construcción de sus bases conceptuales. Rev Med Chile. 2003; 131: 1061- 1065. Fernando Mendoza Control de lectura
Interculturalidad en salud o salud intercultural, si bien los autores hablan del
conjunto de acciones y políticas que tienden a conocer e incorporar la cultura del usuario en el proceso de atención, considero que dé inicio existe un problema en la caractizacion ontológica del concepto y la semántica, porque pueden existir dos lecturas, una de cada conjunto de conceptos acorde al orden de lo dicho. Si bien desde la interculturalidad en salud podría fácilmente asumirse que la salud es un concepto dado y su campo de acción es unificado, salvo cierta particularidades o variables a considerar en los sujetos para asirlos o asimilarlos en el sistema de salud. Por otra parte, en la segunda acepción (salud intercultural), parte de la premisa antropológica, donde la salud como concepto tiene una construcción y subjetivación desde la particularidad de la comunidad, construcción simbólica en la que tendrá juego la cosmovisión de los sujetos y la cual determinara los procesos de atención o conducta ante ella y su antagónica, si la tuviese, la cual no necesariamente implicará su asociación a un sistema institucional, sino a una estructura meramente simbólica.
Las dos grandes dimensiones que convergen en la conceptualización de la
cultura se encuentran: la dimensión cognitiva – simbólica, el mundo de la conceptualización o de lo abstracto; y la dimensión material, que es la expresión a través de conductas, artefactos, prácticas y normas. “Los cuales se transforman en la medida que el grupo social experimenta nuevos desafíos y problemas”.
Concuerdo: Desde la antropología sociocultural un sistema médico es concebido
como un conjunto más o menos organizado, coherente y estratificado de agentes terapéuticos, modelos explicativos de salud-enfermedad, practicas e instrumentos (tecnología-tecne) al servicio de la salud individual o colectiva. Curioso: la credibilidad que los pacientes asignan a las fuentes de validación es la que permite aceptar o no las explicaciones acerca de las causas de sus enfermedades, y la adherencia a los tratamientos. Porque claro: un proceso terapéutico exitoso supone la eliminación de la condición subjetiva de enfermedad y consecuentemente la finalización del rol de enfermo. Esto último puede ser un poco problemático, en el sentido político, me se enfermó o se me sano, ¿porque y para que me sirve esto?, ¿o a quien le sirve esto?
¿Salud, ausencia de enfermedad o estado de Bienestar?, y si es lo último,
entonces no remitimos al acceso digno a la vida, y esto ¿cómo lograrlo en un sistema que se basa en la dominación social de un modelo de salud sobre otro?. “el éxito de la comunicación intercultural puede ser logrado a través de un proceso compuesto de cinco elementos: escuchar, explicar, reconocer, recomendar y negociar”.