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1
Geography Department, Humboldt-University Berlin, Berlin, Germany. 2Helsinki Institute of Sustainability Science (HELSUS), Faculty of Biological and
Environmental Sciences, University of Helsinki, Helsinki, Finland. 3Global Change and Conservation (GCC), Organismal and Evolutionary Biology Research
Programme, University of Helsinki, Helsinki, Finland. 4Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia.
5
Department of Zoology, University of Cambridge, Cambridge, UK.
*e-mail: alfredo.romero@geo.hu-berlin.de
Título original:
1
Geography Department, Humboldt-University Berlin, Berlin, Germany
2
Helsinki Institute of Sustainability Science (HELSUS), Faculty of Biological and
Environmental Sciences, University of Helsinki FI-00014, Finland
3
Global Change and Conservation (GCC), Organismal and Evolutionary Biology Research
Programme, University of Helsinki, FI-00014, Finland
4
Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Mayor de San Andrés,
c/27 Cota Cota campus universitario s/n, La Paz, Bolivia
5
Department of Zoology, University of Cambridge, The David Attenborough Building,
Pembroke St, Cambridge CB2 3QZ, UK
Palabras Clave
Metas de Aichi; Amazonía; Andes; Biodiversidad; Madre Tierra; Áreas protegidas; Derechos
de la Naturaleza; América del Sur
1
Con Bolivia acercándose a las elecciones presidenciales de octubre de 2019, el liderazgo
ambiental del país está en juego. Discutimos los retos y oportunidades urgentes para
reconciliar la conservación y otras necesidades sociales en este país megadiverso.
Tras 13 años de políticas contradictorias (Fig. 1), el discurso político y las elecciones
presidenciales de octubre de 2019 podrían establecer la agenda ambiental para los años
venideros. A medida que el debate se intensifica, evaluamos las políticas ambientales de
Bolivia desde que el gobierno de Morales asumió el cargo en 2006, particularmente en
relación con su compromiso de conservar al menos el 17% del territorio nacional hasta el
2020 a través de una red de áreas protegidas efectivas, equitativas y bien conectadas. También
ofrecemos sugerencias para reconciliar los objetivos sociales y de conservación en uno de los
países con mayor biodiversidad del planeta.
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y quienes manejan áreas extensas y biodiversas del país. La noción de "Vivir Bien",
articulada en la Constitución de 2009, denota un enfoque de desarrollo centrado en la
comunidad que es ecológicamente equilibrado, mientras que la revolucionaria Ley Boliviana
de los Derechos de la Madre Tierra, aprobada en 2010, sitúa el valor intrínseco de la
naturaleza al mismo nivel que el de los seres humanos 5.
A pesar de estas promesas, el gobierno actual ha aprobado actividades nocivas para el medio
ambiente que amenazan a la red de áreas protegidas y los territorios indígenas de Bolivia (Fig.
1). Estas iniciativas suponen una amenaza a décadas de esfuerzos de conservación, la gestión
milenaria de la naturaleza por los pueblos indígenas y la credibilidad de Bolivia en foros
internacionales de política ambiental.
Evo Morales inicia primer mandato como presidente Titulación de tierras tiene preferencia por la
2006 producción agrícola sobre otras funciones sociales.
Reevaluación de la Reforma Agraria
Construcción de represas El Bala y El Chepete
Bolivia respalda la Declaración de las Naciones Unidas 2007 declarada 'Prioridad Nacional' (Decreto Supremo
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Turismo concebido como una actividad multisectorial
2008
Nueva Constitución Nacional aprovada, centrada en la pero no hecho compatible con Áreas Protegidas o
Filosofía del 'Vivir Bien' Territorios Indígenas.
2009
Ley de los Derechos de la Madre Tierra (Ley 071) Aprobación del proyecto de carretera que divide en
dos el Parque Nacional y el territorio indígena TIPNIS
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio 2010
Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Bolivia
Figura 1. Políticas que representan avances (izquierda) y retrocesos (derecha) para la conservación
de la naturaleza en Bolivia desde la llegada del presidente Evo Morales en 2006.
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Áreas protegidas bajo presión
La mayoría de las áreas protegidas nacionales de Bolivia están directa o indirectamente
amenazadas por la rápida expansión de las fronteras extractivas (Fig. 2). Como resultado,
Bolivia tiene actualmente la segunda mayor proporción de áreas protegidas bajo intensa
presión humana en toda Sudamérica 6, a pesar de tener una de las menores densidades de
población humana.
Figura 2. Áreas protegidas nacionales bolivianas (en gris) y su superposición con mega-represas,
bloques de petróleo y gas, carreteras principales y deforestación. Las áreas protegidas nacionales en
color gris oscuro en cada categoría son aquellas que están a menos de 5 km de, o superpuestas con,
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la amenaza cartografiada. Todas las áreas protegidas con bosques sufrieron al menos un cierta
deforestación dentro de sus límites. (Fuentes: Áreas protegidas: www.protectedplanet.net; Bloques
petroleros, ríos, carreteras y extensión y pérdida de bosques para el año 2000: http://geo.gob.bo;
Presas: Ref 4; Cambio forestal en 2000-2017: https://earthenginepartners.appspot.com/science-
2013-global-forest). La figura fue construida con ArcGIS 10.5.
En 2015, a pesar de una masiva protesta pública, el Gobierno emitió un decreto permitiendo la
exploración hidrocarburífera dentro de las áreas protegidas de Bolivia. Actualmente, 11 de las
22 áreas protegidas nacionales se superponen con bloques de gas y petróleo, que cubren al
menos el 17% de la superficie protegida de Bolivia (Fig. 2). Casi la mitad de la expansión de
la frontera de hidrocarburos en la Amazonía entre 2008 y 2015 se produjo en Bolivia 7. Esto
incluye la exploración de hidrocarburos dentro del Parque Nacional Madidi, a menudo
reconocido como el área protegida con mayor biodiversidad del mundo 8. Debido a estas
tendencias, Bolivia es ahora uno de los cuatro países cuya biodiversidad se halla en mayor
riesgo directo por el desarrollo de combustibles fósiles 9. Además, los glaciares tropicales del
país (que abastecen de agua a varias ciudades) y sus selvas tropicales son altamente
vulnerables a los efectos del calentamiento global.
5
11
agrícola, la deforestación y la sobreexplotación . Al menos nueve áreas protegidas en la
Amazonía boliviana ya están fragmentadas por las carreteras (Fig. 2). El caso más infame es
el controvertido camino que atraviesa el corazón del Territorio Indígena y Parque Nacional
11
Isiboro Secure (TIPNIS), una de las zonas más biodiversas del país . Ya se han producido
niveles alarmantes de deforestación a lo largo de los tramos construidos de la carretera dentro
del parque, lo que ha desencadenado uno de los uno de los mayores conflictos socio-
ecológicos en la historia de América del Sur 11.
A pesar de que la Constitución boliviana protege el derecho de los pueblos indígenas a dar o
negar su consentimiento libre, previo e informado en relación con el desarrollo de
infraestructura y extracción de recursos en sus territorios 5, un Decreto Supremo de 2015
(núm. 2298) permite al Gobierno decidir el procedimiento y cronograma de consulta con
organizaciones nacionales indígenas en vez que con las comunidades localmente afectadas.
Así, las comunidades indígenas se encuentran cada vez más en la primera línea de conflictos e
incluso de violencia si se oponen a los proyectos de desarrollo.
La producción de carne de res y cultivos de soya para alimentar las crecientes demandas
nacionales e internacionales son los principales impulsores de la deforestación en el país,
seguidos por el cultivo de coca, que se expande profundamente dentro de varias áreas
11,12
protegidas (Fig. 2). Además, Bolivia permite ahora la producción de biocombustibles,
que extenderá las plantaciones de caña de azúcar a 350.000 hectáreas (Ley 1098). La
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agricultura se está expandiendo a expensas de la silvicultura sostenible, en la que Bolivia fue
el líder mundial desde la década de 1990 hasta principios de la década de 2000; estos bosques
son ahora considerados como "bosques sin uso" por el gobierno. Si estas tendencias
continúan, Bolivia podría perder más de la mitad de sus bosques restantes para el 2050 12. La
reducción de la conectividad entre las áreas protegidas pone en peligro la capacidad del país
para cumplir su compromiso internacional de contar con una red de áreas protegidas eficaz y
bien conectada, incluso si se cumplen los objetivos de protección en términos de superficie.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Bolivia, la cuestión de cómo hacer
realidad la filosofía del ‘Vivir Bien’ debe ser una pieza clave del debate político y ser descrita
explícitamente en los manifiestos de los candidatos. Entre los ocho candidatos presidenciales
7
autorizados, varias encuestas recientes sugieren dos claros favoritos, Carlos Mesa y el
presidente Evo Morales. Mesa ha declarado que el medio ambiente será uno de los cuatro
pilares de su gobierno, si es elegido. Su manifiesto introductorio sin publicar (presentado ante
el Tribunal Electoral de Bolivia y proporcionado por su equipo el 25-03-2019 a solicitud
nuestra) enfatiza una economía local diversificada que es social y ambientalmente responsable
y que se aleja del extractivismo. Afirma que una noción de "bien común" debe incluir la vida
no humana; que la generación de energía debe orientarse rápidamente hacia las energías
renovables; que la minería continuará, pero los daños deben minimizarse; y que el aumento de
la productividad agrícola debe ser priorizada y no una expansión "irresponsable" de la
frontera agrícola. El plan de administración de Morales para 2020-2025 está disponible al
público. Se centra en el crecimiento económico, la expansión agrícola y el financiamiento del
desarrollo a través de la "nacionalización, industrialización y comercialización de los recursos
naturales en armonía y equilibrio con la Madre Tierra". Señala la importancia del uso
sostenible de la naturaleza sin recurrir a mecanismos de mercado y menciona que la red de
áreas protegidas será consolidada . Si bien el crecimiento económico y la distribución de la
riqueza son temas importantes para las elecciones en Bolivia, creemos que la naturaleza, el
cambio climático y los derechos de los pueblos indígenas son cruciales en el debate electoral
para los bolivianos quienes, legítimamente, se enorgullecen de su patrimonio natural único.
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Agradecimientos
Agradecemos a T. Kuemmerle, J. Geldman, A. Ghodoussi por los valiosos comentarios a
versiones anteriores del manuscrito, así como a A. Balmford, V. Reyes-García y R. Rocha por
conversaciones sobre las políticas de conservación. A. Gyawali prestó asistencia cartográfica.
Alfredo Romero-Muñoz agradece el apoyo financiero de la Fundación Alemana de
Investigación (Número de subvención: KU 2458/5-1) y del Ministerio de Educación e
Investigación de Alemania (Número de subvención: 031B0034A) y Fernández-Llamazares
agradece el apoyo financiero de la Academia de Finlandia (Número de subvención: 311176).
Referencias
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2 Hope, J. Extractive Industries and Society 3, 922-929, (2016).
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12 Tejada, G. et al. Environmental research 144, 49-63, (2016).
13 Kalamandeen, M. et al. Scientific Reports 8, 1-10, (2018).
14 Lambin, E. F. & Meyfroidt, P. Proceedings of the National Academy of Sciences 108,
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15 Laurance, W. F., Sayer, J. & Cassman, K. G. Trends in Ecology & Evolution 29, 107-
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17 Kabir, E., et al. Renewable and Sustainable Energy Reviews 82, 894-900, (2018).