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2018

CONTRATOS PARTE GENERAL


UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

TEMA

CATEDRA: CONTRATOS

CATEDRÁTICO: Abg. ANTHONY ENRÍQUEZ OCHOA

INTEGRANTES:

 CARHUAPOMA CONDORI, Sonia Graciela


 CERVANTES CURO, Edith

CICLO: VII

HUANCAVELICA – PERÚ

2018

2
Contenido
INTRODUCCION ..................................................................................... 4

LA OFERTA ............................................................................................. 5

1. CONCEPTO ........................................................................................ 5

2. REQUISITOS DE LA OFERTA ............................................................ 6

2.1. Que sea completa ........................................................................ 6

2.2. Que contenga la intención de contratar......................................... 7

2.3. Que sea conocida por el destinatario ............................................ 8

3. FORMA DE LA OFERTA ..................................................................... 8

4. NATURALEZA JURIDICA .................................................................... 9

4.1. Posiciones en favor de que es acto jurídico ................................. 9

4.2. Opciones respecto a que no es un acto jurídico ......................... 10

5. CARACTER RECIPTICIO DE LA OFERTA ....................................... 12

6. MOMENTO DE EFICACIA DE LA OFERTA ...................................... 13

7. OFERTA CON TERMINO OFICIAL ................................................... 14

8. OFERTA CONDICIONADA ............................................................... 14

9. MANIFESTACION DE LA OFERTA................................................... 16

10. OFERTA CON PLURALIDAD SUBJETIVA ..................................... 18

11. CESIÓN DE LA OFERTA ................................................................ 19

12. OFERTA SIN COMPROMISO ......................................................... 19

CONCLUSION ....................................................................................... 21

Bibliografía ............................................................................................. 23

3
INTRODUCCION

En el presente trabajo desarrollaremos, que es la oferta,


requisitos de la oferta, forma de la oferta, naturaleza jurídica de la
oferta, carácter recepticio de la oferta, momento de eficacia de la
oferta, oferta con termino oficial, oferta condicionada, manifestación de
la oferta, oferta con pluralidad subjetiva, cesión de la oferta, oferta sin
compromiso. En lo concreto, este trabajo contemplará la normativa
legal, una contextualización con nuestra carrera en el ámbito civil, para
finalmente entender esta figura jurídica con respecto a los contratos.
con el propósito de entregar información que permita adquirir un
conocimiento básico hacia los estudiantes.

Asimismo, entenderemos que el consentimiento debe


manifestarse por ofertas o propuestas de una de las partes y aceptarse
por la otra. Oferta es una proposición unilateral que una persona dirige a
otra para celebrar un contrato. No es un acto preparatorio del contrato,
sino una de las declaraciones contractuales.

Así, pues sólo hay oferta cuando el contrato puede quedar


cerrado con la sola aceptación de la otra parte, sin necesidad de una
nueva manifestación de la que hizo la primera proposición.

Puede darse entre presentes y entre ausentes; entre ausentes


pueden ser por cartas, telegramas, representantes o mensajeros. Un
detalle de suma importancia es la localización del lugar en que se
celebra el contrato, por cuando de dicha circunstancia se ha de saber si
es válido o no, atendiendo a la legislación que determina la capacidad de
los contratantes.

4
LA OFERTA

1. CONCEPTO

Algunos autores sostienen que las expresiones "oferta" y


"propuesta" son sinónimos. Los OSPINA1 señalan que la doctrina
tiende a reservar la denominación de oferta a la propuesta a personas
determinadas y a la "policitación" a la que se dirige al público en
general (OSPINA FERNÁNDEZ, 1980).

SANCHEZ URITE2 encuentra el origen del concepto moderno de


oferta en el Instituto Romano llamado "policitación". Según él
(SÁNCHEZ URITE, 1975), la policitación era en Roma una promesa u
oferta no aceptada, que solo tenía fuerza vinculante cuando se hacía
por un honor o en favor del Estado o de una ciudad, diferenciándose
del voto, que era la promesa hecha a Dios con un objeto religioso o de
piedra.

La evolución del Derecho aceptó esta identificación entre la


oferta y la policitación, tan es así que algunos autores modernos3 se
refieren indistintamente a uno y a otro, posición que es compartida por
algunos autores españoles4. LAURET, en cambio, no admite este
sinónimo, pues considera que oferta es la policitación que no ha sido
aceptada, denominándose oferta propiamente dicha a la que, por el
hecho de haber sido aceptada, da lugar a la formación del contrato.

Dada esta diversidad de conceptos, para una mejor comprensión


concluiremos denominando que:

 Policitación. - Ofrecimiento hecho al público en general.

1 OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo; Teoría

General de los Actos o Negocios Jurídicos.


2 LA OFERTA DEL CONTRATO, Abeldo Perrot, Buenos Aires - 1975.
3 MAZEAUD, HENRI, LEON Y JEAN. LECCIONES DE DERECHO CIVIL

Ediciones Jurídicas Europa-América Buenos Aires 1960 parte II tomo I.


4 DIEGO FELIPE CLEMENTE Instituciones de Derecho Civil Español, Artes

Gráficas Julio San Martín. Madrid 1951, Tomo III.

5
 Propuesta.- Ofrecimiento hecho a determinadas personas
que no han llegado a conocimiento del destinatario y que, por
ello, no tiene fuerza vinculante.
 Oferta.- Ofrecimiento hecho a persona determinada, que si
obliga al ofertante.

Esta base de diferenciación lo realiza POTHIER, en términos de


puro Derecho natural, la policitación no produce obligación alguna, por
lo cual si en términos del Derecho peruano la Oferta si obliga al
ofertante, cabe hacer la distinción entre "policitación" (que no obliga) y
oferta (que si obliga) (JOSEPH, 1947).

2. REQUISITOS DE LA OFERTA

Según la doctrina los requisitos exigidos para su valides son los


siguientes.

2.1. Que sea completa

Significa que debe ser "autosuficiente", es decir, que debe


contener todos los elementos del contrato propuesto, de tal manera
permita que mediante la simple aceptación del destinatario se forme el
contrato. Ya que según el artículo 1359 la oferta debe contener todas
las estipulaciones respecto de las cuales las partes deben ponerse de
acuerdo. Artículo 1359.- No hay contrato mientras las partes no estén
conformes sobre todas sus estipulaciones(...)

Tratándose de contratos típicos legales el acuerdo sobre los


elementos esenciales significa, la conformidad sobre todas las
estipulaciones (esenciales y secundarias) que menciona el artículo
1359. Mientras que en las ofertas relativas estos contratos basta, que
se consignen los elementos esenciales de ellos. Mientras que, para los
contratos típicos sociales y contratos atípicos, la oferta debe contener
todos los elementos (esenciales y secundarias) que permiten llegar a
un acuerdo total de voluntades.

6
La exigencia de que la oferta sea completa no excluye la
posibilidad de que el oferente deje la determinación de alguno de los
elementos del contrato al arbitrio del destinatario o de un tercero (LUIS,
1979)5.

Ejemplo. El oferente puede plantear la celebración de un


contrato de compraventa sobre un numero interinado de
unidades a un determinado precio por unidad, dejando al
destinatario "determinar" el número de unidades. En este
caso el contrato se formará con la aceptación que indique
el número de unidades.

2.2. Que contenga la intención de contratar

Este requisito, implica la intención del oferente de celebrar el


contrato propuesto, es decir que, el oferente no se limita a formular una
declaración de voluntad, sino que, producida la aceptación, el contrato
quedara concluido.

En la práctica es difícil establecer si el elemento "intencional"


existe o no, por se trata de una disposición de ánimo que escapa de
cualquier comprobación directa, de tal manera habrá que recurrir a
indicios y presunciones6. Por lo cual, si se cumple el requisito indicado
en el punto anterior que precede, ósea que la oferta es completa,
puede presumirse que existe la intención del oferente de formar el
contrato a base de tal oferta. Sin embargo, CARRARA sostiene que tal
presunción desaparece si la falta del elemento intencional se manifiesta
por el modo como el proyecto es presentado, por la naturaleza misma
del proyecto o por las reservas formuladas por el declarante.

La intencionalidad de contratar determina que no sean


consideradas ofertas válidas las declaraciones hechas por jactancia,
hechas con fines didácticas o propósitos de diversión; las que llevan

5 DIEZ PICASO LUIS, Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, Editorial


Tecnos S.A Madrid 1979 Tomo I.
6 GARRARA GIOVANI Las formazione dei Contratti.

7
consigo la cláusula "sin compromiso" o las comunicaciones meramente
informativas7.

2.3. Que sea conocida por el destinatario

Sabiendo que la oferta llega a conocimiento del destinatario, la


declaración que no cumpla este requisito será una propuesta sin efecto
vinculante. Tampoco será oferta la declaración que llegue a
conocimiento de una persona distinta al destinatario, a no ser que se
trate de su representante pasivo. Que contenga la determinación del
ofertante.

Es necesario que el destinatario de la oferta sepa con quien va a


contratar, por lo cual es indispensable que el oferente se identifique,
para que el destinatario comunique de manera precisa si aceptación.

3. FORMA DE LA OFERTA

Cuando se trate de contratos solemnes, la oferta deberá


observar la forma exigida por tales contratos. Según ARIAS
SCHREIBER en los contratos solemnes tanto la oferta como la
aceptación podrán revestir cualquier forma, pero el contrato no se
entenderá concluido, sino a partir del que se cumpla la solemnidad
exigida por la ley o impuesta por las partes. Este planteamiento
significa que en los contratos solemnes el consentimiento puede
formarse separadamente de la solemnidad.

La solemnidad tiene por finalidad calificar el consentimiento,


para que tenga valor, debe presentarse a través de la solemnidad. En
otras palabras, en el contrato solemne las declaraciones contractuales
de oferta y de aceptación, deben observar la solemnidad requerida

7 GARRIES JOAQUÍN, Op. Cit. Tomo II.

8
desde que, la aceptación de la oferta da lugar a la formación del
contrato, lo cual no puede ocurrir si no se observa la solemnidad.

En efecto, como establece el artículo 1352 del código civil, uno


de los objetos de la solemnidad, es que el consentimiento sea mediato,
a fin de que el contrato se concluya de manera apresurada, se trata de
que el "consentimiento sea forma al manifestarse mediante la
solemnidad. En tal virtud en los contratos solemnes tanto la oferta
como la aceptación deben revestir la solemnidad exigida para el
contrato.

La declaración de voluntad que no reúna los requisitos


anteriormente relacionados no debe ser considerada como una oferta
contractual, sino únicamente quedará en el campo de las tratativas.

4. NATURALEZA JURIDICA

Se han adoptado dos posiciones, en uno u otro sentido.


Sosteniendo la primera posición como acto jurídico y la segunda
mantiene que no es un acto jurídico.

4.1. Posiciones en favor de que es acto jurídico

En opinión de CARRARA la oferta contractual es un negocio


jurídico. El autor Carrara para llegar a tal conclusión es que las
declaraciones de voluntad son de dos clases:

1. Los negocios jurídicos, que son aquellas declaraciones de


voluntad a las que el ordenamiento jurídico les reconoce
efectos jurídicos.
2. Las declaraciones de voluntad en sentido estricto, que son
aquellas que tienden a tener efectos jurídicos, pero que no
los tienen por si solas.

A esto agrega, el autor, que la oferta es una declaración de


voluntad que tiene un efecto jurídico de quedar obligado el proponente

9
a no hacer acto alguno que haga imposible la ejecución de la relación
que surgirá cunado la otra parte haya aceptado la oferta, por lo cual es
un negocio jurídico.

En similar línea de pensamiento se encuentra (ALFREDO,


1966)8, quien considera que la oferta, cuando es obligatoria, puede
constituir un negocio jurídico autónomo, porque es causa de la
obligación de mantenerla; LOPEZ DE ZAVALIA9, otorga a la oferta el
carácter de acto o negocio jurídico por ser un acto voluntario, licito que
tiene un fin jurídico inmediato: "acordar el destinatario dentro de los
límites marcados, la potestad de concluir un contrato en virtud de la
aceptación (Fernando, 1971); SCHMIDT, para quien la oferta es un
acto jurídico unilateral en el sentido que es el producto de la sola
voluntad del oferente y no de in acuerdo entre el oferente y un tercero.

Mientras que BIANCA, considera que la oferta y la aceptación


aparte de ser manifestaciones de consentimiento dirigidas a integrarse
y perfeccionarse en el acuerdo, tienen también una relevancia
autónoma en relación a los efectos inmediatamente producidos. En
particular, la oferta es un acto que confiere al destinatario el poder de
perfeccionar una determinada fattispecie contractual; y la aceptación es
el ejercicio de tal poder. En cuanto atribuida del poder de aceptación, la
oferta es un negocio jurídico unilateral que produce un propio efecto
preliminar, y que tiene también una distinta disciplina jurídica y un
distinto contenido, vuelto a regular el poder de la aceptación.

4.2. Opciones respecto a que no es un acto jurídico

FERREYRA (A., 1978.)10cree fijamente que la oferta de contrato


no reúne las calidades del acto jurídico; porque si bien es cierto que
tiene por fin inmediato alguna adquisición, modificación o extinción de
derechos, sucede que no lo consigue por sí misma; MIRABELLI, opina

8 ROCCO ALFREDO, PRINCIPIOS DEL DERECHO MERCANTIL.


9 LOPEZ DE ZAVALÍA Fernando TEORIA DE LOS CONTRATOS, Buenos
Aires 1971.
10 FERREYRA EDGAR A. Principales Efectos de la Contratación Civil.

10
que la oferta y la aceptación no son negocios jurídico, pues negocio es
el contrato a que ambas dan lugar; como porciones de un negocio,
llegan a comprometer en el momento en que el negocio queda
"concluido"; antes de este momento , siendo actos jurídicos( seguí la
teoría del negocio jurídico) producen solamente efectos previstos por
ley. Para el autor ZAGO11 la oferta no es un negocio jurídico, sino un
acto unilateral que tiene por fin lograr el asentimiento de la persona a
que a sido destinada a efectos de hacer surgir el contrato (JORGE,
1981).

Otro autor que sostiene esta posición es MISSINEO12 quién


inicialmente en el año 1944 opino que la oferta contractual no es un
"negocio" (o acto) jurídico unilateral, sino una "declaración unilateral de
voluntad", lo cual, sólo si va seguida por una aceptación expresa o
tácita, da lugar a la formación de aquel negocio jurídico bilateral que es
el contrato. Posteriormente en el año 1968 el mismo autor afina su
pensamiento diciendo que oferta y aceptación son presentadas como
actos prenegociales; en el sentido que la oferta y la aceptación no son
negocios unilaterales, sino solamente declaraciones unilaterales de
voluntad, que forman fragmentos de un eventual negocio, porque la
una sin la otra no pueden producir ninguno de los efectos que son
propios del contrato.

De ambas posiciones la más acertada es esta última ya que la


oferta contractual es una declaración de voluntad mediante la cual el
declarante propone al destinatario la celebración de un determinado
contrato, la finalidad de esta declaración es que mediante la aceptación
de la oferta se celebre el proyectado contrato. Si la oferta contractual
mantiene esta finalidad de hacer posible esta celebración del contrato,
tal finalidad queda frustrada si la oferta no es aceptada. En tal caso la
oferta es ineficaz, no es apta para producir efecto jurídico alguno, lo
que determina que no puede ser considerada como un acto jurídico,

11ZAGO JORGE A. El Consentimiento en los Contratos y la Teoría de la


Lesión, Editorial Universidad Buenos Aires 1981
12 MISSENEO FRANCESCO, Doctrina General Del Contrato.

11
cuya esencia es precisamente, ser apto para producir los efectos
jurídicos buscados por el sujeto.

5. CARACTER RECIPTICIO DE LA OFERTA

En la doctrina se discute si la oferta de contrato posee esta


característica de recepticio.

Entiendo que la declaración tiene carácter recepticio cuando se


dirige a una persona determinada13. THUR sostiene que la mayoría de
las declaraciones de voluntad, sobre todo las que se dan en el campo
de las obligaciones, han de dirigirse, para surtir efectos, a una
determinada persona, por lo que reciben el nombre de recepticio,
agregando que carácter recepticio tiene, muy en primer término la
oferta.

Sin embargo, CARBONNIER considera refiriéndose


expresamente a la oferta, que es una manifestación de voluntad
dirigida a otra persona, pero no necesariamente a personas
determinadas. Por su parte GARRIGUES se pregunta si la oferta debe
ir a la persona con quien se quiere contratar y responde que, en el
tráfico mercantil, hay ofertas peculiares que no van dirigidas a
determinadas personas, sino al público en general. Por el cual el tema
es sumamente debatible, ya que si el contrato se perfecciona cuando la
aceptación llega a conocimiento del oferente, bastaría que, si la oferta
no estuviese dirigida a determinada persona, existiera aceptación
cuando ella es formulada por cualquier persona. Sin embargo, la
solución está en que la oferta debe contener absolutamente todos los
elementos del contrato propuesto, por lo cual entre estos elementos
debe encontrarse necesariamente la designación del destinatario.

Conjugando todas estas ideas, la solución más aconsejable es


que la oferta sea naturalmente recepticio, salvo manifestación expresa

13 VALENCIA ZEA ARTURO, DERECHO CIVIL, Editorial Temis, Bogotá 1974.

12
en contrario, ella debe dirigirse para tener validez, a un destinatario
determinado. Solo en el caso del segundo párrafo del artículo 1388 del
Código Civil, el oferente, renunciando a la protección de no quedar
obligado a contratar, sino con la persona que desea hacerlo, declare
inequívocamente que su oferta es obligatoria frente a cualquier
persona, o sea que no es recepticio, la aceptación de su oferta, sea
quien fuere el aceptante dará lugar a o formación del contrato.

6. MOMENTO DE EFICACIA DE LA OFERTA

Dado que la oferta es una declaración de carácter recepticio que


está destinada a ser conocida por el destinatario, la oferta solo es
eficaz, esto es, produce el efecto que le es propio, que está constituido
por proponer al destinatario ña celebración de un contrato, en el
momento que es conocida por el destinatario.

Antes que esto se produzca, la declaración de voluntad del


oferente tendrá la calidad de propuesta, que no es obligatoria para el
proponente, pero no de oferta.

Esto explica porque, no obstante que el artículo 1382 del código


civil establece que la oferta obliga al oferente, el inciso 3 del artículo
1385 del mismo código permite al oferente la retractación de su
declaración de voluntad si tal retractación llega al conocimiento del
destinatario antes que lo haga la declaración de voluntad
conjuntamente con ella.

Entiendo que para estos efectos rige la regla contenida en el


artículo 1374 del código civil, ósea que la retractación se reputa
conocida por el destinatario en el momento en que llega a la dirección
de este, salvo que se pruebe que el destinatario encontraba, sin su
culpa, en la imposibilidad de conocerla.

13
7. OFERTA CON TERMINO OFICIAL

Se discute si el oferente puede establecer en su oferta que esta


no puede ser aceptada antes de determinada fecha. La discusión no
versa tanto sobre la validez de la estipulación, que la opinión general
justifica en el principio de la autonomía privada, si no sobre si es
posible que el destinatario acepte antes de vencerse el plazo
suspensivo inicial, de tal manera que el contrato se forme
automáticamente en el momento de dicho vencimiento.

Se pregunta si el oferente puede rechazar la aceptación,


invitando al aceptante a que respete el tiempo debido.

MICCIO (RENATO) se siente perplejo para responder


afirmativamente, porque le parece que se pone en discusión la propia
razón de ser de la oferte que consiste en un planteamiento formal
hecho a otra persona sobre si está dispuesta a concluir un determinado
contrato. Es evidente, dice, que se trataría de un planteamiento al cual,
por cierto, tiempo, no se le puede dar respuesta, por lo cual no sería,
en realidad un planteamiento.

Pienso que, si la naturaleza del plazo suspensivo inicial es que


la declaración no produzca efecto durante dicho plazo, esto es que se
sea ineficaz, mal podría el destinatario aceptar una oferta que no
produce aun los efectos de tal.

8. OFERTA CONDICIONADA

Se trata de un problema muy parecido al anterior. Supóngase


que se formula una oferta que está sujeta a la condición suspensiva de
que se produzca determinado evento futuro e incierto.14

14 Puente Y La Valle, Manuel De La, Estudios Sobre El Contrato Privado,


Cultural Cuzco S.A Lima 1983, T. I P.175

14
Considero que la solución es la misma, ósea que dicha oferta no
produce efecto alguno, no se está proponiendo nada al destinatario
hasta que se cumpla la condición.

Me pregunto ¿Cómo podría el destinatario aceptar algo que aún


no se le ha planteado? La respuesta debe ser necesariamente un
procedimiento, en el cual, para obtener el resultado final, es necesario
que la oferta proceda a la aceptación.

Podría objetarse que si la oferta no es un acto jurídico no podría


estar sujeta a condición, desde que este es una modalidad privativa de
los actos jurídicos.

Pienso que si bien es cierto que la condición y el plazo (el cargo


tiene características distintas que justifican un tratamiento especial) son
modalidades que nuestro código civil y la doctrina en general atribuyen
a los actos jurídicos, se trata, en realidad, de requisitos de eficacia de
una declaración de voluntad susceptible de producir efectos jurídicos.

En efecto, mediante la condición y el plazo suspensivos se


difiere la eficacia de la declaración de voluntad que constituye el acto
jurídico hasta que se cumple la condición o se cumple el plazo.
Consecuentemente no hay inconveniente conceptual para que
cualquier declaración de voluntad, aun aquellas que sin producir
directamente efectos jurídicos preparan la vía a otras declaraciones de
voluntad en sentido estricto, sean privadas temporalmente de eficacia.
Esto determinara que las declaraciones de voluntad en sentido estricto
no sean aptas, durante la vigencia de la condición y los plazos
suspensivos, para preparar el camino a las otras declaraciones que van
a tener efectos jurídicos.

Así, si una oferta que como se ha visto es una declaración de


voluntad en sentido estricto, queda sujeta a una condición suspensiva,
durante la vigencia de la condición, por carecer de eficacia, no puede
dar lugar a que, mediante su inmediata aceptación, se forme
posteriormente el contrato respectivo al momento de cumplirse la
condición. La aceptación deberá formularse cuando se eficaz, o sea,

15
después de cumplida la condición, a fin que se respete la secuencia
que debe existir entre oferta y aceptación.

9. MANIFESTACION DE LA OFERTA

La doctrina más generalizada es que la oferta puede ser


manifestada en forma expresa o en forma tácita.

Coincide en ello con lo dispuesto con el artículo 141 del código


civil, según el cual la manifestación de voluntad puede ser expresa o
tácita. Es expresa cuando se formula oralmente, por escrito o por
cualquier u otro medio directo. Es tacita, cuando la voluntad se infiere
indubitablemente de una actitud o circunstancia de comportamiento
que revelan su existencia15.

Existe una orientación moderna en el sentido de sustituir la


clásica distinción entre manifestación expresa y tacita, por la
manifestación directa e indirecta (SALVAT, 1954), tomándose en
consideración el fin inmediato perseguido con la declaración.16 SACO
(RODOLFO) piensa que desgraciadamente los esfuerzos de la doctrina
para mejorar la terminología han producido el desconfortante resultado
de destruir toda uniformidad del lenguaje de la escuela y de la práctica.

Según SALVAC, la manifestación directa es aquella destinada a


hacer conocer al destinatario, de manera precisa e inmediata, lo que el
declarante entiende expresar.

Manifestación indirecta, en cambio, “es la que se exterioriza


mediante actos que, si en realidad no tienen por fin directo e inmediato
expresar la voluntad, son incompatibles, por la contradicción que
significan, con una voluntad diversa”

15 Ferri, Luigi, Op. Cit. T.I, p.193


16 Gomes, refiriéndose a esta distinción, dice lo siguiente: “en los contratos, la
declaración de voluntad, puede ser tacita, cuando la ley no le exige expresa. Lo que
las distingue es la forma de expresión. Entre tanto la doctrina vacila entre dos criterios
distintos.”

16
Siendo la oferta una manifestación de voluntad, deberían serle
aplicables ambas maneras de hacerla efectiva, o sea que cabría oferta
expresa o directa y oferta tacita o indirecta. Así lo entiende la mayoría
de la doctrina que trata del tema.

Sin embargo, MESSINEO (MESSINEO) considera que la oferta


es siempre expresa, pues a diferencia de la aceptación que puede
también ser manifestada mediante un comportamiento concluyente, la
oferta, debiendo tener necesariamente un contenido suficiente
determinado, no puede ser formulada, sino en términos de declaración
ad hoc.17

Como declaraciones ad hoc MESSINEO las hechas por escrito,


verbalmente y también mediante acto considerado no negocial (por
ejemplo, exposición en vitrina, o en una feria, de un objeto que se
ofrece para la venta).

No deja de tener razón este autor, pues las manifestaciones


tacitas o indirectas de voluntad, constituida de la mayoría de las veces
por actitudes o comportamientos, no son idóneas, en principio, para
transmitir todos los términos y elementos del contrato, se tienen
necesariamente que estar comprometidos en la oferta. Por otro lado, si
el aceptante debe hacer suyos e incorporar a su aceptación todos los
extremos de la oferta, resulta difícil realizar esta incorporación infiriendo
(que es una operación mental de deducción hecha a criterio del
aceptante) cuales son estos extremos. Estas razones me llevan a
pensar que es conveniente, en principio, que la oferta deba estar
contenida en una manifestación expresa o directa de voluntad.

Sin embargo, si todos los extremos del contrato han sido


previamente determinados de manera expresa o directa y solo falta que
el oferente manifieste su intención de celebrar el contrato a base de
tales elementos, considero que esta manifestación puede ser tacita o
indirecta, pues la intención si puede ser inferida indubitablemente de
actitudes o de circunstancias de comportamiento.

17 MESSINEO, FRANCESCO . OP. CIT.T.I p.309

17
10. OFERTA CON PLURALIDAD SUBJETIVA

Puede ocurrir que una persona ofrezca a varios destinatarios la


celebración de un mismo contrato o que varias personas ofrezcan a un
solo destinatario la celebración de un mismo contrato.

En el primer caso, la solución depende de la manera como se


planteen las ofertas. Si cada una se refiere a la celebración de un
contrato singular bilateral entre el oferente y cada uno de los
destinatarios, cualquiera de estos podrá aceptar la oferta que se le ha
hecho, siempre que los respectivos contratos puedan celebrarse
separadamente; si esto no fuera posible y constare de los términos de
la oferta que se trata de un contrato único, entendiendo que solo valdrá
aceptación que primeramente llegue a conocimiento del oferente. Si se
trata de un solo contrato plurisubjetivo bilateral, entre oferente,
formando una parte, y todos los destinatarios, formando la otra, cada
uno de los destinatarios debe aceptar la respectiva oferta que se le ha
hecho.

En el segundo caso también es necesario examinar las


maneras como han sido formuladas las formuladas las ofertas. Si cada
una se refiere a la celebración de un contrato singular bilateral entre
cada uno de los oferentes y el destinatario, este podrá aceptar la oferta
que prefiera o, tratándose de contratos que pueden celebrarse
paralelamente, las ofertas que desee. Si las ofertas se refieren a la
celebrarse paralelamente, las ofertas que desee. Si las ofertas se
refieren a la celebración de un contrato plurisubjetivo bilateral todos los
oferentes, formando una sola parte, y el destinatario, formando la otra,
todas las ofertas deben ser aceptadas.

18
11. CESIÓN DE LA OFERTA

Existe duda respecto a si es posible que el destinatario ceda a


un tercero la oferta que ha recibido.

MICCIO (MISSIO) considera que el destinatario no puede ceder


la oferta, sin la autorización del oferente, dada la personalidad de la
relación jurídica que el contrato va a crear. Reconoce que algunos
autores aceptan la posibilidad de la cesión cuando está condicionada al
mantenimiento de la responsabilidad del destinatario frente al oferente
por los riesgos derivantes de la quiebra o de la incapacidad
sobreviniente del cesionario.

SACCO (SACCO) opina que la regla general de la incesibilidad


de la oferta tiene sentido solo en cuanto dicha regla corre simétrica a la
incesibilidad del contrato. Argumenta que, si el contrato es
excepcionalmente cedible, también es cedible la oferta. Agrega que, al
respecto, es necesario distinguir entre la oferta emitida intuiti personae
y la oferta estandarizada, pues es evidente que, en el primer caso, la
oferta no es cedible porque no sería cedible el contrato derivante de la
oferta misma.

Dado que en nuestro ordenamiento jurídico está permitida la


cesión de la opción por el optante y la cesión de posición contractual,
pero que en ambos casos se requiere la conformidad del concedente,
en uno, y del cedido, en el otro, pienso que solo podría admitirse la
cesión de la oferta en caso que lo autorice el oferente.

12. OFERTA SIN COMPROMISO

Son aquellas en las cuales el oferente deja constancia que no se


considera ligado en caso que el destinatario decida aceptar la oferta.

No debe confundirse la oferta “sin compromiso” con la oferta


revocable, pues en el caso de esta la revocación solo cabe antes que

19
sea aceptada la oferta, mientras que aquella significa que habiendo
sido aceptada una oferta mientras se encontraba vigente, la aceptación
no da necesariamente lugar a la formación del contrato, pues el
oferente puede desconocer a posteriori valor a su oferta.

Pese al repudio de la doctrina a otorgar carácter de verdadera


oferta a este tipo de declaración, por considerar que desnaturaliza la
oferta, cuyo rol precisamente es dar lugar a la formación del contrato
cuando es aceptada por el destinatario, lo cierto es que la realidad de
la vida pone de manifiesto que este tipo de declaración se usa cada
vez mayor frecuencia.

Me parece que ni aun las necesidades del trafico pueden


justificar que el concurso de la oferta y la aceptación solamente vincule
al aceptante. (PUIG BRUTAU, 1954)

20
CONCLUSION

Los términos oferta, propuesta y policitación según algunos


autores son sinónimos, sin embargo la evolución del Derecho aceptó la
identificación entre la oferta y la policitación, siendo así que algunos
autores modernos se refieren indistintamente a uno y a otro, LAURET,
en cambio, no admite esta sinonimia, pues considera que oferta es la
policitación que no ha sido aceptada, denominando oferta propiamente
dicha a la que, por el hecho de haber sido aceptada, da lugar a la
formación del contrato.

Por la diversidad de conceptos, para una mejor comprensión


concluiremos denominando que:

 Policitación. - Ofrecimiento hecho al público en general.


 Propuesta. - Ofrecimiento hecho a determinadas personas
que no han llegado a conocimiento del destinatario y que,
por ello, no tiene fuerza vinculante.
 Oferta. - Ofrecimiento hecho a persona determinada, que si
obliga al ofertante.

La oferta exige tres requisitos para su validez los cuales son: 1)


que se completa, significa que debe ser autosuficiente; 2) Que
contenga la intensión de Contratar, implica que el oferente tenga
intención de celebrar el contrato propuesto; y 3) Que sea conocida por
el destinatario, es necesario que el destinatario de la oferta sepa con
quien va contrata.

La oferta deberá observar la forma exigida por los contratos, y


siendo el caso de ser contratos solemnes regirse a la forma de
solemnidad exigida por ley.

La naturaleza jurídica de la oferta tiene dos posiciones ya que


hay quienes sostienen que la oferta es un acto jurídico y otros están en

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contra de ello, ya que la oferta contractual es una declaración de
voluntad mediante la cual el declarante propone al destinatario la
celebración de un determinado contrato, y esta posición es la más
acertada ya que la oferta es acto pre contractual. Y ya que por sí sola
no genera efectos, pues un acto o negocio jurídico es aquel que genera
efectos jurídicos como modificar, regular o extinguir.

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BIBLIOGRAFÍA

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