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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA


DIVISIÓN DE POSTGRADO INGENIERÍA
CÁTEDRA: METROLOGÍA.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA METROLOGÍA

Autor:
Andrea E. García P.
C.I.: 23.866.547

Maracaibo, 26 de octubre de 2019.


RESEÑA HISTÓRICA DE LA METROLOGÍA

La evolución de la humanidad ha sido marcada en gran medida por los avances tecnológicos
y científicos que estos se han logrado realizar por medio de múltiples fenómenos mensurables
que constatan la veracidad de estos, donde al encontrar resultados similares en repetidas
mediciones comprueban una teoría formulada. La posibilidad de utilizar unidades de medición
reconocidas y aceptadas internacionalmente ha sido posible gracias a la metrología.

Sin embargo, su aceptación internacional, no fue un camino fácil de lograr. Desde sus inicios,
el ser humano no se conformó con solo dejar transcurrir los días, viviendo en la tranquilidad
de la ignorancia en cada día que pasaba. Puesto que se generaron gran cantidad de
interrogantes con referencia a cómo saber cuándo era preciso realizar la siembra, el momento
ideal para la caza, cuándo prepararse a las estaciones de frío o aquellas más calurosas, así
como estas, infinitas dudas, que marcaron los inicios de la metrología al considerar estudiar
la unidad del tiempo.

De acuerdo con Escamilla, A (2015) quien plantea un comentario ilustre de Bacon Francis en
el cual dice:

“El primer gran descubrimiento fue el tiempo, el terreno de la experiencia. Sólo señalando los
meses, las semanas y los años, los días y las horas, los minutos y los segundos, pudo la
humanidad liberarse de la cíclica monotonía de la naturaleza. El correr de las sombras, de la
arena y del agua, del tiempo mismo, traducido al staccato del reloj, se convirtió en una útil
medida de los movimientos del hombre a través del planeta. Los descubrimientos del tiempo
y el espacio llegaron a ser una dimensión continua. Las comunidades de tiempo produjeron
las primeras comunidades de conocimiento, las maneras de compartir el descubrimiento, una
frontera común de lo desconocido”.

En este apartado, Bacon Francis acepta el paso fundamental hacia el futuro con el
descubrimiento de la unidad de medida del tiempo, como forma representativa del avance
tanto físico como mental, donde era posible considerar que el tiempo no se detenía y que
representa un recurso que debe aprovecharse al máximo y partiendo de este hecho era
fundamental que se unieran comunidades enteras para darle continuidad a estos avances.
En sus inicios, la Luna fue considerada relevante para la medición, incluso la palabra “moon”
en inglés y en otras lenguas proviene de la raíz “me”, relacionado al significado de medida, lo
cual no es más que, en tiempos remotos la Luna sirvió como primer instrumento para la
medición del tiempo. Pero a pesar de su facilidad de uso, se generaron inconvenientes como,
por ejemplo, no se podía determinar las estaciones para la caza, para predecir los tiempos de
lluvia, para determinar cuándo llegaría el tiempo de siembra, entre otras interrogantes, que
demostraban que no era suficiente considerar la Luna para cubrir necesidades específicas.

Además del hecho de que no podían considerarse los ciclos de la Luna para determinar el
tiempo en su totalidad, puesto que no llevan relación con los ciclos del Sol. Sin embargo, esto
fue el estímulo necesario para el pensamiento en buscar medios alternativos para cubrir las
necesidades insatisfechas que dejó la Luna en cuanto al tiempo se refería. Las estaciones del
año se rigen por los movimientos de la tierra alrededor del Sol, donde cada vez que se inicia
un nuevo ciclo de estaciones, significa que la Tierra ha regresado al mismo lugar del circuito.
De acuerdo con esto, como anteriormente se mencionaba, era necesario conocer el calendario
de las estaciones.

El Sol en los inicios del tiempo

Debido al vacío de información que no podía cubrir la Luna y el creciente interés en el Sol, fue
así como se generó el reloj de Sol, considerándose en esa época la luz diurna como lo más
importante para llevar a cabo las tareas matutinas y los trabajo en esos tiempos, se usó la
sombra como orientación para determinar la hora del día, por lo que medidas pequeñas como
los minutos y segundos no eran de importancia en aquellos tiempos. De esta manera parte
otra limitante, el reloj solar solo era posible utilizarlo cuando el Sol salía mediante la sombra
que se generaba con la construcción de este, donde al estar oculto en las nubes, o aquellas
regiones donde no salía luz abundante de Sol, este reloj no era de utilidad, añadiendo el hecho
que para observar el transcurso de las horas era muy tardío y no era posible considerar
unidades más pequeñas para determinar el avance del día.
Las horas no fueron determinadas con exactitud en los relojes de sol hasta el siglo XVI, cuando
se desarrolló la ciencia del cuadrante, la cual puso de moda llevar relojes de Sol de bolsillo,
aunque para ese tiempo ya existían relojes mecánicos, que se volvieron más cómodos y
económicos en todo sentido. Los avances con respecto al tiempo para desligarse del uso
obligatorio del Sol, empiezan en 1583, cuando Galileo Galilei en sus 19 años, descubre el
baptisterio (llamado actualmente isocronismo) lo cual no es más que la igualdad de la
oscilación del péndulo, quiere decir, el período de oscilación de un péndulo no varía según la
amplitud de la oscilación, sino de acuerdo a la razón de longitud del péndulo. Gracias a este
descubrimiento, a pesar de que Galileo no sacó máximo provecho a ello, permitió reducir el
margen de error de los mejores aparatos para medir el tiempo, de 15 minutos a 10 segundos
por día.

Donde un reloj que funcionaba al unísono con muchos otros convertía al tiempo en una
dimensión que transcendía el espacio. Lo cual trascendió a considerar el reloj como una norma
universal, que uniformaba las unidades de tiempo en todo el planeta. Durante siglos el Sol se
usó como unidad de tiempo, donde se manifestaba que existían periodos irregulares de
rotación y que crecían lentamente. Esto generó múltiples investigaciones que permitieron
consecuentemente en 1956 la Unión Astronómica Internacional y el Comité Internacional de
Pesas y Medidas realizaran recomendaciones con respecto a adoptar el tiempo Efemeris, este
tiempo se basa en el movimiento orbital de la Tierra alrededor del Sol, ya que concluyeron que
sería la base más estable y exacta para definir el tiempo. La Conferencia de Pesas y Medidas
ratifica dichas recomendaciones por ambas organizaciones luego de 4 años.

Basado en estas recomendaciones, se crea el primer reloj atómico, quien tuvo como
responsable creador el norteamericano Harold Lyons del National Bureau of Standards (NBS)
pionero del National Institute of Standards and Technology (NIST) de los Estados Unidos de
América el cual se basaba en las transiciones atómicas de la molécula amoniaco. Esto
incentivo en los siguientes años, a definir el segundo como la duración de 9 192 631 770
periodos de la radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del
estado base del átomo de 133Cs, por acuerdo internacional en 1967.
Es posible detallar las numerosas dificultades que se presentaron solo para determinar las
unidades de medidas del tiempo y el instrumento adecuado para conocer las mismas, sin
embargo, existen otras unidades de medición que no fueron tan sencillas de determinar
durante la historia.

El cuerpo como sistema de referencia para la longitud

Segú Prieto, E (2003) del Centro Español de Metrología, antes del Sistema Métrico Decimal,
los humanos no tenían más remedio que echar mano de lo que llevaban encima, que no hacía
otra referencia más que su propio cuerpo, para contabilizar e intercambiar productos. Es así
como aparece el pie apoyado a la tierra como unidad para medir parcelas de tierra, el codo
para medir piezas de tela, el paso para medir terrenos más grandes, la palma para medir
objetos más pequeños y delicados y para medir unidades más pequeñas de longitud, el dedo.
Luego de forma continua, se originaron correspondencia entre estas unidades como, por
ejemplo, una palma son 4 dedos, la pulgada puede dividirse en 12 partes, entre otras
correspondencias., que a la larga representó un sistema de medición con menor precisión y
sin ningún tipo de estándares al considerarse una diversidad tan amplia como la diversidad de
humanos existe en el planeta tierra, por lo que al comprar o vender de acuerdo a ciertas
medidas corporales resultaba beneficioso para unos como perjudicial para otros.

Los esfuerzos de los reyes cristianos luego de la conquista de Toledo en 1085, por acabar con
la multiplicidad de valores aceptados, duraron varios siglos, existiendo en la Novísima
Recopilación hasta cinco Leyes que se ocupan de esta cuestión, recogiéndose en varias de
ellas algunas disposiciones más antiguas. Estas leyes van desde la de Don Alonso de
Segovia, en 1347, titulada “Igualdad de los pesos y medidas en todos los pueblos, y oren que
se ha de observar en ellos”, hasta la de Carlos I y D” Juana, en Madrid, en 1534 titulada
“Arreglo de pesos y medidas por los Corregidores y Justicias”. Sin embargo, la solución
definitiva tendría lugar más de 200 años después con la aparición del sistema métrico decimal.
Uno de los hechos que permitió el avance en la metrología fue la expedición al Perú realizada
por Antonio de Ulloa y Jorge Juan, organizada por la Academia de Ciencias Francesas, donde
la misión constaba de dos fases, la geodésica, consistente en triangular una distancia de 400
km a lo largo del corredor interandino y la segunda fase se refiere a las observaciones
astronómicas para determinar la amplitud angular del arco triangulado. Al regreso ambos
expusieron sus trabajos, donde se mostraba sus conocimientos del análisis infinitesimal, su
dominio de las teorías de Huygens y Newton y posteriores desarrollos.

En esta época existía una diversidad enorme de pesos y medidas, lo cual empezaba a
obstaculizar el comercio y el progreso industrial, ambos ya muy importantes causando retos y
adversidades a los recaudadores de impuestos. Aunque la primera propuesta aproximada de
lo que luego sería el sistema métrico decimal parece que fue hecha en 1670 por el francés
Gabriel Mouton, dicha propuesta fue discutida y manipulada durante más de 120 años, siendo
finalmente Talleyrand el que, en 1970, la suscribió ante la Asamblea Nacional francesa. El 21
de septiembre de 1792 fue cuando se fijó como valor del metro “la diezmillonésima parte del
cuadrante de meridiano terrestre que pasa por París”. Los trabajos de medición fueron
realizados por Delambre y Méchain quienes midieron el arco meridiano comprendido entre
Dunquerque y Barcelona.

El 19 de Julio de 1849 se introduce mediante la Ley de Pesas y Medidas el sistema métrico


decimal y su nomenclatura científica, así como los reales decretos y órdenes para su
aplicación, la cual a pesar de ser sancionada por la reina Isabel II, esta ley siguió adelante con
el apoyo de Bravo Murillo quien alcanzó luego la presidencia del Gobierno en España y quien
estaba convencido que el sistema métrico decimal era el único camino para atajar la heredada
diversidad metrológica.

En la considerada primera ley fundamental de metrología española del 19 de julio de 1849, se


dejaba claro el concepto de uniformidad donde se manifestaba que solo habría un sistema de
medidas y pesas en todos los dominios españoles y que la unidad fundamental de este
sistema será igual en longitud a la diezmillonésima parte del arco del meridiano que va del
Polo Norte al Ecuador y se llamaría metro. Donde en el artículo tercero de esa ley se
materializa el patrón, el cual estaba hecho de platino y que se almacenaría en el Conservatorio
de Artes el cual fue calculado por D. Gabriel Ciscar y construido y ajustado por él mismo y D.
Agustin de Pedrayes, se declaró patrón prototipo legal y con arreglo a él se ajustarían todos
los del reino.

Una vez definida la unidad de longitud, se establecieron las unidades resultantes de medición:
el metro cuadrado (para área) y el metro cúbico (para volumen). El kilogramo se definió en sus
inicios como el peso de un cierto volumen de agua, considerándose este líquido por su fácil
acceso y purificación. El sistema métrico decimal, al considerar unidades bases simples, su
expansión en aplicación se hizo en gran magnitud fuera de Francia.

Fue así como se empezó a adoptar en provincias de Italia a principios del siglo XIX, en Holanda
para los años 1816, como se había mencionado anteriormente en España en el año 1849, se
consideró como sistema exclusivo en Francia en el año 1837 y años más tarde, en
Latinoamérica se adoptó el metro en 1860, el sistema métrico decimal empieza a expandir su
aceptación para a mediados del siglo XIX en diferentes naciones de todo el mundo como
Estados Unidos, Canadá y Alemania.

Creación de las entidades necesarias para la estandarización de las unidades de medidas a


nivel mundial

La dependencia a estándares nacionales, los cuales eran copias del prototipo internacional
original además de la dificultad de uniformidad para hacer estas copias, limitó el deseo
internacional de estandarización, lo cual ocasionó consecuentemente la fundación del Bureau
International des Poids et Mesures (BIPM) con los términos del tratado diplomático conocido
como la Convención del Metro el 20 de mayo de 1875.

A pesar de lo tardío en la generación de resultados en cuanto a la metrología se refiere, luego


de 73 años, la novena Conferencia General de Pesas y Medidas (CGPM) cedió la
responsabilidad al Comité Internacional de Pesas y Medidas (CIPM) un detallado estudio en
referencia a la reglamentación necesaria para las unidades de medida del sistema MKS así
como determinar la unidad eléctrica para el sistema práctico absoluto, con el objeto de
garantizar un sistema de medidas de fácil acceso para todos aquellos países signatarios de la
Convención del Metro.

En años posteriores, y de forma más rápida, se lograron importantes objetivos en la


metrología. Como por ejemplo, en 1954 la décima CGPM adoptó las unidades de base de este
sistema práctico de unidades, las cuales son: de tiempo, segundo; de longitud, metro; de
masa, kilogramo; de intensidad de corriente, ampere; de temperatura termodinámica, kelvin;
de intensidad luminosa, candela. Dos años después, decide el Comité Internacional de Pesas
y Medidas dar la recomendación de establecer el nombre de Sistema Internacional de
Unidades (SI), para las unidades de base adoptadas en la décima CGPM, el cual fue
definitivamente adoptado en 1960.

En 1971, la decimocuarta CGPM, toma la decisión de agregar la mol como unidad de cantidad
de sustancia a las unidades bases del Sistema Internacional de Unidades. Cabe destacar que,
la CGPM se encuentra conformada por los diferentes delegados de cada uno de los países
miembros, quienes realizan una reunión cada 4 años en París, Francia. De acuerdo a
Escamilla, A (2015) “Cada conferencia General recibe el informe del CIPM sobre el trabajo
realizado. En su seno se discuten y examinan los acuerdos que aseguran el mejoramiento y
diseminación del Sistema Internacional de Unidades, se validan los avances y los resultados
de las nuevas determinaciones metrológicas fundamentales y las diversas resoluciones
científicas”. Donde es posible detallar la responsabilidad en llevar a cabo los objetivos de las
diferentes entidades relacionadas al SI que entre ellos se considera permitir la actualización
constante de acuerdo a las innovaciones del tiempo cursante así como también mejorar
continuamente lo que respecta a reglamentos y normativas del BIPM.
CONCLUSIONES

 La metrología es la ciencia de la medición, donde se encarga de precisar todo


lo referente a las experimentaciones y teorías formuladas con respecto a
diferentes interrogantes en el campo de medición relacionado a cualquier
campo de la ciencia y tecnología. El primer gran descubrimiento fue el tiempo,
como forma representativa del avance tanto físico como mental, el cual podía
servir de comparación para indicar las posibles actividades por hacer en el
transcurso de un día, por lo que empieza a considerarse la Luna como medio
para indicar cuántos días transcurrían con la aparición de la misma, que luego
al no ser suficiente para cubrir las necesidades del tiempo (Determinación de
las estaciones, tiempos de lluvia, entre otras), fue cuando se introdujo el Sol en
dicho análisis.

 Al considerarse el Sol en el análisis del tiempo como unidad de medida, fue


cuando se inventó el reloj Solar, el cual de acuerdo a su construcción
proporcionaba una sombra que, en función a la ubicación del Sol, se podía
determinar la hora del día. Esto permitía a comunidades enteras, realizar sus
actividades matutinas. Sin embargo, al ser un invento que dependía totalmente
de la luz brillante del Sol, en el momento que el sol se ocultaba en las nubes,
no era suficientemente brillante o no era posible utilizar el reloj solar, incluso,
cuando se empezó la necesidad de conocer con mayor certeza el transcurso
del tiempo con unidades más pequeñas que permitieran un mayor control de
estos avances, fue cuando se hizo necesario crear relojes mecánicos para
solventar dichos obstáculos.

 Galileo Galilei contribuyó en gran medida para la determinación de la unidad de


medida del tiempo, puesto que fue quien inventó el péndulo, invento que
estableció una norma universal, ya que se dio cuenta que las oscilaciones del
mismo eran iguales y gracias a este descubrimiento, se permitió reducir el
margen de error de los mejores aparatos para medir el tiempo, de 15 minutos a
10 segundos por día. Consecuentemente, luego de tan magno avance, el cual
sirvió de base para el análisis de múltiples estudios e incluso futuras mejoras
como lo fue en 1956, la Unión Astronómica Internacional y el Comité
Internacional de Pesas y Medidas realizaron recomendaciones con respecto a
adoptar el tiempo Efemeris, como la base más estable y exacta para definir el
tiempo.

 Ya determinada la unidad de medida del tiempo y el instrumento indicado para


su medición, se considera determinar las unidades de longitud, que a pesar que
se había utilizado la comparación como forma alternativa de medir y llegar a un
acuerdo, ejemplo el tamaño de las frutas unas con otras (donde se elegía la
más grande), debido al comercio y el progreso industrial, se considera tomar
como referencias ciertas partes del cuerpo para realizar las compras,
construcciones o negocios, fue allí cómo surgió la pulgada, el pie, la palma, el
paso, entre otros. Fue una solución rápida, fácil y económica ante una
problemática, pero por estas mismas razones, las consecuencias fueron
notables. No existía un estándar puesto que se consideraba una diversidad tan
amplia como la diversidad de humanos existe en el planeta tierra, por lo que al
comprar o vender de acuerdo a ciertas medidas corporales resultaba
beneficioso para unos como perjudicial para otros.

 Los reyes de turno realizaron esfuerzos notorios por acabar con tal magnitud de
diversidad, en búsqueda de establecer un estándar, se consideraron hacer
múltiples estudios o análisis para dar solución a esta problemática, fue así como
se realizó la expedición de Perú, que permitió el avance de la Metrología con el
apoyo de la Academia Francesa, con los experimentos realizados y el vasto
conocimiento de los responsables de dicha expedición fue como el 21 de
septiembre de 1792 fue cuando se fijó como valor del metro “la diezmillonésima
parte del cuadrante de meridiano terrestre que pasa por París. Por lo que años
más tarde (19 de Julio de 1849) se introduce mediante la Ley de Pesas y
Medidas el sistema métrico decimal y su nomenclatura científica, así como los
reales decretos y órdenes para su aplicación.
 Consideradas las unidades base en el sistema métrico decimal de fácil
aplicación, empieza a ser aceptado por una gran cantidad de países como
Holanda, España y hasta en Latinoamérica. Sin embargo, otros países, aún
tenían dependencia ante las copias de los estándares nacionales y su
complicada uniformidad, por lo que limitó el deseo internacional de
estandarización, fue así como empiezan a surgir la fundación del Bureau
International des Poids et Mesures (BIPM), Conferencia General de Pesas y
Medidas (CGPM), Comité Internacional de Pesas y Medidas (CIPM) y otros
centros, quienes tomaron la responsabilidad garantizar un sistema de medidas
de fácil acceso para todos aquellos países signatarios de la Convención del
Metro.

 En 1954 la décima CGPM adoptó las unidades de base de este sistema práctico
de unidades, las cuales son: segundo, metro, kilogramo, ampere, kelvin y
candela. Dos años después, decide el Comité Internacional de Pesas y Medidas
dar la recomendación de establecer el nombre de Sistema Internacional de
Unidades (SI). Y en 1971, la decimocuarta CGPM, toma la decisión de agregar
la mol como unidad de cantidad de sustancia a las unidades bases del Sistema
Internacional de Unidades. Los diferentes comités y Consejos organizados en
pro de la Metrología, permiten corroborar con experimentos y teorías
formuladas, así como estudios que justifiquen las decisiones a tomar en la
ciencia aplicada a la metrología para asegurar el mejoramiento y diseminación
del Sistema Internacional de Unidades para llegar a la aplicación de diferentes
normas o resoluciones científicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Escamilla, A (2015). Metrología y sus aplicaciones. Editorial: Grupo editorial


Patria. Páginas: 16-23. País: México. PDF en línea:
www.academia.edu/38264093/Escamilla_A._2015_._Metrologia_y_sus_aplica
ciones_2a._Ed._Mexico_Editorial_Patria (Fecha: 25 de octubre de 2019).

 Prieto, E (2003). Breve Historia de la Metrología. Ministerio de Economía,


Industria y Competitividad. Centro Español de Metrología. Páginas: 1-7.
Documento en Línea: https://www.cem.es/sites/default/files/files/breve
historia_de la metrologia_doc.pdf (Fecha: 26 de octubre de 2019).

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