DE ACTUALIDADES

ARTES Y LETRAS
Año V I I I - N . 388 -Gptas.
19 de septiembre de 1959
depósito Legal: B 4460 - 1958

Del magnífico libro

"Costa Brava , de Luis
Romero y F. Caíala
Roca, hemos escogido
para nuestra portada
esta expresiva foto.
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 1
 rán los siguientes nuevos jar- MAS NOVEDADES DE LAS

LO QUE BARCELONA "ESTRENA dines: el Parque Bacardi, se

ampliarán los juegos existentes
en el Parque Eduardo Marqui-
na, tan visitado por nuestros
FIESTAS EN ORDEN A
LA FLORA
Barcelona, tan amante de sws
parques, va a ser testigo, den-

PARA LA MERCED
CON
la
motivo de las fiestas de
Merced la ciudad se
apresta a ofrendarte a la Virgen
blanca lo mejor que guarda en
el arca; y entre el nutrido pro-
grama de festejos, de toda ín-
dole, que van a poner una nota
transeúnte, pasajera, en nuestra
urbe, destaca la inauguración
de una serie de obras munici-
pales, que quedaran permanen-
temente incorporadas a nuestra
fisonomía urbana.
separa a las fuentes del resto
de la plaga. La idea nació en
el cerebro siempre inquieto, de
D. José María Parciales, Alcalde
de la Ciudad; estará dotado de
tres agujas: la horaria, la mi-
nutera y la segundera, ambas
rotarán sobre números recor-
tados en flores; hay que con-
fiar en la cultura y en el or-
gullo del público barcelonésj
por poseer este delicado medi-
dor del tiempo, evitando que lo
estropeen. Nosotros cunfiamo.-í
plenamente en el civismo ciuda-
dano.
LOS JARDINES
INFANTILES,
Con motivo de la festividad
mercedaria nuestro municipio
va a continuar su acertada po-
lítica de dotar de jardines in-
fantiles a la ciudad. En la Te-
nencia de Alcaldía de Urbanis-
mo nos informan que se abri-
niños,
Hace tiempo que la ciudad
viene suspirando por un estan-
que de modelismo naval, ios
niños venían aprvechando, por
su cuenta, las fuentes de Pe-
dralbes, no acondicionadas para
ello. Se va a construir un es-
tanque de estas características
en la Avenida del General Go-
ded. Además, nuevos jardines
en la plaza Ñúñez de Arce, Fe-
rrer y Cagigal. Acceso del Par-
que del Guinardó por la Ave-
nida de Montserrat.
El cerro de la Trinidad va a
rodearse también de una es-
pléndida zona jardinera, junto
a la Avenida Meridiana.
tro de las fiestas mercedarias de-
dos acontecimentos singulares.
Uno, la entrega de títulos de ¡£
Escuela Municipal de Jardine-
ría a sus alumnos. Y por último
la apertura de la Exposición de
«20 meses de jardinería urba-
na» uuicada en el pabellón
Hispanoamericano de la Ferie
de Muestras de \Barcelona. Se
va a poner de relieve la mag-
nífica labor desarrollada por el
Municipio en oraeu a nuestros
elementos florales. En una pa
labra, que las flores, siempre
tan gratas a la Virgen, se van
a colocar a los pies celestiales
de la Virgen de la Merced.
JAIME URBANO

i,A PLA¿A DE CATALUÑA

A'o he/iius Lüiuiío suelte co,t
nuestra piasa de cataiuna: /u
ios edificios que la rodean ni
su solución uiuaitísiíca na co-
rrespondido, en todo instante,
a lo que ¡u.e y aun conserva, e¿
centro geográfico de nuestra
ciudad.
Anora se acomete una refor-
ma, que esperamos resuelva un
poco su carácter de zona desér-
tica, de «sáhara de bolsillo»,
corno la calificamos en cierta
ocasión. Se van a montar tres
fuentes; cada una empleará en
circuito cerrado 220 metros cú-
bicos de agua.. Se quiere que su-
ban por segundo trescientos
noventa y cinco metros.
Como es natural, estas fuen-
tes van a representar un gasto
para el Municipio*
Los barceloneses que contem-
plan las obras suelen comentar
que las tasas de las referidas
fuentes son muy altas, y a esto
contestan los técnicos afirman-
do que fue necesario respetar
los techos existentes: debajo se
albergan los «meíros», Guardia
Urbana (cuartelillo), Oficina de
Información Turística. Sólo se
ha dado a cada fuente veinti-
cinco centímetros de capa de
agua. Era imposible rebajarlas
más. ,
El coste de las fuentes repre-
senta un esfuerzo económico
para el Municipio: tres millones
d?. ptas. descontando la central.
Se les ha dado un nuevo em-
plazamiento a las esculturas, no
creemos que las mismas se va-
loren con la proximidad lumi-
nosa. Los tritones, del ilustre
escultor Federico Mares, se ins-
talarán en la fuente de la
Rambla de Cataluña.

NUEVA PAVIMENTACIÓN
Una de las cosas que le daban
a nuestra Plaza de Cataluña el
aire de elemento a medio ha-
cer, era la ausencia de una pa-
vimentación adecuada; el suelo
de arenilla, en los días de llu-
via, creaba verdaderos barriza-
les, pese al amor de los barce-
loneses la Plaza carecía de
cuidados.
Ahora se la dota de un pavi-
mento en forma de estrella de
ocho puntas todo de mármol
artificial, en la que se combina-
rán, para darle un mayor as-
pecto decorativo, los colores ro-
jo, verde, blanco y marfil. A
la zona, central la rodeará una
sana de mortero. En la pavi-
mentación se invertirá la bonita
suma de un millón de ptas.

EL RELOJ DE FLORES
Uno de los atractivos, que
pronto se harán populares, de
la Haza de Cataluña, será sin
duda su reloj floral; estará si-
íen en L_ • cu oc:7
tuado a continuación de la ba-
randU'n de las esculturas que

— REVISTA

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 2

 BRÚJULA
CUBA Y ARGENTINA
Por ROSEN D O
Los acontecimientos que se
vienen desarrollando igualmente
en Cuba como en la Argentina,
diversas facetas de un denso
problema social, político y eco-
nómico, en el que juegan jac-
tares de toda clase, ideológicos,
históricos y sobre todo demo-
gráficos, prueban una vez más
el espejismo de que se suele ser
victima cuando se derriba una
situación de fuerza con la ilu-
;,tán de instaurar un sistema
basado en el libre juego de la
opinión pública y la prudente
retirada del poder ejecutivo, ex-
cesivamente invasor en la si-
tuación substituida^ Exclaman
sinceramente los revolucionarios
Frondizi
vencedores, como Espartero
hace poco más de un siglo des-
pués del golpe de Vicálvaro:
«¡Cúmplase la voluntad nacio-
nal!». Pero, del mismo modo
que, en lugar de una situación
liberal, al golpe de entonces su-
cedieron una serie de desmanes
que trajeron a la disfrazada
dictadura de O'Donnell a la más
endurecida de González Bravo
y, por fin al colapso del régi-
men, a una abortada república
(no llegó a constituirse y tuvo
nada menos que cuatro presi-
dentes, sin embargo) a la gue-
rra civil y al caos (en todo,
unos veinte años de desbarajus-
te), igualmente nos damos
cuenta de que algunos liberali-
zadores no hacen mas ~que «dar
la vuelta a la tortilla» y poner
aproximadamente lo de arriba
abajo, sin modificar las arbi-
trariedades y violencias —que
non la tortilla—, sino que los
hombres son otros y otra la re-
tórica oficial que les acompaña
en sus apariciones en el balcón
tribunicio, que en nuestros días
se ve substituido y mejorado
—eso es empeorado— por la
brillante televisión.
Existen todavía matices; es
indudable que Frondizi es un
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 3
LIA T E 5
bravo esgrimidor y sabe mejor
salvar las situaciones; también
es verdad que el pueblo argen-
tino, pese a las enfermedades
de un rápido crecimiento, que
supone siempre una amalgama
de elementos forasteros en el
ambiente nacional posee man
años de experiencia política
i/ue la nación cubana, y eso
cinínta mucho. Pero, a la ver-
dad, eso que se llama democra-
cia y de que gallardean los re-
formistas de ambas naciones,
no se ve por ninguna parte;
antes bien lo contrario: recurso
a la fuerza y hasta ,i la violen-
cia y línea política g.úada, me
jor dicho impuesta desde arriba-
Sería no obstante, candaron
e injusto culpar a los que han
promovido los alzamientos, tan-
to en Cuba como en la Argen-
tina de mala fe al levantarse
contra excesos que ningún so-
fisma puede adecentar. Ni cree-
mos que nadie con sentido co-
mún lo intente. Tanto Casír,,
como los generales y almirantes
argentinos, en cierto modo. '•-:•
yeron volver a las prácticas cons-
titucionales que en el siglo pa-
sado dieron la pauta a la vida
de las naciones entonces pro-
gresivas de Europa y Norteamé-
rica. Pero los dos se han equi-
vocado, han sido victimas, como
decimos, de un espejismo.
La razón es bien clara. Para
que pueda funcionar en un país
el «turno pacifican, se necesitan
evidentemente dos requisitos:
que sea turno y que sea pacífi-
co. Y para que sea pacifico,
precisa ante todo una cosa: que
exista un perfecto acuerdo entre
los partidos turnantes sobre
todos los problemas esenciales
de la nación, y que las diver-
gencias entre los programas no
arrastren -una hostilidad a las
personas y, muy importante,
no comprometan a la continui-
dad política y no incidan peli
grasamente sobre la vida y la He aquí una maqueta del tipo de cohetes utilizados por los rusos en sus intentos por acercarse a
paz nacionales. Tal es la situa- la Luna. De este tipo es el cohete que, por fin, ha alcanzado la superficie de nuestro satélite
ción, principalmente de Ingla-
terra, donde se turnan los con-
servadores y laboristas (ayer
fueron los conservadores y los
liberales); de los EE. UU. con
sus republicanos y demócratas y
aun de Bélgica, con los católi-
¿UN VIAJE HISTÓRICO?
cos y los socialistas, etc. Por MANUEL R I K R í
Como corolario de los que
hemos dicho, podríamos añadir p ODEMOS discutir de si el tal via.ie his-
mes» con sus tres trascendentales' interro-
que el régimen de turno pací- tórico son los cuatrocientos mil kilóme- gantes al comentar la llegada del Primer
fico sólo funciona bien cuando tros del prodigioso disparo de artillería que Ministro soviético a los Estados Unidos.
se trata de dos solos partidos, ha proyectado al Lutnik sobre el Mar de
con tantas coincidencias de «¿Será el oportunista —escribe— que se
la Tranquilidad o si son los ocho mil kiló- las compuso para sobrevivir y prosperar du-
apreciación en runchas cosas metros del Tupolef a reacción con sus dos-
que, en realidad, casi puede de- rante el régimen de Stalin o será el pecador
cientos' pasajeros que ha proyectado a KruS- arrepentido que tuvo el valor de denunciar
cirse que son dos facetas del chev y su familia en el corazón mismo del
mlsm.o y único partido. Si no a Stalin tres años después de su muerte?
mundo libre. Para los científicos no hay
ivez» esc cierto la pululación ninguna duda. El viaje verdaderamente his- »¿Será el hombre que alivió bastante el
*i> nartidoa políticos y grupos de tórico es el del Lutnik como anticipo de la peso del temor al pueblo ruso o será el ti-
opinión sería un bien, porque era intersideral que a los hombres del siglo rano que traicionó y asesinó a los rebeldes
permitiría una naiir* (itln-nfa.- XX nos ha tocado el peligro y la gloria de húngaros?
ción a la voluntad del pueblo, vivir. »¿Será el hipócrita que se propone escla-
meta proclamada de los viste- Pero para los políticos lo realmente asom- vizar a la población libre del Berlín Occi-
mas de partidos turnantes. Pero broso es que a los cuarenta años de la Re- dental, provoca disturbios en Oriente Medio
la verdad es que. muy al con- volución de Octubre el representante de la y Extremo Oriente, amenaza la nueva liber-
trario, ri/nvdo la proliferación ideología 'socialista se haya '• plantado en tad en África y circula mentiras por medio
(Pasa a la página 14) Washington en viaje de exploración para de sus agentes y conspiradores en todas las
unos y de buena voluntad para otros. Mien- tierras civilizadas, o será el estadista seguro
tras discuten el científico y el político, el de que los países1 socialistas pueden adelan-
hombre medio, sin otro instrumental que* su tar a Occidente en la proyección pacífica de
correcto buen sentido, observa la impresio- forma que no sea necesario arrojad bombas
nante coincidencia de los dos viajes y de- sobre el mundo capitalista?»
duce que algo muy importante está alum- El gran viaje hacia la conquista del espa-
brándose en' el amanecer de la historia de cio y hacia una posible nueva política de
estos' días augúrales y solemnes. coexistencia pacífica está .abierto. Con una
Tal coincidencia de viajes ¿será cataclis- mano en los espacios siderales y la otra di-
mal o venturosa? Aquí hemos de dejar nues- rigida hacia la mayor potencia del mundo
tra pluma y1 copiar la lección de gran perio- libre, el fabuloso Kruschev tiene ante sí un
dismo que, en el doble sentido filosófico y porvenir que se confundirá, para bien o pa-
político, nos ha dado el « N e w Y o r k Ti- ra mal, con el de la Historia con mayúscula.
REVISTA — 3
 Ramblas arriba
R a m b l a s abajo
POLÉMICA SOBRE EL PRO-
GRAMA DE LA MERCED
Sigue el problema sobre el
programa de la Virgen de la
Merced y vuelve a afirmarse
que la cantidad consignada en
presupuesto es muy limitada:
un millón de ptas.
No nos parece a nosotros tan
despreciable dicha cantidad ya
que se trata de una cifra a em-
plear «a fondo perdido». Porque
no se olvide que el noventa' por
ciento del programa se realiza
con taquilla abierta, lo que
aumenta extraordinariamente la
cantidad consignada.
En lo que sí estamos de
acuerdo es que hay que darle
un giro al programa mercedario
y plantearle dentro de las reali-
dades objetivas. No cabe duda,
que por estas épocas del año la
lluvia suele hacer su aparición,
con todas sus consecuencias.
Por lo tanto hay que reducir
los números callejeros y llevar
a cabo grandes realizaciones
bajo techado. Teatros, cines,
exposiciones de arte, conciertos,
etc. l a Merced es el inicio1 de
la actividad después riel ocio
veranieeo. Hay míe darle so-
lemnidad a ese recobro del tra-
haio, bajo la mirada dulce de la
Virgen mercedaria.
TÉCNICOS Y RESBALONES
Yo siento un respeto impo-
nente por los técnicos. Los téc-
nicos son aquellos ind^'Muos
que, centrando su ntención so-
bre tinas cosas particulares, las
conocen perfectamente no sólo
por estiidio, sino por experien-
cia.
Por eso me inquieta cuando
unos técnicos aconsejan instalar
aceras de losas, como las que
se han colocado a lo 'largo de la
espléndida calle de Aragón.
Apenas caen cuatro gotas, no ee
nuede transitar por ellas, y s!
se llevan calzados de suela de
crepé o tacones de gomia, lo
más probable es que uno re-
grese a casa con un brazo o una
pierna rotos; el pavimento' se
vuelve resbaladizo, deslizante.
¿No saben nuestros técnicos
municipales eso tan simiple de
que las losetas acanaladas se
inventaron para que se adhirie-
ra a ellas Ja suela de los zapa-
tos, al mismo tiempo que piara
facilitar la salida; del agua de la
lluvia? Puede ser que lo supie-
ran por estudios.
Por experiencia no; porque
por lo oue hemos visto los téc-
nicos suelen viajar en automó-
vil.
UN SECTOR OLVIDADO: LA
AVENIDA DR. ANDREU.
Caminar por la Avenida doc-
tor Andreu es algo que encoge
el espíritu; se ve allí cada so-
cavón, que p a r e c e n pozos
petrolíferos, y hay que tener en
cuenta que es una zona muy
visitada, ya que es uno de los
caminos hacia la mágica mon-
taña del Tibidabo.
Convendría un poco más de
atención hacia una zona procer
y residencial de nuestra ciudad.
LA PLAZA VILLA DE MADRID
¿Cuántos presupuestos se han
enterrado en la plaza Villa de
Madrid? Bien, pues aquello ha
quedado convertido en una bi-
rria: por un lado la fachada
lateral del Ateneo, desconchada
y triste, por el otro, la tapia
llena de colorines que ha surgi-
do como consectuencia de los
derribos.
JUAN DE LAS RAMBLAS
4 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 4
TELEVISIÓN EN BARCELONA
Cuando se amplíe el servicio de cámaras móviles ganará mucho la TV barcelonesa
\ 7 cabe duda que la instala-
1* don de la, T. V. en'-Barcelo-
na ha sido seguida con ansie-
dad; nuestra ciudad, pegada al
Pirineo, junto al mar Medite-
rráneo, fue siempre la introduc-
tora de novedades^ Prueba es
que la primera emisora española
de radio se instaló bajo nuestro
cielo. El frecuente desplaza-
miento a Francia e Italia per-
mitía comprobar la existencia
de un importantísimo medio
informativo, del que nos encon-
trábamos ausentes.
Prueba de esta inquietud vi-
nieron siendo las intervenciones
del Sr. Marcet en la Diputación,
Provincial, aludiendo al tema, y
las preocupacion.es de toda ín-
dole dentro del área municipal,
que terminaron con un desplie-
gue generoso. Por parte de la
Diputación, con un donativo de tado perfectamente la expresión
cierta importancia ; por parte de esta personalidad barcelone-
del Municipio, cediendo el mag- sa, facilitando así la posibilidad
nífico edificio de Miramar, en
Montjuich, que venía sirviendo
de restaurante. Al mismo tiempo lonesa como Montjuich.
la Sociedad Aguas de Barcelona
en su sector del Tibidabo, daba
toda clase, de facilidades para la, Barcelona y servicios de TV en
instalación de una antena y un
edificio de nueva planta al ser-
vicio de la TV.
BARCELONA Y SU PERSO-
NALIDAD
Estas facilidades venían a acondicionar el piso del antiguo
concretarse en un sólo pensa- restaurante, con inyecciones de
LLIBRE DE LA MARE DE DEU DE LA MERCE
Selecció i próleg de María Manent
Biblioteca Selecta - Distribución: CASA DE LIBRO
miento: Barcelona no quería
ser una mera receptora; su res-
ponsabilidad ciudadana, su vas-
ta área cultural, geográfica,
histórica, el núcleo de su po-
blación demográfica, muy am-
plio y con una especial psicolo-
logía, hacía necesario que tuvie-
ra una antena transmisora., Por
otra parte, su ventana portuaria
era un escenario magnífico
para la retransmisión de suce-
sos. Sirve de ejemplo la llegada
del junco «Rubia», emocionante
momento que pudo ser captado
por todos los televidentes espa-
ñoles. Y si en su día hubiéra-
mos tenido TV, hacia la tierra
adentro, gracias a la TV, hubie-
ra llegado el clamor de la ciu-
dad en el recibimiento inolvida-
ble del «Semíramis».
Nuestras autoridades han cap-
de unos programas retransmiti-
dos desde esa zana tan barce-
Amablemente invitados por el
Director de Radio Nacional de
nuestra ciudad, Luis Escurra,
hemos visitado los estudios de
Montjuich, pudiendo darnos
cuenta de la labor realizada
en torno a dotar a nues-
tra ciudad de una estación
transmisora. Se ha tenido que
cemento, para que pueda sopor-
tar las vibraciones de los apa
ratos que cobija. Se plantea
ahora la construcción de un
nuevo estudio de veinticinco
metros de longitud y doscientos
cuarenta metros cuadrados de
extensión, sin duda uno de los
más capaces en su género en
Europa.
En la actualidad se utiliza \wn
sencillo estudio provisional,
pero muy eficiente. En el nuevo
estudio se instalarán tres cá-
maras, de un coste cada una de
un millón y medio de pts. La
emisora instalada en el Tibida-
bo ha importado una suma de
ptas que rebasa a los 15 millo-
nes.
EL CLUB MIRAMAR Y SUS
PROGRAMAS
Hasta ahora vienen retrans-
mitiéndose dentro del diario
programa de la emisora central
de Madrid el «Club Miram.am,
que ya ha alcanzado un grado
de experiencia después de su
período de pruebas. Creemos,
sin embargo, que los programas
tendrán más agilidad cuando se
ponga en servicio el equipo de
cámaras móviles y se puedan
enfocar los ángulos ciudadanos
y los sucesos vivos y locales.
Con ello las retransmisiones
ganarán en personalidad.
JAIME URBANO
CONFIDNCIAS
DE LA TORTUGA
LARA PIDE EL ARMISTICIO
A VERGES
En un reportaje publicado en
el diario madrileño «Pueblo», el
editor Lara pide el armisticio a
la Editorial «Destino» y al se-
ñor Vergés. De esta forma, la
rivalidad de los premios «Pla-
neta» y «Nadal» quedaría zan-
jada.
Pero, según mis noticias, ha
surgido un tercero en discordia:
la flamante Editorial «Plaza-
Janés». Parece ser que los inte-
reses de Janes también rozaban
con los del señor Lara, con res-
pecto a la adquisición de los
derechos de autor a los escrito-
res extranjeros.
Al campechano de Lara le
gusta vivir en pleno combate.
Algo de eso escribió Séneca, su
casi paisano de Andalucía.
CHISMES DEL PREMIO
«PLANETA»
Recogemos de las escasas ter-
tulias literarias de nuestra ciu-
dad algunos chismes referentes
al Premio «Planeta» que se fa-
llará la noche del 15 de octubre
en el hotel Ritz de Barcelona.
Según esos chismes, el escri-
tor Castillo Navarro ha aban-
donado su cargo de lector de las
obras del «Planeta» para pre-
sentar una novela a dicho pre-
mio. El editor del «Planeta», en
sus declaraciones a «Pueblo»
afirma que es una novela supe-
rior y esta vez de «público».
Sin embargo, no faltan escri-
tores que afirman que Castillo
obra con ventaja, ya que se co-
noce gran parte de las presen-
tadas al premio.
A Castillo Navarro le ha sus-
tituido en el cargo de lector el
novelista Tomás Salvador, que
lleva a cabo su tarea con el ri-
gor habitual en tan pulcro no-
velista.
Los chismes señalan qiue ade-
más del autor de «Con la len-
gua fuera» están bien califica-
dos Julio Perlado, el crítico li-
terario rie «La Estafeta Litera-
ria». Buñuel (se presentan dr><?
al premio). Javier y Jiménez
Arnau. Y de Barcelona Carlos
Rojas.
La sorpresa la dará el nuevo
sistema de votación.
SOLERVÍCENS Y LA BERNAT
METGE
Con la muerte del inolvidable
Carlos Riba, la Bernat Metge,
institución tan finamente crea-
da por el procer D. Francisco
Cambó, ha quedado acéfala.
Según mis noticias —mi colita
llega a todas partes— el puesto
del gran poeta lo ocupará el
distinguido escritor Solervicens;
este nombre ha acabado impo-
niéndose sobre el de Miguel
Llor, también distinguido maes-
tro, que se perfilaba como sus-
tituto de Riba.
Nuestra más cordial enhora-
buena y que la nave de la Ber-
nat Metge continúe su1 estela.
Por cierto, me dicen que aho-
ra está a punto de salir una
espléndida traducción de los
epigramas de Marcial.
ANA MARÍA MATUTE, MAN-
TENEDORA DE LOS JUE-
GOS FLORALES
En los Juegos Florales de
Nuestra Señora del Port, Ana
María Matute se perfiló como
mantenedora.
He aquí una nueva activi-
dad eme tiene que reseñar en
sus tarjetas de visita la bella
sanadora del «Premio de la
Crítica». LA TORTUGA
 dólar era contemplado con algo En detalle, no se han facilitado
ACTUALIDAD ECONÓMICA que tenia mas de idolatría que- al público precios concretos to-
de admiración. Jso es que vaya davía.
a convertirse precisamente en
una moneda üeuu. r-ero no udja EL «VOLKSWAGEN» NUME-
RO TRES MILLONES

SE ACAB.O LA ESPECULACIÓN
P o r W I F REDO
La actual política de dinero caro y dinero
escaso —medidas, sin duda, transitorias;
aunque es difícil precisar la duración de esta
transitoriedad— ha supuesto la muerte, casi
instantánea, de la especulación. Al menos,
de ciertas formas escandalosas de especula-
ción. La finalidad primordial del dinero es
ser instrumento de compra y financiación,
no medio de negocios sucios o abusivos.
El mercado de pisos en venta y coches nue-
vos, por ejemplo, se había convertido en
mercado propicio a toda clase de maquina-
ciones y negocios absurdos y excesivo». Se
especulaba, alegremente, con la escasez y la
dificultad. Se olvidaba con frecuencia que
en el mundo de las finanzas, cuando las ga-
nancias no vienen convenientemente justifi-
cadas, dejan de ser lícitas y morales. En esta
vida todo tiene su límite, s'u regla.
¿Qué ocurría en el mercado de pisos?
Pues que inventadas y agotadas todas las
fórmulas imaginables para exprimir el li-
món de los que iban quedando desocupados
—entradas, traspaso», comisiones, obras, ser-
vicios, muebles, etc.— se ideó y puso de mo-
da la venta por pisos, y ello con tal fortuna
que para muchos bolsillos ha sido una ver-
dadera mina. Siempre, claro está favoreci-
dos por una escasez que debía haberse evita-
do o paliado a tiempo. • manda de tractores, que espera las importa-
ivrn he aquí que, de pronto, al escasear
el dinero para la compra y al restringirse
los créditos, este bonito negocio ha quedado
poco menos que paralizado. Se afirma qUe
hasta las agencias vendedoras de pisos es-
tán con los brazos cruzados esperando, inú-
tilmente, al cliente que antes tenían que se-
leccionar. Así, se calculan en Madrid mas
de 30.000 pisos nuevos desocupados. Tam-
bién en Barcelona se cuentan a millares los
que llevan meses y meses ostentando el car-
telito de «pisos en venta».
Este fenómeno está haciendo cavilar a las
propietarios —particulares o Sociedades —
que no ven otra forma de darles salida si
no es alquilándolos y ,a precios que no po-
drían creerse hace sólo unos meses. Y los
que ya estaban por alquilar entonces han
bajado el punto de mira ilr forma conside-
rable. Hay otra alternativa: limit,ar los pre-
cio» de venta. En la capital, se asegura, que
algunos pisos caros han bajado en más cíe
doscientas cincuenta mil pesetas.
Un comen (ario de «Balance» dice que con
los pisos de alto precio, principalmente, "a
ocurrido algo muy parecido a lo sucedido
con los precios de los automóviles. «Siempre
—pensaua el, propietario— habrá la posibili-
dad de vender ganando algo». Pero¡ el exce-
ESPINA
so de oferta y el cambio radical de las cir-
cunstancias económicas —la normalidad,
sencillamente— ha dado al traste con esos
proyectos. Y los constructores que se incor-
poraron demasiado tarde a la fiebre de edi-
ficar viviendas de lujo, Son los que están
pagando las consecuencias.
Algo semejante está ocurriendo en el mei'-
cado de coches. Desaparecida l,a demanda
artificial de coches nuevos, apenas le es
ya posible al especulador ganar ni una pe-
seta. Se acabaron las primas para obtener
un coche o un camión. La demanda existen-
te es real. Y como el posible comprador' esta
—es lógico— a la expectativa del curso de
los acontecimientos, incluso la demanda re,»!
se ve bastante limitada, .-><• ha contraído.
Es sabido el súbito descenso del valor del
coche usado —impulsado, además, por el
nuevo precio del carburante—, pero quiza
haya que ponerle un poco de moderación a
este optimismo inicial, ante los derechos
arancelarios que se vienen manteniendo —es
comprensible— y ante el hecho de que, por
el momento, la posesión de automóvil como
artículo de lujo ya no es tan frecuente.
Si bien —como la de pisos— se ha para-
lizado oí frenado la venta de coches y camio-
nes, sigiue, no obstante, muy fuerte la de-
ciones masivas anunciadas.
Ante esta coyuntura, de espera y de rece-
sión, no se ve otra salida al mercado dei
automóvil, a fin de que las fábricas puedan
continuar trabajando a un cierto ritmo —sa-
turada la demanda actual en el plazo de
unos meses—, que una rebaja considerable
en el precio, particularmente del coche uti-
litario, poniéndolo al nivel, o caisi, de la com-
petencia internacional, y mayores facilida-
des al comprador: venta a plazos —tal vez
en veinticuatro o más, como se estila en el
extranjero—, reducción de l,a entrega inicial
rebaja del Impuesto de Lujo, etc. Parece ser
que algunas empresas extranjeras muestran
deseos de colaborar con el capital nacional
en la fabricación, en nuestro suelo, de vehícu-
los de su marca. La competencia y el refuer-
zo financiero que ello supondría sería quizá,
la mayor garantía de que las cosas irán por
el camino que esperamos.
Es opinión de los especialistas, empero,
que para dentro de cuatro o cinco meses el
mercado del automóvil, en España, quede
perfectamente aclarado. Tal vez pueda de-
cirse otro tanto respecto del interesante te-
ma de los pisos.
Lo importante y sintomático es, sin em-
bargo, que las cosas «e v,an normalizando...
Ue ptuutu' poco a, poco una i>ue-
ria parce de ¿a extraordinaria Rueda por las carreteras de
souuez i¿ue negó a uiuei' u¿i lui Alemania el «Volkswagen» nú-
priiíjAíruD a/iluü ue ia p'Uriíguerra, mero tres millones, salido de
üay oirás montuas mus iaertes las fábricas de Wolfsburg.
q^je el douar. * no precisamente También, hace pocos días sa-
ei i raneo suizo o el bolívar ve- lió de la filial de Hannover el
iifczoianO', que por razones espe- utilitario número 500.000, igual-
ciaies se rían encontrado gene- mente de la, Volksiwagen.
i amiente en una posición que
el doiar ¿.odia envidiar, ba po- ESTIMULO A LAS EXPOR-
sición actual aei doiar es de re- TACIONES
lativa flojedad en relación con La traducción oportunísima
otras monedas europeas: el de un artículo italiano en la
marco alemán, ei franco fran- revista «Balance», pone en
cés, la llora inglesa. A tiempo nuestro poder datos actualiza-
que la cotización de estas mo- dos de lo que supone el apoyo
nedas gana en firmeza la del a la exportación en Francia.
dólar muestra una tendencia a Las medidas estatales alcanzan
la vacilación que se explica distintos campos, tales como el
cuando se advierte, por ejem- fiscal,y el monetario, el asegura-
plo, que continúa la sangría, dor la provisión de créditos.
En el campo fiscal se conceden
a un ritmo por ahora muy prórrogas y facilidades en el
amortiguado, del oro, que se va >ago de los impuestos y exen-
trasladando de la cuenta nor- ;ión de los tributos. La mercan-
teamericana a la de otros países cía de exportación está libre de
ya con grandes —y crecientes—•
impuesto, que se reintegra al
reservas en oro y otras divisas. exportador por devolución de las
Ya no hace falta hablar —como cantidades pagadas por tal con-
se venía haciendo, como venía cepto. El canon normal es del
haciendo Inglaterra, sobre to-
do— de divisas en «oro y dó- 20 por ciento. También están li-
lares», expresión que equipara- bres de impuestos sobre el
transporte los productos expor-
ba, por lo menos, el dólar al tados,
oro.
exigiéndose que el mismo
vehículo realice el transporte
desde origen a frontera o puer-
UN «MORRIS BARATO» to francés. Este tipo de ayuda
La B. M. C. tratará de fabri- se ha cuidado esencialmente
car su nuevo «Baby» Morris en cuando se trata de empresas ex-
Italia para intentar eludir la portadoras de poca o mediana
«muralla arancelaria» del Mer- envergadura económica.
cado Común Europeo. Los «Ba-
by» serán montados en la fábri- TURISTAS DE INVIERNO
cs Innocenti, de Milán, centro
de producción de las motos aviación Dos compañías extranjeras de
«iLambretta». Con ello no ha- propósito han hecho público su
brá de pagar si no el arancel especiales dedurante establecer servicios
el próximo
arancel reducido del ámbito in-
terior del Mercado Común. invierno para trasladar a los
En Italia no se fabricarán turistas que acuden a las esta-
si no modelos para la Europa ciones invernales desde Inglate-
continental con características rra, América del Norte y países
especiales como el volante a la escandinavos a las islas Cana-
izquierda. Los modelos para el rias, Baleares y Costa del Sol.
mercado británico y el Coro
tnonwealth (seguirán ifabrHcánr SEMÁFOROS AUTOMÁTI-
dose en Inglaterra. COS
Los nuevos «Baby» serán el Ha producido una factoría
automóvil más barato de diez establecida en Getafe la prime-
países de la Europa continental: ra partida de semáforos auto-
Finlandia, Noruega, Dinamarca máticos, instalados ya en 9an
Holanda, Bélgica, Austria, Sui- Sebastián, fabricados con pa-
za, España, Portugal y el Euire. tente sueca.

escala gradual, parte de los

iNOiiUA Y OPINIÓN
EXHIBICIÓN DE FBODÜC-
TOS ESPAÑOLES ,
una empresa española,, Con
la, colaboración de otras extran-
jeras, va a montar unos servi-
cios que se dedicaran a presen-
tar exhibiciones de productos
españoles en los certámenes in-
ternacionales de carácter co-
mercial e industrial que se ce-
leoren en cualquier lugar del
mundo.
DISCRIMINACIONES
Hay que lamentar la produc-
tividad fructífera por todos ios-
medios. Entre ellos, uno de los
más eficaces es el de las medi-
das indirectas de la política de
créditos y de impuestos. Pero*
aplicándolas sin discriminación
se disminuye, por cierta, el nivel
general del consumo, pero tam-
bién la producción de bienes
exportables y creadores de ri-
queza, sumamente interesantes
para que se pueda llegar a la
estabilización.
La discriminación, hecha con
criterios rigurosamente econó-
gravámenes que pesan sobre 'los
importadores.
S.TO! COSME
micos, explicados en tenmiiuio- EL OLEODUCTO DEL SAHA-
gia compreiisiuití a. tunos ios RA FRANCÉS, TERMINA- Y DAMIÁN
.mortaies, y apucaaa por un pe- DO Y A PUNTO
riodo uuuiauo a 10 estrictamen- Ha quedado terminado y a
te necesario, seria uíia medida punto el oleoducto Hassi--M.es-
racional y eiicamsiiua, para lle-«aud-Mediterráneo, con terminal
var a caoo la estabilización sin en este puerto, listo para entrar
pérdidas ni perjuicios evitadles.en servicio a primeros de octu-
(Eduardo larragona «A.£.»> bre próximo, tras un mes de
pruebas de bombeo con agua a
HACIA LA (CONSTITUCIÓN presión. El primer año pasarán
JJW UJMA ¿ONA JDii ULttrtE por el oleoducto 10 millones de
COMEKLilO HlSl'ANO- toneladas de crudos.
AMEKiCANA
Representantes de la Argen- DÉFICIT DE LAS EMPRE-
tina, Brasil, Chile, caraguay,
tíoiivia, terú y Uruguay, están
SAS NACIONALIZADAS
BRITÁNICAS
DÍA DEL MEDICO
Los descubiertos de las Em-
estudiando juntos la posibilidad
de constituir una Zona de Libre presas nacionalizadas en Gran RINDA HOMENAJE
Comercio Hispanoamericana. Bretaña sumaban en total a quien vela por su salud
En este mes deberán reunirse 78.900.000 libras el 19 de agosto,
reunirse en Montevideo peritos según anuncia el Tesoro. y o f r é z c a l e , en su día, un
y diplomáticos de todos estos El 17 de junio último, el total
países a fin de redactar planes era de 73 millones, y en julio,
definitivos sobre la Zona. de 75.870.000 libras. REGALO PRÁCTICO
Se tratará de ir hacia la Zona
mediante una gradual liberaliza- EL DOLAR, MONEDA
ción de las importaciones entre DÉBIL
todos sus presuntos miembros, Parecen haber pasado defi-
suprimiendo cada país, según nitivamente los días en que el

REVISTA

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 5

 LA COSTA
DÉLA
MAS BRAVA
SUAVIDAD Por JOSÉ LUIS DE GERONA
E NNacionales
el edificio de las Escuelas
de Rosas con-
vertido en sala de exposición,
se exhibieron el pasado año
carteles presentados a un con-
curso convocado por la Diputa-
ción gerundense. Una tarde
agosteña, enfrascados en el aje-
treo obligado a pocas horas an-
tes de la inauguración del cer-
tamen —momento en que ha de
hacerse todo, porque todo se ha
dejado para entonces—, colgar
bamos las obras en las salas del
habilitado edificio. Entre la ti-
ramira de pinturas gruesos ven-
tanales nos dejaban ver el miar,
hacia occidente, eran huecos
abiertos a la realidad al mas
allá...
En el rosario de horas varia-
ron los matices a la vista. El
quicio de las aberturas formaba
marco de aquel cuadro natural,
de aquel cartel inmenso, subli-
me, inimitable. Fue primero la
luz cegadora del sol la que avi-
vó los colores y el mar, inten-
samente azul, maculado por al-
guna vela latina que balanceaba
arrítmicamente o el vuelo de
las gaviotas, contrastaba y ar-
monizaba por igual, y en para-
doja, con los bloques pétreos
del malecón, con las cotas 'le-
janas —-verdes y blancas— del
opuesto diametral de la cerra-
da bahía y las estribaciones
bravas del cabo Mongó.
Después, mas suavidad, menos
color y los rizos mediterráneos
arrancando reflejos argentinos;
los bous, listos para surcar el li-
quido hacia los bancos de pes-
ca; los primeros cortinajes del
atardecer dibujando con sepia
y las nubes, escasas, finas y
desmadejadas nubes, frivolas
por su vestida de sol, a lo lejos,
en corona sobre los riscos mito-
En Tossa de Mar, la escena es frecuente (Foto E. Tormo)
0 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 6
lógicos del invisible Norfeu ilu-
minando de manera tenue la
linea arrebolada del horizonte.
¡Aquel cuadro absorbía! Col-
gábamos carteles sin apartar la
vista del mar. Lo vemos a me-
nudo, somos casi de la familia,
pero siempre entusiasma. Den-
tro del acervo de tan meritorias
obras de arte, preferíamos la
del ventanal; cuantos prepará-
bamos la exposición coincidía-
mos en esta sublime expansión
de contemplar la obra del Crea-
dor, cara a cara, tocando casi
el mar y el cielo y la arena y
tos acantilados enverdecidos.
Y es que no hay posibilidad
material de reproducir ningún
rincón, por elemental que pa-
rezca, de nuestra Costa Brava.
Los carteles son magníficos,
decíamos... ¡pero aquéllo 1 ¡Oh
aquéllo I
CONgaño,
la riada turística de ho-
que ha superado en
número las visitas de anteriores
épocas al Mediterráneo gerun-
dense, llegaron a la inmortal
ciudad, para distribuirse des-
pués por las calas Tientes de la
costa, jóvenes de Hannover, Hil-
desheimí y Berlín, afiliados a la
llamada sociedad «Alemano-
Española» fundada y presidida
en la capital del país de la Baja
Sajonia por el gerundense Jai-
me Ramón Soler.
La embajada azul trajo rega-
los de las autoridades germanas
para las de aquí y sobre todo
el deseo de buena amistad entre
ambos países. Llegaron conten-
tos, animados por lo que les ha-
bían explicado de nuestro sol
y de nuestro mar; y regresaron
repletos de entusiasmo na des-
cribible. Se lamentaban a la
Una típica imagen de la costa, captada magistralmente por la cámara de Cátala Roca
hora de la vuelta y dudaban en de espuma que siluetea la más
dejar la costa, como quien in- brava suavidad».
movilizaría las agujas del tiem- Conservan, sin paliar el in-
po para que se eternizara el igualable espectáculo, el recuer-
platiqueo candoroso del primer do del «in einem íaszinierenden
amor. frauden Land». Es una mara-
villa — escribía un diario de
Vieron y tocaron el mar en
tolanes, vanguardia de la Costa Hannover al dar la informia-
cién — que los noventa y cin-
Brava, pulida, cuidada, «novia»
del maestro Ruyra; en Tossa, co visitantes, todavía estén hoy
subyugados por lo que allí han
cosmopolita, festoneada por in-
númeras calas que forman los vivido.»
JMo es, la anterior, impresión
recovecos de su culebreante con-
figuración; en San Feliu de acotada ni referida a un gruí-
p; es elogio centuplicado que
Guixols, urbanizada, señora y
con arrestos de capitalidad; en oímos de los visitantes todos
convertidos, por el milagro del
Palamós, importante estación en
la red de singladuras atlánticas; contacto, en enamorados de
nuestra costa, pero que en esta
en S'Agaró, maravilla artificial
en la virginidad de la agreste ocasión escuchamos en el mi-
crosurco de los simpáticos ale-
natura; en San Sebastián, avi-
zor audaz de la inmensidad; en manes, cual botón de muestra.
Es el influjo de la Costa Brava.
Estartit, hermano de las islas
Medas; en Ciadaqués, l¡a solita- * **
ria, amenizada por habaneras y tsry Ipvely!», «Veuy nice!»
sumida en nostalgias de remotas V «A wonderful!» lo oímos
aventuras marineras... y se so- espontáneo al aparecer a la vis-
lazaron en esta sublime línea ta un paisaje mamm*,. .... • •«•
ma de los hijos de la Kiu,^
Albión se trocó en admiración
celtibérica, f erte, sonora,, entu-
siasmada y sincera, al anona-
darlos la estampa natural de
jjlaíranch.
Hubimos de acompañar a una
expedición de ingleses y la pri-
mera puerta al Mediterráneo se
abrió ante los turistas en aque-
lla playa de privilegio, jjc Ge-
rona, por carretera, seguimos
hasta Palafrugell y una vez sal-
vada la bifurcación para Cale-
lla, nos posamos ante el propio
Llafranch. Sumidos estábamos
en otras cavilaciones y no dá-
bamos importancia al paisaje;
nos es familiar, mas las excla-
maciones de los acompañantes
nos acabaron el letargo, y mi-
ramos a lo lejos. Es profanación
la indiferencia ante tan gene-
roso regalo de la madre natu-
raleza. Volvimos a contemplar
el cuadre», en lienzo de aire y
en colores de mar, de cielo y
de árboles; obra maestra del
Maestro, sin posible reproduc-
ción de maravilla. Visión del
mar inmenso, inconmensurable,
acariciado por dos brazos de
tierra; brazos alargados, en es-
piral, que permiten vislumbrar
la conjunción de los dos azules
por el angosto surco en el que
se pierden las motoras que tiz-
nan de clarión la superficie lí-
quida. Orillas que se elevan con
pinares, vericuetos de ocre y
rocas de caprichosa geometría
hasta la aguja más encopetada
del abeto y descienden para lle-
gar a la palestra desvaída, ma-
cilenta, embelesada por el be-
so perenne de los olas. En la
vegetación, que silba cuando la
atraviesa el «Garbí», a guisa de
motas impresionistas por la
fractura del ensamble armóni-
co, surgen aisladas edificaciones
y torreones almenados en rui-
nas que sirvieron para adver-
tir la presencia del turco o de
naves corsarias.
Y todo, barnizado por el sol
del sur — como así le llaman
los europeos de arriba — que
saca brillo al ambiente y eleva
a la enésima potencia la subli-
midad del paisaje.
Nos extasiamos en la contem-
plación, a pesar de la indife-
rencia inicial. Desde entonces
no estamos en aquella playa ni
en las demás de la Costa Bra-
va sin entregarnos sin reservas
al placer de la admiración de
lo bello. Las exclamaciones de
los de fuera nos volvieron a la
realidad y repetimos, ahora, sus
interjecciones, pero más rotun-
das, como corresponde a los au-
ténticos mediterráneos.
* »#
C imilares son las reacciones
J
de los demás visitante»; ya
sear df aauí o de allá; excla-
macionftt, le eloeio que varias
en la ierran coinciden en el
fondo.
Los miembros de un reciente
Congreso Médico de nuestra ve-
cina nación que se celebró en
Perpiñán y culminó en un ága-
pe de hermandad en Santa
Cristina (Lloret de Mar) — con
visitas a Santa Clotilde, Boa-
della, Fanals, Cañellas y otras
 calas de la ondeada ribera —
se excedían en piropear cuanto
contemplaban. Personalidades
en su mayoría de La Sorbonne,
de mundial prestigio científico y
La "Costa Mansa" fH
y la "Costa del Clavel"
avezados a las vistas, paisajes
de mar o montaña; asiduos vi-
sitantes de la Costa Azul y de
la Riviere, dejaron constancia
del agrado con que se les apa- Por RAFAEL MANZANO
reció nuestra costa y da los raun
dales de belleza que percibie-
ron, en manifestaciones de exal- No cabe duda que al descu- en un ser un estado de gra- su seno! Arranca en Malgrat, procesión de una serie de
tada convicción que tuvimos brimiento y a la valoración cia, hay que bautizarlo: derra- tan limpio, tan soleado, que playas suaves, que constituye
buena maña, los que asistimos de la «costa brava» gerunden- mar sobre su cabeza las aguas han «descubierto» los alema- hasta el Llobregat «El Mares-
a la excursión de los congre- se han contribuido, en enor- generadoras de la pila bau- nes, ya que nosotros loi tenía- tne» y que terminan debajo
sistas por tierras gerundenses, me medida, los barceloneses tismal. Si se acierta en el mos abandonado. Viene des- de la mole del Montjuich bar-
en captar y reproducir oportu- De tal manera, que el paisaje nombre, la nueva criatura pués ese bello rincón de Pi- celonés, atalaya de nuestro
1
namente, en las reseñas infor- se ha hecho tan familiar pa- eliminará con paso firme. No neda, con sus calas de agua puerto industrial, pero que
mativas. ra nuestros ojos, que, peligro- cabe duda que la «Costa Bra- limpia y arena de oro; por con el «Paseo Marítimo» pue-
Esta costa, desde Port-Bou a samente, lo consideramos co- va» era bella desde el primer cierto, que en aquellos para- de alinearse entre los secto-
Blanes, con abrupta configura- mo «algo nuestro». Por un respiro de s-u estructura geo- jes se encuentran unos edifi- res balnearios de nuestro li-
ción como en el tremendo Cabo lado los intereses y por otro lógica; sin embargo, toma cios, que constituyeron un an- toral. _
de Creus, o dulzura como en el amor, originaron un vuel- consistencia cuando un perio- tiguo astillero: se derrumban
las playas de Aro, es un autén- co de nuestras energías sobre dista, mirando los cantiles al peso de su soledad: allí, Nos gustaría que el lector
tico privilegio. la cinta atormentada de las que penetran en las aguas en- podría instalarse un magní- viniera con nosotros a ese
Es la costa mimada por el costas de Gerona, con sus pi- cantadas, la cristianó con un fico hotel, con escaso desem- mundo encantado de la Cos-
mundo entero. Precisamente es- ta del Clavel: podríamos
ta atracción ha hecho surgir • arrancar del altozano que co-
sus problemas. Si a todos pu- rona el cenobio de Sant Je-
diera darse solución como al romi de la Murtra, a nues-
del alojamiento, la felicidad tros pies veremos Badalona,
sería casi extraterrena en esta laboriosa colmena; viene des-
franja del Paraíso. Merced al pués Tiana, alegre con la
esfuerzo de la iniciativa parti- sangre de sus claveles; Ale-
cular hay cabida, ahora, para lla, donde florecen las uvas
los visitantes; nuevos y hasta vinateras entre rosas exquisi-
suntuosos hoteles existen por tas1; Teyá, marinera,, con sus
doquier ... cerca el semáforo de claveles rectos como disparos,
Bagur, señor de acantiladas, se que llegan ai Bélgica, a Ingla-
construye una (Babel que llega terra ; Masnou, que sigue, pe-
a abarcar y unir por las mía- se a los años, oliendo a la brea
nos, a las gráciles playas de Sa de sus barcos de vela, soñan-
Riera. Algua Preda, (Sia Tuna; do en el rumor1 de los marti-
Sa Platja Ponda, Pornells, Port- llost de los calafates y carpin-
d'Esclanyá, Aigua Blava... cu- teros de ribera; Premia de
ya inauguración se anuncia pa- Mar, blanco, encalado, nos-
ra la oróxima temporada — tálgico también de los patillu-
residencias, establecimientos de dos marineros del ochocien-
comida, habitaciones y zonas tos, que pintara Martí Alsina:
reglamentarias de acampada no llegav en una eminencia, el
faltan y, periódicamente, au- santuario de Nuestra Señora
mentan, en calidad y comodi- de la risa: desde su altozano
dad. «« divisa todo el mundo llano,
Pero quedan otros problemas, cambiante, multicolor, d e l
los que esneran viabilidad. En- naisaie de la Maresma, a los
tre ellos el normal abasteci- pies de la Virgen ya no des-
miento de aorna potable; mas y cansan ex-votos marinos, sino
mejores accesos v por encima claveles cortados en Premia
de todos la pronta constitución de. Dalt o Vilasar de Dalt.
jurídica del Patronato Ordena- Huele a tierra, lo que ayer
dor de la Costa Brava, que, pe- olió a sales marineras y de-
se a las críticas que ha recibi- votas.
do en su nonatismo. será ele- Cabrils, que asoma al mar
mento aglutinante y de defensa sii univoco de rosas: Cabre-
en manos de los dirigentes de ra, atte lleva sus campos, co-
las localidades marítimas para mo una plfombrq hasta la
velar, sobre la base legal, por orilla marítima; Mataró, ca-
la integridad moral y física de "ital de la Maresma. colmena
estas tierras y de este mar; y industriosa: Vilasar de Mar.
no pueda convertirse en lo que como una novia de* los peces,
nn es ni quiere ser. un clavel en la órela, como
* *» «Marina» de Vilanova, obra de A. Cabanyes toda esta zona de milagro.
A pesar de los reiterados pro- Nrv termina, en Barcelona la
blemas —insignificantes ante snreKión flf¡ las rtlavas. one es.
tanta belleza— y en contra- nos de esmeralda reflejándo- nombre que hoy repiten miles bolso. A continuación viene neran al visitante enamora-
"artida. sería inacabable la re- se en el azul de las calas. de visitantes. Calella, asomada a un mar ^rt ríe lo nronio- al snr de la
lación de testimonios eloeriosos Este vuelco, si ha vitaliza- Empecemos, también, s i cristalino, con muchas playi- ciudad se extiende el delta"
<We podríamos anortar, vistos y do el litoral ajeno, ha perju- queremos valorizar el litoral tas de rítmico contorno; el del Llobretrat. con sus ricos
oídas directamente, sin media- dicado en cambio, la línea barcelonés, derramando so- amante del marisco puede paninos de cultivo, llefra esa
tizaciones de tercero, extraídos costera propia: el mundo, be^ bre la fina delicia de sus pla- ¡rustar las gambas más sucu- sinfonía infinita y de oro de
de la propia actividad profe- lio también, que se extiende, yas un agua nueva y lustral. lentas de toda nuestra costa. lac nlava.s de Cast^lldefpl*! V
sional. como una cinta plateada, Si examinamos algunos tex- San Pol, casi oriental, con sus salvados los macizos de Ga-
Hemos escoeido unas ¡mues- desde Malgrat hasta Cube^ tos literarios veremos, que el casitas blancas y amarillas, rraf. nue accidentan la costa
tras. En verdad entre los de lies, lo hemos ido abandonan- nombre ya está inventado. Y a la sombra de sus palmeras, r>np pncont'ramnc nonr"» nr».
aquí no son necesarios elogios do al esfuerzo limitado de sus su padrino de bautizo fue zona balnearia de moda a fi- mió. ese sueño bonito de Sit-
a lo que vemos, a lo que r>o- poblaciones diminutas. Así, qué personalidad de rumbo, va- nes de siglo. Canet, como una fres. emblanquinado. nulcro.
seemos. aunque es saludable zonas balnearias tan impor- rón de palabra egregia: don onda de milagro: Arenys de mmo cuando enamorara a los
siempre poner el desnertador a tantes como fueron, en su Euprenio D'Ors, asomándose Mar, también zona de vera- oíos de los «Modernistas» aue
la hora. No siempre lo de más tiempo, Caldetas y San Pol
allá de los límites del lar es apenas recuerdan su fisono- ya al dorado dominio de la pla- neo a principios de siglo, que la hicieron su capital artísti-
meior. mía, si se las compara con villanovense, pronunció el encuentra ahora su máximo ro literaria: si dejamos atrás
Aniintamos una frase fe'iz de el auge de un S"Agaró o de nombre mágico. D. Eugenio, auge con la construcción de "1 onefio lindo sitsretano. rede-
un Rosas. veraneante de C a d a q u é s , su puerto, ideal para compe- mos detenernos a comer un
distinguida personalidad, que (donde conoció el mundo an- ticiones deportivas. Caldetas, nuen plato marinero en casa.
fue contestación a la pregunta gustioso de Lidia) compulsa- donde pasara sus estíos don «Peixerot». de Villanueva y
que se le formuló acerca su dor del Cabo de Creus y sus Juan Maragall. Mataró, posee- Geltrú, v después, para hacer
nreferencia entre una mundial- demonios, sintió en su espíri- dor también de un amplio li- la digestión, recorrer esta be-
mente acreditada zona del mis- tu una honda serenidad al toral, olvidado por las necesi-
mo litoral mediterráneo, fuera lla ciudad, que cuando termi-
de España, y nuestra Costa
observar la arena limpia y el dades industriales de la villa ne su Paseo Marítimo, esta-
Brava. recto trazado deslizándose i aboriosa rá llarnada a, centralizar la
«Aquella zona —dijo— es
hacia Sitges. Y al advertir el Pero, en realidad, a partir atención de nuestro turismo.
magnífica por el cuidado y el
contraste entre el litoral ge- de Celallas hemos entrado en F!h Villanueva. nrócer. duer-
gusto con que ha sido mimada
rundense y el admirado des- una zona de un aspecto ca- me la sombra de los perso-
Y ese desnlazamiento in- de su ermita de San Cristó- racterístico y que bien mere- nales tutelares del siglo XIX.
por el hombre; es elogiable obra dígena de la atormentnda bal, lanzó el «slogan» pleno ce otro nombre poético, utili-
de los humanos: pero la Costa nud le entregan al contorno v
geografía geruntíense h a c •- de sentido: «La costa mansa». zado, también, pero no pro- a su aire una nota caracterís-
Brava es obra directa de Dios v poblar y embellecer nuestros ; Qué bello es ese universo nagado como merece: «La
entre el Creador y las criaturas, sectores playeros. tica: sobre todo el recuerdo
inedia un abismo...»
de la «costa mansa» y cuan- Costa del Clavel». Nuestros del elocuente D. Víctor Bala-
Cuando se quiere infundir tas posibilidades encierra en ojos, enamorados, asisten a la CFasa a la página 23)
"M
REVISTA — T
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 7
 Qnte e
ROPA Los ' Mercado Común
Por /OS/? LUIS DE URRUELA

EXTRAÑEZA EUROPEA
POR EL APOYO AMERI-
CANO
La gran mayoría de los euro-
peos se suele sorprender cuando
se entera de que los Estados
Unidos favorecen la integración
económica de Europa. Esta ex-
trañeza del europeo obedece, en
gran parte, a un lamentable cri-
terio de estreches y de egoísmo.
En efecto acostumbrados, por
ejemplo, a una política inglesa
según la cual no debía tolerarse
que una nación se hiciera de-
masiado fuerte o demasiado ri-
ca de manera que viniese a po-
ner en peligro el predominio bri-
tánico, el europeo se sorprende
hoy ante el apoyo americano
en pro de la formación de un
gran bloque que en su día pue-
de muy bien convertirse en un
coloso «rival».
No dejar que los otros tengan
más que nosotros. Querer man-
dar. Envidia y critica despiada-
da hacia el que está por enci-
ma. He aquí algunos aspectos de
las numerosas mentes europeas
que se hallan egjuejadas por el
mal de «estreches de mirasiíj
«Si los americanos nos ayu-
dan —se piensan—i es. al fin y
al cabo, porque a ellos les inte-
resa. Hay que levantar barreras
contra Rusia. Una Europa divi-
dida y debilitada sería pan co-
mido para los Soviets. Por eso
quieren a toda costa que nos for-
talezcamos. »
Por su parte, Moscú ha di-
cho que si los americanos favo-
recen el Mercado Común es por-
que existe <un secreto acuerdo
entre los grandes «trusts» ame-
ricanos y europeos merced al
cual, el Mercado Común servirá
de campo propicio a la expan-
sión del «capitalismo».
ffo obstante, sin que rechace-
mos la parte considerable de
peso que pueden tener estos ar-
gumentos, es preciso reconocer
que existen otro tipo de razones
mas profundas. Los americanos
son unos acérrimos partidarios
de la filosofía económica de li-
bre empresa y mercado libre
(free enterprise, free market)
no sólo para ellos mismos, sino
a escala mundial. Prescindiendo
de que dicha filosofía sea o no
la mejor, tiene una particulari-
dad digna de loa: la de conce-
der iguales oportunidades para
todos. Ahora bien —y los mis-
mos americanos son los prime-
ros en reconocerlo— a partir de
la primera guerra mundial loa
Estados Unidos han ido tejien-
do poco a poco una red de ba-
rreras aduaneras y de trabas a
la importación que, desde 9l
•punto de vista del comercio in-
ternacional desdice de los prin-
cipio.'! por ellos predicados.
EL MERCADO COMÚN HA
REAVIVADO ESTOS
IDEALES
Lo que a primera vista sor-
prende al leer los comentarios
americanos sobre el Mercado
Comúr^, es que éste ¡ha pro*
vacado un examen de concien-
cia sobre su propia situación
económica. Los economistas
americanos han leído el tratado
del Mercado Común y les ha
gustado. De ahí que, casi de
modo fulminante, dicha institu-
ción económica ha pasado a go-
zar de la simpatía americana.
Sólo en un segundo término el
economista americano se ha
puesto a analizar las repercusio-
nes favorables o adversas, que
puedan producirse sobre la eco-
nomía de su país.
Las publicaciones americanas
se preguntan por qué su país
no permaneció fiel a esos idea-
les económicos. La excusa prin-
cipal que dan es que ante un
mundo que no practica dichos
vrincipios de economía libre no
se puede vivir en un régimen to-
talmente abierto. Es preciso que
haya un minimum de países dis-
puestos a cumplir con tales nor-
mas para que pueda funcionar
internacionalmente. Sin embar-
go algún país debe dar el ejem-
plo y comenzar por reducir las
trabas que se oponen a un libre
comercio mundial. Y este país
debe ser tos Estados Unidos, cu-
yo mercado equivale a la mitad
iel llamado mundo libre.
DFL
FLAMEN DE CONCIEN-
CIA
Kl «Committee for Econom^c
Development» ha hecho recien-
temente una declaración, en la
que criticaba realísticamente es-
>a infidelidad americana respec-
to a sus ideales económicos.
Leamos alalinos extractos:
«Concedemos donativos u prés-
tamos para ayudar a w'.ses sub-
desarrolladas a importar bienes-
capital pero nuestras tarifas y
contingenten impiden que pros-
peren SMS esfuerzos en ganar
dólares 11 enmurar tales bienes
por sí mismos.»
«Hablamos de promover en el
extranjero la inversión privada,
ñero impedímos g'ie la aanancia
•le dólares míe nueda reportar
'Ip.aue a su destinn.il
«Nos desesperamos con los
problemas de países con merca-
dos inestables, dependiendo únl-
famentp rl.f alguna materia nri-
ma como el café o el estaño,
pero nuestras restricciones a la
i-mrtnrt.ariá-n son un obstáculo
para (tve se desarrollen en esos
países unas industrias más es-
tables para la exhortación.»
«Nos preocupamos del «dum-
ping» soviético en los mercados
mundiales, que puede -perjudi-
car a los productores de mate-
rias primas en el mundo libre.
pero nuestros contingentes v
tarifas aduaneras perjudican
tanto o más a estos países pro-
ductores, al mantener sus mer-
cancías fuera de nuestro mer-
cado.»
Concluye la declaración indi-
cando la necesidad de que los
Estados Unidos comiencen a re-
ducir sus barreras aduaneras
como primera medida para ha-
cer imperar un sistema mundial
de comercio libre.
EL TEMOR AMERICANO
AL MERCADO COMÚN
No consiste como los europeos
creen en que se forme un blo-
que fuerte, rival y competitivo
(para el americano nada mejor
que la rivalidad y la competen-
cia para que reine la prosperi-
dad), sino en que se produzcan
efectos discriminatorios en la
economía mundial.
Todos saben que el Mercado
Común no intenta elevar una
alta barrera aduanera en torno
suyo para proteger dentro de si
un «gran espadón económico
con régimen de libre competen-
cia. Antes al contrario, no pre-
tende elevar las tarifas aduane-
ras exteriores. Pero si bien és-
tas no las eleva, como reduce
a cero las existentes entre los
Seis países miembros necesa-
riamente se producirá un tras-
torno en el comercio mundial
pues por ejemplo un país como
Francia que compraba deter-
minada mercancía en los Esta-
dos Unidos, dejará ahora de
Jracerlo allí para adquirirla en
Alem,ania en donde la encuentra
más barata por no existir tari-
fas aduaneras. Es decir, que las
corrientes normales de comercio
sufrirán alteraciones que. en
ciertos casos pueden ocasionar
trastornos para, la economía de
alnún vais c-uva balanza de rja-
fins e.stfi fn íntima relajón con
^1 rnrrípvrin míe mn-nfipnp rn-»
los seis pa^sp.s del Merman (7o-
•nún.
.,,.... .
Carta - Prólogo
DEL P. ABAD DE M O N T S E R R A T
Fditorinl
cuiiuiiui Bnrnn A Vía
Duina, Sj. M.
La etana 158
y <
BARCELONA
UN NUEVO AISLACIONIS-
MO ' \
Apurando las criticas a un
extremo, algún economista
americano apunta la posibilidad
de que se forme una economía
regional aislada de la del resto
del mundo que estaría com-
puesta por los Seis países euro-
peos y sus Territorios de Ul-
tramar. Sin embargo, este temor
tiene muy poco fundamento.
Como muy bien observa el Co-
mité Europeo para el Progreso
Económico v Social fCftPES).
!a. Comunidad Económica Euro-
pea no se constituirá iamás en
un bloque autárauico:
En primer lugar, pnrcfue los
Seis carecen de ,'a cateaoría de
ricos autosuficientes, tanto en
agricultura como en materias
primas etc.
En segundo lugar, porque el
comercio es la vocación de los
Seisj «Es una vocación de la
gue no pueden escavar si quie-
ren vivir, v que deben ejercitar
con el máximo grado de expan-
sión y de libertad»— según una,
declaración de CEPES.
Por último si examinamos las
(ñfras de las importaciones de
los Seis en 1957. observamos que
de un total valorado en 14'5
billones de dólares 70'.? billo-
nes correspondían a productos
no-manufacturarf.ns como mate-
rias primas, tabaco, productos
Alimenticios, combustibles, fuel,
etc.. y sólo 4'Z billones a pro-
ductos manufacturados. Es de-
cir, que la Comunidad difícil-
mente podría pasarse de un 70
por ciento de su comercio exte-
rior constituido por -productos
de los míe rnrp.cc. totalmente ;/
necesita casi imprescindible-
mente.
CONCLUSIÓN DE LAS RE-
FLEXIONES AMERICA-
NAS
Decíamos al comienzo que los
americanos se sentían favora-
blemente inclinados al Mercado
Común, porque éste se ajusta
a su concepción económica de
la vida. Y hemos tenido espe-
cial cuidado en poner de mani-
fiesto esta cualidad porque de-
masiado a menudo pasa inad-
Un libro que es una
auténtica obra de
arte
ONTSERRAT
100 Fotos de J. LEONARD
vertida a nuestras mentes. Pero
tampoco debemos olvidar el de-
seo que tienen los americanos
de que se vayan constituyendo
zonas independientes estables
política y económicamente. Los
americanos se están cansando
de enjugar los déficits de la
mayoría de los países. Se can-
san porque constatan los efec-
tos contraproducentes. Casi
ningún país de los que han re-
cibido su ayuda se muestra des-
pués agradecido, sino al contra-
rio... Por eso se muestran aho-
ra tan partidarios de que se va-
yan formando estas unidades
económicas mayores.
Por otro lado, el Mercado
Común ha abierto las concien
das americanas y les ha hecho
ver que si quieren dirigir criti-
cas a la nueva entidad econó-
mica europea, primero deben
ellos corregirse y ajustar sus
ideales teóricos a la práctica.
La lección principal que nos
enseña el Mercado Común —ha
declarado el «Committee for
Economic Development»— es
que nuestra responsabiHidad y
nuestra política deberían diri-
girse a incrementar las oportu-
nidades para que otras naciones
puedan desarrollarse económi-
camente dentro del marco de un
sistema mundial de libre co-
mercio. Hasta el punto en que
seamos capaces de hacer esto,
aumentamos la posibilidad de
que otras naciones elijan el
camino del comercio multilate-
ral, en lugar del camino del
proteccionismo.. El acceso sin
restricciones al mercado de los
Estados Unidos puede ser el
primer eslabón de la cadena
que mantenga unida la econo-
mía del mundo libre.

8 — REVISTA

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 8

 FANTASÍA
Y OPINIÓN
(^ ASUALMENTE han llegado a mis
^ manos lun par de números de una
revista del F.L.N., editada m Túntz.
Se llama «El Moudjahid» y es el órga-
no central del movimieuto de resisten-
cia argelino. Impresiona, ver que en un
mundo en paz —más o menos teórica
— hay millones de hombres que viven
en guerra. Claro que ya lo sabíamos
perfectamente, pero darse cuenta de
que hay unos seres que viven sumer-
gidos en todas las tragedias y horro-
res bélicos, con la claridad que estas
páginas lo muestran, no puede menos
que impresionar. Porque cada línea de
«El Moudjahid» está teñida en san-
gn --apenas unas fotos del equipo tit
fútbol .argelino que por ahí va, en ilu-
sión de propaganda, nos recuerdan la
paz—. Un inundo de pesadilla, donde
se dan cita la muerte y la tortura, el
odio y la esperanza, la injusticia y el
horror, la razón y la sinrazón, la ab-
negación y el partidismo, el terrorismo
y la represión: mezclas casi Inextrica-
bles que llenan las ciudades, las llanu-
ras y los montes argelinos. Mientras
en el mundo la gente trabaja, toma
café, enciende un pitillo, ama, traza
proyectos, construye, viaja, un grupo
del «maquis» argelino se enfrenta con
el corazón en un puño con las alham-
bradas y las minas de la «Línea Mori-
ce», o un grupo de soldados franceses
se interna, con el corazón en un puño
también, por las' breñas misteriosas de
una vaguada. Y las bombas estallan,
y los cuerpos caen, y los, atentados, las
violaciones y los interrogatorios mag-
neto en mano se suceden, díai tras día,
mes tras mes, año tras año... Muy
pronto se va a cumplir el quinto ani-
versario de la insurrección argelina,
y lo peor es que al contemplar ese di-
latado panorama de inevitable; injusti-
cia y horror inevitable uno se pregun-
ta: y a fin de cuentas, ¿por qué? ¿Era
realmente preciso esto? Si hay una
cosa cierta en el complejo problema
argelino es qiue un día se reunirán re-
presentantes de uno y otro lado y lle-
garán a un acuerdo pacífico. ¡Qué
cruel y repetido sarcasmo! Para llegar
a ese .acuerdo se habrá caminado años
y años por el callejón sin 'salida de la
violencia: miles de hombres y muje-
res habrán muerto, otros miles habrán
quedado inutilizados física y moral-
mente: un día se reunirán represen-
tantes de uno y otro bando> y llegarán
a una solución pacífica más o menos
justa y satisfactoria. ¿No podía haber-
se empezado por dónde 's'e terminará?
í se pueden salv.ar en todo lo posible las
EL MÉTODO MEJOR
No hay que poner ni a unos ni a
otros alas angélicas o cuernos diabó-
licos, aunque sin duda las responsabi-
lidades están desigualmente reparti-
das entre esos grupos cuyos represen-
tantes llegarán un día a un acuerdo.
Y lo curioso del caso es que los dere-
chos de los colonos franceses hubie-
ran quedado mejor salvaguardados
—y Cwíi mcjur voluntad—-- -í¿^ «nos
que cuando el acuerdo llegue, pues la
•violencia engendra violencia, el odio
engendra odio y el rencor, rencor.
Cuando en 1946 el actual jefe del go-
bierno argelino en el exilio, Ferhat
A liba-.-,, pedía con sus compañeros unas
elecciones en colegio único y con un
escrutinio de listas mixtas obligatorio,
Francia no se las concedió a aquellos
hombres que entonces estaban dis-
puestos a colaborar con ella. En 1958,
se celebraron en Argelia las eleccio-
nes en colegio único y con un escruti-
nio de lisia;-, mixtas, pero naturalmen-
te los antiguos colaboracionistas de
ayer no se conformaron ya con lo que
llegaba con doce años de retraso: los
puentes se habían roto y lo que pedían
era ya mucho más. Fr.ancia, por diver-
sas causas, no había sabido o podido
seguir el mejor método en los difíciles
problemas de las aspiraciones nacio-
nalistas que hierven en nuestro siglo
en los antiguos países coloniales, aquel
método que Bev.an recordaba no hace
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 9
C A S O ARGELINO
Por JUAN
mucho y que Gran Bretaña ha utiliza-
do en algunas ocasiones: el de fijar
plazos concretos y respaldados por la
ley: «en tal año, la antigua colonia .al-
canzará tales derechos, en tal otro lle-
gará a gozar de otros más, y en tal
otro por fin gozará de la autodetermi-
nación libre».
El método es sin duda .alguna el me-
jor: los plazos calman las aspiraciones
nacionalistas prestas a todo si se las
defrauda, hay tiempo para que las' mi-
nori.í>.s autóctonas —siempre reducidas
y necesitadas de ampliación, cultura y
«rodaje»— crezcan y se preparen para
el día en que se enfrentarán con los
espinosos problemas de gobernar una
nación nueva y en muchos aspectos
atrasada; y por fin, la nación coloniza-
Todavía tiene posibilidades la «experiencia De Gaulle...ti
dora tiene muchas mayores posibilida-
des de no salir con las manos en la ca-
beza., sino en amistad y colaboración
con la nación nueva. Con ese método
caídas en la intranquilidad, la injus-
ticia y la violencia, y son a fin de cuen-
tas beneficiosas para todos'. ¿Quién du-
da que los nacionalistas .argelinos ha-
brán ganado en esos años una serie
de guerrilleros endurecidos y audaces,
pero quién duda también que no era
precisamente ésto lo que necesitaban
y van a necesitar un día, sino políticos,
ingenieros, médicos, intelectuales, edu-
cadores preparados? ¿Y las enormes
«urnas que iia gastado y gasta Fran-
cia para la guerra argelina, no hubie-
ran sido muchísimo más rentables pa-
ra ella —y para Europa— pudiéndo-
las destinar a obras de todo tipo en
Argelia, a preparación de cuadros, a
desarrollo industrial y agrícola, quién
duda que con todo ello se hubiera
granjeado más simpatías entre la po-
'IHasía
ARQUITECTURA » HISTORIA
Per J O A Q U I W DE (,AMPS ] ARBOIX
EDITORIAL AEDOS
G OM I S
blación argelina que dedicándolas a fi-
nes bélicos?
A veces los hombres parecen arras-
trados por el torbellino de la locura
suicida, y cuando al fin la razón triun-
fa —porque todas las demás armas se
han demostrado inútiles— queda co-
n-io (Mlance una teoría de catástrofes
y obstáculos que sólo males han traí-
cío. Ahora, el general De Gaulle ha
pronunciado la palabra «autodetermi-
nación» refiriéndose a Argelina. Ah, si
hubiera habido en el poder, hace diez
años, hace cinco, alguien que la hubie-
ra pronunciado...
NO HAY SOLUCIÓN MILITAR,
PERO...
Lns jefes militares de ambos bandos
han llegado a una conclusión, no me-
nos cierta por menos inconfesada pú-
blicamente por ambos. Unos y otros
saben que no pueden triunfar defini-
tivamente por la fuerza de las armas.
El ejército francés, con todo su mate-
rial y poder, no puede acabar con un
ejército de guerrilleros que de día se
visten de campesinos y que por la no-
che atacan, siempre viviendo sobre el
terreno y siempre con ayudas exterio-
res. La actual operación «Jumelles»,
que pretendía rastrillar una zona de
montañas de casi 100 kilómetros cua-
dr.ados, ha obtenido éxitos muy limita-
dos pese a las fuerzas empleadas. Y el
«Ejército Nacional de Liberación» no
puede acabar con el francés, muy nu-
meroso y bien equipado. Podrán alcan-
zar unos y otros triunfos alternos y
limitados, pero borrar del mapa al
contrario es aspiración que no corres-
ponde a la realidad. Y unos y otros lo
saben aunque no lo confiesen. Pero
mientras, esa guerra que no puede acá-
Catalana
. SOCIOLOGÍA
Distribución: CASA DEL LIBRO
bar con el éxito militar, sigue. Es decir,
sigue la hecatombe inútil: ¿habrá al-
go más trágico e irrazonable?
Mientras, el argelino sigue embarca-
do en el terror y el odio, viviendo en-
tre matas, perseguido y perseguidor,
sufriendo y causando sufrimientos:
¿Hay alguien que diga que ese hom-
bre ha nacido para esto, que par.a esto
se le han concedido un apretado pu-
ñado de años? Mientras, el soldado
francés sigue metido en el odio y el
terror, matando o muriendo, endure-
ciéndose en una atmósfera de desen-
frenada violencia: ¿Hay alguien que
ose afirmar que ese hombre nació pa-
ra esto, que para esto lo pusieron sus
padres en la tierra? No vale pintar a
unos y otros sólo con colores claros o
con tintas fúnebres: son hombres, pe-
ro metidos en qué ambiente... Recuer-
do ahora un viaje por tierras france-
sas en que compartí el departamento
con unos «paracaidistas». Algunos ha-
bían combatido en Argelia. Eran, ¿có-
mo queréis que fueran?... iComo todos
los soldados del mundo: unos jóvenes
prestos a la chanza y al ensueño, con
sus menudas críticas cuarteleras y con
su ansia de llegar a la meta del permi-
so : la comida casera, la familia, la di-
versión, la tertulia, aquella chica... Y
sin embargo posiblemente eran los
mismos que habían descargado su
ametralladora, en un momento de te-
rror y de ira, contra campesinos sos-
pechosos o simplemente asustados,
eran acaso los' mismos que violaron u
obedecieron crueles órdenes en un in-
terrogatorio —la guerra no es un jue-
go de niños, y menos una guerra co-
mo la de Argenia—. Allí convivían el
mal y el bien, la eterna alegría de la
úuventud y la sombra pavorosa de un
mal que deja huellas en ánimos mol-
deables. Y salvando lo que sea necesa-
rio salvar —porque las invocaciones
'.le ser una civilización más avanzada
no nos van a servir sólo a la hora de
presumir, sino también a la de la im-
putabilidad—, parecidas cosas se po-
drían decir de jóvenes guerrilleros ar-
gelinos. ¡Trágico holocausto de una
juventud! No puede haber un éxito mi-
litar completo, y sin embargo...
LA POSIBILIDAD DE GAULLE
Cinco años se van a cumplir de la
guerra argelina, y posiblemente la tra-
gedia ha llegado a un nivel en que im.
pondrá acaso pronto el punto final.
La «experiencia De Gaulle» tiene más
posibilidades de llegar ahí: los ultras'
y las extremas derechas francesas
,!iceptarán probablemente de De Gau-
lle una solución que no hubieran acep-
tado de nadie —fuera un Pflimlin, un
Guy Mollet o un Mendés-France—.
Aquí está el posible gran éxito del «se-
gundo período De Gaulle», y no puede
menos que desearse con todas, las fuer-
zas que cedan las obstáculos que se
oponen y llegue el calderón final de
tal trágica sintonía. Cuando esto suce-
da, qui/ás el suspiro aliviado de la so-
lución impida acordarse ya mucho del
pasado: de las decenas y decenas de
millares de muertos, de los errores de
todo tipo, del crepitar de odios e in-
justicias, de las generaciones quema-
das y las ocasiones perdidas. Un día
los representantes de unos y otros se
sentarán alrededor de una misma me-
sa y llegarán a un acuerdo más o me-
nos justo y satisfactorio. Y seguramen-
te unos y otros ofrecerán a las fotó-
grafos caras sonrientes El momento de
las sonrisas habrá llegado, pero qué
disparatada ruta antes de llegar a él.
Borrón y cuenta nueva diremos ali-
viados, pero en la cuenta vieja queda-
rá una lección tantas veces repetida:
la del fiasco espantoso de la violencia.
Poco cuesta desencadenarla, mas
¿quién para luego la infernal maqui-
naria? Conviene no olvidarla, aunque
el hombre sea el único animal que
tropieza tantas veces en una misma
piedra.
REVISTA
 SIGNIFICACIÓN
REVISTA
Por JUAN-EDUARDO CIRLOT
Ha sido dicho que Barcelo-
na es una de las pocas ciuda-
des del mundo con, una tra-
dición verdadera de arte con-
temporáneo. Después de la
obra asombrosa de Antonio
Gaudí, o coincidiendo con las
Números monográficos más agudas expresiones de
ella, vino el «período azul» de
Pablo Picasso. Más tarde sur-
66. AZORIN EN SUS 80 AÑOS. ge la creación de Joan Miró,
151. PAUL CLAUDJEL intensa hasta el íanatismo y
154. PINTURA ITALIANA CONTEMPORÁNEA, activa por medio del color y
155. RICARDO WAGNER. de una íorma muy simple, de
167. BAJO EL SIGNO DEL FUEGO. contornos pulsantes y bio-
171. DICCIONARIO DEL DEPORTE. mórficos. Después de la se-
173. BAJO EL SIGNO DE LA GUERRA Y LA PAZ. gunda guerra mundial, tras
174. LOS SATÉLITES ARTIFICIALES. un corto período de retroce*
175. EL ÁTOMO DEL BIEN Y DEL MAL.
178. DALÍ, NUEVA SORPRESA DE LA BIENAL, so y decadencia, aparece el
180. INVITACIÓN AL VIAJE. grupo «Dau al Set». Repeti-
181. III BIENAL HISPANOAMERICANA DE ARTE. damente suena desde enton-
182. III BIENAL HISPANOAMERICANA DE ARTE. ces el nombre de Antonio Ta-
183. LA COLECCIÓN CAMBO. pies (Barcelona, 1923) que
185. ORTEGA Y GASSET, EL EUROPEO, consigue mediante sus triun-
187. LOS ESTADOS UNIDOS fos evadirse de lo minorita-
ibti. rio y llegar al interés de los
189. INGLATERRA 1955. amplios públicos. Aunque
190. LA ITALIA DE HOY. muchos no sigan su evolu-
191. NUESTRA AMERICA. ción, perciben la resonancia.
192. LA PACIFICA SUIZA. Aunque algunos no quieran, o
196. PORTUpAL AL DÍA. no puedan comprender el
197. ANDORRA Y LOS PEQUEÑOS PAÍSES. sentido intrínseco de su men-
200. AL LLEGAR A LOS 200.
201. MEDIO SIGLO DE BELLEZAS.
saje, ven las incuestionables
202. LA ERA DE LOS PLÁSTICOS. cualidades plásticas por las
203. CATOLICISMO EIN EL PUEBLO. que sei manifiesta. No se tra-
204. VIVIMOS EN EL FUTURO (La e- a atómica). ta solamente de los galardo-
205. VIAJE A ESCANDINAVIA. nes recibidos en certámenes
206. TE, CHOCOLATE Y CAFE. internacionales, como los
208. MOMENTOS ESTELARES DEL BALLET. premios ae la * undación Da-
210. EL HERMANO LIBRO (Fiesta del libro 1956). vid Bright y Unesco, en la
211. MONTSERRAT: KA MONTAÑA MILA/GRO. Bienal ae Venecia deJL9&8, o
212. ARQUITECTURA Y DECORACIÓN, 1956. el Primer premio del Institu-
214. CINE DE HOY, DE AYER Y DE MAÑANA. to Carnegie, en pittsburgn,
215. IBIZA, PARAÍSO 19S6. del mismo año, sino del re-
216. GAUDI, FRANCISCANO Y VIOLENTO conocimiento de que esa es-
217. VISITA A LA FERIA (XXIV Feria de Muestras).
219. UN ARMA DE NUESTRO TIEMPO (La Publicidad)
cuela española actual, que ca-
221. SUCEDIÓ AYER (Conmemoraciones). da vez se comenta con más
222. LOS CAMINOS DEL MAR. interés en amplios circuios,
223. ESPAÑA, ESA DESCONOCIDA. ha sido esencialmente esti- ANTONIO TAPIES: «.Pintura» (1956)
230. VENECIA. mulada y orientada por el ar-
231. LOA Y VENTURA DEL VINO. te de Tapies, sobre todo des-
232. LA COSTA BRAVA. de las exposiciones de Sala muestra siempre contenido, tura y del procedimiento del
234. PASIÓN DE LOS TOROS. Gaspar, en Barcelona, y gru- hermético, casi indescifrable; «grattage» como elemento
236. LOS MUSEOS DE BARCELONA. po Phases, en París, de prin- a la vez, rechaza toda expre- configurador. El arranca-
U37. VIAJE A EUROPA. cipios de 1955, ratificadas en sión exagerada o manifiesta- miento de las zonas de pasta
238. MADRID. la III Bienal Hispanoameri-
242.
mente psicológica. En su arte pone al descubierto el color
JEL FOMENTO DE LAS ARTES DECORATIVAS. cana unos meses después, lo puramente plástico predo- uei fondo imprunaao y estoa
244. HA LLEGADO EL CIRCO. dentro del mismo año.
247. ESE UNIVERSO LLAMADO NIÑO.
mina siempre sobre lo simbó- cromatismos en contraste, li-
264.
Las cualidades generales lico o sobjre cualquier tipo; de gados a la diferencia de re-
DE EDISON AL MICROSURCO que definen la pintura de An-
262. ARTE DE LEER, ARTE DE VIVIR contenidismo. Sus imágenes lieve, constituyen el factor
264. MENORCA 1957. tonio Tapies son: un extre- de este período máximamen- emocional dominante en la
268. UNA SEMANA DE JAZZ. mo refinamiento en la mate- te característico surgen, cree- imagen. Algunas obras de esa
283. CINE 1968. ria; el, intenso valor expresi- mos de un proceso de «espa- etapa son tratadas por em-
293. FRANCIA, HOY. vo de los espacios que, en ca- cialización» del sentimiento. paste positivo, depositando
297. NAVIDAD EN EL AÑO ~W. da objra, se1 fraccionan /en Así como en la mente del gruesos discontinuos que jue-
300. HOMENAJE A LA PRENSA. campos de intensidad diie- compositor los estados de áni- gan con rastros lineales y con
305. 'LOURDES', MILAGRO CENTENARIO rente ¡el frecuente o casi mo se transforman en melo- efectos lumínicos derivados
306. BARCELONA Y EL JAZZ. constante empleo del «grat- días, en acordes o en formas de los contrastes de tonos,
307. EL MERCADO COMÚN EUROPEO. tage» y la incisión como me- sonoras, en Tapias aparecen siempre en un mundo ambi-
314. EBJ LIBRO, SIEMPRE. dios para obtener elementos bajo el aspecto de imágenes guo con lo figurativo esque-
317. LA MUJER 1958. lineales y estructurales; la ri- plásticas, cuyas líneas, textu- mático, en relación con algu-
322. LA FERIA DE HOY Y LA ECONOMÍA DE MAÑANA queza de texturas, nunca ob- ras y colores coresponden a nas pictografías de Miró, pe-
324. UNIDAD ESPIRITUAL DE EUROPA. tenidas por técnicas proce- los movimientos del espíritu. ro sin ningún contacto con el
325. HOMENAJE A MARAGALL. distas, sino íntimamente li- ¡Secundariamente, el artista estilo del maestro de Mont-
329. TURISMO: BALEARES. gadas al clima espiritual ae integra en estas formaciones roig en lo que se refiere al
330. » SANTANDER. ia,s imágenes a las que co- de su pensamiento «sensacio- procedimiento y al aspecto
331. » CATALUÑA. rresponden. En su período de nes desplazadas», es decir, re- general de la obra. Tras una
332. LA COSTA DEL SOL. madurez, que puede conside- miniscencias o recu e r do s corta etapa en la; que el color
333. DE IRUN A FINISTERRE. rarse iniciado hacia 1953-54, conscientes de lo que atrajo se intensifica, manteniéndose
Í35. LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN. Tapies comienza a elaborar su atención, perteneciendo ai el grueso empaste, Tapies, en
336. DE LA BARCELONA QUE ANHELAMOS. su materia por una mezcla mundo de lo visual. 1948, evoluciona hacia una
339. DESCUBRIR ES NECESARIO. de barnices sintéticos, pig- Antes de referirnos a una modalidad más laminada, en
340. EL PAPA DE NUESTRO TIEMPO. mentos en polvo y minerales serie de; obras que nos pare- la que los espaciosi son como
344. TAREA Y SENTIDO DE LA UNESCO. pulverizados, que le permite cen la aportación más de- pantallas flotantes en movi-
dar una consistencia de relie- cisiva y original de Tapies a lidad, poblados por escritu-
NOTA: ESTOS EJEMPLARES PUEDEN SER ADQUIRI- ve a sus composiciones. Co- la gran corriente del iníorma- ras misteriosas y figuracio-
DOS AL PRECIO DE 7 PESETAS CADA UNO EN LA mo notas estilísticas funda- lismo mundial, queremos, tra- nes que oscilan, entre lo líri-
4 ADMINISTRACIÓN DE «REVISTA» mentales, hemos de juzgar zar de nuevo, sucintamente, co y lo mágico. Aunque; entre
también la tendencia a la res- la línea de su evolución. En 19491 y 1952 la materia se re-
tricción cromática, que se lir su período pre-«Dau al Set», duce a un mínimo, el «grat-
mita en muchas ocasiones al en 1946-1948, junto con el, in- tage» sigue siendo el procedi-
blanco, negro, gris o sepia y terés por el «collage» y las miento preferido por; el artis-
sus combinaciones, o a la mo- «técnicas anómalas» que tan- ta para crear sus fantasma-
nocromía de un matiz inten- ta importancia tienen en el les imágenes, en las que un
arte del presente, y más ca-
Via Cayetana, 158 BARCELONA so, como el morado, naranja
o azul ultramar. .En analo- racterísticamente todavía, en-
acercamiento a la realidad
—en 1950-1951— es compen-
gía, con esta austeridad en el contramos una valoración in- sado luego con un abandono
color, el estilo de Tapies se tensa de la materia, de la tex- de todo factor ilustrativo en
10 — REVISTA

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 10

..V»
DE ANTONIO TAPIES
beneficio de los puros ele-
mentos plásticos. Así, en 1952,
da comienzo su etapa abs-
tracta en la cual la atmósfe-
ra mantiene casi siempre una
tensión extraña, por lo que
llamaríamos proximidad o in-
minencia de posibles meta-
morfosis. Los colores produ-
cen efectos contrarios a su
naturaleza en ocasiones y los
matices cálidos parecen re-
troceder hacia lo lejano,
mientras los fríos avanzan y
se imponen con nitidez.
En 1953, Tapies ahonda
progresivamente en la pasión
de la materia, como si hubie-
ra comprendido que ésta no
puede ser contrapuesta al es-
píritu y que ambos son, si no
sinónimos, hermanos gemelos
nue mutuamente se exigen y
condicionan. Sin darse plena
cuenta de ello, avanza hacia
una síntesis y a la vez hacia
una simplificación. La pasta
adquiere una vibración dolo-
rosa, en íntima unión con ei
color, que llega a los acordes
más patéticos. En esa etapa,
denominada «transverberati-
va», Tapies se halla ya en ple-
no informalismo, tanto por el
poder emergente de la mate-
ria y la excitada intensidad
de las texturas como por las
deformaciones lineal - estruc-
turales aue delatan un espa-
cio topológico. Su arte llega
a fundamentarse en la con-
traposición entre el sentido
dramático de las superficies
dominadas por una materia
sorda, densa y por lo común
monocromática, y la nervio-
sa intención de un sistema de
rayados de distintas intensi-
dades y orientaciones rítmi-
cas, desde sutiles redes hasta
cestos nue ahondan y resque-
brajan la materia como» grie-
tas. Algunas de sus imágenes
parecen inspiradas por for-
mas sonoras; en otras se di-
ría que prevalecen impresio-
nes visuales ligadas a la hue-
lla del tiempo sobre materias
diversas1, como las maderas
1
desvencijadas y agrietadas,
1
los hierros recubiértos de óxi-
do, o los estratos rocosos he-
ridos por la erosión y la vio-
lencia de los agentes natura-
les. Pero en todos los casos
nunca sel trata de un realis-
mo de «campo restringido»,
sino —en la línea que pasa
por el expresionismo— de una
proyección psíquica que no
sólo pone en valor esos ele-
mentos sensoriales sino que
ANTONIO TAPIES: «Pintura» (1958)
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 11
parece fundamentarlos y ha-
bitarlos en su esencia, tam-
bién en la trayectoria ideoló-
gica que se refiere al univer-
so como un «inmenso reperto-
rio de signos», desde Athana-
sius Kircher a Hermann Hes-
se y a los psicólogos de la
«Gestaltthéorle», pasando por
las premoniciones de Edgar
Alian Poe, Gérard de Nerval,
Novalis y otros.
La evolución siguiente de
Tapies, entre 1955 y 1959, le
condece a una jerarquización
y agrupación de los factores
de expresión emotiva. Mu-
chas de sus obras contrapo-
nen amplios espacios libres,
con frecuencia mates y lúgu-
bres como zonas muertas, a
otras áreas de excitada textu-
ra, de violencia rítmica con-
traída hasta la furia. Otras
imágenes profundizan en un
nuevo equilibrio entre la com-
posición y la descomposición,
o se dirigen hacia el hallazgo
de imágenes desconocidas,
bien por transformación de
las contempladas o por sín-
tesis en las que los componen-
tes no pueden ser discernidos
ni separados. Muchas imáge-
nes con franjas, agujeros, ra-
yas, bolsas de materia, apa-
recen junto a otras con inci-
siones semejantes a signos dn
antiguos alfabetos. La inten-
sidad es corregida muchas ve-
ces por un anhelo de simpli-
cidad y ello no va en detri-
mento de su efecto, sind que,
manteniéndolo, le otorga un
mayor refinamiento. Prosigue
la contención en el color, y
\a. mayoríai de los cuadros1 ta-
píanos recientes son ocres,
marrones, negros, grises o
blancos, intercalándose otros
en los que un matiz intenso
y vibrante se sobrepone a lo
textual y lo somete a su im-
perio, como en los «klangfar-
hen» atonales.
Pero queremos referirnos
en particular a una serie de
imágenes descubiertas por
Tapies desde 1955, progresi-
vamente aclaradas y simpli-
ficadas y a las que anterior-
mente hicimos alusión. Se
trata de unas composiciones1
en las cuales el pintor obtiene
una síntesis de lo formal-in-
formal, por medio de una sis-
temática e inspirada inser-
ción de factores tectónicos,
casi absolutamente regulares
dentro del campo magnetiza-
do de su materia expresante.
Se diría que esas imágenes,
si no todas algunas de ellas,
son abstractas, de no ser por-
que su aparición en el seno
del sistema tapiano las defor-
ma y transforma radicalmen.
te, haciendo de ellas «otra
cosa». Herméticas, silentes,
poseídas de una quietud rít-
mica extrema, estas obras son
lo más personal del artista
.V constituyen una nueva mo-
dalidad de expresión dentro
del informalisinoi mundial y,
así, del arte más reciente. De-
be relacionarse con ellas otra
serie de imágenes, paralelas,
en las que la emoción de lo
regular es dada por procedi-
mientos discontinuos, por se-
ries de puntos, huellas, ras-
tros, ora cuadrados, circula-
res, lenticulares, etc. A veces,
estas líneas de1 huellas tienen
el ritmo de las pisadas huma-
nas. A veces, se ordenan ca-
si con una regularidad per-
fecta, pero en los ejemplos
más emocionantes hay una
síntesis de lo regular-irregu-
lar que pone de manifiesto
las tensiones anímicas del
pintor, recordando —en un
universo morfológico entera-
mente distinto^- algunas crea-
ciones suprematistas.
Pero la emoción disconti-
nua se somete en otras pin-
turas a efectos y esquemas
continuos y tectónicos. Una
especie de improntas en cera
caliente o en ceniza semejan-
esas imágenes oscuras, donde
se diseñan arcos de rara cur-
vatura, puertas que no dan a
partei alguna, cielos o abismos
diferentes de los que cono-
cíamos.
Volviendo a la serie más
tectónica y, por así decirlo, ANTONIO TAPIES: ((Pintura» (1957)
racional, hallamos sus raíces
en una pintura de 1955, con
una forma elipsoidal en su color marfil. Si estas imáge- son la& aos obras en color
zona superior, mientras el nes no nos parecen mandáli- blanco de mármol, casi escin-
campo rectangular' inferior cas no es por su composición, didas en dos mitades por una
parece casi dividido en dos que puede haber ejercido in- recta vertical. Una ae ellas
partes iguales por una línea fluencia en algunos pintores, completa la imagen por un
vertical. Se aclara considera- sino porque en ellas lo> plás- rectángulo incidido situado
blemente la voluntad inten- tico prevalece tan decisiva- en el centro. La otra por
cional de esta fase en obras mente sobre lo mental (lo cuatro huellas dispuestas a
de los años siguientes, hasta que no acontece en obras de los lados, elementos que sólo
la hora presente', y que sur- otros artistas) que casi ocul- sirven, diríamos, para exaltar
gen alternadas con otras de ta ese sentido. la apasionada belleza de la
manifestación más exclusiva- En el año actual, las pin- materia-superficie. Otra obra
mente informal,, es decir, turas tectónicas de Tapies to- reciente muestra cuatro cua-
constituidas por formas de davía adquieren una mayor drados en los cuatro ángu-
máxima irregularidad. Así, pureza plástica por la simpli- los del laminado espacio, no
la gran pintura en gris piza- cidad de sus estructuras y turbado por ningún otro ele-
rra de 1956, con una estruc- por la regularización de su mento. Acaso estas imágenes
tura rectangular que semeja materia. Ejemplos admira- simbolizan —menos subjeti-
un ara de piedra en cuyo in- bles de este concepto reciente (Pasa a la página 2,1)
terior se aloja un disco heri-
do por perforaciones. O la
más serena imagen del año
1957, en la cual el esquema
rectangular cae desde arriba,
como en la «ornamentación
colgada» del periodo plateres-
co. Sólo cinco profundas hue-
llas, casi agujeros, situados
abajo, y otras dos marcas la-
terales, como roturas, com-
pletan la composición. En
1958. Tapies realiza numero-
sas imágenes de este carác-
ter, por lo común en formato
horizontal y en tamaño casi
de frontal de altan Una de
e s t a s obras, enteramente
blanca, muestra un grueso
círculo de materia en el inte-
rior de un campo rectangu-
lar y de uní ancho marco de
idéntica estructura. Otra
otyra de color siena, con esa
calidad pulverulenta de las
obras tapianas, muestra dos
elementos rectangulares y si-
métricos en su interior, en ANTONIO TAPIES: «Pintura}} (1959)
REVISTA — 11
 LA ATRACCIÓN DE LAS CUMBRES
EL TURISMO Y LA MONTAÑA
LA BELLEZA DE LAS
ALTURAS
Lo qué consiste la belleza de
la montaña seria difícil de ex-
plicar. Sus formas a veces atre-
vidas, a veces suaves, quebra-
das o delicadas, con moles in-
mensas y cimas enhiestas, re-
presentan lino de los /actores de
sus encantos. La coloración de
sus rocas, la tonalidad de sus
mantos vegetales, los detalles
de sus árboles, la riqueza de sus
aguas, la masa de sus m.acizos,
completan sus maravillas exal-
tan y anonadan al espíritu hu-
mano.
En Cataluña tenemos muchos
territorios mora/añosos de muy
variada contextura, de clima
distinto, de influencias vegetales
diferentes, que han dado al país
una bien ganada fama y
afluencia montañera (i/ eracutr-
slonlsta. Con los nuevos cami-
nos y carreteras, con la facili-
dad de transporte automóvil,
muchas de las regiones antes
reservadas a los montañeros in-
trépidos, o a los pacientes via-
jeros que se conformaban con
viajar horas y horas en tarta-
nas o montados en caballerías,
han sucedido los turistas de
paso rápido y contemplación
precipitada.
La gente se ha alejado cada
vez más de su residencia acos-
tumbrada y ha llegado fácil-
mente a los rincones más apar-
tados. Si antes, para dirigirse al
balneario de Bohí, precisaba
alcanzar el lugar de Cabdella en
tartana y luego a lomo de ca-
ballerías durante siete horas
atravesar el Puerto de Rus
para bajar nuevamente hasta
llegar a Tahull y remontar el
valle a Caldes de Bohí, ahora
el automóvil deja directamente
en el mismo balneario con las
máximas comodidades.
Llegar a Montserrat a princi-
pios de siglo tenía sus dificulta-
des, aun con los ferrocarriles y
cremallera hasta el mismo Mo-
nasterio. Actualmente los auto-
móviles alcanzan la Santa
Montaña en poco tiempo a
partir de Barcelona y en el mo-
mento que uno desee. Montse-
rrat se ha vulgarizado tanto,
que aun siendo un lugar turís-
tico, un centro religioso y de
grandes bellezas naturales, tiene
poco atractivo turístico para
muchas de nuestras gentes, que
acuden allí en ocasiones de fes-
tividades religiosas, mejor que
como atractivo turístico. Queda
Desde el "Turó de l'Home", a!
1712 metros sobre el nivel delj
mar, se puede contemplar una
gran parte de Cataluña Meridio-
nal y la f a j a marítima hasta el
Golfo de Rosas
12 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 12
relegado éste a los numerosos
extranjeros que miran asom-
brados, Ic.s bellezas multiformes
del Mont Serrat.
A pesar que hay tantos Juga-
res de '/líeles turístico p.n la
montaña, citaremos sólo algu*
nos sobresalientes en el conjun-
to o de más favorable acceso.
Uno de los bellos paisajes pirenaicos
MONTSENY
Para los excursionistas o
montañeros, Montseny tiene po-
cos secretos. Mejor conocido es
de todos eVos cpie no de los
turistas, a pesar eme. acuden
muchos a él. Aunque la belleza
es subjetiva, no es difícil po-
nernos de acuerdo en que en el
Montseny 'encuentran mudhos!
encantos cuantos a él acuden.
Ante la unanimidad de los vi-
sitantes podemos intentar exa-
minar sus características. En
primer lugar, su altura, poco
alejada del mar, que le da unas
bellas perspectivas sin montañas
altas cercanas que priven su
visión. Desde el Turó de l'Ho-
me, a 1.712 metros sobre el ni-
vel del mar, se puede contem-
plar en tiempo claro una gran
parte de la Cataluña meridio-
nal y la faja marítima hasta el
Golfo de Rosas. Situados en el
cerro próximo de Les A gnúes se
divisa perfectamente el Pirineo
y las comarcas al pie de esta
cordillera.
Las formas quebradas que se-
paran del macizo de Matagalls,
en el valle de Sant Marqal, las
hondonadas del Valle de Arbú-
Por SALVADOR LLORET
des, con Les Guilleries al fon-
do, no son más que un aspecto
de la belleza de la masa enorme
del Montseny. Uno de los facto-
res de la hermosura de esta
montaña es su tipo de vegeta-
ción que para un país medite-
rráneo resulta ser exótica.
Efectivamente en las cimas apa-
recen en las umbrías los abetos
y las hayas (Faigs) árboles de
tipo europeo, que dan un con-
traste especial al paisaje yus
desde las partes bajas con los
bosques de pinos, carrascos y
•piñoneros, encinas y algunos
alcornoques hasta los hayedos
de las alturas, producen un
cambio extraordinario. Las bru-
mas y las lluvias frecuentes de
estas altitudes son causa de la
persistencia de este bosque de
características &t{ántico*e¡u,ifo-
peas, con acebos (boíx grévol)
y heléchos.
Atractivo turístico representan
los hoteles de esta zona: el de
Santa Fe en el valle de este
nombre al pie del Turó de l'Ho-
me-"Les Agudes y el de Sant
Bernat en la cuenca del Torde-
ra, en el municipio de Mont-
seny. Con. buenas carreteras de
acceso, son lugares muy fre-
cuentados por 7os turistas míe,
•"o desean subir a las cimas, las
cvlef pueden ser el com.vle-
mer.-'o virra los amantes del de-
porte. Fn 1nx presentes momen-
tos se estft construyendo la
continuación de la. cnrretpra de.
Santa Fe a Sant Marc.nl que
sera de gran aliciente en un Tía-
raje umbrío, fragoso, a nuestro
juicio el más atractivo ael
Montseny.
LES GUILLERIES Y COLLSA-
CABRA
Si el Montseny es una monta-
ña imponente por su mole, de
intrincado relieve, pero en ge-
neral de formas suaves, Les
Guilleries con su cabecera de
Collsacabra, resultan en su ma-
yor parte escarpadas. De rocas
muy distintas, según los luga-
res, les Guilleries quedan coro-
nadas casi en todas partes por
los «cingles» ingentes que sepa-
ran 'los territorios de grandes
bloques calizos que forman en
La calle del Fossar, en Rupit
su mayor parte el Collsacabra,
que dominan los terrenos graní-
ticos que se extienden sobre
todo por el resto del territorio
desde S. Feliu de Buxalleu, a
Sant. Hilari Sacalm y Viladrau.
El rio Ter serpentea entre el
territorio, con lo que se han
formado enormes cantiles en
las calizas y conglomerados que
han dado bellas y caprichosas
formas al terreno con infinitas
coloraciones, del rojo al ocre y
al blanco, En Sant Roma de
Sau, de inminente anegamiento
por las aguas de \un pantano
en trance de terminación,\ ei
valle del Ter tiene un pequeño
ensanchamiento después de la
garganta de Sant Pere de Cas-
serres, para penetrar nueva-
mente en los desfiladeros de
Queros y Susqueda. Hasta Sant
Roma de Sau, conduce una
buena carretera que permite
contemplar el valle famoso, en
todo su esplendor.
Tan hermoso como el valle
desde la parte baja es contem-
plarlo desde las cimas de la
plataforma superior del Coll-
sacabra, a partir de Tavertet.
Esta población a la que la Dipu-
tación de \Barcelona está termi-
nando una carretera de acceso
permite contemplar las fragosi-
dades del valle del Ter desde
la parte superior de los canti-
les. Si el turista tiene gusto de
caminar pocos kilómetros un es-
pectáculo maravilloso es conti-
nuar a pie siguiendo la cresta
de las v.cingleresti de extraordi-
naria altura y por la casa V
Avene, llegar a la población pró-
xima de Rupit. Efectivamente el
día que la carretera que se en-
cuentra en anteproyecto esté

Campanario de la iglesia de Pont de Suert
i terminada, será uno ruta obli-
gada para toaos ios amantes a?
I Zas bellezas de la Naturaleza.
El pueblo de Rupit tiive en-
trada po- carretera por la de
Vtch a Olot y t/o¿i de mucho
éxito entre los tuncas del yaís.
De estilo rústico con piedras
vistas sin tallar en los muros.
con casas de los siglos XVII
y XVIII en su mayoría, conser-
va ícc.tioía el tipi.mo de SM/JO-;
pasados. En sus cercanías, el
Santuario de Santa María de
Cabrera, a la que precisa llegar
a pie. desde la carretera de Cor-
eó. Situada en un bellísimo pa-
raje, goza de una vista panorá-
mica preciosa sobre el Prepiri-
neo. Pirineo y toda la comarca.
Todo este territorio, que no
•puede detallarse completamente,
posee magníficos bosques, cam-
pos de cultivo en los lugares fa-
vorables, prados en los puntos
más altos y más húmedos. El
bosque mediterráneo en las re-
giones más bajas de la Riera de
Arbúcies, alcornoques, pinos y
encinas, dejan el paso a las ha-
yas en las umbrías de Sant Hi-
larí y a los robledales de las
solanas altas. Los hayedos y
abedules, con su aspecto nórdi-
co-atlántico aparecen además
en los territorios del Bac, Ru-
pit. la Salut y El Far.
El Far. en el extremo noreste
del Collsacabra, es un lugar es-
pléndido al que sólo es posible
acceder en coche, desde la Ca-
rretera de Olot. si el propieta-
rio riel vehículo tolera pasar R
kilómetros de m.alns caminos.
Como vna proa de navio. El
Far. sobre unos cantiles de al-
oún centenar de metros, domina
la mayor parte de Les Guille-
ries, y las llanuras gerundenses.
Con una posada aceptable, es
una de las bellas atalayas del
país.
SANT MAURTCI Y LA
BONAIGUA
En el corazón del Pirineo, en
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 13
ped de los prados altos. El Port,
es un collado grandioso, monu-
mental, puerta del mundo at-
lántico del Valle de Aran que
separa del mundo mediterráneo
de la vertiente meridional pire-
...Dirigiéndose a Po
naica.
Al norte dominan los prados
verdes de hierbas altas; al sur,
bla de Segur y Tremp
existen también los prados, pero
con menor exuberancia. o Camarasa, el ca-
VALLE DE ARAN
Valles grandiosos, con inmen- mino es un bello ro-
sos lagos en las cabeceras, no
accesibles al turista, el Valle de
Aran es un mundo aparte. Allí s a r i o de l a g o s y
tiene el nacimiento el río Garó-
na, río característico de Fran-
cia. Enormes valles abiertos, con embalses industriales.
perfil de U recordando su ascen-
dencia glaciar, de los tiempos en
que los hielos cubrían el valle
con varios centenares de metros
de espesor y por la pendiente lugar de Aigües Tortes, declara-
descendían lentamente. Formas Suert. Entre un paisaje de gran-
gastadas en las crestas menores des bosques de • betas, la crirre- do Parque Nacional hace poco
y cimas ingentes en la cresta tera penetra en el túnel de Vie tiempo.
principal de la cordillera con la lia para pasar a la vertiente me- El paraje, como el nombre in-
vista de la región de la Malade- ridional pirenaica. dica, es un lugar en que el agua
tiende a encharcarse, dando
ta y su pico mayor, el Aneto, vueltas y meandros en un sec-
con el glaciar vivo de nieve pe- VALLE DE BOHl V AIGÜES
renne. tor llano del valle. Se trata de
TORTES una pequeña charca de origen
Si en las partes altas el bos- glaciar, como los lagos de las
que no existe y luego son claros Ríos ricos en agua non enor-
los pinares negros, a menores ni.es estanques o lagos ue cabe- alturas y el Llebreta de las cerca-
cera no accesibles al -urisf.a. Ex- nías, rellenado ya casi comple-
alturas la densidad forestal es
más fuerte y los abetales, en al-
aunos puntos, son negras man-
chas que cubren las laderas. En
la parte baja los avellanos sil-
vestres ocupan todo el espacio
y en el fondo del valle, los pra-
dos, los cultivos v los pueblos
agrupados amenizan la cam-
piña.
No solamente en los fondos de
valle aparecen los poblados sino
también en las laderas, en los
rellanos de erosión que se en-
un valle afluente del Noguera cuentran a mediana altura. Ba-
Ribagorzana, con acceso por ca- gergue, Vilach, Vilamós Cañe*
rretera, se encuentra el pueblo jan. Aguas abajo de Viella. el
de Espot, de. amplio valle, con valle, más cerrado es menos es-
morfología de glaciar antiguo, pectacular; pero en Bossost y
en cuya población existe un ho- en Les se abre de nuevo, y el
tel de categoría y buen servi- rio Garona penetra en Francia,
cio. Accesible a los automóviles en Pont del Reí.
se encuentra luego un camino Por los valles laterales, la ri-
que, al cabo de pocos kilómetros queza forestal no es menos ex-
de atravesar bellos bosques de traordinaria. Los abetos y los
pinos negros y algunos abetales, niños silvestres, en las bajas la-
encuentra el famoso Estany de deras soleadas, alternan con
Sant Mauríci, Frente a un pre- prados y cultivos. L' Artiaa de Una panorámica del hermoso valle de Bohí
cioso circo de montaña, en las T.in es famosa. Los habitantes,
que sobresalen la mola de Els catalanes, hablan el arañes, un
Encantáis, es un paraje de los dialecto de Gascuña ñero ha- tanys de Rius, Tort, de Monges, tamente, pero de una belleza ex-
mejores del Pirineo. El estan- blan también el catalán. País de Travessany, etc. se encuentran traordinaria, enmarcado por los
que, acrecido por una pequeña frontera los turistas franceses en las alturas. Antes de llegar pinos negros y los abetos de los
presa a fin de aprovechar la son numerosos, sobre todo en a Pont de Suert, en la desembo- alrededores y los picos de mon-
masa de agua primaveral para T es. donde acuden a la compra, cadura del Noguera de Tor, la taña que le sirven de fondo.
la fabricación de hidroelectrici- principalmente en los días do- carretera moderna enfila el va- Apartado de las vías directas
dad en el valle del Noguera, es minicales de verano. Además lle de Bohí. Por una parte, des- de comunicación es un lugar
un idílico y tranquilo paisaje, m.1111 vlsitndn nr>r Ins entrañóles ciende de los altos lagos Tra- tranquilo y de una placidez tan
célebre en todas las estampas míe acuden al suntuario de vessany y Negro, y encuentra en grande como su hermosura. A
pirenaicas. Tmiráes en aut.om.ovil. sus riberas el famoso Balriario nuestro juicio, uno de los luga-
El valle de Aran, núes ñor su de Caldes de Bohí, En uno de res de mayor belleza del Pirineo.
Las verticales paredes de la? sifunrñón al ntro lado de la cor- sus afluentes el pueblo de Bohí, Para el que guste de los es-
montañas que rodean el paraje,
dillera nírenaíca. ha tenido difi- y los de San Clemente y Santa tablecimientos hidroeléctricos y
conservan en las alturas la nie- cultad de ncfesn con el resto de María de Tahull, célebres por da sus lagos artificiales, el res-
ve hasta la entrada del verano.
Esnaña dorante los inviernos sus iglesias románicas y las pin- to del camino hacia Pont de.
Aparte las ascensiones montañe- en míe el niip.rtn se encuentra turas murales que obran en el Suert y Barcelona por Sopeira o
ras de escaladores 11 excursionis-
llfnn rJ.p níenf.. fnra evitar esta Museo de Arte Románico de dirigiéndose de nuevo a Pabla
tas, hay un camino apto para dificultaré, rnnst.riiyó un túnel p.n Barcelona. Cualquiera de estos de Segur y Tremp o Camarase..
jeeps, que atraviesa la cordille-
la carretera, de 5fi kilómetros pueblos y el mencionado balnea- es un rosario de embalses indus-
ra por el llam.ado Portarró d' de lamo, por fonde discurre la rio merecen -una visita del turis- triales, que tiene también su en-
Espot, a 2.000 metros de altu- canto. Son vn cosas mejor co-
míe, reúne Viflln r.r\n rl vnll" ta. Pero con una buena pista de
ra, pero precisa de conductores del Nomiera Ribanorzana cnn montaña, asequible a un buen nocidas que importa menos des-
muy adiestrados en caminos rte
Aneto, Senet, Vilaller y Pont de automóvil, puede alcanzarse el cribir.
montaña. En la c a b e c e r a
del Noguera Pallaresa, desde
Esterrí diAneu, la Jarretara del
valle de Aran serve.nlea hasta
conseguir los grandiosos zig*
zags del Port de la Honaiqua en
el Santuario de. Ja Virgen de
Ares y el mismo Port de la Bo-
naigua. puerta del Valle de
TOTS ELS CAMINS DUEN A ROMA
Aran, Los bosques inmensos de MEMORIES DE GJ/JEL
abetos coronados por pinos ne-
gros en las cimas, rodean la ca-
(2. a edición a los Ires meses do aparecida la primera)
rretera hasta las partes altas.
Los rododendros de hoja lustro-
sa y envés de manchas ferrugi-
nosas con sus flores rosadas, re- EDITORIAL AEDOS Distribución: CASA DKL LIBRO
cubren la mayor parte de los
roquedales, acompañando al cés-
REVISTA — 13

MATARO
CIUDAD T U R Í S T I C A
Y) ESDE el paradisíaco Va-
lle de Aran en la misma
frontera con Francia, hasta
las dunas del Ebro, el Mont-
serrat legendario; Costa Bra-
va; la imperial Tarraco y la
gran Barcelona, la ciudad
más «europea» de España
aunque no sea la mas popu-
losa, todo queda registrado
con detalles y más detalles en
las gulas turísticas para co-
nocimiento y atracción de fo-
rasteros. ; Quién no ha visto
rerjroduoidas en! estas y otras
publicaciones, aparte el con-
sabido nase torero, las igle-
sias románicas de Tarrasa, el
milenario Arco de Bará; la
«Passió» de Esparraguera: los
Xiauets de Valls y de Ven-
drell; la Catedral de Vich y
cien cosas más? Porque nues-
tro arte, nuestro folklore y
nuestra historia, tienen una
firmeza prácticamente Inago- hasta Valencia, nos damos
table, para colmar hasta sa-
ciarlo al turista más prepara-
óo v exigente.
Sin embargo, los hiios del
Meresme echamos de menos,
OT el mapa turístico de Cata- cosmopolitas hasta después conshtlt virtus». es la clase jamás defender sus posiciones.
luña, nuestra comarca v c,a-
uita.1 Sin ánimo de establecer
comparaciones, sierrmre odio-
sas, ni entablar discusiones
hÍ7antina.s nue a nada condu-
cen, nuisiéramos romper una
lama en su defensa de cara
•> al visitante extranjero, al que
vemos pasar casi siempre sin
detenerse hacia Barcelona, o
lanzado hacia la Costa Brava
según la dirección que lleva,
mientras escapan a su per- me
cepción el paisaje, la plava,
Ins tradiciones y la historia
de este delicioso Maresme,
miro eauilibrio de la natura-
leza entre el mar y la monta-
ña, en cuya faia costera se
nercibe el delicioso perfume
de sus pinares entremezclado
con el salobre, cabe la alfom-
bra de millones de claveles
nue llenan, entre Premia de
Mar y Llavaneras. una zona
cada vez más conocida en to-
dos los países europeos.
;.Por mié será que los clave-
les del Maresrne florecen en
pleno* invierno alegrando con
su encanto y su perfume los
hogares de Frankfurt, Lau-
sanne o Estocolmo la misma,
tarde del día en cuya albora-
da fueron separados de su
tronco? Y quien dice claveles
mil flores más se cultivan al
cálido sol invernal en el Ma-
resme, vergel casi inédito pa-
ra el forastero, poraue no se
ha dado a conocer como se
merece una región así privi- tancia.
legiada ñor laí naturaleza. De
hecho, el famoso «slogan» de
los a.ños veinte popularizado
por los ingleses cuando ad-
nuirían las sabrosas «Mataró
Potatoes» para devorarlas en
su tradicional Derby de Ep-
son, debería trocarse ahora
en otro similar dedicado a
nuestras flores invernales,
mucho más poéticas que el
tubérculo que enriqueció a
tantos agricultores d e s d e pondiendo a la inquietud ciu-
Masnou hasta Tordera.
El Maresme es asimismo ri- un bloque impresionante de obligado de parada de cual-
co en aguas minerales, en
vestigios arqueológicos, e n
producción agrícola y gana-
dera, en pesca, en tradiciones
y leyendas, en mil variadas
industrias. Un mapa turístico
de la comarca nos sorprende-
ría por su variedad, por su ri-
14 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 14
CUBA Y ARGENTINA
(Viene de la página 3)
de partidos se hace espesa, la
máquina constitucional no mar-
cha como es debido, al contra-
rio de lo que aparentemente
debería ser.
Un ejemplo bien próximo lo
tenemos en Francia. No nos
qu£za__de detalles, por su au- engañen las apariencias. Allí
téntico atractivo de zona inex- no se llegó a la guerra civil.
plorada aun para aquellos Sucedió como en las
queí se. precian de conocer partidas de ajedrez. El buen
nuestra región investigando jugador que abandona, lo hace
su historia milenaria. r-orque descuenta el mate, al
Y presidiendo esta harmó- paso que los novatos, por ig-
nica mescolanza de playas y norancia y tozuderla se dejan
bosques, viejos castillos y mo- conducir el rey al paso deses-
dernas industrias, atractivas perada. Pero el mate] existía
flores y aguas cristalinas, pe- lo mismo. En Francia, a pesar
ces multicolores y arpones de de no existir situaciones de
hombres rana, vetustos ara- fuerza, habla demasiados parti-
dos y potentísimos tractores, dos «se cumplía con exceso la
surge Mataró, su capital, voluntad popular». Y se encon-
ciudad ignorada para el gfan traron ante el dilema ((simplifi-
turismo, pero amable y acoge- cación o la muerte».
dora, sobre todo, desde que Por suerte optaron por la Fidel Castro en pleno triunfo
ha vuelto su cálida sonrisa simplificación, que es lo que
cara al mar. nide la inteligencia. Y sin Inte-
que confirmar la regla. Y es na-
Si seguimos la ruta costera ligencia ñor encima de las pa- propicias a que se creen situa-
tural que sea así, porque el re-
desde la Riviera Italiana, pa- siones, incluso las aue nos pa- ciones crudas por el estilo, no se
galo y la adulación son lo que
sando ñor la Costa Azul fran- recen más nobles no hay justi- puede aguardar paz.
más reblandece y entontece al
cesa, y luego por nuestra cia ni —lo que anda más esca- No quiere esto decir que la hombre. Todo lo que se puede
C o s t a Bravai descendemos so— misericordia. clase media no tenga sus de- esperar habitualmente de un
fectos específicos, entre los qtue gran personaje es un sentido de
cuenta de queí las plavas del descuellan y sobresalen el
Maresme pasan casi desaper- ln dase media y sus egoísmo y la cobardía civil, que
grandeza y la generosidad y
sencillez que hacen el encanto
cibidas, puesto nue después la convierten en fácil presa de de la verdadera nobleza. Un
de Tossa v Blanes con sus Metamorfosis sus enemigos y hacen que, en noble debe tener raza, cosa que
abigarradas muchedumbres períodos de crisis, no intente le enaltece, pero le limita.
St es cierto que «in medio
Politicamente, sin embargot
de Barcelona, en que vuelven Le falta, además, espíritu so- la clase media ofrece la desven-
a proliferar las «M i a m i media depositarla de las mejo- lidario; la «gente de bien»,
Beach» a lo largo1 de la lla- res virtudes de un país deter- «gente de orden», «gente pací- taja de que para que prospere
minado y viceversa, la existencia y se reproduzca, es preciso que
mada Costa del Sol en el Le- en un determinado país de una fica», es, por definición también exista un clima económico que
vante fplÍ7. narecp "orno si nn densa capa de clase media, de- «gente de su casa»; no quiere haga posible el ahorro y un
existan más «beacKT» que ia,s nota que éste se halla en las «mandar ni ser mandada», eso margen de libertad (ni dema-
indicadas en los repetidos mejores condiciones de salud es, que busca las posiciones más siada ni demasiado poca) que
carteles v narqdores de nue material y moral. Porque lo que cómodas de la vida y siente raras veces se da en la histo-
está salpicada la carretera ag-nanth a los países no son tanto horror a la sujeción como ria de los pueblos^ Por ejemplo,
peneral. Y si embargo, la an- sus adelantados y sus magna- a las responsabilidades del la celeridad de los tiempos rao- .
chura de la arena y la lim- tes, sino lo que se llama «per- mando y a todo cuanto sea demos y sus altibajos son lo
pidez! de las aguas del Mares- azaroso, heroico y espectacular. más perjudicial que existe para
nada1 tienen que envidiar sonas decentes». Y aunque éstas Todo su fino y agudo sentido
a todas sus costas hermanas. se encuentran en todos los es- del humor lo guarda para esos
lo que podríamos llamar «cría
tamentos, dada la imperfección del buen señor, padre de fami-
Con mucho menos, en Fran- humana, lo más probable es últimos atributos. Para el lia».
cia e Italia habrían construi- aue abunde más la ennecie de «hombre de pax» entrañan
do una faja costera de ensue- Jos hombres de bien entre aque- cierta dosis de imprudencia y restos ¿A dónde van a parar los
ño para atracción de foraste- llos que no se ven solicitados hasta de fanfarria. Como decía de su naufragio, en efec-
Maragall, refiriéndose a los to? Porque debe haberlos en
ros, v esta, tarea es la aue in- por Tas tentaciones pecamino-
cumbe canalizar desde Mata- sas míe trae consigo el exceso barceloneses de su tiempo —cla- alguna parte.
ró,] con la erección de hoteles de riquezas o de poder, vara se media preponderante, apenas La respuesta es muy simple.
y paradores de varias catego- afaunos pocos, y la carencia de empegada de asustar por el es- La clase media, en masa, sin
rías que le darían una vitali- frirfn para los más. Cuando un tallido de las bombas ácratas imaginación, como siempre:
dad insospechada no sólo en r""'<> tiende a escindirse en dos y nihilistas, preludio de otros pero con el seguro instinto vital
verano sino, prácticamente, a únicas catenarias: ricos y po- males de mayor momento— los y la prudencia que siempre la
lo largo dei todo el año. de la clase media se ríen de han caracterizado, invade y di-
bres, se pierde el sentido na'
Ignoramos, exactamente, cional en él u sólo priva la todo aquello que no entienden». lata los cuadros de la adminis-
cuáles son los requisitos exi- arrnaancia y el miedo secreto Mas, si dejamos de lado las
tración. Al orgullo conservador
gidos nara designar como rju.e emrmja hacia la crueldad virtudes heroicas, que no son del hombre que ni quiere man-
5
«ciudad turística» una pobla- a los que poseen: y la desesi^e- jam.ás colectivas, antes bien re- el dar ni que le manden, sucede
c i ó n determinada. ¿Monu- rnrfón. envidiosa y también siden en el misterio de lo indi- burgués): nuevo «slogan» burgués (neo-
mentos? ; Museos? ; Histo- cruel, de fns de^erednrl.^. fn vidual, imprevisible, inclasifica- tener una situación
7
ria,? ;Paisaie ; Tradición es? valses semejantes y en evocas ble y tenemos presente que, al segura.
'Buen clima' Todo ésto lo igual que los edificios, aun los Para ello lecapaclta su facili-
hallamos en Mataró1 v comar- más monumentales, se constru- dad vara el estudio, sus buenos
ca, este Maresme nue tene- yen con material sacado de las modales, su decencia en el ves-
mos al alcance de la mano ción, más nue por sus 1
mis-
canteras y de los hornos de la- tir y su, santo y sacrosanto ho-
v cuyo porvenir turístico está mas proporciones, ñor su es-
beltez v ñor la ambición que drillos y jamás con oro y pie- rror al heroísmo. Era liberal y
más que asegurado con sólo representan en el plano de dras preciosas (excepto en los se ha convertido en socialista y
cuidar los detalles indisnen- revalorizacíón del sector ma- cuentos de «Las Mil y Una No- en algunos países hasta en co-
sables a toda obra de impor- rítimo1 y costero del Maresme. ches»), dentro de la relatividad munista. Al fin y al cabo, don
humana, una casta basada so- Carlos Marx era también de la
Con el ejemplo maerilfico
Precisamente hace muy tx% de estas construcciones y el bre el trabajo, el ahorro y la clase media, uno de los suyos.
eos dina, el Ayuntamiento de acuerdo municipal citado nue formalidad, sobria por fuerza y Pero, la verdad, y sea dicho
Mataró ha acordado una ur- va a ponerse en práctica in- decorosa en el vestir por la en honor a los honorable*
bani/ación a fondoi del sector mediatamente., estamos más propia estimación, partidaria miembros de la clase m.edia.
marítimo de la ciudad, cons- qué convencidos de que apar- del buen orden y amante de los Prefieren un, xrv.1afl.xmn tocado
ciente de que allí radica el te y además de sus vestigios gobiernos moderados y reñidos ríe ern-nienmanta ni rnio y durn-
meollo de su futura atrac- ibéricos, de su MUseo Munici- por gente honesta. En ciuda- mt>nte despótico faraonismo de
ción turística. También la be- danía y sin teatralismo catas- Ins comunistas. T,n el comunis-
pal, de sus géneros de punto mo existen rjemaslafins arista
ner.iéiita entidad «La Alianza v de sus flores, la antigua tróficos, es todo cuanto se pue-
Mataronensé», dedicada, des- TI TK"7?r y desear acá en el sue- cratas. La prueba es (rué arraina
lluro va a poseer en sí mis- con preferencia en los •pníses
de hace medio siglo, a otaras ma —si es que no lo posee lo, antes de la gloría eterna. De
de proyección social, ha em- la clase meaiu c"eíf.n salir, en fue ayer mismo eran feudales.
ya— bastante atractivo para
prendido por su cuenta) y res- llamar la atención del visi- efecto, los arn.nd<"> *»•"''—« /?« insertamente don nn.rf.ns TVfnrT.
in ciencia « de las bellas artes: fan. en el fondo, de la clase
tante, convirtiéndose en punto m.edia. se habría asustado, hv-
dridana, la construcción de
Jos grandes inventores V Zf> Q
aobernantes de los vueblos. Al- Mese sentido el mayor riesmrhn
quier itinerario, en vez de^se- si hubiese tenido aue alternar
viviendas en la misma carre- gUir siendo, como hasta aho- trunos vrniitenen. sin embargo,
tera general, que da la pauta de las clases menesterosas: ác. con los grandes duaii.es v los
de lo que pr.edel ser el Mataró ra, una mera referencia en zares de todas las Rusias ac-
el mapa costero, ante la; cual las clases altas, vuede decirse
del futuro, mirando al mar. todas pasan de largo sin dar- que iamás. Brillantes excepcio- tuales.
Las líneas de este soberbio nes fel vrínciwe v el duaue de
conjunto arquitectónico lla- le apenas importancia. Broqlle. etc. >. no hacen más ROSENDO LLATES
man poderosamente la aten- JOSÉ MARÍA SOLER
 BARCELONA
GENTRO DE IRRADIACIÓN
Por A. CIRICl PELLICER
Li sistema adaptado por los mapas
escótale» del mundo entero, de teñido
con tonalidades uniformes, y distintas
unas de otras, las áreas geográficas en
el momento de la confección del ma-
pa, ha acostumbrado a las mentes de
nuestros contemporáneos a una mane-
ra de considerar la distribución de la
variedad de los hechos humanos, cal-
cada de aquella distribución en áreas
uniformes, cerradas, exclusivas. Con
ello se ha valorado en exceso el con-
cepto de frontera, que es un concepto
en tí extraordinariamente endeble,
cuando no absurdo. Jíos hemos acos-
tumbrado a generalizar hablando, por
ejemplo: de «los alemanes» o «los
franceses», fiándonos en las fronteras,
sin pararnos mucho en considerar que,
hace cincuenta .años, un pueblo tan ca-
racterizado como el alsaciano, habría
pasado bajo una denominación, y hoy
pasa bajo otra, tenida por muchos, por
contraria. Y pensemos lo que sería, en
la baja Edad Media, desde un intento
de clasificarlo por fronteras, un fla-
menco, subdito a la vez del rey de
Francia y del Emperador germánico,
o un gascón, sobre el cual se superpon-
drían las jurisdicciones de los prínci-
pes ingleses y franceses. Medítese .asi-
mismo sobre lo absurdo de las fronte-
ras naturales. Suele definirse Francia,
por ejemplo, desde este punto de vista,
sin fijarse en que si aceptamos como
divisorias las montañas, mal será el
lili i n la frontera; si los ríos, m,al los
Pirineos'.
Tanto absurdo en esta cuestión, casi
siempre hija de los azares de las polí-
ticas matrimoniales y las herencias de
una docena de familias de otros tiem-
pos, muy diferentes de los nuestros,
.ayuda a plantear el problema de la
comprensión de las variedades geográ-
ficas (de las maneras de vivir y de
las mentalidades; desde un punto de
vista mucho más real e interesante: el
de los focos de irradiación. Cuando
medimos, por ejemplo, la irradiación
de Koma sobre el mas pequeño iir
nuestros poblados y sobre otro cual-
quiera de cualquier país vecino, posi-
blemente descubriremos que hay mu-
chos más elementos romanos en estos
pueblos —eclesiásticos, arquitectóni-
cos, lingüísticos, jurídicos, etc.— que
elementos dependientes de las áreas
definidas por las fronteras de dos mil
años de historia.
Entre el último pueblo de España y
el primero de Portugal, entre Alcánta-
ra y Rosmanihal, existen, de seguro
muchos más elementos comunes, to-
dos ellos unidos a la irradiación de Je-
rus'alén, de Roma y de Hollywood, que
elementos vinculados a la irradiación
de Madrid o de Lisboa.
Si hacemos' un análisis espectral de
una población europea .aislada, nota-
remos que no pertenece, de hecho, a
una área exclusiva y encerrada, sino
a la superación de un cúmulo de capi-
talidades. Basta atravesar cualquier
pueblo de nuestras carreteras para oü-
servar que la más visible de las in-
fluencias que saltan a la vista viene
de Tm in, en la silueta de los innume-
rables «.Seáis». Las chicas visten den-
tro del área de París y los grandes car-
telones del cine rezuman Hollywood.
Las nuevas cafeterías respiran Milán,
mientras' arrinconan viejos cafés hi-
jos de París y los faroles norteameri-
canos arrinconan a los viejos faroles
franceses, mientras la arquitectura de
Finlandia afecta a los nuevos comer-
cios, tras este llamativo frontispicio,
las viejas casas continúan fieles a Ro-
ma, sus tejas, a los árabes, la Iglesia
que preside el conjunto, a Israel. El
peso de Barcelona sobre Sabadell, por
ejemplo, es seguramente menor que el
de Manchester.
Esta manera de ver la realidad nos
invita a contemplar el hecho de Bar-
celona no como la vio el ruralismo
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 15
neotrovadoresco, como el centro de
una pequeña área con unos' límites
susceptibles de ser trazados en un ma-
pa. Creemos que Barcelona es mucho
más y no nos parece baldía la tarea
de intentar dar un croquis de inven-
tario relativo a su papel irradiador y>-
bre el planeta.
El papel universal del Condado de
Barcelona arranca de sus' primeros
años con una significación muy preci-
sa. Verdadera avanzadilla europea
frente a la España musulmana, esta
posición le permitió un importante pa-
pel en el intercambio entre las dos cul-
turas. Cuando Córdoba era, con Bizan-
cio, la mayor ciudad de Europa, nues-
tro condado, con su Escuela de Ri-
poll, fue el introductor de la cultura
urbana y cosmopolita de Andalucía en
el Continente fragmentado y rura-
lizado. i i
Gerbert, formado en Kipoll —el Mo-
nasterio que introdujo en Europ,a la
música árabe y las cifras arábiga'»' pa-
ra las matemáticas— se transformó
en el dirigente de la cultura europea
y fue el fundador de los primeros al-
tos estudios, al servicio de Hugo C,ape-
to Pero tuvo una influencia todavía
más trascendental al lograr imponer
a su discípulo, el Emperador Otón III
de Alemania, la idea de una unidad
politioa europea compatible con las li-
bertades nacionales. Gracias a él to-
maron consistencia, dentro del Impe-
rio los reinos o señoríos de Hungría,
de Polonia y de Bohemia, que consti-
tuyeron estos pueblos en naciones.
Esta visión internacional basada no
ya en las uniones por conquista sino
en la libre asociación, no fue privati- El Castell Nuovo de Ñapóles
va de Gerbert (coronado Papa con el
nombré de Silvestre II), sino que fue dos en otros Estados equivalentes, co- pes con nostalgia y se contrapone su
durante siglos la originalidad de la mo más tarde Sicilia o Ñapóles, sin su- época feliz a la anjevina.
monarquía catalana. jeción alguna, sino en una libre aso- Impresiona ver como Ñapóles no ha
La Casa de Barcelona llegó a unir ciación que prefigura el «Common- querido borrar nunca nuestra huella
bajo su estandarte una constelación wealth» británico, sólo unida por la de sus' monumentos, como su enorme
de pueblos mediterráneos, por libre Casa de Barcelona. Arco de Triunfo permanece presidido
asociación. Fueron los pueblos de Pro- Este carácter de la irradiación bar- por el gran escudo marmóreo de las
venza y del Languedoc los que pidie- celonesa le permite contar hoy todavía barras, como la estatua del primer
ron a los reyes de Barcelona una pro- con la amistad de los pueblos' que le Rey de la Casa de Barcelona flanquea
tección frente a la presión obstinada fueron asociados hace siglos. Los nú- con la del Emperador, la puerta del
de Francia. Fueron los sicilianos los cleos conquistadores pudieron ejer- Palacio Real.
que se levantaron contra los anjevi- cer imperios mucho más vastos, pero Y más que estas piedras inanima-
nos y su «Mal Gobierno», para con- los mantuvieron por la violencia y han das, produce una sensación única ha-
fiar el poder a los Reyes de Barcelona. sembrado por siglos el rencor y el des- blando con las gentes que aman su
Fueron los napolitanos los que los lla- precio. Lo maravillos'o de la irradia- país y saben como nos entendimos y
maron como libertadores, más tarde. ción barcelonesa es su perduración en como los años de nuestra dinastía
Las mismas regiones del solar nacio- la simpatía. cuentan en la Historia de Ñapóles co-
nal no fueron sometidas al poder del Aquellos que han podido hablar con mo un excepcional período de libertad.
Estado centrado en Barcelona. Valen- las autoridades de la Sicilia viva, sa- Pero allí donde la irradiación del nú-
cia, como Mallorca, fueron constituí- ben como se habla de nuestros Prínci- cleo de Barcelona permanece como un
hecho más vivo es en las tierras occi-
tanas, de Burdeos a Niza, de Tolosa a
Clermont. En todas partes de esta
gran zona que forma la mitad de
Francia, el contacto con nosotros con-
tinúa manifestándose en innumera-
IIn verano bles formas, las más espectaculares de
en MtfHovca las cuales son los colores de la bande-
Un verano ra que llamea en lo más alto del An-
fiteatro de Arles, o la letra del himno
que se repite en todas partes y que
en Mallorca empieza:
Occitant, veicí la coupo
que nous ven dei Catalán...
Mario Verdaguer
En el mundo moderno la irradiación
de Barcelona se ha continuado ejer-
ciendo de un modo prodigiosamente
fiel a las viejas ideas de universalidad,
Nuestros urbanistas, un José Luis
Sert desde Harvard, un Antonio Po-
nent desde Buenos Aires, han difundí,
le lleva por el mundo pintoresco, do por ambas América» el concepto de
una ciudad abierta, social, contra to-
abigarrado, inquieto y, a veces, brutal, das las discriminaciones, v los pinto-
res salidos del núcleo de Barcelona,
de extranjeros de vacaciones en el apacible un Picasso, un Miró, un Dalí, un Ta-
escenario de la Isla de Mallorca. pies, al cobrar una irradiación mun-
dial, desde la costa americana del Pa-
nuro hasta Tokio, sin duda alguna
EDITORIAL BARNA, S. A. han representado, a través del arte,
una de las más dinámicas y fascinan-
ViaLayetana, 158 - BARCELONA tes contribuciones a la universalidad
y la liberación de la cultura humana.
KEVISTA — is

, Ti . - . ..™
Una pintura de Eduardo Alcoy
PREGUNTAS A NUESTROS ARTISTAS
EDU/VKDO ALCOY
OR fortuna los buenos artistas se
producen callada, silenciosa-
mente, sin grandes alharacas. Avan-
zan por pasos contados, sin precipi-
tarse. Este] es el caso de Eduardo
Alcoy que se justifica, al margen de
la afirmación que es su, obra, dicien-
do: <imi evolución ha sido lenta por-
que no me he sentido atraído por la
novedad como tal, no me he dejado
llevar por la última moda». Y la úl-
tima modajiara los aprovechados del
momento es, por ahora, el abstracto
| con todos sus sub-ismos. Aicuy as
inició en el abstracto allá por el 54,
\ antes de la III Bienal Hispanoame-
I ricana y de la que no pudo salir, con
posterioridad y por jaita de número
\ suficiente, un salón de abstractos.
—¿Entre la obra del hombre y la
I de la naturaleza por auúl te decan-
I ios?
—Por la del hombre. La de la na-
\ turalesa no la considero obra por
| habérnosla encontrado ya hecha.
--¿No podemos aprovechar ciertas
I circunstancias y condiciones de la
I naturaleza, la casualidad por ejem-
\plo?
—La casualidad, si no se la domina,
\no me interesa. Los que se fian de
íella, nunca podrán repetir un cua-
ídro, una técnica. La obra de arte ha
I de ser racional; en caso contrario no
\e.-s tal obra de arte.
—¿Qué formación ha de tener el
\artista?
-Ha de ser lo de siempre, artista.
I Después que sea lo que quiera y que
1 adapte su obra a lo que más le con-
[venga,
—¿Qué signo quedará como el más
I representativo de nuestro tiempo?
16 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 16
BARCELONA
100 f o t o s .
Por. F. CATA'LA - R O C A
—Es difícil precisar. Los hechos se
suceden cada vez con mayor rapidez
y llegará un momento en que se ha-
blará de correspondencia a años. El
tren, la fuerza de vapor, fueron te-
mas para décadas.
—¿El cine (Arnold Hauser ha in-
cluido a nuestra época bajo el signo
del cine) puede ser la representación
de este tiempo y puede sustituir a la
pintura figurativa?
—No creo que pueda ser un susti-
tutivo desde el momento en q-ue tiene
una misión directa. Me ha interesado
y he estudiado el cine de Norman
Mac Laren que, en realidad, es pin-
tura abstracta animada., Al otro cine
lo veo como espectador.
—¿Se puede condenar, desde nues-
tros dios, a alguna época determi-
nada?
—En principio, me quedo con la
nuestra. De las anteriores es difícil
hablar de condenación, pues cada
una de ellas ha cumplido su misión
histórica.
—¿Has> trabajado en coiaboraciün
con las otras artes?
— ¡Soy, naturalmente, partidario de
la integración siempre que el arqui-
tecto respete la parte que le corres-
ponde al escultor y al pintor y no los TEXTO de
convierta, con sus imposiciones, en
meros artesanos. LUIS ROMERO
Alcoy ha conseguido, en fecha re-
ciente, el Premio de Pintura «Ciudad • Traducciones francesa, inglesa, alemana e italiana.
de Granollers». En breve expondrá • í/na sorprendente visión de la Barcelona de hoy.
en Madrid en una muestra en la que
participan un esaultor (José Marta Publicado por
Subirachs) y tres pintores (Carlos
Planell, Hernández Pijuán y Eduardo EDITORIAL BARNA S.A.
Alcoy). VIA LAYETANA, 15» BARCELONA
JAIME ARNAL
 UN TRISTE RAMA
íi?uc¡¡3 frecuencia nos hemos estos elogios, digo, no van orientados
lamentado, y todavía continua- hacia ninguna fórmula dramática de-

COSTA B R A V A mos lamentándonos, de la escasísima

Por RAFAEL
M UCHOS son los libros escritas so-
bre la «Costa Brava» gerundense:
esa zona de nuestro litoral fijó siem-
pre la atención de nuestros pintores y
de nuestros hombres de letras: las pu-
pilas de. un Gimeno, de Meifren Roig,
ets. como la prosa de un Prudencio
Bertrana, de un «Víctor Cátala» o de
un Ruyra, anticiparon el conocimiento
de ese paraíso marítimo, de calas azu-
les y pinos verdes, que ahora descu-
bre, en sentido muy distinto, nuestro
gremio de Hotelería y similares.
Si la bibliografía es muy extensa,
hasta culminar en la suma «costabra-
vense» de José Pía, no siempre los da-
tos '.Vuelen estar encajados en su sitio.
Por otro lado —excepto el libro de Pía,
citado— nuestras guías adolecieron
del vicio de estar redactadas desde tie-
rra adentro, dándole más importancia
a las poblaciones que a la cinta del li-
toral.
T.uis Romero, en esta espléndida y ri-
ca guía de la «Costa Brava» que ha
impreso con lujo y pulcritud editorial
Cid, ha seguido el sistema de recorrer
el arco costanero, des'de Blanes a Port-
Rou, en nave marinera. Y como el es-
critor es un diestro navegante sobre
breve barquichuelo de nivea vela, pue-
de ofrecernos el relato de su personal
experiencia: Romero conoce la costa
con los ojos alertas de un griego: sa-
be en qué cala amaina el viento; en
qué recodo de un cabo se puede soltar
<*1 trapo; no! h,ay playita, entrante o sa-
liente de esa sinfonía wagneriana del
literol gerwndensc qiue no conozca y
nos' describa con lenguaje familiar.
Pero no hay que olvidar que el hábil
y valeroso navegante que nos relata
su periplo de Blanes ,a la frontera
francesa, es, al mismo tiempo, uno de
nuestros más leídos novelistas. Que
posee una prosa dúctil, sutil, que sabe
reflejar, en cada ocasión, la delicia de
un matiz, la calidad del color determi-
nado de una roca, de una cala, de un
rincón determinado de la geología cos-
tera. Se añade a ésto una cultura hu-
manística amorosamente aprendida,
imprescindible para ojear, por estos
mágicos parajes, donde surgen a cada
instante, evocaciones mitológicas, re-
cuerdo de primitivas civilizaciones,
desembarcos históricos. Este conjunto
de cualidades reunidas' en la persona-
lidad excepcional de Luis Romero le
permiten ofrecernos un libro donde se
congrega la finura literaria del texto
(tanto en castellano como en la tra-
ducción catalana de Juan Oliver) co-
mo la amenidad y el rigor histórico
del mismo.
MANZANO
Quizá, como reparo, podríamos po-
nerle al libro, el que Luis Romero no
hubiera desembarcado en las poblacio-
nes y compulsado los modernos libros
municipales, ordenados a redactar
por la Comisión Provincial de Urba-
nismo de la Costa Brava. Entonces hu-
biera completado su texto, tan limpio
e informativo, con la parte correspon-
diente al «futuro» de ese litoral. Sus
vivos problemas demográficos, las razo-
nes de su decadencia: lo que se está ha-
ciendo en orden a la defensa de su
paisaje: los proyectos portuarios, de
aeródromos; los puntos1 de máximo
porvenir: datos sobre el crecimiento
hotelero etc. Un mundo curioso y per-
fectamente estudiado dentro del rigor
científico más puro, cuyos datos han
sido recogidos, con paciencia benedic-
tina, por los municipios, a lo largo de
estos últimos años y entregados a la
Comisión de Urbanismo de Gerona pa
ra molturarlos.
Dicho sea esto sin demérito para el
maravilloso texto de Luis Romero, que
se ciñe admirablemente, a la finalidad
del libro: la de ser un permanente re-
cuerdo, con una riqueza tipográfica
desconocida en nuestro país, de una
estancia en unos parajes encantados
y filtrados de historia.
Hemos dejado para lo último el co-
mentario a las fotografías de Cátala
Roca: hace tiempo que conocemos la
mágica cámara< de este singular artis-
ta. Pero ahora se ha superado, quizá
por operar seleccionando minchas pla-
cas generosamente impresionadas No
sólo nos ofrece el paisaje en sí, sino
su peripecia humana. ¡Qué magnífica
es es'a foto del pescador cosiendo sus
redes! Al mismo tiempo, el huecogra-
bado ha sido trabajado con mimo, re-
tocando zonas débiles, realizando un
verdadero poema en imágenes de la
costa gerundense.
El libro de la editorial Cid, es, hasta
ahora, la joya más exquisita realizada
sobre ese litoral español: tanto el ha-
bitual a sus encantas', como el episódi-
co visitante encontrará en sus pági-
nas el recuerdo de la hermosura de
un paraíso encontrado y disfrutado:
un libro obsequio, pensado con delica-
deza, trabajado con primor artesano,
y realizado por un orfebre de la prosa
uniendo sus esfuerzos a un artista de
la fotografía.
Rafael MANZANO
«COSTA, BRAVA». — Editorial Cid. —
Texto: Luis Romero. — Fotos: Cáta-
la Roca.
atención que los escritores y ensayis-
tas españoles dedican ,al fenómeno tea-
tral. Es realmente precaria la biblio-
grafía que se produce en el país en
torno al tema del teatro nacional con-
temporáneo Son muy contados las' li-
bros que enjuician, historian o .anali-
zan la situación actual de nuestra lite-
ratura dramática. Y esa es' la razón
de la alegría que en nosotros se oca-
siona cuando sale, pimpante, de los
tórculos cualquier obra que asedie, si-
quiera sea de modo tangencial, el des-
deñado tema.
Ahora mismo ha llegado a nuestras
manos un I1 revé volumen, avalado ñor
la firma de Alfredo Marquerie (1). Un
libro que, a su recepción y antes de
•abrirle, nos inquietó gozosamente. Pe-
ro he aquí que, una vez emprendida
la lectura, esta exultación fue enti-
biándose poco a poco, hasta quedar
congelada sin remedio cuando volvi-
mos la última página del texto. Vaya
por delante, sin eufemismos, el senti-
miento decepcionado que origina estas'
líneas. Pero nuestra defraudación re-
quiere de una más o menos circuns-
tanciada exégesis. Vamos a por ella.
Alfredo Marouerie, como es público
y notorio, ha sido durante muchos
años uno de las' críticos teatrales es-
nañoles de más 'solvencia, de más lim-
pia justeza, de más exigente honradez.
.Sus comentarios y recensiones daban
la pauta con que había de medirse, pe-
sarse y calibrarse el teatro español de
cada día. A él nos hemos remitido nos-
otros miamos fu diversas ocasiones,
allá cuando iniciábamos nuestro aven-
turado menester de la crítica teatral.
Alfredo Marquerie, en fin, era digna-
mente respetado y oído ñor todos los
que viven, activa o pasivamente, en
torno a ese hecho, siempre mágico,
de la farándula. Pero Marquerie, «era»
todo esto; por desventura, hemos de
apelar al pretérito para considerarle,
porque, di'Sile hace un tiempo —na es
fácil precisar en este punto— el fino
crítico de «ABC» parece haber perdido
en gran parte su atenta y acuciante
inquietud en lo que al menester judica-
tivo se refiere. Y una prueba incontro-
vertible de este cambio casi radical
—cuyas motivaciones no es de nues-
tra incumbencia examinar— la cons-
tituye ese sucinto volumen ahora apa-
recido, en cuyas páginas se intenta
proporcionar una vista panorámica de
las dos últimas décadas' del teatro es-
pañol, y que no es otra cosa sino una
recopilación de las notas críticas que
el autor publicara en su periódico, hil-
vanadas ahora, no siempre con igual
destreza en el ajuste.
Lo primero que salta a la vista una
vez nos adentramos en los sencillos
entresijos de esta obrit,a, es la patente
insenceriii:;u u»; su autor. iV $e c!emc<*
a profligar elogios, algunas vtccs tem-
perados en su desmesuíauí.'eiito con
alguna observación tímiUíiiueiite ne-
gativa. Pero estos elogios, aunquv pu-
diéramos olvidar que se deben .al otro-
ra intransigente Alfreda Marqueiíe;
terminada, ni hacia un autor específi-
co o grupo de autores de similar ten-
dencia. Se siembran a voleo, en an
palpable afán de «quedar íüen» con to-
dos, de no establecer diferenciaciones,
de no marcar distancias, etc. Es decir,
justamente lo contrario a lo que debe
ser una crítica jerarquizadora, u«scri-
minatoria, que, a la par que señale
tendencias y caminos, ordene con un
mínimo de rigor las calidades y cua-
lidades que dentro de cada uno de
ellos haya que ordenar. ¿Puede, creer
alguien, y menos aún el propio Mar-
querie, que el teatro de Buero Vallejo
se alinea en el mismo rango que el de
Calvo Sotelo, pongo por caso? Pues
cualquier lector no avisado extraerá
del libro de Marquerie esta consecuen-
cia: eso suponiendo que no llegue a
considerar, en vista de la adjetivación
laudatoria y del tono general de los
capítulos correspondientes, que «La
Muralla» es superior en alcance a «La
ardiente oscuridad».
Abundando en esta peregrina inten-
ción igualitaria, Marqueríe se explaya
i panegíricos, sólo en parte acepta-
bles, sobre Benavente o los hermanos
Quintero o Jardiel Poncela. Pero ni
una aclaración sale de su pluma en
"uanto a 1.a irrevocable periclitación
de los snijnpst.os vulores del teatro de
los primeros, ni en cuanto a la perfec-
ta vigencia, poco aclarada aún, de la
producción de Jardiel.
Para cualquier lector no imwuesto
sobre la situación del teatro español
actual, el libro de Marquerie es un
cumplido florilegio de loas que parece
referirse al Siglo de Oro. En cambio,
para el que esté un poco al corriente
del avatar de la escena nacional con-
temporánea, las páginas de esta obra
sólo contendrán una triste verdad, que
acaso sea, precisamente, la clave de
la penuria, de la crisis, o como uniera
llamarse. Y esa triste verdad es la si-
guiente: ruando alauien se empeña en
silenciar los propios defectos, es que
esos defectos abundan de un modo
harto considerable, y que superan a
las cualidades positivas Por otra
parte, si es'os defectos no se señalan y
se airean, ;. quién podrá tomar con-
ciencia de ellos y aprestarse al reme-
dio?
Finalmente, y para insistir sobre la
idea íguaHtarista1 de Marquerie en este
übro, señalemos otra curiosa circuns-
tancia: Metidos en el examen particu-
lar de cada autor, tampoco adverti-
mos en estas páginas la menor gra-
duación de méritos en la lista de obras
respectivas. ¿Es qué no hay una distan-
cia inmensa entre la «Mónica» de Al-
fonso Paso y «Juicio contra un sinver-
güenza» por ejemplo?
El libro de Marquerie nos ha defrau-
dado. Pero, sobre todo, nos ha entris-
tecido.
(1) «VEINTE AÑOS DE TEATRO ES-
PAÑOL». — Por Alfredo Marque-
rie. —• Editora Nacional. — Ma-
drid, 1959.
Enrique SORW)

de baja estoja, en un escándalo
de cualquier orden que incita la
mórbida curiosidad de los públi-
cos no letrados. Los ejemplos,
al pife dé la al respecto, pueden ser múlti-
ples; pero muy a mano, y harto
próximos, tenemos dos a todas
luces patentes: «El doctor Ji-
vago» y «LoZzía». ¿Imaginan us-
tedes lo que hubiera acontecido
cretas de la primera parte? La
respuesta es obvia: El aire gris
de la indiferencia habría des-
cendido sobre ellos, y su lectura
estaría limitada a los eternos
sectores minoritarios. Y eso ocu-
rre, precisamente, con dos «best-
sellers» que aparte de las indu-
dables rosones sensacionalistas
que avalan su venta poseen una
Nabokov ha producido una de-
cepción colectiva a todos los que
buscaban en el relato la porno-
grafía vertida a chorro. Perso-
nalmente, he oído numerosos
comentarios al respecto emiti-
dos por ese tipo de lectores oca-
sionales. Y supongo que todo el
mundo habrá podido comprobar-
lo de igual manera.

El escándalo de "Lolita^ con la novela de Pasternak, si a

A NTE cualquier «besf'Seller»
literario, cabe siempre una
justa sospecha. No suelen ser
las obras maestras manjar pro-
picio al paladar de los grandes
públicos compradores, al menos
durante los años subsiguientes a
su publicación. Por el contrario,
el libro de venta masiva, el de
traducciones vertiginosas y co-
piosísimas ediciones sucesivas,
suele estar apoyado en razones
los jerifaltes de Moscú no se les
antoja, tan oportunamente, ve-
tarle el Premio Novel? ¿Se les
ha ocurrido pensar lo que sería
del tan traído y llevado relato
de Vladimir Nabokov si se le hu-
bieran suprimido antes de su pu-
blicación, dos o tres escenas con-
firme calidad literaria. Y a eso
íbamos.
Del mismo modo que «£/ doc-
tor Jivago» defraudó aplastan-
temente a los numerosos incau-
tos que a él llegaron esperando
encontrar revelaciones sensacio-
nales en sus páginas, de igual
manera la novela de Vladimir
Concretamente en el caso de
«Lolitan, la justificación del es-
cándalo se cifra de modo espe-
cial en las dos o tres escenas,
de alambicado erotismo descrip-
tivo, que se presentan en la pri-
mera parte de la historia. Por-
que el resto del libro, lleno de
(Pasa a la página 19)

REVISTA — 17

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 17

 PERFIL GASTRONÓMICO DE CATALUÑA
DARÁ
1
perfilar un panora-
ma gastronómico es pre-
ciso empezar hablando de los
productos naturales del país;
bajo el cultivo que reciben y
con el provecho que de ellos
se obtiene, dan los primeros
indicios del refinamiento gas-
tronómico.
En los innumerables pro-
ductos naturales de Cataluña,
sobresale una buena parte de
ellos con el grado de primerí-
sima calidad. Sus excelentes
resultados en las manipula-
ciones culinarias, hace que su
fama atraviese las fronteras,
recibiendo el aprecio, primero
en los mercados y más tarde
en las cocinas, por los más
expertos maestros en coqui-
naria.
Así como las trufas de Pé-
rigord no pueden ser iguala-
das en ningún otro lugar, por
su perfume, por su consisten-
cia, y por su color; también
la cebolla de Figueras brilla
como un rubí sobre las demás
especies. Sus resultados son
infalibles en materia de sofri-
tos. Sometida a la acción del
frito, se dora más pronto sin
despedir la más mínima par-
te de agua, que tanto entor-
pece esta operación, hacién-
dole obtener el deseado punto
de, dorado que cuando ha co-
rrido a todos los puntos, lle-
gando al negro, aún se man-
tiene brillante y de un agra-
dable dulce. De aquí la fama
de los clásicos platos con ce-
bolla, tales como: «Sang y
fetge de porc am seba», la
sepia, el bacalao, la tortilla,
la coca de. pasta de pan y
otros. Todos estos platos, he-
chos con esa cebolla, alcan-
zan un perfecto grado de
refinamiento gastronómico.
Otro tanto sucede con los
ajos de Bañólas, que excitan
y resucitan manjares, mien-
tras otras clases los estropean
y los hacen insonortables.
¿Quién no conoce los nabos
de Capmany y los de Cerde-
ña? En algunos pueblos de la
Maresma y del Ampurdán
aún es tradición de la fiesta
Mavor. comerse un buen pla-
to de ellos. La oca con nabos,
los pies de cerdo con esta le-
gumbre y algunos rehogados
especiales, dejan, por su deli-
cioso sabor y suave perfume,
cautivados a los más refina-
dos «goUrmets».
Excelentes pollos son los
que produce la provincia de
Gerona y en especial los de
Gerona misma, Llagostera y
La Bisbal. En patos mudos,
también es notable Gerona.
En cambio en patos «xarrai-
res», es preferible la parte de
Lérida. Con los caracoles su-
cede algo parecido; para «bo-
b<='s», Bañólas, y para «vinals»
Tárrega.
ISTo es menester decir los
méritos ya reconocidos a la
ternera que produce Gerona,
aunque a pesar nuestro este
punto de delicadeza ha dis-
minuido un poco; para mejor
explotación de la leche, una
gran parte de las terneritas
son recriadas en la parte de
Lérida. Hoy la ternera que
supera todas las calidades, es
la de Avila, y los mejores cor-
deros de España son los de
Zaragoza.
La provincia de Tarragona,
se presenta con sus vinos tan
ardientes como su sol, con sus
deliciosas mistelas y con su
oloroso vino rancio, y con sus
18 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 18
sabrosas almendras. Las ave-
llanas de la Selva del Camp,
no tienen rival en el mundo
entero. Son insuperables los
aceites de Reus y Tortosa. Ta-
rragona no es provincia de
rebaños, pero los corderos
criados en el país son de una
carne exquisita. Recuerdo ha-
ber visto de jovencito, llegar
carneros forasteros (digo es-
to porque mis padres eran
carniceros); en los primeros
días su carne era incomible,
pero un poco más allá de los
quince días de apacentar en
aquellos aireados campos y en
las riberas del Gaya, era sor-
prendente el grado de sabior
alcanzado por sus carnes.
El yantar catalán, en un grabado popular antiguo
José M," Busca Isusi, perio-
dista vasco y autor de algu-
nos trabajos gastronómicos,
entre ellos un excelente libro
titulado, «Alimentos y guisos
en la Cocina Vasca», con
quien tu 76 una pequeña co-
rrespondencia, me aconseja-
ba que escribiese sobre tema
gastronómico y me decía «Un
estudio crítico sobre la coci-
na catalana, tan despreciada
por los ignorantes, creo sería
un buen tema». Agradecí la
idea del buen amigo, con, pro-
pósito de pensar en ello al
presentarse la primera opor-
U'iiidad.
La cocina catalana a mi
manera de ver, es hermana y
a vo^s se confunde, con la le.
vanhif a, la m^l orquina y la
provenzal. Todos estos pue-
blos, unidos por el Mediterrá-
neo y de un clima parecido,
tienen algo en común; ya
por su situación geográfica,
ya por sul historia. La cocina
catalana alcanzó en otros
tiempos una indiscutible fa-
ma universal. Me dijo un día
cierto cocinero de nacionali-
za írancesa y que habla
consumido la mayor parte de
su vida en las cocinas pari-
sienses, que en las cartas de
los mejores restaurantes y ho-
teles del mundo., figurabian
casi siempre platos a la cata-
lana. Pero la cocina cata-
lana no corrió la misma suer-
te que lai de la! nación vecina.
Por SEBASTIAN DAMUNT
porque, después de haber al-
canzado una justa fama, no
tuvo maestros que la perfec-
cionaran y perpetuaran en
buenos tratados sobre el te-
rna, y de ahí el hecho de que
fuera perdiendo originalidad.
Contaba yo apenas veintiún
años cuando me encontraba
trabajando en Francia y con
uno de los mejores jefes de
cocina. Una mañana me en-
tregó tres espaldas de corde-
ro, diciéndome que eran para
el personal y que las guisara
como a mi me diera la gana.
Las puse a asar en una plan-
cha hornera y untadas con
manteca de cerdo; cuando las
tuve a punto las saqué, guar-
dándolas en una fuente a la
estufa para que no se me en-
friasen y en la plata donde
las había cocido puse una
porción de patatas cortadas a
grano de ajo, con una cebolla
a trozos y un par de tomates
del mismo modo, más una ho-
ja de laurel y cuando estu-
vieron al punto las espolvoreé
con un puñado de ajo y pe-
rejil picado. Coloqué a su al-
rededor las espaldas cortadas
a trozos y le di ese último re,
toque que en términos profa
sionales llamamos un «cop de
forn». .
Cuando mi jefe vio aquella
comida dispuesta se acercó a
ella y después de. contemplar-
la unos instantes, exclamó:
«Ca c'est la véritable cuisine
catalane». .Y empezó a comer
puñados de patatas, con
asombro de todo el personal
de la cocina, y a cada bocado
seguía la exclamación, de:
«Ca c'est la véritable cuisine
catalane». .
Barcelona fue en el último
tercio del pasado siglo y prin,
cipio del presente cuna de ex.
celentes cocineros que en su
mayoría luego abandonaban
el país y se extendieron has-
ta por los países más lejanos,
siendo altamente cotizados
en todas partes, en especial
en los países de la América
dé habla española. Igual se
encontraban cocineros cata-
lanes en la cocina de uní Zar,
que en un¡ popular restauran-
te de Shangai.. Respecto al
espíritu de emigración, un
viejo cocinero me contaba
que. con motivo de una huel-
ga que hubo en Barcelona, a
principios ae este siglo, en
pocos días emigraron cerca
de cincuenta cocineros, casi
lo mejor que contaba nuestra
ciudad. I.'.
La culinaria catalana ha
marchado al frente de mu-
chas otras. Tenemos como
testimonio de ello, el hecho
de que uno de los primeros
libros de cocina que se escri-
biera después de haberse in-
ventado la imprenta, fue edi-
tado en Barcelona y en len-
gua catalana. Me refiero al
libro de Ruperto Ñola, cuyas
ediciones más antiguas son la
de Barcelona en 1520. y la de
Toledo en 1525. traducida en
lengua castellana.. Basándo-
me en datos concretos y sin
entrar en más historias, el li-
bro de Ruperto Ñola fue el
primero que se editó en la
Península y está considerado
como uno de los más anti-
fruos libros de cocina del mun-
do. \
En un incunable francés
del año 1474, «De honesta Vo-
luptate et Valetudine», su au-
tor. Barriste Platine de Cré-
mone. describe el «Miraux ou
Mvrause de Catalogne» y la
«Perdrix appretées a la cata-
lane». Del primero empieza
diciendo: «Les catalans sont
une natlon for nette en leur
m a n g e r, qui ressemblent
srandement aux italiens tant
en engin, coutumes, comme
en facón et pólice de vivre...»
Y del segundo termina dicien-
do: «Notre francais mange.
volontiers de oette viande
combien au'll hait les cata-
lans ; il alme leur viande. et
hait leur nation».TC1Mirraus-
te, como lo escribe Ñola y
también Terreros ,en su Dic-
cionario, era una salsa cuya
base eran las almendras tos-
tadas, pan, azúcar, especies,
caldo y jugos de carne. Re
preparaba en un guiso de
aves, tomando por nombre el
de la salsa y también se ha-
cían otros platos de Mirraus-
te en peras y en manzanas;
pero estos platos de la coci-
na gótica, están bastante le-
jos de adoptarse al gusto ac-
tual. Aunque según dice Pla-
tine, eran algo delicioso; «Ne-
me souviens point avoir man-
gé meilleure viende. Est de
grandi aliment et de tarde
concoction échauffe le foi, les
reins, engraisse le corps, la-
che le ventre».
Como cosa curiosa, tam-
bién anotaremos aquí el pá-
rrafo del prólogo del libro ti-
tulado «Nuevo Manual de 1?
Cocinera Catalana y Cubana*
Habana 1858. «...Si eres afi-
cionado al país del buen vino
no te faltarán reglas para
hacer y condimentar la Escu-
della, el celebrado Platillo, y
sobre todo el non plus ultra
del «alloll» que tan bien ade-
reza la carne como el pesca-
do, la volatería como los ca-
racoles, la verdura como las
legumbres; en fin, es una, es-
pecie de salsa universal que
conforta el apetito y alegra el
corazón...»
Daremos una breve ojeada
sobre los productos de la cu-
linaria catalana, piies entrar
de lleno en ella, sería el cuen-
to de nunca acabar. Me en-
tretendré en algunos que es-
tán ya casi desaparecidos, o
que son de poco uso. En Mas-
nou todavía hay tradición, en
a.lguna familia acomodada,
de preparar, cuando qxüeren
obsequiar1 alerún invitado «un
pollastre al sucre», que viene
a ser como un pollo con san-
faina, al aue se adicionan
unas cucharadas de azúcar,
sometiéndolo a una lenta coc-
ción, que lo déla al final co-
mo una mermelada. Esté pla-
to tendrá muchos indiferen-
tes, pero también mantiene
sus adeptos. Los habitantes
de este pueblo son muy
amantes de comer guisados
de tortuga y el clásico «peixo-
palo» a; la ma,rmera, pero ca-
da día son más raros esos de-
licados manjares por esca-
sear las primeras materias.
No es cosa nueva el usar
frutas para acompañamiento
de algunas viandas. Antigua-
mente, en Barcelona se hacía
un guisado de peras o sea
«Peres ofearades». Su prepara-
ción era muy sencilla: sólo
consistía en peras de Invier-
no no muv maduras, peladas,
cortarlas a cuartos, sacándo-
les las semillas de su centro.
o> bien enteras y vaciadas por
débalo con el mismo obleto;
se ponían en una olla de ba-
rro con un poco de manteca
de cerdo o bien de aceite fi-
no, un vastto de buen vino se-
co, una hoja de laurel y un
troctto ríe canela, un poaul-
tln de sal v pimienta.. Se ta-
paba la olla con un plato so-
pero o nermeño barreño con-
teniendo agua, v se colocaba
a un fuego suave y, de vez
en cuando, se levantaba el
plato para removerlas un po-
co hasta su completa cocción.
En Alella v Teyá aún es cos-
tumbre, en la "Fiesta Mayor,
hacer un guisado de carne
con peras. Hay dos clases de
esta fruta, eme en estos tiem-
pos de verano se acomodan
mucho a ser sruisadas1: las
tendrales y las del buen cris-
tiano.
También se hacía en Bar-
celona, en la Maresma y en
 61 Ampurdán, el «Relleno».
Consistía en peras, melocoto-
nes y manzanas (una de es-
tas tres írutas, no importa
cual fuera), vaciada y rellena
cié un picadillo que puede va-
riar según gusto o circuns-
tancias1. Lo mismo da que sea
carne, de cordero ,de ternera,
de cerdo. También hay quien
compone una pasta al morte-
ro, machacando avellanas, al-
mendras, rosquillas, galletas,
huevo duro, que luegoi se aro-
matiza con algún licor y por
último con un huevo crudo
que termina la pasta; y una
vez rellenas las peras, se. co-
locan en una cacerola de bu-
rro y se rocían con un chor ri-
to de anís y copita de un
buen vino seco, se cubren con
un baño húmedo y para que
el guiso sea perfecto tiene que
pasar en este estado toda la
noche. Ai la mañana siguien-
te se sacan una una, se espol-
vorean con harina y se fríen
con buen aceite o manteca
sólo hasta conseguir una li-
gera capa dorada y se van
volviendo a la misma cacero-
la donde han pasada la no-
che. Es muy importante ha-
ber conservado el tapón de la
misma fruta o bien al freir-
ías obtener en la parte del
rellena una capa crosquillan-
tei una vez¡ terminada la ope-
ración del frito, y de nuevo
las frutas colocada» en la ca-
cerola, se pone un buen vaso
de vino rancio, una cepita de
anís, se espolvorea con azú-
car y con algunas bolitas de
mantequilla y en estas cir-
cunstancias está el guiso en
estado de terminar la coc-
ción en, un horno suave pues
al final queda con un bonito
color ligeramente carameli-
zado^ Hay manzanas que son
muy adecuadas pero su clase
es bastante local.
También se hacían en nues-
tra ciudad dos salsas a base
de frutas, una muy a propó-
sito para acompañar asados
y otra para volatería y caza.
La primera era a, base de la
«malgrana» (Granada) y la
segunda de «els codonys»
(Membrillos). El ingenio ca-
talán sabía encontrar en su
culinaria la afinidad de com-
posición entre los elementos
que a simple vista parecen
más opuestos.
Con la Langosta a la cata-
lana se hacen varios guisos.
(De una minuta del Restaurante «Thebussem»)
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 19
Nos lo demuestra lo abun- «Míu», ó sea, langosta y pollo
dante que ha sido en nues- y no falta quien también la
tras costas y en todo el Me- prepara con pato, pero este
diterráneo ; antiguamente los plato está ya muy populariza-
griegos no consideraban nin- do. A modo de la Barceloiieta
gún banquete que mereciera también existiói una langosta
tal nombre si en él no figura- con una salsa un tanto aza-
ba «la locusta», porque el «ca- franada. Y hablando de la
rabus» que ellos tanto apre^ Barceloneta recuerdo que ha-
ciaban, era la langosta cuyo rá algo más de treinta años,
nombre nos viene del prime- en una verbena de San Juan,
ro. Yo he conocido a perso- en el Restaurante Rompe-
nas que me hablaban de la olas, vi despachar en el curso
langosta , con¡ caracoles que de la noche unos cuatro sa-
comían en Gerona. Una vez cos de. mejillones a la mari-
lamiliarizado con dicho plato nera, plato típico de este lu-
me imaginé que era origina- gar.
rio de Gerona, pero más tarde
pude apreciar que daba ¿seña- Aunque parezca un poco ex-
les de vida en otros lugares, travagante la confección de
y en algunos de ellos muy platos de langosta a la cata-
uien asentado, como en Sit- lana, díganos que en la coci-
ges mismo. .La salsa de esta na ocurre, si no exactamen-
langosta que en tan buena ar- te lo mismo, algo que se pue-
moriia une estos dos elemen- de comparar con lo que oí en
tos, es de buen aspecto y me- boca de José María Junoy:
jor sabor, de calidad de gui- «un buen, pintor, una paleta
so casero. Es una salsa; con- y un gran corazón, producen
centrada, un tanto atomata- milagros».
da y un, poco oleosa. El clásico «arroz a la casó-
Existe otro guiso que em- la» era muy cómeme, sino
pieza con rehogo de langosta ae un moao general, con uas-
y cebolla cortada bien lina, t,ante extensión, en cieñas 10-
cociendo dentro de una olla üaiiaaues' en ios días, ae iner-
de barro o mejor de hierro uauo y en utuceioiía por tra-
colado bien tapada, y que fi- uicion los jueves y uommgos.
nalmente se termina con una r'or la ooai¡* uommaua ei pes-
salsa echa al mortero cuyos cauo en caiiuaaü y canuau y
componentes son chocolate, en ai interior se¡ acerituaoa a,
canela, melindres, algo cíe veces en las mismas coiiui-
ajo, almendras tostadas y el ,cíoiies til ccruo. L.OS prmeipa-
coral de la langosta. También ies elementos que eritrauan
a este plato hay costumbre .en esto* anoces eran la sepia,
de ponerle caracoles, pero só- ios calamares, langostinos, Los productos del país son base de la cocina del mismo
lo es admisible un caracol «escamaiituis» (.cigaias,), me-
blanco, achatado y pequeño; jillones, almejas; y ue cerdo: si toda la humedad que en un rragona y Keus, las «cocas»
en, catalán «mongetes». «cap ue costeua», saicnicnas principio se íormaDa dentro do chicharrones de Barcelo-
Hay una fórmula de lan- y, algunas veces, lomo. Los ue la cacerola. na, los «tortells» de San An->
gosta que en un principio lúe guisantes liemos, ei perejil y Son también innumerables tonio, la «crema» a la catala-
llamada «a la tossenca» y úl- ios pimientos encamados y los productos eiaoorauos en na y de San José, los «pane-
timamente, «a la Costa Bra- aigo de azairan, le aaoan, co- .1 pcus que pueaen competir llets» en el día de todos los
va», que consiste en langosta lor y contraste. AI entrar en con ios ae otros países por su Santos, el arrope de Teyá, los
de medida partida, puesta en una íonua y a vecei» tamoieii calidad. Kntre eiios aestaca- «matons» de Pedralbes, los
aliño un buen rato, después ue paso por delante ue algu- remos los sabrosos saicrucno- turrones de Agramunt y por
cocida a las parrillas. Antes na casa en ciertos pueo^os, nes ae Vicn, ia «Dutuarra» falta de espacio no hablare-
de terminar la cocción se le- se ouateaoa una suave rnez- cataiaria, la «uuuiarra» de la mos de la «calgotada» de
va poniendo encima alguna oía ae olores acemuanaose el (_,amga, ia «Dutuarra ü'ou», Valls, de los «romescos» de
cucharada de mahonesa con ue sol rito y marisco, pues en la «Dutiiarra uoic,a» ae za- Tarragona, de las «f aves» a la
gusto de ajo, y también hay ello quedaua advertiuo el cia- gueras el «Recuit» de la catalana de Barcelona y de
quien le agrega a la salsa un üico pregón de «a surtit i'a- jáisoai, ios «borregos» de O'ar- su «casóla de dijous gras»
poco de pasta de atún en con- iTos». Después, en ios restau- aeaeu, las «cocas» de Viia- etc., y así llenaríamos renglo-
¿srva, obtenida machacándo- rantes, se introdujo el nom- iranca y Vilanova y Geitru, nes y renglones de productos
la al mortero. Al finali la lan- ore ue «Arroz Miramar», ios «bulats y pastisos» ae Ta- y platos del país.
gosta ha de quedar oleosa, de acercándose mas al estilo va-
un rubio fuerte, y el puré de lenciano; actualmente la pa-
£tún ayuda a obtener este ella ha desterrado casi por 0JÜ habrán sabido lo que les inte-
punto. .También es costum- completo lo uno y lo otro. resa.
bre preparar en Arenys y Ca- (viene de la, página 17) 2.8 KLolita» es una novela de
Por Tortosa se guisaba densidad psicológica, excelente- buena ley literaria, de puro sig-
daqués y parte del interior de otra cazuela de arroz llama-
mente escrito, 2/ dejanao aparte no intelectual, donde el tono iró-
la provincia de Gerona, el da a la tortosina, pero en, es- nico —tan poco propicio al en-
ta no entraba pescado; sus esa teoría, caire cínica y esté-
tica, ae LOS Knympnetiéii», es i»w tendimiento de la masa— atem-
elementos eran cabeza y pa- reLato itinerante, aonae LÜ sáti- pera constantemente los ímpe-
tas de cordero, butifarra cru- ra y La ironía, ¡unió u ta paaio» tus pasionales que parecen cons-
da, butifarra negra, salchi-
cha «chipolata», especie de so] renada ael narrador, se diri- tituir el eje del libro.
gen mucho mas a presentarnos 3.a v.Lolitat> no es una novela
butifarra de cebolla. Se con- agudos cuadros de la aida ame- de signo patológico. A poco que
fecciona en cazuela, con tro- ricana actual, a describir am- se analice el pretendido aire
zos de cabeza y patas', las bu- aientes y paisajes, que a insistir freudiano de la misma, se podrá
tifarras cortadas, menos las sobre el tema prohibido que le ver cómo éste se derrumba apa-
Ultimas que se ponen ente- sirve de pretexto argumental. ratosamente. Basta leer el falso
ras, y con el caldo de haber Es decir, que si a «Lolita» se prólogo que da entrada a su tex-
cocido las patas y cabeza se le amputan honradamente las to, y el auténtico, y un poco cí-
moja el arroz pori último¡ con dos o tres susodichas páginas, la nico epílogo que la cierra. Sin
unoa iiucvoo uutiuus eoptiiui- novela ganaría extensamente en contar con las numerosas burlas
dos por toda la superficie y calidad estética, y perdería de con que, en sus páginas, se ha-
la cacerola puesta al nomo un modo radical en su repercu- bla de los psicoanalistas «a la
con el fin de obtener como ul- sión crematística. americana».
timo punto una costra al es- No es ahora el momento pro- Y 4. En «Lotíía» hay pági-
tilo de Elche. . , picio para hacer una critica mi- nas magistrales, tanto en el as-
También han tenido su fa- nuciosa de esta ajetreada novela pecto estrictamente estético (re-
ma las anguilas del Llobre- da Nabokov. Ello llevaría mu- creación de ambientes, descrip-
gat. Tengo noticias de un pla- cho más tiempo y espacio de ción de paisajes y personajes,
to de anguila cuyq origen es los que nosotros disponemos en etcétera), como en el de pura
Viladecans, que se guisaba esta ocasión. Pero si conviene técnica narrativa (véase la es-
cociendo al rescoldo cebollas hacer una breve serie de consi- perpéntica escena del asesinato
y tomates y convirtiendo la deraciones, aptas para los des- final que Valle Inclán hubiese
pulpa en pasta que se ponía nortados y para los pocos im- envidiado, con su mezcla de pa-
en una cacerola de barro y puestos. Son las siguientes: tetismo y de escomo grotesco).
una cuarta o quinta parte de 1° «Lo/iío» no es una novela «LoZifa» en f i n , no es lo que
su volumen de aceite y trozos pornográfica, en el sentido ge- se dice. Ni por los unos ni por
de anguila, comprendiendo nérico que suele darse a esta los otros. Pero debería ser
que antes estuviese limpia, clasificación. A los tortuosos in- prohibida en todo el mundo pa-
pelada y salpimentada, se co~ genuos que penetren en ella con ra no poner de manifiesto, una
locaba la cacerola a fuego este criterio, ¡siempre estólido, vez más, el grado incalculable
suave bien tapada y se deja- les conviene saber que con me- de la estupidez humana.
ba cocer hasta consumir ca- dia docena de páginas leídas ya E. S.
REVISTA — 19
 postres rápidos a base de
por
martes
ARROZ CON LECHE COMPOTA DE FRUTAS
CON LECHE
Para 4 personas. Se hace con cerezas, melocotones,
Ingredientes: ciruelas, plátanos, manzanas, peras,
1 litro de agua naranjas..., o con las frutas que sean
100 grs. de arroz más abundantes, según la tempora-
3/4 de bote de da, mezcladas o solas.
LECHE CONDENSADA LA LECHERA Quitando los huesos y pepitas sin
corteza de limón añadir azúcar, se hierve la fruta en
canela en polvo un volumen de agua algo superior al
de la fruta, durante 20 minutos.
Póngase el agua con la corteza de Sacada la compota del fuego, se le
limón; cuando empieza a hervir se añade LECHE CONDENSADA LA
echa el arroz y se deja cocer lenta- LECHERA, tal como sale del bote, y
mente durante media hora. Al reti- en cantidad suficiente (esta cantidad
rarlo del fuego se añade la LECHE dependerá del gusto de cada uno).
CONDENSADA LA LECHERA y se
deja e n f r i a r . E s p o l v o r é e s e con Se puede decorar con frutas secas o
canela. tostadas (almendras, avellanas, etc.)

D U L C E D E L E C H E Y E M I T A S ' L E C H E R A ' PASTAS PARA EL TE, CAFE...

Con un bote de LECHE CONDENSADA LA
LECHERA, se prepara un flan exquisito y muy
nutritivo, que hace las delicias de los peque-
ños... y los mayores.
Póngase un bote de LA LECHERA, sin abrir,
en agua hirviendo, durante una hora y media.
Abrase el bote, por los dos lados, cuando
esté frío, y viértase el contenido en un plato,
adornándolo.si se quiere, con guindas, cere-
zas u otras frutas confitadas.
3 yemas de huevo
50 grs. de azúcar granulado
70 grs. de almendras picadas
l
/e bote de LECHECONDENSADA LA LECHERA
En un bol, batir mucho las yemas, añadirle las almendras
picadas y la LECHE CONDENSADA LA LECHERA; poner-
lo a fuego lento sin dejar de remover hasta que se des-
pegue del fondo. Se vacía en un plato y se deja enfriar.
Hacer bolitas del tamaño de una nuez, pasarlas por azú-
car y colocarlas en cestitos de papel para bombones.
O CHOCOLATE
Cortar trozos de pan de un mismo tamaño y
tostarlos por una de sus caras.
Por el lado que no están tostados untarlos
con LECHE CONDENSADA LA LECHERA.
Luego cubrirlos con almendras picadas por
encima de la parte untada y ponerlos al hor-
no hasta que estén bien dorados.

domingo
C O C A D A S MACEDONIA
Con las cantidades que indicamos SIMPLE O V A R I A D A
salen unas 30 "Cocadas" y, si las
llamamos así, es porque se preparan Una de las cosas que más apetece
a base de coco. en verano es la fruta. Por fortuna, en
esta época del año es abundante y
Ingredientes: variada, circunstancia que aprovecha-
Ys bote de LECHE CONDENSADA mos para preparar una macedonia
LA LECHERA refrescante, nutritiva y... deliciosa.
100 grs. de coco rayado
1 clara de huevo Llamaremos macedonia "simple" a
*/2 cucharadita de vainilla aquella e.i que utilicemos una sola
Mezclar la LECHE CONDENSADA clase de fruta y "variada" a aquella
LA LECHERA con el coco y la vainilla en la que mezclemos varias frutas.
(procurando que quede espeso de Para ello escogeremos la fruta y una
coco, pues luego la clara lo deja en vez limpia, la cortaremos en peque-
su punto). Batir a punto de nieve la ños trozos y la pondremos en un
clara y añadirla al coco. frutero hondo de cristal; seguida-
No indicamos el tiempo que tiene mente la cubriremos de LECHE
que permanecer en el horno debido CONDENSADA LA LECHERA.
a que éste dependerá de si el horno Sírvase fría.
que usted posee es de gas, carbón, o
eléctrico. Por eso, lo mejor será que, Este es el nuevo sabor que le pro-
cuando estén dorados, los retire. pongo... [Pruébelo!

»or para

AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 20

 ESTADIO
EMPEZÓ LA LIGA
•y" A tenemos nuevamente
en marcha todo el me-
canismo de la Liga Nacional
de Fútbol en sus tres divisio-
nes, movilizando a miles de
jugadores, centenares de
miles de aficionados y millo-
nes de quinielistas o especu-
ladores de la suerte o adver-
sidad de sus colores para in-
tentar pingües ganancias con
poco o ningún riesgo. Así va
el deporte llamado rey en
nuestro país por sus tremen-
das proporciones sobre todo
en los públicos, puesto que es
sabido que en número pro-
porcional de jugadores y, por
lo tanto, de clubs, nos supe-
ran muchísimas naciones.
Sin embargo, los éxitos de
los cuatro equipos señeros
Real Madrid y Biarcelona,
secundados de cerca por los
dos Atléticos, han dado una
aureola y un prestigio al fút-
bol español que nadie podía
sospechar hace muy pocas
temporadas. Pero los meren-
gues madrileños dieron la
pauta, siguiendo luego el
BOFETADAS EN
OPORTO
Los incidentes del encuen-
tro amistoso (?) Sevilla-
Oporto, harto deprimientes
por cierto, que culminaron
con la consabida invasión al
campo y agresión a los juga-
dores españoles por un gru-
po de exaltados portugueses,
han demostrado una vez más
la peligrosidad que entraña
el juego duxo no sólo en lo
que se refiere a la integridad
física de los propios futbo--
listas, sino inclusive apun-
tando a esferas mas eleva-
das, como ahora las relacio-
nes deportivas entre dos paí-
ses que han quedado en en-
tredicho por causa de tan la-
mentable episodio.
Confiemos que la sensatez
y la cortura se impondrán
para que no se repita la de-
cisión de no efectuar contac-
JOSKP OLLER I LA SEVA ÉPOCA
£'Jtome del
Rouge
(Profusainent il. lustrada)
per FERRAN CANYAMERES
EDITORIAL AEDOS
Distribución: Casa del Libro
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 21
Barcelona y los demás les
imitaron en 'la medida de
sus posibilidades hasta con-
vertir a España en la meca
del fútbol mundial, tema del
que ya nos hemos ocupado
en varías ocasiones por lo
que preferimos soslayarlo
ahora, y al que volveremos
cuando las circunstancias lo
aconsejen.
Volviendo a la Liga Na-
cional, es de esperar que una
vez más la historia se repita
y el título (con los millones
que lleva ahora aparejado
al clasificar para la Copa
Europa, no se olvide) se lo
lleve uno de los «dos gran-
des» a pesar de la oposición
más o menos teórica de los
demás equipos, sin olvidar a ,
los llamados «cocos» como
lo fue el Betis en la última
temporada y ahora el Elche.
Fero es mucha la diferencia
de medios para luchar contra
los colosos de nuestro fútbol,
convertidos en auténticos
equipos de primerísima cate-
goría mundial.
tos deportivos de ninguna
clase entre España y Portu-
gal según ocurrió hace unos
años por culpa de otro inci-
dente similar del que fueron
víctima los jugadores del Va-
lencia, y que las autoridades
portuguesas sabrán imponer
a los exaltados la corrección
que se merecen. Siempre el
juego duro ha sido causa de
desagradables incidentes, pe-
ro es evidente quei dentro del
mismo fútbol existen las le-
yes que lo sancionan, y mal
vemos a los portugueses si
confían en ©1 público para
que se tome la justicia —o
lo que ellos consideren jus-
ticia, que no es exactamente
lo mismo— por su propia
mano.
JOSÉ MARÍA SOLER
"MISS CUPLÉ" \'<>r JUAN FRANCISCO DE LASA
rjECUERDO que en los
«*• primeros años del sono-
ro, los estudios barceloneses
se apuntaron un gran tanto
comercial con la producción,
titulada «Mercedes» que en-
candiló a todas las mucha-
chas de servicio de entonces
con aquella tonada que aún
se oye de vez en cuando por
los patios de vecindad.
Mercedes,
Mi vida entera es para ti...
Mercedes,
sin ti no puedo yo vivir...
En «Mercedes^ había una
historia con muchas lagri-
mitas; en «Mercedes» la cá-
mara de Gaspar se paseaba
por los lugares más conoci-
dos de la Ciudad Condal; en
«Mercedes» Carmelita Aubsr
y Héctor Morel se arrulla-
^an al son de los ritmos que
Jaime Planas y sus discos
vivientes interpelaban con
entusiasmo digno de mejor
causa; en «Mercedes» había
chistes a granel, tópicos por
todas partes, concesiones a
la galería y números de re-
vista.., En fin. En «Merce-
des» había de todo. Por lo
menos, ese había sido el
propósito de su director,
José María Castellví, quien
a continuación enriqueció
la filmografia de lo lamen-
table con cintas como «Viva
la vida» y «Abajo los hom-
bres», en las que seguía ju-
gando la carta de, lo musical
con la colaboración de co-
nocidos artistas de las va*
riedades del Paralelo, entre
los <que recordamos a Fierre
Clarel, Alady y Lepe, siem-
pre rodeados de ilustres
pantorrillas.
Desde entonces han pasa-
do más de veinticinco años,
nuestros técnicos han apren-
dido muchas cosas, el color
ha venido a enriquecer la
Mary Santpere en «Miss Cuplé»
plástica cinematográfica, la
temática populachera ha su-
frido sensibles variaciones en
lo epidérmico, aunque con-
servando idénticos basamen-
tos, y los productores han
seguido buscando la piedra
filosofal de las taquillas sin
preocuparse demasiado del
Arte y de sus problemas.
Pero como no podía ser otra
cosa, el cine español ha se-
guido siendo un cine de
evasV^f
sólo asi se explica ese di-
luvio de películas sobre el
^fenómeno» d&t cuplé que
durante las últimas tempo'
radas se han colgado como
sambenito de nuestras pan-
tallas en una constante y
estúpida deformación de una
época que no fue tan terri-
blemente vacia y necia como
podrían creer quienes sólo la
hayan conocido a través del
celuloide actual^ «En este
reverdecimiento del cuplé y
de su época —dice «don Fer-
nando», el empresario de
«Míss Cuplé»— era fácil la
nostalgia; pero quedaba la
risa. María Marco (Mary
Santpere) desechando el
trasnochado recurso de poner
letras cómicas a la música,
la risa en la cara y cruz del
cuplé, ha encontrado lo gro-
tesco que tiene siempre lo
humano. Por eso hoy, al
igual que en los felices
«veintes» creadores de las
((mises», proclamamos a Ma-
ría Marco, intérprete actual
d<: la vieja canción... «/Mzss
Cuplé!». Dichas estas pala-
bras en la película, el em-
presario se queda tan tran-
quilo y los guionistas, seño-
res Jesús María de Aroza-
mena y Antonio Mas Guin-
dal continúan urdiendo szJ
tuaciones y fabricando esce-
nas inefables en las que ni
la imaginación ni la inquie-
tud estética cuentan para
nada, con la vista fija en un
sólo Norte. Los números de
variedades que Mary Sant-
pere ha paseado ya por me-
dio mundo y sobre los cua-
les habrá de pergueñarse la
trama argumental que a fin
de cuentas será la mera ex-
cusa para que la cámara va-
ya adueñándose del reperto-
rio de la celebrada cómica.
Y eso es todo. Sí, todo.
Porque entre la desoladora
impresión que produce esta
obra chabacana y vulgarota
lanzada a bombo y platillo
(desoladora impresión aeren
centada si cabe por esas nu-
tridas salvas de aplausos que
en la noche del estreno sal-
pimentaban la proyección
del film} yo no he hallado
en la cinta que nos ocupa un
sólo detalle realmente inge-
nioso o inteligente, excep-
tuando el diana trabajo de
cuantos técnicos han inter-
venido en el rodaje y entre
los cuales merece citarse el
eatuvendo nrterador Federico
G. Larraya.
Y lo he sentido mucho por
Mary Santpere, quien no
sólo es una magnifica paro-
dista (heredera de la inolvi-
dable vis cómica de su pa-
dre}, sino también una exce-
lente persona -que merece,
toda clase de respetos. Pre-
cisamente porque aprecio
mucho a Mary habría prefe-
rido que continuara entre
bambalinas entregada a su
personalismo género, sin es-
cuchar los cantos de sirena
que la enzarzaron en esta
empresa fílmica. El reino
de Mary no está —ni estará
nunca— en la pantalla, como
lo han demostrado todas las
tentativas —¡inútiles— que
hasta ahora se han hecho
para demostrarnos lo con-
trario. Y conste que en ella
(Pasa a la página 23)
REVISTA — 21

En el Ciclo de Teatro Latino que está a punto de celebrarse en
Barcelona, Georges Feyrou, con su «Théátre de Plein Air», to-
tomará parte destacada
LAS MANOS SON INOCENTES
(Teatro Barcelona)
OSE Lopes Rubio se ha em-
; peñado, esta vez, en una
ambiciosa empresa. «Las manos
son inocentes« es una tensa
comedia dramática con un con-
siderable problema ético como
fondo: el de la responsabilidad,
el del «imperativo categóricos
frustrado, de dos personas que
han planeado y creído cometer
un asesinato. Edificada sobre
una única situación física, pero
adobada con constantes muta-
ciones de clima psicológico,
toda la parca acción discurre
en una habitación, práctica-
mente sostenida tan sólo con la
dialéctica de los dos personajes
principales. Buscando, con ha-
bilidad, el «suspense», el autor
se ha excedido un poco en el
uso de llamadas telefónicas y
llamadas a la puerta con las
que intenta aguzar la general
situación de misterio y de an-
gustia. Pero no son éstos uñón
defectos considerables. El má-
ximo error de Lopes Rubio en
esta ocasión lo constituye algo
que en algún otro caso hu-
biéramos elogiado sin reservas:
me refiero al empleo de un len-
guaje retórico, «literario», d¿s>
cursivo, que resta eficacia di-
recta al diálogo, gue mengua
la intensidad patética pretendi-
da y que falsea notablemente
el clima que hubiera debido ser
crudamente realista. Es decir:
que dos personajes que se de-
baten en una acuciante situa-
ción extrema, donde la duda, la
terrible espera y el temor se al-
22 — REVISTA
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 22
ternan constantemente, no
pueden dedicarse a prodigar
una dialéctica tan pulida y an-
tinatural.
Como elemento de distensión
del clima negro que ha creído lo-
grar, López Rubio hace uso de
un personaje cómico: el de la
portera. Buena idea en princi-
pio; pero malogrados sus resul-
tados por el abuso del recurso.
De cualquier modo, «Las ma-
nos son inocentes» es una co-
media nada desdeñable, al me-
nos por el intento de su concep-
ción. Ojalá que todas las que
se levantan sobre nuestros po-
bres escenarios tuvieran un pa-
recido signo.
En el capítulo interpretativo,
Tina Gaseó y José Bódalo sos-
tuvieron con maestría y talento
los agobiantes papeles respecti-
vos, dando siempre una sensa-
ción de seguridad admirable.
Todos los alternativos estados
de ánimo que se ponen en jue-
go, unidos por los denominado-
res comunes de la angustia y
del remordimiento, fueron mar-
cados por ellos con cuidado ex-
tremo del matiz. A su lado, Ol-
ga Peiró creó una «portera» di-
charachera y lenguaraz bien
estudiada y muy eficaz, pero
a la que hubiese sido preciso
prestar más velocidad en el des-
parpajo.
Simplemente correctos, Mo-
desto "¡Blanch y Carlos García.
Deliciosa, en físico y en actua-
ción, Lolíta Herrero.
ENRIQUE SORDO
VENECIA EN PILDORAS
Uno se pregunta de qué dia-
blos sirve un Comité de Selec-
ción de Films después de haber
visto este año catorce películas
que teóricamente habrían de
constituir el «lote monstruo» del
mundo cinematográfico y en las
cuales nosotros hemos encontra-
do poquísimas cosas dignas de
ser destacadas.
A este paso, el prestigio de
Venecia tardará muy pocos años
en llegar al nivel del suelo.
Porque han sonado muchas
voces maliciosas insinuando
que en esta última versión del
Festival ha habido cierto «pu-
cherazo» para favorecer al cine
italiano que estaba necesitando
urgentemente del éxito que ha
obtenido ahora con «U Genérale
della Rovere» de Rossellinin y
«La Grande Guerra» de Moni-
celli, dos films que contienen
muchas cosas excelentes (aun-
que al decir de algunos no me-
recían la señaladísima distin-
ción del León de San Marcos).
Para ser justos, la cinta de
Rossellini ha de nombrarse en
primer lugar y seguramente
será muy bien acogida en todo
el mundo por sus apreciables
valores de realización y también
por el excelente trabajo del
gran Vittorio de Sica en el pa-
pel de protagonista. ,
Por lo visto 'a separación les
ha sentado de perlas tanto al
director de «Roma ciudad abier-
ta» como a la gentil Ingrid,
sustituida ahora en las doradas
recepciones venecianas por la
espectacular Sonali Das Gunta.
EL CINE AL DÍA
JifBAL»
«Jubal» pertenece al nuevo
estilo de las películas del Oes-
te, ese estilo que combina la ac-
ción con el estudio de los ca-
racteres. Sui argumento es muy
sencillo y conduce a la trage-
dia de forma casi insensible.
Apenas sucede nada notable,
pero se tiene constantemente
la impresión de que el drama
va a estallar de un momento a
otro. Y esto se consigue gracias
a una dinámica interna nota-
bilísima. Es lástima que súbitos
detalles pueriles vengan a des-
truir con sui ingenuidad la ri-
gurosidad de la línea trágica.
Tal vez porque Delmer Daves
no era el hombre más adecuado
para llevar al cine el argu-
mento de «Jubal Troop». Espe-
cialista en las películas de ac-
ción, sabe aprovechar el ele-
mento «espacial», pero no el
elemento «individuo». Su inca-
pacidad para dar todo sui senti-
do y fuerza dramática a una
mirada, a un gesto o una pala-
bra es causa de que las reac-
ciones anímicas de Jos persona-
MUNDO SUBACUÁTICO
Jrgano del Centro de Investigaciones > Actividades Subacuáticas — C. I. A. S
La gran revista nacional dedicada a la aventura submarina. — Bimensual.
Número suelto: 20 ptas. Suscripción 1 año: 120 ptas.
Redacción y Administración: Roca y Batlle, 5 — Tel. 37 53 83, Barcelona VI.
Lo de Bardera tiene explica-
ción. Valle Iriclán resulta difí-
cilmente cinematográfico. Por
otra parte el director de «Calle
Mayor» ya había insinuado que
estaba realizando un film «para
muchos millones de espectado-
res», lo que a nosotros parecía
indicarnos que iba a apartarse
de su, auténtica linea, que es ia
de «Muerte de un «elisia» y
«Calle Mayor». Pero, de todos
modos, «Sonatas» tiene bastan-
tes aspectos positivos y resulta
punto menos que indignante
comprobar con qué morbosa de-
lectación han acogido muchos
compatriotas de Bardem ese
clima de indiferencia que se ha
creado a través de su última
obra. Nosotros no creemos —ni
muchísimo menos— que el filón
Bardem» esté definitivamente
agotado. Al contrario. Imagi-
namos que esta experiencia —y
también la de «La Venganza»—
habrán de servirle de mucho a
Juan Antonio, quien ha tenido
la desgracia de ser convertido
en bandera por unos y en ca-
beza de turco por otros y no
precisamente por sus méritos o
deméritos cinematográficos. Sea
como fuere, Bardem, sigue sien-
do el primer director español y
desde luego el único que cuenta
desde el punto de vista inter-
nacional. Y también los fraca-
sos forjan y forman. Seguimos
opinando que vale mucho más
un error de Bardem que un
éxito de Orduña, de Amadori o
de Lucía (por citar a los más
destacados cultivadores de ese
jes se impongan bruscamente,
sin las necesarias transiciones
psicológicas ni el adecuado pro-
ceso evolutivo. Por suerte, el
guión es bueno y tiene de por
si tanta fuerza que ni siquiera
un realizador hábil, pero me-
diocre, ha podido estropearlo.
Pero no es sólo el guión lo im-
portante. La _interpretación es
decisiva. Glenn Ford personi-
fica con sensibilidad y maestría
al taciturno y honrado Jubal.
Ernest Borgnine da extraordi-
naria humanidad a su persona-
je sin embargo muy conven-
cional. Red Steiger interpreta su
papel en un estilo que contras-
ta demasiado con el de los
restantes actores. Steiger es un
típico producto del «Aetor's
Studio» y al verle junto a in-
térpretes que siguen la línea de
la sencillez y de la sobriedad,
se observa hasta qué punto el
estilo creado por Kazan es tru>-
culento y teatral. Valeria
Frenen matiza bien su persona-
je de mujer coqueta e instinti-
va. La fotografía en color es
muy buena y el Cinemascope
ha sido utilizado con talento.
Director: Antonio Ribera.
cine que no es ni será nunca
más que un mero producto co-
mercial). Y todos sabemos que
John Ford, George Stevens,
Carol Reed y Helmut Kautner
(entre otros realizadores de
primera fila) han sido en más
de una ocasión los responsables
de aparatosos fracasos artísti-
cos.
Dicho con otras palabras; que
seguimos confiando en Bardem,
y lo mismo deberían hacer
nuestros productores en vez de
alegrarse neciamente de que por
esta vez no haya dado en la
Diana...
* » *
Empiezan a cansarnos las
eternas exhibiciones de las
«starlets» que consideran los
Festivales como ocasionales es-
caparates para su anatomía; las
tontas rivalidades tipo Loren-
T,nllnr>rígida; los «coektails» re-
pletos de gentes fabulosas y de
sonrisas de doble fondo; las in-
trigas pseudo-f ílmicas; el des-
quiciamiento cosmopolita de
muchas de las «grandes» figu-
ras de la pantalla... y sobre
todo el evidente descenso en la
calidad media de las produccio-
nes que compiten en estos Fes-
tivales.
Para nosotros, la única solu-
ción está en la celebración de
un único Certamen Cinemato-
gráfico al año. Cannes, Vene-
cia, Berlín, Locarno', Edim-
burgo y San Sebastián arrojan
ahora un balance desconsolador
en cuanto se refiere a categoría
de los films exhibidos.
CORRESPONSAL
«EL ÁNGEL Y LA FIERA»
Desde la primera y lejanísima
versión de «Los dos pilletes» y
otras novelas por el estilo, el
cine nos ha contado infinidad
de veces historias inefables de
niños desgraciados y de gentes
malvadas, como esta que Giu-
sepe Vari nos ha metido entre
pecho y espalda utilizando un
estilo de realización que era ya
anciano en los tiempos en que
Gecil B. de Mille aprendía sus
primeras nociones de sintaxis
fílmica. Tampoco los actores
confcritouyen .demasiado /al es-
plendor del relato a pesar de lo
bien que la niña Mimi pasa la
Maroma en el barracón de Fe-
ria (que en el fonda es también
lo q¡ue hacen cuantos han par-
ticipado en el film de marras),
Por si esto no fuera bastante,
en el mismo programa se ex-
hiben tres cortos policíacos en
los que salta a la pantalla con
escasa gracia el popularísimo
Taxi Key encarnado sin dema-
siada fortuna por Palmerola.
INTERINO

«MISS CUPLÉ,»
(Viene de la pág. 21)
no hay sólo una interprete
cómica, sino una finísima
sensioiiidad dramática Uooíe-
mente realzada por una au-
téntica feminidad que muy
pocos han saoido descuorir
en La Santpere tras el ma-
qu,iua]e ael payaso. Pero
esto es otro cantar. El esce-
nario es bastante amplio y
generoso para ella y en
cambio el cine sólo podrá
proporcionarle dinero, to
cual no es nunca lo más
importante para quien —co-
mo ella— está enamorado
de su profesión. Hablo como
amigo más que como crítico
y haciendo la salvedad, de
que estoy plenamente con-
vencido de que «Miss Cuplé»
será un gran éxito económi-
co ante públicos populares
(que desgraciadamente no
son solamente los de los ci-
nes de barrio) y que la fla-
mante empresa productora se
apuntará un triunfo crema-
tístico con esta cinta. Cosas
ambas que nos llenarán de
pesar a -quienes amamos el
cine español y sobre todo a
cuantos nos esforzamos por
intentar la formación de
nuestros públicos, al parecer
cada día más tristemente
condenados.
Es rica, vivificante y \\
agradable entre todas
11111111111111111111111111111111111
puesto que esfá destilada exclusivamente a base de esen-
cias de flores naturales y cortezas de frutos del Sur.
Su perfume es suave, discreto y refrescante. | | | | I I I I
Es fa verdadera Agua de Colonia
FAMOSA DESDE
I I I i I 7919 l i l i i
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 23
LA COSTA MANSA
(Viene de la página 7)
guer nos asalta en nuestro
camino.
He aquí una rápida ojeada
a nuestro litoral; si por el ge-
rundense de la «Costa Bra-
va» pensamos en los) pies des-
nudos, salitrosos, de la loca
y atormentada Lidia de Ca.
daqués, con los cabellos des-
melenados por la tramonta-
na, en este viaje unq va pen-
sando en Teresa la Bien Plan-
tada, que calzada con pulcras
zapatillas finiseculares va re-
corriendo la arena de oro de
unas playas de lentasj curvas,
casi musicales.
RAFAEL MANZANO
ANTONIO TAPIES
(Viene de la página 11J
vamente y con validez para
toda la estética actual— un
anhelo de orden y de clari-
dad dentro oj sobreí el mundo
de¡ la materia. Sea como fue-
re, exponen imágenest-senti-
miemos que no hubieran po-
dido predecirse en el momen-
to en que las convulsivas
exasperaciones de Pollock o
Wols establecían los ejes do-
minantes en el arte. Posible-
mente,, estas obras son signos
de una nueva orientación y
en ellas Tapies establece unos
principios de tanta o más
trascendencia que los que di-
rigieron sus inicios! creadores.
RopeP
LE G RAIN
PARÍS
'MADRE
NDIA"
vor JUAN FRANCISCO
DE LASA
C UANDO —«rara aws»— una
película como ésta llega a
nuestras pantallas, el crítico
consciente está obligado a lan
zar las campanas al vuelo,
porque cada vez son más esca-
sas las distribuidoras que se
atreven a lanzar producciones
de cine exótico con la dignidad
con que ahora lo ha hecho la
casa Mundial Film, a pesar de
las sombrías dudas que debían
pesar en el ánimo de sus diri-
gentes con respecto a la comer-
cialidad de la cinta indostánica
que comentamos. Y esta es una
actitud que merece toda clase
de encomios en un momento en
que nuestros públicos —atibo-
rrados de films vulgares y ab-
surdos— ignoran casi por com-
pleto cuanto se refiere a lejanas
cinematografías cuya mentali-
dad es distinta de la nuestra,
pero cuyos méritos artísticos no
FRANGE
Lo peor de la realización son las escenas de violencia...
son nada despreciables. Y la parte folklórica de gran interés,
misión cultural e informativa tanto por esas delicadas cancio-
del Séptimo Arte se cumpliría nes de la siega y la recolección
mucho más si en todas las que jalonan el relato, como por
grandes ciudades del mundo las danzas populares, los feste-
existieran locales especializados jos y la indumentaria de los
en la programación de estas notables actores, entre los cua-
obras, Por lo que a mí respecta, les destaca la bella Nargis en
confieso que «Madre India» me el personaje central.
ha parecido, si no extraordi- Lo peor de la realización son
naria, por lo menos interesan- las escenas de violencia, los
tísima desde el punto de vista trucajes de la inundación, los
estético, porque hay en ella grandes decorados; o sea todo
un cálido fervor poético, una aquello en que el cine america-
finísima delectación lírica. En no destaca por su perfección
el fondo es un canto a la vida, formal. En cambio, el aura poé-
una apasionada defensa del tica se mantiene delicadamente,
hombre aferrado al terruño que en un film que lleva implícita
sus mayores le legaron; y es al una condenación de la violen-
propio tiempo un poema de es- cia al propio tiempo que una
peranza y de redención que en vibrante exaltación de la perso-
sus imágenes culminantes nos nalidad humana dentro de una
hace recordar aquel «Para nues- tónica interior en la que no es
tro de cada día» de King Vidor, difícil descubrir la bienhechora
coincidente en muchos puntos sombra de Ghandi. Y es pre-
con esta realización de Mehboob cisamente esta poesía la que nos
que abunda en secuencias de envuelve y nos arrastra en las
admirable expresividad. Hay escenas que narran la terrible
en ella un claro simbolismo lucha del hombre contra la
puesto de manifiesto en el Tierra, El rostro perlado de su-
paralelo entre la historia de esa dor, las manos agarrotadas en
Madre --Radha— en constante la primitiva herramienta y sus
sacrificio por la vida y el honor pies entre los surcos quemados
de los su£os, y la otra Historia y polvorientos que un día verán
—cora mayúsculas— del pueblo brotar la bendición de los fru-
indio que finalmente ha logrado tos... Allí el hombre se conver-
terminar con la odiosa esclavi- tirá en gigante, allí abrirá su
tud para enfrentarse valiente- alma a la lúe y a los vientos,
mente con el futuro. Las últi- y allí encontrará -—pese a con-
mas secuencias del film son tratiempos y fracasos— la su-
oien elocuentes en este sentido. blime justificación de su misma
Kn ellas, Radha —rodeada de existencia. Y aunque muera
unas gentes que han desterrado —que será lo mismo que volver
definitivamente el espectro del a ella— la Tierra lo acogerá
analfaoeusmo— es la mano que maternalmente y los restos de
abre un nuevo cauce para las
aguas liberadoras, mientras en
los oídos de todos resuena un
canto de gratitud y de amor.
Digamos ya que —como su-
cede en muchas películas de
esta floreciente cinematogra-
fía— no todo posee idéntica al-
tura en la narración de las
imágenes, trímeramente, nues-
tro concepto del ritmo difiere
notablemente del suyo —y no
solamente en lo fílmico —aun-
que es de adveriir que la ver-
sión española de «.Madre India»
es una reducción del original
que (según nuestras noticias^,
alcanzaba las tres horas de
duración. su cuerpo, lejos de destruirse,
Luego, hay que intentar acer- tomarán parte en la maravillosa
carse a la filosofía oriental para fiesta del próximo florecimien-
comprender muchas de las to... Y éste es el gran mensaje
reacciones de ios personajes. de «Madre india» un film cuyos
No obstante, estableciendo de defectos e ingenuidades no os-
antemano una divisoria entre curecen ni pueden -mitigar el
las escenas exteriores (de una resplandor de esta oración de
extraordinaria fuerza emotiva) acción de gracias por la Tierra
y las rodadas en los estudios, que Dios —el de todos, el que
dentro de una plástica muchas no tiene nombre— nos ha dado
veces excesivamente barroca, a los hombres de todas las ra-
existe en «Madre India» una zas y de todos los colores.
REVISTA — 23
 BARCELONA UNIVERSAL
G A U Dí
FACTOR
Por el Prof. GEORGE R.
/"*/ ONSIDERANDO la importancia
^- del negocio turístico para la eco-
nomía española, parece extraño que
en Cataluña tan poco cuidado se ten-
ga con las obras de Gaudí y sus con-
temporáneos, los Modernistas.
Aparte del general atractivo de la
ciudad y de la incomparable belleza
de los viejos pueblos y modernas pla-
yas de sus alrededores, Barcelona po-
see dos sugestivos centros de turismo.
El primero es, desde luego, su Barrio
Gótico, el cual presenta un notable
estado de conservación, considerando
Hue se halla en el corazón de un.
moderna metrópoli. El segundo corres
ponde al apogeo cultural de últimos
del siglo XIX y principios del actual.
Bajo el estímulo de un número ~~3e
factores económicos, industriales, cul-
turales y políticos, que es innecesa-
rio enumerar, surgió en Barcelona un
prodigioso movimiento de arte y de
artesanía dentro del Modernismo y
en Gandí.
Aunque las obras del barrio anti-
guo no están en modo alguno termi-
nadas, sus excavaciones, reconstruc-
ciones y conservación han sido lleva-
das a cabo con tal cuidado y han sido
tan plásticamente presentadas al pú-
blico que uno siente que la herencia
gótica está recibiendo escrupulosa
atención. Especialmente en la noche,
bajo los efectos de la iluminación, la
Barcelona romana y medieval vive
todavía con wn carácter moderno.
No obstante los infatigables esfuer-
zos de «Amigos de Gaudí» en Barce-
lona, y el interés gue se siente en el
extranjero, lo cual ha contribuido a
una mayor valorización de Gaudí, es
notorio que la mayor parte de la ar-
...y que podrían ser visitadas por el público, si se le guiase a ellas
AC Selva - Revista (Barcelona) 19/09/1959 - Pàgina 24
TURÍSTICO
COLLINS
quitectura y artes de los años 189U-
¿Ulü, se encuentran en un estado de
uoandono muy lamentable.
Esto sería lo más comprensible si
juera, el caso de viejos edificios ooli-
gados a desaparecer para abrir nue-
vas vías y levantar vigorosos proyec
tos de edificación, pero frecuentemen-
te se patentiza la lenta decadencia de
los un tiempo suntuosos palacios del
Modernismo. Residencias demasiado
grandes y de costoso entretenimiento
para sus actuales propietarios. Así,
una esquina de una casa es vendida;
una joya de jardín, demolida y su em-
baldosado torreón se derrumba; el pa-
pel de las paredes se ennegrece y des-
pega; los inquilinos hacen estragos
en un inmueble alquilado.
Algunas de las estructuras de Gau-
dí, tales como la casa Calvet, han re-
cibido excelente cuidado por parte de
sus propietarios actuales; otras han
sufrido costosa renovación, como la
llevada a cabo en una parte del piso
principal de la casa ¡Batlló. Pero ¿por
qué se permite que las paredes de la
Finca Güell en Las Corts de Sarria
se desconchen bajo el flagelo de una
colonia de avispas, mientras la facha-
da de la Catedral de Barcelona, una
imitación del arte medieval, resplan-
dece cada noche bajo una inundación
de luces y hace innatural y ostentosa
muestra de sus cristalerías? ¿Puede
uno preguntarse si debe la imitación
prosperar y la verdadera inventiva
quedar relegada?
En una reciente visita a Barcelona,
el que esto escribe piudo constatar el
respetuoso interés hacia Gaudí y los
Modernistas. Esto fue quisas debido a
la notable atención que la obra de
Hay obras de Gaudí poco conocidas del forastero...
Gaudí ha merecido en el extranjero
como consecuencia de las varias ex-
tvlWaiones organiaftdats por «Amigos
de Gaudn. Arquitectos y estudiantes
de las Facultades de los Estados Uni-
dos se hallan en un estado de conmo-
ción por Gaudí. Muchos de ellos vie-
nen ahora a Barcelona y prolongan
su estancia para ver la arquitectura
gaudiniana*
Hace tres años, sólo se encontraba
un fotógrafo ante las obras de Gaudí,
excepto en la Sagrada Familia. El pa-
sado verano, un grupo de americanos,
ingleses y otros turistas se hallaban
alrededor fie cada edificio de Gaudí
a todas horas del día. Aguardando el
avión de Nueva York encontramos
un gaudinista con cámaras cinemato-
gráficas; a nuestro vuelo de regreso,
la butaca contigua ^estaba ocupada
por una señorita que había hecho una
excursión especial a Barcelona como
resultado de haber visto la Exposición
Gaudí en Nueva York en el pasado
invierno.
Esta señorita, que hablaba muy po-
co el español y seducida por la con-
vencional excursión por la ciudad, vi-
no desilusionada;. Ella no descubrió
que la Oficina de Turismo facilita un
admirable pequeño folleto que sitúa
los principales lugares de la ciudad
para los visitantes, y desconocía que
la Secretaria de «Amigos de Gaudí»
está abierta cada tarde. En realidad
no sabía ni siquiera que dicha entidad
existiera. Así no vio la totalidad de
los edificios de Gaudí en su corta vi-
sita. En realidad, aún los arquitectos
extranjeros tienen parecidas dificul-
tades. El folleto del Ayuntamiento no
incluye toda la obra de Gaudí. Su
plano esquemático y las indicaciones
de los medios de transporte son insu-
ficientes para un extranjero como el
aquí presentado. El folleto podría
completarse añadiendo indicaciones
respecto a las mejores horas para vi-
sitar cada edificio y poder sacar bue-
nas fotografías. Cuando el interior
pueae wsuarss, :.•« horario .-..-' ~.r*-
trucciones claras debería ser publi-
cado. Donde tales visitas son una
molestia para los inquilinos, alguna
clase de viajes colectivos para profe-
sionales (arquitectos, artistas, etc.)
deberían organizarse con regularidad
o por especial acuerdo., Quizás para
compensar la cooperación de los pro-
pietarios, el Ayuntamiento podría dis-
pensar algunos tributos, con lo que se
aligeraría el coste de conservación, tan
evidente en los inmuebles de Gaudí.
En estos casos se puede cobrar la vi-
sita.
Es ya del todo necesario para Bar-
celona el «Museo Gaudí». Nos consta
que es una vieja aspiración de la en-
tidad como hemos comprobado hojean-
do la Hemeroteca Gaudiniana.
Al lado de Gaudí, el movimiento
modernista ya queda en segundo tér-
mino. Pero el interés crecerá rápida-
mtnte aquí como el que ha despertado
la obra del gran arquitecto. También
es necesario formar un Museo del Mo-
dernismo, institución artística a la
que el Ayuntamiento debe contribuir
para salvar los vestigios del movi-
miento de cultura tan característico
de Barcelona y que desaparece rápi-
damente. Esta materia debe llegar a
ser conservada en un edificio apto, de
estilo modernista, pero primero sé
puede acomodarla en el MMSBO Gaudi.
La cantidad de construcciones moder-
nistas que existen en ^Barcelona es to-
davía grande y no es posible conser-
varlas en su totalidad como monu-
mentos históricos pero es urgente ha-
cer algo para salvar unos de los ejem-
plares más singulares llamados a des-
aparecer como por ejemplo, la villa
situada en la esquina Ballester-Valli-
rana, edificio curioso y maravilloso
que todavía puede recuperarse.