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Pastorela
NARRADOR.- Gentil y paciente público -sobre todo paciente-, bienvenido al mágico mundo del
teatro. Esta noche, la Real Compañía de Teatro de
, presentará ante sus mercedes la más grande historia jamás contada, que lleva
por título: " EL DIA QUE EL DIABLO PERDIO LA COLA ".
Esta historia, respetable público, es una de tantas que deambulan por las calles
en época de navidad y que tienen por nombre "pastorelas". Pero no crean que
les vamos a contar una historia común,ni ustedes van a presenciar una
pastorela tradicional; nuestra obra es diferente a todas, tan diferente que
jamás se ha visto algo igual; ni siquiera parecido.
Después de hacer una extensa gira que abarcó Alemania,Francia, España,
Bélgica y demás calles de la colonia Moderna, sometemos a su amable
consideración e inapelable juicio, este que es el peor espectáculo de todos los
tiempos.
¡Que se alegre la noche, ya viene Navidad! (SALE).
PANFILO.- Si no como ahorita me muero.Me imagino que ha de ser horrible ver morir a un
hombre que apenas comienza a vivir.
PANCRACIO Nos aguantamos.
PANFILO.- ¿Qué pasó Pancracio, ya nos llevamos así?
PISTILO.- (ESCUCHANDO MUSICA CELESTIAL) Cállense, ¿Oyeron?
EUFEMIO.- ¿Qué cosa?
PISTILO.- Una música rara.
PANFILO.- Son mis tripas, Pístilo.
PISTILO.- Qué tripas ni que nada. Es una música que parece venida del cielo.
PANCRACIO Sí, es cierto. (ENTRA SAN GABRIEL).
PANFILO.- Ay, del hambre ya hasta estoy viendo visiones.
EUFEMIO.- Atrás de ustedes está un extraterrestre.
PISTILO.- No es extraterrestre ni está tan feo.
GABRIEL.- Les traemos la buena nueva pastores.
PISTILO.- ¿Quién es uste?
GABRIEL.- Soy Gabriel, el ángel mensajero.
PANCRACIO Mucho gusto, yo soy Pancracio.
EUFEMIO.- Y yo eufemio.
PANFILO.- Pánfilo, para servir a su mercé.
PISTILO.- Yo soy Pístilo, el pastor de la sección 23.
GABRIEL.- Me dá mucho gusto conocerlos. Como les dije antes, vine a traerles la mejor
noticia que hayan recibido: Anoche ha nacido en Belén el Hijo de Dios vivo, el
Salvador de los hombres, Hijo de Dios y nacido de María.
PISTILO.- ¿María, la de Nazareth?
GABRIEL.- Así es Pístilo, María, la madre de Dios.
PANCRACIO ¿Podemos ir a verlo?
GABRIEL.- Precisamente por eso estoy aquí. Vengo a invitarlos a conocer al Hijo de Dios.
PANFILO.- ¿Y nos dejarán entrar al Palacio?
GABRIEL.- Ningún palacio; el Hijo de Dios nació en un humilde portal.
EUFEMIO.- ¿Pos qué esperamos? Vamos a verlo, así, ya podemos vivir tranquilos.
PANFILO.- O morir.
EUFEMIO.- Ay Pánfilo, qué cosas dices.
GABRIEL.- Vayan amigos, vayan. Esa estrella que empieza a brillar, será la señal que los
guíe. Vayan al portal de Belén. Ahí encontrarán al Hijo de Dios.
PISTILO.- ¿Qué esperamos para ir?
PANFILO.- Nada más hago un itacate y nos vamos. (SALE).
GABRIEL.- Que tengan buen viaje. (SALE).
PANCRACIO Yo le llevaré un sarape que acabo de tejer.
EUFEMIO.- Yo un corderito recién nacido.
PISTILO.- Yo a ver qué encuentro en el camino. Sigamos la estrella.
PANFILO.- (ENTRANDO) Ya estoy listo.
EUFEMIO.- Vámonos antes de que se nos pierda la estrella, que ni mapa
traemos (SALEN TODOS).
NARRADOR.- Los pastores se encaminan al portal guiados por la estrella ¡Qué bonita estrella!
¿No creen? Pero no todo tiene porqué salir bien. Siempre hay dificultades e
imprevistos de última hora. Los pastores van confiados a conocer al Hijo de
Dios, ¡Qué inocentes! Ni idea tienen de lo que les va a suceder en el camino.
¿Qué va a suceder? No pregunten, véanlo.
SATAN.- Ya cállate viejo sangrón, desaparece de mi vista antes de que te convierta en
piojo con mis malas e infernales artes. (AL PUBLICO). Odiado público: tengan
ustedes la más negra de las noches. Soy Satán, el demonio más malvado de la
comarca y de sus alrededores. Soy terriblemente desalmado, aparte de
mugroso, le tengo horror al agua y a esos ángeles estropajosos.
SATON.- Yo soy Satón. Malo las 24 horas. No hay maldad que no haya practicado porque
antes fui abogado.
SATIN.- Satín me llamo yo. Soy demonio de los buenos y he matado a mucha gente,
como lo hacen los galenos.
SATAN.- Ya cállense mentecatos, que me molesta hablar en verso; si a duras penas
terminé la primaria, esto para mi es un gran esfuerzo.
SATON.- Estoy de acuerdo contigo Satán. Hablemos como el diablo manda.
SATIN.- ¿Qué hacemos aquí?
SATAN.- Estamos aquí por órdenes inferiores.
SATON.- ¿Para qué?
SATAN.- No lo sé. El telegrama que me llegó en la mañana no decía qué misión tenemos
en este espantoso lugar.
SATIN.- ¿Y qué decía el telegrama?
SATAN.- (SACA EL TELEGRAMA) Dice: "Al ciudadano Satán, Satín y Satón, al planeta
tierra. Ahí recibirán instrucciones, en el camino que va a Belén. Misión secreta.
De fracasar, perderán orejas, rabo y lo que es peor, asistirán a la función de una
pastorela. El mal debe triunfar. Ayude un poco volviéndose loco. "Firma
Belcebú, director de relaciones públicas del infierno.
SATON.- ¿Belcebú?
SATAN.- El mismo.
SATIN.- Caray, es uno de los diablos tapados para el próximo milenio.
SATON.- Después del dueño del circo este es el que le sigue.
SATIN.- ¿Después de Salinas?
SATON.- Pues sí. ¡No ves que el gobierno de Fox ha sido calificada nacional e
internacionalmente como una administración atinada?
SATIN.- ¿Cómo está eso de atinada?
SATON.- Pues sí, la administración de "a ti nada", "a ti nada". (VA SEÑALANDO A LOS
ASISTENTES CON LA PUNTA DEL DEDO).
SATAN.- Esperen, esto es para que vean lo importante de nuestra misión.
SATON.- Así ni hablar.
SATIN.- ¿Y cuál es la misión?
VOZ.- Arriba las manos. (LOS DIABLOS SE ESPANTAN Y SUBEN LAS MANOS)
Nadie se mueve que están rodeados. (PAUSA) ¡Ah verdad! Bola de tarugos,
qué fácil se dejan apantallar.
SATAN.- Maldito diablo, qué susto nos pegaste.
VOZ.- Para que dejen de estar tonteando. Un buen diablo siempre está alerta.
SATIN.- ¿Quién eres, por qué no apareces?
VOZ.- Sólo vine a traerles un mensaje y no me puedo aparecer, porque como me
estaba bañando cuando me avisaron que tenía que venirles a avisar, ni siquiera
me dio tiempo de secarme.
Además, ¿Qué les importa?! Escuchen con atención, y al que no le parezca o le
convenga lo que diga, los amarro de la cola y me los llevo al antirrábico.
SATAN.- No se enoje mi mensajero. ¿Cómo dijo que se llama?
VOZ.- No he dicho tarugo.
SATAN.- Pues de todos modos, nos ponemos a sus canijas órdenes.
VOZ.- Así me gusta, bola de ineptos. ¡Firmes! Suman las panzas y saquen el pecho.
Cara de malvados. Cola derecha y cuernos para arriba.
SATON.- Oye Satán, este cuate se siente Napoleón.
VOZ.- ¡Demonios! El infierno está en crisis, estamos viviendo horas terribles.
SATAN.- ¿Volvieron a aumentar la gasolina?
SATON.- ¿Nos van a cortar el gas?
VOZ.- Peor que eso.
SATIN.- ¿Subió la tortilla?
SATON.- ¿Ya no nos van a dar subsidios.
VOZ.- Todavía peor.
SATAN.- ¿Peor?
SATON.- ¿Van a subir el pan?
SATIN.- ¿Y si no ganan las elecciones?
VOZ.- ¡A callar tontos! Esta es la noticia: acaba de nacer en Belén el redentor del
mundo.
SATAN.- ¡Maldición!
LIC. ALEJANDRO RUIZ VELASCO N. 4
SATON.- ¡Qué tragedia! Me imagino que el jefe debe de estar muy preocupado.
VOZ.- Preocupadísimo. Cuando se enteró, casi le da un infarto.
SATIN.- Ya me imagino.
VOZ.- Pero para eso están ustedes aquí: para evitar que se salgan con la suya.
SATAN.- Cuente con nosotros, pero, ¿Qué tenemos que hacer?
VOZ.- Espero que no fallen, sabandijas.
SATAN.- Favor que nos hace.
VOZ.- Ratas.
SATON.- Le estamos muy agradecidos.
VOZ.- Alacranes.
SATIN.- Muchas gracias.
VOZ.- Cucarachas.
SATAN.- Tanto elogio nos apena mi mensajero.
VOZ.- Bueno, bueno. Escuchen: la misión consiste en evitar que los pastores lleguen a
Belén.
SATAN.- No hay problema. En cuanto pasen por aquí, los decapitamos, los desollamos y
nos los comemos crudos.
VOZ.- Momento, momento. El jefe quiere esta vez utilizar una táctica diferente. Ahora
nuestros métodos deben de ser distintos; deben ser sutiles, malsanos y
corruptos, utilizando el engaño y la mentira que siempre coronan a la maldad.
SATON.- Me encantan las mentiras.
VOZ.- En fin, enterados están. Parto y éxito, porque si fracasan... (MUSICA DE TA TA
TA TAN).
SATAN.- No se preocupe, no fallaremos. (A LOS OTROS) Escuchen, tengo un plan
perfecto. Escondámonos. (SALEN).
SATAN.- Eso no es problema. Nosotros nos surtimos en el super antes de emprender esta
aventura.
SATON.- Traemos bacalao, romeritos, pavo, dulces, fruta seca, vino y pan.
PANFILO.- ¡Al ataque!
PISTILO.- Pérate Pánfilo.
SATAN.- Qué, ¡Nos van a despreciar?
PANCRACIO Nada de eso.
SATIN.- ¿Entonces?
SATON.- ¿Quieren humillarnos?
EUFEMIO.- De ningún modo.
SATAN.- ¿No les gusta nuestra modesta comida?
PISTILO.- No diga eso.
SATAN.- ¡Anímense pues! Y arrímense.
PISTILO.- Es que prefiero ir a ver al Hijo de Dios.
SATON.- Ah qué viejo tan necio.
PANFILO.- Pos con comer algo no pasa nada. Llenamos la barriga y nos vamos.
SATAN.- Bien dicho. Siéntense y empecemos.
SATON.- (AL PUBLICO) Si como actores somos malos, como diablos somos pésimos.
(EMPIEZAN A COMER).
SATIN.- (AL PUBLICO). El mal ha triunfado. ¡Viva el chamuco!
SATAN.- Con este ejemplo, las futuras Navidades terminarán en un bacanal romano.
¡Qué belleza!
NARRADOR.- Vean nomás, a donde hemos llegado: el mal derrotando al bien. Los pastores
engañados por tres diablos tontos. Ya no queda nada. Se ha perdido la moral.
Pero presiento que va a ocurrir algo extraordinario, sobrenatural que cambie
este horrible panorama. ¿Un milagro? Es probable. Veamos. (SALE).
NARRADOR.- Bien estimado público, aquí concluye nuestra historia. Los pastores acuden al
portal de Belén a conocer al Hijo de Dios. Ustedes también hagan lo mismo. Si
saben buscar en el fondo de su alma, también encontrarán un regalo para el
niño Jesús una sonrisa, una estrella, la paz...quizá el corazón, o una canción. (SE
CANTA UN VILLANCICO). F I N