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MAGISTRADO PONENTE: LEVIS IGNACIO ZERPA

EXP. Nº 10.689

En fecha 21 de abril de 1994, las abogadas Zadia Montilla Collins y Carmen


Collins Harting, inscritas en el Inpreabogado bajo los números 17.696 y 10.550,
respectivamente, actuando en representación del ciudadano DOUGLAS OLIVIERI
LEIVA, titular de la cédula de identidad Nº 9.938.726, interpusieron demanda de
responsabilidad contra la COMPAÑÍA ANÓNIMA ELECTRICIDAD DE ORIENTE
(ELEORIENTE), domiciliada en la ciudad de Cumaná, inscrita en el Registro Mercantil
Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Sucre el 18 de marzo de 1993, bajo el Nº
39, tomo A-6.

Por auto del 25 de mayo de 1994, el Juzgado de Sustanciación admitió la demanda


interpuesta cuanto ha lugar en derecho, y ordenó emplazar a la Compañía Anónima
Electricidad de Oriente (ELEORIENTE), en la persona de su Presidente (Encargado)
ciudadano Fernando Yánez. Asimismo, se ordenó notificar al Procurador General de la
República.

En fecha 21 de junio de 1994 las abogadas Zadia Montilla Collins y Carmen Collins
Harting, actuando con el carácter indicado, presentaron reforma del libelo de la demanda

El 6 de julio de 1994, el Juzgado de Sustanciación, vista la demanda interpuesta y la


reforma de la misma, la admitió cuanto ha lugar en derecho; ordenó emplazar al ciudadano
Fernando Yánez, en su carácter de Presidente (E) de la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente, y notificar al Procurador General de la República. En el mismo auto el Juzgado de
Sustanciación comisionó al Juzgado de Distrito del Distrito Sucre del Estado Sucre con
sede en la ciudad de Cumaná para que practicara la referida citación.
En fecha 9 de agosto de 1994, el alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó en un
folio útil recibo firmado por el Director General de la Procuraduría General de la República
de la notificación que se le hizo de la demanda interpuesta.

Mediante Oficio Nº 214 de fecha 27 de octubre de 1994, el Juzgado del Distrito Sucre de
la Circunscripción Judicial del Estado Sucre, remitió al Juzgado de Sustanciación de esta
Sala la comisión que le fuera conferida.

Por diligencia del 16 de noviembre de 1994, la abogado Zadia Montilla Collins, en su


carácter de apoderada del demandante solicitó se comisionara al Juzgado de Distrito del
Distrito Sucre, para que practicara nuevamente la citación del Presidente de la Compañía
Anónima Electricidad de Oriente, lo cual fue acordado por auto del Juzgado de
Sustanciación del 17 de noviembre de 1994.

El 14 de diciembre de 1994, el alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó recibo de


Domesa Nº 4064182, en el que constaba la remisión de la comisión antes señalada al Juez
del Distrito Sucre.

A través de Oficio Nº 15 del 19 de enero de 1995, el Juzgado de Distrito del Distrito Sucre,
remitió al Juzgado de Sustanciación la comisión que le fue conferida.

En fecha 14 de marzo de 1995, el abogado Joaquín Chafardet, inscrito en el Inpreabogado


bajo el Nº 43.408, actuando como apoderado de la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente, consignó documento poder que acredita su representación, escrito de contestación
a la demanda incoada y copia fotostática de la póliza de seguros de responsabilidad civil
general Nº R.C.G-15431.

Por auto del 30 de marzo de 1995, visto que en la contestación de la demanda el abogado
Joaquín Chafardet solicitó, de conformidad con lo previsto en el ordinal 5º del artículo 370
del Código de Procedimiento Civil, la intervención en este juicio de la sociedad mercantil
Seguros Caracas, C.A., el Juzgado de Sustanciación acordó citar al Presidente de dicha
compañía para que compareciera de acuerdo a lo establecido en el artículo 382 eiusdem. En
el mismo auto, dicho Juzgado de conformidad con lo previsto en el artículo 386 ibidem
suspendió la causa por el término de noventa (90) días continuos a partir del día en que fue
propuesta la cita en garantía.

El 6 de junio de 1995, el alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó recibo de fecha 5


de junio de ese mismo año, firmado por el Director General de la Procuraduría General de
la República con motivo de la notificación que se le hizo.

Mediante auto del 8 de junio de 1995, el Juzgado de Sustanciación corrigió un error en el


que había incurrido en el auto del 30 de marzo de 1995, respecto al nombre del Presidente
de la sociedad mercantil Seguros Caracas, C.A. y acordó, en consecuencia, realizar
nuevamente la citación de la referida compañía en la persona de su Presidente ciudadano
Gilberto Marves.
En fecha 14 de junio de 1995, el alguacil del Juzgado de Sustanciación ante la
imposibilidad de realizar la citación del Presidente de la sociedad mercantil Seguros
Caracas, C.A. consignó la compulsa que le había sido entregada para tal fin.

En escrito presentado el 27 de junio de 1995, los abogados Joaquín Fernando Chaffardet


Ramos, Diógenes Santiago Celta Aponte y Luis Edmundo Arias, los dos últimos inscritos
en el Inpreabogado bajo los números 13.720 y 21.117, respectivamente, actuando en
representación de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, solicitaron que de
conformidad con el artículo 219 del Código de Procedimiento Civil se practicara la citación
de Seguros Caracas, C.A. por correo certificado con aviso de recibo; y que en virtud del
vencimiento del término de 90 días de suspensión acordado por el Juzgado de
Sustanciación de conformidad con el artículo 386 eiusdem, se prorrogara el referido
término a fin de que se practicara la cita en garantía solicitada.

Por diligencia de fecha 12 de julio de 1995, los abogados Joaquín Chaffardet Ramos y Luis
Edmundo Arias, actuando con el carácter antes indicado, solicitaron que en razón de la
sustitución del Presidente de la sociedad mercantil Seguros Caracas, C.A., se practicara la
citación en la persona del nuevo Presidente Víctor Meintjes.

Mediante auto del 18 de julio de 1995, el Juzgado de Sustanciación, previo cómputo de los
días transcurridos desde la proposición de la cita en garantía, negó la solicitud de prórroga e
indicó que la causa había quedado abierta a pruebas desde el 13 de junio de 1995.

En fecha 19 de julio de ese mismo año, el abogado Luis Edmundo Arias, actuando con el
carácter antes indicado, apeló del auto del Juzgado de Sustanciación mencionado supra.

Por escritos presentados el 25 de julio de 1995, los apoderados judiciales de la Compañía


Anónima Electricidad de Oriente y de la parte actora, presentaron sus respectivos escritos
de promoción de pruebas.

El 1º de agosto de 1995, la abogada Evehelisse Harting, inscrita en el Inpreabogado bajo el


Nº 52.188, actuando en representación de la parte actora, presentó escrito de oposición a las
pruebas promovidas por los apoderados judiciales de la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente.

Mediante diligencia del 8 de agosto de 1995, el abogado Luis Edmundo Arias, ratificó la
apelación del auto que negó la prórroga del término previsto en el artículo 386 del Código
de Procedimiento Civil.

En fecha 9 de agosto de 1995, el Juzgado de Sustanciación oyó la apelación interpuesta y


acordó remitir el expediente a la Sala a los fines del pronunciamiento correspondiente.

Con ponencia de la Magistrada Hildegard Rondón de Sansó, el 11 de julio de 1996, se


declaró con lugar la apelación interpuesta por los apoderados judiciales de la Compañía
Anónima Electricidad de Oriente, contra el auto dictado por el Juzgado de Sustanciación en
fecha 18 de julio de 1995, en consecuencia, se revocó el mencionado auto y se repuso la
causa al estado de admisión de la cita en garantía de la empresa Seguros Caracas, C.A.,
previéndose la reanudación de la causa para el día de despacho siguiente a la última
contestación de cita que se hubiere propuesto.

El 18 de julio de 1996 se pasó el expediente al Juzgado de Sustanciación, y el 30 de ese


mismo mes y año, dicho Juzgado, vista la decisión antes referida, acordó notificar a las
partes conforme a lo establecido en el artículo 233 del Código de Procedimiento Civil, y
posteriormente citar a la empresa Seguros Caracas, C.A. en la persona de su Presidente
ciudadano Guillermo Marves. En ese mismo auto, el Juzgado de Sustanciación, indicó que
una vez que constara en autos la última de las notificaciones ordenadas a las partes, la causa
quedaría suspendida por el término de noventa (90) días continuos.

Por diligencia presentada el 24 de septiembre de 1996, la abogada Zadia Montilla Collins,


se dio por notificada y solicitó se librara boleta de notificación a cualquiera de los
representantes judiciales de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente.

En fecha 31 de octubre de 1996, la abogada Evehelisse Harting, actuando en representación


del demandante, solicitó que la demandada fuera notificada en la dirección señalada por
ésta como domicilio procesal en el escrito de contestación de la demanda.

El 17 de diciembre de 1996, el Alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó el recibo


firmado por el abogado Santiago Celta Aponte, representante judicial de la Compañía
Anónima Electricidad de Oriente con motivo de la notificación que se le hizo.

Mediante escrito presentado el 15 de enero de 1997, el abogado Diógenes Santiago Celta


Aponte, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 13.720, señaló la dirección de la empresa
Seguros Caracas, C.A. y solicitó que la citación de la misma se realizara en la persona de
Víctor Meintjes. Lo cual fue acordado por auto del Juzgado de Sustanciación del 16 de
enero de 1997.

En fecha 12 de febrero de 1997, el alguacil del Juzgado de Sustanciación, ante la


imposibilidad de realizar la citación personal del Presidente de la referida compañía
aseguradora, consignó la compulsa que con tal fin se le había entregado.

El 13 de febrero de 1997, el abogado Santiago Celta Aponte, actuando con el carácter antes
indicado, solicitó que la citación de la compañía Seguros Caracas, C.A. se realizara por
correo certificado, lo cual fue acordado por el Juzgado de Sustanciación mediante auto del
18 de febrero de 1997.

En fecha 1º de abril de 1997, se recibió en el Juzgado de Sustanciación el aviso de recibo de


citaciones y notificaciones Nº 045158 del Instituto Postal Telegráfico de Venezuela,
constando en el mismo que la citación había sido recibida el 21 de marzo de 1997.

El 8 de abril de 1997, los abogados Sergio Hidalgo Chirinos y Ana Elisa González,
inscritos en el Inpreabogado bajo los números 597 y 21.963, respectivamente, actuando en
representación de la Compañía Anónima Venezolana Seguros Caracas, contradijeron la cita
en garantía.

Mediante autos del 8 y 15 de mayo de 1997, se reservó hasta el día siguiente al lapso de
promoción de pruebas los escritos presentados por el apoderado de la Compañía Anónima
Electricidad de Oriente y por el apoderado del demandante, los días 7 y 14 de mayo de ese
mismo año, respectivamente.

Por diligencia presentada el 22 de mayo de 1997, la abogada Evehelisse Harting Collins,


ratificó el escrito de oposición de pruebas antes presentado que cursa a los folios 236 al 239
del presente expediente.

El 5 de junio de 1997, los abogados Evehelisse Harting Collins y Joaquín Chafardett,


actuando con el carácter de apoderados del actor la primera y de la demandada el segundo,
expusieron que habían convenido en suspender la presente causa desde esa fecha hasta el
30 de julio de 1997 inclusive, en consecuencia, el día 10 del mismo mes y año, el Juzgado
de Sustanciación declaró suspendida la causa por el lapso acordado por las partes.

A través de auto del 30 de septiembre de 1997, el Juzgado de Sustanciación, visto el


escrito de promoción de pruebas presentado por la abogada Evehelisse Harting Collins,
actuando como apoderada del actor, admitió las siguientes pruebas: las documentales
indicadas en los capítulos I y II del mencionado escrito; el reconocimiento por vía
testimonial solicitado en el capítulo III; las solicitudes de informes contenidas en el capítulo
IV; la experticia médica promovida en el capítulo V; las fotografías, publicaciones y los
documentos privados sin firma, consignados por el promovente e indicados en el capítulo
VI del escrito de promoción; y la testimonial promovida en el capítulo VII referente al
testigo calificado, Ingeniero Carlos Castillo. En ese mismo auto, el Juzgado de
Sustanciación declaró inadmisible la inspección judicial promovida en el capítulo VII del
aludido escrito.

El 30 de septiembre de 1997, el Juzgado de Sustanciación, visto el escrito de promoción de


pruebas, presentado por el abogado Santiago Celta actuando como apoderado de la
compañía anónima Electricidad de Oriente, y visto igualmente el escrito de oposición
consignado por la representación del demandante, declaró con lugar la oposición
interpuesta y en consecuencia inadmisible la prueba de informes promovida en el capítulo
IV del escrito de pruebas de la empresa demandada. A su vez, el mencionado Juzgado
admitió las pruebas documentales indicadas en los capítulos I y II del aludido escrito; las
testimoniales promovidas en el capítulo III, y la solicitud de informes contenida en el
capítulo IV.

En fecha 2 de octubre de 1997, oportunidad fijada para el nombramiento de expertos, se


declaró desierto el acto conforme lo previsto en el artículo 457 del Código de
Procedimiento Civil.

Por diligencia presentada el 8 de octubre de 1997, la abogada Evehelisse Harting,


apoderada de la parte actora solicitó que por cuanto el auto de admisión de pruebas había
sido dictado fuera del lapso previsto en el artículo 398 eiusdem, se notificara del mismo a la
parte demandada a los fines de garantizar su derecho a la defensa; que se comisionara un
Juzgado con competencia en la ciudad de San Félix, Estado Bolívar, a fin de que se
practicara la prueba de experticia médica y a un tribunal competente en la ciudad de Puerto
Ordaz, de ese mismo estado, para evacuar la prueba de reconocimiento por vía testimonial.
De igual forma, solicitó que se comisionara un Juzgado con competencia en la mencionada
ciudad de Puerto Ordaz para la evacuación de las pruebas referentes a las fotografías, luego
de la admisión de la testimonial del autor de las mismas y que los negativos de dichas
fotografías fueran revelados por experto designado por el Juzgado de Sustanciación.
Finalmente, en la diligencia en referencia, la representación del actor solicitó que se fijara
nueva oportunidad para nombrar experto, en caso que se desechara la petición de
comisionar un juzgado competente en la ciudad de San Félix, Estado Bolívar, y que se
suspendiera la causa desde el 30 de septiembre de 1997, hasta que conste la notificación de
la parte demandada.

Mediante auto del 15 de octubre de 1997, el Juzgado de Sustanciación negó la solicitud de


suspensión de la causa; desechó la solicitud de librar comisión a un Juzgado con
competencia en San Félix, Estado Bolívar; fijó nueva fecha para el nombramiento de
expertos; comisionó al Juzgado de Distrito del Distrito Caroní de la Circunscripción
Judicial del Estado Bolívar, para la evacuación de las testimoniales sobre reconocimiento
de documentos, y declaró improcedente el requerimiento de comisionar a un tribunal con
sede en Puerto Ordaz, Estado Bolívar, para que evacuara la testimonial del autor de las
fotografías que cursan en el expediente, así como también la solicitud de que se designara
experto para el revelado de los negativos de dichas fotografías.

El 21 de octubre de 1997, se realizó el nombramiento de los expertos, fijándose la


oportunidad correspondiente para el acto de aceptación y juramentación.

En fecha 28 de octubre de 1997, la abogada Rahyza Peña Villafranca, inscrita en el


Inpreabogado bajo el Nº 31.682, consignó poder que acredita su carácter de apoderada
judicial de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente.

Ese mismo día la abogada Evehelisse Harting Collins, actuando con el carácter acreditado
en autos, consignó renuncia del ciudadano Luis Emilio Monserrat al cargo de experto y
carta de aceptación del ciudadano Pío López Mieres, por lo que solicitaba se fijara
oportunidad para la aceptación de éste.

Mediante diligencia presentada el 30 de octubre de 1997, la abogada Rahyza Peña


Villafranca, actuando en representación de la demandada se opuso a la solicitud de la parte
actora, pidiendo que el nombramiento del nuevo experto fuera realizado por el Juez, y
subsidiariamente, en caso que se acordara a la parte actora realizar el nombramiento
solicitado, se diera igual oportunidad a su representada para realizar el nombramiento de un
experto.

Por auto del 19 de noviembre de 1997, el Juzgado de Sustanciación negó los pedimentos
realizados por la apoderada de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, y acordó lo
solicitado por la parte actora, fijando el segundo día de despacho siguiente para el
nombramiento como experto del ciudadano Pío López Méndez.
El 25 de noviembre de 1997, oportunidad fijada para el nombramiento de experto,
compareció la abogada Evehelisse Harting Collins y designó al ciudadano Pio López
Mieres.

En fecha 27 de noviembre de 1997, la abogada Rahyza Peña Villafranca, apeló del auto del
Juzgado de Sustanciación del 19 de noviembre de 1997 y el 2 de diciembre del mismo año,
el Juzgado de Sustanciación oyó en un solo efecto la apelación interpuesta. Ese mismo día
tuvo lugar el acto de juramentación del experto Pio López Mieres.

Mediante comunicación recibida en el Juzgado de Sustanciación el 18 de diciembre de


1997, el Presidente de la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico
(CADAFE), rindió el informe que le había sido solicitado conforme al capítulo IV del
escrito de promoción de pruebas de la parte demandada.

En fecha 7 de enero de 1998, se recibió en el referido Juzgado la comunicación Nº 2324,


por medio de la cual el Presidente del Fondo de Inversiones de Venezuela presentaba los
informes que le habían sido requeridos en el capítulo IV del escrito de promoción de
pruebas de la parte demandada.

Por diligencia presentada el 14 de enero de 1998, la abogada Evehelisse Harting, actuando


con el carácter antes indicado, solicitó la reapertura del lapso probatorio a los fines de la
evacuación de la prueba de experticia, lo cual fue acordado mediante auto del 15 de enero
de 1998, en el cual además, ante la imposibilidad de localizar a los expertos designados, se
nombró como nuevos expertos a los ciudadanos Ramón Zapata y Maxime Acquatella.

El 20 de enero de 1998, la apoderada judicial de la parte demandada apeló del auto del “8
de enero de 1998”, y señaló las copias certificadas que deberían ser enviadas a la Sala a los
fines de la decisión de la apelación del auto del 19 de noviembre de 1997.

En fecha 21 de enero de 1998, el Juzgado de Sustanciación oyó en un solo efecto la


apelación realizada por la abogada de la parte demandada del auto dictado el 15 de enero de
1998.

A través de comunicación del 21 de enero de 1998, la compañía Mediclin, C.A. rindió los
informes requeridos conforme al punto 3 del capítulo IV del escrito de promoción de
pruebas del actor.

El 10 de febrero de 1998, tuvo lugar la juramentación de los expertos.

En fecha 5 de febrero de 1998, el Juzgado de Sustanciación remitió a la Sala las


copias certificadas relacionadas con la apelación interpuesta por la abogada Rahyza Peña
Villafranca, contra el auto del Juzgado de Sustanciación del 15 de enero de 1998.

Por oficios números 154-98 y 158-98, la Juez del Municipio Caroní del Segundo
Circuito del Estado Bolívar, remitió al Juzgado de Sustanciación las resultas de las
comisiones que le habían sido conferidas mediante los oficios números 843 y 842.
Mediante oficios números 286-98 y 305-98 el Juez del Municipio Caroní del
Segundo Circuito del Estado Bolívar, remitió las resultas de las comisiones que le habían
sido conferidas a través de los oficios números 835 y 844.

El 17 de marzo de 1998, los médicos Maxime Acquatela y Ramón Zapata


representando a la comisión pericial solicitaron prórroga de cinco días a fin de consignar el
informe, lo cual fue acordado al día siguiente por el Juzgado de Sustanciación, y en fecha
31 de marzo de 1998, los médicos antes indicados consignaron el informe pericial.

Por diligencia presentada el 15 de abril de 1998, la apoderada judicial de la


demandada solicitó que en virtud del vencimiento del lapso de evacuación de pruebas se
pasara el expediente a la Sala, lo cual fue acordado por auto del 21 de abril del mismo año.

El 23 de abril de 1998, se designó ponente a la Magistrada Josefina Calcaño de Temeltas y


se fijó el quinto día de despacho siguiente para comenzar la relación.

En fecha 8 de mayo de 1998, se recibió comunicación emitida por el Diario Correo del
Caroní, anexo a la cual se remitían varios ejemplares del mencionado diario con
informaciones relacionadas con el presente caso.

El 21 de mayo de 1998, oportunidad fijada para el acto de informes, compareció la abogada


Zaida Montilla Collins en representación del recurrente, y consignó su respectivo escrito de
informes.

Mediante sentencia del 28 de mayo de 1998, esta Sala declaró extemporáneo el recurso de
apelación interpuesto por la demandada contra el auto del Juzgado de Sustanciación del 19
de noviembre de 1997.

En fecha 14 de julio de 1998, se dijo “Vistos”.

El 21 de octubre de 1998, el abogado Benjamin Klahr Z. inscrito en el Inpreabogado


bajo el Nº 11.471, actuando en representación de la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente, consignó escrito de informes.

Por diligencia del 14 de enero de 1999, la abogada Evehelisse Harting Collins,


actuando en representación del actor solicitó que el informe presentado por el apoderado
de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, fuera desestimado en virtud de su
evidente extemporaneidad.

En fecha 26 de enero de 1999, en virtud de la reconstitución de la Sala se reasignó


la ponencia al Magistrado Hermes Harting.

El 23 de febrero de ese mismo año, el Magistrado Hermes Harting se inhibió de


conocer la presente causa, siendo declarada la procedencia de la misma por auto del 25 de
febrero de 1999. Ese mismo día se ordenó proceder a la convocatoria del respectivo
suplente o conjuez.

A través de diligencia del 2 de marzo de 1999, la abogada Evehelisse Harting


solicitó que la presente causa fuera acumulada al juicio contenido en el expediente Nº
10.690. Dicha solicitud se declaró improcedente en la sentencia Nº 1.386 del 15 de junio de
2002, dictada en la causa contenida en el expediente Nº 10.690 .

Mediante comunicación de fecha 21 de abril de 1999, la tercer suplente Belén


Ramírez Landaeta aceptó la convocatoria que se le hizo para conformar la Sala Accidental
que habría de seguir conociendo del presente juicio.

En fecha 11 de mayo de 1999, se constituyó la Sala Accidental, designándose


ponente a la Magistrada Belén Ramírez Landaeta.

El 26 de mayo de 1999, el abogado Benjamin Klahr actuando con el carácter antes


indicado presentó un escrito de “complemento de los Informes consignados el 01 de
octubre de 1998”.

Mediante comunicación recibida en la Sala el 21 de diciembre de 1999, el cuarto suplente,


Gustavo Urdaneta Troconis aceptó la convocatoria que se le realizara para constituir la Sala
Accidental que habría de conocer de la presente causa.

En fecha 16 de febrero de 2000, la abogada Zadia Montilla Collins, actuando en


presentación del demandante, solicitó se dictara sentencia en el presente juicio.

El 17 de febrero de 2000, en virtud del cambio en la estructura y denominación de


éste Máximo Tribunal, y de la toma de posesión de los cargos como integrantes de la Sala
Político-Administrativa de los Magistrados Carlos Escarrá Malavé, José Rafael Tinoco y
Levis Ignacio Zerpa, se designó ponente a éste último y se ordenó la continuación de la
causa.

Por diligencia de 12 de diciembre de 2000, la abogada Zadia Montilla Collins,


ratificó su solicitud de celeridad procesal.
En fecha 21 de diciembre de 2001, ante la incorporación de los nuevos Magistrados
Yolanda Jaimes Guerrero y Hadel Mostafá Paolini se ordenó la continuación de la causa en
el estado en que se encontraba.

El 20 de febrero de 2001, el apoderado judicial de ELEORIENTE, presentó escrito


realizando consideraciones, adjunto al cual consignó copia simple de la sentencia Nº 1.386,
dictada por esta Sala el 15 de junio de 2000.

En fecha 19 de junio de 2001, la abogada Zadia Montilla Collins presentó escrito


solicitando sentencia y replicando los argumentos expuestos por el representante de la
demandada en el escrito arriba mencionado.

A través de diligencia del 9 de agosto de 2001, el abogado Hermes Harting Collins,


inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 62.599, consignó poder que acredita su carácter de
representante judicial del actor y mediante diligencias del 7 de febrero y 19 de marzo de
2002, el referido abogado en representación del actor solicitó se dictara sentencia en la
presente causa.

En fecha 2 de abril de 2002, la abogada Zadia Montilla Collins actuando con el


carácter antes indicado solicitó a la Sala dictara sentencia en el presente juicio.

Por auto del 4 de junio de 2002, la Sala requirió al demandante la presentación de


un informe del Instituto de Medicina Forense adscrito al Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas, en el cual se detallara el alcance de los daños físicos
sufridos por el accionante por el accidente que dio origen a la interposición de la presente
demanda.

El 18 de julio de 2002, la abogada Zadia Montilla Collins se dio por notificada del
auto de fecha 4 de junio de ese mismo año y solicitó la notificación de Instituto de
Medicina Forense adscrito al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas de la ciudad de Puerto Ordaz.

En fecha 30 de julio de 2002, el Alguacil de la Sala consignó recibo firmado por el


ciudadano Jairo Silva adscrito a la Dirección Instituto de Medicina Forense adscrito al
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.

El 6 de agosto de 2002, el abogado Hermes Harting Collins, actuando en condición


de correo especial consignó el informe médico que acredita el estado para ese momento del
demandante, emanado del Instituto de Medicina Forense del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas, e informe médico emitido por el Médico Fisiatra Pio
López Mieres. Ese mismo día, el mencionado abogado solicitó se dictara sentencia en la
presente causa.

En fechas 18 de marzo y 2 de septiembre de 2003, el abogado Hermes Harting


Collins, actuando en representación del actor requirió nuevamente que se dictara sentencia
en el presente caso.

Por diligencia presentada el 11 de septiembre de 2003, la abogada Zadia Montilla


Collins actuando en representación del demandante, solicitó en virtud del tiempo
transcurrido en el presente proceso que la indemnización requerida fuera indexada.

Mediante diligencia de fecha 1 de septiembre de 2004, la abogada Zadia Montilla


Collins, actuando con el carácter antes indicado, solicitó que se dictara sentencia en el
presente proceso, visto que ya habían sido consignados en autos los informes médicos y
forenses requeridos por la Sala, en los que se detalla el estado de su representado.

En fecha 17 de enero de 2005, se incorporaron a esta Sala Político-Administrativa


del Tribunal Supremo de Justicia, los Magistrados Emiro García Rosas y Evelyn Marrero
Ortíz, designados por la Asamblea Nacional el 13 de diciembre de 2004, quedando
integrada esta Sala por cinco Magistrados, conforme a lo dispuesto en el artículo 2 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela,
a saber: Presidente, Magistrado Levis Ignacio Zerpa; Vicepresidente, Magistrado Hadel
Mostafá Paolini y Magistrados Yolanda Jaimes Guerrero, Evelyn Marrero Ortíz y Emiro
García Rosas.

Posteriormente, en fecha 02 de febrero de 2005, fue elegida la nueva Junta Directiva


del Tribunal Supremo de Justicia, quedando conformada la Sala Político-Administrativa de
la siguiente forma: Presidenta, Magistrada Evelyn Marrero Ortíz; Vicepresidenta,
Magistrada Yolanda Jaimes Guerrero; Magistrados Levis Ignacio Zerpa, Hadel Mostafá
Paolini y Emiro García Rosas.
El 12 de julio de 2005, la abogada Zadia Montilla Collins reiteró su solicitud de que
se dictara sentencia en la presente causa.

-I-

DE LA DEMANDA INTERPUESTA

La parte actora demanda a la Compañía Anónima Electricidad de Oriente (ELEORIENTE),


para que convenga y voluntariamente pague o en su defecto sea obligada a pagar las
cantidades y conceptos que a continuación se refieren:
“a) LUCRO CESANTE: por concepto de salarios dejados de
percibir, durante un (1) año, que permanece incapacitado
temporalmente, es decir, desde 03-07-93, fecha ésta de la explosión
hasta el 03-07-94, ya que nuestro poderdante para el momento del
accidente, trabajaba en CONSTRUCCIONES LEIVA, S.R.L., como
Soldador I, con un salario de Bolívares TRES MIL CUARENTA
MENSUALES (Bs.3.040,00) devengados a razón de TRESCIENTOS
OCHENTA BOLIVARES POR HORA (Bs.380,00), lo que representa
la suma de NOVENTA Y TRES MIL DOSCIENTOS CUARENTA
BOLIVARES MENSUALES (Bs.93.240,00), durante la incapacidad de
un año, el ciudadano DOUGLAS OLIVIERI , por su inactividad
laboral provocada como consecuencia de las lesiones causadas por la
explosión no va a percibir, y ha dejado de percibir, la suma que por
concepto de salario podría devengar durante ese año, UN MILLON
CIENTO DIECIOCHO MIL OCHOCIENTOS OCHENTA
BOLIVARES (Bs.1.118.880,00)”.
“b) SEISCIENTOS MIL BOLIVARES (Bs.600.000,00) por concepto
de reparación del daño futuro por razón de las lesiones sufridas en
ocasión del accidente reseñado anteriormente, ya que se evidencia
completamente de las necesarias intervenciones quirúrgicas que
deberá practicársele a nuestro poderdante, según presupuestos
anexados a este libelo”.
“c) (...) DIECISIETE MILLONES DE BOLIVARES
(Bs.17.000.000,00) por concepto de resarcimiento de los daños
morales”.

Los pedimentos antes descritos son fundamentados por la parte actora sobre los
hechos y argumentos que a continuación se exponen:

Narran los apoderados del actor que el día 3 de julio de 1993, aproximadamente a
las 4:30 p.m. su representado se encontrada comiendo un “perro caliente” en un lugar
adyacente al Mini Lunch “Los Maracuchos”, expendedores de comida rápida, situado en la
acera próxima a la tienda Selemar en la carrera Upata, frente al Centro Comercial Trebol
III, en la ciudad de Puerto Ordaz, Distrito Caroní del Estado Bolívar, cuando
sorpresivamente ocurrió la explosión de un transformador eléctrico que se halla colocado
en plena vía pública, justo en la acera donde se encontraba su poderdante, el cual era
propiedad de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente.

Continúan indicando que al ocurrir la explosión, las llamas del swiche y el aceite
caliente, alcanzaron a su representado, ocasionándole quemaduras de tercer grado, en
ambas manos y en otras áreas del cuerpo.

Prosiguen refiriendo que una vez ocurrido el accidente su representado fue


trasladado al Hospital Uyapar de Puerto Ordaz donde le proporcionaron primeros auxilios y
le dieron de alta sin tratamiento específico.

Indican además, que la Compañía Anónima Electricidad de Oriente reconoció su


responsabilidad y en fecha 9 de septiembre de 1993, su representado fue referido con carta
aval de dicha compañía para ser atendido en el Centro Clínico Familia con la finalidad de
que le fueran practicadas las siguientes intervenciones:
“1.- Dermoabración de la mano derecha y todos sus dedos para
eliminar tejido apergaminado, 2) Dermoabración de la mano
izquierda y todos sus dedos para eliminar el tejido de piel
apergaminado, 3) Desbridación y eliminación de las fibrosis, y
colocación de los dedos en flexión , con alambre de kisner en todos
los dedos de la mano derecha, 4) Desbridación y eliminación del
tejido fibritico y colocación de los dedos en flexión, fijando con
alambre de kisner todos los dedos de la mano izquierda, 5) Injerto
dermoepidermico en la mano derecha y todos sus dedos; 6) Injerto
dermoepidermico de la mano izquierda y todos sus dedos, 7)
Ampliación del espacio interdigital del dedo pulgar e índice, en
ambas manos con injerto del espesor total; tal y como se puede
evidenciar del Informe Médico suscrito por el Dr. LUIS EMILIO
MONSERRAT LUGO, anexado en este libelo de fecha 04-10-93, en
donde se expresa también la imposibilidad de nuestro poderdante”.

En este orden de ideas, aducen que la Compañía Anónima Electricidad de Oriente


incurrió en el incumplimiento de un deber por la falta de señalización de “Peligro Alta
Tensión y Alto Voltaje”, y por la falta de mantenimiento o de inspección en la tanquilla o
sótano, donde se encuentra colocado el transformador de energía eléctrica.

Asimismo, alegan que en aquellos casos en que los daños se imputan a la acción de
una cosa, la responsabilidad se rige por el artículo 1.193 del Código Civil, en el que se
consagra la responsabilidad del guardián por el daño causado por las cosas inanimadas que
tenga bajo su custodia.

En concatenación con lo anterior, indican que la demandada al no ejercer “su


control de vigilancia, mantenimiento e inspección sobre la tanquilla en cuestión no puede
alegar o demostrar que ejerció correctamente su poder de guardián, ya que el artículo
1.193 del Código Civil, consagra una presunción absoluta de culpa que no puede ser
desvirtuada”.

Además, aducen que su mandante para el momento del funesto suceso que le causó
quemaduras en sus brazos y manos, trauma psicológico y que lo incapacitó en su actividad
física y laboral por un año, no se encontraba ejecutando ningún acto sobre la cosa causante
del daño, como tampoco existía en ese momento señalización de “Peligro Alto Voltaje” que
pudiera prevenir a los transeúntes.

También alegan, que la falta de señalización y vigilancia por parte de la Compañía


Anónima Electricidad de Oriente, de la tanquilla de su propiedad ubicada en la carrera
Upata, permite concluir la imprudencia y negligencia manifiesta de la referida empresa.

Indican que el daño moral que demandan se fundamenta en el trauma psicológico, y


en el dolor, angustia y desesperación experimentados por su poderdante como consecuencia
de la explosión antes referida, ya que tal circunstancia ocasionó que fuera sometido a
intensas operaciones en sus manos, viéndose imposibilitado de realizar los movimientos
necesarios para su alimentación y aseo, así como para incorporarse al desarrollo de su vida
normal en el medio laboral y social.

Finalmente como base legal de sus pretensiones, invocan los artículos 1.185, 1.196,
y 1.193 del Código Civil.

- II -

DE LA CONTESTACION DE LA COMPAÑÍA ANONIMA ELECTRICIDAD DE


ORIENTE

Los abogados Joaquín Fernando Chaffardet Ramos, Luis Edmundo Arias y Santiago
Celta Aponte, inscritos en el Inpreabogado bajo los números 43.408, 21.117 y 13.720,
actuando en representación de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente
(ELEORIENTE), dieron contestación a la demanda interpuesta en los términos siguientes:
1. En primer lugar, señalaron que el transformador que explotó no se
encontraban en plena vía pública, sino que estaba ubicado en un subterráneo, cuyo acceso
estaba protegido con una tapa metálica y con una cerradura.

En concatenación con lo anterior, indican que esas tanquillas son indispensables


para las redes de distribución de energía eléctrica, están ubicadas en las aceras calzadas y
son construidas de acuerdo a normas y especificaciones técnicas que garantizan, salvo caso
fortuito, la seguridad de dichas instalaciones y la seguridad de quienes transitan cerca de
ellas.

A su vez, señalan que el tipo de tanquilla en que se produjo el accidente no requiere


de mantenimiento ni vigilancia especial ni permanente, así como tampoco de una especial
señalización y que no revisten riesgo o peligro para las personas que transitan los lugares en
los que son ubicadas.

Además, aducen que contrariamente a lo afirmado por el demandante no existe


ninguna ley que disponga la obligación de colocar algún tipo de señalización en esas
instalaciones, y que en todo caso al sostener la parte actora que la Compañía Anónima
Electricidad de Oriente no ejerció correctamente sus deberes de guardián de la cosa,
corresponde a ella aportar la prueba de su afirmación.

Por otra parte, alegan que la aseveración hecha por la demandante, referida a la
existencia de la tanquilla, del transformador y al servicio de luz eléctrica que recibe el Mini
Lunch “Los Maracuchos”, pone de relieve que “terceros como son los vendedores
ambulantes de comidas y los buhoneros colocados en la vía pública de la Carrera Upata,
utilizan energía eléctrica de la tanquilla en la cual tuvo lugar el hecho”, lo cual evidencia
“...que las tomas ilegales para proveerse de energía eléctrica han podido tener
intervención decisiva en la ocurrencia del hecho que causó lesiones a su mandante...”,
concluyendo luego de referirse a las mencionadas tomas ilegales de electricidad que
“...tales prácticas acarrean problemas técnicos porque originan sobrecarga de todo el
sistema de distribución, pudiendo ocasionarse accidentes de distinta naturaleza, como el
que nos ocupa en el presente caso”. Todo lo cual, expone la demandada, constituye la
existencia de una causa extraña no imputable.

También aducen, que de conformidad con lo previsto en el artículo 1.193 del


Código Civil, corresponde al demandante asumir la carga de la prueba de la falta en que
pudiera haber incurrido la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, prueba que aducen,
no podría sustentarse ante la existencia de una causa extraña no imputable.

2.- En otro orden de ideas, señalan que las estimaciones del daño realizadas por la
parte actora son caprichosas e infundadas, lo cual se evidencia de la diferencia existente en
cuanto al daño moral reclamado en el libelo de demanda introducido originalmente y en el
reformado consignado posteriormente, por cuanto en el primero se estimaba el daño moral
sufrido por el demandante y sus padres en la cantidad de catorce millones de bolívares,
mientras que en el segundo se reclaman diecisiete millones de bolívares únicamente para el
actor con exclusión de sus padres.

3.- En tercer lugar, los representantes de la demandada impugnaron y desconocieron


los siguientes documentos consignados por la parte actora conjuntamente con el libelo de la
demanda:
a) Copia de la comunicación dirigida a la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente, supuestamente emanada del cirujano Luis Emilio Monserrat de fecha 4 de octubre
de 1997 (folio 47).
b) Copia fotostática de la constancia supuestamente emanada de la Dra. Leslie
Medina, en la que ésta refiere que el ciudadano Douglas Olivieri Leiva presenta secuelas de
quemaduras de tercer grado en ambas manos, se encuentra en proceso de reconstrucción
quirúrgica y permanecerá incapacitado durante aproximadamente un año (folio 49).
c) Las reproducciones fotográficas que cursan a los folios 38 y su vuelto.
d) Los informes y comunicaciones emitidos o suscritos por el cirujano Luis
Emilio Monserrat Lugo que cursan a los folios 47 al 48, así como los que corren a los folios
49 y 50.
e) Recibo emitido por el cirujano Luis Emilio Monserrat Lugo que cursa al
folio 40 y el informe médico del Dr. Pío A. López M., que cursa a los folios 41 y 42.
f) La presunta constancia de trabajo emitida por la compañía Construcciones
Leiva, S.R.L., que corre inserta al folio 43.
g) La inspección practicada fuera del juicio a solicitud de la parte actora por el
Juzgado del Distrito Caroní, Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado
Bolívar, la cual corre inserta a los folios 62, 63 y su vuelto.

4. Por último, los representantes de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente


señalaron que la C.A. de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) es propietaria del
99,9 % del capital social de su mandante, y que “en vista de que CADAFE no ha realizado
aún la transferencia de sus activos a sus nuevas empresas filiales, de las cuales la C.A.
Electricidad de Oriente (ELEORIENTE) es una de ellas, tales activos siguen siendo
propiedad de la casa matriz CADAFE y sus empresas filiales, entre ellas nuestra
representada ELEORIENTE, a los fines de prestar el servicio de distribución y venta de
energía eléctrica operan dichos activos y actúan como guardianes de ellos”.

En este sentido indicaron que CADAFE tenía contratadas diversas pólizas de seguro
para cubrir los riesgos de sus instalaciones, entre las cuales se encontraba la Póliza de
Responsabilidad Civil General Nº RCG-15431, con la empresa aseguradora Seguros
Caracas, por lo que de conformidad con lo previsto en el artículo 370, ordinal 5º, en
concordancia con el artículo 382 del Código de Procedimiento Civil, solicitaban que dicha
compañía de seguros fuera citada en garantía para que respondiera por los daños
presuntamente sufridos por el demandante.

– III –

CONTESTACIÓN DE LA CITA EN GARANTÍA

Los abogados Sergio Hidalgo Chirinos y Ana Elisa González, inscritos en el


Inpreabogado bajo los números 597 y 21.963, actuando en representación de la Compañía
Anónima Venezolana Seguros Caracas, contestaron la cita en garantía, con los siguientes
argumentos:
1. En primer lugar señalaron la Compañía Anónima Electricidad de Oriente
(ELEORIENTE) no era asegurada de su mandante, por cuanto la póliza de responsabilidad
civil general Nº RCG-15431 junto con su anexo Nº 11 tiene como asegurada a la C.A. de
Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE) y no a la Compañía Anónima Electricidad
de Oriente (ELEORIENTE), por lo que al ser éstas personas jurídicas distintas, sería
absurdo que su representada tuviera que responder por las compañías filiales de su
asegurada, razón por la cual solicitaron que se declarara sin lugar la cita en garantía.
2. En segundo lugar, indicaron que en todo caso la cita de su mandante no
tiene efecto jurídico al verificarse vencido el lapso de 90 días que con tal fin prevé el
artículo 386 del Código de Procedimiento Civil. En tal sentido, alegaron que consta en
autos que la parte actora quedó notificada para la continuación de la causa el 24 de
septiembre de 1996 y el representante judicial de la Compañía Anónima Electricidad de
Oriente, el 18 de diciembre de 1996, siento entonces, conforme a la norma mencionada, el
18 de marzo de 1997, cuando vencía el término de 90 días antes aludidos, por lo que al
haber sido realizada la cita de la sociedad mercantil Seguros Caracas, C.A. el 20 de marzo
de 1997, la misma se efectuó fuera del lapso previsto en nuestra ley procesal.
3. En tercer lugar, alegan que en todo caso la cobertura de la póliza antes
identificada es sólo por daños materiales por lo que ninguno de los rubros exigidos por el
demandante están cubiertos por la póliza y su anexo Nº 11.
4. A todo evento indican que la cobertura establecida en la Póliza de
Responsabilidad Civil Nº RCG-15431, asciende a la cantidad de Bs.50.000.000,00, con un
deducible de Bs.500.000,00, por lo que los daños materiales a efectos de su mandante no
podrían sobrepasar la cantidad de Bs. 49.500.000,00.

Además, indican que dicha póliza fue emitida bajo la modalidad de coaseguro con
otras compañías aseguradoras del mercado local, siendo su representada la líder o abridora,
en un porcentaje del 25 % del monto asegurado, por lo que sólo podría responder en caso
de condenatoria por la suma de Bs.12.500.000,00.

Por último, indican que la mencionada póliza es de responsabilidad civil general,


que entre sus condiciones establece, que la aseguradora procederá a pagar una vez se
establezca la responsabilidad de la asegurada y no antes.

- IV -

DE LAS PRUEBAS
1. Conjuntamente con el libelo de la demanda la parte actora consignó los
siguientes documentos:

a) Copia certificada del Acta Constitutiva y Estatutos de la Compañía Anónima


Electricidad de Oriente (ELEORIENTE) (folios 8 al 23).

b) Copia certificada del Acta de la Asamblea General Extraordinaria de accionistas


del 1° de septiembre de 1993, en la que se designa como Presidente de la Compañía
Anónima Electricidad de Oriente (ELEORIENTE) al ciudadano Fernando Yánez (folios 24
al 37).

c) Fotografías de una persona con quemaduras (folio 38 y su vuelto)

d) Recorte de noticia publicada en un periódico titulada “Tres heridos al explotar


transformador de Eleoriente” (folio 39).

e) Certificación emitida por el Dr. Luis Emilio Monserrat Lugo, referida al costo de
la operación en los pliegues interdigitales de ambas manos, necesitada por el paciente
Douglas Olivieri Leiva (folio 40).

f) Informe médico emitido por el Dr. Pio A. López M. (folios 41 al 42).

g) Constancia de trabajo del demandante Douglas Olivieri Leiva, emitida por


Constructora Leiva, S.R.L. (folio 43).

h) Copia simple de la partida de nacimiento de Douglas Olivieri Leiva (folio 44).

i) Copia simple de la partida de matrimonio de los ciudadanos Jesús Olivieri Zorrilla


y Aurelina María Leiba Rosal (folio 45).

j) Copia simple de informe realizado por la Unidad de Recursos Humanos/


Seguridad Integral de la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico
(CADAFE) (Folio 46).

k) Copia simple de informe médico sobre el paciente Douglas Olivieri Leiva,


suscrito por el Médico Cirujano Luis Emilio Monserrat Lugo (folios 47 y 48).

l) Copia simple de constancia médica suscrita por la Dra. Leslie Medina Nava, de
fecha 4 de octubre de 1993, en la que se indica que Douglas Olivieri Leiva presenta
secuelas de quemaduras de tercer grado en ambas manos (folio 49).

m) Original de constancia médica emitida por la Dra. Leslie Medina Nava, de fecha
16 de agosto de 1993, en la que se señala que Douglas Olivieri Leiva fue intervenido
quirúrgicamente por presentar quemaduras de tercer grado en ambas manos (folio 50).

2. Dentro del lapso probatorio, la parte demandante promovió el mérito


favorable de los autos y particularmente el de una copia fotostática de un telex consignado
en autos por la demandada, suscrito por el Departamento de Seguridad Integral y por el
Gerente de ELEORIENTE Zona Bolívar, en el cual se notificaba a la “División de Seguros
Caracas” del accidente ocurrido el 3 de julio de 1993 aproximadamente a las 4:30 p.m.,
marcado “B” que cursa al folio 46 del expediente.

3. En segundo lugar, promovió:

a) Copia de constancia de intervención de la Comandancia del Cuerpo de


Bomberos Municipales de la Alcaldía del Municipio Autónomo Caroní del Estado Bolívar,
Ciudad Guayana, identificada con el Nº 002/95 (folio 224 al 225 de la primera pieza del
expediente).

b) Copia de solicitud marcada “P” dirigida por la empresa ELEORIENTE al


Centro Clínico Familia, en la cual se pide el ingreso de Douglas Olivieri (folio 226 de la
primera pieza del expediente).

4. En tercer lugar, promovió la ratificación testimonial de los siguientes


documentos emanados de terceros:
a) Certificación sobre la evolución y rehabilitación de Douglas Olivieri Leiva,
que cursa a los folios 41 y 42, emanada del ciudadano Pio López Mieres. Tal ratificación
fue realizada mediante la testimonial pertinente en la etapa de evacuación de pruebas, según
se evidencia al folio 112 de la segunda pieza del expediente.

b) Informes médicos sobre Douglas Olivieri, emanados del ciudadano Luis


Emilio Monserrat Lugo, cursantes a los folios números 40, 47 y 48. Estos informes fueron
ratificados mediante la evacuación de las testimoniales pertinentes en la etapa de
evacuación de pruebas, según se evidencia al folio 111 de la segunda pieza del expediente.

5. De conformidad con el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, la


parte actora promovió las siguientes pruebas de informes:
a) Al diario “El Guayanés”, informe si fue publicada la noticia “No reconocen
daños a víctimas de la explosión del transformador”, suscrito por el periodista Márquez
Sanabria.

b) Al diario “Correo del Caroní”, si fueron publicadas las siguientes noticias:

- “Delicado estado de salud de joven en explosión de transformador” en la edición del


día 7 de agosto del 1993, en la página última del cuerpo “D” de ese diario, suscrita por
la periodista Edicta Oliveros.

- “Tres heridos al explotar transformador de ELEORIENTE”, en la edición del día 4 de


julio de 1993, en la página última del cuerpo “D” de ese diario, suscrita por la periodista
Edicta Oliveros.

- “Anoche. Estallido de transformador hirió a un niño y dejó a oscuras sector de la


Carrera Upata”, en la edición del día sábado 31 de diciembre de 1994, en la página 3
del cuerpo A de ese diario.

En respuesta a este requerimiento el mencionado diario, luego de concluido el lapso de


evacuación de pruebas, remitió adjunto a comunicación del 30 de abril de 1998, varios
ejemplares del “Correo del Caroní”.

c) A la compañía Construcciones Leiva, S.R.L., para que informe sobre los


siguientes hechos:

- Desde cuando era empleado de esa empresa el ciudadano Douglas Olivieri Leiva.

- El sueldo que el mencionado ciudadano devengaba hasta el 3 de julio de 1993.

No existe constancia en autos de que la empresa antes mencionada hubiera rendido los
informes requeridos.

d) A la empresa Mediclin, C.A., para que informe sobre los siguientes hechos:

- El contenido de la factura Nº 0889, emitida el 8 de agosto de 1993.

- Si la factura en cuestión fue pagada y en qué fecha.


Esta factura fue consignada por la parte actora junto con su escrito de promoción de
pruebas y mediante comunicación de fecha 21 de enero de 1998, que cursa al folio 10 de la
segunda pieza del expediente; la mencionada compañía informó que la factura en referencia
había sido emitida pero no había sido pagada.

6. Prueba de experticia médica sobre los siguientes puntos:

a) Si Douglas Olivieri Leiva sufrió los siguientes daños:

- Quemaduras de tercer grado en ambas manos.

- Quemaduras de tercer grado en otras áreas del cuerpo.

- Bridas retractiles en los pliegues interdigitales de los dedos de ambas manos.

b) El número de intervenciones a las que ha sido sometido Douglas Olivieri Leiva.

c) El nombre y descripción detallada de las intervenciones antes referidas.

d) Si las referidas intervenciones causan sufrimiento físico.

e) La gravedad y efectos futuros previsibles de las lesiones antes mencionadas.

f) La necesidad de nuevas intervenciones.

g) La duración en el tiempo de los efectos perniciosos de las lesiones mencionadas.

Conforme consta a los folios 133 al 149 de la segunda pieza del expediente, el informe
producto de esta experticia fue consignado en autos el 31 de marzo de 1998.

7. Como prueba libre, la parte actora promovió las fotografías que cursan al
folio 38 y su vuelto, y las siguientes publicaciones:

a) “Delicado estado de salud de joven herido en explosión de transformador”,


publicada en la edición del 7 de agosto de 1993 del diario “El Correo del Caroní”.

b) “Tres heridos al explotar transformador de ELEORIENTE”, publicada en el


mismo diario en su edición del 4 de julio de 1993.
c) “Anoche. Estallido de transformador hirió a un niño y dejó a oscuras sector
de la carrera Upata”, publicada en dicho diario en la edición del 31 de diciembre de 1994.

De igual forma como prueba libre, fueron promovidas por el demandante las
siguientes:

a) Marcado “X”, factura por servicio de electricidad Nº 28615602, emitida por la


demandada a nombre de Salami Souhail, cuenta Nº 02-3801-322-0819-10, por la cantidad
de Bs.1.418,75, por concepto de suministro de energía eléctrica.

b) Marcada “W” recibo (duplicado de factura –Fact.173-) por servicio de energía


eléctrica, Nº 0133535, emitido el 24 de mayo de 1995, por la cantidad de Bs.990,53, por
concepto de suministro de energía eléctrica.

8. Promovió igualmente la parte actora, la declaración de testigo calificado,


experto o perito sobre varios puntos relacionados con aspectos técnicos de las tanquillas
eléctricas, descritos en el escrito de promoción, específicamente del Ingeniero Electricista
Carlos Castillo.

Según se evidencia al folio 52 de la segunda pieza del expediente, el acto de


declaración del mencionado testigo fue declarado desierto en virtud de la falta de
comparecencia del mismo.

9. De conformidad con los artículos 472 al 476 del Código de Procedimiento


Civil, promovió prueba de Inspección Judicial para dejar constancia de la ubicación del
Edificio “Sava” y del “Centro Comercial Trébol III”. Esta prueba fue inadmitida por el
Juzgado de Sustanciación.

La parte demandada promovió las siguientes pruebas:

1.- En primer lugar reprodujo el mérito favorable de los autos y especialmente el


que se desprende de la copia del contrato de póliza de seguros celebrado entre CADAFE y
la empresa Seguros Caracas, C.A., cuyo original cursa en el expediente Nº 10.690.
2. En segundo lugar, promovió como pruebas documentales las siguientes:
a) Copia del Compendio de Normas CADAFE de Construcción para Sistemas
de Distribución Subterránea, específicamente el contenido del Código 72-87 (Tanquillas),
Pág. 8/43, que contiene una Sección I. Descripción General; I.I Objeto y Campo de
Aplicación, cuyo original cursa en el expediente 10.690 por ante esta Sala.
b) Copia del contenido de la sección 90, 90-2, literal b), numeral 5 (Páginas 13
a 14), del Código Eléctrico Nacional, incluido en las Normas COVENIN 200, cuyo original
cursa en el expediente 10.690 por ante esta Sala Político Administrativa.
c) Copia del telex transmitido por ELEORIENTE a la División de Seguros
Caracas el 7 de julio de 1993, cuyo original cursa en el mencionado expediente Nº 10.690.
3. En tercer lugar, prueba testimonial de los siguientes ciudadanos: Armando
del Valle Fratangelli, Alirio Vásquez, Merlin Albornoz y José Rodríguez.

Unicamente fueron tomadas las testimoniales de Armando del Valle Fratangelli y


José Rodríguez, las cuales constan a los folios 68 al 73 de la segunda pieza del expediente y
fueron evacuadas el 23 de enero de 1998. Los actos de los testigos Alirio Vásquez y Merlin
Albornoz fueron declarados desiertos conforme se evidencia a los folios 74 y 128 de la
mencionada pieza.
4. De conformidad con el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil,
pidieron lo siguiente:
a) Que se solicitara al Cuerpo de Bomberos del Municipio Caroní, del Estado
Bolívar, un informe sobre las causas del siniestro objeto de este litigio, o las copias que
pudieran reposar en ese ente relativas al mismo.
b) Que el Juzgado de Sustanciación oficie a la C.A. de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE) a fin de que ésta informe sobre si las instalaciones eléctricas
en las cuales se produjo el accidente objeto de esta demanda son propiedad de esa empresa
o de ELEORIENTE.
c) Que el Juzgado de Sustanciación oficie al Fondo de Inversiones de
Venezuela a fin de que éste informe si las instalaciones eléctricas operadas por
ELEORIENTE son propiedad de esa empresa.

La prueba de informes señalada en el punto a) que antecede fue inadmitida por el Juzgado
de Sustanciación, al declarar éste con lugar la oposición que de la misma realizó la parte
actora.

En lo que respecta al punto b), mediante comunicación del 11 de diciembre de 1997


(folio 440), el Presidente de la C.A. de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE)
rindió los informes que le habían sido requeridos, indicando que para la fecha en que
ocurrió el accidente, a saber 3 de julio de 1993, las instalaciones eléctricas referidas en el
libelo de la demanda eran propiedad de CADAFE.

De igual forma, a través de comunicación Nº 2324 del 23 de diciembre de 1997


(folio 444), el Presidente del Fondo de Inversiones de Venezuela refirió que las
instalaciones eléctricas a las cuales se refiere el libelo, eran para la fecha del accidente
propiedad de CADAFE.

-V-

PUNTO PREVIO

Previo a emitir cualquier pronunciamiento sobre el fondo del asunto debatido,


advierte la Sala que la apelación del auto dictado por el Juzgado de Sustanciación del 15 de
enero de 1998, no fue decidida antes de la presente decisión, por lo que de seguidas pasa a
resolver sobre la misma.

En tal sentido, se observa que en el auto en referencia el Juzgado de Sustanciación, ante una
petición realizada el 14 de enero de 1998 por la abogada Evehelisse Harting en
representación del demandante, ordenó reabrir por quince días de despacho el lapso de
evacuación de pruebas, en virtud de la imposibilidad de lograr la citación de los expertos
designados Rodrigo Chávez y Norelys Yépez. Asimismo, en dicho auto se designaron
nuevos expertos y se acordó su notificación por boleta.

Conforme se evidencia al folio 141 de la segunda pieza del expediente, el 16 de


diciembre de 1997, el alguacil del tribunal compareció y consignó las boletas que le habían
sido entregadas para la notificación de los ciudadanos mencionados supra, cuya
designación como expertos para la prueba de experticia médica promovida por la parte
actora había sido realizada el 21 de octubre de 1997 por el Juzgado de Sustanciación de
conformidad con lo previsto en el artículo 457 del Código de Procedimiento Civil, según
consta al folio 392 de la primera pieza del expediente.

Así las cosas, visto que la imposibilidad de notificar a los expertos designados
originalmente por el tribunal, no fue imputable a la parte actora, esta Sala a la luz de lo
previsto en el artículo 202 eiusdem que establece la posibilidad de reabrir los términos o
lapsos procesales “...en los casos expresamente determinados por la ley, o cuando una
causa no imputable a la parte que lo solicite lo haga necesario”, considera que el auto
recurrido está totalmente ajustado a derecho, por lo que declara sin lugar la apelación
ejercida el 20 de enero de 1998, por la abogada Rahyza Peña Villafranca en representación
de la demandada. Así se decide.
-VI-

MOTIVACIÓN PARA DECIDIR

Una vez analizados los alegatos de las partes y las pruebas que constan en autos,
corresponde a la Sala emitir un pronunciamiento sobre el asunto sometido a su
consideración, a tal efecto observa lo siguiente:

1. En el presente caso, se demanda la responsabilidad de la Compañía Anónima


Electricidad de Oriente (ELEORIENTE), por los daños ocasionados al actor como
consecuencia de la explosión de un transformador eléctrico colocado en una tanquilla, cuya
guarda se atribuye a la mencionada compañía. Concretamente demanda el accionante, el
pago de los daños materiales que en virtud de la referida explosión aduce se le ocasionaron,
y el pago de una indemnización por daño moral.

En tal sentido, la Sala observa que la Compañía Anónima Electricidad de Oriente es


una empresa en la cual el Estado tiene participación decisiva, razón por la cual debe
entenderse que forma parte de la Administración Pública Descentralizada, lo cual
constituye un hecho relevante para conocer el régimen jurídico conforme al cual
corresponde a esta Sala determinar la responsabilidad que se le imputa.

Ahora bien, para determinar la procedencia de las indemnizaciones reclamadas,


debe precisarse previamente, la existencia del hecho que originó los daños cuya
indemnización constituye el objeto del presente proceso.

A tal fin se observa, que el demandante fundamenta sus pretensiones en los artículos
1.185, 1.196 y 1.193 del Código Civil, los cuales aluden a la responsabilidad por hecho
ilícito, a la extensión de dicha responsabilidad y a la responsabilidad de los guardianes por
los daños causados por las cosas que tienen bajo su guarda.

Dichos artículos, observa la Sala, en ausencia de una previsión constitucional


expresa sobre tales supuestos en la Constitución de 1961, servían anteriormente de sustento
legal a las declaratorias de responsabilidad del Estado por hechos ilícitos.

No obstante, actualmente, bajo la vigencia de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, la responsabilidad del Estado encuentra un nuevo marco
regulatorio que abarca tanto la responsabilidad por funcionamiento anormal o hecho ilícito
como la responsabilidad por funcionamiento normal de la Administración.

En este sentido, el artículo 140 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela, amplia expresamente el ámbito de la responsabilidad patrimonial del Estado “a
todo daño sufrido por los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que
la lesión sea imputable al funcionamiento de la Administración Pública”, consagrándose
así, un régimen de responsabilidad predominantemente objetivo, el cual abarca tanto los
perjuicios derivados del funcionamiento normal de la Administración como aquellos
originados por un funcionamiento anormal de la misma.

Sin embargo, cabe señalar que el régimen de responsabilidad de la Administración, vigente


para la fecha en que ocurrieron los hechos que originaron la presente demanda, era el
previsto en el artículo 47 de la Constitución de 1961, según el cual venezolanos y
extranjeros podían reclamar al Estado indemnizaciones por daños, perjuicios y
expropiaciones, cuando éstos fueren causados por autoridades legítimas en ejercicio de sus
funciones, al disponer que “En ningún caso podrán pretender los venezolanos ni los
extranjeros que la República, los Estados o los Municipios les indemnicen por daños,
perjuicios o expropiaciones que no hayan sido causados por autoridades legítimas en el
ejercicio de su función pública”.

Como resultado de la interpretación de la norma anterior, la jurisprudencia venezolana


delineó los elementos que debían concurrir para la procedencia de la responsabilidad
patrimonial derivada de la actuación de la Administración, los cuales se concretan en los
siguientes: a.- Que se haya producido un daño a los particulares en la esfera de sus bienes y
derechos. B.- Que el daño inferido sea imputable a la Administración, con motivo de su
funcionamiento y c.- La relación de causalidad que obligatoriamente debe existir entre el
hecho imputado y el daño producido.

A fin de precisar la concurrencia de los elementos antes aludidos, advierte la Sala


que la verificación de un accidente el 3 de julio de 1993, ocasionado por la explosión de un
transformador eléctrico ubicado en un lugar adyacente al Mini Lunch “Los Maracuchos”,
expendedores de comida rápida, producto del cual resultó lesionado el demandante, es
aceptada por la compañía anónima Electricidad de Oriente (ELEORIENTE), pues ello se
evidencia de su escrito de contestación, en el cual lejos de negar la verificación de tal
hecho, realiza algunas precisiones sobre la ubicación de la tanquilla y aduce en su defensa
que el accidente se originó por el hecho de un tercero.

Asimismo, aunado a las demás afirmaciones contenidas en el escrito de


contestación, consta en autos (folio 212), copia de un telex de fecha 7 de julio de 1993
suscrito entre otros por el Gerente de Eleoriente Zona Bolívar, producida por la parte
demandada junto con su escrito de promoción de pruebas, con el señalamiento de que el
original del mismo cursa en el expediente Nº 10.690 llevado por ante esta Sala, en el cual
se refiere la ocurrencia del accidente antes mencionado el 3 de julio de 1993 en el lugar
indicado, aproximadamente a las 4:30 p.m. y que además, las personas accidentadas en el
mismo eran los ciudadanos Juan Alvarez, Germán Aviles Peña, José Norberto Chirel y
Douglas Olivieri Leiva, este último accionante en el presente proceso; todo lo cual conlleva
a esta Sala a concluir en la ocurrencia del accidente antes referido y que el actor resultó
lesionado por el mismo.

A su vez, en cuanto a la magnitud y extensión de los daños físicos sufridos por el


actor, observa la Sala que consta a los folios 134 al 149 de la segunda pieza del expediente,
informe elaborado por los Dres. Maxime Acquatella y Ramón L. Zapata Sirvent, al cual
esta Sala otorga valor probatorio por contener los resultados arrojados por la experticia
médica realizada al demandante según las formalidades legales en el curso de este proceso,
en el que se certifica que el actor sí sufrió quemaduras de tercer grado en: ambas manos;
antebrazo derecho; antebrazo izquierdo; codo izquierdo; brazo izquierdo, tercio distal;
cuello, cara posterior; hombro izquierdo y tórax posterior; regiones retroauriculares;
pabellones de la oreja derecho e izquierdo, y pie izquierdo, maleólo externo; indicándose
además en dicha experticia que el demandante, como consecuencia de las quemaduras
sufridas, tiene bridas retractiles en los pliegues interdigitales de los dedos; que las
intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido (5 en total) causan dolor intenso y
sufrimiento físico; que el actor necesita aproximadamente cuatro (4) intervenciones más, y
que como secuela de tales lesiones el mismo tiene una incapacidad parcial permanente de
un 30 %, por la restricción en la capacidad funcional de ambas manos y en parte por la
imposibilidad de realizar el cierre total de las mismas.

De igual forma, constan en autos sendos informes emitidos por la Medicatura


Forense del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Ciudad
Guayana y por el médico fisiatra Pio López Mieres, ambos realizados en el mes de julio de
2002, en cumplimiento del auto dictado por esta Sala el 4 de junio de 2002, para informarse
sobre el estado físico en ese momento del actor.
En el primero de estos informes se indica que el demandante tiene un déficit
funcional parcial que puede cuantificarse en un 40% en la mano derecha y en 50% en la
mano izquierda, y de un 50 % en su capacidad residual, así como “Déficit en el puño (-
25%) y presión fina y gruesa, por limitación de la flexión de la flexión (sic) de
Articulaciones Metacarpofalángicas, Interfalángicas Proximales y Dístales en los cuatro
últimos dedos de la mano derecha (90º a 95º) (...) Déficit en puño (-35%) por déficit de
flexión en Articulaciones Interfalángicas respectivamente a nivel de Interfalángica
Proximal) y Retracción de la piel dorsal en la mano izquierda (30%), en esta mano
también encontramos limitación de la oponencia del pulgar en grados finales”.

En el segundo de los informes en referencia, se concluye que el ciudadano Douglas


Olivieri Leiva, tiene un déficit funcional parcial de ambas manos que puede cuantificarse
en un 25 % para la mano derecha y un 35 % a 37 % para la mano izquierda, y que tiene una
discapacidad y una minusvalía de un 30 % a 35 % de déficit de su capacidad residual. En
este informe se refiere además que el demandante tiene “Déficit en el puño (-25%) y
prensión fina y gruesa, por limitación de la flexión de articulaciones metacarpofalángicas,
interfalángicas proximales y distales en los cuatro últimos dedos de la mano derecho (90º a
95º). Déficit en puño (-35%) por déficit de flexión en articulaciones IFP e IFD de 2do, 3ro
y 4to dedos (90º, 65º y 45º, respectivamente a nivel de IFP) y retracción de la piel dorsal
en la mano izquierda (30%). En esta mano también encontramos limitación de la
oponencia del pulgar en grados finales”.

Así las cosas, con base en la experticia médica y en los informes traídos a los autos
como consecuencia del auto para mejor proveer emitido por esta Sala, este Máximo
Tribunal considera suficientemente demostrado en el presente proceso tanto el daño y
sufrimiento físico padecido por el actor en virtud del accidente antes descrito, así como, las
consecuencias perjudiciales que han permanecido en el tiempo y que se traducen en la
incapacidad parcial del demandante para desenvolverse en su vida cotidiana y para
desempeñarse productivamente en la sociedad.

2. Conforme a lo expresado precedentemente, la Sala ante la certeza de que el


demandante sufrió los daños físicos denunciados en el libelo y que los mismos fueron
producto del accidente antes descrito, debe pasar a determinar si en efecto la Compañía
Anónima Electricidad de Oriente (ELEORIENTE) es la responsable por los daños
derivados de dicho suceso.

En tal sentido se observa que la compañía anónima demandada, en su escrito de


contestación expresa con referencia al transformador cuya explosión causó los daños físicos
antes descritos al actor, que “en vista de que CADAFE no ha realizado aún la transferencia
de sus activos a sus nuevas empresas filiales, de las cuales la C.A. Electricidad de Oriente
(ELEORIENTE) es una de ellas, tales activos siguen siendo propiedad de la casa matriz
CADAFE y sus empresas filiales, entre ellas nuestra representada ELEORIENTE, a los
fines de prestar el servicio de distribución y venta de energía eléctrica operan dichos
activos y actúan como guardianes de ellos”.

De la declaración anterior, claramente se colige que aun cuando CADAFE era la


propietaria de las instalaciones en las que ocurrió la explosión referida supra,
ELEORIENTE ostentaba la guarda del transformador que causó el accidente en comento,
siendo éste un bien utilizado para el desempeño de la actividad de distribución de energía
eléctrica a la cual se dedica la demandada; todo lo cual se desprende de lo expresado en su
escrito de contestación, donde hace expresa alusión a los mencionados equipos, al indicar
lo siguiente: “estas tanquillas, que son indispensables para las redes de distribución de
energía eléctrica, están ubicadas en las aceras y calzadas y son construidas de acuerdo a
normas y especificaciones técnicas...”.

De esta forma, tomando en consideración el contenido del artículo 1.193 del Código
Civil, según el cual “Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene
bajo su guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de la víctima,
por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor”, y el régimen general de la
responsabilidad del Estado previsto en la Constitución de 1961 aplicable ratione temporis,
se concluye que en principio, salvo la verificación de uno de los eximentes regulados en el
precepto transcrito, la compañía demandada es la responsable por los daños derivados del
accidente varias veces descrito en la presente decisión, por cuanto el mismo tuvo lugar con
ocasión del funcionamiento de la actividad de distribución de energía eléctrica a cargo de
una empresa del Estado ELEORIENTE y por la explosión de un equipo que se encontraba
bajo la guarda de ésta.

En virtud de lo anterior, a fin de determinar con precisión la responsabilidad de la


parte demandada en el presente proceso, observa la Sala, que aun cuando ELEORIENTE
alegó que el hecho dañoso que reclama el actor, fue producto de las actuaciones de terceros,
tal circunstancia no fue suficientemente probada en el curso del presente proceso, pues
únicamente constan en autos las declaraciones de dos trabajadores de la demandada,
ciudadanos José Ramón Rodríguez Ramos y Armando del Valle Fratangeli González,
(folios 68 al 73), de cuyos testimonios no puede inferirse que la ocurrencia del siniestro en
referencia se originó en virtud de supuestas tomas ilegales de electricidad en la tanquilla en
la que ocurrió la explosión, pues si bien ambos afirmaron que la presunta existencia de
tomas ilegales de electricidad podía generar una sobrecarga y ocasionar un explosión como
la narrada en autos, no se desprende de su declaración, ni de las restantes probanzas que
cursan en autos, la existencia de las presuntas tomas ilegales, así como tampoco que de
existir, éstas hubieran sido la causa eficiente del accidente.

Ante tal situación, esta Sala a la luz de las disposiciones atinentes a la carga de la
prueba, contenidas en el artículo 1.354 del Código Civil y 506 del Código de
Procedimiento Civil, debe forzosamente concluir que las circunstancias eximentes alegadas
por la demandada no fueron debidamente demostradas en el presente juicio, por lo que a
tenor de lo previsto en el artículo 47 del Texto Constitucional de 1961, vigente para el
momento en que ocurrieron los hechos, y en el artículo 1.193 del Código Civil, la compañía
anónima ELEORIENTE es responsable por los hechos dañosos derivados del accidente
anteriormente descrito. Así se decide.

3. Precisada la responsabilidad de la demandada, la Sala debe pronunciarse sobre la


cita en garantía realizada contra la Compañía Anónima Venezolana Seguros Caracas, C.A.,
fundamentada por ELEORIENTE en el ordinal 5º del artículo 370 del Código de
Procedimiento Civil, advirtiendo al efecto, que según se desprende de la copia de la póliza
de seguro de responsabilidad civil general Nº RCG-15.43º1 y sus anexos consignados por
la demandada en la etapa probatoria, cursantes a los folios 131 al 154, dicha póliza fue
contratada por la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE)
para garantizar “...la responsabilidad contractual y extracontractual en la que pudiera
incurrir por lesiones corporales a terceras personas, y daños a bienes propiedad de
terceros, derivada de sus actividades de generación, suministro y distribución de energía
eléctrica,...”.

Así dado que la póliza fue adquirida por la Compañía Anónima de Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE), la misma según los términos que conforman el documento
que la contiene, sólo cubre o garantiza los daños a terceros imputables a dicha sociedad
mercantil, sin abarcar aquellos cuya responsabilidad corresponda a la demandada en el
presente juicio.

Con base en lo anterior y dado que la Compañía Anónima Electricidad de Oriente se


considera responsable por los daños derivados del accidente antes descrito, en su condición
de encargada del servicio de distribución eléctrica al cual estaban destinados los equipos
cuya explosión causó el siniestro en referencia, y en virtud de ejercer la guarda de los
mismos, resulta forzoso para la Sala concluir que la póliza que pretende hacer valer la
compañía demandada únicamente garantiza los daños imputados a una persona jurídica
distinta a ella, por lo que la cita en garantía debe ser declarada sin lugar. Así se decide.

4. Hechos los anteriores pronunciamientos, pasa de seguidas la Sala a determinar la


procedencia o improcedencia de los daños materiales reclamados por el actor, los cuales se
concretan en las siguientes exigencias:

“a) LUCRO CESANTE: por concepto de salarios dejados de


percibir, durante un (1) año, que permanece incapacitado
temporalmente, es decir, desde 03-07-93, fecha ésta de la explosión
hasta el 03-07-94, ya que nuestro poderdante para el momento del
accidente, trabajaba en CONSTRUCCIONES LEIVA, S.R.L., como
Soldador I, con un salario de Bolívares TRES MIL CUARENTA
MENSUALES (Bs.3.040,00) devengados a razón de TRESCIENTOS
OCHENTA BOLIVARES POR HORA (Bs.380,00), lo que representa
la suma de NOVENTA Y TRES MIL DOSCIENTOS CUARENTA
BOLIVARES MENSUALES (Bs.93.240,00), durante la incapacidad de
un año, el ciudadano DOUGLAS OLIVIERI , por su inactividad
laboral provocada como consecuencia de las lesiones causadas por la
explosión no va a percibir, y ha dejado de percibir, la suma que por
concepto de salario podría devengar durante ese año, UN MILLON
CIENTO DIECIOCHO MIL OCHOCIENTOS OCHENTA
BOLIVARES (Bs.1.118.880,00)”.
“b) SEISCIENTOS MIL BOLIVARES (Bs.600.000,00) por concepto
de reparación del daño futuro por razón de las lesiones sufridas en
ocasión del accidente reseñado anteriormente, ya que se evidencia
completamente de las necesarias intervenciones quirúrgicas que
deberá practicársele a nuestro poderdante, según presupuestos
anexados a este libelo”.

De acuerdo al criterio jurisprudencial sentado en el fallo Nº 1.386 del 15 de junio de


2000, dictado con ocasión de una demanda relacionada con el desafortunado accidente
cuyas consecuencias motivaron la reclamación debatida en el presente proceso, el artículo
1.275 del Código Civil, permite el resarcimiento de los daños que son consecuencia directa
e inmediata del hecho dañoso, impidiendo por argumento en contrario los daños indirectos,
y abarcando todos los daños directos inclusive el daño moral.

A su vez en dicho precedente jurisprudencial, también se dejó sentado que “tanto el


daño emergente como el lucro cesante son instituciones previstas por el legislador como
principios generales a toda la materia de la responsabilidad civil” que resultan aplicables
al caso de autos.

Así, conforme al criterio anterior los daños y perjuicios que pueden ser objeto de
reclamación en casos como el presente se extienden a los extremos contemplados en el
artículo 1.273 del Código Civil (lucro cesante y daño emergente), cuyo tenor es el
siguiente:

“Los daños y perjuicios se deben generalmente al acreedor, por la


pérdida que haya sufrido y por la utilidad de que se le haya privado,
salvo las modificaciones y excepciones establecidas a
continuación”.

Sobre tales presupuestos y a fin de determinar la procedencia de las pretensiones


antes transcritas formuladas por el actor en su demanda, observa la Sala que si bien el
accionante ha demostrado suficientemente la pérdida de la capacidad funcional de sus
manos y el déficit en su capacidad residual, lo cual lo imposibilita de realizar tareas o
labores en las que se requiera de cierto grado de precisión y motricidad fina,
disminuyéndose, por ende, las probabilidades y tipos de trabajo que puede obtener, es el
caso que el actor no probó adecuadamente el trabajo que desempeñaba en la fecha del
accidente y el salario que hubiere podido devengar para ese momento.

En este sentido, el demandante consignó adjunto a su libelo de demanda, una


constancia de trabajo suscrita por el Sr. Mauro Leiva, Presidente de Construcciones Leiva,
S.R.L, en la que se señalaba que el accionante había prestado sus servicios como Soldador I
devengando un sueldo de trescientos ochenta (380) bolívares por hora desde el día 6 de
enero de 1992 hasta el 3 de julio de 1993, fecha en la que ocurrió el accidente.

Sin embargo, tal constancia no sólo fue impugnada y desconocida por los
representantes judiciales de la Compañía Anónima Electricidad de Oriente, en la
oportunidad de la contestación de la demanda, sino que además, el actor no promovió la
testimonial del representante legal de la empresa conforme a lo previsto en el artículo 431
del Código de Procedimiento Civil, por emanar el mencionado documento de una persona
jurídica que no es parte en el proceso, limitándose a promover la prueba de informes
prevista en el artículo 433 eiusdem, sin que ésta llegara a evacuarse dentro del lapso
probatorio del presente juicio, por lo que la Sala estima que no fueron demostrados los
extremos necesarios para acordar el pago del lucro cesante reclamado por el actor. Así se
decide.

En cuanto al “daño futuro” demandado por el actor y estimado por éste en la


cantidad de seiscientos mil bolívares (Bs.600.000,00) por concepto de las intervenciones a
las cuales debe someterse para reparar las lesiones sufridas en el accidente, advierte la Sala
que dicho monto es justificado por la parte actora mediante la constancia y el informe
médico emitidos respectivamente por los médicos Pio López Mieres y Luis Emilio
Monserrat Lugo, los días 1° y 4 de noviembre de 1993, que pese haber sido desconocidos
por la parte actora, fueron ratificados por sus autores mediante las testimoniales evacuadas
el 20 de enero de 1998, ante el Juzgado del Municipio Caroní del Segundo Circuito de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar (folios 111 y 112).

Con base en lo anterior, considerando además que tanto en la experticia médica


evacuada en el juicio, así como en los informes emitidos por el Dr. Pio López Mieres y por
el Jefe de la Medicatura Forense de Ciudad Guayana, adscrita al Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas, en virtud del auto emitido por esta Sala el 4 de junio
de 2002, se indica la necesidad de que el demandante se someta por lo menos a cuatro
intervenciones quirúrgicas con sus correspondientes tratamientos fisiátricos post-
operatorios para poder disminuir el déficit que tiene en la capacidad funcional y residual,
esta Sala estima que la cantidad reclamada por el actor para la realización de tales
operaciones puede ser catalogada como un daño directo, indemnizable a tenor de lo
previsto en el artículo 1.275 del Código Civil, por lo que su reclamo se considera
procedente. Así se decide.

5. Con relación al daño moral demandado, resulta evidente para esta Sala que, si
bien el sufrimiento físico y la afección psíquica que ha padecido Douglas Olivieri Leiva
como consecuencia del desafortunado accidente antes descrito en el presente fallo, no son
susceptibles de ser pagados mediante una suma de dinero, las indemnizaciones que por este
concepto son acordadas tienen realmente por finalidad compensar mas no resarcir la pena
padecida por las personas afectadas por este tipo de sucesos, en virtud de lo cual,
considerando el dolor físico y el padecimiento psíquico que las quemaduras sufridas le han
ocasionado al actor, así como la incapacidad parcial y el defecto estético que las mismas
produjeron, este Máximo Tribunal considera apropiado ordenar el pago de una
indemnización al demandante por la cantidad de CIEN MILLONES DE BOLIVARES
(Bs.100.000.000,oo). Así se decide.

Cabe destacar que las cantidades referidas son acordadas en razón de los
argumentos hasta aquí expuestos y, en la espera que sean aprovechadas por la parte actora
en los tratamientos e intervenciones quirúrgicas que amerita para disminuir la incapacidad
parcial y lesiones físicas que padece.

Por último, con relación a la solicitud de indexación de las cantidades reclamadas


efectuada por la abogada Zadia Montilla Collins el 11 de septiembre de 2003, la Sala
observa que tal solicitud fue realizada de forma extemporánea, cuando la presente causa se
encontraba ya en estado de sentencia. Asimismo, cabe resaltar que en razón de la naturaleza
subjetiva de las indemnizaciones acordadas por daño moral, las mismas no son susceptibles
de ser indemnizadas, pues éstas son fijadas prudencialmente por el Juez en atención a las
circunstancias particulares del caso.

En virtud de lo expuesto se desecha la petición en referencia realizada por la


apoderada del demandante. Así se decide.

- VII -

DECISIÓN

Por lo expuesto, esta Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,


administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara
PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda interpuesta por el ciudadano DOUGLAS
OLIVIERI LEIVA, titular de la cédula de identidad Nº 9.938.726, contra la COMPAÑÍA
ANONIMA ELECTRICIDAD DE ORIENTE (ELEORIENTE) y en consecuencia:

1. Se declara SIN LUGAR la apelación ejercida por la abogada Rahyza Peña


Villafranca en representación de la demandada contra el auto dictado por el Juzgado de
Sustanciación de esta Sala el 15 de enero de 1998, mediante el cual se ordenó reabrir por
quince días de despacho el lapso de evacuación de pruebas.

2. Se declara IMPROCEDENTE la cita en garantía de la Compañía


Anónima Seguros Caracas, C.A.

3. Se condena a la demandada a pagar al demandante la cantidad de CIEN


MILLONES DE BOLIVARES (Bs.100.000.000,oo), por concepto de daño moral causado
en el accidente descrito en la demanda.

4. Se condena a la demandada a pagar al demandante la cantidad de


SEISCIENTOS MIL BOLIVARES (Bs.600.000,00) por concepto de las intervenciones
necesarias para el restablecimiento del demandante de las lesiones descritas en el presente
fallo.

5. Se condena a la demandada a pagar una pensión vitalicia al demandante,


ciudadano Douglas Olivieri Leiva, equivalente a treinta y cinco unidades tributarias (35
U.T.) mensuales.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Archívese el expediente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa


del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los cuatro (04) días del mes de octubre del
año dos mil cinco (2005). Años 195º de la Independencia y 146º de la Federación.

La Presidenta

EVELYN MARRERO ORTÍZ

La Vicepresidenta,

YOLANDA JAIMES GUERRERO

Los Magistrados,

LEVIS IGNACIO ZERPA


Ponente

HADEL MOSTAFÁ PAOLINI

EMIRO GARCÍA ROSAS

La Secretaria (E),

SOFÍA YAMILE GUZMÁN

En cinco (05) de octubre del año dos mil cinco, se publicó y registró la anterior
sentencia bajo el Nº 05819, la cual no está firmada por el Magistrado Emiro García
Rosas, por no estar presente en la Sesión por motivos justificados.

La Secretaria (E),

SOFÍA YAMILE GUZMÁN

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