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ESCUDO DE ARMAS DE LA CIUDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

David Vicente De Rojas Silva

Uno de los símbolos más representativos de la paceñidad es sin duda, el


blasón heráldico que mediante Real Cédula fue concedido por el emperador
Don Carlos V el primero de mayo de 1555, a la recién fundada Ciudad de
Nuestra Señora de la Paz (1548) en consideración a la dignidad de ser Ciudad
de Primer Orden en el Nuevo Reino de Toledo (1549).

Su Real Decreto reza:


"... en lo más alto un yelmo rematado por paloma sosteniendo una rama
de olivo en el pico; aquél será con el interior acolchado en terlifes de
damasco rojo; en el centro una corona; debajo desta un león enfrentado
por un cordero, ambos de pie; debajo un río i todo orlado de un mote que
diga: Los discordes en concordia, en Paz i amor se juntaron i pueblo de
Paz Fundaron para Perpetua Memoria.".(SIC) (Loza,
/Feyles,/ Díaz Arguedas).

Concluida la Segunda Guerra Civil entre


Encomenderos españoles, que al final
quedaron enfrentados, el Conquistador
Don Gonzalo Pizarro, quien se rehusaba a
tributar al Rey de España debido a que los
afanes, esfuerzos y sacrificios de la
Conquista y su posterior gobierno,
resultaba bastante tipificado en los
peninsulares que habían hallado sitios
donde residir en el Perú, sin que
percibieran lo suficiente de los tributos a
los que estuvieron encargados de cobrar y
remitir a la Metrópoli hispana; en cuanto a
la representación del Gobierno Real,
estuvo el Licenciado Don Pedro de La
Gasca, quién fuera asignado como
pacificador y gobernador del Perú.
Afortunadamente, las huestes rebeldes a
la Corona, se rindieron y abandonaron la
lid para someterse a la Autoridad
española. Con ello señalamos que no
hubo ninguna batalla que definiera la
victoria, simplemente se había alcanzado
la paz, mediante la persuasión.

Fue entonces fundada la ciudad el 20 de


octubre de 1548. Después de casi diez años de ese epílogo conciliador y benigno, en
Septiembre de 1547, en el pueblo costero del sur peruano de Nazca, el Pacificador La Gasca,
entregó al Capitán Don Alonso de Mendoza, la Orden y Provisiones para fundar una ciudad
que levara el nombre de Nuestra Señora de La Paz, la misma que se ubicaría en el camino
entre Arequipa y Charcas, o tal vez entre Cusco y Potosí. Fundación que estableció en plena
región del Collao, para catequizar, y gobernar a los indígenas quienes debían cubrir los pagos
de sus impuestos a la Corona Ibérica.

Sin embargo pese a la clara descripción, Ias libres interpretaciones y las aún
menos "creativas" graficaciones artísticas, su original composición sufrió varios
ajustes no del todo ceñidos a la tecnología especializada de la ciencia heroica,
ya que algunas versiones no bien ejecutadas propusieron una cadena de
suposiciones que sólo motivaron retóricas más arbitrarias y especulativas,
hasta concebirse en la actualidad un escudo híbrido, que sin ser genuino, goza
sin embargo de un legítimo derecho de representación.

Cabe mencionar que varios investigadores se han ocupado de su estudio


(Carlos Bravo, l898 /,Ismael Sotomayor,l930 /,José Eduardo Loza,l949 /,
Gabriel Feyles,1965).Sin embargo, es Rolando Costa Ardúz quién en 1992,
publicó el más concienzudo trabajo, titulado "Escudo de Armas de La Paz".

La versión original corresponde a la graficación que el Obispo Mons. Antonio


de Castro y del Castillo, mandara al Rey de España en 1650.

A través de los años se sucedieron sendas Ordenanzas Municipales que


mandaron realizar modificaciones o incluir elementos de novísima aceptación,
pero que desvirtuaron paulatinamente la original graficación de la "partida de
nacimiento" de la ciudad.
En 1822, por mandato del Consejo Consultivo de la Diputación Provincial de
La Paz, cuyo presidente, don Tadeo Diez de Medina, y los consejales don
Francisco María Pinedo, y don Iosé Bernardo Crespo se trazaron notorias
sustituciones en los modelos y direcciones de algunos elementos que
pretenden mantener el orden monárquico.

Entre 1868 y 1876, don Rosendo Gutiérrez, entonces presidente del


Municipio, ordenó modificar y reajustar Ias armas paceñas encargando esa
tarea al pintor y artista de moda don N. Olivares. En 1883, el Honorable
Consejo Municipal a través de su Presidente, don Isaac Tamayo, encargó a
otro artista, llamado, don N. Álvarez a realizar una representación ajustada a la
estilística de la época " En 1893, el concejal edilicio don Carlos Bravo, modificó
la divisa heráldica; es en 1897 cuando se incluyen la imagen del imponente
nevado lllimani, las guirnaldas externas conformadas por ramas de laurel y
olivo republicanos, anudados con la cinta nacional. En el pasado siglo XX, sólo
se repiten tanto formas como figuras, sin adentrarse en su valoración, pues no
incomoda la expresión paisajística de la supuesta alegoría, considerando la
poca o ninguna importancia local al conocimiento técnico de la disciplina
heráldica universal.

LA FORMA Y PROPORCIÓN

Correspondiendo al siglo XVI, la forma original del blasón ibérico otorgado a


la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, fue de norma gótica-flamenca, es decir
ovalada en su base, dentro de una proporción de cuatro por cinco módulos;
consideración que estuvo vigente las dos siguientes centurias.

En 1822 se cambió por el afrancesado estilo revolucionario, blasón que


terminaba en punta por su base dentro de una modulación de tres por cinco.
Más adelante, y siguiendo la norma helvética, los países de régimen
republicano de América Latina optaron la forma del escudo suizo-polaco, con
curveados escotes superiores, ligeros estrechamientos al centro y acápites
agudos en sus bases, dentro de proporciones de cuatro por cinco en el ancho y
el alto respectivamente.

LOS CAMPOS Y ESMALTES

En las primeras versiones que van desde 1555 hasta 1650, son sólo dos (2)
los campos del blasón' dispuestos en forma horizontal, es decir que se estipula
y conforma un “ escudo cortado en dos partes; el 1º o superior cuyo
campo de oro, contiene una corona de laureles que a manera de guirnalda
central, es de sinople (verde) con rosas botonadas de gules (rojas), y
anudada con cordones de gules (rojos) rematados en cuatro borlas del
mismo color. El 2º ,cortado, cuyo campo inferior, es de sinople (verde) y
que representa un prado, donde se ubican un león en su color natural,
parado, mirando a la siniestra (contrapuesto) y cobarde (la cola entre las
patas), que está afrontado a un cordero (oveja) de plata (blanco), parado,
paciendo, y en posición adiestrada (en su forma normal). En campaña
(parte baja), un río de azur (azul) colocado horizontalmente (en faja) sobre
el citado prado, ubicándose un puente de tierra que lo atraviesa en punta
(centro inferior del escudo)”.

Durante los momentos de efervescencias emancipadoras, cercanos al año


1822, el blasón es cortado con ribetes de perfil ígneo (rojo), que demarcan los
campos antes señalados, cargando al primero, sobre espacio aúrico (oro), una
corona mural de piedra (color natural), de dos cuerpos acolados, mazonados
de sable (negro) y donjonados de 7 almenas y 8 merlones, también fenestrados
de 3 vanos aclarados de sable (negro), y sostenidos por una base común de lo
mismo. En el segundo campo, que es de sinople (verde) se registra al león y al
cordero (oveja) afrontados, pero el primero casi en salto, levanta la cola por
encima de su lomo, en situación de orgullo. Ambos animales se apoyan sobre
una terraza de azur (azul) en campaña (base) suponiendo ser la imagen del
preliminar rio.

Según el escritor don Julio Díaz Arguedas, el escudo de la ciudad de La Paz


hacia 1876, contaba el escudo con un solo campo, en cuyo centro a manera de
faja compartían el espacio el león, la oveja ,y un haz de trigo colocado hacia el
lado izquierdo del blasón, tal vez por la influencia del escudo patrio que sí
contempla este último noble y significativo elemento representativo,
completándose con la corona y el rio al pie.

En 1883, la versión modifica los carnpos del escudo, pues sugiere y a un


verdadero paisaje alegórico, al que se incluye en posición de faja (pieza
horizontal central), la Cordillera de los Andes, que luego daría lugar a la
representación del nevado Illimani en sus colores naturales, y cambia también
la situación y dirección del rio, el mismo que es puesto en posición de palo
(pieza vertical central), ondulante, y que separa físicamente al león del cordero,
aunque el prado sigue siendo de sinople (verde) y el rio de azur (azul).
Discretamente el campo superior es ya parte de un todo, variando su esmalte
de oro por el de azur (azul) como fondo, el que cubriendo los 2/3 del escudo, se
carga de una corona foliácea de oro en su centro, cuya hojarasca tupida,
muestra varias rosas de gules (rojas), y se anuda con cuatro sierpes
(serpientes) de sinople (verde),linguadas de gules (rojo).

En la versión de fines del siglo pasado (1893), la representación de la corona,


se acomoda a la forma nobiliaria de la jerarquía ducal, es decir, de oro, con un
aro o diadema cargada de pedrería y realzada de cinco florones vistos; la
graficación del rio toma a su inicial posición horizontal en la base o punta del
escudo.

La centuria que antecede, trae ajustes interesantes, pues a partir de 1909, la


graficación de la corona se concreta a una guirnalda entrelazada de ramas
hojadas de olivo en sinople (verde), con sierpes del mismo color, ojadas y
linguadas de gules (rojo); entretanto que los animales del campo inferior,
cambian de lados, siendo la posición del león como echado y adiestrado, y el
cordero afrontado hacia el lado izquierdo. El rio otra vez ondulante y en palo,
parece perderse en una luenga perspectiva (ello es impropio de la heráldica).

Hacia 1948, el campo superior se altema a veces como de oro, y otras como
de azur (azul), aunque se prefiere usar la gama celeste (no existe como color
heráldico); y los animales tornan a sus posturas anteriores en sus primigenios
lugares, así como la corona a manera de guirnalda, considera hojas de sinople
(verde) con cuatro rosas de gules (rojas), enredadas simétricamente con dos
sierpes también de sinople (verde), linguadas de gules (rojo).

LA BORDURA

Esta pieza heráldica que rodea el contorno del escudo, con un ancho de 1/3
del ancho del escudo, y se tipificada como "pieza honorable de primer orden",
representa heráldicamente la cota de malla en las armas de los caballeros, y
puede cargársele con las condecoraciones y trofeos a los que se hiciese
merecedor el agraciado. En este sentido, es el espacio en el que se suelen
sumar cruces, aspas, lises, y otras figuras propias. Sin embargo, de manera
honoraria y formando parte ya del escudo, puede también inscribirse en ella (la
bordura), los "motes,', los “gritos de guerra' y aún otras leyendas que hacen de
su inscripción una verdadera “divisa”.

El escudo de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, rodea sus armas


centrales con una bordura de plata, cargada con la celebérrima leyenda que a
manera de divisa o mote reza "Los Discordes en Concordia, en Paz y Amor,
se juntaron y Pueblo de Paz fundaron para perpetua memoria ”, en letras
de sable (negro), como razón misma de su fundación. En los tiempos de la
Colonia ibérica y durante los siglos XW al XVIII, la citada bordura parece ser
tipificada con el esmalte y el metal señalados. Hacia1822, ella desaparece tal
vez por justificadas razones políticas, pues considerando la sucesión de
guerras emancipadoras, las tradicionales autoridades reales y aún los propios
revoltosos, no veían con agrado tal "mote". Sin embargo, reaparece la bordura
a fines del siglo XIX (1883), remarcándose con filetes (interno y externo) e
incluyendo el mentado “mote”.

Desde la graficación de l948 hasta la fecha, el fondo de esta, “pieza honorable"


(la bordura), suele presentarse como de azur (azul) con letras de plata, y/o de
plata con letras en azur (azul) y también en sable (negro).
LOS TIMBRES

Estos son unos atributos nobiliarios externos al escudo, pero que sumados a
los ornamentos exentos, complementan su composición. El escudo paceño, se
caracteriza por timbrarse de yelmo o casco nobiliario de hidalguía, hecho de
acero bruñido y forrado de terciopelo rojo (gules), que se supera con un ápex
sobre el que se apoya como cimera una paloma de plata, parada, adiestrada y
con vuelos levantados, llevando una rama de olivo en el pico, señalando una
franca "empresa”, tal como tipifica el Antiguo Testamento a la Paz, que con la
presencia del arco iris, representan el pacto divino con el bíblico patriarca Noé.

En las versiones iniciales de los siglos XVI al XVIII, el “yelmo de acero' con
rejillas doradas y sin visera, lleva además plumeros de coquetos airones con
los colores de su divisa, es decir de los dos campos de su escudo, el amarillo
(oro) y el verde (sinople), pudiendo terciar también el color blanco (plata). En el
dibujo de 1822, además de estar este casco mirando hacia el lado izquierdo,
pretendería señalar que estando siniestrado, no es legítimo (pues denota
bastardía) en su pretensión, ya que además obliga a la cimera (paloma) mirar
también hacia ese lado contrario. Su visera abierta, deja ver varias rejillas, y
solo incluye un airón blanco prendido al ápex, que cae hacia la nuca. Remata
a manera de flecadura colgada de la babera, una gola de grana (gules) de
borde festoneado.

En las versiones del siglo XVI el yelmo de acero está forrado de gules (rojo),
y mira hacia la diestra. Lleva de cimera sólo la paloma de la paz. En la presente
época, la visera abierta deja ver sólo tres rejillas, y todo está claveteado con
remaches del mismo metal.
Las primeras armas, según se grafican, contaban con lambrequines con los
colores del escudo, representando hojas de acanto que servían de remarco
exterior del blasón, el que le otorgaba significativa calidad dignataria.

Durante el turbulento siglo XIX, desaparecen los lambrequines, y es en plena


época republicana, cuando se rodea al escudo sólo en su parte inferior, con
ornamentos adicionales que corresponden a dos ramas, una de laurel y otra de
olivo, amarradas con una cinta central de plata, la misma que luego sería
tricolor. Todo en sus colores naturales, y frutada de olivas la rama
correspondiente.

Con ello se establece un soporte heráldico, técnicamente correcto.

LAS FIGURAS INTERIORES

El campo de oro, que corresponde al significado del sol, tenía entre sus
atributos heráldicos representar la riqueza, la fuerza y la constancia. Sobre
este primer cuartel, se ubica entonces una corona, que de “per se”, es símbolo
de jerarquía. Sea ella de oro con florones ornamentales, o natural con ramos y
guirnaldas de laureles o rosas, la corona manifiesta siempre la dignidad
soberana.

En el caso que nos ocupa, se concluyó en la actualidad, graficando una corona


que entrelaza ramos de rosas con sierpes significando a los discordes en
concordia del mote paceño. Sobre el prado de sinople (verde), que significa
tanto esperanza como libertad, heráldicamente se establecen un león en su
color, afrontado de una oveja de plata, ambos parados y perfilados. Ello
reseña históricamente la razón de la fundación de la ciudad, pues están como
actores el Conquistador Capitán don Gonzalo Pizarro, quién deseó
independizarse de la Corona y que está manifestado por la ferocidad del león,
aunque cobarde (por la posición de la cola) enfrenta la actitud dócil y pacifista
del clérigo Gobernador del Perú don Pedro de La Gasca, representante del
monarca español, como un cordero Paciendo. El río con un puente natural que
se dibuja en la base y punta del escudo, complernenta la idea de viabilización
de entendimiento y superación de problemas.
El escudo de la Gobernación (antes Prefectura) del departamento de La Paz,
registra el campo superior con valoración azulina clara (celeste), a remedo de
un cielo de fondo, sobre el que se destaca el perfil del nevado Illimani como
faja, o pieza horizontal central, registrando en el centro del jefe de este primer
campo, la guirnalda de la paz; y separando el campo inferior en el que el río
serpenteado y vertical (en palo y vibrado), se adelgaza en la profundidad,
semejando todo ello un claro paisaje bucólico, en semejanza a las
características del emblema nacional.
Por lo tanto, el blasón correspondiente a la Ciudad de Nuestra Señora de La
Paz, registra el Primer Campo de oro, sobre el que se apoya la guirnalda de
paz; en faja, con la imagen del nevado Illimani al natural, que recorta sus picos
o crestas níveas sobre el dicho campo dorado.En la parte inferior, el campo de
sinople (verde), el león y la oveja separados por un río en posición vertical y
vibrada.

Con estas líneas homenajeamos a la reconocida y titulada urbe en diferentes


momentos, como la "Noble, Valerosa v Fiel Ciudad de Nuestra Señora de La
Paz del Perú y de Ayacucho'.

David Vicente De Rojas Silva, -


ACADÉMICO.

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BIBLIOGRAFÍA BASICA
ABEC|A, Valentín - 1980 - “La Genial Hipocresía de Don Pedro Domingo
Murillo”. {Copia) La Paz.

CADENAS Y VICENT, Vicente De - 1989 - “Diccionario Heráldico”, Madrid.

COSTA ARDUZ, Rolando – 1980 – “Escudo de Armas de La Paz”, La Paz.

COSTA DE LA TORRE, Arturo – 1954 – “Estirpe y Genealogía del Protomártir


PEDRO Domingo Murillo”, La Paz

INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS Y AMAZÓNICOS (INDEAA) – 450 Años


– Historia de la ciudad de La Paz- /Símbolos de la ciudad de La Paz /- La
Razón – 1998.- La Paz

FEYLES, S.D., H. Gabriel (Compilador) – 1965 – “Actas Capitulares de la


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DE ARMENGOL Y DE PEREYRA, Reynaldo – 1953 – Heráldica “ – Barcelona.

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– La Paz.

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ADICIONAL.

AGUIRRE, Nataniel – 1909 ,. “Juan de La Rosa”.8Memorias del último soldado


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ALVAREZ FLORES, Rafael, 1968- “La Bandera Paceña fue también la


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EL DIARIO, Periódico- 2009 – La Paz. “Bandera de La Paz fue creada hace


200 años”.-30-VII-2009 – La Paz-

JEMIO, Miriam Telma- “…sobre Pedro D. Murillo..” en “Página SIETE.bo”-


Periódico – La Paz.

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LA DIVISA O ENSEÑA DEL MUNICIPIO PACEÑO


Tomando en cuenta los colores básicos de los campos del escudo de armas de
La Paz, correspondería por fueza asignar como divisa citadina a la enseña con
dos franjas horizontales, la de arriba de color jalde (amarillo), y la de abajo de
color verde. Sin embargo, siendo esta descripción justificada la que
corresponde técnicamente ser la bandera o enseña de la ciudad de La Paz.

De manera tradicional se viene utilizando una bandera que registra los colores
rojo granate y verde esmeralda, aunque no guarda relación directa con las
armas concedidas por el Emperador Don Carlos V. Su utilización está más bien
generada en las luchas por la Independencia y en los albores de la República.

Se cuenta que la Patriótica Junta Tuitiva de 1809, al recibir la influencia


ideológica de su Presidente y otros ¡lustres próceres, absorbieron el sabor de la
Logia Masónica denominada como “Caballeros de América" con sede en esta
ciudad, adoptando el sello o “marchamo” de esa Sociedad Patriótica Secreta.

Don Pedro Domingo Murillo Carrasco, como el Venerable Maestro que presidía
dicho Taller ideológico - laboral, como Sociedad Patriótica Secreta, adaptó las
proclamas masónicas a la causa libertaria nacional, así como algunos otros
símbolos y arreos del uniforme institucional. Junto al albo, pero de elaborada
bordadura de signos significantes del mandil de trabajo silencioso que
caracteriza la tarea masónica, el cargo de Presidente tenía también como
atributo la llamada “'Capa Magna” que era de color "...grana con vuelta
verde.,.” con la que se cubría o protegía, haciendo gala del poder e ideología
de la verdadera libertad.

Dicha indumentaria está descrita en un acta e inventario que se levantó al ser


el prócer Murillo, detenido y siendo sus bienes confiscados, como
consecuencia de su fracasada revolución armada en 1809. Murillo fue
excomulgado y maldecido como hereje por la Iglesia, siendo su ejecutor, el
Obispo de La Paz, Monseñor Remigio de La Santa y Ortega, siendo ello
justificado como acción política coyuntural de la época, pero sin valor legal,
pues no existe documento cierto que lo sustente.

La Iglesia excomulgó a todos los héroes paceños de la Revolución de 1809, al


igual que lo hecho en otras latitudes sean estas americanas, como incluso
europeas.

La pertenencia a Sociedades Secretas, sean estas de inspiración patriótica-


libertarias de sabor masónico, por sus pareceres judeizantes, permitieron
despojar a los inculpados, de todos sus bienes y enseres personales ya que se
buscaba hallar ideología subversiva contra las autoridades, tanto real, como
religiosa

Esta Capa Magna en mención, confeccionada con doble esclavina sobre la


pieza pluvial, que era de color de grana con forro verde, fue revoleada y
erguida con sana y febril vehemencia, a remedo de una enseña de las
cualidades de libertad, Igualdad y fraternidad, al proclamarse los derechos del
histórico manifiesto patriota.

La idea de una bandera o Pabellón insurgente, quedó entonces plasmada en


los colores rojo-grana y verde-esmeralda de dicha prenda magna expresión de
la libertad. Lamentablemente, el uso o empleo del color grana, pasó por todas
las tonalidades y gamas bermejas.

Existen ochocientos cuarenta y uno tonos del color ROJO, el Rojo Granate
corresponde a un tono cromático intenso, con variedad propia del color
púrpura, y que se tomó de piedra preciosa de su mismo nombre.
(Así, estuvo de moda el rojo punzó, al igual que el bermellón o el carmín, pero en el afán de darle
solemnidad se llegó a usar el color rojo - púrpura obispal, el rojo – guindo, el rojo carmín, el rojo – borra
de vino, el rojo – bordereau, y no faltó incluso el rojo - guindo violáceo, cercano a la popular y tradicional
gama cromática de la bebida caliente como es el “api” nuestro.)

Otros movimientos libertarios locales, emplearon esos colores en sus


banderas. por ello no es extraño que el patriota Don Victoriano García Lanza,
en su revolución del 31 de julio de 1809, utilizó la enseña de franjas
horizontales e iguales como emblema y divisa por primera vez en la historia
patria.

El prócer General Don José Miguel Lanza Mantilla (1810),en la Republiqueta


de Ayopaya , al igual que sus hermanos Victoriano, y Gregorio, también
llevaron flameando sus colores en acciones bélicas y combates por lograr la
tan soñada Independencia, como fueron en Falsuri y en Tumusla; se
identificara con ellos al mismo tiempo alguna otra Republiqueta más tardía,
como la de Larecaja, que fuera organizada por el cura Don lldefonso de las
Muñecas en 1814 dentro de las zonas alto andinas. Los famosos hermanos
Graneros, apodados como “los charquenses” de los Andes, adoptaron del
mismo modo los citados colores para sus estandartes militares.

Esta bandera bicolor, se estableció consuetudinariamente como enseña formal


y reconocida, aunque aún no existiera aparentemente ningún documento de
descripción legal.

Por lo tanto el emblema citadino de Nuestra Señora de La Paz, seguirá siendo


el formado por los colores rojo granate y verde esmeralda en franjas
horizontales, de manera tradicional.

Recién en siglo XX, durante el gobierno municipal del Alcalde Don Ángel
Gómez, y mediante su proficua gestión, se allanó este vacío legal, mediante
Decreto Prefectural Nº RAT 100-152/87, otorgándose con valor oficial, la
bandera paceña utilizando los colores rojo punzó (?) y verde esmeralda,
dispuestos en dos franjas horizontales de iguales dimensiones, para significar
el emblema del Departamento de La Paz.

Debemos entender que los colores patrios reflejados en el Pendón Nacional


son precisamente, compuestos con el rojo punzó en la franja superior, el
amarillo oro, en la central, y el verde esmeralda en la faja inferior, siendo las
tres de iguales dimensiones.

El Pendón o Divisa de la ínclita ciudad de Nuestra Señora de La Paz, es en


consecuencia de rojo granate y verde esmeralda en franjas largas horizontales;
y el correspondiente al Departamento es de rojo punzó y verde esmeralda. .

No sin motivo en 1825 (17-Vlll), estos considerandos dieron lugar a los colores
tan acendrados de la primera bandera nacional.

David. Vicente De Rojas Silva - ACADÉMICO –

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