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FASE 2
Grupo: 102059_91
10 de julio de 2018
Según Diplock et al., (1999), un alimento funcional es aquel que, más allá de su valor nutricional
habitual, ha demostrado satisfactoriamente tener un efecto beneficioso sobre una o más funciones
específicas en el organismo en una forma que resulta relevante para mejorar el estado de salud y
bienestar y/o para la reducción de riesgo de enfermedad.
De acuerdo a (Colmenero, 2016), un alimento funcional puede ser un alimento natural o
transformado en los que mediante procedimientos tecnológicos o biotecnológicos se han
producido alguna de las siguientes modificaciones:
1. Eliminación/reducción de algún componente con efectos fisiológicos negativos
2. Aumento de la concentración de algún componente naturalmente presente (nutriente o no)
hasta unos niveles que produzcan efectos beneficiosos
3. Incorporación de un componente potencialmente beneficioso (macro o micronutriente) que no
se encuentre naturalmente presente en el alimento
4. Sustitución de algún componente con efectos fisiológicos negativos por otro con efecto
fisiológicos beneficiosos
5. Modificación de la naturaleza o biodisponibilidad de uno o más componentes encaminados a
producir efectos beneficiosos.
Lo expuesto por (Sabate y Ang, 2009), el consumo de nueces, se ha visto asociado con la
disminución de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. La nuez macadamia, está
compuesta principalmente por ácidos grasos Monoinsaturados (40-60%) y saturados (7%), fibra,
potasio, magnesio, cobre, vitamina E y arginina (Nash y Westpfal, 2005).
El perfil de los componentes nutricionales de las nueces, y sobre todo, su contenido en ácidos
graso poliinsaturados y de ácidos grasos monoinsaturados, cuyo consumo se ha asociado con la
disminución de los marcadores bioquímicos (lipoproteínas, glucosa), la presión arterial y el
riesgo cardiovascular, hacen de su consumo un ingrediente ideal para lo que se puede considerar
una alimentación saludable (Rodríguez-Villar et al., 2004).
En estudios prospectivos se ha observado una disminución en la incidencia de infartos en los
sujetos con mayor consumo de nueces. Fraser et al., (1992), describieron que el consumo de
nueces era un factor de protección de enfermedades cardiovasculares.
Varios estudios aleatorizados han descrito a corto plazo, con las dietas ricas en nueces y semillas,
una reducción de la presión arterial, el colesterol, las lipoproteínas de baja densidad LDL, la
hemoglobina glicosilada, la insulina y la glucosa (Hermansen et al., 2001).
Objetivo del proyecto:
General:
Elaborar un producto cárnico funcional basado en un salchichón tipo cervecero con nuez
macadamia y licopeno como una alternativa industrial y saludable al consumidor.
Específicos:
Desarrollar una línea de producto cárnico funcional que supla las necesidades de los
consumidores con problemas cardiovasculares y del público en general.
Colmenero F. 2016. Productos cárnicos funcionales: Preparados con Nuez. Instituto del Frío
(CSIC). Ciudad universitaria. 28040 Madrid. Begoña Olmedilla. Recuperado de
file:///C:/Users/USER/Documents/carnicos%20funcionales.pdf
Diplock, A. T., Agget, P. J., Ashwell, M., Bornet, F., Fern, E. B. y Roberfroid, M. B. (1999).
Scientific concepts of functional foods in Europe: Consensus Document. British J. Nutr. 81
(S1): S1-S27
Fraser GE, Sabate J, Beeson WL, Strahan TM. A possible protective effect of nut
consumption on risk of coronary heart disease. The adeventist health study. Arch Intern Med
1992; 152 (7): 1416-24
Nash SD, Westpfal. Cardiovascular Benefits of Nuts. Am J Cardiol 2005; 95: 963-65.
Norma Técnica Colombiana NTC 1325. 2008. Industrias Alimentarias. Productos Cárnicos
Procesados no Enlatados. Recuperado de https://es.scribd.com/doc/154359843/NTC-1325
Sabate J, Ang Y. Nuts and health outcomes: new epidemiologic evidence. Am J Clin Nutr
2009; 89: 1643S-8S.