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Art.52 .

- Facultades disciplinarias del juez

A fin de conservar una conducta procesal correspondiente a la importancia y respeto de

la actividad judicial,los jueces deben:

1. Ordenar que se suprima Ia frase o palabra expresada o redactada en términos

ofensivos o vejatorios;

2. Expulsar de las actuaciones a quienes alteren su desarrollo. Si se trata de una de

las partes, se le impondrá además los apercibimientos que hubíeran sido

aplicables de no haber asistido a la actuación; Y

3. Aplicar las sanciones disciplinarias que este Código y otras normas establezcan.

Si bien se acepta la legitimidad y constitucionalidad de los poderes disciplinarios que el

legislador le dio al juez como director y responsable del proceso, con el objeto de que

éste pueda mantener incólume el principio de autoridad que le es esencial para el

cumplimiento de sus funciones, y su concordancia y coherencia con el ordenamiento

superior vigente, el ejercicio de los mismo está sujeto en todo lo dispuesto en la

Constitución, que consagra el derecho fundamental al debido proceso en toda clase de

actuaciones, sean éstas judiciales o administrativas.

Como es obvio, no cabe ningún tipo de excepción al derecho fundamental al debido

proceso, ni ninguna facultad extraordinaria que habilite a determinados funcionario,

para imponer sanciones sin que medie juicio previo; el poder disciplinarip del Juez que

lo habilita para la imposición de sanciones de carácter correccional está sujeto también

al desarrollo previo de un proceso que garantice al presunto infractor el derecho a la

defensa, sin que con ello se desconozca la suprema autoridad de que está investido el

Juez, ni su capacidad y calificación.


Por ello, tratándose de la facultad disciplinaria, siendo el Juez la máxima autoridad

responsable del proceso, esta es inherente a la jurisdicción, pues es deber del juez, como

director y máxima autoridad del proceso, garantizas que éste se adelante conforme lo

ordena la ley, siendo de su exclusiva responsabilidad evitar que conductar irregulares de

las partes intervinientes perturben su normal desarrollo.

Acerca del artículo en mención podemos decir lo siguiente:

1. Las normas mencionadas de carácter disciplinario tienen como contenido

axiológico el orden, instituyendose para asegurar el normal desenvolvimiento

de la función jurisdiccional. Siendo una de las facultades recogidas por el

Código el de la posibilidad de suprimir la frase o palabra expresada o redactada

e términos ofensivos o vejatorios. La norma parte del supuesto que las partes

deben de abstenerse de usar expresiones descomedidas o agraviantes en sus

intervenciones y deben guardar el debido respeto al juez, a las partes y a los

auxiliares de justicia, de acuerdo a los incisos 3 y 4 del artículo 109 del Código

Procesal Civil1.

Cuando se vulnere estos deberes el juez está facultado para testar las

expresiones agraviantes o descomedidas, sin que ello provoque la intervención

del Ministerio Público, a pesar de lo delictivo del acto, pues estamos ante la

llamada homologación procesal de la autodefensa. Ella encierra una especie de

duelo verbal, de imprecaciones y réplicas que es abordado por la doctrina bajo

la denominación de compensación judicial de las injurias recíprocas y que la

legislación peruana lo asume en el artículo 133 del Código Penal2. Frente a

estos supuestos, la norma ordena que se suprima la frase o palabra expresada o

1
Artículo 109 del Código procesal Civil.- Deberes de las partes, abogados y apoderados.
2
“ No se comete injuria ni difamación cuando se trata de ofensas proferidas con ánimo de defensa por los
litigantes, apoderados o abogados en sus intervenciones orales o escritas ante el Juez”.
redactada en términos ofensivos, señalando de manera expresa que no comete

injuria ni difamación.

2. El Código peruano permite que a través de las audiencias públicas, quien

estuviere interesado en seguir el desarrollo del debate lo puede realizar, sin

limitaciones más que la facultad disciplinaria conferida al Juez para velar por la

seguridad del público o por el buen orden de quienes asisten a la audiencia,

pudiendo expulsar de las actuaciones a quienes alteren su desarrollo, limitar el

número de asistentes por razones de decoro, orden, higiene, seguridad, etc. En

tal sentido, se debe tener presente la restricción legal que prohíbe el ingreso de

menores a las audiencias públicas, salvo que se trate de estudiantes de

Derecho3.

Además, si el orden es alterado por las partes, se le aplicará además los

aprecibimientos que hubieren sido aplicables de no haber asistido a la

actuación; en ese sentido, si tratándose de un proceso de filiación, en el que el

demandado provoca desórdenes en la audiencia fijada para evitar la toma de

muestras para la pericia del ADN, logrando así que el juez lo expulse, es pasible

además que se le imponga el aprecibimiento que su inconcurrencia le hubiere

generado, como es, tener por cierto que es el padre del accionante.

3. El derecho disciplinario es derecho administrativo sancionador que presupone

jerarquía y subordinación. Quien ejerce potestad jerárquica, impone formas de

conductas previstas en la ley, para asegurar el cumplimiento de la misma. El

que está sometido a una subordinación debe obedecer y ajustar su conducta a lo

preceptuado; pero dicha disciplina tiene que estar subordinada a un referente

legal.

3
Artículo 136 de la ley Orgánica del Poder Judicial.
En tal sentido, el juez ejerce facultades disciplinarias al conocer los procesos o

medios impugnatorios; como señala el artículo 213 de la LOPJ, "están

obligados a aplicar las sanciones de apercibimiento o multa cuando advierten

irregularidades o deficiencias en la tramitación de los procesos, no siendo

necesario trámite previo. En la resolución se menciona el motivo de la sanción,

la que es notificada al infractor y anotada en el registro de medidas

disciplinarias y en su legajo personal".

Art.53.- Facultades coercitivas del Juez

En atención al fin promovido y buscado en el artículo 52, el juez puede:

1. lmponer multa compulsiva y progresiva destinada a que la parte o quien

corresponda, cumpla sus mandatos con arreglo al contenido de su decisión.

La multa es establecida discrecionalmente por el juez dentro de los línites

que fija este Código, pudiendo reajustarla o dejarla sin efecto si considera

que la desobediencia ha tenido o tiene justificación; y,

2. Disponer la detención hasta por veinticuatro horas de quien resiste su

mandato sin justificación, produciendo agravio a la parte o a la majestad del

servício de justicia.

En atención a la importancia y urgencia de su mandato, el juez decidirá la

aplicación sucesiva, individual o conjunta de las sanciones reguladas en este

artículo.

Las sanciones se aplicarán sin perjuicio del cunplimiento del mandato.

Respecto a este artículo, podemos comentar lo siguiente:

1. La multa es una sanción pecuniaria destinada a vencer la resistencia

injustificada de las partes o de quien corresponda, para cumplir un mandato

judicial. Opera a petición de parte o de oficio.


Su justificante está en el ius imperium de los jueces, quienes deben disponer

de los medios conducentes para lograr el acatamiento de sus decisiones.

Es un mecanismo que permite materializar el prestigio de la justicia al

asegurar el cumplimiento de sus mandatos, caso contrario, de nada valdría

mostrar una creación judicial razonable, si el derecho quedara líricamente

estampado en una hoja de papel, sin posibilidad alguna de coaccionar su

cumplímiento a los obligados.

Señala el inciso 1 que la multa se establece discrecionalmente por el juez,

esto implica que puede o no imponerse, luego de un juicio valorativo de la

sítuación que se le ha presentado. A pesar de que la norma no lo precise, el

juez está obligado a fundar su decisión, sea positiva o negativa. La

discrecionalidad no puede confundirse con la arbitrariedad o el abuso de

autoridad judicial.

2. La multa, en atención a la importancia y urgencia de su mandato, es

sucesiva, se impone por periodos de tiempo que se suceden, como por día o

mes, como por infracción de una y más veces sucesivas cuando se trata de

obligaciones de no hacer.

Como refiere el inciso 1, la multa encierra una condena del juez con un

objeto preciso y determinado: compeler al cumplimiento de lo ordenado por

una resolución judicial.

La sanción coercitiva a la que se apela es de carácter exclusivamente

económica, sin embargo también hay sanciones de índole personal, tal como

refiere el inciso 2 de la norma. En efecto, la sanción pecuniaria no solo obra

como una coacción psicologica, sino que también existe la posibilidad de

disponer la detención hasta por veinticuatro horas de quíen resiste su


mandato sin justificación, produciendo agravio a la parte o a la majestad del

servicio de justicia. Este apremio personal se reproduce también en el inciso

3 del artículo 185 de la LOPJ, en la que el juez "ordena la detención, hasta

por 24 horas, de quienes, en su despacho o con ocasión de las actuaciones

judiciales, los injurien, agravien, amenacen o coaccionen por escrito o de

palabra, o que promuevan desórdenes, pudiendo denunciar el hecho ante el

Ministerio Público.

3. Por otro lado, la obligación debe depender de la voluntad de las partes y

además, debe ser de cumplimiento posible. No sería razonable presionar a

una persona de quien no depende el cumplimiento, por tanto, no debe

concederse la multa respecto de una obligación imposible o que se ha hecho

imposible, pues nadie puede ser obligado al imposible.

En conclusión, podemos realirmar que la multa es una sanción pecuniaria

provisional que no genera cosa juzgada porque puede dejarse sin efecto o

ser reajustada si el obligado se desiste de su resistencia. lmplica una

condena discrecional del juez en cuanto a su procedencia y en cuanto a su

monto. Es conminatoria pero no resarcitoria, además es susceptible de

ejecución en los bienes del condenado, pues si así no fuera resultaría

ilusoria.

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