Sei sulla pagina 1di 2

El Dr.

José Manuel Guerrero en su libro “El Laberinto de los 3 Minotauros”


maneja su propio criterio sobre el pensar americano, al que considera ppr su
descubrimiento a un conjunto de acciones y posturas básicas heterogéneas; es
decir, con varias opiniones que les permiten a cada uno gobernar lo que se
considera propio de acuerdo a la construcción de su discurso que lo constituye
luego de su descomposición debido al viaje idealista que interpreta cada
individuo que conforma a una sociedad y por ende a un país, adoptando de ésta
manera un sistema de creencias e ideales que identifican a cada perfil, así mismo
se entrelazan las ideas, pensamientos y éstos se divulgan fundamentando un
discurso de cada región creciendo progresivamente de acuerdo a la postura que
le sujeta el pensamiento crítico de los ciudadanos. Es por ésta razón que el Dr.
Guerrero sostienes su posición de postular sus recursos académicos y
conocimientos previos a la disposición del discurso original manteniendo lo oído,
hablando y escrito en la tradición y la conducta de su origen genuino.

Identidad y Queja.

El autor José Guerrero sostienes firmemente que antes de habernos observado


a nosotros mismos; nace la curiosidad y el cuestionamiento sobre cual es nuestra
verdadera identidad, surgiendo así preguntas como ¿Quiénes somos? ¿ De
donde provenimos y como surgió?. Para responder sobre nuestra identidad y
medios se nos formulan interrogaciones sobre si somos realmente occidentales.
Si analizamos más a fondo, tomando en cuenta lo que nos expresa éste autor,
por medio de su escrito, podemos notar que son pocas las personas que
conocen realmente o que han logrado expandir mas allá de los previos registros
que hay sobre nuestras verdaderas raíces históricas. Resaltando que hace
muchos años atrás existían colonias que estaban ubicada en tierras que
posteriormente fueron invadidas por blancos europeos o españoles llenando de
diversas culturas, valores y métodos que poco a poco se fueron resguardando e
integrando a una nueva y diversa cultura; dando a conocer pronunciaciones,
palabras, conceptos y sentimientos portados al lenguaje, a las instituciones
políticas y a las aspiraciones que proclaman un parentesco a nivel social.
Que, por igualdad se refiere a ese nivel de humanidad donde el grado de
autoconciencia se hace verbo, se explica sin equívoco la diversidad de culturas;
donde de hecho ésta generación pasa a convertirse en desarrollo de los planes
en sentido occidental. Dando a nuestros parentescos un rasgo sin importar el
nivel social.
Cuando nos referimos a queja puede ésta ser utilizada como una cuestión de
desacuerdo por las demás personas, en este caso, este comportamiento
especialmente busca el reposo explicativo del pasado histórico, el cual parece
apuntar hacia una ausencia de virtudes, factores y elementos que vienen
acompañados de lamentos.
Se percibe que la queja se expresa con molestia, disgusto y dolor ante todo lo
que nos apena y provoca malestar; ya que, aunque la queja eventualmente no
nos convenga se convierte en una voz. No queriendo aceptar la realidad del ser
occidental, advirtiendo un malestar vulnerable a la afirmación de saber con honra
que provenimos de una descendencia occidental y nos permite una identidad
puesta y clara.

Nosotros y Nos-otros.

El profesor Briceño insiste en que somos occidentales, tras percibir que somos
europeos, debido a que nuestra cultura parte de la colonización, volviéndonos
portadores de la cultura grecorromana. Además no cabe duda que el mayor valor
de la obra radica en ese fragmento iluminador que nos lleva a la aventura de
pensar en el término de los que somos y no somos tocando así nuestra fibra más
íntima, nuestras debilidades y fortalezas, nuestra natural rebeldía y muy
importante, nuestra condición Occidental e inevitable descendencia europea.
En otro orden de ideas, afirma que “nosotros” y “ellos” somos el conjunto de un
mismo “todo”. Que ésta palabra a pesar de que al ser conjugada silábicamente
habla de un “nos” y de “otros”. Todos somos Occidentales. Pero que
independientemente de tener rasgos que los definen a ellos como una sola
cultura somos parte del mismo. No obstante, lo seremos a nuestra manera.
En conclusión, podemos reafirmar que formamos parte de una cultura que no
nos pertenecía inicialmente, pero que con el pasar de los años ha sido
resguardada y respetada por cada uno de nosotros como nuestra, dándonos ese
sentido de pertenencia que ahora mismo inunda el interior de cada uno de los
Americanos, reconociendo que somos parte de un mismo todo, sin excluir, ni
olvidar nuestras raíces y nuestra propia identidad, defendiendo a capa y espada
nuestra historia, que es la que con el tiempo nos ha traído hasta acá y nos ha
permitido conocer y experimentar una inmensa variedad de mundos y culturas
que nos apasionan fuertemente.

Potrebbero piacerti anche