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14,28-33
Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿qué es lo primero que
hace? Pues se sienta a pensar cuánto va a costarle, para ver si tiene
suficiente dinero. 29 Porque si empieza a construir la torre y después no tiene
dinero para terminarla, la gente se burlará de él. 30 Todo el mundo le dirá:
“¡Qué tonto eres! Empezaste a construir la torre, y ahora no puedes
terminarla.”
¿Qué hace un rey que sólo tiene diez mil soldados, para defenderse de otro
rey que lo va a atacar con veinte mil? Primero tendrá que ver si puede ganar
la batalla con sólo diez mil soldados. 32 Y si ve que no puede ganar,
aprovecha que el otro rey todavía está lejos y manda mensajeros a pedir la
paz.
1.- PREVER
Hagamos un alto y reflexionemos: ¿en dónde estamos?; ¿hacia dónde vamos?
¿Cómo debemos llegar? ¿Que ha resultado mal y por qué? ¿Qué es lo que ha
salido bien por qué?
Sin esta adaptación las actividades y programas "no prenderán" por falta de
realismo y ¿cómo puede lograrse este éxito sin "prever"?
2.- ORGANIZAR.
Hay que crear el engranaje material y moral de la organización del trabajo,
repartir el trabajo. Designar a las personas adecuadas.
3.- MANDAR.
Para hacer trabajar a nuestros colaboradores o auxiliares, se necesita: Dar
órdenes y consignas prácticas, precisas, descartar lo vago; el dirigente sensato
manda, teniendo en cuenta que pueden no comprenderla, olvidar lo mandado,
encontrarlo irrealizable. No olvidemos que para mandar hacer algo con
competencia y por lo tanto con utilidad, es conveniente haber hecho y hacer
todavía alguna vez, por lo menos, aquello que se pide a las demás.
Si uno no sabe por experiencia lo que pide, se expone a pedir lo imposible, lo inútil
y pierde fácilmente la estima y el prestigio.
Especialmente hay que tener en cuenta este consejo en aquellos cargos difíciles,
un poco al margen del apostolado directo y que sin embargo son indispensables y
básicos, como la Tesorería, la Secretaria, la Administración de los recursos, etc.
Al mandar hay que recordar siempre que tratamos con voluntades humanas, no
con engranajes de acero; con personas a quienes hay que acostumbrar a moverse
por motivos sobrenaturales, pero que tienen problemas, pasiones, defectos y
virtudes y que están como todos en camino de ser mejores. que quieren serlo,
siempre que se, las trate con interés humano, haciéndolas depositarias de nuestra
confianza.
4.- COORDINAR.
La coordinación se impone si queremos lograr nuestros fines.
Coordinar es dar a las diversas actividades. el lugar qué les corresponde, con
orden y método de manera que no se estorben unas a otras, ni sufran detrimento
unas por otras.
Quien toma unificar por coordinar, comete un grave error, pues el éxito del
trabajo apostólico se basa en la variedad de actividades, ejecutadas por diversos
elementos, en diferentes sitios y en distintas ocasiones: coordinar es hacer de
todo ese conjunto una tarea eficaz, agradable, conquistadora.
Vigilar que todo se haga conforme a las directivas dadas, pero sin atacar, ni matar
las, iniciativas. El dirigente debe darse cuenta por sí mismo, con tacto y discreción,
de lo que se hace, y como se hace. Debe hacer rendir informes, educar
explicando, aconsejando, dando ejemplo.
La Misión:
Surge del envío que Jesús hace a sus discípulos para anunciar y
significar la Buena Nueva (Mt 10,5-8) Tiene una importancia decisiva
para los discípulos. Esta importancia queda confirmada por la
abundancia de textos misioneros que aparecen en los Evangelios
(Mt5,13; 13,31.33.47; Mc 3,14; Mt 28,19).
Tiene como contenido fundamental a Jesucristo como Salvador (Hch.
5,31) Por medio de Él, Dios ofrece a todos los hombres una vida nueva.
Se acompaña de gestos significativos y reales que hacen visible y creíble
la verdad de su mensaje (Hch. 2,14-16. 3,12-26; 5,12-16)
La misión de la Iglesia se fundamenta en la misión de Jesús como
enviado del Padre para la liberación de la humanidad.
La razón histórica del ser de la Iglesia es prolongar la misión de Cristo
y hacerla visible en la historia de los hombres.
La misión es la verdadera y única tarea de la Iglesia.
2.- LA EVANGELIZACIÓN es el proceso total mediante el cual la Iglesia,
movida por el Espíritu: Anuncia al mundo el Evangelio del Reino de Dios
Da testimonio entre los hombres de la nueva manera de ser y de vivir
que él inaugura, Educa en la fe a los que se convierten al Evangelio del
Reino Celebra, mediante los sacramentos, la presencia del Señor Jesús y
el don del Espíritu Impregna y transforma con su fuerza todo el orden
temporal
Como todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del
apostolado en virtud del Bautismo y de la Confirmación y por eso
tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados
en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea
conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta
obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos los
demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el
apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces
su plena eficacia (cf. LG 33).
"Así, todo laico, por el simple hecho de haber recibido sus dones, es a la
vez testigo (Hechos 4,20) e instrumento vivo de la misión de la Iglesia
misma `según la medida del don de Cristo'" (LG 33).
CARACTERÍSTICAS DE UN LÍDER:
Son necesarias el conocimiento de la realidad, la capacidad de cercanía,
la actitud positiva de apoyo y colaboración, la facilidad para la relación
personal, una madurez acorde con la edad, una relación personal con el
Señor y un cierto recorrido en el camino de la fe, que pueden
considerarse a su vez como signos validos de una vocación para la
animación.
DISCERNIMIENTO:
¿Por qué razón Jesús escogió solo a doce entre quienes lo seguían?
¿Qué crees que sintieron los apóstoles al ser escogidos por Jesús?
¿Qué responsabilidad enfrentan los apóstoles al ser llamados?
¿Qué te dice a ti este texto?