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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Prólogo
3
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Autores:
Manuel Pacheco Albalate
Bernardo Rodríguez Caparrini
Leonardo Molina García, S.I.
Enrique Martín Lara
José Miguel Vicente Pecino
Juan José Fuentes González
Juan Carlos Pumar Reyes
Wenceslao Soto Artuñedo, S.I.
Luis Conde Pérez de la Blanca
Prólogo:
J. Ignacio Rodríguez Álvarez, S.I.
Edición:
Octubre 2014
Impresión y distribución:
Editorial ANAYA
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Prólogo
Índice
Prólogo
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Capítulo primero
LOS JESUITAS EN EL PUERTO DE 1767: SU EXPULSIÓN 15
Capítulo segundo
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Capítulo tercero
6
Prólogo
7. RECTORADO DEL PADRE JOSÉ RUIZ, SÁNCHEZ DE CUETO (28/10/1953 - 13/11/1954) 179
Capítulo cuarto
LOS AÑOS DECISIVOS DEL COLEGIO SAN LUIS GONZAGA (1961-2014) 201
1. LA REAPERTURA DEL COLEGIO 203
Capítulo
quinto
1. INTRODUCCIÓN 227
2. APUNTES DE HISTORIA DEL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES 228
7
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Capítulo sexto
Capítulo séptimo
8
Prólogo
Prólogo
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
10
Prólogo
Prólogo
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Protagonistas han sido la pléyade de alumnos que han pasado por las
aulas, y que poniendo en juego sus capacidades, con más o menos voluntad,
se prepararon para la vida, independientemente de que después, la fama, ¡tan
caprichosa y efímera!, les haya reservado o no un puesto entre los grandes.
También agradecimiento a ellos por sus esfuerzos, los que fueran.
Y de la lectura de las páginas de este libro queda claro que esas inquietudes
fueron ayudar a vivir la fe cristiana, a la vez que se impartía cultura y se facilitaba
la promoción a las nuevas generaciones. Estos objetivos han latido siempre al
interior de la institución educativa, en cualquiera de sus periodos. Para ello no se
escatimaron medios, tampoco los materiales: Biblioteca espléndida, museo de CC.
NN. y laboratorios, Iglesia y tallas de devoción. Los documentados artículos que
se incluyen en este libro sobre el particular lo demuestran.
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Prólogo
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Capítulo
primero
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Capítulo
primero
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la desoladora epidemia del año 1680, así como otras consideraciones, dando
conocimiento de que había acordado
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
a mi real servicio y a la Corona incorporar a ella el Puerto de Santa María que hoy goza
la Casa y Estado del Duque de Medinasidonia”.5 Dicho documento fue el pistoletazo
que puso en actividad a un buen número de maestros de obras, de albañiles, de
oficiales, de carpinteros, etc., prestos a levantar la fábrica durante tantos años
deseada. No se esperó a tener materialmente la licencia del propio rey, se sabía de
la aquiescencia del mismo, por lo que en los último meses de este año se iniciaron
las obras, pero no solamente en la calle Luna donde debía levantarse el colegio,
sino que se puso un mayor énfasis en edificar el verdadero Hospicio de Indias
o, como también se le llamó, “Casa de Misericordia”, tan necesario en el entorno
de la bahía gaditana al haberse trasladado de Sevilla a Cádiz, por decreto de 8
de mayo de 1717, Casa de Audiencia de Indias, más conocida como la Casa de
la Contratación, fundada en 1503 para controlar la navegación, el comercio y las
personas, ya marineros ya pasajeros, que viajaban al Nuevo Mundo. La Compañía
de Jesús, que dependía de ella en las innumerables diligencias que debían realizar
sus comisarios para obtener las correspondientes reales órdenes de concesión de
las expediciones de misioneros que marchaban a Indias, decidió seguir su estela
desplazándose a los alrededores de la bahía gaditana, con el fin de estar más
próximos a la institución. Mientras, en tanto partían las barcadas, se agrupaban a
los jesuitas dispuestos a cruzar el ancho mar en misiones evangelizadoras, unos
españoles y otros extranjeros, en la residencia de Cádiz, con las incomodidades e
interferencias que se producían entre los residentes habituales y los que lo eran
durante varios meses, mientras se realizaba la partida.6
Para ello adquirieron en la desembocadura del Guadalete, en lo que se
conocía como Campo del Socorro, unas casas que nombraban del “Sacramento”
que orillaban en aquel entonces la costa de la bahía, en lo que hoy se llama calle
de los Moros, y desde donde con nitidez se podían observar los muchos barcos
fondeados en la bahía, y en segundo plano, entre ellos, la bella silueta de la ciudad
de Cádiz en la que sobresalía la Catedral Vieja,7 la Nueva,8 que se encontraba en
fase constructiva, y las muchas torres miradores de los cargadores a Indias que,
como periscopios, se asomaban por las azoteas oteando el horizonte marino con
la esperanza de ver la arribada de algún barco familiar portador de noticias y de
actividad comercial.
La construcción del hospicio se inició bajo la dirección del maestro de obras
Francisco de Sevallos, y por muerte de éste la continuó y concluyó Juan Díaz,
dándose por terminada las obras, y por lo tanto puesto en actividad, el 28 de
febrero de 1735.9
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
general entre los laicos, de ambos sexos, así se pueden refrescar, pero
con la diferencia de que las mujeres se bañan por la noche. Los señores
médicos están muy dispuestos a recetar a sus pacientes dichas curas de
baño en el mes de julio […].18
Pero aún debemos hacer referencia a dos centros culturales del momento,
muy importantes, en torno a los cuales se desarrollarían unos hechos que marcaron,
no sólo a esta ciudad, sino a gran parte de la humanidad y que son el núcleo sobre
los cuales realizamos estas anotaciones respecto a la expulsión de la Compañía de
Jesús por Carlos III.
En primer lugar referimos, como bien se puede intuir, al colegio de San
Francisco Javier que ya por estos años, aunque en fase de mejora y construcción,
estaba a plena rendimiento. Lentamente, pero sin descanso, desde el primero de
julio de 1732 en que se pusieron sus cimientos, varios centenares de alumnos, tanto
de El Puerto como de sus alrededores, se formaban, aprendían a leer y escribir
en su escuela de primera enseñanza, y otro grupo significativo también recibía
conocimientos de Gramática latina. Se estaba llevando a buen fin el lema ignaciano
de “Ad majorem Dei gloriam” (A la mayor gloria de Dios), se estaba divulgando y
propagando la fe católica a través de la predicación y la educación de la juventud.
La Compañía de Jesús tenía puesta su mirada en la sociedad portuense.
Pero junto a éste, existía otro centro, quizás el centro cultural más importante
de la ciudad, el ya citado Hospicio de Indias que había finalizado su construcción
en 1735. Desde la significativa fecha para la Compañía de Jesús en El Puerto
de 1729, recién iniciada las obras del edificio del hospicio, la Procuraduría de
Indias, también conocida como el “Oficio de Indias”, una de las tres procuras de
significación junto a la de la Corte y la de Roma, se trasladó definitivamente a
El Puerto desde Sevilla, desde el hospicio de Nuestra Señora de Guadalupe, y
con ella el padre peruano Juan Francisco de Castañeda, quien residía en Sevilla,
aunque la procura estuviera en El Puerto, en el oratorio de la calle Luna, desde su
nombramiento en 1710 al sustituir al Padre Alonso de Quirós.
Esta institución con varios cometidos cuales eran los de ejercer las funciones
específicas de aclimatación y agrupación de los que iban a partir, la realización
de todos los trámites burocráticos que imponía la Casa de la Contratación para
poder pasar a Indias, la manutención y atención a los misioneros, la remisión de
material adecuado para todas las comunidades de ultramar, la coordinación de
toda la correspondencia oficial, oficiosa, personal y familiar, también era un foco
cualificado de debate filosófico sobre las nuevas ideas ilustradas que circulaban
por Europa. Los jesuitas que allí se reunían tenían una competente formación,
muchos de ellos extranjeros que venían a realizar el aguardo, en ocasiones durante
muchos meses, para partir al Nuevo Mundo, junto a otros pertenecientes a las
diferentes provincias españolas, y otros que se encontraban en tránsito de regreso
a las tierras desde la que habían partido, tras permanecer un periodo de tiempo
más o menos dilatado en capitales europeas, especialmente en Roma. Todos
debían esperar a que se formara la nueva flota, que debidamente convoyada, les
llevara a los lugares de destino.
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
En este periodo de los albores del año 1760, alrededor de la buena biblioteca
que ya poseía el hospicio19, se reunían con asiduidad, y exponían sus ideas, tres
destacados personajes: los jesuitas peruanos padres Juan Francisco de Castañeda
y José de Alzugay, y el ilustrado portuense Juan Luis Roche, tres grandes amigos,
quienes a través de este último tuvieron una fluida correspondencia con fray
Martín Sarmiento y con el también benedictino fray Benito Jerónimo Feijoo.
Castañeda, que ya había cesado como procurador a Indias en El Puerto, se
encontraba a la esperaba de restituirse a su patria peruana, pero mientras llegaba
el momento de la partida, continuaba desde hacía bastantes años como confesor
de la importante señora de la oligarquía local y cargadora a Indias, doña Clara
Vizarrón, quien había encomendado la administración de sus bienes al erudito
y protegido personal Juan Luis Roche. El padre Alzugaray20, que había sido
procurador General de su provincia y en Madrid y Roma en 1743, compartía con
ambos su vasta formación y las muchas ideas que había adquirido en sus viajes
por Francia e Italia, así como sus amplios conocimientos, y fluidez, de la lengua
francesa, hallándose igualmente pendiente de retornar a sus tierras americanas,
no habiendo podido partir al contraer una enfermedad psíquica, que le llevó al
borde de la locura, siendo Roche con su compresión y ayuda, tanto psicológica
como médica, y Sarmiento a través de sus cartas, quienes le ayudaron en esta
situación y conseguirían el retorno a su Perú.21
Desde la plaza del Polvorista, rodeada de hermosas y suntuosas edificaciones,
donde se hallaban, mirando a la bahía, a la izquierda la Casa de las Cadenas de la
familia Vizarrón donde vivía el ilustrado y erudito Roche, y a la derecha el Hospicio
de Indias de la Compañía Jesús donde residían los padres Castañeda y Alzugaray,
entre otros, y en sus muchos paseos y charlas compartiendo inquietudes religiosas,
sociales y culturales, no nos parece descabellado pensar que los conceptos de
buscar la verdad científica por medio de la razón, de modernizar la sociedad
combatiendo la superstición, la ignorancia, y el fanatismo religioso, y de mejorar
el conocimiento del mundo en que se habitaba, pudieran partir de aquí al Nuevo
Mundo, flotando en los navíos y en las mentes de muchos cualificados pensadores
jesuitas.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
[…] sólo están labradas las escuelas, una iglesia ínterin primorosa,
con dos medios ángulos y diferentes aposentos, con una torre muy alta
y hermosa y otras oficinas útiles al Colegio […]
Pero el historiador, cuando esto escribió, no intuía lo que iba a ocurrir en los
primeros días del mes de abril de 1767, por lo que todas las previsiones quedaron
truncadas en un doble sentido: por una parte se paralizaron las obras que nunca
más se proseguirían25, y por otra, mucho más sensible para la ciudad, quedaron los
jóvenes portuenses huérfanos de cultura.
Buena prueba de ello, del vacío que se produjo en cuanto a la atención que
se venía prestando a niños y adolescentes, fue la falta de maestros cualificados
y autorizados por el cabildo municipal para impartir docencia. El Supremo
Consejo de Castilla, sopesando esta deficiencia, remitió escrito a las autoridades
de la ciudad, el 17 de agosto de 177326, más de seis años después de la expulsión,
pidiendo que el Comisionado informara
[…] por su mano si está evacuada en todas sus partes la Real Cédula
de aplicación de este Colegio e Iglesia que fue de los Regulares de la
Compañía y el estado en que se halla su nuevo destino, expresando en
caso de no haberse verificado su cumplimiento, la causa o motivo que
lo difiera […]
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Quintanilla, Salvador de
Superior de la comunidad desde el 12 de diciembre de 1765. Onu-
bense, habiendo nacido en Niebla el 5 de agosto de 1721, ingresando
en la Compañía el 28 de marzo de 1739 y realizando sus votos perpe-
tuos el 2 de febrero de 1757.
Embarcó hacia el destierro en El Puerto de Santa María en el navío
sueco La Paz el 2 de mayo de 1767 rumbo a Civitavechia. (Archivo Ge-
neral de Simancas, en adelante AGS, Marina: Legajo 724)
Montilla, Juan de
El tercer sacerdote era sevillano, nacido el 16 de septiembre de 1730,
quien había ingresado en la Compañía de Jesús, con quince años, el
17 de de septiembre de 1745, para el 2 de febrero de 1764 realizar sus
votos solemnes, teniendo como responsabilidad el impartir la docen-
cia en gramática.
Embarcó hacia el destierro en El Puerto de Santa María en el navío
sueco La Paz el 2 de mayo de 1767 rumbo a Civitavechia. (AGS: Marina:
Legajo 724).
Junto a estos, otros tres coadjutores tenían su residencia en el colegio
de la calle Luna.
Espinosa, Luis de
Era el procurador de la comunidad. Natural de Málaga, nació el 30
de abril de 1708, ingresado en la Compañía el 6 de marzo de 1725 y
siendo coadjutor desde el 15 de agosto de 1738.
Embarcó en Cartagena para Córcega en el navío holandés Catalina Po-
lonia, el 9 de octubre de 1767. (AGS: Marina: Legajo 724).
Residía en la legación de Rávena en 1773 (Archivo General de Siman-
cas, Inventario 27, legajo 1)
Falleció en Veruchio el 27 de julio de 1786.
Calle, Manuel de la
Natural de Perroso, en Santander, nacido el 16 de noviembre de 1738,
ingresó en la Compañía de Jesús el 9 de marzo de 1756.
Embarcó hacia el destierro en El Puerto de Santa María en el navío
sueco La Paz el 2 de mayo de 1767 rumbo a Civitavechia. (AGS: Marina:
Legajo 724). Se secularizó el 15 de julio de 1767, y meses después huyó
de Córcega donde se hallaba.
25
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Vargas, Lucas de
Natural de la vecina ciudad de Jerez de la Frontera donde había na-
cido el 13 de diciembre de 1733. Jesuita desde el 12 de diciembre de
1754, y coadjutor desde el 2 de febrero de 1765.27
Embarcó hacia el destierro en El Puerto de Santa María en el navío
sueco La Paz el 2 de mayo de 1767 rumbo a Civitavechia. (AGS: Marina:
Legajo 724).
Se secularizó el 28 de agosto de 1767, y con posterioridad, en ese mis-
mo año de 1767 huyó desde Córcega donde se hallaba. En 1774 residía
en Roma según consta en el AGS, Dirección General del Tesoro (DGT),
Inventario 27, Legajo nº 1.
[…] una casa bastante grande y hermosa que las siete provincias de Indias
tenían en el Puerto de Santa María. […].
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Escorza, Marcos
Procurador a Indias y Superior. Natural de Quito, quien en 1734 era
rector del Colegio de Loja.
Falleció en el Puerto de Santa María el 4 de mayo de 1767.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Eizaguirre, Miguel
Sacerdote.
Embarcado en Cartagena en el navío holandés Catalina Polonia el 9 de
octubre de 1767 para Córcega (AGS: Marina: Legajo 724).
Residente en Ferrara en 1771.
Gutbel, Juan
Sacerdote.
Depositado en la Cárcel de Corte de Madrid, actual Palacio de Santa
Cruz de Madrid. (Desconocemos las causas que se seguían contra él)
Muerto en Zaragoza el 2 de agosto de 1778.
Jurado, Diego
Sacerdote.
Embarcado en Cartagena en el navío holandés Catalina Polonia, el 9
de octubre de 1767 para Córcega (AGS, Marina, legajo 724).
Residente en Ferrara en 1771.
Molina, Cristóbal
Coadjutor.
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Muñoz, José
Coadjutor.
Fallecido en El Puerto de Santa María el 22 de agosto de 1767.
Muriel, Domingo
Junto al Padre Robles se hallan pendientes de embarcar con una ex-
pedición de novicios.
Orbeloso, Diego
Sacerdote.
Fallecido en El Puerto de Santa María el 5 de septiembre de 1767.
Porter, Nicolás
Sacerdote.
Natural de Inglaterra. Posiblemente procedía del Colegio inglés o ir-
landés de Sevilla y se encontraba pendiente de partir.
Tenemos constancia de que era misionero en la América hispana. So-
bre él escribió, en 1886, Giovanni Battista Rasi una publicación titulada
“A Short Memoir of Father Nicholas Porter”, que no hemos podido
localizar.39
Se embarcó para Londres y no gozaba de pensión.
Robles, José de
Juntamente con el Padre Domingo Muriel se hallaban pendiente de
partir con una expedición que abortó el extrañamiento.
Sanz, José
Estudiante.
Embarcado en el Puerto de Santa María en el navío sueco La Paz el 2
de mayo de 1767 rumbo a Civitavechia, (AGS, Marina, legajo 724).
Secularizado el 29 de enero de 1769.
Residente en Faenza en 1771.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Nos encontramos en los inicios del año 1767 en El Puerto. Aún el vecindario
recordaba la buena climatología que había tenido la zona en el año anterior, y cómo
la lluvia había llegado puntual a su cita de manera intermitente, sin brusquedad,
habiendo calado lentamente en la tierra y haciendo germinar con alegría la semilla,
poniendo el paisaje de un tono verde intenso espectacular y, lo más importante,
obteniéndose una excelente cosecha de cereales que hizo llegar el alimento vital,
el pan, a las familias más humildes. Pero este año parecía que iba a ser diferente,
que acontecimientos importantes, y no deseados, se iban a producir. De entrada,
las lluvias caían sin cesar, de manera torrencial inundando los campos, impidiendo
que la sementera pudiera brotar, porque tal cantidad de agua pudría el grano, o los
torrentes de agua que se formaban lo arrastraban hacia zonas pedregosas. El eterno
problema de las sencillas personas que labran la tierra: o las plantas no tienen el agua
necesaria, o lo es en más cantidad de la que necesitan.40
En la mañana del día tres de abril de este año, viernes, los portuenses, los
trabajadores manuales que se levantaban cuando aún el Sol no los iluminaba, unos a
sus faenas agrícolas y otros a las relacionadas con el mar, comentaban los infrecuentes
ruidos de soldados que aquella noche se habían dejado sentir, sin poder valorar
a qué habían sido debido. Por su parte, la chiquillería, enfrascada en sus juegos y
diabluras a pesar del agua que caía, como cada día había acudido al encuentro con
su colegio, con sus clases, en la confluencia de las calles Luna y Nevería, debajo de la
torre, a la espera de que las puertas se abrieran, de que un miembro de la Compañía
de Jesús con un singular atuendo negro, liso y cerrado por delante, con su ancho
cíngulo en la cintura, y su característico birrete de elevadas y puntiagudas esquinas,
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
apareciera tocando palmas para que pasaran a las clases, para indicarles que éstas
iban a comenzar.
Pero esta situación no se dio. Pasaron unos minutos, más de lo que era habitual,
y nadie abría la puerta, nadie salía. Algo anormal pasaba.
De inmediato empezaron a correr rumores, a formarse corrillos en los que se
musitaba con temor que los padres no se encontraban dentro, que aquella noche
militares, el ejército, a las órdenes del gobernador político – militar conde de Trigona,
habían tomado las calles contiguas impidiendo la comunicación de sus miembros,
siendo apresados y llevados, fuertemente escoltados, al hospicio de Indias cercano
a la Plaza del Polvorista. Que dentro, en aquellos momentos, se encontraban jueces
comisionados, acompañados de escribanos, que estaban procediendo a la ocupación
del edificio y a confiscar todas las propiedades existentes, así como a buscar libros y
toda clase de documentos.41
No mucho después se tuvo conocimiento de que de igual modo se había
actuado en el hospicio de Indias, por lo que todos los ignacianos que se hallaban en
la ciudad se encontraban presos en el Hospicio, también conocido como Casa de los
Apóstoles.
No hizo falta que transcurriera mucho tiempo, de inmediato la noticia corrió
de boca en boca, como si el aire de Levante tan común en estas tierras, las llevara
al rincón más apartado. En cualquier lugar de esta antigua ciudad no se hablaría
de otra cosa. El tema de conversación sería el mismo en los aledaños del río, en el
edificio de la pescadería que fabricase en 1682 el duque de Medinaceli, señor de
la ciudad, don Juan Francisco de la Cerda, como entre los revendones, patrones
y marineros de la pesca del cordel, del bou o de los chinchorros del río. En las
carnicerías, a las que se llegaba por la calle del Muro, que tomó dicho nombre
por estar situada sobre lo que habían sido las primitivas murallas de la ciudad,
lugar de compras y centro de diálogo, costumbre que no ha cambiado, el tema
de conversación giraría sobre lo mismo. En la Plaza del Polvorista, significativo
paraje de encuentro de comerciantes que traficaban con Indias, quienes a su vez,
en buena porción, componían el gobierno municipal, y sumidos en el bullicioso
alboroto que formaban los trajineros, portadores y arrieros que manipulaban las
mercancías, la sorpresa era la misma.
De la boca de cada uno de los vecinos sólo saldría un único clamor. Los
jesuitas regulares, la Compañía de Jesús fundada por san Ignacio de Loyola en
1539, y aprobada por la Bula Apostólica de Paulo III Regiminis Militantes Ecclesia
del 27 de septiembre de 1540, la que con tanto esfuerzo había conseguido instalarse
en El Puerto tras vencer la oposición de los Señores de la ciudad, había sido
drásticamente expulsada, y sus miembros desterrados, echados sin miramiento,
con lo imprescindible, con sólo los utensilios y ropa personal, pero no sólo de
esta ciudad, que era lo que importaba a los portuenses, sino de todas los reinos y
posesiones del rey Carlos III, incluidas las tierras americanas y filipinas.
Eran ya muchos años de convivencia mutua entre los naturales y los jesuitas.
Aquí, en el marco de la Bahía, los seguidores de san Ignacio de Loyola, una veintena
de años después de su fundación, ya estaban afincados en Cádiz (1565-1566), y
después vinieron otras fundaciones en Sanlúcar, Jerez, El Puerto y ciudades del
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
entorno. Había habido problemas con el pueblo llano, con los pecheros, algunos
ardorosos y violentos, pero también la Compañía había logrado la simpatía y
admiración de otra buena parte de la población, con profusión en el sector de
las clases dirigentes y cultas, porque la realidad es que siempre los jesuitas, a
lo largo de su historia, han tenido fuertes enemigos y detractores, pero enfrente
grandes benefactores y defensores; han logrado importantes conquistas en su
misión de defender la fe, pero por el contrario han sido significativas las derrotas
que han debido soportar. Siempre su mensaje cristiano ha llegado a toda la
sociedad, pero no toda lo ha recibido de igual manera, no toda lo ha interpretado
de la misma forma, aunque siempre, invariablemente, han conseguido que
nadie se mostrara indiferente. Buena prueba de ello se dio aquí, en El Puerto
en 1754, a donde acudió el navarro de Tafalla padre Pedro Antonio Calatayud42
a impartir sus famosos, impactantes y terroríficos sermones, motivando que su
Cabildo, influenciado por las ideas que preconizaba este jesuita sobre bailes y
representaciones teatrales, se opusiese, en contra del Gobernador Militar de Jerez,
a que el empresario napolitano de “opera buffa” Nicolás Setaro actuara con su
compañía en la ciudad, cancelando las actuaciones y conduciendo, a pesar de la
aceptación que había logrado entre los portuenses, a que el primer teatro que tuvo
la ciudad fuese cerrado y demolido. La tensión entre partidarios y detractores
de las nuevas ideas ilustradas que con dificultad habían conseguido atravesar
nuestras fronteras, estaba en el ambiente enfrentando a unos con otros; por eso no
es de extrañar que cuando en febrero de 1758 el también jesuita padre Isla publica
su Fray Gerundio de Campazas, ridiculizando a su compañero de Orden el padre
Calatayud, se editaran 1.500 ejemplares de los que se vendieron 800 el primer día,
agotándose prontamente la edición e iniciándose, al mes siguiente, una nueva que
impidió la Inquisición. Pero pese a todo, y según deducimos de la documentación
consultada, en El Puerto, al igual que ocurría en otras ciudades, tenían sus adictos
y simpatizantes. No obstante las muchas comunidades religiosas establecidas en
la ciudad, siempre, la imagen de una larga sotana negra envuelta en su manteo,
rematada la cabeza por un bonete y breviario en mano, era habitual, porque eran
bastantes los religiosos jesuitas que solían permanecer aquí, en sus residencias,
unos impartiendo enseñanzas, objetivo primordial de la institución, y otros en
tránsito hacia tierras de misiones.
Por todo ello la noticia debió causar un gran impacto, en especial por el sigilo
con que se había actuado. Entre los regulares hacía ya tiempo que se sospechaba
que algo se estaba urdiendo, habida cuenta de cómo se había actuado contra ellos
en Portugal y en Francia, pero no se creía que este proceder fuese inminente.43 La
principal autoridad, entiéndase el gobernador político-militar, llevaba varios días
más inquieto e intranquilo que de costumbre. Sospechaba que algo importante
se iba a realizar, a tenor de la comunicación que había recibido de Pedro Pablo
Abarca de Bolea y Ximenez de Urrea, X conde de Aranda, quien jugó un papel
fundamental en todo el proceso del extrañamiento. El comunicado, que después
se sabría había sido tramitado a la autoridad más significativa de cada pueblo o
ciudad, y que se había recibido al inicio de la segunda quincena del mes de marzo,
decía que le remitía
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Una vez reunidos todos los jesuitas que se hallaban en El Puerto concentrados
en el Hospicio, de acuerdo con el punto III de la Pragmática Sanción de Carlos III
sobre la expulsión45, de las instrucciones que deberían ejecutar los comisionados
para el extrañamiento y ocupación de los bienes y haciendas, se tocó la campana
interior de la comunidad que servía para convocar a sus miembros, y una vez
reunidos todos, sin excepción, en el refectorio rectangular de la planta baja, en
presencia del escribano, el conde de Trigona procedió a dar lectura a la pragmática.
Realmente había comenzado el penoso y doloroso exilio de un montón de jesuitas
que en su interior se preguntaban, sin encontrar respuesta, el mal que habían
podido realizar a la sociedad, a la que habían entregado lo mejor de sus vidas.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
las calles de El Puerto hacia el Hospicio como corderos dóciles, sin necesidad de
que una fuerza armada los hubiera trasladado, como si su Pastor los guiara.
Por su parte, el Hospicio, de la noche al día, se había transformado en un
importante centro de acuartelamiento. Ya no eran jesuitas silenciosos los que
cruzaban su umbral, ahora imperaba un bullicio constante de escribanos dedicados
a toda la burocracia del extrañamiento, de amanuenses que ponían en limpio
escritos y anotaciones, de porteadores que iban almacenando las propiedades
incautadas, de militares, de regidores y diputados del cabildo quienes, por tareas
encomendadas, o por simple curiosidad amparados en el cargo que ostentaban,
entraban y salían requiriendo información, u oteando el ambiente. En el piso
superior, apartados, apesadumbrados, medio inconscientes, los jesuitas debían
estar rezando, meditando, sopesando cúal era su situación y su futuro.
Casi treinta largos días estuvieron en esta situación, mientras los demás
miembros de las comunidades de Andalucía occidental y parte de Extremadura,
a los que también se habían capturado, como si fueran alimañas, viajaban para el
centro de concentración de Jerez de la Frontera, una de las “cajas” en que se les
debería concentrar para ir al encuentro de los puertos de embarques, en este caso
de El Puerto, según las instrucciones del conde Aranda.46 Era responsabilidad de
éste47, con personal civil de las Secretarías de Guerra y Hacienda, todo lo referente
a los aspectos logísticos del viaje de extrañamiento a los lugares de concentración,
y de la Armada, de los tres Intendentes de Marina peninsulares, el del Ferrol, el
de Cartagena y el de Cádiz, (el cuarto se hallaba en La Habana) el disponer de los
barcos necesarios para la navegación hacia Italia.
De acuerdo con ello Juan Gerbaut Poruci, que lo era de Cádiz y se
encontraba en la Isla de León, actual San Fernando, adonde ya se había trasladado
el Departamento Marítimo pese a la fuerte oposición de los gaditanos, de acuerdo
con Arriaga48, trabajó deprisa para contratar y acondicionar los navíos necesarios.
Mientras esto ocurría, parte de los que debían concentrarse en Jerez de la
Frontera, los pertenecientes a las casas de Sevilla, en una noche fría y lluviosa,
partían de la ciudad por el río Guadalquivir abajo hacia Sanlúcar de Barrameda
el día 10 de abril en tres barcos; mientras los otros, los de tierra adentro, los de
Fregenal, Córdoba, Andújar, Cáceres, Llerena, etc., se iban agrupando, en tránsito,
en dicha ciudad hispalense, para más tarde seguir la estela, el surco marítimo que
habían dejado en las serenas aguas los barcos de sus hermanos de Orden.49
Los primeros que habían partido, tras una navegación tranquila, aunque
húmeda, durante toda la madrugada, arribaron a Sanlúcar con las luces del alba.
En medio de una intensa lluvia, se desembarcó en faluchos y pequeños botes a los
jesuitas que transportaba, para encaminarlos sin pausa, a pesar de la climatología,
a la ciudad de Jerez de la Frontera, el destino previsto. Algo después llegaron y
fondearon en las playas frente al coto de Doñana los otros dos barcos, a los que
esperaban carruajes enviados por el conde de Trigona desde El Puerto. Iniciada la
marcha los carreteros hicieron ver a las autoridades responsables de la comitiva, la
imposibilidad de llegar a Jerez, por el estado lamentable, debido a la lluvia, en que
se encontraban los caminos que allí llevaban, toda vez que los carros hundían sus
ruedas más allá de los ejes, y las bestias no podían mantenerse erguidas.50
34
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Ante esta situación, todos cansados, pero sobre todo los regulares que lo
estaban física y psíquicamente, decidieron dirigirse a El Puerto de Santa María, en
la confianza, según aseveraban los cocheros que había realizado el trayecto de ida,
de que el camino estaba mucho mejor, y de que allí, en el hospicio de Indias, se les
podría dar alojamiento.
Una vez en El Puerto, no todos los regulares sevillanos pudieron alojarse en
el Hospicio por falta de espacio, así que se recurrió a la siempre caritativa, generosa
y benefactora de la Compañía María de Borja Lastrero, descendiente por línea
paterna de San Francisco Javier, y por tanto de los duques de Gandía51, a quien
el padre Marcos Escorza había bautizado a su hijo Francisco Javier, quien sería
Capitán General de la Armada.52 Abrió las puertas de su residencia, sólo separada
del hospicio por una pequeña y estrecha calle, a los expulsos sevillanos, quedando
todos los miembros que habían llegado muy cerca unos de otros, vigilados, y a la
espera de la partida marítima por el Mediterráneo camino de Italia.
Esta imprevista situación de alojamiento despertó inquietud en los
comisionados locales antes los nuevos jesuitas que debían llegar, para lo cual
recurrieron al filántropo e ilustrado Lorenzo Ferrari Porro, a quien Felipe V en
1737 había concedido el título de conde de Cumbre Hermosa, que poseía un
señorial edificio muy cerca del hospicio, ideal para alojar con comodidad a muchos
religiosos. Aquí fueron alojados el resto de los jesuitas asignados a este puerto que
se encontraban en Jerez de la Frontera, hasta el mismo momento del embarque.
Iniciado el mes de mayo, todo estaba preparado para la marcha. El intendente
de Marina de Cádiz ya tenía fondeados en la Bahía los navíos apropiados; había
mandado arranchar todo, revisar los velámenes, confeccionar los catres, embarcar
el sustento necesario, subir a bordo los objetos precisos para las celebraciones
religiosas, así como la contratación de los criados que debían atender a los
religiosos durante la navegación. Y con todo ello a punto, se dieron órdenes a las
autoridades de El Puerto para que procedieran al envío de los jesuitas a los barcos.
Para el relato de este acontecimiento nos atenemos al detallado diario de
uno de estos jesuitas expulsos, el padre Diego Tienda53:
35
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
36
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Teníamos un especial interés por saber cómo actuaron los portuenses ante
la expulsión de la Compañía de Jesús de la ciudad, de cómo habían aceptado la
partida de una comunidad que tanto había costado que se asentara, que estaba
atendiendo a la formación de sus hijos, los que a partir de aquellos días quedaban
desatendidos, problema que fue general, durante un largo periodo, en todos los
pueblos y ciudad del reino.
Al no tener la tan deseada narración de aquellos días, como con anterioridad
hemos manifestado, nos vamos a centrar en dos aspectos, en lo que dejaron escrito
los viajeros y, fundamentalmente, en lo que escribieron algunos “diaristas” de la
Compañía que por la ciudad pasaron en su viaje hacia las posesiones papales.
De los primeros, algunos de ellos se pierden en la memoria de los tiempos,
hemos encontrado deliciosos relatos que loan sus encantos. A lo largo de la historia,
por el mar que rodea nuestra costa, llegaron tartesios, fenicios, cartagineses,
griegos, romanos, vándalos, judíos, moros, castellanos, etc., etc., buscando todos
las bondades de estas tierras y, por supuesto, de la convivencia que tuvieron con
los naturales, les legaron aspectos de su cultura58. Pero nos hemos centrado, con
más énfasis, en los que escribieron sobre ella en los periodos cercanos al que nos
incumbe: los franceses Antoine de Brunel, el Padre Labat y Etienne de Silhouette;
el inglés Richard Ford; el embajador marroquí de finales del siglo XVII, 1690,
Muley Ismail; Jean Francois Peyron o Antonio Ponz, del siglo XVIII; y más tarde,
ya en el XIX, en Próspero Merime, en Washintong Irving o en Pio Baroja.
Con diferentes estilos y con diferentes visiones, de una u otra manera,
todos ensalzan la belleza de su río Guadalete, sus verdes pinares, sus blancas
y abundantes salinas, sus magnificas casas donde en los siglos de esplendor
competían unas con otras en cuanto a mármoles, piedras constructivas, artísticos
herrajes y no menos admirados artesonados. También refieren sus amplias calles
todas pavimentadas de piedras, y cómo no, su fastidioso, pero necesario para la
salud, viento de levante. Pero, entre tanto relato, hemos prestado una especial
atención a lo que manifiestan de sus gentes, del pueblo llano, de sus campesinos,
de sus pescadores, de sus marineros, y también de sus ricos comerciantes. De los
que tenían mucho y de los que no tenían nada, sólo sus manos para el arduo y
rudo trabajo del día a día en que lo encontraban.
Pues bien, todos estos visitantes dejan constancia de la acogida y hospitalidad
de sus gentes, de su sencillez, de su saber compartir, de su generosidad que no es
la limosnera, sino la que llega sin pedirla, la marinera de socorrer al naufrago.
Sirvan estas líneas para exponer que si sus gentes tenían esta idiosincrasia,
también estuvieron al lado de los ignacianos. Es más, estaban con ellos porque
el mensaje de San Ignacio de Loyola había calado en su sociedad, en los vecinos
que habían sabido esperar y superar las muchas barreras que se oponían a su
instauración. Había sido un clamor el pedir su venida, y que los portuenses,
siguiendo su trayectoria de acogida y de hospitalidad, lamentaron profundamente
37
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
su partida. Eran muchas las familias, de todos los estamentos sociales, que les
tenían un especial aprecio; unas, los pudientes y acaudalados, ofreciéndoles
sus aportaciones económicas para la fundación, otras dándoles su apoyo y
comprensión, y otras entregándoles lo que más querían, la juventud de sus propios
hijos para labores misionales.
Pero analicemos la situación política de El Puerto en aquel año. El Gobernador,
Berengario Trigona, militar, era un hombre de confianza del Rey. Tan era así que
se lo había traído consigo desde Italia como hombre en el que podía confiar
plenamente, y fruto de esta convicción es que le otorgara el gobierno de una de
las ciudades españolas más importantes del momento. Pero a la vez, por el análisis
detallado de sus actuaciones a lo largo de los años de la expulsión, deducimos que
era simpatizante de la Compañía, ya que tenía un hermano miembro de la Orden
de San Ignacio59. Debido a ello, y de que esta misma situación se daba en el conde
de Aranda, -militar que en su juventud se formó con jesuitas y con un hermano
de sangre, el padre Gregorio Iriarte60, también jesuita- la relación entre ambos fue
buena, cordial y fluida. Esto no significó en ningún momento que hicieran dejación
del cometido que se les tenía asignado, al igual que el Secretario de Marina e Indias
Julián de Arriaga del que también sabemos que era partidario de los ignacianos,
sino que lo realizaron bajo la más estricta legalidad, pero siempre que pudieron, y
sin salirse de ella, simpatizaron con la Orden, les prestaron su ayuda.
Apartado también interesante, y que ha merecido una especial atención, es
el de “los diaristas”. Sus autores son jesuitas, expulsos, dolidos, que sufren una
situación injusta, incomprensible, y que además, parece, que muchos de ellos
realizan esta labor a instancias de sus superiores, en la idea de dejar constancia del
calvario que padecen. La doctora Fernández Arrillaga, especialista en el tema de
la expulsión de la Compañía de Jesús Por Carlos III, manifiesta sobre los diarios y
sus autores que:
[…] Habría que unir ese interés de los diaristas jesuitas a la voluntad
de que sus escritos sirvieran para defender la causa de la Compañía,
pudiendo, si se diera el caso, ser utilizados contra sus detractores. Después
de haber consultado más de una treintena de manuscritos, en los que
los expulsos narran la expulsión de España y el destierro, no nos cabe
duda de que fue ese interés apologético el que les movió a escribirlos;
realizándolos en muy diversos modos, pero con una misma orientación
y siguiendo un mismo patrón […]61
Todo esto nos lleva a poner una especial atención en la información que nos
transmiten. Reflejan una realidad indiscutible de los hechos que se produjeron,
pero aderezados subjetivamente; por eso su lectura hay que realizarla muy
detenidamente, centrándonos en los acontecimientos que se narran, pero
separándolos de los comentarios personales que los acompañan.
Una vez expuestas estas consideraciones, veamos algunas de las actuaciones
de los portuenses, autoridades y vecinos, con los jesuitas que llegaron expulsos.
La primera nota digna de destacar es la actuación de Trigona de acuerdo
con el Pliego Reservado del 2 de abril, donde se hacía referencia a que en ninguna
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Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
casa de los jesuitas faltarían fondos para cubrir las primeras necesidades y para el
traslado de los regulares a los lugares asignados, pero que si así fuere se buscarían
caudales “[…] en algún particular; asegurándolo V. por escrito en nombre de S.M. de su
pronta restitución, sin que se retarde el reembolso al interesado […]62 Muy poco caudal
se pudo encontrar en ambas comunidades, por lo que Trigona recurrió a los
cargadores a Indias don Domingo López de Carvajal63 y don Jacinto de Barrios,64
quienes a su requerimiento actuaron con prontitud aportando respectivamente
503.666 y 384.437 rs.vn.65
Seguidamente puso manos a la obra de buscar y seleccionar a unos
colaboradores en quien depositar parte de la amplia gestión encomendada, que
fueron entre otros, un administrador general, dos contadores, un defensor de las
ventas de las temporalidades, y un responsable de la manutención y atenciones
primarias de los religiosos apresados. Este último debía realizar una labor muy
sensible con los jesuitas, por eso acudió a una persona allegada, a su propio
secretario personal, a don Lorenzo de la Vega, quien a su vez era Fiscal del Tribunal
de Cruzada; pero con este nombramiento se equivocó, pues no pensó que tal Sr. De
la Vega se dedicara a otra cosa que enriquecerse a costa de los jesuitas extrañados
que por la ciudad pasaban, compartiendo sus irregularidades con su cuñado José
Cantelmi. Fueron tantos los abusos, y de tal cuantía, que en junio de 1768 se les
pidió informes a los propios jesuitas, y el 26 de septiembre se le abrió expediente
a instancias del Fiscal del Concejo, anulándosele el nombramiento66 para recaer la
responsabilidad en don Guillermo Tyrry, marqués de la Cañada.67
Todos estos hechos son recogidos por el diarista José Manuel Peramás68 que
llegó con el grupo de los expulsos del Paraguay.
[…] El paño de que nos hicieron las sotanas y manteos era tan
basto que, luego que perdía el lustre y se le caía el pelo, parecía arpillera.
39
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Las medias tan ordinarias que podían servir de redes para pescar. Las
sábanas tan angostas que, sin ponderación, parecían paños de manos.
Los pañuelos, un pedazo de terliz, y tan ordinario que no se podía servir
de ellos, por pasarse lo que debían retener; y así lo demás. Es verdad
que haciéndole cargo á Vega sobre esto, respondía unas veces que el
orden de la Corte era que nos dispusiesen de lo preciso para poder llegar
decentemente a Córcega, y no más […]
En cuanto a la comida decía que era: “…sucia y tan mal guisada que sólo por la
necesidad la tomábamos, y en cantidad tan poca que sólo para pasar la vida era bastante...”,
y cómo al final, estando ellos para partir de El Puerto le vino a Vega
El Padre Antonio López de Priego73 fue otro expulso, de México, que escribió
un diario sobre la expulsión realizando algunas anotaciones sobre su estancia en
El Puerto.74 En su capítulo cuarto narra la felicidad, después de tantos infortunios,
con que llegan a España, trasbordados a los pequeños faluchos y desembarcados
en tierra en las inmediaciones del Hospicio donde son hospedados, expresándose
así:
40
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
Peramás por su parte, en esta ocasión, coincide con Priego sobre las
atenciones que recibían de la duquesa de Gandía:
41
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Y que
[…] Este rigor que observan con nosotros para que no nos tratasen,
se vino al fin a remediar, porque los oficiales hacían la vista gorda y
dejaban entrar a cuantos querían, y también porque el Sr. Gobernador
concedía con facilidad licencia al que la pedía. Con esto lo pasábamos
alegremente, sabíamos noticias y lográbamos algunos papeles que sobre
nuestro asunto corrían, porque eran muchos los que nos trataban y grande
el afecto que nos tenían, principalmente a los del Paraguay, pues como
llegamos tan estropeados… […]
Bien es cierto que esta residencia era la menos adecuada para hospedarlos.
Perteneciente a las temporalidades de la Compañía, estaba un tanto deteriorada,
y hubo de utilizarse en los momentos de más agobios, cuando ya no cabían
42
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
regiones climáticas tan diferentes, bien por naufragios, o bien por causas naturales
sin la compañía de los seres queridos que en estas tierras habían quedado.
Cuatro años antes de que la bienhechora de la Orden en El Puerto doña
Catalina Cerrato, en 1633, otorgara testamento, con una serie de clausulas, para
la fundación de una “escuelas de leer, escribir y contar, y estudios de Latinidad,
Artes y Teología”, origen de la Compañía de Jesús en El Puerto, nacía Francisco
Escobar, primer religioso jesuita portuense que, según la información que hemos
hallado en nuestros estudios, fue a misionar a tierras americanas.82 Con dieciocho
años, en 1647, partió para Perú en la expedición del padre Bartolomé de Tafur83
en el navío San José y Nuestra Señora de la Merced, haciendo escala en Cartagena de
Indias.
Suponemos que entre Francisco Escobar y Blas Álvarez, nacido sobre 1687,
que es el siguiente del cual tenemos constancia, debió haber otros portuenses
jesuitas repartidos tanto por la España peninsular como por la de ultramar. Marchó
el joven Blas, en este caso, a Chile, el 26 de noviembre de 1711 con el procurador
Domingo Marín en el navío Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora Concepción.
Este último jesuita, así como Juan Ignacio Bernabé y Diego Manuel Londoño,
cuyas síntesis biográficas incluimos a continuación, no llegaron extrañados a El
Puerto, y por sus edades, sobre todo la de los dos últimos, entraba dentro de las
posibilidades. Pensamos que o bien habían fallecido en Filipinas o en Perú a donde
marcharon, o no pertenecían a la Compañía, caso poco probable.
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Estos fueron:
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NOTAS:
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sierra de San Cristóbal, en el camino de Jerez había uno más, en el Pago de los Tercios, en la
hijuela de Maribáñez, y un último, pequeño, que no hemos podido localizar, sumando entre todos
5.024 árboles, sin contar las estacas o pequeños olivos aún improductivos, con un valor de 12.769
ducados. E igualmente 241/2 aranzadas de viñas en el Pago de los Tercios, en la Laguna Chica, por
un valor de 3.579 ducados.
Todo ello en: Archivo Histórico Nacional: Clero, Jesuitas, Legajo: 453, Expediente: 1 y 2; Junta nº 3
de Temporalidades de 14 de junio de 1769, fol.: 53 vlto.; y en A.H.N.; Clero, Jesuitas, Legajo: 453,
Expediente: 1 y 2; Junta nº 3 de Temporalidades de 14 de junio de 1769, fol.: 41.
23 En la octava Junta de Temporalidades celebrada en El Puerto el 23 de agosto de 1769, don José
Ignacio Rodríguez de León, cura de la Iglesia Mayor Prioral y uno de los vocales de la Junta,
presentó un memorial, de fecha 6 de agosto de ese año, sobre el estado en que se encontraban las
propiedades de la Compañía en la ciudad y los débitos que tenían contraídos, en el punto tercero
inserta la siguiente nota sobre la iglesia del colegio: “El sitio que estaba destinado para iglesia, (en el
supuesto de ser bastantemente amplio, en el centro de la ciudad y calle principal) sólo tiene labrado el alto de
siete a ocho varas. De suerte, que cómodamente puede proseguirse en una gran posesión; en el concepto de
que ni es colegio, ni aula, ni alguna otra cosa de las que enumera el Capítulo Décimo de la Real Cédula como
invendibles”. En Archivo Histórico Nacional: Clero, Jesuitas, Junta de Temporalidades, Legajo 453,
folios 66 a 68 vlto.
24 Ruiz de Cortázar, Anselmo José (1997).
25 En el incendio que se produjo el día 23 de febrero de 1984, en el querido y añorado por todos los
portuenses Teatro Principal, que se había construido en 1845 sobre lo que fue el proyecto de iglesia
del colegio de San Francisco Javier, una vez apagado, a través de los restos calcinados y humeantes
de detrás del escenario, se pudieron distinguir claramente los arranques de lo que se pretendió
fuera iglesia, e incluso los bosquejos de sus capillas.
26 A.H.N.: Clero, Jesuitas: Legajo 453, Expediente nº 2, folios 280 a 284.
27 Archivo Teológico Granadino. Catalogo de los jesuitas de la Provincia Andaluza en el siglo XVIII.
28 Pacheco Albalate, Manuel (2011: 59-63).
29 José Manuel Peramás y Guarro, nacido el 17 de marzo de 1732, ingresó en la Orden el 12 de
noviembre de 1747, haciendo sus votos solemnes el 21 de diciembre de 1765. Ingresó en la Provincia
de Aragón. Se embarcó para Buenos Aires desde Cádiz. Para la partida llegó al hospicio de Indias
de El Puerto de Santa María desde Cervera (Lérida) el día 21 de diciembre de 1754. A Montevideo
arribó el 17 de julio de 1755, pasando al colegio Máximo de Córdoba de Tucumán donde estudió
Filosofía y Teología. Después fue misionero de indios, y más tarde, en dicho colegio de Córdoba,
fue maestro de Retórica y Moral. Falleció en Faenza en 1793.
30 Furlong, Guillermo, SJ. (1952: 153).
31 Para el estudio del “Oficio de Indias” es imprescindible consultar la obra de Agustín Galán García
(1995): El “Oficio de Indias” de Sevilla y la organización económica y misional de la Compañía de Jesús
(1566-1767).
32 En el Archivo Histórico Nacional, en la sección Clero, Jesuitas, en el legajo 249, se conservan casi
doscientas cartas que remitió el Procurador General de Indias, en El Puerto padre Marcos Escorza,
al también Procurador en la Corte padre Ignacio José González.
33 Hanisch, Walter (SJ.): (1972: 39).
34 Fernández Arrillaga, Inmaculada: (2002: 170).
35 Domingo Scribani Rossi, natural de Piazensa (Parma), nacido el 21 de septiembre de 1707, jesuita
desde el 2 de febrero de 1725. Hijo del conde Continuo Scribani, ingresó en la Compañía en la
Provincia de Venecia. En 1735 pasó a la Provincia de Santafé en misión que partió de la Bahía de
Cádiz. Allí fue a vivir al colegio Máximo como maestro de Juniores, de donde pasó de misionero
a las misiones de indios infieles, siendo su nuevo destino de rector del noviciado de Tunja.
Catedrático de cánones en el colegio Máximo. Provincial de dicha Provincia dos veces sucesivas,
y concluido fue rector del colegio Máximo en cuyo tiempo se le nombró procurador General a
Cortes de Madrid y Roma.
36 Nació en Jaén el 16 de agosto 1709. Ingresó en la Compañía y provincia de Andalucía el 20 de diciembre
de1723. Hizo los primeros votos en Sevilla el 21 de diciembre de 1725. Fue ordenado sacerdote en
Guadix (Granada) por el obispo Tueros en 1733. Hizo los últimos votos en Sevilla el 2 de febrero1745.
Llegó a Buenos Aires en 1745. Fue Procurador en Europa entre febrero de 1764 y abril 1767. En 1762
se le designó Maestro de Novicios y en 1764 la Congregación Provincial lo envió a Europa a reclutar
nuevos misioneros para América. Le sorprendió la expulsión en El Puerto de Santa María.
56
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Santa María en Cádiz, y Cartagena en la zona levantina. Así como Palma para los de Mallorca;
Salou para Cataluña, Aragón y Valencia; San Sebastián para los de Navarra y Guipúzcoa; Bilbao
para los de Rioja y Vizcaya; Santander y Gijón para los de Asturias, Burgos y Castilla la Vieja; La
Coruña para los de Galicia; el Puerto de Santa María para los canarios, extremeños y andaluces
occidentales; y Málaga para los andaluces orientales, murcianos y los de Castilla la Nueva. A todos
los de ultramar se les agruparía en El Puerto.
Por su parte Marina, los intendentes de Marina, debían de aportar todo lo necesario para realizar
la navegación hacia Italia, los navíos necesarios, los avituallamientos en el mar, así como las tres
fragatas del rey que les darían escolta a cada uno de los convoyes que partirían del puerto de La
Graña, la bahía gaditana y Cartagena.
47 […] Para que nuestras disposiciones respectivas se concuerden, participo a V.E. que de mi cuenta
queda la parte de conducir los Religiosos a los puertos nombrados; mantenerlos allí hasta que
pasen a bordo; y hacerles satisfacer la media anualidad que S.M. ha resuelto se les anticipe para
su subsistencia, desde que apeasen en la tierra de su destino […] (Archivo General de Simancas,
Legajo 724: Carta del Conde de Aranda a don Julián de Arriaga de fecha 2 de abril de 1767).
48 Julián de Arriaga y Rivera. (Segovia 19 de diciembre de 1700 – El Pardo 28 de enero de 1776). Sobre
su biografía, véase: Baudor Monroy, María (2004: 163-185).
49 Información tomada del padre Borja Medina (1991), quien a su vez los extrae del Archivo Municipal
de Sevilla, sección XI (Papeles del Conde del Águila), tomo XII, mm. 32 a 44.
50 Medina, Francisco de Borja: (1991: 5-90); Fernández Arrillaga, Inmaculada (2007).
51 Pacheco Albalate, Manuel: (2007: 153).
52 Cardenas Burgueto, Juan : (1983: 9).
53 Natural de Baena, en Córdoba. Nacido el 13 de junio de1726. Jesuita desde el 26 de agosto de 1740.
Noviciado en San Luis de Sevilla. Concluido sus estudios, y ordenado sacerdote en Guadix el 17 de
diciembre de 1750, hizo la tercera probación en San Ignacio de Baeza. Después de enseñar gramática
y retórica en Granada, fue preceptor de retórica de los jóvenes jesuitas de Carmona (1754 – 1759) y,
desde 1765, profesor de filosofía en San Hermenegildo de Sevilla, donde le sorprendió la expulsión.
Profeso de Cuarto Voto desde el 15 de agosto de 1759.
Embarcado en el Puerto de Santa María en el navío sueco “General Vaucaulbes” el 2 de mayo de 1767
rumbo a Civitavechia, en Archivo General de Simancas: Marina, legajo 724, “Relación de los individuos
del Orden de la Compañía que se han hoy día de la fecha a bordo del navío sueco “General Vancaulbes”, Puerto
de Santa Maria, 2 de mayo de 1767.
Residente en Faenza en 1771, y en Rávena en 1773, en Archivo General de Simancas, Dirección
General del Tesoro, Inventario 27, Legajo 1.
54 Hace referencia a la mencionada casa del conde de Cumbre Hermosa.
55 Entendemos que cuando dice llegamos al muelle, en realidad era a la playa, junto a la ermita de
la Virgen de Guía por donde desembocaba el Guadalete; y que los grandes barcos no eran otros
que simples faluchos, embarcaciones sencillas de un solo palo inclinado hacia proa con vela latina,
destinados a costear por la zona de bajura, tanto ejerciendo labores de avituallamiento a barcos
mayores, como a faenas de pesca, o al transporte de personas dentro de la propia Bahía.
56 A los que partieron desde El Ferrol les dio escolta el San Genaro, y a los de Cartagena la Santa Isabel.
57 Previénese que le procurador de cada Colegio debe quedar por el término de dos meses en el
respectivo pueblo, alojado en casa de otra religión y en su defecto en secular de la confianza
del Executor, para responder y aclarar exactamente, bajo de deposiciones formales cuanto se le
preguntare tocante a sus haciendas, papeles, ajustes de cuentas, caudales y régimen interior. Lo
cual evacuado se le aviará al embarcadero que se le señale, para que solo, o con otros sea conducido
al destino de sus hermanos.
58 Mariano López Muñoz, portuense, periodista y director entre otras de las revistas regionalistas
andaluzas El Regionalista (1917-1920) y El Justiciero, en su obra Las Trovas del Guadalete, manifiesta,
muy acorde con lo que decimos, que: «Existe en nuestro pueblo una herencia espiritual, pero no
un patrimonio de raza. El Puerto no es la estirpe, no es la raíz o tronco de una familia. La ciudad
tiene más de alambique y de molde, que de cuna. En cuanto corre por la sangre un miligramo de
sal marina de la que satura el ambiente o una gota del vino sutil de estas soleras que sin embriagar
adormecen, El Puerto ha realizado su conquista. Un hijo de castellanos-cántabros, nacido aquí,
dirá siempre que es portuense. Dirá lo mismo que el nieto del inglés o de otros extranjeros. El
ambiente penetra, domina y caracteriza cuanto se le entrega.»
58
Los Jesuitas en El Puerto de 1767: su expulsión
59
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
expedición del P. Juan José Calvo. Para efectuar esta partida llegó a El Puerto de Santa María
desde Zaragoza. Arribó a las Filipinas en 1750. En el momento del extrañamiento se encontraba
en el Colegio Maximo San Ignacio de Manila. Partió hacia el exilio en el navío San Carlos el 29 de
julio de 1768, pero que por malas condiciones climatológicas debieron regresar a Manila el 22 de
octubre de ese año, para reiniciar la navegación por la vía de Nueva España el 4 de agosto de 1769,
arribando a la bahía gaditana el 9 de agosto de 1770. El 18 de octubre de ese año, partió de nuevo
hacia Puerto La Spezia arribando a destino, después de una navegación rápida, el 29 de dicho mes
por la tarde.
79 Cushner, Nicholas P. (1964); cita de Lorenzo García, Santiago (1996: 51).
80 Pacheco Albalate, Manuel (2007: 202-214).
81 Medina, Francisco de Borja SJ. (1991: 49).
82 Agustín Galán García (1995: 251).
83 El Padre Bartolomé de Tafur, cordobés, fue Procurador General de la Provincia de Lima en Roma.
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docena los literatos que cursaron estudios en el colegio de San Luis Gonzaga desde
su fundación en 1864 hasta su conversión en noviciado en 1924 (vid. cuadro n.º 1).
En este capítulo nos proponemos hacer un relato histórico del colegio
durante este periodo de 60 años, relacionando al mismo tiempo a los literatos
que pasaron por sus aulas y aportando -cuando ha sido posible- los recuerdos
escolares de estos estudiantes. Incluiremos en nuestro elenco a los alumnos que
cultivaron -con mayor o menor éxito- la literatura en cualquiera de sus géneros
clásicos (lírico, narrativo o dramático) tras salir del colegio, así como a aquellos
otros que, aunque se dedicaran preferentemente al periodismo u otra profesión,
nos han dejado también alguna producción literaria editada, ya sea en publicación
individual o colectiva. Debemos observar que nuestra relación no pretende ser
exhaustiva. Seguramente dejaremos de mencionar, de modo involuntario, a
algunos colegiales que ejercitaran el arte literario durante su juventud o madurez,
pero que por diversos motivos no llegaron a publicar su obra ni alcanzaron la
misma fama que otros antiguos alumnos, razón por la cual no han podido ser
detectados.
1. INTRODUCCIÓN
La Compañía de Jesús, que había sido suprimida por el papa Clemente XIV
en 1773, fue restablecida en la Iglesia por Pío VII el 7 de agosto de 1814. Mediante
cuatro decretos sucesivos (1815-1816), el rey Fernando VII la restablecía en España
y en los dominios españoles de ultramar. Unos 125 individuos, mayores de 65
años, formaban entonces la renacida provincia jesuita de España. A lo largo de la
primera mitad del siglo XIX, la Compañía de Jesús pasará en España por varios
períodos alternantes: de restauración, durante los regímenes absolutistas (1815-
1820, 1823-1835) y de supresión, correspondientes a los ciclos liberales (1820-1823,
1835-1852).
El artículo 29 del Concordato celebrado en 1851 entre el Estado español y
la Santa Sede posibilitaba que la Compañía de Jesús estableciera en la Península
“colegios de misiones” para ultramar y casas de religiosos que auxiliaran a los
prelados y párrocos. Mediante una Real cédula de 19 de octubre de 1852, la reina
Isabel II restablecía la Compañía de Jesús en las Islas Filipinas y designaba Loyola
(Guipúzcoa) como casa matriz y colegio de misioneros. Otra Real cédula de 26
de noviembre del mismo año disponía que se estableciera en La Habana (Cuba)
un colegio de jesuitas, “con obligación de encargarse de la educación secundaria
superior”. Como señala el historiador jesuita Manuel Revuelta (1984: 17), no se
trató de un restablecimiento legal de la orden, como se haría con las congregaciones
de San Vicente de Paúl y de San Felipe Neri, sino que “la restauración isabelina
consistió en una serie de autorizaciones para abrir casas concretas con fines
determinados, fundamentalmente misionales”. A comienzos del bienio progresista
(1854-1856), el Gobierno ordenó el traslado del noviciado de Loyola a Palma de
Mallorca y las Juntas Revolucionarias locales cerraron algunas residencias (entre
ellas las de Valladolid, Burgos y La Selva), si bien no se llegó a decretar la supresión
de la Compañía. De hecho, durante el lapso progresista se mantuvo el colegio
de segunda enseñanza del Sagrado Corazón, instalado en un antiguo convento
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Colegio de San Luis”, en el que acordará con los representantes de dicha sociedad,
Antonio de Zulueta, Juan de Silóniz Ortiz (1805-1887) y Luis Díez Fernández de la
Somera (1817-1866), que el colegio sea dirigido y administrado por la Compañía
de Jesús y que las clases comiencen provisionalmente en una casa alquilada de la
villa de Puerto Real (Cádiz) en septiembre de 1864. También convienen que tanto
los gastos de alquiler y arreglo de la casa de Puerto Real como los de construcción
del nuevo edificio definitivo, “en el punto que se juzgue más conveniente”,2 corran
por cuenta de la Sociedad Fundadora, que a tal efecto aportará un capital de dos
millones de reales, a devolver por la Compañía sin interés alguno “a razón de
cuatro mil duros al año desde el siguiente a la instalación del colegio definitivo,
quedando hipotecado el edificio hasta el reintegro completo, de propiedad de los
prestamistas en la suma no reembolsada si por cualquier causa política o social el
colegio cesara antes” (Frías, 1944: 404).
Era necesario, pues, encontrar en Puerto Real un edificio capaz de
albergar el incipiente colegio durante el curso 1864-1865. Esta tarea se presentaba
complicada, pues no abundaban en el pueblo inmuebles que pudieran ser
adaptados a establecimientos docentes. Sin embargo, en nombre de “los
empresarios del Colegio de San Luis Gonzaga”, Antonio de Zulueta presenta el 6
de septiembre de 1864 una instancia ante el alcalde, Manuel Darnell, solicitando
permiso para cerrar por ambos lados el tramo de la calle del Rosario que iba desde
la calle de la Amargura a la Ribera, “a fin de poner en comunicación interior el
solar con el colegio, como sitio de recreo para los alumnos”.3 El mismo Sr. Zulueta
manifiesta que los padres-accionistas del colegio pretenden realizar la unión de
estas dos fincas con la conformidad de su propietario, el empresario gaditano
Antonio Matalobos Azopardo, quien se las había arrendado. El lugar elegido era
la casa n.º 55-57 de la calle de la Amargura, a la que se deseaba agregar el solar
correspondiente al n.º 53 de la misma calle. Situado en el barrio de San Telmo, se
trataba de un edificio de 999 m2, con tres plantas en su fachada sur (c/ Ribera) y
dos en la norte (c/ Amargura). Las razones que aduce Antonio de Zulueta para
respaldar su pretensión -el hecho de que el cerramiento no perjudicaba a ningún
vecino y el escaso tránsito de personas por esa parte de la villa- convencen sin
mayores problemas al Ayuntamiento, que en su sesión de 9 de septiembre acuerda
autorizar el cerramiento por cinco años, estando obligada la empresa a restablecer
el tránsito por la calle del Rosario una vez transcurrido este plazo.
Como rector del colegio se nombró -15 de agosto de 1864- al P. Bartolomé
Munar Capo (1815-1869), hasta entonces rector de Carrión de los Condes, el mismo
que diez años antes había fundado en La Habana el Real Colegio de Belén. El P.
Munar, que se encontraba en Puerto Real desde el 31 de julio, ejercerá además
como prefecto (de estudios y de disciplina) y dirigirá la congregación mariana.
El resto de la comunidad la formaban los PP. Ramón Mendía Aguirre (ministro
y procurador) y Francisco Ruiz Mateos (prefecto espiritual); los escolares
(“maestrillos”) Venancio Sorondo, Cándido Sanz y Ángel Sánchez Teruel, más
los hermanos coadjutores José Leúnda, Pedro Moreno y Felipe Osoro. El curso
escolar da comienzo el 20 de septiembre con 50 alumnos,4 que en su mayoría se
adscriben a la clase de instrucción primaria. Las localidades de procedencia de
los internos eran principalmente las de Sevilla, El Puerto de Santa María, Jerez de
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la Frontera y Cádiz. La cifra más alta que se alcanzó durante el curso 1864-1865
fue de 58 alumnos. El primer matriculado fue Antonio de Zulueta González de la
Mota; el segundo, Luis Díez Carrera. Eran hijos de los socios fundadores Antonio
de Zulueta Madariaga y Luis Díez Fernández de la Somera. También se inscribió
Miguel Matalobos Azopardo, hijo del propietario del inmueble.5
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general se acordó por unanimidad dar un voto de gracias al P. Munar, “así por el
excelente estado de la enseñanza y disciplina de los alumnos, cuanto por su celosa
cooperación con la Comisión”.11
Es, en fin, lo que se llama una obra grandiosa y colosal, donde todo
respira suntuosidad, amplitud, comodidad y buen gusto; situada en una
posición local tan admirable como conveniente; aislada, pues se halla fuera
del pueblo; con vistas deliciosas; y en las mejores condiciones higiénicas
de ventilación, con aires purísimos del campo, por hallarse en un punto
muy elevado y sano. (ap. Rodríguez Caparrini, 1997b)
En este curso 1867-1868, que da comienzo el 2 de septiembre, la comunidad
jesuita casi se duplicará con respecto a los dos cursos anteriores y estará compuesta
por 25 miembros: seis sacerdotes, seis escolares y 13 hermanos coadjutores. La
nómina de empleados no jesuitas asciende a 21 individuos, en su mayor parte
solteros y menores de 30 años. Los alumnos que estrenan el edificio son ya 175
(155 internos y 20 externos), medio centenar de los cuales aproximadamente son
asignados a la clase de instrucción primaria, también llamada de “rudimentos”
(Rodríguez Caparrini, 2007: 41, 43-44). La pensión anual era de 4.800 reales, a pagar
en dos plazos: septiembre y febrero. Aparte había que abonar el lavado y arreglo de
ropa y las asignaturas llamadas “de adorno”, como Inglés, Dibujo o Música.12 En
el mes de noviembre se organizan ejercicios espirituales durante tres días. Ejerce
como Padre espiritual Rafael Izaga Fernández de Gamboa, que es sustituido en
el cargo en enero de 1868 por el P. Guillermo Betelu Olasagasti. A principios de
febrero se envía a las familias un primer informe sobre la conducta y aplicación
de los alumnos durante los cinco meses anteriores. El segundo informe se emite
el 21 de junio, cuatro días antes del comienzo de las vacaciones. En él, el rector
Munar comunica que el curso siguiente dará comienzo el 3 de septiembre de 1868
y que “todos los alumnos deben pernoctar aquel día en el colegio” (Rodríguez
Caparrini, 2007: 46).
La Real orden de 24 de junio de 1867 había concedido a la Compañía de
Jesús el privilegio de abrir centros de segunda enseñanza con dispensa a sus di-
rectores y profesores de los títulos y fianzas exigidos por las leyes vigentes. Esta
autorización permitió a los jesuitas españoles afrontar con optimismo las tareas
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A partir del año 1875 empieza para los jesuitas de España un largo periodo
que coincide cronológicamente con la restauración de la monarquía borbónica en
la persona del joven rey Alfonso XII (1857-1885). Gracias al clima de tolerancia
religiosa y de concordia política de su reinado, aún a falta de una restauración
oficial de la Compañía, “pequeños grupos de jesuitas se fueron manifestando
como tales, de manera gradual y progresiva, como los caracoles que salen al sol
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pueden ganar curso, a lo menos en nuestras clases” (ap. Gómez Fernández, 2006:
80). Impone también el provincial un nuevo plan de estudios, de ocho años de
duración, cuyas principales novedades eran que introducía el Latín en el curso
preparatorio -o rudimentos (preparatoria ínfima de la Ratio)- y añadía un año más
a los cinco del bachillerato oficial (Revuelta, 1984: 778-779).
El plan de estudios estipulado por el P. de la Torre entrará en vigor en el curso
1879-1880. Es entonces, concretamente el 16 de septiembre de 1879, cuando solicita
su ingreso en primera enseñanza como alumno externo un niño de 8 años, natural
de Grazalema (Cádiz), llamado Dionisio Pérez Gutiérrez: “Hijo de un pedagogo
muy distinguido y de una familia de esa típica, noble, honrada, inteligente y
bondadosa clase media española” (Sánchez de los Santos, 1910: 613). Su padre,
Rafael Pérez Cruces († Barcelona, 1902), había tomado posesión como maestro de
la escuela pública de San Casiano el 28 de febrero de 1878 (Gómez Fernández, 2006:
143). Una vez admitido en San Luis Gonzaga, Dionisio se matricula en rudimentos
y va a permanecer en el colegio como mínimo hasta el curso 1882-1883, cuando
hace el tercer año de bachillerato.19 En 1881 ingresa -también externo- Luis Pérez
Gutiérrez († 1928), mientras que otro hermano, Ernesto, será alumno interno de
1882 a 1889. Con el paso del tiempo, Dionisio Pérez (1871-1935) se convertirá en
un renombrado y prolífico periodista, así como novelista, ensayista y político.20
Aunque la novela antijesuítica Jesús (Memorias de un jesuita novicio), que Dionisio
Pérez publicará en 1898 con su nombre y con el seudónimo de “Dr. Pedro Recio
de Tirteafuera”, no es una autobiografía propiamente dicha, el autor reconoce que
“contiene muchas emociones de mi propia vida y es algo de mi propia carne” (ap.
Molina Martínez, 1998: 275-276). En los cuatro primeros capítulos de la novela,
el protagonista y narrador -Jesús- menciona, además de al rector y al prefecto, a
varios sacerdotes de cierto colegio de jesuitas de Andalucía (los PP. Jimeno, Gil,
Diéguez, Menard y Velázquez). Se trata de personajes ficticios, como también lo
es su condiscípulo Salvador, con el que después marchará al noviciado, pero que
sin duda representan a personas a las que el novelista conoció. El balance que
Dionisio Pérez hace en Jesús de sus años colegiales es ciertamente negativo:
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Los jesuitas recordados, esta vez personas reales, son el “bondadoso padre
Merlín” (ib., 12) y el “padre Meda”:
(…) jesuita francés expulsado por la ley Ferry, con su cara gordota
y bonachona, su boca, siempre contraída por una sonrisa cándida y sus
ojillos grises, de expresión rencorosa y vengativa, haciendo grandes
esfuerzos para enseñarnos su idioma y aprender el nuestro.
A los demás alumnos parecía divertirles el espectáculo de aquel
pobre hombre, con el bonete en la coronilla, el pelo lacio y fino, pegado
por el sudor a las sienes, los ojos llenos de ira, los puños crispados y la
boca balbuciente. (ib., 17).
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
las seis de la tarde, fray Joaquín Lluch Garriga (1816-1882), arzobispo de Sevilla,
preside en el colegio una academia poética. Entre otros alumnos, interviene el
sevillano Eugenio Sedano González, con la traducción “Jesús niño”.21 Sedano
vuelve a ser uno de los protagonistas de la “Fiesta religiosa y de familia” en honor
de san José, con la que se obsequia al rector por su onomástica los días 19 y 20 de
marzo de 1881 (Zamora, 2013: CD Anexos). Nacido el 25 de enero de 1869, Eugenio
Sedano era hijo de Fermín Sedano León († Cazalla de la Sierra, 1903), funcionario
del Cuerpo de Telégrafos destinado en Sevilla. Eugenio debió de empezar sus
estudios en San Luis Gonzaga, como externo, en este mismo curso 1880-1881,
aunque no es seguro que terminara aquí el bachillerato. En Electrón, revista del
Cuerpo de Telégrafos, aparece como ingresado el 6 de agosto de 1884 (con 15 años
cumplidos) en -entendemos- la escuela de formación de dicho cuerpo.22 Lo cierto
es que a principios de 1886, Eugenio ya había realizado en El Puerto de Santa
María “una instalación micro-telefónica en el edificio bodega de los señores Bela
Nerini hermanos, prestándoles este medio de comunicación utilísimo servicio” (La
Palma de Cádiz, 6 de febrero de 1886). El periodista y escritor Manuel Ossorio (1903:
426) lo incluye en su catálogo de periodistas españoles del siglo XIX: “Escritor
sevillano, que en 1901 se encargó de la dirección de «El Porvenir», decano de los
diarios de Sevilla”.23 Sedano compaginó la labor periodística con la de narrador,
dedicándose especialmente a la novela de costumbres y a la crítica. Entre sus obras
podemos citar la novela El bueno de Pérez (Relato en cuartillas) y el relato corto Cuatro
tiros, publicadas ambas en Sevilla en 1892 (Labandeira, 1982: 70). De 1895 data su
juguete cómico Al que se muda. Al año siguiente dará a la imprenta sevillana de
El Orden una colección de “artículos-siluetas de pintores y escultores sevillanos”
titulada Estudio de estudios.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
cursos. Con 20 años fundará en Sevilla un periódico gratuito para los niños pobres
llamado El Amiguito (Chaves, 1896: 337; Ossorio, 1903: 234). Además de para la
prensa,24 Mariano López escribió para el teatro el monólogo en prosa Un buen
partido (estrenado en 1905) y el apropósito lírico La vuelta del repatriado, con música
de Francisco Javier Caballero, en cuyo estreno hizo el papel de protagonista su
paisano Pedro Muñoz Seca (Cuenca, 1937: 279; Buhigas, 1998: 100). Es asimismo
autor de tres obras de género narrativo, todas ellas publicadas en Sevilla en 1924:
un libro de narraciones (Muñecos) y dos novelas (Ya ha nacido el trigo nuevo: novela
de los campos de humildad y desesperanza, dedicada a los campesinos andaluces, y
El fauno herido). En 1926 aparece Las Trovas del Guadalete (Tipografía Luis Pérez, El
Puerto de Santa María), colección de crónicas sobre su ciudad natal, escritas “con
el mismo espíritu fatalista y el mismo amor a la tierra que encontramos en los más
representativos escritores de la Generación del 98” (Martínez Alfonso, 1962: 341).
En el colegio se sigue el modesto plan de estudios oficial del ministro
Fermín de Lasala Collado (Real decreto de 13 de agosto de 1880), que contempla
los estudios generales de segunda enseñanza (bachillerato clásico, de cinco años
de duración) y los estudios de aplicación (bachillerato técnico). En la Navidad
de 1881 hubo numerosas representaciones teatrales por parte de los alumnos
(Zamora, 2013: 357-358). A la segunda proclamación de dignidades de este curso,
que tiene lugar el 19 de febrero de 1882, le precede una academia de Matemáticas
protagonizada “por los alumnos de carreras especiales”. El programa impreso
(Zamora, 2013: CD Anexos) destaca la participación en esta academia de dos
internos: el gaditano Juan Martín Barbadillo Herrera Dávila y el jiennense José del
Prado Palacio.25 El 27 de febrero de 1882, durante su viaje por Andalucía, vuelve a
visitar el colegio Alfonso XII, acompañado por la reina María Cristina de Habsburgo
(1858-1929), la infanta D.ª Eulalia (1864-1958) y los duques de Montpensier, siendo
recibidos por el provincial Agustín Delgado. El granadino José de Roda López (c.
1869-1961), alumno de tercer año de bachillerato y sub-brigadier de la 2.ª división,
dirigió unas palabras al rey en nombre de los colegiales. Don Alfonso y la comitiva
estuvieron después en la capilla y en el gabinete de Física, donde el jesuita francés
Víctor Choné (1852-1911) hizo varios experimentos: “Los ministros de Estado y
de Marina no entraron en el colegio” (Revuelta, 1984: 277). Un mes más tarde
se recibe la visita de las infantas D.ª Isabel (1851-1931) y D.ª Paz (1862-1946) de
Borbón, que llegan el sábado 25 de marzo con numeroso acompañamiento. En
el Diario manuscrito correspondiente a este curso, conservado en el archivo del
colegio, se indica que D.ª Isabel se mostró muy afable y que los niños “no echaron
vivas sino después de haber oído al R. P. Rector que las infantas concedían un día
de vacación y esto fue a la salida” (ap. Revuelta, id.).
A pesar del auge y prestigio del colegio de San Luis Gonzaga, no se
libraba este de algunas dificultades, “creadas por algunos sectores aristocráticos o
latifundistas de mucho dinero y poca inquietud cultural, de los que procedía un
alumnado proclive a la indolencia y al descontento” (Revuelta, 1984: 780). En la
carta que dirigió el 7 de mayo de 1882 al asistente de España en Roma, P. Fermín
Costa (1806-1894), el rector Sánchez Prieto le explicaba que los alumnos tenían
mucha aversión a los estudios de Humanidades, pues “la mayor parte de los de
este país no siguen carrera literaria, sino que se dedican o a carreras especiales
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En los últimos años de su vida, Juan Ramón recordaba con cariño algunos
rincones del colegio: “1. La glorieta del jardín con unos bancos que hay frente a las
escaleras; 2. La montaña rusa; 3. El patio central del colegio; 4. La clase de pintura;
5. La iglesia (no la capilla); 6. El comedor; 7. La escalinata que sale a la enfermería;
8. Una vista de la bahía de Cádiz desde la enfermería; 9. Salón de actos y fiestas;
y 10. El jardincito de la puerta de la iglesia que da frente a la sala de visitas” (ap.
Carretero, 1964: 23). En su biografía de Juan Ramón Jiménez, la profesora Graciela
Palau de Nemes no ha dudado en afirmar que el poeta estuvo a punto de ser
jesuita: “Y del [colegio de] «San Luis Gonzaga» se llevó, con el grado de Bachiller,
una gran preocupación por el alma y el cuerpo: una obsesión con la carne y un
ansia incomprensible de pureza” (Palau de Nemes, 1974: 65).
Durante el primer curso de Juan Ramón Jiménez tiene lugar en la iglesia
del colegio un solemne triduo (30 de mayo a 1 de junio de 1894) que los jesuitas y
el Apostolado de la Oración dedican al Sagrado Corazón. Pronuncian sermones
los PP. Ramón Martínez (profesor de Física y Química), Francisco de P. Tarín y
Juan N. Oliver Copons ((Zamora, 2013: CD Anexos). La Revista Portuense (12 de
junio de 1894) informa de la salida de los alumnos tras la distribución de premios
de final de curso: “La orquesta, hábilmente dirigida por el profesor del colegio,
señor [Nazario] Mendiola, ejecutó en los intermedios escogidos números”.
En el curso 1894-1895 estuvo vigente el plan de estudios de segunda
enseñanza del ministro liberal Alejandro Groizard (Real decreto de 16 de
septiembre de 1894), que reformaba el plan de Lasala de 1880 ampliando a seis
años la duración de los estudios. Sin embargo, otro decreto dictado por Groizard
menos de un mes después (2 de octubre) permitirá que los alumnos concluyan
el bachillerato en cinco años: “Las modificaciones requeridas por esta reducción
fueron dictadas por el siguiente ministro, Joaquín López Puigcerver, que asumió la
cartera de Fomento el 5 de noviembre de 1894” (Revuelta, 1998: 227). La comunidad
jesuita tiene este curso 40 miembros. Uno de los 14 sacerdotes es el P. Juan Manuel
Ruiz Cobo (1848-1934), que llega en sustitución del anterior Padre ministro, Juan
Oca, fallecido en el colegio el 30 de diciembre de 1894. Hay en total 213 alumnos,
191 de ellos internos (Castro, 1994: 306). Entre los 22 externos hay que incluir al
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
portuense Pedro Muñoz Seca (1879-1936), que ingresa entonces procedente del
colegio privado de San Cayetano. Saldrá del colegio en junio de 1896 y en los
exámenes para la obtención del grado de bachiller -que realiza en el Instituto
Provincial de Jerez- obtiene sendos aprobados, las mismas calificaciones que Juan
Ramón Jiménez. El que habría de ser fecundo y popular comediógrafo tuvo como
compañeros de curso los dos últimos años de bachillerato a Fernando Villalón y
al poeta de Moguer. También coincidió Pedro Muñoz Seca con dos alumnos, de
menor edad que él, que en septiembre de 1894 comenzaban su primer año de
bachillerato en el colegio: Juan Gavala Laborde (1885-1977) y Félix Sancho Peñasco
(1885-1958), quienes destacarían posteriormente en sus respectivas profesiones de
ingeniero de minas e ingeniero agrónomo. A Félix Sancho dedicará Muñoz Seca
su entremés en prosa Mentir a tiempo, estrenado en Madrid el 25 de enero de 1908.
Las inquietudes literarias de Pedro Muñoz Seca se habían puesto de
manifiesto desde su niñez, cuando -dice él mismo- “aprendí a leer de corrido en
las obras de Julio Verne” (Caballero Audaz, 1919: 10). En enero de 1898, siendo ya
estudiante de Derecho y Filosofía y Letras en Sevilla, debuta como actor en una
zarzuela que se representa en el Círculo Católico Obrero de El Puerto de Santa
María. Un año después se estrena con gran éxito en dicho Centro Obrero su sainete
en verso República estudiantil: “Pero, además, desde febrero de 1899 comenzó a
publicar en la Revista Portuense poemas, cuentos, ‘novelas rápidas’, ‘novelas
cortas’, ‘poemas dialogados’ y otros textos entre los que se encuentran algunos
ya con estructura teatral” (Buhigas, 1998: 101). Entre 1907 y 1911, encontramos al
menos 23 colaboraciones de Muñoz Seca en tres importantes revistas madrileñas:
Blanco y Negro, Nuevo Mundo y La Ilustración Española y Americana. Se trata de
“escritos de distintos tipos, en verso y en prosa, en forma de cuento o de escenas
teatrales” (García Pinacho, 1998: 118). Como autor dramático es autor de casi 400
títulos (Tejada, 2005: 67) de todos los géneros, sobre todo el sainete, la comedia de
enredo y el astracán. Francisco Cuenca (1937: 326-336) relaciona un repertorio de
más de dos centenares de obras representadas: desde la primera, Las guerreras (en
colaboración con José Luis Montoto de Sedas, 1901), hasta la última (¡Zape!, con
Pedro Pérez Fernández, 1936), pasando por El roble de la Jarosa (1915), La venganza
de Don Mendo (1918), La barba de Carrillo (1919) o ¡Usted es Ortiz! (1927), por citar
solo algunas.
Siguiendo con nuestro relato, reseñaremos la academia de Organografía
y Fisiología Humanas -seguida de la segunda proclamación de dignidades- que
se celebra el 2 de febrero de 1895. Al día siguiente aparece en la Revista Portuense
la crónica del acto escrita por el antiguo alumno José Carrajal, quien informa de
la proyección de imágenes “por aparato eléctrico” y de los fuertes aplausos que
recibe el joven José Joaquín Vergara Gordon (1879-1952) -pronto novicio jesuita- al
ser proclamado príncipe del colegio. En el mes de marzo se colocan en la nueva
fachada unas letras grandes doradas con el nombre del colegio. La solemne
inauguración de esta fachada y nueva entrada del edificio -vestíbulo, salón de
actos, biblioteca y varios aposentos- tiene lugar a primera hora del domingo 12
de mayo de 1895, cuando el obispo Vicente Calvo bendice las obras. Terminada la
ceremonia, el prelado celebra una misa y da la primera comunión a 26 alumnos. A
la una y media de la tarde da comienzo la academia poética “Glorias de la Bética
Católica”, dedicada a los beatos fray Diego José de Cádiz y Juan de Ávila. Durante
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
“La fuerza de la guardia civil, que rodeaba el edificio, les impidió acercarse, y
el alcalde [Francisco Puente], por fin, logró calmar los ánimos, haciendo que la
manifestación se disolviese” (El Siglo Futuro, 28 de junio de 1899).
El plan de estudios del marqués de Pidal (26 de mayo de 1899) gustó en
general a los jesuitas, por ser “el que mejor cuadraba con la Ratio Studiorum, por el
énfasis que se daba al estudio del Latín, por la larga duración del bachillerato, por
la simplicidad de las asignaturas, (…) e incluso por el método de enseñanza cíclica”
(Revuelta, 1998: 235). Solo tuvo un año de vigencia, el correspondiente al curso
1899-1900, que comienza en el colegio de San Luis Gonzaga el 30 de septiembre
con un nuevo ministro y prefecto, el P. Eusebio Goñi (1864-1926). Es moderador
del Apostolado de la Oración el sacerdote Gabriel Baena Fernández, que saldrá
de la Compañía en mayo de 1902. A la primera proclamación de dignidades (17
de noviembre) le precede una academia de Química, siendo muy aplaudidos los
alumnos tras sus explicaciones de las propiedades del oxígeno y del hidrógeno
(“Historia Domus”, folio 15). El 21 de enero de 1900, el alumno sevillano Eugenio
Miguel Antón Montero (futuro ingeniero de Minas) dirige el acto denominado
“Examen de Física”, en el que intervienen 30 compañeros que estudiaban esa
asignatura (Zamora, 2013: CD Anexos). Algunos de estos mismos alumnos
dedicarán -domingo 13 de mayo- al arzobispo Marcelo Spínola una academia de
Física Experimental, dividida en dos partes (ondas luminosas y ondas eléctricas):
“No se sabía qué apreciar más, si la verdad de las pruebas que presentaban los
alumnos, o la precisión con que las ejecutaban” (El Guadalete, 15 de mayo de 1900).
El curso 1900-1901, a caballo entre dos siglos, comienza con 173 alumnos
internos y 35 externos. Había entrado en vigor el decreto de reforma de la segunda
enseñanza (19 de julio de 1900) de Antonio García Alix, puesto por Francisco
Silvela al frente del nuevo Ministerio de Instrucción Pública tres meses antes.
García Alix “procedió a reestructurar el plan de estudios, procurando equilibrar
las asignaturas de carácter científico con las literarias, sin que predominasen
unas sobre otras, para que así el bachillerato cumpliese con el doble objetivo
de ofrecer ‘un tinte de cultura general’ y servir de preparación elemental para
las distintas carreras” (Díaz de la Guardia, 1988: 197). Un importante decreto
para los jesuitas -21 de agosto de 1900- del mismo ministro había confirmado a
la Compañía de Jesús como corporación docente, junto con los escolapios y los
agustinos (Revuelta, 1998: 236). En el colegio de San Luis Gonzaga empieza su
primer año de magisterio el antiguo alumno Pedro María Ayala (1876-1949). El
P. Diego Alpañés dirige los ejercicios espirituales de este curso, que finalizan el
Día de Todos los Santos. Le sigue, el 18 de noviembre de 1900, un certamen de
Religión y de Latín, que los alumnos de primer año consagran a san Estanislao de
Kostka declamando versos y representando una escena lírica (Zamora, 2013: CD
Anexos). El día de la Inmaculada se celebra con especial brillantez, por cumplirse
los 25 años de la institución de la congregación mariana. En la Nochevieja se canta
un tedeum por los beneficios recibidos el siglo anterior. A mediados de febrero
se celebra la segunda proclamación de dignidades, que estuvo precedida de una
academia de Geometría. Visitó por entonces el colegio el P. Jaime Vigo (1861-1910),
provincial de Toledo de 1897 a 1903, que defenderá al rector de las acusaciones de
los PP. Vicente Ortega y José María Balboa: “Sucede con él lo que quizá se ha visto
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
con muy pocos superiores de la Compañía: que aunque reprende y corrige a los
alumnos, éstos le respetan y le quieren” (ap. Revuelta, 1991: 1303). A principios
de mayo de 1901, tras el estreno de la Electra de Galdós en el Teatro Principal,
hubo un intento frustrado de apedrear el colegio (Molina García, 2008: 106-107).
La muerte -con solo 25 años- del hermano coadjutor Domingo Gómez el 26 de
mayo causó una gran impresión a los alumnos. Como consecuencia del decreto
del conde de Romanones (12 de abril de 1901), que anulaba el privilegio de poder
examinar sin “título suficiente” a los miembros de las corporaciones reconocidas
como docentes y suprimía las comisiones de examen, los profesores del colegio
no pudieron formar parte de los tribunales de exámenes de fin de curso, que
se celebraron por imperativo legal en el Instituto de Jerez (“Historia Domus”,
folio 17; Revuelta, 1991: 72). Terminado el curso, Romanones reformó el plan de
estudios de segunda enseñanza mediante el decreto de 17 de agosto de 1901, que
respetó esencialmente el plan anterior, pues prescribía un bachillerato ecléctico de
seis años de duración. Sin embargo, sí introdujo algunos detalles significativos:
supresión de la obligatoriedad de la asignatura de Religión, división del Latín
y Castellano en dos asignaturas distintas y aparición de la Caligrafía (Díaz de la
Guardia, 1988: 262-263).
Nada más empezar el curso 1901-1902 se declaró una epidemia de
sarampión que obligó a aislar a los alumnos de la tercera división (Zamora, 2013:
397). Entre los cambios de personal que se producen señalaremos la llegada del
P. José María Ruiz, nuevo ministro y prefecto, que “aunque tenía mal genio,
procuraba vencerse, era muy activo y ayudaba mucho al Rector, con el que se
entendía muy bien y cuyas deficiencias suplía en parte” (Revuelta, 1991: 1304).
Se incorpora además como Padre espiritual Francisco de la Cruz (1870-1916),
quien entre el 15 y el 17 de noviembre de 1901 predica los ejercicios a los alumnos
con tanta vehemencia que algunos no pueden evitar derramar lagrimas al oírle
(“Historia Domus”, folios 18-19). El 11 de enero de 1902 fallece, con casi 80 años,
el P. José Cánovas Aledo, “uno de los más antiguos que residían en el Colegio de
San Luis Gonzaga” (El Guadalete, 13 de enero de 1902). Pasado un mes, el 15 de
febrero, muere también -con 55 años- el P. Vicente Ortega, fundador y director
de la Asociación Auxiliadora de Enfermos Pobres (Revuelta, 2008: 652-655). En
el curso siguiente -1902-1903- se rebaja la pensión anual de los internos, que pasa
de 1.100 a 900 pesetas, “lo que favoreció el aumento del alumnado” (Revuelta,
1991: 1300): se contabilizan 218 alumnos en total, 53 más que en el curso anterior
(Castro, 1994: 306). Entre los que ingresan internos el 30 de septiembre de 1902
podemos señalar a los jóvenes portuenses Hipólito Sancho Mayi (1893-1964)
-posteriormente insigne historiador-, que finalizará el bachillerato en 1909, y
Tomás Osborne Vázquez (1892-1909) -hijo de Tomás Osborne Guezala, segundo
conde de Osborne-, que continuó los estudios en el internado jesuita de Beaumont
(Old Windsor, Inglaterra) de 1904 a 1909. Pero, dada la orientación que estamos
dando a este trabajo, no podemos omitir a otro interno que ingresa el mismo día
que los dos anteriores y será alumno hasta el 12 de junio de 1908: el sevillano José
Manuel Pabón Suárez de Urbina (1892-1978).30 Pabón sobresaldrá como latinista y
helenista (será catedrático en las universidades de Salamanca, Granada y Madrid),
si bien figura en nuestro elenco como autor de, al menos, un libro de poesía,
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Poemas de la ribera (Barcelona, 1940), que recibió “sinceros elogios nada menos que
de Dámaso Alonso, su compañero de fatigas en la Valencia bélica” (Fernández
Galiano, 1979: 194).
En cuanto a la comunidad jesuita, el provincial Vigo observa: “Se ha
recuperado la paz, la caridad y la concordia que se echaban de menos en los años
anteriores” (ap. Revuelta, 1991: 1304). El cargo de ministro es ocupado por el P.
Sinforiano Fernández y el de prefecto por el P. Martín Mendoza, futuro rector. A
principios de noviembre de 1902, antes de partir de viaje a la misión argentino-
chilena, se aloja en el colegio durante dos días el provincial de Aragón, P. Luis
Adroer (1852-1915). El día 12 de ese mismo mes llega el prelado portugués
Antonio Sebastián Valente (1846-1908), arzobispo de Goa y patriarca de las Indias,
quien repondrá fuerzas en el colegio durante seis meses (Zamora, 2013: 320).
Es probable que el arzobispo Valente presidiera la academia de Cosmografía y
primera proclamación de dignidades el domingo 16 de noviembre, así como la
academia “crítica literaria” que los alumnos de Historia de la Literatura dedican
el 19 de marzo de 1903 al papa León XIII en el XXV aniversario de su pontificado
(Molina García, 2008: 110). Es en este curso cuando ha comenzado su magisterio
en el colegio el escolar jesuita Antonio Osborne Guezala (1878-1964), que imparte
Preceptiva, Geografía Comercial y Lengua inglesa. A expensas de la herencia del
hermano Antonio Osborne se inician en febrero de 1903 las obras de ampliación
de La Inmaculada, la casa de campo junto al mar que el colegio había comprado
en 1897 a la familia Amusátegui (“Historia Domus”, folio 21; Revuelta, 1991: 934,
1304).
Gabino Bugallal, ministro de Instrucción Pública en el gabinete de
Fernández Villaverde, simplificó el plan de estudios de segunda enseñanza del
conde de Romanones mediante el decreto de 6 de septiembre de 1903 (en vigor
hasta 1926): “Se redujeron las asignaturas secundarias de Dibujo (de tres años a
dos), Gimnasia (de seis años a dos) y Caligrafía (un año). La Geografía se redujo
a dos años (se suprimía la Geografía comercial y la Cosmografía). La Lengua
Castellana a uno. El Inglés y Alemán se suprimieron por falta de presupuesto”
(Revuelta, 1998: 241). En este mes de septiembre, las obras de colocación de un
nuevo pavimento en el patio central del colegio costaron 7.500 pesetas (Zamora,
2013: 393). En la comunidad jesuita -39 personas- encontramos en el curso 1903-
1904 en el cargo de prefecto a otro futuro rector, el P. Francisco Socorro. El nuevo
espiritual -llegado desde la residencia de Granada- es el P. Juan Pujante, que acabará
saliendo de la Compañía. El P. José María Pagasartundúa (1860-1919), provincial
de Toledo desde el 21 de septiembre de 1903, llega al colegio el 6 de noviembre
siguiente (“Historia Domus”, folio 21). Poco después -el domingo 15- tiene lugar
la primera proclamación de dignidades del curso, desatacando en este acto por
sus dotes de orador el alumno Agustín de Ondovilla Sotés, hijo del registrador
de la propiedad de Jerez de la Frontera (El Guadalete, 17 de noviembre de 1903).
Para entonces se había organizado ya en el colegio una Escuela Nocturna, a la que
asistían unos 120 obreros y en la que se instalará una Caja de Ahorros: “Les movió
a ello [a los jesuitas] el deseo de contrarrestar la influencia de los protestantes, que
habían puesto con anterioridad una escuela semejante” (Revuelta, 1991: 1305). El
24 de enero de 1904 se celebra una academia literaria, dedicada a la definición
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Para mí fue el colegio una cárcel sin otra ventaja que el clima y
la luz del Puerto de Santa María. Y aquellas vistas de Cádiz desde las
altas ventanas de la enfermería. Pero no quiero dejar de pasar por alto la
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otros 200 envían su adhesión. Durante el banquete que tiene lugar en el comedor
del colegio el segundo día de las fiestas, es ovacionado el popular ex rector José
María de la Torre (de Alberti, 1912). En el brindis del prestigioso abogado sevillano
y gran orador Manuel Rojas Marcos (1869-1920) -padre de José María, citado
arriba- resuenan los ecos del supuesto anticlericalismo del presidente del Consejo
de Ministros, José Canalejas (1854-1912): “Hay un proyecto en las Cámaras para
despojar a los católicos de sus derechos, debemos combatir ese proyecto; el que
sepa hablar, que hable; el que escribir, que escriba; el que tenga dinero, que lo dé; y
el que no, que dé su persona para la defensa de nuestra causa” (El Correo de Cádiz,
19 de agosto de 1912).
La apertura del curso 1912-1913 tuvo lugar en el colegio el domingo 6 de
octubre, a las nueve de la mañana: “Por concesión especial se permitió a los alum-
nos, el salir este día para que pudieran asistir con sus padres o encargados a la
corrida de toros” (El Eco Portuense, 13 de octubre de 1912). El rey Alfonso XIII iba
a presidir esta “corrida regia” organizada en conmemoración del centenario de la
Constitución de Cádiz, si bien el monarca no estuvo finalmente presente debido al
luto por la muerte de su hermana la infanta doña María Teresa de Borbón. Ingresa
ahora interno el niño sevillano Eduardo Llosent Marañón (1902-1969), que per-
manecerá en el colegio hasta al menos 1915, finalizando el bachillerato en su ciu-
dad natal. Futuro escritor, poeta, crítico de arte y periodista, Eduardo Llosent será
en junio de 1926 uno de los fundadores y director de Mediodía, revista literaria en
la que colaborarán, entre otros muchos, Juan Ramón Jiménez, Fernando Villalón,
Manuel Halcón y Rafael Alberti. En ese mismo año había publicado Llosent versos
en la Revista del Ateneo (Jerez de la Frontera) y también encontraremos colaboracio-
nes suyas en la revista gaditana Isla, entre 1938 y 1940.32 En el caso de que Llosent
se incorporara puntualmente al internado, disfrutaría el viernes 25 de octubre en
Sanlúcar del día de campo concedido por el rector Velasco. Esa misma semana
había comenzado a regir una nueva distribución horaria, “habiendo cuatro horas
de clases diarias, alternadas con las horas de estudio” (El Eco Portuense, 27 de oc-
tubre de 1912). El 12 de noviembre, el P. Abreu interrumpió la cena de los alumnos
para comunicarles el asesinato -esa misma mañana- del presidente Canalejas, víc-
tima de un atentado anarquista. Luego, puestos todos en pie, rezaron por su alma.
Jesús Pabón reflexionará sobre los hechos en el prólogo al libro de Diego Sevilla
Canalejas (1956):
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
Puerto de Santa María, Rafael Alberti Merello (1902-1999), quien durante el curso
1916-1917 interrumpirá sus estudios en San Luis Gonzaga para trasladarse con su
familia a Madrid. Los testimonios de Alberti sobre el colegio y sobre los jesuitas
que lo dirigían en sus tiempos de estudiante son contradictorios. Si en el excelente
“Retorno de los días colegiales” (Retornos de lo vivo lejano, 1943-1953) volvía su
mirada nostálgica hacia su niñez perdida y en la última etapa de su vida afirmaba
que “yo soy un alumno modelo y gracias a ellos [los jesuitas] soy lo que soy” (ap.
Castro, 1994: 22), que “le tengo un grandísimo afecto al colegio” (ap. Molina García,
2008: 127), o también que “me alegro de haber pasado por el colegio” (Mateo, 1996:
22), la imagen global que nos formamos del colegio portuense y de la Compañía
de Jesús en el amargo poema “Colegio (S.J.)” (De un momento a otro, 1934-1939)34 o
en La arboleda perdida es francamente mala. En el libro primero (1902-1917) de estas
memorias, publicado en México en 1942, afirma Alberti que en el colegio “tuve
que soportar, junto a ocios y rabonas reveladores, humillaciones y amarguras que
hoy todavía me escuecen” (Alberti, 1978: 33) y que “no aprendí casi nada durante
cerca de cuatro años de externado” (ib., 37). En su estudio pionero Rafael Alberti,
entre la tradición y la vanguardia (1977), el también poeta portuense José Luis Tejada
distingue dos fases, de aproximadamente dos cursos cada una, de “un estudiante
desigual”: durante los dos primeros años de bachillerato (1913-1915), Rafael
Alberti “fue un buen estudiante, aplicado, piadoso, puntual y correcto” (Tejada,
1977: 24). Fue admitido en la congregación de San Luis -no en la de San Estanislao,
como dice en La arboleda perdida- el 21 de febrero de 1914 (Castro, 1994: 55).
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mal colegial como él dice. Ni su colegio fue tan tenebroso como nos lo pinta. Ni la
polarización de internos y externos era tan maniquea como nos la describe”.
Rafael Alberti obtendrá en 1925 el Premio Nacional de Literatura (al al-
imón con Gerardo Diego) por su Marinero en tierra. Como prólogo de casi todas las
ediciones de esta obra ha figurado una famosa y alentadora carta de Juan Ramón
Jiménez, fechada en Madrid el 31 de mayo de ese mismo año, dando su aprobac-
ión a las poesías incluidas en el libro (aún inédito), del que Juan Ramón imagina
enviar ejemplares “al hermano enfermero del Colejio del Puerto, para que se lo lea
al colejial mientras le corta unas sopas de pan y yerbabuena, viendo los dos Cádiz
por todas las ventanas abiertas de la enfermería colgada de canarios cantando; al
viejo de la abandonada Plaza de Toros vecina del Colejio, en cuyo ruedo sembrado
de trigo, daba, los domingos de invierno, el sol solitario de aquel modo” (ap. Mar-
tínez Alfonso, 1962: 165). Le impresionó tanto a Alberti la visita que hizo a Juan
Ramón Jiménez en la “sola azotea” de su casa madrileña, un día antes de que éste
le dirigiera la halagadora carta que hemos mencionado, que 20 años más tarde le
inspiró el poema titulado “Retornos de un día de cumpleaños”, del que reproduci-
mos algunos versos: “Le llevaba también / tardes de su colegio, / horas tristes
de estudio, / mapas coloreados, / azul niño de atlas, / pizarras melancólicas, /
blancas del sufrimiento de los números”. A la identidad poética que hermanaba
a Juan Ramón y a Alberti, “venía a sumarse una nueva identidad: la de haberse
sentido niños cautivos de una misma disciplina y atisbadores curiosos, a través de
cualquier amplio ventanal del enorme edificio, de un mundo de color y libertad
que los circundaba” (ib., 164). Una complicidad similar se estableció entre Rafael
Alberti y Fernando Villalón. En el libro segundo (1917-1931) de La arboleda perdida
cuenta Alberti como, nada más conocerse ambos en Sevilla, en 1927, “nos mar-
chamos, sin más preparativos, en un absurdo automovilillo que el propio Villalón
guiaba, al Puerto de Santa María, en visita al colegio de San Luis Gonzaga, mi
colegio, y suyo también, veinte años antes, con Juan Ramón Jiménez como condis-
cípulo” (Alberti, 1978: 243-244). Una de las primeras cosas que hizo Rafael Alberti
al retornar a El Puerto en mayo de 1977, tras casi 40 años de exilio, fue visitar su
“viejo y queridísimo” colegio de San Luis, estampando una dedicatoria al rector
P. Luis Conradi (1924-2011) en el tomo de sus Obras Completas, que él mismo había
regalado al colegio (Castro, 1994: 87).
Retomamos nuestro relato mencionando la distribución final de premios
del curso 1913-1914, que tiene lugar el domingo 7 de junio. Uno de los alumnos
más galardonados fue Julián Pemartín Sanjuán, merecedor de la calificación de
sobresaliente en todas las asignaturas de tercer año (segunda división). Eduardo
Llosent Marañón, estudiante de segundo año (tercera división), recibe un segundo
premio en Religión, mientras que Rafael Alberti obtiene tres accésits en su primer
año de bachillerato: en Geografía General y de Europa, en Religión y en Nociones
de Aritmética y Geometría (El Eco Portuense, 11 y 18 de junio de 1914). Uno de los
internos recordados por Alberti en La arboleda perdida es precisamente Eduardo
Llosent, “siempre con camisas flamantes y corbatas deslumbradoras” (Alberti,
1978: 39). El 25 de agosto se celebran en la iglesia de San Francisco solemnes fune-
rales por el Padre general de la Compañía Francisco Javier Wernz, fallecido el 19
de ese mes, un día antes de la muerte del papa Pío X. Los Padres de la comunidad
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
jesuita de El Puerto asisten a las honras fúnebres por el difunto papa, que tienen
lugar en la Iglesia Mayor Prioral el 31 de agosto (El Eco Portuense, 27 de agosto y 3
de septiembre de 1914).
En el curso 1914-1915, el último del P. Velasco como rector, se cumplían
dos aniversarios: el centenario de la restauración de la Compañía de Jesús y los
50 años de la fundación del colegio. Aunque durante el verano de 1914 -en el
que estalla la Primera Guerra Mundial- se tienen reuniones preparatorias para
celebrar las bodas de oro, previstas para los días 19-21 de diciembre, finalmente
se decide cancelarlas “por las circunstancias de la actual guerra” (El Eco Portuense,
22 de octubre de 1914). Al ser destinado a la residencia de Jerez el P. Abreu, asume
el cargo de prefecto espiritual de los alumnos el P. Francisco Lirola (1866-1928).
Hay 31 jesuitas en la comunidad, aumentando también el número de alumnos
hasta los 260 (Castro, 1994: 307). Uno de los 230 internos es el niño de 11 años
Pedro Pérez Clotet (1902-1966), natural de Villaluenga del Rosario (Cádiz), que
es admitido una vez que ha aprobado -24 de septiembre de 1914- el examen de
ingreso en el Instituto de Jerez. Poeta perteneciente a la Generación del 27, Pérez
Clotet publicará en 1929, en Málaga, su primer libro de poemas (Signo del Alba) y
tres años más tarde creará la revista Isla (Cádiz, 1932-1936; Jerez, 1937-1940), en
la que colaborarán destacados poetas -entre ellos los antiguos alumnos Fernando
Villalón, Eduardo Llosent y Manuel Rojas-Marcos Lobo-, “lo que la convierte
en uno de los cauces de difusión e intercomunicación poética más importante
de la década de los treinta” (García Tejera, 1999: 298).35 Pérez Clotet sobresalió
por su piedad y su bondad durante su estancia en el colegio, que se prolonga
hasta que acaba el bachillerato en el curso 1919-1920. El profesor José Antonio
Hernández Guerrero (2003: 11-12) ha escrito: “El padre [Mariano] Ayala, prefecto
del colegio, se desplazó a Villaluenga para proponer a su padre el ingreso de
Pedro en el Noviciado Jesuita, pero éste, con sencillez y con claridad, después de
haber reflexionado detenidamente, respondió: «Estoy decidido a ser un cristiano
consciente y responsable, pero no siento vocación de sacerdote ni me considero
capaz para entregarme a la vida religiosa»”.
En la proclamación de dignidades del domingo 6 de diciembre de 1914
resulta elegido príncipe del colegio Luis Gordillo Díaz (futuro jesuita, asesinado
en Málaga el 23 de julio de 1936), mientras que Pedro Pérez Clotet es -junto con
Pedro Núñez de Prado Bustillo- uno de los depositarios de la tercera división.
Antes se había celebrado un acto dedicado “A la santa memoria de Pío X”, en
el que un grupo de alumnos representa las obras cortas “Una venganza de
Sarto” y “El poder de la infancia” (El Eco Portuense, 10 de diciembre de 1914). La
primera obrita era original del P. Alberto Risco (1873-1937), escritor y profesor de
Literatura y de Geografía de España. Es probable que Julián Pemartín Sanjuán,
discípulo del P. Risco en la asignatura de Preceptiva (cuarto año), vea ahora
publicado su primer soneto, “A Jerez en la Batalla de los Cueros”, que aparece
en la edición de El Eco Portuense de 24 de diciembre de 1914. Por una carta del P.
Ayala, fechada dos días antes, sabemos que se han hecho algunas reformas en el
edificio: los arcos del corredor de entrada al colegio se han cubierto con cristaleras
y se han alicatado las paredes, que aparecen adornadas con bustos de los Reyes
Católicos, Felipe II, el Gran Capitán y el cardenal Cisneros, así como con grabados
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
este curso 1916-1917: mientras que Agustín Castro (1994: 307) da la cifra de 160 y
Leonardo Molina (2008: 124) la de 215, Manuel Revuelta (1998: 42) la eleva hasta
los 240, de los que 210 son internos. En cualquier caso, este será el último año de
permanencia en el colegio de Manuel Halcón, Julián Pemartín, Rafael Alberti y
Juan Modesto Guilloto. En el curso siguiente -1917-1918- se renuevan los cargos
de prefecto de disciplina y de espiritual de los alumnos, que pasan a desempeñar
los PP. Francisco Gutiérrez (1882-1945) e Ignacio Zurbano (1881-1965), respectiva-
mente. En el claustro de profesores encontramos a los seglares Esteban Fernández
Yáñez (Ortografía), Eleuterio Legarra (Música) y Antonio Pizarro Montaño (Gim-
nasia). El Sr. Legarra era profesor de música del colegio desde al menos el curso
1904-1905 -sucedió al Sr. Mendiola- y ya en 1908 impartía la asignatura de Gim-
nasia el Sr. Pizarro. Éste fue el profesor que tuvo Rafael Alberti, quien recordaba
al final de su vida la importancia que se daba a los deportes en San Luis Gonzaga:
“Los jesuitas cuidaban mucho de nuestra preparación física. No creas que sólo
era rezar, aunque rezábamos muchísimo. Teníamos un gimnasio muy grande que,
según me contaron, más tarde desapareció. Practicábamos muchos deportes: fút-
bol, tenis, jockey, patinaje. También daban clases de esgrima, algo que añadía a la
educación física cierta variedad. Además, se organizaban carreras de bicicletas, de
caballos ... Pero a mí lo que más me gustaba era patinar en aquel magnífico patio,
tan amplio” (Mateo, 1996: 23).
El 2 de abril de 1918 -Martes de Pascua- los alumnos de sexto año protago-
nizan una academia de Química Orgánica bajo la dirección del rector Mendoza,
profesor de la asignatura. Ocupan la presidencia José González Billón († 1946),
director de la Escuela Naval Militar de San Fernando (Cádiz), y el subdirector
Juan Cervera Valderrama (1870-1952), con otros dos profesores de la escuela. En
la segunda proclamación de dignidades resulta reelegido príncipe del colegio el
cordobés Antonio C. Herruzo Martos. El domingo 14 de abril serán los alumnos de
sexto los que se desplacen en tren al establecimiento militar de San Fernando con
el escolar jesuita Raimundo Bautista, invitados a la jura de bandera que se celebró
ese día. El interno Francisco Villanueva Gómez, que escribió la crónica de la jorna-
da para Páginas Escolares (junio de 1918), recuerda: “Se dio fin al solemne acto de la
jura con un vistoso desfile y nosotros marchamos poco después a la morada del Sr.
Subdirector, donde almorzamos, siendo objetos de las más delicadas atenciones”.
El 1 de junio comienzan en el colegio los exámenes de fin de curso, trasladándose
para tal fin nueve catedráticos del Instituto General y Técnico de Jerez (El Gua-
dalete, 1 de junio de 1918). El provincial Gálvez no observa deficiencias graves en
la visita que realiza del 8 al 16 de junio, aunque sí advierte en su memorial contra
la “inmoralidad en la conversaciones, la insubordinación y la falta de piedad en
los actos religiosos” (ap. Molina García, 2008: 125).
El comienzo del curso 1918-1919 es anómalo debido a la epidemia de “gri-
pe española” que afecta a la ciudad de El Puerto, obligando al rector a cerrar pro-
visionalmente el colegio -como medida preventiva- a finales de octubre (Revista
Portuense, 25 de octubre de 1918). Aunque el curso se reanuda el 10 de enero de
1919, la epidemia no se dará por terminada hasta principios de febrero (Herrera,
1996: 50), cuando encontramos a uno de los sacerdotes de la comunidad jesuita,
el P. Francisco Meseguer (1870-1933), predicando en la Prioral durante la función
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Católico. Hay ahora diez profesores seglares, mientras que la suma de sacerdotes
y escolares jesuitas es nada más que nueve. Los alumnos reciben 15 o 16 horas
semanales de clase, todo lo más 21 (Molina García, 2008: 132). En septiembre de
1922 ingresa interno el niño Joaquín Valdés Sancho (Sevilla, 1914-Madrid, 1994),
de padre sevillano -el antiguo alumno Joaquín Valdés Auñón, como ya dijimos- y
madre portuense (Milagros Sancho Delgado, 1883-1927). Dada su corta edad, es
asignado a la clase de instrucción primaria, en la que permanece también durante
el curso 1923-1924, para terminar el bachillerato en el colegio de Villasís (Sevilla)
en 1930. Licenciado en Derecho por la Universidad hispalense, Joaquín Valdés
será aprendiz de poeta, tenaz periodista e importante editor.36 Con el seudónimo
de “Jorge Villarín” publicó, entre otras obras, Guerra en España contra el judaísmo
bolchevique. Crónica del frente (Cádiz, 1937), Abriles de España (Toledo, 1937; en
colaboración con Miner Otamedi), la comedia La venta de Jeromo (Toledo, 1938; con
Miner Otamendi), la novela La enfermera de Ondarroa (Sevilla, 1938) y De los ángeles
(siete crónicas) (San Sebastián, 1938).
El 21 de enero de 1923, domingo, se celebró en San Luis Gonzaga el
brillante acto de nombramiento de “Príncipe de Honor del Colegio” de D. Carlos
de Borbón y Orleáns (1908-1936),37 alumno entonces en el externado de Villasís.
Era el hijo mayor de los infantes D. Carlos de Borbón Dos-Sicilias (1870-1949)
-capitán general de Andalucía de 1921 a 1930- y D.ª Luisa de Orleáns (1882-1958).38
El joven príncipe -de 14 años- llegó ese día en tren desde Sevilla, acompañado por
el comandante de Estado Mayor Joaquín Aramburu Luque, ayudante de campo
del infante don Carlos. En la estación de ferrocarril le esperaban el rector Campos
y algunos mandos militares. Se desplazan al colegio en el automóvil del conde
de Osborne, siendo escoltados por varios alumnos montados en bicicletas, que
formaban parte del flamante regimiento “Gonzaga”. El pergamino que recibió
D. Carlos había sido decorado por Juan José Bottaro Palmer († 1970), artista y
profesor entonces del colegio. En el patio central desfilaron un centenar de cadetes
del regimiento Gonzaga. Hubo carreras de cintas, globos y títeres. La banda de
música de Cádiz amenizó la merienda-cena, a la que asistieron los alumnos en
mesitas colocadas alrededor de la Montaña Rusa, llamada entonces de San Ignacio
(Molina García, 2008: 134). Despiden a don Carlos en la estación el rector y “el
joven alumno, dignidad de Príncipe del Colegio, Sr. [Álvaro] Fernández de Castro
y Cabeza” (Revista Portuense, 23 de enero de 1923).
En el curso 1923-1924 se incorpora el P. Juan Blardony, que impartirá las
asignaturas de Historia Universal y Lengua Castellana. Es ahora cuando ingresa
interno en primero de bachillerato el sevillano Manuel Rojas-Marcos Lobo (1911-
2000), uno de los 11 hijos del eminente jurista fallecido en enero de 1920 -a quien
ya vimos participar en las fiestas colegiales de 1912- y de Ignacia Lobo Vergara
(† 1962). No es mucha la información que tenemos sobre la actividad de Manuel
Rojas-Marcos como poeta, si bien sabemos que publicó poesías en -al menos- las
revistas Isla (n.º 7-8, 1935), Mediodía y Nueva Poesía (Sevilla, 1935-1936). Ha sido
admitido de nuevo en el colegio -como alumno de cuarto año de bachillerato-
el sevillano Rafael de León Arias de Saavedra, que tiene ya 15 años. Con Jorge
Marenco Figueroa, Luis Suárez Rodríguez y otros alumnos participa Rafael de
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
León en la redacción de una revista literaria, “de cuyo contenido nada se conoce”
(Suárez, 1997). El portuense Luis Suárez Rodríguez (1910-1977), condiscípulo de
Rafael de León, es uno de los 31 externos que hay en el colegio en este curso previo
a la clausura. Luis Suárez finalizará en 1931 la carrera de Derecho en Granada
y se dedicará profesionalmente a la abogacía. En marzo de 1928 encontramos
a Suárez Rodríguez como director artístico y colaborador de Ensayos, flamante
“revista mensual ilustrada” de vida efímera (Guardiola, 1991: 28) que editaba en
El Puerto -c/ Larga, 116- Gráficas Andaluzas (viuda de Luis Pérez Gutiérrez). Los
periodistas José Piodela y Francisco Pérez Pastor eran, respectivamente, director
gerente y director literario de esta publicación, en la que colaboran -entre otros-
los antiguos alumnos Pedro Muñoz Seca y Rafael de León. Parte de la producción
poética de Luis Suárez Rodríguez aparecerá publicada en la Revista Portuense, El
Alcázar o en el órgano de Acción Católica en El Puerto de Santa María, Cruzados
(1939-1969).
Nada parecía indicar el inminente cierre del colegio cuando la Revista Por-
tuense publica el viernes 30 de mayo de 1924 una crónica de los “brillantes” y
“solemnes” actos de fin de curso celebrados el día anterior, consistentes en una
velada literario-musical y distribución de premios. Son las seis de la tarde y en
el abarrotado salón de visitas los alumnos y sus familias esperan la llegada de la
presidencia, cuya entrada es saludada con la “Marche Lorraine” (Ganne), que eje-
cuta al piano el maestro Legarra. Además del rector Campos presiden el acto el al-
calde (Alfonso Sancho Mateos), el Padre ministro (Francisco Gómez) y el delegado
gubernativo (José Iribarren Jiménez, teniente coronel de Ingenieros). Concurren
también los PP. Francisco Socorro, Miguel Martínez Ropero y Juan Lambertini.
La distribución de premios comienza tras la intervención del dúo formado por
los Sres. Victorino Elías (contralto) y Jerónimo Posadas (bajo). El Padre rector da
lectura a la extensa lista de premiados por su conducta y aprovechamiento “a
mayor gloria de Dios, para esplendor de las ciencias, cultura de las letras y hon-
rosa memoria de los alumnos del Colegio de San Luis Gonzaga”. Es proclamado
“Excelencia de honor” José Ramón Lorente Pellicer, de cuarto curso, obteniendo
premios de excelencia los estudiantes de segundo curso Álvaro Fernández de Cas-
tro Cabeza y Luis Arroyo Aznar. Los tres son muy aplaudidos al ocupar sus re-
spectivos puestos en la tribuna destinada al efecto. Se intercalan piezas musicales,
interpretadas por el coro de seises del colegio. Entre los galardonados figuraban
portuenses como Juan Bootello Campos, Luis Suárez Rodríguez, Manuel Rioja
Barreda, Luis Cuvillo Sancho, Ramón Jiménez Loma, Luis Merello Álvarez-Cam-
pana, Jesús Merello Álvarez-Campana, Eligio Pastor Nimo o Juan Piury Quesada.
El sevillano Joaquín Valdés Sancho se alza con un primer premio de conducta en
la 1.ª sección de la clase de instrucción primaria, más un segundo premio en Ca-
tecismo. Por su parte, Luis Suárez Rodríguez obtiene también un primer premio
de conducta en la división de externos, y además premios de aprovechamiento
en las asignaturas de cuarto año Preceptiva (segundo premio), Historia Universal
(accésit), Francés (segundo premio) y Dibujo Lineal (primer premio), así como un
segundo premio en Latín de segundo, asignatura de tercer año de bachillerato
(Revista Portuense, 31 de mayo y 1 de junio de 1924). Cierra el acto el alumno de in-
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
D. Carlos de Borbón (cuyo hijo era, recordemos, príncipe de honor del colegio),
al presidente del Directorio -general Miguel Primo de Rivera- y a la reina madre
D.ª María Cristina, solicitándoles su mediación para impedir la clausura. A esta
iniciativa del alcalde se sumaron los padres de alumnos (25 de agosto) y, dos días
después, la corporación municipal y los antiguos alumnos del colegio, además de
la Revista Portuense, el Diario de Jerez y el Diario de Cádiz.
De la respuesta del P. Ledóchowski al alcalde Alfonso Sancho, fechada en
Madrid el 18 de septiembre de 1924 y publicada el 24 del mismo mes en la Revista
Portuense, extraemos estos párrafos:
Una promesa que no se pudo cumplir, pues, como es bien sabido, el Gobi-
erno de la Segunda República que presidía Manuel Azaña decretó el 23 de enero
de 1932 -basándose en el polémico artículo 26 de la Constitución de 1931- la diso-
lución de la Compañía de Jesús en todo el territorio nacional y la incautación de
sus bienes, que pasaban a propiedad del Estado para fines benéficos o docentes
(Revuelta, 2004: 351-354). Tras ser incautado por el patronato constituido al efecto,
el edificio de San Luis Gonzaga permanece cerrado hasta 1939,39 cuando vuelve
a instalarse en él el noviciado y juniorado de la provincia de Andalucía. En 1962,
después del traslado de la casa de formación a Córdoba, recupera su primitiva
función como colegio.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Cuadro n.º 1- Nómina parcial de alumnos escritores del colegio de San Luis
Gonzaga de El Puerto de Santa María (1864-1924)
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
NOTAS:
1 Profesor de Inglés del I.E.S. Santo Domingo, El Puerto de Santa María (Cádiz). Doctor por la
Universidad de Cádiz. Miembro del Grupo de Estudios Históricos Esteban Boutelou (Universidad
de Cádiz).
2 “Convenio con la Sociedad Fundadora del Colegio de San Luis”, Archivo Provincial Histórico de
Toledo de la Compañía de Jesús (Alcalá de Henares), E-2: 5, legajo 774,5, folio 1.
3 Archivo Municipal de Puerto Real (Cádiz), legajo 134-2 (1864), expediente n.º 15, folio 1.
4 “Historia Domus” (traducción del original latino), Archivo Histórico del colegio de San Luis
Gonzaga (El Puerto de Santa María), armario 1, balda 3, caja 3, folio 1.
5 Véase “Lista de los alumnos del colegio de San Luis Gonzaga en Puerto Real durante el curso 1864-
1865”, Archivo Provincial Histórico de Toledo de la Compañía de Jesús (Alcalá de Henares), E-2:
5, legajo 774,6; Rodríguez Caparrini (1998: 199-200).
6 “Proposición que hace la Empresa del Colegio de 2.ª enseñanza de San Luis Gonzaga (interinamente
establecido en Puerto Real) a los Patronos de la fundación de D. Francisco de P. Rodríguez, de
Sanlúcar de Barrameda”, Archivo Provincial Histórico de Toledo de la Compañía de Jesús (Alcalá
de Henares), E-2: 5, legajo 774,4, folio 1.
7 Comunicación de José Francisco Barreda al P. Bartolomé Munar (El Puerto de Santa María, 8
de agosto de 1864), Archivo Provincial Histórico de Toledo de la Compañía de Jesús (Alcalá de
Henares), E-2: 5, legajo 774,5, folio 5.
8 “Comisión fundadora del Colegio de San Luis Gonzaga (interinamente establecido en Puerto
Real)” (circular, 1865), Archivo Provincial Histórico de Toledo de la Compañía de Jesús (Alcalá de
Henares), E-2: 5, legajo 774,4.
9 “Comisión Fundadora del Colegio de Segunda Enseñanza de S. Luis Gonzaga” (circular sin fecha,
c. marzo de 1865), Archivo particular del autor (El Puerto de Santa María).
10 “Acta de la Junta General celebrada por los Sres. fundadores del Colegio de S. Luis Gonzaga” (21
de octubre de 1866), Archivo particular del autor (El Puerto de Santa María).
11 id.
12 “Colegio de segunda enseñanza de S. Luis Gonzaga” (prospecto sin fecha, [1867]), Archivo
particular del autor (El Puerto de Santa María).
13 “Relato Primero del H. Rafael Reyes durante la revolución de septiembre escrito en Murcia en
1892”, Archivo Histórico de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús (Granada), Fondo S.J., 9-9,
transcripción mecanografiada, folio 4. En realidad, Tomás Osborne Guezala tenía entonces 7 años,
pues había nacido en la calle San Francisco la Nueva, n.º 8, el 2 de marzo de 1861. Véase Archivo
Parroquial de la Iglesia Mayor Prioral (El Puerto de Santa María), libro 137, folio 73v.
14 Junta Revolucionaria 1868 (sesión n.º 12, 4 de octubre de 1868, punto 3.º), Archivo Histórico
Municipal de El Puerto de Santa María, legajo 137, folio 59.
15 Circular del P. Ramón Mendía (El Puerto de Santa María, 1 de marzo de 1869), Archivo particular
del autor (El Puerto de Santa María).
16 Instancia dirigida al Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, 2 de marzo de 1875.
Desamortización, Archivo Histórico Municipal de El Puerto de Santa María, legajo 1778, n.º 4.
17 El Guadalete, 2 de septiembre de 1875, p. 3.
18 ib., 6 de enero de 1903, p. 2. De julio a noviembre de 1885, José Carrajal trabajó como auxiliar
de practicante en el hospital portuense de San Juan de Dios. Entre 1889 y 1892 fue ayudante en
la escuela privada de la Santísima Trinidad y en la pública de San Casiano, ambas en El Puerto
(Gómez Fernández, 2006: 347). Nombrado auxiliar de Secretaría del Ayuntamiento en 1899, en
julio de 1925 pasa a encargarse del Archivo y Secretaría particular de la alcaldía. Entre agosto de
1931 y diciembre de 1935 ejerce como oficial mayor de la Secretaría. En el ámbito del periodismo,
Carrajal fue colaborador de la Revista Portuense, director (1891-1893) de la misma y corresponsal
(desde 1903 al menos) de Diario de Cádiz en su ciudad natal. En abril de 1908 comenzó a dirigir La
Voz del Puerto (subtitulado “Eco imparcial de la opinión pública”) y, en julio de 1915, El Diario del
Puerto, periódicos que debieron de tener corta vida.
19 Lo cierto es que el 24 de septiembre de 1884, con 13 años, Dionisio Pérez solicita el ingreso en
la Escuela Normal de Maestros de Cádiz. Tras aprobar los dos cursos y la reválida del grado
elemental, más el tercer curso del grado superior, en octubre de 1887 supera los exámenes escritos
y orales para la obtención del título de maestro de primera enseñanza superior. Véase “Expediente
personal de D. Dionisio Pérez Gutiérrez”, Archivo de la Universidad de Cádiz, EN 23-28.
117
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
20 Dionisio Pérez fundó en 1889 la Revista Portuense y diez años más tarde comenzó a dirigir la revista
noventayochista madrileña Vida Nueva. Fue colaborador en numerosos periódicos y revistas,
como Diario de Cádiz (a partir de 1889), El Correo, La Iberia, El País, El Heraldo de Madrid, El Globo,
Diario Universal, El Imparcial, La Esfera, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico, ABC, El Sol, La Nación, o
La Voz de Galicia. Además de las dos novelas que citamos en el texto, escribió, entre otras obras,
Gente conocida (retratos de políticos, 1895), España ante la guerra (artículos publicados en Mundo
Gráfico, La Esfera y El Mundo, 1914), Por esas tierras (1915), En el lendel de la vida (novela, 1926),
Guía del buen comer español (1929), La Dictadura a través de sus notas oficiosas (1930) o Isaac Peral. La
tragedia del submarino Peral (1935). Resultó elegido diputado a Cortes por El Puerto de Santa María,
por el partido liberal, en 1910 (1910-1914) y 1918 (1918-1919). En 1921 obtiene el premio Mariano
de Cavia por su artículo “La musa de Joaquín Costa”. Véase Ossorio (1903: 339-340); Martínez
Alfonso (1962: 332-337); Pérez-Rioja (1968: 71); Molina Martínez (1998: 275); López Pérez (2002).
21 Véase Asta Regia. Semanario de Ciencias, Letras, Artes e Intereses Locales, 27 de diciembre de 1880, pp.
7-8.
22 Véase Electrón. Revista decenal ilustrada del Cuerpo de Telégrafos, 30 de diciembre de 1897, p. 182.
En el mismo ejemplar figura Eugenio Sedano como aprobado en los exámenes para aspirantes
segundos del cuerpo, celebrados en Madrid en junio de 1897.
23 Eugenio Sedano era ya en 1901 corresponsal en Sevilla del diario madrileño La Correspondencia
de España. Con anterioridad había colaborado en diversos medios de la capital andaluza, como
La Andalucía, El Orden, Sevilla Cómica o Andalucía Ilustrada. Fue director de los semanarios
republicanos El Zorrillista (1890-1891) y La Juventud Demócrata (1891-1893), así como del periódico
literario El Indispensable (1891). Véase Chaves (1896: 145-146, 255-256, 290, 299, 302, 305, 312).
24 Colaborador asiduo de la Revista Portuense, Mariano López Muñoz dirigirá en su ciudad natal
(1917), y luego en San Fernando, El Justiciero (órgano del regionalismo andaluz en la provincia de
Cádiz, de vida efímera) y al año siguiente se hará cargo del semanario sevillano El Regionalista.
En 1920 toma posesión como redactor y representante en El Puerto de Santa María del diario El
Noticiero Sevillano. Colaboró además en Sevilla Federal, La Conferencia (Jerez) y La Unión (Sevilla).
Bajo sus auspicios nace en Sevilla, en 1923, la revista Guadalquivir. Mariano López trabajó durante
cuatro décadas en el Ayuntamiento de El Puerto, siendo oficial de Intervención desde julio de 1924
a agosto de 1936.
25 José del Prado Palacio (Jaén, 1865-Espeluy, 1926), ingeniero agrónomo y político conservador. Fue
alcalde de Jaén (1891-1892). Resultó elegido diputado por esa circunscripción desde 1899 hasta
1910 y por la de Lugo en 1914, siendo nombrado senador vitalicio al año siguiente. Director general
de Agricultura (1903-1905), subsecretario del ministerio de Gobernación (1913-1914), alcalde de
Madrid en dos ocasiones (1915 y 1917) y ministro de Instrucción Pública (1919) en el gabinete de
Sánchez de Toca. Creado marqués de Rincón de San Ildefonso en 1920. Autor de publicaciones
de carácter político y económico, como El porvenir de una región (1897), El presupuesto de la opinión
(1905) o Hagamos patria (1917). José Antonio Zamora (2013: 442-443) lo incluye entre los alumnos
insignes del colegio de San Luis Gonzaga.
26 Véase “Alumnos internos del colegio de San Luis Gonzaga desde su segunda época en 1875 hasta
la fecha [1912]”, Archivo Histórico del colegio de San Luis Gonzaga (El Puerto de Santa María),
armario 1, balda 1.
27 El Eco Portuense, 2 de julio de 1914, p. 3. Para esta fecha, José Ignacio de Alberti ya había estrenado
obras originales como Los Jácaros (1910, en colaboración con Ramón de Godoy; premio del
Ayuntamiento de Madrid), El diamante azul (1913, con R. de Godoy y Miguel de San Román) y El
viaje entretenido (1913, con R. de Godoy); también tenía en su haber la traducción y adaptación de
obras extranjeras: Primerose (1912), Jimmy Samson (1912), La morera de plata (1913) o Fígaro, barbero
de Sevilla (1913, con Enrique López Alarcón). Después de 1914 estrenará las comedias policiacas
Sebastián el Bufanda (1916) y El collar de esmeraldas (1918), escritas ambas con E. López Alarcón,
así como el drama romántico Manos blancas (1919) y la comedia La diosa olvidada (1926, con Juan
Chacón Enríquez). Para la escena española traducirá comedias de P. Weber y H. de Gorsse (La
chiquilla, con José Rosales, estrenada en 1917), J. B. Molière (El ricachón en la corte, publicada en
1920) o G. de Champris (La gorriona, estrenada en 1921). José Ignacio de Alberti obtuvo el segundo
premio del Concurso Nacional de Literatura (1935), al alimón con José García Mercadal, por un
ensayo cuyo tema era “Las características del romanticismo español”. Empleado del ministerio de
Gobernación desde -al menos- 1901, en octubre de 1937 asciende a jefe superior de Administración
Civil por su “competencia, lealtad y laboriosidad, al servicio de la causa legítima de la República”
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El Colegio de San Luis Gonzaga de la Compañía de Jesús de El Puerto de Santa María (Cádiz): un recorrido histórico-literario (1864-1924)
(Gaceta de la República, n.º 275, p. 32). En agosto de 1939 fue separado del servicio en aplicación
de la Ley de 10 de febrero de ese año, que fijaba las normas para la depuración de funcionarios
públicos.
28 Renovación, octubre de 1927, p. 5. Rafael García fue colaborador de la Revista Portuense, Diario de
Cádiz, El Noticiero Gaditano, La Información (Cádiz) y Mundo Gráfico (Madrid), así como corresponsal
en Cádiz de los diarios madrileños El Heraldo de Madrid, El Liberal, La Voz y El Sol. Formó parte del
comité organizador del Primer Congreso Periodístico Español celebrado en Cádiz en 1912. Véase
Pérez-Rioja (1968: 79, 90).
29 Castro (1994: 154-155, 162-165). El acta de admisión de Juan Ramón Jiménez está firmada por
el P. Oliver Copons (director) y los alumnos Ricardo Tena Montero de Espinosa (prefecto) y
Rodrigo Fernández de Mesa Porras (secretario). Ricardo Tena -nacido en Azuaga (Badajoz) el 28
de diciembre de 1877- ingresaría en la Compañía de Jesús en agosto de 1894 y sería asesinado
en su localidad natal el 8 de septiembre de 1936, víctima de la persecución religiosa en la zona
republicana. Véase Xavier (1997: 487-491).
30 Véase “Alumnos internos del colegio de San Luis Gonzaga desde su segunda época en 1875 hasta
la fecha [1912]”, Archivo Histórico del colegio de San Luis Gonzaga (El Puerto de Santa María),
armario 1, balda 1.
31 Manuel Halcón es autor, entre otras, de las novelas El hombre que espera (1922, Premio Ateneo de
Sevilla), Recuerdos de Fernando Villalón (biografía novelada, 1941), Aventuras de Juan Lucas (1944),
La gran borrachera (1953), Los Dueñas (1956), Monólogo de una mujer fría (1960, Premio Nacional de
Literatura) y Manuela (1970). Socio fundador de la revista poética Mediodía en 1926, durante la
Guerra Civil dirigió el diario FE (órgano de la Falange sevillana) y la revista de divulgación cul-
tural Vértice. Fue subdirector de ABC de Madrid (obtuvo el Premio Mariano de Cavia en 1940) y
director de las revistas Semana y Moneda y Crédito. En 1962 ingresó en la Real Academia Española
con el discurso “Sobre el prestigio del campo andaluz”. Su última obra, Cuentos del buen ánimo, se
publicó en 1979.
32 “Durante la Guerra Civil Española participó en la propaganda franquista. Fue director del Museo
Nacional de Arte Moderno desde el final de la contienda hasta octubre de 1951 y miembro de la
Academia Breve de Crítica de Arte. Fue uno de los fundadores y el director de la revista cultural
madrileña Santo y Seña, en la que escribió de arte y literatura. Hizo crítica de arte en Arriba y
otras publicaciones madrileñas. (…) Su esposa fue la escritora Mercedes Formica” (Díaz Sánchez
y Llorente Hernández, 2004: 528).
33 Al dar la noticia de su muerte, el ABC de Madrid (1 de mayo de 1966) resume así la actividad de
Julián Pemartín como político: “Era pariente y amigo de José Antonio Primo de Rivera. Estuvo
entrañablemente unido a la historia del Movimiento Nacional y desempeñó, con rigor y eficacia, los
puestos de responsabilidad que le fueron encomendados. Difíciles puestos, desde la Vicesecretaría
General de Provincias hasta la Dirección del Instituto Nacional del Libro [1941-1966], donde su
labor fue brillantísima y fecunda (…). Como jefe del Sindicato de Papel, Prensa y Artes Gráficas
[1949-1962], resolvió con tino los graves problemas que esa sección sindical plantea. Fue también
director de la Academia de Mandos ‘José Antonio’, consejero nacional del S.E.U., consejero asesor
de la Obra Sindical de Educación y Descanso y miembro de la Junta de Recompensas de la Sección
Femenina. Asimismo, procurador en Cortes y miembro del Instituto de Estudios Políticos y de la
Junta de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores”.
34 El hispanista británico Cyril B. Morris (1960: 223) ha definido De un momento a otro como “una
colección de poesías y dramas, en su mayoría no muy logrados, que escribiera Alberti en parte
encandilado por el comunismo de Stalin y Zhdanov y en parte con el dolor y la ira por la derrota
de la República” (la traducción es nuestra).
35 Pérez Clotet es autor, además, de la siguiente obra poética: Trasluz (Cádiz, 1933), A la sombra de
mi vida (Madrid, 1935), Invocaciones (Cádiz, 1941), A orillas del silencio (Málaga, 1943), Presencia fiel
(Sevilla, 1944), Soledades en vuelo (Madrid, 1945), Noche del hombre (Madrid, 1950), Como un sueño
(Madrid, 1956), Primer adiós (Cádiz, 1974, ed. de la familia del autor). Su obra en prosa es: La
«Política de Dios», de Quevedo (Madrid, 1928), La sierra de Cádiz en la Literatura (Cádiz, 1937), Tiempo
literario I (Cádiz, 1939), Romances de la sierra de Cádiz (Jerez, 1940), Algunas notas sobre la Andalucía
del P. Coloma (Cádiz, 1940), Tiempo literario II (Cádiz, 1945), Bajo la voz amiga (Cádiz, 1949).
36 Colaboró en la Revista Portuense y Cruzados. Fue redactor jefe del semanario tradicionalista El
Observador (1932-1934); redactor de tribunales del diario La Unión (1932-1939); corresponsal de
ABC (Sevilla) y colaborador de Domingo (1936-1939); director de El Alcázar (1936-1939); redactor
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jefe de Brújula (1947); subdirector de Gran Mundo (1951); director de Diez Minutos (1951-1974;
subdirector, 1974-1978), Informador de Empresa (1960), El Europeo (1964-1981) y Alcubilla (1975).
Propietario de la editorial Gráficas Espejo (Madrid) hasta 1989. Información facilitada por el Dr.
Jordi Rodríguez Virgili, profesor del Departamento de Comunicación Pública de la Facultad de
Comunicación (Universidad de Navarra).
37 Nació el 5 de septiembre de 1908 en Santillana del Mar (Cantabria). Después de cursar el
bachillerato en el colegio de Villasís (Sevilla), don Carlos hizo la carrera de Filosofía y Letras en
la Universidad de Murcia. Tras el 14 de abril de 1931 se exilió con su familia a Francia, donde
perfeccionó estudios de Arte. Nada más comenzar la Guerra Civil se presentó voluntario en
Pamplona, siendo destinado como alférez al Grupo Mixto de Zapadores. Murió en combate cerca
de Eibar (Guipúzcoa) el 27 de septiembre de 1936.
38 Don Carlos y D.ª Luisa, abuelos maternos del actual rey D. Juan Carlos I, habían visitado el colegio
de San Luis Gonzaga la tarde del domingo 16 de octubre de 1921, depositando flores ante el altar
del Corazón de Jesús ubicado en el salón de visitas. Los infantes asistieron ese mismo día por la
mañana a la entrega del estandarte que la ciudad de El Puerto de Santa María regalaba al Tercer
Regimiento de Artillería Pesada. Véase Revista Portuense, 18 de octubre de 1921.
39 Durante la Guerra Civil, el colegio-noviciado fue un hospital militar “dedicado en particular a
la curación y convalecencia de los soldados musulmanes heridos y enfermos de la campaña”
(Cruzados, 28 de mayo de 1941).
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(eds.) (1997): Poemas y canciones de Rafael de León. Sevilla: Alfar.
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Capítulo
tercero
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Capítulo
tercero
Cuatro fases:
2ª).- Interrupción desde las navidades del año 1931. Destierro a Bélgica.
Provinciales: José Fernández Cuenca (15/08/1933), Francisco Cuenca Horcas
(06/11/1939) Rectores. José Fernández Cuenca (31/07/29) y Manuel Grund
(08/09/1933) y Maestro de Novicios, Francisco Berrocal (1931-1937).
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
“campus domi”. Un día al mes los paseos eran más prolongados. La vuelta podía ser
problemática y motivo de “cantar la culpa” en el comedor, pues al no llevar desde
el principio reloj, teníamos que calcular cuidadosamente – y no siempre se lograba
– la puntual llegada. Vacaciones, 15 días en la finca antes citada. El baño partía de
una caseta muy cerquita del agua…buena decisión pues nos vestíamos con un
“mono” de faena, corto de mangas y que sólo descubría las rodillas, impúdico a
todas luces, pero que cumplía su función de modestia y humildad…Teníamos para
la operación completa 15 minutos, previo lavado de pies en un balde. Junto al mar
estaba edificada la gran caseta con 12 apartamentos, para ponerse los “bañadores”.
Y recordar los paseos hasta Rota, en la bajamar y por la playa, cuando aún no habían
ocupado los americanos la Base Naval de Rota.
No podemos olvidar que este periodo de la formación iba encaminado al
“dominio de sí mismo”, a una prueba de resistencia, a dejarse atrás el hombre viejo,
dominar las pasiones que venían “del mundo” para abrirle camino al Señor. “Señor,
¿qué quieres que haga?”.¿Qué he de hacer por Cristo?
El mes de Ejercicios Espirituales de San Ignacio, hechos en el Noviciado y
dirigidos por el Padre Maestro de Novicios, hacían sentir a los jóvenes su miseria
y su disponibilidad total al Señor. “Tú no eres nadie, déjate llevar por Cristo”. ¿Qué
he hecho por Cristo, qué hago por Cristo, qué he de hacer por Cristo? La oración de San
Ignacio al final de ese mes riguroso de penitencia y silencio era asumida por los
entusiastas jóvenes: “Tomad , Señor y recibid, toda mi libertad…”9
Para no carecer de espejos donde mirarse, por el Noviciado aparecían
con cierta frecuencia misioneros, tanto de misiones extranjeras como las misiones
populares, que abrían los horizontes apostólicos de los noveles aprendices. La
Provincia Bética tenía en este tiempo dos misiones fundamentales: Las Carolinas
y el Ecuador. Recordemos ahora al obispo jesuita Santiago López de Riego10, que
había sido Superior en Jerez, a los Padres Gumucio11; al sabio y prudente Pedro
Castro12, misionero en las Carolinas, luego misionero popular y fundador de una
Congregación femenina; al santo y simple Padre Gregorio Fernández Luna13; al
admirado Padre Quirino14, asesinado por los japoneses (28/11/1960) en Kitiis, Islas
Carolinas… Figuras todas que traían a la mente de los novicios hechos heroicos
y aun el deseo del martirio15. Recordamos las charlas del barbudo y venerable
Padre italiano, el Padre Greggio, misionero en el Congo belga, quien ponderando
la baratura de las piñas tropicales en su misión, así como otros productos, siempre
acababa invitando : “Venite au Congo…”. Y tantos otros que traían sus experiencias
misioneras de América o del Japón.
También se acercaban los misioneros populares, que encendían los campos
y ciudades de Andalucía de fervor religioso, y levantaban en los corazones de los
noveles jesuitas deseos de extender el reinado de Cristo: los Padres Huelin, Puerto,
Rejón, Rodríguez…. Los misioneros extranjeros traían plantas, conchas marinas,
animales exóticos que enriquecían tanto el museo del Colegio como otra clase de
museo, el de Misiones, luego abandonado pero rico en fetiches y objetos paganos
traídos de las selvas o de Oceanía. Todo servía para la misión universal que el Señor
les tenía reservada. Con Ecuador la comunicación era fluida, pues en estos años
formaba parte de la Provincia y era frecuente el intercambio de destino con la nación
hermana.
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Año 1925
Comunidad asentada, ya acomodados los espacios. Son 11 los Padres, los
Escolares 42 y 28 los Hermanos Coadjutores. Ingresan en el Noviciado 18 Escolares
y 20 para Hermano Coadjutor. Este año son en total 78 religiosos. Sigue siendo
Rector el Padre Juan Murillo, que por un año asume el cargo también de Maestro de
Novicios. Para los jóvenes, el mundo de la misiones es punto de referencia. Entonces
la nueva Provincia, además de su hermanamiento con el Ecuador, entonces Región
dependiente de la antigua Provincia de Toledo, hereda las misiones de las Islas
Carolinas, Marianas y Marshall.
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Año 1926
Al comienzo, sigue el Padre Sánchez Oliva dirigiendo el Seminario
Menor, que ya lo venía haciendo desde Granada; pero este año toma la dirección
del Seminario Menor el Padre José Fernández Cuenca38. Asume ahora el cargo de
Maestro de Novicios el Padre ecuatoriano Eduardo de la Espriella y el Padre Morillo
puede dedicarse con más intensidad a su Rectorado. El nuevo Padre Maestro,
ecuatoriano, bajo un aspecto austero, tenía “un corazón de oro” y era muy querido
por todos 39. A los dos primeros jóvenes de la nueva Provincia que son destinados a
Carolinas, se les despide solemne y fervorosamente. Cierran con cristaleras el bello
patio de las sombras.
Celebran intensamente dos acontecimientos jesuiticos: fue canonizado el 21
de mayo por el Papa Pío XI san Pedro Canisio y por el mismo Papa son canonizados
los mártires del Canadá el 24.06.1930. Estas celebraciones eran para los novicios y
juniores auténticas catequesis. Ese año desarrollan una gran actividad académica:
“los tres grandes errores de la Edad Moderna y sus tres regias víctimas”. En la
ciudad se prepara con un monumento la consagración al Sagrado Corazón, que
finalmente se realiza el día 26 de diciembre40. Toma gran relieve la fiesta de Cristo
Rey, alentada por el Papa Pío XI, con una serie de sermones que se predican en la
Iglesia y a los que asiste toda la Comunidad: títulos muy significativos, “Cristo Rey
Eterno, Cristo Rey pacífico, Cristo Rey humilde, Cristo Rey del amor, Cristo Rey
hermoso y Jesucristo Rey poderoso”.
Año 1927
Los temas desarrollados en la actividad académica son ahora sobre “el
beato Juan de Ávila”, “los 23 cantos de la Ilíada de Homero” y sobre el “Cantar
del mío Cid”. La familia del Padre Rafael Criado regala un buen armonium. Visita
la comunidad el Arzobispo de Sevilla, cardenal Ilundain, que viene para hacer
los Ejercicios en la finca de la Inmaculada. Se le recibe obsequiosamente. Tres
novedades: regalan una Virgen de Lourdes; se adquiere una pequeña imprenta con
su guillotina, que será desde ahora la Imprenta de la Provincia para casos de menor
cuantía; comienzan los novicios su experiencia de peregrinación por los pueblos de
Andalucía.
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Año 1929
Es ayudante del Padre Maestro de Novicios el Padre José María Tardío41,
luego misionero en Carolinas. Cuentan en sus “relaciones “ los novicios peregrinos:
“visitamos hospitales, en algunas partes comimos con los pobres a quienes
besamos los pies y enseñamos la doctrina cristiana”. Se inician en el Noviciado las
clases de inglés y francés. La biblioteca se enriquece grandemente sobre todo la del
Juniorado.
“Empezaré contándoos el día de mis votos, pues creo tendrán especial deseo
de que os cuente algo de lo que en él me sucedió. Como yo había hecho antes
los Stos Ejercicios para los votos, solamente hice un triduo como preparación
inmediata para ellos. Durante estos tres días cuanto más consideraba lo que
iba a hacer, tanto más crecían en mi los deseos de consagrarme a Dios para
siempre. El día 1 por la tarde se aumentó mucho más mi alegría y deseo, al
ver en mi aposento la sotana, manteo y zapatos etc, etc cosas que con tanta
caridad me habían hecho mis hermanos sin yo preocuparme de nada. La noche
del uno se me hizo un siglo, pues no pude conciliar el sueño a causa de lo
exaltado que estaba y por el gran deseo que tenía de que llegase la mañana y
tocase la campana para levantarnos.
Tocó por fin la campana para levantarse y enseguida me arreglé con mucha
alegría y me puse la santa sotana de la Compañía, no sin antes besarla
muchas veces. Después, me fui a la capilla para ofrecer las obras del día a
N.S. y para hacer la oración entretanto que llegara la hora de la misa en la que
había de hacer los votos. Los santos votos se suelen hacer así: inmediatamente
después que el celebrante consume el Sanguis, abre el Sagrario y pone a N.S.
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
en el altar, entonces el que hace los santos votos, se acerca al altar y en voz
clara y moderadamente alta recita la fórmula de los votos, terminada la cual
recibe a N.S. en la sagrada Comunión y se retira a dar gracias a N.S. por el
señalado beneficio que le ha concedido. Todo esto ejecuté yo con gran alegría
de mi corazón, no olvidándome de pedir por Uds de una manera particular,
sobre todo después que recibí a N.S. en las Sagrada Comunión. Después de
haber hecho gracias a N.S. fuimos a tomar un extraordinario desayuno el R.P.
Maestro que había dicho la Misa de votos, los dos Hermanos que le habían
ayudado, otro hermano que hizo los votos juntamente conmigo. Durante el
desayuno nos dijo el R.P. Maestro que para despedirnos ya del Noviciado
iríamos todo aquel día con los hermanos novicios a la Casa de Campo. Después,
fuimos al cuarto del R.P. Rector, el cual nos dio un grande crucifijo, para que
él nos sirva de consuelo para toda la vida religiosa. Enseguida visitamos a
N.S. en el Sagrario y nos dirigimos a la Casa de Campo, donde pasamos un
día muy alegre con los Hermanos novicios. Y baste esto para daros bastante
noticia del día de mis votos, pues me estoy haciendo muy pesado…”.
2. TIEMPOS AGITADOS
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los tiempos modernos en todos sus lances, había que ajustar las cuentas con el
Ejército, domeñar a la Iglesia y profundizar en una auténtica Reforma agraria,
siempre pospuesta y nunca realizada. Tres puntos sensibles en una España rural,
conservadora, con un catolicismo tradicionalista en su mayor parte y un Ejército
que siempre había sido decisivo en los momentos convulsos de España, proclive a
los “pronunciamientos”. Y, naturalmente, en el terreno de la Iglesia, en el primer
punto de mira relevante, la Compañía de Jesús con su fama de intrigante, influyente
y poderosa. Una de las primeras decisiones de la joven República Española, nacida
llena de esperanzas el 14 de abril de 1931, sería la de dispersar a los jesuitas e
incautarse de sus bienes. Para ello alegaban - en realidad era cierto- que nunca había
sido derogado formalmente, el decreto de dispersión de la nueva Constitución salida
después del exilio de Isabel II en 1868 (octubre 1868). La Constitución republicana
de 9 diciembre 1931 en su artículo 26 establecía la disolución de las Órdenes
religiosas que impusiesen, además de los tres votos canónicos, otro de obediencia
a una autoridad distinta de la del Estado y, por ello, disponía que sus bienes se
nacionalizasen y aplicasen a fines benéficos50. Era claro que se refería a la Compañía
de Jesús: así lo entendieron sus redactores, y también el cardenal de Tarragona
Francesc Vidal i Barraquer, quien se lamentaba de la redacción hipócrita con que se
decretaba la disolución y de la bochornosa forma de tomar por motivo el cuarto voto
de obediencia (al Papa). Decía el Ministro de la Gobernación, Miguel Maura, que a
última hora de la tarde [10 mayo 1931] en el Ateneo los jóvenes preparaban para el
día siguiente, lunes, la quema de conventos de Madrid. Así, ante la impasibilidad de
las fuerzas de Orden Público, se quemaron (11 mayo) sólo en la capital, entre otros
once edificios, la Residencia jesuita y templo de San Francisco de Borja, de la calle
de la Flor, y el Instituto Católico de Artes e Industrias, de la calle Alberto Aguilera.
Pero es que en la vecina Málaga, durante los días 10 y 11 de mayo de 1931,
se quemaron 57 edificios, de los que 55 eran religiosos51….y, naturalmente, la iglesia
de los jesuitas en la calle Compañía.
¡Alarma generalizada! Se asustan al oír las noticias sobre la quema de
conventos en Madrid. Sorpresa en los novicios. “¡Consuman las formas del Sagrario
y acójanse a su familia o amigos”. Las familias de los seminaristas, los amigos y las
de los jesuitas se presentan en la Portería del Noviciado alarmados y dispuestos a
ayudar en lo posible. Mandan a los chicos a sus casas y algunas familias amigas
en El Puerto acogen discretamente a los jesuitas. Cuando van por la calle algunos
portuenses comentaban: ¡“Mirad, los frailes vestidos de hombres”!... Se les pide a los
jóvenes que rompan apuntes y papeles y seleccionen los libros que se han de llevar.
A finales de mayo se dirigen poco a poco a Orduña muy bien recibidos por los
jesuitas vascos. Sin sotanas pues aún no habían llegado las de El Puerto. En julio
ya están todos reunidos en el País vasco. En ese intermedio, en la fiesta de San
Ignacio, les da una plática el Padre José Antonio de Aldama sobre “San Ignacio y las
persecuciones”. En septiembre tienen que desalojar el colegio de Orduña para que
ocupen el Centro los niños y entonces se dirigen a Durango, al Colegio de San José,
el 22 de septiembre. Hay gran espíritu y están dispuestos a todo por Cristo; el Padre
Maestro les dice que pronto partirán y que preparen los pasaportes para Bruselas; el
día 29 suben al autobús rezan y cantan el himno al Corazón de Jesús que prometió
que “reinaré en España”. ¿Hasta cuándo? Todos alegres y contentos se hospedan en
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“El sábado 23 de Enero de 1932, al dirigirse el P. Superior [Fran-
cisco Gómez] a la portería a dar un recado, se encontró de manos a boca con
el Delegado del Gobernador, a quien acompañaba el teniente de la Guardia
Civil. La misión del Delegado se redujo a exigir del Padre los nombres de todos
los sacerdotes y alumnos moradores del Colegio-Seminario. Como la lista no
estaba a punto, rogó el Padre se le diese tiempo para hacerla, a lo que accedió
de mala gana el Sr. Delegado y, al cuarto de hora, ya estaba de nuevo pregun-
tando por ella. Como dicho Sr. había pedido taxativamente los nombres de los
Padres, aunque su intención era conocer los de los religiosos, prevalidos [sic]
de la ignorancia del agente del Gobernador [Gabriel González], consignamos
tan solo los nombres de los sacerdotes y de los seminaristas, excluyendo la
lista de los Hermanos. Mas comprendiendo que podía comprometernos la lista
e ignorando la finalidad a que se destinaba, consultó de paso el Padre con el
abogado, quien viendo que estaba escrita a máquina y no tenía firma que la
garantizase, nos aseguró que en nada podía comprometernos. De esta manera,
un hermano escolar y los coadjutores que figuraban en oficios seculares en el
padrón y en la cédula, podrán más tarde vivir en Comunidad sin ser moles-
tados. Días después, quiso el Sr. Alcalde [Francisco Cossi] subsanar el error,
pero se lo impedimos, haciéndole notar que ante testigos, el Sr. Delegado no
había exigido más que los nombres de los Padres.
El Domingo [24 enero] departía el P. Director con sus congregantes, aca-
bada ya la Misa, cuando el H. Portero se le acercó para decirle que un caballero
tenía una mala noticia que comunicarle. En efecto, Dn. Rafael Galaya, alar-
gándole “El Diario de Cádiz” le hizo saber de inicuo Decreto. No había tiempo
que perder. Uno cuantos antiguos alumnos, sin contar más que con su buena
intención y sin encomendarse a nadie, se dirigieron al Museo y se llevaron los
aparatos de más valor, que aún quedaban. Es de notar que a raíz de los sucesos
de Mayo, se habían sacado del Colegio multitud de objetos máxime, de ajuar
y ropa y lo más valioso de la Biblioteca y de la Iglesia, así como los mejores
muebles y cuadros.
Con la aprobación de su Emma. y Rvma. [Eustaquio Illundain], y del R.
P. Provincial [Antonio Revuelto], se pensó en abrir una preceptoría de Latín,
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
donde albergar a los seminaristas y continuar el Seminario, caso que fuese po-
sible. En una casa frontera que teníamos en usufructo se fueron disponiendo
camarillas con todo el ajuar completo: batería de cocina, enseres de zapatería
y buena provisión de ropería. Se había hecho la distribución de los salones,
se habían traído carpetas para estudios y clases, mesas para comedor y una
nutrida biblioteca de más de dos mil volúmenes.
Pero renovemos la interrumpida narración. Una hora después de cono-
cido el Decreto se puso un telefonema al R. P. Provincial, solicitando permi-
so para enviar a un Padre a Sevilla a recibir órdenes, y enseguida contestó
accediendo. Después de comer nos reunimos los sacerdotes y determinamos
proponer al Padre, además del reparto del personal nuestro, el que a los niños
de Preparatoria y Primer curso se fueran a sus casas, quedando en el Puerto
en casas particulares los dos de 3º y algunos de 2º. En el auto del Sr. Conde
de Osborne, que no se lo quiso ceder a nadie aquel día, por si lo necesitaban
los Padres, y guiado el coche //2// por el hijo menor del Sr. Conde, salió el P.
Vic-superior para Sevilla a las 3:30 y a las 9:15 podía hablar con el P. Provin-
cial. Aprobó éste el reparto del personal, y rogó se le enviasen en seguida los
nombres de aquellos HH. Coadjutores que convenía pasasen la frontera cuan-
to antes, y cuanto a los niños, no solo aprobó lo que se le proponía, sino que
añadió que si las familias lo solicitaban o meramente lo indicaban, se enviasen
hasta aquellos con quienes contábamos quedarnos. Así vino a reducirse a 4 el
número de los alumnos que quedaron en el Puerto.
Los pobrecitos siguieron sus clases y estudios hasta el Miércoles por la
noche, en que no hubo manera de poderlo ocultar. Las visitas entretanto em-
pezaron a menudear desde el momento que se hizo público en la ciudad el
referido decreto. Señoras y caballeros, algunos de éstos hasta con lágrimas
en los ojos, venían a acompañarnos en nuestra desgracia y a ofrecernos sus
personas y bienes. Apenas quedó persona católica de alguna significación que
no se pusiera con sincera voluntad a nuestra disposición y no manifestase su
dolor.
Por su parte nuestros enemigos tampoco dormían. Vigilaban la entrada y
las puertas exteriores del Colegio y de la huerta contigua, no permitiendo sa-
car nada. El mismo Alcalde acosaba continuamente al policía secreta (hombre
bueno que nos rogaba no sacáramos nada mientras él estuviera presente y sí en
las horas de su ausencia) y a la Guardia municipal que guardaba la entrada,
señalándoles deficiencias en el servicio muchas veces imaginarias o que le de-
lataban una serie de pobres guardias y de mujeres apostadas junto al Colegio.
Y no satisfecho con esto, él mismo en persona estuvo varias noches rondando
nuestras tapias hasta las 2 de la madrugada, y depuso a un consumista y sus-
pendió de sueldo a otros por negligentes.
Los días sucesivos no menguaban las visitas, y las conferencias y cartas
de las familias de los seminaristas menudeaban preguntando por la suerte de
sus hijos, algunas -bastantes por cierto- escribían indicando que querían que
sus hijos corrieran nuestra misma suerte y emigrasen con nosotros, si fuera
necesario para seguir su vocación. Así llegó el miércoles por la noche, en que
se presentaron las dos primeras familias de niños por sus hijos, y partieron a
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la mañana siguiente, llevándose cada una otros dos, además del suyo. Los res-
tantes empezaron ya a disponer sus equipajes, embalando con la propia alguna
otra ropa de cama y libros y objetos del Seminario.
A eso de las 10 se presentaron en la sala de visita el Sr. Vicario de El
Puerto y su coadjutor y gran amigo nuestro, Dn Antonio Ochoa. En la con-
versación mostró les el P. Superior su preocupación por los HH. Coadjutores
jóvenes y lo bien que estarían en una escuela de Artes y Oficios de los PP.
Salesianos, y el Sr. Vicario se ofreció a traer por la tarde al Director de la Es-
cuela de Puerta Tierra, su pariente, y que estaba aquella tarde convidado a su
mesa. En efecto, a las pocas horas se presentaba de nuevo con el P. Director de
las Escuelas Salesianas, quien se ofreció a personarse aquella misma tarde en
Sevilla para obtener el permiso de su Provincial.
No cejaba el Alcalde en su afán persecutorio, y sabedor de que por medio
de un antiguo alumno habíamos obtenido del Sr. Gobernador el que un Padre
enfermo pudiese vivir con compañero, se presentó en el Go- //3// bierno Civil
de Cádiz a querellarse ante la primera autoridad de la Provincia de que nues-
tro antiguo alumno se jactaba de haber conseguido del Gobernador que los Pa-
dres vivieran juntos. Ni fue él solo. Recibió soplo de sus espías de que se había
sacado objetos del Colegio después de la promulgación del Decreto, y denunció
el caso al Gobernador. El Gobernador a su vez trasladó la denuncia para so
comprobación al Comandante de El Puerto de la Guardia Civil, sincero amigo
nuestro. Éste negó el hecho al Gobernador y previno al denunciador de que
pusiese las cosas sacadas en salvo, más aún, requerido por el Alcalde a que
vigilase de noche al Colegio para ver si sacaban algo, respondió a la autoridad
local que la Guardia Civil no estaba para vigilar las casas de los ciudadanos
honrados, sino la de los ladrones.
Fuera por la presión del Alcalde, fuera por indicación del Gobernador o de
su propio motivo, envió el Gobernador otro delegado para intimar el Decreto
de la Disolución, y para preguntarnos la fecha en que pensábamos abandonar
el edificio. Acompañado del Sr. Alcalde, se presentó en el Colegio a las 2:30 de
la tarde del Jueves 28. Salióle al encuentro el P. Vicesuperior acompañado de
un congregante abogado, que salía en aquel momento de confesarse. Interro-
gado por el objeto de la visita del Delegado, tomó la palabra el Alcalde y dijo
que la intimación obedecía a cortar la salida de cosas del Colegio. “Tenga Vd.
La bondad de manifestarnos -dijo el Padre- sin inmutarse, qué objetos se han
sacado, a donde y por quien”. No esperaba esta respuesta y como la denuncia
suya no había tenido efecto, respondió: “Yo creo tal vez haya sido antes de la
promulgación del Decreto”. “Antes de la promulgación”, replicó el Padre y
“aún después estamos en nuestro perfecto derecho”. “Yo no estoy al tanto de
lo que han sacado los que me han precedido, aunque bien sé que sacaron ropa,
muebles, dinero. En una palabra, todo lo que han podido” y refiriéndose a la
vigilancia con que los estrechaba el Alcalde: “¿Va Vd. a llegar en su crueldad
-continuó- a echarnos a la calle sin dejarnos una silla donde sentarnos? Y dí-
game Vd., Sr. Alcalde, de un Padre anciano y enfermo que tengo en casa ¿Qué
quiere Vd, que lo deje morir en medio de la calle? Porque a eso vamos a llegar
en el Puerto”. El Delegado, que era un hombre de bien, daba toda clase de ex-
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juniores fueron acogidos por el Juniorado belga conviviendo con los juniores
belgas. Cuando estuvo preparado, los andaluces se pasaron a un “chateau”
cerca de Bruselas en el término de Ruysbroek y parroquia de Zuen, provincia
de Brabante.
La nueva mansión constaba de dos espaciosas plantas además del desván,
de gran altura, en ángulo agudo al estilo de los países nórdicos. La transfor-
mación fue laboriosa y complicada. Una habitación del piso bajo unida a otra,
fue convertida en capilla. Otra, en el extremo del edificio de forma semicircu-
lar, se adaptó para comedor. Como el muro era grueso, una ventana amplia se
pudo convertir en púlpito para el lector y para los ejercicios oratorios de los
retóricos.
Los sacerdotes y los Hermanos vivían en habitaciones individuales: los
juniores en camarillas separadas por tabiques de tela, tres o cuatro en una ha-
bitación según su capacidad. Cerca del comedor, la cocina espaciosa del Cha-
teau pudo servir perfectamente para la comunidad.
A una distancia de cuarenta o cincuenta metros, una construcción mucho
más humilde que había sido las caballerizas del castillo, pudo servir de alber-
gue al Noviciado. Era amplia. Pudo servir con un buen arreglo y limpieza
para el servicio de las exigencias de los novicios. En las labores de adaptación
ayudaron mucho las religiosas del Sagrado Corazón de Bruselas. Lo que quedó
más escrupulosamente limpiado fue el local que se dedicaría a la capilla. Las
pesebreras, cubiertas con las telas del color de la bandera española bicolor,
entonces proscrita en España, disimulaban perfectamente su antiguo oficio y
el de la habitación. El altar, dispuesto al estilo de aquel tiempo y separado de
la pared del fondo unos dos metros por una gran cortina, dejaba lugar para
una pequeña sacristía. La capilla, fervorosamente visitada, era el centro de
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cleta en las que actuaban los Escolares y los Coadjutores. Los árboles, grandes
hayas, casi todos de hoja caediza, en toda su frondosidad. El césped que ocupa-
ba una buena extensión junto a la casa principal, con el calor del verano y la
humedad del ambiente crecía pujante y suavizaba las caídas frecuentes en los
juegos deportivos.
Por la misma razón de vacaciones pasaban en este tiempo por Wittouck
jesuitas que nos visitaban y nos resultaban interesantes contándonos sus ex-
periencias. Entre ellos podemos contar al P. Ulpiano López, entonces profesor
en la Universidad Gregoriana. Eran también frecuentes las visitas del P. Mo-
reno Pareja que se preparaba para profesor del Juniorado estudiando lenguas
clásicas en Oxford. Y de cuando en cuando aparecía el P. Justo Ponce de León
que por su condición de antiguo teniente de Infantería estaba encargado de los
asuntos del servicio militar. Fue memorable la presencia en el otoño del año
35 del P. Alfonso Torres que nos predicó los ejercicios anuales con un ardor
extraordinario que dejó una gran impresión.
Una preocupación dolorosa en aquellos días eran los acontecimientos po-
líticos de España. Cuando el año 33, el partido de Gil Robles, Acción Popular,
encauzado por la CEDA, consiguió un buen éxito en las elecciones, surgió un
aire de optimismo pero sin plena confianza. En febrero de 1936 la izquierda
encarnada en el Frente Popular alcanzó un gran triunfo y se desvanecieron
las ilusiones. La única esperanza que quedaba era la intervención del Ejército
ante el caos que se preveía.
El ambiente de casa de Formación se vivía plenamente. Se mantenían los
principios fundamentales de la Provincia de Andalucía. La vida espiritual
tenía su primacía en atención y exigencias. El Noviciado se conservaba con el
El chateau de Ruysbroek
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El clima duro del invierno, frío, nuboso y llovioso lo enfrentábamos con espí-
ritu deportivo y sin desconcierto. A veces se hablaba de “murrias” de novicios
pero lo interpretábamos más bien del ambiente interno que del externo.
En contraste, el clima del verano es decir, los meses de julio a septiembre,
era delicioso. Las frondosas hayas de la entrada se cubrían de hojas vistosas,
el césped del terreno cercano a la casa principal crecía vigoroso y favorecía los
juegos y deportes de aquel tiempo. Los paseos, las excursiones a pie más largas
nos expansionaban y nos ponían en contacto con el mundo exterior. Nuestra
vida de estudiantes se iluminaba y relajaba con el sol del verano que nos recor-
daba algo el nuestro y las vacaciones mayores y menores.
En aquel ambiente de exotérica vida religiosa, bastante monacal, se iba
desenvolviendo toda nuestra vida. Nos llenaba el amor a la vocación, el trabajo
del estudio centrado sobre todo en las lenguas clásicas y en un interés especial
en el francés. La vida de comunidad era grata. Mucha unión con superiores:
recordamos los nombres del P. Manuel Grund, el ministro de la casa P. Zaldí-
var y los PP. Palacios y Cuenca ministros de juniores. La vida de comunidad
era grata, el contacto con el ambiente belga nos proveía de sorpresas en lo poco
que lo vivíamos. En el verano era más frecuente que nos visitaran jesuitas de
otras casas españolas de los contornos; algunos iban a misiones o a incorpo-
rarse en destinos nacionales y siempre sus visitas nos ilustraban y animaban.
Recuerdos gratos de la vida de familia en las brumas belgas… Las fiestas de
Navidad en el alejamiento de la patria. La liturgia de los días más solemnes en
las misas de la mañana en la capilla doméstica para lo cual los novicios tenían
que atravesar el espacio entre los dos edificios en plena noche a temperaturas
de muchos grados bajo cero. A plena luz en la tarde del Domingo la Bendición
del Santísimo con los preciosos motetes clásicos cantados por José Mª Laraña
y José A. de Sobrino.
Las veladas de Navidad en el corredor del tránsito bajo del edifico princi-
pal convertido en salón de teatro. Comedias generalmente de humor adaptadas
por los “literatos” del Juniorado con trajes más cómicos todavía para los acto-
res. Villancicos y charlas animadas en los entreactos.
Los paseos bajo la lluvia por las carreteras cercanas. Los paseos más lar-
gos en otras ocasiones en vacaciones de verano o en los días de campo. En
el Juniorado el momento mariano del ejemplo que se contaba los sábados en
devoción a la Santísima Virgen con la asistencia del P. Ministro de juniores
que al final solía dar cuenta de las noticias que pudiera haber sobre la situación
política la patria lejana.
En el ambiente doméstico el mes del Sagrado Corazón era un centro de
devoción comunitaria. En nuestra generación se consideraba algo imprescin-
dible el conocimiento y la práctica del “munus suavissimum”.
La fiesta del Sagrado Corazón era su centro y su cima. Por la tarde la
Bendición con el Santísimo era su centro y su cima. La Bendición eucarística
se prologaba con una procesión por los jardines de la casa. Todos los sacerdotes
y Escolares iban de sotana y roquete.
Después de la cena, un acto académico al aire libre. Una velada literaria
y musical nos hacía vivir con sentido de expansión inusitada una hora de
alegría fraternal hondamente humana y espiritual”.
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“¿Y a qué seguir? Al lado de todo esto estuvo siempre la Sociedad de Negros
Múltiples. Contra ninguno de cuantos atropellos hemos relatado muy poco
hemos oído su protesta, sino por el contrario su complacencia. La memoria de
Galán y García Hernández el Domingo nos lo dice...
Fiar la prosperidad de un pueblo a la existencia de un batallón con ciento
cincuenta hombres, mal vestidos y mal alojados y a una residencia de jesuitas
es criterio que puede pasar a la historia pero a la manchada”, Puerto Santa
María 28 de enero 1932.64
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Año 1933
En el catálogo, el año 1933 se reseñan 114 religiosos, de los cuales 11 Padres68,
69 Escolares y 34 Coadjutores. El “coetus X”, que así lo citan ahora los catálogos
sin dirección ni teléfono, que solamente tenían el Provincial, ahora con la Curia en
Gibraltar, lo componen 7 Padres y 4 Hermanos69. Este año cambia el Provincial, siendo
nombrado el día 15/08/1933 el Padre José Fernández Cuenca, anterior Rector del
Noviciado. Es nombrado Rector de la Comunidad de Ruysbroeck el Padre Manuel
Grund.
En la República española viene un cambio radical que alienta las esperanzas
de los jesuitas. En las elecciones de 1933 gana la derecha con el predominio de la
CEDA, comandada por don José María Gil Robles. El 19 de noviembre de 1933
se celebró la primera vuelta de las segundas elecciones generales de la Segunda
República Española para las Cortes y fueron las primeras en las que las mujeres
ejercieron el derecho al voto. Las elecciones dieron la mayoría a los partidos de
centro-derecha y de derechas, lo que dio lugar al denominado bienio radical-
cedista o bienio negro de los años 1933-1936. El cambio trascendental para el
sistema de partidos fue la inapelable derrota de la izquierda republicana y el
duro correctivo sufrido por los socialistas, que se habían presentado en solitario
a las elecciones con la aspiración de obtener una mayoría suficiente que les
permitiese gobernar y transformar de forma pacífica la república “burguesa” en
una “república socialista”. Por último, señalar que la posición central la ocupaba el
Partido Radical. La causa fundamental de la derrota de las izquierdas y del triunfo
de las derechas fue que las primeras se presentaron desunidas y las segundas
unidas, todo lo contrario de lo que había sucedido en las elecciones de 1931.
Aunque con mayor tolerancia, y sin cambiar las leyes, el ambiente se vuelve
en principio más tolerante y ello hace que la vida católica pública en España vuelva
a resurgir. Muchos jesuitas disueltos trabajan ya abiertamente, desde sus coetus. El
Noviciado, sin embargo, sigue en Bélgica. A pesar de todo, no acababan de fiarse
los Padres, pues seguían disueltos según la legalidad y prefieren mantener a sus
estudiantes en el exilio. Pero al menos la situación era para ellos un respiro.
Nuestro Noviciado sigue en Bélgica, a la expectativa. Los movimientos
de izquierda aprenden la lección y ahora tratan de unirse, esperando su
oportunidad.
Año 1934
La Comunidad del Noviciado en 1934 la componen ahora 10 Padres70, los
Escolares son 53 y los Hermanos 31. Baja el número de novicios: 9 Escolares y 5 para
Coadjutores. Son en total 94 personas.
Mientras tanto, los acontecimientos en España se agravaban. La Revolución
de Asturias de 1934 fue una insurrección obrera, en el mes de octubre, que formaba
parte de la huelga general revolucionaria y el movimiento armado organizado por
los socialistas en toda España. Sólo arraigó en Asturias, debido fundamentalmente
a que allí la anarquista CNT sí se integró en la Alianza Obrera propuesta por
los socialistas de la UGT y el PSOE, a diferencia de lo sucedido en el resto de
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Año 1935
Al año siguiente, 1935, reseña el catálogo una pequeña disminución: ahora
son 76 los componente de esa Comunidad que sigue en Bélgica: 7 Padres71, 48
Escolares y 21 Coadjutores. Los novicios Escolares son 11 y ninguno para Hermano
coadjutor.
En la “Visita” que hace el Provincial a la Comunidad de Ruysbroeck señala
que se va contento del espíritu que reina en la Casa. Los jóvenes sueñan con la posible
y necesaria recuperación moral de España. Uno de ellos, José García Molina, desde
Málaga, escribía a sus padres contento al ver que de nuevo salían las procesiones de
Semana Santa en Málaga y la relativa calma en la que desarrollan su actividad los
Padres en la ciudad, pero se muestra alarmado por las fechorías de “los malos”72.
Año 1936
Baja el número de la Comunidad al año siguiente, 1936. Ahora son 71 los
componentes de ella. 11 Padres73, 41 Escolares y 19 Coadjutores. De ellos, 11 novicios
Escolares y 5 Coadjutores.
Un acontecimiento fundamental viene cambiar radicalmente los nuevos
tiempos. El ejército se subleva en África (17-18 de julio 1936) contra el Estado
Español y aunque al comienzo proclama su adhesión a la República, poco a poco va
perfilándose como una auténtica sublevación contra el Estado y el establecimiento
de un orden nuevo, distinto, de regeneración patriótica. Ya se puede uno imaginar
de qué lado estaban nuestros exiliados. Una vez que triunfa el Ejército en el sur de
la Península, deciden trasladar el Noviciado a Portugal. Pero eso ya pertenece al
Rectorado siguiente.
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Interior señala que coinciden «las persecuciones contra ella y los procesos de desarrollo
de la anti España». Por último, se restablece la Compañía de Jesús «por su enorme
aportación cultural», y recupera las palabras de Menéndez Pelayo cuando habló, a
propósito de su disolución, del «golpe mortífero para la cultura española y atentado
brutal y oscurantista contra el saber y las letras humanas».
El Padre General de la Orden, Vlodimir Ledochowsky, agradece entonces
al Caudillo este gesto y declara, tal como señala Beevor, que «a la hora de su muerte,
los 30.000 jesuitas del mundo ofrecerán tres misas por el alma del Generalísimo». No
obstante, este autor apunta que a pesar de los privilegios que Franco concedía
recurrentemente a la Iglesia, ésta no acababa de encontrarse cómoda en el nuevo
régimen porque había perdido autonomía. Ahora era un grupo de presión más,
muy poderoso, pero que tenía que competir en igualdad de condiciones con otros,
como el Ejército, Falange, los monárquicos o los carlistas.
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Eran años muy especiales, que seguían a aquellos tiempos tan difíciles para la
Iglesia española que fueron los de la 2ª República y la guerra civil. En 1939
y en los años siguientes, el clero, tan perseguido y martirizado en los años
inmediatamente precedentes, pasó a ser objeto de gran estima y respetuosa
veneración. Flotaba en el ambiente un sentimiento de liberación y de esperanza.
La Compañía de Jesús volvía del destierro al que le había condenado la República,
recuperaba sus antiguas Casas, veía aumentado su prestigio y multiplicadas
sus posibilidades de trabajo en residencia y colegios. Nuestros colegios y
nuestras congregaciones marianas se llenaban de jóvenes sumamente receptivos
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aquellos chicos de valía a quienes infundía ese espíritu. Él mismo los tituló
“pusillus grex” (pequeño rebaño). Tomamos como ejemplo de manifestación de
sus intenciones una carta dirigida por él a uno de sus novicios el 3/3/194488.
“En 1939 estaba además en el pleno vigor de sus 40 años y condicionado, como
todos, por el ambiente patriótico y de exaltación religiosa, propio de aquellos
años. Su orientación era claramente integrista, aunque con un integrismo
referido de manera muy especial al problema de la interpretación y ejecución
de las Constituciones y en especial de la pobreza. Sus posturas y opiniones
eran nítidas y sin paliativos. No fue nunca partidario de pequeñeces ni moji-
gaterías. Urgía la observancia, pero no aceptaba prácticas trasnochadas como
la de lavarse por la mañana ya con la sotana puesta, ni practicó nunca esas
pruebas ridículas que solían contar como las célebres pruebas de los jesuitas,
y que algunos maestros de novicios todavía solían seguir usando. En cambio
nos insistía mucho en las mortificaciones y en la oración. Incluso en ciertos
momentos hubo su poco de exageración, llegándose a establecer entre nosotros
como una inconfesada emulación a ver quién hacía más penitencia y, sobre
todo, quién hacía más oración. Eran muchos los que solían pedir horas santas
nocturnas y no pocos los que alguna vez lograban permiso para pasar toda la
noche en la capilla.
En una buena parte de los novicios el P .Maestro suscitó sin duda alguna
una adhesión entusiasta que satisfacía plenamente al idealismo juvenil que
nos animaba a todos. En los que no suscitó adhesión, suscitó casi siempre más
bien rechazo, como sucede siempre con los que poseen fuerte personalidad,
ante los cuales no caben posturas intermedias. En alguno de esos últimos se
debió de crear un círculo vicioso, porque, al no haber sintonía entre maestro y
discípulo, la distancia, al menos afectiva, se hacía cada vez mayor”.
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“virtud solidísima, muy estrecha unión con el Señor, gran fusión y sencillez
en su trato, virilidad marcadísima y, sobre todo, un profundo y ardorosísimo
fervor tanto más de admirar cuanto más lejos se encuentran de la fuente y
cuna de él. Hoy que todo, comenzando por la Sta.Misa, va de 1ª intención
ofrecida al Divino Corazón por la íntima renovación de nuestro fervor, qui-
siera yo que, teniendo el ejemplo hermosísimo y alentador de nuestros santos
HH. ante los ojos, procurásemos reavivar todos nuestros santísimos fervores.
Y ante todo, si el principio de nuestra vida es esa especialísima vocación que
el Señor nos hace sentir dentro de nuestra alma, eso es lo primero que tene-
mos que reavivar en nuestro interior. iQué grande es renunciar a todo, aun a
lo que más “honestamente” y aplaudidos y halagados por todos pudiéramos
disfrutar, únicamente por querer renovar el grande y evangélico espíritu de la
Compañía en toda la pureza en que fue concebida por N.S.P.Ignacio! Si el Se-
ñor en el fondo del alma nos da a sentir que El nos quiere como instrumentos
directos de esta grandísima empresa, podremos colegir qué tonicidad tan deci-
didamente viril ha de tener nuestra vida espiritual. Quien tiene ante los ojos,
siquiera como posible, una tal empresa, no puede pensar en otra cosa que en
una vida de continua abnegación de todos sus quereres y torcidas afecciones
y de intensísima vida interior. De una manera particular quisiera llamar la
atención sobre, nuestra mutua caridad. La vida de plena intimidad llevada por
nuestros primeros PP. en París y dispersos por Italia, que no conocía reserva
de ningún género, ni se empañaba con sombras, recelos, quisquillosidades,
debe ser nuestro modelo89.
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En honor a la verdad hay que decir que esta formación se daba por igual
a todos. Imposible otra cosa. Únicamente que el Padre Maestro cultivaba con
especial esmero al grupo. No solo cultivaba a cada uno de estos selectos según
su capacidad y talante, sino que los cultivaba, y esto era lo peculiar, dándoles
cierta conciencia de grupo, de tal manera que llegan a autodenominarse
“pusillus grex” Quién le puso el nombre, no lo sé, pero sin duda con la venia
y aprobación del P. Maestro. Así nació y esto quiso ser el famoso “Pusillus
grex”. Pero en esta conciencia de grupo, en este autodenominarse “pusillus
grex” veía yo algo raro. Presentía, y así lo fui entendiendo más y más, que este
matiz de grupo, no obstante la sólida formación que recibía y era lo substancial,
se prestaba o se podía prestar a inconvenientes. Yo advertía que era excesivo el
cultivo del grupo y que otros novicios se sentían discriminados…
En abril de 1942 viene el R. P. Provincial, P. Francisco Cuenca, a la
visita canónica. En mi cuenta de conciencia no pude menos de hablarle del
“pusillus grex” tal como yo lo veía. Era esta sin duda la primera información
y denuncia, que se hacía a los Superiores, del “pusillus grex”. El Padre
Provincial me lo agradeció mucho y me dijo que le tuviera al corriente. Tanto
él, como yo, apreciamos lo bueno, lo excelente de la formación que daba el P.
Maestro; pero también el peligro del “pusillus grex”.
Nunca pude comprender qué “enemigo tan temible” vieron sin embargo
los Superiores en el “pusillus grex” para tomar contra aquel grupo de jóvenes
religiosos las medidas que tomaron. La batería que lanzaron contra tal “enemigo”
dudo se haya utilizado alguna vez en la historia de la Compañía de Jesús.
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Año 1940
Ya con el nuevo Provincial Francisco Cuenca, la comunidad de El Puerto
cuenta con 85 religiosos. 12 Padres95, 62 Escolares y 11 coadjutores.
Año 1941
En este año, crece la comunidad. Ahora son 113 miembros reseñados. Se
distribuyen así: 9 Padres96, 84 Escolares y 20 Hermanos. Subida espectacular de
novicios escolares y coadjutores: 39 y 13.
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Año 1942
El cambio de rumbo en la Casa es marcado en este año. El Padre Fernando
Moreno ha cumplido sus seis años de Superiorato. Es nombrado Rector el Padre
Enrique Simonet (27/07/1942) y se mantiene en el cargo de Maestro de Novicios el
Padre Moreno Pareja, dado el aumento de vocaciones y la esperanza de ellas.
El idealismo de las nuevas generaciones, los miedos de la guerra hacen
que muchos jóvenes se pregunten por el sentido de la vida y soliciten ingresar en
una Orden con fama de santa, sabia y mártir. Los Padres “pescadores” alentaban el
entusiasmo de los jóvenes andaluces que acudieron en aluvión santo al Noviciado
jesuita. Hubo que discernir y el Padre Moreno tenía las ideas claras y firmes sobre el
ideal jesuítico y separó a aquellos que a él le parecieron ineptos.
Esa firmeza de ideas y selección de candidatos molestó a algunos Padres que
se quejaron al Padre Provincial. Por supuesto, además, creó ciertas divisiones entre
los mismos novicios. El Provincial Cuenca atendió las quejas y decidió que no fuera
exclusivamente el P. Maestro el que discerniera la vocación de los muchachos.
Ahora viven en la Casa 118 jesuitas: 8 Padres, 84 Escolares y 26 Hermanos.
Los novicios Escolares son ahora 29 y 18 los Hermanos.
Son años de penurias, de auténtica hambre, de enfermedades de pecho, pero
llevados con heroísmo y sacrificio. Dentro de la vida del Noviciado, el Padre Maestro
iba escogiendo los que él pensaba mejores y los formaba con auténtico espíritu
ignaciano. El instrumentos fue el “pusillus grex”, el pequeño grupo de selectos
escogidos por el Maestro del que ya se ha informado con detalle anteriormente. El
asunto produjo innegables tensiones internas. El Padre Moreno tuvo siempre libertad
omnímoda para hacer y deshacer, y tenía además gran prestigio entre los jesuitas de
la Provincia andaluza. La intervención del nuevo Provincial, de ideas más abiertas
(dentro de un orden…), fue la que hizo cambiar radicalmente el rumbo de la Casa de
Formación.
El nuevo Provincial, Francisco Cuenca, no era el preferido por su antecesor,
pero Roma eligió a un compañero del Padre Moreno, y, por tanto, muy conocedor
de las cualidades y limitaciones del Padre Maestro. Los grandes promotores de
vocaciones en esos años eran los Padres Revuelto, Copado, de la Cruz, Alfonso
Torres, Víu, Muriel…todos grandes hombres en la Provincia. Y como referentes
más destacados, los Padre Aldama y Criado. Como paradigma del “mestizaje”, el
Padre progresista Padre Ángel Ayala…en Madrid. Por cierto, la severa selección de
vocaciones que realizaba el Padre Moreno molestaba a los “pescadores”… En los dos
primeros años de Ayudante de Maestro, dice el Padre Pérez Argos que salieron del
Noviciado 30 jóvenes… quizás demasiados.
La vida diaria discurre por sus cauces normales. Ahora, los fervorosos
religiosos trabajan los catecismos en el Penal, Cuartel del Polvorista, Hospital,
Carabineros, en las Escuelas Municipales, en las plazas del Polvorista y Elías Ahuja,
en la calle Cruces, y en las cabañas de los campos cerca de la finca “La Inmaculada”.
Un hito, el año 1942 se consagra el Ayuntamiento al Corazón de Jesús, presidido por
su Alcalde.
Un hecho significativo, el Padre Maestro, Fernando Mª Moreno, todavía en
el cargo, presenta un estudio, en las Noticias de la Provincia de Andalucía (NPA), sobre
el Padre Alonso Ruiz, cordobés, Maestro de Novicios que fue en Roma precisamente
en los tiempos de san Estanislao de Kostka97.
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Año 1943
El Padre Maestro de Novicios sigue siendo el Padre Fernando Mª Moreno,
aunque no ya como Rector, pues ya había cumplido sus seis años preceptivos Para
el cargo de Rector ya ha sido nombrado el P. Simonet. Se le añade al P. Moreno a la
tarea de Maestro de Novicios el ser P. Espiritual de los juniores.
Ahora son 115 en la Comunidad portuense. Los Padres son 1199, los
Escolares 75 y los Hermanos 31. De ellos son Novicios Escolares 17 y 20 los
coadjutores. Han disminuido los novicios.
El Padre Maestro Fernando Moreno encarga a los talleres Granda de
Madrid una talla de la Virgen bajo la advocación de Reina y Madre. En ella pondrán
los novicios sus votos de entrega al Señor. El “pusillus grex” se consagraría
especialmente a ella junto con las devociones al Sagrado Corazón y a san José.
Pero lo mismo hacen y harán en adelante los demás fervorosos novicios.
Año 1944
Los Padres son 11100, los Escolares 87 y los Hermanos 36, en total 134 sujetos.
Los novicios son ahora 58, los Escolares 41 y los Hermanos 17. Subida espectacular.
En octubre traen la imagen de la Reina y Madre, que había sido encargada por el
Padre Moreno a los talleres Granda de Madrid
A finales de de este año, un novicio, precisamente uno del pequeño grupo,
denuncia la existencia del “pusillus grex” entre los novicios y juniores. El nuevo
Rector comunica con el Padre Cuenca y éste inmediatamente, el 3 de enero del
entrante 1945, como Provincial, depone del puesto de Maestro de Novicios al
Padre Moreno. Inquietud, malestar.
Año 1945
El 3 de enero, el destino repentino del Padre Moreno a Montilla como
misionero rural provoca desconcierto en el Noviciado, porque no se saben bien las
causas de tan repentino cambio.
El “pusillus grex” ha dejado de existir, por dos razones: “por ser cosa nueva
en la Compañía y porque no se ha contado con los superiores”, decía el Padre Cuenca
en una charla a los novicios, consternados por la marcha del prestigioso Maestro
de Novicios. El 24 de enero el Provincial reúne a los juniores y toma ante ellos
disposiciones severas: reconoce muchas virtudes en el Padre Maestro, pero ve fallos
que hay que corregir: problemas de obediencia, discriminación entre los novicios,
orgullo, no contar con los Superiores y excesos en la mortificación y oraciones.
Si alguno no aceptase la medida adoptada, tendría que salir de la Compañía:
debería pedir o recibir las dimisorias. Muy rigurosamente, bajo “precepto de santa
obediencia”, se les manda guardar estricto silencio sobre el tema. Una dura herida
en el corazón para aquellos jóvenes, que habían pretendido una Compañía más
evangélica al seguir las orientaciones de su P. Maestro.
Radicalmente se corta el hilo de ese grupo. Se produjo un explicable
malestar. El tema repercutió en toda la Compañía de Jesús, en el resto de España.
174
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
La verdad, “oían campanas y no sabían dónde”… Los jóvenes del “pusillus grex”
quedaron un tanto descalificados, sospechosos. Evidentemente ellos acataron con
dolor las decisiones de los Superiores. Viendo su evolución posterior, observamos
en ellos reciedumbre, humildad, trabajo y competencia… No había sido vana la
labor del Padre Moreno.
El día 5 de enero viene como nuevo Maestro de Novicios el Padre Agustín
Palacios, hombre apacible, de reconocida bondad, humildad y buen espíritu, pero
sin la inteligencia ni la formación teológica ni el ímpetu de un P. Moreno. Como
Padre Ayudante, llega el P. Claudio Avilés.
Final de la Segunda Guerra mundial. Algunos hermanos de jesuitas
habían participado como voluntarios en la famosa División Azul101. La derrota
de Alemania y las potencias del Eje era un poco también su propia derrota.
Comienza el aislamiento internacional al régimen militar de Franco, pero España
mayoritariamente estaba con Franco, hay que reconocerlo
En el mundo religioso de los jóvenes jesuitas, los acontecimientos son más
pacíficos, pero no están exentos de heroísmo. La Comunidad ahora consta de 167
religiosos. Subida espectacular. Hay 7 Padres102, 124 Escolares y 36 Hermanos. Los
novicios ascienden a 61 entre los Escolares y 18 los coadjutores.
El 30 de agosto de 1945 el rector P. Enrique Simonet decide comprar al
Ayuntamiento el Egido, finca baldía que daba la calle Valdés por 9.180 pesetas
y que ocupaba 20.000 metros cuadrados. El señor Alcalde, don Ignacio Osborne
Vázquez, pone como condición que el futuro Colegio, cuando lo sea, admita a 10
alumnos becarios escogidos por la Compañía. El mismo P. Rector compra también
el callejón de las Sierpes, que corría entre la Plaza del Ave María y la calle Valdés (5-
II-1946). El 24 de octubre de ese mismo año compra a la viuda condesa de Osborne
el terreno que actualmente ocupa la institución, dirigida por los Jesuitas, Escuelas
Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA).
El H. Martínez de Pelayo103 había organizado con un grupo de chicos una
“escuelita” donde les enseñaba un oficio de mecánica elemental, electricidad y
mantenimiento. Ese fue el núcleo inicial de las Escuelas de la Sagrada Familia
que, al fin, se inauguraron en 1945, bajo el amparo de la Institución creada por el
P. Rafael Villoslada104 en 1941, contando en El Puerto con el apoyo del marqués
de Villapesadilla, D. José de León y Carranza, el conde de Osborne, las familias
Terry, Cuvillo y otros señores en el Puerto. Compraron un lugar adjunto al Colegio
por 7.790 pts. retomando en el fondo un antiguo proyecto de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas, que al final se ubicaron en otra parte de la ciudad. Las
nuevas Escuelas dependías de la Fundación constituida por el P. Villoslada, con
independencia formal por tanto de la Compañía de Jesús. Las “escuelitas” se
inauguraron con 100 alumnos el 7 de enero, para poder así empezar el curso 1946-
47. La nueva singladura contaba con toda la protección del Noviciado. Conocidos
directores jesuitas fueron el Padre Manuel Bermudo105, Juan Martínez Martín y
Antonio Pascual.
Los jóvenes jesuitas vivían su vocación con aires de heroísmo. 11 de El
Puerto partieron misioneros a Ecuador (misión que junto con las Islas Carolinas
heredaban de la primera fase de los años 24 y que aún mantuvieron hasta el año
1946) y Paraguay (a partir del años 1958). No habían sido muchos los misioneros
175
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
destinados a las Carolinas y las Islas Marianas, por la falta de número y por las
dificultades de la República, pero algunos hubo y marcaron los ideales de los
jóvenes fuertemente. Personalmente conocíamos a los Padres Gumucio, Castro y
Gregorio Fernández. Algunos Padres volvieron agotados, pero alentaron un gran
deseo de heroísmo. Entonces se le encomienda especialmente a la Provincia, junto
con la de Toledo, la Misión del Japón. Y allá fueron enviados valiosos muchachos,
dispuestos a trabajar en un país pagano y de cultura muy diferente. La gran
mayoría han perseverado.
En abril se entroniza en la Capilla del Noviciado la imagen de la Virgen
Reina y Madre, encargada antes por el Padre Moreno. Compran además, rodeada
de los más destacados jesuitas, encabezados por San Ignacio y san Pedro Canisio,
una hermosa vidriera de la Reina y Madre de la Compañía de Jesús. Los profesores
ahora son de categoría: Fantini, Lucas, Linares, Collantes y Torres, todos en línea
humanística y clásica. En un número extraordinario de las Noticias de la Provincia
de Andalucía (NPA), publican un relato de la “Instalación del Colegio Noviciado en
Witthouck”, escrito desde Ruysbroeck el 25/05/1932 por el Padre Rector Fernández
Cuenca, con lo que tratan de no perder la memoria histórica.
Año 1946
Después de años sin General por los inconvenientes de la II Guerra
mundial, la Congregación General XXIX, de nuevo reunida en Roma, nombra
Nuevo General al Padre belga Juan Bautista Janssens106.
La Comunidad sigue siendo muy numerosa: 170. Son Padres 11, Escolares
119 y 40 los Hermanos. Son novicios 62 escolares y 22 los coadjutores.
El Padre General determina que nuestra Provincia cese en la atención
especial a las Islas Carolinas y Marianas, que siguen atendidas ahora por los
Padres norteamericanos, pasada la ocupación japonesa.
La ONU decreta, al final del año, la exclusión de España de la Organización
mundial. “Los pueblos de las Naciones Unidas dan al pueblo español seguridades de su
simpatía constante y de que le espera una acogida cordial cuando las circunstancias permitan
el que sea admitido al seno de las Naciones Unidas”. Esta Resolución fue aprobada el
12/12/1946. Franco capitaliza la reacción gigantesca a su favor ante la intromisión
extranjera de la ONU, que ya desde su fundación en 1945 excluía a España, y que
ahora declara que España es un peligro para la paz mundial por tener el régimen de
Franco (aunque las Naciones Unidas son las que han hecho la 2ª Guerra mundial,
y España no). La Resolución de la ONU impone el bloqueo diplomático a España,
ordenando a los países miembros que retiren sus embajadores de España. Este
bloqueo se mantendrá hasta 1953. En España se consolida Franco en el poder, con
la gran manifestación que se organiza en la plaza de Oriente de Madrid a su favor
y contra la ONU.
Año 1947
Por los problemas internos de la Provincia Bética, nombran Provincial
al Padre Guim, catalán, poco conocedor de la realidad de la Provincia, pero que
trató de informarse y calmar las aguas turbulentas que antes señalaba el informe
del Padre Aldama107. Siguen el mismo Padre Rector y Maestro de Novicios. La
176
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
comunidad tiene ahora 181 religiosos. Va creciendo. Son 12 Padres108, 132 Escolares
y 37 Hermanos. Desglosando de esa cifra. como hemos hecho siempre, en 61
Novicios Escolares y 19 vacacionados para Hermanos coadjutores.
El día 18 de agosto del año 1947 se produjo la explosión de un polvorín de
la Armada en Cádiz. La magnitud de la explosión fue tal que el fogonazo pudo
verse desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho (Ceuta).
Se formó una nube de hongo, visible desde toda la Bahía de Cádiz, Huelva y
algunos pueblos de Sevilla. El ruido de la explosión fue oído hasta en la propia
capital hispalense e incluso hasta en Portugal, donde creyeron que se trataba de un
temblor sísmico. Estando el Noviciado a la cara de la Bahía, sufrió desperfectos en
cristales y muros. El fuego, el cielo luminoso y los progresivos estallidos hicieron
aquella noche toledana, incluso hubo momentos en que el P. Ministro mandó a
todos los jóvenes a la huerta. Algunos Padres se dirigieron a Cádiz para ayudar
en lo posible espiritualmente. El estallido se dio sobre las 10 menos cuarto de la
noche, cuando empezaba al parte de Radio Nacional; y provocó, fuera del pánico
natural, mucha devoción de los jóvenes que se dirigieron a la Capilla a rezar en
la capilla, según me comentaban unos años más tarde, destacando el fervoroso
Álvarez Lomas, destinado después a Japón. Pero aquí, no hubo heridos pero sí
en Cádiz, que contabilizó casi 500 muertos y más de 5000 heridos en barriadas
grandes totalmente destruidas. En principio se pensó en un atentado terrorista,
pero no parece que esa fuese la causa.
Este año deja la Compañía la dirección de los Seminarios Mayor y Menor
de la Archidiócesis de Granada. Es destacable este dato con respecto a nuestro
Noviciado, por constatar abundantes y excelentes vocaciones venidas de este
Centro Seminario. El nuevo General escribe una carta al Maestro de Novicios
animando su acción109; posteriormente, anuncia el encargo a la Provincia de la
Misión del Japón, en la que era entonces Viceprovincial el Padre Pedro Arrupe. El
año anterior se había erigido como Provincia, y a ella fueron desinados 29 jesuitas
andaluces.
Año 1948
El catálogo reseña 193 religiosos en la Casa. 12 Padres, 140 Escolares y 41
Hermanos. De ellos 71 Novicios escolares y 18 para Hermanos.
El Padre Claudio Avilés110, se mantiene como Padre Ayudante del Maestro
de Novicios, y bien que los probó con escenas pintorescas, como por ejemplo
citar a varios simultáneamente para que fueran los primeros al ofrecimiento de
obras al levantarse, con lo que los fervorosos aún imberbes ganaban siempre
la competición… Era hombre recio y muy responsable de su misión: probar la
fortaleza mental de los jóvenes novicios.
El día de san Estanislao, 13 de noviembre, es nombrado nuevo Rector de
la Casa el Padre Francisco Torres Martín. Una Academia despide cariñosamente al
Rector saliente, que marcha destinado a la Viceprovincia del Ecuador.
Van a Canarias destinados el Padre Fernández de Castro, Manuel
Sotomayor como “maestrillo” y el Hermano Gabriel Serrano. El Padre Escolar
Alfonso Romera111 pinta un cuadro para la Casa sobre “la conversión de San
Francisco de Borja”.
177
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
178
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Año 1952
Según el catálogo, la comunidad alberga ahora 173 religiosos de los cuales
13 son Padres119, 114 Escolares y 46 Hermanos. El Noviciado de los escolares cuenta
ahora con 50 novicios y el de los coadjutores 17. La misma dirección espiritual
para los novicios tanto escolares como coadjutores.
Este año la Viceprovincia del Ecuador, ante el aumento de sus propias
vocaciones, toma autonomía de nuestra Provincia Bética. La Misión del Ecuador
había sido erigida como Viceprovincia dependiente en 1930. Ahora se declara
Viceprovincia independiente y en este momento cuenta con 237 sujetos, muchos
de ellos béticos.
Este año agregan a esta Provincia Bética la zona de Canarias, antes
dependiente de la Provincia de Castilla, con tres sedes: el Colegio de Las Palmas,
San Ignacio, y a él va destinado como Rector el Padre Moreno Pareja (22/08/1952)
y varios “maestrillos”; una Residencia, en la misma ciudad de Las Palmas; y la
Parroquia de la Concepción, en Tenerife (Superior, Luis María Eguiraun).
Todo el año está dedicado al Centenario de la muerte de San Francisco
Javier, con el entusiasmo que este santo siempre suscita en los corazones generosos.
Año 1953
Cuenta el catálogo de este año 171 miembros de la Comunidad portuense:
11 Padres120, 109 Escolares y 51 coadjutores. Son novicios escolares, 47 y coadjutores
19. Nombres tan populares como el Hermano Escolano que cuidaba las vacas, una
granja y una patera. Además ganaba premios en los concursos de ganadería en la
ciudad121. Hay bastantes actos académicos, todos en línea clásica.
Este año visita el Noviciado y las escuelas el Jefe del Estado, General
Franco. Otros años venía recibido por la familia Terry pero nosotros solamente
disfrutamos de las perdices que cazaban en aquellos días en cotos especialmente
preparados para las cacerías de su Excelencia…
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
180
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Año 1955
El catálogo reseña en la Casa 151 religiosos de los cuales 8 son Padres127,
101 Escolares y 42 Hermanos Coadjutores. Los novicios han sido 46 para escolares
y 10 para Hermanos.
Destaca muy con relieve el nuevo Espiritual de juniores el Padre Francisco
García Alonso. Magnífico orador, sensatez, fina espiritualidad. Sus pláticas
estaban llenas de sabiduría, con largas citas de san Pablo, de “la santa madre”
(santa Teresa), todas recitadas de memoria y con gran cantidad de anécdotas
simpáticas recogidas de sus experiencias de misionero y Padre de Residencia. Pero
es que, además, sus predicaciones en la Iglesia Prioral, concitaban la atención, por
su sencillez, profundidad y calidad religiosa. En la Misa del Trabajador, lucía su
entusiasmo y su sensatez.
En otro estilo, quizás más académico y clásico, también era llamativa
la oratoria del Padre Ruiz Andreu. Escena típica por la ciudad era ver a los dos
puntales de la Casa, los Hermanos Hernando y Pelayo, con sus idas y venidas
para la organización de la Casa y su economía. Se producen en las Casa muchas
mejoras en comida y vestido. Explotan mejor la huerta de la Casa de Campo.
Año 1956
Baja un tanto el número de miembros de la comunidad. Ahora son 137,
Padres 9128, Escolares 91 y 37 Hermanos. Los novicios escolares son 36 y los
coadjutores 9.
El año está centrado en la venida de la reliquia de San Ignacio que,
traída desde Roma a nuestra Provincia, es acogida en los pueblos y, por nosotros
evidentemente, con entusiasmo y, de camino, va ilusionando a muchos jóvenes y
a nosotros por supuesto.
Sin ninguna resistencia, es más, con entusiasmo, se acogen las reformas
litúrgicas que ha iniciado la Iglesia, comenzando por la renovación de la liturgia
pascual129. Pues la verdad, añorábamos aquellos oficios, con su Tenebrario, las luces
apagadas…Pero también es cierto, nos daba luz espléndida la nueva estructura
litúrgica recién iniciada, la fiesta de la Candelaria, los oficios, los nuevos salmos
ensayados por Pepe Mendoza. Inolvidables las Nochebuenas, cantadas por el
Coro con los dúos de “costurera” de la Pastorela…
Entrañables también las pacomias de Navidad, y sus teatros. Eran frecuentes
en la Casa las fiebres y las gripes. Para prevenirlas, nada mejor que un poleo con
su chorreón de coñac antes de acostarse. Pero ni aún así…
Recuerdo la pedagogía del Padre Francisco Maldonado, desde la Residencia
de Jerez. Para enseñar a los niños de las “escuelitas” los horribles tormentos que
irían a padecer en el infierno si pecaban, les recordaba los chillidos de las ruedas
del tren que unía El Puerto con Chipiona. Los chicos se hundían en los bancos de
la iglesia y realmente se hacían una idea aproximada de aquellos tormentos. El
famoso “cortavientos” daba la imagen.
Por no repetir, sigue la actividad cultural en teatros, conferencias,
Academias, incluso con visitas artísticas a Cádiz, a Jerez y a Sevilla.
181
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
182
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Año 1958
Este año son 134 los moradores religiosos de la Casa que sigue su rumbo
normal. Los Padres son ahora 7132, los Escolares 91 y los Hermanos 36. Novicios
escolares 42 y 12 los coadjutores, bajo la dirección del Padre Luis Conradi133.
El P. Conradi es cercano, sencillo y servicial. Bueno. Trae otro aire, más
acorde ya con el tiempo nuevo, más democrático diríamos. Por fin, por medio de
él, nos vamos enterando algo de los triunfos del Real Madrid, de los del Sevilla,
del que se hace fervoroso partidario, y no del “otro”, el Betis… No era infrecuente
verle jugar al fútbol, dada su cercanía, con novicios y juniores: se arremangaba
la sotana, arbitraba los partidos y, si alguien cometía alguna falta, no duraba el
infractor más de cinco minutos en el banquillo, porque lo que quería Conradi era
que todos participasen y no pasarse con los ‘castigos’.
Año 1959
Viene una norma “de arriba” que permite a los juniores usar una especie
de chandal para el trabajo y para el juego. Es obedecido inmediatamente y pronto
nos vistieron de caqui a todos.
Un gran tornado sembró el pánico en la casa por la noche. Destruyó algunas
paredes, derribó alguna palmera de la huerta y abatió una gran araucaria que daba
solemnidad a la plaza del Ave María .Provocó hilarantes escenas de pánico entre
el Noviciado y el Juniorado, separados por un solo tabique y que se vino abajo
por las corrientes de aire fortísimos. El desconocimiento, incluso geográfico, que
venía de la famosa “incomunicación de clases”, provocó desconciertos pavorosos.
Gracias a Dios, “no hubo que lamentar desgracias personales”…pero sí muchos
desperfectos materiales.
Este año sube la comunidad a 140 religiosos. 9 Padres134, 94 Escolares y 37
Hermanos. 35 novicios escolares y 10 coadjutores. El Padre Juan Manuel Valdés es
Ministro de la Casa y viene como Espiritual de Juniores el Padre Mariano Pérez de
Ayala, austero y elegante, en sustitución del Padre García Alonso.
Los maestrillos vienen ya con otros aires más modernos, lo que provocó
ciertas tensiones con anteriores mentalidades. Se tienen prevenciones a la
mentalidad que insuflaba el Padre Diez Alegría135 en la Facultad de Filosofía de
Alcalá de Henares…Nos hablaban de “Escolios”= escollos…”Eso” era lo que nos
esperaba cuando fuéramos a estudiar allí, con “otros aires”.
Año 1960
Subida del número de miembros de la Comunidad hasta 148. Padres 9136,
Escolares 103 y 36 Coadjutores. Los novicios son ahora, los Escolares 49 y 12 los
Hermanos.
Año 1961
La comunidad se compone ahora de 150 religiosos: 9 Padres137, 108
Escolares y 33 Hermanos. De ellos 51 novicios escolares y 10 los coadjutores.
183
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Año 1961
Pasaban los años, el número de novicios y júniores era numeroso y el afecto
de la Compañía por la ciudad fuerte; asimismo, la Comunidad sentía el cariño
de los portuenses. El edificio, con todo, se iba quedando viejo y poco apto para
cualquier uso. Los techos se hundían, los servicios higiénicos podrían catalogarse
como de otro mundo.
Por fin la Compañía se había decidido a edificar un nuevo Noviciado en la
finca de La Aduana, en la sierra de Córdoba y prácticamente ya estaban ultimadas
las obras. Año 1961, pues, de cierre, de recogida y empaquetamiento. Llega el
momento de la marcha. Después de una solemne despedida de la Virgen de los
Milagros en la Iglesia Prioral , el 10 mayo de 1961, la comunidad se traslada al
flamante nuevo edificio.
Solamente quedan en El Puerto los PP. Juan Martínez Martín138, Pedro
Guerrero González139, Antonio Pascual Martín140 y los Hermanos David, Megías y
Vázquez. El Colegio en ruinas y con un más que incierto porvenir. La Compañía
estaba dispuesta a salir de la ciudad con dolor, las condiciones del edificio no
hacían viable otra alternativa.
El Provincial, P. José Antonio de Sobrino, se despide en la Sala de Visitas
de las familias afectas a la Compañía con la imagen simbólica de “un barco que se
despide del PUERTO”... El 10 de mayo marchan los jóvenes jesuitas bajo la dirección
del P. Rector del Juniorado, el Padre Francisco Torres. Las mismas familias que
habían sentido su marcha, pusieron sus coches a disposición de los “navegantes”.
El edificio, todo viejo y arrumbado, había adquirido pocas novedades desde que
la Compañía lo tomó como Noviciado: únicamente que las arcadas del patio de las
“bellas sombras” habían sido cerradas con cristaleras. La distribución de las clases
era fundamentalmente la misma. Sin saberlo, gentecilla más nerviosa y modesta
que la que durante muchos años la había vivido, esperaba para irrumpir en sus
espacios. Ese momento anhelado tardaría providencialmente poco...
Quedaba un edificio en estado ruinoso y la ciudad vacía al no poder ya
contemplar las largas filas de novicios y juniores en las procesiones, las ternas
paseando por sus calles y alrededores, los buenos predicadores, la Misa del Obrero,
las predicaciones de los PP. Francisco García Alonso, Eugenio Ruiz Andreu y las
catequesis, los solemnes Oficios en Navidad y Semana Santa, las Congregaciones
marianas, la asistencia al colegito del Sr. Zea…...
Ante tanto amor, un doloroso propósito callado: abandonar silenciosamente
El Puerto de Santa María.
184
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Anexo 2º:
MISIONEROS DE LA PROVINCIA BÉTICA
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Anexo 3º:
REPRESENTACIONES Y ACADEMIAS EN EL COLEGIO NOVICIADO
(1925-1956)
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
189
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
NOTAS:
191
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
16 En esta clase se declamaba por todos los intervinientes una fórmula, que procuraba repasar todos
los resortes de la oratoria: “Habéis de saber, carísimos hermanos, que el hombre esta mañana ha
caído en el pecado y por el pecado se haya en grave confusión…Es de considerar la pía y liberal
benignidad de Dios nuestro Señor…Canite tuba in Sion, santificate ieyunium, congregate populum…”
17 Recuerda Ignacio Molina, un escolar de entonces: “bueno, en mi caso, era cantor, estimado
peluquero y maestro de ceremonias”.
18 Recuerda de nuevo Ignacio Molina: “A mi P. Maestro no le hacían gracia las relaciones que
yo enviaba -¡me mandó dos veces a peregrinar!-, y menos cuando me firmaba “…de todos in
Domino, Ignacio”. Me tenía prohibido cualquier chiste, y más “de cosas espirituales”.
19 Esquivias Franco, E. Noviciado de jesuitas, Sevilla 2003.
20 Ruiz Andreu, Eugenio. Nació 25/10/1918, en Málaga. Ingresó 26/10/1933. Ordenación
15/07/1948 Granada. Últimos Votos, Puerto Sta. María, Cádiz. Murió 15/06/1996, en Málaga.
Profesor Juniores. Prefecto de Estudios Colegio de El Palo. Director Técnico Colegio Mayor.
Consiliario de AA.PP.AA.
CPA, 1997, 40. Necrolog. (Por M. Montero).
21 Loring Cortés, Salvador. Nació 04/01/1917, en Málaga. Ingresó 24/09/1933. Ordenación
15/07/1949, en Granada. ÚltimosVotos 02/02/1952, en Pto Sta. María, Cádiz. Murió en
06/09/2001, Málaga. Estuvo en el Paraguay desde 1968 hasta 1998. CPE, 2002, 152. Necrolog.
(Por Fco. Parrilla, Vic. Episc.).
22 Ruiz Andreu: “¿Qué veneno, qué pócima?”. Loring, en un sermón a la Guardia Civil el día del
Pilar: “Porque la bendita, la bienaventurada,…¡la benemérita! Guardia Civil…”
23 Aicardo Fernández, José Manuel. Predicador, escritor, apóstol social. Nació 27 julio 1861, en Jerez de
la Frontera (Cádiz), España; murió 10 noviembre 1932, en Málaga, España. Entra en la Compañía 24
septiembre 1876, en Poyanne (Landas), Francia; ordenado 30 julio 1891, en Oña (Burgos), España;
últimos votoas 2 febrero 1895, en Granada, España. En Madrid fue uno de los fundadores y
redactores permanentes de Razón y Fe. Durante muchos años había estado recogiendo una copiosa
documentación, principalmente de Monumenta Historica Societatis Iesu, con la que publicó (Madrid,
1919-1932) su colosal obra Comentario a las Constituciones de la Compañía de Jesús. Gran orador, su gran
obra pastoral fue el cuidado de los jóvenes sin hogar ni educación. Málaga, en 1926, fue director de
la Casa del Niño Jesús, donde cerca de 150 muchachos podían encontrar cobijo, alimentación, ropa,
preparación para la vida honrada y, sobre todo, cariño, los jóvenes más desheredados, golfillos sin
calor de hogar. Mentalidad integrista, de gran personalidad.
24 Zurbano Jacquet, Ignacio. Nació 02/08/1881 en Espejo, Córdoba. Ingresó 23/10/1899.
Ordenación 01/07/1915, en Murcia. Últimos Votos 02/02/1918, en Puerto Sta. María, Cádiz.
Murió 02/03/1965, Granada. Maestro de Novicios, Granada (1919-22). Rector Col. Málaga (1924-
1927), Superior Res. Málaga (1930-33, 1940-45), Sevilla (1935-38) y Montilla (1955-58). Ejemplar
como religioso. CPA, 1966, 84. NBPA, 1966. Enero, p.8. CPT, 67.
25 Ángel Ayala Alarco (Ciudad Real, 1 de marzo de 1867 - 20 de noviembre 1960), clérigo jesuita, pedagogo
y propagandista católico español, creador de la pedagogía activa. Destacó como un gran y activísimo
organizador y por el don para conectar con la juventud y los aspectos más modernos de la sociedad, a
pesar de su fundamental ortodoxia; sirvió así para romper el integrismo exterior de cierto catolicismo
trasnochado que impedía al catolicismo progresar y hacer adeptos en la sociedad.
26 Juan María Laboa, “El integrismo, un talante limitado y excluyente”, Madrid 1985. Cfr etiam
Memorias del Padre Luis Martín S.J., José Ramón Eguillor-Manuel Revuelta-Rafael M.ª Sanz de
Diego (editores), Institutum Historicum Societatis Iesu - Universidad Pontificia de Comillas -
Universidad de Deusto - Editorial Mensajero, Roma - Madrid - Bilbao, 1988, 2 tomos, XLVII+1120
y LII+1075 págs.
27 Sotomayor, Manuel. Crisis en los años cuarenta en la Provincia de Andalucía. El Padre Fernando Mª
Moreno y el “Pusillus grex” (Mecanografiado). Más adelante volveremos repetidamente a este
documento.
28 Verdoy, A. Los bienes de los jesuitas… páginas 38-42.
29 Ledóchowski, Wlodimiro. Vigésimo sexto General de la Compañía de Jesús. Nació 7 octubre 1866, en
Loosdorf (Baja Austria), Austria; murió 13 diciembre 1942, en Roma, Italia. Ingreso en la Compañía
24 septiembre 1889, Stara Wie (Krosno), Polonia; ordenado 10 junio 1894, Cracovia, Polonia;
últimos votos 25 marzo 1901, Cracovia. Durante su gobierno surgieron dificultades originadas por
el nacional-socialismo en Alemania y por la persecución emprendida contra la Compañía de Jesús
en España. En el decenio de 1930, la Compañía de Jesús fue objeto de ataques (en libros y artículos,
192
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
193
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
43 Jesús González Bueno, Juan Leal, Ramón Molina, Martín Prieto, Enrique Simonet.
44 Berrocal Dörr, Francisco de P. Nació 27/11/1892, en Málaga. Ingresó en la Compañía 23/09/1910.
Ordenación 29/07/1925, en Oña. Últimos Votos 02/02/1928, en Granada. Murió 09/06/1965, en
Málaga. Maestro de Novicios (1931-33), Superior de las Residencias de Granada (1937-42), Jerez
(1945-48) y Málaga (1955-61), Rector Colegio Málaga (1948-54). De El Puerto a Wittouck, por F.
Berrocal, NPA, Núm. Extr. 1943, 88-100. CPA, 1966, 84. Diario SUR (Málaga) en NBPA, Febr.1965,
nº 123.
45 Moreno Pareja Obregón, Fernando Mª. Nació 15/12/1899, en Antequera, Málaga. Ingresó
28/09/1917. Ordenación 29/07/1932, en Heythrop, Reino Unido. Los últimos votos 02/02/1935,
en Londres, Reino Unido. Murió 16/08/1992, en Asunción, Paraguay. Estudió teología en
Heythrop y clásicos en Oxford. Rector Loulé-Puerto Sta. María (1936-42) y Las Palmas (1952-
58), Maestro de Novicios (1937-44), Superior Almería (1951-52), Misionero popular. Decano
Facultad de Filosofía y fundador Universidad Católica de Asunción Paraguay. Cons.rei oeconom.
ViceProvincial.
46 Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (Jerez de la Frontera, 8 de enero de 1870 – París, 16
de marzo de 1930) fue un militar, político y dictador español. Fue segundo marqués de
Estella y Grande de España. Con el visto bueno del rey Alfonso XIII, el apoyo de buena parte de la
patronal, la Iglesia Católica, el ejército y de las fuerzas conservadoras en general, Primo de Rivera encabezó
un Directorio Militar que concentró en él todos los poderes del Estado. En un principio, la oposición a la
dictadura fue mínima. Primo de Rivera proclamó su inspiración en los ideales de los regeneracionistas de
principios de siglo a fin de restaurar el orden social y eliminar el caciquismo. Finalmente, desautorizado por
el rey y los altos mandos militares, claudicante su salud corporal, Primo de Rivera presentó su dimisión el
28 de enero en 1930 y se exilió en París. Los socialistas, republicanos y catalanistas de izquierda firmaron en
agosto 1930 el Pacto de San Sebastián, que posteriormente formarían el gobierno provisional de la Segunda
República española.
47 Martí Gilabert, F. La Iglesia y la dictadura de Primo de Rivera (1923-1929).
48 Federación Universitaria Española, de gran influjo entonces y en tiempo de Franco.
49 La llamada Gran Depresión se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa del 29 de
octubre de 1929 (conocido como Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había
producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. La depresión tuvo
efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres.
50 Arbeloa, V.M. La semana trágica de la Iglesia en España. Del 4 al 14 de octubre de 1931. Madrid 2006.
51 Hitos, J.A. La guerra civil en Málaga. Málaga 2006. Se conoce como quema de conventos a la ola de
violencia anticlerical contra edificios e instituciones de la Iglesia Católica, ocurrida entre los días 10 y 13
de mayo de 1931 en España, pocas semanas después de haberse proclamado la Segunda República. Los
disturbios comenzaron en Madrid durante la inauguración del Círculo Monárquico de la calle de Alcalá y
rápidamente se extendieron por otras ciudades del sur y el levante peninsular. Alrededor de cien edificios
religiosos ardieron total o parcialmente aquellos días, se destruyeron objetos del patrimonio artístico y
litúrgico, se profanaron algunos cementerios de conventos, y varias personas murieron y otras resultaron
heridas.
52 Noticias de la Provincia de Andalucía 1943 (NPA). De El Puerto a Witthouck, por el P. Berrocal.
53 Con la proclamación de la Segunda República Española, el nuevo orden constitucional debía amparar
la libertad de conciencia y desarrollar un proceso de secularización que permitiera superar la tradicional
identificación entre el Estado y la Iglesia Católica, uno de los elementos clave de legitimación de
la monarquía. Se proclamó la libertad de cultos: respetar de manera plena la conciencia individual mediante
la libertad de creencias y cultos, sin que el Estado, en momento alguno, pueda pedir al ciudadano revelación
de sus convicciones religiosas. En aplicación de esta declaración en las tres semanas siguientes el Gobierno
aprobó algunas medidas secularizadoras poco importantes, pero significativas, como la “disolución de la
órdenes militares, supresión de la obligatoriedad de asistencia a actos religiosos en cárceles y cuarteles [22
de abril y 19 de abril, respectivamente], prohibición de participación oficial en actos religiosos [Circular del
Ministro de la Gobernación del 17 de abril], fin de las exenciones tributarias a la Iglesia, privación de sus
derechos a la Confederación Nacional Católico-Agraria, etc. Entre todas, quizá la medida más destacada
fue el decreto de 6 de mayo declarando voluntaria la enseñanza religiosa”. El episcopado en masa se opuso,
entre ellos como figura destacada, el cardenal Pedro Segura.
54 Razón y Fe 97 (1931) 266-270.
55 Diccionario Histórico S.J. (DHCJ) Naciones: España. Madrid 2002.
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
56 Para todo el proceso de la marcha de los jesuitas del Puerto, cfr. apuntes manuscritos escrito por
D. Antonio Osborne y Vázquez, entregados en 1947.En ese documento conserva la expulsión de
los jesuitas de El Puerto en 1868 (dos relaciones) a cargo del Hermano Rafael de los Reyes S.J.
entonces escolar. Además, la expulsión de 1931.
57 Carta dirigida a Roma por el P. Antonio Osborne, Sevilla, 13 de Marzo, 1932 [ARSI. Hispania,
1009].
58 Tirado, Manuel, Nació 07/09/1918. Ingresó en la Compañía 16/10/1933. Ordenación 15/07/1948,
en Granada. Últimos Votos 1952. Muchas veces, espiritual y consejero. Buen confesor. Escribió sus
“Memorias” (FHSJ), que se mantienen inéditas. Hay también una relación de este tiempo relatada
por el Padre Fernández Cuenca, en Noticias de la Provincia de Andalucía, número extraordinario
de Agosto 1945: Se titula “Instalación del Colegio Noviciado en Witthouck escrita en Ruysbroecks”
(25/05/1932) páginas 57-65.
59 Gómez Contador, Francisco. Nació 17/09/1870, en Almendral (Badajoz). Ingresó en la Ccompañía
13/03/1893. Los últimos votos 02/02/1907. Murió 04/10/1935, en Puerto Santa María. Prov.Tol.
CPA, 1936, 57. CPT, 1936, 42.
60 Francisco Cossi Ochoa (El Puerto de Santa María, 24 de agosto de 1898 ( muerto probablemente
en el verano de 1936) fue un político republicano español, por dos veces alcalde de su localidad
natal y Presidente de la Diputación Provincial de Cádiz. Miembro de la Unión General de
Trabajadores (UGT) y del Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) Detenido, el 22 de julio se
le incoó procedimiento para consejo de guerra por rebelión militar . Fue declarado fallecido
en 1941 por resolución del Juzgado de Instrucción de Responsabilidades Políticas de la provincia
de Cádiz, fijando como fecha en los primeros días del Movimiento, sin más especificaciones.
61 Durante la dispersión hubo los siguientes Superiores de los “coetus” de El Puerto de Santa
María que vivían en la calle Federico Rubio, esquina calle Comedias: Coetus XI (años 1932-1934),
superior el P. Valerico Dacoba. Coetus X (1934-1936), superiores: Ramón Zamarripa (1933-1935)
y José María Gutiérrez Silva (1935-1936). A partir de 1936, en julio se convierte en Residencia y
tiene dos superiores: el P.Agustín Palacios (1936-1937) y el P. Roque Arjona (desde el 1-X-1937).
62 Dacoba ,Elías.Valerio Nació 01/04/1896, en S. Salvador del Valle (Vizcaya) Ingresó en la Compañía
30/07/1913. Los últimos votos 02/02/1930 Murió en 12/04/1943, en Puerto Sta. María. Ministro,
Procurador, Consultor. Precaria salud. CPA,, 1944,75. NBPA. Abr-May. 1943. n.º 40-41.
63 Lambertini, Juan. Nació 02/09/1871, en Revello (Piamonte) Ingresó en la Compañía 20/06/1891.
Los últimos votos 02/02/1906 Murió 29/05/1951, en Puerto Sta. María. NPA , 1951.Abr-Jun.nº
87, p.91. CPA, 1952, 90.
64 El martillo, Periódico independiente, Órgano de la Asociación del Gremio de Toneleros. Jerez de
la Frontera. Tuvo una larga vida y un papel importante durante la guerra civil.
65 Tema oscuro. Nunca dejaron claro el tema jurídico de la posesión del colegio. Por una parte quería
la Asociación de Padres entregárselo a los Padres. Estos, ante la situación política tan inestable
-los jesuitas no estaban oficialmente legalizados desde el decreto de 1852 y a ello se acogió el
artículo 26 de la república- nunca dejaban claro el tema a pesar de frecuentes instancias. Sin
embargo el Notario Álvarez-Ossorio dejó clara la posesión del Colegio para la Compañía el año
1925. Pero en la confusión de los primeros momentos, no alegaron su posesión a la República. O
es que no había incautación de bienes sino disolución...
66 Dacoba, Blardony, Erdozain, Gómez, Gutiérrez, Lambertini y Simonet. Y los Hermanos Aizpuru,
famoso enfermero, Nicolás Alcalde, Elorza y Francisco España.
67 Zaldívar, Cuenca, Grund, Palacios, Viu, y los maestrillos son Murillo, Ponce de León, y Martín
Prieto.
68 Zaldívar, Grund, Palacios, Uriarte, Vázquez, Viu. Maestrillos Antonio Mª Aldama, Fantini, y
Emilio Murillo. Los novicios Escolares son ahora 19 y 3 los Coadjutores.
69 Dacoba, Blardony, Erdozain, Gómez, Gutiérrez, Lambertini, José María Villoslada y Los
Hermanos Aizpuru, Azúa, Elorza y Francisco España.
70 Zaldívar, Guimerá, Palacios, Cristóbal Sánchez, Viu, Zurbano. Los “maestrillos”son ahora
Fantini, Gúrpide, Francisco Sánchez, que hace el servicio militar.
71 Murillo Velarde, Cuenca, Guimerá, Sánchez Navarro, Zurbano. Los Maestrillos Gúrpide,
Marchena, Mondéjar y Campos.
72 Cartas… oc.
73 Carrasco, Bejarano, Cañete, Cuenca, Félez, Sánchez Navarro y los Maestrillos Carrillo de
Albornoz, y Mondéjar.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
La guerra en Europa terminó con la captura de Berlín por tropas soviéticas y polacas y la
consiguiente rendición incondicional alemana el 8 de mayo de 1945.
95 Reina, Cañete, Dacoba, Garrido, González, Lambertini, Liaño, Lucas, Quintín Pérez y Sanchez
Navarro. Francisco Aparicio, García Evangelista y Liaño son los “maestrillos”.
96 Dacoba, Bejarano, Garrido., Lambertini, Lucas, Pérez Argos, Antonio Revuelto, Sánchez Navarro
y de “Padres maestros” Escolares Francisco Aparicio, Serna y Simonet.
97 P. Alonso Ruiz. Nació 1530, en Córdoba. Ingresó en la Compañía 02/1554, en Córdoba.
Ordenación 1555. Últimos votos 21/09/1566, en Roma. Murió 18/12/1599, en Arequipa, Perú.
Maestro de Novicios en Roma (1564), donde tuvo como novicio a S. Estanislao (octubre 1567) y
le asistió en su muerte. Rector y Maestro Novicios de S.Andrés (1569-71), Provincial Provincia
Romana (1571-74), ViceRector y Rector Granada (1551-52, 1574-77), Arequipa (1582), Chuquiabo
(La Paz, 1586-90) y Visitador de Panamá (1591-97). Ep.Mixt, IV,562. Nadal, II, 534. NPA (1942-44),
p.98.(Nºs extraords.). DHCJ 4:3434s.
98 Simonet Campos, Enrique.P. Nació 05/01/1904 en Málaga. Ingresó 10/09/1920. Ordenación
24/08/1935 en Lyón, Fr. Los votos 02/02/1938, Jerez, Cádiz. Murió 28/03/1955 en Manta,
Manabí. Ecuador. Rector Puerto Sta. María (1942-48), Colegio Quito (49-52) CVPEc, 1956, 33.
99 Dacoba, Cantero, Cañete, Fantini, Garrido, Lambertini, Socorro. Y “maestrillos”, Gallego, Gordon
y Rodríguez Molero
100 Osborne, Cantero, Cañete, Fantini, Lambertini, Quintín Pérez, Serna, Socorro y Francisco Torres.
Los “padres maestros” Rodríguez Molero y Eugenio Ruiz Andreu.
101 La 250, Einheit spanischer Freiwilliger de la Wehrmacht, más conocida como la División
Azul (Blaue Division, en alemán), fue una unidad española de voluntarios que sirvió
a Hitler entre 1941 y 1943 en la Wehrmacht, el ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial.
102 Torres, Sánchez, Lambertini, Valdivia, Zamarripa, y los maestrillos, Ricardo Franco, Pérez Ruiz,
Ruiz Andreu y J.N. Vargas.
103 Martínez de Pelayo,Francisco de Paula. Nació 19/02/1921, en Granada. Ingresó en la Compañía
07/12/1940. Los últimos votos 15/08/1951, en Puerto Sta. María, Cádiz. Murió en 12/07/2007,
en Málaga. Fue sobre todo electricista y mecánico en el Seminario de S. Cecilio de Granada (1945-
47), Pto Sta.María (47-60), Noviciado de Córdoba (1960-68), Las Palmas (1968-92) y Huelva (1992-
2005). Luego, pasó a la enfermería de Granada y desde el 1 de mayo de 2007 a la de Málaga.CPA,
2008, 132. Necrolog. (M. Rodríguez Segura).
104 Villoslada y Peula, Rafael. Fundador de escuelas, apóstol social. Nació 8 junio 1900, en Granada,
España; murió 30 diciembre 1985, en Granada. Su contacto frecuente con los obreros, mediante
las clases nocturnas y sus desplazamientos por los pueblos de Jaén y Granada, le hizo sentir la
necesidad de trabajar por la mejora radical de la clase baja andaluza, cuyo estado de postración
después de la guerra civil (1936-1939) era pavoroso. Así, surgió la ambiciosa idea de fundar escuelas
cristianas gratuitas en los núcleos rurales importantes de Andalucía. Afortunadamente, este sueño
se pudo realizar, gracias a algunas familias pudientes de la provincia de Jaén, también ellas víctimas
de la crueldad de la guerra, que le prestaron su ayuda económica. Villoslada se preocupó desde el
principio de los niños y jóvenes más pobres: los primeros que llenaron sus internados eran hijos de
fusilados, muertos o penados en la guerra civil, a los que, a más de educarlos gratuitamente, se les
daba ropa y material escolar.
105 Bermudo de la Rosa, Manuel. Nació 19/03/1921, en Sevilla. Ingresó en la Compañía 14/09/1936,
en Loulé, Portugal. Ordenación 15/07/1950, en Granada. Los últimos votos15/08/1954, en
Úbeda, Jaén.. Magisterio, en Colegio San Estanislao, Málaga. Rector de Úbeda (1958-64, 1968-
74). Director en Sevilla de Cine Club Vida. Consultor de Provincia. En l982, Director de Andújar.
En 1986, de nuevo a Úbeda. En l999, pasó a Enfermería de Málaga, donde murió el 18/02/1999.
Escritor. CPA, 2000, 130. Necrolog. (Por Jesús Mendoza) Not. Brev. Febr 1999, pp. 9-10.
106 Janssens, Juan Bautista. Vigésimo séptimo general de la Compañía de Jesús. Nace 22 diciembre
1889, en Malinas (Amberes), Bélgica; muere 5 octubre 1964, en Roma, Italia. entra en la Compañía
23 septiembre 1907, en Drongen (Flandes oriental), Bélgica; ordenado 7 septiembre 1919, en Lovaina
(Brabante), Bélgica; últimos votos. 2 febrero 1924, en Lovaina. Elegido en la Congregación General
XXIX (6 septiembre-23 octubre 1946). La Congregación General que debía elegir el sucesor del P.
Ledóchowski (muerto en 1942) no pudo reunirse hasta 1946. DHCJ. Madrid 2001.
107 Guim Molet, Juan Carlos. Superior, apóstol de los enfermos. Nació 3 septiembre 1873, en Vallfogona
de Riucorb (Tarragona), España. Entra en la Compañía 30 julio 1891, en Veruela (Zaragoza), España.
Ordenado 30 julio 1907, en Tortosa (Tarragona). Ultimos votos 2 febrero 1910, en Veruela. Hombre
197
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
tranquilo y de gran comprensión, fue muchas veces superior: maestro de novicios (1915-1919),
visitador de las misiones de Filipinas, Japón y parte de China (1919-1920), provincial de la provincia
de Aragón (1920-1926), superior del “Solar Español” de Burdeos (1926-1927), rector del colegio del
Sagrado Corazón de Barcelona (1927-1932) y delegado provincial en Barcelona (1932-1939) en el
tiempo de la disolución, incluida la guerra civil, durante la cual su vida, puesta a precio, estuvo
en constante peligro. La situación conflictiva de la provincia andaluza llevó a su nombramiento,
ya de 74 años de edad, como provincial de esta provincia (1947-1950). Acabada su misión, volvió
como espiritual al Colegio Máximo de San Cugat del Vallés, prosiguió la gran obra que le había
prometido en su lecho de muerte a su connovicio el P. Jacinto Alegre (+1930), en una institución
establecida en Barcelona en 1933, sobre todo para enfermos incurables, semejante a la de san José
Cottolengo en Turín. Muere 20 febrero 1959, en San Cugat del Vallés DHCJ. Madrid 2001.
108 Torres, Avilés, Collantes, Fantini, Lambertini, Linares, Luis Gonzaga Navarro, Porcel, Rafael
Simonet y Zamarripa. Sólo hay un maestrillo, Ramón Delius.
109 APA.
110 Avilés Jaén, Claudio. Nació 04/12/1910, en Castellar de Santiesteban, Jaén. Ingresó en la
Compañía 07/09/1926. Ordenación 13/05/1942, en Granada. Últimos Votos 02/02/1946, en
Puerto Sta. María, Cádiz. Murió 10/11/1983, en Granada. Rector del colegio de Málaga (1954-58)
CPA, 1985, p.62.
111 Romera Pinto,Alfonso. Nació 22/07/1921, en Almería. Ingresó en la Compañía 20/06/1940.
Hizo los votos del bienio, pero salío de la Compañía 01/08/1953 [4º magist.] en Málaga.
112 Rafael Simonet, Aparicio, Avilés, Díez de Urmeneta, Fantini, Lambertini, Porcel, Puerto, Vergara,
Zamarripa. Los “maestrillos”, Enrique Barón y Estanislao Olivares.
113 Aparicio Díaz, Francisco. Nació 01/08/1915, en Jerez, Cádiz. Ingresó en la Compañía 30/07/1931.
Ordenación 15/07/1946, en Granada. Los últimos votos 02/02/1949, en Puerto Sta. María, Cádiz.
Salió de la Compañía 01/02/1955, en Madrid.
114 Fantini García, Julio. Nació 24/12/1905, en Sevilla. Ingresó en la Compañóa 26/04/1923.
Ordenación. 24/06/1937, en Innsbruck. Últimos Votos 02/02/1940, en Roma, Italia. Murió
22/03/1979, en Sevilla. Profesor de Filología Clásica a los NN.y en la Universidad Pontificia
Salamanca. Escritor. CPA, 1980, 51.
115 Rodríguez García, Eduardo. Misionero popular. Nace 9 marzo 1901, en Moratalla (Murcia).
Ordenación 19 marzo 1926, en Roma, Italia. últimos Votos 2 febrero 1946, Aranjuez (Madrid).
Muere 12 enero 1985, en Alcalá de Henares (Madrid).
116 Antonio Jiménez, Francisco Aparicio, Diez de Urmeneta, Lambertini, Porcel, Román, Vergara
y Zurbano. Los maestrillos son Gutiérrez García, Juan de Dios Mendoza, Monis y Estanislao
Olivares.
117 Arrupe, Pedro. Yo viví la bomba a tómica. Mensajero. Bilbao. 1952.
118 Espadero, Diez de Urmeneta, Lambertini, Porcel, Jerónimo Román, Eugenio Ruiz Andreu, Rafael
Simonét y Joaquín Vergara. Los maestrillos Cantero, Luis Conradi, Juan de Dios Mendoza y
Estanislao Olivares.
119 Cara, Díez de Urmeneta, Espadero, Salvador Loring, Morillo, Ruiz Andreu, Ruiz de Castro
(Espiritual de juniores), Ruiz Sánchez de Cueto, Rafael Simonhet, Joaquín Vergara. Los
“maestrillos” Joaquín Carretero, Luis Conradi, Antonio Molina Torres.
120 Loring, Salgado, Morillo, Pérez Romero, Ruiz Andreu, Ruiz de Castro, Ruiz Sánchez de Cueto,
Sañudo, Rafael Simonet. Los “maestrillos” Joaquín Carretero, Luis Conradi, Felipe Moreno y
Alejandro Muñoz Priego.
121 El Hermano Ramón Escolano, vestido de seglar, era el clandestino representante de la Compañía
en una exposición de ganado en El Puerto. Ganaron las vacas de los jesuitas. En voz alta
proclamaron su nombre: “D. Ramón Escolano Escolano”, y la banda dirigida por el Sr.Dueñas
comenzó a interpretar, entre aplausos,y a toda pastilla el Himno “Fundador, sois Ignacio y
General…”. Otros con zumba decían: “¡Han ganado los cochinos de los jesuitas…!”
122 Ruiz de Castro, Joaquín. Nació 20/12/1908, en Sevilla. Ingresó en la Compañóa 15/04/1937.
Ordenación 15/07/1949, en Granada. Los votos 02/02/1952, en Puerto Sta. María, Cádiz. Murió
03/12/1972, en Granada. Maestro de Novicios Puerto (1954-59) y en Córdoba hasta 1961y
Superior de la Residencia de Granada (1962-66). P. Espiritual de los Nuestros.CPA, 1974, 87.
Summ.vitæ def.
123 Loring, Bermudo, Pascual, Morillo-Velarde, Ruiz Andreu, Ruiz de Castro, Simonet y Terry.
Los maestrillos, Gerardo Bravo, Felipe Moreno, Muñoz Priego, Manuel Segura y Navarro
198
Periodo del noviciado Jesuita en El Puerto de Santa María (1924-1962)
Montero. Bravo. En estos tiempos hay también juniores antiguos “seminaristas” que dan clases:
Caba ayudaba al griego, para Theotonio, López Olea y a mí; Navarro Montero, de Montilla,
-seminarista adelantado, que no llegó a ir a filosofía- a su vez era un topo, sonámbulo, y le dio un
buen susto a Paco Caballero, que arrastró durante años; y Mata Trani -destinado a la misión del
Japón, y después salido y casado en Japón- que le daba clase a novicios y que en una Lectio brevis
les dijo “el trabajo dignifica, pero cansa, …y lo primero no está claro”. Gómez Crespo pilló un
buen enfado y lo amonestó.
124 Fdez-Fígares Marchesi,Eduardo. Nació 30/11/1922, en Benalúa de Guadix, Granada. Ingresó en
la Compañía 26/09/1939. Ordenación 15/07/1954, en Granada. Últimos Votos 03/03/1958, en
Sevilla. Muerte 13/03/2005, en Granada. Profesor en Sevilla y Las Palmas, operario en Almería y
Granada, ViceSuerior Jerez (1959-62). CPE, 2006, 134. Necrolog. (Por C. Gª Hirchfeld).
125 Gómez Crespo, José. Nació 19/06/1913, en Málaga. Ingresó en la Compañía 20/06/1928.
Ordenación 30/07/1939, en Granada. Últimos Votos 15/08/1946, en Granada. Murió 07/1988,
en Granada. No hizo magisterio y se ordenó a los 26 años, algo excepcional en aquel entonces.
Ministro de Seminario de San Pelagio de Córdoba (1942-44), ViceRector del Seminario S. Cecilio
Granada (44-), Maestro de Novicios (1948-54) y Rector (1954-57) Puerto Sta. María. Especialista
en EE. Ignacianos y en dirección Espiritual. Nota de la Curia Provincial y del P. Muñiz. CPA,
1989, 42.
126 Los Padres de la Revista de los jesuitas, FOMENTO SOCIAL, fueron llamados a consejo por los
grandes bodegueros de la ciudad que querían hacer la transformación económico social a modo
cristiano.
127 Salvador Loring, Bermudo, Miguel Fernández, Francisco García Alonso, Pascual, Ruiz Andreu,
Simonet, Terry. Los maestrillos Bravo, Jaime Loring,, Mata y Muñoz Priego.
128 Salvador Loring, Bermudo, Pascual, Fernández- Fígares, Miguel Fernández, García Alonso,
González Bueno, Juan Martínez, Nieto, Ruiz Andreu. Los “maestrillos” ,Caba, Jesús Caño, Luis
Conde, Jaime Loring y Pascual Lupiáñez.
129 Pío XII retomó el grande proyecto de la reforma litúrgica, publicando la encíclica “Mediator
Dei” del 20 de noviembre de 1947 e instituyó una comisión. Tomó decisiones sobre algunos
puntos importantes, por ejemplo, la nueva versión del salterio, para facilitar la comprensión de
la oración de los salmos (cf. “In Cotidianis Precibus”, del 24 de marzo de 1945), la atenuación del
ayuno eucarístico, para favorecer más el acercamiento a la sagrada comunión, el uso de la lengua
viva en el ritual y, sobre todo, la reforma de la Vigilia Pascual (Cf. “Dominicae Resurrectionis”
del 9 de febrero de 1951) y de la Semana Santa (cf. “Máxima Redemptionis” del 16 de noviembre
de 1955).
130 Loring, Bermudo, García Alonso, Pedro Guerrero, Federico Gutiérrez García Herrera, Pascual,
Ruiz Andreu. Los “maestrillos” Caba, Conde, Parrado y Pascual Lupiáñez.
131 Guerrero González, Pedro. Nació 23/03/1918, en Jerez de la Frontera. Cádiz. Ingresó en la
Compañía 06/10/1941, pasado el servicio militar en el Tercio de la Merced (carlista). Ordenación
15/07/1953, en Granada. Los últimos votos 02/02/1957, en Puerto Sta. María, Cádiz. Murió
03/09/1973, en Sevilla (Accidente de tráfico). Operario ejemplar. Con pobres, mayormente.
Introducida su causa de beatificación. Extraordinario impacto y veneración. CPA, 1974, 87. 132
Valdés, Bermudo, García Alonso, Guerrero, Loring, Pascual, Ruiz Andreu. Maestrillos Caba,
Godoy, Parrado, Ruiz Jurado
133 Conradi Toro, Luis. Nació 13/09/1924, en Sevilla. Ingresado en la Compañía en 14/08/1942,
es educado en la Escuela del Padre Moreno Pareja. Ordenación 15/07/1956, en Granada. Los
últimos votos 15/08/1959, en Puerto Sta. María, Cádiz. Su primer destino, entre 1958 y 1961, fue
como Maestro de Novicios de Hermanos Jesuitas de El Puerto, donde llegaría a impartir además
clases de Latín. Luego vendría Córdoba, con idéntica responsabilidad, Maestro de Novicios,
entre los años 1961 y 1967.Murió en la enfermería de Málaga el 07/03/2011.
134 Conradi, Valdés, Garrido, Guerrero, Loring, Martínez, Pascual, Pérez de Ayala y Ruiz Andreu.
Los maestrillos Manuel Casares, Marcos Díaz Bertrana, Salvador García Bardón, Mata y Ruiz
Jurado.
135 El P. Diez Alegría nació en Gijón. En 1930 ingresó en la Compañía de Jesús y se
ordenó sacerdote en 1943. Se licenció en Teología y se doctoró en Filosofía y Derecho. Fue
profesor de ética en la Universidad de Madrid desde 1955 hasta 1961. Luego fue profesor de
Doctrina Social de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma hasta 1972. Tras
la publicación de su libro Yo creo en la esperanza, salió de la Compañía y se incardinó en el
199
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Obispado de Segovia, pero nunca llegó a ir hasta allá. Vivió en la Residencia de la Compañía
en Cadarso. Exclaustrado de la Compañía de Jesús, se fue a vivir al Pozo del Tío Raimundo,
junto con el Padre Llanos. Residíó después –por una disposición especial del Padre Arrupe– en
el colegio de los jesuitas de Alcalá de Henares. Murió en la Residencia enfermería de Alcalá de
Henares, la madrugada del 25 de junio de 2010, a la edad de 98 años.
136 Conradi, Valdés, Guerrero, Loring, Ruiz Andreu, Montero, Martínez , Antonio Pascual y Mariano
López de Ayala. Los “maestrillos” López Olea, Montero Tirado y Antonio Vargas-Machuca.
137 Conradi, Valdés, Guerrero, Loring, Martínez Mendoza, Montero, Pascual, Ruiz Andreu. Son
“maestrillos” Eduardo Chinarro, Rafael López Olea y Jesús Montero Tirado.
138 Martínez Martín, Juan. Nació en Villaverde del Río 16-XII-1923. Ingreso en la Compañía 14-VIII-
1939. Ordenación 15/07/1954. Los últimos votos 03/02/1958, en Úbeda, Jaén. Murió 31/08/2007,
en Málaga. Director del Centro SAFA de El Puerto (1958-65), tras una estancia en Linares (1965-
66), regresó al Puerto hasta 2007, siendo director (1966-70), Ministro de la Casa (1983-87, 2001-04)
Superior de la Comunidad (1987-93) entre otros cargos, hasta que pasó a la Enfermería de Málaga
en junio 2007. Fue nombrado hijo adoptivo de El Puerto en 2004. Casi toda su vida la ha pasado
en la residencia de El Puerto de Santa María ocupando casi todos los cargos, tanto en la SAFA
antigua como en la moderna.
139 Como ha quedado detallado en la nota 131, Pedro Guerrero González nació en Jerez de la
Frontera. Después de haber militado en el Tercio Requeté Ntra Sra de las Mercedes en la Guerra
civil, ingresó en la Compañía. Su vida se desarrolló en el Puerto de Santa María, como procurador
de la comunidad y gran confesor. Capellán de la Base de Rota y finalmente Procurador de la
Provincia en Sevilla, además de gran confesor. Murió en accidente de moto cuando iba a confesar
a la Casa de Ejercicios de Dos Hermanas (3.VIII-1973). Está introducida su causa de beatificación.
Sus restos reposan en la Iglesia de San Francisco del mismo Puerto.
140 Antonio Pascual Martín nació en Loja 21-I-1921. Ingresó en la Compañía 14-IX-1940. Ordenación
15-VII-1953. Director del Puerto, estudió psicología. Psicólogo en el Colegio de Málaga, sus
últimos años los pasó como misionero en el Magreb, Marruecos, desde 1988 a 2005. Murió en
Granada 16/01/2006. CPA, 134. (Necrolog Jesús Mª León Blanco).
141 En Ruysbroeck (Bélgica).
142 En Loulé (Portugal).
143 Ya en Córdoba.
144 Además, 19 Tercerones (Padres que después de los estudios hacen un año de piedad y formación).
El Instructor fue el Padre Francisco Cuenca, antiguo Provincial, en dos ocasiones.
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que se jugaba en el amplio campo que daba a la calle Valdés; lo llamaban ‘moto-
ball’ y consistía en dos equipos de cinco motos pequeñas, ‘vespinos’, que tenían
que golpear con la rueda delantera un balón y conducirlo a una portería: era muy
curioso y no exento de innovación y cierto peligro, algo entre motocrós, un balón
y dos porterías. A propósito de este mal llamado campo de fútbol, más bien erial
de jaramagos, había en su parte oeste una antigua alberca que debió servir para la
huerta que había por aquella zona; yo nunca la vi con agua, aunque sí tuve que ir
a por alumnos que se iban allí a fumar; hoy ha dado nombre a la plaza del mismo
nombre en una calle paralela a la calle Valdés.
La ubicación del bar en aquellos años también fue llamativa; por
necesidades de espacio, supongo, el bar se emplazó en el pasillo que da a la puerta
del patio de deportes, actual servicio de niños de primaria. Los días de levante,
que sabemos que en El Puerto son frecuentes, en el rato de tomar café se pasaba
frío y, puesto que aún no teníamos que vigilar los recreos, el café y el bocata se
convertían en un revitalizador ‘fast food’ . A pesar de lo cutre del lugar, hay que
salvar la profesionalidad de Rafael y M. Gatica en hacer bocadillos de tortilla y de
‘magreta’ que no tenían rival.
Es un deber moral y ético destacar y distinguir la labor y buen hacer del P.
Luis Conradi, que por cuarta vez regresó a El Puerto de Santa María. En esta ocasión
llega como Rector del Colegio, permaneciendo en tal responsabilidad desde 1974
a 1980. Esos años serían difíciles y prósperos a un tiempo. Se trataba de poner en
práctica las doctrinas que dimanaban de las Congregaciones de Jesuitas de esos
años y que había que aplicar tanto en educación como en espiritualidad y valores.
Son los años de la Fusión, de la que hablaremos en el punto siguiente. Había que
encajar nuevos conceptos: gratuidad, no hacer distingos en las clases sociales,
conseguir que los sueldos de los profesores de ambos centros fueran equivalentes
y, de alguna manera, conectar con la más amplia realidad social de El Puerto.
Tiempos difíciles los que le tocaron vivir a este bondadoso jesuita, quien entre los
años 1980 y 1989 sería profesor de religión en la EGB y Superior de la Comunidad
jesuita entre 1981 y 1987. Su vida continuó en muchos y varios aspectos pastorales
hasta su muerte el 7 de Marzo el 2011, en la más extrema sencillez, como siempre
había aconsejado. Como anécdota curiosa de su sentir de hombre cercano a la
ciudadanía, anotamos que era un sevillista de ‘pura ley’ y, por tanto, rival de aquel
equipo a quien -en clave de humor- denominaba despectivamente “el otro” (léase
Betis). Se cuenta que en los partidos televisados, cuando encajaba un gol el Sevilla,
no podía soportar el hombre tal contratiempo y abandonaba discretamente el
espectáculo. El lunes por la mañana narraba las excelencias del Sevilla F.C. como
si no hubiera pasado nada.
Otras variadas circunstancias, más o menos anecdóticas, merecen la pena
su recuerdo:
Con la idea educativa de llevar el aprendizaje de las clases de geografía
y ciencias al mundo real, y estudiar ‘in situ’ los conceptos aprendidos en clase,
al profesor de Historia, a la sazón J.A. Seisdedos, se le ocurrió la idea de hacer
excursiones de más de un día en las que convivirían los alumnos y los profesores
en un ambiente diferente a las clases. Una fue a Zahara de la Sierra, al paraje
conocido como ‘Bajada a la Garganta Verde’. Fue muy interesante, tanto el propio
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De este mismo acto, el que estas líneas escribe quiere destacar los siguientes
párrafos de un artículo de interior del citado Diario de Cádiz:
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NOTAS:
1 P. M. Bermudo de la Rosa, SAFA, medio siglo de educación popular en Andalucía. Historia de las Escuelas
Profesionales de la Sagrada Familia, 1940-1990. Universidad de Jaén, p. 343.
2 Ibid., pp. 343-350.
3 Ibid., p. 349.
4 p. 524.
5 Ibid., p. 528.
6 Director del Centro de Formación Técnico Profesional SAFA, Úbeda.
7 Término con el que, en la actualidad, se conoce al itinerario principal que hay aun lado del campo
de deportes y que une los dos centros, con el tiempo esta pequeña vía se ha techado.
BIBLIOGRAFÍA:
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1. INTRODUCCIÓN
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conservado y por este motivo es de agradecer que el próximo curso, los alumnos/as
de El Puerto puedan hacer un uso didáctico del Museo gracias a la Concejalía de
Cultura y la apertura del mismo a la Oferta Educativa Municipal.
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Artículo 120. Los directores cuidarán de que en los gabinetes de Historia Natural
se vayan formando colecciones tan completas como sea posible de los productos de la pro-
vincia.
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prescindir de hasta un 50% del total de las piezas hasta entonces conservadas,
incluyendo algunas de gran tamaño e inestimable valor.
El P. Conradi S.J. era rector del colegio S. Luis Gonzaga desde 1974, en
los momentos de integración de la EGB de SAFA y el Colegio San Luis en el
antiguo edificio hoy renovado. En 1975, el Padre Luis Conradi S.J. con la ayuda
de Fernando Terry Merello, consiguió financiación privada a través de la Caja de
Ahorros de Cádiz para llevar a cabo una restauración taxidérmica de aves, peces
y mamíferos, realizada por el conocido taxidermista sevillano Vicente Gamarra,
quién se sorprendió de lo bien que estaban disecadas, especialmente las aves
rapaces. Algunas especies como un ciervo, jabalíes y algunas aves fue imposible
recuperarlos. Como curiosidad, un chivito de dos cabezas nos cuenta en cartas
escritas por el P. Conradi S.J. se encuentra en la actualidad en el colegio de Las
Palmas.
También mencionaremos un desgraciado incendio que sufrieron las
vitrinas del museo que no afectó de manera importante a las piezas. Este suceso
tuvo lugar estando ubicado en el primer piso de la biblioteca, desde donde fue
trasladado con posterioridad a la parte del Colegio correspondiente a la antigua
fachada del edificio. Una simpática anécdota, según nos cuenta la profesora Dª
Isabel López, el Padre Martínez S.J. contaba como tuvieron que custodiar buena
parte de las colecciones en sus propias habitaciones, incluso debajo de las camas ya
que cuando se derrumbó el techo que albergaba el museo constató la desaparición
de la colección de minerales. Esta custodia le supuso más de un susto cuando
al levantarse por la mañana temprano tenía a la vista un ave rapaz de grandes
dimensiones frente a su cama.
Finalmente y desde 1985, después de 5 traslados en 11 años, esta “Sala
de los Bichos”, como denominaban antiguamente y aún citan los maravillados
alumnos, se ubica en su sala actual.
En su amplia y diversa colección, se incluyen animales disecados de
todo tipo: aves, peces y mamíferos, invertebrados, corales y hasta restos fósiles.
Dado que muchas de las piezas son originarias de América, es obvio que muchas
proceden de las misiones jesuitas en el nuevo mundo.
Entre diversos especímenes, se puede encontrar una etiqueta bajo la peana del
mapache que cita al disector Gonzalo Fuentes De María, de Puebla (México). La
profesora Dª Isabel López constata la relación establecida con un colegio jesuita en
México, ya que existe un envío de una colección de caracoles con destino al museo
de El Puerto.
Éste es el caso de las especies tropicales disecadas o los 200 ejemplares
de aves tropicales que conforman la colección, como el tucán, los colibríes, el
correcaminos, la jacana americana, la gachona de México, etc., datadas en el año
1901. Los corales son en su mayoría de origen caribeño y sudamericano. Esta
importante fauna americana indujo a un grupo de alumnos, dirigidos por la
profesora Dª Isabel López Guerrero, a titular “Archivo de América” un trabajo
científico-documental que fue premiado y que sirve de guía científica del museo.
Este trabajo fue presentado en un concurso convocado por el propio Ayuntamiento
con motivo de la Expo´92 de Sevilla.
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“…recuerdo, por aquellos días, que Antonio Vaca, a quién tanto debe este
Museo y el propio Colegio en los muchos años que trabajó en él, me enseñó unas
grandes cajas de cartón, donde se encontraba la colección de moluscos y fósiles.
Ordenar, al menos a nivel de Familia esta colección fue una verdadera odisea que
nos llevó al P. Cambreleng S.J., P. MarreroS.J. y a un servidor mucho tiempo;
ratos y ratos durante el verano. Personalmente, esta colección de conchas es lo
más valioso del Museo”.
Y como testimonio del esfuerzo y dedicación que dedicó al museo, tam-
bién relata;
“Lo más maravilloso es que siendo tan numerosa y estando tan completa
en algunas familias es una parte pequeñísima comparada con lo que existe en
este mundo. Ponerse uno en contacto con estas cosas le lleva a uno aunque no
quiera a admirar a Dios”
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4. ANEXO FOTOGRÁFICO
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ANEXO FOTOGRÁFICO
Fotografía 3 : Alumnos en el patio del Colegio con algunos de los ejemplares del museo de Historia Natural.
Curso 1918-1919. El primero de pie por la izquierda, sosteniendo la supuesta tortuga de Juan Ramón Jiménez.
Fotografía 4 : Museo de Historia Natural y Gabinete de Física compartiendo el mismo salón. 1916.
Photo –Art. R. Saus- Madrid.
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NOTAS:
1 Molina, L. S.J.: “La Compañía de Jesús en El Puerto de Santa María. Historia de una continua
presencia” en Castro, A. y Molina, L. DOS ESTUDIOS SOBRE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN EL
PUERTO DE SANTA MARÍA. págs. 7-8. Fundación Municipal de Cultura y Juventud. 1991.
2 Sancho Mayi, Hipólito: HISTORIA DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA DESDE LA
INCORPORACIÓN A LOS DOMINIOS CRISTIANOS EN EL 1259 HASTA EL AÑO MIL
OCHOCIENTOS. Ed. Escelicer. Cádiz. págs. 378-379.
3 Sancho, Hipólito o.c. pg. 478 y Cruzados nº 99.
4 Rubio de Espinosa, Hª. de El Puerto ms. en Molina, L., S.J.: “Los jesuitas en El Puerto” en Castro,
A. y Molina, L. DOS ESTUDIOS SOBRE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN EL PUERTO DE SANTA
MARÍA. pág. 29.
5 Cebrián González, Carmen: “El Hospicio Misionero de Indias de El Puerto de Santa María” en El
Puerto, su entorno y América. Biblioteca de Temas Portuenses nº 3. Concejalía de Cultura. Ayto. de
El Puerto Sta. María. págs. 353-372.
6 Orrego González, Francisco. ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura Vol. 187 - 751 septiembre-
octubre (2011) 961-976 ISSN: 0210-1963 en “JUAN IGNACIO MOLINA Y LA COMPRENSIÓN
DE LA NATURALEZA DEL FINIS TERRAE. UN ACERCAMIENTO DESDE LA HISTORIA
(CULTURAL) DE LA CIENCIA”.
7 Castro A. y Molina, L. S.J.: DOS ESTUDIOS SOBRE…, ídem pág. 30.
8 Castro A. “Fundación del Colegio de San Francisco Javier. Primer colegio de la Compañía de Jesús en
El Puerto” en Castro A. y Molina, L. DOS ESTUDIOS SOBRE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN EL
PUERTO DE SANTA MARÍA. Pág. 6 Fundación Municipal de Cultura y Juventud, 1991.
9 http://museo.iescoloma.es
10 Revuelta González, Manuel. Los colegios de jesuitas y su tradición educativa (1868-1906) págs. 115-
117.
11 Santiago, Tily: “Un tesoro que muy pocos conocen” en DIARIO DE CÁDIZ E6 martes 29 de julio
de 1997.
12 Santiago, Tily: “Un tributo a la naturaleza desconocido” en DIARIO DE CÁDIZ E4 domingo 11 de
febrero de 1996.
13 Revuelta González, Manuel. “Los colegios de jesuitas y su tradición educativa (1868-1906)” pág.
504.
14 Santiago, Tily: “Las aventuras de un histórico museo portuense” en DIARIO DE CÁDIZ E6
domingo 18 de febrero de 1996.
15 Archivo Municipal Puerto de Santa María. Actas de la Junta Revolucionaria de 1869 R.B. 137.
16 Archivo Universidad de Sevilla (en adelante AUS) Leg. 1456-16.
17 Castro A. y Molina, L. S.J.: DOS ESTUDIOS SOBRE…, ídem págs. 32-33.
18 Castro A. y Molina, L. S.J.: DOS ESTUDIOS SOBRE…, ídem pág. 33.
19 AUS Leg. 1456-16.
20 AUS idem.
21 AUS ídem.
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BIBLIOGRAFÍA
Conde Pérez de la Blanca, Luis S.J. “La Biblioteca de San Luis Gonzaga
(1901-1961)”. Revista de Historia de El Puerto nº 49. 2012.
Pumar Reyes, Juan Carlos. Museo de Ciencias Naturales del Colegio San Luis
Gonzaga. Catálogo de peces. 2002. Biblioteca de temas portuenses. Ayuntamiento de
El Puerto Santa María.
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Santiago, Tily: “Un Tesoro que muy pocos conocen” en DIARIO DE CÁDIZ,
E6 martes, 29 de julio de 1997.
FUENTES WEB
http://museoSAFApto.blogspot.com.es
http://www.erevistas.csic.es
http://investigacion.us.es/scisi/sgi/exposiciones/museo-geologia/historiamuseo
http://www.jesuitas.es
http://museo.iescoloma.es/
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Capítulo
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Capítulo
sexto
1. LA PRIMITIVA BIBLIOTECA
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nuevo centro docente de los jesuitas comenzó a funcionar en Puerto Real (curso
1864-65) y, después, en la calle de los Moros de El Puerto (cursos 1865-1867). En
agosto del 67 -aunque el nuevo edificio no estaba terminado del todo ni externa
ni internamente- los alumnos y la comunidad de jesuitas se trasladaron a él. El
pabellón de fachada del Colegio de San Luis Gonzaga tardó cerca de treinta años
en levantar su bella estampa neoclásica en la plaza del Ave María. Este pabellón
del Colegio -con sus tres grandes cancelas de hierro, que dan acceso a un vestíbulo
realmente señorial- fue el último en construirse y se inauguró en 1895. En su ala
derecha, se instalaría pocos años después la nueva Biblioteca. Al recordar estos
datos, surge espontánea una pregunta ¿en qué parte del colegio estaba situada la
primitiva biblioteca, durante los 34 años que mediaron entre 1867 y 1901 (fecha
-como veremos- de la inauguración de la “nueva”)?
Con motivo de la apertura del nuevo Colegio de San Luis, el corresponsal
portuense del periódico gaditano El Comercio, Rafael Robles Carmona, visitó
sus instalaciones. En artículo publicado el jueves 23 de julio de 1867, enumera
pormenorizadamente y con elogio cada uno de los espacios del edificio2. Sorprende,
sin embargo, que no mencione en absoluto la pieza destinada a Biblioteca. Pienso
que sus fondos pudieran estar todavía en las instalaciones provisionales de
la calle de Los Moros, o que, por estar en fase de organización con motivo del
traslado, la biblioteca no estuviese aún “presentable”. Sin embargo, esta omisión
del periodista quedó subsanada por los imprevistos acontecimientos del año
siguiente que provocaron otra visita al edificio, esta vez menos amistosa, aunque
sí más detallada.
250
La biblioteca del Colegio de San Luis de Gonzaga
pizarras y bancas. Por fin, llegaron a la Biblioteca. Dos jornadas de trabajo -el cinco
y seis de noviembre- de diez de la mañana a tres de la tarde, dedicó la Comisión a
este departamento. El inventario de libros de la Biblioteca se hizo inmediatamente
después de realizar el del “Salón para recibir visitas” (hoy locales parroquiales)
y antes del correspondiente a la “Cocina y Despensa” (hoy, aulas de educación
infantil). De este hecho deduzco que la primitiva biblioteca estaba situada entre
las dos piezas mencionadas, en una esquina del patio porticado: precisamente en
el lugar donde también hoy se instala la biblioteca del colegio.
La relación de libros inventariados ocupa 22 folios manuscritos por ambas
caras . Registra 697 títulos de obras que suman un total de 2.547 volúmenes. En el
4
inventario suelen constar algunos pormenores sobre el libro. Por ejemplo: Cinco
tomos viejos en pasta de Don Quijote; tres tomos en cartón, Astronomía física por
Argüelles; un tomo en pergamino, Retórica de fray Luis sobre la manera de predicar;
cuatro tomos en rústica, Floresta de la Literatura; cinco tomos con forro de lienzo
de Cabanillas Historia de España; un tomo chiquito en cartón, Análisis lógicos de la
Gramática Francesa; tres tomos grandes en pergamino de Laurentius Berti…
Como es obvio, no puedo, ni en síntesis, esbozar los contenidos de ese
inventario. Corresponden en su mayor parte a las materias que los profesores
explicaban en el centro, según el plan de estudios de la ley Moyano (1857),
modificado en 1861. Entre tales fondos, destaco algunas de sus más apreciadas
colecciones:
251
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3. LA
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RESTAURACIÓN MONÁRQUICA. NUEVOS FONDOS BIBLIOGRÁ-
FICOS
252
La biblioteca del Colegio de San Luis de Gonzaga
acometían primero las obras de una capilla para los alumnos o las de la fachada.
Ante la diversidad de opiniones, remitieron el asunto al P. Provincial, quien tomó
la decisión de comenzar por la fachada. El 9 de junio de 1893, día del Sagrado
Corazón se consideró como fecha oficial del inicio de las obras, aunque de hecho
comenzasen algún tiempo después. Según un programa impreso, la solemne
inauguración de la fachada y del vestíbulo tuvo lugar el 12 de mayo de 1895,
siendo Rector el P. Pedro Castelló6 .
Una de las dependencias del pabellón de fachada sería la destinada a
biblioteca. Su preparación estaba muy avanzada cuando se inauguró la entrada
principal del colegio; sin embargo, las obras se paralizaron durante varios años.
Leemos en la “Historia Domus” del curso 1898-99: “Se puede igualmente recordar
que en este año se reanudaron las iniciadas y suspendidas obras de la biblioteca, que
habían quedado casi completamente terminadas”. ¿En qué mes? Aunque no consta
expresamente tal dato, según el orden de efemérides que sigue la “Historia Domus”,
parece congruente fechar la reanudación de las obras de la biblioteca en el mes de
mayo del 99. ¿Cuándo se concluyeron? A finales de 1901. Lo deduzco del análisis
de partidas de gastos que constan en un libro de contabilidad titulado “Procura”
y que se conserva en el Archivo Histórico del Colegio. Abarca el periodo Octubre
1900 - Agosto 1902. En sus páginas se detecta en el Colegio una gran actividad
constructora. Se detalla la adquisición de abundante material de obra (ladrillos,
cemento Portland, tubos de hierro dulce, madera de haya, baldosas, pintura de
caoba, aceite de linaza, cerrojos y pasadores, clavos, puntas, tornillos...). Trascribo
las partidas de gastos expresamente relacionadas con la biblioteca desde octubre
de 1900 a noviembre de 1901 . Se trasluce en ellas el montaje de la gran estantería
de madera, que todavía podemos admirar.
• Cuenta del Bazar Inglés: puntas y tornillos para la biblioteca ... 125,73 ptas.
• Puntas y tornillos para la biblioteca .............................................. 30,15 ,,
• Factura de madera para la biblioteca ............................................ 406,25 ,,
• Jornales de carpinteros para la biblioteca ..................................... 131,50 ,,
• Bencina para exterminar bichos en la biblioteca ......................... 1,65 ,,
• Jornales de carpinteros en la biblioteca ........................................ 145,00 ,,
• Jornales de biblioteca ………………….......................................... 230,50 ,,
• Jornales de biblioteca …………………............................................ 180,00 ,,
• Numeración para la biblioteca ........................................................... 2,00,,
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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La biblioteca del Colegio de San Luis de Gonzaga
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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La biblioteca del Colegio de San Luis de Gonzaga
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
pronto al lugar que se les había buscado en Bélgica. El P. Manuel Estrade (1912-
2000), estudiante junior en aquellas fechas y uno de los jóvenes exiliados, me
contó hace años algunos pormenores del viaje en que fueron protagonistas los
libros: “Llevábamos las maletas -decía- atiborradas de libros, más que de ropa. Era un
problema por el peso y el riesgo de reventar. Todos los libros que llevábamos pertenecían
a la Biblioteca del Juniorado. Tal vez los profesores llevasen algunos pertenecientes a
la “Biblioteca domus”. No pudimos llevarlos en cajas, pues sólo nos estaba autorizado
sacar de casa el equipaje con nuestras pertenencias personales. Al regreso del exilio, desde
Portugal, me encomendaron a mí y a mi compañero junior Francisco Torres la vigilancia y
acompañamiento en tren de las cajas de libros. Llevábamos un cajón de más de cien kilos,
cuyo transporte fue muy laborioso, especialmente su paso por la barcaza del río Guadiana
en Ayamonte hasta el autobús hacia Huelva. Y desde allí, a otro autobús hasta Sevilla por
Jerez. Hubo que emparejar los dos vehículos, para pasar más fácilmente el enorme y pesado
bulto de la baca de un autobús a la del otro. Pienso que los profesores pudieran comprar
algunos libros durante su estancia en Bélgica”12.
Volvamos al estudio de Alfredo Verdoy. Tal como ordenaba el artículo 7
del decreto disolutorio, el 29 de enero de 1932 quedó constituido legalmente el
Patronato incautador de los Bienes de la Compañía de Jesús. El Patronato destinó
provisionalmente el inmueble de El Puerto de Santa María (como el de otras casas
de los jesuitas) a colonias de verano. A lo largo de la primavera y verano de 1933
fueron incautados, entre otros muchos edificios y propiedades, 47 cajas de libros
que se sustrajeron del Monasterio de Veruela-Zaragoza (Noviciado S.J.), guardados
en casas de los vecinos de Borja; además de cuatro cajas de libros en la Aduana de El
Puerto de Cádiz procedentes del Colegio de El Puerto de Santa María13. El P. Valerico
Dacoba (domiciliado con otros jesuitas en la calle Federico Rubio 61) las había
enviado mediante cosario al agente de Aduanas, Sr. Lozano, para ser exportadas a
Amberes (Bélgica) en el vapor Veplu y entregadas a su destinatario José Aguirre.
El 25 de enero de 1933 fueron intervenidas dichas cajas. Pesaban 251 kgs. Después
de una serie de trámites judiciales y administrativos, a mediados de febrero,
fueron puestas a disposición del Patronato Administrador de bienes incautados
a la Compañía de Jesús. A raíz de estos hechos, agentes del Gobiernos Civil de
Cádiz practicaron registros en las viviendas donde se alojaban los jesuitas de El
Puerto. También inspeccionaron varios domicilios de amigos de la Compañía. Se
encontraron 49 cajas de libros en la Bodega de D. Fernando C. Terry (calle Valdés
11) y 155 libros más en el domicilio del P. Francisco Gómez (calle Federico Rubio
67). En el domicilio del P. Dacoba (Federico Rubio 61), se hallaron dos cajas de
libros y otros sueltos con el sello del Colegio14.
En cuanto a los destinos de los edificios incautados, el Patronato no logró
que el Consejo de Ministros hiciese definitivo alguno, sino sólo que reprodujese
las ya conocidas cesiones temporales a Instrucción Pública o a la Dirección General
de Beneficencia de los Colegios próximos a la costa para el uso de colonias de
niños pobres (como fue el caso de la finca de “La Inmaculada” del Colegio S.J.
de El Puerto de Santa María, usado por las colonias escolares dependientes del
Patronato de Cultura de Sevilla). Pienso que el posible uso escolar del Colegio
de San Luis por el Ministerio de Instrucción Pública no incluiría el acceso a la
biblioteca situada en un extremo del pabellón de fachada, fuera del paso habitual
258
La biblioteca del Colegio de San Luis de Gonzaga
El año 1942, el P. Fernando Moreno Pareja cesó como Rector del Colegio-
Noviciado y el 45 dejó la responsabilidad de Maestro de Novicios; sin embargo,
ese mismo año (1945) aparece en el catálogo con el cargo de Bibliotecario. Fue el
P. Fernando hombre de recia personalidad y gran capacidad de gobierno. Pienso
que tuvo notable influjo en el auge de la biblioteca portuense, que vivió en esta
segunda etapa (1940-1961) su edad de oro. Discutido en el ámbito jesuítico por
sus criterios espirituales elitistas, nadie negó al P. Moreno Pareja su notable valía
personal, religiosa, intelectual. Cursó estudios de Humanidades Clásicas en la
Universidad de Oxford. Dejó huella de su seria formación en las generaciones
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Museo de Historia Natural del Colegio SAFA San Luis de El Puerto de Santa María 2014
Clásica. En los últimos años del Juniorado portuense (1953-1960), fue Bibliotecario
de San Luis el P. Ruiz Andreu, entusiasta profesor de Oratoria que procuró
enriquecer esta sección de la Biblioteca.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
ARTE E HISTORIA
REVISTAS
• Arbor // Archivo Español de Arte y Arqueología // Archivo Histórico de la Com-
pañía de Jesús // L´Art Sacré // Bibliografía Hispánica // Cuadernos de Literatura
contemporánea // Estudios Clásicos // Goya (Revista de Arte) // Film Ideal (Re-
vista de Cine) // Hispania (Revista Española de Historia) // Razón y Fe // Revista
de Archivos, Bibliotecas y Museos // Revista de Literatura // Revista de Filología
Española // ......
Estas son algunas de las obras y colecciones que -como dije antes- se
exponían en la magnífica estantería de la biblioteca de San Luis. Cito un dato
curioso sobre el ritmo de crecimiento de los fondos en los últimos años del Puerto:
de los 13.708 volúmenes que figuraban en el Registro de la Biblioteca en abril de
1954, se pasó a 17.726 en marzo del 61: un total de más de 4.000 nuevos libros. El
último título que se inscribió en el Registro de la Biblioteca portuense con fecha 29
de septiembre de 1961 fue el Vocabulario y refranero criollo de Tito Laudibet, editado
en Buenos Aires por G. Kraft, S.A. Llevaba el nº 18.899.
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Museo de Historia Natural del Colegio SAFA San Luis de El Puerto de Santa María 2014
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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Museo de Historia Natural del Colegio SAFA San Luis de El Puerto de Santa María 2014
NOTAS:
1 En esta colaboración, reelaboro y abrevio el artículo que, con el mismo título, publiqué en la Revista de
Historia de El Puerto, nº 49 (2012) 35 -78.
2 Ver la mencionada descripción de Robles Carmona en el artículo de Bernardo Rodríguez Caparrini en el
Diario de Cádiz -Domingo 27 de julio de 1997- con motivo de cumplirse los 130 años de la instalación del
Colegio de San Luis Gonzaga, “El Colegio Grande”, En dicho artículo, evoca Rz. Caparrini el de Robles
Carmona en 1867.
3 Archivo Municipal de El Puerto de Santa María (AMPSM), Actas de la Junta de Gobierno 1868, sesión de
4-10-1868, Punto 3º.
4 AMPSM, Inventario de la Biblioteca de la Compañía de Jesús, Colegio de San Luis Gonzaga Actas de la
Junta Revolucionaria 1868, legajo 173.
5 Archivo Municipal de El Puerto de Santa Maria (AMPSM): “Inventario General de la Biblioteca Popular
establecida en la calle Cánovas del Castillo, nº 9” Año 1906 (Dos cuadernos).
6 La inauguración de la fachada estuvo presidida por el Sr. Obispo de Cádiz, hicieron su Primera
Comunión doce colegiales y se solemnizó el acto con una representación teatral: “Glorias de la Bética
católica”. La construcción de este cuerpo del edificio se financió dificultosamente con la venta de unas
fincas heredadas por el P. Mendaro y otros ahorros del Colegio (Revuelta, La Compañía de Jesús en la
España contemporánea, II, 1303, nota 364.
7 Durante los años 1920-24 la media total de alumnos descendió a 150 y la de los jesuitas, a 17; muy lejos de
la cifra record de 272 alumnos alcanzada en el rectorado del P. Miguel Sánchez Prieto (1881-1888) y de los
cuarenta jesuitas que tuvo a comienzos de siglo (Rz. Caparrini, El Colegio de San Luis Gonzaga (1875-1924),
conferencia tenida en la Academia de Bellas Artes de El Puerto de Santa María, el 11 de julio de 2006). El
último Rector del Colegio fue el P. Nicolás Campos de Torreblanca (1920-1924).
8 El 10 de octubre llegaron de Granada los novicios y juniores jesuitas. Su estancia en el Colegio de San
Luis no debería durar en principio más de diez años. Así lo prometió el P. General al Sr. Alcalde y a los
amigos portuenses de la Compañía de Jesús, que le rogaron insistentemente la permanencia del Colegio
de 2ª Enseñanza. Plazo que no se pudo cumplir por los graves sucesos que acaecieron en España a
partir de 1931. La correspondencia entre el P. General y el Sr. Alcalde se conserva en el Archivo histórico
del Colegio. Se adujo como motivo la imperiosa necesidad de suspender temporalmente la Segunda
Enseñanza por falta de personal docente.
9 VERDOY HERRANZ, Alfredo, S.J.: Los bienes de los jesuitas. Disolución e incautación de la Compañía de Jesús
durante la Segunda República, Madrid, Ed. Trotta, 1995, 422 pgs.
10 VERDOY, o.c. 147.
11 Archivo Romano de la Compañía de Jesús (ARSI), Hispania, 1009 (citado por VERDOY, o.c. 148 y 174
(nota 47).
12 De una conversación que mantuve con el P. Estrade en Jerez de la Frontera el 26 de enero de 1996..
13 VERDOY, o.c. 274.
14 Ver Documentos sobre la Incautación de Bienes (1932-33) en Arch. Prov. Bética S.J., Facultad de Teología
de Granada (Cartuja). Según estas fuentes, también fueron registrados sin resultado los domicilios de
Dª Rufina Vergara y Guezala (Chalet Wenceslao), Dª María Reig Valerino, Vda. de D. Ramón Izquierdo
(Plaza San Francisco 1), D. Antonio Osborne Vázquez (Conde de Osborne 7) y D. José Luis de la Cuesta
(Santo Domingo 1). Sobre estos registros informó en su día el Gobertnador civil de Cádiz a los periodistas
en rueda de prensa tenida a finales de enero de 1933 (El Noticiero Gaditano, nº 7.026, año XV, viernes 27 de
enero de 1933, p. 2).
15 En el edificio de San Luis, sólo permaneció una reducida comunidad: los PP. Juan Martínez y Antonio
Pascual (Director y Espiritual de las Escuelas de la Sagrada Familia); el P. Pedro Guerrero, responsable
del templo de San Francisco; y los HH. David, Megías y Vázquez, al cuidado de la huerta y viejo caserón.
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
266
Los años decisivos del Colegio San Luis Gonzaga (1961-2014)
Capítulo
séptimo
LA IGLESIA Y PARROQUIA
DE SAN FRANCISCO
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
268
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
Capítulo
séptimo
Ruiz de Cortázar describe el lugar: “en sitio detrás del Castillo donde nombran
el Ejido junto a la Ermita del Crucifijo, no lejos del río, …”, de modo que parece que
se refiere ya al asentamiento definitivo. Fue su primer guardián fray Miguel
Escobar3. Unos apuntes del jesuita Antonio Labrador, redactados en 1912, cuya
fuente podría ser Ruiz de Cortázar, indican como fecha de fundación la de 1 de
abril de 1517. También añade “junto al castillo del Sr. Duque”, lo que es coherente con
el humilladero a la ribera del río. Pero parece que él no pensaba en esta ubicación
269
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
cuando a continuación añade: “Ahora en ese sitio está el colegio de S. Luis; la iglesia
existe igual” 4.
El convento fue reformado con importantes obras en el XVII, en el que
la orden fue comprando casas y terrenos a distintos vecinos de El Puerto. Así,
en 1627, adquiriría unas casas de doña Juana de Hinojosa y otras del Baltasar
González. Un año más tarde, dos de Isabel Cubián. También recibió donaciones
como una cochera propiedad de Juan Villalobos, en 1644. Según Ruiz de Cortázar,
el convento llegó a albergar unos 60 religiosos y allí hacía estudios para religiosos
y seglares.
2. LA IGLESIA CONVENTUAL
El único edificio del convento que ha sobrevivido es su iglesia, cuyo titular
era San Miguel Arcángel. Del primitivo edificio, la ermita, queda constancia en
los distintos planos que dibujó Anton van Wyngaerde de mayo a junio de 1567.
En uno de ellos, tomado desde la salina, aparece el convento de San Francisco en
un lugar elevado, asomando sobre árboles. En otro, tomado desde el camino de
Sanlúcar se observa con más detalle:
270
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
272
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
b.2. Capilla de San Antonio de Padua, o de los señores Chacón, que estaba
cerrada con una cúpula rebajada con linterna. Fue fundada por Domingo de las
Nieves Chacón en 1661, quien, estando en Lisboa, se sintió atraído a un portal y
halló la imagen de san Antonio allí venerada con un rótulo que decía “Llévame
a España”. El aumento de un segundo cuerpo de esta capilla dio un segundo
entierro a la primitiva, según recuerda una lápida existente. Tenía un retablo
barroco obra de Vilches, constituido en tres calles verticales, y con las imágenes de
san Joaquín y santa Ana, y un coronamiento con altorrelieves de un arcángel y otro
santo. Había 4 lápidas en su pavimento, dos de las cuales han sido removidas. La
primera era del enterramiento del fundador Domingo de las Nieves Chacón y su
familia, probablemente de 1663. La segunda, con ostentoso blasón en altorrelieve,
de Francisco Pérez Mancheño. La tercera cierra un entierro en la parte superior
de la capilla, al pie de la gradilla del altar, e indica un nuevo patronato a favor de
quien realizó la ampliación de esta capilla, D. José Viana Fernández y su mujer
M.ª del Pilar Sánchez de Sans. La cuarta cierra otro enterramiento propiedad del
anterior, que ofreció para enterrar a los devotos de S. Antonio. Actualmente solo
están en su sitio la segunda y tercera.
273
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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La Iglesia y Parroquia de San Francisco
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
el fondo de la capilla de San Juan Bautista, que quedó así convertida en un paso
para la nave mayor.
Esta iglesia tuvo torre: “con las casas y el convento se ha formado una plaza
a donde cae la puerta principal de la Iglesia en un arco que sostiene una elevada torre y
campanario con balcones de hierro alrededor”12. En su cuerpo superior se veneraba una
imagen de la Concepción, iluminada durante la noche con faroles que servían de
referencia a los barcos que entraban de noche en el Guadalete. El 16 de noviembre
de 1878 los jesuitas trajeron las campanas del antiguo monasterio de la Victoria,
para acomodarlas en la torre de la iglesia, pero no se llegaron a instalar, pues,
siendo maltratada por un rayo, se resintió y se prefirió derribarla. Por esta razón,
los niños no pudieron hacer la primera comunión en la iglesia en 187913. En el
compás había una capilla de la cofradía de la Corona o Rosario público.
276
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
una utilidad pública como hospital, o como refugio de mendigos, por su situación
y su amplitud, dedicación que ya había tenido en alguna epidemia y durante
la ocupación francesa, pero el Estado decidió su enajenación16. Fue adquirida
la huerta por José Joaquín Orlando en 1839, la bodega fue arrendada y el resto
del inmueble se convirtió en hospital para casos de epidemia. En 1843 la Junta
de Enajenación de Edificios ordenó la subasta del inmueble, siendo tasado por
590.317,17 reales de vellón por el maestro mayor de obras de la ciudad, Diego
Filgueras. Dado el estado de abandono de la iglesia, se pensó en reedificarla, para
lo que se abrió una suscripción popular por parte de la comisión visitadora de la
venerable orden tercera de San Francisco, según constan en las actas capitulares
municipales de 1854.17
Finalmente, la iglesia pasó a la mitra18 en 1860, con lo que siguió prestando
servicios religiosos, dependiendo de la iglesia mayor prioral de El Puerto de Santa
María, y siendo administrada por el arcipreste de la ciudad. Así, se mantuvo
abierta al público, aunque quedó prácticamente desatendida por estar en las
afueras de la ciudad.
Por este tiempo, un grupo de portuenses pensaron construir un colegio para
que los jesuitas educasen a sus hijos, el colegio de San Luis Gonzaga, para lo cual,
una junta de suscriptores junto con el ayuntamiento compró los restos del antiguo
convento de San Francisco y su huerta, por 25 mil duros, que, con la compra de
fincas colindantes, llegó a unos 30 mil duros19. Una aportación particular fue la de
D. Miguel Pajares Morón que compró parte de la finca y la vendió simbólicamente
por 4 mil reales que luego dejaría para matrícula de un alumno familiar suyo o
no20. Todo fue donado a la sociedad constructora en agosto de 1864:
277
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
¿Cómo aislar del contagio de la calle a los niños en la misma iglesia? Por
medio de verjas o rejas tanto en los arcos de las capillas de uno de los lados, y
otra verja mayor detrás de los niños de modo que queden incomunicados también
por esta parte: reconocen que esto sería demasiado costoso y el colegio no estaba
para esos gastos”.32
278
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
la residencia jesuita de Granada, más que otras: la túnica abierta deja ver el pecho
desnudo algo más que en las demás imágenes; el manto no está sujeto con una
cinta o cadena por delante del pecho, como es lo más habitual, sino que parece que
se alza a su espalda sin sujeción; el globo terráqueo que está a los pies tiene una
banda (con estrellas), en parte tapada por las nubes superpuestas al mundo. Y el
manto es asimismo de color rojo liso. Parece que el escultor anónimo se inspiró en
el prototipo, aunque es de distinto rostro y complexión. Es contemporánea de la
imagen que hizo Font para Granada.
279
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
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La Iglesia y Parroquia de San Francisco
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3: Parte del territorio de la parroquia, que por la izquierda continúa hasta Rota
Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
Parte del territorio de la Parroquia, que por la izquierda continúa hasta Rota.
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La Iglesia y Parroquia de San Francisco
Cofradías
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• El sábado 12 de junio culminó todo esto con una procesión de gloria del
Sagrado Corazón de Jesús.
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La Iglesia y Parroquia de San Francisco
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Aportaciones al estudio histórico del colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. 1864-2014
la puerta de esta capilla del sagrario, en el interior, hay unas pequeñas figuras
de san Nicolás y san Diego de Alcalá procedentes también de la primitiva iglesia
franciscana. Completa esta capilla un cuadro que puede representar al jesuita
francés san Juan Francisco de Regis que trabajó misionando las poblaciones del
Languedoc francés, o a san Francisco Javier.
Los jesuitas completaron el patrimonio artístico de este templo con las
tallas san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier52, a izquierda y derecha del
crucero. Son tallas de Juan de Mesa (discípulo de Martínez Montañés) procedentes
del antiguo colegio de San Hermenegildo de Sevilla53. En un altar, casi a los pies de
la nave central, se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, obra de F.
Font, según diseño del P. Victoriano Salmón54. El diario de la casa, en el curso 1900-
1901, se refiere a esta imagen, la segunda que hubo del Corazón de Jesús en este
colegio. A propósito del triduo al Corazón de Jesús, que se celebró con máximo
esplendor y gran concurso de gente, dice: «nos ha venido una bellísima imagen del
Divino Corazón, que se puede llevar con facilidad en una solemne rogativa». Después del
triduo la imagen marchó con gran solemnidad por las calles de la ciudad, como
se expone detalladamente. Finalmente «esta nueva imagen del Divino Corazón fue
trasladada poco después a la capilla de los alumnos». Líneas después, al tratar de las
nuevas adquisiciones para la iglesia, se nos dice lo siguiente: «Este año nos hicieron
varios regalos, además de la imagen del Sacratísimo Corazón, comprada con las limosnas
de los socios del Apostolado de la Oración y sobre todo de cierta piadosa mujer»55. Sin
duda esta segunda imagen del Corazón de Jesús, apta para procesionar, que se
guardaba en una capilla interior del colegio, es la que tiene en la peana el nombre
de Font.
Entre el patrimonio de la iglesia también se encuentran numerosos
cuadros, como “La multiplicación de los panes” de Antonio González Sevillano,
de la escuela sevillana, de 1900; “María, Madre de la Compañía de Jesús”, de la
escuela sevillana (iconografía que se repite en la vidriera del coro); copia de San
Francisco abrazado al crucificado, de Murillo, atribuible a Joaquín M.ª Cortés; San
Esteban Pongracz y compañeros mártires, pintado con motivo de su beatificación
a principios del siglo XX por el H. Urbina, S. I.; seis cuadros grandes, firmados por
detrás por José M.ª Rodríguez de Losada, hacia 1880, que representan distintas
escenas: muerte de S. Francisco Javier; motivos bíblicos; S. Francisco de Jerónimo y
la mujer pecadora; muerte y declaración de inocencia del P. general Lorenzo Ricci
después de la supresión de la Compañía; S. Luis Gonzaga como paje en un acto
de Filosofía.
Existen dos cornucopias con bellos marcos barrocos que están sobre cada
una de las dos credencias a cada lado de la capilla mayor. En la sacristía se guarda
un buen cuadro de la Virgen rodeado de escenas de su vida, una buena colección
de casullas con bellos bordados, así como vasos sagrados y custodias, pequeños
crucifijos y otros objetos litúrgicos. En el coro hay dos cuadros pintados por el P.
Romera cuando era junior hacia el año 1950.
286
La Iglesia y Parroquia de San Francisco
NOTAS:
1 Así, Hipólito SANCHO MAYI, Historia de El Puerto de Santa María desde su incorporación a los
dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis, Editorial Escelicer,
Cádiz 1943, 161-162; Hipólito SANCHO DE SOPRANIS, “Notas y documentos para la historia
de la iglesia del Sr. San Miguel. Convento de San Francisco Observante de El Puerto de Santa
María”, Archivo Ibero-Americano, 52 (1953), 441-504; Ruiz de Cortázar se refiere a “la ermita del
crucifijo”: Anselmo RUIZ DE CORTÁZAR, El Puerto de Santa María ilustrado y compendio historial
de sus antigüedades (1764), edición y estudio Manuel Pacheco Albalate y Enrique Pérez Fernández,
Ayuntamiento, El Puerto de Santa María, 1997, 425.
2 Raúl ROMERO MEDINA, “Señores y mecenas. Los condes de El Puerto de Santa María y el arte
(siglos XV-XVIII)”, en Francisco ANDÚJAR CASTILLO y Julián Pablo DÍAZ LÓPEZ (Coords.), Los
señoríos en la Andalucía Moderna. El Marquesado de los Vélez, Instituto de Estudios Almerienses, 2007,
685-703,
3 RUIZ DE CORTÁZAR, o.c., 425.
4 Archivo Histórico provincia Toledo de la Compañía de Jesús [en adelante, Alcalá], E2, 5, 16:
“Resumen de la Historia de El Puerto de Santa María para uso del Padre Antonio Labrador, SJ,
escrito el año de 1912 y acabado en 1913, en el Colegio San Luis Gonzaga”, 44.
5 RUIZ DE CORTÁZAR, o.c., 426
6 Miguel Angel CABALLERO SÁNCHEZ, “Las vistas de El Puerto de Santa María de Wyngaerde
(1567)”, Revista de Historia de El Puerto, 41 (2008), 109-147.
7 Hipólito SANCHO DE SOPRANIS, “Notas y documentos …”, 441-504.
8 Ibídem, 472.
9 Hipólito SANCHO DE SOPRANIS, “Notas y documentos…”, 460-461.
10 Francisco Javier, HERRERA GARCÍA, El retablo sevillano en la primera mitad del XVIII; Evolución y
Difusión del Retablo de Estípites, Diputación, Sevilla, 2001; José Manuel MORENO ARANA, “Notas
documentales para la historia del arte del siglo XVIII en Jerez”, Revista de Historia de Jerez, 9 (2003),
85-95; José Manuel MORENO ARANA, “Una familia de retablistas del siglo XVIII en El Puerto:
los Navarro”, en Actas de los VIII Encuentros de Primavera en El Puerto: “La conservación de retablos.
Catalogación, restauración y difusión”, Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de El Puerto de
Santa María, El Puerto de Santa María, 2006, 657-675.
11 Hipólito SANCHO DE SOPRANIS, “Notas sobre los edificios más salientes de El Puerto de Santa
María”, introducción y notas de Antonio Cabral Chamorro y Natividad Guzmán Oliveros, Revista
de Historia de El Puerto, 11 (1992), 115-133, 125.
12 RUIZ DE CORTÁZAR, Ibídem.
13 Archivo Comunidad San Luis Gonzaga, El Puerto de Santa María [en adelante, Jesuitas El Puerto],
Libro de Consulta [en adelante, L.C.] de 8.04.1879.
14 Cfr. Rafael SÁNCHEZ GONZÁLEZ, “Los edificios conventuales portuenses en el proceso
desamortizador (1835-1875)”, Revista de Historia de El Puerto, 4 (1990), 67-90.
15 http://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Santa_en_El_Puerto_de_Santa_Mar%C3%ADa
http://losafligidos.blogspot.com.es/ Cfr. Francisco GONZÁLEZ LUQUE, La Hermandad de los
Afligidos y el Hospital de San Juan de Dios de El Puerto de Santa María, Hermandad de los Afligidos,
El Puerto de Santa María, 2005.
16 Cfr. Rafael SÁNCHEZ GONZÁLEZ, “Los edificios conventuales”.
17 José Ramón BARROS CANEDA, Tesis doctoral “Arquitectura y urbanismo en El Puerto de Santa
María durante el siglo XIX”, Universidad de Sevilla 1995, 243-245.
18 Hasta la creación del obispado de Asidonia-Jerez, El Puerto de Santa María perteneció al
arzobispado de Sevilla. En este momento era arzobispo de Sevilla fray Ceferino González (1883-
1889). La bula papal de creación del obispado de Jerez es del 3.03.1980, y su primer obispo, D.
Rafael Bellido tomó posesión el 29.04.1980.
19 Alcalá, Estante 2, Caja 5, 12, 7v: Indicaciones sobre la fundación del Colegio de San Luis Gonzaga
en El Puerto de Santa María, 1863-1881, ff. 12-14.
20 Juan GÓMEZ FERNÁNDEZ, Formar hombres de bien. La enseñanza en El Puerto de Santa María en el
siglo XIX, Universidad, Cádiz 2006,71-85.
21 Archivo Municipal de El Puerto de Santa María [en adelante AMPSM], Desamortización (1868-
1869) leg. 2, año 1868.
22 Alcalá, E2, 5, 16: Resumen de la Historia de El Puerto…, 58.
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pergamino que certifica la autoría de las dos imágenes por Juan de Mesa en el año 1622, año de la
canonización de los dos santos jesuitas.
53 Francisco GONZÁLEZ LUQUE, “La Imagen de San Francisco Javier en la iglesia de San Francisco
de El Puerto de Santa María (I)”, Cruz de Guía, El Puerto de Santa María, marzo 2007, 16-19. http://
www.lahornacina.com/articulosmesa1.htm
54 En su base hay una plaquita metálica, que pone en dos líneas: «F. de Font y P. / ESCULTOR».
O sea, Francisco de Font y Pons, escultor. Es anterior a 1918. Es de las mejores imágenes de tipo
Salmón, con gran fuerza expresiva. Tiene un hermoso rostro con la barba partida. La túnica es
blanca con dorados, la capa, dorada, y el corazón, además de estar rodeado de llamas, despide
rayos. Agradezco estos datos sobre la imagen del Corazón de Jesús a Gabriel Verd.
55 El texto sigue con los otros regalos, empezando por una casulla bordada en oro.
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Altar de la Dolorosa
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Muerte del P. general Lorenzo Ricci y declaración de su inocencia, de José M.ª Rodríguez de Losada
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