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Y MANTENIMIENTO D E BALSAS
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GOBIERNO MINISTERIO-
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MANUAL PARA EL
MANTENIMIENTO DE BALSAS
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PUBLICADO POR EL COMITÉ NACIONAL ESPAÑOL DE GRANDES PRESAS
Orense,3. 28020 Madrid, España
www.s~ancold.es
@ CNEGP, 2010
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser
realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos
Reprográficos,www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
ISBN: 978-84-89567-16-0
Depósito legal: V-3585-2010
Impreso en España - Printed in Spain
En los últimos años se ha venido observando en todo el país una creciente actividad
en materia de proyecto y construcción de balsas de agua para riego, infraestructuras li-
gadas, fundamentalmente, a la necesidad de disponer de un embalse próximo a las zo-
nas de riego para tener una menor dependencia de los embalses creados por las pre-
sas situadas, a veces, a decenas de kilómetros del punto de utilización del agua.
La Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Ma-
rino, de acuerdo con el convenio de colaboración existente con el Centro de Estudios y
Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), encargó a este organismo la realización
de un documento de titulo Manual para el Diseño, Construcción, Explotación y Mante-
nimiento de Balsas. El CEDEX se ha encargado de establecer las líneas generales del
documento, los criterios de seguridad que éste debía incorporar y la coordinación de los
trabajos desarrollados por los distintos laboratorios del CEDEX que han participado en
su redacción. A esta tarea se incorporó posteriormente el Comité Nacional Español de
Grandes Presas, y más concretamente su Comité de Balsas, que ha colaborado acti-
vamente en las actividades y reuniones técnicas que se han efectuado, así como en la
Jornada organizada el pasado mes de Mayo de 2009 para dar a conocer el contenido
del borrador de este Manual y para recoger los comentarios y observaciones del amplio
colectivo multidisciplinar de este sector.
Se recoge el estado del arte en las distintas materias implicadas en dichas fases, que
ha sido objeto de análisis y debate en las numerosas reuniones que el grupo de traba-
jo ha mantenido. Gran parte de los comentarios y de las recomendaciones que en él se
recogen han sido tomadas de la experiencia personal de cada uno de ellos y de la ex-
tensa bibliografía técnica consultada. Por ello, creemos que el Manual puede ser muy
útil para llamar la atención sobre los aspectos técnicos más relevantes desde el punto
de vista de la Seguridad de las Balsas.
CEDEX
- Laboratorio de Geotecnia
o José Manuel Martínez Santamaría
o José Estaire Gepp
o Aurea Perucho Martínez
- Laboratorio Central de Estructuras y Materiales
o Manuel Blanco Fernández
o Angel Leiro López
o Florencio García Sánchez
o Jorge Mora de Sambricio
- Laboratorio de Hidráulica del Centro de Estudios Hidrográficos
o Luis Balairón Pérez
o Cristina Lechuga García
Se ha contado además con la colaboración del Profesor José Ma Rodríguez Ortiz, que
ha hecho la revisión completa del borrador.
A todos ellos quiero agradecer el dinamismo mantenido en las muchas reuniones Ile-
vadas a cabo y el tiempo que han dedicado a ellas, con la esperanza que el texto sea
de utilidad a los que de un modo u otro tienen responsabilidadesen el campo de las bal-
sas, sean consultores, constructores o explotadores.
Procede finalmente rendir un merecido homenaje a la dedicación prestada, a la labor
callada y al trabajo bien hecho, con un recuerdo especial a D. Joaquín Segura Graiño,
cuyo fallecimiento durante la realización de los trabajos no le ha permitido ver refleja-
das en el texto sus muy valiosas aportaciones.
1.=OBJETIVOSY ALCANCE....................................................................................... 1
1.1. Objetivos............................................................................................................ 1
1.2.. Definición de balsa.......................................................................................... 2
.
1.3.. Ambito de aplicacion.......................................................................................... 3
I
.
10.2.. Inspeccion visual ......................................................................................... 148
I
FOTOGRAF~AS
Fotografía 1. Penetrómetro dinámico tipo DPSH....................................................... 8
Fotografía 2.. Máquina de sondeos a rotación....................................................... 9
Fotografía 3.. Canal de entrada escalonado.......................................................... 19
Fotografía 4.- Sistema de entrada de agua mediante vertido directo
sobre canal....................................................................................... 20
Fotografía 5.- Entradas de agua mediante tubería (izquierda) o tubería en pico de
flauta (derecha), con vertido directo................................................. 21
Fotografía 6.- Entradas de agua mediante arqueta de hormigón sobre
la lámina con rebaje del talud............................................................... 22
Fotografía 7.. Entrada de agua mediante arqueta...................................................... 25
Fotografía 8.. Distintas tipologías de aliviaderos.................................................... 27
Fotografía 9.. Aliviadero en tubos con embocadura circular...................................... 30
Fotografía 10.- Aliviadero en marco (izquierda) y entrada de agua
mediante canal escalonado (derecha)............................................... 30
Fotografía 11. Aliviadero en badén.......................................................................... 31
Fotografía 12.. Aliviadero en torre...............................................................................32
Fotografía 13.. Aliviadero Morning Glory ................................................................... 32
Fotografía 14.. Aliviaderos en laberinto....................................................................... 33
Fotografía 15.. Tomas con válvulas de seguridad...................................................... 34
Fotografía 16.. Toma fija con rejilla............................................................................. 35
Fotografía 17.. Bulbo enrejillado o "alcachofa".........-...: . . ................... 35
......................
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1.1.-OBJETIVOS.
Las balsas de agua1 son estructuras hidráulicas muy abundantes en toda la geogra-
fía española. Por el volumen, número e importancia que han alcanzado estas estructu-
ras, las administraciones públicas competentes en la materia, consideran prioritario ga-
rantizar un nivel de seguridad adecuado de las mismas así como un buen funciona-
miento de sus instalaciones.
Son precisamente los dos aspectos anteriores los principales objetivos perseguidos
por este manual: el constituir un documento técnico que facilite la divulgación de ideas
y conceptos básicos del diseño de balsas de contención de agua y de su explotación,
para que ambas cosas se hagan de forma segura.
Se podrían considerar también bajo esta misma denominación a las balsas que almacenan agua potable a efectos
de diseño de vaso, dique de cierre, tomas, desagües, etc, pero estas deben cumplir unos criterios sanitarios que no
son objeto de este Manual, por lo que quedan al margen de éste.
7- OBJETIVOS
Y ALCANCE
O.- Cimiento del dique de cierre. Capítu- 5.- Anchura del dique de cierre. Aparta-
lo 3 y Apartado 5.2. do 6.2.3.
1.- Dique de cierre. Apartado 5.3 y Ca- 6.- Resguardo de la balsa. Apartado 6.2.3.
pítulo 6. 7.- ~liviadero.Apartado 4.2.
2.- Desagüe de fondo. Apartado 4.3. 8.- Canal de entrada de agua a la balsa.
3.- Toma de la balsa. Apartado 4.3. Apartado 4.1.
4.- Dren perimetral a pie de talud. Apar- 9.- Dispositivos de entrada de agua a la
tado 5.5. balsa. Apartado 4.1.
10.- Elementos auxiliares. Apartado 4.4.
A efectos del presente Manual, las balsas se considera que están constituidas, de for-
ma general, por un dique de cierre, ejecutado mediante estructuras de tierra (rellenos)
realizadas, fundamentalmente, con materiales procedentes de las excavaciones nece-
sarias para su construcción, que actúan como elemento de contención del agua, y por
el vaso de la balsa, constituido por la zona de almacenamiento de agua, que incluye las
posibles zonas en ladera y desmonte.
Por altura de dique de cierre se entenderá la diferencia de cota entre el punto más
bajo de su cimentación y el punto más alto de la estructura resistente, sin tener en cuen-
ta los posibles rastrillos, pantallas de impermeabilización, rellenos de grietas u otros ele-
mentos semejante.
Las balsas son embalses de agua, por lo que les será de aplicación la Directriz Bási-
ca de Planificación de Protección Civil frente al Riesgo de Inundaciones y, en algunos
casos, la Instrucción para el Proyecto, Construcción y Explotación de Grandes Presas
o el Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses. No obstante, existe
un gran número de estructuras hidráulicas de almacenamiento de agua que presentan
unas condiciones particulares y diferenciadoras que, a nivel de recomendaciones técni-
cas, motivan la redacción del presente Manual.
Que el dique de retención tenga una altura inferior a 10 m, o que teniendo una altu-
ra de entre 10 y 15 m, tenga una capacidad de almacenamiento inferior a 1 hm3.
En el caso de balsas cuya altura de dique de retención sea menor de 5 m o que ten-
gan una capacidad de embalse inferior a 100.000 m3, el presente Manual también se
considera de aplicación, con las lógicas modificaciones que se deriven de las circuns-
tancias específicas de cada balsa en concreto y de sus condicionantes.
7- OBJETIVOS
Y ALCANCE
Quedan fuera del ámbito del presente Manual todas aquellas balsas cuya problemáti-
ca geológico-geotécnica condicione su diseño, por tratarse de terrenos geotécnicamen-
te difíciles, cuyo estudio y alcance no queda contemplado en el contenido del presente
texto.
Lógicamente, toda balsa o presa que supere las dimensiones enumeradas en los pá-
rrafos anteriores deben seguir los criterios establecidos en la normativa técnica vigente
sobre seguridad de presas, embalses y balsas, apoyándose en las guías técnicas ela-
boradas por el Comité Nacional Español de Grandes Presas (SPANCOLD).
2- NORMATIVA
DE REFERENCIA
NORMATIVA DE REFERENCIA.
e Orden Circular 326100 sobre Geotecnia Vial en lo referente a materiales para la cons-
trucción de explanaciones y drenajes. (Este texto modifica una serie de artículos del
PG-3/75).
3- ESTUDIOS
PREVIOS DEL TERRENO Y LOS MATERIALES
.-
3.1.1 RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN EXISTENTE.
a Inventario de taludes.
a Zona de préstamos.
Se entiende por zona de préstamos a toda aquella zona de la que se extraerán los
materiales necesarios para la ejecución del dique de cierre. A este respecto es conve-
niente hacer constar que, por economía, en numerosos casos, los materiales procede-
rán de las excavaciones a realizar para la implantación del cimiento del dique o de las
regularizaciones a efectuar en la zona del vaso de la balsa, por lo que la denominada
zona de préstamos coincidiría con la zona de implantación del dique de cierre o del va-
so de la balsa, respectivamente.
Con objeto de conocer el terreno sobre el que se implantará el dique de cierre así co-
mo las características de los materiales existentes en dicho terreno, se realizarán, co-
mo mínimo, los siguientes reconocimientos:
- . ..
i:
t..
. ,i. ., .
.-
Fotografía 1 Penetrómetro dinámico tipo DPSH
- Cuando la longitud de coronación del dique de cierre sea superior a 100 m, se ha-
rá, al menos, 1 sondeo mecánico.
- Cuando la información previa disponible sobre el terreno de apoyo del dique sea
muy escasa y, por lo tanto, se desconozcan sus principales características geo-
técnicas.
La profundidad de los sondeos debe ser suficiente para localizar y determinar la geo-
metría y las propiedades de todos los estratos de suelos y rocas que pueden afectar al
comportamiento futuro de la balsa. Esta profundidad se puede estimar entre 3 y 3,5ve-
ces la altura de la balsa. En todo caso, la profundidad mínima debería ser de 10 m. Al
menos, uno de los sondeos se debería realizar en la zona en la que el dique presente
su mayor altura.
Con objeto de determinar las características de permeabilidad del terreno del vaso y
las condiciones de apoyo del elemento impermeable, a colocar si fuera necesario, se
realizarán, como mínimo, los siguientes reconocimientos:
Se entiende por zona de préstamos toda aquella zona de la que se extraerá material
para la ejecución del dique de cierre.
Con las muestras tomadas en las calicatas se realizarán los siguientes ensayos de
identificación: granulometría, límites de plasticidad, contenido en sulfatos, carbonatos y
materia orgánica.
a Ensayos de deformabilidad.
Con las muestras de los materiales susceptibles de ser utilizados en la ejecución del
dique de cierre se realizarán, como mínimo, los siguientes ensayos de laboratorio:
a) Caracterización.
(/ Ensayos de dispersabilidad: Ensayo Crumb (en el Anejo 2.E se recoge una des-
cripción del mismo).
Las rocas se pueden clasificar de acuerdo a la Tabla 19 del Anejo 2.8, en la que ade-
más se indican algunas características sobre su comportamiento mecánico. Asimismo,
en la Tabla 20 del mismo Anejo se recogen los grados de alteración de las rocas, de
acuerdo al método de descripción preconizado por la Sociedad Internacional de Mecá-
nica de Rocas (ISRM).
3- ESTUDIOS
PREVIOS DEL TERRENO Y LOS MATERIALES
Se investigarán los materiales existentes en las zonas de préstamo que se hayan de-
terminado, con objeto de conocer la potencial utilización de dichos materiales para eje-
cutar el dique de cierre de la balsa. El concepto de zona de préstamo se definió en el
Apartado 3.1.2.3.
Los materiales que se dispongan en el cuerpo del dique de cierre deben ser capaces
de garantizar, durante toda la vida útil de la balsa, su estabilidad, integridad e imper-
meabilidad. La impermeabilidad también puede obtenerse mediante medidas externas,
como pueden ser las geomembranas.
Por último, las balsas de agua nunca deben ubicarse en zonas ocupadas por verte-
deros y escombreras.
3- ESTUDIOS
PREVIOS DEL TERRENO Y LOS MATERIALES
Los materiales, tanto suelos como rocas, que se analicen para su posterior utilización
en la construcción de la balsa se identificarán y clasificarán en categorías o grupos que
tengan propiedades similares.
a Granulometría.
a Límites de plasticidad.
a Humedad natural.
a Contenido en yeso.
a Dispersabilidad.
a Resistencia al corte.
a Permeabilidad.
En la valoración de las propiedades anteriores hay que tener en cuenta que la densi-
dad y la resistencia al corte son los dos parámetros fundamentales de diseño de la sec-
ción transversal del dique, por lo que una correcta estimación influirá en las condiciones
de estabilidad.
Los valores de los parámetros geotécnicos de los materiales susceptibles de ser utili-
zados en la construcción del dique de cierre serán los siguientes, independientemente
de otros requisitos adicionales que pudieran derivarse de las exigencias del proyecto:
a Límites de plasticidad: el límite líquido será inferior a 50%; además, si el Iímite Iíqui-
do es superior a 40, el índice de plasticidad será mayor del 73% del valor que resul-
ta de restar 20 al límite líquido (IP>0,73(LL-20)).
e Limites de plasticidad: el límite líquido (LL) debe ser inferior al 90%. En caso de que fue-
ra superior a 50 el índice de plasticidad (IP) deberá ser menor del 73% del valor que re-
sulta de restar 20 al límite liquido (IP<0,73(LL-20)).
Todos los materiales que no cumplan las condiciones anteriores se considerarán suelos
inadecuados y no se podrán utilizar bajo ningún concepto.
Los problemas más importantes que pueden plantear los materiales marginales son los
derivados de elevados valores de deformabilidad, dispersabilidad, alterabilidad, evolutivi-
dad, solubilidad, expansividad y colapso, entendido como asiento instantáneo bajo carga
cuando aumenta su contenido de humedad.
El estudio exhaustivo que se realizará sobre las características de los materiales contará,
al menos, obligatoriamente, con los siguientes ensayos:
Para el correcto funcionamiento de una balsa con las adecuadas garantías de control
y seguridad exigibles a cualquier estructura hidráulica es preciso disponer de una serie
de elementos que permitan la entrada de agua a su interior y su salida de forma segura.
- Tomas.
- Desagües de fondo.
a Aliviaderos.
a Elementos auxiliares:
- Galerías de servicio.
- Caseta de control.
- Elementos de cubierta.
Las obras de entrada de agua a una balsa deberán estar diseñadas de tal modo que
el agua no produzca desperfectos en la balsa para ningún valor del caudal previsto. En
base a esta premisa, los dos aspectos fundamentales a tener en cuenta para la adop-
ción del dispositivo de entrada de agua son el tipo de impermeabilización de la balsa y
el valor del caudal de entrada.
- Mediante arqueta.
Este sistema de entrada de agua en la balsa se suele realizar, en función del caudal,
de la procedencia del agua y de la geometría de la balsa, de dos formas diferentes: ver-
tido sobre un canal de entrada, liso o escalonado, que suele estar provisto de algún ele-
mento de disipación de energía, y vertido directo sobre la geomembrana.
Esta disposición resulta adecuada cuando se tienen caudales elevados que llevarían
a unas dimensiones muy grandes para una arqueta.
Cuenco
amortiguador
Figura 2.- Esquema de sistema de entrada de agua mediante vertido directo sobre canal escalonado
Resumidamente, las partes de las que constará este tipo de solución son las siguientes:
Arqueta de entrada.
Cuenco amortiguador.
a Ejecución del canal de entrada y unión de éste con la geomembrana, tanto en el ca-
so de la ejecución de éste sobre la propia geomembrana como en el caso de su eje-
cución sobre el terreno y posterior unión con la geomembrana (ver Apartado 9.3.4.).
Consiste este sistema en la entrada de agua por vertido directo sobre la propia geo-
membrana, para lo cual a veces se hace previamente un pequeño cajeado del talud in-
terior de la balsa y10 se protege éste en la zona de vertido (en una anchura superior a
medio metro, por cada lado, a la ocupada por la lámina de agua en su descenso) me-
diante una doble Iámina, es decir, colocando un babero, que es una segunda geomem-
brana cuya misión es exclusivamente protectora y no impermeabilizante. En el babero
se deberán dejar los oportunos orificios en la zona de fondo para la salida de agua en
el desembalse y en coronación, para la salida de aire durante el llenado.
Las dos disposiciones más usadas en este tipo de entrada son las siguientes:
En cuanto a las entradas por el fondo o inferiores, éstas se pueden disponer de las si-
guientes formas:
La entrada inferior mediante un codo de 90° por el fondo de la balsa se puede realizar
de tres maneras diferentes, tal y como se muestra esquemáticamente en la Figura 4.
Figura 4.- Diferentes esquemas de entrada de agua inferiores mediante codo de 90"
En el empleo de este tipo de sistemas, tal y como se explica en el Anejo 3, es preci-
so tener en cuenta que con niveles de agua en la balsa bajos, es necesario regular la
velocidad de salida de agua de la conducción al objeto de no generar daños en el cuer-
po de la balsa.
Especial atención habrá que dedicar a la unión de las entradas inferiores mediante co-
do de 90° con la geomembrana, ya que constituye un punto débil de este sistema (Apar-
tado 9.3.4), especialmente en las disposiciones a) y c) (contacto hormigón-terreno-lá-
mina).
a) Arqueta con entrada inferior mediante codo de 90' b) Arqueta con entrada recta por uno de los laterales
Figura 5.- Esquema tipo de las principales entradas inferiores mediante arqueta
El empleo de un sistema con arqueta presenta la ventaja de que la propia arqueta pro-
duce una disipación de la energía de salida del flujo, reduciendo los riesgos de causar
daño el cuerpo de la balsa.
En la mayoría de los casos estas arquetas son de planta cuadrada y paramentos ver-
ticales, aunque en ocasiones se disponen paramentos en talud.
También casi siempre la coronación de la arqueta coincide con la rasante del fondo
de la balsa, lo cual evita la caída de la lámina de agua vertiente sobre la geomembra-
na del fondo. Por otro lado, esta disposición favorece también la ejecución correcta de
la unión geomembrana-hormigón.
v. Mediante tubería en pico de flauta.
En el caso de que se disponga una galería visitable para alojar los conductos de to-
ma y desagüe de fondo, ésta se debe aprovechar también para alojar la tubería de en-
trada de agua. En caso de que la misma se prolongue hasta el talud interior de la bal-
sa, se debe finalizar dándole la misma inclinación del talud y disponiendo las rejillas o
elementos adecuados a las tuberías de entrada-salida.
4.2.- ALIVIADEROS.
A diferencia de lo que sucede en las grandes presas, en las que el aliviadero condi-
ciona incluso el propio perfil hidráulico de la estructura, en las balsas que entran dentro
del ámbito de aplicación de este Manual, el caudal que puede acceder a su interior es-
tá muy limitado por los dispositivos de entrada, por lo que los aliviaderos serán de mu-
cha menor entidad que en las presas, pero no por ello dejan de tener su imports,ncia en
la seguridad de la balsa. De ahí la necesidad de realizar un adecuado dimelnsiona-
miento de los mismos, lo que requiere la selección del tipo más adecuado y la fijación
del caudal de cálculo.
Los tipos más frecuentes de aliviaderos (Figura 8) que se suelen disponer en balsas son
los siguientes:
A) Aliviaderos en tubos.
C) Aliviaderos en badén.
D) Aliviaderos en torre.
En cualquiera de los casos, la salida del caudal de agua por el aliviadero será libre,
evitando el uso de compuertas y de elementos de regulación, y tendrá las dimensiones
adecuadas para cumplir con su función sin agotar el resguardo en el momento de má-
ximo desembalse.
A) Aliviaderos en tubos.
Este sistema consta de uno o varios tubos (normalmente de PVC, [en el Capítulo 8, Ta-
bla 3 se encuentra la composición básica y la nomenclatura de todos los materiales sinté-
ticos utilizados mayoriatiamente en la construcción de balsas] metálicos o de hormigón)
que atraviesan la coronación de la balsa (ver Apartado A3.5.1). La embocadura se puede
'
hacer en pico de flauta o circular (Fotografía 9). El diámetro mínimo de estas tuberías no
debería de ser inferior a 60 cm, independientemente del caudal de cálculo, para tratar de
evitar que sean taponadas para conseguir un mayor volumen de embalse.
.
A .
Fotografía 9.- Aliviadero en tubos con embocadura circular
Los caudales a evacuar son mayores que en el caso anterior, y la solución resulta ser
más adecuada y segura. El aliviadero consiste, en este caso, en una sección de hormi-
gón armado, rectangular o trapezoidal, seguida por un canal de descarga y un elemen-
to de amortiguación de energía (Fotografías 8 y 10; ver Apartado A3.5.3). Son solucio-
nes en cierto modo análogas, aunque a menor escala y con las simplificaciones im-
puestas por su diferente naturaleza, a las usadas en presas de materiales sueltos. La
importancia, dimensiones y existencia de todos los elementos que forman el conjunto,
dependerá del valor del caudal e importancia de la balsa.
En general, y cuando se trata de una balsa con zona de desmonte y zona de terra-
plén, uno de los emplazamientos para situar un aliviadero de este tipo, es el punto de
transición de una a otra, ya que permite cimentar la estructura sobre aquél en vez e es-
te último.
-I
.-
Fotografía 11 Aliviadero en badQn
C) Aliviaderos en badén.
D) Aliviaderos en torre.
Este tipo de aliviaderos, formados por una pequeña torre vertical, generalmente de
sección cuadrada, que conecta con un marco horizontal que atraviesa el dique de la bal-
sa, se emplean fundamentalmente en balsas semiexcavadas donde no existe zona de
contacto desmonte-terraplén, lo que obligaría, en caso de adoptar otra tipología, a dis-
poner un canal apoyado sobre el dique (Fotografía 12).
Fotografía 12.- Aliviadero en torre
Existen otros tipos de aliviaderos que se pueden utilizar en las balsas como, por ejem-
plo, aliviaderos laterales, Morning Glory (Fotografía 13) o en laberinto (Fotografía 14),
que debido a su singularidad quedan fuera del ámbito de este Manual y para cuyo di-
seño sería preciso recurrir a técnicos especialistas.
Fotografía 14.- Aliviaderos en laberinto
Tomas.
Mediante arqueta.
B. Flotantes.
Desagües de fondo.
B. Mediante aruueta.
Un sistema de salida de agua suele estar formado por un dispositivo de toma, un tra-
mo de tubería que atraviesa el dique principal, una serie de válvulas y una conducción
hasta los centros de distribución. Esta disposición, en función del tamaño e importancia
de la balsa, podrá adquirir diferentes grados de complejidad. El parámetro principal pa-
ra el dimensionamiento de esta instalación es el caudal punta de distribución y para su
determinación será preciso conocer las demandas previstas.
4.3.1 .-TOMAS.
Las tomas permiten la salida del agua de la balsa de acuerdo con el régimen de ex-
plotación establecido. Generalmente están compuestas por una o varias conducciones
metálicas con un funcionamiento hidráulico en régimen de presión, que toman agua a
una cota algo más elevada que el fondo de la balsa y nunca por debajo de la de los de-
sagües de fondo. Estas tomas pueden ser de varios tipos:
Tomas flotantes.
Habría un tercer tipo de tomas, denominadas tomas en sifón (Figura 7), que si bien no
se plantean durante el diseño de la balsa, pueden ser interesantes en balsas en explo-
tación, en las que se quiere aumentar la capacidad de toma sin ejecutar una obra im-
portante. Debido a su singularidad quedan fuera del ámbito de este Manual y para su
diseño sería preciso recurrir a técnicos especialistas. Su principal ventaja es que no
afectan a la estructura de la balsa, y su principal inconveniente radica en la necesidad
de cebado para que puedan funcionar. Su uso no es muy frecuente, limitándose a ca-
sos de balsas muy pequeñas.
Las tomas de agua para distribución se diferencian de los desagües de fondo para el
vaciado total de la balsa, fundamentalmente, en la magnitud del caudal a derivar (me-
nor en este caso) debido a su diferente función, en la profundidad a la que se sitúan y
en la apertura de la reja o filtro de retención que protege el orificio de salida.
En el otro extremo del conducto se situará la válvula de corte, accionada mecánica y10
manualmente, así como todos sus elementos auxiliares (by-pass, grupos oleo-hidráuli-
cos, etc.), todos ellos convenientemente protegidos por una arqueta o por una caseta
de llaves (ver Apartado 4.4.3.). Si fuera posible, sería recomendable disponer de otra
válvula situada lo más aguas arriba posible, que podría utilizarse como un dispositivo
de seguridad en caso de tener que aislar la tubería bajo el dique de cierre. Esta válvu-
la complementaría a la situada en el extremo de la conducción, que se utilizaría como
dispositivo de regulación. Este esquema resulta muy fácil de ejecutar cuando las con-
ducciones de disponen en el interior de una galería visitable.
En cualquier caso esa conducción debe diseñarse con seguridad, lo cual supone cum-
plir, además, las siguientes condiciones: ser continua sin soldadura, tener suficiente es-
pesor y estar protegida frente a la corrosión.
Otro aspecto básico a contemplar es el
de la velocidad del agua en su interior. En
este sentido, se recomienda que esa velo-
cidad se sitúe por encima de 0,6 mls y, pre-
feriblemente, por debajo de los 2 rnls.
La toma fija en la solera suele colocarse a una cota ligeramente superior a la de ésta,
para evitar la entrada de sólidos. En ese sentido, y como una recomendación de segu-
ridad complementaria, es frecuente colocar en ella rejillas o bulbos enrejillados, deno-
minados alcachofas, que en caso de ser metálicos, deberían estar galvanizados, o ser
de acero inoxidable (Fotografías 16 a 18).
Para evitar que una toma en solera quede inutilizada en un breve plazo de tiempo, y
para fijar definitivamente la cota a la que debe situarse, es conveniente estimar cuál se-
rá el espesor medio anual de sedimentos en el interior del vaso. Cuanto más elevada
con respecto a la solera sea la cota de la toma, menor será la capacidad útil de la bal-
sa. Se recomienda que ese volumen de agua no utilizable no exceda del 5% de la ca-
pacidad máxima de almacenamiento.
Si la toma se dispone sobre el talud, ésta se puede diseñar con un codo, de manera
que salga en ángulo recto con respecto al talud. De esta forma, la conexión de la Iámi-
na será más sencilla (Figura 9).
Las tomas fijas inferiores se pueden disponer de las siguientes formas, con las mis-
mas características expuestas en el Apartado 4.1. para las entradas inferiores:
Figura 9.- Toma con codo sobre el talud
a Mediante arqueta.
La entrada de la arqueta se debe proteger con rejas espaciadas lo suficiente como pa-
ra evitar la entrada de objetos que puedan obturar los conductos situados a continua-
ción de ella. Para minimizar ese riesgo se recomienda que en ella la velocidad del agua
no sea inferior a 0,6 mls.
B. Tomas flotantes.
La toma flotante consiste en un tubo de materiales plásticos (por ejemplo, PVC ó PE)
o acero inoxidable (para el caso de diámetros grandes) con la entrada de agua en un
extremo mientras que el otro se une a la solera del vaso de la balsa mediante un dado
de hormigón en cuyo interior se aloja el conducto de salida de la toma al exterior. El ex-
tremo en el que se encuentra la entrada de agua se mantiene ligeramente por debajo
del nivel de la balsa con un sistema de flotadores, de forma que es posible tomar el
agua con independencia de a qué cota se encuentre ésta. Se utilizan fundamentalmen-
te cuando el agua que se quiere suministrar debe tener una temperatura próxima a la
ambiental y un mínimo contenido de materia en suspensión.
En el diseño de este tipo de sistemas habrá que prestar especial atención a la zona
de descanso de la toma flotante cuando se produce el vaciado completo de la balsa, pa-
ra evitar perforaciones imprevistas en la geomembrana. Normalmente esa zona de des-
canso suele encontrarse a una cota algo más baja que la del resto de la solera del va-
so, al objeto de que la toma no apoye directamente sobre la geomembrana, sino sobre
el agua, que debería tener un calado del orden de un metro (Fotografía 19).
Este tipo de sistemas tiene como principal inconveniente el que si el oleaje es fuerte,
y los tubos metálicos, los esfuerzos provocados por aquel en éstos y en el sistema de
anclaje pueden provocar holguras y problemas en el cierre.
9I
Fotografía 19.- Toma flotante (izquierda) y detalle del anclaje al fondo del vaso (derecha)
Por ello, el desagüe de fondo es, junto con el aliviadero, un elemento fundamental en
la seguridad de una balsa, por lo que su construcción y diseño deben vigilarse de for-
ma especial.
Al estar situado el dispositivo de desagüe a una cota cercana a la de la solera del va-
so, es preciso instalar en él un enrejado que impida el paso de elementos de cierto ta-
maño al conducto situado a continuación.
Los desagües se pueden disponer de las siguientes formas, con las mismas caracte-
rísticas expuestas en el Apartado 4.1. para las entradas inferiores:
Mediante codo de 90° por el fondo de la balsa.
Mediante arqueta.
Los codos en los desagües de fondo a veces no resultan muy recomendables por los
posibles atascos producidos por la acumulación de sedimentos.
Las mismas recomendaciones que se hicieron en el Apartado 4.3.1. son válidas para
este tipo de elementos en lo que es refiere a precauciones constructivas a adoptar (con-
ductos alojados en una excavación efectuada a tal efecto que posteriormente se hor-
migona (Fotografía 21) o en el interior de galerías visitables o de otra conducción de ma-
yor diámetro) o, en el caso de balsas impermeabilizadas con geomembranas, a su
unión con estas últimas.
De manera esquemática, los elementos auxiliares de una balsa son los siguientes:
Galerías de servicio.
Galería visitable.
Caseta de control.
- Mallas de sombreo.
- Cubiertas flotantes.
CUENWAMORllGUAOO
1
ENCANCHADODE GRAV
En el caso de que el transporte sea por gravedad es una medida muy conveniente re-
gular la entrada mediante una arqueta decantadora, para evitar depósitos de sólidos en
el fondo del vaso.
Las dimensiones mínimas de la arqueta decantadora deben ser del orden de 1,O x 1,O
m* en planta y mínimo de 1,O m de profundidad, debiendo, en cualquier caso, ser com-
patibles con el sistema de extracción de los residuos empleados (cuchara bivalva, etc.).
Con estas dimensiones mínimas se debería conseguir decantar una gravilla de 10 mm
de diámetro, siempre que se consiga que la velocidad horizontal del agua en el interior
de la arqueta sea como máximo de 1 mls. Para conseguir esta última condición puede
ser necesario incrementar el ancho de la arqueta.
Asimismo, suele ser regla frecuente instalar una arqueta de rotura cuando la entrada
de agua se haga por la parte superior del dique de cierre y provenga de un bombeo o
de una conducción por gravedad a presión. Para su diseño, se pueden seguir las reco-
mendaciones dadas en el Apartado A3.4.2.2.
Con el fin de poder aislar la balsa en caso necesario, las conducciones de entrada a
la misma deberán disponer de válvulas de corte y, en ciertos casos dg un aliviadero de
seguridad aguas arriba de las mismas (Fotografía 22). Asimismo se incorporará una
conducción de by-pass para garantizar la continuidad del suministro aunque el depósi-
to quede fuera de servicio. Estos dispositivos se colocarán, preferentemente, en el in-
terior de la caseta de control (ver Apartado 4.4.3.).
Las galerías de servicio además se servir como elemento de inspección y control tie-
nen el objetivo de albergar en su interior las conducciones de toma, de los desagües de
fondo y de los elementos de drenaje, para, atravesando el dique de cierre, conectar la
balsa con la red de distribución del agua.
El tubo puede ser bien de chapa de acero galvanizado o de hormigón con camisa de
chapa.
Las tuberías de protección se suelen construir con un diámetro del orden del doble del
tubo que va dentro.
Hay que comprobar que el tubo de protección resiste la carga de las tierras, o las com-
binaciones de acciones más desfavorables, que pueden ser con mínima altura de tie-
rras y el paso de la maquinaria de compactación. Además, hay que asegurar la falta de
movimientos dentro del mismo, para evitar que pudieran soltarse las uniones.
Conviene instalar en ella sistemas de iluminación, para facilitar las tareas a desem-
peñar en su interior, así como de ventilación, para renovar el aire existente en su inte-
rior y evitar posibles condensaciones de agua que puedan oxidar las piezas metálicas
de los elementos alojados en su interior.
l
En el caso de que se disponga una galería visitable para alojar los conductos de to-
l
ma y desagüe de fondo, ésta se debe aprovechar también para alojar la tubería de en-
trada de agua. En caso de que la misma se prolongue hasta el talud interior de la bal-
sa, se debe finalizar dándole la misma inclinación del talud y disponiendo las rejillas o
elementos adecuados a las tuberías de entrada-salida.
l Las galerías visitables pueden serlo a partir de 2,00 metros de altura, y estar realiza-
das mediante los siguientes sistemas:
Podrán o no disponer de un canal de aguas bajas. Caso de contar con dicho ca-
nal, la sección de la galería queda dispuesta con una plataforma o andén de paso de
tal forma que resulta visitable. Dicho canal, a su vez, admite distintos diseños (semi-
circular, rectangular, trapezoidal, etc.). Si no se dispone de tal canal, la solera puede
ser horizontal o bien diseñarse con una cierta pendiente (del orden del 1%) de tal ma-
nera que se cree un punto bajo, bien en el centro de la misma o bien en una de las
1 esquinas que facilite la evacuación de las aguas bajas.
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1
1
'!
- Galerías prefabricadas abovedadas de hormigón armado (Figura 12). No están nor-
malizadas por ninguna norma española o europea o de ningún otro ámbito territorial,
por lo que los diseños empleados deben estar suficientemente sancionados por la
práctica.
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Hay muchos posibles diseños de galerías abovedadas. Una posibilidad es que su
l
1 sección transversal sea rectangular acabada en su parte superior en forma semicir-
cular. Pueden o no disponer de un canal de aguas bajas. Caso de contar con dicho
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1 canal, la sección de la galería queda dispuesta con una plataforma o andén de paso
de tal forma que resulta visitable. Dicho canal, a su vez, admite distintos diseños (se-
micircular, rectangular, trapezoidal, etc.).
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i
Suele construirse al final de la galería una arqueta o caseta, para instalar las piezas
de control (ver Apartado 4.4.3.).
Fotografía 25.- Ejemplo de una galería de servicio hormigonada in situ (en construcción)
Fotografía 26.- Ejemplo de una galería de servicio hormigonada in s¡tu (en servicio)
Si estas obras de fábrica son importantes, se definirán con todo detalle en el proyec-
to, donde se detallarán las secciones, medidas, etc. en los correspondientes planos.
La caseta de control o cámara de llaves podrá sustituirse por una simple arqueta en
aquellos casos en los que por su envergadura así se estime conveniente. Cualquiera
que sea la opción que se escoja, se deberá situar al pie del dique principal o en un lu-
gar próximo, aguas abajo de la balsa.
La solera de la caseta deberá tener una pequeña inclinación (2%) hacia un sumidero
que permita la evacuación de aguas producidas por las piezas especiales, como ven-
tosas, drenajes de tubos de los pilotos regulares de válvulas hidráulicas, fallos de cie-
rres, etc. Si la caseta es enterrada poseerá un dren y si es aérea tendrá el orificio pro-
tegido con malla para evitar que entren animales.
La forma de construirla puede ser armada o sin armar. También puede ser prefabri-
cada.
Hay que prever los accesos de personas al interior de la arqueta, mediante escaleras
o pates. En su diseño se tendrán en cuenta las necesidades futuras de mantenimiento
de las piezas, para, caso de ser necesario, sacarla fácilmente al exterior.
Se recomienda instalar dentro de la caseta de control los siguientes elementos por ca-
da tubería que llegue a la misma (en el sentido de la dirección del flujo):
Conducción de tubería.
Contadores volumétricos.
Las piezas especiales más comunes en las conducciones asociadas a balsas son:
Carretes pasamuros.
Carretes tranquilizadores.
Para el control del paso de agua, los equipos más comunes son:
Válvulas de mariposa con cierre tipo waffle, si no existen problemas de golpe de ariete.
Válvulas de mariposa con cierre lento, para evitar golpes de ariete, llamadas reducto-
ras.
Válvulas de una sola dirección del flujo, llamadas de "clapeta o antirretorno", exis-
tiendo también otra variante de bola.
Los contadores ultrasónicos pueden ser utilizados de forma bidireccional, evitando by-
pass. Su inconveniente es la diferencia de medidas según varía la temperatura del
agua.
En las balsas se pueden llegar a producir pérdidas importantes de agua por evapora-
ción directa. Para minimizar estas pérdidas puede recurrirse al empleo elementos de cu-
bierta que minimizan la acción de la radiación solar y el viento sobre la superficie de
agua de la balsa.
a Mallas de sombreo.
a Cubiertas flotantes de gran resistencia y pequeño espesor que flotan sobre el nivel
del agua, por lo que en todo momento deben acomodar su superficie al aumento o
disminución del desarrollo que producen los taludes interiores, lo que se resuelve
mediante un sistema de plegado formado por un sofisticado diseño de flotadores y
contrapesos que dan como resultado una superficie tersa, incluso transitable (Foto-
grafía 29).
5- CRITERIOS
GENERALES DE DISEÑO
En este Capítulo se indican una serie de criterios generales de diseño sobre los tres
elementos más importantes a tener en cuenta en el diseño de una balsa:
a El dique de cierre.
a El vaso de la balsa.
Para conseguir dichos objetivos, se deben eliminar todos aquellos elementos natura-
les y artificiales que impidan conseguir un medio natural resistente, indeformable e ¡m-
permeable, como pueden ser el caso de, por ejemplo:
5- CRITERIOS
GENERALES DE DISEÑO
Todos los elementos naturales que den lugar a un terreno abrupto, discontinuo o a
una superficie irregular.
Los terrenos que pueden constituir la cimentación de un dique de cierre puede ser: ro-
cas, materiales granulares (arena y grava) y materiales finos (limos y arcillas) o mezclas
de las tres categorías anteriores.
En aquellos casos en los que el terreno de cimentación del dique de cierre presente
una inclinación superior a lo0, se deben realizar abancalamientos del terreno natural
para evitar un posible deslizamiento a lo largo de dicha superficie inclinada.
a Suelos blandos (arcillosos o limosos), entendiendo por tales aquellos suelos en los
que en los ensayos de penetración dinámica (continua o SPT) se obtengan valores
de penetración inferiores a 10 golpes.
a Depósitos orgánicos.
.-
5.3.1 ESTABILIDAD.
Se entiende como tal la necesidad de que para las solicitaciones máximas a las que
va a estar sometido el dique, éste permanezca sin movimientos apreciables durante to-
da la vida de la obra.
;. 1,
5.3.2.- INTEGRIDAD.
Se entiende por integridad la necesidad de que todos los componentes del dique
se mantengan unidos durante la vida de la obra. Los riesgos fundamentales vincu-
lados con esta propiedad son la erosión interna y externa y el desbordamiento por
coronación.
.-
5.3.2.1 Erosión interna.
Este problema surge cuando se producen arrastres o escapes del material fino que
compone el dique de cierre, por el efecto de la filtración de agua a través de dicho di-
que. De acuerdo con lo anterior, al fenómeno de erosión interna hay que prestarle es-
pecial interés, evitando que el cuerpo del dique esté constituido por materiales no dis-
persivos y fuertes gradientes generados hacia filtros mal realizados o capas granulares
abiertas. Se entiende por suelos dispersivos aquellos suelos que, por la naturaleza de
su mineralogía y la química del agua asociada a ellos, son susceptibles a la separación
de las partículas individuales y a la posterior erosión o tubificación a través de grietas
en el suelo debido a la infiltración de agua.
Los materiales que dicho ensayo (Crumb Test) indique que son dispersivos no se de-
ben utilizar. Con los materiales calificados con dispersabilidad intermedia, se deben re-
alizar otros ensayos de laboratorio enfocados a la determinación del potencial dispersi-
5- CR~TERIOS
GENERALES DE DISEÑO
vo del suelo, entre los que cabe destacar el ensayo del doble hidrómetro (o densíme-
tro), el ensayo Pinhole y algunas determinaciones químicas como el SAR (Sodium Ab-
sorption Ratio) o el ESP (Exchangeable Sodium Percentage).
El talud exterior debe mantenerse bien conservado frente a las posibles inclemencias
meteorológicas. Como soluciones, además de la colocación de materiales granulares
gruesos, se puede recurrir a la colocación de vegetación, que es la opción más reco-
mendable desde el punto de vista ambiental, o a la colocación de geosintéticos.
Uno de los problemas más graves que puede sufrir el dique de cierre es el desborda-
miento por coronación con el consecuente arrastre progresivo de partículas superficia-
les. Este fenómeno puede dar lugar a la ruina total de la estructura, si el desbordamiento
dura un tiempo prolongado y el caudal de agua que se desborda es elevado.
Para evitar este riesgo se debe disponer de un resguardo libre, medido sobre la cota
máxima de la lámina de agua en el aliviadero, que no debe ser inferior a 1 m, de acuer-
do a lo que se recoge en el Apartado 6.2.3.4.
5.3.3.- IMPERMEABILIDAD.
El vaso de la balsa debe ser impermeable, bien por ser impermeable el propio terre-
no natural o bien por la colocación, para evitar fugas en el agua embalsada, de ele-
mentos de impermeabilización, que pueden, según los casos, completarse con la dis-
posición de elementos de drenaje. Los elementos de impermeabilización a colocar de-
penderán de la problemática específica de cada caso, pudiéndose ejecutar bien con
materiales naturales, en general arcillosos, o bien con elementos de impermeabilización
artificial, de forma general, geosintéticos con función de impermeabilización. La coloca-
ción de los elementos de impermeabilización exige la realización previa de la base so-
porte de la impermeabilización, de acuerdo a los requisitos del sistema de impermeabi-
lización que finalmente se adopte (capa de apoyo de arena, refino y10 escarificación y
posterior compactación del terreno natural, colocación de una capa de hormigón, etc.).
Otro aspecto a tener en cuenta es la estabilidad de las laderas del vaso que pudieran
verse afectadas por los sucesivos aumentos y descensos del nivel de agua embalsada.
En el caso de que se detecten laderas potencialmente inestables se debe realizar un
estudio específico, de acuerdo con los criterios que se recogen en el Capítulo 7-
Desmontes en suelo:
Desmontes en roca:
En cualquier caso, los taludes que finalmente se adopten deben ser compatibles con
las características mecánicas y con los procedimientos de puesta en obra de los ele-
mentos de impermeabilización y de protección.
5.5.- DRENAJE.
Desde el punto de vista de la seguridad, los sistemas de drenaje de los vasos de las
balsas son fundamentales para analizar su comportamiento. A través de esos sistemas
es posible examinar los caudales filtrados en la totalidad del vaso o por sectores para,
si se consideran excesivos, tomar a tiempo las medidas necesarias para remediar las
fugas. El agua circulante por ellos puede provenir de filtraciones naturales de la balsa
hacia el exterior, de pérdidas producidas en las juntas entre paños de la lámina, de
aguas de lluvia percoladas o de surgencias puntuales del nivel freático.
Por lo tanto, el drenaje de las aguas bajo las geomembranas es necesario para:
e Evitar problemas de capacidad de carga del soporte, tanto de los taludes como de la
solera.
a Por gases de fermentación (ataque de terrenos calcáreos por aguas, líquidos ácidos,
suelos ricos en materia orgánica) o por el aire atrapado en una elevación circuns-
tancial de la capa freática.
Para diseñar la red de drenaje es preciso determinar el máximo caudal que circulará
por ella, el cual, obviamente, será función de la entidad de las filtraciones que se pro-
duzcan en la balsa y si ésta está impermeabilizada por geomembrana, de las que ten-
gan lugar a través de esta última. En cualquier caso, un criterio simplista consiste en di-
mensionarla para que pueda circular, cuando el vaso está lleno, el caudal correspon-
diente a un descenso de nivel de entre 5 y 10 mmlhora.
Si el vaso de la balsa se encuentra situado por debajo del nivel freático la red de dre-
naje tendrá que tener en cuenta esta circunstancia.
5- CRITERIOS
GENERALES DE DISEÑO
en la intersección del talud con la solera. El conducto sólo se ranura en la parte corres-
pondiente de su sector, ya que para dar salida a las aguas que eventualmente pueda
llevar tiene, a veces, que contornear la intersección del talud con el fondo pasando por
otros sectores, estando en éstos sin ranurar (Fotografía 31). Todos los conductos, tan-
tos como sectores existan, deben terminar en el punto más bajo del fondo de la balsa, a
partir del cual se sacan, bien numerados, al exterior. En el caso de los sectores de fon-
do de la balsa, se usa la espina de pez que termina en un conducto totalizador, también
ranurado y que como en los sectores de talud, se debe llevar hasta el punto más bajo
de la balsa para luego sacarlo al exterior.
e Manto drenante: Consiste en forrar tanto el talud interior como el fondo del vaso de la
balsa con una capa de grava-gravilla de 25 a 40 cm de espesor, sobre la que se ins-
talarán posteriormente el geotextil y la lámina. El material drenante cumplirá las es-
pecificaciones del artículo 421 del PG3 relativo a "Rellenos localizados de material
drenante", así como el geotextil cumplirá las del artículo 422 relativo a "Geotextiles
como elemento de separación y filtro".
e Dren de Fondo: Perimetral (al pie del talud inferior) o en el fondo del vaso (espina de
pez o zanjas ortogonales). Véase Fotografía 32 a este respecto
e El material drenante deberá cumplir las especificaciones del Apartado 2.2. del artícu-
lo 420, así como las del artículo 421 del PG3.
Además de los artículos del PG3 citados con anterioridad se deberán tener en cuen-
ta las especificaciones generales del artículo 332 para rellenos localizados y en con-
creto su Apartado 5.3. relativo al relleno de zanjas para la instalación de tuberías.
5- CRITERIOS
GENERALES DE DISEÑO
En el diseño de las zanjas debe definirse su pendiente para evitar erosiones por ex-
cesiva velocidad del agua escurrida por el dren. En este sentido se recomiendan valo-
res máximos de 0,3 y 0,5 mls para arenas y gravas, respectivamente.
Con independencia del sistema de drenaje empleado en la práctica, las aguas circu-
lantes por él se evacuarán al exterior de la balsa por gravedad, y para su correcto con-
trol conviene que su salida se produzca en el interior de una arqueta de registro cons-
truida a tal efecto. Esta arqueta cumplirá las indicaciones del artículo 410 del PG3 en
cuanto a forma, dimensiones, materiales y ejecución. Además del caudal de salida con-
viene controlar su turbidez, ya que si el agua está sucia es señal de que se están pro-
duciendo arrastres. Otro síntoma del transporte de sólidos puede ser la presencia en el
fondo de la arqueta de depósitos.
Cada sector de drenaje de la balsa debe confluir a la arqueta de registro con su tube-
ría o conducto específico e independiente del resto.
Para atravesar el dique de cierre es frecuente alojar los conductos de cada sector en el
interior de una zanja excavada a tal efecto y que posteriormente se hormigona o, cuando
la balsa tiene cierta entidad, en el interior de galerías de servicio (ver Apartado 4.4.1 .).
Figura 14.1 Esquema general de la red de drenaje de una balsa (extraída de la Norma UNE
104.421)
Para evitar los perjuicios que en el pie del talud exterior del dique de cierre o en su pa-
ramento puede causar la circulación de la escorrentía superficial, es conveniente que el
proyecto de cualquier balsa contemple los elementos de canalización del agua superfi-
cial necesarios (Fotografía 37) para derivar aquella hacia áreas en las que su acción
erosiva no afecte (una buena solución puede ser derivarla al punto de vertido del ali-
viadero de la balsa).
Fotografía 36.- Control de la red de drenaje Fotografía 37.- Cuneta perimetral para encau-
zamiento de las aguas de escorrentía
5- CRITERIOS
GENERALES DE DISEÑO
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6- TIPOLOGIÁ DEL DIQUE DE CIERRE
Las tipologías del dique de cierre que se han considerado, a efectos de este Manual,
se han clasificado en los siguientes grupos, de acuerdo a la existencia de elemento de
impermeabilización artificial y a la tipología estructural del cuerpo del dique.
En estos casos, la estanqueidad del dique de cierre se consigue con los propios ma-
teriales que constituyen el cuerpo del mismo, dado que estos deben ser impermeables.
En función de su tipología se distinguen:
e Diques homogéneos.
e Diques heterogéneos.
e Geomembranas (GBR-P).
-w-
e Pantalla asfáltica.
e Pantalla de hormigón.
e Pantalla de gunita.
En la Tabla 1 se recogen las secciones tipo consideradas en este Manual. Otras, por
su mayor complejidad y menor utilización (pantalla asfáltica, de hormigón o de gunita),
tan solo se citan de manera genérica en el Apartado 6.4.2.3
6- TIPOLOGIÁ DEL DIQUE DE CIERRE
H<10m
(Ver fig. 17)
H >= 10 m
(Ver fig. 18)
Dique zonado
H >= 10 m
(Ver fig. 20)
De las secciones recogidas en la Tabla debe indicarse que, en el caso de diques sin
elemento de impermeabilización artificial (secciones 1 a 4), la sección de dique homogé-
neo con dren horizontal es la que se considera más adecuada de realizar para el caso de
altura de dique inferior a 10 m (H< 10 m), dada la dificultad que supone la ejecución de
un dren chimenea en balsas de esas dimensiones. Para alturas superiores (H> 10 m) se
6--TIPOLOGIÁ DEL DIQUE DE CIERRE
recomienda realizar la sección de dique homogéneo con dren chimenea. Esta solución,
dependiendo de la naturaleza del material impermeable, puede complementarse con la
disposición de drenes horizontales en el talud hacia el interior de la balsa.
El factor que resulta fundamental para definir la tipología del dique de cierre de una
balsa es principalmente el de la existencia o no de materiales impermeables proceden-
tes de la excavación o a pequeñas distancias.
.-
6.2.3.1 Taludes.
La inclinación de los taludes del dique será función de su altura, de las características
del material empleado en la construcción del mismo, de la tipología adoptada y de las
condiciones sísmicas.
6- TIPOLOGIÁDEL DIQUE DE CIERRE
Hay que tener en cuenta que estos taludes deben ser estables en todas las condicio-
nes posibles a las que se pueda enfrentar durante el proceso constructivo y su poste-
rior vida útil. En los Apartados 7.3.1 y 7.3.2 se describen las situaciones de cálculo que
deben contemplarse. En el Apartado 7.4 se definen los valores mínimos de los coefi-
cientes de seguridad que se deben adoptar en los cálculos de estabilidad global que se
deben realizar para dimensionar los taludes del dique de cierre. Por otra parte, en el
Apartado 7.5 se adjuntan una serie de ábacos válidos para el dimensionamiento de los
taludes de los diques de cierre de todas las secciones tipo definidas en el Apartado
6.2.1, salvo la correspondiente a un dique zonado (sección 4), dada su mayor comple-
jidad.
El talud de aguas arriba del dique de tierra debe ir protegido para evitar problemas de-
rivados de la erosión. .Esta protección se realiza habitualmente mediante un revesti-
miento o manto de protección contra la erosión por la acción del oleaje (Rip-rap). Pue-
de ser una capa granular (de espesor mínimo entre 0,5 y 1 m), un manto formado por
elementos cerámicos u hormigón, o bien mediante cables con boyas que rompan el ole-
aje, porexpan u otros elementos.
En el talud de aguas abajo se podrá realizar también una protección contra la erosión,
causada principalmente por la lluvia. Ésta puede llevarse a cabo mediante la plantación
de especies vegetales de desarrollo horizontal y adecuadas a la climatología de la zo-
na. En todo caso, la colocación de un revestimiento de escollera siempre es una buena
solución.
Se entiende por anchura de coronación la distancia entre las aristas superiores de los
taludes de aguas arriba y aguas abajo. Dicha anchura debe, por una parte, ser la me-
nor posible por razones económicas y, por otra parte, debe asegurar la estabilidad es-
tructural y ser suficiente para albergar un camino de servicio que tenga continuidad a lo
largo de toda la coronación del dique.
La coronación debe tener una pendiente mínima del 2% hacia el exterior de la balsa.
6.2.3.3.- Rastrillo.
de este elemento dependen de la altura y tipología del dique y de las características del
terreno de cimentación, en cuanto a capacidad portante y permeabilidad se refiere. En
el caso de que exista una capa en el cimiento de mayor permeabilidad, la zanja debe-
rá atravesar dicha capa permeable hasta empotrarse en otra de menor permeabilidad,
con el objeto de asegurar la estanqueidad del dique de cierre y evitar las peligrosas fil-
traciones bajo el cimiento que pueden llegar a arruinar la obra, salvo que el vaso esté
impermeabilizado.
La forma de este elemento (Figura 17) suele ser trapezoidal con la base menor en su
extremo inferior, con una anchura mínima de 3,00 m. para facilitar el proceso construc-
tivo. Los taludes de la zanja estarán comprendidos entre 1H:lV y 2H:IV, en función del
tipo de terreno atravesado. La profundidad de la zanja puede variar entre 0.5 y 2,O m,
según el vaso esté impermeabilizado o no. La zanja se rellenará con material imper-
meable compactado, procurando conseguir la mayor impermeabilidad del conjunto
MATERIAL IMPERMEA
6.2.3.4.- Resguardo.
o nivel correspondiente al caudal de cálculo del aliviadero. Este resguardo deberá ser
igual o superior a la sobreelevacción correspondiente al oleaje máximo (r2).
Siendo:
rl= NME-NMN
En el caso de que, dado el Nivel Máximo Normal, el caudal de cálculo del aliviadero y
las sobreelevaciones producidas por las olas, las comprobaciones expuestas no sean
satisfactorias, será necesario adoptar, al menos, alguna de las siguientes medidas:
A veces resulta útil disponer un pretil de coronación (Fotografía 39) capaz de resistir
los empujes del oleaje. En este caso la mitad de la "altura de pretil" puede contabilizar-
se a efectos de la comprobación del resguardo mínimo.
El dique de cierre debe cumplir, tal y como se indica en el Apartado 5.3, los tres re-
quisitos básicos siguientes: estabilidad, integridad e impermeabilidad. En dicho Aparta-
do se describen con una mayor extensión.
/Estos diques están formados fundamentalmente por un único tipo de material, imperme-
ir' able ( k ~ l Ocmls),
- ~ si se excluyen por una parte, el material utilizado para la protección de
los taludes y, por otra, el utilizado para los filtros, cuyos volúmenes son mucho menores.
Los criterios para fijar las dimensiones de la coronación y del resguardo, así como la
inclinación de los taludes aguas arriba y aguas abajo y la ejecución y dimensiones del
rastrillo se han recogido en el Apartado 6.2.3.
a La permeabilidad de los materiales con los que se ejecuten debe ser muy superior a la
del material del dique, para que la pérdida de carga sea menor que en el dique (unas
1000 a 5000 veces mayor).
-
, , ,d < 20 mm. y 4
En las leyendas de dichas Figuras se incluyen las diferentes partes de cada sección
y las condiciones básicas que deben cumplir.
@ Rip-rap. Manto de protección contra la erosión por la acción del oleaje. Puede ser una capa granular (de espesor mini-
mo entre 0,5 y 1 m en dirección perpendicular al talud), un manto formado por elementos cerámicos u hormigón, o bien
protegerse mediante cables con boyas que rompan el oleaje, poliestireno expandido u otros elementos.
@ Filtro rip-rap (en caso de ser necesario). Se recomienda utilizar un geotextil diseñado y especificado en función de la cur-
va granulométrica del material del cuerpo de dique y de las características del rip-rap (tamaño de bloque, etc.).
Dren horizontal. Se recomienda que tenga un espesor mínimo de 0,5 m y que se empleen para ejecutarlo arenas o are-
@ nas con gravas debidamente graduadas. Debe cumplir las condiciones del filtro indicadas en 6.3.2. En el caso de que re-
sulte difícil cumplir estas condiciones se puede colocar un geotextil como filtro, diseñado y especificado en función de la
curva granulométrica del material del cuerpo de dique y del dren horizontal.
Figura 18.- Sección tipo 1: Dique homogéneo con dren horizontal. Diferentes partes del mismo.
Dibujo a escala para un dique de 10 m de altura
6- TIPOLOGIÁDEL DIQUE DE CIERRE
w
Rip-rap. Manto de protección contra la erosión por la acción del oleaje. Puede ser una capa granular (de espesor mínimo
@ entre 0.5 y 1 m en dirección perpendicular al talud), un manto formado por elementos cerámicos u hormigón, o bien prote-
gerse mediante cables con boyas que rompan el oleaje, poliestireno expandido u otros elementos.
@ Filtro rip-rap (en caso de ser necesario). Se recomienda utilizar un geotextil diseñado y especificado en función de la curva
granulométrica del material del cuerpo de dique y de las características del rip-rap (tamaño de bloque, etc.).
Dren chimenea. Se recomienda que tenga una altura mayor que 213 H (siendo H la altura de la balsa). Debe tener un espe-
@ sor mínimo de 1 m, pudiendo reducirse a 0,s m en el tramo horizontal. El tramo vertical puede estar inclinado. Como mate-
riales se pueden emplear arenas o arenas con gravas debidamente graduadas. Debe cumplir las condiciones de filtro indi-
cadas en 6.3.2. En el caso de que resulte difícil cumplir estas condiciones se puede colocar un geotextil como filtro, dise-
ñado y especificado en función de la curva granulométrica del material del cuerpo de dique y del dren.
Figura 19.- Sección tipo 2: Dique homogéneo con dren mixto horizontal y chimenea.
Diferentes partes del mismo. Dibujo a escala para un dique de 10 m de altura
Rip-rap. Manto de protección contra la erosión por la acción del oleaje. Puede ser de escollera (de espesor mínimo entre
@ 0,5 y 1 m) o bien mediante cables con boyas que rompan el oleaje, poliestireno expandido u otros elementos.
@ Filtro rip-rap (en caso de ser necesario). Se recomienda utilizar un geotextil diseñado y especificado en función de la curva
granulométrica del material del cuerpo de dique y de las características del rip-rap (tamaño de bloque, etc.).
Posible filtro-dren, según la granulometría del tapiz arcilloso y del cuerpo de dique. En caso de ser necesario debe cumplir
@ las condiciones de filtro indicadas en 6.3.2. Cuando resulte difícil cumplir estas condiciones se puede colocar un geotextil
como filtro, diseñado y especificado en función de la curva granulométrica del material del cuerpo de dique y del dren.
Figura 20.- Sección tipo 3: Dique con impermeabilización con tapiz arcilloso aguas arriba.
Diferentes partes del mismo. Dibujo a escala para un dique de 10 m de altura
6- TIPOLOGIÁ DEL DIQUE DE CIERRE
@ Rip-rap. Manto de protección confra la erosión por la acción del oleaje. Puede ser de escollera (de espesor mínimo en-
tre 0,5 y 1 m) o bien mediante cables con boyas que rompan el oleaje, poliestireno expandido u otros elementos.
Filtro rip-rap (en caso de ser necesario). Se recomienda utilizar un geotextil diseñado y especificado en función de la cur-
@ va granulom6trica del material del cuerpo de dique y de las características del rip-rap (tamaño de bloque, etc.).
@) Material de cuerpo de dique.
@ Filtro lado interior de la balsa. Se recomienda que tenga un espesor mínimo de 1 m (por motivos constructivos) y que se
utilicen arenas o arenas con gravas debidamente graduadas para ejecutarlo. Debe cumplir las condiciones de filtro indi-
cadas en 6.3.2.
@ Núcleo.
Filtro-dren lado exterior de la balsa. Se recomienda que tenga un espesor mínimo de 2 m y que se utilicen arenas o are-
@ nas con gravas debidamente graduadas. Debe cumplir las condiciones de filtro indicadas en 6.3.2.
Figura 21.- Sección tipo 4: Dique zonado. Diferentes partes del mismo.
Dibujo a escala para un dique de 10 m de altura
En este tipo de diques resulta necesaria la disposición de drenes y filtros. Entre el nú-
cleo y el espaldón exterior se debe disponer un filtro-dren, y entre el espaldón interior y
el núcleo una capa de filtro.
Los criterios para fijar las dimensiones de la coronación y del resguardo, así como la
inclinación de los taludes aguas arriba y aguas abajo y la ejecución y dimensiones del
rastrillo se han recogido en el Apartado 6.2.3.
En los casos en los que las características de los materiales con los que se ejecute el
dique de cierre no garanticen la suficiente estanqueidad del mismo, se debe recurrir a
la colocación de un elemento externo impermeabilizante. En estos casos el dique de
cierre sólo debe tener misión resistente y suele ejecutarse con un material permeable y
homogéneo.
El dique de cierre debe ejecutarse de tal manera que el talud sea único y no presen-
te bermas que rompan su continuidad. La inclinación de dicho talud se determinará por
las características del material que forma la capa soporte y las condiciones de coloca-
ción del elemento impermeable y del material de protección, si lo hubiere. Otro aspec-
to a considerar son los acuerdos entre planos de paramentos interiores, los cuales de-
ben asegurar la exclusión de interrupciones y de aristas de intersección de superficies
planas entre sí.
Los criterios para fijar las dimensiones de la coronación y del resguardo, así como la
inclinación de los taludes interior y exterior y la ejecución y dimensiones de la zanja de
anclaje e impermeabilización se han recogido en el Apartado 6.2.3.
Geomembranas (GBR-P).
Pantalla asfáltica.
Pantalla de hormigón.
Pantalla de gunita.
En la actualidad, las geomembranas son los elemento más utilizados. Sus caracterís-
ticas, tipos y disposiciones más adecuadas se describen en el Capítulo 9 del presente
Manual.
6- TIPOLOGIÁ DEL DIQUE DE CIERRE
Figura 2
@ Geotextil
@ Elemento de protección.
Dren (horizontal/chimenea). Debe cumplir las condiciones de filtro indicadas en 6.3.2. En el caso de que resulte difícil
@ cumplir estas condiciones, se puede colocar un geotextil como filtro, disetíado y especificado en funcidn de la curva gra-
nulometrica del material del cuerpo de dique y del dren.
SECCIONES
-
SENCILLAS
m GBR-P
GTX
espesor e > 1.5
protección
SOPORTE BASE DE LA
IMPERMEABILIZACION
m GBR-P
GBR-C (secundaria)
&sxxx - GBR-P
GCD GBR-P
' - ;a protección
GCD
GBR-c (principal)
GBR-P: Geomembrana
GBR-C: Geobentonita
GTX: Geotextil
SOPORTE BASE DE LA SOPORTE BASE DE LA
IMPERMEABILIZACION IMPERMEABILIZACION
GCD: Geodren
En este tipo de solución se coloca sobre el cuerpo de dique de la balsa una pantalla
de hormigón para proporcionar su impermeabilidad. El éxito de esta solución depende,
en gran medida, de que la pantalla pueda seguir sin daño, las deformaciones que im-
pone el cuerpo de dique.
Dada la complejidad de este tipo de solución no se incluye ninguna sección tipo en es-
te Manual.
7- ANÁL ISIS DE ESTABILIDAD
Las dimensiones de los taludes del dique de cierre deben ser tales que su estabilidad
quede asegurada en todas las situaciones en las que se prevea que puede encontrar-
se a lo largo de su vida útil. Para ello se deben realizar los correspondientes análisis de
estabilidad, empleando métodos de cálculo adecuados y adoptando unos coeficientes
de seguridad mínimos.
En el Apartado 7.5, no obstante, se han recogido en forma de ábacos una serie de talu-
des recomendados en función de la altura de balsa, del tipo de terreno empleado para la
ejecución el dique de cierre y de las condiciones sísmicas en la zona de ubicación. La uti-
lización de estos ábacos permite diseñar los taludes del dique de la balsa sin la realización
de ningún cálculo adicional justificativo. Dichos taludes cumplen los factores de seguridad
indicados en el Apartado 7.4 para las diferentes situaciones de cálculo previstas.
Sin embargo, puede ser posible en muchos casos justificar la adopción de unos talu-
des menos tendidos mediante la realización de los cálculos pertinentes de estabilidad
de taludes, con el consiguiente ahorro de material en el dique de cierre.
Asimismo, los taludes de las laderas y desmontes que puedan verse afectados por la
construcción de la balsa deben tener su estabilidad asegurada. Para su estudio serán
también de aplicación los métodos de cálculo indicados en el siguiente Apartado.
A pesar de ser unos métodos más simplificados que los que tienen en cuenta las de-
formaciones, se utilizan mucho más dado que están ampliamente contrastados en la
práctica, conociéndose bien sus grados de confianza. Entre ellos se puede citar los mé-
todos de Morgenstern y Price, Spencer y Bishop.
El análisis de la estabilidad del dique de cierre y su cimiento debe contemplar las si-
guientes situaciones:
a Situación de final de construcción: Esta situación se analizará en los casos en los que
el dique de cierre esté constituido mayoritariamente por materiales arcillosos en los
que se puede suponer que no se ha producido disipación de la presión intersticial du-
rante el proceso de construcción. A efectos de cálculo, la presión intersticial se pue-
de modelizar tal y como se indica en la Figura 24.a.
a Embalse lleno: esta hipótesis supone que la carga de agua se corresponde con la co-
ta de máximo embalse posible. Para los casos de balsas con elemento de imperme-
abilización externa se supondrá que en el dique de cierre no hay Iínea piezométrica,
como se indica en la Figura 24.b.l. Para los casos de balsas sin elemento de imper-
meabilización externo, se tendrá en cuenta la correspondiente Iínea de saturación,
en función de que la balsa lleve únicamente un dren horizontal (Sección tipo 1, defi-
nida en el Cap. 6.2.1) o un dren mixto (Sección tipo 2, definida en el Cap. 6.2.1), tal
como se indica en las Figuras 24.b.2 y 24.b.3, respectivamente.
a Rotura del elemento de impermeabilización externo: esta hipótesis supone que la car-
ga de agua se corresponde con la cota de máximo embalse posible y aparece una
Iínea de saturación en el cuerpo del dique, como se indica en la Figura 24.c.
Los coeficientes de seguridad mínimos que se exigen en cada una de estas situacio-
nes se recogen en el Apartado 7.4.
7- ANÁLISIS DE ESTABILIDAD
1 0
d=HA
Si LL>50 (terreno CH-MH),
Dren Chimenea
l \
- -?
b.2.- Embalse lleno, sin elemento de b.3.- Embalse lleno, sin elemento de
impermeabilización externo. Sección tipo 1 impermeabilización externo. Sección tipo 2
(dren horizontal) (dren mixto)
I
L. - - -
%\
En aquellas zonas cuya aceleración básica (ab) sea igual o superior a 0,04 g, siendo
g la aceleración de la gravedad, se debe tener en cuenta el efecto del terremoto en la
estabilidad del dique de cierre. La aceleración básica de todos los municipios de Espa-
ña se recoge en el Anejo 1 de la Norma de Construcción Sismorresistente (NCSE-02).
La incorporación del efecto del terremoto en los cálculos se podrá hacer por el méto-
do seudoestático, es decir, incorporando una fuerza horizontal igual al peso del terreno
multiplicado por un coeficiente sísmico que se obtiene como indica la NCSE-02. A gran-
des rasgos se puede justificar que este valor se corresponde con los efectos de un te-
rremoto extremo.
Los valores mínimos de los coeficientes de seguridad que se deben adoptar en los
cálculos de estabilidad global se recogen en la siguiente Tabla.
3,5H:IV
Aceleración básica de la zona de
implantaciíin del dique de cierre: a < 0,04
3H:lV a
A
2,5H:lV
S
:oO
(P
=L=O 2H:lV
C
II
1,5H:lV -
*CH-MH
*CL-ML
I C S C S M , GC-GM
+GW-SW
1H:lV. II
10
Altura (m)
Figura 25.- Inclinación de taludes interior y exterior para zonas con coeficiente sísmico a 5 0,04
7- ANALISIS DE ESTABILIDAD
4,5H:lV
w
A
,
+CH-MH
+SCSM, GC-GM
*GW-SW
1H:IV 1
4 6 8 10 12 14 16
Altura (m)
Figura 26.- Inclinación de taludes interior y exterior para zonas con coeficiente sísmico
a comprendido entre 0,04 y 0,08
4,5H:IV
3,5H:lV
3H:lV • 1
2,5H:IV -
2H:lV
+CH-MH
1,5H:IV +CL-ML -
w
+SCSM, GC-GM
-0-GW-SW
1HAV, 1
4 6 8 10 12 14 16
Altura (m)
Figura 27.- Inclinación de los taludes interior y exterior para zonas con coeficiente sísmlco
a comprendido entre 0,08 y 0,12
8- SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN
De acuerdo con la norma UNE-EN ISO 10318, elaborada en el Comité Europeo de Nor-
malización CEN-TC-189, la clasificación de los geosintéticos se presenta en el diagra-
ma de la Figura 28.
8.1 .-GEOMEMBRANAS.
8.1.2.- MATERIALES.
I PRODUCTOS
RELACIONADOS CON
GEOTEXTILES
(GTP)
GEOMALLA (GGR)
NO TEJIDO
(GTX-N)
REFUERZO
J
~
GEOCOMPUESTOS 1
8- SISTEMAS DE ~MPERMEAB~L~ZAC~ÓN
mas por su falta de experiencia en nuestro país y en este campo, hasta el momento.
Termoplásticos
Cauchos termoplásticos
a Elastómeros
Los Termoplastos o materiales termoplásticos son aquellos polímeros que por ac-
ción del calor reblandecen ("plastifican") de forma reversible, solidificándose de nuevo
al enfriar. Funden sin descomposición. Están constituidos por macromoléculas lineales
o muy poco ramificadas.
Los elastómeros son polímeros que desde el punto de sus propiedades físicas se de-
nominan duroplastos, materiales termoestables o termoendurecibles. Son aquellas ma-
terias polímeras que por acción del calor (o por catalizadores apropiados) se endurecen
de forma irreversible. Descomponen al fundir. Están formados por macromoléculas muy
ramificadas o reticuladas.
Los materiales básicos que engloban esta clasificación Figuran en la Tabla 3, que es-
tarán, lógicamente, acompañados de los aditivos correspondientes.
Los aditivos son aquellos productos que acompañan a las resinas en la formulación
de una lámina, cambiando notablemente sus propiedades.
Aunque existen una gran variedad de aditivos solo se hará referencia a los de mayor
interés desde el punto de vista de las láminas:
a Cargas
a Plastificantes
a Antienvejecimiento
e Fungicidas.
e Pigmentos.
e Agentes de conductividad.
Las cargas son aditivos sólidos que se incorporan al polímero para modificar sus pro-
piedades físicas, especialmente mecánicas. Suelen dividirse en dos tipos: inertes y re-
forzantes. Las consideradas cargas inertes, como carbonato cálcico, barita, talco, cao-
lín, dióxido de titanio, no son tal pues suelen afectar a algunas propiedades; su acción
dependerá del tamaño de la partícula incorporada, de su forma, de su naturaleza quí-
mica e impurezas que la acompañan.
Otros productos empleados como aditivos son los fungicidas que incorporados a las
resinas previenen del ataque por hongos a las Iáminas.
Los pigmentos son aquellas sustancias sólidas que confieren color y opacidad a la
Iámina.
b) Láminas multicapa, formadas como su nombre indica, por una serie de capas, del
mismo o de distintos materiales. De este modo, se puede conseguir mejorar las propie-
dades mecánicas, antirretracción, protección ultravioleta. Es corriente en Iáminas de po-
li(cloruro de vinilo) plastificado, observar dos colores distintos en la Iámina, la capa ex-
terna suele llevar abundancia de aditivos para la protección ultravioleta.
e Láminas revestidas externamente con velos, tejidos, u otros refuerzos, para evitar
la aparición de tensiones del proceso de fabricación y10 para reforzar la resistencia
mecánica.
De los materiales que se citan en la Tabla 3, los más empleados hasta el momento
han sido: poli(cloruro de vinilo) plastificado, polietileno de alta densidad y copolímero de
etileno-propileno-monómero diénico. En la Tabla 4 se hace referencia a las caracterís-
ticas más representativas de las geomembranas.
.-
8.1.4.1 Poli(cloruro de vinilo) plastificado.
Es un material rígido de limitada estabilidad frente al calor. Por esta razón, es preciso
incorporarle aditivos que lo hagan útil como Iámina.
Entre los aditivos que acompañan a la resina en la formulación de las láminas, cabe
destacar, en primer lugar, a los plastificantes aunque la plastificación puede realizarse
de otras formas.
8- SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN
El PVC-P suele utilizarse como lámina homogénea y también reforzada ya sea con fi-
bra de vidrio o con hilos sintéticos.
La formulación es trascendental en este producto y hace que las láminas puedan te-
ner una durabilidad muy diferente.
Si se desea una lámina de gran durabilidad se exigirá que el peso molecular del plas-
tificante sea igual o superior a 400. Si en la formulación se emplean varios plastifican-
tes el peso molecular medio del conjunto será, asimismo, igual o superior a 400; en es-
te caso para su cálculo se utilizará la ecuación de Wilson.
8.1.4.2.- Polietileno.
Punzonamiento
Dinámico A E B B B B B B B B R R R B
Estático E R A E B B B E B R E E E E
Resistencia radiaciones UV B E B A B B A B B B E E E E
Resistencia al ozono E E E E E E E E E E R R B E
Resistencia de la soldadura
Soldabilidad B B B E E B E E A A R R R E
Pelado B E E E B B B B B B R R R B
Facilidad de instalación B E E E E B E E B B B B B E
Reparabilidad A E E E E A E E A R R R R E
donde:
R.. ..Regular
A. ...Aceptable
B....Bueno
E. ...Excelente
8.1.5.- REQUERIMIENTOS.
Las cualidades exigibles a una lámina para su colocación en una pantalla de imper-
meabilización deben estar en concordancia con las acciones a que ésta va a estar so-
metida. Además de la propia impermeabilidad, a las geomembranas se les requiere,
con carácter general, las siguientes características:
e Dimensionales.
- Espesor
-Ancho
- Rectitud y planeidad
- Aspecto
e Mecánicas.
- Resistencia a la tracción
- Resistencia al desgarro
- Resistencia al punzonamiento
a Térmicas.
a Durabilidad.
- Envejecimiento térmico
- Resistencia al ozono
a Otras propiedades.
- Resistencia al betún
- Comportamiento al agua
Los países desarrollados cuenta con organismos, estatales o privados, que tienen la
responsabilidad de la normalización. En España esta actividad la lleva a cabo la entidad
privada AENOR (Asociación Española de Normalización) y sus normas se denominan
UNE (Una Norma Española).
Por otra parte, la norma europea, no considera cálculos ni requisitos de diseño o di-
mensionado, ni tampoco cubre las técnicas de instalación de las geomembranas.
Los ensayos de las Tablas citadas anteriormente se llevarán a cabo según la norma
UNE EN 13 361 y la determinación del recorrido del punzón antes de la perforación de
acuerdo a la norma UNE 104 307.
A la vista de la clasificación general (Figura 28) hay dos grupos de geosintéticos, los
permeables y los impermeables.
I
Separación Refuerzo Protección Filtración Drenaje
Figura 29.- Esquema de las distintas funcionalidades de los geotextiles o productos relacionados
El grupo de los materiales impermeables, está formado por los que tradicionalmente
se han llamado láminas impermeabilizantes o geomembranas, y que de acuerdo con la
nomenclatura del Comité Europeo de Normalización se denominan "barreras geosinté-
ticas", las cuales cumplen la función de impermeabilización (Figura 29).
MA TERIAL
CARACTER~S
TICA
20 25
PELBD PEMBD PEC
25 20 12
xcy,"
15 10
TPO CR /IR
20 10 8
EPDM POE PlB
9 15 3
Esfuerzo en el punto de fluencia, MPa, mín. - 17 - - -
La masa por unidad de superficie que se expresa en gramos por metro cuadrado, per-
mite un control simple y sencillo de identificación del producto. No debe, sin embargo,
considerarse parámetro de diseño ni Único para su identificación, si bien, permite cono-
cer su uniformidad, considerando la desviación de los valores individuales respecto al
valor medio. Se determina mediante la norma UNE-EN ISO 9864.
Esta última fija el diámetro de partículas de suelo que pueden ser retenidas por el geo-
textil, y por tanto su eficacia como filtro.
8.2.1.5.- Durabilidad.
8.2.2.- GEOTEXTILES.
Existen 10 normas armonizadas para las diferentes aplicaciones, en las que figuran los requisitos que deben cum-
plir los geotextiles y productos relacionados.
8- SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN
Siendo Kg la permeabilidad (cmls) normal al plano del geotextil, según UNE-EN ISO
11058 y Ks, la permeabilidad (cmls) del material a filtrar.
8.2.2.2.- Elección.
Los geotextiles que se utilizarán a estos efectos serán, de acuerdo con el anexo B de
la norma UNE-EN 13254, geotextiles no tejidos de 100 % polímeros sintéticos vírgenes.
Los geotextiles procedentes de materia prima reciclada o regenerada no serán de apli-
cación en ningún caso. Es recomendable la utilización de geotextiles de polipropileno
debido a la gran durabilidad de los mismos.
1 Característica 1
Unidad 1
I
Método de ensayo 1 Valor mínimo absoluto3 1
Resistencia a la tracción3 kN/m UNE EN /SO 10319 2 19
Alargamiento a carga máxima3 % UNE EN /SO 10319 5 0 5 € 5 100
Eficacia de la protección
% UNE EN 13719 r 2,00
(300 kPa)
Resistencia a la perforación dinámica mm UNE EN /SO 13433 5 24
25 años
Durabilidad 4Anex0 UNE EN 13254
A cubrir en 2 semanas a
En cualquier caso, tanto el geotextil de protección como el de filtración deberá ser ca-
paz de resistir a la intemperie hasta 2 semanas después de la instalación, evaluado me-
Valor mínimo absoluto es el valor medio corregido por la tolerancia para un nivel de confianza del 95%.
Valores a considerar en el sentido de fabricación (L) como en el sentido perpendicular a la fabricación (T).
El geotextil de protección cumplirá con los parámetros de durabilidad contenidos en el anexo B de la norma UNE-
EN 13254.
Característica Unidad Norma Valor mínimo absoluto6
6kN/m UNE EN /SO 10319 26
Resistencia a la perforación estática N UNE EN /SO 12236 2 1000
Resistencia a la perforación dinámica mm UNE EN /SO 13433 5 40
Medida de abertura característica Pm UNE EN /SO 12956 50- 150
Permeabilidad al agua perpendicular al
mm,.s UNE EN /SO 11058 2 50
plano
Durabilidad UNE EN 13254 25 años
A cubrir en 2 semanas
Resulta muy importante, señalar que los valores citados en las Tablas anteriores
son valores mínimos absolutos requeridos y se recomienda que, tanto el geotextil de
protección como el geotextil de filtro, sean diseñados y especificados en función de las
condiciones de contorno de la obra teniendo en cuenta, principalmente, la granulome-
tría del terreno, la altura y la inclinación del talud del embalse y las características de la
barrer$ geosintética a instalar.
Valor mínimo absoluto es el valor medio corregido por la tolerancia para un nivel de confianza del 95%.
Valores a considerar en el sentido de fabricación (L) como en el sentido perpendicular a la fabricación (T).
El geotextil de protección cumplirá con los parámetros de durabilidad contenidos en el anexo B de la norma UNE-
EN 13254.
8- SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN
Estos sistemas se vienen utilizando, cada vez con más frecuencia, como sustitutos de
capas de material granular drenante bajo el sistema de impermeabilización puesto que
presentan múltiples ventajas como, por ejemplo, un menor peso, una fácil y rápida ins-
talación, una gran adaptabilidad en taludes, una ganancia de volumen de embalse y
además son muy beneficiosos desde el punto de vista medioambiental pues evitan la
extracción de áridos.
Tabla 10.- Valores mínimos absolutos exigibles al geocompuesto de drenaje con un geotextil
Por otro lado, si el sistema de drenaje se forma in situ mediante superposición de una
georred de drenaje y de un geotextil de filtro en una o ambas caras de dicha georred,
las características a requerir al sistema de drenaje según la norma UNE-EN 13252 y los
valores mínimos exigibles derivados de la experiencia a la georred y a los geotextiles
de filtro Figuran en la Tabla 12.
Valor mínimo absoluto es el valor medio corregido por la tolerancia para un nivel de confianza del 95%.
En el sentido de fabricación (L) y en el sentido perpendicular a la fabricación (T).
Los valores aportados deberán indicar el tipo de superficies que se han utilizado en contacto con el geocompues-
to o con la georred de drenaje para el ensayo de permeabilidad en el plano según la norma UNE-EN ISO 12958EN
13254.
8- SISTEMAS DE ~MPERMEAB~L~ZAC~ÓN
Resulta muy importante señalar que lo valores citados en las Tablas anteriores son
valores mínimos requeridos, y se recomienda que el sistema de drenaje con geosinté-
ticos sea diseñado y especificado en función de las condiciones de contorno de la obra,
teniendo en cuenta, principalmente, el gradiente hidráulico (inclinación y distancia entre
puntos de desagüe), la carga a soportar, el caudal estimado o calculado a evacuar y las
características de los materiales, ya sean suelos o geosintéticos, en contacto con el sis-
tema de drenaje.
En cuanto a las características físicas de la bentonita, cabe comentar que esta com-
puestas por partículas laminares de pequeño tamaño, normalmente inferior a 2 micras,
y debido a su capacidad de expansión puede emplearse como material impermeabili-
zante.
l2Valor mínimo absoluto es el valor medio corregido por la tolerancia para un nivel de confianza del 95%.
l3En el sentido de fabricación (L) y en el sentido perpendicular a la fabricación (T).
l4Los valores aportados deberán indicar el tipo de superficies que se han utilizado en contacto con el geocompues-
to o con la georred de drenaje para el ensayo de permeabilidad en el plano según la norma UNE-EN ISO 12958.
Debido a su capacidad de expansión, es un material autocicatrizable, sellará pequeños
agujeros que se puedan producir, así como rellenará pequeñas grietas, oquedades o fi-
suras que se puedan producir en las estructuras que esté protegiendo. Se puede utilizar
bajo cualquier situación climatológica y no le afectan las variaciones de temperatura.
Existen productos en los que se ha unido por una de sus caras una lámina de PE.
m
Fotografía 42.- Equipamiento necesario e instalación de un sistema de impermeabilización
-107-
1
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8- SISTEMAS DE ~MPERMEAB~L~ZACIÓN
Su uso es muy recomendable en embalses con soporte yesífero, por los problemas
que presenta el soporte en caso de fugas debida a la elevada solubilidad del yeso.
8.2.4.2.1 .- Elección.
La bentonita encapsulada será granular, no polvo que se pierde con facilidad por bor-
des y cortes además de ser menos hidratable.
EN /SO 12236
* En ambos sentidos
9-RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Para la excavación de los suelos blandos, y de la tierra vegetal, se puede emplear re-
troexcavadoras y dumpers.
La colocación y maquinaria a utilizar, así como los rendimientos y duración de esta fa-
se de la obra, variarán en función del material que forme el terraplén.
La primera aproximación al talud teórico del terraplén se puede realizar con un bull-
dozer. Después de pasar la niveladora o la retro, se procede a compactar los taludes
para el perfecto acabado, sin materiales sueltos ni punzantes, para que se pueda reci-
bir sin problemas el geotextil y la Iámina en su caso.
9.1.2.4.- Coronación.
Una vez se ha llegado a la coronación, esta se nivela, dando una mínima pendiente ha-
cia el exterior para permitir el drenaje superficial. Sobre la coronación de la balsa suele si-
tuarse un camino, que permita la inspección y la circulación alrededor de la balsa. Depen-
diendo de los materiales con los que se han realizado los diques, el tamaño de la balsa y
el uso del camino, el tratamiento superficial del camino de coronación será diferente.
9.1.2.5.- Drenajes.
Encima del geotextil se extiende la lámina, que se suelda dependiendo del material de
distinto modo. Las uniones entre paños deben coincidir en los taludes laterales con Ií-
neas de máxima pendiente. Es aconsejable habilitar un taller de soldadura a pie de obra
donde se conformarán paños de gran superficie (prefabricados) y disminuir el número
de soldaduras en obra.
La protección del talud exterior de la balsa es una de las Últimas fases de la obra.
.-
9.1'3.1 Conducciones de agua.
Las conducciones en carga de las obras de entrada y salida de agua (desagües de fon-
do, tomas y entradas de agua en presión,) tienen que atravesar el dique de cierre, por lo
que deben replantearse y construirse lo antes posible, antes de comenzar los terraplenes.
Las conducciones pueden ir en zanja excavada bajo el terraplén y posteriormente hor-
migonadas, o en el interior de una galería de servicio hormigonada in situ o realizada
mediante prefabricados (ver Apartado 4.4.2.). En ambos casos se dispone una capa
drenante que envuelva el conjunto, que debe tener continuidad y salida al exterior, pa-
ra detectar filtraciones.
Las conducciones, tanto de entrada como de salida de agua, tendrán sus correspon-
dientes válvulas de cierre y10 de regulación de caudal. Estas válvulas se colocarán con
carretes de montaje que permitan su posterior desmontaje durante la vida útil de la bal-
sa, para las labores de mantenimiento o reparación de las mismas, y habrá que tener
previsto al dimensionar las obras de fábrica donde se ubiquen, el posible acceso de ma-
terial para su reparación o sustitución.
Las entradas de agua en lámina libre se realizan por coronación, mediante vertido di-
recto, con caudales laminados y calados pequeños (ver Apartado 4.1 .). Estas obras se
realizan una vez terminado el dique de cierre, cuando se está prácticamente en la co-
ronación.
9.1.3.4.- Aliviaderos.
Los aliviaderos se construyen de manera similar a las entradas de agua, una vez ter-
minado el dique de cierre. La entrada al aliviadero normalmente pueden ser de dos ti-
pos: mediante un cierto número de tuberías de PVC, de hormigón o metálicas, dis-
puestas en la parte superior del dique o mediante una escotadura en la parte superior
del dique de cierre (ver Apartado 4.2.). El aliviadero continúa por el talud exterior con un
canal de hormigón, que termina en un elemento de disipación de energía.
Aparte de las obras de las conducciones de agua de entrada y salida propiamente di-
chas, y del aliviadero, en la construcción de una balsa serán necesarias otras obras de
fábrica, como las arquetas de entrada y salida de las conducciones o las casetas para
las válvulas.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Para la puesta en obra del hormigón, se suele emplear una bomba automóvil, y el ex-
tendido y vibrado se realiza manualmente. Con un equipo de trabajo normal (1 capataz,
4 ayudantes y 4 peones), el rendimiento de colocación del hormigón es aproximada-
mente de 15 a 25 m31h.
9.1.4.- VARIOS.
Reglamento electrotécnico de alta y baja tensión (año 1974) que contiene: Reglamen-
to. Centrales Generadoras, Reglamento. Estaciones de Transformación, Reglamen-
to de Alta Tensión y Reglamento de Baja Tensión.
dispuestos sobre lecho de arena y enterrados en zanja. Si la Iínea es aérea, será ne-
cesario el tendido de los cables, y la instalación de los postes correspondientes.
En caso de que las válvulas sean automatizadas, será necesaria la instalación de los
cuadros de control de las mismas.
Una vez terminado el montaje de todas las tuberías y válvulas, e instalada la línea
eléctrica y los cuadros de control si las válvulas son automatizadas, se comprobará el
correcto funcionamiento de todas las instalaciones.
Tanto durante la fase de proyecto como durante la fase constructiva, se debe cumplir
la legislación vigente en cuanto a medidas ambientales, o la que legalmente la sustitu-
ya. La normativa ambiental es extensa, pero principalmente se debe tener en cuenta la
siguiente:
a Real Decreto Legislativo 112008, del 11 de enero, por el que se aprueba el texto re-
fundido de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de Proyectos.
a Real Decreto 10512008, del 1 de febrero, por el que se regula la producción y ges-
tión de los residuos de construcción y demolición.
En la fase de proyecto se realiza un análisis del medio, prediciendo cómo será la afec-
ción y proponiendo, en consecuencia, todas las medidas preventivas y correctoras ne-
cesarias para hacer efectiva la integración ambiental del proyecto, tanto en la fase cons-
tructiva como en la de explotación.
En la fase constructiva, generalmente, una vez terminada la balsa, se retiran todas las
instalaciones provisionales necesarias durante la obra, y se revegeta la zona afectada
utilizando la tierra vegetal retirada al inicio de la obra, y plantando especies autóctonas
de la zona, de forma que las afecciones ambientales permanentes sean las mínimas po-
sibles.
Durante toda la obra se debe cumplir, como mínimo, lo exigido por la legislación vi-
gente en materia de seguridad y salud, o la que legalmente la sustituya. La normativa
vigente básica es la siguiente:
m Examinar las condiciones de trabajo, a efectos de determinar las situaciones que pue-
dan resultar peligrosas para la seguridad y salud de los trabajadores y comunicar al
Jefe de Obra aquellos riesgos que haya podido observar y su gravedad.
A continuación se describen las acciones básicas a desarrollar ante los riesgos más
frecuentes en la construcción:
a Caídas de altura. No debe existir en la obra ningún hueco con riesgo de caída mayor
de 2 m. que no esté convenientemente protegido.
9- RECOMENDACIONES CONSTRUCTIVAS GENERALES
e Pozos y galerías. Ante el riesgo de asfixia o intoxicación, se prohibirá que ningún tra-
bajador baje a un recinto confinado sin autorización previa, que sólo se concederá
después de asegurar que no existen gases tóxicos o falta de oxígeno, y de haber es-
tudiado las medidas de emergencia.
Las longitudes de los diques de cierres son 350 x 150 m, con una altura de 10 m so-
bre el fondo de excavación. El volumen de terraplén es de 220.000 m3, con un volumen
de excavación de 120.000 m3.
9- RECONEN~~ZACIONES
CQNSTRWCTIWS GENERALES
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
9.2.1 .-INTRODUCCION.
El movimiento de tierras puede definirse como el conjunto de operaciones que se re-
alizan con el terreno natural, con el objetivo de modificar las características del empla-
zamiento de la balsa para generar las estructuras de tierras necesarias para su cons-
trucción. De forma general, las operaciones de movimiento de tierras contemplan las si-
guientes actuaciones:
a Excavación o arranque.
a Extendido.
a Humectación o desecación.
a Compactación.
a Control.
9.2.2.1 .-Desmontes.
Se define como desmonte aquella zona en la que se va a generar un talud como con-
secuencia de un proceso de excavación efectuado por medios mecánicos o mediante
voladura.
De forma general, la excavación de los materiales tipo roca se realizará mediante vo-
laduras controladas y en los materiales tipo suelo, mediante medios mecánicos. El Plie-
go de Prescripciones Técnicas, o Pliego de Condiciones, establecerá la forma de abor-
dar el procedimiento de excavación.
La pendiente de los taludes debe ser objeto de estudio de acuerdo con las caracte-
rísticas geotécnicas de los materiales que los forman. A modo orientativo, se pueden
considerar como taludes a adoptar los siguientes:
Desmontes en suelo:
Desmontes en roca:
En cualquier caso, los taludes que finalmente se adopten deben ser compatibles con
las características mecánicas y con los procedimientos de puesta en obra de los ele-
mentos de impermeabilización y de protección.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
I
l
!
1
Cimiento.
Es el material del dique que queda por debajo de la cota de la superficie natural del
terreno. Su espesor no deberá ser en ningún caso inferior a 1 m, salvo reconocimiento 1
Cuerpo de dique.
Coronación.
1
Es la parte superior del dique, cuya anchura va a depender tanto de la utilización que
se dé al plano de coronación (tránsito de vehículos, alojamiento de conducciones, sis-
temas de drenaje, elementos accesorios, etc.) como de las exigencias de estabilidad
estructural. Su anchura mínima se fija en el Apartado 6.2.3.2.
cierre se debe entender como una parte más del propio cuerpo del dique de cierre, ín-
timamente vinculado con él, de tal manera que deben formar un elemento continuo.
a Suelos blandos (arcillosos o limosos) entendiendo por tales aquellos suelos en los
que en los ensayos de penetración dinámica (continua o SPT) se obtengan valores
de penetración inferiores a 10 golpes.
Una vez alcanzada la cota prevista para la superficie de apoyo, es recomendable pro-
ceder a una compactación mediante rodillo de dicha superficie y, según los casos, a una
escarificación previa de la misma con aporte de material.
En aquellos casos en los que el terreno de cimentación del dique de cierre presente
una inclinación superior a lo%, se deben realizar abancalamientos del terreno natural
para evitar un posible deslizamiento a lo largo de dicha superficie inclinada.
Una vez terminada la superficie de apoyo se puede proceder a la construcción del di-
que, mediante el extendido de los materiales considerados en proyecto, con el grado de
humedad necesario, y su posterior compactación, en tongadas horizontales sucesivas.
Para poder llevar a efecto la compactación, el material debe colocarse por tongadas,
en las que puede ser necesario añadir agua al terreno antes de su compactación me-
cánica o bien rebajar su grado de humedad natural.
De forma general, los suelos finos se deben compactar en tongadas con espesores
no superiores a los 30 cm, utilizando como rodillo, preferentemente, el de pata de ca-
bra (ver Apartado 9.2.3.3. y Fotografía 46) aunque, dependiendo de los casos, también
se pueden utilizar rodillos lisos de neumáticos (Fotografía 47).
Cuando los materiales no sean susceptibles de ser controlados con el ensayo Próc-
tor, deberán aplicarse otros procedimientos de control específicos, tales como la deter-
minación de la densidad relativa, la placa de carga, etc.
9.2.3.2.3.- Terminación.
Entre estacas, los puntos de la superficie de la coronación del dique, no deben estar
en ningún punto más de 5 cm por encima ni por debajo de la superficie teórica definida
por las estacas.
- Compactadores de neumáticos.
- Rodillos vibrantes.
- Placas vibrantes.
Fotografía 47.- Compactador de rodillo
De forma general, los materiales finos con plasticidad requieren para su compactación
la utilización de rodillos de pata de cabra.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Si hay riesgo de lluvias, es conveniente, al final de la jornada, sellar la tongada con ro-
dillo liso y, al reanudar el trabajo, romper la superficie con un pase del rodillo de pata de
cabra.
En el caso de arcillas y10 limos poco plásticos, el material puede trabajarse durante el
extendido con los bulldozer, rompiendo los gromérulos de material y10 retirando los len-
tejones, pudiéndose realizar, en este caso, la compactación mediante compactadores
vibratorios.
Una buena práctica consiste en dar al final de la compactación unas pasadas sin vi-
bración con el objetivo de corregir irregularidades superficiales y sellar la superficie.
El control de calidad tiene por objeto comprobar que las tongadas cumplen las condi-
ciones de densidad seca y humedad estipuladas en proyecto.
Para la determinación del número de muestras de ensayo por lote se considera que,
salvo indicación en contra del Proyecto, deben ejecutarse al menos cinco ensayos por ca-
da 500 m2 de superficie compactada o, en caso de ser inferior la superficie realizada en
un día, también se deberían realizar, al menos, los cinco ensayos antes citados.
En las zonas de borde, independientemente del criterio anterior, se debe tomar una
muestra por cada 100 m lineales.
Las láminas pueden unirse previamente en taller para obtener paños de gran superfi-
cie (prefabricados) y disminuir el número de soldaduras en obra.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Un paño se define como una porción de un rollo de lámina, que se suelda en obra y
que se identificará adecuadamente, tanto en su emplazamiento como en planos, con
códigos lógicos y sencillos.
El instalador lastrará temporalmente los paños emplazados, evitando que el viento los
mueva.
Como criterio general las soldaduras deberán seguir la línea de máxima pendiente del
talud. En esquinas y superficies cónicas de acuerdo entre planos, se permitirán solda-
duras diagonales para conformar una disposición "en espina de pez", o sectores circu-
lares con dimensiones mínimas de 0,5 m.
Salvo casos muy excepcionales, y siempre bajo la aceptación del Director del pro-
yecto, no se permitirá la realización de soldaduras horizontales en taludes.
-
La soldadura permite asegurar una unión total entre ambas superficies, de forma que
queden como un todo único (Figura 31).
TERMOFUSI~N
CONTACTO
Las Iáminas deben disponerse de tal manera que la anchura del solapo sea igual o
mayor que 50 mm.
Las superficies que están en contacto en el solapo deben estar limpias y secas.
La anchura mínima de las soldaduras en el solapo en cualquier punto será mayor que
40 mm.
Las Iáminas se prepararán según el Apartado anterior. A las superficies que están
en contacto en el solapo debe aplicarse simultáneamente con brocha una capa de
disolvente recomendado por el fabricante de las Iáminas. Debe presionarse la zona
de unión durante unos segundos.
Se trata de una soldadura por aire caliente donde el rodillo presiona solamente las
orillas del solapo dando lugar a una doble soldadura de 2-3 cm cada una, aproxima-
damente, y un canal libre intermedio para la comprobación posterior.
La soldadura por cuña caliente se realiza mediante aparatos cuyo vástago final
transmite por contacto la temperatura suficiente, para así fundir las zonas de sola-
po, al tiempo que se presiona uniformemente con un rodillo de manera que resulte
una unión homogénea e instantánea.
Mediante la energía por alta frecuencia se consigue fundir el material de ambas ca-
ras del solapo, se presiona uniformemente de manera que resulte una unión homo-
génea e instantánea. Este tipo de soldadura sólo se realiza en taller para la obten-
ción de prefabricados.
e) Vulcanización.
f) Bandas adhesivas.
Las Iáminas, en el caso de bandas adhesivas por dos caras, se solapan y se va co-
locando dicha banda sobre la orilla inferior, retirando la cinta antiadherente, después
se solapa con la lámina superior, al mismo tiempo que se presiona sobre el solapo.
h) Autosoldadura.
En este caso, las Iáminas llevarán en una orilla una banda autoadhesiva, que se
presentará cubierta con una cinta antiadherente.
.-
9.3.3.1 Transporte y almacenamiento.
o bien enrollarse sobre mandril en rollos de gran anchura (Iáminas de mayor espe-
sor);
Las operaciones de carga y descarga se llevarán a cabo con los medios de levanta-
miento adecuados, para así asegurar las condiciones de mantenimiento indicadas para
una buena conservación de los rollos de lámina.
La distribución del material en obra se hará según el plano de despiece para así dis-
minuir los traslados por la obra y limitar los riesgos de daño a la Iámina.
La unión se hace según los planos de ejecución o de despiece, que evitarán solda-
duras en horizontal. Los paños prefabricados se numerarán, en función de los planos,
para facilitar las operaciones de colocación en la obra.
-que no rueden sobre su superficie los guijarros o los bloques situados en la coro-
nación del talud;
- nose deteriore el soporte con los vehículos de obra o con el desplazamiento de los
prefabricados sobre el fondo;
-se evitarán igualmente todos los pliegues en la Iámina, con el fin de facilitar las
operaciones de soldadura en la obra.
La acción del viento sobre grandes paños prefabricados crea los siguientes fenóme-
nos:
-el levantamiento de los grandes paños prefabricados sobre los taludes y en el fon-
do del embalse.
Para remediar estos problemas, será necesario instalar un lastrado provisional a me-
dida que vayan avanzando las obras.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Hasta ahora se ha descrito cómo unir las láminas entre sí, pero cabe detallar como re-
matar la Iámina a los puntos singulares siguientes:
1. A fábricas de hormigón;
2. A tuberías;
3. A fondos impermeables.
Este tipo de unión se lleva a cabo en obras en las que la estanquidad del fondo se
consigue con arcilla o con suelo tratado, o bien cuando existe una capa geológica es-
tanca en el fondo de la obra, y, excepcionalmente, para los casos en que el embalse
pueda quedar vacío. Además de una función mecánica, el anclaje deberá asegurar la
continuidad entre la estanquidad de los taludes con la del fondo del embalse.
l. Geomembrana.
2. Geotextil antiperforación y10 drenante.
3. Cabalización.
4. Brida.
5. Contrabrida.
6. Junta comprimible.
7. Pernos inoxidables.
8. Soldadura continua sobre pernos.
9. Soldura continua sobre soldadura.
10. Cordón elastómero.
NOTA -En todos los ensamblamientosse evitará el paso del geotextil (pemeable) bajo las juntas compresibles (juntas de
estanqueidad).
l.Geomembrana.
3. Filtro geotextil.
4. Dren de fondo.
5. Protección de la geomembrana.
a Protección contra el oleaje: la acción de las olas sobre el talud puede llevar a su de-
formación y esta falta de soporte puede llevar a una rotura de la geomembrana.
Se recomienda tener precaución al transitar por obra con medios mecánicos, para no
dañar la geomembrana.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Geomembrana
Protección de Armaduras
hormigón de acero I
Una vez los rollos o paneles prefabricados hayan llegado a la obra, se comprobará
que el material corresponda al tipo de lámina especificado en el proyecto y se verifica-
rá el buen estado del mismo, debiendo situarse en una zona donde no pueda ser da-
ñado. Así, los rollos de material, deberán colocarse sobre un suelo liso, seco y limpio,
en posición horizontal y paralelos entre sí (nunca cruzados), siguiendo las instrucciones
del fabricante respecto al número de rollos a apilar en vertical. Para los prefabricados,
se verificará que cada panel tenga la numeración correspondiente según el plano de
despiece en obra.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
En todo solapo en el que haya como mínimo una lámina armada, si se produjera ro-
tura por deslaminación, se considerará el ensayo de soldadura correcto siempre que el
valor obtenido sea, como mínimo, el valor especificado para la adherencia entre capas.
La empresa que realice los trabajos de instalación de la protección deberá señalar to-
das las anomalías o perforaciones que afecten a la geomembrana para ser subsanadas
posteriormente.
Dichos ensayos servirán para determinar la degradación de las láminas con vistas a
tomar las medidas necesarias para proceder a su sustitución.
9.3.4.6.- Anclajes.
Tipos de anclajes.
Zonas de anclaje.
a) Anclaje en coronación.
d) Anclajes en fondo.
MEDIDAS EN CENT~METROS
Los anclajes a pie de talud pueden realizarse mediante lastre o zanja excavada que
tendrá una sección mínima de 40 cm x 40 cm o la precisa para que el relleno alojado
en la zanja tenga una masa mayor que 150 kg por m o carga equivalente.
Cuando la longitud del talud sea excesiva o los vientos muy fuertes, es recomendable
disponer anclajes 1 lastres intermedios. Estos anclajes se realizan tomando las disposi-
ciones siguientes:
Geomembrana
Geomembrana
Hormigón en masa
Peml wlaminado
Fijaciónal ttesbolillo
Hormigdnen masa
a) Por perfil wlaminado. b) Por perfil del mismo material que la geomembrana.
EiiZe- Geomembrana
He- Geotextil
BE- Hormigón
Se establecerá, únicamente, por necesidad del proyecto, siguiendo las técnicas cita-
das en los Apartados anteriores.
9.3.5.- GEOTEXTILES.
Los geotextiles se unirán por termofusión o cosido con hilo sintético (Fotografía 51) con
un solape mínimo de 20 cm. Si las uniones se realizan por simple solape, éste no será me-
nor de 50cm. Se evitarán las uniones transversales en los taludes a no ser que se reali-
cen por cosido.
Cuando sea preciso las uniones podrán ser ensayadas según la norma UNE-EN ISO
10321.
9- RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS GENERALES
Tras la instalación se hará una inspección final para reparar posibles desperfectos si
los hubiera.
Las condiciones de almacenaje para los rollos del GBR-C son extremadamente im-
portantes debido a la naturaleza hidrofílica del material. Por esta razón, deben ser al-
macenados en áreas preferiblemente elevadas de la tierra, cubiertos con los propios
- -embalajes para prevenir cualquier daño causado por la acción de la luz, humedad ex-
cesiva, rasgado o corte del embalaje. Todos los rollos serán protegidos correctamente
con un embalaje opaco y aislante de la humedad. El ingeniero encargado del control
de calidad durante la fase de construcción supervisará el despliegue de todos los rollos
para no dañarlos, y asegurará la conformidad con las condiciones siguientes:
2. La superficie del GBR-C desplegada se debe cubrir totalmente por una geomembrana
o la capa de material de cubrición (hormigón, tierra.. .) en el mismo día para evitar cual-
quier riesgo de hidratación del material causado por la exposición (Figuras 40 y 41).
4. En taludes, los paneles serán desplegados sobre la línea de máxima pendiente, sin
uniones transversales. I.
5. Los rollos serán desplegados correctamente, generalmente con el geotextii tejido ca-
ra abajo, a menos que sea indicado de otra manera por la dirección de obra.
6. En las operaciones de instalación y corte del GBR-C se debe evitar causar cualquier
daño a los materiales subyacentes.
Se comprobará antes de iniciar el extendido del GBR-C, que la subbase (fondo y ta-
ludes) cumplan los siguientes requisitos:
exista ninguna capa de tierra vegetal que pueda favorecer dichos desarrollos y si exis-
tiesen indicios de que es así, se deberá, antes de colocar el GBR-C, tratar la superfi-
cie mediante la aplicación de un producto esterilizante de suelos (procurando en todo
momento no contaminar zonas adyacentes). Las raíces aparentes, deberán suprimir-
se o en su caso cortarse, entre 5 y 10 cm por debajo de la superficie de la subbase.
Cualquier superficie dañada del GBR-C debe ser reparada. Antes de la aprobación de
un sector, el control de calidad debe localizar las áreas dañadas y proponer los méto-
dos adecuados de la reparación.
La forma de unión de los paños será mediante solape de no menos de 15 cm con pas-
ta de bentonita o polvo de bentonita entre ambos paños.
En productos con lámina de PE las uniones se harán con cinta de unión autoadhesi-
va y estanca (Fotografía 52) o soldado de las láminas si su espesor lo permitiese.
, Material suelto
Figura 40.- Esquema de la protección parcialde Figura 41.- Esquema de la protección total de
un talud mediante barreras bentoníticas un talud mediante barreras bentoníticas
70- CONTROL
DE LA SEGURIDAD DURANTE LA EXPLOTACIÓN
La entrada en vigor del Real Decreto 912008 de 11 de enero por el que se modifica el
Reglamento del Dominio Público Hidráulico, obliga por primera vez a los titulares de las
balsas a cumplir con ciertos requisitos sobre seguridad que hasta ahora sólo eran exi-
gibles a las grandes presas, es decir, a aquellas estructuras de más de 15 m de altura
o aquellas que, teniendo una altura comprendida entre los 10 y los 15 m, tuviesen una
capacidad de embalse superior a 1.000.000 m3.
Por vez primera, las balsas que superen los 5 m de altura o que cuenten con una ca-
pacidad de embalse superior a los 100.000 m3, deberán someterse a los procedimien-
tos de clasificación y registro contemplados en el Real Decreto. Además, aquellas bal-
! sas que sean clasificadas en las categorías A o B en función del riesgo potencial, de-
1 berán cumplir con el resto de disposiciones contenidas en el Titulo VI1 del mismo. De-
bido al alcance que se desea dar a este Manual, no se incluirán en él a aquellas balsas
j i
clasificadas en las categorías A o B en función del riesgo potencial.
1i 1 real, y teniendo en cuenta que cada balsa es una estructura única, deberán proponer-
se una serie de sensores e inspecciones en función de la altura y entidad de la balsa,
de las características de su cimentación y de los materiales empleados.
.-
10.2.1 SURGENCIAS DE AGUA.
También deberán estudiarse detenidamente las zonas donde el terreno presente sifo-
namientos al pie del talud, así como cárcavas o derrumbes en la parte exterior del dique.
Para la mejor detección a simple vista de estos movimientos, el técnico que inspec-
cione la balsa se situará en las esquinas de los diques, sobre la coronación, para apre-
ciar defectos en las alineaciones en planta, en los planos de los taludes espaldones o
en la nivelación de coronación del dique de cierre de la balsa. Mediante sucesivos re-
portajes fotográficos, se podrá observar la evolución de los movimientos y la necesidad
de controlarlos mediante sistemas más precisos de auscultación.
-
10.2.3.- ELEMENTOS DE IMPERMEABILIZACIÓN.
Eii el caso de balsas con pantalla asfáltica o de hormigón, la revisión deberá llevarla
a cato un especialista en este tipo de pantallas, que se salen del alcance de este Ma-
nual.
Además del control de ejecución durante la puesta en obra y la inspección visual du-
rante la explotación, es recomendable llevar un seguimiento de la geomembrana sinté-
tica para conocer su estado y determinar cuándo es necesario proceder a una reimper-
meabilización o-bien realizar algún tipo de protección puntual. Para ello, será necesario
realizar por un laboratorio al menos una vez cada cinco años una serie de ensayos so-
bre una muestra de la membrana, si bien este periodo de 5 años podrá variar en fun-
ción del tipo de material y del tiempo que lleva instalada la geomembrana. Los ensayos
básicos que se proponen en esta guía son los siguientes:
e Alargamiento.
a Espesor.
a Resistencia a la tracción.
a Resistencia a la perforación.
a Microscopía óptica.
La época del año apropiada depende, fundamentalmente, del uso que se vaya a ha-
cer del agua, pues conviene que la balsa se encuentre parcialmente vacía para com-
probar el estado de la geomembrana en su totalidad.
La extracción de material debe realizarse con cuidado y restituir con un parche la zo-
na afectada (Fotografías 53, 54 y 55), pues se trata de un ensayo destructivo. La can-
tidad de material a extraer debe ser del orden de 40x30 cm, y siempre deberá incluir un
tramo de soldadura.
10.2.3.2.- Probetarios.
El número de probetarios que se deben colocar es función del tamaño de la balsa. Pa-
ra balsas cuya superficie impermeabilizada no supere los 10.000 m* de superficie, bas-
tará con realizar un probetario, que se situará en el talud norte. Para balsas con una su-
perficie impermeabilizada entre 10.000 y 50.000 m2, se colocará otro probetario en el
talud sur. En el caso de balsas de más de 50.000 m2 de superficie impermeabilizada,
se colocarán al menos cuatro probetarios en los cuatro puntos cardinales.
VPROBETARIO
SOLDADURA DE FIJACIQN DEL
A LA GEOMEMBRANA
Se realizará una toma de datos de todos los elementos de auscultación, salvo los to-
pográfico~,para comprobar el estado de los sistemas de auscultación de la balsa. Tam-
bién debe comprobarse el estado de los dispositivos de telemando y telecontrol, en ca-
so de existir.
10.2.5.- REPORTAJE F O T O G ~ F I C O .
.-
10.3.1 VARIABLES CAUSALES.
.-
10.3.1.1 Nivel de agua.
Es la variable causal por excelencia, y por tanto debe controlarse en todas las balsas,
sea cual sea su tamaño e importancia. En general, bastará con un dato diario.
10.3.1.2.- Temperatura.
En caso de que se desee calcular las pérdidas reales debidas a filtraciones o se de-
seen comparar con las calculadas mediante aforos en la red de drenaje, existen una se-
rie de variables encaminadas a deducir los flujos de agua en la fórmula del balance hí-
drico:
Aportaciones v desembalses.
Precioitación v evaporación.
Las variables de control interno miden las magnitudes de efecto, es decir, la respues-
ta de la balsa ante las magnitudes de causa. En función de la importancia de la balsa,
en el proyecto de auscultación se indicará qué magnitudes resulta necesario medir.
.-
10.3.2.1 Filtraciones.
Con independencia de cual sea el tamaño de una balsa, las filtraciones, relativamen-
te sencillas de detectar y de medir, constituyen la variable mas importante y absoluta-
mente fundamental para conocer si la balsa cumple con su función fundamental, que es
retener agua, y si su comportamiento y grado de funcionamiento son adecuados. Si no
están controladas, pueden llegar a provocar problemas de inestabilidad de taludes y
problemas de erosión interna por lavado de finos.
La forma más sencilla de medir las filtraciones consiste en disponer de un aforador si-
tuado a la salida de la red que recoge y conduce al exterior las aguas de cada uno de los
sectores en los que, normalmente, se divide toda la superficie de la balsa (Fotografía 57).
Todas las balsas, sea cual sea su tamaño, deberían contar al menos con un aforador.
El método más exacto para la medición de los asientos del dique de cierre es la nive-
lación topográfica de precisión a lo largo de su coronación. El itinerario de nivelación de-
be nacer y morir en puntos alejados de la balsa que puedan considerarse fijos. Esta me-
todología únicamente requiere la instalación de clavos de nivelación y puntos fijos, o
dianas de puntería en coronación si ésta no resultase fácilmente visitable, y sirve para
medir asientos absolutos, descartándose en este Manual el uso de sistemas más com-
plejos para la medida de asientos relativos.
Al igual que para las deformaciones verticales, los sistemas de auscultación para el
control de deformaciones horizontales en los diques de las balsas han de ser sencillos,
descartándose en este Manual el uso de sistemas más complejos.
Para ello, puede bastar con instalar clavos topográficos en las esquinas de la corona-
ción y controlar las desviaciones que, con respecto a las alineaciones formadas por ca-
da par, tienen una serie de estaquillas situadas entre ellos.
El ámbito de aplicación de esta guía descarta de antemano aquellas obras que, por
su gran tamaño, riesgo potencial en caso de rotura o problemas geotécnicos, requieran
equipos más complejos de auscultación a los descritos anteriormente. En esos casos
se recomienda acudir a especialistas en la materia.
Si existiera riesgo de inestabilidad debido, por ejemplo, a que la cimentación del di-
que de cierre presentase una inclinación importante con respecto a la horizontal, po-
dría justificarse el empleo de tubos inclinométricos para controlar movimientos.
Una vez realizadas las visitas de inspección visual y la toma de datos internos y ex-
ternos de la balsa, un técnico con experiencia en comportamiento de balsas debe rea-
lizar un análisis de la información recogida para examinar si existen o no desviaciones
entre el comportamiento esperado de la balsa y el comportamiento real de la misma.
En dicho análisis se compararán las magnitudes de efecto con las variables causales,
generando modelos de comportamiento reales y contrastándolos con los modelos teó-
ricos de comportamiento. Para la realización del análisis, el técnico deberá contar con
toda la información posible de la balsa antes de la inspección visual, indicándose a con-
tinuación un listado de información elemental:
d. Anejos. En los que se incluirán los planos elementales de la balsa, secciones tipo
del dique de cierre, planos de situación de los elementos de auscultación, ficha téc-
nica de la balsa, ensayos en muestra de geomembrana y listado de todos los datos
de auscultación tomados.
e. Reportaje Fotográfico.
Se recomienda que al menos una vez al año se efectúe un informe de seguimiento co-
mo el anteriormente expuesto y que, al menos, una vez cada 10 años se haga una re-
visión y análisis general de la seguridad de la balsa por parte de un especialista en la
materia.
La balsa contará con un archivo técnico, situado en las oficinas del titular, en el que
se incluirán todos aquellos documentos relacionados con la seguridad de la balsa: pro-
yecto de construcción, normas de explotación, propuesta de clasificación y resolución
aprobatoria, informes de seguimiento, etc.
Las balsas de regadío tienen un cierto interés estratégico que obliga a prevenirlas de
actos vandálicos, robos o acciones de sabotaje. Para ello, las balsas deberán contar
con un cerramiento perimetral que haga inviable el acceso con vehículos o equipos por-
tátiles de bombeo y, en lo posible, de personal ajeno a la explotación. Este cerramien-
to evitará además accidentes de terceras personas o animales que circunstancialmen-
te se encontrasen en las proximidades de la balsa.
11.1.= INTRODUCCION.
a Dique de cierre.
- Inspección del vaso y del paramento exterior del dique del cierre.
- Inspección del vaso y del paramento interior del dique de cierre cuando la balsa se
encuentra vacía.
a Órganos de desagüe.
- Inspección del
aliviadero, tomas, desagües, elementos asociados a ellos y
elementos electromecánicos u oleohidráulicos.
a Instalaciones eléctricas.
a Accesos.
De acuerdo con las distintas partes a inspeccionar en una balsa, y como una norma
de buena práctica, cabe mencionar los diferentes tipos de mantenimiento que se debe-
rían seguir al respecto en cuanto a las instalaciones, órganos de desagüe, elementos
óleo-electromecánicos y dique de cierre: f8
. 1'1
a Mantenimiento preventivo: Conjunto de acciones que hay que realizar para ase-
gurar que todos los componentes de la instalación cumplen la~~funciones
para las
que fueron diseñados. j
a Mantenimiento correctivo: Conjunto de acciones que hay que realizar para devol-
ver la función perdida a cualquier componente de la instalación.
e Inventario de instalaciones
- Sistema
- Equipos
- Componentes
e Tareas y actuaciones
- Cuadro de tareas
- Listas de actuaciones
- Programación
e Organización
- Equipos
- Incidencias
- En Mantenimiento
- Acciones Correctoras
e Archivo técnico
-Actuaciones Singulares
- Normas de explotación
En el anejo 5, se presentan, en una serie de fichas, las labores que conviene efectuar
periódicamente para realizar un buen mantenimiento. Igualmente, las fichas recogen las
pautas habitualmente sancionadas por la práctica para realizar las correspondientes la-
77- CRITERIOS
GENERALES DE MANTENIMIENTO. PATOLOGIÁ
bores de inspección, para, desde el punto de vista de la seguridad, poder concluir en qué
condiciones se encuentra la balsa.
.-
11.2.1.1 Materiales o Terrenos solubles.
l5 Las Geomembranas tienen una elevada capacidad de deformación sin romperse, lo que supone un claro "aviso"
de este tipo de problemas y de la existencia de un cierto tiempo de reacción.
77- CRITERIOS
GENERALES DE MANTENIMIENTO. PATOLOGIÁS
Estos problemas suelen iniciarse, normalmente, al abrirse una vía franca de agua jun-
to a estas estructuras, bien por la aparición de movimientos diferenciales, rotura de con-
ductos por la misma causa, o, en el caso de balsas impermeabilizadas por geomem-
branas, por la rotura de la unión de ésta con aquellas.
Si bien este tipo de fallos no suelen producir la rotura de la balsa, a veces han oca-
sionado daños de cierta entidad que han obligado al vaciado completo de importantes
obras de reparación.
.-
11.2.4.1 Composición o formulación.
.-
Fotografía 61 Degradación de una Fotografía 62.- Deterioro de una geomembra-
geomembrana de na de poli(cloruro de vinilo)
poli(cloruro de vinilo) plastificado donde se hace visible la presen-
plastificado cia de tejido sintético
Fptografía 63.- Vista del tejido sintético de re- Fotografía 64.- Tejido de la armadura observa-
fuerzo por microscopia óptica de reflexión en do mediante microscopia electrónica de barri-
una geomembrana de do en una geomembrana de
poli(cloruro de vinilo) plastificado poli(cloruro de vinilo) plastificado
El caso más habitual es que el soporte sea el terreno, por lo cual se ha de poner em-
peño en eliminar todo tipo de guijarros, cantos, restos de vegetación o cualquier otro
elemento que pueda originar daños en la membrana. Además, se realizará una buena
compactación que pueda garantizar el éxito de la obra y la no existencia de fallos de es-
ta etiología. En la Fotografía 66 se pueden observar los efectos de una mala compac-
tación en un talud donde no se ha insertado un geotextil.
Fotografía 66.- Punzonado de la lámina Fotografía 67.1 Burbuja provocada por los ga-
impermeabilizante por mala ejecución ses en la solera de una balsa impermeabiliza-
de su capa soporte da con una geomembrana sintética
Generalmente, las Iáminas llegan a la zona de obras en forma de rollos o bien en for-
ma de paños prefabricados. El proceso de soldadura es uno de los puntos claves para
culminar con éxito la obra; los materiales de partida pueden ser de unas características
inmejorables, pero si la unión entre paños falla, la obra está condenada al fracaso. Las
uniones hechas en fábrica son fácilmente controlables y, es de suponer, que se han re-
alizado en unas condiciones adecuadas de limpieza, humedad y temperatura. Sin em-
bargo, en las uniones hechas en obra los parámetros ambientales pueden variar de un
día a otro, incluso a lo largo del mismo día, por lo que la calidad y resistencia de la sol-
dadura no será la misma. Por otra parte, el polvo que acompaña a toda obra es un ene-
migo crónico de los procesos de unión, por lo que es obligatorio una limpieza profunda
de las zonas a soldar.
Las zonas próximas a las uniones quedan más o menos debilitadas y es un hecho a
tener en cuenta a la hora del seguimiento de la impermeabilización. Dentro del tema de
patologías derivadas del proceso de unión entre Iáminas es necesario llevar a cabo una
inspección minuciosa antes de proceder al llenado de la balsa. La realización de una
soldadura, por la cantidad de factores que influyen sobre la misma la convierten en un
proceso delicado desde el punto de vista de la obra y de su evolución posterior. Pará-
metros como el grado higrotérmico, limpieza, temperatura del aire caliente, tiempo de
aplicación, presión, etc. influyen de tal forma que los valores de resistencia de la solda-
dura pueden diferir bastante en las distintas zonas de la balsa.
Los anclajes lineales son los más utilizados y los que conducen a mejores resultados;
se disponen siguiendo líneas directrices horizontales o a lo largo de generatrices según
planos verticales. Esta última solución requiere una mayor longitud de anclaje y genera
en la geomembrana unos estados tensionales indeseables. Consecuencia directa de
este hecho es la aparición de una serie de dobleces y pliegues tras la colocación de la
Iámina que se conoce con el nombre de "efecto pantalla" o "efecto reptado". En la Fo-
tografía 68 se muestra este tipo de patología, que al cabo de un corto periodo de tiem-
po desapareció como consecuencia de las retracciones del material termoplástico que
constituye la Iámina. Las uniones a las obras de fábrica pueden originar distintos fallos
en la geomembrana y permitir que el agua penetre por debajo de la misma, llegándose
en ocasiones a levantar la Iámina, producir desgarros y lavado de taludes.
- m m m m m
Fotografía 68.- Efecto pantalla o de reptado en la geomembrana
Las Iáminas utilizadas pueden ser del tipo mono o multicapa. En el primero de los ca-
sos, las Iáminas son del mismo color. En el segundo, la situación es diferente, pueden
tener la misma coloración o bien distinto color la capa en contacto con el terreno de la
que va a estar al exterior. Hace una serie de años, era muy común que la lámina mos-
trara la misma coloración por sus dos caras, aún siendo multicapa. La tendencia actual
es a colores distintos por cada una de sus caras. Generalmente en las Iáminas multi-
capa, una de sus caras va preparada para la exposición a la intemperie, por tanto dicha
cara debe colocarse hacia el exterior; e? caso contrario, podrían aparecer problemas de
la cara no preparada con absorbentes de luz UV' y se produciría la degradación de la
geomembrana.
77- CRITERIOS
GENERALES DE MANTENIMIENTO. PATOLOGIÁ
No es tan infrecuente como cabría esperar que en una obra se observe distinta colo-
ración entre los paños que constituyen su impermeabilización(Fotografías 69 y 70), que
a medida que se va evaluando su comportamiento mediante el seguimiento adecuado,
se comprueba que sus características también difieren. En las visitas a la balsa se pue-
de constatar, asimismo, cómo uno de los paños presenta más rigidez que el otro; como
uno de ellos tiene tendencia a la adherencia de polvo en su superficie. En principio, el
problema se explica por dos causas diferentes. Una de ellas es que los rollos de mate-
rial que llegaron a obra, aún cuando procedan de la misma casa comercial, se trata de
láminas de dos producciones distintas, con tonalidades diferenciadas; otra de las expli-
caciones hace referencia a una mala instalación y de colocar hacia el exterior la cara in-
terna, de ahí ese comportamiento tan distinto en el tiempo. Por la forma de desenrollar
la lámina procedente de fábrica y, además, porque siempre viene referenciada, parece
que este punto no es tan lógico, pero sí se tiene constancia de fallos por este motivo,
sobre todo, en Iáminas del mismo color, en instaladores no demasiado profesionales y,
fundamentalmente, hace una serie de años donde este campo de la Tecnología no es-
taba tan bien explorado.
11.2.4.3.- Ubicación.
La zona donde vaya a ser situada una balsa es un factor a tener en cuenta a la hora
de analizar qué problemas se pueden presentar. Además de su climatología, ese en-
torno, entendido en sentido amplio (geológico, geotécnico y geográfico), debe ser muy
tenido en cuenta para analizar problemas de resistencia, posibles asientos del conjun-
to, la aparición de asientos diferenciales, formación de cavidades por erosión interna,
eventuales subidas de capa freática, etc.
tema del agua es un bien escaso y que por distintas razones existen balsas en zonas
más frías. Bajas temperaturas pueden dar lugar a la formación de hielos, con el consi-
guiente riesgo de perforaciones y desgarros provocados, respectivamente, por la flota-
ción y el cambio de nivel bajo la capa helada.
No hay que olvidar el riesgo de lluvias en regiones con abundancia de balsas. Aparte
de los problemas de rebosamiento de agua, en ciertos casos donde no se han tomado
las medidas necesarias, hay que pensar en su acción en los taludes, fundamentalmen-
te en la erosión o lavado de su parte externa, incluso en la parte interna se han pre-
sentado problemas que han repercutido gravemente en la geomembrana.
Las balsas sufren también la acción del granizo, que ha llevado consigo bastantes pro-
blemas económicos y jurídicos. Normalmente, las casas comerciales no se hacen car-
go de este fenómeno y la responsabilidad es para los propietarios de la balsa. En ge-
neral, el daño causado por el efecto del granizo, es una grieta en forma de "pata de ga-
llo" que suele comenzar a formarse de parte interna a externa de la geomembrana (Fo-
tografía 72). No debe confundirse con la aparición de grietas con formas semejantes en
la geomembrana del fondo porque no pueden ser debidas a la granizada, máxime cuan-
do el embalse contiene agua.
Ya se apuntó el efecto negativo que tienen las radiaciones solares sobre las resinas
que constituyen el material polimérico. Teniendo en cuenta esta tendencia a la degra-
dación, se deberán emplear láminas preparadas para resistir la acción de la intemperie
e, incluso, en zonas que van a estar en contacto permanente con la acción de las ra-
diaciones solares, como son las proximidades del botaolas de coronación, se aconseja
protegerlas con los consabidos "baberos" (Fotografía 73).
Fotografía 72.- Efecto del granizo en una Fotografía 73.- Inserción de baberos en
geomembrana de PVC-P las proximidades del botaolas para
protección de la geomembrana
77- CRITERIOS
GENERALES DE MANTENIMIENTO. PATOLOGIÁS
El viento puede generar olas que deformen los taludes formando un escalón en el ni-
vel del plano de agua, lo cual puede suponer la rotura de la geomembrana. En ocasio-
nes se producen desplazamientos de material hacia el pie del embalse o hacia los an-
c l a j e ~intermedios dando lugar a embolsamientos y tensiones en la pantalla impermea-
ble. Los taludes tendidos favorecen el "efecto playa" que amplía la zona de trabajo del
oleaje. Se ha constatado, además, que el mencionado oleaje favorece la pérdida de
plastificante. Las Fotografías 74 y 75 muestran, respectivamente, la acción del viento
sobre una geomembrana de EPDM y el oleaje en una balsa.
Por último y antes de acabar este epígrafe relacionado con la ubicación del embalse, hay
que hacer referencia a las aguas que almacene, en cuanto a su calidad y contaminación, cu-
yo efecto sobre la pantalla impermeable va a depender de los productos contaminantes
arrastrados y de su concentración. Asimismo, las posibles contaminaciones de la membra-
na producidas por productos presentes en el terreno. La proximidad de gasolineras, aero-
puertos y complejos industriales que originen sustancias químicas, que ya sea por filtración
en el terreno o en el agua que llegue a la balsa, es un factor a estudiar y a tener en cuenta.
Ilado. Como una gran parte de los animales van a beber y las láminas son bastante des-
lizante~sobre todo en húmedo, se deberán colocar escaleras o cuerdas prolongadas
hasta el nivel del agua.
Aparte de los animales a ras del suelo, no hay que olvidar la gran cantidad de aves
que suelen abrevar en las balsas; esas auténticas manadas viven durante mucho tiem-
po sobre la membrana del embalse y además de picotear en ella, dejan allí sus excre-
mentos. Sin embargo, no se han detectado perforaciones como consecuencia de pico-
t a z o ~ ni
, tampoco acción negativa de los excrementos de las aves. No obstante sí se
77- CRITERIOS
GENERALES DE MANTENIMIENTO. PATOLOGIÁ
han observado patologías provocadas por las aves en taludes de mucha inclinación en
los que las aves clavan sus uñas para no deslizarse.
El ataque por microorganismos es una patología que hay que tener presente. Inicial-
mente, se suele someter a la Iámina a un ensayo de resistencia a los microorganismos
que deben superar. Como es sabido, la materia orgánica vegetal o animal es suscepti-
ble de ser atacada por este tipo de seres vivos micromoleculares cuya acción se ve fa-
vorecida por la presencia de la humedad, a la que no es ajena, evidentemente, la geo-
membrana de una balsa; por tanto, las pantallas impermeabilizantes son susceptibles
de este ataque.
La Iámina debe llevar en su formulación aditivos que impidan dicho ataque. Aunque
existen biocidas de distinta naturaleza, se ha hecho uso por parte de distintas casas co-
merciales de compuestos de arsénico, cuya toxicidad es de todos conocida. Cuando se
formula una Iámina para la impermeabilización de edificios, la proporción de estos pro-
ductos es superior, ya que aquí el tema de la toxicidad no es tan grave; sin embargo,
en una membrana que va a estar en contacto con el agua, el problema si resulta de gra-
vedad, por ello las cantidades utilizadas son más pequeñas. La situación se complica,
todavía más, cuando estos productos, algunos de carácter hidrófilo, pasan al agua y al
cabo del tiempo, el material original ha quedado desprotegido para la acción de los mi-
croorganismos y es, a partir de ese mo-
mento, cuando hay que seguir con más
detenimiento el estado de la Iámina. Esos
' 1
productos tóxicos que pasan al agua, lo
hacen en pequeña proporción y, si son
embalses de riego, lo normal es que el
agua se renueve con frecuencia y no pre-
sente mayores complicaciones.
La caza y la pesca no son ajenas a los posibles daños en las geomembranas sintéticas.
Es común, observar en la lámina pequeños agujeros o punzonamientos que suelen coin-
cidir con la zona de abundancia de cartuchos.
En algunas balsas existen peces, unos procedentes del agua de aportación a la bal-
sa, otros colocados allí con algún fin. El crecimiento en número y peso de los mismos
los hace muy atractivos al pescador que no deja de saltar la valla y echar la caña a la
balsa y varios peces al morral. La acción de los anzuelos ha originado deterioros de
cierta entidad en la lámina. Si dichos deterioros son difíciles de localizar ya que están
cubiertos por el agua, más difícil aún resulta al técnico conocer su etiología.
a Análisis técnico del proyecto y construcción de balsas para regulación de riegos. Uni-
versidad Politécnica de Cartagena.
12.2.- GEOTECNIA.
a "Handbook on Small Earth Dams and Weirs. A guide to siting, design and construc-
tion". Tim Stephens. Cranfield.
a Normativa española:
a Normativa norteamericana:
- NRCS-MD (Natural Resources Conservation Service) Code no. 378 Pond Stan-
dardslSpecifications. Maryland.
- Section 7. NRCS Pond Code 378, As Adapted For Use in Delaware. Delaware.
- Water and sediment control basin. Code 638. Natural Resources Conservation
Service Conservation Practice Standard. Alabama.
- Farm Dams for Sugar Industry. Detailed Design. FSA Irrigation. March 2001.
e Normativa francesa:
e Diferentes artículos del "Bulletin de liason des laboratories des ponts et chausses: no
130, no 131, no 132:
e Amigó Rodríguez, E.; Aguiar González, E. Manual para el diseño, construcción y ex-
plotación de embalses impermeabilizados con geomembranas. Consejería de Agri-
cultura y Alimentación, Gobierno de Canarias. Tenerife, 1994.
Barbero Palomero, R. Patologías de las balsas. Simposio Nacional sobre Proyecto,
Construcción e Impermeabilización de Balsas. Sevilla, 2005
Campo García, A. del. Las balsas y las comunidades de regantes en España. Jorna-
da sobre Balsas en España. Colegio de lngenieros de Caminos, Canales y Puertos
de Madrid, 2008.
Kraatz, D.B.; Mahajan, l.K. Pequeñas obras hidráulicas. Organización de las Nacio-
nes Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Roma, 1976.
Martínez Álvarez, A.; García López, F.; Asensio Sánchez, M. Depósitos reguladores
laterales a los cauces de agua. Master en ingeniería de regadíos. Riego Localizado.
Ruiz Caballero, F. Puesta en obra de los geosintéticos. Simposio Nacional sobre Pro-
yecto, Construcción e Impermeabilización de Balsas. Sevilla, 2005.
Zapata Raboso, F.; Torregrosa Soler, J. B. Curso práctico sobre "Proyecto, ejecución
y explotación de balsas de materiales sueltos para riego". Cálculos hidráulicos.
o Blanco, M.; Ortega, J. J.- "Los plásticos en la construcción", laboratorio central de en-
sayo de materiales de construcción. 1980.
Normativa de referencia:
o UNE 104 300 Materiales sintéticos. Láminas de polietileno de alta densidad (PEAD)
para la impermeabilización en obra civil. Características y métodos de ensayo.
o UNE 104 308 Materiales sintéticos. Láminas de elastómeros, sin refuerzo ni armadu-
ra, para la impermeabilización. Características y métodos de ensayo.
o UNE 104 3 10 Materiales sintéticos. Láminas de polietileno clorado sin armadura pa-
ra la impermeabilización. Características y métodos de ensayo.
e UNE 104 31 1 Materiales sintéticos. Láminas de polietileno de alta densidad coex-
truído con otros grados de polietileno para la impermeabilización en obra civil. Ca-
racterísticas y métodos de ensayo.
e Leiro, A.; Blanco, M. Los geotextiles como nuevos materiales orgánicos en la Obra
Pública. Monografías CEDEX, M-17. Madrid. 1990.
e Leiro, A. Requisitos para los distintos usos de los geotextiles y productos relacionados.
Marcado CE. Jornada Técnica sobre refuerzo de suelos con geosintéticos. Organiza-
do por CEDEX e IGS- ESPANA. Madrid, 2004.
Normativa de referencia:
UNE-CR ISO 13434:1999 Guía para la durabilidad de los geotextiles y los productos
relacionados con geotextiles. (ISOíTR 13434:1998).
e UNE-EN ISO 103 19: 1996. Geotextiles. Ensayo de tracción para probetas anchas.
(/SO 10319:1993).
e UNE-EN ISO 10320: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. lden-
tificación in situ. (/SO 10320: 1999).
e UNE-EN ISO 11058: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. De-
terminación de las características de permeabilidad al agua perpendicularmente al
plano sin carga. (/SO 11058: 1999).
e UNE-EN ISO 12236: 1996. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. En-
sayo de punzonado estático (ensayo CBR). (ISO 12236: 1996).
e UNE-EN ISO 12956: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. De-
terminación de la medida de abertura característica. (/SO 12956:1999).
UNE-EN ISO 12958: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. De-
terminación de la capacidad de flujo en su plano. (/SO 72958:1999).
e UNE-EN ISO 13427: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. Si-
mulación del deterioro por abrasión (ensayo del bloque deslizante). (ISO
13427: 1998).
UNE-EN ISO 13437: 1999. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. Mé-
todo para la instalación y la extracción de muestras del suelo, y para el ensayo de
probetas en el laboratorio. (/SO 73437: 7998).
UNE-EN ISO 9863-2: 1997. Geotextiles y productos relacionados con geotextiles. De-
terminación del espesor a presiones especificadas. Parte 2: Método para la determi-
nación del espesor de las capas individuales de productos de capas múltiples. (/SO
9863-2: 7 996).
D5887-08 Standard Test Method for Measurement of lndex Flux Through Saturated
Geosynthetic Clay Liner Specimens Using a Flexible Wall Permeameter.
a D5888-06 Standard Guide for Storage and Handling of Geosynthetic Clay Liners.
e D5890-06 Standard Test Method for Swell lndex of Clay Mineral Component of Geo-
synthetic Clay Liners.
e D5891-02 Standard Test Method for Fluid Loss of Clay Component of Geosynthetic
Clay Liners.
a D5993-99(2004) Standard Test Method for Measuring Mass Per Unit of Geosynthe-
tic Clay Liners.
e D6141-97(2004) Standard Guide for Screening Clay Portion of Geosynthetic Clay Li-
ner (GCL) for Chemical Compatibility to Liquids.
e D6243-08 Standard Test Method for Determining the Interna1and Interface Shear Re-
sistance of Geosynthetic Clay Liner by the Direct Shear Method.
e D6496-04a Standard Test Method for Determining Average Bonding Peel Strength
Between the Top and Bottom Layers of Needle-Punched Geosynthetic Clay Liners.
e D6768-04 Standard Test Method for Tensile Strength of Geosynthetic Clay Liners.
e ASTM E946-92. Withdrawn Standard: ASTM E946-92 Test Method for Water Ab-
sorption of Bentonite by the Porous Plate Method (Withdrawn 1997)
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ANEJOS
ANEJO No 1
GLOSARIO
ANEJO No1
GLOSARIO
e Zona de dique de cierre o dique de cierre: Parte de la balsa cuya morfología se con-
forma mediante la ejecución de terraplenes adecuadamente cimentados, de tal ma-
nera que las superficies o paramentos de los terraplenes quedan, generalmente, por
encima de las que tenía el relieve natural antes de construir dichos terraplenes.
e Caudal de cálculo del aliviadero: Caudal que resulta de la suma del caudal máximo
de entrada en la balsa procedente del dispositivo de entrada de agua, y del caudal
máximo de entrada en la balsa procedente de las precipitaciones que caen directa-
mente en la balsa. Es el caudal de cálculo que es preciso obtener para proceder al
dimencionado del aliviadero de superficie, la obtención del Nivel Máximo de Emer-
gencia y la posterior comprobación del resguardo mínimo.
a Nivel Máximo Normal (NMN): Máximo nivel de explotación que puede alcanzar el
agua en las situaciones ordinarias de explotación. Cuando el nivel de agua en la bal-
sa supere este nivel, el funcionamiento de la misma se encontrará en una situación
extraordinaria y de manera obligatoria el aliviadero de superficie deberá entrar en
funcionamiento. Este Nivel, por tanto, coincide con la cota correspondiente al umbral
de vertido del aliviadero de superficie.
ANEJO No2.A
NORMATIVA UNE DE ENSAYOS DE LABORATORIO
Los ensayos geotécnicos se realizarán de acuerdo a la siguiente normativa.
ANEJO No2.B
B.1 TABLAS DE CLASlFlCAClON DE SUELOS Y ROCAS
Gravas y mezclas
Resistencia a la
Denominación de la
Valor N (S.P.T.) Densidad saturada (Dsat) compresión simple
consistencia
q.(kg/cm2)
e2 Muy blanda 1,44-1,60 ~0~25
2-4 Blanda 1,60-1,76 0,25-0,5
4-8 Media 1,76-1,92 0,5-1,O I
A.Carbón blando
IV. B.Carbón duro
Rocas C.pizarras petrolíferas De poco interés para la ingeniería geotécnica.
orgánicas D.pizarras bituminosas
E.Arenas bituminosas
Tabla 19.- Clasificación geomecánica de Goodman (1989), complementada por Serrano (2002)
\ A NEJO N" 2- NORMAS
DE ENSAYO, CARACTER~STICASGEOTÉCNICAS Y CLAS~F~CACIÓN
DE SUELOS Y ROCAS
ANEJO No2.C
CARACTER~STICASDE LOS SUELOS SEGÚN PG-3
Suelos seleccionados
a Contenido en materia orgánica inferior al cero con dos por ciento (M0<0,2%), según
UNE 103-204.
a Contenido en sales solubles en agua, incluido el yeso, inferior al cero con dos por
ciento (SS>0,2%), según NLT 114.
a Cernido por el tamiz 0,40 UNE menor o igual que el quince por ciento (#0,40515%)
o que en caso contrario cumpla todas y cada una de las condiciones siguientes:
- Cernido por el tamiz 2 UNE, menor del ochenta por ciento (#2580%).
- Cernido por el tamiz 0,40 UNE, menor del setenta y cinco por ciento (#0,40
515%).
- Cernido por el tamiz 0,080 UNE inferior al veinticinco por ciento (#0,080 S25%).
- Limite líquido menor de treinta (LL<30), según UNE 103 103.
- índice de plasticidad menor de diez ( I P 4 O), según UNE 103 104.
Suelos adecuados
Se consideran como tales los que no pudiendo ser clasificados como suelos selec-
cionados cumplan las condiciones siguientes:
a Contenido en sales solubles, incluido el yeso, inferior al cero con dos por ciento
(SS<0,2%).
a Cernido por el tamiz 2 UNE, menor del ochenta por ciento (# 2580 %).
a Cernido por el tamiz 0,080 UNE, inferior al treinta y cinco por ciento (# 0,080535%).
Suelos tolerables
Se consideran como tales los que no pudiendo ser clasificados como suelos selec-
cionados ni adecuados, cumplen las condiciones siguientes:
a Contenido en yeso inferior al cinco por ciento (Yeso<5%), según NLT 115.
a Contenido en otras sales solubles distintas del yeso inferior al uno por ciento
( S S 4 %).
a Asiento en ensayo de colapso inferior al uno por ciento (1%), según NLT 254.
a Hinchamiento en ensayo de expansión inferior al tres por ciento (3%), según UNE
103-60 1.
Suelos marginales
Se consideran como tales los que no pudiendo ser clasificados como suelos selec-
cionados ni adecuados ni tampoco como suelos tolerables, por el incumplimiento de al-
guna de las condiciones indicadas para estos, cumplan las siguientes condiciones:
Suelos inadecuados
e Las turbas y otros suelos que contengan materiales perecederos u orgánicos tales
como tocones, ramas, etc.
Los que pueden resultar insalubre para las actividades que sobre los mismos se de-
sarrollen. !
PROPIEDADES IMPORTANTES
TRABAJABILIDAD
SÍMBOLO
DEL
GRUPO
Tf.PO DE SUELO PERMEABILIDAD AL CORTE
COMPACTADO COMPAC TADO
COM~RES/BILIDAD COMO MA TERML
COMPAC TADO
sA TURADo
DE
CONS TRUCCION
,
Y SA TURADO
Gravas bien
graduadas,
GW Permeable Excelente Despreciable Excelente
mezclas de grava y
de arena
Gravas mal
graduadas,
GP Muy permeable Buena Despreciable Buena
mezclas de grava y
de arena
Gravas Iimosas,
mezclas de grava- Semipermeable a
GM Buena Despreciable Buena
arena-limo mal impermeable
graduadas
Gravas arcillosas,
mezclas de grava-
Impermeable Buena a media Muy baja Buena
arena-limo mal
graduadas
Arenas bien
SW graduadas, arenas Permeable Excelente Despreciable Excelente
con gravas
Arenas mal
SP graduadas, arenas Permeable Buena Muy baja Mediana
con grava
Arenas limosas,
Semipermeable a
SM mezclas de arena- Buena Baja Mediana
limo mal graduadas jmpermeable
Arenas arcillosas,
SC mezclas de arena- Impermeable Buena Baja Buena
arcilla
Mediana a mal
.-
Tabla 21 Comportamiento geotécnico de los grupos de suelos de la clasificación USCS
ANEJO
N" 2- NORMAS
DE ENSAYO, CARACTER~STICASGEOTÉCNICAS Y CLASIFICACIÓN DE SUELOS Y ROCAS
S ~ O oL
COHESON - COHESON - ÁNGULO DE COEF/CENTE DE
NGA JERIAL MA TERIAL ROZAMlEN TO
DEL Tipo DE O
COMPACTADO SA TURADO EFECTIVO
GRUPO (CM/s)
(KPAJ (KPAJ (7
Gravas bien
graduadas, >1
mezclas de grava
y de arena
Gravas mal
graduadas,
GP
mezclas de grava
o o > 37 >1
y de arena
Gravas limosas,
mezclas de
GM
grava-arena-limo
o o > 34 1
mal graduadas
Gravas
arcillosas,
mezclas de lo-6
grava-arena-limo
mal graduadas
Arenas bien
graduadas, 1x1
SW O O 38
arenas con
gravas
Arenas mal
SP graduadas, O O 37 IXIO-~
arenas con grava
Arenas limosas,
mezclas de
arena-limo mal
34 lo5
graduadas
Arenas arcillosas,
SC mezclas de 75 10 31 IO-~
arena-arcilla
Limos
ML inorgánicos y 70 10 32 1o-e
limos arcillosos
Mezcla de limo
ML-CL inorgánico y 65 20 32 5~ lom7
arcilla
Arcillas
inorgánicas poco
plásticas o de
plasticidad
mediana
Limos arcillosos
MH inorgánicoS, 75 20 25 lo-7
suelos limosos
Arcillas
CH inorgánicas muy 100 10 20 lo8
plásticas
NOMBRE
DEL NORMA TlVA OBSERVACIONES BIBLIOGRAF/Á
ENSA YO
NLT 207/91
- Schafe6 G.J. (1978).
Pinhole test for dispersive
PNE 103-504
Pinhole soil - suggested change.
ASTM D 4647- GT6 Technical Notes June
06 1978.
- Emerson, W.W. (1967). A
classification of soil
6572-
Recomendado por aggregates based on their
Crumb 06 ICOLD'~
coherence in water.
USBR 5400-89 Australian Journ. of Soil
Research 5.
- Decker, R.S.; Dunnigan L.
P. (1977): "Development
and use of the Soil
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dispersion test" A STM
special technical publication.
Ed. American Society for
ASTMD4221- Testing and Materials,
hidrómetro 90
o Philadelphia, ISSN 0066-
USBR 5405-89 0558, No 623, PP. 94-1 09.
densímetro
- Bell, F. G. & Maud, R.R.
(1994): "Dispersive soils: a
review from a South African
perspective" Quarterly
Journ. of Eng. Geology and
Hydrogeol., Vol. 27, issue 3.
- Norma NF X 31-108
Análisis Análisis de los (1996): "Determination des
químico de cationes de cambio cations Ca, Mg, K, Na
la muestra asociados a los extractibles par I'acetate
de suelo: minerales arcillosos d'ammonium. In Qualité des
ESP y ESR sols, AFNOR, Paris, 1996.
Tabla 23.- Principales ensayos de laboratorio para determinar la dispersabilidad de los suelos
ENSAYO CRUMB.
Fotografía 81.- Grado de dispersividad del suelo en función de los resultados del ensayo Crumb
5 Pm Tamaño de Partícula
b.- Análisis químico del extracto de agua: SAR (Sodium Absorption Ratio)
Este ensayo es una determinación analítica del contenido de sodio en el agua de los
poros del suelo Dicho contenido se cuantifica mediante el parámetro SAR (Sodium Ab-
sorption Ratio), de acuerdo a la siguiente expresión:
Na'
SAR =
A NEJO N" 2- NORMAS
DE ENSAYO, CARACTER~STICASGEOTÉCNICAS Y CLASIFICACIÓN DE SUELOS Y ROCAS
NOTA:
En función de este parámetro, las balsas se pueden clasificar en: balsas de almace-
namiento y balsas de regulación.
Las balsas de almacenamiento tienen como función principal embalsar agua en las
épocas en las que no se precisen caudales para el riego, para su utilización en los mo-
mentos en los que los cultivos lo demanden, que en general coincidirán con los perío-
dos de estiaje o de menor aportación. Su ciclo de funcionamiento será anual y sus vo-
lúmenes serán considerables. El dimensionamiento se realiza comparando la aporta-
ción disponible con la demanda de agua que se pretende satisfacer, según las distribu-
ciones temporales de ambas.
e Regulación de un canal.
a) Condicionantes morfológicos.
Existen gráficas y tablas de gran sencillez que ejemplifican la relación existente entre
la forma básica de la balsa y el volumen de tierras a mover para configurar la estructu-
ra del vaso. Estas tablas permiten realizar una primera aproximación de la forma a
adoptar en terrenos poco accidentados y de pendiente reducida. Un ejemplo de las mis-
mas se representa en la Figura 45.
Otro método práctico para ajustar en una primera aproximación la forma de la balsa
al terreno en que se ubicará consiste en superponer y comparar los perfiles de éste con
otros típicos de balsas en explotación. En este proceso de encaje se deberá tener en
cuenta también el equilibrio entre los volúmenes resultantes de excavación y dique de
cierre.
Figura 46.- Relación Capacidad de la balsa vs. Volumen del movimiento de tierras
d) Condicionantes climáticos.
Los índices anuales de evaporación pueden alcanzar valores absolutos que superan
el diez por ciento (10%) de la altura ordinaria de este tipo de balsas. Si a ello se añade
que el plano de agua expuesto es el de máxima superficie, se concluye que las pérdi-
das por evaporación pueden alcanzar, en circunstancias desfavorables, valores próxi-
mos al quince por ciento (15%) de la capacidad total de almacenamiento.
Para reducir estos efectos sobre el balance de la explotación convendrá en algún ca-
so limitar la superficie expuesta (sin alterar la altura máxima de agua) por simple re-
ducción de las dimensiones en planta del embales y, por tanto, de su capacidad o bien
recurrir a las técnicas indicadas en el apartado 4.4.5.-.
e) Condicionantes de seguridad.
Frente a este inconveniente, estas balsas ofrecen la ventaja de permitir un control ab-
soluto de los caudales de entrada, incluso en el caso de que se aprovechen aguas su-
perficiales desde un cauce.
Establecer la altura de agua o profundidad del vaso constituye una de las decisiones
básicas del proyecto de una balsa. La altura máxima de agua está condicionada por va-
rios factores limitativos entre los que destacan los siguientes:
A su vez, el mínimo valor de la altura queda condicionado por otra serie de factores,
tales como:
a La correcta combinación de estos factores con otros criterios del diseño geométrico
de la balsa permitirá encontrar el valor óptimo de la altura de agua para cada pro-
yecto planteado.
A3.3. RESGUARDO.
- - - - - -
Siendo:
rl= NME-NMN.
En el caso de que, dado el Nivel Máximo Normal, el caudal de cálculo del aliviadero y
las sobreelevaciones producidas por las olas, las comprobaciones expuestas no sean
satisfactorias, será necesario adoptar, al menos, alguna de las siguientes medidas:
A veces resulta útil disponer un pretil de coronación capaz de resistir los empujes del
oleaje. En este caso la mitad de la altura de pretil puede contabilizarse a efectos de la
comprobación del resguardo mínimo.
No se deben olvídar para calcular el resguardo las posibles imperfecciones ocasiona-
das en la coronación por la falta de uniformidad de los asientos, los asientos postcons-
tructivos de la cimentación y del dique de cierre, e incluso, en las zonas donde sea de
aplicación la normativa sismorresistente, los debidos a efectos sísmicos.
Arqueta de entrada
Donde:
Q: Caudal (m3/s).
Figura 47.- Esquema del vertido directo sobre lámina mediante arqueta
Si el vertedero adoptara la forma de un perfil Creager, el caudal de vertido se puede
calcular de forma similar, teniendo en cuenta que el coeficiente de descarga se puede
considerar igual a 2,l (en vez de 1,7). Para conocer la geometría de este tipo de perfi-
les se recomienda acudir a bibliografía especializada.
Con Q se obtiene el ancho de la zona de vertido (b) y la altura de la lámina de agua (h).
Además, habrá que tener siempre en cuenta que la cota del vertedero de la arqueta
de entrada ha de ser tal que nunca se pueda anegar la arqueta, es decir, que el agua
no pueda retroceder. Esto se traduce en la práctica en que la cota del vertedero de la
arqueta de entrada ha de ser superior a la cota del aliviadero y a la del Nivel Máximo
Extraordinario (NME) de la balsa.
Este canal tendrá, generalmente, la misma anchura que la zona de vertido (b).
Una vez alcanzado el calado crítico en el arranque del canal (Y,), los calados en el
canal de entrada se pueden estimar mediante la aplicación directa de la fórmula de
Manning, ya que en el caso de los calados, el régimen uniforme en pendientes rápidas
ofrece resultados conservadores:
Siendo:
SuperJcie mojada - b h
R =
--
Perímetro mojado b + 2 -h
V: Velocidad media del agua (mls).
En el pie de aguas abajo del canal es preciso tranquilizar el flujo. Para ello lo común
es construir un cuenco amortiguador tal y como se explica más adelante.
Conociendo el caudal de entrada (Q), la pendiente de la rampa (a) y el ancho del ca-
nal (b, que se ha obtenido tal y como se ha explicado en el apartado anterior), se pue-
de obtener el valor mínimo de la altura de los escalones (he) para que se mantenga el
flujo escalón a escalón sin que pase a flujo rasante.
El flujo escalón a escalón se distingue por la formación de una lámina de agua en ca-
da salto de cada escalón. El flujo rasante sin embargo, se caracteriza por el completo
sumergimiento de los escalones, de manera que no presenta el aspecto de una lámina
fluyente que salta de escalón a escalón.
he 2
%(1,057
@
- 0,465 t g a )
Donde:
Mediante la Figura 49 se puede conocer la altura del escalón (he) de una forma di-
recta, entrando en el gráfico a través del caudal unitario y eligiendo la curva correspon-
diente a la pendiente de la rampa (talud interior de la balsa).
Coronación
Fondo
La longitud del escalón (1) o huella se pude obtener mediante la siguiente expresión:
Los parámetros de diseño de un cuenco amortiguador son su ancho, que suele ser
igual a la anchura del canal de descarga (b), su longitud (LB) y SU profundidad sobre el
lecho del río (h).
Donde k representa la fricción en la caída del agua, que reduce la velocidad. A falta
-le datos más precisos, puede suponerse una reducción de velocidad del 30%
(k=0,3).
Como primera aproximación, se supone que la diferencia e-y, es muy pequeña fren-
te al valor de H.
2.- Se calcula el calado en el punto 1 (y1) a partir del caudal unitario de vertido (q), por
continuidad:
4
Y, =-
"1
3.- Se obtiene el valor del Número de Froude en el punto 1:
5.- El calado y2 ha de coincidir con el calado impuesto por el régimen lento del nivel de
aguas abajo:
8.- La longitud del cuenco se fija por métodos empíricos. Se puede utilizar la siguiente
expresión:
Si se disponen dientes ylu otros elementos disipadores de energía, esta longitud pue-
de reducirse considerablemente, llegando a longitudes de 4,s-y*.
Punto 2
Punto 1
........................................
Para dimensionar el canal de salida aguas abajo del cuenco se podrá emplear la for-
mulación de Manning.
Mediante tubería en ~ i c o
de flauta
En los casos en los que se tiene conocimiento de problemas en la lámina como con-
secuencia del vertido mediante chorro aparece siempre un vertido en altura sobre el ta-
lud, tal y como se representa en la Figura 52, donde la tubería de entrada no entronca
sobre la coronación del propio talud interior, sino que vierte en altura.
El análisis de estos casos ha permitido establecer que, si bien la geomembrana es ca-
paz de soportar las fuerzas del impacto, el sustrato inferior (terreno del talud) sufre co-
mo consecuencia del impacto unos esfuerzos dinámicos que son transmitidos por la ge-
omembrana y que pueden provocar la erosión y movilización de las capas superficiales
del terreno que forma el talud, apareciendo oquedades o pequeñas cárcavas bajo la ge-
omembrana. El impacto del chorro sobre la geomembrana, una vez formadas estas
oquedades, la rompe como consecuencia de un punzonamiento sobre una superficie
biapoyada. Este tipo de rotura se puede estudiar en laboratorio mediante los denomi-
nados "ensayos del reventón" (burst strength).
Talud interior
,
~
i
1,
Mediante arqueta
~ 1
I
1
(ver Apartado 4.1 .-) responde al mismo tipo de vertido, si bien, en el tipo c, el codo de
l
entrada vierte realmente sobre una arqueta o cuenco, por lo que el dimensionamiento
de la misma se asemeja a lo señalado en el apartado siguiente, relativo a las entradas
! inferiores mediante arqueta. l
I
1
l ~
Este tipo de vertido se puede asimilar a los vertederos de planta circular que descar- l
I
'1
, ;=.:-. ~ ~ z z ~ z555>~5$5575?;7>2:~5::a>:z:z-5375F-5~z;--
:-:yL~$---r&>~%-*s~ . &
-- _i<1 -~--:----~*:~;-=~i~i~
S i3 ;
--A--+.
-A--
,
~ : ~
>
-* - -.-2 -A ----d..-
~a-~~-~zz~l-l~-.~:2--~;~---~+G2~~y- L
.:=
+ N
.-U--
-.
:--=+:-=-.
.-z:-ii-L--.-=~-
::+>:z.s-::~:-:-:: G2 D Cií -
--..y
VERTEDOR FUENTE
Para el diseño de este tipo de entradas interesa que el flujo sea tipo vertedero y no
fuente, por los problemas de impacto sobre la geomembrana, lo que ocurre si se cum-
ple la siguiente condición como máximo:
Siendo:
O lo que es lo mismo:
Siendo:
"-1
Siempre que exista la condición de flujo en vertedero, conviene ventilar la Iámina de agua,
para evitar la condición de Iámina deprimida, cuyo coeficiente p no está bien definido.
Esta expresión permite obtener para un diámetro determinado en la conducción de en-
trada, la velocidad máxima admisible para mantener el flujo tipo vertedero.
2. Obtener el valor de I para la misma velocidad máxima (v, en m/s) y diámetro pre-
visto (D, en m) mediante la ecuación:
Sin embargo es importante señalar que este tipo de entrada realmente diseñada co-
mo salida no dispone de estructuras para realizar la disipación de la energía. Ello su-
pone que esta disipación se realizará en el propio volumen de agua embalsada, al que-
dar habitualmente sumergida esta entrada. El problema, por tanto, se plantea en el ca-
so del llenado inicial con la balsa completamente vacía. La ausencia de estructuras de
disipación obliga a plantear el llenado inicial con bastante precaución, y ello, en térmi-
nos hidráulicos, significa adoptar una velocidad de entrada baja para conseguir que en
la entrada se produzca un flujo vertiente y no se llegue a formar propiamente un chorro
en la entrada inicial de agua. Para ello es necesario que, en la práctica, el caudal de sa-
lida por el pico de flauta no alcance el diámetro completo del tubo, produciéndose en-
tonces el flujo vertiente.
Por otro lado, este tipo de entrada obliga a disponer algún tipo de regulación para per-
mitir realizar el llenado inicial y posteriormente el llenado con diferentes niveles de agua
en la balsa.
Una vez el nivel de agua en la balsa haya sumergido el pico de flauta, se debe variar
esta regulación y permitir mayores caudales, dado que la disipación de la energía del
chorro de entrada está garantizada por el volumen de agua existente en la balsa.
A3.5. ALIVIADEROS.
El caudal a desaguar por lals tuberíals (Q = Q, + Qp) es la suma del caudal máximo
previsto de entrada en el vaso (Q,, dato) y del de la máxima lluvia sobre la superficie
de la balsa (Qp).
Donde:
D: Diámetro (dm).
Q: Caudal (11s).
2 3 4 5 6 7
Carga sobre el vertedero, h (dm)
Para calcular el caudal Qp, se supone que toda el agua caída durante la lluvia (, en
dm) se almacena en la balsa, sin salir nada por el aliviadero, por lo que obtendremos
valores conservadores.
2. Una vez conocidos todos los parámetros se calcula el caudal total, que es con el
que hay que comprobar el resto de elementos del aliviadero.
Ejemplo
Calcular el caudal total aliviado mediante tubería de una balsa situada en el término municipal
de Oliva (Alicante), que tiene un caudal máximo de entrada previsto de 50 11s.
p500
Para un periodo de retorno de 500 años, se obtiene la precipitación máxima diaria ( 24h , en
mm de altura de agua) a partir de la publicación del Ministerio de Fomento "Máximas lluvias
Q = Qe + Qp
Para calcular el caudal Qp, se supone que toda el agua caída durante la lluvia (, en m)
se almacena en la balsa, sin salir nada por el aliviadero, por lo que obtendremos valo-
res conservadores.
2. Una vez conocidos todos los parámetros se calcula el caudal total, que es con el
que hay que comprobar el resto de elementos del aliviadero.
Ejemplo
Calcular el caudal total aliviado mediante canal en superficie de una balsa situada en el término
municipal de Oliva (Alicante), que tiene un caudal máximo de entrada previsto de 0,5 m3/s.
Para un periodo de retorno de 500 años, se obtiene la precipitación máxima diaria ( psoO
24h , en
b= 095
3 3 = 4,48m z 4,5m
1,7(0,5~- 0,436;)
Con este valor, se obtiene el caudal máximo de alivio, Q=2,7 m3/s, que resulta suficiente para
evacuar el caudal máximo de entrada (Q.=0,5 m3/s) y el de la máxima lluvia sobre la superficie
de la balsa (Q,=2,2 m3/s).
Una vez conocidas las sobreelevaciones habrá que verificar los resguardos.
A3.5.3. CUENCO AMORTIGUADOR
A3.6.1. TOMAS
Un aspecto básico del diseño de las tomas es evitar que se produzcan procesos de
cavitación a su entrada. De igual forma, será importante conseguir un bajo coeficiente
de pérdidas de carga localizadas. Finalmente, en estas obras de toma suele ser habi-
tual y muy conveniente la presencia de rejas de protección o chapas perforadas (alca-
chofas), para evitar el paso de elementos gruesos a la tubería.
Todas las pérdidas de carga a que hacen referencia los siguientes apartados se su-
marán (A=he+hvs+hz+hr+hcp) y la carga que proporciona la altura de agua en el vaso
(Ha) se empleará en vencerlas y en la creación de velocidad (v):
Por tanto:
De esta forma se podrá dibujar la curva de caudales de salida por la tubería en fun-
ción de la altura de agua sobre su embocadura.
Figura 59.- Curva de gasto de una toma para una balsa de hasta 10 m de altura
A3.6.1.1. Pérdida de carga en la embocadura
La embocadura se dispondrá con formas redondeadas para que la vena líquida no su-
fra contracción.
Donde:
Q: Caudal (m3/s).
Las pérdidas de carga en codos se pueden calcular mediante las siguientes expre-
siones, en función de que se trate de codos circulares o de codos segmentados:
e Codos circulares.
e Codos segmentados.
Donde: k,: Coeficiente función del ángulo del codo (Tabla 28)
Tabla 28.- Valor del coeficiente kl en función del ángulo del codo
Para el cálculo de las perdidas de carga por rozamiento en la tubería se podrá em-
plear la Fórmula de Manning:
Donde:
n: Coeficiente de Manning.
Para garantizar la entrada a la tubería sin que se produzca cavitación, se debe dise-
ñar el abocinamiento de la tubería, que suele hacerse mediante un arco de elipse. Fija-
do el semi-eje b (Figura 62), se calcula la relación blr y se fija un valor de alr fuera de
la zona sombreada.
Las rejillas, desde el punto de vista de pérdida de carga, se definen por la separación,
a, entre barras, por su dimensión, b, en el sentido del flujo, por su grosor máximo, e, (Fi-
gura 62) y por la forma geométrica de su sección transversal. La pérdida de carga en
las parrillas está expresada por la fórmula:
Donde v sería la velocidad del agua en la sección de la parrilla sin que ésta esté co-
locada. Los valores de K se incluyen a continuación, en función de que la rejilla sea nor-
mal u oblicua a la corriente:
Paneles
Barras transv. 1
NoDE e (O)
BARRA O 5 10 15 20 25 30 40 50 60
1 1,OO 1,OO 7,OO 1,OO 1,OO 1,OO 1,OO 1,OO 1,OO 1,OO
2 0,76 0,65 0,58 0,54 0,52 0,51 0,52 0,58 0,63 0,62
3 0,76 0,60 0,55 0,51 0,49 0,48 0,49 0,57 0,64 0,66
4 0,43 0,37 0,34 0,32 0,30 0,29 0,30 0,36 0,47 0,52
5 0,37 0,37 0,38 0,40 0,42 0,44 0,47 0,56 0,67 0,72
6 0,30 0,24 0,20 0,17 0,16 0,15 0,16 0,25 0,37 0,43
7 1,OO 1,08 1,13 1,18 1,22 1,25 1,28 1,33 1,31 1,20
8 1,OO 1,06 1,10 1,15 1,18 1,22 1,25 1,30 1,22 1,OO
9 1,OO 1,OO 1,OO 1,01 1,02 1,03 1,05 1,10 1,04 0,82
10 1,OO 1,07 7,07 1,09 1,10 1,17 1,10 1,07 1,OO 0,92
11 0,74 O,74 0,74 0,74 O,74 0,74 0,74 OJ74 OJ74 0,74
Tabla 29.- Valores de K l
Tabla 30.- Valores de K2
Esta expresión es válida para pared delgada, es decir, eldo < 0,015 (siendo e el gro-
sor de la chapa y do el diámetro del orificio) y para valores del número de Reynolds del
orificio,Reo = vO do 1v 2 105, siendo vo la velocidad a través de cada orificio (mls) y la
viscosidad cinemática del fluido (m2/s).
Donde:
Ha: Altura de agua en la balsa que se asimila a la altura en el punto de desagüe (m).
Las pérdidas de carga en el tramo (A) serán la suma de la pérdida de carga continua
(h, ver Apartado A1.6.1.4) y las pérdidas de carga localizadas (hL, ver Apartados
A1.6.1.1, A1.6.1.2, A1.6.1.6 y A16.1.6).
Q: Caudal (m31s).
n: Coeficiente de Manning.
Las variables que intervienen en el proceso de vaciado de la balsa son las siguientes:
Para calcular el tiempo de vaciado de la balsa se asumen las siguientes hipótesis: que
en el instante inicial se encuentra a su nivel máximo (cota del labio del aliviadero), y que
el desagüe de fondo se mantiene abierto al máximo durante todo el proceso.
1. En el instante inicial se conoce la altura de agua en la balsa (Ho), y por tanto también
el volumen almacenado (Vo) y el caudal que sale por los desagües (Qo).
2. Se supone que este caudal es constante durante el primer paso de tiempo, y se cal-
cula el volumen evacuado como, siendo el intervalo de tiempo seleccionado.
EJEMPLO
.I1 1- 1 - -
/
. I
-- 1 i
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1O
Cota de agua en la balsa (m)
Con estos datos, se ha programado una hoja de cálculo. Tras varias iteraciones,
se ha seleccionado un intervalo de tiempo de cálculo de 15 minutos. A continuación
se muestran los primeros pasos:
En control de recepción en obra debe realizarse, por tanto, al menos en la parte rela-
tiva a la identificación del material que llega a obra y al control documental.
Control documental
El control documental se debe hacer siempre, incluso aunque se decida no hacer en-
sayos de recepción. Desde octubre de 2002, los geotextiles y productos relacionados,
deben estar en posesión del marcado CE para ser comercializados legalmente en los
países de la Unión Europea, y por tanto poder ser utilizados en obra.
Por lo tanto, de acuerdo con las correspondientes normas de aplicación, en este ca-
so para la aplicación del geotextil o producto relacionado en la construcción de embal-
ses y presas, en el control documental se debe verificar:
e En segundo lugar, el fabricante está obligado a facilitar con cada suministro la siguien-
te documentación, y en su defecto, deberá ser requerida en la recepción documental:
Los valores que figuran en esta documentación (valores declarados por el fabricante),
incluidos su tolerancia, son vinculantes para el fabricante o suministrador, y su incum-
plimiento, comprobado mediante los ensayos de recepción, podría suponer el rechazo
del lote, siempre que se hayan cumplido las condiciones de "muestreo". Esta docu-
mentación no debe ser confundida con la documentación técnico-comercial de los fa-
bricantes o suministradores.
Ensayos de recepción
Si se decide realizar los ensayos de recepción, para el caso de los geotextiles o pro-
ductos relacionados con geotextiles, se seguirá lo establecido en el punto 5.2, "Verifi-
cación de los valores" del epígrafe 5 "Evaluación de la conformidad", de la norma UNE-
EN 13254 "Geotextiles y productos relacionados. Requisitos para su uso en la cons-
trucción de embalses y presas", que a su vez, en la correspondiente modificación A l de
dicha norma, se remite para este fin al Informe Técnico, UNE-CENITR 15019 IN, don-
de se describe cómo llevar a cabo el control de calidad "in situ".
l7 Los valores declarados por el fabricante de los requisitos esenciales (características armonizadas) con sus tole-
rancias para nivel de confianza del 95% son los que aparecen en las respectivas normas europeas.
PROPlEDADES NORMA UNIDAD FRECUENCIA
Contenido de bentonita ASTM D 5993 ~ g / m Cada
~ 20.000m2
Resistencia a tracción (") UNE-EN /SO 70319 kN/m Cada 20.000m2
Permeabilidad al agua ASTM D 5887-95 m/s Por obra
h i c e de hinchamiento ASTM D 5890-95 mV 2g Cada 20.000m2
Punzonado estático UNE-EN /SO 72236 Cada 20.000m2
Resistencia al pelado ASTM 06496 N Cada 20.000m2
Pérdida por filtrado ASTM 05897 m1 Cada 20.000m2
Oxidacíón UNE-EN ISO 73438 % Por Obra
Envejecimiento a la intemperie (*) UNE-EN 72224 % Por Obra
(*) Se deben considerar las observaciones establecidas en la Norma UNE-EN 13361 para
estas propiedades.
1. Inspección de galerías
l8 Si en las inmediaciones de una zona sucia la junta esta limpia puede ser un indicio de posibles filtraciones a través
de ella.
A NEJO N" 5- PROCEDIMIENTO
DE INSPECCIÓN Y VIGILANCl&, Y CUESTIONARIO DE ROTURAS E INCIDENCIAS EN BALSAS
INSTALACIONES ELÉCTRICAS
CUESTIONARIO SOBRE
INCIDENTES Y10 ROTURA DE BALSAS
ROTURA: Rotura o movimiento de una parte de una balsa o de su cimiento, de tal ma-
nera que la balsa no pueda retener el agua. En general, el resultado de una rotura se-
rá una descarga de un volumen de agua importante que entrañe riesgos para las per-
sonas o los bienes aguas abajo.
ACCIDENTE: Situación crítica de una balsa que ha sido detectada con suficien-
te antelación como para prevenir su rotura, llevando a cabo medidas correctoras
incluso el vaciado de la balsa
1. Nombre de la balsa.........................................
2. Municipio ........................................................
3. Provincia ........................................................
5. Propietario ......................................................
9. Constructor ....................................................
23. Características del cimiento ................ Aluvial ..... Suelo....... Roca....... Otros......
26. Presencia de nivel freático ......................... Altura sobre fondo de balsa ........
A NEJO N" 5- PROCEDIMIENTO
DE INSPECCIÓN Y VIGILANCIA, Y CUESTIONARIO DE ROTURAS E INCIDENCIAS EN BALSAS
A.4 Alimentación
27. Superior
28. lnferior
A.5 Aliviadero
29. De superficie
.
29.1 Situacion..........................................
I
30. lnferior
34. Capacidad.............................................
A.7 Toma
41. Geotextil..............
42. Tipología. Geotextil ...... Tuberías drenantes...... Franjas drenantes...... Otros .....
B.l Tipo
48. Otros.
C.1 Fases
C.2 Causas
53. Filtraciones
55. Asientos
56. Lluvias
60. Desbordamiento
63. Viento
67. Roedores
74. Conclusiones
E. Rehabilitación
F. Otros datos
- Calidad (C)
- Estructuras y Edificación (E)
- Geotecnia (G)
- Hidráulica y Energía (H)
- Ingeniería Marítimo-Costera (M)
- Ingeniería Civil y Construcción (1)
- Medio Ambiente (A)
- Ordenación del Territorio y Urbanismo (U)
- Transportes (T)
- Presas (P)
La Colección "RECOMENDACIONES Y
MANUALES TECNICOS~ del Colegio de
Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos
incluye recomendaciones o Guías de buena
práctica, que complementan o desarrollan la
normativa oficial, así como publicaciones
sobre el estado del arte; todo ello en diversos
campos de la Ingeniería Civil y de la Cons-
trucción. Su objetivo es el de proporcionar
herramientas útiles y prácticas que sirvan de
apoyo para el más correcto y homogeneo
desarrollo del ejercicio profesional de
aquellos campos.
En esta colección:
Seguridad de presas.
Criterios para proyectos de presas y sus
obras anejas. Tomo l.
Tomo 2
Estudios geológico - ge~~,cnicos y de
prospección de materiales.
Avenida de proyecto.
Aliviaderos y desagües.
Construcción de presas y control de ca-
lidad.
Auscultación de las presas y sus cimien-
tos.
Explotación y conservación.
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GOBIERNO
DE EWAÑA I
MINISTERIO
DE FOMEwa
MINISTERIO
DE MEDIO AMBIENTE
Y MEDIO RURAL
Y MARINO
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I :
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CENTRO DE ESTUDIOS
Y EXPERIMENTACION
-
DE OBRAS PÚBLICAS
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