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Tema

De esta carta. El gran tema de esta epístola de Pedro es la


esperanza cristiana en tiempos de sufrimiento. Aunque Pedro se
ocupó de las principales doctrinas y expuso temas importantes,
no escribió con un estilo frío, insensible. Él ha sido llamado el
"Apóstol de la esperanza", mientras que Pablo ha sido llamado el
"Apóstol de la fe", y Juan ha sido llamado el "Apóstol del amor".
Esta carta puso un gran énfasis sobre la esperanza, pero creemos
que la palabra que expresa el tema de esta epístola es
"sufrimiento". Pedro también enfatizó la gracia de Dios y algunos
expositores Bíblicos creen que ése fue el énfasis principal. Sin
embargo, la palabra "sufrimiento" y algunas palabras afines que
se mencionan con él aparecen 16 veces en esta carta. La palabra
"esperanza" está siempre ligada al sufrimiento. Por lo tanto,
creemos que sería apropiado decir que el tema de esta primera
carta, es la esperanza cristiana en tiempos de sufrimiento.
El apóstol Pedro tuvo mucho que decir sobre el sufrimiento de
Cristo. El sufrimiento de Cristo fue tratado por el escritor de la
carta a los Hebreos y por el apóstol Santiago en su carta. Los
profetas también se ocuparon de este tema. Sin embargo, Pedro
enfocaría este tema de una forma un poco diferente.

+Hemos dividido esta epístola de la siguiente manera. La primera


división del libro se titula "El sufrimiento y la seguridad de los
creyentes" y abarca los primeros nueve versículos del capítulo
uno. Veremos que el resultado es la alegría.
La segunda división, en el capítulo 1, versículos 10 al 25, se titula
"El sufrimiento y las Escrituras". Aquí veremos que el sufrimiento
produce santidad en la vida del creyente.
Después, en los capítulos 2 al 4, tenemos la tercera división,
titulada El sufrimiento y el sufrimiento de Cristo". En el capítulo
2, el sufrimiento produce separación. En el capítulo 3, produce
conducta cristiana. Y esa conducta se manifiesta en el hogar (3:1-
7) y en la iglesia (3:8-17). En el capítulo 3:18-22 vemos que el
sufrimiento de Cristo fue predicado por el Espíritu en los días de
Noé. Además, en el capítulo 4 veremos que el sufrimiento produce
obediencia a la voluntad de Dios.
La cuarta y última división se encuentra en el capítulo 5 y se
titula "El sufrimiento y la segunda venida de Cristo". En primer
lugar produce servicio y esperanza (5:1-4) y en segundo lugar,
produce humildad y paciencia (5:5-14).
1 Pedro 5:1-14
El sufrimiento y la segunda venida de Cristo
En este capítulo final de 1 Pedro, encontramos estos dos temas
del título de nuestra sección. ¿Cuál es la relación entre nuestro
sufrimiento y la segunda venida de Cristo? Para cada uno de
nosotros la vida cristiana comenzó con el sufrimiento del Señor
Jesucristo en la cruz, en la cual El pagó el castigo por nuestros
pecados. Pero hay también un sufrimiento del hijo de Dios en la
actualidad, porque Dios usa el sufrimiento en nuestras vidas para
refinarnos y hacer de nosotros la clase de cristianos que El quiere
que seamos, y que El pueda utilizar. Hemos dividido este capítulo
en dos secciones: entre los versículos 1 y 4 el apóstol Pedro nos
enseñó que el sufrimiento produce servicio y esperanza; y entre
los versículos 5 y 14 resaltó que el sufrimiento produce humildad
y paciencia.
Por lo tanto, tenemos el sufrimiento de Cristo en el pasado y el
presente sufrimiento de los creyentes y después, la segunda
venida de Cristo. Se nos dice con frecuencia que necesitamos
tener un plan de vida. Todo creyente debería incluir en su plan y
programa para el futuro, la perspectiva de la segunda venida de
Cristo. ¿Es la segunda venida ---cuando El venga a recogerle a
usted de este mundo y después regrese también con usted para
reinar sobre la tierra--- es esa segunda venida parte de su
programa de vida? ¿O es este tema un elemento etéreo o efímero
que está suspendido en algún lugar del espacio como un fuego
fatuo, y que verdaderamente no tiene un significado en su vida?
Su segunda venida no es simplemente una doctrina, sino una
realidad que tiene que estar integrada en nuestras vidas. No hay
nada que le anime en tiempos de problemas y de sufrimiento
como esta verdad, no solo como un conocimiento y una creencia,
sino como la realidad misma de la segunda venida de Cristo.
Algún día le veremos a Él y llegaremos ante Su presencia. Y esa
será una bendición indescriptible. Por todo ello, el apóstol Pedro
nos dijo que nuestros sufrimientos actuales están relacionados
con esta verdad.
Leamos ahora el versículo 1 de este quinto capítulo de 1 Pedro,
que comienza un párrafo que hemos titulado
El sufrimiento produce servicio y esperanza
"Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo, anciano
también con ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, que
soy también participante de la gloria que será revelada"
El apóstol Pedro comenzó afirmando su posición. Sin embargo,
en ese momento ni siquiera se llamó a sí mismo un apóstol.
Estaba hablando del hecho de que él era un anciano, al decir yo,
anciano también con ellos. Eso quiere decir que había otros que
eran ancianos. La palabra griega utilizada aquí para referirse a
los ancianos fue "presbíteros", palabra que, a veces, se usaba
hablando de una persona mayor o de una edad avanzada. La
palabra griega traducida "obispo" es "episkopos" y ésta se refiere
al cargo o posición de un hombre, y no a la persona en sí. Se trata
entonces del cargo espiritual de pastorear; es la misma palabra
utilizada para "pastor". Esto fue todo lo que Simón Pedro siempre
afirmó ser ---al llamarse a sí mismo un anciano entre otros
colegas. Nunca reclamó una posición superior a la de sus
hermanos, sino que los exhortó como un anciano más entre ellos.
Él afirmó ser un testigo de los sufrimientos de Cristo. Y así, como
testigo, se encontraba en una posición única.
Y él también dijo: Soy también participante de la gloria que será
revelada. En el pasado, el apóstol Pedro vio esa gloria. En su
segunda epístola Pedro identificó esa visión con su experiencia en
el monte de la transfiguración. Pedro le vería morir más tarde en
el Monte Calvario, habiéndole visto antes transfigurarse allá en el
monte de la transfiguración. Lo verdaderamente importante fue
lo que sucedió en aquel lugar y Pedro dijo que había sido testigo
de aquel evento. Sin embargo, hay una gloria que vendrá, que
sería mayor que aquella gloria que él había contemplado y a la
cual el apóstol se refirió al escribir la gloria que será revelada. En
base a esto, dijo entonces el Apóstol Pedro en el versículo 2 de
este capítulo 5 de su primera epístola:
"Apacentad el rebaño de Dios que está entre vosotros, cuidando
de él, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia
deshonesta, sino con ánimo pronto"
Pedro estaba enfatizando el hecho de que un anciano, ocupando
el cargo de un obispo había de ser el pastor de la congregación.
(Hay que aclarar que de los ancianos nunca se hablaba en
singular, porque nunca tenía que haber uno único en una
congregación). El pastoreo, o la obra pastoral, sugieren provisión
espiritual, protección, supervisión y disciplina, instrucción y
dirección. El ministerio o servicio de un anciano ha de ser llevado
a cabo de una forma positiva, aunque Pedro también expresó una
instrucción negativa, una advertencia.
En primer lugar, Pedro dijo que los ancianos tenían que servir
impulsados por motivos correctos, con un espíritu apropiado, no
sintiéndose obligados a hacerlo sino por el hecho de que ellos
habían escogido libremente hacerlo así. Observemos que el
apóstol dijo: Apacentad el rebaño de Dios que está entre
vosotros, cuidando de él, no por fuerza, sino voluntariamente. Es
decir, de manera voluntario, no por obligación. Dios no quiere que
alguien asuma un cargo en la iglesia lamentando el peso de la
responsabilidad, como si fuera una víctima, con un espíritu de
resignación, pensando que no tiene más remedio que hacerlo
porque nadie más quiere asumir tal posición. Con esa actitud, es
mejor no hacerlo, porque esa no es una motivación para servir al
Señor. No tiene ningún valor servirle si alguien estuviera llevando
a cabo ese ministerio bajo la presión de la obligación.
Luego advirtió el apóstol: no por ganancia deshonesta, sino con
ánimo pronto. Otra versión traduce no por la avaricia del dinero,
sino con sincero deseo. Pedro dejó bien en claro que tenía no solo
tenía que haber una razón correcta ---es decir, el espíritu
adecuado del que ha elegido servir libremente--- sino también
una motivación correcta para dicho servicio espiritual, que no
debía realizarse con la intención de obtener ganancias materiales,
sino por el puro placer de hacerlo. Un anciano debía encontrar
satisfacción en la tarea misma, antes que por el beneficio que
pudiera obtener de ella.
Algunas veces, cuando uno se encuentra demorado en un atasco
de tráfico, puede observar a las personas que van al trabajo y
puede percibir en sus rostros que la gran mayoría va de mala
gana, con un rostro serio y tenso; muy pocos parecer reflejar la
alegría de su estado de ánimo. Muchas personas hoy están
realizando tareas que en realidad no les agradan en absoluto y
un trabajo al que detestan. Pero es hermoso, el trabajar en la
obra del Señor, en la que uno está llevando a cabo una tarea
porque le agrada, y porque realmente desea realizarla. Esta es la
actitud que nos ha hecho disfrutar en la labor de difundir y
exponer la Palabra de Dios. Por todo ello, Simón Pedro dijo que
debe haber la correcta motivación para poder realizar el servicio
cristiano. Continuemos leyendo el versículo 3 de este quinto
capítulo de 1 Pedro:
"No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado,
sino siendo ejemplos del rebaño."
En otras palabras, un anciano debería ejercer su ministerio en la
manera correcta, no mandando sino guiando, no dominando sino
dando un buen ejemplo. Es, por lo tanto, una tarea en la que uno
tiene que ser un ejemplo de la congregación. No creemos que un
predicador pueda ir al púlpito y apremiar a la gente para que haga
algo que él mismo realmente no está llevando a la práctica.
Tampoco podemos pedirle a la gente que colabore
económicamente con cualquier causa en la cual nosotros mismos
no estemos participando. No tenemos derecho a requerir de los
demás aquello que ni aun nosotros mismos estamos haciendo.
Después, el apóstol Pedro continuó diciendo en el versículo 4:
"Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de gloria."
El ministerio de un anciano debería llevarse a cabo con la
conciencia plena de que él sirve al Príncipe de los pastores, ante
quien es responsable y quien también recompensará su servicio
con recompensas eternas. Que nadie crea que está trabajando
sin que vaya a recibir nada. Usted tiene que trabajar para él
sabiendo que, aunque no reciba recompensa aquí en la tierra, la
recibirá de su Señor algún día. Esa es la actitud en la cual
tenemos que servirle.
Ahora, aquí la promesa fue recibiréis la corono incorruptible de
gloria. En la Biblia se mencionan varias coronas, incluyendo la
corona de la vida y la corona de justicia. Pero, ¿qué será la corona
de gloria? Creemos que significa que algún día participaremos de
la gloria de Cristo.
Hemos encontrado unas 12 palabras diferentes en la Biblia que
se traducen por la palabra "gloria". Esta palabra se usa con
frecuencia en la actualidad. ¿Qué entiende usted cuando escucha
la palabra "gloria"? ¿Cuán grande es la gloria? ¿Qué forma tiene?
¿De qué color es? ¿Qué es realmente la gloria? Nos parece que
un cristiano término medio solo tendría una remota idea del
significa de esta palabra "gloria."
Bueno, podríamos decir que la gloria tiene forma y tamaño.
Escuchemos las palabras del Salmo 19, versículo 1: Los cielos
cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus
manos. Los científicos han determinado que el tamaño del
universo es asombroso y, sin embargo, creemos que en sus
cálculos ni siquiera han traspasado el umbral del universo de Dios
---que es inmenso.
¿Y qué diremos del color de la gloria? Contemplemos por la noche
este vasto universo; miremos al cielo. En el otoño, las hojas de
los árboles presentan un colorido especial y podemos ver esa
gloria, que es la gloria de Dios. ¿Y qué diremos de las plantas y
las flores? El hombre que cuida su jardín planta una pequeña
semilla, y después de brotar una planta aparece una hermosa
flor. Y aquí tenemos otro reflejo de la gloria de Dios. Es que la
gloria también se expresa en esos colores inigualables de la
naturaleza.
Así que es evidente que la gloria de Dios tiene una apariencia
extraordinaria y algún día hemos de compartirla. Y Él la llamó una
"corona de gloria."
En este pasaje el apóstol Pedro llamó a Jesús el "Príncipe de los
pastores". Como Jesús mismo dijo en el Evangelio de Juan, el
Buen Pastor da Su vida por las ovejas ---como también podemos
ver en el Salmo 22. El "Gran" Pastor cuida Sus ovejas, como
podemos ver en el Salmo 23. En el Salmo 24 El es el Príncipe de
los Pastores que vendrá otra vez a la tierra. Algún día nuestro
Príncipe de los Pastores va a aparecer e incluso tendrá consigo a
Su rebaño, y nosotros integraremos ese rebaño. Esta hermosa
verdad se convertirá en una extraordinaria realidad.
Leamos ahora los versículos 5 y 6, que inician un párrafo que
hemos titulado
El sufrimiento produce humildad y paciencia
"Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos,
sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste
a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo
la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido
tiempo."
Aquí se comenzó con la frase que recomendó que los jóvenes se
sometieran a los ancianos. En nuestro tiempo este orden parece
haberse invertido porque se supone que los mayores deben
someterse a los jóvenes. Ellos son los que ignoran en muchos
aspectos a las autoridades establecidas o a la clase dirigente. Sin
embargo, el joven cristiano tiene que ser consciente de la actitud
que la Palabra de Dios requiere de él. Si un joven tiene un padre
bueno y piadoso, tendrá que reconocer su sentido común y
experiencia en todos los asuntos de la vida. Con el transcurso de
los años muchos jóvenes descubren lo mucho que sus padres han
aprendido en la escuela de la experiencia y de los golpes duros
de las pruebas, las dificultades y el sufrimiento.
Aquí se recalcó que todos debían ser sumisos unos a otros,
revestidos de humildad en su trato mutuo, sin que cada uno
insista en que las cosas se hagan a siempre a su manera. Se dijo
literalmente que debíamos armarnos de humildad.
Y también se expresó una advertencia. Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes. Pedro habló sobre la
humildad y la gracia. Una persona orgullosa o soberbia no puede
disfrutar de la gracia de Dios. Solo si nos acercamos a Él con
humildad podemos conocer y experimentar la gracia de Dios.
Por ello este versículo 6 termina diciendo Humillaos, pues, bajo
la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido
tiempo. A la luz de la venida de Cristo, la humildad debería ser la
actitud normal del hijo de Dios. Cristo será el que establezca la
justicia cuando venga. Ni usted ni yo podemos enderezar el
mundo, aunque a veces creamos que podemos hacerlo.
Continuemos leyendo el versículo 7 de este quinto capítulo de 1
Pedro.
"Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado
de vosotros."
El hecho de que El nos cuide, quiere decir que le importamos.
Hablando de la ansiedad, recordemos que el Señor dijo Venid a
mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar. lleve la carga de sus pecados al Señor, y Él le salvará.
Más tarde podrá acudir a Él y entonces El le ayudará a hacer
frente a sus problemas. Echad vuestras cargas sobre Él, dijo el
Apóstol Pablo en su epístola a los Filipenses, aconsejándoles que
no se preocuparan ansiosamente por nada y que oraran por todo.
Es decir, que presentaran todos sus asuntos ante el Señor en
oración y dejaran allí esas cargas y preocupaciones, y que no las
tomaran sobre sí otra vez. Dice el versículo 8 de este quinto
capítulo:
"Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar."
La palabra griega para sobrios aquí es diferente a la palabra
utilizada en esta carta, capítulo 4, versículo 7. En nuestro pasaje
de hoy, esa palabra significa vigilar atentamente.
Y el motivo dado fue la presencia del diablo entre ellos con la
evidente intención de atacar a los creyentes, a quienes se les dijo
que debían resistir tales ataques. Aquí se reconoce que el diablo
se mueve con libertad en el mundo actual. Escuchemos ahora lo
que dice el versículo 9 de este quinto capítulo:
"Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo
el mundo."
Se comenzó con la exhortación Resistidlo firmes en la fe. Aquí
tenemos la figura de un ejército que permanece firme ante el
enemigo. Nosotros debemos estar en esa actitud junto a otros
creyentes, porque creemos que nadie puede resistir al diablo por
sí mismo. Usted no solo necesita la armadura de Dios, sino que
también necesita que otros creyentes estén a su lado. Es bueno
informar a los demás cristianos cuando uno tiene dificultades,
para que ellos puedan estar así a nuestro lado acompañándonos
en oración. Y dice el versículo 10:
"Pero el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él
mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca."
Aquí se aclaró que la gloria eterna se expresó en Jesucristo.
Nosotros no tenemos gloria en nosotros mismos. La Iglesia es en
cierto sentido como la luna, que simplemente refleja la luz del sol.
Nuestra gloria solo es una luz reflejada, que nosotros vamos a
compartir en Cristo Jesús. En realidad, la palabra "Jesús" no se
encuentra en los mejores manuscritos. Esta es la conocida
expresión "en Cristo", que con frecuencia encontramos en el
Nuevo Testamento.
Y finaliza el versículo diciendo después que hayáis padecido un
poco de tiempo, él mismo os perfeccione --- o sea, que os lleve a
la madurez y perfección---, os afirme ---es decir, que os haga
fuertes. El Señor Jesús le dijo a Simón Pedro en Lucas 22:32, que
confirmara, que fortaleciera a sus hermanos. Y también añadió
que os establezca ---es decir, que os restaure. Y continuó
diciendo el versículo 11 de este quinto capítulo:
"A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén."
Esta frase constituyó una bendición. Y después el apóstol Pedro
añadió una breve posdata que leemos a continuación en el
versículo 12:
"Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he
escrito brevemente, amonestándoos y testificando que esta es la
verdadera gracia de Dios, en la cual estáis."
El apóstol Pedro fue el autor, pero Silvano fue quien escribió la
carta por El. Y dice el versículo 13:
"La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con
vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan."
Creemos que aquí Babilonia se refirió a la ciudad literal de
Babilonia, aunque algunos creen que se trata de un nombre
figurativo para referirse a Roma. Pero Pedro fue un hombre muy
práctico como para usar un término figurativo.
Observemos la mención Marcos mi hijo. Este era Juan Marcos, el
escritor del Evangelio de Marcos, que no fue el hijo natural de
Pedro sino su hijo en la fe. Aunque en una ocasión no lo llevó
consigo en un viaje misionero, aquel joven terminó haciendo bien
las cosas. Y en el último versículo de esta epístola, el 14, dijo el
apóstol Pedro:
"Saludaos unos a otros con un beso de amor. Paz sea con todos
vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén."
Las varias referencias a un beso nos indican que era un gesto
general de compañerismo y amor cristiano. Y así, el apóstol Pedro
finalizó su carta animando a sus lectores, que vivían en medio de
una persecución, que oraran por paz, que para los creyentes que
estaban unidos a Cristo sería una provisión abundante.
Y así concluimos nuestro estudio de la primera carta del apóstol
Pedro. En nuestro próximo programa, volveremos al Antiguo
Testamento para comenzar nuestro estudio del libro del profeta
Amós. le invitamos a acompañarnos en esta nueva etapa, al
recorrer ese libro tan interesante del Antiguo Testamento.

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