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CAVITACIÓN

La formación y subsecuente colapso de las cavidades llenas de vapor de un


líquido, debido a la acción dinámica, se llama cavitación. Las cavidades pueden ser
burbujas o bolsas de llenas de vapor, o una combinación de ambas. Para que la
cavitación se inicie, la presión en el lugar debe ser menor igual a la presión de
vapor del líquido, y las cavidades deben encontrar una región de presión más alta
que la presión de vapor para que imploten.

Los gases disueltos en el agua con frecuencia se liberan un poco antes de


que empiece la vaporización. Esto puede ser una indicación de cavitación
inminente, pero la verdadera cavitación requiere la vaporización del líquido. De la
definición de cavitación se excluye arbitrariamente la ebullición acompañada por
la adición de calor o la reducción de la presión estática sin la acción dinámica del
fluido. Con mezclas de líquidos, como la gasolina, las fracciones ligeras tienden a
cavitar primero.

Cuando un fluido fluye sobre una superficie con curvatura convexa, la


presión cerca de la superficie se reduce (disminuye) y el flujo tiende a separarse
de la superficie.

La separación y la cavitación son fenómenos completamente diferentes.


Sin cavitación una región separada contiene fluido turbulento con corrientes
parasitas a presiones más altas que la presión de vapor. Cuando la presión es
suficientemente baja la región separada puede contener una bolsa de vapor que se
llena a partir del extremo de la corriente hacia abajo, se rompe y se forma
nuevamente muchas veces en cada segundo. Esto origina ruido y si es
suficientemente severo, vibración.

Las burbujas llenas de vapor que se rompen muy rápidamente


generalmente están presentes en cualquier región en donde la presión se
encuentra por encima de la presión de vapor. Se encontró que el ciclo de vida de
una burbuja es de aproximadamente de 0.003 segundos.

Las burbujas que se rompen sobre una superficie solida pueden originar
daño mecánico severo. SHUTLER y MESLER fotografiaron burbujas que se
distorsionaron en anillos de forma toroidal durante el rompimiento y producían
indentaciones en forma de anillo en una región suave del metal. Las burbujas
rebotaban después del rompimiento inicial originando picaduras en esa región. Se
ha estimado que durante el rompimiento de una burbuja las presiones son del
orden de 104 atm.

Todos los materiales conocidos pueden dañarse por la exposición de


burbujas al romperse, durante un tiempo suficientemente largo. A esto se llama
con toda propiedad erosión por cavitación o picado. Los daños se producen en el
lado de succión de los álabes del impulsor de la bomba después de
aproximadamente tres meses de operación con cavitación. Existen lugares en que
las picaduras penetran profundamente en el metal del impulsor aunque se trate de
acero inoxidable, de 3⁄8 " de espesor.

Se cree que las condiciones desfavorables de flujo a la entrada a la bomba


fueron la causa de la cavitación debida, por lo menos en parte, a la presencia de
codos en la tubería de alimentación. Después de hacer modificaciones a la tubería
de alimentación y a los pasajes de entrada a la bomba se redujo la cavitación hasta
lograr que la vida del impulsor de la bomba se extienda por varios años.

Se ha postulado que las altas temperaturas y la acción química pueden estar


presentes durante el rompimiento de las burbujas, pero los efectos por daño
debido a ello parecen ser secundarios comparados con la acción mecánica. Parece
ser posible que la erosión por materiales extraños en el líquido y las picaduras por
cavitación puedan aumentarse entre sí. Experimentos controlados con agua
indicaron que el daño al metal depende de la temperatura del líquido y se
presentan en su máximo efecto alrededor de 100 a 120 °F (37,8 ℃ a 49 ℃). Las
picaduras por cavitación medidas por peso del material desprendido en la unidad
de tiempo frecuentemente aumentan con el tiempo.

Los materiales como el hierro colado y el acero son em particular


vulnerables. Experimentos controlados han demostrado una fuerte dependencia
de las picaduras por cavitación de metales como el aluminio, acero, y acero
inoxidable sobre la velocidad del fluido en el flujo que pasa por el metal.

Parece ser claro que una vez que la cavitación empieza, aumentara
rápidamente el aumentar la velocidad. Con frecuencia la velocidad con que se
presentan las picaduras se acelera al transcurrir el tiempo.

Las bombas centrifugas empiezan a cavitar cuando la carga de succión es


insuficiente para mantener las presiones arriba de la presión de vapor a través de
los pasajes de flujo. Las áreas más sensibles son generalmente los lados de baja
presión de los álabes del impulsor cerca del borde de entrada y el refuerzo frontal,
en donde la curvatura es mayor. Los impulsores de flujo axial y de alta velocidad
específica sin refuerzos frontales son especialmente sensibles a la cavitación sobre
los lados de baja presión de los puntos de los álabes y en los espacios cerrados de
los claros en las puntas. Las áreas sensibles en la carcasa de la bomba incluyen el
lado de baja presión de la lengüeta y los lados de baja presión de los álabes de
difusión cerca de los bordes de entrada.

A medida que la carga de succión se reduce, todas las áreas de cavitación


existentes tienden a incrementarse y pueden desarrollarse áreas adicionales. A
parte del ruido y la vibración los daños por cavitación pueden inutilizar un
impulsor tan solo en unas cuantas semanas de operación continua.
En las bombas de pasos múltiples, la cavitación normalmente se limita al
primer paso pero KOVATS ha indicado que el segundo y otros pasos pueden cavitar
si el flujo se reduce bajando la carga de succión (control por sumergencia).

La cavitación tiende a bajar el empuje axial de un impulsor. Esto podría


empeorar el balanceo de las bombas de pasos múltiples con impulsores opuestos.

Una reducción en la presión de succión puede originar que el flujo que pasa
por un tambor o disco Cavite donde el fluido descarga por un angosto espacio del
claro. Esto puede producir vibración y daño debido al contacto entre las superficies
estacionarias y en movimiento.

CAVITACIÓN Y PRESIÓN MÍNIMA EN EL ROTOR

Completaremos la teoría general de las turbomáquinas con el estudio del


fenómeno de la cavitación, cuya influencia en su diseño y funcionamiento es
fundamental. Por lo tanto: sea la bomba de la figura siguiente:
Cuyo eje del rotor se encuentra situado a la altura hs de la superficie libre en la
cámara de succión. El rotor esta comunicado con la cámara de succión mediante el
tubo de aspiración que se muestra en la figura y que permite funcionar a la bomba
a un nivel superior al de la superficie libre de dicha cámara.

Escribamos la ecuación de Bernoulli entre la superficie libre mencionada y el


punto A, situado sobre el eje del rotor, a su entrada. Tomemos como plano de
comparación, el plano de la superficie libre y, dado el volumen de la cámara de
succión, supongamos nula la velocidad de entrada al tubo de aspiración.
Tendremos así, considerando presiones absolutas:

p*A CA2 pat


+hs +js + =
γ 2g γ

Donde js representa la pérdida de carga a lo largo del tubo de aspiración; llamando


a hs +js =Hs “altura práctica de aspiración” dependiente de la instalación y
p*A
despejando tenemos:
γ

p*A pat CA2


= -Hs -
γ γ 2g

Sin embargo en el punto A no se ha de producir necesariamente la mínima presión


en el rotor. Esta presión mínima se producirá en otro punto B, situado en alguna
parte de los álabes. Entre A y B existirá una diferencia de presión que para
escurrimientos homólogos de máquinas idénticas o semejantes, será similar a la
diferencia entre las energías cinéticas del escurrimiento en dichos puntos.
Tomando CA como velocidad de comparación, obtenemos:

p*A -p*B CA2


=K ( ) ;o sea:
γ 2g

p*B p*A CA2


= -K ( )
γ γ 2g

K es un coeficiente que depende de la maquina en consideración y está


condicionado al trazado del sistema de álabes.

p*A
Reemplazando por el valor encontrado anteriormente obtenemos:
γ

p*B pat CA2


= -Hs -(1+K)
γ γ 2g

Cuando p*B alcanza el valor de la tensión de vaporización del líquido a la


temperatura de funcionamiento, p*v , el líquido, en el punto B, comienza la
vaporización (algunos autores dicen comienza la ebullición), es decir, se inicia la
cavitación. Por lo tanto nos queda:

p*v pat CA2


= -Hsc -(1+K)
γ γ 2g

Que podemos escribirla, de la siguiente manera:

pat p*v CA2


- -H =(1+K) =HSVC
γ γ sc 2g

A HSVC se le llama “altura dinámica de aspiración critica”

Si dividimos por el salto o cambio específico total de energía a través de la máquina,


H, se obtiene una cifra adimensional, conocida como “número de Thoma” o
“número de cavitación crítico”.

hat -h*v -Hsc CA2 HSVC


σc = =(1+K) =
H 2gH H

En general se podrá escribir: que hay un

hat -hB -Hs


σinst = ( ) ≶ σc
H

σinst =σde instalación

La cifra de cavitación así definida, se convierte en un parámetro indicativo del


margen de seguridad de funcionamiento de la maquina con respecto a la
cavitación.

Mientras σinst (sigma de instalación) sea mayor que σc la máquina no cavitará, es


decir si:

σinst >σc la máquina "NO CAVITA"

El razonamiento anterior es válido para turbinas en su totalidad, solo que se debe


atribuir signo negativo a las pérdidas de carga en el tubo de aspiración.

La observación del segundo miembro de la ecuación que me da σc , donde CA


puede, si se quiere, sustituirse por cualquier otra velocidad fluida característica,
por ejemplo la velocidad absoluta en el borde de baja presión del álabe pone en
evidencia que la cifra de cavitación es un parámetro de semejanza de
funcionamiento de las maquinas a la cavitación: en puntos de funcionamiento (H,V̇)
homologos. Dos máquinas geométricamente semejantes se caracterizan por el
mismo valor de σinst correlativamente, entonces, puede considerarse que la cifra
de cavitación critica variara en función de la velocidad especifica. Las leyes de
variación σc =f(ns ) se han estudiado con referencia las turbinas, principalmente,
encontrándose que obedecen a curvas de tipo parabólico, vale decir que, en las
zonas de elevadas velocidades específicas, los incrementos de ns representan
incrementos cada vez mayores de σc . Por lo tanto las maquinas específicamente
“veloces” son, por lo tanto, más susceptibles que las lentas a la cavitación.

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