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¿POR QUÉ ES NECESARIO PENSAR EN LA MUERTE?

Por: Jhosed Rivera

Estaba sentado, observando a mi madre mientras hacía la cena y de mis adentros salió una preguntan que por lo
perturbadora que es, casi nadie se atreve a hacerla. Mi madre desconcertada no supo responder a mi duda y se fue por las
ramas argumentando desde su desconocimiento y su inseguridad del tema, pero claramente se le notaba un semblante de
incomodidad y hasta de miedo. Nadie sabe darte una respuesta satisfactoria cuando se habla de la muerte.
¿Ud. ha tenido el valor de hacerse esta pregunta? ¿Ha reflexionado alguna vez sobre la muerte? ¿Ha pensado que pueda
estar al doblar la esquina? Y más importante aún, ¿está preparado para morir?
Nunca en todo lo que he llevo de vida, he visto que la muerte sea tenida en cuenta en nuestra forma de pensar en el diario
vivir. Existimos como si fuéramos a vivir eternamente. Y lo poco que la sociedad nos comenta, le presenta como algo
aterrador e inconcebible; puesto que en la idea de vida no tiene espacio para la muerte. Debido a esto, pocas veces nos
percatamos de vivir nuestro día a día como si fuera el último, disfrutándolo al máximo. Olvidamos la importancia de estar
vivos y nos dejamos absorber por la rutina que nos excluye del presente.
Pero algo es innegable, Eros y Tánatos, la fuerza de vida y muerte están íntimamente ligadas al ser humano. El tiempo
correrá y en un abrir y cerrar de ojos abandonaremos nuestra conciencia del cuerpo que la acogió. La inmortalidad no es
una de nuestras facultades, por lo tanto debería ser normal contemplar nuestra finita existencia. El pensar que todo lo
vamos a tener eternamente, nos limita de vivir, nos apegamos egoístamente y vemos la realidad como entes pasivos que
dejan correr el tiempo sin aprovecharlo en su total esplendor.
El mayor miedo que nos perturba es morir antes de haber alcanzado lo que deseábamos, dejar inconcluso nuestros sueños
y dejar atrás a los que amamos. La cotidianidad de los días pesa más de lo que quisiéramos. Pero el problema es
precisamente que nunca hemos tenido el valor de afrontar el gran interrogante de la muerte. La cultura popular no fomenta
el pensamiento de aprender a morir.
Platón, ha planteado dentro de su pensamiento filosófico que debemos prepararnos para este último instante, que no es
más que pensar en la vida; porque con ello logramos apreciar las cualidades únicas e irrepetibles de la existencia misma.
Valorar cada instante y en definitiva ser felices. Es un tipo de terapia que debería ser tomada como rutina para poder mira
desde una perspectiva más lúcida y reflexiva de lo que estamos haciendo con nuestra existencia.
La muerte no enseña por su connotación fuerte en nuestro intelecto. Afecta drásticamente nuestra forma de ver la vida y
nos hace despertar del ensueño en el que diariamente vivimos. De esta forma, si aprendemos que la muerte es una
condición humana, estaremos listos para el momento en que dejemos de existir. Habiendo aprovechado con consciencia la
magnitud que conlleva la vida. Conseguir esto es dar rienda suelta a los deseos que tan dolorosamente nos negamos a
diario.
La muerte en sí no es el problema, es nuestra forma en que afrontamos cada instante y el poco valor que le damos; bien
dicen por ahí “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Contemplar la muerte es un ejercicio de despertar. Esta idea
debería estar presente antes de levantarnos, cepillarnos, bañarnos, comer y toda esa larga rutina que se reitera como las
vueltas de la aguja de un reloj. Tal vez de esta forma podamos romper con los moldes que nos impide vivir la vida que
tanto queremos y nos negamos por acoplarnos a la sociedad que poco a poco nos asfixia con su monotonía y sus normas.
Nuevamente planteo estas preguntas. ¿Tienes la vida que quieres? ¿Eres consciente de tu limitada existencia? ¿Está
preparado para morir?

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