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INTRODUCCIÓN
La fascioliasis es una trematodiasis parasitaria del hígado y las vías biliares de las
ovejas, vacas y otros rumiantes, tiene distribución mundial y es causada por la
duela Fasciola hepatica. La infección humana se ha notificado en México, Cuba,
Puerto Rico, Chile, Perú, Uruguay, Brasil, Argentina, Estados Unidos, Europa,
África Oriental, Japón y Australia. El miracidio del parásito invade a una de las
especies de caracoles hospederos Lymnaea, la infección resulta al ingerir las
metacercarias enquistadas adheridas sobre las hojas de los berros frescos
(Nasturtium officinale). Los síntomas registrados en los casos clínicos incluyen
fiebre irregular, dolor epigástrico y del hipocondrio derecho, ictericia obstructiva
y leucocitosis con eosinofilia hasta de 60%. La confirmación diagnóstica se basa
en la observación de los huevos en las heces del paciente o en la bilis. El
tratamiento es con dihidroemetina inyectable, bitionol oral a la dosis de 30-50
mg/kg, en días alternos, hasta completar 10 a 15 dosis. El prazicuantel es también
probablemente efectivo. La prevención incluye: educar al público con respecto al
modo de transmisión y al ciclo de vida del parásito, así como poner los berros
frescos en agua hirviendo por pocos segundos, o bien dejar secar las plantas
sospechosas antes de comérselas.
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Esta revisión tiene como objetivo estimar el impacto económico de la fasciolosis
animal sobre los parámetros anteriormente descritos y describir los factores de la
infección humana que pueden impactar negativamente en la economía del sector
salud; sobre la base de la información de la epidemiología, manifestaciones
clínicas, diagnóstico y tratamiento de la infección.
FASCIOLOSIS
Según Uribarrem (2011) Fasciolosis es una zoonosis causada por el trematodo
Fasciola hepatica, que afecta a animales vertebrados herbívoros (vacas, ovejas,
cabras, entre otros) y a humanos. La infección se adquiere debido a la ingesta de
diversos vegetales acuáticos crudos, algunos terrestres, o agua contaminados con
metacercarias, la forma infectante.
Se estima que existen al menos 2.4 millones de personas infectadas en 70 paises.
Ningún continente se encuentra libre de especies del género Fasciola (Fasciola
hepatica y F. gigantica), y se considera que donde existen casos estas parasitosis
en animales, también existen casos humanos.
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Una adecuada temperatura ambiental y humedad, numerosos reservorios de agua,
viabilidad del hospedero intermediario, hábitos dietéticos, animales infectados
(ganado ovino y bovino principalmente) son factores determinantes para la
diseminación de la enfermedad en la población.
2.1.EPIDEMIOLOGIA:
Según Terashima y otros (2010) La F. hepatica es un parásito que se encuentra
ampliamente distribuida en el mundo, condición adquirida al poseer una alta
capacidad de colonización de su hospedero intermediario, caracoles del género
Lymnaea y por tener una gran adaptabilidad a la mayoría de las regiones. Es
importante remarcar que la fasciolosis es la enfermedad de transmisión vectorial.
De no ser tratada, la infección puede durar años, y es el animal infectado un
diseminador del parásito, por la capacidad biótica del tremátodo adulto que puede
producir miles de huevos por día y que en presencia del vector competente puede
infectar una amplia gama de animales herbívoros como es el caso del ganado
vacuno, ovino, equino y camélido; omnívoros como caprinos, porcinos y animales
menores como conejos, liebres, cobayos; entre otras especies silvestres. El
parásito ha sido reportado en todos los países del continente americano. En Perú,
las más altas prevalencias de fasciolosis humana y animal son en la sierra,
principalmente en los valles andinos de Cajamarca, Junín, Cusco y Arequipa, así
como, en la altiplanicie de la cuenca del Lago Titicaca.
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en poblaciones humanas, tal como se ha presentado en algunos países. En la
actualidad, hay entre 2,4 y 17 millones de casos humanos y 91,1 millones de
personas en riesgo de infección en el mundo. El análisis filogenético de secuencias
del ADN ribosomal y mitocondrial de los vectores limneidos y fasciolas adultas,
apunta a que el parásito ingresa al Perú con la llegada del ganado europeo durante
la intensiva colonización del Nuevo Mundo; no obstante, se ha descrito el hallazgo
de los restos de un parásito que correspondería Fasciola en el hígado de una
momia de 1200 años de antigüedad.
Se ha publicado prevalencias entre 6 y 68%, donde los niños son la población más
afectada. La fasciolosis animal está ampliamente distribuida en 21 de las 24
regiones del Perú, dato conocido por los informes de decomisos de vísceras
infectadas en los mataderos bajo inspección de SENASA. La infección se reporta
de manera esporádica o está ausente en los informes de decomisos en las regiones
amazónicas de Madre de Dios, Ucayali y Loreto donde las condiciones climáticas
y ecológicas no favorecerían la compleción del ciclo de vida del parásito.
La diseminación de esta parasitosis hacia nuevas regiones geográficas es
impredecible. Los cambios en las conductas alimentarias, así como el aumento de
consumo de vegetales para una dieta baja en calorías o baja en colesterol, han
conducido a ver casos complicados agudos de fasciolosis en áreas no endémicas.
La proximidad de las áreas rurales endémicas a las ciudades seria una potencial
fuente de infección debido al transporte y consumo de vegetales contaminados de
estas zonas. Un factor importante que contribuye a que la fasciolosis sea altamente
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endémica en la región andina es la alta capacidad de adaptación del hospedero
intermediario a los diferentes pisos ecológicos de los Andes, pues se ha
encontrado el vector infectado hasta 4500 msnm.
El parásito tiene un tegumento blando, recubierto por espinas dirigidas hacia atrás.
Las fases larvarias se multiplican abundantemente (poliembrionía); por ello, el
potencial biótico reproductivo es enorme. Considérese que a partir de un solo
huevo fértil se producirán miles de formas infectantes.
La Fasciola adulta pone entre 10,000 y 20,000 huevos al día; son color
amarillento, elipsoidales; tienen un opérculo; miden 130 a 150 µm x 60 a 90 µm.
La eliminación fecal de huevos no es constante, hay variaciones de horario y
estacionales. Se ha observado incremento de la excreción durante la primavera y
el otoño; sin embargo, suele persistir la contaminación continua de los pastos. Una
sola oveja afectada por la carga parasitaria biliar, podría eliminar entre 2 a 2.5
millones de huevos diarios, además de los arrojados al ambiente por otros
rumiantes y lagomorfos silvestres (liebres y conejos).
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2.3.CICLO BIOLÓGICO:
Carrada (2007)Para desarrollarse, los huevos requieren temperaturas entre 10 y
30°C, y la existencia de al menos una capa fina de agua. La Dra. Haro Arteaga
anotó: “A la temperatura de 22°C, el embrión se divide y en dos semanas forma
la mórula. Crece una larva periciliada o miracidio, la porción anterior ensanchada
lleva una papila cónica diminuta y una mancha ocular prominente, adelgazándose
hacia la porción posterior. En promedio, mide 128 x 25 µm. El miracidio móvil
levanta el opérculo y comienza a nadar, posee fototropismo positivo y
geotropismo negativo. Al ponerse en contacto con la superficie o manto de caracol
pierde los cilios, transformándose en esporocisto joven que penetra al molusco.
Las cercarias se enquistan sobre las hierbas y plantas acuáticas; al perder la cola,
aparecen las metacercarias envueltas por una cubierta polimérica de quinonas y
otras sustancias mucilaginosas. Son muy sensibles a las temperaturas altas y la
desecación, pero soportan temperaturas muy bajas, posibilitando así la
supervivencia invernal. Se ha estimado que por cada miracidio salen cerca de 250
cercarias.
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Las fases larvarias hibernan junto con los caracoles, fenómeno de gran interés
epidemiológico. En los estudios longitudinales se ha demostrado que las ovejas y
bovinos eliminaban huevos todo el año.
Morfología:
- Estado adulto
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- Metacercaria: formas redondeadas, se adhieren a pastos, berro. Forma infectante
para el HD.
2.4.TRANSMISIÓN DE LA ENFERMEDAD:
La transmisión a otros animales y a los seres humanos se produce cuando estos ingieren
las plantas con quistes adheridos, que actúan como portadoras de la infección. Después
de su ingestión, las metacercarias se desenquistan en el duodeno dando lugar a gusanos
jóvenes que migran a través de la pared intestinal, la cavidad peritoneal y el tejido
hepático hacia los conductos biliares, donde en pocos meses se convierten en adultos y
empiezan a poner huevos, cerrando así el ciclo.
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La transmisión humana ocurre en poblaciones andinas rurales dedicadas a la agricultura,
pero hay un creciente número de casos en ciudades. Diferentes situaciones
epidemiológicas de la infección humana se presentan: i) Regiones con casos no
autóctonos, donde la infección es por consumo de vegetales contaminados traídos de
zonas endémicas; ii) Regiones con poblados hipo- y mesoendémicos, transmisión local y
prevalencia < 10%; y iii) Regiones con poblados hiperendémicos, transmisión local y
prevalencia ≥ 10%. El parásito infecta a vacunos, ovinos, equinos, caprinos, porcinos,
camélidos, cobayos y conejos.
Fasciola hepática afecta principalmente a bovinos, ovinos y caprinos, pero también puede afectar
a otros mamíferos herbívoros y omnívoros, entre los que se encuentran los equinos,
los lagomorfos, los roedores y el hombre, siendo unas de las 20 principales enfermedades
parasitarias en el hombre, dándose en ciertos lugares parasitemias del 50% de la población, por
lo que ya no se puede considerar como un problema propio del ganado, sino más bien un problema
de salud pública.[cita requerida]
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2.4.1.2. Hospedadores intermediarios
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la arquitectura hepática causada por la secreción de enzimas parasitarias que
destruyen el parénquima hepático.
Los síntomas reflejan la obstrucción biliar causada por los parásitos adultos, si
esta es parcial o si el parásito ingresa a la vesícula biliar, los síntomas son dolor
crónico en el hipocondrio derecho o en abdomen superior semejante al cuadro de
colecistitis crónica reagudizada causada por cálculos biliares; y si la obstrucción
es completa, se presenta ictericia y requiere de cirugía o colangiopancreatografía
retrógrada endoscópica de emergencia. La eosinofilia se presenta en
aproximadamente el 50% de los casos.
La fase crónica es una “amenaza silente” para el paciente, ya que los parásitos
puede sobrevivir más de una década y causar daño de manera asintomática o con
síntomas inespecíficos, en ese contexto, la disfunción del hígado por el daño
hepático podría ser irreversible.
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mayores valores de sensibilidad en la detección de la fase crónica y aguda
de la infección.
2.7.2. DIAGNÓSTICO EN HUMANOS POR SEROLOGÍA
Según Terashima y otros (2010) Es la técnica de elección para el
diagnóstico de la fasciolosis humana. Dado que el parásito tiene una alta
inmunogenicidad, se producen tempranamente anticuerpos específicos
contra los antígenos parasitarios, permitiendo la detección en la fase aguda
dos semanas después de la infección.
2.8.TRATAMIENTO EN HUMANOS
Según Terashima y otros (2010) El triclabendazole (TCBZ) es el tratamiento de
elección en fasciolosis humana, producto incluido en la lista de medicamentos
esenciales de la Organización Mundial de la Salud. El TCBZ ha sido usado para
el tratamiento de 70 casos humanos, hasta con dos dosis de 12 mg/ kg en días
consecutivos; con una efectividad de 83% en pacientes con una dosis, el 14%
curaba con una dosis adicional sin manifestar efectos secundarios.
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La efectividad se incrementa a 90% en casos agudos con dosis única de 10mg/kg,
en el caso de las infecciones crónicas la efectividad es similar. Se recomienda la
administración de TCBZ con los alimentos ya que mejora la biodisponibilidad y
el efecto de la droga sobre el parásito.
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Si bien el TCBZ tiene una actividad fasciolicida excelente, con tasas de curación
que están por encima del 90%, se está observando vacunos infectados que no se
curan con repetidas dosis de esta droga; en especial los animales tratados con
TCBZ durante una mayor periodicidad. En este grupo con sospecha de resistencia,
la tasa de efectividad solo alcanzó el 36%; mientras que en el grupo de animales
tratados una vez al año, la tasa de curación fue del 98%.
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III. Conclusiones
- La fasciola hepática se ha convertido en una amenaza para los animales como
también al ser humano afectando su salud.
- Es necesario que la población tenga conocimiento sobre el riesgo que presenta
este parasito al desarrollarse en nuestro organismo y las patologías que causa
al cuando nos infecte.
- Es necesario tener precauciones para evitar contagiarnos evitando comer
berros o plantas regadas con aguas contaminadas.
- La Fasciola hepatica al ser un parásito que se alimenta de sangre de su hospedador
necesariamente requiere lacerar las paredes de los conductos biliares donde se aloja,
al ocasionar daños en la pared y liberar toxinas se produce pérdida de sangre
produciendo anemia en el órgano afectado (Hígado), ocasionando daños
considerables al animal y con esto afecta la economía del propietario.
- La fasciolosis hiperendémica que hoy sufren los países andinos es producto de la
historia. En América precolombina no se conocían las ovejas ni las vacas, pero los
conquistadores españoles, al apoderarse de las nuevas tierras, las importaron de
Europa, contaminadas ya por la Fasciola. Y no sólo eso, transportaron también
inadvertidamente a Lymnaea truncatula.
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