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SAN Lc.

14,28-33
Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿qué es lo primero que
hace? Pues se sienta a pensar cuánto va a costarle, para ver si tiene
suficiente dinero. 29 Porque si empieza a construir la torre y después no tiene
dinero para terminarla, la gente se burlará de él. 30 Todo el mundo le dirá:
“¡Qué tonto eres! Empezaste a construir la torre, y ahora no puedes
terminarla.”
¿Qué hace un rey que sólo tiene diez mil soldados, para defenderse de otro
rey que lo va a atacar con veinte mil? Primero tendrá que ver si puede ganar
la batalla con sólo diez mil soldados. 32 Y si ve que no puede ganar,
aprovecha que el otro rey todavía está lejos y manda mensajeros a pedir la
paz.

1.- PREVER
Hagamos un alto y reflexionemos: ¿en dónde estamos?; ¿hacia dónde vamos?
¿Cómo debemos llegar? ¿Que ha resultado mal y por qué? ¿Qué es lo que ha
salido bien por qué?

Hagamos después un, examen de precisión: ponernos en la realidad del presente


teniendo en cuenta el pasado que nos enriquece con la experiencia. Para
escudriñar el futuro; sólo así estaremos capacitadas para tratar un plan de
acción.

Nunca pensemos que la urgencia de nuestros trabajos nos dispensa de


reflexionar. En los programas de trabajo. Los Comités Superiores dan los
lineamientos generales, pero toca a las responsables inferiores adaptarlos según
las circunstancias y situaciones concretas del ambiente.

Sin esta adaptación las actividades y programas "no prenderán" por falta de
realismo y ¿cómo puede lograrse este éxito sin "prever"?

Hay que prever para formar constantemente nuevas Dirigentes. ¿Quién no


conoce esos casos frecuentes de personas "abnegadas" que, monopolizan todo y
malogran, sin darse cuenta, que trabajan mucho pero que no preparan sucesores
y auxiliares que las, releven?

Falta de previsión es también creernos indispensables. Formemos a los nuevos


elementos, aun cuando su trabajo al principio sea deficiente.- Querer imponer en
todo nuestro parecer. Mata la iniciativa de los demás y va creando un vació
alrededor de los que celosamente "acaparan" el gobierno; llegará un día en que
no - haya nuevas dirigentes. - y esto puede ser fatal para cualquier organización o
grupo.

El dirigente completará su examen de previsión ante el mapa de su Diócesis o


comunidad: "Si he aceptado este puesto.... nadie dará cuenta por mí de esta
responsabilidad; tengo la gracia para desempeñar con éxito mi trabajo...en este
momento tengo el deber de hacer frente a la situación... ¿qué debo hacer?...
¿cómo lo debo hacer?..." El Padre de las Luces, no, se hará esperar con su
respuesta.

2.- ORGANIZAR.
Hay que crear el engranaje material y moral de la organización del trabajo,
repartir el trabajo. Designar a las personas adecuadas.

Al planear el cuadro de organización, señalar a cada quien su lugar y sus


obligaciones. Si se dice "un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar". De igual
manera debe decirse "un lugar para cada persona y cada persona en un lugar". Se
tratará de encontrar colaboraciones, de descubrir aquellos elementos
que se ignoran, de formar á las que deben constituir la estructura de la
Organización.
El Dirigente que hace todo por ella misma, que menosprecia las jerarquías, puede,
eventualmente, tener éxito pero fracasará ante las grandes responsabilidades y
no puede ser igualmente útil en todos los puestos de importancia.
Para organizar bien hay necesidad, no solamente, de repartir los trabajos,
delinear los campos de acción y asignar los cargos, sino también conviene hacer
cambios que eviten la rutina y el estancamiento y satisfagan facultades de cada
integrante.
Un buen organizador es aquel que observa y capta los menores indicios de gusto o
disgusto. De aptitud o ineptitud en el desempeño de los cargos de sus
subordinadas.

Cuando se imponga un cambio, por ineptitud o por falta de espíritu, se sugerirá el


traslado a otro puesto; nunca se forzará a la persona, porque si está contenta, ira
a disgusto a otro lugar y si está "falta de espíritu" será elemento destructivo en
cualquier otra parte.
Hay sin embargo. Casos de traslado o de suspensión de actividades que se
imponen por el bien general y entonces, saber organizar requiere sacrificar,
muchas veces, el bien particular. Aun cuando se sufra algún trastorno temporal.

Un organizador debe de estar atento ante los desempeños de sus subordinados,


si este no es correcto o de acuerdo a lo que se pretende, es necesario dialogar
con la persona y ver su punto de vista, sus sentimientos, su actitud y animarlos.

3.- MANDAR.
Para hacer trabajar a nuestros colaboradores o auxiliares, se necesita: Dar
órdenes y consignas prácticas, precisas, descartar lo vago; el dirigente sensato
manda, teniendo en cuenta que pueden no comprenderla, olvidar lo mandado,
encontrarlo irrealizable. No olvidemos que para mandar hacer algo con
competencia y por lo tanto con utilidad, es conveniente haber hecho y hacer
todavía alguna vez, por lo menos, aquello que se pide a las demás.

Si uno no sabe por experiencia lo que pide, se expone a pedir lo imposible, lo inútil
y pierde fácilmente la estima y el prestigio.

Hacer comprender el significado del trabajo solicitado, su meta final despertando


el interés y el gusto por aquello que se pide.

Especialmente hay que tener en cuenta este consejo en aquellos cargos difíciles,
un poco al margen del apostolado directo y que sin embargo son indispensables y
básicos, como la Tesorería, la Secretaria, la Administración de los recursos, etc.

Estos trabajos tienen también su profundo sentido apostólico, y su cabal


desempeño por amor a Dios, salvará muchas almas.

Al mandar hay que recordar siempre que tratamos con voluntades humanas, no
con engranajes de acero; con personas a quienes hay que acostumbrar a moverse
por motivos sobrenaturales, pero que tienen problemas, pasiones, defectos y
virtudes y que están como todos en camino de ser mejores. que quieren serlo,
siempre que se, las trate con interés humano, haciéndolas depositarias de nuestra
confianza.
4.- COORDINAR.
La coordinación se impone si queremos lograr nuestros fines.

Coordinar es dar a las diversas actividades. el lugar qué les corresponde, con
orden y método de manera que no se estorben unas a otras, ni sufran detrimento
unas por otras.

Quien toma unificar por coordinar, comete un grave error, pues el éxito del
trabajo apostólico se basa en la variedad de actividades, ejecutadas por diversos
elementos, en diferentes sitios y en distintas ocasiones: coordinar es hacer de
todo ese conjunto una tarea eficaz, agradable, conquistadora.

La coordinación debe hacerse principalmente en las Sesiones de Comité, en las


reuniones de Delegaciones, de Comisiones, etc., cuidadosamente preparadas.

En estas reuniones se asegurara la influencia complementaria de todos los


Dirigente con el coordinador principal responsable del grupo; proporcionan la
oportunidad de promover la unión (que no es igual a unificación) y la Solidaridad
entre todos; de aumentar y mantener la confianza y el cariño recíproco, el espíritu
de equipo y comunidad.

5.- CONTROLAR 5 de 5 Las autoridades, amantes del poder, dan órdenes. El


coordinador verdadero controla por sí mismo, observa, analiza, comprueba.
La necesidad de control salta a la vista, si queremos tener éxito en nuestras
actividades.

1. Universal: personas, cosas, detalles,


2. Recto, firme, competente, imparcial.
3. Oportuno, conservando el justo medio ni precipitado ni retrasado.
4. Teniendo siempre de, "remedios" (soluciones) ya sea con relación a las
personas, al método o a los instrumentos.

Vigilar que todo se haga conforme a las directivas dadas, pero sin atacar, ni matar
las, iniciativas. El dirigente debe darse cuenta por sí mismo, con tacto y discreción,
de lo que se hace, y como se hace. Debe hacer rendir informes, educar
explicando, aconsejando, dando ejemplo.

A algunos elementos poco habituados al trabajo regular, será necesario


controlarlos en todos los detalles: puntualidad, orden, minuciosidad y limpieza en
el trabajo, sin que por ello sientan una especie de fiscalización que molesta y
paraliza.

PERFIL Y MISIÓN DEL COORDINADOR PARROQUIAL

1.- La Misión de la Iglesia.


2.- La Evangelización
3.- La Vocación del Laico
4.- Discípulo Misionero
5.- Las Funciones del Coordinador Parroquial

1.- LA MISIÓN DE LA IGLESIA:

"Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva (evangelio) a toda


criatura" (Mc. 16,15)

La Misión:
Surge del envío que Jesús hace a sus discípulos para anunciar y
significar la Buena Nueva (Mt 10,5-8) Tiene una importancia decisiva
para los discípulos. Esta importancia queda confirmada por la
abundancia de textos misioneros que aparecen en los Evangelios
(Mt5,13; 13,31.33.47; Mc 3,14; Mt 28,19).
Tiene como contenido fundamental a Jesucristo como Salvador (Hch.
5,31) Por medio de Él, Dios ofrece a todos los hombres una vida nueva.
Se acompaña de gestos significativos y reales que hacen visible y creíble
la verdad de su mensaje (Hch. 2,14-16. 3,12-26; 5,12-16)
La misión de la Iglesia se fundamenta en la misión de Jesús como
enviado del Padre para la liberación de la humanidad.
La razón histórica del ser de la Iglesia es prolongar la misión de Cristo
y hacerla visible en la historia de los hombres.
La misión es la verdadera y única tarea de la Iglesia.
2.- LA EVANGELIZACIÓN es el proceso total mediante el cual la Iglesia,
movida por el Espíritu: Anuncia al mundo el Evangelio del Reino de Dios
Da testimonio entre los hombres de la nueva manera de ser y de vivir
que él inaugura, Educa en la fe a los que se convierten al Evangelio del
Reino Celebra, mediante los sacramentos, la presencia del Señor Jesús y
el don del Espíritu Impregna y transforma con su fuerza todo el orden
temporal

3.- LA VOCACIÓNDEL LAICO


"Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios
ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios
[...] A ellos de manera especial corresponde iluminar y ordenar todas
las realidades temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal
manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para
alabanza del Creador y Redentor" (LG 31).

«Los fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de


la Iglesia; por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad. Por
tanto ellos, especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara,
no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia; es decir, la
comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe común, el
Romano Pontífice, y delos Obispos en comunión con él. Ellos son la
Iglesia» (Pío XII, Discurso a los cardenales recién creados, 20 de febrero
de 1946; citado por Juan Pablo II en CL 9).

Como todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del
apostolado en virtud del Bautismo y de la Confirmación y por eso
tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados
en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea
conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta
obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos los
demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el
apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces
su plena eficacia (cf. LG 33).

"Los seglares[...] también pueden sentirse llamados o ser llamados a


colaborar con sus pastores en el servicio de la comunidad eclesial, para
el crecimiento y la vida de ésta, ejerciendo ministerios muy diversos
según la gracia y los carismas que el Señor quiera concederles" (EN 73).

En la Iglesia, en el ejercicio de la potestad de régimen "los fieles laicos


pueden cooperar a tenor del derecho" (CIC, can. 129, 2). Así, con su
presencia en los concilios particulares (can. 443, 4), los sínodos
diocesanos (can. 463, 1 y 2), los consejos pastorales (can. 511; 536); en
el ejercicio de la tarea pastoral de una parroquia (can. 517, 2); la
colaboración en los consejos de los asuntos económicos (can. 492, 1;
536); la participación en los tribunales eclesiásticos(can. 1421, 2), etc.

"Así, todo laico, por el simple hecho de haber recibido sus dones, es a la
vez testigo (Hechos 4,20) e instrumento vivo de la misión de la Iglesia
misma `según la medida del don de Cristo'" (LG 33).

“Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la


alegría y gratitud que produce, crece también el ímpetu de comunicar a
todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o
proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del
encuentro con Cristo” (145DAparecida).

“Un proyecto sólo es eficiente si cada comunidad cristiana, cada


parroquia, cada comunidad educativa, cada comunidad de vida
consagrada, cada asociación o movimiento y cada pequeña comunidad
se insertan activamente en la Pastoral Orgánica de la diócesis” (169
DA).
4.-DISCÍPULO MISIONERO
Quien integra el Consejo Parroquial de Pastoral

Cristianos conscientes de su dignidad y naturaleza bautismal, para


adquirir un compromiso decidido en la tarea de la Nueva
Evangelización (cf. DA, 377).
Cristianos abiertos a la escucha de la Palabra de Dios, para poder
conocer la voluntad de Dios. “La misma Palabra de Dios reclama la
necesidad de nuestro compromiso en el mundo y de nuestra
responsabilidad ante Cristo, Señor de la Historia” (Exhort. Apost. Post.
Verbum Domini, n. 99).
Cristianos de ojos abiertos y corazón palpitante, para poder conocer e
interpretar la realidad parroquial y poder así aconsejar, para dar una
respuesta acertada. “Como discípulos de Jesucristo nos sentimos
interpelados a discernir los “signos de los tiempos”, a la luz del Espíritu
Santo, para ponernos al servicio del Reino, anunciado por Jesús, que
vino para que todos tengan vida y “para que la tengan en plenitud” (Jn
10, 10)”. (cf. DA, 33).
Cristianos cuyo centro sea la Eucaristía, para poder vivir de ella y así ser
impulsados a la misión de llevar a muchos la vida en Jesucristo, Camino,
Verdad y Vida. “No podemos acercarnos a la Mesa eucarística sin
dejarnos llevar por ese movimiento de la misión que, partiendo del
corazón mismo de Dios, tiende a llegar a todos los hombres. Así pues, el
impulso misionero es parte constitutiva de la forma eucarística de la
vida cristiana” (Exhort. Apost. Post. Sacramentum Caritatis, n. 84).
Cristianos de diálogo, capaces de poder establecer puentes entre las
comunidades, los movimientos, las asociaciones y los diferentes grupos
que integran la parroquia y a quienes representa.
Cristianos de una fe íntegra en Jesucristo, para descubrir en su vida la
presencia viva de Dios y poder de esta manera comunicar al ser
humano sentido y esperanza en su existencia. “Creer en Jesucristo es,
por tanto, el camino para poder llegar de modo definitivo a la
salvación” (cf. Motu Proprio Porta Fidei, n. 3).
Cristianos alegres, pues la alegría como fruto del espíritu, es “antídoto
contra un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia
y el odio”. (cf. DA, 29).
Cristianos conscientes de que la conversión es un proceso constante,
fruto de la gracia, a fin de llevar al ser humano a la vida de la santidad.
“Poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad es una
opción llena de consecuencias. Significa expresar la convicción de que,
si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por
medio de la inserción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, sería un
contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una
ética(conocimiento del bien y del mal) minimalista(reducida) y una
religiosidad superficial” (Carta Encíclica Novo Milenio Ineunte, n. 31) .
Cristianos convencidos de la importancia de la formación cristiana en su
vida, a fin de asumir un itinerario que lo lleve a conocer más su fe y
poder introducirse en los misterios del Reino de Dios. “El discípulo es
alguien apasionado por Cristo a quien reconoce como el maestro que lo
conduce y acompaña”. (DA, 277).
Cristianos enamorados de la misión, a fin de compartir desde su
experiencia personal, la responsabilidad de la Nueva Evangelización
en el Consejo Parroquial, como una pequeña comunidad de vida. El
Consejo Parroquial de Pastoral debe ser, “un ámbito propicio para
escuchar la Palabra de Dios, para vivir la fraternidad, para animar en la
oración, para profundizar procesos de formación en la fe y para
fortalecer el exigente compromiso de ser apóstoles en la sociedad de
hoy” (DA, 308).

- LAS FUNCIONES DEL COORDINADOR PARROQUIAL.

1.- Animar, promover y cuidar la espiritualidad de la comunidad en


fidelidad al Evangelio.
2.- Asumir las orientaciones del Arzobispado y la Iglesia.
3.-Estar atento a la realidad del sector para responder a sus
necesidades y desafíos.
4.- Reflexionar los problemas que interpelan a la comunidad para
solidarizar con los afectados y comprometerse con ellos.
5.- Animar una pastoral parroquial de conjunto que integre a los
distintos grupos, comunidades y áreas pastorales.
6.- Coordinar las actividades de los distintos grupos y áreas de la
parroquia.
7.- Promover el trabajo pastoral en equipo.
8.-Promover iniciativas misioneras en el sector parroquial y/o otros
lugares.
9.- Vivir la comunión eclesial con la Zona y el Decanato para que la
acción pastoral se desarrolle de manera armónica con las otras
parroquias del Decanato y la Zona.
10.- Designar representantes para las actividades decanales y zonales.
11.- Mantener informada a la comunidad ya las instancias superiores
sobre las actividades pastorales de las distintas áreas y grupos,
incentivando la participación en ellas.
12.- Dar a conocer a la comunidad las orientaciones, instrucciones y
actividades del Decanato, Zona, y Arquidiócesis y también informar a
estas instancias sobre el quehacer parroquial.
13.- Cuidar la realidad económica y administrativa parroquial
recibiendo información periódica y dar su parecer sobre la situación
económica y administrativa de la parroquia.
14.- Elaborar un Plan Pastoral Parroquial.
15.- Conducir el P. P. Parroquial coordinando las actividades de grupos
y áreas parroquiales.
16.- Evaluar el Plan Pastoral Parroquial.

CARACTERÍSTICAS DE UN LÍDER:
Son necesarias el conocimiento de la realidad, la capacidad de cercanía,
la actitud positiva de apoyo y colaboración, la facilidad para la relación
personal, una madurez acorde con la edad, una relación personal con el
Señor y un cierto recorrido en el camino de la fe, que pueden
considerarse a su vez como signos validos de una vocación para la
animación.

TAREAS DEL LÍDER:

*Detectan los anhelos preocupaciones, intereses, inquietudes e


interrogantes de los jóvenes como grupo y como individuos para hacer
juntos un proceso formativo y experiencial que den respuestas
significativas a sus necesidades.

*Prepara y anima las reuniones del grupo o comunidad, favorece la


convivencia fraterna, la expresión alegre, la solidaridad y la creatividad,
de modo que en la comunidad se sientan permanentemente invitados a
vivir y plantearse el ideal de civilización del amor.

*No busca protagonismo, crea en el grupo un clima democrático, de


comunicación abierta y de acogida de iniciativa, que estimule la
participación y la corresponsabilidad de la animación comunitaria.

* Alienta la experiencia de Dios en la oración, la lectura de la palabra y


la celebración viva de la fe en sus expresiones litúrgicas como en otras
expresiones propias y creativas del grupo.

*Busca servir, incita a la acción, convence, pone en movimiento,


contagia de vida, comprende lo que una situación exige del grupo,
descubre la forma de satisfacer sus necesidades.
*Mantiene un contacto permanente por medio de los organismos de
coordinación, con los procesos pastorales de su comunidad eclesial, de
su parroquia y de su diócesis.

*Asumir, si se le delega, alguna función de coordinación hacia dentro o


fuera del grupo, procurando no acaparar todas las funciones o tareas.

*Hace participe a todo el grupo o comunidad de las experiencias


significativas que vive en su carácter de animador.

*Propicia el surgimiento de nuevos animadores.

DISCERNIMIENTO:

Lee atentamente Marcos 3, 13-19 y reflexiona (todas tus reflexiones


Irán anotadas en tu cuaderno)

¿Por qué razón Jesús escogió solo a doce entre quienes lo seguían?
¿Qué crees que sintieron los apóstoles al ser escogidos por Jesús?
¿Qué responsabilidad enfrentan los apóstoles al ser llamados?
¿Qué te dice a ti este texto?

FUNCIONES DEL EQUIPO COORDINADOR EN PARROQUIAS Y MOVIMIENTOS

1. Funciones del Coordinador


(a): - Presentarse al Párroco y ponerse al servicio de la parroquia.
– Asegurarse de que los integrantes conozcan y tengan claros los
objetivos del grupo.
- Convocar la reunión semanal.
- Preparar una agenda para estas juntas, en conjunto con su equipo
coordinador.
- Procurar la participación de todos los integrantes en las juntas y
actividades del grupo y mantenerlo informado de la organización y
cambios que se realicen.
- Representar al grupo cuando sea necesario.
- Mantener comunicación y participación a nivel parroquial y diocesano
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.

2. Funciones del Coordinador (a) Auxiliar:


- Es una persona que ayuda al coordinador, en mutuo acuerdo, para
que los objetivos programados se realicen.
- Colabora activamente junto con el coordinador en todas las sesiones y
actividades del grupo.
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.
- Mantener comunicación y participación a nivel parroquial y diocesano
- Suplir al Coordinador en cualquier actividad o reunión cuando se
ausente.

3. Funciones del Secretario (a):


- Debe tomar notas de todos los acuerdos que se tomen durante las
juntas del grupo.
- Debe tener claridad sobre el calendario con las actividades del grupo. -
Mantiene actualizados los datos del grupo.
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.
- Mantener comunicación y participación a nivel parroquial y diocesano

4. Funciones del Tesorero (a):


- Administra los fondos económicos del grupo.
- En las actividades del grupo es el responsable de organizar las
compras, ventas, y recaudación de dinero.
- Dar informe de la economía, según sea conveniente, (lo ideal sería dar
informe con frecuencia).
- Mantener comunicación y participación a nivel parroquial y diocesano
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.

5. Funciones del Encargado de eventos y fiestas patronales:


- Coordinar las enramas en las fiestas patronales, que se llevaran a
cabo en la parroquia, y principalmente la de la comunidad con un año
de anticipación.
- Comunicar a los integrantes del grupo de algún cambio.
- Comunicarse con la secretaria de la rectoría y el Padre, para pedir las
fechas de las festividades o acciones que se llevaran a cabo en la
parroquia, consultando el Plan Pastoral
- Promover la participación en los eventos en la comunidad.
- Buscar la manera de dar propuestas para llegar a los jóvenes que no
están involucrados en nuestros grupos juveniles,. (Lucas 10, 1-9)
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.

6. Funciones del Animador de Espiritualidad:


- Animar al grupo a vivir el Evangelio en nuestro diario vivir, Juan 14, 6;
Hebreos 4, 12; Juan 1, 34.
- Velar que siempre hagamos oración, para tener una conexión con
Dios, paz interior, diálogo y confianza en Dios. Marcos 14, 38 (a nivel
personal y grupal)
- Invitar a una constante conversión: para que se refleje en la vida,
negarse a sí mismo (en nuestras reuniones semanales, en los retiros,
etc.) Mateo 4, 17
- Proponer con el equipo coordinador formación espiritual, que nos
lleven a experimentar la alegría de ser amados por Dios y elegidos para
ser colaboradores de Su Reino, Mateo 4, 12.
- Organizar momentos de oración grupal que nos lleven a crecer en el
amor: (Amar y demostrar el amor al prójimo) 1Juan 4, 19-20.
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.
7. Funciones del Encargado de Apostolado:
- Organizar actividades como grupo, al servicio de la comunidad.
(Mateo 7, 7-8), grupo encargado de visitar y orar por los enfermos,
grupo para servir en velorios.
- Presentar propuesta a la Mesa Directiva y de esa forma calendarizar
actividades. (Efesios 1, 20)
- Verificar los requisitos para poder llevar a cabo las actividades. (Mateo
18, 19-20)
-organizar un censo comunitario para conocer la necesidad de
sacramentos en las familias, y de los enfermos que hay en ella.
- Tener como centro la persona de Jesús, en todas las decisiones a
tomar.

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