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Buenos Aires Gobierno de la Ciudad

Asociación Civil: Escrabel

Acompañamiento Psicoterapéutico

Trabajo Practico

Abuso Sexual y Falsas Denuncias de


Abuso Sexual

Docente a cargo: India Alemán. Lic. En Psicología


Integrantes: Alejandro Gómez Palacio

Fecha: 13/10/2017
Índice

1. Introducción ………………………………………………………………………...… pág. 1

2. Definiciones de Abuso Sexual…………………………………………………………pág. 2

3. Características del Abuso Sexual……………………………………………..........… pág. 4

3.1 Perfil del Agresor sexual…………………………………………………. pág. 4

3.2 Fases del Abuso Sexual………………………………………………….... pág. 5

3.3 Efectos del Abuso Sexual………………………………………………… pág. 7

3.4 Detección y Prevención del Abuso Sexual………………………………. pág. 9

4. Falsedad en Denuncias de Abuso Sexual ……………………………………...….... pág. 12

5. El Síndrome de Alienación Parental ……………………………………………….... pág. 16

6. El Niño y el Adolescente en el Proceso Judicial…………………………………… pág. 18

7. La Función del Acompañante Terapéutico ……...…………………………………. pág. 20

8. Bibliografía……………………………………………………………...…………....... pág. 22
1.Introducción

A continuación, se presentará un resumen de lo vamos a trabajar como grupo en este trabajo.


Abordaremos el tema de abuso sexual, uno de los tipos de maltrato infantil con peores
repercusiones en sus víctimas y que usualmente coexiste con otros tipos de violencia. Incluye
tanto agravios que no involucran contacto físico como aquellos que sí lo hacen, lo que cubre
una amplia gama de posibilidades. Por sobre todo abordaremos el tema de las falsas denuncias
de abuso sexual, un fenómeno particular. De esta manera nuestro propósito no se va a centrar
en investigar porque ocurren los hechos, lo cual generaría mucha indignación, si no en dar a
conocer este fenómeno que muy pocos conocen y que es usado en la mayoría de los casos por
padres divorciados, donde una parte busca un beneficio del otro, usando como instrumento a su
progenitor, ignorando los efectos que esta situación puede generar en el niño, siendo uno de
ellos el del Síndrome de Alienación Parental. Por otra parte, describiremos como hacen los
especialistas en estas áreas como psicólogos forenses y peritos para detectar un hecho u otro y
también el proceso por el que tiene que pasar un niño en el caso de la falsa denuncia. Y para
finalizar, como futuros acompañantes terapéuticos vamos a ver cuál es nuestra función y que
lugar ocupamos en esto.
2.Definiciones de Abuso Sexual.

El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin
consentimiento y puede producirse entre adultos, de un adulto a un menor (abuso sexual
infantil) o incluso entre menores.
Como actividad sexual se incluye:
Cualquier tipo de penetración de órganos genitales en contra de la voluntad, o aprovechando la
incapacidad de un menor para comprender ciertos actos. También se incluye el inducir u obligar
a tocar los órganos genitales del abusador.
Cualquier acción que incite al menor a escuchar o presenciar contenido sexual impropiado
como observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras personas,
ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual, entre otras.

El abuso sexual infantil o maltrato infantil, es la conducta en la que una niña o niño es utilizado
como objeto sexual por parte de una persona con la que mantiene una relación asimétrica, de
desigualdad, con respecto a la edad, la madurez o el poder.
En la mayoría de los casos el abuso sexual es una experiencia traumática. La niña o niño lo vive
como un atentado contra su integridad física y psicológica. Puede afectar a su desarrollo
psicoemocional, así como su respuesta sexual en la vida adulta, por lo que se considera un tipo
de maltrato infantil. Las respuestas psicoemocionales y secuelas en niñas y niños pueden ser
similares a las que se observan en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. La mayoría
de las víctimas requieren apoyo psicológico para evitar sufrir secuelas del abuso en su vida
adulta.
Es un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y
sociedades y constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores
individuales, familiares y sociales. Supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño
y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo.

Por otra parte, en 1999 la Reunión de Consulta de la OMS sobre la Prevención del Maltrato de
Menores redactó la siguiente definición: “El maltrato o la vejación de menores abarca todas las
formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido o negligencia o
explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del
niño, su supervivencia, desarrollo o dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad,
confianza o poder.” La definición dada anteriormente cubre una amplia gama de tipos de
maltrato. En particular, se investigan la prevalencia, las causas y las consecuencias de cuatro
tipos de maltrato de niños por los cuidadores, a saber:
– el maltrato físico;
– el abuso sexual;
– el maltrato emocional;
– el descuido.
MALTRATO FÍSICO
Se define el maltrato físico de un niño como los actos infligidos por un cuidador que causan un
daño físico real o tienen el potencial de provocarlo.
ABUSO SEXUAL
El abuso sexual se define como los actos en que una persona usa a un niño para su gratificación
sexual.
MALTRATO EMOCIONAL
El maltrato emocional se produce cuando un cuidador no brinda las condiciones apropiadas y
propicias e incluye actos que tienen efectos adversos sobre la salud emocional y el desarrollo
del niño. Tales actos incluyen la restricción de los movimientos del menor, la denigración, la
ridiculización, las amenazas e intimidación, la discriminación, el rechazo y otras formas no
físicas de tratamiento hostil.
DESCUIDO
El descuido se produce cuando uno de los padres no toma medidas para promover el desarrollo
del niño estando en condiciones de hacerlo en una o varias de las siguientes áreas: la salud, la
educación, el desarrollo emocional, la nutrición, el amparo y las condiciones de vida seguras.
Por lo tanto, el descuido se distingue de la situación de pobreza en que puede ocurrir solo en
los casos en que la familia u otras personas a cargo disponen de recursos razonables.

Por otra parte, es importante hacer una distinción entre abuso sexual y violación.
La violación implica el uso de fuerza y la expresión de violencia (desgarro vaginal, presencia
de esperma e infecciones, etc.). Por el contrario, el abuso sexual se da generalmente por
seducción o convencimiento (exhibición, manoseo, sexo oral, etc.).
La violación es ocasional, mientras que en el abuso es reiterado por la misma persona.
La violación casi siempre resulta un hecho policial, mientras que un abuso es un hecho familiar.
Abuso sexual es involucrar niños y adolescentes dependientes e inmaduros, en proceso de
desarrollo, en actividades sexuales que no alcanzan a comprender plenamente y a las cuales no
son capaces de dar su consentimiento, o que violan los tabúes sociales con respecto a los roles
de la familia.
Otra definición sostiene que es cualquier acto de contacto sexual que sea por la fuerza, engaño
entre dos personas donde hay una desigualdad de edad, tamaño, poder o conocimiento.
3. Características del Abuso Sexual.
3.1 Perfil del Agresor Sexual.

La gente prefiere pensar que el agresor sexual o el abusador de niños son «viejos verdes»,
personas con algún tipo de debilidad mental, alcohólicos, drogadictos, o vagabundos, personas
en las que fácilmente se hallarían evidencias de su monstruosidad, pero esto no es así.
Esta imagen que el imaginario social suele tener del agresor sexual, tanto sea del violador de
mujeres adultas como del abusador sexual infantil dista mucho de la realidad. La gente se
imagina al violador o abusador sexual como un monstruo, alguien fácilmente detectable, de
aspecto peligroso y desagradable. La realidad es bastante diferente. El agresor sexual resulta
ser, la gran mayoría de las veces, un individuo como cualquier otro, que no se puede distinguir
del resto de las personas «normales».
Las violaciones sexuales contra adultos son cometidas exclusivamente por varones y la gran
mayoría de las víctimas son mujeres, aunque también existe la violación de varones.
Las mujeres también pueden atentar contra la libertad sexual de los niños y adolescentes y
participar, en mucho menor medida, en casos de abuso sexual infantil.
Una mujer tiene seis veces más probabilidades de ser atacada sexualmente o violada por un
familiar que por un desconocido.
La dificultad mayor con la prevención del abuso sexual infantil es que se les enseña a los niños
a desconfiar de los extraños cuando los agresores sexuales suelen ser conocidos cercanos de los
niños: padres, familiares, maestros, líderes religiosos, entrenadores, vecinos, etc.

Quién es el abusador
Mayoritariamente esa persona que, valiéndose de su cercanía, confianza, autoridad moral…
induce, normalmente con engaño, a realizar o dejarse realizar actividades dirigidas a su propia
satisfacción sexual. Utiliza la confusión, la seducción, el engaño. Otras veces, se vale de su
poder y fuerza sobre la víctima para dominarla y agredirla.

Puede ser:

- El padre, padrastro, hermano…. Que deja a la víctima sin figura de referencia, protección,
identificación… impotente; el enemigo está en casa. ¿Qué hacer y dónde ir?
- Ese tío para quien se sentía tan especial, distinguida entre el resto de sobrinos… y que se
valió de su necesidad de cariño y baja autoestima.
- Ese consejero espiritual, sacerdote, psicólogo, jefe de secta, que valiéndose de su autoridad
moral le aconseja “porque es bueno para su crecimiento o madurez personal” … con lo que la
propia identidad personal y la escala de valores queda muy rota.
- Son esos cuidadores de internados que dejan al niño indefenso, con un silencio pactado.
- Son esos niños que obligan y amenazan a otro niño/a produciéndole pánico, indefensión,
confusión.
- Es el jefe laboral sobre sus subordinados.
- Los jefes de bandas de adolescentes
- Los que aplican castigos ejemplarizantes por cuestiones de raza, condición social,
orientación sexual…
- Los médicos, fisioterapeutas, que van más allá de lo necesario.
- Y…

Digamos que el abusador sabe muy bien elegir su víctima valiéndose de la confianza previa en
él depositada, de su indefensión, o de ambos.

El abusador de niños/as puede provenir de hogares desintegrados y violentos, que comienzan


con maltratos físicos y terminan abusando. Pero también el agresor puede ser una persona
aparentemente normal que con frecuencia asume el rol de figura protectora, cariñosa, muy
valorada y rodeada de niños/as. Puede tener profundos desajustes emocionales, problemas de
drogadicción, o haber sufrido, a su vez, abusos en su infancia. Hay algo perverso en ellos que
los lleva a buscar el sexo en menores y no en su grupo de iguales.
3. Características del Abuso Sexual.
3.2 Fases del Abuso Sexual.

El abuso sexual de un menor es un proceso que consta generalmente de varias etapas o fases:
1. Fase de seducción: el futuro agresor manipula la dependencia y la confianza del menor,
y prepara el lugar y momento del abuso. Es en esta etapa donde se incita la participación
del niño o adolescente por medio de regalos o juegos.
2. Fase de interacción sexual abusiva: es un proceso gradual y progresivo, que puede
incluir comportamientos exhibicionistas, voyerismo, caricias con intenciones eróticas,
masturbación, etc. En este momento ya se puede hablar de «abusos sexuales».
3. Instauración del secreto: el agresor, generalmente por medio de amenazas, impone el
silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse.
4. Fase de divulgación: esta fase puede o no llegar (muchos abusos quedan por siempre
en el silencio por cuestiones sociales), y, en el caso del incesto, implica una quiebra en
el sistema familiar, hasta ese momento en equilibrio. Puede ser accidental o
premeditada, esta última a causa del dolor causado a los niños pequeños o cuando llega
la adolescencia del abusado.
5. Fase represiva: generalmente, después de la divulgación, en el caso del incesto la
familia busca desesperadamente un reequilibrio para mantener a cualquier precio la
cohesión familiar, por lo que tiende a negar, a restarle importancia o a justificar el abuso,
en un intento por seguir como si nada hubiese sucedido.
3. Características del Abuso Sexual.
3.3 Efectos del Abuso Sexual.

Los efectos de la agresión sexual son múltiples, y se expresan en las áreas más importantes de
la persona. Es vivido como un suceso traumático, es decir, como algo que impresiona tanto que
no se puede elaborar, y por ello se intenta olvidar. Pero todo suceso traumático, “olvidado”,
tiende a expresarse y a salir a la luz, bien desde un impulso a la repetición, (incluso viéndose la
misma persona inmersa, sin saber cómo en situaciones en las que nuevamente es violentada); o
siendo ella misma, quien, de manera activa, violenta o abusa de otros. Al mismo tiempo,
también aparece una necesidad de evitar, de defenderse de la sexualidad consigo mismo, y de
las relaciones sexuales en general. Es una sexualidad herida, muy mal integrada, y vivida como
una amenaza, como algo que no se puede controlar, y que lógicamente afecta en las relaciones
y compromisos con el otro, con la pareja…
Las personas jóvenes y adultas que han sido abusadas sexualmente durante su niñez o
adolescencia arrastran problemas a lo largo de sus vidas y suelen necesitar un apoyo o terapia
psicológica especializada para superarlos. Los efectos más comunes como consecuencia de los
abusos sexuales son:
 Odio al propio cuerpo, sentirse sucio.
 Desvalorización personal, pobre autoestima.
 Depresión, fobias, ansiedad y problemas psicosomáticos.
 Problemas de relación con otras personas, social y sexualmente.
 Miedo a la intimidad e incapacidad para poner límites y autoafirmarse.
 Comportamientos auto agresivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y
realizando intentos de suicidio.
 Establecer muchas relaciones de abuso, incluso de maltrato, los varones victimizados
tienden a ser abusadores y maltratadores, mientras que las mujeres victimizadas tienden
a ser maltratadas y nuevamente abusadas
 Juegos más allá del típico mama-papa o doctor; introducir objetos por la vagina o ano.

Efectos a corto plazo del abuso sexual infantil.


Entre el 70 y el 80% de las víctimas quedan emocionalmente alteradas después de la agresión
(efectos a corto plazo). Las niñas suelen presentar reacciones ansioso-depresivas (muy graves
en los casos de las adolescentes) y los niños problemas de fracaso escolar y de socialización,
siendo más proclives a presentar alteraciones de la conducta en forma de agresiones sexuales y
conductas de tipo violento.
Desde un punto de vista más teórico, el «modelo del trastorno de estrés postraumático»
considera que los efectos son los propios de cualquier «trauma»: pensamientos intrusivos,
rechazo de estímulos relacionados con la agresión, alteraciones del sueño, irritabilidad,
dificultades de concentración, miedo, ansiedad, depresión, sentimientos de culpabilidad, etc.
(efectos que pueden materializarse físicamente en síntomas como dolor de estómago, de cabeza,
pesadillas...).
Por su parte, otro modelo teórico, el «traumatogénico», centra su atención en cuatro variables
como causas principales del trauma:
 Sexualización traumática: el abuso sexual es una interferencia en el desarrollo sexual
normal del niño, por cuanto aprende una vivencia de la sexualidad deformada
(especialmente, cuando la agresión se ha producido en el hogar);
 Pérdida de confianza: no solo con el agresor sino con el resto de personas cercanas que
no fueron capaces de impedir los abusos;
 Indefensión: el haber sufrido los abusos lleva a la víctima a considerarse incapaz de
defenderse ante los avatares de la vida en general, provocando en él actitudes pasivas y
de retraimiento;
 Estigmatización: sentimientos de culpa, vergüenza, etcétera, que minan su autoestima.

Efectos a largo plazo del abuso sexual infantil.


A largo plazo, aunque los efectos son comparativamente menos frecuentes que a corto plazo,
el trauma suele transitar de una sintomatología a otra y es de difícil resolución. Con todo, no es
posible señalar un síndrome característico de los adultos que fueron objeto de abusos sexuales
en la infancia o adolescencia. Existen numerosos condicionantes de la pervivencia de efectos a
largo plazo, como puede ser, entre otros, la existencia en el momento de los abusos de otro tipo
de problemas en la vida del niño (maltratos, divorcio de los padres, etc.) e, incluso, en muchos
casos los efectos aparecen provocados por circunstancias negativas en la vida adulta (problemas
de pareja, en el trabajo, etc.).
Los fenómenos más regulares son las alteraciones en el ámbito sexual, como inhibición erótica,
disfunciones sexuales y menor capacidad de disfrute, depresión, falta de control sobre la ira,
hipervigilancia en el caso de tener hijos o adopción de conductas de abuso o de consentimiento
del mismo, y síntomas característicos de cualquier trastorno de estrés postraumático.
De forma más pormenorizada, pueden señalarse como efectos a largo plazo los siguientes: el
abusado puede experimentar síntomas como retrospecciones (recuerdos traumáticos que se
imponen vívidamente en contra de la voluntad), inestabilidad emocional, trastornos del sueño,
hiperactividad y alerta constante. Por otra parte, también se pueden producir aislamiento,
insensibilidad afectiva (petrificación afectiva), sentimiento de culpabilidad por lo ocurrido,
trastornos de memoria y de la concentración, fobias, depresión, ansiedad, flashback (revivir el
pasado), disociación y conductas autodestructivas.
Debido a que el inicio en la vida sexual del menor fue traumático, experimenta sensaciones y
conductas distorsionadas en el desarrollo de su sexualidad, como agresividad sexual, conductas
inadecuadas de seducción hacia otros, masturbación compulsiva, juegos sexuales,
promiscuidad sexual, trastornos de la identidad sexual, prostitución, e incluso llegan a
experimentar de nuevo la situación abusiva siendo, posteriormente la pareja de un agresor.
Hay pruebas también de que las personas pueden olvidar y olvidan de hecho las agresiones
sexuales (así como otros acontecimientos traumáticos de su vida). Quienes han sufrido traumas
pueden tener recuerdos invasivos de los sonidos de un acontecimiento y simultáneamente ser
incapaces de recordar las imágenes (o viceversa), o pueden recordar los sentimientos
experimentados durante el abuso, pero no los acontecimientos exactos que los provocaron.
3. Características del Abuso Sexual.
3.4 Detección y Prevención.

Este tipo de conductas de abuso sexual tienden a mantenerse en secreto. Existen diferentes
factores que pueden explicar los motivos de esta ocultación: por parte de la víctima, el hecho
de obtener ciertas ventajas adicionales, como regalos, o el temor a no ser creída, junto con el
miedo a destrozar la familia o a las represalias del agresor; y por parte del abusador, la posible
ruptura de la pareja y de la familia y el rechazo social acompañado de posibles sanciones
legales.
A veces la madre tiene conocimiento de lo sucedido. Lo que le puede llevar al silencio, en
algunos casos, es el pánico a la pareja o el miedo a desestructurar la familia; en otros, el estigma
social negativo generado por el abuso sexual o el temor de no ser capaz de sacar adelante por
sí sola la familia.
De ahí que el abuso sexual pueda salir a la luz de una forma accidental cuando la víctima decide
revelar lo ocurrido -a veces a otros niños o a un profesor- o cuando se descubre una conducta
sexual casualmente por un familiar, vecino o amigo. El descubrimiento del abuso suele tener
lugar bastante tiempo después (meses o años) de los primeros incidentes.

Indicadores físicos, comportamentales, y de tipo sexual en los menores que son víctimas
de abuso sexual.
Indicadores físicos.
 Dolor, golpes, quemaduras o heridas en la zona genital o anal.
 Cérvix o vulva hinchadas o rojas.
 Semen en la boca, en los genitales o en la ropa.
 Ropa interior rasgada, manchada y ensangrentada.
 Enfermedades de transmisión sexual en genitales, ano, boca u ojos.
 Dificultades para andar y sentarse.
 Enuresis nocturna y diurna (mojar la cama durante las horas del sueño, o mojarse
durante el día) o encopresis (defecación involuntaria).

Indicadores comportamentales.
 Pérdida del apetito.
 Llantos frecuentes, sobre todo en referencia a situaciones afectivas o eróticas.
 Miedo a estar sola, a los hombres o a un determinado miembro de la familia.
 Rechazo al padre o a la madre de forma repentina.
 Cambios bruscos de conducta.
 Resistencia por desnudarse y bañarse.
 Aislamiento y rechazo de las relaciones sociales.
 Problemas escolares o rechazo a la escuela
 Fantasías o conductas regresivas (chuparse el dedo, orinarse en la cama).
 Tendencia al secretismo.
 Agresividad, fugas o acciones delictivas.
 Autolesiones o intentos de suicidio.

Indicadores en la esfera sexual.


 Rechazo de las caricias, de los besos, y del contacto físico.
 Conductas seductoras, especialmente en niñas.
 Conductas precoces o conocimientos sexuales inadecuados para su edad.
 Interés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos.
 Agresión sexual de un menor hacia otros menores.
 Confusión sobre la orientación sexual.

Prevención del Abuso Sexual.


Cómo prevenir el abuso sexual.

En el niño:
-A nivel general:
 Lo fundamental es crear en la familia un clima de confianza y apertura para que el niño
pueda hablar de lo que le ocurre, le preocupa, le extraña.
 Lo ideal sería una labor conjunta entre familia y escuela que permita al niño estar
informado y protegido.
 Evitar por todos los medios el castigo físico (cachetes, guantazos), pues le hace vivir su
cuerpo como algo que puede ser agredido y sobre lo que él no tiene dominio; por tanto,
queda expuesto a las agresiones de cualquier otro. Si un niño es agredido en casa,
aprende que la agresión es normal y que, por tanto, cualquier otro le puede agredir.

-A nivel específico:
 Enseñarle: “Mi cuerpo es mío. Nadie debe tocarlo sin mi permiso”.
 Enseñarle a reconocer las partes íntimas, (las cubiertas por un bañador).
 Que diferencie los tipos de caricias. Las caricias buenas te hacen sentir bien; las caricias
malas te hacen sentir mal, son raras. Si no te gustan, di NO.
 Explicar que hay secretos buenos y secretos malos. Los buenos son de cosas buenas,
agradables, (regalos, sorpresas) y los secretos malos son de cosas que te hacen daño:
tocar el cuerpo a escondidas es un secreto malo, y hay que contarlo rápidamente.
 Explicar qué es el Abuso Sexual: “un adulto o niños mayores quieren tocar o jugar con
las partes íntimas en secreto”.
 Si a él o a otro niño le dicen que debe guardar un secreto malo, hay que buscar
rápidamente una persona adulta y de confianza a quien poder contárselo.
 Asegurarse de que el niño sabe decir NO si alguien intenta tocarlo de manera que se
sienta incomodo, con caricias malas.
 Explicarle que, aunque la mayoría de los adultos son buenos, no siempre es así; y a
veces, personas conocidas, o desconocidas, pueden querer hacer caricias malas. Decir
siempre NO, sea quien sea.
 Explicarles que no se deben aceptar regalos ni favores de desconocidos; pueden ser
personas malas que dan cosas para engañarle.
 Explicarles que no se deben abrir puertas a extraños, ni irse a sus casas ni a pasear con
ellos sin el permiso de los padres. Conocer a los amigos y personas con las que el niño
suele pasar tiempo.

-En Adolescentes, Jóvenes y Adultos.


 Enseñarles que su cuerpo es suyo y la relación va siempre hasta donde ellas quieran
llegar: nunca más allá No valen comparaciones, quejas, chantajes, imposiciones…
 El que se quede con un chico/a para ligar no significa llegar hasta donde el u otro quiera.
 El que se esté con una pareja estable no significa cumplir o someterse a los deseos del
otro: propuestas, juegos…que te hagan sentir mal.
 Reconocer los comentarios que son descalificaciones y agresiones: reprimido/a,
estrecha…
 Identificar las diferencias entre amistad, afectividad, asesoramiento, sexualidad
engañosa…
 Ser favorita para alguien especial, (tío, profesor, consejero …) no significa tener
sexualidad.
 La autoridad moral no implica poder sobre tu cuerpo, ni el crecimiento personal o el ser
“amigos” implica sexualidad.
 La sexualidad se vive en intimidad, pero las relaciones afectivas no se esconden. Lo que
se oculta normalmente no es bueno: los sentimientos buenos se expresan y comparten
ante los otros.
4.Falsedad en Denuncias de Abuso Sexual.

Los factores que el profesional jurídico debe tener en cuenta al tratar los casos de abuso
sexual infantil y sus repercusiones en los ámbitos legales, es por una parte la intervención
del perito en psicología que está tremendamente ligada no solo al hecho en sí del abuso,
sino a las verdades jurídicas objetivas (pruebas) y a las verdades personales (subjetivas)
de los implicados en este tipo de delitos.
Y por otro debe estar centrado en la importancia de identificar cuando se está frente a un
caso real y cuando nos vemos ante una victimización simulada por parte del niño y de la
familia en general, teniendo en cuenta que estas dos circunstancias son altamente
frecuentes en la intervención de estos casos.

La credibilidad ante una denuncia de abuso infantil tiene un enorme paralelismo con una
fábula clásica del conocimiento popular y es bajo este contexto que se planteara el
desarrollo de este trabajo:

El joven pastor anunciando al lobo:


Un joven pastor, que cuidaba un rebaño de ovejas cerca de una villa, alarmó a los
habitantes tres o cuatro veces gritando: - ¡El lobo, el lobo! Pero cuando los vecinos
llegaban a ayudarle, se reía de las preocupaciones de los pastores.
Mas el lobo, un día de tantos, sí llegó de verdad. El joven pastor, ahora alarmado él
mismo, gritaba lleno de terror: - Por favor, vengan y ayúdenme; el lobo está matando a
las ovejas.
Pero ya nadie puso atención a sus gritos, y mucho menos pensar en acudir a auxiliarlo. Y
el lobo, viendo que no había razón para temer mal alguno, hirió y destrozó a su antojo
todo el rebaño.

El maltrato infantil es una circunstancia de talante mundial, no existe ninguna sociedad


que, en su proceder social, se vea libre de este tipo de violencia hacia la infancia; sin
embargo, el estudio de la violencia infantil había sido centrado solamente en los aspectos
de daño físico y pocas veces era considerada la posibilidad de un maltrato sexual. Hoy en
día, los profesionales de la conducta, así como los representantes de la justicia y la
jurisdicción, tienen en cuenta que la violencia infantil también puede estar manifestada
en torno a una agresión del tipo sexual; la violencia sexual a su vez acarrea fuertes
perturbaciones psicológicas tanto de forma inmediata para el niño que las padece, como
para el adolescente que posteriormente vivirá el recuerdo de haber sido abusado.
Todas estas implicaciones deben estar presentes en el escenario de intervención del perito
en psicología que trata con estos tópicos y deben ser valoradas en su justa magnitud antes
de emitir cualquier juicio o dictamen entorno a dichos casos; sin embargo, en repetidas
ocasiones, el perito puede encontrarse con el uso de estas circunstancias por la familia
con intereses diferentes a los de un verdadero hecho.
Lo anterior, implica que las familias pueden declarar y afirmar un abuso sexual infantil
con el objeto de ganar un juicio o una querella, y es en este sentido que la preparación, la
experiencia del perito y la habilidad con conocimientos fundamentados para detectar
estos casos, se vuelve imprescindible para el profesional jurídico.
¿Cómo detectar que la denuncia o la afirmación de un delito de abuso sexual infantil es
verdadero?
Ciertamente la identificación de una situación de falsedad en una denuncia de abuso
sexual infantil no resulta nada sencillo, tomando en cuenta que este delito o circunstancia
no tiene como lo señalan algunos autores, síntomas claramente definidos puesto que
algunas víctimas pueden presentar una larga serie de indicios, mientras que otras son
totalmente asintomáticas y solo son identificadas tras una exhaustiva investigación
psicológica; sin un claro esquema que nos permita aseverar todos los efectos, síntomas e
indicios sociales, emocionales, cognitivos e incluso físicos que nos permitan asegurar que
un niño ha sufrido abuso sexual, es dificultoso también identificar cuando un denunciante
está falseando datos y situaciones; no obstante, existen indicadores que podemos usar en
el ejercicio pericial para darnos cuenta de una afirmación verdadera o una afirmación
manipulada.

En países como España, Francia o argentina, los investigadores criminalistas, forenses y


jurídicos, tratan de capacitar al perito para la identificación de denuncias de abuso sexual
infantil que no se corresponden con la realidad; la autora María Paz Ruiz, señala en su
investigación del 2004 los siguientes puntos:
1.- La intervención y evaluación de una denuncia de abuso sexual infantil, siempre partirá
de la recopilación de presuntas verbalizaciones casi nunca recogidas por el perito, que los
padres refieren y afirman haber escuchado de sus hijos.

Este primer punto, resulta importante en nuestro análisis puesto que cuando recibimos
una denuncia o una solicitud de dictamen ante un caso de abuso sexual infantil, por lo
regular ya se nos otorga un expediente, en donde hallamos declaraciones realizadas por
los denunciantes, que en la mayoría de las ocasiones suelen ser los padres y en particular,
la figura materna. Estas declaraciones como bien lo menciona la autora, están
relacionadas con supuestas verbalizaciones (Comentarios, sugerencias, palabras) dichas
espontáneamente por los niños o bien por las mismas hechas en una situación de cercanía
y confidencialidad del infante con la madre. Esta a su vez, siendo una figura tan cercana
e incluso creyendo ser el mismo yo del niño, tiende a creerse su misma declaración y a
cuestionar al perito cierto tipo de preguntas e incluso hasta un dictamen no favorable,
arguyendo: ¿Cómo me pone usted en duda, si yo soy la madre? Además, por su estatus
de madre y mujer, tienden a pensar que basta con su testimonio y a su vez no se dan
cuenta que inducir una declaración en contra del cónyuge por parte del niño/a, es un
maltrato más dañino que si ocurriera el abuso mismo.

2.- Las denuncias de abuso sexual infantil, se enmarcan en las disputas civiles de divorcio,
guardia y custodia o bien en el régimen pensional o de visitas.
Este punto resulta relevante, al intervenir pericialmente en una situación como las
mencionadas. ¿Cómo podemos tener un indicio de que una denuncia puede ser falsa? El
punto de opinión de un psicólogo en cualquiera de sus áreas pero particularmente en el
plano jurídico/forense no puede generarse de una percepción individualista o solo de la
teoría subyacente, sino que tiene que formarse de un conocimiento panorámico
contextual, una visión de todos los elementos implicados de manera tal que el contexto
nos permita ver aquellas situaciones que no se muestran en una verdad jurídica; hay que
recalcar que el entorno no debe ser determinante de nuestra perspectiva, tampoco una
situación de justificación de nuestra decisión, pero si es un gran indicador de ciertos
detalles que en el cúmulo de datos, pueden pasar desapercibidos.
Así pues, si una denuncia de abuso sexual infantil está enmarcada en una disputa civil de
guardia, pensiones o bienes; no hay que descartar y sí que tener en cuenta que la denuncia
puede ser inducida por parte del progenitor que desea ganar la querella.

3.- Con frecuencia, las denuncias de abuso sexual infantil pueden estar motivadas por
objetivos materiales, como lo mencionamos en el inciso anterior; sin embargo, en
ocasiones estas denuncias prefabricadas, pueden volverse una realidad para quien las hace
de tal guisa que termina creyendo que existió en realidad dicho abuso y lo defienden con
vehemencia ante los escenarios legales.
Aquí se presenta otro factor importante en la credibilidad de estas denuncias, el
demandante que prefabrica una acusación, y que induce al menor a declarar en contra del
otro progenitor, viendo que las cosas no van como esperaría, o que las pruebas no son
suficientes, tienden a creerse su propio discurso, a defenderlo a capa y espada en los
espacios de investigación e incluso a solicitar otro tipo de intervenciones legales para
constatar que su delación es verdadera.
Esta auto creencia de que el hecho denunciado ocurrió de verdad conduce a:
a): Una falsa interpretación de ciertas conductas del niño/a con el otro progenitor.
b): Una situación de maltrato al infante más dañina incluso que si el abuso hubiese
ocurrido.
c): El menoscabo y pérdida de la confianza hacia la figura paterna por parte del menor.
d): Un fenómeno de la falsa memoria que induce al menor a cristalizar la idea de que sí
fue abusado en la realidad.

El punto más sobre saliente de las falsas acusaciones de abuso sexual infantil, son las
declaraciones de los niños, el discurso inducido por parte de los progenitores que vuelven
al niño un instrumento de aseveración de los hechos denunciados; en la misma
investigación de la autora, acota como “Frecuentemente, estos niños exhiben actitudes
hipermedias, pierden espontaneidad y permanecen atentos a las demandas del adulto para
decir y hacer en cada momento lo que conviene”. En ocasiones, se puede constatar cómo
estos menores cambian y ajustan la versión de los presuntos hechos denunciados, sobre
todo, cuando se trata de un presunto maltrato sexual, físico o psíquico, a los intereses del
progenitor que los acompaña a la exploración pericial.
Esta situación de inducción del discurso, y su modificación y ajuste constante, está
estrechamente relacionado con otro fenómeno a tener en cuenta por el perito en
psicología, nos referimos al PAS. Apuntan que el PAS, se produce cuando un progenitor,
sistemática y conscientemente, programa a los hijos en la descalificación del otro
progenitor consiguiendo que le censuren, critiquen y rechacen de modo injustificado y/o
exagerado. Tales acusaciones son una derivación del PAS, y a menudo afloran cuando
otros esfuerzos de excluir al otro progenitor han fracasado.
Así pues, debemos tener en el ejercicio pericial un gran cuidado con el discurso que el
menor nos pueda otorgar, generalmente en la entrevista, ya que podemos identificar:
1.- Una hipermadurez discordante con la edad cronológica del niño.
2.- Un lenguaje repetitivo y desacorde con la edad cronológica del niño, caracterizado por
palabras propias de un adulto y que el niño no comprende.
3.- Un ajuste en el discurso del menor, congruente con la versión que el progenitor que
demanda quiere que el niño diga, caracterizado por frases como: “es que mi mamá dice,
mi mamá dijo que, es que era así, pero mi mamá…”

En este sentido recordamos el contexto de este ensayo basado en la fábula del pastor y el
lobo, ya que en ocasiones estos falsos discursos, las falsas acusaciones y la repetida
insistencia de una madre por ganar una demanda, nos conducen a la poca credibilidad de
estas personas, y cuando el abuso se llega a perpetrar por ejemplo por la nueva pareja etc.
El perito y las autoridades se ven en la disyuntiva de preguntarse si la persona está
diciendo la verdad.
En nuestros sistemas judiciales cada vez es más frecuente que existan este tipo de
demandas falseadas, lo que nos conduce a estar en guardia contra progenitores maliciosos
o interesados, y también en guardia contra cualquier declaración de un menor.
Con anterioridad el ejercicio pericial llevado a cabo en relación con la jurídica del menor
actuaba bajo la premisa de que un niño siempre dice la verdad; hoy día frente a fenómenos
como las falsas acusaciones o circunstancias como el PAS (Síndrome de Alienación
Parental), el perito debe conducirse bajo la premisa de que la verdad del niño puede ser
cuestionada y viable de poner en duda, puesto que con más frecuencia los menores son
aleccionados para hacer declaraciones legales.
Recuerdo en lo personal un caso donde dos menores demandan junto con su padre a una
joven invidente (madre de los menores) por abuso sexual; durante la entrevista el niño
más grande de unos 6 años verbalizaba: “Es que mi mamá me hacía el sexo oral”, cuando
se le preguntaba: ¿y qué es el sexo oral? Decía: “Pues yo no sé, así dice mi papá que tenía
que decir si me preguntaban, es creo, así como cuando chupas una paleta. Bueno así dice
mi papá”. Estos casos y muchos otros se manifiestan como ya lo mencionamos en las
disputas paternas y en la necesidad de poner en contra de la pareja a los menores.
5.El Síndrome de Alienación Parental.

El Síndrome de Alienación Parental o SAP es un conjunto de síntomas, que se produce en los


hijos, cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los
niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor.
Este proceso se reconoce como una dinámica en algunas familias divorciadas. Sin embargo, la
existencia de este síndrome no ha sido aceptada por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) ni por la Asociación Americana de Psiquiatría, de momento.
Padres, uno contra otro.
Habitualmente, este fenómeno está desencadenado por uno de los progenitores respecto al
otro, tras un proceso de divorcio o separación. También puede estar provocado por una
persona distinta del custodio del menor (la nueva pareja, uno de los abuelos, un tío, etc.).
Incluso, se han observado casos dentro de parejas que mantienen su vínculo, aunque son
menos frecuentes.
Cuando el progenitor genera odio patológico en sus hijos.
El progenitor alienador desarrolla un mensaje y un programa en los hijos, que normalmente se
denomina 'lavado de cerebro'. Los hijos que sufren este síndrome desarrollan un odio
patológico e injustificado hacia el progenitor alienado, que tiene consecuencias devastadoras
en el desarrollo físico y psicológico de éstos. Otras veces, sin llegar a sentir odio, el SAP
provoca en los hijos un deterioro de la imagen que tienen del progenitor alienado, resultando
de mucho menos valor sentimental o social que la que cualquier niño tiene y necesita de sus
progenitores, es decir, no se sienten orgullosos de su padre o de su madre como los demás
niños.
Diagnóstico del Síndrome de Alienación Parental.
El síndrome de alienación parental está considerado como una forma de maltrato infantil. Sin
embargo, por los casos de maltrato (incluyendo casos de abusos) en los que judicialmente se
ha alegado SAP para desacreditar el testimonio de la madre y de sus hijos víctimas de abusos,
existe una resistencia por parte de los profesionales. Por esta razón, el diagnóstico diferencial
del Síndrome de Alienación Parental requiere que no exista maltrato previo, psicológico o
físico, a la madre y los hijos, por parte del progenitor alienado.
Signos de alerta de alienación parental en los niños.
Estos son algunos indicadores típicos que permitirían detectar si existen síntomas del
Síndrome de Alienación Parental con maltrato:
- Insultar o desvalorizar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo cuestiones de
pareja que no tienen nada que ver con el vínculo parental.
- Impedir el derecho de convivencia con sus hijos al otro progenitor.
- Implicar al entorno familiar y a los amigos en los ataques al cónyuge.
- Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
- Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor (basta con
que los niños vean que esa actitud hace feliz a la madre o al padre, para ofrecer su dolor y así
reconfortar al adulto alienador).
- Influir en los niños con mentiras sobre el otro llegando a asustarlos. En los niños, el
Síndrome de Alienación Parental puede detectarse cuando intentan justificar el rechazo con
explicaciones o razones absurdas e incoherentes. En ocasiones, también pueden usar diálogos
o frases propias de su progenitor alienador, y palabras o comentarios impropios de su edad.
6.El Niño y El Adolescente en el Proceso Judicial.
7.El Rol y la Función del Acompañante Terapéutico.

El Acompañamiento Terapéutico constituye un rol de múltiples funciones: compartir, escuchar,


observar, ayudar a hacer cosas, frenar impulsos, contener, estimular, etc., pero no interpretar.
Y fundamentalmente una función de maternaje.
Funciones:
Contener al paciente. En el caso del AT, ésta es la función primordial y se da desde el inicio del
tratamiento hasta el final. El AT hace las veces de un soporte o continente de la ansiedad,
angustia, miedo, desesperanza, alegría, gratitud, etc. del paciente. Es quien los escucha y
acompaña, junto con el equipo terapéutico.
Ofrecerse como modelo de identificación. Lo quiera o no el AT, dada su función de trabajar a
un nivel directo, será una muestra de cómo actuar y reaccionar ante situaciones de la vida diaria.
Resulta terapéutico porque el paciente encuentra otras formas de vinculación a las que había
estado sometido, porque indirectamente aprende a esperar y a postergar, y porque se le permite
adquirir mecanismos de defensa más adaptativos.
Prestar el Yo. Significa impulsar al paciente a planificar y decidir sobre asuntos que él aún no
es capaz de hacer con el propósito que éste se desarrolle. Por ejemplo, organizar y cumplir con
las actividades diarias, verificar que cumpla sus citas con el médico, dentista, psicoterapeuta,
etc., e incluso tomar decisiones si el paciente no está en condiciones.
Percibir, reforzar y desarrollar la capacidad creativa del paciente. Primero, durante el
diagnóstico se intentará registrar las capacidades evidentes y las latentes del paciente de manera
que se las organice en orden jerárquico. Luego, se reforzará el desarrollo de las áreas más
organizadas buscando reducir los efectos de los aspectos más perturbados. El propósito de
canalizar las partes más desorganizadas del paciente es sacar a la superficie toda esa creatividad
o estilo particular del paciente, que ha permanecido oculto durante tanto tiempo para poder
estructurar su personalidad de manera más consciente y lúcida.
Brindar su información para la comprensión global del paciente. El AT brindará información
fidedigna sobre el comportamiento del paciente fuera del espacio terapéutico. Será él quien verá
con quién se vincula el paciente, qué tipo de emociones predominan en sus relaciones y
reacciones, qué conductas suelen llamar la atención, su tipo de alimentación, sueño, hábitos de
higiene, etc.
Representar al terapeuta. Para el paciente, el AT es como una extensión del terapeuta fuera de
los límites del espacio terapéutico. Por lo tanto, en ocasiones el AT tendrá que ayudar al
paciente a digerir ciertos señalamientos hechos en la sesión terapéutica, intentando reforzarlos.
Servir como agente catalizador de las relaciones familiares. Dada su neutralidad y su capacidad
de ver objetivamente las situaciones y relaciones familiares, el AT funcionará como una especie
de árbitro cuando hay situaciones familiares conflictivas. Es conveniente que el AT evite que
cualquier miembro de la familia perpetúe los síntomas del paciente o sabotee el tratamiento.
Investigación. Es el AT quien tendrá que investigar las potencialidades del paciente para
proponerle tareas acorde con sus intereses que le permitan recomponer su realidad y elaborar
un proyecto de vida.

Modalidades de abordaje en Acompañamiento Terapéutico:


INSTITUCIONAL: Dentro de una institución, en la que resulte necesario, que el paciente
encuentre una contención y atención personalizada, exclusiva y especializada. El
acompañamiento terapéutico institucional se entiende también en las internaciones
domiciliarias, cuando se quiere evitar la institucionalización del paciente, pero es necesaria la
presencia estable y terapéutica del acompañante.
AMBULATORIO: En el pasaje a la extenuación de una institución, o al comienzo de
resocialización de un paciente que ha sido internado en su domicilio. Las salidas con un
acompañante terapéutico estarán planificadas estratégicamente según las necesidades
emocionales del paciente.
Paulatinamente, acompañar y posibilitar al paciente el desarrollo de la capacidad de hacer cosas
por sí mismo, al comienzo acompañado, construyendo la trama estable para que lo dicho sea
posible. Si se entiende al vínculo AT-Paciente, como externo-interno, se comprende que aunque
acompañado, es el paciente el que hace los logros, quien teje su trama valiéndose del
instrumento-dispositivo.
Las salidas terapéutico-recreativas no son azarosas, sino que tienen objetivos específicos en la
construcción del tejido, la resocialización, y desarrollo de autonomía, así como objetivos
terapéuticos en el plano de lo motriz, en la ubicación témpora-espacial, en la creación de un
espacio entre el impulso y la acción.
DOMICILIARIO: El acompañante terapéutico funcionará como regulador y matizado de
las exigencias y estímulos entre la familia y el paciente, con el objetivo de construcción
conjunta de una nueva modalidad de relación, más contenedora para todo el grupo familiar
(trabajando en equipo junto al profesional que tenga a cargo el tratamiento psicológico del
paciente y familia).
REGIMEN DE VISITAS CONTROLADAS: La presencia de una figura, que permita regular
los estímulos emocionales, funcionar de membrana que filtre, de tercero representante de la ley,
de resguardar el derecho de menores o pacientes con capacidades especiales, es otra función
que llevan a cabo los acompañantes terapéuticos. Asimismo, oficiar de regulador emocional,
de contención y elemento de seguridad, en pacientes que transitan procesos judiciales y han
sido objeto de maltrato psico-físico, cualquiera sea su edad.
El acompañante terapéutico tiene un importante papel en lo que respecta a informar al juzgado
lo que considere importante, y sobre el transcurrir del proceso en general.
PREVENTIVO: No siempre es necesario esperar a que la caída acontezca, en algunos casos
esto puede ser previsto, anticipado, tanto por un profesional de la salud, como por la familia, en
esos casos, un acompañamiento terapéutico que sostenga, que construya una red, que auxilie
allí donde no hay tejido, podría preparar el terreno para que la caída sea menos pronunciada,
que tenga efectos menos dañinos, o en el mejor de los casos, que no acontezca, gracias a un
planeado trabajo en equipo.
La investigación permanente en las temáticas que nos convocan es un paso en el desarrollo de
la prevención, aportando conocimiento y experiencia, al estado del arte.
Cuando el paciente que es atendido en Escrabel requiere del servicio de Acompañamiento o
bien lo solicita un familiar en forma espontánea, hacemos el trabajo de admisión, evaluación de
la problemática familiar y la derivación al o a los AT que consideramos indicados para el caso.
Luego realizamos el armado del dispositivo, el contacto con los demás profesionales
intervinientes y la supervisión semanal del trabajo de los AT.
Bibliografía.

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Sexual).
 https://es.wikipedia.org/wiki/Abuso_sexual_infantil (Características del Abuso
Sexual Infantil).
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 http://files.sld.cu/prevemi/files/2013/07/definicion.pdf (Definición de Abuso Sexual-
Maltrato Infantil).
 http://repositorio.uchile.cl/tesis/uchile/2011/ar-aldunce_a/pdfAmont/ar-aldunce_a.pdf
(Efectos del abuso sexual infantil).
 http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062006000100006
(Indicadores del Abuso Sexual).
 http://revistaesperanza.com/falsedad.htm (Falsedad en Denuncias de Abuso Sexual).
 http://www.abusosexual-
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(Prevención del Abuso Sexual).
 https://www.margen.org/suscri/margen54/balada.pdf (El Proceso Judicial).
 https://psicologiaymente.net/desarrollo/sindrome-alienacion-parental-maltrato-infantil
(Síndrome de Alienación Parental).
 http://www.escrabelsaludmental.com.ar/index.php/acompanamiento-terapeutico
(Modalidades de trabajo del Acompañante Terapéutico).
https://acompaniamientoterapeutico.wordpress.com/funcion-del-acompanante-
terapeutico/ (Definición y Funciones del Acompañante Terapéutico)

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