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Los sujetos y sus posibilidades de aprendizaje

3-Una discusión básica y central: ¿Qué entendemos por educabilidad?

Este concepto se asocia con las posibilidades del ser educando, que se adapta a
diferentes situaciones guardando como marcas distintivas con las posibilidades de
aprender de otras especies, señala crucialmente al rasgo inacabado o abierto de
la naturaleza humana, su incompletud. Herbart fue el primer autor que utilizó este
término, y resume nuestra capacidad para aprender. Para que la acción educativa
sea posible hacen falta dos elementos: educabilidad como capacidad para poder
ser influenciado (educando); educatividad como capacidad para influir (educador).
La diferencia existe entre el ser humano y los animales radica en que, el primero
puede avanzar en el proceso educativo de forma consciente. Ya sabemos que el
hombre/mujer posee una ductilidad muy elevada gracias a la capacidad para dirigir
sus cambios en los esquemas cognitivos. Claro que todo esto depende mucho de
la riqueza de los estímulos que ha tenido durante su vida.

Si la educabilidad no es ni adiestramiento, ni condicionamiento, ni perfectibilidad,


sino simplemente reconocimiento de la potencia de ser del hombre, significa
entonces la capacidad humana de una renovación permanente, de una no-finitud,
de una esencia inesencial que hace posible nuevos despliegues.

Esta idea no debe equipararse a la capacidad para aprender, más bien como una
interacción entre las características de los sujetos y de las prácticas educativas.

La educabilidad, como se sabe, remite a un atributo especifico de lo humano,


gracias a esto podemos aspirar a convertirnos en el ser humano que deseamos
ser. No estamos tan limitados por nuestra biología como el animal.

Otra característica de la educabilidad es que es personal y exclusiva de cada


individuo. Por esto mismo se lucha por un currículo que respete la diversidad y
atienda al alumnado de manera individual.

Por último, la educabilidad es activa, puesto que la intencionalidad exige la


participación de la persona que se beneficiará de dicho aprendizaje.
Concepto de educabilidad:

 Se asocia a las posibilidades de ser educado, al de ductilidad y plasticidad


guardando marcas distintivas con las posibilidades de aprender de otras
especies.
Señala crucialmente al rango inacabado o abierto de la naturaleza
humana, su incompletud.

 La educabilidad no debe equiparse a la capacidad para aprender.


 Se remite a un atributo específico de los humanos.
Mucho más allá de una posibilidad de lograr aprendizajes, refiere al hecho
de que en cierta forma explica un rango de humanización crucial.

Una hipótesis persistente: “quien fracasa en la escuela porta algún


déficit”

4- Educabilidad: no equivale a capacidad o posibilidad de aprendizaje


sino a actividad intersubjetiva mediada, donde el desarrollo y el aprendizaje
es algo que se produce en situación y es la situación que lo explica,
aunque sus efectos también pueden constatarse en los sujetos.
_Baquero_

5-Fracaso Escolar masivo,


3 maneras de concebirlo:
*posiciones centradas en el alumno: las posiciones más clásicas,
aunque sumamente vigentes, buscan las razones del fracaso en la suma
de fracasos individuales y lo explica como efecto de un conjunto de déficits,
retardos madurativos, retrasos intelectuales, etc., que portan los alumnos.
En otras palabras, son los alumnos los que no se encuentran en
condiciones de aprender.
*Posiciones centradas en las condiciones sociales y familiares del
alumno: muchas veces se centra la explicación supuesta del fracaso
escolar masivo en las difíciles condiciones de vida de los niños y jóvenes,
generalmente pertenecientes a los sectores populares, en situaciones de
pobreza o exclusión.

*Posiciones centradas en la relación alumno-escuela: se trata de


posiciones que buscan atrapar el problema en la interacción de las
características de los alumnos y de las prácticas escolares.

6-Fracaso Escolar:
El fracaso escolar se produce cuando algo falla en algún punto del sistema
educativo, y el niño con dificultades no es ayudado a superarlas.
La escuela en su mayoría sigue funcionando de forma similar en los
últimos 30 años, mientras que la sociedad y por ende los jóvenes han
cambiado la forma de comunicarse, relacionarse y de actuar. Asimismo en
la base encontramos la cultura del facilismo instalado en la sociedad y la
des responsabilizarse de la educación de sus hijos por parte de la familia
como así también del Estado, que la tiene y mucho, porque desde hace
varias décadas viene poniendo parches en el sistema que no han
solucionado los problemas fundamentales. Es el Estado quien no ha
cumplido acabadamente con los compromisos de financiamiento del
sistema educativo, en las distintas leyes que llevamos hasta ahora. Porque
en definitiva, este fracaso no se ve en el corto plazo, es inmaterial, pero en
el mediano y largo plazo, emerge en toda su magnitud.
Alumnos que no saben leer comprensivamente, que no saben interpretar
consignas, que no hacen de la lectura un ejercicio cotidiano más allá de la
obligación escolar, verán dificultado su acceso a las nuevas tecnologías.
Alumnos que leen defectuosamente es más que obvio que tendrán muchas
dificultades para escribir. La escuela debe centrarse en su objetivo
principal: ayudar a que los alumnos aprendan. Debe dejar de pensar que
sus alumnos son quienes tienen la culpa, como si ellos fueren el origen de
su propio fracaso más aun hablando de los sectores más populares
cuando no todos ellos fracasan. Por ende, consideramos que el fracaso o
éxito escolar no es del alumno sino de toda la comunidad educativa. La
culpa no es del niño porque él es el eslabón más débil de la cadena.
Primero por el simple hecho de ser niño. Segundo porque ya hemos
mencionado que es un niño que lógicamente tiene dificultades. Tercero
porque el niño no es un técnico en pedagogía, psicología, ni es maestro, ni
ninguno de los profesionales que, se supone, son quienes trabajan para
enseñarle a conducir sus aprendizajes.
El problema no es todo este laberinto en sí; el problema aparece cuando
no se tiene la solución adecuada. El problema no son los niños con
dificultades. El problema es que alguien, en algún punto del sistema
educativo, no halla la manera correcta de trabajar con dichos niños.

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