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I. INTRODUCCIÓN 3
I. INTRODUCCIÓN
2
Adam Smith al igual que David Ricardo, eran continuadores de la posición que apreciaba a la
naturale za humana “… puesto por la naturaleza y no en tanto que producto de la historia.”
(Marx, Karl. Introducción general a la crítica de la economía política/1857. Cuadernos de Pasado
y Presente Nº 1. Editorial Siglo XXI. México, 1982. p. 34). Pero esta idea del pensamie nto del
siglo XVIII, también fue en la economía moderna con Fredéric Bastiat, (Harmonies économiques,
París, 1851), H.C. Carey (Principles of political economy. Filadelfia, 1837), Proudhon (Système
des contradictions économiques ou philosophie de la misère. París, 1846), entre otros.
3
Weber, Max. Historia Económica General. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, 1978.
4
La burocracia ha sido interpretada fundamentalmente con un proceso creado por las organiz a-
ciones, de un modo intencional y racional para el cumplimiento de sus propósitos. Esta concep-
ción que ha sido criticada en diversos momentos de la historia del pensamiento administrativo,
aún tiene una extraordinaria vigencia en las entidades públicas y privadas, e incluso ha sido
cuestionada por los efectos laborales en las organizaciones, así como por los usuarios de los
servicios de las organizaciones burocráticas. Esta aparente recurrencia de este fenómeno admi-
nistrativo, a pesar de los cambios que ocurren en el Estado y la intensificación de las relaciones
mercantiles competitivas en las empresas privadas, exige revisar el fenómeno burocrático en sus
La democracia, la burocracia y la autocracia 8
determinaciones históricas y desde los nuevos acontecimientos del presente globalizado. La ini-
cial premisa de la cual se parte, es comprender la burocrácia como un fenómeno político e hist ó-
rico, que trasciende las visiones individualistas y voluntaristas como muchas veces es aprecia-
do.
5
El hecho de existir formas burocráticas en el pasado y en el presente, no es sustentar que la
burocracia sea un fenómeno transhistórico, valido para todas las circunstancias y épocas. De
ningún modo las formas similares de practicar el poder, homogenizan los poderes o signific ados
de los mismos. Si bien las formas aparenciales son manifestaciones concretas del sentido o
esencia de los poderes, ello de ningún supone igualdad en la orientación, propósitos o resultados
sociales esperados. Cada época y las relaciones sociales que la conforma, otorga signific ados
particulares a los acontecimientos que ocurren en sus contextos. Abstraer las formas de los
contenidos, es como comparar números o cantidades de realidades, sin tomar en cuenta su sig-
nificación en cada realidad. Las descripciones o mediciones de las realidades no explican la exis-
tencia o condición de los fenómenos que se quieren comprender.
La exploración histórica sobre el fenómeno burocrático, constituye una aproximación para en-
contrar patrones o condiciones de su existencia y funcionamiento, no para establecer corre s-
La democracia, la burocracia y la autocracia 9
pondencias igualitarias. Sin embargo, ha sido una regularidad comparar la burocracia como si
fuera idéntica en las dinastías chinas y las instituciones públicas y privadas del presente o el de
creer que todas las formas administrativas de los Estados son burocráticas.
6
El ejercicio del poder por la burocracia fue una práctica efectuada por las grandes estructuras
políticas del medio oriente, los imperios conquistadores germanos y mongólicos, algunos Estados
feudales, así como los imperios azteca e inca en América Latina.
7
El poder es la articulación de heterogéneos protagonistas sociales, es uno de los factores de-
terminantes vinculan los distintos sectores sociales en una relación política, ideológica y cultural
particular, las cuales no son las mismas para diferentes relaciones de poder existentes en la di-
versidad de relaciones sociales.
La democracia, la burocracia y la autocracia 10
8
“La dirección en que se mueve esta evolución y sus razones pueden ser muy diferentes. En el
país en que ha habido más tempranamente una organización burocrática del poder público, en
Egipto, fue la fatalidad técnico- económica de la distribución de las aguas para todo el país lo
que creó el aparato de escribas y funcionarios que, ya muy pronto, encontró su segunda esfera
de aplicación de monumentales construcciones militarmente organizadas. Como se ha indic ado,
han actuado casi siempre en la formación de la burocratización necesidades que se han origina-
do por la creación de ejércitos permanentes exigidos por la expansión política, y por el desarrollo
simultáneo de la hacienda pública.” (Weber, Max. Economía y Sociedad. Editorial Fondo de Cul-
tura Económica. México, 1969. Tomo II. Pág. 729).
La democracia, la burocracia y la autocracia 11
9
La visión individualista pretende explicar simplificadamente el devenir de los sistemas políticos
consolidados y burocratizados, como si fueran obras de personajes. Quizás los más caracteriz a-
dos han sido Hitler y Stalin, sin embargo, ellos expresaban tendencias históricas, políticas y cul-
turales, que se reproducían con discriminación, represión, dominación y conquista. Las luchas
antisemitas en la Alemania feudal o la organización para destruir, construir y consolidar lo que
denominó “el socialismo en un solo país”, fueron determinaciones sociales arraigadas en sistemas
burocráticos, las cuales como máquinas de guerra, arrasaron todo vestigio de resistencia interna
o externa a los intereses y ambiciones de sus sociedades, a los sistemas políticos y burocracias
construidas. (Ver entre otros: Maria Antonieta Macchiochi Elementos para un análisis del fascis-
mo. Dos tomos. Editorial Mandrágola. España, 1978; Otto Bauer, Herbert Marcuse, Arthur Ro-
senberg et al. Fascismo y capitalismo . Ediciones Martínez Roca. Barcelona, 1976; Edward Tan-
nenbaum. La experiencia fascista. Alianza Editorial. Madrid, 1975; Leszek Kolakowsky. Las princ i-
pales corrientes del marxismo . Tres tomos. Alianza Editorial. Madrid, 1983; Eric Hobsbawm (di-
rección) Historia del marxismo . Ocho volúmenes. Editorial Bruguera. Madrid, 1983).
10
Max Weber afirmaba: “En principio, la organización moderna del servicio civil separa el nego-
ciado del domicilio privado del funcionario, y, en general, la burocracia segrega la actividad ofi-
cial como algo independiente de la esfera de la vida privada. Los fondos y equipo públicos se
hallan separados de la propiedad privada del funcionario. En todas partes, esta condición es
producto de una larga evolución.” (Weber, Max. Ensayos de sociología contemporánea. Edicio-
nes Martínez de la Roca. Barcelona, 1972. Pág. 243).
La democracia, la burocracia y la autocracia 12
La burocracia expresa una compleja relación con las personas, las orga-
nizaciones y el Estado, además de ser una forma que mediaba y mediatizaba
las relaciones políticas existentes en la sociedad. La burocracia es una rela-
ción social construida históricamente y expresa la complejidad de la organi-
zación política y de la sociedad11.
11
Aunque no siempre se interpretó la burocracia como una necesidad para las sociedades com-
plejas, integradas e integradoras. Ernest Mandel por ejemplo afirmaba que: “Los gérmenes de
burocratización o la deformación burocrática resultan inevitables en una sociedad atrasada y
aislada. En cambio, lo que no resulta inevitable es la transformación de la deformación en terri-
ble degeneración, como en la época stalinista.” (Mandel, Ernest y Deutscher, I. La burocracia.
Ediciones Quinto Sol. México, 1970. Pág. 33). La burocracia en regimenes tiránicos del pasado,
sin la constitución jurídica igualitaria del capitalismo, no implica que este sistema administrativo
sólo se encuentre asociado con formas atrasadas de gestión estatal. Las formaciones sociales
modernas y con Estados que representan, tienen la delegación y la autoridad otorgada por la
colectividad nacional, también han desarrollado y requieren consolidados sistemas burocráticos
para su propia reproducción.
La democracia, la burocracia y la autocracia 13
12
En la monarquía francesa la nobleza despreciaba a los funcionarios que incluso se diferencia-
ban socialmente con el uso de “la robe longue”, del ropón y que denominaban irónicamente c o-
mo la “noblesse de robe”.
13
Los regimenes burocráticos del pasado fueron sociedades férreamente integradas y discipli-
nadas, lo cual no implicaba la perdurabilidad de los gobernantes, sino de las fuentes sociales del
poder. Las disputas por la ocupación del aparato del poder, con sistemas burocráticos, han
adoptados modalidades diversas a lo largo de la historia, algunas han sido violentas, sanguina-
rias o consensuales. En el presente las contiendas electorales constituyen las modalidades
aceptadas ideológica y políticamente por las democracias representativas, las cuales tienen una
significación que trasciende los sistemas políticos y burocráticos nacionales.
La democracia, la burocracia y la autocracia 14
14
Robson, W. A. Burocracia y democracia. Dirección General de Servicio Civil. Imprenta Nacional
1962. Pág. 8. La referencia de Robson a K.C. Where, es de: The Machinery of Goberment. Ox-
ford, 1945. Pág. 7.
15
Von Mises, Ludwig. Burocracia. Unión Editorial S.A. Madrid, 1974. pp. 13.
La democracia, la burocracia y la autocracia 15
“No puede caber la menor duda de que este sistema burocrático es esen-
cialmente antiliberal, no democrático, no norteamericano; … Esta pene-
trado de una fanática hostilidad hacia la libre empresa y la propiedad pri-
16
El ejercicio arbitrario del poder de quien tiene el monopolio de una función, ya sea de un fun-
cionario o institución, no es una manifestación de la burocracia, sino precisamente de su debili-
tamiento o de su inexistencia. La integración o la interdependencia de las funciones es una de
las características de la burocracia, en ello radica su funcionalidad con el poder y con los propó-
sitos de su acción. La arbitrariedad de la función pública habla del aislamiento, de la individuali-
zación de los quehaceres o dicho de otra manera de la reproducción de poder autocráticos.
La democracia, la burocracia y la autocracia 16
17
Pretendido juicio de un ciudadano norteamericano que imagina Ludwig von Mises, sobre la
burocratización, a la que el mismo objeta por considerar que la burocracia se encuentra
profundamente arraigada y que sus características no pueden ser atribuidas a los burócratas ni
a la burocracia mi sma. (Von Mises, Ludwig. Op. Cit. Pp. 16).
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18
Ibid. Pp. 22- 23.
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19
Al respecto Weber afirma: “El principio de autoridad jerárquica de cargo se encuentra en
todas las estructuras burocráticas: en las estructuras estatales y eclesiásticas, así como en
grandes organizaciones de partido y en empresas privadas. Para el carácter de la burocracia es
irrelevante que su autoridad sea considerada ¨privada¨ o ¨pública¨.” (Weber, Max. Ensayos de
Sociología Contemporánea. Op. cit. Pág. 242). Desde otra perspectiva, se considera que no es
posible identificar las formas relativamente similares del cumplimiento de las regulaciones norma-
tivas de la práctica burocrática, con la particular significación social, histórica y política de di-
cha normatividad y menos aún cuando el propio Weber reconoce que la burocracia “… no consti-
tuye la norma histórica, sino más bien su excepción.” (Weber, Max. Ibid.).
En este sentido, es posible afirmar que Weber no asocia lo público con lo ciudadano o la igual-
dad jurídica de las personas, ni lo vincula con una peculiar e histórica práctica social del Estado,
como tampoco establecía diferencia entre el capitalismo con otras formas de organización social
y económica de las sociedades.
20
Es peculiar que en el estudio de la burocracia haya sido apreciado fundamentalmente como
fenómeno transhistórico, sin mayor cambio a través de los tiempos, a pesar del dinamismo de los
contextos y los cambios radicales en la significación y contenidos de las formas políticas y admi-
nist rativas operados en el devenir de las sociedades.
La democracia, la burocracia y la autocracia 19
ria, generó procesos democráticos plenos sin la s pautas del poder, lo cual
significaría la destrucción de las formas y estructuras burocráticas del poder
centralizado y concentrado, o en sentido inverso, también se dieron expre-
siones históricas donde el afincamiento de formas de poder autocrático, anu-
laron toda posibilidad de representación, de revolución y de democracia so-
cial, que hicieron de la burocracia objeto de la continuidad de los poderes
despóticos existentes.
23
La planificación fue concebida por mucho tiempo como una técnica que pretendía controlar y
determinar el futuro usando medios para obtener precisos resultados. La necesidad de la planifi-
cación es proceso organizativo de situaciones y condiciones complejas, por lo cual requiere de
procesos decisorios sobre el devenir, pero evaluando la situación, recursos existentes y la parti-
cipación de todos los actores comprometidos sobre lo planificado. (Eduardo García “Pasado y
futuro de la Planificación en América Latina”; Enrique Barón “Del intervencionismo a la Planific a-
ción Democrática” En: Pensamiento Iberoamericano. Revista de Economía Política. Nº 2. Institu-
to de Cooperación Iberoamericana (ICI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL). Madrid, julio- diciembre 1982; Carlos Matus. Política, Planificación y Gobierno. Dos to-
mos. Washington D.C., setiembre 1987).
La democracia, la burocracia y la autocracia 21
algunas sociedades del pasado, se hace difuso y hasta abstracto en las so-
ciedades democráticas. La transformación de Estados atrasados en modernos
o nacionales, implicó profundos cambios en las burocracias en esas socieda-
des. La burocracia funcional al poder adquiere una connotación particular,
aun cuando dependiente de él, es un poder que se encuentra determinado
desde la sociedad civil.
24
Zavaleta, René. “La cuestión nacional en América Latina” En: David y Goliat. Revista del Con-
sejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Año XV. Nº 48. Buenos Aires, 1985.
25
Por ello en parte se prohíbe en algunas Constituciones la reelección de los mandatarios, como
un medio para limitar aspiraciones personalistas en la gestión pública de la función estatal.
La democracia, la burocracia y la autocracia 22
26
Las revoluciones americana, francesa o las socialistas, requirieron de sistemas burocráticos
que brindaran nuevas estabilidades, aunque con funcionalidades diferentes en la sociedad y en
La democracia, la burocracia y la autocracia 23
29
En periodos de la guerra civil en Nicaragua, el Presidente Monge en Costa Rica postulaba que
la democracia costarricense debía ser exportada, como si se tratara de un producto no tradicio-
nal, o como desde Estados Unidos se impone absurdamente estilos y prácticas a otras socieda-
des y Estados del mundo.
30
Las sociedades y Estados no son democráticos sólo por tener procesos electorales, sino por-
que las acciones de la colectividad social, así como las intervenciones estatales garantizan el
respeto, los intereses, aspiraciones y la defensa de todos los actores sociales de la sociedad
que representa.
La democracia, la burocracia y la autocracia 26
31
La literatura especializada confiere a ese Estado la caracterización de Benefactor, tan sólo
para destacar la presencia de clases subalternas en el interés y práctica estatal, sin embargo,
como se aprecia no fue la única característica.
32
Recientemente en Costa Rica (octubre 2002) se discute un proyecto que pretende convertir
en ley o en objeto de control estatal, la división del trabajo en las tareas domésticas, así como
de la remuneración del trabajo de la mujer en el hogar. Independientemente de la cosificación en
el seno del hogar las relaciones laborales mercantiles, es significativo que no se cuestione la
presencia estatal en las relaciones del hogar, sino la posición de género del proyecto de ley, lo
cual manifiesta la internalización o aceptación social de la intervención burocrática del Estado
en las relaciones cotidianas de las parejas. El discurso liberal por reducir la ingerencia estatal
sobre los individuos y la sociedad, no guarda correspondencia con esta propuesta, a la vez que
constituye otro medio para conformar redes para controlar los trabajos, ingresos, consumos u
orientación de las personas, sea para la imposición tributaria, el control o la represión estatal.
La democracia, la burocracia y la autocracia 27
35
Weber, Max. Ensayos de sociología contemporánea. Ediciones Martínez de la Roca. Barc elona,
1972. Pp. 263.
36
Wiener, Norbert. The Human Use of the Human Beings. Hough to Mifflin, Nueva York, 1950.
Citado por: Fritjof Capra, La Trama de la Vida. Editorial Anagrama. Colección Argumentos. Ba r-
celona, 1999. Pág. 34.
La democracia, la burocracia y la autocracia 29
con el Estado, pero también tendría que decirse que las cuatro revoluciones
productivas 37, no sólo gestaron una ideología en favor de la técnica y las re-
novaciones tecnológicas38, sino que la consideraron como imprescindibles en
toda actividad racional entre los humanos y las organizaciones.
37
Una revolución agraria, dos revoluciones industriales y la presente tercera revolución cuyos
determinaciones y efectos aun están presentes en nuestra cotidianidad nacional e internacional,
tales como la ingeniería genética, la robótica, microchip, etc.
38
La técnica es apreciada como muy importante en el quehacer de todas o gran parte de las
actividades que se realizan en la sociedad. En la ciencia y la investigación el pensamiento me-
canicista de Newton, Descartes, entre otros, tiene en el presente muchos seguidores. Asimismo,
se aprecia la profunda influencia Taylor y Fayol en el quehacer e interpretación administrativa y
en general en todas ciencias la técnica no sólo se destaca en la forma de hacer investigaciones,
sino también en la concepción de un mundo y sociedad mecánica, así como la conf iguración li-
neal del futuro que hacen algunas ciencias. Visiones mecánicas que se acompañan de la mat e-
mática para configurar univocas explicaciones, así como la exactitud, de lo absoluto y la predic -
ción para el diseño y manipulación del futuro.
39
Mosca, Gaetano. Storia delle dottrine politiche. Laterza, Bari, 8a. edición, p. 297. Tomado de:
Bobbio, Norberto. “El poder y el derecho”. En: Bobbio, Norberto y Michelangelo Bovero. Orígenes
y fundamentos del poder político. Editorial Grijalbo. México, 1984. Pág. 20.
Se estima que el poder que requiere de la aceptación social son precisamente las sociedades
democráticas que han aceptado el derecho ciudadano y constituido lo público como práctica
estatal.
40
Citado por Fritjof Capra: Sabiduría insólita. Editorial Troquel. Argentina, 1992. Pág. 20.
41
Las tendencias o los problemas destacados como importantes para la sociedad y la economía
no pueden ser ignoradas por aquellos Estados que no han perdido su función social, pero su in-
tervención exige de la formalización para la acción burocrática, las cuales deberán tener consis-
La democracia, la burocracia y la autocracia 30
tencia técnica y jurídica. De este modo, las orientaciones estatales tendrán beneficios exclusi-
vos y no dirigidos al desarrollo de la sociedad en su conjunto, por la diferenciación de poderes
en una sociedad desigual y excluyente.
42
El cumplimiento de determinados principios, leyes, procedimientos o trámites, son present a-
dos como ajenos a los funcionarios que las aplican, controlan o fiscalizan. La responsabilidad de
las normas establecidas escapan a sus ejecutores, para responsabilizar a la propia ciudadanía
por haber gestado o avalado directa o indirectamente la aprobación de tales regulaciones, a
través de sus representantes estatales u organizativos.
Federico el Grande de Prusia (reinó entre 1740- 1786), diseño a partir de las prácticas de las
legiones romanas, el prototipo de organización militar, que hizo de su ejercito una unidad obe-
diente y disciplinada, en donde independientemente de la diversidad y condición de sus int e-
grantes, logró conformar una auténtica máquina humana que cumplía ordenes sin pensar ni opi-
nar sobre ellas. Esta práctica es una característica que perdura en todos los ejércitos, grupos
mafiosos y también en la burocracia. (Morgan, Gareth. Imágenes de la organización. Coediciones
Alfaomega y Ra-ma. México, 1991)
43
Castoriadis, Cornelius. Op.cit.
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44
Habermas, Jürgen. Ciencia y técnica como ¨ideología¨. Editorial Tecnos. Madrid, 1984 y Wie-
ner, Norbert. Cibernética. Ediciones Tusquets. Barcelona, 1985.
La democracia, la burocracia y la autocracia 32
“Es verdad que el poder sin derecho es ciego y el derecho sin poder que-
da vacío, pero también es verdad que la teoría política no puede dejar de
tomar en consideración primeramente el nulo poder, independientemente
de los llamados principios de legitimidad, es decir, de las razones que lo
transforman en un poder legítimo, así como la teoría jurídica no puede
dejar de tomar en consideración el sistema normativo en su conjunto,
como una serie de normas una a otra vinculadas según un cierto principio
de orden, independientemente del aparato de la fuerza predispuesto para
su actuación.” 47
Los Estados de derecho o los Estados que debían garantizar los dere-
chos conquistados en las luchas por la ciudadanía, fueron reducidos en la
democracia representativa, a simples expresiones de Estados que debían
cumplir con las leyes y las regulaciones establecidas, independientemente
del respeto de los derechos humanos y ciudadanos.
45
Guglielmo Ferrero afirma: «La justificación del poder otorga el derecho a dirigir» (« … des jus-
tifications du Pouvoir, c`est-à-dire du droit de commander») En: Histoire et politique au XIX
siècle. Libririe Droz, Ginebra, 1966. Tomado de: Tomado de: Bobbio, Norberto. “El poder y el de-
recho”. En: Bobbio, Norberto y Michelangelo Bovero. Orígenes y fundamentos del poder político.
Editorial Grijalbo. México, 1984. Pág. 20.
46
Las capacidades heredadas, militares o absolutas no eran suficientes para conservar el poder
de algunas monarquías europeas, requerían convencer o persuadir socialmente como lo expresa-
ba el propio Carlos V.
47
Bobbio, Norberto. Op. cit. Pág. 22.
La democracia, la burocracia y la autocracia 33
48
Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Editorial Temas de Hoy. Madrid, 1993.
49
Ibid. Pág. 414.
La democracia, la burocracia y la autocracia 34
50
No es en todas las sociedades donde el voto es igualitario ni son las mayorías las que deciden
los procesos electorales. En Estados Unidos de Norte América las elecciones de George Bush
fueron ganadas por la minoría de la población, la representación desigual de los votos en los
Estados permitieron este contrasentido electoral, contrario a la igualdad ciudadana y del voto.
51
Si bien no son los tiempos que el hacendado mexicano votaba por todos sus trabajadores,
pero la compra del voto, con bonos de vivienda y prebendas laborales en Costa Rica, expresan
el mismo proceso de captura o apropiación del derecho ciudadano, así como también lo hace
Estados Unidos para presionar gobiernos para que apoyen por sus propuestas contra Irak.
La democracia, la burocracia y la autocracia 35
nía o poder popular, a quienes sufren los efectos de una sociedad inequitati-
va.
Las elecciones libres con una opinión que no es libre no significan nada.
Sostenemos que el pueblo debe ser soberano. Pero un soberano vacío
que no tiene nada que decir, sin opiniones propias, es un mero sanciona-
dor, alguien que se limita a ratificar algo, un soberano de nada.” 53
52
El abstencionismo electoral es una problemática poco destacada por los sistemas políticos,
aun cuando cada vez es más generalizado y es una realidad en muchos países. En Guatemala
por ejemplo se gobierna con el 20% de la población electoral, así como aumenta en sociedades
donde existe elevada aceptación a los procesos electorales, como en Costa Rica, donde el abs-
tencionismo alcanza aproximadamente al 30%. Se puede afirmar que la decepción y el desen-
canto de los ciudadanos por los procesos electorales, es también una pérdida de legitimidad a
las formas como se designa y se ejerce el poder político representativo.
53
Sartori, Giovanni. Teoría de la democracia . Editorial REI Argentina S.A. Buenos Aires, 1990.
Tomo I. Pág. 117.
La democracia, la burocracia y la autocracia 37
54
Las recientes elecciones legislativas norteamericanas (noviembre 2002), son no sólo la defini-
ción de un horizonte partidario del conservadorismo de ese país, sino también la imposición de
un proyecto político mundial, gestado en anteriores administraciones gubernamentales, y en el
cual se juega incluso el destino imperial de una potencia herida, débil y vulnerable, económica e
ideológicamente, pero militarmente fuerte y sin competencia.
La democracia, la burocracia y la autocracia 38
ran las inversiones a los propietarios del capital, pueden tener expresiones
electorales distintas y discrepantes, pero ello no implica separación, aisla-
miento o independencia social y reproductiva en su pasado, presente y des-
tino inmediato, por el contrario, todos los actores están articulados e inter-
dependientes en la sociedad contemporánea, como también lo están las re-
laciones internacionales en el contexto globalizado. El capital no puede valo-
rizarse sin la apropiación de los excedentes en los procesos productivos, ni
por la transferencia de valores del agro y el comercio, generados por los asa-
lariados y consumidores.
57
Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 1993. Págs. 416-
417.
La democracia, la burocracia y la autocracia 40
58
G. Maranini. Miti e realtà della democracia. Milano. 1958. Pág. 200. Tomado de: Colletti, Lu-
cio. “Estado de derecho y soberanía popular” En: Para una democracia socialista. Cuadernos de
Anagrama. Editorial Anagrama. Barcelona, 1976. Pág. 13.
59
La ocupación del poder estatal en algunas sociedades latinoamericanas no son el resultado
de las mayorías nacionales, son de la mayoría de las personas que concurren a votar las cuales
representan la minoría de la población en edad de votar. El desencanto o el desprecio social a
los políticos y a las instituciones que componen el Estado, es una realidad evidenciada en las
distintas exploraciones de opinión en Costa Rica, como también en otros países, como también
se confirmaba en la Cumbre del Milenio en la Organización de las Naciones Unidas.
60
Bobbio, Norberto. Liberalismo y democracia. Op. Cit.
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61
Coletti, Lucio. “Estado de derecho y soberanía popular”. En: Para una democracia socialista.
Cuadernos de Anagrama. Editorial Anagrama. Barcelona, 1976.
62
Las desigualdades y su devenir llevaron en 1785 a Jefferson escribirle a Madison: “La propie-
dad en este país esta enteramente concentrada en una cuantas manos … Soy conciente de que
una división equitativa de la desigualdad produce gran miseria entre el grueso de la humanidad,
y los legisladores no pueden idear demasiados artilugios para subdivir la propiedad …” (“Jefferson
to Madison, October 28, 1785”. Papers de T.J. VIII. Pp 681- 682. Tomado de: Frisch, Morton.
Alexander Hamilton y el orden político. Editorial Gernika. México, 1993. p. 65.
La democracia, la burocracia y la autocracia 42
63
Al respecto las evidencias en el presente son múltiples, aun cuando en el discurso desarrollis-
ta y pretendidamente neutro, se encubre la relación contradictoria entre la determinación na-
cional y estatal frente a las imposiciones empresariales nacionales y las políticas internacionales.
La democracia, la burocracia y la autocracia 43
64
Zavaleta, René. “El Estado en América Latina” En: Ensayos. Volumen 1 Número 1. División de
Estudios de Posgrado. Facultad de Economía. Universidad Nacional Autónoma de México. Primer
México, 1984. p. 65.
65
Informe de la Comisión Trilateral discutido en Tokio entre el 9 y el 11 de enero de 1977, ela-
borado por reconocidos e importantes consultores y académicos como: Richard Cooper, Karl
Kaiser y Masataka Kosaka: “Informe del Grupo de Trabajo Trilateral sobre un Sistema Internacio-
nal Renovado”. (Tomado de: Tomado de: Cuadernos Semestrales. Estados Unidos: Perspec tiva
latinoamericana. Nº 2- 3 “2º semestre 1977-1er semestre 1978. Centro de Investigación y Do-
cencia Económicas. México, p. 100).
La Comisión Trilateral fue creada “Con objeto de asegurar la continuidad de desarrollar análisis
penetrantes sobre cuestiones de política exterior complicadas, importantes y actuales, opera
una organización conocida como la Comisión Trilateral. Un grupo de líderes de las tres áreas
desarrolladas y democráticas del mundo se reúne cada seis meses para discutir ideas de interés
presente para Japón, América del Norte y Europa.” (Carter, James. Why not the best? Bantam
Books. New York, 1976. pp. 145- 146. Tomado de: Rico, Carlos. “`Interdependencia` y trilatera-
lismo: Orígenes de la estrategia”. Cuadernos Semestrales. Estados Unidos: Perspectiva latinoa-
mericana. Nº 2- 3. Op. cit. p. 17.)
La democracia, la burocracia y la autocracia 44
Las exigencias por un Estado eficiente y eficaz han sido críticas que
siempre han acompañado al devenir de la práctica pública del Estado 66, pero
fueron en la década del ochenta, cuando cobraron una materialidad sin pre-
cedentes67. En dicho período, a las políticas de estabilización monetaria,
condicionalidad cruzada, le siguieron las políticas de ajustes estructurales,
en donde de modo explicito los Estados limitan su actuación social universa-
listas para adoptar políticas focalizadas u orientadas a sectores de extrema
pobreza, y en general se buscaba la contracción del gasto y bienestar social,
frente a una extendida protección e incentivo hacia los sectores empresari a-
les y particularmente para quienes producían o compraban para exportar mer-
cancías no tradicionales hacia terceros mercados68.
por los cuales los empresarios reciban los CAT, nunca existieron, no se producían o no se tenía
los medios para hacerlos en el país.
70
A pesar de haber concluido el subsidio, aún los CATs registran compromisos en el actual pre-
supuesto de la República.
71
Las mini devaluaciones se iniciaron en el mes de setiembre de 1983, siendo Presidente del
Banco Central de Costa Rica, el Dr. Carlos Manuel Castillo. (Fuente: Sección de Análisis Cambia-
rio y Otros Asuntos del Sector Externo de la División Económica del Banco Central de Costa Ri-
ca).
El proceso devaluatorio fue iniciado durante el gobierno de Luis Alberto Monge (1982- 1986),
luego del rompimiento de relacio nes con el Fondo Monetario Internacional del gobierno de Carazo
Odio (1978-1982), por las drásticas medidas que proponía contra la economía y sociedad cost a-
rricense. Asimismo, este fenómeno coincidía con el apoyo gubernamental costarricense en apoyo
a la contrarrevolución nicaragüense y de las acciones norteamericanas en territorio nacional.
Costa Rica en aquel período conformaba una frontera económica, política e ideológica con Nic a-
ragua, con el apoyo norteamericano, fundamentalmente a través del rubro de Fondos de Apoyo
Económico (EFS) el cual, desde el año de 1982 hasta 1989 la contrib ución alcanzó los US$ 912
millones o un promedio anual de US$ 114 millones, a los cuales se agregaba en un promedio
anual de US$ 5.2 millones por ayuda del Programa de Asistencia Militar (MAT)y el Programa In-
ternacional de Entrenamiento y Educación Militar (IMET) y el país recibía contribuciones econó-
micas de aproximadamente de dos millones de dólares diarios. (Carlos Sojo. La utopía del estado
mínimo. Influencia del AID en Costa Rica en los años ochenta. Centro de Estudios para la Acción
Social. Ediciones CRIES. Managua, 1991)
Recordemos también que el primer Programa de Ajuste Estructural en Costa Rica se inició en
1985, con lo cual se liberalizaba la economía, se iniciaban procesos de privatización, se restrin-
gía las políticas sociales universales, se incentivaba al capital extranjero, etc.
Esto es, las devaluaciones se iniciaron no por las necesidades ni por pretendidas equivalencias
internacionales, sino para fortalecer a los inversionistas extranjeros y exportadores, en un pe-
riodo de abundancia de dólares por las acciones “contrarrevolucionarias” norteamericanas. Las
circunstancias políticas contemporáneas han cambiado, sin embargo, prevalecen los intereses
que llevaron a tomar la decisión de la devaluación diaria.
La democracia, la burocracia y la autocracia 46
72
También se benefician las entidades bancarias que compran y venden dólares a precios dis-
tintos, dicha variación tiende a incrementarse en los últimos meses, la diferencia diaria entre la
compra y venta del dólar fue de ⊄0.54, en enero del 2002, para pasar a ⊄ 0,71, a partir del 19
de noviembre del 2002. (http://websiec.bccr.fi.cr/indicadores/Cuadro.web).
73
Non omne, quod licet, honestum est . Tomado de: Calvo, Alicia. «Privatizaciones y captura
del Estado». Instituto de Investigaciones Administrativas. Facultad de Ciencias Económicas.
Universidad de Buenos Aires. Documento presentado en el VI Congreso Internacional del CLAD
sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Buenos Aires, Noviembre 2001.
74
“Se desestima denuncia por presuntas donaciones irregulares. Oposición no quiere que se
archive una causa contra Pacheco”. Semanario Tiempos del Mundo. Año 7. Número 47 (314).
Semana del 21 al 27 de noviembre de 2002. Pág. 14.
La democracia, la burocracia y la autocracia 47
75
El triunfo electoral de Lula en Brasil establece una contratendencia a los procesos políticos
liberales que están desfalcando el trabajo, los recursos y el medio ambiente en los espacios so-
ciales y naturales de América Latina. El proceso político brasileño es un contraste con la prec a-
ria y nula organización de los trabajadores y mayorías, carentes de capacidad para proponer y
orientar alternativas nacionales. Las mayorías latinoamericanas están atomizadas, subsumidas
realmente, al capital y también al Estado y su aparato administrativo.
La democracia, la burocracia y la autocracia 48
ferencias sociales con otras sociedades 76. La guerra civil ocurrida en 1948
consolidó ese Estado Benefactor, que en el presente globalizado se encuen-
tra siendo transformado de modo drástico, por fuerzas sociales. La relación
social e hi stórica de la sociedad costarricense y del contexto, no son fuerzas
pasivas, por el co ntrario son dinámicas y con capacidades para redefinir el
pasado ante las nuevas circunstancias de los poderes nacionales e interna-
cionales.
76
René Zavaleta, afirmaba: “En contraparte, unidades nacionales más bien modestas en su di-
mensión sin duda lograron captar una parte interesante del excedente que produjeron, como
ocurrió en Uruguay y Costa Rica. Ya esto por sí insinúa una cierta vinculación que, para este
efecto, se traduce en la capacidad de absorción local del excedente.” (Zavaleta Mercado, René.
“El Estado en América Latina” Op. Cit. p. 61).
77
Las voces disidentes son precarias en el parlamento y en el quehacer académico universit a-
rio. El pensamiento único ha anulado o capturado la diversidad de ideas, explicaciones y
alternativas. El poder económico ha subsumido a la prensa empresarial, la cual sin pensamiento
propio, social ni compromiso nacional se ha convertido en corifeos de los personajes políticos y
económicos, así como en distracción sensacionalista de las miserias y desgracias de los pobres,
de los actos delincuenciales y futbolísticos.
78
La libertad e igualdad de los individuos en la sociedad es la garantía de que otros no invadirán
esos ámbitos (Colleti, Lucio, op cit.). Esas diferentes capacidades de actores privados ha pro-
movido mayores desigualdades hasta el punto de afectar y condicionar a la sociedad en su con-
junto, al Estado y a la burocracia.
La democracia, la burocracia y la autocracia 49
La utopía de la eliminación del Estado por una sociedad sin clases del
pensamiento socialista o la de crear individuos absolutamente libres del libe-
ralismo contemporáneo, ha sido el discurso para emplear las capacidades es-
tatales en favor de reducidos y exclusivos sectores de la sociedad, de ningún
modo para eliminar al Estado, por ser útil y necesario para la conservación de
privilegios. El Estado liberal es una necesidad formal y real para los grupos
79
En Costa Rica el gobierno hace denodados esfuerzos para reducir el déficit fiscal a costa de
los ingresos de los sectores medios y asalariados del país, que fortalecen los impuestos “de an-
cha base” o la regresividad de la estructura tributaria. Mientras se continúa exonerando de tri-
butos a las empresas mundiales como INTEL, a los consorcios hoteleros internacionales, a la
banca privada, el subsidio a los exportadores, etc. Asimismo, se reduce o impone la subejec u-
ción de los presupuestos aprobados destinados a educación, seguridad social, vivienda, salud,
atención a minusválidos, e incluso se apropia para fines fiscales y con autorización de la Sala
Constitucional, que vela por el respeto de la Constitución de la República, de ingresos tributarios
para fines específicos y del incumplimiento de la asignación establecida constitucionalmente pa-
ra el financiamiento de la educación pública. De modo similar, los salarios han sido reducidos
para contratar obligatoriamente los servicios privados que complementarán las exiguas pensio-
nes de los trabajadores, los cuales constituyen recursos que tienen un uso financiero privado en
el ámbito nacional, e incluso recientemente autorizados para usar los dineros de los trabajado-
res, como inversiones en el exterior de las operadoras privadas.
La democracia, la burocracia y la autocracia 50
80
Huaylupo, Juan. “Las políticas públicas en un contexto de privatización de la práctica social
del Estado”. En: Revista Mexicana de Sociología. Nº 4, Volumen 61. Instituto de Investigaciones
Sociales. Universidad Nacional Autónoma de México. México, octubre-diciembre, 1999. Págs. 64-
66.
La democracia, la burocracia y la autocracia 51
81
Según Belligni “La corrupción es una forma particular de delito y corrupto es quien se desvía
de sus deberes formales, jurídicamente definidos, vinculados a su cargo o viola las reglas est a-
blecidas para el ejercicio de la autoridad pública”. (Belligni, S.: “Corrupzione e scienza politica:
una riflessione agli inizi”. Tomado de: Alicia Calvo. Op. Cit. P.2.).
82
El 19 de noviembre el Senado norteamericano aprobó la Ley que Crea el Departamento de
Seguridad Interior luego de remover el obstáculo demócrata “… que buscaba eliminar disposicio-
nes que favorecen a intereses particulares.” (La Nación. San José, 20 noviembre 2002. Pág.
24A). Asimismo, en ese país se argumenta sobre la necesidad de restringir el conocimiento cie n-
tífico o privatizarlo, para que no pueda ser usado por terroristas.
83
Adam Smith (1723- 1790) economista clásico inglés afirmaba: “Allí donde existen grandes pa-
trimonios, hay también una gran desigualdad. Por un individuo muy rico ha de haber quinientos
pobres, y la opulencia de pocos supone la indigencia de muchos. La abundacia del rico excita la
inignación del pobre, y la necesidad, alentada por la envidia, impele a éste a invadir las posesio-
nes de aquél. Sólo bajo la protección del magistrado civil podrá descansar tranquilamente dura n-
te el corto espacio de una noche el dueño de esa propiedad tan valiosa, adquirida con el trabajo
La democracia, la burocracia y la autocracia 52
privada, sin embargo, esas previsiones no son las del presente, aun cuando
los empresarios globalizados tienen en los Estados su fuente política de ri-
queza y de poder mundial 84. La sociedad contemporánea se encuentra atomi-
zada, empobrecida y sin suficiente capacidad orgánica para actuar contra la
desigualdad en la propiedad, las relaciones políticas y en las condiciones de
vida. Algunos de los peligros del presente mundializado, están referidos a la
creciente delincuencia, a los reducidos y aislados procesos subversivos y te-
rroristas, sin embargo, estas acciones no tienen la capacidad de hacer peli-
grar el sistema prevaleciente, pero evidencian las profundas contradicciones
que ocasionan la concentración y centralidad del poder nacional e internaci o-
nal.
cido o son inexistentes las regulaciones tanto para el poder autocrático como
para sus víctimas. La unilateralidad o arbitrariedad de unos incentiva una
espiral sin fin de violencia, en donde la suficiencia de la tecnología de guerra
no garantiza el dominio ni el triunfo. En la revolución francesa se ajusticiaba
a los enemigos de la revolución, pero también fueron descabezados los ajus-
ticiadores85.
85
De manera más rústica y vernácula, en el actual Gobierno de Costa Rica, se sancionaba a los
sospechosos de actos corruptos, hasta que tocaron a los propios jerarcas del gobierno y la cla-
se política, no se podía ser consecuente porque podría quedar descabezado el propio Gobierno
de la República y la de los partidos mayoritarios. Dicho proceso inconcluso y parcializado, ha
creado un nuevo factor a la crisis fiscal y política del gobierno, así como descontento y desen-
canto en aquellos que siguen la política nacional.
86
Bobbio, Norberto. “El poder y el derecho”. Op. Cit.
87
Ha sido extraño en la formalidad de la historia política costarricense, que el Presidente desti-
tuya a un Vicepresidente electo, antes de tomar el poder y en posesión del poder, así el señor
Presidente excluye con salario a un funcionario electo de toda función pública e incluso de es-
pacio físico de trabajo, lo cual constituye un acto sin precedentes en la historia política cost a-
rricense, el cual no ha sido analizado ni discutido en sus implicancias por la prensa empresarial,
ni por la cómplice oposición política y de los propios personajes implicados. Los desacuerdos en-
tre las personalidades políticas, no han trascendido ni han merecido explicación alguna, como si
fueran las elecciones y la política estatal algo de competencia personal, en donde los ciudada-
nos no tienen ningún derecho de información y menos aun de opinión o de decisión. Un Vicepre-
sidente que gana salario sin trabajar por desacuerdo con el Presidente, violenta la formalidad
jurídica y descubre poderes de facto en una tradicional democracia representativa.
La democracia, la burocracia y la autocracia 54
88
Son muchas las expresiones folklóricas usadas por el Presidente de Costa Rica para justificar
sus decisiones, entre ellas cuando se le comentaba por la gran cantidad de familiares que oc u-
pan puestos de dirección o nepotismo, afirmaba que “… los abuelos fueron muy traviesos”. De
manera parecida, respondía cuando a los pocos meses de gobierno había viajado al extranjero
con amplias comitivas, que criticaba durante la campaña electoral, o las donaciones a la camp a-
ña electoral, de miles de dólares por empresarios extranjeros, no reportadas al Tribunal Supremo
de Elecciones, lo cual esta expresamente prohibido por la legislación vigente.
89
“El Estado, como tal, anula, por ejemplo, la propiedad privada; el hombre, por su parte, de-
clara la propiedad privada abolida políticamente, al suprimir el censo de fortuna para el derecho
de sufragio activo y pasivo, como han hecho muchos Estados norteamericanos.” (Karl Marx.
“Sobre la cuestión judía”. En: Marx. Escritos de juventud. Editorial Fondo de Cultura Económica.
México, 1982. Pág. 469.), lo cual también fue explicitado concretamente por Hegel (Filosofía del
Derecho. Editorial Claridad. Buenos Aires, 1955).
La democracia, la burocracia y la autocracia 55
90
Es distintivo y peculiar el gran protagonismo que tienen los dueños de las empresas en diver-
sos acontecimientos en algunos países, como en el costarricense, donde se han convertido en
ministros y asesores de gobiernos, funcionarios internacionales, conferencistas, profesores uni-
versitarios e insustituibles interlocutores sobre el desarrollo nacional, internacional y de la org a-
nización social y estatal. El pensamiento único es también único en la orientación clasista del
pensamiento, práctica y discurso que se emite desde el poder.
91
A iniciativa EE.UU. hoy en día existe un patrullaje norteamericano en los mares jurisdicciona-
les costarricense, asimismo se esta cediendo espacio nacional con rango de extraterritorialidad
para la creación de un Centro Internacional de Entrenamiento Policial; se concede el uso de
puertos para naves armadas norteamericanas sin autorización como de la Asamblea Legislativa
como establece la Constitución, etc. De modo similar, se aprecia la influencia norteamericana
en Nicaragua cuando el Presidente Bolaños, requiere su apoyo para desaforar y juzgar a corrup-
tos del gobierno anterior, así como los partidarios del expresidente Alemán buscan el apoyo nor-
teamericano para terminar con las sanciones y persecución contra la corrupción estatal.
La democracia, la burocracia y la autocracia 56
vigentes, las cuales no se derogan, sino que sirven para finalidades distintas
para las cuales fueron creadas, así las leyes para recaudación para finalida-
des específicas para los ancianos, arreglo de carreteras, etc., así como la le-
gislación tributaria, son violentadas por otras leyes para usar los recursos
para finalidades que el gobierno establezca y propósitos de supuesta eme r-
gencia fiscal y liquidez para el gasto gubernamental 92. La legalidad es viola-
da usando la formalidad jurídica.
94
El del Estado soviético significó la eclosión y conformación de expresiones nacionales para
conformar nuevos Estados, así como también implicó la búsqueda por dirimir hasta las armas las
disputas culturales, religiosas y étnicas para reconformar espacios regionales y nacionales.
La democracia, la burocracia y la autocracia 60
95
El nuevo orden que se proponía Reagan y que busca lograrlo Bush, es un retroceso en la
construcción de la sociedad democrática mundial, así como es la destrucción de la posibilidad de
un mundo en paz. Sacrificar pueblos indefensos al enorme poder militar, para satisfacer un pre-
tendido orgullo herido por infames actos terroristas, también es un crimen de lesa humanidad,
como lo es el asesinar palestinos para garantizar el apoyo electoral a Sharon por parte de las
fuerzas políticas retrogradas y conservadoras en Israel. La impunidad y la arbitrariedad no ga-
rantizan paz, burocracias ni Est ados democráticos. El recurso de la fuerza de las armas es el fin
de la razón, es la invitación de los agresores para eliminar todo vestigio de oposición o resisten-
cia para imponer omnímodamente su voluntad. Cualquier guerra es un atentado contra la huma-
nidad.
96
Eco, Umberto, Furio Colombo, Francesco Alberoni y Giuseppe Sacco. La nueva edad media.
Alianza Editorial. Madrid, 1984.
La democracia, la burocracia y la autocracia 61
“La Tierra, -dice Ramonet,- como en el siglo XV, está ahora disponible
para una nueva era de conquista. En la época del Renacimiento, los Esta-
dos eran los principales actores de la expansión colonizadora. Hoy son
empresas y holdings privados los que se plantean dominar el mundo, lan-
zan sus razias y amasan un botín inmenso. Nunca los amos de la Tierra
han sido tan poco numerosos, ni tan potentes.” 97
97
Ramonet, Ignacio. Un mundo sin rumbo. Tomado de: José Manuel Naredo “Sobre el rumbo del
mundo” En: Pensamiento crítico vs. Pensamiento único. Editorial Debate. Madrid, 1998. Pág. 50.
La democracia, la burocracia y la autocracia 62
El poder herido se aferra con todas sus armas para llevar a cabo su
proyecto hegemónico de manera unilateral y sobre cualquier consideración.
Ese poder es irracional, y no requiere de la voluntad de otros fuera de su es-
pacio nacional. La potencia se ha arrogado la aspiración de todos los pueblos
del mundo o dicho de otro modo, el mundo se ha convertido en objeto de su
100
Una situación similar fue lo ocurrido con Gran Bretaña, que habiendo perdido importancia
económic a e influencia política colonial y habiendo sido superada por Estados Unidos desde 1890
(Angus Maddison. Las fases del desarrollo capitalista. El Colegio de México/Fondo de Cultura
Económica. México, 1986), hubo de esperar el desenlace de una crisis mundial (1929-1932) y
dos guerras mundiales, como eventos trascendentes, para que recién en 1944 reconociera la
preeminencia norteamericana en el mundo. Sin duda, los acuerdos de Bretton Woods fueron el
inicio de una nueva lógica en las relaciones internacionales cuyo devenir contemporáneo hoy se
encuentra en crisis. A diferencia de las circunstancias de hace 58 años no existe otro actor que
el norteamericano que pueda ser signatario de las regulaciones internacionales, al menos no c o-
mo una opción arbitraria y unilateral. La interdependencia mundial exige relaciones igualitarias de
participación y negociación entre economías, Estados y sociedades para la continuidad y estabi-
lidad del capitalismo mundial, lo cual es contrario a la imposición unilateral y autocrátic a que se
impone en el presente.
La democracia, la burocracia y la autocracia 64
101
Este enunciado sintético es de un estra tega conservador de Washington: Haas, Richard.
The Reluctant Sheriff. Council of Foreign Relations. Nueva York, 1997. Tomado de: Schiller, He r-
bert. “Bases para un Nuevo siglo de dominio norteamericano” En: Geopolítica del caos. Le Monde
Diplomatique. Edición Española. Temas de Debate. Barcelona, 1999. Págs. 41- 42.
102
La Unión Europea legitima y formaliza las diferenciaciones de influencias y capacidades entre
los Estados y países miembros.
Las alternativas integradoras regionales o subregionales como las ocurridas en el pasado y pre-
sente centroamericano y sudamericano o en otras partes del mundo, se encuentran insertos en
los proyectos hegemónicos de las potencias.
La democracia, la burocracia y la autocracia 65
104
Pilotti, Francisco. Globalización y Convención sobre los Derechos del Niño: el contexto del
texto. Serie Políticas Sociales Nº 48. División de Desarrollo Social. Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, marzo 2001.
105
Cabe anotar que en los pocos casos de Estados Unidos acepto y ratificó acuerdos interna-
cionales, en todos los casos se ha impuesto una cláusula de reserva que afirma: “no aplicable a
los Estados Unidos, sin el consentimiento de los Estados Unidos.” (Tomado de: Atilio Borón. Op.
Cit. Pág. 32).
106
“La guerra humanitaria¨ en Kosovo, por ejemplo, fue llevada a cabo en nombre de las Nacio-
nes Unidas, pero sorteando por completo la autoridad tanto del Consejo de Seguridad como de
la Asamblea General. Washington decidió que era necesaria una intervención militar y eso fue lo
que ocurrió.” (Atilio Borón. “Imperio e imperialismo” En: Casa de las Américas. Nº 227. Abril-
junio, 2002. Pág. 9). El irrespeto norteamericano a las resoluciones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad por ser contrarias a sus aliados, como es caso
de Israel, no tienen consecuencia alguna. Sin embargo es altamente sensible frente a autode-
signación de pretendidos o declarados enemigos, como ocurre contra Irak, el cual puede ser
sacrificado por todas las potencias militares del mundo, bajo el mando norteamericano. La inmu-
nidad e impunidad internacional se encuentra definida y delimitada por la arbitrariedad norteame-
ricana.
La democracia, la burocracia y la autocracia 67
107
“De los `mellizos de Bretton Woods´, el Banco de Reconstrucción y Fomento (BIRF) fue en
su primera infancia el más débil, el más limitado en sus funciones y, por lo tanto, el menos cono-
cido. Las disputas y diferencias sobre el tipo de institución a crear fueron ciertamente mínimas si
se las compara con las que caracterizaron los prolegómenos del FMI; hubo un consenso inicial
que descansó, fundamentalmente, en tres grandes premisas: a) el Banco no sería una pieza im-
portante del sistema monetario internacional de la posguerra, b) Gran Bretaña y otros importan-
tes países fundadores no discutieron absolutamente la autoridad de Estados Unidos sobre el
funcionamiento del Banco y c) desde un principio se reconoció la influencia del merc ado finan-
c iero de Estados Unidos en la provisión de fondos del Banco, y como consecuencia de ello se dio
directa injerencia en su dirección a banqueros de ese país.
Con el curso del tiempo estos principios se modificaron en mayor o menor medida. Por lo pronto,
el Banco Mundial ha alcanzado un lugar de real importancia en el esquema internacional de Est a-
dos Unidos y la influencia del mercado financiero de ese país, siguen teniendo una fuerte in-
fluencia sobre el funcionamiento del Banco, presentan nuevas modalidades y ritmos.” (Samuel
Lichtensztejn y Mónica Baer. Políticas globales en el capitalismo: El Banco Mundial. Centro de
Investigación y Docencia Económicas - CIDE- . México, 1982. Pág. 13).
108
José Serulle y Jacqueline Boin. Fondo Monetario Internacional: Deuda externa y crisis mu n-
dial. Edita IEPALA. Madrid; Samuel Lichtensztejn y Mónica Baer. Fondo Monetario Internacional y
Banco Mundial. Estrategias y políticas del poder financiero. Editorial Nueva Sociedad. Caracas,
1987.
La democracia, la burocracia y la autocracia 68
109
La personalización del poder estatal, como síntesis de complejas relaciones de poder, ha
convertido Estados naciones en Estados atrasados y autocráticos. En Costa Rica las discrepan-
cias con el Presidente de la República, en las prácticas públicas, son condenadas con despidos
que no requieren ser justificados, sean Ministros, Directores de instituciones descentralizadas o
Vicepresidente. En Costa Rica, en donde la legalidad y la “democracia del voto” se encuentra
arraigada socialmente, el orden, la legalidad, las elecciones y la legitimidad es violentado, como
también se hace con los ofrecimientos de campaña electoral o sobre la transparencia política,
contra la corrupción o sobre las contribuciones empresariales a candidatos. El Presidente de la
República elegido con el voto, se niega a participar en las primeras elecciones municipales que
se realizan en el país, porque condena al candidato de su partido por no haberse supeditado a
su decisión personal en la elección presidencial. Sin duda, los poderes autocráticos son transpa-
rentes en mostrar, sin mediación alguna quien es el que manda.
La democracia, la burocracia y la autocracia 70
110
Aspectos que coinciden con la forma individualista o personalista como regularmente se es-
tudia e interpreta la historia, en donde se atribuye a personajes, sean estos caudillos, militares,
dictadores y gobernantes como los protagonistas de la historia nacional, omitiéndose con ello a
los grupos y la sociedad, así como las circunstancias contextuales de los distintos momentos de
la historia nacional.
La democracia, la burocracia y la autocracia 73
Habría que anotar que desde la década del ochenta la visión individua-
lista de la sociedad, se ha nutrido de la orgánica posición empresarial lle-
gando a capitalizar los cuestionamientos al Estado. Este grupo relativamente
homogéneo, responsabiliza al Estado del devenir del crecimiento económico y
competitivo empresarial, así como manifiesta su vocación estatal al criticar
la gestión económica y pública para proponer las formas de su actuación so-
bre las finanzas, como con respecto a los empresarios y el resto de la soci e-
dad. La heterogeneidad social es invisibilizada con la posición de las Cáma-
ras de empresarios, los cuales son parte constitutiva de los medios de co-
municación masiva, con lo cual garantizan la presencia cotidiana de su poder
y presión en el devenir de las instituciones públicas, así como de sus orien-
taciones ideológicas y políticas que son presentadas como si fueran de la
“opinión pública”, cuando corresponden a reducidos protagonistas, no de to-
dos los empresarios ni comerciantes del país, sino de los propietarios, socios
o representantes del capital de las grandes empresas mundiales.
111
Muy distinta es la posición adoptada por los empresarios de otro país al cual hace referencia
Vargas Llosa al afirmar: “Los empresarios que desdiciéndose de todo lo que dijeron a favor de la
democracia cuando temían ser despojados, se han precipitado ahora a hacer de geihas del nue-
vo dictador, para arrancarle las prebendas mercantilistas de las que siempre vivieron, han pre s-
tado un magnífico servicio a esos promotores del estatismo y el colectivismo que parecían haber
perdido la partida. Ahora, con bríos renovados, éstos pueden volver a la carga y levantar un
dedo acusador: ¿acaso ser `capitalista´ no es sinónimo de golpista y de militarista en el Perú?”
Vargas Llosa, Mario: “El `pueblo´ y la `gente decente´” En: Desafíos a la Libertad. Ed. Nuevo
Siglo- Aguilar. México, 1994. Pp. 119- 120.
La democracia, la burocracia y la autocracia 75
112
El sistema de partidos políticos es una relación social compleja, mientras que en Costa Rica
estas organizaciones se han convertido en partidos del sistema. Dieter Nohlen define el sistema
de partidos políticos “… como el conjunto de partidos en un determinado Estado y los eleme ntos
que caracterizan su estructura: cantidad de partidos, las relaciones entre si, tanto respecto a
la magnitud de ellos como a las fuerzas relacionales y en tercer lugar, las ubicaciones mutuas,
ideológicas y estratégicas, como elementos para determinar las formas de interacción; las rela-
ciones con el medio circundante, con la base social y el sistema político.” (Dieter, No h-
len.”Presidencialismo, sistema electoral y sistema de partidos políticos en América Latina”. En:
Elecciones y democracia en América Latina. CAPEL- Instituto Interamericano de Derechos Huma-
nos. Memoria del Primer Curso Anual Interamericano de Elecciones. 1988. Tomado de: Blanco,
Randall “Partidos cantonales, sistema de partidos y elección directa de alcaldes en Costa Rica.
Ambitos para la discusión” San José, 2001. p. 1)
113
Dabène, Olivier. Costa Rica: juicio a la democracia. Facultad Latinoame ricana de Ciencias
Sociales (FLACSO) y Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA). San José,
1992.
La democracia, la burocracia y la autocracia 76
116
Estados Unidos ha disminuido su dinamismo económico y en el último año ha perdido más de
trescientos mil empleos, lo cual motiva bajar más las tasas bancarias para incentivar la inver-
sión, así como incrementar las acciones del Estado para recrear las condiciones para propiciar la
reactivación económica, las cuales lo excluyen a la guerra como un medio para lograrlo. Descen-
so y desprestigio norteamericano en el mundo, no puede ser atribuido exclusivamente a los ac -
tos terroristas del 11 de setiembre, ni la escalada guerrerista contra Iraq.
117
El Ministro de Comercio Exterior afirma que los acuerdos con Estados Unidos se pueden llegar
en un año, con ventaja para Costa Rica, lo cual superaría los once años de negociación entre
ese país con Chile, o los cuatro que aun duran entre Panamá y Costa Rica. (Conferencia del Mi-
nistro de Comercio Exterior, señor Alberto Trejos en la Casa Italia. San José, 10 marzo 2003).
118
Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 79
119
La educación pública en Costa Rica tiene un presupuesto que se encuentra desfinanciado
para cubrir salarios por los tiempos exigidos a trabajar. Asimismo, a partir del 7 de marzo se ini-
cian paros escalonados de los profesores por el no pago de salarios a un número importante de
profesores a nivel nacional.
120
El 13 marzo del 2003 en entrevista radial la Directora del Consejo de Nacional de Rehabilit a-
ción, expresa que los recortes presupuestales sólo permiten cumplir sus obligaciones hasta ese
mes de marzo, recursos que incluso no han sido girados (Radio Monumental). El Ministro de
Hacienda respondía ofreciendo que los recursos serian girados de modo inmediato y justificaba
que el retraso era debido a procesos burocráticos, aunque no se manifestaba sobre las limit a-
ciones presupuestales impuestas a la institución.
121
Dada la imposibilidad de privatizar absolutamente la salud pública se han planteado una re-
forma que intensifican los trabajos y se restringen servicios para abaratar los servicios en la
salud, así como se crean cuasi mercados en la salud pública de Costa Rica. (Martínez, Juliana:
“Poder y alternativas: las agendas internacionales en las reformas del sector salud en Costa
Rica, 1988-1998” En: Anuario de Estudios Centroamericanos. Universidad de Costa Rica. San
José, 1999; Sojo, Ana: “Reformas de gestión en salud en América Latina: los cuasimercados de
La democracia, la burocracia y la autocracia 80
Colombia, Argentina y Costa Rica”. En: Políticas Sociales Nº 39. División de Desarrollo Social.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Naciones Unidas. Santiago de Chi-
le, 2000).
122
Diario La República. San José, 10 de marzo del 2003. Pp. 14.
La democracia, la burocracia y la autocracia 81
“Yo desde esta curul de un país soberano como Costa Rica acuso y res-
ponsabilizo a la AID de retener recursos de crédito al país, violentando el
acuerdo firmado en diciembre de 1982. En ninguna parte de este conve-
nio se dice que esta reforma debería ser aprobada por la Asamblea Legis-
lativa. El poder ejecutivo se comprometió a remitir el proyecto a la
Asamblea Legislativa, nada más, hasta ahí la responsabilidad del gobierno.
Mi gobierno no se comprometió a que la reforma estructura fuera a pa-
sar en Asamblea Legislativa, y no podía comprometerse, porque esa re-
forma violenta los principios de la banca de servicio público, que ha veni-
do sustentando mi partido.” 124
125
Sen, Amartya. Poverty and Famines. Clarendon Pres. Oxford, 1981.
La democracia, la burocracia y la autocracia 83
126
Dahrendorf, Ralf. El conflicto social moderno. Ensayo sobre la política de la libertad. Bibliot e-
ca Mondadori. Barcelona, 1993. Pp. 31.
La democracia, la burocracia y la autocracia 84
“... el Este de Asia durante tres décadas precedentes no sólo el Este asiá-
tico había crecido más y reducido más la pobreza que ninguna otra región
del mundo, desarrollado o en desarrollo, sino que también había sido más
estable. ...La razón era obvia: los países habían tenido éxito no sólo a
pesar del hecho de no haber seguido los dictados del Consenso de Was-
hington, sino porque no lo habían hecho. Aunque las conclusiones de los
expertos fueron atenuadas en el informe que finalmente fue publicado, el
estudio del Banco Mundial sobre el Milagro de Asia establecía que el Esta-
do había desempeñado unos papeles importantes. No se trató de los Es-
tados mínimos tan casos al Consenso de Washington.” 128
127
Keynes, John M. Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Editorial Fondo de
Cultura Económica. México, 1943 (Primera edición en español).
128
Stiglitz, Joseph. Op. Cit. Pp.122- 123.
La democracia, la burocracia y la autocracia 85
129
En 1982 se publica la Ley de la Autoridad Presupuestaria, que restringe la función pública
controlando el “Tamaño del Estado”, además de hacer inflexible el gasto con lo cual se pierde la
capacidad de respuesta ante necesidades y coyuntura de la sociedad costarricense.
La democracia, la burocracia y la autocracia 86
130
Mintzberg, Henry. “Gestionar el gobierno, gobernar la gestión.” En: Carlos Lozada i Marrodán
(Editor): ¿De burócratas a gerentes?. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, 1999.
Pp. 197.
131
Gutiérrez, Max. “Restaurar el modelo de empresas autónomas del Estado es volver a lo
esencial, pasando de una expectativa de desarrollo a una condición de desarrollo real del país”
Escuela de Administración Pública. Universidad de Costa Rica. San José, febrero 2003. Pp. 5.
La democracia, la burocracia y la autocracia 87
132
Mintzberg, Henry. Op. cit. Pp. 198.
La democracia, la burocracia y la autocracia 88
133
“Artículo 1. Finalidad de la Administración Pública”. Proyecto de Ley Orgánica de la Adminis-
tración Pública. Preparado bajo la dirección del Dr. Rodolfo Saborío.. San José, 2002.
134
“Artículo 2. Composición de la Administración Pública”. Ibid. Pp.
La democracia, la burocracia y la autocracia 89
Los recaudos que se hacen están relacionados con los procesos privati-
zadores, así por ejemplo se propone que:
135
“Artículo 41. Infraestructura de transporte”. Ibid.
136
“Artículo 46. Infraestructura de telecomunicaciones” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 90
137
“Artículo 53. Competencia General”. Ibid.
138
Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 91
139
“Artículo 54. Presupuestos de la República” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 92
140
“Artículo 55. Recaudación.” Ibid.
141
“Artículo 56. Ejecución y control de egresos.” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 93
142
“Artículo 61. Rectoría en materia educativa” Ibid.
143
“Artículo 62. Promoción y difusión de la ciencia y la tecnología” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 94
144
“Artículo 63. Cultura, Juventud y Deportes”. Ibid.
145
“Artículo 75. Competencias en materia de comercio exterior” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 95
147
“Artículo 81.- Competencias en materia agropecuaria.” Ibid.
La democracia, la burocracia y la autocracia 97
148
María Beatriz de A. David (compiladora). Desarrollo Rural en América Latina y el Caribe.
CEPAL. Santiago de Chile, enero 2001; José Antonio Ocampo, Reynaldo Bajraj y Juan Marín. Una
década de luces y sombras. América Latina y el Caribe en los años noventa. CEPAL. Santiago de
Chile, enero 2001; Fernando Rello y Yolanda Trápaga. Libre mercado y agricultura. Efec tos de la
Ronda de Uruguay en Costa Rica y México. CEPAL. Serie Estudios y Perspectivas N° 7. México,
diciembre 2001; CEPAL Istmo Centroamericano: evolución económica durante 2002. Evaluación
preliminar. Serie Estudios y Perspectivas N° 8. México, marzo 2002; CEPAL Panorama de la in-
serción internacional de América Latina y el Caribe. Naciones Unidas. Santiado de Chile, enero
2003 y CEPAL Globalización y Desarrollo. Naciones Unidas. Santiago de Chile, abril 2002.
149
Proyecto de Ley Orgánica de la Administración Pública. Op cit. “Artículo 83.- Promoción del
desarrollo rural.”
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150
“Artículo 112.- Remoción de Ministros” y “Artículo 113.- Remoción de funcionarios”. Ibid.
151
“Artículo 152.- Alcances de la avocación”. Ibid.
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