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Presión sanguínea

La presión sanguínea o tensión sanguínea es la fuerza de presión ejercida por la sangre


circulante sobre las paredes de los vasos sanguíneos, y constituye uno de los principales
signos vitales. La presión de la sangre disminuye a medida que la sangre se mueve a través
de arterias, arteriolas, vasos capilares, y venas; el término presión sanguínea generalmente
se refiere a la presión arterial, es decir, la presión en las arterias más grandes, las arterias
que forman los vasos sanguíneos que toman la sangre que sale desde el corazón. La presión
arterial es comúnmente medida por medio de un esfigmomanómetro, que usa la altura de
una columna de mercurio para reflejar la presión de circulación (ver Medición no invasiva
más abajo). Los valores de la presión sanguínea se expresan en kilopascales (kPa) o en
milímetros del mercurio (mmHg), a pesar de que muchos dispositivos de presión vascular
modernos ya no usan mercurio.

La presión arterial varía durante el ciclo cardíaco de forma semejante a una función
sinusoidal lo cual permite distinguir una presión sistólica que es definida como el máximo
de la curva de presión en las arterias y que ocurre cerca del principio del ciclo cardíaco
durante la sístole o contracción ventricular; la presión arterial diastólica es el valor mínimo
de la curva de presión (en la fase de diástole o relajación ventricular del ciclo cardíaco). La
presión media a través del ciclo cardíaco se indica como presión sanguínea media; la
presión de pulso refleja la diferencia entre las presiones máxima y mínima medidas.

Los valores típicos para un ser humano adulto, sano, en descanso, son aproximadamente
120 mmHg (16 kPa) para la sístólica y 80 mmHg (11 kPa) para la diastólica (escrito como
120
/80 mmHg, y expresado oralmente como "ciento veinte sobre ochenta"). Estas medidas
tienen grandes variaciones de un individuo a otro. Estas medidas de presión sanguínea no
son estáticas, experimentan variaciones naturales entre un latido del corazón a otro y a
través del día (en un ritmo circadiano); también cambian en respuesta al stress, factores
alimenticios, medicamentos, o enfermedades. La hipertensión se refiere a la presión
sanguínea que es anormalmente alta, al contrario de la hipotensión, cuando la presión es
anormalmente baja. Junto con la temperatura del cuerpo, la presión sanguínea es el
parámetro fisiológico más comúnmente medido.

Aunque a la presión sanguínea se la confunde con la presión arterial, se puede distinguir


dos tipos de presión sanguínea:

 Presión venosa
 Presión arterial: Tiene dos componentes o medidas de presión arterial que son:

1. Presión sistólica o la alta.


2. Presión diastólica o la baja.

Valores normales
Los rangos normales de la presión arterial en humanos adultos son:

 Sistólica entre 90 y 140 mmHg (12 a 18 kPa)


 Diastólica entre 60 y 90 mmHg (7 a 12 kPa)

Presión
El corazón está bombeando constantemente sangre hacia el interior de la aorta, la presión
en el interior de la aorta es extremadamente alta; alcanzando en promedio 100mm de Hg.
Además, como el bombeo del corazón es pulsátil, la presión arterial fluctúa entre la presión
sistólica, de 120mm de Hg. y la presión diastólica, de 80mm de Hg.

A medida que la sangre fluye a través del sistema circulatorio, la presión disminuye
progresivamente hasta casi 0mm de Hg al final de la vena cava, en la aurícula derecha. La
presión sanguínea se refiere a la fuerza por unidad de superficie ejercida por la sangre en un
vaso sanguíneo

Fisiología
La presión arterial media (MAP) es la presión promedio medida sobre un ciclo cardíaco
completo.

La fluctuación hacia arriba y hacia abajo de la presión arterial resulta de la naturaleza


pulsante del volumen cardiaco. La presión de pulso es determinada por la interacción del
volumen de stroke contra la resistencia al flujo en el árbol arterial.

Las arterias más grandes, incluyendo las suficientemente grandes para verse sin ampliación,
son conductos de baja resistencia con altos índices de flujos, que generan solamente
pequeñas caídas en la presión (asumiendo que no hay un cambio aterosclerótico avanzado).
Por ejemplo, con un sujeto en posición supina (acostado boca arriba), la sangre típicamente
experimenta solo una caída de 5 mmHg (0.67 kPa) en la presión media, cuando viaja desde
el corazón a los dedos del pie.

La fisiología moderna desarrolló el concepto de onda vascular de presión (VPW). Esta onda
es creada por el corazón durante la sístole y se origina en la aorta ascendente, entonces
viaja a través de las paredes de los vasos a las arterias periféricas mucho más rápidamente
que la corriente sanguínea en sí misma. Allí, en las arterias periféricas, la onda de presión
puede ser palpada como el pulso periférico. A medida que la onda es reflejada en las venas
periféricas corre hacia atrás en una forma centrípeta. Donde se cruzan las crestas de la onda
original y la reflejada, la presión dentro del vaso es más alta que la presión verdadera en la
aorta. Este concepto explica la razón por la cual la presión arterial dentro de las arterias
periféricas de las piernas y de los brazos es más alta que la presión arterial en la aorta,1 2 3 y
alternativamente las presiones más altas vistas en el tobillo comparado al brazo con los
valores normales del índice de presión braquial del tobillo.
Regulación

La regulación endógena de la presión arterial no es entendida completamente. Actualmente,


tres mecanismos de regulación de la presión sanguínea han sido bien caracterizados:

 Reflejo baroreceptor: Baroreceptores en varios órganos pueden detectar cambios en


la presión arterial, y ajustan la media de la presión arterial alterando tanto la fuerza
y la velocidad de las contracciones de corazón, así como la resistencia periférica
total.
 Sistema renina-angiotensina (RAS): Este sistema es generalmente conocido por su
su ajuste a largo plazo de la presión arterial. Este sistema permite al riñón
compensar por la pérdida en el volumen de la sangre o caídas en la presión arterial
al activar un vasoconstrictor endógeno conocido como angiotensina II.
 Liberación de aldosterona: Esta hormona esteroide es liberada desde la corteza
suprarrenal en respuesta a la angiotensina II o a altos niveles de potasio en el suero.
La aldosterona estimula en los riñones la retención del sodio y la excreción del
potasio. Debido a que el sodio es el principal ion que, por ósmosis, determina la
cantidad de fluido en los vasos sanguíneos, la aldosterona aumentará la retención de
fluido, e indirectamente, la presión arterial.

Estos diferentes mecanismos no son necesariamente independiente uno del otro, como se
indica por la relación entre el RAS y la liberación de la aldosterona. Actualmente, el
sistema RAS es apuntado farmacológicamente por los Inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y los antagonistas del receptor de angiotensina II. El sistema
de aldosterona es apuntado directamente por la espironolactona, un antagonista de la
aldosterona. La retención de fluido puede ser apuntada por diuréticos; el efecto
antihipertensivo de los diuréticos es debido a su efecto sobre volumen sanguíneo.
Generalmente, el reflejo baroreceptor no es apuntado en la hipertensión porque si se
bloquea, los individuos pueden sufrir de hipotensión ortostática y desfallecimiento.

Patofisiología
Alta presión arterial

Artículo principal: Hipertensión

La diagnosis de anormalidades en la presión sanguínea puede requerir mediciones


sucesivas. Puesto que la presión arterial varía en el día, las mediciones deben ser tomadas al
mismo tiempo del día para asegurarse que las lecturas sean comparables. Las horas
convenientes son:

 Inmediatamente después de despertar, mientras el cuerpo todavía está


descansando/inactivo, (antes de lavarse/vestirse y antes de tomar el desayuno o una
bebida)
 Inmediatamente después de finalizar el trabajo
A veces es difícil cumplir estos requisitos en el consultorio médico; también, algunos
pacientes se ponen nerviosos cuando su presión arterial es tomada en el consultorio,
causando lecturas incrementadas (este fenómeno es llamado hipertensión de bata blanca).
Tomar niveles de presión sanguínea en el hogar o el trabajo con un dispositivo casero de
medición de presión sanguínea puede ayudar a determinar el verdadero rango de las
lecturas de la presión arterial de una persona y evitar lecturas falsas por el efecto de la
hipertensión de bata blanca. Los exámenes a largo plazo pueden ser hechos con un
dispositivo ambulativo para medir la presión sanguínea que toma lecturas regulares de la
presión arterial cada media hora en el curso de un día y una noche.

Aparte del efecto de la bata blanca, las lecturas de la presión arterial fuera de una
instalación clínica generalmente son levemente más bajas en la mayoría de la gente. Los
estudios que observaban los riesgos de la hipertensión y las ventajas de bajar la presión
arterial en pacientes afectados estaban basados en lecturas en un ambiente clínico.

La presión arterial que excede los valores normales es llamada hipertensión arterial. En sí
misma es solamente un problema agudo (ver emergencia hipertensiva). Pero debido a sus
efectos indirectos a largo plazo (y también como indicador de otros problemas) es una
preocupación seria para los médicos que la diagnostican.

Todos los niveles de presión arterial ponen stress mecánico en las paredes arteriales.
Presiones más altas aumentan la carga de trabajo del corazón y la progresión del
crecimiento malsano de tejido (ateroma) que se desarrolla dentro de las paredes de las
arterias. Cuanto más alta es la presión, se presenta más stress y tiende a progresar más el
ateroma, y el músculo de corazón tiende a engrosar, agrandar y llegar a ser más débil en el
tiempo.

La hipertensión persistente es uno de los factores de riesgo para los accidentes


cerebrovasculares, ataques cardíacos, paros cardíacos, aneurismas arteriales, y es la causa
principal de la falla renal crónica. Incluso la elevación moderada de la presión arterial lleva
a una esperanza de vida acortada. En presiones severamente altas, o presiones arteriales
medias de 50% o más sobre el promedio, una persona no puede esperar vivir más que
algunos años a menos que sea apropiadamente tratada.4

En el pasado, la mayor parte de la atención era prestada a la presión diastólica, pero hoy en
día es reconocido que son también factores de riesgo la alta presión sistólica y la alta
presión de pulso (la diferencia numérica entre las presiones sistólicas y diastólicas). En
algunos casos, parece que una excesiva disminución de la presión diastólica puede
realmente aumentar el riesgo, debido probablemente a la diferencia creciente entre las
presiones sistólicas y diastólicas (ver el artículo sobre la presión de pulso).

Presión arterial baja

Artículo principal: Hipotensión


La presión sanguínea que es demasiado baja se conoce como hipotensión. La semejanza en
la pronunciación con la hipertensión puede causar la confusión.

La presión sanguínea baja puede ser un signo de enfermedad severa y requiere la atención
médica urgente.

Cuando la presión arterial y el flujo de sangre disminuyen más allá de cierto punto, la
perfusión del cerebro disminuye críticamente (es decir, la fuente de sangre no es
suficiente), causando mareos, vértigos, debilidad y el desfallecimiento.

Sin embargo, gente que funciona bien mientras mantienen presiones arteriales bajas, tienen
índices más bajos de eventos de enfermedad cardiovascular, que gente con presiones
arteriales normales.

Medición
La presión arterial puede ser medida no invasiva o invasivamente (penetrando la piel y
midiendo dentro de los vasos sanguíneos). La segunda, generalmente está restringida a las
instalaciones de un hospital.

Medición no invasiva

La mediciones no invasivas por auscultación (del latín escuchar) y oscilométrica, son más
simples y más rápidas que las mediciones invasivas, requieren menos experticia para estar
preparado, virtualmente no tienen complicaciones, y son menos desagradables y dolorosas
para el paciente. Sin embargo, las mediciones no invasivas pueden tener una exactitud algo
más baja y pequeñas diferencias sistemáticas en los resultados numéricos. Los métodos de
medición no invasivos son más comúnmente usados para exámenes y monitoreos
rutinarios.

Métodos de palpación

Un valor sistólico mínimo puede ser estimado aproximadamente por palpación, sin ningún
equipo, un método usado más frecuentemente en situaciones de emergencia. La palpación
de un pulso radial indica una presión sanguínea mínima de 80 mmHg (11 kPa), un pulso
femoral indica por lo menos 70 mmHg (9.3 kPa), y un pulso en la arteria carótida un
mínimo de 60 mmHg (8.0 kPa). Sin embargo, un estudio indicó que este método no era lo
suficientemente exacto y con frecuencia sobrestimaba la presión sanguínea sistólica del
paciente.5 Un valor más exacto de la presión sanguínea sistólica puede ser obtenido con un
Esfigmomanómetro y palpando para cuando retorna un pulso radial.6 Debido a que una
presión diastólica no puede ser obtenida con este método, las presiones arteriales obtenidas
por la palpación se anotan como "<systolic>/P".7

Métodos de auscultación
Método auscultatorio anaeroide con esfigmomanómetro y estetoscopio

Manómetro de mercurio

El método auscultorio usa un estetoscopio y un esfigmomanómetro. Esto abarca un


brazalete inflable (Riva-Rocci) que se coloca alrededor de la parte superior del brazo
izquierdo(puede ser tomada en el derecho pero seria erróneo pues la medición obtenida no
seria exacta debido al recorido propio de las arterias), arriba del codo, a aproximadamente
la misma altura vertical que el corazón, que va conectado a un manómetro de mercurio o
aneroide. El manómetro de mercurio, que se considera el estándar de oro para la medición
de la presión sanguínea, mide la altura de una columna del mercurio, dando un resultado
absoluto sin la necesidad de calibración, y por lo tanto no sujeto a los errores y a la deriva??
de la calibración que afectan a otros métodos. El uso de los manómetros de mercurio es a
menudo requerido en pruebas clínicas y para la medición clínica de la hipertensión en
pacientes de riesgo elevado, como las mujeres embarazadas.

Un brazalete del tamaño apropiado es ajustado e inflado manualmente al apretar


repetidamente un bulbo de goma hasta que la arteria braquial es ocluida totalmente.
Escuchando con el estetoscopio la arteria radial en el codo, el examinador libera lentamente
la presión en el brazalete. Cuando la sangre apenas comienza a fluir en la arteria, el flujo
turbulento crea un "silbido" o palpitación (primer sonido Korotkoff). La presión en la cual
este sonido se oye primero es la presión sanguínea sistólica. La presión del brazalete sigue
liberándose hasta que no se puede oír ningún sonido (quinto sonido Korotkoff) en la
presión sanguínea diastólica. A veces, la presión es palpada (sentida a mano) para
conseguir una estimación antes de la auscultación.

Métodos oscilométricos
Los métodos de oscillométricos a veces son usados en mediciones de largo plazo y a veces
en la práctica general. El equipo es funcionalmente similar al del método auscultatorio,
pero, en vez de usar el estetoscopio y el oído del experto, tiene en el interior un sensor de
presión electrónico (transductor) para detectar el flujo de sangre. En la práctica, el sensor de
presión es un dispositivo electrónico calibrado con una lectura numérica de la presión
sanguínea. A diferencia del intrínsecamente exacto manómetro del mercurio, para mantener
la exactitud, la calibración debe ser chequeada periódicamente. En la mayoría de los casos
el brazalete es inflado y desinflado por una bomba y una válvula operadas eléctricamente,
que se pueden ajustar en la muñeca (elevada a la altura del corazón), aunque se prefiera la
parte superior del brazo. Estos instrumentos Varían ámpliamente en exactitud, y deben ser
chequeados en intervalos específicos y recalibrar si fuera necesario.

La medición oscilométrica requiere menos habilidad que la técnica auscultatoria, y puede


ser conveniente para uso del personal inexperimentado y para la supervisión automatizada
del paciente en su hogar.

El brazalete es inicialmente inflado a una presión superior a la presión sanguínea sistólica,


y después, durante un período de cerca de 30 segundos, se reduce hasta llegar a un nivel por
debajo de la presión diastólica. Cuando el flujo de sangre es nulo (presión del brazalete
excediendo la presión sistólica), o sin obstáculo (presión del brazalete debajo de la presión
diastólica), la presión del brazalete será esencialmente constante. Es esencial que el tamaño
del brazalete sea el correcto: los brazaletes de tamaño insuficiente pueden dar una presión
demasiado alta, mientras que los brazaletes de gran tamaño muestran una presión
demasiado baja. Cuando el flujo de sangre está presente, pero restringido, la presión del
brazalete, que es monitoreada por el sensor de presión, variará periódicamente en sincronía
con la expansión y contracción cíclicas de la arteria braquial, es decir, oscilará. Los valores
de la presión sistólica y diastólica son computados usando un algoritmo, no son realmente
medidos desde los datos en bruto. Los resultados computados son exhibidos en una
pantalla.

Los monitores oscilométricos pueden producir lecturas inexactas en pacientes con


problemas en el corazón y la circulación, esto incluye esclerosis arterial, arritmia,
preeclampsia, pulso alternante, y pulso paradójico.

En la práctica, los diferentes métodos no dan resultados idénticos; un algoritmo y los


coeficientes experimentales obtenidos son usados para ajustar los resultados oscilométricos
para dar lecturas que sean similares, tanto como sea posible, con los resultados de la
auscultación Algunos equipos usan el análisis asistido por computadora de la forma de
onda de la presión arterial instantánea para determinar los puntos sistólicos, medios, y
diastólicos. Puesto que muchos dispositivos oscilométricos no se han validado, se debe
tener precaución dado que la mayoría no son adecuados en instalaciones clínicas y cuidados
intensivos.

El término NIBP, para Non-Invasive Blood Pressure (presión sanguínea no invasiva), es de


uso frecuente para describir el equipo de monitoreo oscilométrico.
Medición invasiva

La presión sanguínea arterial (BP) es más precisamente medida invasivamente a través de


una línea arterial. La medición invasiva de la presión arterial con cánulas intravasculares
implica la medición directa de la presión arterial colocando una aguja de cánula en una
arteria (usualmente las arterias radial, femoral, dorsal del pie o braquial). Esto es hecho en
un hospital generalmente por un anestesiólogo o un cirujano.

La cánula se debe conectar con un sistema lleno de fluido estéril, que está conectado con un
transductor de presión electrónico. La ventaja de este sistema es que la presión está
constantemente supervisada latido por latido, y puede ser exhibida una forma de onda (un
gráfico de presión versus tiempo). Esta técnica invasiva es regularmente empleada en la
medicina humana y veterinaria de cuidados intensivos, anestesiología, y para propósitos de
investigación.

La canulación para el monitoreo invasivo de la presión vascular está frecuentemente


asociada a complicaciones como trombosis, infecciones, y hemorragia. Los pacientes con
monitoreo arterial invasivo requieren una supervisión muy cercana, pues hay un peligro de
hemorragia severa si la línea llega a desconectarse. Es generalmente reservada para los
pacientes donde son anticipadas variaciones rápidas en la presión arterial.

Los monitores invasivos de presión vascular son sistemas de monitoreo de presión


diseñados para adquirir la información de la presión para la exhibición en una pantalla y el
procesamiento. Hay una variedad de monitores invasivos de presión vascular para trauma,
cuidado intensivo, y usos en la sala de operaciones. Éstos incluyen los de presión simple,
presión dual, y el de multiparámetro (es decir presión/temperatura). Los monitores pueden
ser usados para la medida y el seguimiento de presiones arteriales, vena central???, arteria
pulmonar, auricula?? izquierda, auricula?? derecha, arteria femoral, vena umbilical, arteria
umbilical, y la intracraneal.

Los parámetros de la presión vascular son derivados en el sistema de microcomputador del


monitor. Generalmente, las presiones sistólicas, diastólicas, y media son exibidas
simultáneamente para formas de onda pulsátiles (es decir, arterial y pulmonar arterial).
Algunos monitores también calculan y exhiben la presión de perfusión cerebral (CPP).
Normalmente, una tecla de cero en el frente del monitor hace que la presión se ponga en
cero extremadamente rápida y fácilmente. Los límites de la alarma se pueden ajustar para
asistir al profesional médico responsable de observar al paciente. Las alarmas alta y bajas
pueden ser ajustadas en los parámetros de la temperatura exhibidos.

Monitorización en el hogar

Hay hasta un 25% de los pacientes diagnosticados con hipertensión que no sufren de ello,
sino más bien de hipertensión de bata blanca (presión arterial elevada específicamente
durante los exámenes médicos, probablemente como resultado de la ansiedad).[cita requerida]
así que, un monitoreo en el hogar de la presión arterial bien realizado, puede prevenir la
ansiedad innecesaria, así como una costosa y potencialmente peligrosa terapia, en muchos
millones de personas por todo el mundo. El monitoreo de la presión arterial en el hogar
proporciona a través del día, una medición en diferentes horas y en diferentes ambientes,
tales como en el hogar y en el trabajo. El monitoreo de la presión arterial puede ayudar en
el diagnóstico de la alta o baja presión arterial. También puede ser usado para monitorear
los efectos de la medicación o los cambios en el estilo de vida tomados para bajar o regular
los niveles de la presión arterial.

Los monitores de la presión sanguínea automáticos y autocontenidos están disponibles a


precios razonables, algunos de ellos son capaces de la medición de Korotkoff en adición de
los métodos oscilométricos, permitiendo a pacientes de latidos irregulares del corazón
medir precisamente su presión sanguínea en el hogar, lo que no era posible usando los
dispositivos tradicionales.

El US Joint National Committee de 2003 recomienda, para mejorar el manejo de la


hipertensión, el uso del automonitoreo de la presión arterial, antes de considerar el más
costoso monitoreo ambulatorio.9 Tanto el Joint National Committee y las pautas de la
Sociedad Europea de la Hipertensión y la Sociedad Europea de Cardiología de 2003,
sugieren que el automonitoreo también puede ser usado como una alternativa al monitoreo
ambulatorio para la diagnosis de la hipertensión de bata blanca.10

Un estudio publicado en el American Journal of Hypertension de mayo de 200611 comparó


el monitoreo en el hogar con el monitoreo ambulatorio de la presión sanguínea, en el ajuste
del tratamiento del antihipertensivo. El estudio demostró que el monitoreo de la presión
sanguínea en el hogar es tan preciso como el monitoreo ambulatorio de 24 horas en la
determinación de los niveles de la presión arterial. Los investigadores en la universidad de
Turku, Finlandia, estudiaron a 98 pacientes con hipertensión no tratada. Compararon los
pacientes que usaban un dispositivo de presión arterial en el hogar y los que usaban un
monitor ambulatorio de 24 horas. El investigador, Dr. Niiranen, dijo que, "la medición de la
presión sanguínea en el hogar puede ser usada efectivamente para guiar hacia el tratamiento
antihipertensivo”. El Dr. Stergiou añadió que el seguimiento en el hogar de la presión
arterial, "es más conveniente y también menos costoso que el monitoreo ambulatorio de la
presión sanguínea".

Un estudio clínico publicado en la edición del mayo de 2007 del American Journal of
Hypertension11 comparó la exactitud de tres diferentes métodos de tomar la presión arterial
en la indicación de la salud cardiovascular. El objetivo del estudio era determinar la
exactitud del monitoreo de la presión sanguínea en el hogar (HBP), el monitoreo
ambulatorio de 24 horas de la presión sanguínea (ABP), y de las lecturas de la presión
arterial tomadas en el consultorio del doctor (OBP). Las pruebas de presión sanguíneaes
fueron comparadas al índice de masa del ventrículo izquierdo (LVMI). El LVMI fue
calculado desde un ecocardiograma del corazón e indica el daño cardiovascular del órgano,
un indicador de la presión arterial. Los investigadores en The Columbia University Medical
Center, New York encontraron que el monitoreo de la presión arterial en el hogar, durante
un período de diez semanas fue un predictor independiente significativo de LVMI incluso
después el ajuste según la edad, el sexo y el índice de masa corporal (BMI). Encontraron
que el monitoreo en el hogar en un cierto tiempo es un mejor indicador de la salud
cardiovascular que las lecturas ambulativas o las lecturas tomadas en el consultorio de los
doctores. El valor del monitoreo en el hogar aumenta en el tiempo con un número de
mediciones tomadas.

El Newspaper for America's Physicians (AMNews) de junio de 2007;12 lanzó un estudio


que no mostró que con frecuencia no son fiables las lecturas de presión arterial en
consultorios de doctoreses. El periódico American Medical Association citó al Profesor
Norman Kaplan del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas quien dijo,
“de todos los procedimientos hechos en el consultorio de un doctor, la medición de la
presión sanguínea es generalmente el menos bien realizado pero tiene las más importantes
implicaciones para el cuidado del paciente". El escrito explicaba que las lecturas de la
presión sanguínea tomadas en el consultorio de los doctores pueden ser falsamente elevadas
o disminuidas. Esto puede ser debido a la presencia de un doctor o de un clínico que dé
lugar a la hipertensión de bata blanca.

El sitio Web de la American Heart Association13 afirma "usted puede tener lo que es
llamado como 'hipertensión de bata blanca'; eso significa que su presión sanguínea va hacia
arriba cuando usted está en el consultorio del doctor. El monitoreo en el hogar le ayudará a
medir su verdadera presión sanguínea y puede proveer a su doctor con un registro de
medicamentos para la presión sanguínea sobre un cierto tiempo. Esto es provechoso en el
diagnóstico y la prevención potenciales problemas de salud".

Los que usan dispositivos de monitoreo de presión arterial hogareños cada vez más también
están haciendo uso del software graficador de la presión arterial.14 Estos métodos de
trazado proporcionan salidas de impresión para el médico del paciente y recordatorios de
cuan frecuentemente comprobar la presión arterial.15 16

Exactitud del monitoreo en el hogar

El National Heart, Lung, and Blood Institute ha publicado pautas para tomar la presión
sanguínea usando los dispositivos hogareños de monitorización.17 La obtención de una
lectura exacta requiere que el paciente no beba café, fume cigarrillos, o se comprometa en
ejercicios vigorosos por 30 minutos antes de tomar la lectura. Por 5 minutos antes de la
prueba, el paciente debe sentarse derecho en una silla con sus pies en el piso en posición
plana y sin ningún miembro cruzado. Durante la lectura, el brazo debe estar relajado y
mantenido al nivel del corazón. El brazalete de la presión sanguínea debe estar siempre
directo en contacto con la piel, pues las lecturas tomadas sobre la manga de la camisa son
menos exactas. Una vejiga llena puede tener un pequeño efecto sobre lecturas de presión
sanguínea, así que si existe el impulso de orinar, el paciente debe ser animado a vaciar la
vejiga antes de la lectura.18
Método Auscultatorio :

Para proceder a la medición de la tensión arterial, siente tranquilamente al


paciente por 5 minutos previos, cerciorándose que no haya fumado ni ingerido café
y que se halla con la vejiga vacía (luego de haber orinado).

 Coloque el brazo izquierdo si es diestro y viceversa a la altura del corazón,


apoyándolo en una mesa o el brazo del sillón.
 Ponga el manguito alrededor del brazo desnudo, entre el hombro y el codo.

Identifique y palpe el latido del “pulso braquial” producido por la arteria del

brazo (se localiza a dos centímetros por encima del pliegue del codo, en la
cara interna del brazo).
 Sobre este latido, apoye la campana del estetoscopio.
 Identifique y palpe el latido del pulso radial (pulso localizado a la altura de la
muñeca cercano al borde correspondiente al dedo pulgar) en el mismo brazo
que realizará la medición.

 Bombee la pera con rapidez


hasta que la presión alcance 30 mm Hg más de la máxima esperada o bien lo
que es mas certero, 30 mm Hg por encima del momento en que desapareció
el pulso radial que estábamos palpando (esto ocurre porque al comprimirse el
brazo, se comprime la arteria y desaparece el pulso.
 Desinfle el manguito lentamente observando la escala del tensiómetro,
haciendo que la presión disminuya 2 a 3 mm Hg por segundo.
 En el momento que escuche (ausculte) el primer latido, deberá observar el
nivel que registra la aguja (o el menisco en el caso del tensiómetro de
mercurio). Ese valor registrado corresponderá a la Presión Arterial Máxima
(o Sistólica) cuyo valor no deberá ser mayor a 139 mm de Mercurio (mmHg).
 A partir de ese momento seguiremos desinflando el manguito e iremos
La presión arterial (PA) o tensión arterial (TA) es la presión que ejerce la sangre contra
la pared de las arterias. Esta presión es imprescindible para que circule la sangre por los
vasos sanguíneos y aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para
que puedan funcionar. Es un tipo de presión sanguínea.

Componentes de la presión arterial

Figura 1. Mediante un esfigmomanómetro se estiman los dos componentes de la presión


arterial.

La presión arterial tiene dos componentes:

 Presión arterial sistólica: corresponde al valor máximo de la tensión arterial en


sístole (cuando el corazón se contrae). Se refiere al efecto de presión que ejerce la
sangre eyectada del corazón sobre la pared de los vasos.
 Presión arterial diastólica: corresponde al valor mínimo de la tensión arterial
cuando el corazón está en diástole o entre latidos cardíacos. Depende
fundamentalmente de la resistencia vascular periférica. Se refiere al efecto de
distensibilidad de la pared de las arterias, es decir el efecto de presión que ejerce la
sangre sobre la pared del vaso.

Cuando se expresa la tensión arterial, se escriben dos números separados por un guión
(Figura 1), donde el primero es la presión sistólica y el segundo la presión diastólica.

La presión de pulso es la diferencia entre la presión sistólica y la diastólica.

Presión o tensión arterial


La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre al circular por las arterias, mientras que
tensión arterial es la forma en que las arterias reaccionan a esta presión, lo cual logran
gracias a la elasticidad de sus paredes. Si bien ambos términos se suelen emplear como
sinónimos, es preferible emplear el de presión arterial. De hecho, su medida se describe en
unidades de presión (por ejemplo, mm de Hg).

La relación entre ambas se puede expresar mediante la ley de Laplace


donde T es la tensión, P es la presión y r el radio de un vaso sanguíneo.

Sistemas de regulación de la presión arterial a nivel


global
 Sistema renina-angiotensina-aldosterona: Cuando las células yuxtaglomerulares
del riñón detectan una disminución del flujo sanguíneo secretan renina, que
transforma el angiotensinogeno en angiotensina I que es convertida en angiotensina
II por la ECA (enzima convertidora de angiotensina), la angiotensina II es un
potente vasoconstrictor además promueve la secreción de aldosterona que
disminuye la perdida de agua por la orina. También actúa sobre el órgano
subfornical para inducir sed.

 Vasopresina: Cuando las células del hipocampo detectan un aumento de la


osmolaridad del líquido cefalorraquídeo secretan vasopresina (también conocida
como ADH u hormona antidiurética) que promueve la reabsorción de agua por parte
del riñón y a su vez en un potente vasoconstrictor, este sistema es el causante de que
la sal aumente la presión sanguínea, debido a que aumenta la osmolaridad del
liquido cefalorraquideo.

 Adrenalina-Noradrenalina: En situaciones de estrés las cápsulas suprarrenales del


riñón secretan estas dos hormonas que modifican el ritmo y la fuerza de contracción
del corazón, además de provocar vasodilatación o vaso constricción según que
zonas de la red capilar

 Factores nerviosos: en casos de estrés o de peligro se activa el sistema nervioso


simpático que hace aumentar el ritmo del corazón mediante una disminución en la
permeabilidad al potasio y un aumento en la del calcio de las células del marcapasos
del corazón. Esto permite que el voltaje umbral necesario para que se genere un
potencial de acción pueda alcanzarse antes(en las células marcapasos cardíacas el
sodio entra constantemente y cuando la membrana alcanza un potencial umbral se
produce la apertura de canales de calcio, cuyo flujo provoca una mayor
despolarización, lo que permite una excitación más rápida al resto del tejido
cardíaco y la consiguiente contracción. Este movimiento eléctrico es lo que se
observa en el electrocardiograma). En cambio, la disminución del estrés provoca
una activación parasimpática, que se traduce en un descenso de la permeabilidad al
calcio, aumento en la de potasio y consecuente descenso de la frecuencia cardíaca.

Medida de la presión arterial


La presión arterial es la presión que ejerce la sangre contra la pared de las arterias.
Tradicionalmente la medición de dicha presión se ha llevado a cabo mediante la utilización
conjunta de un fonendoscopio y un esfigmomanómetro (véase la Figura 1). Sin embargo, a
día de hoy se utilizan fundamentalmente tensiómetros automáticos. Para realizar su medida
se recomienda que el sujeto permanezca relajado, en una habitación tranquila y con
temperatura confortable. El punto habitual de su medida es el brazo.

Figura 2. Variación circadiana de la presión arterial en un sujeto sano mostrando la


variabilidad de la presión sistólica (línea superior) y la presión diastólica (línea inferior). Se
aprecia un descenso de la presión arterial en la fase nocturna.

También puede utilizarse un manómetro aneroide. La presión arterial se expresa


normalmente en milímetros de mercurio (mmHg) sobre la presión atmosférica.

Los valores normales de presión arterial varían entre 90/60 y 120/80 mmHg. Valores por
encima de 130/90 mm de mercurio son indicativos de hipertensión o presión arterial alta y
por debajo de 90/60 son indicativos de hipotensión o presión arterial baja. Estos valores
dependen de la edad (se incrementan con el envejecimiento1 ) y del sexo (son menores en
las mujeres2 ). También hay que señalar que estos valores no son constantes a lo largo del
día (véase la Figura 2), sino que presenta una gran variabilidad. Los valores más bajos se
registran durante el sueño.3

Trastornos de la presión arterial


 Hipertensión arterial: es el aumento de la presión arterial, ya sea de la sistólica o
de la diastólica. La hipertensión, junto con la hipercolesterolemia y el tabaquismo,
es uno de los tres factores de riesgo cardiovascular más importante y modificable.
Es una enfermedad silente, en sus primeros estados.
 Hipotensión arterial: es la disminución de la presión arterial, por debajo de los
límites normales.
Causas y síntomas de la Hipertensión Arterial

La Tensión Alta o Hipertensión es una condición usualmente asintomática donde


la sangre viaja por las arterias a una presión mayor que la deseable para la salud.

La Hipertensión Arterial o tensión arterial alta es una condición médica donde la


presión de la sangre se eleva de forma crónica por encima de los 140/90 mm Hg
[1], causando que el corazón trabaje con mas fuerza y con el tiempo, puede dañar
los vasos sanguíneos del cuerpo. La Hipertensión Persistente es uno de los
factores de riesgo para derrames cerebrales, ataques al corazón, fallas del
corazón, aneurisma arterial y es una de las principales causas de la insuficiencia
renal.
Según la Wikipedia: "La tensión arterial mide la fuerza de la sangre contra las
paredes de los vasos sanguíneos. La tensión arterial que se mantiene alta por un
tiempo largo se llama hipertensión (valores normales hasta 140/90 mmHg). Si hay
demasiado líquido en el cuerpo, aumenta la cantidad de líquido en los vasos
sanguíneos y sube la tensión arterial. Los vasos sanguíneos atorados o estrechos
también hacen que suba la tensión arterial".
La tensión arterial mide la fuerza de la sangre contra las paredes de los vasos
sanguíneos y se considera normal en adultos cuando es menor a 120/80 mm Hg.
Para considerarse Hipertensión, la tensión arterial debe mantenerse alta (140/90
mm Hg o más) por un largo tiempo. Si hay demasiado líquido en el cuerpo,
aumenta la cantidad de líquido en los vasos sanguíneos y sube la tensión arterial.
Los vasos sanguíneos atorados o estrechos también hacen que suba la tensión
arterial
Causas de la Hipertensión Arterial

La Hipertensión Arterial que puede ocurrir sin una causa previa conocida (y
posibles factores de riesgo) es llamada Hipertensión Arterial Esencial y aquella
que es resultado de alguna otra enfermedad se conoce como Hipertensión Arterial
Secundaria.
Los factores de riesgo de la Hipertensión Arterial Esencial son:

 Alto consumo de Sal


 Modo de vida sedentario
 Fumar cigarrillos (tabaco)
 Abuso del alcohol
 Altos niveles de grasa saturada en la dieta
 Obesidad
 Estrés
 Bajo peso de nacimiento
 Diabetes mellitus

Otras causas genéticas


Las causas más frecuentes de la Hipertensión Arterial Secundaria son:

 Enfermedades endocrinas (de las glándulas), Síndrome de Cushing,


Tumores de las glándulas suprarrenales.
 Enfermedades del riñón, estenosis (estrechez) de la Arteria Renal,
glomerulonefritis, o fallo renal.
 El embarazo y el uso de anticonceptivos orales también puede producir
HTA en algunas mujeres
Síntomas de la Hipertensión Arterial
La Hipertensión Arterial es usualmente diagnosticada por el medico ya que
usualmente no produce síntomas. La Hipertensión Maligna por otro lado, es
diferente como una etapa tardía en la condición, y puede presentarse con dolores
de cabeza, visión borrosa y daños en los órganos.

Se reconoce que situaciones estresantes pueden incrementar la presión


sanguínea temporalmente; pero hay que diferenciar la Hipertensión Arterial de la
tensión mental, el estrés y la ansiedad, ya que son términos para condiciones que
aunque pueden relacionarse son totalmente diferentes.
¿Qué es la hipertensión arterial?
Según la medicina moderna, “es el aumento de la presión por encima de los valores
deseables: 120, la presión arterial alta o sistólica y, 80, la presión arterial baja o diastólica.
Los valores normales son: 130 (sistólica) y 80 (diastólica). Entre 130 a 140 (sistólica) es
normal alto y, entre 85 a 90
(diastólica), es normal alto. A partir de 140 y de 90, se está ante una hipertensión arterial
grado 1 o leve. Los otros grados son: moderada o grado 2 (por encima de 160 y de 100 a
109) y severa o grado 3 (por encima de 180 y de 110 en adelante).
ARTERIOESCLEROSIS: Con la edad, las paredes de las arterias se van endureciendo
(arteriosclerosis) y ello contribuye al aumento de la presión sistólica. Ello se denomina
hipertensión arterial sistólica aislada: aumento de la presión sistólica con una presión
diastólica por debajo de 85.
TENSIÓMETRO: La única manera de detectar la hipertensión arterial es mediante el
tensiómetro a manos de un profesional de la salud y en condiciones adecuadas: el
paciente fuera del efecto del estrés, insistió el especialista
En medicina i n t e r n a , S a m u e l Blomer. Y AGREGA AL RESPECTO: “Para el control
de la hipertensión arterial –enfermedad y factor de riesgo a la vez- es necesaria una sana
alimentación, ejercicio regular, baja ingesta de sal y, muy importante, el control médico
regular, entre otras acciones.
El control médico permite detectar la hipertensión arterial grado 1 ó leve, porque cuando la
hipertensión arterial es manifiesta,
ya ha dañado las arterias, la retina (vasoconstricción arteriolar) y el corazón (hipertrofia
del ventrículo izquierdo)

Facultas Odontológica

___________________

Valores de la presión arterial por edad y sexo

Expresada en Torr (mm de Hg)

Presión Sistólica
Hipertension
Límites normales
(Límite inferior)
Edad

Hombres Mujeres Hombres Mujeres

16-18 105-135 100-130 145 140

19 105-140 100-130 150 140

20-24 105-140 100-130 150 140

25-29 108-140 102-130 150 140

30-34 110-145 102-135 155 145

35-39 110-145 105-140 160 150

40-44 110-150 105-150 165 165

45-49 110-155 105-155 170 175

50-54 115-160 110-165 175 180

55-59 115-165 110-170 180 185

60-64 115-170 115-175 190 190


Presión Diastólica

Hipertension
Límites normales
(Límite inferior)
Edad

Hombres Mujeres Hombres Mujeres

16-18 60-86 60-85 90 90

19 60-88 60-85 95 90

20-24 62-88 60-85 95 90

25-29 65-90 60-86 96 92

30-34 68-92 60-88 98 95

35-39 68-92 65-90 100 98

40-44 70-94 65-92 100 100

45-49 70-96 65-96 104 105

50-54 70-98 70-100 106 108

55-59 70-98 70-100 108 108

60-64 70-100 70-100 110 110


Hipertensión Arterial

La hipertensión arterial es un padecimiento crónico de etiología variada y que se


caracteriza por el aumento sostenido de la presión arterial, ya sea sistólica, diastólica o de
ambas. En el 90% de los casos la causa es desconocida por lo cual se le ha denominado
hipertensión arterial esencial, con una fuerte influencia hereditaria. En 5 a 10% de los casos
existe una causa directamente responsable de la elevación de las cifras tensionales y a
esta forma de hipertensión se le denomina hipertensión arterial secundaria.

Se denomina hipertensión arterial sistólica cuando la presión sistólica es mayor de 150


mmHg y la diastólica es menor de 90 mmHg. En los últimos tiempos se ha demostrado que
las cifras de presión arterial que representan riesgo de daño orgánico son aquellas por
arriba de 140 mmHg para la presión sistólica y de 90 mmHg para la presión diastólica,
cuando éstas se mantienen en forma sostenida. Por lo tanto, se define como hipertensión
arterial cuando en tres ocasiones diferentes se demuestran cifras mayores de 140/90
mmHg en el consultorio o cuando mediante monitoreo ambulatorio de la presión arterial se
demuestra la presencia de cifras mayores a las anotadas más arriba, en más del 50% de
las tomas registradas.

La hipertensión arterial ocasiona daño a diversos órganos y el grado de éste y el tiempo


requerido para que aparezcan se relacionan directamente con el grado de hipertensión
arterial.

De acuerdo con las cifras tensionales la hipertensión arterial se puede clasificar en:

PAS PAD
(mmHg) (mmHg)

Normotensión < 140 < 90


Hipertensión Leve
Hipertensión Moderada 140-160 y/o 90-100
Hipertensión Grave 160-180 y/o 100-110
Hipertensión Sistólica
180 110

140 90

De acuerdo con el grado de daño orgánico producido, la hipertensión arterial puede


encontrarse en diferentes etapas:
ETAPA I: Sin alteraciones orgánicas.

ETAPA II: El paciente muestra uno de los siguientes signos, aún cuando se encuentre
asintomático.

a) Hipertrofia ventricular izquierda (palpación, radiografía del tórax, ECG, ecocardiograma).


b) Angiotonía en arterias retinianas.
c) Proteinuria y/o elevación leve de la creatinina (hasta 2 mg/d).
d) Placas de ateroma arterial (radiografía, ultrasonografía) en carótidas, aorta, ilíacas y
femorales.

ETAPA III: Manifestaciones sintomáticas de daño orgánico:

a) Angina de pecho, infarto del miocardio o insuficiencia cardíaca.


b) Isquemia cerebral transitoria, trombosis cerebral o encefalopatía hipertensiva.
c) Exudados y hemorragias retinianas; papiledema.
d) Insuficiencia renal crónica.
e) Aneurisma de la aorta o aterosclerosis obliterante de miembros inferiores.

La hipertensión arterial es un problema de salud de primera importancia ya que se estima


que se encuentra en el 21 al 25% de la población adulta general. Esta cifra obliga a que
todo médico, independientemente de su grado académico o especialización, deba tener un
conocimiento claro y lo más profundo posible del padecimiento, ya que sería imposible que
la hipertensión arterial fuera vista y tratada solamente por especialistas. Se comprende que
los casos de difícil manejo o de etiología no bien precisada deban ser derivados al
especialista apropiado.

DIAGNOSTICO

Es fundamentalmente clínico y deberá establecerse si la hipertensión arterial es primaria o


secundaria con o sin repercusión orgánica.

DIAGNOSTICO DEL DAÑO HIPERTENSIVO

Retinopatía Hipertensiva
El estudio del fondo de ojo nos sirve para saber si hay daño hipertensivo en los vasos
sanguíneos informándonos el grado de daño causado por el proceso hipertensivo. Según la
clasificación de Keith y Wagener podemos encontrar 4 grados de retinopatía:

· Retinopatía grado I: Estrechamiento arteriolar. Traduce actividad de la hipertensión.


· Retinopatía grado II: Aumento del reflejo arteriolar ("hilos de plata"). Traduce cronicidad
del proceso hipertensivo.

· Retinopatía grado III: Aparición de exudados algodonosos y hemorragias retinianas.


Traduce hipertensión grave o maligna.

· Retinopatía grado IV: Edema papilar. Se presenta cuando la hipertensión está


excesivamente elevada. Traduce encefalopatía hipertensiva y edema cerebral.

Cardiopatía Hipertensiva
Al examinar un paciente hipertenso por la palpación del ápex en posición de Pachon, el
encontrar un levantamiento sistólico sosteni do, puede demostrar hipertrofia ventricular
izquierda. Si además se palpa o se ausculta un 4 ruido en el ápex, se refuerza el
diagnóstico.

El electrocardiograma puede demostrar la existencia de La hipertensión


hipertrofia ventricular izquierda, y en estos casos el mejor arterial es un
método para demostrar su presencia es la ecocardiografía. problema de salud
de primera
La radiografía de tórax sigue siendo un método útil para importancia ya que
precisar en el paciente hipertenso el tamaño del corazón, se estima que
condiciones de la aorta torácica y presencia o no de ocurre en el 21% de
congestión pulmonar. En la hipertensión arterial el tamaño del la población adulta.
corazón puede ser normal, al igual que la aorta. En los casos
de hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo se aprecia la
punta del corazón redondea da y corazón de tamaño normal. Se puede encontrar en la
cardiopatía hipertensiva elongación y ateromatosis aórtica. La presencia de cardiomegalia y
congestión pulmonar en un paciente hipertenso tiene el significado de insuficiencia
cardíaca.

Nefropatía
Hipertensiva
Usualmente el daño hipertensivo a la vasculatura y al parénquima renal es paula tino,
crónico, evolutivo y silencioso; permanece asintomático hasta que se hace aparente la
insuficiencia renal. El paciente comienza a retener urea, ácido úrico y creatinina en el
plasma. En la fase avanzada de la insuficiencia renal aparece el síndrome urémico con
importante retención de urea, creatinina, hiperkalemia, anemia, hipocalcemia,
hiperfosfatemia, proteinuria y edema que puede llegar a la anasarca.
Aterosclerosis
La hipertensión arterial es uno de los más importantes factores que contribuyen a la
aterosclerosis, y de ahí que los pacientes con hipertensión arterial frecuentemente se
complican de infarto del miocardio (aterosclerosis coronaria), infarto cerebral (aterosclerosis
de las arterias carótidas o intracerebrales), claudicación intermitente (aterosclerosis
obliterante de miembros inferiores), trombosis mesentéricas o aneurisma aórtico, ya sean
abdominales o de la aórtica torácica descendente.

El estudio de los electrolitos puede dar pauta para el La presencia de


diagnóstico de aldosteronismo (hipokalemia). Además de los cardiomegalia y
estudios seña lados, es útil en la búsqueda de una causa congestión
secundaria de hipertensión arterial. La cuantificación de pulmonar en un
aldosterona plasmática se encontrará elevada en caso de paciente hipertenso
aldosteronismo primario; en el feocromocitoma estarán tiene el significado
elevadas las catecolaminas plasmáticas y/o uri narias. En el de insuficiencia
Síndrome de Cushing estarán elevados los 17 cetosteroides y cardíaca.
los 17 hidroxiesteroides urinarios. En el síndrome
adrenogenital estarán ambos disminídos.

El estudio radiográfico, la ultrasonografía abdominal y la tomografía axial computada


podrán descubrir litiasis urinaria o tumores suprarrenales. Estudios más especializa dos
como el renogammagrama y el estudio angiográfico de las arterias renales podrán
demostrar la presencia de una estenosis de arteria renal. Todos estos estudios sólo se
indicarán si existe un fundamento clínico de sospecha para hipertensión secundaria.
Cuadro 1. Orientación Diagnóstica en la Hipertensión Arterial

I. Orientan hacia la forma esencial de hipertensión arterial:

1. Antecedentes familiares de hipertensión arterial, ya que se sabe que existe una franca
tendencia hereditaria.
2. La hipertensión arterial esencial generalmente aparece por arriba de los 35 años de
edad, por lo que en un paciente menor de 30 años deberá investigarse una forma
secundaria del padecimiento.

II. Orientan hacia la hipertensión arterial

secundaria los siguientes hechos:

1. Presentación de hipertensión arterial en jóvenes sin antecedentes familiares.


2. Antecedentes de escarlatina o hematuria en la infancia deben hacer sospechar la
posibilidad de glomerulonefritis crónica.
3. Presencia de infección urinaria de repetición hará sospechar pielonefritis crónica.
4. Presencia de litiasis urinaria con hiperuricemia (gota) o hipercalcemia
(hiperparatiroidismo).
5. Se pueden sospechar alteraciones endócrinas como el Síndrome de Cushing (cara de
"luna llena", hirsutismo, distribución centrípeta de la grasa corporal, acné, giba dorsal) o
Síndrome adrenogenital (amenorrea, hirsutismo y distribución masculinoide de la grasa
corporal).
6. La exploración de los pulsos en un paciente hipertenso puede llevar a sospechar
arteritis de Takayasu ante la ausencia de pulso en las extremidades, especialmente si se
trata de una mujer. La ausencia de pulsos femorales con hipertensión arterial en los
miembros su periores establece el diagnóstico de coartación aórtica.
7. La búsqueda intencional de soplos vasculares en el abdomen (sistólicos o continuos)
establece la sospecha de hipertensión renovascular por estenosis de la arteria renal.
8. Los exámenes de laboratorio son de gran ayuda en el diagnóstico de la hipertensión
arterial secundaria. En esta forma, la química sanguínea posibilita el diagnóstico de
diabetes mellitus (hiperglucemia) o insuficiencia renal crónica (uremia, elevación de la
creatinina) o gota (hiperuricemia); la biometría hemática puede demostrar anemia
(insuficiencia renal crónica) o por el contrario, policitemia.
TRATAMIENTO

Hipertensión Arterial Esencial

1. Modificaciones del estilo de vida:


Es bien sabido que hay factores en el estilo de vida que favorecen el aumento de las cifras
de presión arterial, como son la ingesta excesiva de sal en la dieta, la obesidad, la ingesta
de más de 80 ml de bebidas alcohólicas al día, el hábito de fumar, el uso de gotas nasales
vasoconstrictoras, otros medicamentos con efecto adrenérgico como algunos
anorexígenos, la cocaína. Por tal razón, en todo paciente hipertenso deben adoptarse
medidas que supriman estos factores que favorecen la elevación de las cifras tensionales.
En ocasiones las medidas señaladas pueden ser suficientes para normalizar las cifras
tensionales.

2. Tratamiento farmacológico

a) En pacientes con hipertensión arterial grado I o II, se recomienda iniciar el tratamiento


con un solo fármaco. Si el paciente hipertenso tiene un síndrome hipercinético, la mejor
opción es un beta bloqueador, y es inconveniente el uso de vasodilatadores como los calcio
antagonistas o bloqueadores alfa ya que exacerban la hipercinesia circulatoria. En
pacientes en quienes se sospecha expansión del espacio extracelular (especialmente
mujeres) la mejor opción es el tratamiento diurético como mono terapia, son menos
efectivos los beta bloqueadores y están contraindicados los vasodilatadores que empeoran
la retención de líquido y la expansión del espacio intravascular. Pueden ser igualmente
efectivos los inhibidores de la ECA. En ancianos con hipertensión arterial sistólica es
preferible el uso de calcioantagonistas como fármacos de primera elección.

b) El paciente con hipertensión esencial de grado III, requiere necesariamente el uso de


varios fármacos para lograr un control eficiente de la hipertensión arterial. En esta forma se
prefiere iniciar el tratamiento con beta bloqueadores y diuréticos (tiazidas y ahorradores de
potasio). Si no se logra un control efectivo de las cifras tensionales puede agregarse un
inhibidor de la ECA. Cuando no se logra normalización de las cifras tensionales se pueden
usar vasodilatadores (hidralazina, minoxidil, prazosina) que reducen las resistencias
vasculares. Los calcio antagonistas pueden ser utilizados en este tipo de pacientes cuando
no se logra controlar la hipertensión con los fármacos ya enuncia dos o porque haya que
suspender su administración por efectos colaterales indeseables como son: ataque de gota
(tiazidas), asma o insuficiencia cardíaca (betabloqueadores) o tos persistente (inhibidores
de la ECA). Los calcio anta gonistas también pueden producir efectos colaterales
indeseables (edema, rubor facial) que pueden obligar a su suspensión o cambio por otro
fármaco de distinta familia.
Como conclusión general se puede decir que el tratamiento del paciente hipertenso deberá
ser individualizado toman do en cuenta edad, cuadro clínico, condiciones hemodinámicas y
efectos colaterales de los fármacos.

c) El paciente con hipertensión arterial de grado IV, constituye una emergencia o urgencia
hipertensiva, por lo que su tratamiento requiere hospitalización y terapia inmediata.

3. Crisis hipertensiva

a) El paciente asintomático pero con cifras de presión arterial diastólica de 140 mmHg o
mayor deberá ser hospitalizado para su observación y reposo absoluto, debiendo
administrársele nifedipina por vía sublingual a razón de 10 mg.

b) El paciente con crisis hipertensiva, con presión arterial mayor de 180/140 y edema
agudo pulmonar, deberá ser tratado con posición de Fowler, sentado en el borde la cama,
torniquetes rotatorios, furosemida por vía IV a razón entre 20 y 60 mg por vía IV y
nitroprusiato de sodio diluído en solución glucosada a razón de 0.3 a 8 µg/ kg/min; en
ocasiones con estas medidas se logra yugular el cuadro, pero en otras es conveniente
además digitalizar al paciente en forma rápida (lanatósido C o ouabaína). Cuando el
paciente ya se encuentra en condiciones clínicas aceptables se deberá iniciar el
tratamiento antihipertensivo por vía oral.

c) El paciente con crisis hipertensiva que se acompaña de encefalopatía hipertensiva, se


presentará con el médico con un cuadro muy aparatoso manifestando cefalea intensa,
náusea, vómitos en proyectil, visión borrosa y un estado progresivo de obnubilación mental;
todo ello coincide con elevaciones exageradas de las cifras de presión arterial (> 180/140).
El trata miento idóneo también será con nitropusiato de sodio administrado tal y como se
menciona en el inciso previo, aunque en estos casos también se puede utilizar el diazóxido
con una dosis inicial de 300 mg por vía IV la cual puede repetirse c/4 o 6 horas,
dependiendo de la respuesta. Se debe recordar que la administración prolongada de este
fármaco produce retención de agua y sodio, por lo que cuando su utilización se prolonga
por más de 24 horas deberá asociarse la administración de diuréticos. En cuanto sea
posible iniciar terapéutica oral.

d) La crisis hipertensiva que es complicada con una disección aórtica se presentará como
un cuadro agudo en donde el paciente puede presentar intenso dolor precordial o en la
espalda acompañado de sensación de muerte, palidez, diaforesis y cifras exagerada mente
elevadas (> 180/140 mmHg). Este cuadro debe tratarse con nitroprusiato de sodio; otro
fármaco alternativo es alfametildopa a razón de 250 a 500 mg por vía IV c/4 a 6 horas y en
cuanto se haya controlado iniciar terapéutica antihipertensiva por vía oral.

e) Si la crisis hipertensiva se debe a un feocromocitoma el paciente referirá cefalea,


palpitaciones, y se le encontrará con palidez y diaforesis, taquicardia sinusal y cifras
exageradamente elevadas (>180 /140 mmHg); en este caso el tratamiento ideal se deberá
hacer con fentolamina; se inyecta un bolo inicial de 5 a 15 mg por vía IV y después se
gotea en forma continua hasta mantener las cifras de presión arterial en niveles aceptables.
Si la frecuencia cardíaca se encuentra exageradeamente elevada ( > 150 por minuto) o
aparece en forma paroxística taquiarritmia por fibrilación auricular deberá administrarse
propranolol por vía IV a razón de 1 mg/min hasta alcanzar 3 a 5 mg como dosis total.

El paciente con
Hipertensión Arterial Secundaria hipertensión
esencial grado III,
Cuando se reconoce la causa de la hipertensión arterial, se requiere
intentará suprimirla con el objeto de dar tratamiento a la necesariamente de
enfermedad. En ocasiones aún cuando se reconoce la causa, varios fármacos
no es posible dar tratamiento y el médico s ólo se conformará para lograr el
con reducir las cifras de presión arterial con fármacos, tal y control deseado. En
como acontece en el paciente que padece lupus eritematoso o resumen: el
diabetes mellitus y nefropatía, pielonefritis crónica, tratamiento deberá
hiperparatiroidismo con nefrocalcinosis, arteritis de Takayasu individualizarse
con graves lesiones arteriales renales bilaterales y en otros según edad, cuadro
territorios, insuficiencia renal que puede con trolarse con clínico, condiciones
tratamiento médico y/o métodos dialíticos. En otras ocasiones hemodinámicas y
el reconocimiento de alteraciones mecánicas como la sensibilidad a los
coartación aórtica o la estenosis de arterias renales puede ser fármacos.
aliviado con tratamiento quirúrgico o con angioplastía
percutánea; en este último caso puede tener indicación la
nefrectomía unilateral cuando el riñón isquémico se encuentra atrófico y con función
insuficiente o sin función. El diagnóstico de tumores productores de hormonas (Síndrome
de Cushing, aldosteronismo primario, feocromocitoma, etc.) deben ser extirpados
quirúrgicamente y ello será suficiente para normalizar las cifras de presión arterial.

Por último, en pacientes con insuficiencia renal crónica en fase terminal quienes serán
sometidos a trasplante renal y cuya hipertensión arterial no es posible controlar
farmacológicamente, debe considerarse la nefrectomía bilateral como opción para el
tratamiento de la hipertensión arterial refractaria.

En la mayoría de estos casos se logra la normotensión al erradicar el padecimiento que


condiciona la hipertensión arterial ; sin embargo, hay pacientes en los que a pesar de lograr
este objetivo, las cifras tensionales permanecen elevadas. En ellos es posible que además
del padecimiento causal de la hipertensión, padezcan una forma esencial de la enfermedad
que coincide en el mismo sujeto.
HIPERTENSION ARTERIAL EN EL
PACIENTE DE EDAD AVANZADA
Dr. Miguel Nadal
Especialista en Medicina Interna, Endocrinología, Geriatría y Medicina Preventiva
y Social.
Profesor asociado de universidad y jefe de departamento médico.
Hospital General de Skellefteå. Universidad de Norrland. Suecia.

Breve introducción
Es bien conocido de todos el hecho de que las enfermedades cardiovasculares son
la principal causa de muerte en sujetos mayores de 65 años. De la misma forma y
a partir de esta realidad se comprende que la población citada sea gran
consumidora de medicación con efectos cardiovasculares. De hecho en Suecia,
con una población algo superior a los ocho millones de habitantes, se calcula que
un 25 % de las todas las personas mayores de 65 años son tratados con
medicación antihipertensiva y que hasta un 50% de su población de edad superior
a los 75 años recibe algún tipo de medicación cardiovascular. Analizando estos
datos desde un punto de vista exclusivamente demográfico,

y considerando el hecho del alargamiento progresivo de la vida media en nuestro


entorno occidental con el consiguiente envejecimiento de la población (como
ejemplo citar que casi el 20% de la población actual de Suecia es mayor de 65
años) resulta evidente que los pacientes cardiovasculares y concretamente los
pacientes hipertensos mayores son una realidad diaria y continua en nuestros
consultorios médicos con todo lo que ello representa a nivel diagnóstico y
terapeutico.

Un tratamiento óptimo de estos pacientes mayores hipertensos requiere no solo


un correcto diagnóstico sino además el tener en cuenta todos los cambios
farmacocinéticos y dinámicos que van parejos con el envejecimiento. Si el
tratamiento individualizado de la hipertensión es siempre importante, ésto lo es
en mucho mayor grado cuanto mayor sea la edad del hipertenso. Es bien sabido
que la hipertensión y el envejecimiento interaccionan entre si de forma negativa
sobre el cerebro, corazón y sistema renal. Es obvio también que un correcto
tratamiento antihipertensivo no debe de ir exclusivamente dirigido a bajar la
tensión arterial sino también, y quizás principalmente, a compensar y combatir
los cambios estructurales en el sistema cardiovascular para de esa forma
dismunir el riesgo de infarto de miocardio, ictus y de insuficiencia cardíaca.

Cambios tensionales en el curso del


envejecimiento fisiológico:
Tanto la tensión arterial sistolica (TAS) como la diastolica (TAD) aumentan
progresivamente con el aumento de la edad (efecto mayormente debido a los
cambios degenerativos que tienen lugar en los grandes vasos) si bien su
evolución no es exactamente igual, ya que mientras que el incremento de la TAD
se va aplanando a partir de los 60 años, la TAS sigue por su parte elevándose
hasta los 70-75 años, edad en la que a partir de la cual ambas tensiones muestran
un descenso que se va acentuando en las edades más altas.

Este descenso tensional en las personas más ancianas se explica entre otras cosas
por los cambios en la composición corporal del individuo, el empeoramiento del
balance fluidosalino, ciertos cambios hormonales asi como una disminución de la
función ventricular izquierda. Junto a todo ésto se une el riesgo de reacciones
ortostáticas en estos pacientes de elevada edad debido a la pérdida de
sensibilidad de sus baroreceptores, empeoramiento del tono venoso y a la
disminución de su volumen plasmático.

Definición y clasificación de la
hipertensión:
Durante este decenio, un gran número de estudios y de grandes ensayos clínicos
relacionados con la hipertensión arterial han hecho cambiar gradualmente tanto
la definición de hipertensión como la clasificación de la misma, en relación a su
pronóstico de gravedad. Muy recientemente la Organización Mundial de la Salud
en colaboración con la International Society of Hypertension Guidelines for the
Management of Hypertension (1) ha propuesto unos criterios actuales para su
definición y clasificación complementados por una estratificación de sus riesgos
en función no solo de los valores absolutos tensionales sino también de su
asociación con otros factores de riesgo conocidos tal como se muestran en las
tablas siguientes:

TA Sistólica TA Diastólica
(mm Hg) (mm Hg)

Optima <120 <80

Normal <130 <85

Normal Alta 130-139 85-89

Hipertensión
Grado 1 140-159 90-99

Grado 2 160-179 100-109

Grado 3 > 180 > 110

Hipertensión Sistólica
> 140 < 90
Aislada

Estratificación Hipertensión Hipertensión Hipertensión


del riesgo: de Grado 1 de Grado 2 de Grado 3

Ausencia de
riesgo
otros factores de poco riesgo alto riesgo
moderado
riesgo :

1-2 factores de riesgo riesgo muy alto


riesgo: moderado moderado riesgo

>2 factores,
muy alto muy alto
lesión orgánica o alto riesgo
riesgo riesgo
diabetes:

Otras
muy alto muy alto muy alto
enfermedades
riesgo riesgo riesgo
cardiovasculares:

Beneficios del tratamiento de la


hipertensión:
Es bien sabido y universalmente aceptado que el tratamiento farmacológico de la
hipertensión de grado suave y moderado disminuye tanto la morbilidad como la
mortalidad cardiovascular. Sin embargo, y en este contexto, la eficacia del
tratamiento no es de la misma entidad cuando se estudian sus efectos sobre el
cerebro o sobre el corazón. Si bien un amplio número de grandes ensayos clínicos
han coincidido en demostrar que el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular
fatal o no fatal disminuye hasta en un 40% en hipertensos de mediana edad como
consecuencia de un tratamiento efectivo de la hipertensión(2,3,4), la eficacia del
tratamiento es significativamente inferior en la prevención de la enfermedad
coronaria (10-15% disminución del riesgo). Más recientemente el beneficio del
tratamiento antihipertensivo ha sido también demostrado en hipertensos de
mayor edad, incluso hasta la edad de 84 anos (5). Es más, esta reducción del
riesgo se ha podido demostrar también en el caso de la hipertensión sistólica
aislada.

Diagnóstico:
Si bien el diagnóstico de una hipertensión puede ser considerado como un
procedimiento simple y sencillo, que lo es, es precisamente su simplicidad la que
posibilita diagnósticos en algunos casos erróneos si no se sigue un procedimiento
bien standardizado. Es bien conocido por todos los investigadores que han
intervenido en estudios y ensayos clínicos el alto porcentaje de pacientes que a
pesar de llevar consigo un diagnóstico de hipertensión no pueden ser
randomizados por no cumplir los criterios mínimos de inclusión en el estudio.
Unos conceptos mínimos indispensables para un correcto diagnóstico incluyen la
toma de tensión repetida en varias ocasiones con un intervalo de al menos varios
días entre las tomas y siempre bajo condiciones standard de tranquilidad,
ambiente aislado y relajación. La posición del brazo en relación al corazón en el
momento de la toma, el tamano del esfigmomanómetro en función de la
circunferencia del miembro en el que se realiza el examen son detalles
importantes para obtener una lectura correcta y real. La tensión arterial debe de
ser también medida tanto en posición supina como erecta ya que en caso de
marcado ortostatismo disminuye la indicación de tratamiento farmacológico
mientras que la coexistencia de hipertrofia ventricular izquierda, enfermedad
coronaria isquémica, insuficiencia cardíaca, stroke, enfermedad vascular
periférica, diabetes o nefropatía refuerzan la indicación de tratamiento. Y no
menos importante es el documentar detalladamente en la historia clínica del
paciente los pasos en los que se ha basado un eventual diagnóstico de
hipertensión. Es altamente frustrante para un médico que se plantea la duda de si
el paciente es verdaderamente hipertenso o no, a pesar de tener ese diagnóstico,
el no encontrar los datos o métodos que en su momento avalaron dicho
diagnóstico.

Alternativas terapeuticas:
Tras los consejos dietéticos y de corrección y mejoría del estilo de vida que
constituyen la base primaria de todo tratamiento en todo paciente hipertenso
incluso en los más ancianos (si bien en éstos, el efecto de medidas tales como la
corrección del peso corporal, el hábito fumador, el consumo de sal y la actividad
física son más limitados) puede ser necesaria a pesar de todo la instauración de
tratamiento farmacológico. El arsenal actualmente existente es amplio, variado y
generalmente efectivo si bien las características propias de cada grupo
farmacológico difieren entre si y deben por tanto de ser valoradas en cada caso
individual.

1.- Beta-bloqueadores:
Disminuyen el gasto cardíaco produciendo un subgrupo de ellos un cierto efecto
vasodilatador a la vez que aumentan también el tono vagal. Su indicación
preferente es en hipertensos jóvenes con elevado gasto cardíaco y en hipertensos
con hipertrofia ventricular izquierda y angor pectoris.

Tolerancia: Los pacientes de edad tienen ya de por si en general disminuida su


fuerza muscular, su potencia física y sexual al mismo tiempo que su circulación
periférica está de la misma manera más limitada. Los betabloqueadores pueden
influir sobre estas funciones de forma negativa dando síntomas tales como
pesadez en las piernas, cansancio al esfuerzo y frialdad de menos y pies. Estos
efectos están sin embargo casi exclusivamente con la dosificación empleada
porque lo que las dosis iniciales recomendables son del orden de 100 mg de
metoprolol, 50 mgs de atenolol ó 10 mgs de pindolol por citar unos ejemplos.

2.- Diuréticos:
Bajan la tensión arterial via una disminución del volumen plasmático y
disminuyen la resistencia arterial periférica. Indicados especialmente en
hipertensos con bajo gasto cardíaco (la gran mayoría de ancianos) y con
hipertensión de elasticidad.

Tolerancia: En dosis relativamente bajas, estos preparados se toleran bien por los
pacientes de edad. Sin embargo, los preparados con potente efecto diurético y
corta duración de acción pueden ser desfavorables en pacientes con incontinencia
urinaria. Los conocidos efectos secundarios metabólicos son dependientes de la
dosificación y fácilmente reconocibles. Dosis recomendables de inicio son 12,5 –
25 mg de hidroclorotiazida, 2,5 – 5 mg de bendroflumetiazida, 20 – 40 mg de
furosemida ó bien 25-50 mg de espironolactona.

3.- Inhibidores de la enzima convertidora de la


angiotensina (ECA):
Producen su efecto hipotensor disminuyendo la angiotensina II y también a nivel
local en la pared vascular disminuyendo la resistencia periférica. Son preparados
efectivos en ancianos a pesar de que éstos, como grupo, tienen baja actividad
renina plasmática.

Tolerancia: son en general bien tolerados. Sus efectos secundarios tales como tos
irritativa son similares a los encontrados en pacientes más jóvenes.

Dado que no es infrecuente que los pacientes de edad tengan unos niveles
plasmáticos de sodio algo más bajos, existe riesgo de caida tensional grave por la
estimulación del sistema renina-angiotensina. Especialmente indicados en
hipertensos con insuficiencia cardíaca (prevalencia 15-20 % en mayores de 70
anos) y diabéticos (prevalencia del 10% en esas edades). Las doses iniciales
deben ser bajas, por ejemplo 12,5 mg X 2 de captopril, 2,5 – 5 mg de enalapril ó
lisoprinil, etc. La dosificación se va aumentando progresivamente hasta llegar a la
dosis óptima que en general viene a ser 2-4 veces superior a la inicial. Importante
es tener en cuenta que cuando un paciente está ya siendo tratado con diuréticos y
precisa la combinación con inhibidores de la ECA, es conveniente suspender el
primero durante el inicio del tratamiento combinado.
4-Calcioantagonistas:
Producen dilatación vascular inhibiendo el paso del calcio a las células musculares
lisas. Su efecto hipotensor es equiparable a los diuréticos y a los inhibidores de la
ECA. Buen elección en los casos de asociación hipertensión-angor y en
hipertensión-diabetes.

Tolerancia: Dado que estos preparados se metabolizan principalmente en el


hígado y que en los pacientes de edad su capacidad farmacocinética
metabolizadora está disminuida, hay riesgo de que las concentraciones
plasmáticas del medicamento sean excesivamente elevadas. No obstante, en
general son preparados que se toleran bien siempre y cuando las dosis sean las
correctas, si bien las grandes diferencias entre los distintos antagonistas del
calcio hacen variar esta tolerancia según preparados. Las dosis de mantenimiento
en pacientes de edad son más bajas que en hipertensos jóvenes o de mediana
edad, 5 mg de felopidina, 60 – 90 mg X 2 de diltiazem suelen ser dosis suficientes.

Todos estos grupos farmacológicos mencionados son efectivos agentes


antihipertensivos si bien cada uno de ellos con unas características específicas
que permiten una mejor individualización del tratamiento en cada caso concreto.
Todos ellos están bien documentados científicamente aunque son los diuréticos y
los betabloqueadores los que han producido más abundante bibliografía y
experiencia clínica. Además de ser con mucho, los más baratos.

Tratamiento de primera elección:


diuréticos o beta-bloqueadores?
Un metaanálisis de los estudios publicados entre enero de 1966 y enero de 1998
en hipertensos mayores de 60 anos comprendiendo un total de 7405 pacientes
tratados con diuréticos y/o beta bloqueadores permitió sacar las siguientes
conclusiones(6):

La monoterapia con diuréticos consiguió un buen control tensional en 2/3 de los


pacientes.

La monoterapia con betabloqueadores consiguió un buen control en 1/3 de ellos.

El tratamiento diurético demostró ser más efectivo en la reducción del riesgo de


accidentes cerebro-vasculares, muerte tras los mismos, mortalidad cardio-
vascular y todo tipo de mortalidad que los betabloqueadores (7)

Recomendaciones del Joint National


Committee on Prevention, Detection,
Evaluation and Treatment of High Blood
Pressure (8):
Tratamiento de elección inicial en hipertensos de edad: diuréticos como
monoterapia o bien asociados con betabloqueadores, pero no betabloquadores
como monoterapia.

Una vez hipertenso, siempre hipertenso?


Es bien conocida la influencia que factores tales como el estilo de vida, el stress,
la alimentación etc. ejercen sobre la tensión arterial. Es también generalmente
reconocido que en muchos casos el diagnóstico de hipertensión arterial primaria
se realiza de forma poco protocolizada y en base en ocasiones a un
reconocimiento aislado, rápido y sin las condiciones de tranquilidad y relajación
física y psíquica del paciente. Incluso en el caso de un diagnóstico en su momento
correcto, las cifras tensionales de un individuo concreto pueden haber sido
influidas negativamente por uno a algunos de los factores anteriormente citados,
factores que no necesariamente van a ser constantes y similares durante el resto
de la vida del sujeto. De ahí que la sospecha de una posible sobrerepresentación
del diagnóstico hipertensión haya sido motivo de discusión durante los últimos
anos así como la idea de si necesariamente la hipertensión arterial primaria es
una enfermedad de por vida o o bien en algunos casos limitada en el tiempo y
circunstancias.

Con objeto de confirmar el diagnóstico de hipertensión y examinar en su caso la


posibilidad de suspender el tratamiento, nosotros realizamos un estudio (9) en un
grupo de 86 hipertensos,33 varones y 53 hembras, en edades comprendidas entre
68 y 82 años (media de 74) y que habían sido tratados farmacológicamente
durante un promedio de 20 años. Tras un príodo de wash-out de un mes, la
tensión arterial fue comprobada en 3 ocasiones consecutivas con un intervalo de
una semana entre cada control. En los casos en los que la tensión arterial era
constantemente < 180/90, los pacientes continuaron sin tratamiento, en caso
contrario se reisntauró el mismo y se excluyeron del estudio prospectivo.

De los 86 pacientes iniciales, 34 necesitaron reiniciar tratamiento tras el período


de wash-out. Los 52 restantes, 16 varones y 36 mujeres formaron el grupo de
seguimiento que se prolongó durante 3 años. La tensión arterial en este grupo era
al final del período de wash-out de 160 + 3 / 91 + 1 en los varones y de 169 + 3 /
91 + 1 en el grupo femenino. Al cabo de los 3 años de seguimiento, el 27 % de los
participantes continuaban sin tratamiento medicamentoso, cifra equivalente al
16% de los 86 hipertensos iniciales. Interesante fue también el hecho de observar
la diferente evolución tensional en función del sexo de los participantes ya que
mientras el 62% de los sujetos varones del grupo de seguimiento continuaban sin
medicación al final de los 3 años, tan solo el 11% de las mujeres estaban en la
misma situación (p<0.001). En cuanto a los participantes que durante el período
de seguimiento precisaron reiniciar la terapia farmacológica por ascenso de sus
cifras tensionales, el promedio de tiempo que transcurrió sin medicación fue tan
solo de 3,6 meses en los varones y de 2,3 meses en las hembras (p=NS). Ningún
end-point fue regustrado durante el estudio. Distintas hipótesis fueron
comentadas en su momento en función de los resultados obtenidos.

Estos resultados nuestros, así como otros existentes en la literatura demuestran


una posible sobrerepresentación del diagnóstico de hipertensión arterial esencial.
También que es posible considerar la suspensión de medicación antihipertensiva
en sujetos de edad, especialmente en varones y que el riesgo de tal decisión es
mínima cuando se controla regularmente a estos pacientes al cesar la medicación.
PRESIÓN ARTERIAL

La presión arterial representa la presión ejercida por la sangre contra la pared de las arterias. Depende de
los siguientes factores:

1. Débito sistólico (volumen de eyección del ventrículo izquierdo )


2. Distensibilidad de la aorta y de las grandes arterias.
3. Resistencia vascular periférica, especialmente a nivel arteriolar, que es controlada por el sistema nervioso
autonómico.
4. Volemia (volumen de sangre dentro del sistema arterial).

Se distingue una presión sistólica y otra diastólica. La presión sistólica es la presión máxima que se
alcanza en el sístole. Esta depende fundamentalmente del débito sistólico, la volemia y la distensibilidad
de la aorta y las grandes arterias. La presión diastólica es la mínima presión de la sangre contra las
arterias y ocurre durante el diástole. Depende fundamentalmente de la resistencia vascular periférica.

La presión de pulso es la diferencia entre la presión sistólica y la diastólica.

La presión arterial varía en las personas a lo largo de las 24 horas. Los factores que influyen son las
emociones, la actividad física, la presencia de dolor, estimulantes como el café, tabaco, algunas drogas,
etc.

Medición de la presión arterial. Habitualmente se efectúa con un esfigmomanómetro. Los más usados
con los de mercurio y los de tipo aneroide. Constan de un sistema para ejercer presión alrededor del brazo
y una escala que permite conocer la presión.

Los esfigmomanómetros de mercurio son más confiables en su calibración. Los aneroides, que registran la
presión mediante un reloj, son más livianos y fáciles de transportar, pero con el tiempo se pueden
descalibrar.

La presión arterial conviene medirla en el brazo, estando el paciente sentado o acostado, cómodo y
relajado. Debe haber descansado unos 5 minutos y no haber consumido café o haber fumado en los 30
minutos anteriores. Habitualmente la medición se efectúa al final del examen físico, momento en que el
paciente debiera estar más relajado. Si se sospecha que puede existir una diferencia en la medición de uno
y otro lado, conviene efectuar la medición en ambos brazos (ej.: en vasculitis o ateromatosis de grandes
arterias). Frente a la posibilidad de ortostatismo (cuando la presión baja al ponerse la persona de pie), la
medición se debe efectuar estando el paciente acostado y luego de pie (o sentado, con los pies colgando).
En algunos casos, es útil medir la presión tanto en las extremidades superiores como en las inferiores.
Normalmente la presión en las piernas es un poco mayor que en los brazos, pero en cuadros de coartación
de la aorta o en ateromatosis muy avanzadas, la presión es menor en las piernas. El manguito se aplica en
la mitad del brazo (el borde inferior queda unos 2 a 3 cm sobre el pliegue cubital). Debe quedar bien
aplicado y no suelto (ya que esto último favorecería lecturas falsamente elevadas). El brazo debe estar
desnudo, sin ropas que interfieran la colocación del manguito. Conviene que el brazo esté apoyado sobre
una mesa o que cuelgue relajado al lado del cuerpo. La bolsa de goma debe quedar ubicada de tal forma
que justo la mitad de ella esté sobre la arteria braquial. Además, el manguito debe quedar a la altura del
corazón. Si se ubica más abajo, se registran presiones falsamente elevadas (estos errores ocurren con más
frecuencia cuando se usan manómetros digitales que comprimen la muñeca y no se tiene el cuidado que el
manguito esté a la altura del corazón durante la medición).

Presión sistólica (mediante el método palpatorio): Se infla el manguito mientras se palpa el pulso
radial. Al desaparecer el pulso, se infla un poco más y luego de desinfla el manguito lentamente. La
presión en que nuevamente se vuelve a palpar el pulso, corresponde a la presión sistólica (por método
palpatorio).

Este es un buen método para ubicar a qué nivel está la presión sistólica, sin tener que inflar el manguito
más de los necesario.

Registro de la Presión Arterial:


Esquema: Manometro de Presión
Colación del manguito

Presión sistólica (mediante el método auscultatorio): Se infla nuevamente el manguito, pero en esta
ocasión se ubica la cápsula del estetoscopio en el pliegue del antebrazo, sobre el lugar donde se palpa el
pulso braquial. Se infla el manguito hasta un poco más arriba de la presión sistólica obtenida por el
método palpatorio y luego se desinfla lentamente. La presión en que se comienza es escuchar un ruido
relacionado con los latidos del corazón corresponde a la presión sistólica obtenida por el método
auscultatorio.

Tanto el registro obtenido por el método palpatorio como por el auscultatorio deben ser parecidos. De no
ser así, se registra como presión sistólica, el valor más elevado.

Presión diastólica: Después de identificar la presión sistólica auscultatoria, se sigue desinflando el


manguito hasta que desaparecen los ruidos. Este momento corresponde a la presión diastólica. En
ocasiones, primero los ruidos se atenúan y luego desaparecen. En general se considera como la presión
diastólica el momento en que los ruidos desaparecen. Si ocurre que los ruidos se atenúan, pero nunca se
dejan de escuchar, incluso con el manguito desinflado, la presión diastólica corresponde al momento en
que los ruidos se atenuaron. En ocasiones se dejan registrados ambos momentos: cuando se atenúan los
ruidos y cuando desaparecen.

La presión arterial se expresa con la presión sistólica y la diastólica. Por ejemplo, una presión de 120/80
mm de Hg, significa que la sistólica es de 120 mm Hg y la diastólica de 80 mm Hg. Además del registro
numérico, se debe especificar en qué parte del cuerpo se tomó la presión y en qué posición estaba el
paciente. Un registro de 120/80/70 mm Hg significaría que a los 80 mm Hg los ruidos se atenuaron y que
a los 70 mm Hg se dejaron de escuchar, siendo este último valor la presión diastólica.

Agujero auscultatorio de Korotkoff.

Cuando se toma la presión con el método auscultatorio puede ocurrir que después de haber escuchado el
primer ruido pulsátil (presión sistólica), se presenta una fase de silencio y luego los ruidos reaparecen para
finalmente disminuir y desaparecer definitivamente (presión diastólica). Ese período de silencio se llama
el agujero auscultatorio de Korotkoff. La existencia de este fenómeno hace aconsejable haber
determinado primero la presión sistólica con el método palpatorio, ya que podría ocurrir que si sólo se usa
el método auscultatorio y no se sube suficientemente la presión del manguito, se puede tomar como la
presión sistólica el momento que viene a continuación del agujero auscultatorio de Korotkoff y haber
errado la verdadera presión sistólica.

Si se mide la presión directamente con el método auscultatorio, sin efectuar primero el procedimiento
palpatorio, podría ocurrir:

 que el manguito se infle más que lo necesario con la consecuente molestia para el paciente
 que se registre mal la presión sistólica en el caso que no se hubiera inflado suficientemente el

manguito y se hubiera caído en el agujero auscultatorio de Korotkoff. A pesar de las consideraciones


anteriores, especialmente en personas que muy posiblemente tienen la presión arterial normal, puede
bastar efectuar solamente el método auscultatorio y quedarse tranquilo si la identificación de los ruidos es
clara.

Relación entre el tamaño del manguito y el brazo. Debe haber una adecuada relación entre el tamaño
del manguito y el brazo (o el segmento de la extremidad en dónde se está efectuando el registro). Por lo
tanto, en las personas obesas se debe usar un manguito de mayor tamaño (de no ser así, se van a registrar
presiones falsamente elevadas). Del mismo modo, en niños se debe disponer de manguitos más pequeños.

Valores normales de la presión arterial:

Presión sistólica: entre 100 y 140 mm de Hg (lo ideal sería tener una presión sistólica que no superara los
120 mm Hg, o, a los más, los 130 mm Hg). Presión diastólica: entre 60 y 90 mm de Hg (lo ideal sería
tener una presión diastólica por debajo de los 90 mm Hg).

Se considera que un paciente está comenzando a ser hipertenso cuando su registro es igual o mayor de
140/90 mm de Hg. Algunas personas, especialmente mujeres jóvenes, tienen presiones que normalmente
son bajas (100/60 mm Hg o incluso menos). En otras situaciones, la presión baja es una manifestación de
shock o colapso circulatorio, pero en estos casos, se presentan signos de mala perfusión tisular
(compromiso de conciencia, extremidades frías, diuresis escasa).

Cuando existe una arritmia acentuada, como en la fibrilación auricular, la determinación de la presión
arterial es un poco más difícil. En estos casos, conviene desinflar el manguito lentamente y, si es
necesario, repetir la medición para ver cuán consistentes son los valores obtenidos. En una fibrilación
auricular, los manómetros digitales automáticos pueden registrar valores errados.

Glosario: presión de pulso, presión sistólica palpatoria, presión sistólica auscultatoria, agujero
auscultatorio de Korotkoff.
Las Enfermedades Cardiovasculares

Tensión arterial y Pulso

La Tensión arterial:

Es la resultante de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias
cada vez que el corazón se contrae. La tensión arterial es un índice de diagnóstico
importante, en especial de la función circulatoria.

Debido a que cada vez que el corazón late, bombea hacia las arterias un volumen de
sangre mayor que el que pueden absorber las arterias pequeñas, arteriolas y
capilares, la presión resultante hacia atrás, se ejerce contra las arterias mayores.
Por lo tanto, la presión de la sangre es más alta cuando el corazón se contrae
(Sístole) y mas baja cuando está relajado (Diástole).

En las personas sanas la Tensión Arterial normal se suele mantener dentro de un


margen determinado.
El complejo mecanismo nervioso que equilibra y coordina la actividad del corazón y de
las fibras musculares de las arterias, controlado por los centros nerviosos
cerebroespinal y simpático, permite una amplia variación local, de la tasa de flujo
sanguíneo sin alterar la Tensión Arterial Sistémica.
La presión se mide en milímetros de mercurio (mmHg), con la ayuda de un
instrumento denominado esfigmomanómetro o tensiómetro, que consta de un
manguito de goma inflable conectado a un manómetro con un marcador. Con el
manguito se rodea el brazo izquierdo y se insufla apretando una pera de goma
conectada a éste por un tubo.

El médico ausculta con un estetoscopio aplicado sobre una arteria en el pliegue del
codo.
A medida que el manguito se expande, se comprime la arteria de forma gradual, y el
punto en el que el manguito interrumpe la circulación y las pulsaciones no son
audibles determina la presión sistólica o presión máxima.
Su lectura habitual se realiza cuando al desinflarlo lentamente, la circulación se
restablece. Entonces, es posible escuchar un sonido enérgico a medida que la
contracción cardiaca impulsa la sangre a través de las arterias. El primer sonido
audible, se corresponde con la presión máxima.

Después, se permite que el manguito se desinfle lentamente, hasta que el sonido del
flujo sanguíneo desaparece. La lectura en este último sonido, determina la presión
diastólica o presión mínima, que se produce durante la relajación del corazón.
Durante un ciclo cardiaco o latido, la tensión arterial varía desde un máximo durante
la sístole a un mínimo durante la diástole.
Por lo general, ambas determinaciones se describen como una expresión proporcional
del superior sobre el inferior, por ejemplo, 125/80.

Toma adecuada de la presión arterial


 El paciente debe estar adecuadamente sentado.
 Los brazos descubiertos, apoyados y a nivel del corazón.
 El paciente no debe haber fumado ni tomado café, 30 minutos antes de la
medición.
 El paciente debe permanecer en reposo al menos cinco minutos antes de la
medición.
 Debe usarse un manguito apropiado (que cubra 80% del brazo).
 Debe usarse esfigmomanómetro de mercurio o aneroide, calibrados.
 Deben registrarse las presiones sistólica y diastólica.
 Deben promediarse dos o más lecturas, a intervalos de dos minutos.
 Si las lecturas difieren en más de 5 mm Hg. deben obtenerse más lecturas
 El médico dará explicaciones sobre el significado de las cifras halladas y
aconsejará sobre mediciones periódicas.

Valores normales de la Tensión Arterial en mayores de 18 años.

CATEGORÍA
Máxima (mmHg) Mínima (mmHg)
PRESIÓN ARTERIAL
Óptima <120 < 80
Normal <130 < 85
Normal-Elevada 130-139 85-89

Pulso:
Cuando la sangre es impulsada hacia las arterias por la contracción ventricular, su
pared se distiende. Durante la diástole, las arterias recuperan su diámetro normal,
debido a la elasticidad del tejido conjuntivo y de las fibras musculares de las paredes
de las arterias.

Esta recuperación del tamaño normal es importante para mantener el flujo continuo
de sangre a través de los capilares durante el periodo de reposo del corazón. La
dilatación y contracción de las paredes arteriales que se puede percibir a través de la
superficie cutánea en todas las arterias recibe el nombre de pulso.

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