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Balsadas y Arrullos.
Rituales de Interacción y Energías Emocionales en las Fiestas Patronales de
las Colonias del Pacífico sur en Cali, Colombia.
Programa de doctorado
EMPRESA, ECONOMÍA Y SOCIEDAD
Dirigida por:
Juan Antonio Roche Cárcel
Gracias a mis amores,
a mis maestros.
AGRADECIMIENTOS
A Esther Molina y Matthew Dwelley por ser la base fundamental para soportar
todo lo que este esfuerzo significó en términos emocionales y materiales. Gracias
de corazón.
A cada una de las personas que participaron en las entrevistas y a los líderes de
las Colonias del Pacífico colombiano en Cali, que me brindaron con su calidez
desinteresada la información y la compañía en las fiestas y reuniones, y que son
los que le dieron sentido a este trabajo de investigación.
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A la Pontificia Universidad Javeriana Cali–Colombia, quién apoyó la comisión
académica que me permitió llevar a cabo los estudios en la Universidad de
Alicante, España.
Finalmente, a todos los que con su apoyo y amor fueron fundamentales para
concluir este proceso. ¡GRACIAS!
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Balsadas y Arrullos.
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TABLA DE CONTENIDO
0. INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 13
01. Motivación................................................................................................. 15
3.2 Cali y la población afrodescendiente del Pacífico sur en el siglo XX. ......107
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3.2.1 Del Pacífico hacia Cali. .................................................................... 111
3.2.2 Las Colonias del Pacifico en Cali como formas organizativas ......... 134
4.1 El pensamiento religioso de las poblaciones negras del Pacífico sur ..... 149
4.3 Las fiestas patronales de las colonias del Pacífico sur en Cali ............... 166
6.2 Las energías emocionales que se derivan de las fiestas patronales ...... 218
CONCLUSIONES............................................................................................. 231
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ÍNDICE DE TABLAS ........................................................................................ 260
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0. INTRODUCCIÓN
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01. Motivación
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Festival que se inició en el año 1997, en la ciudad de Cali y que se ha dedicado a resaltar la
música del folclor del Pacífico colombiano. Es realizado cada año y lo organiza la Secretaria de
Cultura y Turismo, de la Alcaldía de Santiago de Cali.
2 Ver: Cano M, Paola Andrea, (2013)
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lugares de origen, en el Pacífico sur colombiano. Con esa información sobre qué
incorporaban las colonias en sus fiestas en los territorios del Pacífico, se fue
atendiendo a las adaptaciones y a los ajustes que hacían para realizarlas en el
contexto urbano caleño, y se enfocó la atención en comprender qué cosas
replicaban aquí y qué cosas podían imitar o revivir de sus fiestas tradicionales.
A partir de esto, se establecieron los contactos para las entrevistas con personas
migrantes que fueron dando pistas e información que terminó siendo muy útil
para la Tesis de ese momento. Además, se pudo hacer un pequeño registro
audiovisual y tomar nota de lo observado, de las conversaciones de la gente allí
reunida y de las charlas con ellos. Sin embargo, todo eso fue un primer
acercamiento que, sin duda, dejó muchos interrogantes y posibilidades de
abordajes más profundos que este trabajo busca tratar.
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En ese contexto, se ratificó el interés por estudiar estas prácticas culturales de
las colonias del Pacífico sur colombiano en la ciudad de Cali, al suroccidente de
Colombia. Esas poblaciones han creado los escenarios en los que logran
reproducir algunas de sus prácticas, como las fiestas patronales, desde las que
se reafirma su presencia a partir de la referencia a tradiciones rituales y festivas,
y desde las que se reconstruyen sus identidades, las memorias y la apropiación
cultural, entre otros elementos. Lo anterior ocurre en medio de las dinámicas
propias de la modernidad y de la globalización que definen la vida urbana y sus
ritmos. Sobre este aspecto, vale citar al Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD) que señala que
Ahora bien, el interés por las expresiones y las dinámicas de esas poblaciones
en la ciudad de Cali también está vinculado al hecho de que la ciudad cuenta
con una alta concentración de población migrante del Pacífico y que esta se
expresa a través de unas prácticas de las cuales se han hecho pocos análisis
que nos dejen ver de qué manera aparecen y se reconfiguran en el ámbito
caleño. Esto aporta a comprender los sentidos y significados que contienen, lo
que representan para las poblaciones migrantes y sus descendientes, así como
también permite visibilizar las dinámicas culturales de la ciudad.
Por último, se debe señalar que este interés por el tema surge en el contexto
actual de una ciudad moderna con grandes rasgos de multiculturalidad y amplia
influencia de la población negra en muchas de sus expresiones. Lo anterior hace
significativo y necesario dedicar esfuerzos desde los estudios en las Ciencias
Sociales a esas manifestaciones culturales y tradicionales, desde una
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perspectiva local y etnográfica que hable de las prácticas, de los sentidos y de
las experiencias culturales de ese grupo social.
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0.2. Sobre las fiestas patronales: Casos análogos
Las fiestas patronales, con todo el componente religioso que las cimienta, son
también fenómenos que integran y exponen las características culturales,
sociales, económicas y políticas de la comunidad que las celebra. Están
fundamentadas en una serie de relaciones socioculturales y estéticas que
vinculan a la gente por la referencia a un origen común, a un lugar, a una tradición
o a un universo simbólico que requiere ser mantenido en el tiempo o acrecentado
(Cánepa, 2001: 49). Estas celebraciones están compuestas por una diversidad
de elementos que van a ser modificados según el contexto en el que se realizan,
ya sea por la creatividad de los celebrantes o por las condiciones en las que se
puede efectuar el ritual. Son celebraciones que están sujetas a una variedad de
factores asociados a la vida cotidiana, así como a transformaciones,
interpretaciones y ajustes dados por los procesos históricos y globales que viven
los grupos.
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los estudios dedicados a estos temas han estado presentes en la Ciencias
Sociales desde sus albores, con perspectivas que abordan las diferentes
dimensiones sociales que los componen, como son lo ritual, lo religioso, lo
popular y lo tradicional.
Sin el ánimo de hacer toda una revisión del estado del arte, ya que podría
fácilmente ser el objeto de una tesis doctoral, nos interesa presentar algunos
trabajos académicos que brindan un panorama de la manera como se ha tratado
el tema de las fiestas patronales y los acentos analíticos que cobran
protagonismo en la mayoría de ellos, esto con el fin de dar cuenta de los
enfoques más sobresalientes de la literatura reciente pero, principalmente, para
definir en dónde se ubica este estudio en términos sociológicos y su aporte
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particular.
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religión y sentidos a partir de la especificidad de la práctica de veneración o
adoración a los santos.
En esa misma línea, pero con un enfoque antropológico, el trabajo titulado “La
fiesta patronal en transformación: significados y tensiones en las regiones
migratorias” de Patricia Arias (2011), presenta un análisis sobre las motivaciones
y los mecanismos actuales que utilizan tanto quienes permanecen en los lugares
de origen como los migrantes, para mantener y recrear las fiestas patronales. Al
mismo tiempo, analiza las transformaciones que se dan en las prácticas y en los
sentidos de esas celebraciones para mantenerse como espacios que convocan
a las comunidades. Esto se da a partir del trabajo etnográfico sobre las fiestas
patronales de comunidades rurales de Jalisco y Michoacán, en México. De
manera que las fiestas patronales, según el planteamiento de la autora,
dependen del sentido que representan para los migrantes y sus descendientes
y también de las capacidades de las comunidades para mantener la vigencia de
los compromisos comunitarios en las celebraciones.
Por último, en esta misma línea, está, desde la comunicación y los procesos
culturales, el estudio de Amparo Marroquín P. (2007) titulado “El Salvador del
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Mundo. Migración, cultura y fiestas patronales de los salvadoreños”, en el que
analiza la manera en la que el migrante salvadoreño se apropia de la fiesta y la
vuelve un espacio de intercambio. Es decir, se exploran las nuevas vivencias de
las fiestas patronales y las transformaciones que las migraciones producen en
ocho municipios de ese país, a partir de la sistematización de distintas
investigaciones sobre migración internacional. Es un trabajo que muestra el
anclaje local que implica para los salvadoreños las fiestas patronales y los
cambios culturales que se propician, o se aceleran, desde estos momentos de
encuentro. A partir de este, muestra cómo la fiesta patronal prolonga el espacio
de lo local en el extranjero y, también, cómo esta constituye un tiempo de
excepción que convoca a los lugareños dispersos por el mundo a hacer un alto
en el camino y regresar a su origen. De esta manera, es un estudio que arroja
datos sobre los espacios de acción, los rituales, los actores y las maneras de
vivir la fiesta y las formas que le dan continuidad a la tradición.
De manera similar, están los trabajos que se dedican al análisis sobre las
identidades y la memoria colectiva en los que también se encuentra un amplio
terreno abonado, del cual tomamos dos investigaciones que orientan el análisis
sobre los procesos colectivos de reconstrucción de las prácticas culturales y de
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los eventos conmemorativos y sus significaciones sociales e históricas:
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con sus actores, narrativas y recursos, una experiencia del tiempo o bien la
condición de ser históricamente. Así, el estudio explica algunos elementos sobre
la experiencia de la temporalidad en la modernidad tardía y sus rasgos
distintivos, así como las razones por las cuales las conmemoraciones
contribuyen a la reproducción de algunas identidades sociales. Sin embargo, no
se profundiza en la dimensión emocional, trabajada someramente, y que podría
haber sido clave para tener una perspectiva más amplia.
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ruedo ibérico”. Y sostiene que, aunque trabaja el tema en el caso español, está
pensado en función de su utilidad para aquellos investigadores que se aventuran
en esa selva de los símbolos, de los vínculos y rituales que son las fiestas
populares. Para ello, el autor revisa bibliografía de alcance más allá de lo local,
con la salvedad de los epígrafes dedicados a Euskal Herria y específicamente
centrados en el estudio de las fiestas. Es un trabajo que permite a los
investigadores –como en mi caso- tener una perspectiva sobre la manera en que
el tema ha sido tratado desde las Ciencias Sociales en el ámbito ibérico.
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expuestos a continuación:
Otro trabajo que ha sido considerado un hito en este campo es el realizado por
la antropóloga Anne Marie Losonczy, titulado La trama Interétnica. Ritual,
sociedad y figuras de intercambio entre los grupos negros y Emberá del Chocó.
(2006). En él, la autora presenta una exploración amplia del espacio social y de
la construcción cultural y ritual entre los grupos negros e indígenas Emberá, de
la zona norte del Pacífico colombiano. Específicamente, analiza el intercambio y
los sincretismos entre las dos etnias que conviven en ese territorio. El texto está
estructurado en ocho capítulos y es de particular atención, como referencia para
esta tesis, el capítulo quinto dedicado al campo religioso y ritual de las
comunidades negras. En él, la autora enfatiza cómo lo ritual se teje a partir de
los referentes católicos y en tres periodos puntuales: la Semana Santa, el
período de Navidad y las fiestas patronales, destacando las características de
esos momentos, especialmente la forma como las comunidades negras
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vivencian la Semana Santa y la Navidad por fuera de los límites institucionales
de la iglesia, y cómo lo vivencian a través de todo un lenguaje gestual y musical.
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Para finalizar, esta sintética revisión de aquellos trabajos que se presentan como
casos análogos, sirve para pensar y definir la ruta analítica de la tesis doctoral,
pero también, permite reconocer que hay un nutrido campo de estudios
relacionados con el tema de las fiestas patronales que trascienden las fronteras
geográficas y que se convierten en una valiosa contribución académica,
sustentada en un abundante material empírico.
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Restrepo (2001)4, que existe una amplia literatura académica sobre la población
negra del Pacífico colombiano (fenómeno que este autor ha denominado
Pacificalización del negro en Colombia), en la que son relativamente escasos los
estudios que se dedican a analizar las dinámicas culturales e históricas de las
poblaciones que se encuentran localizadas en contextos urbanos.
En general, son estudios que ponen mayor atención a las dinámicas y prácticas
de las zonas rurales del Pacífico, y que se han concentrado en teorizar conceptos
como territorio, identidades, prácticas tradicionales, prácticas de producción y
migración, pero generalmente, en ese nivel espacial concreto del Pacífico rural;
todo esto, aun cuando existe una mayoría de población de esa región que se
encuentra localizada en ciudades como Cali, Bogotá, Medellín.
4Para una ampliación del balance sobre los estudios de gente negra en Colombia ver Eduardo
Restrepo (2001).
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componente emocional que en ellas surge.
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0.3. El camino de la investigación
Así, del encuentro entre las cosmovisiones religiosas que traían las poblaciones
esclavas y la religión cristiana, se generó una de las más fuertes tensiones
culturales que constituyen lo que se ha denominado la cristiandad africana (Díaz,
2005:31). Esta consistió en la respuesta dada por las poblaciones esclavas
negras al proceso de evangelización europeo, a partir de la interacción de sus
valores religiosos y de los impuestos por el cristianismo. Aunque, si bien el
proceso evangelizador fue una campaña fundamental para los europeos durante
el periodo colonial, la presencia de la iglesia en el Pacífico fue relativa, dadas las
condiciones climáticas y ambientales en esta región de selva húmeda tropical, a
lo que hay que añadir el difícil acceso a las zonas que llevó a que los
representantes de la iglesia solo las visitaran de manera irregular. Lo anterior
significó que la evangelización fuera en cierta manera laxa (Moreno, 2011:307;
Agudelo, 2005: 45; Jiménez, 2004:78). Esto facilitó que las poblaciones
elaboraran sus propias interpretaciones y adaptaciones de las creencias, dando
origen a manifestaciones de religiosidad afrocatólica. Es decir, estamos ante un
proceso largo de resistencias y de ajustes entre las prácticas propias y las de la
iglesia católica, puesto que las poblaciones afrodescendientes adoptaron lo
nuevo del sistema de creencias de los colonizadores y lo fusionaron con
elementos de sus creencias y de sus memorias culturales.
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Por tanto, las comunidades afrodescendientes que terminaron ubicadas,
después de un largo proceso histórico, en las zonas rurales del Pacífico
colombiano, en las riberas de los ríos, las quebradas, esteros y playas del mar y
que desarrollaron formas expresivas y de herencia africana, combinaron todo
esto con el conjunto de rituales religiosos católicos. Esos rituales, dedicados a la
vida, la muerte, los santos patronos y todo tipo de ceremonias religiosas, fueron
matizados y ajustados al entorno geográfico de selva y agua y producto de ello,
son las celebraciones a los santos patronos que se realizan a lo largo del
territorio y que se caracterizan por la dialéctica entre los elementos sagrados y
profanos. Concretamente, dichas formas expresivas están caracterizadas por un
alto sentido ritual en el que se expresa un sistema de creencias que da cuenta
de elementos heredados culturalmente, del medio que les rodea, de los
sincretismos y de los sistemas culturales, de la memoria y de la historia, de las
identidades y, sobre todo, de las formas creativas de resistencia y de adaptación.
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Imagen 1. Región del Pacífico. Fuente Instituto Geográfico Agustín Codazzi
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Ahora bien, las fiestas patronales, que se desarrollan en los municipios que
componen el Pacífico sur colombiano5, se celebran durante varios días y tienen
diversos componentes. Y es que se realizan las misas y las novenas cantadas
en la iglesia, donde las canciones y alabanzas propias del repertorio católico
cobran una sonoridad e instrumentación de la cultura negra tradicional; se hacen
procesiones por las calles de los municipios alabando el santo o la virgen,
también con agrupaciones musicales donde los cununos, la marimba y el güasá
(instrumentos tradicionales de la zona) acompañan la procesión, ya sea en la
mañana o en la noche, se hacen bailes en las plazas con música popular y
tradicional; se toman bebidas típicas de la región y otras como whisky o ron; y
por último, se hacen las Balsadas, que consisten en varias embarcaciones
adornadas especialmente con flores, luces, colores, adornos, y con grupos de
gente que van arrullando o cantando mientras navegan y acompañan la imagen
de los santos o de la Virgen, por el río o por el mar (Cano, 2013).
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Hay que destacar que la región de Cali tiene la primera
concentración urbana afrocolombiana en el país, ya sea como región
(Cali-área metropolitana con el sur del Valle) o como ciudad entre las 13
áreas metropolitanas. Por ello, no es arbitrario que hoy en día Cali sea
vista como la “capital del Pacífico”, en el imaginario colectivo de todo el
Pacífico, en el norte del Cauca, sur del Valle y la región de Esmeraldas en
el Ecuador (Barbary & Urrea, 2004: 77).
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cuales se acude en momentos críticos en espera de una respuesta
positiva, solidaria (Arboleda, 2002; 410).
Ahora bien, son estas redes las que han creado escenarios en los que se logran
reproducir algunas de las prácticas culturales como las fiestas a los santos,
desde las que se reafirma la presencia a partir de la referencia a tradiciones
rituales y musicales, y desde donde se reconstruye la comunidad, la identidad,
los sentidos y la apropiación, entre otros elementos.
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Dichas celebraciones son organizadas por miembros de las diferentes colonias
de migrantes afrodescendientes del Pacífico sur en la ciudad. Así, cada colonia
celebra el día de su santo patrón y representa la fiesta de acuerdo con las
condiciones que les ofrecen los lugares que rentan y los presupuestos que
manejan, haciendo entonces una breve performance artística de lo que realizan
en sus lugares de origen y que se mantiene en la lógica de las tradiciones
culturales de esas zonas del país (Cano, 2013:44). Al respecto, cabe mencionar
que, en los últimos tres años, con los cambios en la política cultural de la ciudad,
esas organizaciones han recibido unos pequeños aportes en dinero por parte de
la Secretaría de Cultura Municipal que son administrados por la Federación de
Colonias del Pacífico colombiano7.
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desde tres extremos de la piscina. Allí, la gente canta con mayor frenesí́,
brotan las lágrimas y afloran expresiones de euforia entre paisanos que,
posteriormente, dan paso a la fiesta en el salón preparado para una larga
noche de baile y jolgorio (Cano, 2013; 4).
Esta descripción permite tener una idea de la manera como se hace honor a los
santos patrones en Cali y deja ver el compromiso colectivo con la supervivencia
de manifestaciones tanto sacras como profanas y, en general, con los legados
culturales de los migrantes que llegan de esas regiones. No en balde, se
convierten estos rituales en espacios de reencuentro y en reelaboraciones de
tipo cultural que pasan por la incorporación al contexto urbano, pero que sientan
sus raíces en lo emocional, lo identitario, lo discursivo y lo político. Estas
celebraciones cobran importancia cuando desvelan fundamentos de expresiones
culturales muy arraigadas. En este sentido, como señala Arboleda (2002:410),
son reveladoras de lógicas emancipatorias autónomas producidas mediante lo
que se ha llamado la triada de la etnicidad afrocolombiana: cosmovisión,
religiosidad y reciprocidad. En suma, nos permiten comprender los procesos
culturales e identitarios de esas comunidades en medio de las dinámicas de lo
urbano.
Sin embargo, las elaboraciones sobre este y otros temas, asociados a las
prácticas culturales de las comunidades de esas zonas del Pacifico colombiano,
han concentrado la lectura sobre los contextos rurales, es decir, han conformado
estudios que dan cuenta de las prácticas en sus contextos de origen,
manteniendo el modelo de análisis como si se tratara solo de “comunidades
rurales” (Restrepo 2001:5). Ello ha generado, en el caso colombiano, dos
situaciones frecuentes: por un lado, se ha organizado poca información en
cuanto al análisis de dichas temáticas en contextos urbanos y, por otro, se han
generalizado unas categorías de análisis que solo logran ser entendidas en el
mismo modelo de “comunidades rurales”. En ese sentido, el estudio de dichas
prácticas en el contexto urbano, y particularmente caleño, permitiría que se
entiendan las experiencias de las poblaciones en otros procesos de
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construcción, ya que hoy el grueso de las poblaciones afrocolombianas habita
ciudades sumergidas en los procesos de modernidad y globalización.
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Afrocolombianos se encubren también formas de invisibilización; esto cuando no
todas las poblaciones negras se reconocen e identifican desde ese lugar, y por
que
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De acuerdo con estos referentes, se entiende que en el debate actual existen
reconocimientos sobre la viabilidad de procesos diversos de construcción de la
identidad de las poblaciones negras, como parte de las múltiples opciones con
las que los individuos y los colectivos pueden coexistir de manera simultánea y
en el terreno de la autoidentificación positiva de lo que se ha denominado, en
otros contextos, de manera discriminatoria (Agudelo, 2004:177). Ahora, sin
desarrollar lo complejo que representa este debate, la dirección analítica del
trabajo usa ambas denominaciones, por tanto, tienen que ver con las dinámicas
culturales, sociales e históricas de estas poblaciones y no tanto con el problema
de la ancestralidad o construcción de esas identidades étnicas8.
8Véase un desarrollo ampliado sobre este tema en Rojas Axel,2004; Agudelo, 2004; Barbary y
Urrea, 2004; Hall, S. y du Gay, 2003.
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0.3.2 Las preguntas de la investigación
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0.3.3 Objetivos
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PRIMERA PARTE. BASES TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS
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CAPÍTULO 1. LA SOCIOLOGÍA Y LOS RITUALES DE INTERACCIÓN
La corriente que estudia los procesos de interacción social y los diversos tipos
de relaciones que se dan entre los miembros de un grupo a escala reducida es
la microsociología. Esta corriente, concretamente, se ocupa del análisis de las
relaciones y de los vínculos entre sujetos, así como los comportamientos
cotidianos que tejen la vida en sociedad. Además, se concentra en todas
aquellas interacciones surgidas entre rituales, contextos y dramas, o de todo lo
que forma parte de la socialización. Es una perspectiva en la que se integran el
Constructivismo social, la Etnometodología, el Interaccionismo Simbólico y la
Sociología de las emociones. Justamente, en estos modelos de análisis
sociológico se sustenta la propuesta de Randall Collins sobre las Cadenas de
Rituales de Interacción (CRI) cuyo núcleo de atención lo constituye lo que él
llama las situaciones reales de interacción y en la que recoge, para desarrollar
su modelo, las perspectivas sobre los rituales de Emile Durkheim y Erving
Goffman. Pues bien, la presente investigación se inserta en los referentes
teóricos que desarrolla Collins en la medida en que van a servir de fundamento
para el análisis de la Fiestas Patronales de los migrantes del Pacífico sur que se
desarrollan en la ciudad de Cali, Colombia. Esto es así porque, en esas fiestas,
pueden observarse y analizarse las CRI, y porque este enfoque teórico permite
la comprensión de la naturaleza emocional y simbólica que sustenta esas
celebraciones sacro-profanas.
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1.1 Sobre el concepto de Ritual
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atención y sus emociones de un modo específico y como un mecanismo que
produce ideas cargadas de significado social, del mismo modo que el contenido
de esas ideas contiene el reflejo de la estructura social. Por tanto, en su
definición, “los ritos son reglas de conducta que prescriben como debe
comportarse el hombre en relación con las cosas sagradas” (Durkheim,2007:36).
Y completa,
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inmersas en un grado de conciencia abrumador de la presencia del grupo
que las rodea. […] Esto se puede percibir en el hecho de que el ritual no
se concibe tan sólo como la convivencia de las personas en un mismo
lugar – aunque esta sea una condición necesaria- sino también como un
elemento mental que induce a todos a enfocar su atención en una misma
cosa. En las familias que profesan creencias religiosas es menos probable
que haya suicidios, porque la creencia misma es una especie de corriente
mental que influye a través de las personas y les hace tener presente la
existencia del grupo. (Collins,1996:201).
Ello explica que el hecho de vivir en un grupo ritualizado que comparte una vida
común y que celebra formalidades, constituye un componente importante en
términos de la concentración de la atención de los individuos en la colectividad.
Sin embargo, existe un factor determinante para que esto ocurra y son las
creencias o las llamadas representaciones colectivas; es decir, el conjunto de
ideas compartidas que hacen que los individuos del grupo sepan a dónde
pertenecen y dónde está enfocada su lealtad, y que son eficaces por ese carácter
social que las pone en circulación. En esa dirección, para Durkheim, la religión y
sus prácticas rituales cumplen una función clave en la circulación y el
mantenimiento de esas ideas, al señalar que
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A partir de todo esto, el autor analiza el suicidio como una forma opuesta a la
solidaridad social, que es un tema eje en sus estudios, pues le interesó ver la
forma en que operaban las fuerzas que mantienen unida a la sociedad y que
propician una mayor integración. Es allí donde aparecen los rituales como formas
aglutinantes y como elemento importante de su análisis, pues en ellos los
individuos son capaces de experimentar la fuerza de lo social que llevan en su
conciencia (Bericat, 2001: 84).
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dentro de la estructura social es la integración de la sociedad y que esa
integración la salvaguardan las instituciones religiosas, las prácticas y rituales
que congregan a los miembros de esa sociedad determinada para adorar los
símbolos sagrados; lo que significa que venerar los símbolos sacros no es otra
cosa que rendirle culto al carácter sagrado de la comunidad (Segalen, 2014). Por
otra parte, es claro que para Durkheim, el consenso normativo contenido en las
prácticas religiosas se origina en las prácticas rituales y que allí mismo es donde
se renuevan las creencias de ese colectivo, razón por la cual constituye un
componente substancial que reafirma el valor social del ritual:
Todo nos conduce, pues, hacia la misma idea: Los ritos son, ante
todo, los medios por los que el grupo social se reafirma
periódicamente…Hombres que se sienten unidos, en parte por lazos de
sangre, pero aún más por una comunidad de intereses y de tradiciones,
se reúnen y adquieren conciencia de su unidad moral (Durkheim,
2007:360).
Al mismo tiempo, Durkheim consideró que son tres elementos básicos que
componen los rituales: por un lado, un conjunto de personas compartiendo un
espacio y una experiencia emocional común; además, una serie de símbolos de
identificación que garantizan la experiencia ritual y que aseguran su continuidad;
y, por último, una moralidad común, unas prácticas de división entre lo bueno y
lo malo que delimitan y coordinan las acciones de la sociedad (Moreno,
2007:119). Esos componentes, si bien demarcan lo que se refiere al ritual, se
derivan de un pensamiento crucial como es la idea de que las congregaciones o
encuentros que conectan las personas dan lugar a categorías a través de las
cuales se filtran todas las demás experiencias que esas personas tienen. Así,
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Ahora bien, hay que señalar que este modelo de análisis, en el que Durkheim
trabajó el tema del ritual en contextos religiosos, ha sido debatido por diversos
enfoques que ubican lo ritual en otros espacios sociales diferentes (A. Van
Gannep (2008), M. Segalen (2014), M, Douglas (1973), P. Bourdieu (1982), P.
Berger y T. Luckmann (1997), C. Bell (1992), etc.). Lo esencial es que los
individuos estén reunidos, que experimenten en común sentimientos y que estos
encuentren expresión en actos comunes (Durkheim,2007:360).
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Merton y Talcott Parson; y, por otro lado, la perspectiva que se inició en la
Antropología Social con su sobrino Marcel Mauss, seguido por Levi-Strauss y
que encontró una aplicación moderna en los estudios sociológicos de análisis
micro de Erving Goffman (Collins,1996:205).
Este último, clave en lo que al tema se refiere, retoma la teoría sobre los rituales
desarrollada por Durkheim y ubica lo ritual bajo una nueva perspectiva analítica
y de interpretación. Concretamente, la teoría de los rituales de interacción de
Goffman, configurada en el marco del interaccionismo simbólico y publicada en
su trabajo titulado Interaction Ritual en 1967, despoja los rituales del sentido
sagrado y místico que tradicionalmente se les atribuyó para ubicarlos como parte
de la vida cotidiana. No en balde, desde su perspectiva, la vida cotidiana está
conformada por diferentes rituales que van dando orden y sentido. Así sostiene
que “el ritual es parte constitutiva de la vida diaria del ser humano; la urdimbre
de la vida cotidiana está conformada por ritualizaciones” (Goffman,1981:37).
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En el caso de Goffman, los rituales no se diferencian de las prácticas variadas
de reverencia por su consagración a un objeto sagrado y separado de lo profano,
como sí lo pensaba Durkheim que distinguió esos dominios. Para Goffman, los
aspectos sagrados pueden estar vinculados con las prácticas de la vida profana
y, al respecto consideró que
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elevar su estima, establecer redes, reafirmar su estatus, legitimar
comportamientos o sancionarlos y ejercer el control.
Por último, debemos indicar los elementos que - según Collins- recogen la teoría
de Goffman:
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45
en las personas, no en los individuos. Además, con esta propuesta, el autor
complejiza muchos de los análisis de los procesos de interacción, al poner como
categoría central del análisis la dimensión emocional del propio proceso.
Collins, en este marco referencial, entiende que “un ritual es un mecanismo que
enfoca una emoción y una atención conjuntas, generando una realidad
temporalmente compartida” (Collins,2009:20). Por tanto, el ritual requiere la
presencia corporal y el encuentro cara a cara como condición indispensable, lo
que va a generar una Energía Emocional (EE), que es común en los participantes
y que está vinculada a ciertos símbolos y actos que son reiterativos para
mantener el valor simbólico y la solidaridad entre ellos. Así, para el autor,
Por otra parte, en dicha definición, Collins abarca la mayoría de las actividades
que los individuos realizan en sociedad, pero con unos ingredientes importantes
para su análisis, la atención y la emoción compartida, que constituyen los ejes
de su propuesta. Al mismo tiempo, presenta al individuo como una cadena de
rituales de interacción que va de un encuentro a otro y la interacción, cara a cara,
como el lugar donde se desarrolla la acción y el escenario de los actores sociales
(Morabito, 2016:117). Además, en su modelo, Collins define que, dentro de cada
ritual, se renuevan, producen y reproducen los elementos que en la memoria
colectiva se produjeron en un ritual anterior, lo que significa que un ritual sólo se
puede entender en la medida en que se rememoren todos los rituales que lo
precedieron y que le seguirán.
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lo que se quiere saber acerca del individuo y que ese actor individual constituye
el precipitado de las situaciones de interacción previas y, al mismo tiempo, un
ingrediente de situaciones posteriores (Collins,2009:18-19). Pero aclara que este
actor individual es solo un ingrediente y no un determinante de los RI, cuando
reconoce que cada situación tiene sus propias leyes y sus procesos emergentes.
Por tanto, las situaciones no son consideradas una mera consecuencia de las
acciones individuales de quienes participan en ellas. Y en esa dirección sostiene
que
58
47
Imagen 2. Modelo de foco común y consonancia emocional (Collins, 2009: 72).
Igualmente, Collins expone que, en los RI, se generan cuatro efectos principales
que son tanto colectivos como de carácter individual y que dependen de la
combinación acertada de los componentes del ritual y de que logren acumular
elevados niveles de coincidencia, en el foco común de atención y en la emoción
compartida. Esos efectos son los siguientes:
59
48
1. La solidaridad grupal, sentimiento de membresía;
2. La EE (Energía Emocional) individual: una sensación de confianza,
contento, fuerza, entusiasmo e iniciativa para la acción;
3. Los símbolos que representan al grupo: los emblemas u otras
representaciones (íconos, palabras, gestos) que los miembros sienten
asociados a sí mismos como colectividad son los “objetos sagrados”
de Durkheim. Las personas imbuidas de sentimientos de solidaridad
grupal se muestran reverentes con esos símbolos y los defienden de
las faltas de respeto de los gentiles y, más aún, de los renegados;
4. Los sentimientos de moralidad: la sensación de sumarse al grupo, de
respetar sus símbolos y defenderlos a ambos de los transgresores es
hacer lo correcto; a esto se une la percepción de la impropiedad y la
vileza moral inherente a vulnerar la solidaridad grupal o a ultrajar sus
representaciones simbólicas (Collins2009:73).
A estos efectos, el autor añade dos distinciones más, para clarificar el conjunto
de su modelo analítico, al señalar que hay dos tipos de rituales, dependiendo de
sus efectos (Collins,2009: 74-75). En estos tipos se refiere a rituales formales y
a rituales naturales. Los primeros, son los que tienen lugar con base a un
protocolo y a un aparato de procedimientos ceremoniales y en los que no se
logra conseguir una misma emoción, ni una participación conjunta. Además, son
caracterizados por la repetición de fórmulas y por un ceremonialismo muerto.
Los segundos, los rituales naturales, son aquellos en los que se logra un foco
común de atención y de consonancia emocional compartida sin la necesidad de
protocolos formales. Sin embargo, en ambos casos puede suceder que no
alcancen a generar una gran intensidad emocional o de atención, que no
generen símbolos, ni solidaridad o sentimientos de membresía. En ese sentido,
puede decirse que los tipos y efectos de los rituales, que sugiere esta teoría,
pueden variar de un ritual a otro y pueden darse combinaciones de estas
categorías en un RI.
60
49
En todo caso, como habíamos dicho, el componente emocional es central en el
modelo de Collins, en tanto los RI operan con base en sentimientos y emociones,
por lo que debemos exponer en qué radica su importancia y cómo trata el
concepto de Energía Emocional (EE) que guía su análisis. En ese sentido, en
relación con las emociones, reconoce que las más nombradas son las que
resultan espectaculares, dramáticas o repentinas, como la alegría, el terror, el
miedo, la ira. Sin embargo, en la misma línea que Durkheim y Goffman, distingue
que existen emociones más duraderas:
Por consiguiente, son esas emociones duraderas las que le interesa estudiar en
los RI y, al respecto, subraya su interés de diferenciarlas de aquellas emociones
de gran excitación, agitación, exacerbadas y perturbadoras que terminan siendo
pasajeras (entrar en cólera, gritar de alegría, huir de pánico, etc.), Ahora bien,
también precisa que
Y son esos efectos duraderos los que denomina EE, que define como las
emociones estables, fuertes y perdurables que tienen como característica
imprimir una dirección a las situaciones sociales, orientar las acciones del
individuo por sí mismo; son las consecuencias que persisten después de que
haya dejado atrás la situación ritual y que pueden ser medidas por separado de
la exaltación colectiva de la que se derivan (Collins,2009:184).
61
50
En definitiva, para Collins, las emociones, tanto como ingredientes o como
resultado de los RI, son centrales y, por eso, en la teoría de las CRI se
comprende cómo el proceso de interacción transforma las emociones y cómo
éstas se encuentran tanto al inicio como durante el proceso mismo de vínculo
entre quienes interactúan. Se explica, así, que sean las EE las que estimulen a
los interactuantes a tomar la iniciativa, a poner entusiasmo y a pautar el nivel de
consonancia emocional con los otros en los RI.
62
51
En ese sentido, Turner define las communitas9 como un estado de interrelación
entre un número de personas en el que, el rol social dictado por las estructuras
sociopolíticas y económicas queda más o menos anulado. Las personas fluyen
en un nivel de igualdad que les permite compartir de una misma experiencia, a
lo que Turner dirá que las personas se encuentran en un estado de flow, donde
la conciencia y la acción se funden al estar centrados en un mismo campo de
estímulos. De tal manera, el individuo es consciente de lo que hace, pero no es
consciente de estar consciente (Turner, 1974:87; Morabito, 2016:114). En lo
anterior, en la idea de copresencia física y de foco común de atención, coinciden
tanto Turner como Collins. Sin embargo, para Collins, es en las EE donde se
emblematiza la experiencia: en las emociones duraderas que impulsan los
cambios sociales. Así lo subraya cuando sostiene que
9La teoría sobre los rituales de Víctor Turner y los conceptos de Communitas y Flow se pueden
ampliar en La selva de los símbolos (1967).
63
52
1.3 Las Cadenas de Rituales de Interacción en las Fiestas Patronales
10Para ampliar sobre este tema ver: Restrepo Eduardo. (2001). “Hacia los estudios de las
Colombias negras”.
64
53
anual para cada una de las colonias de migrantes 11, ellas componen, en su
experiencia, las categorías que Collins presenta y de las cuales no se encuentran
otras aproximaciones, en el ámbito sociológico, para esos precisos rituales y
contextos. Y es que se parte de la presunción que en esas fiestas el sentimiento
de comunidad se concreta a partir de la exaltación emocional compartida en las
celebraciones, a partir del foco común de atención, de los símbolos compartidos,
a través de los recuerdos de la comunidad y de las EE que allí circulan. Por tanto,
-como se verá- este modelo permite que interpretemos las celebraciones como
una variedad de momentos de efervescencia colectiva, retomando a Durkheim,
en los que se altera la rutina, lo cotidiano y en los que cada colonia, o cada grupo
crea, celebra y define, a partir, no de lo celebrado, sino de las situaciones
compartidas de las Cadenas de Rituales de Interacción.
En resumen, todo esto nos da pie para poder explicar cómo en las fiestas
patronales de estas colonias afrodescendientes en la ciudad de Cali, Colombia,
el foco común y la consonancia emocional crean una experiencia de realidad
compartida, que genere una EE personal, solidaridad grupal y sentimientos de
membresía, que los convierta en rituales exitosos y logrados; o si, por el
contrario, en ellas se decanta EE baja, renuencia a la solidaridad con el grupo e
infidelidad a sus símbolos. Lo anterior implica considerar que cada fiesta patronal
tiene características particulares que serán analizadas, y que cada grupo de
migrantes va a presentar sus propias particularidades en la celebración. Es decir,
se parte del hecho de que nos enfrentamos a un colectivo heterogéneo y diverso,
lo que se irá dilucidando a lo largo de la Tesis.
11En Cali existen dieciséis colonias de migrantes del Pacífico sur, registradas en la Federación
de Colonias del Pacífico, y cuya caracterización de sus fiestas patronales se hace en el capítulo
4 de esta tesis.
65
54
CAPÍTULO 2. BASES METODOLÓGICAS
66
55
Partiendo entonces de lo anteriormente expuesto, el estudio asume un enfoque
cualitativo que ha permitido centrarse en la comprensión de una realidad
considerada, desde sus aspectos particulares, como fruto de un proceso
histórico de construcción. Además, es vista a partir de la lógica y el sentir de sus
protagonistas (Quintana y Montgomery, 2006:48).
67
56
Imagen 3. Perspectivas, métodos y técnicas en el proceso de la investigación.
Fuente: elaboración propia a partir de Quintana (2006).
68
57
Por la fundamentación epistemológica de este enfoque cualitativo, se destacan
las acciones de observación, el razonamiento inductivo y el descubrimiento de
nuevos conceptos, dentro de una perspectiva holística que adopta un abordaje
de tipo hermenéutico. Este abordaje está orientado a registrar, describir, analizar
e interpretar el entramado de las acciones, los sentidos y los intereses que
configuran el fenómeno objeto de investigación (Bonilla – Castro y Rodríguez,
1997:24), y que se consideran fundamentales para esta tesis doctoral.
69
58
2.2 El diseño y los métodos de la investigación
70
59
…el acceso a los mundos cultural y personal de los investigados en un
clima de confianza y de plena sinceridad, unido al compromiso solidario
de reconstruir esa realidad cultural (Quintana, 2006:62).
En síntesis, la revisión documental fue muy útil como forma de tener claridades
en el momento del encuentro con el grupo de personas participantes y
organizadoras de las fiestas patronales de las colonias en Cali. Y esto, porque
ha permitido adquirir una idea general para realizar una aproximación acertada
y eficaz en el momento de asistir y conversar con las personas en las fiestas. Es
decir, la revisión documental ha permitido mejorar las probabilidades de
establecer relaciones de empatía con las personas participantes gracias al
conocimiento sociocultural de las prácticas y sus diferentes dimensiones.
Igualmente, esta etapa investigativa ha contribuido a definir tanto la ruta teórica
como la metodológica a partir de la lectura y análisis de textos académicos.
71
60
Así, la entrevista, semejante a una conversación, ha permitido que los
entrevistados se sintieran más cómodos y dispuestos a hablar sobre los sentidos,
los significados y los efectos que se construyen en las fiestas patronales, así
como sobre sus motivaciones a participar cada año, sobre las dificultades y las
cosas a mejorar en ellas y sobre las dinámicas generales que se dan antes,
durante y después de las fiestas. De igual manera, este modelo ha servido para
que la entrevistadora, en su ejercicio, se dispusiera a escuchar atentamente, a
guiar de manera sutil los temas que le interesaba profundizar y a animar
constantemente al entrevistado al mostrarle interés en lo que este iba narrando.
72
61
Así pues, la entrevista semiestructurada en profundidad ha sido guiada por un
conjunto de interrogantes y de temas a explorar que se han aplicado por igual a
todos los entrevistados, de tal modo que el orden en el que se han hecho las
preguntas no ha estado completamente determinado. Su indiscutible ventaja
consiste en la riqueza de la información obtenida a partir de las experiencias y
de los enfoques que presentan los entrevistados (Castillo, 2006:24). Por esto,
se ha realizado una estructura de preguntas y de temas que se han aplicado
durante la entrevista de manera aleatoria y a manera de charla. Es así como el
resultado ha sido el siguiente:
1. ¿Dónde nació?
2. ¿Cuántos años tiene? /en qué año nació?
3. ¿A qué se dedica?
4. ¿Me podría contar brevemente su trayectoria personal y familiar
antes de venir a Cali?
5. ¿Practica una fe religiosa?
6. ¿Cuándo llegó a Cali?
7. ¿Cómo ha sido su vida y sus relaciones sociales en Cali como
persona afrodescendiente del Pacífico?
73
62
La Memoria y la Identidad
74
63
27. ¿Qué participación tiene usted en las actividades que realizan las
colonias de migrantes?
28. ¿Cómo valora usted la realización de las FP en Cali?
75
64
45. ¿Además del componente tradicional, podría decir qué otros
componentes tienen la FP? Por ejemplo, de tipo político, económico.
46. ¿Qué sentido cree que puede tener para la gente caleña esta
celebración?
47. ¿Cuáles son los logros que se aprecian por realizar las FP en Cali?
48. ¿Qué dificultades presenta el realizar la FP en Cali?
49. ¿Qué cosas amenazan o facilitan dicha realización?
76
65
durante los diferentes momentos de las fiestas, en la gestualidad que se
presentaba durante los encuentros, en los saludos, las conversaciones; en las
expresiones ante cada uno de los componentes de la fiesta y en las diferencias
que se expresaban de acuerdo con el tipo de fiestas (si era de nutrida o baja
asistencia), así como en las características etarias de los asistentes.
77
66
propias conjeturas lo que le falte en la aprehensión del proceso tal
como él se da en la experiencia de la unidad actuante que lo
emplea. (1982: 86)
Por último, es importante tener en cuenta que, para esta investigación, se han
adoptado los postulados de Taylor y Bodgan (1987), en cuanto a que la
observación participante y las entrevistas cualitativas requieren de un diseño
flexible de la investigación. No extrañe que, en un primer momento, se
comenzara con una idea general sobre las personas a las que se entrevistaría,
de manera que ni el número, ni el tipo de informantes se especificaron de
antemano. Así que se inició con una idea general sobre las personas y el modo
de encontrarlas, sin embargo, durante el curso de la investigación se fue
definiendo la ruta a seguir en este proceso y se dieron pequeños cambios de las
entrevistas inicialmente señaladas. En ese caso, se ha contado con los contactos
establecidos, con los miembros de las colonias, durante un trabajo de
investigación previo que se hizo para la tesis de maestría (Cano, 2013). Esos
contactos previos se han mantenido en el tiempo por la afinidad, el gusto y la
permanente asistencia a las diferentes actividades culturales que realizan las
colonias, o por el contacto personal con algunos de sus miembros.
78
67
Bogotá y, en España, la Biblioteca de la Universidad de Alicante.
79
68
mismo, fue decisiva la información que ha ofrecido la Secretaría de Cultura de
Cali, sobre el calendario anual de las fiestas patronales que se encuentra
registrado ante esa institución y los líderes registrados. De ahí se pudo clarificar
quiénes debían ser las personas entrevistadas para el caso de cada Colonia.
De acuerdo con esos datos, y para definir una selección de los informantes
claves para este estudio, se contactó a cuatro líderes que han mantenido,
durante años, una participación activa en las fiestas patronales. De otro lado, se
contactó a tres personas que han apoyado la gestión de las fiestas y que,
además, forman parte de las colonias de migrantes del Pacífico colombiano.
80
69
significativos, del total de las personas entrevistadas, once de ellas han sido
organizadoras, en diferentes momentos, de las fiestas patronales de cada una
de sus colonias y residen en Cali desde hace más de quince años. De estas
personas, tres de ellas son músicos, cinco son cantoras tradicionales y dos son
profesoras de danza tradicional, lo que ha significado que tengan información
valiosa en sobre el trabajo cultural de las colonias, la red de paisanos, la historia
de las fiestas y, en particular, sobre los sentidos sociales que tienen esas
celebraciones para su comunidad y las interacciones que se dan en cada una de
ellas
Ahora bien, a esta población se ha accedido por medio de los informantes claves,
lo que ha generado un efecto de bola de nieve, pues unos informantes han dado
pistas o han permitido conectar con otras personas. Todo ello, atendiendo a la
lógica cualitativa del proyecto, pues el acceso y la configuración de la muestra
se ha orientado por la representatividad cultural que busca comprender los
patrones que estructuran los comportamientos (Quintana, 2006:53). Así, al
necesitar mantener y cumplir con los criterios de adecuación y suficiencia, se ha
buscado llegar a las personas, los grupos, los lugares y las situaciones que han
estado en capacidad para proveer la mayor información posible sobre el
fenómeno, y desde la perspectiva de quienes lo viven en su cotidianidad.
81
70
auténticamente nueva o diferente a las entrevistas iniciales.
De acuerdo con esto, resulta pertinente apoyarse en las precisiones que ofrece
J. Thompson (1993:307) cuando señala que todo proceso en las ciencias
sociales es un proceso de reinterpretación en el que las expresiones, las
acciones y los textos son considerados como formaciones simbólicas,
constructos significativos interpretados y construidos por las personas que las
reciben, producen y transmiten en condiciones sociohistóricas específicas que le
confieren una estructura particular, de manera que
82
71
De igual manera, se ha considerado este enfoque al reconocer, desde una
perspectiva interaccionista, que todas las organizaciones, culturas y grupos
están constituidos por unos actores envueltos en un proceso constante de
reinterpretación del mundo que los rodea. Además, aunque esas personas
pueden actuar dentro del marco de una organización, cultura o grupo, son sus
interpretaciones y sus definiciones de la situación lo que determina su acción, y
no las normas, valores, roles o metas (Taylor y Bogan, 1987:11).
83
72
teóricos que no encajan con la información empírica obtenida (Verd y
Lozares, 2016:44)
84
73
Categorías de
Análisis
Familias de Categorías
Categoría Subcategoría
o Dimensiones
*La Tradición
Cultural
*La Memoria colectiva
*Las Identidades
Los Sentidos sociales
*La Visibilización
Político
*El Reconocimiento
El Encuentro Colectivo
La Demarcación frente a
otros
Los Componentes de la
interacción ritual
El Foco de Atención
común
El Estado Emocional
*La Solidaridad
*Los Simbolismos
compartidos
Los Efectos de la La Efervescencia
*Las Pautas de
interacción ritual Colectiva
moralidad
*Las Energías
Emocionales
Tabla 1. Fuente: elaboración propia
85
74
En correspondencia con el esquema anterior, el proceso de análisis se ha
basado en cuatro grandes dimensiones o familias de categorías, a saber: los
sentidos sociales, las dinámicas de interacción ritual, los componentes de la
interacción ritual, y los efectos de la interacción ritual. Si bien, el foco de análisis
han sido las interacciones rituales y sus efectos, esta clasificación ha permitido
separar analíticamente ocho categorías que se desprenden de esas grandes
familias mencionadas.
86
75
Finalmente, la dimensión sobre los efectos de la interacción ritual, en la que se
ha agrupado toda la información referida a lo que se produce a partir de las
interacciones rituales en las fiestas patronales de estas poblaciones. De allí
súrgela categoría Efervescencia colectiva y de ella se desprenden las
subcategorías sobre: la Solidaridad, los Simbolismos compartidos, las Pautas de
moralidad y las Energías emocionales.
Tradición 20
Memoria 20
Identidades 17
Visibilización 10
Reconocimiento 9
Paisanaje 20
Encuentro Colectivo 20
Energía Emocional 19
Solidaridad 17
Símbolos 15
Moralidad compartida 13
87
76
2.5 Consideraciones Éticas
88
77
SEGUNDA PARTE. EL CONTEXTO SOCIAL Y CULTURAL.
89
78
CAPÍTULO 3. APROXIMACIÓN SOCIO-HISTÓRICA A LAS POBLACIONES
AFRODESCENDIENTES DEL PACÍFICO COLOMBIANO.
Colombia es un país con una superficie de 1.141.748 km² y que está dividido en
seis regiones naturales: la región Insular, la Orinoquía, la Andina, la Amazonía,
la Caribe y la región del Pacífico.
91
79
Imagen 4. Región del Pacifico. Fuente: Observatorio Pacífico y Territorio
http://pacificocolombia.org
92
80
En cuanto al territorio, esta región cubre cinco departamentos: La totalidad del
departamento del Chocó, en la zona Norte, y, tangencialmente Antioquía, con
dos municipios; y los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño, para
la zona sur, que cuentan con una porción de Litoral, ya que gran parte de estos
departamentos está en la llamada zona Andina. Las ciudades más importantes
son Quibdó (Chocó), el puerto de Buenaventura (Valle del Cauca) y Tumaco
(Nariño).
93
81
radicalmente con la parte urbana y desarrollada del país (Castillo,2006:305).
Sin embargo, este territorio posee una gran cantidad de recursos naturales, no
en balde, durante el periodo colonial español, fue considerada como la principal
zona de extracción minera y, todavía, a finales del siglo XIX e incluso en el siglo
XX, algunas empresas norteamericanas extraían oro, platino y otras materias
primas como la madera. De ahí que recientemente la región, por todas sus
características, haya sido considerada estratégica como núcleo de explotación
para los planes de los gobiernos nacionales y de empresas internacionales, por
ejemplo, para las industrias farmacéuticas que ven un campo a explotar por su
gran biodiversidad (Castillo, 2006:16; Oslender,2004:165). Aunque en esos
planes, irónicamente, poco ha interesado la población y el desarrollo social, tema
que Luis Carlos Castillo (2006) resume acertadamente sobre la manera en que
la historia ha representado la región:
94
82
hace parte de la cuenca del Pacífico, el “océano del futuro”
(Castillo,2006:17,18).
95
83
Caribe, el norte del Departamento del Cauca y la Costa Pacífica. En esta última,
una región rica para la explotación minera, los esclavos eran llevados a trabajar
en los yacimientos auríferos, por lo que, desde entonces, se la reconoce como
la de mayor concentración de población negra del país (Colmenares,1979:225;
Jaramillo,1963:40; Navarrete. 2005: 145; Urrea y Barbary, 2004:51).
96
84
población indígena nativa, por población africana esclava que se fue adaptando
a las condiciones de la selva tropical, a las prácticas económicas y sociales que
les imponían, y allí fueron recreando, poco a poco, sus legados culturales. En
definitiva, fueron ajustando la vida a las condiciones de ese nuevo ecosistema
ya fuera como esclavos, como cimarrones (fugados) o como libertos. Ya entrado
el siglo XIX y con la abolición de la esclavitud, la población negra registraba un
lento y cambiante crecimiento, así como la ocupación de nuevos territorios, ya
que muchas personas salieron de los centros mineros y se ubicaron en tierras
que les permitieran la producción agrícola. En esas movilizaciones se fueron
ocupando las riberas de los ríos del Pacífico, bajo un poblamiento de tipo lineal
y disperso que va a determinar, en las poblaciones negras, nuevas dinámicas y
nuevos sentidos de pertenencia, así como identidades colectivas vinculadas a
esos lugares y a esos ríos (Motta, 2005:105). Con relación a esas dinámicas
adaptativas y a los sentidos sociales que van a significar, Ulrich Oslender (2008)
utiliza el concepto de Espacio acuático como marco explicativo para entender
ese lugar que es el Pacífico colombiano. Pues bien, esta noción resultará clave
en este trabajo para entender también las prácticas culturales, en particular las
fiestas patronales y, en ese sentido, es necesario remitirse a la definición que da
el autor:
Como explica el autor, el espacio acuático está compuesto por tres nociones: por
la noción de ubicación, el espacio geográfico de la selva húmeda tropical y sus
97
85
innumerables fuentes hídricas; por la noción de localidad, relacionada con las
formas de poblamiento a lo largo de los ríos y en las cercanías al mar; y con la
noción de sentido de lugar, referida a los sentimientos, las expresiones del
lenguaje, la tradición oral y al conjunto de formas subjetivas derivadas de los
procesos dinámicos y complejos de la vida en ese lugar (Oslender, 2008: 133).
Así pues, este espacio acuático, que hoy todavía presenta problemas de acceso,
está alejado de los centros de poder (sólo existen en él tres carreteras principales
que se adentran con dificultad desde el interior del país) y que muestra una
marginalidad histórica, ha generado que la población afrodescendiente haya
desarrollado un profundo sentido del lugar. Es decir, ha generado un vínculo
98
86
emocional que le liga con el entorno, pero, en particular, con las diversas
cuencas hidrográficas en tanto que la conexión entre poblados se hace a través
de los ríos, que cumplen la función de arterias principales de transporte y de
comunicación (Oslender,2008:170). Por consiguiente, ese sentido de lugar
acuático se ve reflejado en las prácticas sociales, culturales y económicas, así
como en la vida cotidiana. Sobre este asunto conviene resaltar que
Se dice que los niños negros en las áreas rurales del Pacífico se
mueven en pequeñas canoas mucho antes de empezar a aprender a
caminar. El río a cuyas orillas viven no es simplemente el lugar donde
juegan, es también la vía principal para comunicarse con vecinos y
parientes que viven un poco más lejos a lo largo del mismo río o a lo largo
de las orillas de un afluente. Desde temprana edad, los niños se
incorporan a la vida de adultos. Las niñas ayudan a sus madres en las
labores domésticas, lavan la ropa, limpian los platos y cuidan a sus
hermanos menores, mientras que los chicos van a pescar para
complementar las comidas de la familia (Oslender, 2008:137).
99
87
3.1.2 Cultura y tradición de los afrodescendientes del Pacífico
colombiano
Si alguien le pregunta ¿de dónde eres tú?, dice yo soy del río
Chagüí, aquí en Nariño, o soy del río Saija, en el Cauca. Más que hablar
100
88
de su pueblo, primero es el río (Oslender 2008:142).
101
89
destacar las palabras de Nancy Motta (1997:41) sobre lo que se entiende por la
oralidad, definida por ella como un lenguaje dinámico y organizado de acuerdo
con las normas, valores y conductas del pensamiento de una comunidad. En el
caso de las poblaciones negras del Pacífico colombiano, aparece en
modalidades contadas y cantadas que se inspiran en el medio circundante. Así
pues,
102
90
retradicionalización a partir de nuevos contextos y marcos sociohistóricos;
identificaciones que se proyectan en el pasado aunque buscando
legitimarse en el presente (Morel, 2005: 184).
Así, entendida la tradición oral del Pacifico en sus modos contados y cantados,
crea y recrea la realidad social y se expresa en las voces de mujeres y hombres
que tratan de mantener viva la historia cultural y sus legados a partir de diversas
expresiones comunicativas. Es a través de esa práctica ancestral que se
transmite el conocimiento medicinal, los saberes sobre la selva, lo relacionado
con el mar, sobre las formas de hacer y de pensar, sobre lo espiritual y el mundo
mítico, sobre las maneras de ser hombre y de ser mujer, sobre los juegos, las
historias familiares y, en definitiva, todo lo que la existencia ofrece. Además,
representa el vehículo de cohesión social que pone en dinámica el presente y el
pasado de las sociedades negras (Oslender, 2008:151), y es la resistencia más
concreta a la homogenización e invisibilización a la que han sido sometidas,
103
91
caucano, valluno y nariñense, debido a los procesos históricos derivados de la
colonización y de la evangelización12. En este caso, nos concentraremos en las
expresiones propias del Pacífico sur colombiano.
Entre esas expresiones sonoras en el Pacifico sur están los cantos tradicionales
como el del alabao13, el arrullo14 y el conjunto de marimba15. Todos ellos tienen
una funcionalidad social diversa como parte de la tradición oral, en tanto que
organizan y moldean las relaciones sociales y las tensiones entre lo natural y lo
salvaje del entorno, y lo divino y lo mágico de su cosmovisión (Navia, 2010:177).
Por eso, en estas sonoridades, las poblaciones negras hacen evidente la
connotación sacra y profana en todo un despliegue verbal con cantos y voces
que acompañan las fiestas religiosas y profanas, al tiempo que esas expresiones
de la cosmovisión actúan como base de las reivindicaciones culturales.
Sobre este aspecto sonoro y musical, Michael Birembaum (2010) explica cómo
las prácticas sonoras están relacionadas no solo con la producción del sonido,
ni con el concepto occidental de música que se conoce, sino que
12 Para ampliar el tema de las sonoridades del Pacífico norte y sur de Colombia ver Tobón, 2016:
Navia, 2010:171, Birembaum,2010:205.
13 El Alabao es un canto fúnebre a capella de exaltación religiosa o de alabanza, dedicado a los
santos. Es un rito de tonada triste para despedir a los difuntos adultos. (Navia, 2010:185).
14 El Arrullo es un canto alegre y festivo a capella para festejar a los santos patronos y al niño
Dios. Sirve también para los velorios de los niños (Que no son tristes) o para referirse a un asunto
de la vida cotidiana. (Navia 2010: 177).
15 Es el conjunto musical típico de la zona centro-sur del litoral Pacífico, entre los departamentos
de Valle del Cauca, Cauca, y Nariño, aunque también se utiliza en unos pocos municipios del
Chocó como Necoclí y Bahía solano. Su organología está compuesta por la Marimba de chonta,
los cununos (Tambores macho y hembra), el bombo, los guasás y las voces femeninas o
cantadoras. (Gutiérrez P. y Salcedo J. 2002:16).
104
92
(Birembaum, 2010: 206).
De esta manera, este autor define las prácticas sonoras como todo el campo de
producción sonoro que no puede ser pensado sin la combinación de los
elementos sociales y de las características sonoras. Por tanto, representa una
dimensión múltiple en la que lo social, lo musical y lo sonoro se entrelazan y se
constituyen mutuamente, siguiendo las propias lógicas y cosmovisiones de la
sociedad del Pacífico (Birembaum, 2010: 207). Y, de acuerdo con esto, se
entiende la música del Pacífico de manera más amplia, como la manifestación
sonora de la cosmovisión y de la experiencia de la vida de las comunidades que
tienen vínculos con los saberes, las normatividades, el control social y el papel
que juega cada individuo. Al respecto, Birembaum sostiene que
105
93
Imagen 6. Instrumentos típicos. La Marimba y el Cununo. Foto de Mauricio
Dueñas, EFE, 2009. Fuente: wwwnotiicas24.com
Para resumir, la tradición oral y las prácticas sonoras forman parte fundamental
de la vida y de los contextos culturales de las poblaciones del Pacifico (como se
observa en la imagen 5, en la que aparecen dos jóvenes con sus instrumentos
típicos) pues dirigen y animan la fiesta, el baile y el ritual del nacimiento y de la
muerte. Así, van de la mano de la religiosidad y del sistema de creencias de
manera dinámica y cambiante pero, sobre todo, fortalecen la memoria y la
identidad cultural y étnica que es transmitida por los mayores a las nuevas
generaciones (como se aprecia en la imagen 6).
106
94
Imagen 7. Conjunto de Marimba y sus cantoras tradicionales. Foto de Mauricio
Dueñas, EFE, 2009. Fuente: wwwnotiicas24.com
107
95
Santiago de Cali, como es llamada oficialmente la ciudad, es la capital del
departamento del Valle del Cauca situada en el suroccidente del país entre las
cordilleras occidental y central de la Región Andina. Es la tercera ciudad más
poblada de Colombia, con cerca de 2.445.405 habitantes, según el
Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE16, donde se ha
estimado que viven unas 600.000 personas negras (Barbary, Ramírez, Urrea
Viáfara, 2004:77). Además, es el gran centro urbano y el principal núcleo
económico, industrial y cultural de la región, así como la puerta de entrada del
comercio nacional desde el puerto de Buenaventura, en el Pacífico colombiano,
hacia el interior del país.
A su vez, el departamento del Valle del Cauca, del que hace parte, está
caracterizado por ser fundamentalmente urbano, con 14 ciudades de las 83 que
tiene el país, y en el que el 87% de la población vive en la zona urbana. Este
departamento representa el 1,9% del territorio colombiano y el 9,9% de la
población colombiana con cerca de 4.240.653 habitantes. De esa población,
Cali, concentra el 51% y genera más de la mitad del valor agregado y del empleo
del departamento, y la actividad económica más importante es la industria. En
cuanto a la población, esta se identifica étnicamente como mestiza en un
73.10%, negra 26.4% e indígena 0.5 %, según los datos de la Alcaldía Municipal
en 2001 (Motta,2012:03).
108
96
Imagen 8. Mapa de Colombia. Fuente: www.mapascolombia.com
Por otro lado, Cali es la urbe de mayor tamaño del suroccidente, con amplia
infraestructura, en virtud de su papel central en la vida económica, política y
social de la región. Por tal razón, se reconoce su protagonismo como una ciudad
receptora de migrantes del suroccidente del país y, puntualmente, de las
poblaciones migrantes del Pacífico sur colombiano. No en vano, se le ha llamado
recientemente la Capital del Pacífico.
109
97
8) y, por el otro, está la ciudad de los sectores más pobres. Esto se define, en su
generalidad espacial, en dos facetas que se traslapan y se reconfiguran
permanentemente: la primera es la de la ciudad bonita, central, moderna y
excitante; y la segunda, es la parte deprimida, marginal y pobre (Toro, 2014:181).
110
98
3.2.1 Del Pacífico hacia Cali.
En la historia, Cali aparece como una ciudad que, desde su fundación en 1536
hasta mediados del siglo XIX, vivió lentos procesos de cambio en los que
predominaba un fuerte espíritu tradicional, con un sistema agrícola de haciendas
coloniales esclavistas, caracterizada también por su poca participación en la
dinámica económica nacional (Vásquez, 2012:25). Y es que fue una pequeña
aldea que, hacia mediados del siglo XIX, contaba con una población cercana a
los 20.000 habitantes bajo formas de servidumbre respecto a la élite, con una
sociedad regida por una fuerte moral católica y con una marcada mentalidad
conservadora:
Sin embargo, ya en las últimas décadas del siglo XIX, se fueron presentando los
primeros cambios sociales ocasionados por la descomposición del sistema
esclavista, por las guerras de la independencia y por la apertura a nuevos
campos comerciales y de exportación. Es el periodo en el que aparece un nuevo
aire modernizador tanto en las actividades productivas como en la vida cotidiana
y en las formas de pensar de la sociedad caleña (Vásquez, 2012: 30). Además,
es un momento en el que se fueron articulando los modos de ser tradicionales
con las nuevas dinámicas de esa modernización17. Es también el periodo en que
las poblaciones negras libres que salieron de las minas y de las haciendas, ya
sea por fugas, por compra de su libertad o por otras maneras, y pasaron a
111
99
convertirse en los campesinos, jornaleros y mano de obra en ese nuevo contexto
productivo.
112
100
tradicional y que no merecían la inclusión en la sana sociedad caleña
(Vásquez, 2001: 177).
En ese periodo de modernización del inicio del siglo XX, se generó también un
salto a la urbanización de las poblaciones del Pacífico, que empezaron a
moverse, de las zonas ribereñas y rurales hacia las concentraciones urbanas, en
busca de trabajo, de educación y de otras posibilidades de vida. En esa
configuración, Cali ha constituido un destino importante para los migrantes del
Pacífico y, por eso tiene, siguiendo a Hoffmann, una posición central en el
dispositivo socio-migratorio de nivel macroregional y nacional (Barbary,
Hoffmann, 2004:118). De tal manera, para los años cincuenta, los flujos
migratorios del Pacífico colombiano mostraron intensos ritmos de desarticulación
de las comunidades rurales y de las estructuras tradicionales en ruta hacia las
áreas de desarrollo capitalista, como Cali (Barbary, Ramírez, Urrea, Víafara,
2004:78).
113
101
PERÍODO CARACTERÍSTICAS
Para este periodo, el autor sostiene que la presencia de las poblaciones negras
del Pacífico se manifestaba de manera individual y en pequeñas células, lo que
114
102
hacía su presencia imperceptible o poco notoria, debido a la baja concentración
de personas negras que permanecían en la ciudad. Y, en ese sentido, explica
que, si bien en este período existieron flujos migratorios desde el Pacífico hacia
Cali, muchas de esas personas que llegaban, retornaban con frecuencia a sus
lugares de origen o a las cabeceras municipales de la región del Pacífico.
Sin embargo, para el período comprendido entre 1940 y 1950, Cali ya era un
centro urbano con una alta dinámica de expansión y con una notoria movilidad
de gentes originarias de diversas procedencias. Este fenómeno urbano, que se
originó desde los años 40, estuvo estimulado en gran medida por el apogeo
industrial, por la construcción de vías y barrios, por la llegada y la creación de
nuevas empresas y por la construcción del Ferrocarril del Pacífico. Pero también,
a todo esto, se sumaba el fenómeno de la violencia partidista que se originó en
1948, y que generó desplazamientos hacia los centros urbanos del país
(Vásquez, 2001: 251).
115
103
forman las comunas18 13, 14,15, 16 y 21, que conformarían más tarde el Distrito
de Aguablanca en la franja oriental de Cali (Urrea y Murillo, 1999:6) 19, en los
barrios Alfonso López, Siete de Agosto, El Retiro, Mariano Ramos, Sardi, el
Rodeo y Primavera, entre otros. Sobre esto, Urrea y Murillo señalaron que
La década del 40, sobre todo hacia finales, fue una época de mucha
agitación social urbana en Cali y en otras ciudades colombianas,
relacionada precisamente con el fenómeno de expansión urbana y el
monopolio de tierras alrededor de los cascos urbanos. Esto significa que
la dinámica de invasiones u ocupaciones de tierras en Cali y sus
alrededores viene ya desde finales de los años 40. Lo que ocurre en las
décadas posteriores es la continuación de un proceso que marca el
surgimiento acelerado de la franja oriental de la ciudad y en el que una
parte de sus pobladores son afrocolombianos (Urrea y Murillo, 1999:5).
116
104
poblamiento mayoritariamente urbano (Barbary, Ramírez, Urrea, Víafara,
2004:75).
117
105
De acuerdo con lo anterior, la segunda oleada se aprecia con mayor dinámica
por la presencia masiva de migrantes y de redes que se consolidaron. Sobre
esto, ampliamos a continuación el tema con la siguiente tabla:
PERÍODO CARACTERÍSTICAS
DE
CONCENTRACIÓN *Cali es el centro receptor de población
VISIBLE afrodescendiente, se constituye como el foco de la
cultura negra urbana.
118
106
*En sectores del oriente de la ciudad (Distrito de
Aguablanca) se empieza a recrear la cotidianidad
de las poblaciones negras, en una mezcla de lo
tradicional y de lo moderno.
Como expone la figura anterior, en esta segunda oleada y de acuerdo con los
datos, se incrementaba la presencia de la población negra del Pacífico y de
poblaciones de otros sectores, de manera que, entre los años 50 y 70, la ciudad
tuvo una ampliación acelerada hacia el oriente. Y, según las tendencias
generales del crecimiento urbano, estas señalaban tres núcleos, como ejes
importantes de la migración hacia Cali: el sur de la zona cafetera, el altiplano de
Cauca y Nariño y el litoral de la costa Pacífica desde Buenaventura hacia el sur
(Barbary y Urrea, 2004:80). Como consecuencia, Cali se convirtió en un crisol de
culturas migrantes, pero en particular, en ese crisol, se evidenciaban las
experiencias de una nueva cultura popular negra que se expresó en diferentes
espacios de la ciudad y que se concretó en el Distrito de Aguablanca en el
oriente. Sobre este aspecto, Santiago Arboleda sostiene que
119
107
por el otro, manteniendo vivas las conexiones con la región y alimentando
la memoria colectiva. Estas redes familiares se orientarían
irreversiblemente hacia la zona oriental de la ciudad donde fueron fijando
sus residencias como propietarios, hecho fundamental para comprender
el reavivamiento de manifestaciones culturales aparentemente
extinguidas a juzgar por el abandono de sus prácticas en momentos
anteriores, lo cual muestra ante todo la situación de discriminación y
constreñimiento en que tuvieron que desarrollarse (Arboleda, 2002:406).
Por consiguiente, en los nuevos territorios en los que habitaba la población del
Pacífico, fueron circulando sus maneras de hacer, de pensar, de relacionarse y
de apropiarse del entorno como colectivos. Allí, en esos barrios, iban a circular
un conjunto de prácticas tradicionales como con los alabaos y chigualos 20, los
arrullos, las agrupaciones de música y de danzas tradicionales, los
conocimientos en medicina, entre otras. Y en ese conjunto de expresiones se
podía ver la participación colectiva de los niños y de los jóvenes, aunque eran
los adultos quienes las lideraban, en particular, las mujeres.
De igual manera, es de destacar que, para los años 60, en Cali ya estaban
vigentes algunas agrupaciones artísticas que se dedicaba a promover y a
mantener las danzas y las músicas negras tradicionales, como el grupo de
Danzas Negras de Colombia, las danzas de Delia Zapata en el Instituto Popular
de Cultura (IPC) y El grupo representativo de la Universidad del Valle con
Carmen López (Cano, 2013:51). Lo que más tarde terminará convirtiéndose en
un circuito cultural identitario (Arboleda 2002:407) que se ajustaba a las
transformaciones que el contexto social y cultural les planteaba.
Por otra parte, durante el periodo de los años 70, las migraciones tuvieron un
particular acento, ya que llegó a Cali un gran número de personas negras
originarias del Pacífico sur, por desplazamientos debido a causas de orden
20Se hace referencia a las formas tradicionales para las celebraciones funerarias de adultos y
de niños.
120
108
natural que dificultaban la permanencia en sus territorios de origen. Lo anterior
se debe a que, por un lado, una plaga afectó las plantaciones de la palma de
coco desde Timbiquí hasta la frontera con Ecuador entre 1972 y 1974 y, por otro
lado, hubo un maremoto devastador en 1979, que causó muertes y dejó tierras
cubiertas de aguasal en las que no se pudo cultivar por muchos años. Esto
desembocó en masivas migraciones hacia las cabeceras municipales y hacia
Tumaco y Cali (Hoffmann, 2002:56).
En esas migraciones llegó a Cali una población nativa del sur de la región, de
Barbacoas, Guapí, Condoto, Istmina, Timbiquí, etc., todas ellas con
características socioeconómicas diversas, pues algunas personas venían con
pocos recursos, así como otras, de clase media, contaban con pequeños
capitales patrimoniales acumulados producto de la minería (Urrea y Murillo;
1999: 10). Esa diferenciación económica se manifestaba entonces, en la manera
de poblar la ciudad, es decir, esto incidiría en la configuración de los nuevos
territorios a ocupar y en la movilidad interna de los migrantes que iban de unos
barrios a otros. Pues bien, todos estos procesos descritos se recrudecen a partir
de los años 80 en adelante, lo que demuestra una nueva configuración tanto de
la ciudad como de las poblaciones negras y, por tanto, se presentarán otras
particularidades.
121
109
PERÍODO CARACTERÍSTICAS
122
110
De acuerdo con lo anterior, este periodo, de 1980 en adelante, evidenciaba una
densa población afrodescendiente que terminó asentándose visiblemente en el
territorio, al oriente de la ciudad, en ese conjunto de barrios populares llamado
el Distrito de Aguablanca. Fue un periodo importante por cuanto que
123
111
invasiones de tierra. Dicha tradición fue cultivada por líderes negros,
hombres y mujeres, llegados en los primeros contingentes migratorios,
quienes preveían los distintos pasos y frentes de negociación que se
debían tener en cuenta con relación a la fuerza pública, las
administraciones municipales, departamentales, y los partidos políticos,
partiendo desde las tecnologías constructivas y su evolución en el inicio y
consolidación de estos asentamientos. De ahí que se pueda sugerir este
elemento como una estrategia de resistencia consciente decantada a lo
largo de varias generaciones, impronta del origen de una mentalidad
popular urbana atravesada por sentidos de etnicidad, supremamente
eficaz en el logro de sus propósitos, pero también fuertemente reprimida
(Arboleda, 2002:407).
Ahora bien, si en los años 80, en la dinámica migratoria hacia Cali de la región
Pacífica se consolidaron una serie de dinámicas y de procesos de asentamiento
de esas poblaciones que permitieron que se visibilizara su presencia, en la
década siguiente, es decir, durante los años 90, este proceso se desarrolló aún
más. Para esos años, se distingue un fuerte crecimiento en el flujo migratorio de
las poblaciones rurales del Pacífico colombiano y, aunque este periodo también
124
112
conformó lo que Arboleda llamó la tercera oleada, para exponer de manera más
concreta sus particularidades, la presentamos en una figura que recoge los
aportes de este autor y los datos que ofrece el estudio de Barbary y Hoffmann
(2004):
PERÍODO CARACTERÍSTICAS
A PARTIR DE 1990
*Los mayores flujos de migración femenina.
Ellas terminan siendo los ejes de articulación
de la vida en la ciudad.
125
113
*El reconocimiento constitucional de la
cultura afrodescendiente: La Constitución de
DE FUERTE 1991.
CONCENTRACIÓN Y
*Las dinámicas de producción cultural: el
ESTABILIZACIÓN Festival Petronio Álvarez. Primera versión
TERRITORIAL en 1997
De acuerdo con lo anterior, para la década de los 90, estas migraciones, aunque
también tenían que ver con las mejoras de las condiciones de vida, con el acceso
a educación y al campo laboral en la ciudad, son el resultado, principalmente, de
los violentos conflictos de tipo armado, territorial y económico que se venían
dando en las zonas rurales del Pacífico. Esos conflictos estaban relacionados
con la presión por el dominio de la tierra que ejercían varias industrias nacionales
y extranjeras para la ampliación de cultivos como la palma africana, lo que se
une a la presión que ejercían los grupos armados y los narcotraficantes de la
época con el cultivo de coca. Así, estos desplazamientos fueron forzados, y en
ellos, muchas personas abandonaron la tierra para salvaguardar su vida y la de
sus familias
126
114
resultado de los arrinconamientos y desplazamientos violentos de la
población a finales de siglo y que aún seguimos observando. Como lo
expresó algún líder: "La Tunda y el Duende ya no salen, ahora vienen del
monte los fusiles" (Arboleda, 202: 409).
Además, para ese periodo, es relevante decir que, según una encuesta realizada
en 1998 por el Cidse-Ird (Barbary – Urrea 2004:61), y que ofreció datos sobre
las trayectorias que van desde el Pacífico hacia Cali, ésta arrojó, como uno de
sus resultados, que esas trayectorias se originaron desde cuatro grandes
espacios: primero, las poblaciones de la costa nariñense, que representaron el
34%, y que ocupan el grupo de mayor importancia; seguidos por los migrantes
provenientes de las costas caucanas y el valle del Patía, con un 31%; los
provenientes de Buenaventura, que constituyen cerca del 24%, y, finalmente, las
poblaciones que venían del Chocó con un 11% del total de la población migrante
del Pacifico colombiano en Cali (Barbary - Hoffmann, 2004, en: Barbary – Urrea
2004:141). Así, lo que más destaca en esta encuesta es el alto porcentaje que
representan los migrantes de la región centro-sur del Pacífico colombiano22, que
significan la mayor concentración poblacional negra en la ciudad.
22 Recordemos que la región centro sur del Pacífico colombiano la componen las zonas
costeras de los departamentos de Valle, Cauca y Nariño.
23 Para ampliar véase Barbary y Urrea (2004:58)
127
115
tender los puentes entre el lugar de origen y el de llegada y entre la experiencia
de lo moderno y lo tradicional. En ese sentido Nancy Motta, ha señalado que
Por otro lado, sobre esos migrantes procedentes del Pacifico sur, y en relación
con el periodo de los años 90, ha sido identificado también que en las últimas
cuatro décadas se extendió la presencia de una población mulata en Cali, que
venía de la costa caucana, puntualmente de Guapi, y la cual se distinguió por
haber acumulado unos capitales económicos, sociales y culturales
diferenciados. Estos capitales surgieron de la explotación de los aluviones
auríferos de finales del siglo XIX y, de allí, surgen unas élites negras-mulatas
que se fueron trasladando a Cali. Es decir, que se originó una clase media negra
mestizada con sus descendientes nacidos en Cali, compuesta por profesionales
y empresarios bien integrados, a nivel residencial, cultural y social (Barbary,
Ramírez y Urrea, 2004: 273). Ese mestizaje se tradujo en que estas poblaciones
fueran mejor recibidas por las clases medias blancas y mestizas de la ciudad.
En contraste, los migrantes que llegaban con niveles bajos en esos capitales,
especialmente los de las zonas rurales, eran más discriminados y
estigmatizados. Sobre esto se ha dicho que
128
116
los que pesa el estigma de “ghettos” o “barrios de negros” (Barbary,
Ramírez y Urrea, 2004: 273).
129
117
todavía se celebran chigualos y se cantan alabaos durante la velación de
una persona adulta (Urrea y Murillo; 1999: 34).
Ahora bien, lo anterior evidencia unas formas y unos procesos que los grupos
sociales ponen en marcha, en los nuevos espacios, para mantener vivas sus
prácticas y sus costumbres, para resignificar la cultura negra a partir de los
nuevos imaginarios y, en suma, con el fin de lograr un espacio de reconocimiento
y de resistencia cultural. Además, esto demuestra cómo las prácticas y la cultura
negra en Cali se han reconstruido a través de manifestaciones de contacto y de
diferenciación entre los grupos y sus formas que se acercan y que se mezclan,
pero que también se distancian, y que evocan el litoral Pacífico.
130
118
hacer cada vez más frecuentes desde los entes gubernamentales, de manera
que ya, para finales de los años 90, la cultura negra del Pacífico colombiano
parecería salir del rezago al que se le había sometido con el surgimiento de los
discursos de reconocimientos étnicos y culturales, que se reforzarían con la
creación, en Cali, del Festival Petronio Álvarez, en agosto de 1997. Sobre ese
rezago y el desprecio que hacia la cultura negra se mantuvo en muchos sectores,
hasta ya avanzado el siglo XX, un reconocido periodista y político colombiano
escribía a finales del siglo XIX que:
Si bien este tipo de apreciaciones sobre las prácticas de los grupos negros se
mantuvieron en el imaginario del país de manera generalizada, con las
transformaciones que significó la nueva constitución y los cambios de paradigma
en cuanto a el reconocimiento de la sociedad colombiana como diversa y
multicultural, se presenta un nuevo marco normativo, y también nuevos
discursos y formas de pensamiento que dan cabida a otras valoraciones e
interpretaciones de la cultura negra que pocos se hubieran imaginado (Agudelo,
2004: 175). Es decir, en una nación que veía a Europa y a sus formas como las
legítimas, que le significaban modernidad y progreso, y que estaba cargada de
valoraciones coloniales negativas sobre los indígenas y los negros, se empiezan
131
119
a dar serias transformaciones que apuntan a la reivindicación y a la visibilizacion
de esas culturas que antes fueron despreciadas.
Así, en el marco de esos cambios que se iban presentando, hacia finales de los
años 90 se da inicio al festival más importante de músicas del Pacífico
colombiano, el Festival Petronio Álvarez. En efecto, este es el evento festivo más
importante de las poblaciones del Pacífico en Cali y es el resultado de ese
proceso en el que se empezó a reconocer el aporte cultural de la gente
afrocolombiana a la riqueza cultural de la ciudad y del país. Precisamente, a raíz
de este evento, las músicas del Pacífico se han difundido y se han reconocido
otras expresiones culturales como la gastronomía, las danzas, las artesanías,
los rituales y la presencia activa de estas poblaciones en la ciudad (Cano,
2013:92). En el Petronio, como se le llama familiarmente, se da el encuentro de
las colonias, de familiares, amigos y paisanos afrocolombianos alrededor de sus
tradiciones, sin olvidar que es una ocasión propicia también para reafirmar los
patrones de identidad. Al respecto, se mantiene que
132
120
De tal manera, la presencia de estos grupos afrocolombianos del Pacifico sur en
la ciudad ha tenido momentos y dinámicas variadas, en los que se ha logrado
construir una cultura negra urbana con referencia a unas formas de
identificación, en un espacio urbano globalizado. Así, hoy esa presencia se
mantiene cada vez más visible por los mecanismos de difusión cultural y por las
nuevas formas de circulación de la información en las que se dejan ver esas
mezclas de elementos tradicionales con los más modernos que circulan en la
ciudad.
133
121
homogenización y a la política dominante del espacio. Así mismo, esto deriva en
imaginarios locales y simbólicos que tienen su fuente en la historia de los
pueblos, en las huellas y memorias del mundo y de la vida.
134
122
transformado parcialmente gracias a la toma de conciencia de muchos grupos
sociales e intelectuales que han luchado por estructurar políticas de
reconocimiento, no han dejado de dominar los ideales que privilegian lo blanco.
Sobre este asunto, el antropólogo británico Peter Wade, en una entrevista para
un diario nacional en Colombia, señalaba que
135
123
Ahora bien, uno de los aspectos centrales en esa defensa tiene que ver con que,
desde los años 70 y 80, los campesinos negros del Pacífico se fueron
organizando para luchar contra las amenazas de despojo de sus territorios que
venían ejerciendo las empresas de madera y minería en la región. Como ya se
mencionó, esta región es, en razón de su biodiversidad, una de las más ricas por
sus abundantes recursos naturales y, por tanto, constituye una zona
geoestratégica tanto para el capital internacional como para el Estado. En ese
sentido, este último la considera la plataforma para el desarrollo económico del
siglo XXI. Sin embargo, el avance de este capitalismo extractivista y devastador
amenazaba el territorio que, desde tiempos coloniales, había sido ocupado por
poblaciones negras, pero sobre el cual ellas no tenían el derecho de propiedad
(Castillo,2006:339).
Esos derechos territoriales fueron reconocidos con los cambios que trajo la
Constitución de 1991, en el artículo transitorio 55 (AT55)24. Con él, se acordó
una renovación en los esquemas de participación política del país en el que se
prestó atención a las minorías étnicas y se empezaron a presentar, con más
determinación, las voces de los líderes negros. Ya con la ley 70 de 1993, se
reconocieron los derechos específicos sobre sus territorios en las zonas rurales
y ribereñas, se les reconoció un estatus especial a las poblaciones negras rurales
que establecieron medidas en los campos de la etnoeducación, de la
representación política, de la participación en proyectos de desarrollo regional,
entre otros. Es decir, se reconoce el carácter "étnico" de las poblaciones negras,
y se justifica por ello la adopción de dispositivos legales específicos, similares a
24La Constitución de 1991 en su artículo transitorio 55, reconoció los derechos colectivos a las tierras
tradicionalmente ocupadas por las comunidades negras de las zonas ribereñas del Pacífico y en áreas
similares, que han permitido la pervivencia de la identidad cultural de la comunidad. El desarrollo de los
derechos reconocidos en este artículo se iniciaron con la promulgación de la Ley 70 de 1993, que, a su vez,
reconoce a la comunidad negra como grupo étnico, lo que permitió en sus posteriores desarrollos –
documentos Conpes 2909 de 1997, Programa de apoyo para el desarrollo y reconocimiento étnico de las
Comunidades Negras- y por la gestión misma del movimiento social, su vinculación a normativas de orden
internacional, como el Acuerdo 169 de la OIT ratificado por la Ley 21 de 1991, la Conferencia de Durban
contra la discriminación racial, y en general, frente a las formas de exclusión y racismo. Todo este marco
normativo establece y reconoce el vínculo substancial entre territorio e identidad cultural como base de la
naturaleza étnica de los pueblos tradicionales y vincula a los Estados al compromiso de su protección y
desarrollo de acuerdo con su cosmovisión (Grueso, 2007:1).
136
124
los que existen para los indígenas (Hoffmann, 2002a:353). De tal manera, es
reconocida como legítima la lucha por la defensa cultural y de los territorios
ancestrales. Y, en ese sentido,
137
125
poblaciones negras, instituidas desde entonces como comunidades
negras con una definición sui generis: "El conjunto de familias de
ascendencia afrocolombiana que poseen una cultura propia comparten
una historia y tienen sus propias tradiciones y costumbres dentro de la
relación campo-poblado, que revelan y conservan conciencia de identidad
que las distingue de otros grupos étnicos (Hoffmann, 2002a:353).
Sin embargo, estas leyes han sido diseñadas para el reconocimiento de las
poblaciones negras rurales y han dejado fuera el grueso de la población que
habita los espacios urbanos del país y los que viven más allá de la región del
Pacífico. Según los datos estadísticos que se tienen, el 70% de la población
negra es urbana y no habita en esa región (Hoffmann, 2002a:362). Es decir, que
sólo una pequeña porción de estas poblaciones se beneficia de las leyes que
consagra la Constitución en torno a esos derechos territoriales. Por tanto, las
mismas leyes ofrecen pocos instrumentos emancipatorios para aquellos que
están ubicados en el mundo de las ciudades.
Por consiguiente, las ciudades son hoy un caldo de cultivo de esa nueva
etnicidad negra que se reinventa, sin la justificación del territorio, para
desarrollarse fuera de los esquemas que establece esa noción de Comunidades
negras vinculadas al espacio rural (Hoffmann, 2002a:364). Así, por la
importancia demográfica que representan esas poblaciones en las ciudades,
éstas buscan las maneras de expresarse desde lo político y lo cultural
reivindicando sus derechos. En consecuencia,
138
126
en sus programas, sino principalmente al hecho de que, lento pero seguro,
los propios individuos que se reconocen como negros se posicionan como
tales frente a la sociedad nacional, y en ésta, y de que otros muchos, que
nunca antes pensaron en actuar como negros -y a veces ni se reconocían
como tales-, ahora lo hacen. La famosa "invisibilidad" negra se
desvanece, y las negociaciones de cualquier naturaleza entre las
administraciones y "la comunidad" suelen "teñirse" con la dimensión
étnica (para la cultura, pero también para el acceso a vivienda, educación,
deporte, salud) (Hoffmann, 2002a:364).
Por consiguiente, la población negra asentada en los espacios urbanos del país,
producto de las migraciones y de los desplazamientos, redefine sus maneras de
habitar la ciudad a partir de la elaboración de formas de sociabilidad que
fundamentan el reconocimiento y que, a su vez, están basadas en el paisanaje
y la conformación de las Colonias. Entendidas estas últimas como instituciones
que ordenan y reavivan los saberes tradicionales, las prácticas culturales y las
interpretaciones económicas, de convivencia y negociación en encuentro con los
elementos urbanos y modernos (Arboleda,2002:403). Es así que las poblaciones
originariamente rurales, pero ahora ubicadas en espacios de ciudad, se
enfrentan a la necesidad de buscar mecanismos de fortalecimiento de su cultura,
a partir de formas de reorganización y de restructuración social como son las
Colonias de migrantes en Cali. En cuanto a estas formas organizativas, el
historiador Santiago Arboleda señala que
139
127
Representan de hecho una modernización organizativa puesto que
reconocen las esferas legales y tienden un puente de negociación con la
institucionalidad urbana; es decir, pueden valorarse como la legalización
de la presencia comunitaria frente al Establecimiento. Los estatutos
buscan facilitar a los socios la realización de algunas acciones y proyectos
en el campo social o político para incidir en el desarrollo de sus
comunidades de origen. Son auténticas organizaciones mediadoras de la
población frente a los discursos externos de desarrollo imperantes y al
ingreso de los emigrados recientes a la vida urbana en la medida en que
plantean suministrar apoyos complementarios a las redes de parientes y
vecinos…(Arboleda,2002:411)
140
128
Por otra parte, en relación con la noción de paisanaje y en correspondencia con
lo que significa esa relación en el caso de las personas oriundas del Pacífico
colombiano, Arboleda define que
141
129
se encuentran registradas en la Secretaría de Cultura de Cali las siguientes
Colonias del Pacífico sur y su respectivo calendario de fiestas patronales:
Colonia
(Municipio- Fiesta Patronal Fecha de celebración
Departamento)
2.Bocas de Satinga-
Señor de la Misericordia 5-14 de septiembre
Nariño
El sagrado corazón de
5.El Naya- Valle 10 de junio
Jesús
14.San Andrés de
San Andrés 29 de noviembre
Tumaco-Nariño
15.San José de
San José 19 de marzo
Timbiquí- Cauca
16.Santa Bárbara de
Santa Bárbara 4 de diciembre
Timbiquí-Cauca
142
130
Estas colonias se han convertido en espacios de fortalecimiento ideológico a
partir de diversas actividades culturales y lúdicas en las que se refuerza la
identidad afro y se exalta la condición étnica: el ser negro. Todo esto se presenta
entre las tensiones y las dinámicas de la ciudad a la que trasladan un universo
de sentidos compartidos y expresados en las manifestaciones musicales, las
danzas, los saberes culinarios, las fiestas y demás formas tradicionales. Sobre
la aparición de estas organizaciones en Cali, y de acuerdo con los datos que
puntualiza Arboleda,
143
131
redes informales, concentrando su actividad en momentos muy
específicos, de acuerdo con propósitos puntuales, para luego mimetizarse
en el tejido social de la ciudad; en este patrón se pueden incluir la Colonia
tumaqueña y la nayense. A lo ya expuesto, puede agregarse que las
Colonias trasladan al nuevo contexto un sentido incorporado de
territorialidades que se concreta institucionalmente, estableciendo una
relación dinámica y en tensión con la ciudad: es el estar aquí sabiéndose
de allá, pero con la conciencia del derecho a vivir el aquí plenamente sin
perder el horizonte afectivo del allá, en que la nostalgia anima a la
memoria, como lo expresa un estribillo religioso tradicional: "El niño me
pide flores/y aquí no hay/y allá sí hay/y aquí sí hay/y allá no hay"
(Arboleda, 2002:412).
Sin duda alguna son los nativos del Pacífico, residentes en Cali,
son quienes más conservan sus tradiciones, las cuales tienen un lugar
privilegiado dentro de la Asociación de Colonias del Pacífico, que agrupa
a Guapi, Barbacoas, Buenaventura, Tumaco y Chocó entre otras
regiones.
144
132
Antonio Caicedo, el presidente de la asociación, precisa que todas las
colonias celebran sus propias fiestas y actividades sociales. En el caso de
los guapireños, realizan periódicamente un viaje a su región para hacer
campañas médicas (…) Doña Carmen Coral, por su parte, de Barbacoas,
Nariño, cuenta que su colonia, conformada por 50 personas, se reúne
mensualmente para bailar un buen currulao (Diario El País, marzo 14 de
1999).
Ahora bien, en las colonias los individuos se reúnen y participan motivados por
las cosas que comparten en común, por todo ese universo de representaciones
que son exaltadas en este contexto caleño. Por tanto, se puede hablar de formas
de solidaridad mecánica, siguiendo a Durkheim, ya que: Existe una solidaridad
social que procede de que un cierto número de estados de conciencia son
comunes a todos los miembros de la misma sociedad (Durkheim, 2001:128).
Esta conciencia, de rasgos compartidos, es la que sostiene la acción colectiva
de las poblaciones negras y, en particular, de las colonias, fundamentando su
acción y convocatoria. Es sobre eso que comparten como propio y los lazos de
semejanza, que se da origen a esas organizaciones y que determina su vigencia.
25La Federación de Colonias del Pacífico está registrada en la Cámara de Comercio de Cali
como entidad sin ánimo de lucro, desde el 15 de noviembre de 2008 con vigencia hasta el 13 de
noviembre de 2048, bajo el número 3682 del libro I.
145
133
En la organización de cada colonia las diferencias individuales, como por ejemplo
diferencias de condición social, nivel educativo o económico, se desvanecen y
se establece una escasa diferenciación entre sus miembros.
Sin embargo, hay que mencionar que no se trata de una población homogénea,
pues son varias las diferenciaciones que se establecen de una colonia a otra en
las prácticas, aunque en todas se comparte la pertenencia a esa inmensa región
de ríos, mar y selva. Esas diferencias se establecen fundamentalmente con base
en el paisanaje y en la especificidad dada por el municipio o poblado de origen.
Es decir, la población guapireña y su colonia defienden con vehemencia aquello
que comparten como propio, como característico y diferente, frente a lo que
presentan y defienden los timbiquireños o tumaqueños ya que, aunque guardan
ciertas similitudes en las prácticas, no son iguales.
146
134
Pues bien, sobre esa representación se convoca y se agrupa cada colonia a
partir de la evocación a la memoria, a la emotividad y a la identidad colectiva
inspirada de cada municipio del Pacífico, que se refuerza y reestructura en Cali.
Desde allí, tratan de desarrollar formas múltiples de expresión y de participación
ciudadana en un proceso, que se puede denominar de etnización consciente
(Agudelo, 2004:180) y que aborda lo cultural pero también lo político sin la
necesaria militancia en algún movimiento, pero desde el que participan y
establecen relaciones con los entes gubernamentales, como con las Secretarías
de Gobierno Municipal y Departamental. Entre ellas, la Secretaría de Cultura de
Cali que les apoya en diversos aspectos, pero en particular, desde el año 2015
contribuye en la realización de las fiestas patronales con pequeños presupuestos
que se entregan a la Federación de Colonias del Pacífico y que los distribuye
entre las colonias allí agrupadas.
26En la publicidad de los eventos, como se aprecia en la imagen 10 y en otras; aparecen varios
patrocinadores además de la Secretaría de Cultura Municipal.
147
135
En síntesis, las colonias del Pacífico, como formas organizativas, cumplen un
papel determinante en la reestructuración identitaria de los migrantes y de sus
descendientes en la ciudad, en las dinámicas de las redes familiares y de
paisanos, en las formas participativas y en el diálogo con las instituciones, pero
sobre todo en lo que Marc Augé denomina como el deber de la memoria: El
recuerdo y la vigilancia. La vigilancia es la actualización del recuerdo, es el
esfuerzo por imaginar en el presente lo que podría semejarse al pasado (Augé,
1998:102).
148
136
CAPÍTULO 4. LAS FIESTAS PATRONALES DEL PACÍFICO SUR
COLOMBIANO.
149
137
diluyendo con las nuevas creencias impuestas por la iglesia, pero a esas nuevas
creencias les fueron dando una forma distinta para tejer, lo que se podría llamar,
una religión propia.
150
138
ausencia de doctrina se agudizó con el poco interés de los propietarios
frente al proceso evangelizador. Estas circunstancias dieron pie al
surgimiento de una versión simple y popular en el cristianismo de los
esclavos (Navarrete, 2005:318).
27 La expresión Afropacífico o Afropacífica fue utilizada por el poeta Martán Góngora y retomada
por el intelectual Alfredo Vanín, para significar la forma en que las poblaciones negras de esta
región construyeron una nueva cultura en un territorio inicialmente desconocido y del cual se
apropiaron hasta convertirlo en su territorio o casa colectiva. Ver:( Arocha, 2012:6, Almario,
2009:158)
151
139
proceso de re-evangelización, donde se tenía como idea la recuperación
de almas, el cual estaba sujeto, en cierto sentido, a la configuración
identitaria de la nación que repercutió en una nueva identificación de los
pobladores del Pacífico sur que para este momento ya eran población
“negra” en su mayoría, productos de la época de esclavización. El tercer
momento estuvo marcado por la presencia de los Carmelitas Descalzos
para el siglo XX, donde la intención fue recuperar y sostener las almas en
la vida cristiana (Ortiz, 2014:12).
152
140
exotismo, del temor, de la falta de comunicaciones y de la facilidad de acceso.
Así, esto ha condicionado la marginalidad histórica con respecto al resto del país
y significó que la región fuera racializada, dada la composición mayoritariamente
negra de su población y, al tiempo, naturalizada (Almario, 2013:196) por las
condiciones ambientales como una frontera imposible de transformar en
civilización. Como lo indica la siguiente cita,
153
141
oralidad, la recreación simbólica e ideológica de la cultura de la comunidad
afrodescendiente del Pacífico sur…La oralidad y el sistema simbólico se
elaboraron –construyeron, dieron y sirven como mecanismo de
transmisión, consolidación y conservación de la memoria colectiva
ritualizada, configurando históricamente la construcción y constitución
étnico-identitaria de los pobladores afrodescendientes del Pacífico en
general y del Pacífico sur colombiano en particular (Ortíz,2014:64).
154
142
que comprometía tensas y conflictivas relaciones con la iglesia se fue ajustando
por las mismas poblaciones negras, al acoger el santoral católico desde una
perspectiva propia.
Así pues, los santos, en la versión de las poblaciones del Pacífico colombiano,
están muy próximos a la gente. Son santos vivos que tienen cualidades humanas
y que se les trata con familiaridad como si fueran parientes, aunque sin quitarles
su carácter sagrado. Esto significa, entonces, que en la relación cercana con los
santos se empezaron a reestructurar las prácticas y el mismo sistema de
creencias. Al respecto, Jaime Arocha, un antropólogo e investigador en estos
temas, señala que
Hasta hoy, a santos y vírgenes los tratan con familiaridad y cariño, al punto
de llamarlos por sus apodos sin que ello signifique desacralizarlos. Debido
a su carácter de santos vivos, es normal observar a las personas
dialogando con las imágenes como si fueran compadres o escuchar decir
a los devotos y devotas que sus santos y vírgenes pueden ser seres
caprichosos, por eso hay que darles gusto o apaciguarlos
(Arocha:2012:18).
Así, las vírgenes y los santos católicos (como Santa Bárbara, San Antonio, San
Francisco o San Pacho y la Virgen de Atocha o Atochita, como les dicen
155
143
cariñosamente) se incorporan en las visiones espirituales para la construcción
de mundos simbólicos y sociales (Escobar y Pedroza, 1996:19). Y del nacimiento
de esa religiosidad negra aparecen los alumbramientos a los santos, los cantos
de alabanza, las procesiones cantadas y bailadas, los arrullos y las balsadas,
como formas de celebrar u honrarles.
Adicionalmente, hay que decir que todo esto se celebra, en el Pacífico, bajo unas
maneras que expresan la relación con el territorio, en esa especial vinculación
con el espacio acuático del que nos habla Oslender (2008:132) y que se concreta
en las prácticas de tipo cotidiano que son determinadas por el contexto
geográfico. De tal manera, las visiones espirituales se conectan también con
esos sistemas acuáticos de los ríos y del mar, por donde navegan los santos
patronos y por donde fluyen también las enseñanzas, las tradiciones, los
intercambios de generación en generación. Por lo tanto, la religiosidad en
conjunto con el sistema de ríos es ese instrumento que determina las
posibilidades de instaurarse en calidad de espacio común desde la dinámica de
las procesiones acuáticas (Ortiz,2014:71). Es decir, la religiosidad en estas
poblaciones no es solo una forma de pensamiento, una visión del mundo
sagrado, sino también un espacio concreto y vivo, rodeado por la selva y el agua
que expresa su sentido profundo.
156
144
Imagen 12. Ríos de la región del Pacifico colombiano. Fuente: Motta (2005).
157
145
Sumado a lo anterior, en las fiestas patronales está presente el componente
sonoro como un integrante característico, que combina elementos tanto
religiosos, en las alabanzas, como profanos, en la música. En ese sentido, ya se
señalaba que las manifestaciones sonoras en estas poblaciones expresan la
cosmovisión amplia y fundamental de la vida, sus prácticas y saberes, las
nociones éticas y del papel de cada integrante de la colectividad, la normatividad
y el control social (Birembaum,2010:231). De acuerdo con ello, en un estudio
realizado por Paola Navia sobre las tradiciones en el municipio de San Andrés
de Tumaco, en el Pacífico sur, se presenta la narración de una cantadora que
aprendió los cantos tradicionales a los santos con su madre y su abuela desde
joven y que dice que
158
146
cantar, a repasar, y eso es mi gusto, porque si me muero a algunos de
mis familiares les quedó eso (Navia, 2010:181).
Así pues, vírgenes, santas y santos son objeto de celebración entre rituales
matizados por el acervo cultural religioso, por mitos, leyendas, pero, sobre todo,
por la abundante alegría. Es entonces que, en términos generales, las fiestas en
159
147
el Pacífico sur mantienen una estructura ritual que aparece similar en cada
municipio o en cada cabecera municipal para la celebración de su patrono o
patrona. Sin duda, en ellas se dan variaciones y diferenciaciones entre cada
poblado, no solo por la identificación con un santo particular sino también por las
diferenciaciones contenidas en la memoria colectiva y en la misma práctica ritual,
dada la complejidad de la región en términos culturales y sociales28. A ello se
suman las diferencias en términos de los recursos dispuestos, de la participación
y de la organización, pues las fiestas en los territorios, con una mayor estructura
y un mejor desarrollo económico y social, son de mayor envergadura y
espectacularidad que en los poblados más pequeños y con menos desarrollo.
Pero, sin dejar de considerar todo lo anterior, existe una estructura característica
en todas ellas que está dada por el hecho que la fiesta la componga una parte
espiritual y litúrgica liderada por las iglesias locales y sus sacerdotes y otra parte,
cultural y social, que es coordinada por la comunidad y por los líderes sociales
con apoyo de la administración local, en cabeza de los alcaldes.
Así pues, las fiestas patronales del Pacífico sur, en su composición general,
están configuradas de la siguiente manera: una preparación de meses previos,
las novenas en los distintos barrios, las procesiones y las misas en la iglesia, las
balsadas en los ríos y los días y noches entre la música, el baile y el jolgorio en
los que toda la población se involucra y participa29.
28 Para ver la composición y diferenciación territorial y la presencia de los santos por el Pacífico
colombiano véase: Arboleda Quiñones, Santiago, (2015).
29 Aunque hay que señalar que, en estos territorios, actualmente, hay un amplio florecimiento de
iglesias evangélicas, en las que la celebración a los santos y vírgenes no se realiza, por tanto,
esas personas no participan del parte ritual católico, pero sí se integran en la parte cultural y
social.
160
148
participación femenina en la mayoría de los casos) se encargan de la recolección
de fondos en los barrios, de la mano de la iglesia y de la administración municipal
para financiar la fiesta. Pues bien, durante semanas o meses, esos líderes y los
vecinos se reúnen con actividades varias y hacen recolectas de dinero, ya sea
con cuotas familiares o individuales, se distribuyen tareas de decoración y
embellecimiento de los barrios, las tareas para la venta de las comidas y las
bebidas en los días de las fiestas, se definen los músicos y las cantadoras que
estarán en cada alabanza y procesión. Ya en la iglesia, se va preparando lo que
será la decoración de la misma, del santo y de las estructuras en que se lleva la
imagen a la procesión (esa estructura es llamada la Anda).
161
149
Por consiguiente, esa elaborada preparación se entiende cuando la gente señala
que la fiesta patronal es una de las fiestas más importantes para las poblaciones
de estas zonas, por lo que la participación es masiva, tanto por quienes residen
en esos territorios como por los que han migrado a otros lugares y retornan para
esas fechas. Así, la preparación y la organización es importante porque se trata
del evento que más aglutina y convoca a toda la población.
En relación con las fiestas, estas se inician, generalmente, con una misa en la
iglesia y se prosigue con las novenas que, en muchos casos, se van realizando
una en cada barrio o sector que la iglesia ha asignado. Para el caso de la fiesta
patronal de Santa Bárbara, en el municipio de Barbacoas, Nariño, la novena se
inicia el día 6 de agosto y termina el 14 con la víspera de la fiesta que es el día
15 de agosto. Al respecto, el profesor barbacoano, Félix D. Cabezas, en su libro
sobre las novenas de la fiesta patronal, narra que
162
150
Imagen 14. Diapositiva expuesta en la fiesta patronal de San Buenaventura
Orquideorama. 2015. Fuente: Archivo de la Colonia de Buenaventura.
163
151
calles. La gente también está a la espera de la llegada de las balsadas, esas
embarcaciones decoradas con luces, flores y cargadas de gente cantando (que,
en ocasiones, lleva también la imagen para trasladarla a la iglesia), quienes salen
de los diferentes pueblitos vecinos y que van navegando por los ríos para
encontrarse allí donde está la celebración, lo que significa un momento de mucho
entusiasmo para las poblaciones:
164
152
Imagen 15. Balsadas en la fiesta patronal del municipio de Guapi, Cauca, / de
diciembre de 2012. Fuente: http://guapiesfolklor.blogspot.com
En síntesis, las fiestas patronales son eventos culturales que movilizan a las
poblaciones negras y que se caracterizan por ser altamente expresivos y
cargados de emociones vinculantes, derivadas de las creencias compartidas,
solidaridades y las formas de cohesión social. En los pueblos y en los diferentes
municipios del Pacífico colombiano, estas fiestas tienen un fuerte componente
religioso en el que la iglesia tiene un alto protagonismo, así como la fe expresada
por las poblaciones. Sin embargo, esto dialoga, por un lado, con elementos como
la música y el canto de herencia africana, y, por otro, con lo festivo pagano, con
el jolgorio.
165
153
estrechamente relacionados, como elementos que ordenan el universo cotidiano
de las poblaciones negras en esas regiones pero que, además, generan unos
estados emocionales que les permiten renovar las prácticas en el tiempo, en este
caso, los rituales dedicados a sus santas y santos. Y allí, la noción de Durkheim
vuelve a resultar pertinente, en tanto que
4.3 Las fiestas patronales de las colonias del Pacífico sur en Cali
166
154
Ahora bien, como la tradición surge también de la invención y de la innovación
cultural (Hobsbawn y Ranger, 2001), vemos entonces aparecer esas prácticas
tradicionales en un contexto que pareciera modificarlas profundamente, cuando
los ritmos son otros y el paisaje ya no es el de los ríos y del mar. Así pues, desde
mediados de los años 60 se vienen realizando las alabanzas a los santos
patronales del Pacífico en Cali por la primera organización, la colonia de
Barbacoas, Nariño. Posteriormente, aparecieron las celebraciones de la colonia
de Guapi, a finales de los años 80, y ya hacia finales de los años 90, se
visibilizaron otras colonias y sus celebraciones (Cano, 2013:66). Actualmente,
entonces, se encuentra, desde el año 2016 en el calendario festivo de la
Secretaría de Cultura de Cali, la agenda de las fiestas patronales que realizan
las colonias de migrantes del Pacífico en diferentes momentos y espacios de la
ciudad.
167
155
Así pues, se encuentran las fiestas patronales celebradas por las colonias más
antiguas y/o por las más estructuradas y que han logrado acumular mayores
capitales en diferentes campos, ya sea económicos, políticos, sociales,
culturales o simbólicos, (Bourdieu,1988). Y que, además, realizan unas
celebraciones con amplia convocatoria pues, aunque mantienen el carácter
devocional, exhiben una forma de espectáculo por sus representaciones
culturales en torno a la adoración del santo patronal, y con esto han ido ganando
cierto protagonismo con los años.
168
156
ritual. En ellas, las redes de paisanaje son más pequeñas y, en muchos casos,
están menos organizadas, por lo cual manejan menores recursos y capitales
para realizar las fiestas.
Sin embargo, se debe resaltar que, en lo que no hay distinción entre las colonias
en Cali es que, en todas ellas, cada actividad de la celebración está financiada,
en su mayoría, por los recursos que gestiona la misma colonia, por el apoyo de
los paisanos, por las actividades que hacen durante el año para recoger dinero
y por la venta de las entradas a las fiestas. A esto se le suman unos pequeños
recursos que, desde el año 2015, brinda la Secretaría de Cultura de la ciudad
través de la Federación de Colonias del Pacífico. Dichos dineros recaudados,
son usados para los gastos religiosos, para las decoraciones de los santos y las
Andas, para las réplicas de las balsadas, para el pago de los músicos y de los
grupos de danzas, o en la comida y la bebida que se comparte; eso, sin contar
el alquiler del salón, de la piscina, de las sillas y las mesas del evento, del sonido
y de la iluminación del lugar. En general, son fiestas en las que siempre hace
falta dinero para su realización, tanto por el hecho de querer parecerse a las de
sus pueblos, como por el deseo de mantenerla abierta a todo el mundo con
jolgorio de días y noches enteras.
De igual manera, en todas las colonias antiguas o más jóvenes, las colonias
grandes o pequeñas, se cumple la misa al santo patronal y esta se realiza en
una iglesia o en algunos casos, en el mismo espacio donde tiene lugar la parte
festiva. En tal caso, llevan un sacerdote que la oficie y ese sacerdote,
generalmente, también forma parte de la red de paisanos del Pacífico. Así pues,
cada colonia en Cali da inicio a su fiesta patronal con una misa en la que
participan los grupos familiares, encabezados por las personas mayores,
especialmente las matronas abuelas, por una notoria presencia de niños y de
pocos jóvenes (estos se reservan generalmente para las actividades más
sociales y culturales de la noche). Además, en esas misas se tiene la imagen del
santo y se realizan los cantos y las alabanzas con las sonoridades tradicionales
y las voces de las cantadoras.
169
157
Imagen 17. Celebración patronal a la virgen de Atocha, Colonias de Barbacoas,
Nariño, 2017. Fuente: archivo de la autora.
170
158
Imagen 18. Celebración patronal a la virgen de Atocha, Colonias de Barbacoas,
Nariño, 2017. Fuente: archivo de la autora.
30 Las bebidas tradicionales como el Viche, el Arrechón, el Tumbacatre, la Tomaseca, etc., que
son producidas artesanalmente a partir de la destilación de la caña de azúcar y en combinación
con otros ingredientes como la canela, la nuez moscada, los clavos dulces y las hierbas
aromáticas, entre otros.
171
159
organizan actividades deportivas que convocan a la familia.
En sí, se puede decir que en estas fiestas se presenta un performance que alude
a lo que, tradicionalmente, se realiza en los municipios y en los ríos de la región
Pacífica. Sin embargo, la participación en las fiestas patronales no es tan masiva
como en la región del Pacífico, pues no son unas fiestas reconocidas en la
ciudad, ya que son eventos que se quedan en espacios restringidos por la falta
de divulgación y, por esto, se enteran pocos caleños. Y, por tanto, no hay
incidencia en la participación. Además, la asistencia tiene un aporte monetario y
solo la misa es abierta a todo el que quiera participar.
172
160
Adicionalmente, en las fiestas patronales de las colonias en Cali no es
característico que se realice la novena al santo, dadas las particularidades de la
ciudad, por su tamaño y las distancias del desplazamiento de un lugar a otro
(pues los paisanos se encuentran distribuidos en varios sectores de la ciudad),
de manera que no se dan las condiciones para realizarla colectivamente.
Además, no siempre se tiene la disponibilidad en tiempo y/o dinero y por los
compromisos laborales, ya que en la ciudad estos días no son cívicos o festivos,
como sí ocurre en los territorios del Pacífico. Y ello, a pesar de que se dan
algunos casos de familias y de personas mayores que se reúnen en sus casas y
que sí las hacen, no es un evento que convoque al colectivo de los paisanos.
173
161
Imagen 20. Celebración de la Colonia de Iscuande, Nariño, 2016. Fuente:
Federación Colombiana de colonias del Pacífico.
174
162
En los casos de las fiestas que se realizan en los clubes, generalmente, se
organizan en las horas de la noche, hasta entrada la madrugada o a la hora
límite, según el horario convenido, y son las fiestas más populares entre la red
de las colonias. Además, en ellas hay una alta presencia de personas jóvenes
que asisten con mucho entusiasmo, pues supone una oportunidad de reunirse
con los parientes y amigos, de tener un buen baile y de divertirse. A ello se añade
que, en esas fiestas, se da el encuentro no solo de los paisanos de una misma
región, sino que a ellas asisten también miembros de las otras colonias, a
manera de apoyo y por la alta convocatoria que tienen entre los migrantes.
175
163
Imagen 22. Fiesta patronal guapireña en el Hotel la Luna en Cali, 2017. Fuente:
archivo de la autora
176
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Imagen 23. Música tradicional de Marimba y sus cantoras, Fiesta patronal
Timbiquireña, Club del Cali, 2011. Fuente: Archivo de la autora.
177
165
Imagen 24. Representación de la Balsada, fiesta patronal guapireña, 2011.
Fuente: Archivo de la autora
178
166
En el caso de las colonias que realizan sus fiestas de manera más sencilla y en
espacios familiares, estos se encargan de hacer la misa y el encuentro con sus
paisanos en ese ambiente doméstico, más algunas actividades deportivas,
presentaciones de música tradicional y, sobre todo, se encargan de tener comida
y bebidas para compartir. Tal y como ocurre en la colonia del Naya, en su
celebración anual al Sagrado corazón.
179
167
De tal manera, estas celebraciones, en su sentido más profundo, expresan un
aspecto devocional y las creencias religiosas de los migrantes y sus
descendientes en Cali, pero también exhiben una fuerte dimensión identitaria y
de memoria colectiva que les cohesiona y fortalece en este contexto. Pero son,
también, la expresión de la añoranza de sus lugares y de sus prácticas,
constituyen la nostalgia de esa otra forma de vida entre los ríos, las selvas, los
cantos y el sentido comunitario que se diluye en el ritmo acelerado del espacio
citadino y del asfalto.
180
168
TERCERA PARTE. LOS RITUALES DE INTERACCIÓN Y LAS ENERGÍAS
EMOCIONALES EN LAS FIESTAS PATRONALES DE LAS COLONIAS EN
CALI.
181
169
CAPÍTULO 5. LOS COMPONENTES DE LOS RITUALES DE INTERACCIÓN
EN LAS FIESTAS PATRONALES DEL PACÍFICO SUR COLOMBIANO EN
CALI.
Son, ante todo, los medios por los que el grupo social se reafirma
periódicamente…Hombres que se sienten unidos en parte por lazos de
sangre, pero aún más por una comunidad de intereses y tradiciones, se
reúnen y adquieren conciencia de su unidad moral… (2007:360).
Ahora bien, como ya se sabe, estas fiestas están compuestas tanto de una parte
ritual religiosa y devocional como de una festiva. Y todo ello, en el marco de un
calendario anual para cada colonia, de las dieciocho existentes en la ciudad.
Ambos componentes son, pues, destacables y significativos para los
participantes en tanto que las situaciones del encuentro que se dan en cada uno
de esos momentos de la fiesta están cargadas de emociones y de la conciencia
183
170
de un foco común de atención. Por consiguiente, para el propósito de este trabajo
el modelo analítico de Foco común y consonancia emocional, que presenta R.
Collins (2009), permite interpretar esa fiesta como una variedad de momentos
de efervescencia colectiva en los que el interés primordial no está en lo
celebrado, sino en los componentes de las situaciones compartidas en Cadenas
de Rituales de Interacción (CRI) y en los efectos que ellas generan.
Además, en dicho modelo analítico Collins señala que los rituales se construyen
a partir de combinaciones de ingredientes que alcanzan variados grados de
intensidad (2009:71) y de ellos resultan formas distintas de solidaridad, de
simbolismo y de energía emocional. Concretamente, entre los ingredientes de
los rituales de interacción que presenta en su modelo se encuentran la reunión
colectiva, la demarcación frente a otros, el foco de atención coincidente y el
estado emocional compartido. Esos componentes constituyen las condiciones
principales que se retroalimentan entre sí y cuya importancia radica en los
niveles de consonancia mutua, entre la atención y la emoción de los participantes
que crean o no una experiencia emocional/cognitiva compartida, lo que
Durkheim llamó una conciencia colectiva. Así pues, desde el enfoque de Collins,
se plantea el análisis de los rituales de interacción que se establecen en las
fiestas patronales de las colonias del Pacífico sur en la ciudad a partir de las
categorías centrales que se derivan de los componentes y de sus efectos.
184
171
5.1 La copresencia física y la memoria colectiva
185
172
Para ello, las mujeres van muy engalanadas al igual que los señores, pero de
manera sobria, y los niños también llevan lindos trajes, lo que conforma una
manera de rendir honor al santo desde la misma vestimenta, pero también de
una distinción entre los mismos paisanos, pues así se muestra a quién le va bien
en su vida en la ciudad.
Así mismo,
186
173
Imagen 27. Celebración patronal de la colonia de Barbacoas, 2017.
Fuente: Archivo de la autora.
Como se aprecia en la imagen 29, todas las personas son mayores y están
concentradas y serias, por lo que se deriva de ello que la celebración de la misa
constituye el componente formal y pautado (Collins, 2009) en el que los
participantes, por medio de los actos simbólicos de reverencia a su santo
patronal, transfieren la conciencia de su fe religiosa y esta domina el momento.
Allí, la mayoría de las personas mayores son el modelo a seguir de la tradición
religiosa que, de la mano del sacerdote, instan a las más jóvenes y, en general,
a todos los asistentes a mantener los simbolismos y la sacralidad, aun cuando lo
187
174
que acompaña a la misa sea la música de los tambores y las expresiones
sonoras tradicionales. En ese sentido, esto corresponde con lo señalado por
Mauro Wolf, cuando señala que
De igual manera, se puede decir que la parte religiosa de las fiestas patronales
de estas colonias en Cali, de acuerdo con lo que se deduce tanto en las
entrevistas como de las salidas de campo, no es de nutrida asistencia en ninguna
de las colonias. Esto deja ver que el componente fundamental de este momento,
relacionado con lo sacro y lo devocional, no es lo que más integra a la red de
paisanos y más cuando se compara con la asistencia dada en la parte festiva y
cultural. En suma, el encuentro en la misa resulta realmente motivante para las
generaciones mayores que ponen el acento en lo religioso, pero no para sus
descendientes en la ciudad, lo que se diferencia de la manera en que se realiza
la fiesta patronal en los pueblos del Pacífico colombiano, dado que
188
175
Con respecto a las interacciones que se dan antes y después de la misa y en la
parte festiva, es notable la necesidad de reconocimiento entre los asistentes,
pues es un momento emotivo que conecta a los paisanos y los participantes con
una energía alegre y fraterna. En esta parte religiosa, el saludo entre las
personas constituye un componente importante en el ritual de interacción. No en
balde, es un momento en el que las personas, al saludarse, establecen una
distinción de reconocimiento y de respeto, frente a sus paisanos y a aquellos que
no pertenecen a su red y, por eso, ahí se demuestra con el saludo, el respeto
que recibe esa persona, así como el aprecio y el gusto del encuentro. De tal
manera, a partir del encuentro cara a cara, las personas empiezan a ponerse al
día sobre los cambios de sus vidas, de sus trabajos, de sus familias y, sobre
todo, a rememorar el lugar de origen y el pasado:
189
176
Algo parecido expresa otro entrevistado:
190
177
Por ejemplo, esa emoción se observa en la imagen 30 en la que se aprecian tres
personas en un encuentro cordial, durante la fiesta patronal del Naya, donde la
proximidad en el círculo, que conforma la ubicación de sus cuerpos, es indicativa
de confianza y de una relación cercana entre ellos. Además, el gesto de los
brazos abiertos del señor hacia las otras dos personas, la mirada entre los tres
y la expresión que se puede ver en los rostros habla de un gusto por el encuentro,
por la presencia y por la calidez que sostiene ese momento de interacción entre
ellos. De esta manera, la fotografía constituye una buena representación del
modo en que se establecen muchos de los encuentros en esas fiestas, lo que se
puede observar en repetidas ocasiones.
De esta manera, esos encuentros y las interacciones que ahí se dan, como
consecuencia del desarraigo cultural que han experimentado muchas de estas
poblaciones al salir de sus territorios originarios y por las transformaciones
socioculturales que implica el habitar en el contexto caleño, les permite alivianar
las incertidumbres que genera la vida en la ciudad. Es decir, esas incertidumbres
191
178
que plantea la vida moderna y que representan la falta de bases sólidas en las
cuales poder situar su existencia (Roche:2007:17) que son menguadas en cada
encuentro con los paisanos y por las actividades que generan las colonias, en
este caso, con las fiestas patronales.
Por último, cabe señalar que a pesar de no ser la parte religiosa la más
concurrida de la celebración, la misa y el acto litúrgico tradicional cumplen un
papel fundamental en el marco de los propósitos que se plantean las colonias y
las personas mayores que las lideran. Esto se relaciona con todo lo que implica
el encuentro entre los paisanos para la trasmisión de la memoria colectiva como
pueblos afrodescendientes católicos, ya que se han reconocido históricamente
como devotos de las tradiciones religiosas que los moldearon y que practican
hoy de manera particular. En ellas, ocurre lo señalado por M. Halbwachs, cuando
sostiene que la sociedad inclusive cuando evoluciona, vuelve al pasado: es en
un conjunto de recuerdos, tradiciones e ideas familiares que enmarca los nuevos
elementos que coloca en primer plano (2004:220).
Sobre esta parte de la celebración, hay que señalar que son las colonias de
Timbiquí, Guapi, Barbacoas y Buenaventura las que han logrado congregar, de
manera consistente en sus fiestas, a una gran mayoría de paisanos. En ellas,
participan las personas procedentes de un mismo municipio, como los de las
192
179
otras colonias, por la gran popularidad de la que gozan esas celebraciones entre
la red de paisanos. Es decir, que son las fiestas más populares y permanentes,
aquellas que se desarrollan desde hace un par de décadas en la ciudad por el
significado que arrastran, pues en general se entiende que
En suma, se puede señalar que, para esas poblaciones, las fiestas patronales
representan el encuentro y la memoria, el volverse a ver y el seguir contando lo
aprendido a las nuevas generaciones, de manera que
193
180
Y de igual manera se señala en otros relatos la trascendencia de mantener las
prácticas:
194
181
5.2 La demarcación frente a otros: las identidades
Por consiguiente, las fiestas a los patronos, como acto comunicativo, se orientan
a la producción de sentido en varias dimensiones: por un lado, está la
195
182
pertenencia, ese sentimiento de formar parte de un nosotros, distinto a un ellos,
del que no se forma parte. Esto, sin duda, obedece a que las identidades se
juegan en nuevos terrenos y contextos, en lo que satisfacen muchas
necesidades: la de pertenencia, la de diferenciación con respecto a las otras
comunidades y, además, la de adhesión a ese tipo de “comunidad imaginada” y,
sobre todo, “sentida”, que ayuda a alivianar todos los problemas que se hallan
ligados a la vida de la ciudad (Martínez, 2006:822). Así, entonces, el par
nosotros/ellos implica la construcción de una frontera simbólica que da como
resultante ambas clasificaciones, de manera que las identidades individuales y
las colectivas constituyen el fruto de la diferenciación producida por ese límite
simbólico que necesariamente enfatiza las distinciones (Moya y Serrano,
2011:62). Por esto, como lo señala uno de los entrevistados,
196
183
a la que se adhería era una comunidad personal, cara-a-cara, que no
trascendía su wetware, es decir, lo que su cuerpo podía abarcar y
controlar; en cambio, con la erosión de esos minimundos propiciada por
la industrialización, el individuo se tiene que adherir a una totalidad que
trasciende su wetware, esto es, se debe identificar con una totalidad
abstracta, con una “comunidad imaginada” (Bauman, 2002,52 en
Martínez, 2006: 813).
Por esta razón, tanto en la parte religiosa como en la festiva, en las formas de
los saludos y en las redes conversacionales, con las mujeres mayores que
gestionan la fiesta patronal, se muestra un alto grado de respeto y de aprecio
hacia ellas. Su reputación en las colonias es alta por su popularidad en la gestión
de los eventos que congregan a los paisanos, es decir, por su liderazgo en el
grupo. Adicionalmente, los músicos y las cantoras también van a gozar de un
trato deferencial, por estar reconocidos como los que le ponen el alma a la fiesta,
tanto en lo religioso como en lo festivo, pues sin ellos no se admite la celebración.
Por eso, a ellos se les brinda comida y atenciones permanentes, para que se
mantengan contentos y den lo mejor en sus presentaciones. Sin embargo, son
las mujeres, las organizadoras y las cantoras, las que cobran un mayor
protagonismo por ser reconocidas como el motor de las celebraciones:
197
184
Pues hasta donde yo entiendo y lo que yo he visto es que la fiesta
es 100% organizada por las mujeres. Siempre las líderes de esas fiestas
son mujeres…siempre la organización ha corrido por parte de las mujeres
y no sé, pero tienen una labor importantísima en la organización de las
actividades siempre…Las mujeres, las cantadoras siempre son las que
están ahí presentes con el guasa y que se saben todos los cantos, todas
las salves y cantos religiosos para adorar a los santos. Hay hombres que
también lo hacen, pero el grueso de las personas que siempre se han
encargado de organizar y de cantar siempre han sido las mujeres…
Aunque la parte musical es importantísima con lo religioso, porque todo lo
que se hace alrededor de la adoración al santo va musicalizado; entonces,
los músicos son extremadamente importantes en esta celebración…todo
eso va acompañado por la música, por la marimba y la parte de la
percusión (Entrevista No.15. E. Copete. Músico tradicional).
198
185
La vida diaria está llena de secuencias de acción social y la identidad del
individuo se forma tan sólo en dicha acción…El individuo puede hacer
complicadas conexiones lógicas e iniciar y controlar secuencias
diferenciadas de acción, sólo si él o ella es capaz de hacer uso del acervo
de experiencia disponible en el contexto social. De hecho, elementos del
sentido modelados por antiguas vertientes de la acción social (las
tradiciones) fluyen incluso en los niveles más bajos del sentido de la
experiencia individual (Berger y Luckmann, 1997:35).
199
186
Imagen 29. Celebración patronal de la colonia de Barbacoas, 2017.
Fuente: Archivo de la autora.
200
187
La gente nuestra es muy apegada a su credo, sobre todo los
mayores, pero hay otro sentido en la fiesta y es el encuentro, el
reencuentro, la añoranza de vivir el Barbacoas, pero aquí con los
paisanos…el primer sentido es el de la conservación de la cultura y vale
la pena hacer este esfuerzo por mantener la festividad, la creencia y la
tradición…también en el reencuentro en la fiesta y ahí se habla de todo,
de cuando andábamos desnudos y nos tirábamos al río y jugábamos. Uno
tiene para contarse historias de lo vivido allá, de las problemáticas del
pueblo, de los paisanos… (Entrevista No 11.D. Cabezas. Colonia de
Barbacoas, Nariño).
Por tanto, se puede decir que, por la intensidad de las emociones manifiestas de
los mayores, por la intensidad de su foco de atención, por la alta presencia y
participación, este ritual formal es también exitoso en ese grupo de personas. Y
es que, en él, el encuentro con sus paisanos y con sus tradiciones está cargado
de significados, de emoción y de motivación compartida, sin olvidar que, en las
interacciones que se dan en ese momento se reafirma y se lubrica la práctica
para que la repitan cada año y para que acompañen las celebraciones patronales
de las otras colonias del Pacífico en la ciudad.
Sin embargo, este foco es débil para los jóvenes y los niños, lo que se evidencia
por los pocos asistentes, ya que no les genera emoción y, por consiguiente, la
carga simbólica es débil. Así, ellos no parecen reconocer los símbolos religiosos,
los gestos que acompañan la ceremonia religiosa, etc. Y, por eso, los mayores
relacionan la necesidad de reforzar con la celebración religiosa el componente
espiritual en los descendientes nacidos en Cali, para que no sea solamente una
fiesta. Esta preocupación es expresada de la siguiente manera:
201
188
vincularon las orquestas a la fiesta patronal. Ayer, el centro de la fiesta era
la misa solemne y la procesión; hoy muchos la sienten más como un baile
donde domina la música, los paseos y el licor. […] Otro elemento que está
causando mella en lo profundamente espiritual del evento es la presencia
de otras congregaciones religiosas que compiten, palmo a palmo, con la
iglesia católica. Muchos de los otros credos no creen en la santidad de la
Virgen de Atocha ni creen en su intermediación como Madre de Dios, por
lo que no le rinden veneración […]. Son muchos los pobladores que han
cambiado de religión y a esto debe agregársele que la juventud, en su
mayoría, es apática a las prácticas religiosas por negligencia o por falta
de convicción” (Cabezas Prado, 2011: 84 – 85).
Sin embargo, no se puede decir que la parte religiosa sea del todo un éxito o un
fracaso, pero sí que su sentido se desvanece lentamente para las nuevas
generaciones de migrantes y descendientes de migrantes en Cali. Así lo
expresan dos de los entrevistados:
202
189
política, de las mujeres, del trabajo, de la familia, hablan del negocio que
tienen…Yo en los últimos años no he estado en la misa, yo voy y me como
mi plato de Pusandao (Plato típico) y estamos con los amigos…yo voy por
encontrarme con mis paisanos (Entrevista No 5. S, Angulo, Colonia de
Barbacoas, Nariño).
Y que
203
190
diferentes colonias y de la Tola…gente de todas partes llegaba a la fiesta
(Entrevista No. 7. A. Santana, Colonia de la Tola, Nariño).
Es así que las celebraciones de la noche son más concurridas porque es donde
la música y el baile avivan la euforia del encuentro del grupo. En esa parte es
generalizada la emoción y la motivación para participar, ya que a la fiesta llegan
los paisanos adultos de todas las edades. En su mayoría, participa la gente joven
en grupos de amigos y familiares, pues es una parte de la celebración en la que
se combinan los elementos tradicionales de los cantos, de las representaciones,
de las balsadas, de la comida y el licor. Así, entonces, el resultado es la
constitución de una parte ritual con una estructura lúdica que hace que se aprecie
como algo más espontáneo, menos formal.
Otro elemento que vincula a la juventud es, sin duda, todo lo relacionado con la
música, el canto, las danzas tradicionales, es decir, todo el componente
tradicional sonoro, que se aprecia, por ejemplo, en la participación activa de
personas de todas las edades en las agrupaciones musicales de marimba con
sus cantoras. Cierto, esas agrupaciones representan el corazón de la
celebración y sus sonoridades no pueden faltar ni en la parte religiosa ni en la
festiva. Su actuación en ambos momentos está estructurada de una manera
lúdica y espontánea, aunque los cantos sean de alabanza y adoración, pues se
realizan de manera alegre y casi improvisada, ya que todos los integrantes
conocen cada canto y solo se deben guiar por la cantora. Como está ilustrado
204
191
en la imagen 30, la participación en la parte musical instrumental,
fundamentalmente, está caracterizada porque en ella se vinculan hombres
jóvenes que expresan un interés creciente en aprender y ejecutar la música
tradicional. En la parte vocal, se encuentran mujeres de edades mayores a los
30 años, mujeres ya con más madurez, que son las que, generalmente, guían
con los cantos al conjunto musical.
205
192
valorados por las comunidades, muy llamativos al ponerlos en escena. De
manera que, por el conjunto de esas expresiones tradicionales, los asistentes
confluyen a través de la euforia que es expresada mediante los aplausos, las
sonrisas, acompañando los cantos y al bailar e invitar al baile a los que les
rodean.
206
193
universo de prácticas tradicionales, seleccionadas o inventadas para
representarse en la ciudad, establecen y simbolizan la cohesión social y la
pertenencia al grupo, en tanto que se consideran surgidas de un sentido de
identificación con una comunidad. Con relación a este aspecto, Hobsbawm
indica que
Con todo lo anterior, cabe señalar, por último, que en estos rituales de interacción
van a expresarse los componentes del modelo de Collins referidos entonces a la
reunión corporal, a la efervescencia colectiva y a la consonancia emocional
compartida por los participantes.
Sin embargo, si bien el foco de atención común que caracteriza las fiestas
patronales está en el encuentro entre los paisanos y los amigos, en la relación
con el conjunto y en la sinergia derivada de estar entre los suyos, el estado
emocional compartido por las personas en estas fiestas patronales de las
diferentes colonias en Cali transita entre estados de euforia y de alegría, pero
pasa también por estados de melancolía que se traducen en la añoranza de lo
ausente. Lo anterior ocurre en el marco de los componentes tradicionales y de
los símbolos que hacen sentirse parte de una misma colectividad. Así, los relatos
de diversas entrevistas se resumen en estos fragmentos:
207
194
Lo que yo generalmente siento es mucha alegría de reencontrarme
con muchos amigos que uno no ve desde hace tiempo y poder interactuar
otra vez con la gente que no podés tener en contacto. Además, de poder
aprender de esas cantadoras adultas y esos músicos que siempre tienen
información para brindarte. Entonces, siento mucha alegría y como mucha
nostalgia en ese encuentro (Entrevista No.15. E. Copete. Músico
tradicional).
Cuando uno está en esas fiestas, olvida uno lo que hay afuera y
uno siente que está en su pueblo, entonces, aprovecha para verse con el
tío que hace años no ve, aprovecha para verse con el amigo que, por
cuestiones de trabajo y diferentes circunstancias, uno acá no ve;
aprovecha uno para buscar apoyo del paisano que, tal vez, está en mejor
condición económica para conseguir trabajo; uno come las cosas de allá,
porque venden comida típica. Entonces es un reencuentro cien por ciento
y total con las raíces nuestras y da sentimientos de alegría, amor,
dignificación, porque estamos en un ambiente en el que todos somos
iguales, todos nos respetamos y valoramos por lo que somos, entonces
uno se siente sin discriminación (Entrevista No.12. N. Góngora, Colonia
de Timbiquí, Cauca).
208
195
la colectividad en su conjunto, permite plantear alternativas sociales y mundos
posibles, aunque en el lenguaje lúdico de la fiesta (Vignolo, 2006: 28), que les
ayuda sin duda a superar las contingencias diarias que son propias de la vida
moderna (Beriain, 2007:68). De tal manera, sus energías emocionales conducen
a los paisanos a asistir, una y otra vez, en esos encuentros agendados entre la
red de colonias en la ciudad, y a ellas se llega con la expectativa del reencuentro
alegre, de la añoranza por lo vivido en los lugares de origen y por las tradiciones
que rigen la fiesta.
Por último, cabe señalar que, según el modelo de Foco común y consonancia
emocional de Collins, en la medida en que los participantes activan sus
membresías y ponen su atención al mismo punto y bajo la acción consciente de
ello, sus mutuas emociones, las del presente inmediato y las que se presentan
a manera de efectos les llevarán a participar en el ritual una y otra vez, de manera
que esa intensidad ritual opera como un multiplicador de los efectos. Así pues,
no extrañe que lleguen a cada encuentro con una emoción compartida y que, en
este caso, esas emociones se resuman en la alegría y en la añoranza:
209
196
acá, y el compartir. Entonces se mantiene todavía la unión, yo veo eso: la
unión, la sencillez y la identidad que es una característica…la alegría y
también el compartir…Bueno, es un poco de alegría y de nostalgia…son
como esos sentimientos (Entrevista No. 4. J. Padre. Colonia de Timbiquí.
Cauca).
210
197
CAPÍTULO 6. LAS FIESTAS PATRONALES Y LOS EFECTOS DE LOS
RITUALES DE INTERACCIÓN
211
198
Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, UNESCO, declaró las músicas
de marimba y los cantos tradicionales del Pacífico como patrimonio cultural
inmaterial de la humanidad.
212
199
A causa de esto, de la efervescencia colectiva que se genera en los encuentros
de la red de paisanos en las fiestas dedicadas a su santoral y de la combinación
acertada de los componentes de los rituales de interacción (que se expusieron
en el capítulo 5), en el modelo de Collins los participantes experimentan cuatro
efectos de los rituales de interacción de las fiestas. Estos se consolidan como
consecuencias derivadas de la combinación acertada del foco de atención y de
la emoción compartida y, de acuerdo con eso, son identificables en los dos tipos
de rituales o de momentos en los que se desarrollan las celebraciones: por un
lado, el ritual formal que representa toda la ceremonia religiosa y, por otro, el
ritual natural o espontáneo que representa la parte festiva.
Y,
213
200
Nos motiva el amor a la tierra, es por querer lo que tenemos y no
dejamos perder…y la gente se motiva por venir a verse, el encuentro con
el otro paisano y esa es una de las motivaciones, es el énfasis que
hacemos los organizadores por la cultura de nosotros (Entrevista No, 18.
C. Olave. Colonia del Naya, Valle).
Así pues, por la importancia que se da a todo lo que configuran las fiestas y los
encuentros, se pueden identificar cuatro efectos de los rituales de interacción
que se presentan en las fiestas patronales en Cali: la solidaridad grupal, la
energía emocional individual, los símbolos que representan a las colonias y las
pautas de moralidad compartida. Esta parte final se concentra en explicar esos
efectos.
214
201
seguir la coreografía del currulao31; en las ovaciones, al arrojar las pequeñas
balsitas a la piscina; o al seguir la procesión de la imagen del santo o santa. Esto,
en la interacción, compone la manera activa de vincularse con el colectivo que
manifiesta, refuerza o recrea su identidad cultural y étnica. Así entonces,
De tal manera, se aprecia que, entre la red de paisanos vinculados a las colonias
del Pacifico sur colombiano en Cali, existen unos niveles elevados de
consonancia emocional que hacen que perdure en el tiempo el sentido de
solidaridad entre ellos. De ahí, se establecen un abanico de situaciones que
evidencian dicha solidaridad y que son narrados por los entrevistados así:
215
202
esos encuentros que uno ve la manera como uno puede colaborarle a su
paisano, a su compañero, y nos ponemos a construir cadenas de apoyo
entre nosotros (Entrevista No. 12. N. Góngora, Colonia de Timbiquí,
Cauca).
216
203
Cultura y Educación, para el fortalecimiento de los procesos étnicos y para las
dinámicas generales de desarrollo de estos sectores en Cali y, también en
algunos casos, se apoyan procesos en sus lugares de origen, como lo señalan
los siguientes fragmentos de entrevistas:
Mire, de acá cuando las personas van, pues llevaban algo para las
personas en el pueblo, para los que viven en la parte rural, como
instrumentos de agricultura, como machetes, barras, palas. A los pobres
les llevaban comida, les llevaban ropa, y así se apoya el pueblo.
(Entrevista No. 13. V de Angulo. Colonia de Barbacoas, Nariño).
Con todo esto, se exhiben también los sentimientos de solidaridad moral entre
estas poblaciones en Cali, pues motivan unos actos concretos de altruismo y de
217
204
compromisos colectivos, con la red de paisanos y con las colonias, que se
manifiestan inicialmente en el respeto y en el orgullo por el grupo y por los
símbolos que les representan. Esto, a su vez, revela las transformaciones
emocionales que les vinculan a esa red de solidaridad y de paisanaje y que se
suceden los rituales de interacción de las fiestas patronales.
Estas fiestas patronales en Cali son reuniones sociales en las que los individuos
participantes logran mantener un mismo foco de atención, pues comparten unas
mismas tradiciones y logran conectarse bajo unas similares emociones. Con
esas características, devienen celebraciones y rituales sociales que provocan
una alta efervescencia colectiva y una conciencia grupal. Ello coincide con
218
205
ese sentido, las narraciones de las entrevistas que se refieren a este asunto
señalan lo siguiente:
Y:
219
206
Aquí se ha hecho la fiesta patronal en la cancha de Mariano Ramos
(barrio de Cali). El padre va y da la misa, aunque sólo se ha hecho como
dos veces no más…y después se va el padre y ahora sí a arrullar, ahora
sí, la fiesta…y es una alegría porque aquí en la ciudad no la hemos hecho
bastante y se siente uno tan contento…yo me siento más feliz todavía
(Entrevista no. 7. A. Santana. Colonia de la Tola, Nariño)
220
207
el esfuerzo de realizar las fiestas, aunque sea con el dinero de sus propios
bolsillos. Al respecto, se narra en una entrevista:
221
208
participación en la interacción del grupo infunde en sus miembros una
fuerza emocional que los transforma en seguidores entusiastas e incluso
en figuras dirigentes; uno se siente bien con el grupo y hasta puede llegar
a actuar como líder-energético, esto es, como alguien que induce
sentimientos contagiosos en el grupo reunido (Collins, 2009: 150).
Ahora bien, los símbolos pueden ser variados, pero particularmente, en este
caso de las fiestas patronales, lo que llega a consagrarse como un objeto
222
209
sagrado durkheimiano está asociado a todo lo que representa tradicionalmente
a los afrodescendientes del Pacífico colombiano, no solo los elementos
relacionados con el santo o la santa patronal particular y a su devoción religiosa.
Es decir, aquí los símbolos que evocan y prolongan las emociones, nacidas de
las experiencias compartidas y de las interacciones rituales y que mantienen la
capacidad de invitar de nuevo al mismo grupo de personas, están en relación
con el conjunto de prácticas tradicionales que se concretan en la gastronomía,
en la música y en los cantos, en las danzas, en las imágenes de las santas y los
santos, en las representaciones de las balsadas en la piscina y en el anda o la
procesión que se realiza en el mismo espacio de la fiesta.
223
210
Yo voy y me como mi plato de Pusandao (Comida típica) y voy con
mi esposa. Vamos y nos encontramos con los amigos, aunque hay un
poco de gente que no me conoce, pero yo voy por encontrarme con los
paisanos…porque la fiesta es como cultural, lógico que sí, y tiene un
aporte que abarca los sentimientos del hombre: allí podemos detectar el
pensamiento y el sentimiento de un pueblo, porque están sus credos
políticos, culturales y religiosos (Entrevista No. 5, S. Angulo. Colonia de
Barbacoas, Nariño).
Y también:
224
211
Esos elementos de sentido y los sistemas de sentidos que son
retenidos quedan recortados en una forma apropiada para su transmisión
a las generaciones futuras. Ha habido especialistas dedicados a esta
función en todas las sociedades…Expertos particularmente entrenados
asumen la función censora, de canonización, de sistematización y
pedagogía (1997:37).
Por tanto, en este caso, se observa con claridad que se enaltece la cultura y las
identidades de los paisanos del Pacífico colombiano, en general, como pueblos
afrodescendientes, pero, en particular, todo lo que representa a su colonia, a sus
lugares de origen, a los municipios y a las veredas de donde proceden. Si bien
se identifican con la región del Pacífico, la referencia más importante está dada
con relación al lugar donde nacieron, esto es, a Guapi, a Timbiquí, al Naya, a
Buenaventura, etc. Así, es significativo lo narrado por uno de los entrevistados,
cuando dice que
225
212
Hay una cosa: nosotros tenemos un proyecto fundamental, los que
venimos de Buenaventura que es expandir nuestra cultura aquí en Cali y
eso lo definimos hace 16 años con la colonia…Y es que las colonias no
solamente hacen las fiestas patronales, pues es que nosotros tenemos
una cultura amplísima que tiene que ver con mitos y leyendas, con pintura,
con música, con todo lo que es cultura que se desarrolla en el Pacífico y
entonces, logramos que Cali, por un acuerdo municipal, o sea una política
pública, que reconociera todas las expresiones culturales del Pacífico
sur…y lo importante de eso es la visibilidad, es que a través de esa cultura
los caleños se dan cuenta que hay otros tipos de cultura…y, si se acepta
todo eso, podemos hacer de Cali una ciudad agradable, amigable y una
cultura respetuosa de las diferencias (Entrevista No.14, J. Cuevas.
Colonia de Buenaventura, Valle).
226
213
que a otros, ya que no en todos los participantes se establecen de igual modo.
Esto se observa en los participantes de los diferentes momentos del ritual de la
fiesta patronal por las distintas conexiones que establecen con los símbolos que
allí circulan.
227
214
ver el sentido de comunidad (Entrevista No. 4. Padre J.F. Colonia de
Timbiquí, Cauca).
228
215
de lo atemporal lo mismo que lo temporal y de los dos conjugados, es el
que hace que un escritor sea tradicional. Y es ese sentido el que al mismo
tiempo hace al escritor muy agudamente consciente de su posición en el
tiempo de su contemporaneidad. Ningún poeta, ningún artista de cualquier
arte, hace su sentido él solo. Su significancia, su apreciación es la
apreciación de su relación con los poetas y artistas muertos (Elliot,
1920:59 en Sevilla y Sevilla, 2013:31).
229
216
CONCLUSIONES
231
217
El objetivo central de este trabajo doctoral lo constituye el análisis y la
interpretación de los elementos que componen los rituales de interacción en las
fiestas patronales de las colonias de migrantes del Pacífico sur en la ciudad de
Cali. Concretamente, se ha perseguido conocer los sentidos que ellas
conforman, los procesos de interacción social y la naturaleza simbólica y
emocional que sustentan estas celebraciones sacro-profanas. De acuerdo con
esto, consideramos haber demostrado en esta tesis el cumplimiento de los
objetivos propuestos, según detallamos a continuación.
Ante todo, aquí se ha constatado que las fiestas patronales, objeto de nuestra
investigación, desde la interpretación sociológica efectuada, ha conducido a
explicar y comprender los sincretismos, los significados sociales, los sentidos y
los compromisos afectivos e ideológicos que en ellas se exponen. En este
sentido, estas fiestas representan una fuerte expresión de la cultura popular de
los pueblos y constituyen las manifestaciones más arraigadas y extendidas no
sólo en Colombia, sino en toda América Latina.
Por tanto, en las fiestas patronales que realizan las colonias en Cali, es
determinante el carácter sincrético que fusiona los dos sistemas de creencias
religiosas y que, además, expone un profundo sentido vinculante y emocional
con el entorno geográfico de donde provienen, es decir, con la costa Pacífica
colombiana. Ya que no se puede omitir que no sólo se trató de la conjunción de
las cosmovisiones y las creencias, sino también la importancia que cobra el
contexto y lo relacionado con el proceso de consolidación y de arraigo al
territorio.
233
218
No en balde, de esa alusión a los lugares originarios, resulta de su contexto
particular la referencia que se hace, a través de estas fiestas, a las cuencas
hidrográficas y a las características acuáticas de la región, pues durante su
realización se señala el componente religioso con las imágenes y la ceremonia
religiosa, pero en una relación permanente con el agua y la selva. Es decir, en
ellas aparece ese sentido de lugar acuático que subsiste en la cadena de
prácticas culturales que les identifican (los mitos, las leyendas, las formas de
habla, los cantos, la música, los espacios para las celebraciones, las prácticas
culturales, etc.). Y esto, en su conjunto, les ha permitido orientarse en términos
morales para reconstruir sus formas tradicionales y sus identidades colectivas.
234
219
Así pues, las celebraciones tradicionales a los santos patronos se manifiestan
bajo una diversidad de elementos que son modificados según el contexto en el
que son realizados. Y es que, dichas celebraciones están sujetas a una variedad
de condiciones y de factores asociados a la vida por fuera de sus territorios, a
las transformaciones e interpretaciones dadas por los procesos históricos y
globalizantes que viven estos grupos en la vida moderna. Igualmente, en el
contexto actual, esto acumula una mayor trascendencia cuando las
celebraciones cobran un particular interés por parte de las organizaciones
internacionales y de los Estados, por la inclusión en las políticas mundiales del
Patrimonio Inmaterial como un factor importante para el respeto de la diversidad
cultural. Pero, sobre todo, lo anterior se debe a que estas expresiones se
consideran necesarias para el desarrollo de los aspectos vinculados al turismo,
las industrias culturales y a la economía cultural.
235
220
En ese marco, las construcciones culturales, junto con sus ganancias
adaptativas a este contexto urbano, alcanzan unos elevados niveles de eficacia
para convocar a sus miembros y para visibilizar sus tradiciones y su accionar en
la ciudad. En este sentido, las fiestas patronales evidencian los procesos de
institucionalización de las prácticas, lo que representa un aporte en la
interiorización de algunos rasgos culturales, de la memoria y de la significación
para su colectividad en Cali, pero en particular para sus descendientes.
Por otro lado, es importante reconocer el éxito que se observa en las fiestas
patronales en Cali. Este es posible gracias a la eficacia de los simbolismos que
se despliegan en los dos momentos que las conforman (la parte religiosa y la
festiva) y en los que se vinculan emocionalmente y, de manera particular, sus
participantes. En tal sentido, las interacciones rituales que aparecen y componen
236
221
las fiestas son formas de comunicación y de simbolización, al tiempo que estas
generan diversos canales de naturaleza sensorial, emocional, coreográfica y
estética con los que se maximiza el carácter performativo de lo tradicional y que
conectan y vinculan exitosamente a la red de paisanos.
237
222
Así pues, con la participación y el encuentro en la fiesta patronal y bajo la excusa
de festejar la devoción religiosa, lo que se busca es asentar y rememorar esa
parte del pasado que es compartida por toda la red de paisanos. Y ello se
constituye como el elemento orientador de la identidad y de los sentidos que
tienen sus prácticas culturales en la ciudad.
238
223
No es gratuito que, las interacciones rituales estén mediadas,
fundamentalmente, por los recuerdos, las añoranzas y los significados
simbólicos y emocionales que intercambian con los paisanos. En esas
reuniones, tanto en la parte religiosa como en la festiva, el encuentro con los
amigos y los familiares se convierte en el foco de atención compartida donde los
niveles de efervescencia colectiva y de consonancia emocional transitan entre el
jolgorio, la alegría y la añoranza. Estas emociones se transforman en emociones
duraderas que les estimulan a participar una y otra vez en esa atmósfera de
sociabilidad, para mantener activas las redes de membresía y el sentimiento de
pertenencia. Además, esa experiencia repetida de los encuentros tiene como
efecto que el sentido de solidaridad grupal sea fuerte entre los miembros de las
colonias. Sin olvidar que ocurre porque se establece una conexión que no se
reduce solo a la asistencia a la celebración, sino que se intenta mantener activa
en el tiempo.
239
224
Es decir, que esa integración social es la que se refuerza a partir de los estados
de sobreexcitación colectiva y de ahí que se explique por qué esas fiestas
fortalecen los niveles de integración social y el sentido de comunidad. Así se
entiende que, existe una solidaridad social que procede de un cierto número de
estados de conciencia que son comunes a todos los miembros de la misma
sociedad. Esta conciencia, de rasgos compartidos, es la que sostiene la acción
colectiva de las poblaciones negras y, en particular, de las colonias,
fundamentando su acción y su convocatoria.
240
225
de realidad compartida. A su vez, se genera una Energía Emocional personal,
solidaridad grupal y sentimientos de membresía. Por todo esto, estos rituales se
pueden definir como exitosos y logrados en los que se altera la rutina y lo
cotidiano, pero, sobre todo, porque cada colonia se celebra y se redefine a partir,
no de lo celebrado, sino de las situaciones compartidas en las Cadenas de
Rituales de Interacción.
Para finalizar, entre las recomendaciones que se pueden señalar, a partir de este
trabajo de investigación, estaría la necesaria profundización en el estudio de lo
relacionado con la cultura de las poblaciones negras en los espacios urbanos
colombianos y latinoamericanos. Esa indagación ayudará a comprender lo que
representan esas formas culturales y cómo viven sus diferencias esas
poblaciones, así como entender la manera como dialogan sus tradiciones con
las formas modernas globalizantes.
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258
243
ANEXOS
Anexo I.
259
244
ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE IMÁGENES
260
245
Imagen 11. Federación de Colonias del Pacífico en Cali. Fuente. Secretaría de
Cultura de Cali, 2016...................................................................................... 135
Imagen 12. Ríos de la región del Pacifico colombiano. Fuente Motta (2005). 145
Imagen 13. Procesión de San Buenaventura, Municipio de Buenaventura.
Fuente: Diario El Espectador, mayo de 2016, Fotografía de Jorge Idárraga. 149
Imagen 14. Diapositiva expuesta en la fiesta patronal de San Buenaventura
Orquideorama. 2015. Fuente: Archivo de la Colonia de Buenaventura. ........ 151
Imagen 15. Balsadas en la fiesta patronal del municipio de Guapi, Cauca, / de
diciembre de 2012. Fuente: http://guapiesfolklor.blogspot.com...................... 153
Imagen 16. Invitación a la fiesta patronal de la colonia guapireña en Cali, 2016.
Fuente: Federación colombiana de colonias del Pacífico. ............................. 156
Imagen 17. Celebración patronal a la virgen de Atocha, Colonias de Barbacoas,
Nariño, 2017. Fuente: archivo de la autora. ................................................... 158
Imagen 18. Celebración patronal a la virgen de Atocha, Colonias de Barbacoas,
Nariño, 2017. Fuente: archivo de la autora. ................................................... 159
Imagen 19. La Anda a Santa Bárbara por la Colonia Timbiquireña en el Club
del Cali, diciembre de 2011. Fuente: Archivo de la autora. ............................ 160
Imagen 20. Celebración de la Colonia de Iscuande, Nariño, 2016. Fuente:
Federación Colombiana de colonias del Pacífico. .......................................... 162
Imagen 21. Celebración patronal del a Colonia de Roberto Payán en Cali, 2016.
Fuente: Federación colombiana de colonias del Pacífico. ............................. 162
Imagen 22. Fiesta patronal guapireña en el Hotel la Luna en Cali, 2017. Fuente:
archivo de la autora ........................................................................................ 164
Imagen 23. Música tradicional de Marimba y sus cantoras, Fiesta patronal
Timbiquireña, Club del Cali, 2011. Fuente: Archivo de la autora.................... 165
Imagen 24. Representación de la Balsada, fiesta patronal guapireña, 2011.
Fuente: Archivo de la autora .......................................................................... 166
Imagen 25. Representación de la Balsada, fiesta guapireña en el club
Tequendama, diciembre de 2016. Fuente: Archivo de la autora. ................... 166
Imagen 26. Músico tradicional en la celebración patronal del Naya, 2016.
Fuente: Archivo de la autora. ......................................................................... 167
Imagen 27. Celebración patronal de la colonia de Barbacoas, 2017. ............ 174
261
246
Imagen 28. Celebración patronal de la colonia del Naya, 2016. .................... 177
Imagen 29. Celebración patronal de la colonia de Barbacoas, 2017. ............ 187
Imagen 30. Conjunto musical tradicional en la celebración patronal de la colonia
de Timbiquí, 2016. Fuente: Archivo de la autora. ........................................... 192
Imagen 31. Grupo de música tradicional con los trajes representativos en la
celebración patronal de la colonia de Guapi, 2016. Fuente: Archivo de la autora
....................................................................................................................... 193
262
247