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42 CFF)
La visita domiciliaria forma parte de los procedimientos que tienen las autoridades
fiscales para evaluar si los contribuyentes cumplieron con las obligaciones fiscales. Al
ejercer las facultades de comprobación, se generan dos participantes: la autoridad fiscal y
el contribuyente, la autoridad fiscal en este caso el visitador se convierte en la persona
que busca irregularidades para determinar un crédito fiscal y el contribuyente se tendrá
que subordinar a sus peticiones obviamente en el marco de la Ley. Esta es una situación
delicada que puede generar conflictos, ya que durante el desarrollo de la visita
domiciliaria, la autoridad fiscal puede actuar arbitrariamente lo cual provoca que el
procedimiento administrativo no se ajuste a las disposiciones del marco jurídico vigente,
generando con ellos vicios de procedimiento con afectación al contribuyente. Es
importante mencionar que las causas por las que procede una visita domiciliaria están
señalas en el artículo 42, la cual menciona que las autoridades fiscales a fin de comprobar
que los contribuyentes, los responsables solidarios o los terceros con ellos relacionados
han cumplido con las disposiciones fiscales y aduaneras y, en su caso, determinar las
contribuciones omitidas o los créditos fiscales, así como para comprobar la comisión de
delitos fiscales y para proporcionar información a otras autoridades fiscales, estarán
facultadas para:
La visita domiciliaria que tenga por objeto verificar todos o cualquiera de las
obligaciones referidas en el artículo 42 de la CFF , deberá realizarse conforme al
procedimiento previsto en el artículo 49 donde las visitas domiciliarias se realizaran
conforme a lo siguiente:
III.- Los visitadores se deberán identificar ante la persona con quien se entienda la
diligencia, requiriéndola para que designe dos testigos; si éstos no son designados o los
designados no aceptan servir como tales, los visitadores los designarán, haciendo constar
esta situación en el acta que levanten, sin que esta circunstancia invalide los resultados de
la inspección.
V.- Si al cierre del acta de visita domiciliaria el visitado o la persona con quien se
entendió la diligencia o los testigos se niegan a firmar el acta, o el visitado o la persona
con quien se entendió la diligencia se niega a aceptar copia del acta, dicha circunstancia se
asentará en la propia acta, sin que esto afecte la validez y valor probatorio de la misma;
dándose por concluida la visita domiciliaria.
VI. Si con motivo de la visita domiciliaria a que se refiere este artículo, las
autoridades conocieron incumplimientos a las disposiciones fiscales, se procederá a la
formulación de la resolución correspondiente. Previamente se deberá conceder al
contribuyente un plazo de tres días hábiles para desvirtuar la comisión de la infracción
presentando las pruebas y formulando los alegatos correspondientes. Si se observa que el
visitado no se encuentra inscrito en el registro federal de contribuyentes, la autoridad
requerirá los datos necesarios para su inscripción, sin perjuicio de las sanciones y demás
consecuencias legales derivadas de dicha omisión. La resolución a que se refiere el párrafo
anterior deberá emitirse en un plazo que no excederá de seis meses contados a partir del
vencimiento del plazo señalado en el párrafo que antecede.
Los ciudadanos deben cumplir con la obligación constitucional de pagar impuestos
y las autoridades fiscales tienen como función ejercer sus facultades de comprobación
para verificar el correcto cumplimiento de las obligaciones fiscales, y que incluye la de
realizar los actos necesarios para revisar si las operaciones que éstos hicieron constar en
los documentos que integran su contabilidad en realidad se efectuaron, y si concluye en
sentido negativo, ello producirá, necesariamente, la declaración de inexistencia relativa y
los comprobantes fiscales carecerán de valor probatorio para efectos fiscales; es decir, no
podrán tomarse en cuenta y deberán rechazarse para hacer procedentes las deducciones.
En ese sentido, con fundamento legal en el citado numeral 69-B del CFF, las autoridades
fiscalizadoras tienen la facultad de determinar la existencia de operaciones inexistentes;
recordando que tal determinación, también puede llevar a configurar el delito de
Defraudación Fiscal.