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Ignacio es un personaje que abunda en las empresas: egocéntrico,

soberbio y con un estilo autoritario. Ignacio está totalmente orientado a


resultados. Para él las emociones son estupideces. Cree que la gente
produce en la medida en que se le pague y que, por el pago, tiene derecho
a exigir, humillar y maltratar a sus subordinados.
Ignacio vive absolutamente estresado trabajando 18 horas diarias. Como
suele ocurrirles a estas personas, termina con algún tipo de enfermedad
como gastritis, caída del pelo o dolencias cardiacas.

Ignacio acude, por recomendación médica, donde un maestro oriental e


inicia una relación de mejora personal y equilibrio a través de semillas
que el maestro le da y que tienen un mensaje simbólico. No fue fácil que
el ególatra de Ignacio aceptara las enseñanzas, pero la sabiduría e
inteligencia del maestro lo terminó cautivando.
A continuación sintetizo las enseñanzas de algunas de las semillas:

El autoconocimiento: esta semilla lleva a Ignacio a


recordar su niñez
Varias investigaciones demuestran que las conductas narcisistas son
producto de abusos o carencias familiares. Ignacio, a través de la ayuda
del maestro, recuerda sus momentos más dolorosos y los asocia a sus
conductas egocéntricas y neuróticas en el trabajo. Es increíble cómo
nuestro pasado puede determinar nuestro futuro cuando no somos
conscientes de que este existe.

La meditación
Es representada por la planta mimosa púdica que tiene la particularidad
de encerrarse para protegerse cuando percibe ruidos. El maestro le
recomienda que haga lo mismo con su mente. Que aprenda a protegerse
de los ruidos de los pensamientos, y medite.
Meditar es simplemente el ejercicio de poner la mente en blanco. Cientos
de investigaciones demuestran que, al hacerlo, uno siente tranquilidad y
genera síntomas opuestos al estrés. Como ejecutivos, meditar nos da la
distancia necesaria para no comprometernos emocionalmente con los
problemas.

El control del ego


Esta semilla es la más difícil de lograr en Ignacio. El problema del ego es
que actúa subconscientemente. Ignacio logra entender cómo el
egocentrismo lo domina y manipula para hacerlo dependiente de la
búsqueda de prestigio, estatus, poder, reconocimiento o aceptación.
Decide luchar contra su ego para derrotarlo.
El maestro le hace ver que sigue sometido a su ego y que es su propio
ego quien ha decidido derrotar al ego.

El servicio
Ignacio nunca había hecho algo por encima de sí mismo. Siempre buscó
su propio beneficio, como la mayoría de ejecutivos en la carrera
empresarial. Inicialmente, se siente desubicado; sin embargo después de
un tiempo llega a la conclusión de que obtiene el mayor beneficio cuando
no busca el suyo propio.

El equilibrio
Está representado por la semilla del Pino que logra grandes alturas gracias
al equilibrio de sus ramas. El ser humano también puede llegar muy alto
si logra equilibrar las diferentes ramas o roles de su vida.
El problema con los ejecutivos es que tienen varias ramas muy débiles y
una sola extremadamente gruesa que es la rama o el rol del trabajo. No
equilibran su tiempo, casi todo lo dedican al trabajo, descuidando roles
en círculos tan importantes como la familia, los amigos, la mejora
personal, entre otros.

Esta historia postula que es posible obtener un equilibrio entre la vida y


la empresa. El camino que le propone el maestro a Ignacio no es un
camino fácil, lo bueno cuesta, pero es un camino real, con herramientas
concretas de mejora que personalmente intento aplicar en mi propia vida.
¿Por qué escribí este libro? Porque yo también fui un “Ignacio Rodríguez”.
He querido mostrar un camino de salida hacia el equilibrio a todas aquellas
personas que hoy se encuentran tan infelices como yo me encontraba
anteriormente.

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