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SUSTANCIAS REFRIGERANTES Y LA CONTAMINACIÓN

Refrigeración:
Concepto:

La refrigeración es el proceso de reducción y mantenimiento de la temperatura (a un


valor menor a la del medio ambiente) de un objeto o espacio. La reducción de
temperatura se realiza extrayendo energía del cuerpo, generalmente reduciendo su
energía térmica, lo que contribuye a reducir la temperatura de este cuerpo.

La refrigeración implica transferir la energía del cuerpo a enfriar a otro, aprovechando


sus propiedades termodinámicas. La temperatura es el reflejo de la cantidad o nivel de
energía que posee el cuerpo, ya que el frío propiamente no existe, los cuerpos solo
tienen más o menos energía térmica. De esta manera enfriar corresponde a retirar
energía (calor) y no debe
pensarse en términos de " producir frío o agregar frío".
La salud y el bienestar de un país pueden depender de los sistemas de refrigeración. Por
ejemplo, la alimentación y el almacenamiento de vacunas, distribución, aplicación
médica, industrial, comercial y doméstica de todo tipo depende de los sistemas de
refrigeración.

Aplicaciones de la refrigeración

Las aplicaciones de la refrigeración son entre muchas:

 La climatización, para alcanzar un grado de confort térmico adecuado para la


habitabilidad de un edificio o medio de transporte.
 La conservación de alimentos, medicamentos u otros productos que se degraden con
el calor. Como por ejemplo la producción de hielo o nieve, la mejor conservación de
órganos en medicina o el transporte de alimentos perecederos.
 Los procesos industriales que requieren reducir la temperatura de maquinaria o
materiales para su correcto desarrollo. Algunos ejemplos son el mecanizado, la
fabricación de plásticos, la producción de energía nuclear.
 La criogenia o enfriamiento a muy bajas temperaturas, empleada para licuar algunos
gases o para algunas investigaciones científicas.
 Motores de combustión interna: en la zona de las paredes de los cilindros y en las
culatas de los motores se producen temperaturas muy altas que es necesario refrigerar
mediante un circuito cerrado donde una bomba envía el líquido refrigerante a las
galerías que hay en el bloque motor y la culata y de allí pasa a un radiador de
enfriamiento y un depósito de compensación. El líquido refrigerante que se utiliza es
agua destilada con aditivos que rebajan sensiblemente el punto de congelación para
preservar al motor de sufrir averías cuando se producen temperaturas bajo cero.
 Máquinas-herramientas: las máquinas herramientas también llevan incorporado un
circuito de refrigeración y lubricación para bombear el líquido refrigerante que utilizan
llamado taladrina o aceite de corte sobre el filo de la herramienta para evitar un
calentamiento excesivo que la pudiese deteriorar rápidamente.
Refrigeración por compresión

El sistema más generalizado actualmente para la producción de frío, es el llamado de


compresión mecánica, al que denominamos convencional y que consistente en un
circuito cerrado en el que se somete un fluido, gas frigorígeno, a sucesivas situaciones
de cambios de estado, mediante compresión y expansión, transmitiendo y absorbiendo
el calor producido con el ambiente y el medio a refrigerar. Es el llamado ciclo frigorífico
de compresión, que se representa.

Se realiza un transporte de calor, bombeando, desde un lado que se pretende enfriar


(foco frío, 3) a otro que está a más temperatura (foco caliente, 1) donde se disipa.
Las cuatro fases que conforman el circuito frigorífico y sus componentes principales son:
1) Condensación
2) Expansión
3) Evaporación
4) Compresión

En un ciclo de compresión mecánica, el cambio de estado del agente frigorígeno en el


evaporador de la máquina da lugar a la producción frigorífica. El refrigerante en estado
gaseoso es aspirado por un compresor que ejerce las funciones de transportar el fluido
y de elevar su nivel de entalpía. El vapor comprimido a alta presión y con un elevado
nivel térmico se entrega a un intercambiador de calor, el condensador, para que ceda
su energía a otro fluido y cambie de estado, pasando a ser líquido a alta presión y
temperatura, y por lo tanto no utilizable para la producción frigorífica.

Refrigeración por absorción

La refrigeración en ciclo de Absorción fue desarrollada por Sir John Leslie, que utilizó el
ácido sulfúrico como absorbente y el agua como refrigerante. Más tarde, en 1859,
Ferdinand Carré inventó la primera máquina de absorción, funcionando con el par
amoniaco-agua. Las primeras aplicaciones industriales de los principios termodinámicos
de la absorción de un vapor por un líquido, con el fin de conseguir la refrigeración de
otro líquido, datan de los primeros años 30, del pasado siglo. La comercialización a
mayor escala de plantas frigoríficas de absorción con ciclo amoniaco-agua comienzan en
los 40 y la puesta en el mercado de las primeras plantas con ciclo agua-bromuro de litio
tiene lugar a principio de los 50. Los ciclos de absorción se basan en la capacidad que
tienen algunas sustancias para absorber, en fase líquida, vapores de otras sustancias.

Los sistemas de refrigeración por absorción presentan la ventaja, respecto a los de


convencionales de compresión, de requerir una demanda eléctrica casi despreciable,
sustituyendo ésta por demanda térmica. Una planta de este tipo está formada
principalmente por intercambiadores de calor. El único componente con partes móviles
es la bomba de la solución.

Problemas medioambientales

Está probado que la capa de ozono de la atmósfera actúa a modo de escudo frente a la
radiación ultravioleta procedente del sol. También es una realidad la reducción
progresiva de la concentración de ozono, especialmente en determinadas zonas,
motivada principalmente por la utilización de compuestos CFC (Clorofluorocarburos)
presentes tanto en aerosoles como en refrigerantes. El cloro de los CFC actúa como
catalizador de las reacciones de destrucción del ozono (ciclo cloro catalítico del ozono),
bajo la acción de la energía de la radiación solar, transformando dos moléculas de ozono
en tres de oxígeno y dando lugar a una reacción en cadena.
Cl3CF + hv (l < 230 nm)--> Cl2CF + Cl
2 Cl + 2 O3 --> 2 ClO + 2 O2
2 ClO + 2 O --> 2 Cl + 2 O2
Además, la presencia de estos compuestos en la atmósfera también contribuye al
conocido efecto invernadero. Dada la gravedad de este problema, las diferentes
naciones comenzaron a plantear restricciones legales a la producción y comercialización
de estas sustancias. Desde la firma del Protocolo de Montreal, en 1989, en el que se
adoptaron compromisos para reducir en un 50% las emisiones de gases CFC, hasta el
Protocolo de Kioto, de 1997, que supuso reducir prácticamente a cero las emisiones de
gases invernadero, se han ido adoptando compromisos cada vez más restrictivos a la
utilización de estos compuestos. Es evidente que, en el caso que nos ocupa, el R- 12 es
un magnífico refrigerante; ahora bien, su poder de degradación y destrucción del ozono
atmosférico le ha hecho ser sustituido, como se comentó más arriba, por el R-134a, de
similar eficiencia, pero mucho menos agresivo con el medio ambiente.
No obstante, todos los HFC plantean problemas de efecto invernadero y han sido
incluidos en el Protocolo de Kioto, de modo que su utilización se encuentra también
sujeta a restricciones. La tabla II muestra los potenciales relativos de degradación de la
capa de ozono y de efecto invernadero junto con la duración atmosférica media de
algunos de los compuestos de carbono halogenados. Como se puede apreciar, la
sustitución de los CFC por los HCFC (Hidroclorofluorocarburos) y HFC supone una
reducción drástica de los efectos negativos sobre el medio ambiente, en términos de
degradación de la capa de ozono y de efecto invernadero.

¿Cómo afectan estos refrigerantes a la capa de ozono?


La atmosfera es la capa de aire que rodea a la tierra. Cuyo objetivo es proporcionar
oxigeno necesario para la vida a la mayoría de los seres vivos. Este sustrato incluye a la
troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera. La capa de ozono (𝑂3) es
una barrera que impide el 95% el paso de la radiación ultravioleta hacia la superficie y
se encuentra a una altura entre 20 y 30 mil metros sobre el nivel del mar.
Este compuesto químico (ozono) se forma a partir del oxígeno gas 𝑂2 residente en la
atmosfera por medio de un proceso fotoquímico donde la luz ultravioleta actúa como
catalizador para provocar que las moléculas de oxigeno gas se disocien en átomos de
oxígeno en su estado fundamental. Después rápidamente se combina con moléculas
que se acompaña al oxigeno como el nitrógeno.
Las moléculas de 𝑂3 son inestables cuando la luz ultravioleta choca con el ozono, se
separa en sus reactivos originales 𝑂2 y O formándose un ciclo de la naturaleza. El
problema es que algunas actividades de los eres humanos como la refrigeración por
comprensión utilizan compuestos químicos que rompen este ciclo.
Refrigerantes del tipo CFC contiene cloro (CC𝑙2 𝐹2 ) que al subir a la atmosfera se
encuentra con radiación solar, provocando el desprendimiento de cloro de molécula,
que luego actúa como catalizador para descomponer la molécula de ozono en oxígeno
y el cloro se combina con un oxigeno momentáneamente. Por último, el compuesto
formado por el cloro y el oxígeno se encuentra con otro oxigeno reaccionando y
liberando nuevamente el cloro mas una partícula de oxigeno biatómico.

Recuperación y reciclado de refrigerantes


Existen unos aparatos que además de realizar las funciones específicas para la carga del
equipo de climatización del vehículo permiten recuperar el refrigerante, cuando se vacía
un equipo, reciclarlo y dejarlo disponible para usos posteriores. Son las denominadas
estaciones automáticas de recuperación, reciclado y carga del refrigerante.
Una vez recuperado el refrigerante, se recicla, reduciendo la presencia de los elementos
contaminantes que contiene (humedad, aire, aceite) hasta los valores especificados por
las normativas SAE J 1991 para el R12 y SAE J 2099 para el R134a. Recordemos que, de
acuerdo con la legislación vigente, en la mayoría de los países está prohibido eliminar el
refrigerante al ambiente, siendo obligatoria o al menos muy recomendable su
recuperación.

Para solventar el problema medioambiental que originan los refrigerantes se hace


necesaria no sólo la concienciación de todos los usuarios, sino especialmente el
compromiso firme de los dirigentes políticos que son, en última instancia, quienes
marcan el rumbo de los acontecimientos. La sustitución de los derivados CFC y HCFC
requiere inversiones en adaptación de equipos y desarrollo de nuevas tecnologías para
la refrigeración. Ahora bien, es imprescindible la colaboración de las empresas del
sector, dando lugar a una cierta sinergia que acabe por implantar nuevos refrigerantes
más ecológicos, en consonancia con otros avances deseables como la utilización de
combustibles no fósiles, la reducción de las emisiones contaminantes, etc.

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