstaculicen de cualquier
manera el cumplimiento de la Ley, incurren en una falta administrativa y, por lo tanto,
son susceptibles de ser sancionados administrativamente, sin perjuicio de la
responsabilidad penal de ser el caso.

Huaraz, 02 de octubre de 2019

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