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Christian Steven Pinto Ibáñez - 1015479327

Texto reflexivo
Resumen
En la relativamente corta historia de la psicoterapia, el problema psicológico ha
sido entendido de distintas maneras, pues con el paso del tiempo se desarrollaron
múltiples escuelas que inmersas en distintas maneras de ver el mundo no podían
conciliar una definición única, pues como lo menciona Norcross (2005) citando a
Larson (1980) los sistemas terapéuticos “parecían hermanos peleando” y eso
resultaba en “Dogma come dogma”.
De ahí que el problema psicológico fuera entendido como una determinación,
bien sea psíquica inconsciente o ambiental y a partir de este entendimiento, se
crearon una multiplicidad de variaciones que generaron una gran cantidad de
sistemas terapéuticos. Sin embargo con el paso del tiempo una nueva postura
emergió con el objetivo de ofrecer una perspectiva distinta de cómo se debía
entender el problema psicológico. La escuela humanista se centró en tomar lo mejor
de los aportes de las dos escuelas dominantes de la época para sintetizar en una
nueva mirada hacia la persona como un todo, velando por desarrollar en ella
autonomía y otros valores positivos de auto-superación, idea que posteriormente fue
ampliamente aceptada y vista como una integración. Así pues el problema
psicológico ha venido entendiéndose de manera integrada como el malestar en
alguna de las áreas que hacen parte de la persona, tanto de manera introspectiva
como extrospectiva y que debe aliviarse de manera eficiente.
Influenciados por la idea de una integración del conocimiento terapéutico, varios
autores encontraron congruencias entre las terapias que fueron agrupadas y
denominadas como Factores comunes en los que se encontraban: 1. La catarsis, 2.
La personalidad del terapeuta, 3. La racionalidad del terapeuta y 4. la relación
terapéutica. Estos factores comunes tienen como objetivo crear tratamientos más
parsimoniosos y eficaces basados ​en esos elementos comunes (Norcross, 2005).
Como resultado es posible destacar aspectos cruciales dentro del proceso
psicoterapéutico que llevadas a cabo de manera correcta benefician el progreso y
ayudan a cumplir con los objetivos terapéuticos. Para empezar, la relación
terapéutica es el factor principal pues ésta ayuda a conocer al paciente e inicia a
transformarlo partiendo de la empatía del terapeuta y el respeto por la persona
Christian Steven Pinto Ibáñez - 1015479327

desde el primer momento de interacción. En esta relación también se encuentra el


Aprendizaje Relacional Implícito (ARI) como lo llaman en The Boston Change
Process Study Group (2010) que es aquel conocimiento afectivo e interactivo que se
adquiere a partir de las relaciones con los otros y que constantemente se está
reorganizando en base a las experiencias que se vivan. Es por ello que el terapeuta
debe ofrecerle a la persona una experiencia emocional correctiva, que como su
nombre lo dice, corrige experiencias previas que causan malestar y permiten a la
persona reorganizarse. Además se deben brindar insights que puedan generar
conciencia de problemáticas que la persona había pasado por alto y a los cuales
debe prestarse atención. Durante este proceso se crea un espacio seguro en el que
la persona hace catarsis de sus malestares, como una liberación y a la que el
terapeuta debe estar en capacidad de contener en caso de que desborde
emocionalmente a la persona. Hay que mencionar además que en este espacio, al
ser de la persona, se le permite practicar de manera segura las herramientas que
requiere para aliviar su malestar y en el que se le refuerzan estas conductas para
que sean estables y duraderas en el tiempo.
Reflexión
Teniendo en cuenta lo anterior, considero que la psicoterapia es un proceso de
transformación, es un espacio personal e íntimo en el que la persona se sienta
cómoda de desvelar aquellos malestares de cualquier índole. Es un momento en el
que se le da lugar a las necesidades de las personas, donde puedan descargar y
aliviar las tensiones que puedan surgir en el diario vivir y que tendría como objetivo
principal ayudar a las personas a alcanzar un estado de bienestar óptimo,
propendiendo por el cuidado a largo plazo del consultante. Es posible encontrar
estos espacios con personas muy cercanas, pero la psicoterapia está soportada por
teoría que encuentra ciertas regularidades sin olvidar la importancia crucial que
tiene la información del paciente y de esta manera no solamente darle un “consejo”
si no profundizar en aspectos relevantes que ayuden al consultante a comprender y
trabajar sobre sus necesidades en distintos tiempos, es decir, a corto plazo sobre
las necesidades urgentes, a mediano plazo proveer de herramientas para afrontar
de manera eficiente el problema y a largo plazo promover hábitos saludables de
autocuidado y bienestar.

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