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AUTORES:
Sileny Vivas
Camila Noroño
Armando Javitt
María Lizcano
Roger Vizcaya
Nathalia Acosta
Tutor: MSC Anais Bonilla
EL PROBLEMA
La mayoría de las personas piensan que las enfermedades son algo incontrolable
y que aparte de recurrir a los médicos adecuados no podemos hacer nada más
para curarnos. Una mala salud emocional puede afectar a nuestro organismo,
hasta el punto de debilitar el sistema inmunitario, haciendo que enfermes más a
menudo. Si por culpa del estrés, la ansiedad o la preocupación, no puedes comer
o comes mal, bebes más, fumas y te levantas cansado, no podrás cuidar tu salud
como deberías y todo tu organismo se resentirá.
De igual Dizdarevic plantea que las emociones pueden llegar a ser más
importantes de lo que pensamos, si las llevamos a un punto extremo nos afectan
tanto psicológica como físicamente, causándonos enfermedades serias, que
pueden afectar gravemente nuestra salud y de cierta forma el rendimiento
académico.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Estudiar los niveles de salud emocional en los adolescentes del 4to año
JUSTIFICACIÓN
MARCO TEORICO
Antecedentes
Mayz c plantea en este estudio que a pesar de las situaciones que pueda tener
un estudiante de no contar con las condiciones económicas adecuadas, sigue
mostrando actitudes positivas que influyen en su aprendizaje, asimismo menciona
que no muestran ningún indicio de enfermedades mentales
Por último, Garaigordobil nos muestra que los estudiantes que sufrieron de acoso
tuvieron baja autoestima y baja inteligencia emocional ya que con el acoso
vivieron situaciones verdaderamente incomodas, asimismo los adolescentes con
conductas delictivas también presentaban baja inteligencia emocional. Muchos
son los factores que llevan a los estudiantes al hostigamiento o a cualquier forma
de maltrato psicológico verbal o físico producido entre estudiantes de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Bases Teóricas
Inteligencia emocional.
Según Salovey y Mayer (1990), quienes acuñaron el término, consiste en “la
habilidad para percibir, evaluar y expresar con exactitud la emoción; para acceder
y/o generar sentimientos cuando elicitan el pensamiento; para entender la
emoción y el conocimiento emocional; y de regular las emociones para
promocionar el crecimiento emocional e intelectual”.
Por otra parte, Goleman (1995) define la inteligencia emocional como: “la
capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de
motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Capacidad para la
autorreflexión: Identificar las propias emociones y regularlas de forma apropiada.
Pero no solo tiene dichas ventajas a nivel profesional y social, también influye
positivamente en nuestra salud. Tener una adecuada Inteligencia Emocional nos
va a ayudar a prevenir distintos trastornos psicológicos, como la depresión y la
ansiedad.
En los últimos años está creciendo el interés por la inteligencia emocional gracias
a los beneficios que aporta para el bienestar psicológico. Muchas patologías de la
actualidad tienen que ver con la correcta gestión emocional, y por eso, se aplica
como método terapéutico.
Ahora bien, no solamente se emplea con las personas adultas, sino que en
muchos colegios se educa con inteligencia emocional, pues los centros educativos
cada vez son más conscientes de la importancia que la IE tiene para la salud
emocional de los alumnos.
Influencia de las emociones en la salud.
Según Luisa Valiente Millán Las emociones son reacciones psicofisiológicas que
todos experimentamos a diario aunque no siempre seamos conscientes de ello.
Son de carácter universal, bastante independientes de la cultura y generan
cambios en la experiencia afectiva, en la activación fisiológica y en la conducta
expresiva. Surgen ante situaciones relevantes que implican peligro, amenaza,
daño, pérdida, éxito, novedad…y nos preparan para poder dar una respuesta
adaptativa a esa situación. A lo largo de nuestra evolución como especie, gracias a
las emociones hemos podido responder rápidamente ante aquellos estímulos que
amenazaban nuestro bienestar físico o psicológico, garantizando nuestra
supervivencia. Además de esta función primordial adaptativa, las emociones
cumplen una función social y otra motivacional. A través de la primera, facilitan la
interacción social, permitiendo la comunicación de los estados afectivos y
promoviendo la conducta prosocial. Y, por otra parte, la emoción es la encargada
de energizar una conducta motivada, aquella caracterizada por poseer dirección e
intensidad. Una conducta “cargada” emocionalmente se realiza de forma más
vigorosa y se ejecutará de forma más eficaz, adaptándose a cada exigencia.
Propuesta de intervención.
La propuesta de intervención es un trabajo de aplicación de los conocimientos
adquiridos a lo largo del curso. Se trata de un trabajo grupal, por lo cual su tutor/a
les comunicará los criterios para la conformación de los mismos.
En cambio los que tienen poca inteligencia emocional son más propensos a un
mal funcionamiento psicosocial, incluyendo la depresión, la ansiedad, la violencia,
consumo de drogas y alcohol, relaciones destructivas, y el rendimiento académico
más bajo.
Un par de décadas atrás, la ciencia psicológica sabía muy poco, si es que algo
sabía, sobre los mecanismos de la emoción. Pero recientemente, y con ayuda de
nuevos medios tecnológicos, se ha ido esclareciendo por vez primera el misterioso
y oscuro panorama de aquello que sucede en nuestro organismo mientras
pensamos, sentimos, imaginamos o soñamos. Gracias al escáner cerebral se ha
podido ir desvelando el funcionamiento de nuestros cerebros y, de esta manera, la
ciencia cuenta con una poderosa herramienta para hablar de los enigmas del
corazón e intentar dar razón de los aspectos más irracionales del psiquismo.
Alrededor del tallo encefálico, que constituye la región más primitiva de nuestro
cerebro y que regula las funciones básicas como la respiración o el metabolismo,
se fue configurando el sistema límbico, que aporta las emociones al
repertorio de respuestas cerebrales. Gracias a éste, nuestros primeros ancestros
pudieron ir ajustando sus acciones para adaptarse a las exigencias de un entorno
cambiante. Así, fueron desarrollando la capacidad de identificar los peligros,
temerlos y evitarlos. La evolución del sistema límbico estuvo, por tanto, aparejada
al desarrollo de dos potentes herramientas: la memoria y el aprendizaje.
En esta región cerebral se ubica la amígdala, que tiene la forma de una almendra
y que, de hecho, recibe su nombre del vocablo griego que denomina a esta última.
Se trata de una estructura pequeña, aunque bastante grande en comparación con
la de nuestros parientes evolutivos, en la que se depositan nuestros recuerdos
emocionales y que, por ello mismo, nos permite otorgarle significado a la vida. Sin
ella, nos resultaría imposible reconocer las cosas que ya hemos visto y atribuirles
algún valor.
Sobre esta base cerebral en la que se asientan las emociones, fue creándose
hace unos cien millones de años el neocórtex: la región cerebral que nos
diferencia de todas las demás especies y en la que reposa todo lo
característicamente humano. El pensamiento, la reflexión sobre los sentimientos,
la comprensión de símbolos, el arte, la cultura y la civilización encuentran su
origen en este esponjoso reducto de tejidos neuronales. Al ofrecernos la
posibilidad de planificar a largo plazo y desarrollar otras estrategias mentales
afines, las complejas estructuras del neocórtex nos permitieron sobrevivir como
especie. En esencia, nuestro cerebro pensante creció y se desarrolló a partir de la
región emocional y estos dos siguen estando estrechamente vinculados por miles
de circuitos neuronales. Estos descubrimientos arrojan muchas luces sobre la
relación íntima entre pensamiento y sentimiento.
Aunque esta es la forma en la que funciona nuestro cerebro la mayor parte del
tiempo, Joseph LeDoux -en su apasionante estudio sobre la emoción- descubrió
que, junto a la larga vía neuronal que va al córtex, existe una pequeña estructura
neuronal que comunica directamente el tálamo con la amígdala. Esta vía
secundaria y más corta, que constituye una suerte de atajo, permite que la
amígdala reciba algunas señales directamente de los sentidos y dispare una
secreción hormonal que determina nuestro comportamiento, antes de que esas
señales hayan sido registradas por el neocórtex.
El problema que esto puede y suele suscitar consiste en que la amígdala ofrece
respuestas inmediatas que no tienen en cuenta la situación en toda su
complejidad, sino que se limitan a asociarla con los recuerdos emocionales que
guarda almacenados para proveer así la repuesta que considere adecuada. Si
bien esto podría ser determinante para la supervivencia de nuestros ancestros en
situaciones en las que unas milésimas de segundos significaban la diferencia
entre vida o muerte, en el sofisticado mundo social de hoy en día puede resultar
desproporcionado y hasta catastrófico.
Teoría de la triada ecológica.
MARCO METODOLÓGICO
Así mismo Sabino (1986) "La investigación de tipo descriptivo trabaja sobre
realidades de hechos, y su característica fundamental es la de presentar una
interpretación correcta. Para la investigación descriptiva, su preocupación
primordial radica en descubrir algunas características fundamentales de conjuntos
homogéneos de fenómenos, utilizando criterios sistemáticos que permiten poner
de manifiesto su estructura o comportamiento. De esta forma se pueden obtener
las notas que caracterizan la realidad estudiada".(pág. 51)
Población y Muestra