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Sería preciso un estudio más detallado para dar cuenta de otros aspectos de la
cultura del P.R.E.A como el estilo de la comunicación y del liderazgo que son
también muy importantes. Puede decirse, sin embargo, que prevalecen los
equipos por sobre las individualidades en el discurrir diario, lo que parece
mostrar un liderazgo flexible y canales de comunicación abiertos que permiten
adaptarse a las circunstancias. Por ejemplo, si una paciente necesita atención
psicológica individual o si las visitas deben realizarse más de una vez por
semana.
La cultura del programa, así como las ideas que sirvieron de base al proyecto,
tal como queda dicho, se colocan en clara oposición a las representaciones
hegemónicas de la locura. La actitud paternalista del sistema de lo instituido
que considera a la enfermedad mental como un peligro para la sociedad y
recluye a los enfermos en instituciones totales, asilares, donde se pierde su
subjetividad, queda en entredicho por las nuevas ideas que programas como
este fueron desarrollando. Esta tensión entre los dos primeros momentos
dialécticos da lugar a la institucionalización que puede verse en la
promulgación de la ley de salud mental. Sin embargo, la ley no termina de
cumplirse, tal como queda claro en el artículo, lo que implica que esas
tensiones no terminan de resolverse aún, sino que hay fuerzas y actores
todavía en pugna.
Para entender el porqué del surgimiento de estas iniciativas hay que tener en
cuenta el instituido del que partieron. En los manicomios la violencia
institucional aparece como una consecuencia del propio sistema sobre el que
están construidos.
Como conclusión puede decirse que esto responde a cambios históricos muy
complejos y que el P.R.E.A nace y tiene en el seno mismo de su proyecto una
actitud distinta e instituyente con respecto a la salud mental. Queda por verse
la posibilidad de que este tipo de movimientos paradigmáticos ejerzan una
influencia en la totalidad del sistema de salud de manera tal que se empiecen a
aplicar los preceptos de la ley de salud mental basados en una concepción
distinta de la enfermedad.