Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Borja Antela-Bernárdez**
Universitat Autònoma de Barcelona
Este trabajo es parte de una investigación mayor sobre el impacto de la campaña asiática de
Alejandro Magno, dentro del Proyecto HAR2014-57096 El Impacto de la conquista de
Alejandro (338-279 a.C.), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, y
dirigido por B. Antela-Bernárdez y J. Vidal Palomino, así como también del Grup de Recerca
Emergent Història del Conflicte a l’Antiguitat (HICOA, 2014SGR1111) reconocido por la
Generalitat de Catalunya.
**
Orcid: 0000-0002-3118-3300.
1
Balsdon 1950; Edmunds 1971; Fredricksmeyer 1979, 1981 y 2003; Badian 1981 y 1996;
Cawkwell 1994.
2
Blázquez 2000; Fredricksmeyer 2003: 258.
3
Gómez Espelosín 2007: 183-184 con una óptima revisión bibliográfica sobre el tema.
4
Christesen / Murray 2011: 440-443; Mari 2011: 453-465.
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
tipo de acción institucional de tipo religioso en relación con el reino. Por otra
parte, tampoco debemos olvidar que la división entre religión y gobierno,
entre civil y religioso, era mucho más vaga en la Antigüedad de lo que lo es
en el presente, y las fronteras entre ambos ámbitos no estaban siempre
claramente trazadas. Nuestro propósito en el presente estudio no es otro que
el de centrarnos en el análisis de algunos aspectos religiosos de la conquista
de Persia.
Primeramente, debemos considerar cuidadosamente la cuestión de la
propaganda empleada por Alejandro en relación con dos factores, como son
la tradición del uso de legitimaciones de carácter religioso para acciones
bélicas y el imperialismo iniciadas durante el reinado de Filipo y, en segundo
lugar, el contexto, especialmente intelectual, de tiempos de Alejandro en la
producción cultural griega. Ambos factores están, de hecho, fuertemente
vinculados.
Para la cuestión de la propaganda de Filipo, debemos recordar aquí las
interesantes perspectivas expuestas por G. Squillace, al que seguiremos,
quien ha desarrollado un profundo análisis de la cuestión.5 De este modo,
podemos advertir cómo Filipo ya había tratado de presentar tanto sus
conquistas como sus injerencias militares contra las poleis griegas como
resultado de la necesidad de defender a los dioses. Éste es el caso, por
ejemplo, de la llamada Tercera Guerra Sagrada, cuando Filipo se mostró a sí
mismo como protector del santuario de Delfos, y como tal, del mismo
Apolo, en la lucha contra Focios y Tebanos. La idea de una guerra sagrada
fue, de hecho, muy efectiva, y podemos considerarla un gran éxito de la
propaganda macedonia en Grecia, puesto que todo ello permitió a Filipo
validar sus acciones de guerra, al mismo tiempo que santificaba sus
aspiraciones expansionistas. A su vez, mediante la victoria el rey macedonio
fortalecía sus conexiones con el favor y la protección de los dioses,
adquiriendo prestigio como defensor de Apolo y guardián de la divinidad,
exhibiendo así, de forma fehaciente, que los dioses estaban de su parte.
Esta protección divina debía tener alguna causa, y en la propaganda
política macedonia tal causa no podía ser otra que la naturaleza panhelénica
de la misión de Filipo en Grecia. Así, Filipo se convertía en héroe de las
tradiciones y las divinidades griegas como defensor de los dioses. No en
vano, pues él era descendiente de Heracles, el máximo héroe panhelénico,
campeón de la civilización griega y de los dioses.6 En tanto que Nuevo
Heracles, Filipo se presentaba a sí mismo como actuando bajo los auspicious
de la divinidad. No obstante, no podemos olvidar el sentido de las
perspectivas políticas panhelénicas en el complejo contexto cultural del
5
Squillace 2010.
6
Edson 1934: 219; Antela-Bernárdez 2011a.
42
Divino Alejandro
____________________________________________________________________
7
Antela-Bernárdez 2011b.
8
Brosius 2003. Quizás la destrucción de Tebas, el imperdonable traidor entre los griegos
desde las Guerras Médicas, puede ser entendida como un intento de hacer olvidar el hecho de
que los macedonios habían formado en el bando de Jerjes durante su invasión de la Hélade.
Sobre la destrucción de Tebas, vid. Worthington 2003; Antela-Bernárdez 2012: 77-134 y
2015.
9
Este propósito parece claro, por ejemplo, en Isócrates, Filipo (Isocr. 5.134).
43
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
10
Isocr. Ep. 3.2. Asimismo, Markle 1976: 86; Perlman 1967: 343.
11
Arist. 1284a13
12
Sobre el programa político de Isócrates, en especial en su relación con lo que aquí tratamos,
vid. Merlan 1954; Antela-Bernárdez 2005: 218-248; Antela-Bernárdez 2007b.
13
Jerjes ofreciendo libaciones a los dioses, con el consiguiente juicio de Herodoto: Hdt 7.54;
actos impíos y falta de respeto por los dioses griegos, en especial Poseidón: Hdt 7.35; incluso
los muertos (fantasma de Dario I) critican la impiedad de Jerjes ante los dioses: Aesch. Pers.
745-751; execrable trato de la tumba del héroe Protesilao: Hdt. 7.33; trato a los dioses griegos
en Troya: Hdt 7.43. Frente a Jerjes, el relato sobre las acciones de Alejandro en los mismos
44
Divino Alejandro
____________________________________________________________________
45
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
19
Este proceso ha sido analizado con detalle en Antela-Bernárdez 2007a.
20
Nos referimos exclusivamente a aquellos contemporáneos de Alejandro, como serían los
llamados Oradores menores (Licurgo, Demades, Dinarco e Hipérides), a los que debemos
sumar las obras de los oradores mayores, Demóstenes y Esquines. Para la citación literal de
estos oradores áticos menores, a lo largo del presente trabajo seguiremos la edición y
traducción de García Ruiz 2000.
21
Balsdon 1950, en su artículo de referencia sobre esta cuestión, no hace uso de los textos de
los oradores.
22
Antela-Bernárdez 2005: 299-321.
46
Divino Alejandro
____________________________________________________________________
23
Din. Frg.102; García Ruiz 2000, trad.
24
Por el que Atenas perdía sus cleruquías, esencialmente en Samos (Antela-Bernárdez 2005:
308-320).
25
Plu. Lyc. 27; García Ruiz 2000, trad.
26
Lycurg. Frg. 159; García Ruiz 2000, trad.
27
Arr. An. IV, 11.6 y su comentario en Antela-Bernárdez 2005: 218-248 y 323ss.
28
Hyp. Dem. XXXII; García Ruiz 2000, trad.
29
Mordaz esta concesión demosténica a Alejandro: frente a los hijos de Zeus, los vástagos de
Poseidón solían ser seres monstruosos.
47
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
30
Se refiere a la orden de Alejandro, anexa a la de su divinización, de otorgar a Hefestión
honras propias de los héroes, en función del oráculo de Siwah que confirmaba la naturaleza
heroica de éste. Arr. An. VII, 14.7 y VII, 24.6; Plu. Alex. 75. 3-4; D.S. XVII, 115.6; Just. XII,
12.12.
31
Hyp. Epit. VIII, 21s; García Ruiz 2000, trad. Resulta curiosa la interpretación de la cesión
de dignidades divinas a Alejandro como una violación de las leyes, similar al parecer de
Calístenes: Arr. An. IV, 11.6.
32
Farnell 1970: 343ss.
33
Hdt. I. 65; Farnell 1970: 361 y 424.
34
Dem. XIX, 280.
48
Divino Alejandro
____________________________________________________________________
Conclusiones
35
Farnell 1970: 364. Sobre el culto a Sócrates, vid. Farnell 1970: 364.
36
Dem. IV, 8.
37
Isoc. Ep. III. 5.
38
Aunque sí existió una demanda de culto heroico para Hefestión: Din. Frg. 102; Antela-
Bernárdez 2005: 318s.
39
Antela-Bernárdez 2006b y 2007b, ambos con bibliografía sobre la naturaleza de la Liga.
40
He definido este concepto en Antela-Bernárdez 2005: 202ss, siguiendo a Goukowski 1981:
I, 27-42.
49
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
Bibliografía
41
Antela-Bernárdez 2007a.
50
Divino Alejandro
____________________________________________________________________
51
Borja Antela-Bernárdez
____________________________________________________________________
52