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REHABILITACIÓN DE PROCESOS ATENCIONALES Y FUNCIÓN

EJECUTIVA

TRABAJO DE SEMINARIO

¿ESTAMOS DIAGNOSTICANDO Y MEDICANDO


EN EXCESO A “NIÑOS DIFÍCILES”?

María Rivera Romeral


Tatiana Virseda Estébanez
María Aparicio Martín
Leonela Reyes Cera
Juan Francisco Herrera Alarcón

MÁSTER EN NEUROPSICOLOGÍA CLÍNICA


UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE VALENCIA
CURSO 2019-2020 - Ed. Abril
Índice
Introducción .................................................................................................. 3

Criterios diagnósticos del TDAH ................................................................... 3

¿Qué pruebas diagnostican el TDAH?.......................................................... 4

¿Se considera imprescindible un diagnóstico


exhaustivo del trastorno? .............................................................................. 6

Comorbilidades con TDAH ........................................................................... 6

Aplicación de cuestionarios/inventarios/test por parte de


los docentes no especializados .................................................................... 7

Personas diagnosticadas con TDAH, ¿suelen tener


dificultades a nivel psicosocial? .................................................................... 7

La patologización de un diagnóstico erróneo, ¿puede


suponer la patologización de aspectos cotidianos? ...................................... 8

Consecuencias del problema a nivel individual, familiar,


económico, escolar ....................................................................................... 9

TDAH versus problemas de conducta........................................................... 10

¿Medicación necesaria? ¿Dependencia? ¿Intereses


farmacéuticos? Concerta-Rubifén-Ritalín ..................................................... 10

¿Actividades, Tareas, Tratamiento no farmacológico?


Psicológico, profesor particular, deporte, etc ................................................ 11

Metilfenidato a largo plazo ............................................................................ 12

Perspectivas de futuro respecto a la solución del


problema ...................................................................................................... 12

Referencias .................................................................................................. 13

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 El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es el principal diagnóstico
psiquiátrico que reciben niños y adolescentes. Lindstrom (2012) establece que la
categorización de un trastorno mental es una visión paradigmática de la forma de
percibir una realidad. De esta forma el TDAH podría evaluarse como la expresión de
comportamientos hiperactivos, de impulsividad o inatención e contextos escolares y del
hogar, donde existen tareas poco motivadoras, pesadas, monótonas o repetitivas.

Asimismo, esta consideración de percibir como real un trastorno puede generar


prácticas de etiquetado que a su vez puede crear estigmatización. Esto genera prácticas
de alejamiento a los niños diagnosticados con TDAH, hallándose la medicación como el
único remedio a esta marginación.

En esta construcción de la realidad que es el TDAH, intervienen muchos factores, uno


de ellos es la posición del evaluador del comportamiento del niño, ya que su percepción
estará filtrada por la construcción que se haya hecho del trastorno, en base a una serie
de criterios diagnósticos que se han establecido por consenso y que en su mayoría no
se basan en pruebas objetivas.

 Nos basaremos en los criterios del DSM-V:

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el


funcionamiento o desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):

1. Inatención: Mínimo seis de los siguientes síntomas se han mantenido durante al


menos 6 meses: Con frecuencia no presta la debida atención a los detalles ,tiene
dificultades para mantener la atención ,parece no escuchar cuando se le habla
directamente, no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los
quehaceres o los deberes laborales .Tiene dificultad para organizar tareas y
actividades ,evita, no le gusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido ,pierde cosas, se distrae con facilidad por
estímulos externos y con frecuencia olvida las actividades cotidianas

2. Hiperactividad: Mínimo seis de los siguientes síntomas se han mantenido durante al


menos 6 meses: Juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el
asiento, con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca
sentado, corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. Es incapaz
de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas. Tiene un habla
excesiva

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Impulsividad

Los síntomas son: responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una
pregunta, no espera su turno e interrumpe.

B. Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de


los 12 años.

C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o


más contextos

D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social,
académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.

E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o


de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental

En función de los resultados se podrán clasificar como combinada, predominante (con


falta de atención o impulsividad). También será conveniente especificar si se está en
remisión parcial y especificar la gravedad actual: leve, moderado o severo

 Desde el punto de vista neuropsicológico, esta exploración nos ayuda a evaluar el


desarrollo madurativo global de los niños e incide especialmente en la evaluación de las
funciones ejecutivas y las áreas cognitivas del cerebro. Esta exploración, por tanto, nos
va a acercar a los fallos y alteraciones funcionales de los sujetos con TDAH y nos
permite diseñar intervenciones acordes con sus déficits y necesidades.
Las baterías y test de evaluación global neuropsicológicas: Nos dan el índice de
inteligencia general y madurativo y nos informan sobre nivel de discrepancia entre el
CIV y el CI, y el nivel madurativo y de competencia por áreas cognitivas. Como las
siguientes: Escalas de Inteligencia de Wechsler (Wechsler, D., 1939), Escala de
madurez Neuropsicológica escolar (CUMANES) (Portellano, J. et al. 2012), Escala
McCarthy de inteligencia y psicomotricidad para niños (MSCA) (McCarthy, D., 2004),
Batería de Evaluación de Kaufman para niños (K-ABC) (Kaufman, A.S. y Kaufman, N.
L., 1997), Test Neuropsicológico infantil (Luria-DNI, Manga y Ramos, 1991), D.N: CAS.
DAS-NAGLIERI. Sistema de evaluación cognitiva (Deaño, M., 2006).

Respecto a las Tareas de fluidez verbal, las cuales evalúan la fluencia verbal y de
lectura, la capacidad de nominación, la producción del lenguaje, los niveles de
comprensión y expresión oral escrita y los aspectos fonológicos, morfológicos,
sintácticos, semánticos y pragmáticos. Como son: Subprueba de Vocabulario del WISC-

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IV (Wechsler, D., 2003) y la Prueba de Denominación de Boston (BNT) (Goodglass, H.
y Kaplan, E., 1986)

En las Tareas de capacidad visoperceptiva y visomotor, como el Test de Bender


(Bender, L., 1938)

En las tareas de razonamiento abstracto y flexibilidad cognitiva: Evalúa el razonamiento


abstracto, la flexibilidad cognitiva, nivel de perseveración y la capacidad para cambiar el
criterio de selección una vez concluida una tarea. Ejemplo de estas pruebas:

Test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin (WCST) (Heaton et al., 1993): y la


Subprueba de Semejanzas WISC-IV (Wechsler, D., 2003).

También es importante la evaluación de las capacidades motrices: éstas evalúan la


lateralidad manual, velocidad de producción ejecutiva motora, Output manual…En lo
que respecta a las tareas de memoria, evalúan la memoria de trabajo y la memoria a
corto plazo. Cómo, por ejemplo:

Subprueba Dígitos inversos del WISC-IV (Wechsler, D., 2003), Prueba de retención no
verbal de Benton, Test de memoria y Aprendizaje (TOMAL) (Reynolds, C.R. y E. D.
Bigler, E.D.) y Test de Aprendizaje Verbal España-Complutense Infantil (TAVECI)
(Benedet, M.J., Alejandre, M..J y Pamos, A.)

Otro tipo de tareas a evaluar que resultan imprescindibles son las tareas de atención:
Evalúan el estado de alerta, la atención sostenida y la atención selectiva. Algunas de
estas pruebas son:

Conners Continuous Performance Test (CPT-II): evalúa la capacidad atencional global


de los sujetos., Test Caras o de Percepción de Diferencias: Pruebas de rastreo de
Estímulo, Ttrail Making test-A (TMT-A), (Reitan, 1958)

También será preciso evaluar tareas de viso-construcción: Evalúa la capacidad de


planificación y resolución de problemas: Test de la Figura Compleja de Rey(Rey, A.)

Las tareas de planificación cognitiva, las cuales evalúan la capacidad de planificación y


resolución de problemas, también serán de necesaria aplicación:

Test de las anillas (TA) (Portellano et al., 2005), Otras versiones de este tipo de prueba
son la Torre de Londres, la Torre de Sevilla, la Torre de Hanoi, siguiendo unos patrones
y procedimientos similares. y Mapa del Zoo (BADS) (Wilson et al., 1996)

Las tareas de interferencia las cuales, evalúan el control de la interferencia y el control


de impulsos. Ejemplo de estas pruebas:
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Test de Stroop de Colores y Palabras (Goleen, C.J.),Tareas go/no go y Trail Making
test-A (TMT-B), (Reitan, 1958)

 Como se puede observar en el vídeo, es absolutamente necesario el diagnóstico


exhaustivo, para de este modo evitar el sobrediagnóstico y la sobremedicación en este
trastorno. El problema que ha existido y existe es que no siempre va acompañado de la
exigencia del detalle clínico necesario, como sí ocurre con otros trastornos. Esto hará
que el abordaje y el tratamiento, también sean más rigurosos, para que, de este modo,
la utilización del uso de fármacos sea supeditada a una estrategia multidisciplinaria.
 La comorbilidad se define como: la presencia de dos o más condiciones nosológicas
simultáneas, y en el TDAH puede considerarse la norma más que la excepción. Esta
implica un peor funcionamiento y pronóstico, especialmente en aquellos casos en los
que es múltiple (Hervás, 2014).

Los principales trastornos con los que se puede dar la comorbilidad en niños con TDAH
según Hervás & al. (2014):

- Trastorno Negativita Desafiante (TND) y el Trastorno de Conducta (TC): es


bastante común la comorbilidad entre estas patologías, pudiendo ser común su origen.
La presencia de esta comorbilidad presenta un pronóstico peor por lo que es importante
el tratamiento precoz.
- Trastorno de ansiedad: presentan menos impulsividad y más interferencia en el
aprendizaje por asociarse a más dificultades atencionales. Algunas de las medicaciones
están contraindicadas en la aparición conjunta de ambos trastornos.
- Trastornos de Tourette y de tics: La comorbilidad del TDAH con un trastorno de
tics puede empeorar su funcionamiento. Además, es frecuente la aparición de
problemas de conducta.
- Trastornos depresivos: este trastorno puede enmascarar en muchas ocasiones
una depresión, ya que los síntomas son comunes. La confluencia de ambos trastornos
está asociada a comorbilidades con trastornos conductuales e implica un mayor riesgo
suicida.
- Trastornos por uso de sustancias: es muy frecuente la comorbilidad en aquellos
casos no tratados de TDAH en la infancia. La confluencia de ambos genera un peor
pronóstico.
- Trastorno bipolar
- Trastornos del espectro autista (TEA): La disfunción ejecutiva de ambos
trastornos tiene un patrón distinto y sumatorio. Los estimulantes deben utilizarse con
precaución en esta población.

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- Trastorno del aprendizaje: siendo ambos causa de problemas escolares debe
realizarse un diagnóstico diferencial adecuado.

 Existen numerosas pruebas que contribuyen al diagnóstico del TDAH y precisan de la


colaboración tanto de los padres como del personal docente, algunas de estas pruebas
son:
La Escala de Conners (u otras escalas de comportamiento) aportan datos que no se
habían recabado por ejemplo en las entrevistas, y pueden ser muy importantes en casos
de diagnóstico más dudoso. También son útiles para aportar el punto de vista de alguien
que no puede entrevistarse con el médico, como por ejemplo el profesor del niño/a.
La escala Magallanes permiten evaluar la presencia de los síntomas característicos del
TDAH, como: deficiencias atencionales, hiperactividad, hipercinesia (excesivo
movimiento), déficit de reflexividad e Impulsividad por parte de padres y profesores.

El heteroinforme SNAP-IV para ser cumplimentado por los padres y profesores entre 3
y 17 años. Valora la presencia y severidad de conductas indicadoras de TDAH.

 La atención es importante para que las personas puedan adaptarse y sobrevivir ya que
facilita conseguir los objetivos y evitar el peligro. Por lo tanto, la atención se considera
un prerrequisito funcional para el adecuado funcionamiento en la gran mayoría de las
actividades que se realizan día a día y eso incluye sus relaciones psicosociales.

Según (Orjales, 1995) “los niños con TDAH presentan habilidades interpersonales
deficientes, en comparación con sus iguales, socialmente más competentes”.

De igual manera según (Landau y Moore, 1991) “Los pacientes con TDAH muestran
relaciones sociales disfuncionales y conductas desadaptativas y adaptación disfuncional
al entorno social, lo que produce rechazo social, baja autoestima, retraimiento,
conductas impropias para llamar la atención de los compañeros, irascibilidad y un
impacto negativo en el rendimiento académico”

Las dificultades presentadas en los sujetos con TDAH, impiden la adecuada


comprensión de los indicadores importantes para el eficiente desarrollo de sus
interacciones sociales y el conocimiento de las normas que ordenan estas interacciones.

A si mismo presentan problemas para controlar sus impulsos, para seguir las reglas
establecidas, en momentos dan respuestas inadecuadas por la escasa inhibición, no
controlan sus movimientos catalogándolos como bruscos que interfiere en las
actividades de los demás, etc. y todo ello mezclado con un bajo control de las emociones
casi siempre exagerada, desajustadas y fuera de contexto, lo que hace difícil ajustarse

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a las circunstancias y plantearse una meta propicia a la misma dificultad para respetar
normas y límites. Ocasionando situaciones conflictivas, lo que desata el rechazo social,
principalmente de sus iguales (compañeros de clases, amigos, hermanos, etc.) y
percepciones más negativas de los adultos (docentes, padres, familiares, etc.) con los
que se involucra.

Otras de las dificultades que presentan los pacientes con TDAH es la valoración
negativa que realizan los demás de ellos, etiquetándolos como incontrolables,
conflictivos, agresivos, presentando accidentes y contiendas la mayor parte del tiempo,
además:

● Son valorados como incontrolables, torpes, desafiantes, malos estudiantes,


malos hermanos malos hijos, malos niños, mal educados, que hacen pataletas o incluso
violentos debido a la frecuencia con que tienen accidentes o problemas.
● Son rechazados por las personas de su medio ya que no comprenden su
comportamiento ni que es algo involuntario complejo de controlar, pudiendo producir un
aislamiento o retraimiento al sentir el rechazo.
● Pueden desarrollar muy baja autoestima, ansiedad, miedo al fracaso, escaso
autoconcepto, tics, bajo estado de ánimo, mala autoevaluación etc.

Por lo anterior es recomendable el entrenamiento en la adquisición de las habilidades


sociales

 El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es el trastorno psiquiátrico


más frecuente en la infancia y cada día va en aumento su estadística en niños y adultos
por lo que cabe preguntarse si realmente estas personas están siendo diagnosticadas
adecuadamente.

Sobrediagnosticar TDAH puede deberse a la insuficiencia de realizar un diagnóstico por


la impresión inicial, o a seguirse de las quejas de docentes y/o padres, que sus chicos
no prestan la debida atención y son inquietos. Para manifestar un adecuado diagnóstico
se requiere de atención precisa, tiempos apropiados, apoyos de diversos tipos (test,
estudios, entrevistas) ya que una mala prescripción puede tener un impacto
determinante en la vida de la persona.

Las consecuencias del sobrediagnóstico afectan la vida de las personas debido a que
muchas de ellas son medicadas sin necesitarlo, afectándose también con los efectos
secundarios de estos medicamentos y se deja de tratar la afectación verdadera de base

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que está ocasionando las dificultades presentadas, así como el estrés y sufrimiento
causado a la familia.

De la misma forma el paciente mal diagnosticado llega a creer que padece este trastorno
y justifica sus comportamientos bajo esos parámetros, además que se genera un
estigma de todas las personas y contextos que se desenvuelve impidiendo su
realización personal normal llevándolo a limitar a recibir o disfrutar de muchas
actividades cotidianas de la vida diaria

El TDAH no es un estado benigno, es por ese motivo que se hace necesaria la atención
de los profesionales idóneos para el diagnóstico y tratamiento. Ya que muchas veces el
paciente presenta problemas de convivencia, sus padres están separados o se
encuentran en procesos de separación, violencia intrafamiliar, ausencia de alguno o de
los dos padres, pautas inadecuadas de crianza, pérdida, duelo mal llevado o cualquier
otro factor por el cual el paciente quiera llamar la atención y que suele confundirse con
TDAH.

 La sintomatología comportamental del TDAH se inicia en la infancia y se extiende a lo


largo de la vida del sujeto, puede revelarse en la mayoría de las esferas trascendentales
y relacionales del paciente, siendo su notabilidad correspondiente a la intensidad con
que presenten sus síntomas.

Aunque no se destaca que los mismos síntomas que hoy en día se estimen como
disfuncional y pueden producir problemas relevantes en el aprendizaje normativizado
por el sistema educativo, en las normas de comportamiento psicosocial y laboral,
algunas conductas de impulsividad, originalidad y búsqueda de sensaciones de algunos
TDAH pueden proporcionar grandes éxitos profesionales.

Las principales consecuencias manifestadas en el trastorno déficit de atención con


hiperactividad a nivel personal, familiar, individual, laboral, escolar en relación de la edad
y maduración del sujeto afectado son las siguientes:

Malestar psíquico y angustia personal, grave y constante conflictividad familiar, lo que


traerá problemas convivenciales y dificultad para formar una familia, dificultades en el
aprendizaje y el bajo rendimiento académico lo que le impediría lograr obtener una
carrera universitaria e incluso muchos individuos no llegan a terminar sus estudios en la
escuela, conductas impulsivas dificultando tener buenas relaciones con las personas
que lo rodean ,asume graves riesgos en los que su vida corre peligro, conflictividad
interpersonal, agresividad y violencia inmotivada e indiscriminada, búsqueda de

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seguridad en grupos contraculturales antisociales, bandas urbanas, adicciones
sustancias psicoactivas y comportamentales, sexo compulsivo y embarazos no
deseados, aumento de la posibilidad de contraer enfermedades infecciosas, escasa
evitación de riesgos y accidentes de tráfico repetitivos, inadaptación laboral como
asalariado lo que influye en su parte económica y dependiente. Inicio prematuro de
acciones delictivas, fracaso en su proyecto de vida como resultado final de las
dificultades intra y extra personal etc.

 La comorbilidad del TDAH con el trastorno negativista desafiante y los trastornos de


conducta es muy común. Su presencia empeora el pronóstico, por lo que precisa de un
tratamiento precoz, intensivo y multi-modal. Es fundamental a la hora de realizar el
diagnóstico, evaluar si asociados a los síntomas del TDAH, el paciente presenta:
enfados, irritabilidad, discusiones frecuentes con el adulto o si es vengativo desde la
infancia. La presencia de síntomas desde la infancia en un paciente con un TDAH, como
son: agresiones, crueldad, robos, absentismo, mentiras, etc., que sugieren una
asociación con un TC, indica la necesidad de realizar tratamientos más intensivos, dado
el aumento del riesgo de una peor evolución a lo largo de la adolescencia y la edad
adulta, comparado con aquellos que no los presentan.
 El conocimiento de las bases neuroquímicas del TDAH permite que el tratamiento pueda
también abordarse de manera médica- farmacológica, sin olvidar, que el correcto
enfoque del mismo debe ser multidisciplinar (Barkley,2002,2008).

El tratamiento farmacológico resulta eficaz ya que ayuda a mejorar la hiperactividad, la


atención, concentración y a atenuar la inquietud y la impulsividad. De esta forma, el niño
es capaz de controlar su comportamiento y mejorar su rendimiento escolar favoreciendo
su autoestima y autoconfianza.

Concerta, Rubifén o Ritalín son tipos de metilfenidato, es decir, son psicoestimulantes


muy efectivos en el tratamiento del TDAH puesto que reducen los síntomas cardinales
del trastorno. Concretamente los niveles de actividad y aumentan la atención debido a
que bloquea la recaptación de noradrenalina y la dopamina en la neurona presináptica
y aumenta la liberación de estos monoaminas en el espacio extraneural.

El metilfenidato puede ser adictivo, no se debe tomar una dosis mayor ni con más
frecuencia, tampoco durante más tiempo ni de forma diferente a la que su médico receta.
Si toma demasiado metilfenidato, podría notar que el medicamento ya no controla sus
síntomas, podría sentir la necesidad de tomar mayores cantidades del medicamento, y
podría experimentar cambios inusuales en su comportamiento.

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Algunos expertos creen que existen intereses económicos en cuanto al tratamiento para
el TDAH, y parte de la comunidad científica pone en entredicho tanto el exceso de
diagnósticos como la efectividad de los medicamentos. Esto se debe al aumento de
casos de Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad (TDAH) entre el 2000 y
2012 diagnosticados en España, y que en 2006 se impuso en el mercado un nuevo
fármaco para tratar dicho trastorno, llamado Concerta, casi 20 veces más caro que el
anterior, el Ritalin.

 Son múltiples los aspectos de la vida de los niños afectados por el TDAH. Por ello, se
debe realizar un tratamiento especializado e individualizado adecuado a cada caso no
atendiendo únicamente al tratamiento farmacológico.

La intervención psicológica debe centrar en los aspectos en los que la persona con
TDAH presenta problemas: cognitivo, emocional o conductual. Así mismo, se debe
orientar a la etapa del ciclo vital que atraviese el paciente o la familia.

Las estrategias de intervención psicológica en TDAH más importantes son las


siguientes:

- Terapia familiar: incluye tanto el aprendizaje del entorno familiar de la patología,


estrategias conductuales y emocionales, abordaje del estrés, terapia de pareja (facilitará
la toma de decisiones, normas, etc.), ...
- Abordaje psicoeducacional: se basa en explicar y enseñar al afectado en qué
consiste su trastorno, las características del mismo y qué puede hacer para mejorarlo.
Se trabajará la aceptación del diagnóstico, así como los compromisos y las vías de
intervención terapéuticas.
- Terapia cognitivo-conductual: se desarrollará un trabajo individual con el
afectado que le ayude a entrenarse en autoinstrucciones, resolución de conflictos,
habilidades y estrategias internas, autorregulación emocional, organización y
planificación de la conducta en función de objetivos y metas.

Se ha demostrado que es la terapia más eficaz para el tratamiento con niños con este
diagnóstico y reducir, por tanto, los comportamientos desajustados que presentan.

- Terapia de modificación de conducta: trata de establecer los mecanismos de


sustitución de la conducta más disruptiva por otros adaptativos y funcionales. Se basa
en el establecimiento de límites y normas y entrenamiento en hábitos y conductas
positivos.

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- Entrenamiento en habilidades sociales: una de las principales dificultades de los
niños y, sobre todo, adolescentes con TDAH es las dificultades para mantener
relaciones sociales adecuadas con sus iguales debido a una baja autoestima y a su
tendencia a aislarse por lo que se trabajan tanto estos aspectos como el entrenamiento
en conductas prosociales.
- Técnicas de relajación y control de estrés y ansiedad: Se recomienda realizar
actividades deportivas y culturales que contengan un factor físico, la expresión corporal,
relajación y respiración, etc. que ayuden a los pacientes a controlar la ansiedad y el
factor hiperactivo del trastorno.
- Estimulación cognitiva de las funciones afectadas: el papel de los
neuropsicólogos es mejorar el funcionamiento de las funciones ejecutivas
(entrenamiento en planificación, toma de decisiones, autoinstrucciones, resolución de
problemas,), mejorar también la capacidad atención (especialmente la atención
sostenida) y la memoria de trabajo.
- Terapia de grupo: ayudará no solo de manera individual sino también para
trabajar las relaciones con los iguales y las habilidades comunicativas de los pacientes.

 Entre los fármacos más usados para el tratamiento del TDAH se encuentra el
metilfenidato (Concerta©), su uso a largo plazo no ha sido evaluado de forma
sistemática por medio de estudios controlados, y su uso se suspende de forma general
durante o después de la pubertad. Existe evidencia de posibles trastornos psiquiátricos
derivados de su uso prolongado como son tics motores, agresividad, ansiedad, psicosis
o depresión. No obstante, su aparición va ligada a determinados factores de
vulnerabilidad. Asimismo, se debe controlar su uso por periodos de más de 12 meses,
evaluando diferentes parámetros como el estado cardiovascular, apetito, desarrollo
corporal o trastornos psiquiátricos preexistentes.
 Uno de los propósitos respecto al TDAH es la tendencia a reducir la subjetividad en su
diagnóstico, a día de hoy su etiología es desconocida, y este diagnóstico está basado
en un consenso, sin que haya ninguna prueba objetiva

También desde diversos ambientes se está abogando por la aplicación del criterio de
prudencia en relación al diagnóstico y tratamiento del TDAH. Esto se basa en la
imposición del principio de beneficencia, en el que el profesional actuaría guiado por el
bien del paciente evitando cualquier actuación que desembocara en daño. Como se ha
comentado en el video, ante los casos leves sería recomendable la comprobación de la
evolución. La medicación debería constituir el último recurso y ser empleada durante
tiempo reducido.

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Del mismo modo, una tendencia que se debe aplicar con mayor consistencia es
la del principio de autonomía, donde dependiendo de la edad del menor, se le permitirá
su integración en el tratamiento.

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