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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario de Quiché -CUSACQ-


Maestría en Docencia Universitaria con
Énfasis en Andragogía

Educación de adultos en el nivel universitario

Ensayo

Lic. Luis Angel Ignacio Aguilar


201243272
Primer semestre

Santa Cruz del Quiché, junio de 2019


Educación de adultos en el nivel universitario

La educación es el motor más importante en la sociedad, mediante ella se desarrolla y

sistematiza el conocimiento que nos rodea, dándonos una visión del mundo, el entorno social,

natural, cultural y económico en el que vivimos. La educación es un elemento inherente a la persona

humana, nace con ella, crece fortaleciéndola, hasta el último momento de su vida sigue educándose,

durante la vida se desarrollan distintas habilidades, destrezas y competencias en cada una de las

personas, todas distintas que le brindarán mejores oportunidades para desempeñar un trabajo, de

distinta índole, contribuyendo grandemente al progreso de un país.

La preparación constante de las personas crea en ellas mayores competencias que se convierten

en herramientas con las que afrontarán una serie de retos de carácter laboral, personal y social; el

ser humano se educa los primeros quince años de su vida con conocimientos básicos y elementales,

pero poco aplicables a su visión de vida que aún no la tiene clara, no es hasta los veinte años que

concreta sus expectativas de vida, lo que en realidad desea ser; algunos consideran la posibilidad

de seguir sus estudios en el nivel universitario, seguir profesionalizándose cada vez, algunos otros

optan por fortalecer sus conocimiento en ciertas áreas técnicas pero también existen aquellos que

no pueden acceder a estas oportunidades por diversas razones, por conformismo o por no tener los

recursos necesarios. Cuando las personas llegan a la edad adulta, se ven inmersos en una

problemática, ya que en determinado momento de la vida, sus capacidades físicas y motoras

tendrán limitaciones, por otro lado su pensamiento será más crítico e integral según en grado de

preparación académica que presente. Por lo anterior se plantea la siguiente interrogante: ¿Qué

factores intervienen en la educación en el nivel universitario??

Para dar respuesta al planteamiento anterior, es necesario tocar varios puntos importantes como:

la disciplina encargada del aprendizaje de las personas adultas, la persona adulta y sus

características, las etapas de la persona adulta, la educación del adulto, la andragogía y los procesos
de enseñanza, la educación superior, los componentes de este modelo educativo como lo son el

participante, el facilitador y factores que influyen por un lado la motivación, la participación del

aprendiente, por otro lado las competencias que debe cumplir el docente al momento de

desempeñar su cargo, las funciones que deben considerarse al momento de desarrollar la labor

docente y los retos que debe afrontar al momento de estar en la aulas universitarias.

Desde la antigüedad el ser humano ha sido un ser sumamente social, para adquirir nuevos

conocimientos, practicarlos y así poderlos transmitir con sus semejantes, Platón (427-347 a. C),

considera al hombre educado como aquel que se esfuerza por cuestionar el sentido de las cosas,

como claro ejemplo está el Mito de la Caverna, el cual relata a un grupo de hombres prisioneros de

nacimiento, sin conocimiento del mundo externo, atados de manera que no puedan moverse, lo

único que conocían eran unas sombras proyectadas por personas que pasaban frente a una hoguera;

un día uno de los prisioneros es liberado, al salirse da cuenta que nada es como parecía, intenta

regresar a la caverna para compartir con sus compañeros de su experiencia.

Esto da un punto de importancia a la educación constante de las personas, a mayor grado de

formación mejor debe ser la interpretación de los eventos que acontecen en la vida, considerando

la formación constante de la persona adulta como un punto fundamental para su aprendizaje, para

ello el maestro alemán de primario Alexander Kapp toma la idea de Platón y la concreta en la

palabra Andragogía, el cual es derivado de la etimología griega ανδρος (hombre) y άγω (conduzco).

Según Alonso (2012) cita a INEA (2007). Aduciendo que: “en consecuencia, esta se entiende

como el arte y la ciencia que facilita el proceso de aprendizaje de los adultos” (p.18). Ciertamente

hay varios autores que expresan con claridad el amplio significado del término Andragogía, para

ello Alcalá. A. (2009) consolida dos autores, grandes exponentes que sustenta a la cientificidad de

la Andragogía, ellos son:


Félix Adam. Afirma que la Andragogía es la ciencia y arte de la educación de adultos.

Malcom Knowles. Enfatiza que la Andragogía es el arte y ciencia de ayudar a aprender a los

adultos, basándose en suposiciones acerca de las diferencias entre niños y adultos.

Manuel Castro Pereira. Manifiesta que la Andragogía es una de las ciencias de la educación

que tiene por finalidad facilitar los procesos de aprendizaje en el adulto a lo largo de toda su

vida. (pp. 21-22).

Cada uno de los autores tienen claro que este modelo educativo se enfoca estrictamente hacia la

persona adulta, haciendo más accesible los procesos de aprendizaje que lo ayudaran a adquirir

conocimientos con una metodología acorde a sus intereses, necesidades y primordialmente a su

edad, en cada etapa de la vida las personas aprenden de diferentes formas con estrategias distintas,

acordes a sus capacidades intelectuales. Podemos inferir que la Andragogía es el modelo educativo

que busca ayudar a la persona adulta en su proceso de formación, aprendizaje y enseñanza mediante

mecanismos acordes a los intereses para su aplicabilidad en la vida real, brindando herramientas,

dándole soluciones prácticas a las dificultades que se le presenta en su quehacer cotidiano.

Malcom Knowles estipula cuatro principios que logran diferencias la práctica Andragógica de

la Pedagogía, ya que el adulto presenta ciertas cualidades que las niñas y niños aún no dominan,

Walker y Montero (2004) dan a conocer los principios que demuestran las distintas dimensiones

de cada modelo educativo siendo estos:

Relevancia. Un niño o un joven pueden estudiar para entrenar las capacidades cognitivas, para

una preparación profesional futura o para pruebas obligadas dentro de su desarrollo. El adulto,

en cambio, aprende para el hoy. Asiste a cursos, porque tiene necesidades concretas relacionadas

a su calidad de vida y a sus tareas.


Respeto. El respeto a las diferencias y el esfuerzo especial que se debe hacer con aquellos con

los cuales el facilitador siente una mayor distancia. En el modelo andragógico la relación es

mucho más horizontal.

Aplicación inmediata. La aplicación inmediata tiene dos vertientes. Por una parte, aumenta la

motivación al darse cuenta de que “puede hacerlo” y, por otra, tiene relación con la memoria y

la retención de lo aprendido.

Porcentaje de retención. Está comprobado que el participante aprende en la medida en que

utiliza una mayor cantidad de sentidos en la percepción. (pp. 66-67)

Esto refleja la importancia que tiene para la persona adulta aplicar sus conocimientos adquiridos

a los diversos intereses particulares, los niños y jóvenes se ven en un proceso de formación obligado

pero elemental para tener los conocimientos básicos, por su parte el adulto necesita emplear sus

conocimientos a sus distintas necesidades e intereses, aunado a esto se beneficia la fijación con

mayor efectividad abarcando la parte cognitiva (memoria), afectiva (motivación) y el aspecto

psicomotor (práctica).

Este último elemento tiene gran significancia ya que a mayor grado de práctica o aplicabilidad

del conocimiento, los resultados de aprendizaje serán mejores y más significativos para el

interesado; cuando el conocimiento pasa a un plano vivencia se crean experiencias las cuales

coadyuvan al fortalecimiento de la información, dichas experiencias servirán para enriquecer

aprendizajes posteriores, teniendo mayor certeza de las acciones a desarrollar, siendo más reflexivo

al momento de tomar cualquier tipo de decisión.

Aunado a esto, Espeiro (2009) cita a Knowles (1940) respecto a los principios andragógicos,

sintetizados de la siguiente forma:

Auto dirección: las personas que timan la iniciativa en el aprendizaje (proactivos), aprenden

mejor y están más motivados que los que esperan pasivamente que el docente les enseñe.
Experiencia: La persona madura ha acumulado experiencias de vida que pueden convertirse en

un importante recurso para el aprendizaje.

Disposición para el aprendizaje. Los adultos están más interesados en aprender temas que tengan

relevancia para su trabajo o su vida personal.

Motivación. La motivación para el aprendizaje es intrínseca.

Contexto. El aprendizaje es el adulto está determinado por su contexto de vida, tiempo, lugar,

vida cotidiana y factores sociales y familiares. (pp. 8-9).

Es claro que el adulto tiene a su favor factores que son de vital importancia para su aprendizaje,

si estos elementos no son atendidos o considerados de la forma que se debe, es muy probable que

no sea significativo el mismo.

La persona adulta es un ser con cualidades diferentes, haciendo de su aprendizaje un proceso

totalmente distinto al de los niños y jóvenes; pero para determinar que una persona es adulta

necesariamente se deben establecer los elementos que caracterizan a una persona adulto, Sánchez

(2015) cita a Knowles (1980) quien estipula dos perspectivas para tratar a una persona como adulto:

Desde una perspectiva social. Una persona es adulta cuando desempeña roles de adulto y se

comporta como tal. Una persona es adulta en la medida en que el individuo desempeña roles

sociales típicamente asignados pro nuestra cultura a aquellos que considera adultos, como el rol

de trabajar esposo/a, pariente, ciudadano responsable, soldado.

Desde una perspectiva psicológica. Una persona es adulto en la medida en que el individuo se

percibo a sí mismo o a sí misma como esencialmente responsable de su propia vida. (p. 91)

El grado de responsabilidad en una persona se ve cuando asume mayores compromisos y

reconoce sus obligaciones hacia sí mismo, su familia y hacia la sociedad, entendiendo que sin su

involucramiento y participación, difícilmente se logrará un desarrollo integral. Por su parte Castaño

(2009) estipula que: “Todo adulto está condicionado por los aprendizajes previos que determinan
unos rasgos específicos de los mismos: aceptación de responsabilidades, predominio de la

racionalidad sobre la afectividad, madurez personal, capacidad de comunicación, capacidad de

relación social” (p. 5). Castaño confirma lo que Knowles indicaba que debe existir un sentido de

responsabilidad sobre toda acción a realizar, conociendo las consecuencias de los actos realizados

y los omitidos, teniendo en cuenta elementos importantes como: la organización adecuada del

tiempo, ser una persona activa, ser partícipe en una sociedad globalizada, mantener un buen estado

de ánimo para afrontar con una mentalidad fuerte ante las adversidades de la vida.

Po su parte Medina (2000) aduce que “la edad adulta constituye el período más extenso de la

vida en el que los psicólogos reconocen etapas bien diferenticas, las personas adultas forman el

colectivo más numeroso en las sociedades modernas” (p.97). Varios autores estipulan la edad

adulta en diferentes etapas, edad en la que se adquiere un gran cantidad de conocimiento de forma

empírica o científica, conocimiento que se traduce en experiencia de vida útil para solucionar

cualquier tipo de conflicto que se presente a lo largo de su existencia, condenado a fallar varias

veces en distintos momentos, obteniendo de ello un aprendizaje que se vuelve significativo.

Para tener una diferenciación de las etapas según esta edad, Medina (2000) hace una

compilación de diversos autores los cuales distinguen tres etapas de la edad adulta pero en distintos

años, Medina (2000):

Etapa de la juventud o la adultez temprana: Erikson (1981) de 20-35 años; Levinso (1986)

de 17-40 años; Papalia (1992), Rice (1997) y Craig (1997) de 20-40 años.

Etapa de la Mediana edad, adultez media o madurez: Erikson 35-65 años; Levinson y

Papalia 40 a 65 años; Rice y Craig 40-60 años.

Etapa de la Vejez, adultez avanzada o ancianidad: Erikson, Levinson y Papalia: >65 años;

Ricee y Craig >60 años. (p. 97)


Cada etapa de la edad adulta, independientemente de los años, comprende un momento

importante de la vida, pues en cada uno suceden eventos que marcan la existencia de las personas,

algunos en su juventud tengan grandes éxitos al igual que fracasos, logren comprar un vehículo o

simplemente conseguir un empleo, en la etapa de madurez, la persona sea más metódica y reflexiva

sobre sus prioridades de vida, con decisiones más íntegras demostrando una conducta más social,

humana e indiferente cuando se trate de brindar ayuda a quien lo necesite, finalmente en la etapa

de la vejez, por un lado tener la tranquilidad de haber prosperado en la vida, si las oportunidades

así se fueron dando por el contrario es una vida de constante aprendizaje y lucha por seguir

adelante, superando dificultades de todo tipo, sociales, personales, económicos y culturales.

Con el transcurso del tiempo suceden cambios significativos en la vida de la persona adulta,

estos cambios son de diversa índole, Medina (2000) afirma que “la edad adulta se caracteriza por

el hecho de que el crecimiento ha llegado a su término, lo que significa que la configuración

orgánica del individuo se encuentra en estado de madurez” (p.98). En determinado punto de la

vida, el ser humano ya no puede realizar ciertas actividades, porque la motricidad de su cuerpo ya

no se lo permite, lo que en la etapa de juventud era posible ahora es muy difícil que lo haga sin

tener complicaciones. Otro de los cambios que plantea Medina (2000) es el cambio cognitivo el

cual indica que “la evolución de la inteligencia en la edad adulta, se reconoce que las capacidades

intelectuales varían en la edad adulta, en el sentido de que se gana en algunos aspectos aunque se

pierda en otros por el efecto del envejecimiento” (pp. 99-100). Esto mismo conlleva a ciertos

cambios en la personalidad, Medina (2009):

Una serie de cambios que se producen a lo largo del desarrollo y que tienen que ver con una

serie de cuestiones: los sentimientos y las vivencias, las relaciones afectivas y sociales, el

desarrollo del yo, los estados de bienestar, la autoestima, los niveles de autonomía y de

compromiso, la capacidad para asumir las propias decisiones y acciones, la estabilidad


emocional, la capacidad para enfrentarse a los cambios y a las adversidades, la resistencia a la

frustración, etc. (p.112).

Canto más experiencias tenga la persona durante la vida sean estas negativas, positivas, su etapa

de adultez será más enriquecedora, con mayor grado de reflexión y criterio, siendo esta una fuente

de bienestar, de lo contrario se puede convertir en una etapa de estancamiento y desilusión

creciente. El adulto es considerado como el sujeto de su aprendizaje, Chacón (2018) establece que

es “considerado como sujeto educativo, interactúa en un ambiente físico, social, económico,

tecnológico y cultural determinado; condicionado por factores de todo tipo; tiene necesidades

básicas que satisfacer; produce bienes y genera servicios; trasforma la naturaleza y se transforma

él mismo” (p.7). Teniendo claro la importancia que tiene el adulto en su proceso de aprendizaje,

siendo un autónomo con diversas capacidades, condicionado según sus necesidades e intereses de

superación profesional inmediata.

La educación del adulto es un tema que debe considerarse con vital importancia, ya que no debe

ser exclusiva para una grupo con los recursos suficientes para acceder a ella, al contrario debe ser

vista como una medio para lograr los objetivos personales, según Medina (2000) afirma que:

La educación de adultos se podrá convertir en un medio efectivo para reducir las desigualdades

y compensar los desajustes sociales, si de hecho se convierte al mismo tiempo en un recurso

para prevenir la marginación y actuar sobre las causas que generan los desajustes sociales

(p.118).

De igual forma asevera que: “En efecto, en el campo de la educación de adultos la comunidad

se convierte en una de las características esenciales de este tipo de intervención educativa” (p.118).

La sociedad juega un papel muy influyente en la formación de las personas adultas, ya sea de forma

positiva como negativa, la sociedad busca el mejoramiento constante de su desarrollo comunitario,

por ello en conjunto con todos los sectores debería buscar soluciones que beneficien a todos,
prevaleciendo así el interés común sobre el interés particular. Esto mismo lo afirman López y

Torres (2003) indicando que: “Toda sociedad tiene como misión fundamental asegurar un

adecuado proceso de socialización de sus nuevos miembros, que niños y jóvenes se integren y

adapten en la estructura social y asuman transformadoramente las pautas y patrones culturales

propios del sistema” (p.154).

La educación del adulto debe ser constante, Alcalá (2009) afirma que “La Educación

Permanente concibe la adultez como una etapa perfectamente educable de la vida del hombre,

reconociéndole muchas posibilidades tanto para un aprendizaje formal como para cualquier otro

informal en todos los niveles y modalidades del sistema educativo” (p. 14). Desde tiempos

inmemorables el hombre adulto ha tenido y tiene hasta la actualidad, la necesidad de educarse,

cultivar conocimiento para afrontar y entender la coyuntura que afronta día con día, de esta forma

tomar las mejores decisiones reflexiva y críticamente, siendo integral con sus consideraciones

particulares y sociales.

La educación del adulto representa un paradigma que debe estar en constante cambio para darle

solución a los diversos intereses y necesidades de cada persona, un paradigma lo define Aldana

(2010) como: “un modelo que orienta, dirige, condiciona todo lo que pensamos, sentimos y

hacemos acerca de algo determinado” (p.34). Para que exista un cambio debe efectuarse

paulatinamente, no un cambio radical y muy específicamente en el campo educativo, para ellos

Aldana (2010) afirma que cambiar un paradigma en educación no es:

Tener discurso, saber metodologías y dominar procedimientos administrativos, pero ser

incapaces de sentir alegría por la educación, de sentir alegría plena en el encuentro con los

estudiantes, de sentirnos colegas con los demás, y sentir la necesidad placentera de aprender

junto a otros, de seguir aprendiendo. (p.40)


Debe ser una reflexión que provenga de cada docente, compartiendo acciones entre los

facilitadores, debe ser un cambio no de forma, más bien de fondo, porque hoy en día se le provee

de herramientas tecnológicas pero sigue haciendo prácticas tradicionales solo que con otros

instrumentos. Un modelo que puede ser sustancialmente provechosos es el holismo, Aldana (2010)

asevera que: “el holismo es la comprensión de un fenómeno o hecho desde su totalidad. Sus partes

sólo pueden comprenderse en cuanto se relacionan entre sí para constituir el todo. El todo está en

cada una de sus partes” (p.37). Debe valorarse grandemente las cualidades que cada persona tiene,

cada talento y cada habilidad desarrollada en distintas áreas del conocimiento, es por eso que la

persona adulta desea satisfacer sus necesidades cognitivas para poderlas aplicar en su realidad

inmediata y si no se tiene en cuenta las habilidades que trae consigo, será poco provecho el

conocimiento que se le imparta.

La educación superior brinda una respuesta a las necesidades del adulto en su afán por seguir

moldeando su conocimiento, Caraballo (2007) aduce que la Educación Superior es: “un espacio,

donde se relacionan personas, grupos, organizaciones interesadas en facilitar las condiciones para

que esos conocimientos sean adquiridos y otras deseosas de adquirir conocimiento” (p.196). Es el

espacio ideal donde la persona adulta pueda abordar áreas de interés para capacitarse y adquirir

conocimientos de forma idónea. La relación que tiene Andragogía con educación superior es muy

estrecha ya que el adulto es un ser autónomo en el aspecto económico y social por lo que Alonso

(2012) indica que: “resulta indispensable que el docente se informe sobre la Andragogía como

disciplina educativa y visualice al acto andragógico como una herramienta idónea, para

horizontalizar la relación citada arriba e impulsar una formación integral en el estudiante” (p.16).

Un punto muy importante es la participación del aprendiente este a su vez debe ser de una forma

que permita el desarrollo constante de su conocimiento; Alcalá (2003) cita a Adam (1987)

indicando que:
La participación es entrega. Debemos entenderla como la acción de tomar decisiones en

conjunto o tomar parte con otro en la ejecución de una tarea determinada. La participación es el

acto de compartir algo: es un dar y recibir, involucrarse en un proyecto común. Es buscar

explicaciones a los indicios de temor, desconfianza, incomunicación, competencia. Revisar con

frecuencia las metas, adaptarlas o cambiarlas. Es oír sugestiones, compartir liderazgo, tomar en

cuenta motivaciones y capacidades personales; es aportar. (p.11)

Siendo una práctica estimulante, promoviendo el análisis, el dialogo dando como resultado la

discusión de ideas para reformularas y concebir nuevos resultados, pero esto es gracias a la

horizontalidad, que según Alcalá (2003) es: “uno de los principios fundamentales de la praxis

andragógica. En esta relación, el Participante trabaja y ayuda a que su compañero de estudio llegue

hasta donde su potencial se lo permita; así mismo, él logrará alcanzar lo que desea” (p.12). Por lo

que la productividad es más significativa ya que los participantes se ven involucrados directamente

en el proceso educativo, interactuando con el facilitador quien es un participante más.

A pesar de los aspectos ya considerados anteriormente, es imprescindible desarrollar un tema

fundamente en la educación superior y para la andragogía, que es el participante, Torres, Fermín,

Arroyo & Piñero (2000) afirman que:

El participante adulto es un estudiante que cumple funciones específicas en la sociedad, con

capacidad para autogobernarse y con una gran experiencia que lo conduce a su auto superación,

es responsable y lo manifiesta en todas las actividades que realiza, tiene plena conciencia de lo

que se propone alcanzar y busca la autorrealización y la auto transcendencia. (p.31)

Es consciente de sus propias responsabilidades y obligaciones consigo mismo y con la sociedad,

reconoce a las personas de su confianza con las cuales puede desarrollas actividades para su

preparación académica, social, emocional o familiar, conoce de sus limitaciones y capacidades, de

sus fortalezas y debilidades, sabiendo donde desarrollaría un mejor papel en determinada situación.
Un elemento fundamental que influye grandemente en el participante es la motivación, ese

incentivo personal que lo alienta a seguir luchando contra las adversidades, sabiendo que hay un

objetivo que cumplir al final, Espiro (2009) cita a Ausubel (1983) argumentando que:

Las variables generales como el deseo de saber, la necesidad de lograr y de auto superación y la

involucración del yo (interés) en un campo de estudio determinado, afectan a condiciones del

aprendizaje como el estado de alerta, la atención, el nivel de esfuerzo, la persistencia y la

concentración. (p.11)

Este elemento tiene gran repercusión en otros aspectos que involucran directamente la atención

del aprendiente, relacionados con la conducta de cada persona, con el carácter e incluso con la

personalidad al momento de afrontar determinas situaciones de la vida.

Finalmente tenemos el proceso de enseñanza y el docente como un facilitador en el modelo

andragógico de la educación superior, Caraballo (2007) cita a Marisa (2000) indicando que. “La

enseñanza es el proceso a través del cual el sujeto se forma gracias al conjunto de acciones,

significados y/o actuaciones sociales y deliberadamente organizadas, de tal manera que la

enseñanza nos remite a la acción del profesor” (p.196). En tal sentido Sánchez (2015) se

fundamenta en Rogers (1969) definiendo el papel del profesor como: “un facilitador de aprendizaje

y el elemento clave para realizar este papel es la relación personal entre el facilitador y el alumno,

depende de que este posea unas cualidades actitudinales” (p.178).

Por lo tanto el docente o en este caso el facilitador debe contar con las herramientas necesarias

para desarrollar un proceso que logre incentivar la participación y fortalecer el conocimiento en los

educandos, para ello Mas Torelló (2011) las competencias relacionadas con la funciones docentes

se ven inmersa en 6, cada una con sus funciones específicas, según el Cuadro 1: Las 6 competencias

de la función docente y sus 34 unidades competenciales. (pp.199-200). Las cuales van desde el

diseño o planificación, desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguimiento personalizado


o tutoría, la evaluación del proceso, actividades de mejoramiento para el docente como para

mejorar la participación de los participantes.

Aunado a lo anterior es importante mencionar que un docente debe desarrollar prácticas

efectivas y eficaces al momento de impartir una clase, Aldana (2010) establece 10 rasgos para una

práctica docente efectiva:

1. Se basa principalmente en el aprendizaje, más que en la enseñanza.

2. Siempre toma en cuenta las condiciones de vida de estudiantes y entorno.

3. Los aprendizajes surgen de los intereses o de las experiencias de vida de quienes aprenden.

4. Otorga muchísima importancia al “clima afectivo” del aula y el establecimiento.

5. Siempre es una práctica dialéctica, porque es un constante ejercicio integral y dinámico entre

complementariedades: Acción – reflexión.

6. Enfatiza el juego, la expresión, la alegría, la espontaneidad, el arte, como factores de

desarrollo y como consecuencias del proceso educador.

7. Estimula la creatividad de estudiantes y docentes en formas diversas: la creación intelectual,

la creación práctica, la creación estética, la creación social y política.

8. No se conforma con las experiencias en el aula. Se funda y desarrolla desde la combinación

de vivencias fuera y dentro.

9. Genera interés y ejercicio constante de las habilidades intelectuales, fundamentándose en el

gusto y hábito constante de la lectura.

10. Es un ejercicio de cultura y ciencia. (pp. 80-81)

Estos representan algunos de los aspectos que un docente debe tener en cuenta al momento de

desempeñar su labor, elementos indispensables para captar la atención y el interés del aprendiente

adulto donde todos pueden aportar ideas según la temática que se está desarrollando. Sánchez

(2015) se fundamenta en Knowles (1980) indicando que la función del educador de adultos:
Ha ido desplazándose desde la función correctiva o paliativa de los adultos desfavorecidos

hacia la del desarrollo. Como agentes de cambio, sus responsabilidades se extienden ahora más

alá de la rutina de programas actividades para dar respuesta a intereses superficiales. Implica

tres actos: (1) un análisis profundo de sus más altas aspiraciones y de los cambios requeridos

para lograrlos. (2) el diagnóstico de los obstáculos que debe ser superados para lograr ese

cambio. (3) la planificación de una estrategia efectiva para conseguir los resultados deseados.

(p.189)

El papel del docente es muy complejo ya que de igual forma debe afrontar cierto tipo de retos

al momento de estar en la práctica, como lo indica Moreno (2011) establece ciertos retos que el

docente debe afrontar como: “Aulas sobrepobladas, diversidad del alumnado, cirrículum

universitario fragmentado, condiciones laborales del profesorado” (pp. 39-40).

A manera de conclusión, existen un sin número de factores que influyen grandemente en la

formación de la persona adulta, factores que tiene una historia, un desarrollo el cual ha sido reciente

a comparación de otros modelos educativos, pero que con el tiempo ha ido teniendo mayor auge

en la sociedad humana en general, la incidencia radica en la formación propia del adulto tomando

a este como un ser autónomo con capacidades que lo distinguen de las demás edades de la vida, un

ser que tiene intereses y necesidades que desea satisfacer para así mismo. El modelo educativo

también juega un papel muy importante ya que según el enfoque que el docente desee aplicar así

serán los resultados que obtendrá. La formación constante de la persona adulta es esencial para el

desarrollo integral de una sociedad que busca prosperidad, esto se logrará mediante la educabilidad

que cada persona presente ante l adaptación de las circunstancias de la vida.


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