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UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO


FACULTADA DE CIENCIAS HUMANAS – PROGRAMA DE FILOSOFÍA
SEMINARIO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
RELATORES: LEWIS LLANOS – JAVIER CUETO – ANYER VEGA
02 DE JULIO DE 2019

FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA EN TOMÁS DE AQUINO

“Los seres dotados de inteligencia desean existir


siempre y un deseo natural no puede existir en vano”.
Santo Tomás de Aquino.

En el siguiente texto se intenta dar una muestra de lo que ha sido el pensamiento

Tomista intentando abarcar las distinciones hechas por éste, desde la perspectiva

de la filosofía y la teología, apoyándolas en las bases que adquiere del Aristotelismo.

Éste Dominico, una vez comenzó sus estudios se sintió atraído y fascinado por el

pensamiento filosófico planteado en Aristóteles, movido por el apoyo de su maestro

Alberto Magno. El cual Utilizando más tarde esta filosofía para dar a conocer sus

argumentos de la distinción entre fe y razón, el cual sería uno de los problemas más

significantes a tratar en éste texto.

Es interesante como para santo Tomás, La relación entre la fe y la razón deben ser

armoniosas y ayudarse mutuamente, éstas no pueden dar un conocimiento que sea

libre de incertidumbre sin la otra, en otras palabras, no podemos elegir entre fe y

razón, ya que se necesita de ambas para llegar a la verdad, debido a esto para

Tomás de Aquino, Aristóteles llegó a errar un poco en su filosofía, ya que existía

cierta dicotomía entre los aspectos relacionados con la fe y sus estudios.


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Como exponente de la Fe, en el aquinitante, Tendremos la teología, ya que, esta se

encarga de tratar lo asuntos sobre naturales, y para la Razón, tendremos la

Filosofía, ya que trata lo natural y lo asequible a la experiencia; aunque, en orden

de autonomía, para el Dominico la Razón tenía más poder, ya que, consideraba dos

formas en las cuales podía el hombre adquirir conocimiento, la primera sería por el

cuerpo, ayudado por los sentidos, y la segunda es gracias a su intelecto, ya que el

hombre puede abstraer de las cosas sensibles su forma o esencia, y remontarse al

mundo espiritual, por esto dirá que a través de la razón también se puede llegar al

conocimiento de Dios, y que solo los seres racionales pueden poseer a Dios, por

medio del conocimiento y del amor.

Una distinción bastante clave en Santo Tomás frente a la forma de adquirir el

conocimiento los Teólogos y los Filósofos, es que, para el Santo, “los Teólogos

reciben el conocimiento por revelación y consideran los objetos de que se ocupa

como revelados o como deducibles a partir de lo revelado, mientras que el Filósofo

aprehende sus principios por la sola razón y considera los objetos de que se ocupa

no como revelados, sino como aprehensibles y aprehendidos por la luz natural” (F.

coplestón, Historia de la Filosofía).

Teniendo en cuenta lo anterior se puede decir que para Tomás habrán ideas que

son comunes a la Teología y a la Filosofía, ya que han sido reveladas y establecidas

por la razón, y esto se toma para decir que se hace imposible afirmar que éstas dos

difieren en que cada una de ellas consideren verdades diferentes; que las pueden

considerar de manera diferente, esto si se puede afirmar. El teólogo las considera

como reveladas, mientras que el Filósofo con un argumento puramente racional.


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Esto nos lleva a decir que, la diferencia entre la Teología y la Filosofía radica de

manera “formal”. No existiendo, pues, razón alguna para que otra ciencia no pueda

tratar, en tanto que conocidos por la luz de la revelación divina, los mismos objetos

de los que tratan las ciencias filosóficas, según pueden éstos conocidos por la luz

de la razón natural. Por lo tanto, la teología que pertenece a la doctrina sagrada

difiere genéricamente entre sí.

En consecuencia a la diferencia formal frente a la aprehensión del conocimiento,

Santo Tomás dirá que el hombre posee dos fines, un fin sobre natural, cuya

consideración asigna al teólogo y un fin natural, cuya consideración asigna al

filosofo a diferencia de San Agustín que concibe al hombre como un ser concreto.

Lo dicho anteriormente le sirvió a Tomás para cuestionarse si en realidad, alguien

puede al mismo tiempo creer y conocer una misma verdad, a lo que éste responderá

que: “Si la existencia de Dios, por ejemplo, ha sido demostrada por un filósofo,

¿Puede creerla al mismo tiempo por fe?, en el De Veritate, Santo Tomás responde

rotundamente que es imposible que haya fe y conocimiento a propósito del mismo

objeto, que la misma verdad pueda ser conocida científicamente (Filosóficamente)

y al mismo tiempo creída (Fe) por el mismo hombre” (F. Copleston, Historia de la

Filosofía) . Tomás dirá que la Teología natural, es una parte de la Filosofía, pero es

la más importante, por esto debe aprenderse al final, debido a que es la que más

tiempo, dedicación entre otras cualidades posee, ya que, para Tomás cuando la

verdad está ya descubierta muestra la Historia que a menudo contaminada por el

error.
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En la época contemporánea se reconoce repetidamente su autoridad, el Angélico

Doctor es un punto máximo dentro de la cultura cristiana, ya sea en desde un punto

de vista filosófico o desde el enfoque teológico. Ahora se debe tener presente que

la doctrina del santo dice de cualidades relacionadas con la inteligencia, y podemos

sumarnos a las expresiones del magisterio de la Iglesia cuando dentro de su

documento Lumen Ecclesiae, presenta el papa Pablo VI:

«Mientras Aristóteles y otros filósofos, con las debidas rectificaciones y

adaptaciones, podían y pueden aceptarse en virtud del valor universal de sus

principios, su respeto a la realidad objetiva y su reconocimiento de un Dios distinto

del mundo, no puede decirse lo mismo de las filosofías o teorías científicas cuyos

principios fundamentales sean incompatibles con la fe religiosa, ya por apoyarse en

el monismo, ya por negar la trascendencia, ya por su subjetivismo o su agnosticismo.

Lo que nos permite ver en el santo, una particular relación entre el binomio fe y

razón filosófica. Coplestón nos permite darnos cuenta que en nuestros tiempos

puede ser algo enigmático y de discusión. El aquinitante al tener presente toda una

herencia recogida del pensamiento de Agustín, de Aristóteles y de todo el magisterio

de la Iglesia en el desarrollo de su filosofía, desarrolla su teología. Es echar una

mirada profunda y un ojo crítico al doctor angélico, apodo que recibe por su

trascendencia y alta inteligencia, de su gran trabajo en favor de la Sabiduría y de su

amor a esta.

Referencias
Copleston, F. (2011). Historia de la filosofía Tomo II: De San Agustín a Scoto. Madrid: Ariel.

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