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La teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg propone que existen tres tipos de inteligencia: analítica, práctica y creativa. La inteligencia analítica se refiere a la capacidad cognitiva, la práctica a la adaptación al entorno, y la creativa integra la experiencia con la psique. Sternberg también describe el conocimiento tácito, información interior que no se enseña formalmente pero predice mejor el éxito que las pruebas de inteligencia.
Descrizione originale:
TEORÍA TRIARQUICA
Titolo originale
Teoría Triárquica de La Inteligencia de Sternberg DESARROLLO II
La teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg propone que existen tres tipos de inteligencia: analítica, práctica y creativa. La inteligencia analítica se refiere a la capacidad cognitiva, la práctica a la adaptación al entorno, y la creativa integra la experiencia con la psique. Sternberg también describe el conocimiento tácito, información interior que no se enseña formalmente pero predice mejor el éxito que las pruebas de inteligencia.
La teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg propone que existen tres tipos de inteligencia: analítica, práctica y creativa. La inteligencia analítica se refiere a la capacidad cognitiva, la práctica a la adaptación al entorno, y la creativa integra la experiencia con la psique. Sternberg también describe el conocimiento tácito, información interior que no se enseña formalmente pero predice mejor el éxito que las pruebas de inteligencia.
El profesor R J. Sternberg (1949), una de las personalidades científicas más destacadas
en el panorama psicológico mundial, es bien conocido por la formulación íntegra de la llamada Teoría Triárquica de la Inteligencia y por ser uno de los principales impulsores del movimiento renovador del estudio de la inteligencia humana. Sus intereses se centran en el estudio de la inteligencia desde el punto de vista de la moderna psicología cognitiva.
La teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg se basa en la concepción de éste de
que los modelos tradicionales y jerárquicos de la inteligencia no son exhaustivos dado que no dan cuenta del uso que se hace de la inteligencia en sí, limitándose a conceptualizar su naturaleza y funcionamiento sin observar cómo se vincula y aplica en un contexto real.
Así, esta teoría considera que la medición de la capacidad intelectual se ha centrado
únicamente en un aspecto de la inteligencia, ignorando otros aspectos de gran relevancia que forman habilidades cognitivas por sí mismas. En conclusión. Sternberg plantea que no es suficiente con ver qué se hace, sino también cómo y por qué, a la hora de actuar.
Para Sternberg la inteligencia es toda actividad mental que orienta a la adaptación
consciente al entorno y a la selección o transformación de éste con el propósito de predecir resultados y ser capaz de provocar activamente la adecuación de uno al medio o del medio a uno. Se trata del conjunto de capacidades de pensamiento que se utilizan en la resolución de problemas más o menos cotidianos o abstractos.
La concepción de este autor se acerca a visión de la inteligencia como un conjunto de
capacidades en vez de un único elemento unitario e inmodificable. Es a partir de esta idea y de la percepción de que otras teorías no establecen cómo se vincula la inteligencia al mundo real que el autor establece su teoría de la inteligencia triárquica, cuyo nombre se debe a la consideración de tres tipos de inteligencia.
En su teoría triárquica de la inteligencia, Sternberg (1985, 2004) identifica tres
elementos o aspectos de la inteligencia: componencial (analítico), experiencial (creativo) y contextual (practico). La inteligencia analítica o componencial Para la teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg, la inteligencia analítica supone la capacidad de captar, almacenar, modificar y trabajar con la información. Es la más cercana a la concepción unitaria de la inteligencia, refiriéndose a la capacidad de establecer planes y gestionar los recursos cognitivos. Gracias a la inteligencia analítica podemos realizar operaciones mentales tales como definir, tomar decisiones y generar soluciones. En esta inteligencia podemos encontrar los componentes o procesos elementales que permiten trabajar sobre las representaciones cognitivas de la realidad, modificarlas y pasarlas por un procesamiento que permita dar una respuesta. Estos componentes pueden dividirse en metacomponentes o procesos de control que permiten tomar decisiones y marcar cómo pensar y actuar así como la planificación, los componentes de rendimiento o realización los cuales se ponen en marcha a partir de los metacomponentes y permiten llevar a cabo dichos planes establecidos por ellos y los componentes de adquisición los cuales permiten el aprendizaje y obtención de la información. La inteligencia práctica o contextual Este tipo de inteligencia hace referencia a la capacidad del ser humano de adaptarse al entorno en el que habita. En primer lugar el organismo intenta sobrevivir a partir de lo ya existente en el ambiente, aprovechando las oportunidades que ofrece para adaptarse. Sin embargo, si esto no es posible la persona deberá establecer otros mecanismos para lograr adaptarse y sobrevivir. Estos otros procesos son la selección de ambiente y estímulos con el fin de mejorar su situación y/o el moldeamiento del entorno en los casos en que no es posible cambiar de ambiente, en este caso haciendo modificaciones en el propio ambiente para ajustar mejor sus posibilidades. Por ejemplo, una persona que tiene hambre puede seleccionar el ambiente y moverse a un lugar donde haya abundancia de comida o aprovechar elementos presentes en el entorno que anteriormente no formaban parte de su dieta para alimentarse, o bien puede decidir modificar el entorno poniéndose cultivar en un huerto su propia comida. Se trata de aplicar las habilidades cognitivas con un propósito adaptativo. La inteligencia creativa o experiencial Se considera a este tipo de inteligencia como la integración de la información obtenida del exterior con nuestra psique. Dicho de otro modo, es aquel tipo de habilidad que nos permite aprender a partir de la experiencia. También se vincula a la creatividad y a la resolución de problemas no experimentados anteriormente. En este sentido Sternberg observa que resulta de importancia el grado de novedad de las experiencias y tareas. Lo ideal resulta que la tarea pueda resultar nueva en un grado moderado, de forma que el sujeto pueda crear y reaccionar a estímulos nuevos a la vez que posee alguna herramienta que le permita hacerle frente. Otro aspecto relevante es la automatización, es decir, la capacidad de replicar una conducta o conocimiento sin precisar de un esfuerzo consciente. Repetir las tareas en diversas ocasiones permite dominarlas y disminuir su nivel de novedad y la necesidad de atención de cada elemento básico que forma parte de ellas. Cuanto mayor nivel de automatización mayor nivel de recursos disponible para afrontar otras tareas con éxito. Esta es otra manera de mirar lo que distingue el funcionamiento intelectual de los adultos y los niños, en términos de ciertas clases de pensamiento, que llegan a ser más importantes y más completas en la vida adulta. Conocimiento táctico Un aspecto importante de la inteligencia práctica es el conocimiento tácito: “información interior”, “conocimiento práctico” o “sentido común” que no se enseña de modo formal o se expresa de manera abierta. El conocimiento tácito es conocimiento de sentido común de cómo tener éxito, es decir, cómo obtener un ascenso o evitar la burocracia. No correlaciona bien con medidas de capacidad cognoscitiva general, pero puede ser un mejor predictor del éxito en los negocios. El conocimiento tácito puede incluir capacidades de autoadministración (saber cómo motivarse y cómo organizar el tiempo y la energía), administración de tareas (saber cómo escribir un trabajo final o una propuesta de subvención) y administración de otros (saber cuándo y cómo recompensar o criticar a los subordinados). El método de Sternberg para evaluar el conocimiento tácito de adultos consiste en comparar el curso de acción que elige la persona sometida a examen en situaciones hipotéticas relacionadas con el trabajo (tales como la mejor manera de buscar una promoción) con las elecciones de expertos en el campo y con reglas prácticas aceptadas. El conocimiento tácito, medido de esta manera, parece no relacionarse con el CI y predice mejor el desempeño en el trabajo que las pruebas psicométricas. El conocimiento tácito no es todo lo que se necesita para tener éxito, pues también cuentan otros aspectos de la inteligencia. En estudios realizados con administradores de empresas, las pruebas de conocimiento tácito junto con las pruebas de CI y de personalidad predecían casi la totalidad de la varianza en el desempeño medido por criterios como salario, años de experiencia administrativa y éxito en la empresa. En un estudio, el conocimiento tácito se relacionó con los salarios que obtenían los administradores a una determinada edad y la importancia de sus posiciones, sin que importasen los antecedentes familiares y la educación. Los administradores más informados no eran los que pasaban muchos años en una empresa o muchos años como administradores, sino los que habían trabajado para más empresas, lo que, tal vez, les había permitido adquirir mayor experiencia. Bibliografía Mimenza, O. C. (2018). Psicología y Mente. Obtenido de https://psicologiaymente.net/inteligencia/teoria-triarquica-inteligencia-sternberg Rey, E. J. (2003-2018). Repositorio Institucional de la UNLP. Obtenido de http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/20668?show=full