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CUADRO-RESUMEN DEL PROCESO DE CAMBIO

DENOMINADO REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

ESQUEMA DE LOS CAMBIOS OPERADOS EN LA SOCIEDAD


INMERSA EN UN PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN.

Sociedad Revolución Sociedad


preindustrial Industrial industrializada
Mentalidad de tradición Transformación de la Mentalidad de
mentalidad innovación
Estabilidad productiva Despegue productivo Crecimiento económico
Demografía Transición Demografía en
dependiente. Crisis de demográfica expansión.
subsistencia
Predominio productivo Revolución agrícola Predominio productivo
de la agricultura de la industria
Poblamiento rural Urbanización Poblamiento urbano
dominante dominante
Movilidad geográfica y Éxodo rural y Movilidad geográfica y
social reducidas revolución de los social constantes
transportes
Estructura social Proceso de reemplazo Estructura social abierta
cerrada y rígida y flexible
Analfabetismo general Fase de transición Alfabetización progresiva
Manufacturas y Proceso de reemplazo Industrias y máquinas
herramientas
Talleres artesanales Fase de transición Fabricas mecanizadas
Artesanos y gremios Etapa de coexistencia Proletariado industrial y
sindicatos
Pobreza material Transición y Bienestar material
general proletarización. creciente.

DESCRIPCIÓN
El título del esquema nos indica sobre su contenido temático: ofrece una
representación gráfica simplificada de los cambios introducidos en la sociedad
por el proceso histórico denominado "Revolución Industrial" que se
inicia en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII y se extiende por Europa y el
mundo occidental en las décadas siguientes según ritmos diferenciales.
El esquema permite estructurar sintéticamente los cambios y transformaciones
que se operan en distintos ámbitos de la sociedad como resultado de la puesta
en marcha de ese proceso de industrialización y modernización
socioproductiva.
El cuadro sinóptico está organizado en tres columnas dispuestas en paralelo
indicando tres momentos de un mismo proceso: Sociedad preindustrial,
Revolución Industrial y Sociedad industrializada.
ANÁLISIS.
El esquema representa tres situaciones históricas diferentes definidas por cada
una de las tres columnas: la primera corresponde a las características de la
sociedad preindustrial; la segunda a la sociedad en la que tiene lugar el
"despegue" (take off) de la Revolución Industrial; y la tercera a la sociedad que
ya ha experimentado y consolidado el proceso de industrialización de manera
avanzada.
Cada una de las columnas recoge trece casillas que reflejan varias dimensiones,
las cuatro primeras aluden a aspectos genéricos económicos y demográficos
(tipo de mentalidad y sistema demográfico dominante, sector productivo
hegemónico); las cuatro siguientes indican aspectos relacionados con la
estructura social (tipo de poblamiento, grado de movilidad, flexibilidad e
ilustración); y las cuatro últimas hacen referencia a dimensiones laborales,
materiales y de organización productiva (unidades básicas de producción
dominantes, agentes principales implicados y condiciones vitales).
EXPLICACIONES.
El vocablo "Revolución Industrial" (acuñado en 1884 por el historiador
británico Arnold Toynbee) remite a un proceso histórico de cambios
radicales en los métodos de producción económica de bienes y
servicios que afectan decisivamente al conjunto de la estructura
social, política y cultural del área, país o Estado que lo
experimenta. Su origen cronológico, el momento del crucial "despegue" de
dicho proceso se sitúa en el último tercio del siglo XVIII y su primer escenario
geográfico fue Gran Bretaña, si bien a lo largo del siglo XIX fue extendiéndose
de modo gradual y diferencial por otros países europeos y occidentales,
básicamente. No obstante, el término "Revolución" es discutible, si nos
atenemos al elemento cronológico, el cambio no fue súbito, más de un siglo para
la generalización de los cambios, sin embargo, la dimensión del cambio bien
justifica el concepto.
La Revolución Industrial es un cambio de dimensiones análogas a la revolución
agrícola y ganadera del Neolítico que supuso el cambio de sociedades cazadoras-
recolectoras a sociedades productoras de tipo agroganadero.
La Revolución Industrial rompió, no obstante, las limitaciones naturales que
habían limitado las economías campesinas hasta el XVIII al transformar al
hombre agricultor y ganadero en un hombre también constructor y
manipulador de máquinas tecnológicas automotrices complejas (ya no
meramente herramientas manuales: la diferencia entre la polea y la máquina de
vapor) que controlaban la fuerza de vastos recursos de fuentes de energía
inanimada (la fuerza calorífica del vapor) y eran aplicadas a la producción
masiva de bienes, artículos, mercancías y servicios (mediante la conversión de
esa fuerza calorífica en fuerza motriz dominada mecánicamente). Esa
mecanización tecnológica de la producción y los consecuentes cambios en los
modos de trabajo, distribución y comercialización de los productos generados
crearon un nuevo ámbito productivo (la industria mecanizada frente a la
manufactura artesana), transformaron las antiguas actividades (la agricultura
intensiva capitalizada frente a la agricultura extensiva preindustrial) y
modificaron la naturaleza y eficacia de los servicios tradicionales (basta
contrastar el transporte a caballo con el transporte por ferrocarril). De este
modo liberó una potencia de crecimiento económico autosostenido que extendió
sus efectos sobre todos los ámbitos de la existencia de la sociedad
industrializada, rompiendo las limitaciones naturales al crecimiento de la
población, al aumento de la duración promedia de vida humana, a la entidad de
los poblamientos no rurales dedicados a la agricultura, a la composición de las
estructuras ocupacionales y a la capacidad para alimentar y atender las amplias
necesidades de subsistencia y bienestar de las poblaciones industrializadas. En
este sentido, la Revolución Industrial fue una serie de simultáneas e
interdependientes microrrevoluciones en la producción, la distribución, el
comercio y la financiación de todos esos procesos diversificados.
Para abarcar todas estas transformaciones bajo un mismo concepto, los
historiadores económicos han introducido el término de "Modernización" (a
secas, o a veces con el adjetivo de "socioproductiva"; un proceso que alude no
solo a la mecanización industrial de la producción económica, sino también a
los restantes fenómenos paralelos y concurrentes:
1. El crecimiento económico general, medio por el aumento anual del PIB,
cuyas tasas en Gran Bretaña pasaron del 0,6% en 1760-1780 a dar un "salto"
rápido que las situó en el 1,4% en 1780-1800 y el 1,9% en 1801-1831.
2. El crecimiento demográfico constante, intenso y prolongado, cuyas
tasas fueron las más importantes registradas en la historia hasta entonces: en
Gran Bretaña pasaron del 3 por mil hacia 1750 al 10,6 por mil en 1800 y el 13,5
por mil en 1870.
3. La urbanización acelerada (la concentración de la creciente población en
ciudades donde se agrupaban las actividades industriales y administrativas): en
Gran Bretaña la población urbana pasó de ser solo un tercio de la población
global del país en 1800 a representar la mitad en 1850 y más de las tres cuartas
partes en 1900.
4. La alteración de la composición de la población laboral, con un
descenso agudo de la empleada en actividades primarias agrícolas en contraste
con el ascenso del a empleada en el sector secundario industrial y en el sector
terciario de servicios: en Gran Bretaña la población agrícola cayó del 36% de
1800 al 18,7% de 1860, mientras que la población industrial pasó en esos
mismos años del 29,7% al 43%.
5. La expansión de las tasas de alfabetización hasta cubrir a gran parte
de la sociedad en su conjunto, incluyendo la implantación de sistemas
educativos generales para asegurar ese capital humano mínimamente letrado,
formado e ilustrado, capaz de operar las máquinas y vivir en núcleos urbanos:
en Gran Bretaña la población analfabeta, que era como en toda Europa entre un
75% y un 80% del total a mediados del siglo XVIII pasó a representar solo el
35% hacia 1850.
6. La diversificación y especialización de las actividades
productivas en múltiples oficios y ocupaciones laborales de nueva generación
y en constante proceso de innovación: no hubo antecedentes para el trabajo de
los ferroviarios antes de la locomotora.
7. La racionalización del sistema institucional de gobierno burocrático
y la codificación reglada del sistema jurídico y legal necesarios para promover y
garantizar las propiedades particulares y las actividades económicas en todas
sus vertientes (comerciales, inversoras, financieras, crediticias, bursátiles..).
En definitiva, la Revolución Industrial no solo liberó a las sociedades de las
constricciones de una economía marginal de mayor o menor subsistencia (con el
horizonte del hambre y la elevada mortalidad) sino que abrió la senda de un
proceso de crecimiento económico autosostenido en base a la mejora de los
niveles de producción (más volumen de productos fabricados) y productividad
(aumento del rendimiento del trabajador mediante la mecanización y la nueva
organización productiva en fábricas).
La Era de la Revolución es la un tiempo que la Revolución Industrial inaugura
junto con la Revolución liberal-burguesa, por tanto, es una de las señas de
identidad de la época contemporánea. Su desigual presencia (países
desarrollados e industrializados y no desarrollados) e impacto (crecimiento
económico a costa de destrucción del medio ambiente) es un elemento
fundamental de nuestro presente.

Fuente: Moradiellos, E, La historia contemporánea en sus documentos. RBA,


2011. Modificado.

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