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ÁREAS VERDES Y

SOSTENIBILIDAD URBANA

MARIO ANDRÉS LÓPEZ ERASO


La calidad de vida de la
población urbana es la
presencia de áreas verdes
suficientes y bien
manejadas.

Las áreas verdes urbanas


son una superficie abierta,
donde el elemento
fundamental de su
composición son los
árboles y arbustos.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS DE LAS
ÁREAS VERDES URBANAS

La MEA define los “servicios ecosistémicos”


como aquellos beneficios que la gente obtiene
de los ecosistemas, los cuales contribuyen a
hacer la vida no solo físicamente posible sino
también digna de ser vivida (Costanza et al.
1997, Daily 1997 citados por Quétier et al.
2007).
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS DE LAS ÁREAS
VERDES URBANAS

El significado de
servicios ecosistémicos
conjuga los procesos y
funciones de
transferencia de materia
y energía de los
ecosistemas con el
bienestar humano.
• Los árboles se encuentran entre
los proveedores de servicios
ecosistémicos más importantes y
son fundamentales para
mantener la vida en la Tierra.

• Desafortunadamente, los
servicios ecosistémicos
forestales son ignorados, por lo
general hasta que las
consecuencias humanas
negativas de la pérdida de estos
realzan su importancia.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS DE LAS ÁREAS
VERDES URBANAS
Beer et ál. (2003), los principales servicios
ecosistémicos que pueden proveer los arboles son:

• Mejoramiento del suelo (Esquivel et ál. 2005).


• Conservación de la calidad y cantidad del agua
(Mahecha 2002, Ríos et ál. 2008).
• Regulación climática con el secuestro del CO2 de la
atmósfera (López 1998, Ávila et ál. 2001) y
• Conservación de la biodiversidad en paisajes
fragmentados (Harvey et ál. 2003, Harvey et ál. 2006,
Pérez et ál. 2006).
Los árboles proporcionan
servicios a las personas y
sociedades como:
• Mantenimiento de la buena
calidad del aire y el clima

• Protección de las funciones


hidrológicas, suelos y diversidad
biológica.

• Suministro de madera,
productos forestales no
madereros y recursos genéticos.
En el componente arbóreo de las
áreas verdes urbanas, los SE
generados se clasifican en:

Locales cuyo valor está


internalizado.

No locales, los cuales


representan externalidades cuyo
valor debe reconocerse para
asegurar la re-valorización de
estos espacios tan importantes
en el ecosistema urbano.
Los SE locales se consideran
internalizados en el espacio
verde, o porque son bienes
aprovechables directamente
por los usuarios de las áreas
verdes, o porque son servicios
de base que contribuyen al
ciclaje de nutrientes.

Los SE no locales son los que


están ofrecidos hacia afuera,
que benefician a la sociedad a
nivel local, regional, nacional o
mundial.
Las áreas verdes urbanas y el
arbolado urbano juegan un papel
importante en el espacio público. A
diferencia de los bosques naturales,
los árboles en las ciudades cumplen
servicios sociales, ambientales y
económicos (González 2002).

Contribuyen a mejorar la calidad del


aire, incrementan las áreas de
captación y almacenamiento de agua
y estabilizan los suelos (Sorensen et
al. 1998); Este proceso ayuda a
regular la temperatura
disminuyéndola entre 3 a 5°C.
La urbanización y su impacto sobre el
ambiente natural
La Conferencia de las Naciones Unidas de 1996 sobre
Asentamientos Humanos: Hábitat II, efectuada en
Estambul, Turquía, identificó como principal causa de
la problemática ambiental de las ciudades, la alta tasa
de crecimiento urbano alrededor del mundo.
La urbanización y su impacto sobre el
ambiente natural
El hombre ha creado nuevos ecosistemas específicamente
para su residencia, estos son los ecosistemas urbanos
(Stearns y Montag, 1974 citados por Mcyntire et al. 2000).
En los últimos 50 años, los seres
humanos han transformado los
ecosistemas más rápida y
extensamente que en ningún otro
período de tiempo (MEA 2005).

Muchos de los valores


ambientales y las relaciones
ecológicas del entorno humano,
han sido desplazados por el afán
de desarrollo presente, derivando
en el consumo y la explotación
desordenada de los recursos.
Las formas de expansión de las zonas
urbanas en América Latina, se caracterizan
por la rapidez de los procesos de
urbanización y por la marginación urbana.

En la actualidad, el 72% de la población de


América Central, del Sur y el Caribe es
urbana.

En 1990 tres de las diez principales


megaciudades del mundo estaban
localizadas en América Latina, con
poblaciones de 11.5 millones de hab. en
Buenos Aires, 17.4 millones en Sao Paulo y
más de 20 millones en Ciudad de México
(Banco Mundial, 1995).
La urbanización de las cuencas
es un proceso que afecta rápida
y crecientemente a las ciudades.

La urbanización modifica los


componentes del ciclo
hidrológico, en especial los
volúmenes de agua que
escurren o anegan la superficie
de los suelos durante la
ocurrencia de episodios
lluviosos.
La superficie de las ciudades ha
experimentado la disminución
de otros usos y coberturas
naturales de los suelos, y en
importantes modificaciones en
componentes espaciales del
ciclo hidrológicos.

La urbanización de las cuencas


es el proceso por el cual las
superficies ocupadas por las
ciudades se instalan y crecen
sobre paisajes ambientalmente
sensibles de los lechos y
bordes de los cauces fluviales.
Se requiere una planificación urbana-territorial que
asegure la existencia de los espacios suficientes y
necesarios para el cumplimiento de los procesos
asociados al ciclo hidrológico.
No se puede continuar planificando y
gestionando el desarrollo de las ciudades al
margen de las restricciones y oportunidades
brindadas por la naturaleza.

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