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Contenido
1. Introducción
2. Géneros teatrales
2.1. La tragedia
2.2. La comedia
3. Conclusión
4. Referencias y bibliografía
1. Introducción
El género dramático en el mundo literario romano realiza su debut alrededor del año 207
a.C., cuando el Estado permitió que Livio Andrónico conformase una corporación de autores
y actores. Es este mismo personaje quien representa años anteriores un drama griego
traducido y adaptado, gracias a que Grecia comienza a abatir su cultura sobre Roma. La
llegada del teatro a Roma se debe quizás al ejercito romano, quienes al hacer presencia en la
Magna Grecia pudieron aprender el gusto de los helenos por el teatro (Jimenez Gazapo, P.,
s.f.).
Las primeras obras teatrales no pasaron de ser simples traducciones de las obras griegas,
posteriormente dejaron de serlo, y aunque no alcanzaron del todo una originalidad si lograron
cierta aceptación. Los temas eran tomados de las obras griegas tanto en la comedia como en
la tragedia. No se trataba ya de una simple traducción, sino que los autores romanos
superponían las obras griegas unas con otras, a esto se le denominaba contaminatio (<<El
teatro romano >>, s.f.)
El cambio de la métrica.
Mayor relevancia del acompañamiento musical.
Supresión del coro.
Los temas son tratados de manera más sencilla.
Chistes y costumbres romanas son el soporte de la comedia.
Añadir personajes a las obras griegas. (<<El teatro romano >>, s.f.)
Las obras en Roma sólo se interpretaban una vez, eran efímeras, y tenían un carácter
eminentemente popular. Era considerado el único género literario que reflejaba la
cotidianidad. El Estado era el garante y supervisor de este género literario. (<<El teatro
romano >>, s.f.).
2. Géneros teatrales
2.1.La tragedia
La tragedia fue una imitación ruda y exagerada de los originales griegos, la temática de
preferencia en la tragedia era por supuesto las guerras de Troya. La competencia no fue
problema entorno a este género dramático debido a la falta de autores (Jimenez Gazapo, P.,
s.f.). Los estudiosos de la literatura distinguen dos tipos de tragedia atendiendo a la temática
y ambientación de la misma: la fábula cothurnata y la fábula praetexta.
La fábula cothurnata es un tipo de tragedia de argumento griego. En este subgénero los
actores usaban el “coturno” o bota alta, característica propia de los actores trágicos griegos
(<<El teatro romano >>, s.f.). En este género teatral se representan generalmente situaciones
de tipo conflictivo, en donde los personajes pasan de situaciones de felicidad a infelicidad o
desgracia, esto debido a una fatalidad del destino.
La fábula praetexta es una tragedia con argumento de tipo romano. Los actores llevaban una
túnica blanca denominada “toga praetexta”, adornada con una banda púrpura como motivo
de solemnidad y como característica propia de los romanos. Como ya se mencionó los
argumentos de este género eran protagonizados por personajes romanos, utilizando las
leyendas y la historia de Roma, sobre todo las relacionadas con la vida pública (<<El teatro
romano >>, s.f.).
Algunos de los autores más representativos de este género son Livio Andrónico y entre sus
obras se destacan Achilles, Aiax Mastigophoros, Equus troianus, todas pertenecientes al ciclo
troyano. Acompaña a Livio, Cneo Nevio quien también realiza adaptaciones de la tragedia
griega, entre las que se destacan Equus troianus, Andromacha, Hector proficisciens, que
poseen un estilo bastante elemental (Jimenez Gazapo, P., s.f.).
2.2.La comedia:
La comedia romana tratará los temas de la vida cotidiana, en donde aparecerán situaciones
de intriga, burla, con personajes comunes y corrientes, con pocas virtudes, pero con muchos
vicios, utilizando lenguajes mediocres y un tanto pícaros, llegando al punto de la grosería.
La finalidad de la comedia romana no era otra que la de divertir al pueblo (<<El teatro latino:
Caracteres del teatro latino>>, s.f.). Se distinguen dos tipos de comedia, la fábula palliata y la
fábula togata.
La fábula palliata al igual que la conthurnata, está inspirada en obras de autores griegos. Los
actores en esta representación se cubrían con un “pallium” (<<El teatro romano >>, s.f.).
Normalmente estas fábulas consistían en adaptaciones o "imitaciones creativas" latinas de
comedias griegas de la Nueva Comedia (<<El teatro latino: Caracteres del teatro latino>>, s.f.).
En este género también destaca Livio Andrónico.
La fábula togata, al igual que la praetexta, posee un argumento de tipo romano. Al ser la
representación del hombre común los actores vestían la “toga” como cualquier ciudadano.
Este género poseía las mismas técnicas que la palliata (<<El teatro romano >>, s.f.).
Algunos de los autores más representativos de estos géneros son Plauto y Terencio, quienes
en sus obras comienzan generalmente con las didascaliae, que eran noticias sobre fecha,
autor, título, detalles de la representación, etc., siendo más visible en la obra de Terencio que
en la de Plauto; y de los argumenta, que eran los resúmenes en versos acrósticos del tema de
la comedia (Jimenez Gazapo, P., s.f.).
Además de las fabulas ya mencionadas aparecen unos subgéneros tales como la atelana,
denominada también farsa itálica, en donde los personajes se representaban con máscaras y
cuyo contenido siempre estuvo marcado por los disparates y las burlas obscenas. También
parece el mimo, que consistía en imitaciones paródicas de personajes de la vida cotidiana, y
los personajes femeninos eran representados por mujeres. Finalmente, la pantomima, en
donde un actor cantaba el texto mientras otro lo representaba e interpretaba mímicamente,
era una mezcla de canto, música y mímica (<<El teatro latino: Caracteres del teatro latino>>,
s.f.).
3. Conclusión
Si bien el teatro romano no alcanzó el esplendor y la belleza del teatro griego, no podemos
afirmar que constituye una copia servil de su antecesor, ya que posee rasgos propios y
originales de la cultura romana. Se podría hablar más bien de una “imitación creadora” (<<El
teatro romano >>, s.f.)., en donde las obras griegas se convirtieron en las columnas sólidas y
de referencia para dar paso a un estilo propio al gusto romano. La adaptación de las obras
griegas a las romanas podría ser el principio de lo que hoy se denomina la adaptación libre,
ya que los autores, según lo descrito en los textos, siempre reconocieron no ser como tal,
creadores de estas, sino adaptadores, en otras palabras, intérpretes de una cultura para otra
cultura.
4. Referencia y bibliografía