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Caso practico MORA DEL DEUDOR

PLANTEAMIENTO
"A" está obligado a entregar a Doña "B" 20.000 euros el 31 de diciembre de
2014; sin embargo, el deudor no cumple con su obligación hasta que
transcurre un año desde la citada fecha. Doña "B" ha hecho varias llamadas
telefónicas y ha enviado diversos telefax a Don "A", solicitándole de forma
amistosa el pago de la cantidad debida, a lo que el mismo contestaba
cordialmente que satisfaría tal deuda en cuanto su situación económica se lo
permitiese. Los perjuicios económicos causados a Doña "B" por la demora
en el pago de la citada cuantía se cifran en 1.600 euros. ¿Puede exigir Doña
"B" algún tipo de indemnización como acreedora?
RESPUESTA
En este caso nos encontramos ante un supuesto de incumplimiento de las
obligaciones, puesto que el deudor no lleva a cabo la ejecución de la prestación
dentro del plazo establecido para ello, de modo que existe un retraso en la entrega
de la cantidad debida. Teniendo en cuenta que Don "A" (deudor) hace entrega de
los 20.000 euros a Doña "B" (acreedora) un año después de la fecha pactada en el
momento de nacimiento de la obligación, se trata en este caso de
un cumplimiento relativo (inexacto) de la misma, no absoluto (total), puesto que a
pesar de no efectuarse el pago dentro del plazo, sí permite la naturaleza de la
obligación su posterior cumplimiento (como finalmente ha hecho el deudor en este
caso).
En virtud de lo establecido por el Art. 1101 ,Código Civil, el deudor deberá pagar
en este supuesto la indemnización de daños y perjuicios por incurrir en
mora (pues no concurre en esta ocasión la circunstancia de fuerza mayor). En
relación con lo anterior, ha de aclararse que la mora puede definirse como aquella
situación que se produce cuando el cumplimiento, aunque tardío, resulta
satisfactorio para el acreedor y dicho retraso es imputable al deudor (Art.
1105 ,Código Civil).
Para que el retraso se convierta en mora es necesario que el acreedor exija al
deudor, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento de la obligación (pues en
este caso concreto no nos hayamos ante los supuestos de mora automática).
Asimismo dicha deuda ha de ser exigible y estar vencida, y el acreedor ha de llevar
a cabo la intimidación o interpelación al deudor; aunque ambos pueden pactar en
alguna cláusula del contrato, en el que se estipula la obligación, que el retraso en
su ejecución dé lugar a la indemnización de daños y perjuicios sin necesidad de
previa reclamación.
En relación con los efectos derivados del comportamiento del deudor, consistente
en el pago atrasado de la cuantía de 20.000 euros, objeto de la obligación a la cual
se halla vinculado con la acreedora de dicho supuesto, podemos exponer que:
El deudor queda obligado a cumplir la obligación y además indemnizar los
daños y perjuicios causados a la acreedora por su retraso.
El Art. 1108 ,Código Civil, por su parte, establece que si la obligación consiste en
el pago de una cantidad de dinero y el deudor incurriere en mora, la indemnización
de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de los
intereses convenidos y a falta de convenio, el interés legal. Sin embargo aunque
se haya retrasado si no ha incurrido en mora (por no cumplirse los requisitos antes
expuestos para poder afirmar la existencia de dicha figura), no deberá indemnizar
por daños y perjuicios.
En este caso, existen diversas opciones en cuanto a las posibles reacciones del
acreedor frente al incumplimiento, que varían según la naturaleza y características
de la relación y obligatoria. De este modo, Doña "B" podría exigir al deudor el
cumplimiento de la obligación ó exigirle la restitución de la prestación, la
resolución. En este caso el Juez sólo podría condenarle a la primera opción y si el
deudor siguiese sin cumplir, la acreedora podría instar una ejecución forzosa.
La indemnización de daños y perjuicios es siempre de carácter pecuniario,
una cantidad de dinero, y para la cuantificación de la misma han de incluirse los
siguientes conceptos (Art. 1106 ,Código Civil): -el daño emergente (el daño o
pérdida sufridos por el acreedor) y el lucro cesante (la ganancia dejada de obtener
por el acreedor).
Obviamente, la reclamación del cumplimiento no excluye en estos casos la
indemnización, y el acreedor (Doña "B" en el presente supuesto), será quien deba
probar los daños ocasionados por el retraso en el cumplimiento de la obligación
por parte de Don "A", el deudor. Ha de analizarse además en este tipo de casos si
el deudor es de buena fe o de mala fe; puesto que en el primero de los casos, éste
responderá por menos, por los daños que se hubiera podido prever al tiempo de
constituir la obligación.

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