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EXP. Nº 10.689
En fecha 21 de junio de 1994 las abogadas Zadia Montilla Collins y Carmen Collins
Harting, actuando con el carácter indicado, presentaron reforma del libelo de la demanda
Mediante Oficio Nº 214 de fecha 27 de octubre de 1994, el Juzgado del Distrito Sucre de
la Circunscripción Judicial del Estado Sucre, remitió al Juzgado de Sustanciación de esta
Sala la comisión que le fuera conferida.
A través de Oficio Nº 15 del 19 de enero de 1995, el Juzgado de Distrito del Distrito Sucre,
remitió al Juzgado de Sustanciación la comisión que le fue conferida.
Por auto del 30 de marzo de 1995, visto que en la contestación de la demanda el abogado
Joaquín Chafardet solicitó, de conformidad con lo previsto en el ordinal 5º del artículo 370
del Código de Procedimiento Civil, la intervención en este juicio de la sociedad mercantil
Seguros Caracas, C.A., el Juzgado de Sustanciación acordó citar al Presidente de dicha
compañía para que compareciera de acuerdo a lo establecido en el artículo 382 eiusdem. En
el mismo auto, dicho Juzgado de conformidad con lo previsto en el artículo 386 ibidem
suspendió la causa por el término de noventa (90) días continuos a partir del día en que fue
propuesta la cita en garantía.
Por diligencia de fecha 12 de julio de 1995, los abogados Joaquín Chaffardet Ramos y Luis
Edmundo Arias, actuando con el carácter antes indicado, solicitaron que en razón de la
sustitución del Presidente de la sociedad mercantil Seguros Caracas, C.A., se practicara la
citación en la persona del nuevo Presidente Víctor Meintjes.
Mediante auto del 18 de julio de 1995, el Juzgado de Sustanciación, previo cómputo de los
días transcurridos desde la proposición de la cita en garantía, negó la solicitud de prórroga e
indicó que la causa había quedado abierta a pruebas desde el 13 de junio de 1995.
En fecha 19 de julio de ese mismo año, el abogado Luis Edmundo Arias, actuando con el
carácter antes indicado, apeló del auto del Juzgado de Sustanciación mencionado supra.
Mediante diligencia del 8 de agosto de 1995, el abogado Luis Edmundo Arias, ratificó la
apelación del auto que negó la prórroga del término previsto en el artículo 386 del Código
de Procedimiento Civil.
El 13 de febrero de 1997, el abogado Santiago Celta Aponte, actuando con el carácter antes
indicado, solicitó que la citación de la compañía Seguros Caracas, C.A. se realizara por
correo certificado, lo cual fue acordado por el Juzgado de Sustanciación mediante auto del
18 de febrero de 1997.
El 8 de abril de 1997, los abogados Sergio Hidalgo Chirinos y Ana Elisa González,
inscritos en el Inpreabogado bajo los números 597 y 21.963, respectivamente, actuando en
representación de la Compañía Anónima Venezolana Seguros Caracas, contradijeron la cita
en garantía.
Mediante autos del 8 y 15 de mayo de 1997, se reservó hasta el día siguiente al lapso de
promoción de pruebas los escritos presentados por el apoderado de la Compañía Anónima
Electricidad de Oriente y por el apoderado del demandante, los días 7 y 14 de mayo de ese
mismo año, respectivamente.
Ese mismo día la abogada Evehelisse Harting Collins, actuando con el carácter acreditado
en autos, consignó renuncia del ciudadano Luis Emilio Monserrat al cargo de experto y
carta de aceptación del ciudadano Pío López Mieres, por lo que solicitaba se fijara
oportunidad para la aceptación de éste.
Por auto del 19 de noviembre de 1997, el Juzgado de Sustanciación negó los pedimentos
realizados por la apoderada de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, y acordó lo
solicitado por la parte actora, fijando el segundo día de despacho siguiente para el
nombramiento como experto del ciudadano Pío López Méndez.
El 25 de noviembre de 1997, oportunidad fijada para el nombramiento de experto,
compareció la abogada Evehelisse Harting Collins y designó al ciudadano Pio López
Mieres.
En fecha 27 de noviembre de 1997, la abogada Rahyza Peña Villafranca, apeló del auto del
Juzgado de Sustanciación del 19 de noviembre de 1997 y el 2 de diciembre del mismo año,
el Juzgado de Sustanciación oyó en un solo efecto la apelación interpuesta. Ese mismo día
tuvo lugar el acto de juramentación del experto Pio López Mieres.
El 20 de enero de 1998, la apoderada judicial de la parte demandada apeló del auto del “8
de enero de 1998”, y señaló las copias certificadas que deberían ser enviadas a la Sala a los
fines de la decisión de la apelación del auto del 19 de noviembre de 1997.
A través de comunicación del 21 de enero de 1998, la compañía Mediclin, C.A. rindió los
informes requeridos conforme al punto 3 del capítulo IV del escrito de promoción de
pruebas del actor.
Por oficios números 154-98 y 158-98, la Juez del Municipio Caroní del Segundo
Circuito del Estado Bolívar, remitió al Juzgado de Sustanciación las resultas de las
comisiones que le habían sido conferidas mediante los oficios números 843 y 842.
Mediante oficios números 286-98 y 305-98 el Juez del Municipio Caroní del
Segundo Circuito del Estado Bolívar, remitió las resultas de las comisiones que le habían
sido conferidas a través de los oficios números 835 y 844.
En fecha 8 de mayo de 1998, se recibió comunicación emitida por el Diario Correo del
Caroní, anexo a la cual se remitían varios ejemplares del mencionado diario con
informaciones relacionadas con el presente caso.
Mediante sentencia del 28 de mayo de 1998, esta Sala declaró extemporáneo el recurso de
apelación interpuesto por la demandada contra el auto del Juzgado de Sustanciación del 19
de noviembre de 1997.
El 18 de julio de 2002, la abogada Zadia Montilla Collins se dio por notificada del
auto de fecha 4 de junio de ese mismo año y solicitó la notificación de Instituto de
Medicina Forense adscrito al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas de la ciudad de Puerto Ordaz.
-I-
DE LA DEMANDA INTERPUESTA
Los pedimentos antes descritos son fundamentados por la parte actora sobre los
hechos y argumentos que a continuación se exponen:
Narran los apoderados del actor que el día 3 de julio de 1993, aproximadamente a
las 4:30 p.m. su representado se encontrada comiendo un “perro caliente” en un lugar
adyacente al Mini Lunch “Los Maracuchos”, expendedores de comida rápida, situado en la
acera próxima a la tienda Selemar en la carrera Upata, frente al Centro Comercial Trebol
III, en la ciudad de Puerto Ordaz, Distrito Caroní del Estado Bolívar, cuando
sorpresivamente ocurrió la explosión de un transformador eléctrico que se halla colocado
en plena vía pública, justo en la acera donde se encontraba su poderdante, el cual era
propiedad de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente.
Continúan indicando que al ocurrir la explosión, las llamas del swiche y el aceite
caliente, alcanzaron a su representado, ocasionándole quemaduras de tercer grado, en
ambas manos y en otras áreas del cuerpo.
Asimismo, alegan que en aquellos casos en que los daños se imputan a la acción de
una cosa, la responsabilidad se rige por el artículo 1.193 del Código Civil, en el que se
consagra la responsabilidad del guardián por el daño causado por las cosas inanimadas que
tenga bajo su custodia.
Además, aducen que su mandante para el momento del funesto suceso que le causó
quemaduras en sus brazos y manos, trauma psicológico y que lo incapacitó en su actividad
física y laboral por un año, no se encontraba ejecutando ningún acto sobre la cosa causante
del daño, como tampoco existía en ese momento señalización de “Peligro Alto Voltaje” que
pudiera prevenir a los transeúntes.
Finalmente como base legal de sus pretensiones, invocan los artículos 1.185, 1.196,
y 1.193 del Código Civil.
- II -
Los abogados Joaquín Fernando Chaffardet Ramos, Luis Edmundo Arias y Santiago
Celta Aponte, inscritos en el Inpreabogado bajo los números 43.408, 21.117 y 13.720,
actuando en representación de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente
(ELEORIENTE), dieron contestación a la demanda interpuesta en los términos siguientes:
1. En primer lugar, señalaron que el transformador que explotó no se
encontraban en plena vía pública, sino que estaba ubicado en un subterráneo, cuyo acceso
estaba protegido con una tapa metálica y con una cerradura.
Por otra parte, alegan que la aseveración hecha por la demandante, referida a la
existencia de la tanquilla, del transformador y al servicio de luz eléctrica que recibe el Mini
Lunch “Los Maracuchos”, pone de relieve que “terceros como son los vendedores
ambulantes de comidas y los buhoneros colocados en la vía pública de la Carrera Upata,
utilizan energía eléctrica de la tanquilla en la cual tuvo lugar el hecho”, lo cual evidencia
“...que las tomas ilegales para proveerse de energía eléctrica han podido tener
intervención decisiva en la ocurrencia del hecho que causó lesiones a su mandante...”,
concluyendo luego de referirse a las mencionadas tomas ilegales de electricidad que
“...tales prácticas acarrean problemas técnicos porque originan sobrecarga de todo el
sistema de distribución, pudiendo ocasionarse accidentes de distinta naturaleza, como el
que nos ocupa en el presente caso”. Todo lo cual, expone la demandada, constituye la
existencia de una causa extraña no imputable.
2.- En otro orden de ideas, señalan que las estimaciones del daño realizadas por la
parte actora son caprichosas e infundadas, lo cual se evidencia de la diferencia existente en
cuanto al daño moral reclamado en el libelo de demanda introducido originalmente y en el
reformado consignado posteriormente, por cuanto en el primero se estimaba el daño moral
sufrido por el demandante y sus padres en la cantidad de catorce millones de bolívares,
mientras que en el segundo se reclaman diecisiete millones de bolívares únicamente para el
actor con exclusión de sus padres.
En este sentido indicaron que CADAFE tenía contratadas diversas pólizas de seguro
para cubrir los riesgos de sus instalaciones, entre las cuales se encontraba la Póliza de
Responsabilidad Civil General Nº RCG-15431, con la empresa aseguradora Seguros
Caracas, por lo que de conformidad con lo previsto en el artículo 370, ordinal 5º, en
concordancia con el artículo 382 del Código de Procedimiento Civil, solicitaban que dicha
compañía de seguros fuera citada en garantía para que respondiera por los daños
presuntamente sufridos por el demandante.
– III –
Además, indican que dicha póliza fue emitida bajo la modalidad de coaseguro con
otras compañías aseguradoras del mercado local, siendo su representada la líder o abridora,
en un porcentaje del 25 % del monto asegurado, por lo que sólo podría responder en caso
de condenatoria por la suma de Bs.12.500.000,00.
- IV -
DE LAS PRUEBAS
1. Conjuntamente con el libelo de la demanda la parte actora consignó los
siguientes documentos:
e) Certificación emitida por el Dr. Luis Emilio Monserrat Lugo, referida al costo de
la operación en los pliegues interdigitales de ambas manos, necesitada por el paciente
Douglas Olivieri Leiva (folio 40).
l) Copia simple de constancia médica suscrita por la Dra. Leslie Medina Nava, de
fecha 4 de octubre de 1993, en la que se indica que Douglas Olivieri Leiva presenta
secuelas de quemaduras de tercer grado en ambas manos (folio 49).
m) Original de constancia médica emitida por la Dra. Leslie Medina Nava, de fecha
16 de agosto de 1993, en la que se señala que Douglas Olivieri Leiva fue intervenido
quirúrgicamente por presentar quemaduras de tercer grado en ambas manos (folio 50).
- Desde cuando era empleado de esa empresa el ciudadano Douglas Olivieri Leiva.
No existe constancia en autos de que la empresa antes mencionada hubiera rendido los
informes requeridos.
d) A la empresa Mediclin, C.A., para que informe sobre los siguientes hechos:
Conforme consta a los folios 133 al 149 de la segunda pieza del expediente, el informe
producto de esta experticia fue consignado en autos el 31 de marzo de 1998.
7. Como prueba libre, la parte actora promovió las fotografías que cursan al
folio 38 y su vuelto, y las siguientes publicaciones:
De igual forma como prueba libre, fueron promovidas por el demandante las
siguientes:
La prueba de informes señalada en el punto a) que antecede fue inadmitida por el Juzgado
de Sustanciación, al declarar éste con lugar la oposición que de la misma realizó la parte
actora.
-V-
PUNTO PREVIO
En tal sentido, se observa que en el auto en referencia el Juzgado de Sustanciación, ante una
petición realizada el 14 de enero de 1998 por la abogada Evehelisse Harting en
representación del demandante, ordenó reabrir por quince días de despacho el lapso de
evacuación de pruebas, en virtud de la imposibilidad de lograr la citación de los expertos
designados Rodrigo Chávez y Norelys Yépez. Asimismo, en dicho auto se designaron
nuevos expertos y se acordó su notificación por boleta.
Así las cosas, visto que la imposibilidad de notificar a los expertos designados
originalmente por el tribunal, no fue imputable a la parte actora, esta Sala a la luz de lo
previsto en el artículo 202 eiusdem que establece la posibilidad de reabrir los términos o
lapsos procesales “...en los casos expresamente determinados por la ley, o cuando una
causa no imputable a la parte que lo solicite lo haga necesario”, considera que el auto
recurrido está totalmente ajustado a derecho, por lo que declara sin lugar la apelación
ejercida el 20 de enero de 1998, por la abogada Rahyza Peña Villafranca en representación
de la demandada. Así se decide.
-VI-
Una vez analizados los alegatos de las partes y las pruebas que constan en autos,
corresponde a la Sala emitir un pronunciamiento sobre el asunto sometido a su
consideración, a tal efecto observa lo siguiente:
A tal fin se observa, que el demandante fundamenta sus pretensiones en los artículos
1.185, 1.196 y 1.193 del Código Civil, los cuales aluden a la responsabilidad por hecho
ilícito, a la extensión de dicha responsabilidad y a la responsabilidad de los guardianes por
los daños causados por las cosas que tienen bajo su guarda.
Así las cosas, con base en la experticia médica y en los informes traídos a los autos
como consecuencia del auto para mejor proveer emitido por esta Sala, este Máximo
Tribunal considera suficientemente demostrado en el presente proceso tanto el daño y
sufrimiento físico padecido por el actor en virtud del accidente antes descrito, así como, las
consecuencias perjudiciales que han permanecido en el tiempo y que se traducen en la
incapacidad parcial del demandante para desenvolverse en su vida cotidiana y para
desempeñarse productivamente en la sociedad.
De esta forma, tomando en consideración el contenido del artículo 1.193 del Código
Civil, según el cual “Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene
bajo su guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de la víctima,
por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor”, y el régimen general de la
responsabilidad del Estado previsto en la Constitución de 1961 aplicable ratione temporis,
se concluye que en principio, salvo la verificación de uno de los eximentes regulados en el
precepto transcrito, la compañía demandada es la responsable por los daños derivados del
accidente varias veces descrito en la presente decisión, por cuanto el mismo tuvo lugar con
ocasión del funcionamiento de la actividad de distribución de energía eléctrica a cargo de
una empresa del Estado ELEORIENTE y por la explosión de un equipo que se encontraba
bajo la guarda de ésta.
Ante tal situación, esta Sala a la luz de las disposiciones atinentes a la carga de la
prueba, contenidas en el artículo 1.354 del Código Civil y 506 del Código de
Procedimiento Civil, debe forzosamente concluir que las circunstancias eximentes alegadas
por la demandada no fueron debidamente demostradas en el presente juicio, por lo que a
tenor de lo previsto en el artículo 47 del Texto Constitucional de 1961, vigente para el
momento en que ocurrieron los hechos, y en el artículo 1.193 del Código Civil, la compañía
anónima ELEORIENTE es responsable por los hechos dañosos derivados del accidente
anteriormente descrito. Así se decide.
Así dado que la póliza fue adquirida por la Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE), la misma según los términos que conforman el documento
que la contiene, sólo cubre o garantiza los daños a terceros imputables a dicha sociedad
mercantil, sin abarcar aquellos cuya responsabilidad corresponda a la demandada en el
presente juicio.
Así, conforme al criterio anterior los daños y perjuicios que pueden ser objeto de
reclamación en casos como el presente se extienden a los extremos contemplados en el
artículo 1.273 del Código Civil (lucro cesante y daño emergente), cuyo tenor es el
siguiente:
Sin embargo, tal constancia no sólo fue impugnada y desconocida por los
representantes judiciales de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, en la
oportunidad de la contestación de la demanda, sino que además, el actor no promovió la
testimonial del representante legal de la empresa conforme a lo previsto en el artículo 431
del Código de Procedimiento Civil, por emanar el mencionado documento de una persona
jurídica que no es parte en el proceso, limitándose a promover la prueba de informes
prevista en el artículo 433 eiusdem, sin que ésta llegara a evacuarse dentro del lapso
probatorio del presente juicio, por lo que la Sala estima que no fueron demostrados los
extremos necesarios para acordar el pago del lucro cesante reclamado por el actor. Así se
decide.
5. Con relación al daño moral demandado, resulta evidente para esta Sala que, si
bien el sufrimiento físico y la afección psíquica que ha padecido Douglas Olivieri Leiva
como consecuencia del desafortunado accidente antes descrito en el presente fallo, no son
susceptibles de ser pagados mediante una suma de dinero, las indemnizaciones que por este
concepto son acordadas tienen realmente por finalidad compensar mas no resarcir la pena
padecida por las personas afectadas por este tipo de sucesos, en virtud de lo cual,
considerando el dolor físico y el padecimiento psíquico que las quemaduras sufridas le han
ocasionado al actor, así como la incapacidad parcial y el defecto estético que las mismas
produjeron, este Máximo Tribunal considera apropiado ordenar el pago de una
indemnización al demandante por la cantidad de CIEN MILLONES DE BOLIVARES
(Bs.100.000.000,oo). Así se decide.
Cabe destacar que las cantidades referidas son acordadas en razón de los
argumentos hasta aquí expuestos y, en la espera que sean aprovechadas por la parte actora
en los tratamientos e intervenciones quirúrgicas que amerita para disminuir la incapacidad
parcial y lesiones físicas que padece.
- VII -
DECISIÓN
La Presidenta
La Vicepresidenta,
Los Magistrados,
La Secretaria (E),
En cinco (05) de octubre del año dos mil cinco, se publicó y registró la anterior
sentencia bajo el Nº 05819, la cual no está firmada por el Magistrado Emiro García
Rosas, por no estar presente en la Sesión por motivos justificados.
La Secretaria (E),