El libro escrito por Sean Covey, “Los 7 hábitos de los adolescentes
altamente afectivos” que cuenta con una narrativa interesante,
ofrece estatutos timoneados por el autor el cuál expresa su deseo por escribir este libro con el objetivo de brindar ayuda o apoyo a la adolescencia en general, pero principalmente a aquellos con deficiencias en cualquier aspecto de su vida, maneja una redacción y estructuración entretenida y adecuada para adolescentes, ejemplificaciones que quizá es siempre lo que le falta a todo libro cuando intenta expresar algo.
Al ser esta etapa la más importante en la vida de un ser humano,
ya que es la transformación de infante a la inclusión de la vida adulta tomando papel en actividades sociales con grados de responsabilidad, el libro no sólo es un apoyo dirigido a un fragmento de la población, si no que podría asumir un papel más importante.
Previo a la introducción de los hábitos se dedicó una pequeña
sección de paradigmas y principios importantes para tomar en cuenta en el futuro recorrido que se darán a las hojas del libro.
Podemos comenzar hablando de la primera sección, la victoria
privada, o la cuenta de banco personal, como su nombre lo indica de debe comenzar en el interior de una persona para someterse a cualquier tipo de cambio, así pues maneja una comparación, el ser tu mismo o tu sentir con una cuenta bancaria, donde cada ahorro es el compromiso contigo mismo, y remarca la importancia de regirse con honestidad en cada paso de la vida.
El hábito uno, ser proactivo, puede ser resumido tan simplemente
como el tomar batuta y responsabilidad de tus acciones, evitar la mediocridad, no dejar a la deriva tu barco y que otras personas encaminen o tomen control de tus estados de ánimo, y así mismo tener el ímpetu de siempre continuar a pesar del fracaso, y en lugar de victimizarse por este mismo y casi volverlo una religión, más bien convertir el fracaso en una especie de triunfo, todo o la base de todo es nada más ni menos que el auto control.
El hábito dos, comenzar con el fin en la mente, puede resumirse en
tomar el enfoque de tu vida o tus acciones, simplemente saber en dónde poner la mira, a base de tus principios previamente establecidos, ir por todo o nada, motivarte y saber plena y concisamente qué y para qué estás aquí, adquirir e identificar tus motivaciones, ya que sin esto podrás tener el intelecto de Einstein pero no lo aprovecharías en nada.
El hábito tres, poner primero lo primero, resumido en el análisis y
clasificación ordenada e nuestras actividades por urgencia e importancia, no sólo trata de sobreponer acciones o labores, si no que se comporta de la misma forma para sentimientos por ejemplo, habiendo muchos subjetivos, o de la misma manera barreras u obstáculos de la persona, para volverlos fortalezas, está habilidad es un hábito que se puede apoyar en el anterior para no perder de vista tus objetivos.
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