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Víctor C.

Reyna Espinoza

Ándeslos
y otros cuentos

Primera Edición
Ándeslos y otros cuentos

© Autor-Editor
Arq. Víctor Claudio Reyna Espinoza
Carretera Margen Izquierda, Paradero Pueblo Libre - Ataura
Jauja - Junín
vreynae@hotmail.com
Teléfonos: 990 621 990 / 988 710 988

Corrección de estilo
Luis Morón Hernández

Diseño y Diagramación
Ernesto Hernández Lama

Primera edición, octubre 2018



Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2018-16606
ISBN: 978-612-00-3756-0

Se terminó de imprimir en noviembre del 2018 en:
Camaleón Publicidad e Impresiones SAC
Av. Argentina 188 Int. A - A20
Lima - Perú

1 000 ejemplares.
Contenido

PRÓLOGO............................................................................................. 7

ÁNDESLOS............................................................................................ 9

DILEMAS DE GIANLOT ................................................................31

RODITO PICO DE LORITO.........................................................39

LA SINFONÍA CELESTIAL.............................................................49

LOS TRES REYES...............................................................................51


PRÓLOGO

E ste segundo libro de relatos y cuentos, que nos regala


Víctor Reyna Espinoza, es una muestra de su perse-
verancia en la línea narrativa y el deseo de cristalizar temas
referentes a sus vivencias, y sus motivaciones relacionadas con
temas científicos.
Ándeslos, título del libro es una de sus narraciones, que
nos lleva a las posibilidades que la investigación, los proyectos
y aspiraciones científicas, pueden conducir hacia fines insospe-
chados del saber humano. El relato hace referencias a diversos
conceptos y elementos de la ciencia, con los cuales el escritor da
muestras de su pasión y conocimiento del ambiente científico.
En “Dilemas de Gianlot”, el autor pretende esclarecer la
polémica de todos los tiempos entre religión y ciencia, haciendo
ostentación del conocimiento de las teorías del origen de la vida,
explicando los detalles y características del corpus científico en
contraposición con la teoría del origen divino.
“Rodito pico de lorito” y “Sinfonía celestial”, son dos
relatos que abordan, el primero los excesos del personaje
vendedor de libros y la ligereza a que pueden conducir las
palabras de un sujeto parlanchín y demagogo. El segundo,
informa del esfuerzo de la familia por construir su magnífica
casa, ornamentada por bella arboleda, donde los cantos dulces
y alegres de las aves, en un acto de sinfonía celestial, extasían
de dicha a sus moradores.
“Los tres reyes”, informa el Abuelo sabio, que explica la
aparición de aquellos seres que han imperado, desde tiempos
inmemoriales, en la dominación de nuestra Tierra, y la apari-
ción de los hombres.
Estos cuentos de Víctor Reyna, puedo asegurar que os
deleitará, desarrollando la imaginación grandemente por lo
que su lectura se recomienda para niños y adultos.

Luis Morón Hernández


Ándeslos y otros cuentos

ÁNDESLOS

¿Cuándo aparecen los grandes hombres? Unos dicen que


los grandes hombres nacen; otros, que éstos se hacen. En cuanto
a Ándeslos no sabemos si había nacido o estaba en proceso de
hacerse, pero él ya era grande. Desde niño sorprendía por sus
atinadas respuestas a preguntas y problemas que le planteaban
sus mayores, también por su perseverante dinamismo para lo
que él se proponía. Estos dos indicadores resaltaban, más que
sus tantísimas otras cualidades.

Desde pequeñín, se mostraba alegre y vivaz; su padre,


a donde iba, lo llevaba. Sus amigos y la gente de la ciudad al
verlos preguntaban:

—¿Quién es, don Maku? —parecían inquirirle—. Él,


orgulloso, contestaba:

—¿Acaso no somos como dos gotas de agua? ¡Es mi hijo,


pues!

—¡Qué lindo niño, es bien despierto! ¿cómo se llama?

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—Se llama Ándeslos.

—Y, ¿por qué Ándeslos? ¿Qué nombre tan raro?

—Pienso que los nombres influyen en la construcción


de la autoestima de las personas, por eso, y porque quiero que
cuando sea grande haga historia y sea conocido como la Cor-
dillera de los Andes. ¡Por eso le puse Ándeslos!

Por los tiempos en que Ándeslos cursaba el cuarto año de


secundaria, retorna a Jauja el laureado maestro por la UNESCO
don Lloque Español Españolcito, después de haber laborado en
las principales ciudades del Perú. Había viajado a los EE.UU. en
calidad de invitado y se había quedado por buen tiempo. Pero
el amor por la tierra que lo vio nacer, su identidad y su grati-
tud hicieron que regrese, para seguir bregando por su pueblo,
poniéndose al servicio de la adolescencia y la juventud como
suelen hacer los verdaderos maestros.

Entre el maestro Lloque Español Españolcito y la familia


de don Maximiliano Grondón se desarrolló una gran empatía,
por razones de vecindad y reencuentros permanentes y amenos.

Un día de espléndida mañana, cuando el sol empezaba


a mostrar su esplendor, a eso de las nueve, el maestro Lloque
y don Maximiliano se encontraron en la plaza virreinal de la
ciudad, ambos comprando sus diarios. Después de saludarse,
caminaron unos veinte metros y se pusieron cómodos en una
de las bancas, al costado del busto de la primera mestiza del
Perú, doña Francisca Pizarro Huaylas Yupanqui. Tertuliaron y
tertuliaron bastante, aspirando la fragancia mañanera de reta-
mas, claveles, geranios, rosas y de distintos árboles.

—Don Maximiliano, hablemos de Ándeslos —dijo el


maestro Lloque, con la seguridad de persuadirlo.
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Ándeslos y otros cuentos

—Dirá usted, Amauta —contestó, don Maximiliano—,


extrayendo un par de dulces del bolsillo de su bello saco de
cordellate e invitándole uno.
—Muchas gracias —díjole el maestro y, después de lle-
varse a la boca el dulce, continuó—: Ándeslos, ya cuenta con
15 años y está concluyendo la secundaria. Como le consta,
tiene notas altas en Matemática, Física, Química y Ciencias
Naturales y le encanta la investigación. Su hijo es una buena
madera, necesita trabajarlo —dijo con sumo afecto y afán de
servicio el maestro Lloque Español.
—Amauta, si usted lo dice, así será. Yo sólo le noto que
es listo para todo. ¡Muchas gracias! No sabe usted cuánto me
alegra que una persona de su valía diga esto de mi hijo.
—Ándeslos necesita una serie de facilidades, como mejor
biblioteca, más softwares especializados y, sobre todo, necesita
instrumentos de laboratorio para el estudio de la Química y la
Física —dijo el maestro.
—¡Maestro!, en la primaria le compré su computadora,
también le puse Internet, le renové la versión de la máquina y
ahora acabo de comprarle una de última generación; también
constantemente me pide libros y quiera o no quiera, voy com-
prándole. Ese muchacho me hace gastar mucho —dijo don
Maximiliano, en son de queja.
—La educación cuesta, don Maximiliano. Pero gastar
en educación no es despilfarrar. “Gastar” en educación, en el
mejor sentido de la palabra, es hacer inversión. Un hombre con
educación dignifica a su apellido, resulta útil a su familia y a
su país, porque jalona a su desarrollo, mejor dicho su progreso
—enfatizó el maestro Lloque.
—¡Maestro!, por tratarse de la educación de mi hijo, haré
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lo posible para adquirir esos instrumentos, pero no sé de qué


tipos o clases serían estos.
—Yo prepararé la relación esta semana y la próxima nos
vamos a la capital para adquirir los más imprescindibles.
—Maestro: No podría ser la próxima semana, sería a fin
de mes, cuando “hague” unas cobranzas.
—Entonces, puede ser la primera semana del próximo
mes.
—Está bien, de acuerdo. Muchas gracias, maestro, por
preocuparse por la superación de mi hijo —dijo don Maximi-
liano.
—Para mí, no es ninguna preocupación. Más bien es una
dicha.
Durante la semana, el maestro conversaba con Ándeslos.
Y, de acuerdo con la carrera universitaria que seguiría y sus pre-
ferencias de estudio, preparaban la relación de los instrumentos.
Ándeslos no cabía de contento al pensar que obtendría los ins-
trumentos para realizar las pruebas y ensayos en su cometido.
Con la finalidad de motivar más el espíritu de investiga-
ción de Ándeslos, el profesor sugirió al padre a que viajen los tres
para que los proveedores expliquen directamente al mozalbete
el uso y manejo de los instrumentos. Después de meditarlo un
instante, el padre aceptó.
Don Lloque Español, el padre, don Maximiliano Gron-
dón, y Ándeslos tomaron el bus de la empresa Jauja Express
y viajaron a la capital; don Maximiliano y el amauta viajaron
juntos en los asientos contiguos números cinco y seis del bus.
Ándeslos en el uno.
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Ándeslos y otros cuentos

A pocos minutos de iniciado el viaje, Ándeslos había


trabado amistad con su compañero de viaje, el turista nortea-
mericano Paul Guannam, que al parecer sería su mayor por tres
años. Dialogaron sobre tantas cosas, sobre el motivo de su viaje,
de compra de instrumentos, y otros temas relacionados con los
paisajes turísticos del Perú y los EE.UU. Ambos se relataban
lo concerniente a sus países. También trataban otros temas de
sus preferencias. Al llegar a Lima a eso de las dos de la tarde, se
despidieron efusivamente dándose recíprocamente sus correos,
para comunicarse en el futuro.

Don Maximiliano, el amauta y Ándeslos se hospedaron


en el hostal Lord de La Victoria. Luego de asearse y tomar ali-
mentos, acompañaron a Ándeslos a las cabinas de Internet para
averiguar más direcciones de las casas que ofertan estos tipos
de instrumentos. La búsqueda de firmas comerciales, como las
cotizaciones y selección no fue tan fácil: demoraron tres días,
más uno para las compras. Retornaron después de cuatro días
llevando parte de los instrumentos, insumos de prueba para los
ensayos, y dejaron el resto para que las firmas se lo envíen a Jauja.

Ya en Jauja, don Maximiliano ordenó a Ándeslos que


procediera a instalar los equipos e instrumentos en la habita-
ción amplia, prevista para tienda. Las pocas cosas que en ella
se guardaban fueron retiradas previamente.

Desde entonces, el mundo de Ándeslos era el minila-


boratorio. Siempre estaba haciendo sus ensayos y pruebas. Le
fascinaban cuatro grandes temas: la vida, la química, la física y
la astrofísica. En el laboratorio destacaban dos carteles, uno con
el pensamiento de Francis Bacon: “El conocimiento es poder”,
y el otro decía: “La materia prima de todo conocimiento es
la información”. Sería por eso que el muchacho casi siempre
estaba conectado a la internet.

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Ándeslos ingresa a la Facultad de Física y Química de


la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP), en la
que sin mayor esfuerzo se convierte en el mejor alumno de su
promoción.

Habían transcurrido cuatro años desde que conoció al


visitante Paul Guannam Savage, quien recorría el Perú junto
con cuatro amigos. Él era hermano menor del científico John
Guannam Savage, que laboraba en la universidad de Yale y
que, además, era miembro de la organización Royal Society de
Londres, Inglaterra.

En una reunión familiar, Paul cuenta a su hermano John


que tenía un amigo en el Perú dedicado a los estudios científicos
y que, además, había logrado observar los cráteres de la Luna
y el inicio de un volcán, al que le había hecho seguimiento por
el lapso de medio año. John Guannam Savage se interesa por
tener contacto con Ándeslos, anotando en su agenda el correo
que le proporciona su hermano Paul.

Ándeslos decide estudiar Astrofísica virtualmente en


la Universidad de Oxford, y allí conoce más de cerca a los
grandes maestros: al cura polaco Nicolás Copérnico, a Gali-
leo Galilei, Isaac Newton, Albert Einstein, Edward Witten; al
genio del presente siglo, Stephen W. Hawking, y tantos otros,
que desentrañaron y desentrañan el Universo. Su disciplina y
dedicación le valen para conseguir amistad con el hermano de
Paul Guannam, el científico John Guannam, a quien empieza a
enviar los resultados de sus pequeñas investigaciones. El cien-
tífico Guannam le consigue una beca integral para que estudie
astrofísica residentemente en la Universidad de Cambridge.
Por ello, se traslada del Perú a Inglaterra, justo al concluir sus
estudios en la UNCP. Ándeslos por suerte fija su domicilio cerca
del observatorio Space.

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Ándeslos y otros cuentos

A los veintidos años de edad, se enamora de Catering


Stuke, quien frisaba los diecinueve, bella flor hecha mujer, de
ojos verdes, nariz respingada, labios de caramelo. Era estudiante
de Biología en la misma universidad. Ándeslos y Catering, luego
de conocerse más de medio año, se juran amor.
Paralelamente a sus estudios, Ándeslos mentaliza pro-
yectos para ver, si algunos podría desarrollarlos. Piensa, algu-
na vez, realizar la desintegración de la materia, sin afectar su
forma y sobre todo su constitución estructural y funcional. A
las diminutas partículas desintegradas, convertirlas en ondas
para hacerlas viajar sideralmente superando la velocidad de la
luz de los 299,792 km./seg. Para ello, imagina colocar carga de
rayo láser en la cabeza de la onda a fin de que al viajar el rayo
genere vacío en el espacio delantero y pueda obviar la fricción
del espacio, y así superar la velocidad de la luz y llegar hasta otras
galaxias para luego volver a integrar, conformando las ondas en
partículas y a estas en el cuerpo, guardando su forma y estruc-
tura primigenia. Para así, iniciar la colonización del cosmos.
Para esta gigantesca tarea, Ándeslos ya estaba estudiando
la vida en la Tierra, la física, la química, la astrofísica, conexa-
mente, las ondas de radio, televisión y de la luz.
A Ándeslos le interesaba saber de la vida, así como su
origen. Confiado en que Catering estudia Biología, un día le
pregunta:
—Mi amor, ¿qué concepto tienes del origen de la vida
en el planeta?
—Ese tema es muy amplio. Sobre el particular hay varias
teorías.
—Anda, dime una, la más convincente, preciosa —le pide,
acariciando su cabellera.
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—Una de las teorías que a mí más me convence es la de


Alexander Oparín que, en 1924, dijo que gracias a la radiación
ultravioleta de la energía solar y las descargas eléctricas de las
constantes tormentas, las moléculas de los gases atmosféri-
cos de carbono, oxígeno, metano, amoniaco, pasaron a dar
unas moléculas, cada vez más complejas y estas al llegar a las
charcas de agua, por los márgenes de los mares y ríos fueron
concentrándose y evolucionando, durante millones y millones
de años —explicó. Luego de una pausa, continuó: —Así sería
como aparecieron los seres unicelulares que, a través del tiempo,
dieron paso a los pluricelulares, los mismos que se habrían de-
sarrollado haciéndose cada vez más complejos, para más tarde
salir a tierra firme convertidos en animales y que después la
evolución y adaptación al medio fueron diseñando sus cuerpos.
—Gracias, te entendí perfectamente, fuiste muy didáctica.
Conoces el tema, bueno se trata de tu especialidad.
—¿Por qué me hiciste esta pregunta? Acaso te interesa.
—Los temas que mucho me interesan siempre han sido:
el estudio de la vida, la química, la física y la astrofísica y otros
conexos.
—Me dijiste que te interesan cuatro grandes campos.
Pero recuerda: la vida del hombre es efímera, el tiempo del que
disponemos no nos alcanzaría para estudiar estas macrodisci-
plinas, ni aunque vivamos doscientos años.
—Tienes razón. Me olvidé de aclararte: lo que realmente
deseo es estudiar algunos aspectos específicos de estas discipli-
nas. En estos tiempos en que el conocimiento se ha desarrollado
gigantescamente, ya no se puede ser un “todista”, como Leonar-
do da Vinci, que fue filósofo, científico, ingeniero, artista etc. Por
el contrario, en estos tiempos, sólo se puede ser un especialista
en delimitados saberes de una ciencia.
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Ándeslos y otros cuentos

—Y, ¿qué aspectos de la vida te interesaría saber? —pun-


tualizó Catering.
—Me gustaría investigar: cómo se podría ampliar el ciclo
de vida de la humanidad. Porque estoy enterado de que la es-
peranza de vida al nacer varía mucho entre los distintos países.
Te cito unos ejemplos: en Japón es de 80 años, en Canadá 78
años, en Alemania 76, en Perú 66, en Egipto 64, en Sudáfrica
63, en Bolivia 60 años. ¿Qué quieren decir estos datos? ¿Qué en
unos países la gente vive más y en otros viven menos? ¿Por qué?
—Claro, esa información que das es real. El ciclo de vida
de la gente varía y en esto tienen que ver una serie de factores,
como el medio ambiente, la herencia, la cultura, la alimentción,
la nutrición y tantos otros.
—Te recalco: me gustaría trabajar en estos estudios para
tratar de ampliar el ciclo de vida de la humanidad.
—Me parece una brillante idea. A nadie se le había ocu-
rrido el estudio de esa naturaleza. Mi amor, ¿realmente estás
decidido a abordar este tipo de estudio?
Por supuesto que sí, cariño, claro que sí, volvió a decir
Ándeslos.
—Me gusta tu decisión. Podemos investigarlo.
—Entonces, voy a darle más vueltas al asunto.
—Tienes que decidirte.
Ándeslos gestualmente traslucía estar pensando. Y, efec-
tivamente, estaba trabajando con la mente. Se decía para sus
adentros: “Mis ideas y proyectos son tan amplios que solo no
podría realizarlos, necesitaría de una compañía o una empresa
para plasmarlos. Además, ¿cómo podría financiarlos?”

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—¿En qué piensas? —dijo Catering, con cierta preocu-


pación.
—Se me vino a la mente crear un instituto. ¿Qué te parece
la idea?
—Me parece posible—, contestó Catering.
—De inmediato elaboraré un plan, ¿me ayudas?
—Pues claro—, reafirmó ella.
—¿Qué te parece la denominación de Rikcharey, para el
nombre del instituto?
—No sé qué quiere decir Rikcharey —dijo ella, casi de-
letreando.
—Rikcharey es voz quechua, quiere decir: Despertad.
—Está muy bien que un instituto se llame Despertad, me
parece muy atinado —concluyó Catering medio alegre.
Ambos bosquejaron el plan durante dos semanas, luego
acudieron a sus compañeros de otras especialidades que cono-
cían el tema. El plan quedó terminado en tres meses, conside-
rando como estimado el valor del terreno y los planos.
El financiamiento ascendía a ochocientos millones de
euros. Felizmente, contaron con el apoyo familiar de Catering
para la garantía.
Cancelaron el valor de la compra del lote de terreno
ubicado a trescientos km. de Londres y le pusieron por nom-
bre: Window to the World (Ventana al Mundo). Acto seguido
se ultimaron los planos y se tramitó la licencia para iniciar la
construcción del Instituto Rikcharey. Paralelamente se convo-
có a concurso público para cubrir con la plana de científicos,
personal para la administración y servicios.

18 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

El instituto contaría con secciones de: Investigación y


Actualización de Ordenadores, Biología y Nutrición Humana,
Física, Química y Astrofísica. El área de Biología, Nutrición
Humana y Tratamientos por su naturaleza estaba un tanto
separada de las otras áreas. Cada una de estas dependencias,
como mínimo, contaba con más de veinte reparticiones.
La edificación del local y su correspondiente equipamien-
to se concluyó tal como lo previsto en la programación, en el
lapso de un año.
La inauguración fue programada para el 28 de julio a
las 10:00 de la mañana, lo cual coincidía con el onomástico de
Ándeslos.
La mesa de honor estaba enaltecida por científicos miem-
bros de la Royal Cientific Society de Londres, institución ariete
en el mundo en estas lides desde la antigüedad; Catering Estuke
Sheffer y Ándeslos Grondón Túpac.
En la primera fila de la nave se hallaban los padres de Ca-
tering y Ándeslos, don Robert Stuke y señora Margaret Sheffer,
don Maximiliano Grondón y doña Coyllor Túpac Apolaya y el
maestro don Lloque Español Españolcito que del Perú habían
viajado.
Faltando diez minutos para iniciarse la ceremonia, el local
se hallaba lleno de personalidades de las ciencias, estudiantes
y gente de la prensa hablada y escrita especialmente invitada.
De pronto, se alborotó el ingreso del gran ambiente cuan-
do anunciaron por los altavoces la llegada del doctor Stephen
Hawking, el genio más grande que ha producido el siglo XX.
Los camarógrafos, por ganarse las primicias, ocasionaban el
desorden, hecho que fue controlado por el personal de seguri-
dad y el llamado al orden y la cordura. El más grande científico
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ingresaba en su silla móvil, bajo la ovación de la concurrencia.


Él contestaba con repetidas venias, en otras moviendo la mano
derecha. En el escenario, se ubicó en el vacío que le aguardaba
en la parte central de la mesa de honor.
La inauguración empezó a las diez en punto de la maña-
na. Era una cumbre de científicos. La reunión era dirigida por
el maestro de ceremonias don Nicole Fratz. El desarrollo del
evento se ajustaba al orden siguiente:
1. Entonación de los himnos nacionales de Inglaterra y del
Perú.
2. Reseña de Ándeslos y Catering, gestores del Instituto
Rikcharey
3. Palabras del Alcalde de la ciudad.
4. Inauguración del instituto por el mayor genio de las
ciencias del siglo XX: Stephen Hawking.
5. Brindis de honor.
6. Palabras de agradecimiento de Catering y Ándeslos.
Culminando la programación, Ándeslos decía: “Distin-
guidos asistentes, hoy nace el Instituto Rikcharey, y su objetivo
será desentrañar los enigmas que siguen habiendo en la Tierra,
así como del inconmensurable Universo...
Muchísimas gracias a cada uno de ustedes por acompa-
ñarnos en este momento importante en que lanzamos a marchar
esta empresa de estudio. Quien habla y mi novia, Catering,
como forjadores, nos sentimos muy honrados y los llevaremos
permanentemente a cada uno de ustedes en nuestras mentes y
corazones. A mis futuros suegros y a mis padres que vinieron
del Perú, Catering como yo les decimos que seguimos siendo
sus admiradores por haber hecho de nosotros lo que hoy somos”.
20 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

En esos momentos, la señora Coyllor Túpac Apolaya, madre de


Ándeslos, no pudo resistir las palabras de ternura de su querido
Ándeslos; se desplomó. Después de los auxilios, se incorporó,
pero las actividades habían concluido.
Al día siguiente, el Instituto Rikcharey funcionaba con
toda la normalidad como estaba previsto. Cada una de las
áreas y secciones llevaban sus correspondientes placas de de-
nominación. Así como el personal de cada una de las áreas sus
correspondientes marbetes de identificación.
Ambos habían concluido sus carreras. Pero, desde estos
momentos, la vida de Ándeslos y Catering dio un giro de ciento
ochenta grados. De ser profesionales y pioneros de la investiga-
ción en sus áreas, pasaron a ser promotores de la investigación.
—Ahora sí, trabajando planificadamente, podríamos as-
pirar a abordar estudios sobre los temas que antes hablábamos
—dijo Ándeslos a Catering.
—Por ejemplo, los estudios de: Ampliación del ciclo de
vida del hombre los podemos asignar al área de Biología y Nu-
trición Humana; con mi dirección y tu colaboración, podemos
llevar a cabo esta investigación, dijo Catering, y culminando
afirmó: Me va a encantar trabajar en este estudio.
—Muy buena idea, mi amor —hoy mismo diseñaremos el
esquema del plan de investigación para pedir la elaboración del
proyecto definitivo a la junta de científicos del área pertinente.
—Sobre la dirección de los otros como de la química, la
física y la astrofísica, que me decías, te encargas tú, yo te apoyaré.
Tan luego concluyeron el Esquema del Plan de Investi-
gación de Ampliación del Ciclo de Vida del Hombre, pasaron
a la junta de científicos del área para culminar con el Proyecto.
La junta recomendó realizar este estudio en otro lugar, fuera de

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Inglaterra, las razones de la contaminación del medio ambiente,


obligaron a elegir otro lugar más sano.
Mientras tanto, Ándeslos trabajaba los otros esquemas
de planes de investigación como:
1. Investigación y diseño de ordenadores
2. Desintegración e integración de la materia.
3. Conversión de las moléculas en ondas de luz.
4. Implementación de un cabezal de rayos láser a las ondas
de luz, para el viaje sideral de los cuerpos desintegrados.
5. Detección de otros sistemas similares al solar en nuestra
galaxia y en otras más cercanas.
6. Detección de otros planetas similares a la Tierra, donde
pueda existir vida.
Concluidos estos esquemas de investigación, uno a uno
entregó a las correspondientes áreas, para el desarrollo del
proyecto bajo su supervisión. Tan luego se concluía se iniciaba
la pertinente investigación.
El otro punto que Ándeslos analizaba era la recomen-
dación de los científicos para realizar el estudio en otro lugar,
fuera de Inglaterra, y llegó a la conclusión de que tenían la
razón. Porque en un lugar como Inglaterra, donde el medio
ambiente está contaminado, por las fábricas que lanzan dióxido
de carbono, los automóviles el monóxido, las centrales eléctricas
y la combustión doméstica, el dióxido de azufre, los motores
de aviones, hornos e incineradores que lanzan el dióxido de
nitrógeno; las aguas negras que devienen de los detergentes,
de los fertilizantes químicos que lanzan los fosfatos, así como
el mercurio, el plomo, el petróleo, DDT y otros plaguicidas, la
radiación. —No se podría llevar a cabo este estudio. Luego se
dijo: “Resulta humillante y vergonzoso que el hombre siendo

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Ándeslos y otros cuentos

el único animal racional de la naturaleza, sea el más estúpido


de los animales y destruya su casa grande”.
La ubicación se determinó en la Amazonía a una altitud
de 220 metros sobre el nivel del mar, entre los límites de Perú
y Brasil, y por nombre le pusieron Lavi (Laboratorio de Vida).
Nuevamente tuvieron que desarrollar una inversión para la
implementación del asentamiento de Lavi, que llegó a ser una
miniciudad ecológica, a la que todos los científicos del área se
trasladaron. Y en Lavi se llevó a cabo esta investigación.
Hubo un consejo de todos los científicos del área para
planificar y racionalizar las distintas temáticas de investigación
como:

1. Selección de muestras (parejas jóvenes, voluntarias de 20


años de edad).
2. Tratamientos preventivos.
3. Diagnóstico de la calidad de los productos alimentarios
y producción de alimentos ecológicos.
4. Diagnóstico del medio ambiente y saneamiento.
5. Educación y cultura nutricional.
6. Diagnóstico del envejecimiento de las células.
7. ¿Cómo evitar el envejecimiento celular?
Para medir los avances, se diseñaron sistemas de simu-
lación computarizada.
Todos los ordenadores de las distintas áreas del Instituto
de Lavi como de Window to the World se hallaban conectados
en red. Catering prácticamente vivía en Lavi, Ándeslos llegaba
dos veces al mes de Window to the Word.
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En Lavi, la selección de muestras de parejas jóvenes se


había captado por invitación de diferentes partes del orbe,
después de hacer un seguimiento a sus ancestros de dos y tres
generaciones cuyas edades fluctuaban entre los dieciocho y
veinte años de edad. A quienes después de abrirles su historial
se les sometía a rigurosos exámenes médicos, cuidados de ali-
mentación nutricional, con terapias deportivas, de trabajos de
campo, de pensamiento, de caminatas, de ejercicios, etc.
Desde el primer día, las parejas recibían tratamientos
preventivos y más que todo educación para su colaboración
con los fines del estudio.
Los productos alimenticios, por lo general, procedían
de lugares como de La Unión Cotahuasi–Arequipa, que eran
ciento por ciento ecológicos, y de otros lugares del mundo,
quienes pese a la certificación que llevaban, minuciosamente
eran comprobados en los propios laboratorios de Lavi.
Para prevenir el cuidado del medio ambiente, se habían
instalado equipos de distintas clases para detectar y purificar
la atmósfera, las aguas y toda la biodiversidad de la zona, así
como de los ruidos. Es decir, se había saneado al máximo el
medio ambiente.
A las parejas se les impartía educación integral a fin de
concientizarlas, para el logro de los fines que se buscaba. Luego
de dos, cuatro y seis años se les concedía luz verde para tener
descendencia. La madre gestante gozaba de todas las atenciones
y cuidados, sin descuidar al padre, como al nuevo ser de sus
entrañas. Al nacer,el bebé, como la madre, eran los principales
seres del estudio y atenciones.
Las parejas que gestaban tenían alimentación balanceada.
Aparte se les impartía cultura nutricional a fin de que, cons-

24 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

cientemente, sus mentes procesaran satisfacción y alegría para


su mejor equilibrio orgánico.
En la sección de investigación Celular, en el laboratorio,
los científicos constataron el precoz envejecimiento de las célu-
las, ocasionados por el asfixiamiento y por los radicales libres;
comprendieron que el mayor enemigo de un cuerpo sano y
joven vienen a ser los radicales libres, producidos mediante el
metabolismo del propio cuerpo humano originado por múl-
tiples razones como: medio ambiente contaminado, alimentos
contaminados con plaguicidas, el tabaquismo, las dietas ricas
en grasas, exposición excesiva a los rayos solares, la ingesta de
aceites “vegetales” que fueron refinados mediante altas tempe-
raturas o el propio pensamiento negativo. Llegar a comprender
que los radicales libres son los que ocasionan la vejez prematura
reorientó el diseño de un poderoso antioxidante para com-
batirlos. Después de un esfuerzo en Lavi se logró el diseño de
un poderoso antioxidante al que denominaron Laviantiox que
puso a Lavi en el umbral del descubrimiento de ¡la pólvora!, de
la ampliación del ciclo de vida de la humanidad. Al conocerse
estos resultados, Catering llamó a Ándeslos.
Después de dieciséis años de ardua labor, por simulación,
se infería el éxito. La vida se lograba ampliar en un ciento por
ciento, es decir se lograba doblar la edad de la humanidad.
Catering y Ándeslos patentaron el proyecto. Pese al se-
creto y reservado de este proceso, la investigación tuvo mucha
trascendencia, por lo que tres grandes transnacionales querían
adquirir la patente. Pero los promotores de la investigación no
aceptaban sus ofertas, hasta que los tres postores se unieron y
elevaron la puja. Y, por una millonada de euros, los vendieron.
En Lavi cundía una inmensa alegría por el éxito obtenido,
la gente hacía fiesta.

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Víctor C. Reyna Espinoza

En Window to the World Ándeslos muy afectuosamente


los dirigía y supervisaba. Pese al buen trato los científicos des-
pués del segundo mes casi permanentemente iban renunciando
aduciendo que nada habían logrado y sin haber producido
tenían vergüenza de cobrar sus sueldos. Ándeslos les decía que
no se preocuparan, que poco a poco se lograría el objetivo.

—¡Sigan investigando!, ¡Continúen estudiando’!, ¡Nadie


les aprieta! —les decía Ándeslos.

Por motivo del retiro o abandono de científicos en Win-


dow to the World, siempre había acceso para nuevos. Este caso
también ocurría en Lavi, pero en menor grado.

Después de diecisiete años de ardua labor en Window to


the World llegaba la esperanza del sol naciente. Los científicos
del área de Desintegración e Integración de la Materia que
trabajaban estrechamente coordinados, prácticamente juntos,
habían logrado diseñar la máquina Dimgalac (Desintegradora
e Integradora de la Materia para el Viaje Galáctico), venía a ser
una máquina especial accionada por un robot inteligente con
pensamiento y sentimiento y ordenadores sofisticados. Para la
construcción de la máquina, tuvo que buscarse financiamiento.
Estas máquinas automatizadas, luego de preparar los cuerpos
orgánicos en apacibles sueños, los disecaban y desintegraban
siguiendo una serie de pasos concatenados; nomenclando y
codificando cada una de las partes o moléculas del cuerpo. Los
experimentos se habían desarrollado con moscas, cucarachas,
ratones y con rocas hasta de distintos tamaños.

Para integrar los cuerpos, la máquina trabajaba en forma


inversa, luego de hidratar las moléculas, las consolidaba en es-
tricto orden a la nomenclatura y codificación de partes. El ser vi-
viente consolidado quedaba tan igual a su naturaleza primigenia
guardando su apariencia de forma, estructura y funcionalidad

26 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

de antes, así como sus atributos mentales y sentimentales. Pasar


esta experiencia para el ser humano era simplemente como
vivir un sueño. Esto significaba la realización de la proeza más
grande de todos los tiempos de la humanidad.
¡Qué alegría!, ¡que felicidad! Window to the World tam-
bién celebraba su triunfo.
Se esperaban los resultados de las otras áreas como de la
Conversión de las Moléculas en Ondas de Luz y de la Fijación
del Cabezal de Rayo Láser en las ondas de luz y de la explora-
ción espacial. Para iniciarse la ansiada conquista del cosmos.
Al poco tiempo el área que tenía a cargo la exploración
del Universo y búsqueda de un planeta similar a la Tierra había
confirmado en nuestra Vía Láctea con su telescopio Sele de rayos
X, similar al Chandra de la NASA, el más potente del mundo, el
hallazgo de una estrella de más fulgor que el Sol y un planeta.
A petición de los científicos, le pusieron Andex y Caty para
perennizar los nombres de los promotores de la investigación.
El planeta Caty tenía semejante estructura a la de la Tierra;
con la diferencia que éste era una vez y media más grande y su
movimiento de traslación lo realizaba en 540 días (andexinos)
y su movimiento de rotación alrededor del Andex lo hacía en
42 horas (Andexino) los que se dividen en 21 horas de día y
21 horas de noche. También su órbita alrededor de Andex era
elíptica y se notaban sus cuatro estaciones de invierno, prima-
vera, verano y otoño, como de la Tierra.
A los veinte años de ardua labor las áreas habían logrado
su cometido. Se venía cumpliendo el sueño de Ándeslos. Con la
experiencia de Lavi, se había implementado mayor hermetismo
y seguridad en Window to the World.
La Conversión de las Moléculas en Ondas de Luz y de la
Fijación del Cabezal de Rayo Láser en las ondas de luz, después

Víctor C. Reyna Espinoza | 27


Víctor C. Reyna Espinoza

de tantísimas dificultades, fueron los dos últimos en lograr su


cometido.

Todas las áreas habían cumplido su objetivo y práctica-


mente el camino ya quedaba trazado.

Ante la necesidad de capitales para financiar el comienzo


de la gran hazaña de la conquista cósmica, se buscan socios con
carácter secreto, pero no pudieron encontrarse. El Central Bank
de Londres aceptó financiar el costo de la travesía, de confor-
midad con las cláusulas de un contrato expreso.

Ándeslos y Catering se sentían muy gozosos por los


resultados de la investigación; ambos se abrazaban, ambos se
decían: “Sin ti, mi amor, no se hubiera podido lograr”.

Después de una junta, todos los científicos empezaron a


planificar la ansiada conquista del planeta Caty del sistema de
Andex.

Se designó cuatro robots, Pulm, Rem, Sem y Fom, para


iniciar el viaje del gran salto de la humanidad, quienes tenían
misiones especiales al llegar al nuevo planeta. Dos perros pas-
tores alemanes y dos perros peruanos (calatos) completaban la
tripulación. El lanzamiento estaba previsto para las doce horas
del día. Cuando ya iba a ingresar la tripulación a la máquina
galáctica Dimgalac, para su debido procesamiento de desinte-
gración molecular y envío al planeta Caty en Window to the
World se produjo un temblor. En esos precisos instantes, todos
los aparatos domésticos, los equipos de iluminación, todos los
ordenadores dejaron de funcionar, se habían malogrado por
exceso de sobrecarga eléctrica. El cielo de Window to the World
se cubrió de luminiscencia. Fue tan fuerte, fuertísimo que los
ojos humanos, nada podían distinguir. En ello se escuchó:

28 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

—¿Dónde están Ándeslos y Catering? ¿Dónde están esos


cientifillos?

Diez, doce, catorce segundos pasaron. Nadie contestaba.

Entonces, ligeramente, se percibía una imagen como de


ser humano raro que emitía ondas a la mente de los nombra-
dos. Y al instante y al unísono, Ándeslos, Catering y todos los
científicos se les presentaron, luego expresó:

—Terrícolas infantiles, ¿qué pretendían?, ¿Doblarse el


tiempo de vida?, ¿Para qué?, ¿Viajar a Caty y a otros planetas,
a otras galaxias?, ¿Para qué? ¡Para arruinarlos, como lo hacen
con la Tierra!, ¿Por qué quieren perturbar el equilibrio y la
tranquilidad cósmica? ¡Esto se acabó! —dijo el extraterrestre,
sumamente molesto.

Ni bien terminó de hablar se hizo la luz y convertidos en


haces de luz fulgurante, todos desaparecieron. Así terminaron
las dos vidas de ensueño en el viaje sideral.

* Se terminó de escribir el 2010.

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Ándeslos y otros cuentos

DILEMAS DE GIANLOT

Gianlot tendría ocho años cuando su padre don Pablo


Matencosh decide cambiarse de religión de católico a evangélico.
El papá, al año de convertido, empieza a estudiar para pastor
evangélico; mientras el muchacho a los doce años de edad ya
había terminado de leer la Biblia dos veces, por la obligación
que le impuso su padre, se iba para el tercero. Su progenitor
muy temprano lo había iniciado como creyente en la religión y
como alumno en la escuela dominical. Gianlot, por donde iba,
solía comunicarse con su Dios, mediante la oración, siguiendo la
enseñanza paterna. Iba por donde iba, los cerros, las laderas, los
valles o por doquier estaba, en cualquier lugar adecuado oraba
y oraba, al hacerlo, lo hacía inclinando la cerviz y cerrando los
ojos. Empezaba diciendo: “Padre mío perdona mis pecados,
haz que en adelante sólo haga tu voluntad, quiero ser un hijo
digno”. Y de tanto orar y orar, y siempre orar, cuando oraba pese
a estar agachado y los ojos cerrados visualizaba mentalmente en
el lejano cielo una estrella fulgurante en la cual se configuraba
un rostro divino, que al cubrir con su luz todo su cuerpo, el se
sentía iluminado. Cuando esto le ocurría Gianlot vivía inmensa
paz, con gozo inefable.
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Víctor C. Reyna Espinoza

Cuando esto le ocurría Gianlot, le cuenta a su padre esta


experiencia, él le dice: siga orando, probablemente el Señor te
tiene asignado un gran papel mas adelante.

—Papá, me puedes decir por qué decidiste cambiarte de


religión.

—Yo decidí cambiar de religión, para dejar de tomar. Por


qué todos los católicos se emborrachan en cambio los evangéli-
cos no toman. Por eso y porque amo a mi familia; los borrachos
hacen daño a su esposa e hijos. Esa vida no quería llevar.

—Yo pensé que me ibas decir que la evangélica era la


mejor religión.

Algo de tres años que el muchacho, vivía esta experiencia.


Pero cuando Gianlot tenía catorce años, su padre que ya era
pastor evangélico, le recomienda tener identidad y no soslayar
de decir que es evangélico. Por ello, en un cambio de horario
de su colegio, antes del ingreso al aula, se encuentra con el
sacerdote, profesor de religión, al saludarle le manifiesta que
él es evangélico, pero continúan camino al salón. En el aula de
clases, en voz alta el cura dijo:

—Aquí hay un demonio, acabo de descubrirlo.

Luego dirigiéndose a Gianlot le dijo que, su padre concu-


rriera a su parroquia el sábado siguiente a horas dos de la tarde.

Sus compañeros, unos perplejos, otros preocupados, otros


mudos y meditabundos, querían saber quién era el demonio,
unos sospechaban que el cura se había referido a Gianlot. Por
qué el mozalbete estaba sonrojado y avergonzado. Otros no
sabían a quien, de tanta incertidumbre, lenta y pesadamente
se recuperó la tranquilidad del aula y especialmente Gianlot.
32 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

El siguiente sábado concurrió a la parroquia don Pablo,


aparentaba tranquilidad aunque por dentro le hervía la sangre.
—Doctor, soy el padre de su alumno Gianlot, me mandó
llamar, quiere usted hablar conmigo.
—Así es, que pasa con usted, por qué le está metiendo
religiones falsas a su hijo.
—La única religión falsa es la católica porque ha tergi-
versado las bases del cristianismo —le dijo con la seguridad
de un pastor evangélico—. Recordará usted que el Papa León
X, instauró las indulgencias para comercializar la salvación,
que felizmente el cura Martín Lutero de Alemania, tuvo que
convocar y armar una protesta revolucionaria para combatir
esa nefasta salvación monetaria, cuando esta solo debe ser por
arrepentimiento.
—Basta, basta ya, no siga hablando.
—Con decir basta, usted no me dice nada, usted está
rehuyendo al tema, después de haberla iniciado.
El profesor de religión, se había encontrado con un padre
de familia conocedor de la historia religiosa, de la cual él conocía
muy poco o nada, al notarlo pretendió soslayarlo pero el padre
de familia no se lo permitió.
El cura se había dado cuenta del nivel de su contrincante,
por lo que ya no quería seguir tratando el tema, y dijo entonces:
—Discúlpeme, señor Matencosh, fue un caso repentino.
—Yo le disculpo, pero mi hijo como queda, usted lo ha
humillado al llamarle demonio.
—Fue un momento de cólera, discúlpeme, señor Ma-
tencosh.
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Víctor C. Reyna Espinoza

—Voy a comprenderlo profesor, esperando que este in-


cidente quede superado.
—Don Pablo, así como me he referido dentro del aula, así
le pediré satisfacción a su hijo Gianlot —Recalcó el profesor.
—Profesor, voy agradecerle. De otro lado me asiste el
derecho, ahora mismo iniciaré el trámite de exoneración, para
que mi hijo no lleve este curso, porque en nuestro país como en
todos los países civilizados, hay libertad de creencia.
—De acuerdo don Pablo, además usted le instruirá a
Gianlot.
Gianlot se exoneró en el curso de religión católica; los
otros cursos normalmente los llevaba. Pero, esta experiencia le
hacía dudar y cavilar de cuál de las religiones es la verdadera.
Esto le planteaba una serie de interrogantes; el muchacho se
preguntaba: ¿Cómo habría aparecido el primer hombre? ¿Adán
y Eva serían los primeros hombres creados por Dios? ¿Cuál será
la religión verdadera?¿Por qué hay tantas religiones? Gianlot
vivía estos dilemas.
Al cursar el cuarto año de secundaria lleva el curso de
Historia Universal con el profesor Pedro Baca del Jardín, re-
cién egresado de la Universidad de San Marcos; para suerte
de Gianlot, el nuevo profesor contribuye mucho para que el
muchachón aclare sus interrogantes. El profesor Pedro Baca
del Jardín, aparte de las clases, les habla sobre temas que los
adolescentes preguntan cómo: El origen de la vida, la historia
de la creación de las religiones. Al respecto el maestro les dice:
—El hombre es creación de la naturaleza y no de creación
divina. El hombre a la fecha tiene más de tres mil quinientos mi-
llones de años de su aparición sobre la faz de la tierra y, durante
todo el tiempo, no cesa de evolucionar; la evolución se percibe
34 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

como la mutación o el cambio físico y síquico de la persona.


Definitivamente Adán y Eva no son los primeros hombres.
—Profesor, ¿por qué los seres humanos somos tan des-
iguales, otros bajos, otros altos, otros simpáticos, otros feos?
—preguntó el alumno Lloque.
—Para contestar su pregunta se requiere de mucho
tiempo, porque en el tema están inmersas muchas ciencias o
especialidades que necesariamente tienen que entrecruzarse, lo
que se denomina interdisciplinaridad o multidisciplinaridad,
pero trataré de ser lacónico.
—Nuestro planeta Tierra tiene tantísimos climas y micro-
climas; imaginemos a los seres vivientes que al azar se ubican en
determinados climas, interactuando con su medio climático. En
un periodo de tiempo serán diferentes a sus ancestros primige-
nios. Para estudiar con más amplitud este tema, les recomiendo
leer las obras del científico Charles Darwin.
—¿Maestro, cómo se habría creado la vida? —preguntó
Gianlot.
—Les resumiré los aportes sobre el tema del científico
ruso Alexander Oparin y de otros. La vida se creó en el agua,
básicamente de la molécula del carbono, que en combinación
con los rayos solares, los truenos y otros elementos atmosféricos
y el agua, habrían dado lugar a las precélulas, células, después a
los “animalitos”; luego de las aguas salieron a tierra, a fuerza de
ejercicios y su interactuación con el medio ambiente se desarro-
llarían o iban diseñándose sus cuerpos, los que vivían, vivían
y los que morían, morían, los mejores adaptados, sobrevivían.
Les digo que el hombre tuvo larguísimo periodo de evolución
de millones de años, y actualmente y por siempre, mientras
existamos, seguiremos evolucionando. Y así como el águila

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Víctor C. Reyna Espinoza

ha logrado evolucionar más sus ojos para ver a kilómetros de


distancia desde su vuelo a su presa. O el búho que evoluciona
para ver por la noche, el hombre ha evolucionado mejor, su
cerebro y su capacidad de hablar, por la necesidad de defensa,
de pensar y de comunicación.
Otro día preguntó el alumno Juan Mayoral:
—¿Quién escribió la Biblia?
—Jóvenes, Biblia quiere decir libros o conjunto de libros,
su escritura se inicia entre los siglos XIII – XII a.c. La biblia
tiene dos partes: El Antiguo Testamento, que la escribieron
los hebreos, en Medio Oriente y El Nuevo Testamento, que la
escribieron los cristianos grecorromanos, cuando la religión
hebrea o cristianismo llega al imperio romano, porque su
emperador que estaba en peligro de perder su trono o rei-
nado aparenta querer ser cristiano, hecho que causa alegría
y regocijo de estos, lo que es aprovechado para la anexión al
gran imperio con la condición que lo defiendan en su trono
como nuevos romanos. Época tras épocas iban juntando y
actualizando los escritos de la Biblia, tratando de armonizar
su temática con el pensamiento imperante pensando en la
superación de la sociedad. Quienes escribieron, lo hicieron
con el afán de moralizar y dar pautas correctivas del hombre
y, desde luego, buscar el desarrollo de la religión cristiana. El
basamento de la escritura de la Biblia, radica las revelaciones
divinas. Esto resulta valedero solamente en una sociedad
antigua.
—¿Profesor cómo aparecen las religiones? —interrogó
otro preguntón.
—Ya les dije que el hombre, aparece hace más de tres mil
quinientos millones de años. Bajo mi análisis, yo considero que

36 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

hace treinta millones de años atrás, el hombre acaba de lograr


ser reflexivo o sea animal pensante, y con la reflexión, crece sus
temores y sus miedos, entonces para resolverlos empieza a crear
sus divinidades o la religión.
—Profesor, nos damos cuenta que usted es muy erudito,
¿podría decirnos, qué son los milagros? ¿Y por qué antes se
daban y ahora no se dan? —dijo el alumno Galac.
—Jóvenes, yo no soy erudito como ustedes piensan, sólo
he leído un poco y trato de observar la naturaleza y sus fenóme-
nos. ¿Qué son los milagros? Los milagros son originados por
procesos de creencias. Trataré de darles un ejemplo didáctico:
Una persona XX está enferma, en su desesperación, para
tratar de sanarse pide a su Dios, la virgen, un médico u otro ser
en quien confía que le ayude.
La petición la hace con suma fe y creencia.
El resultado de haber hecho la petición con mucha fe,
generará en el cerebro de la persona una respuesta de inmensa
alegría y felicidad, confiando en sanarse.
Este hecho anulará o borrará los traumas y problemas
anidados en el subconsciente del enfermo, que son los reales
causantes de su mal.
La mente sana sin traumas ni problemas, dirigirá ópti-
mamente el funcionamiento orgánico de la persona. El sistema
circulatorio como el nervioso, permitirán que el líquido vital,
la sangre irrigue eficientemente todo el confín del cuerpo y
EL MILAGRO SE HABRÁ REALIZADO, SANÁNDOSE LA
PERSONA.
Conversando Gianlot con su hermano Carlos, que era
universitario, había logrado comprender: ¿Qué es la ciencia? y

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Víctor C. Reyna Espinoza

¿Qué son los dogmas? Sabía que la ciencia es el conocimiento


real de las cosas, de la naturaleza, de la realidad. Y qué los dog-
mas, son suposiciones o invenciones del hombre.
Gianlot, reflexionando y reflexionando, sólo se da cuenta
que de tanto orar se autosugestionaba, por eso lograba ver la
estrella fulgurante, en la que se inscribía un rostro divino, que
cuando su iluminación bajaba y cubría su cuerpo, el se sentía
totalmente extasiado.
Analizando reflexivamente , llega a la conclusión que to-
das las experiencias vividas cuando oraba, sólo eran el resultado
de una enorme AUTOSUGESTIÓN. Desde entonces a la edad
de dieciséis años se declara amante del conocimiento verdade-
ro y real, en adelante, añora ser un científico y no religioso ni
pastor evangélico.

38 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

RODITO PICO DE LORITO

Se ganaba el aprecio de los que le conocían con sus tiernos


y dulces saludos. Terminó la secundaria con la salud maltre-
cha, casi quebrantada. Los látigos de la pobreza habían calado
hondo en su ser.
—¡Muchacho, por qué no estudias! ¡Tú tienes aptitudes,
supérate! —Cierto día resonó ante sus oídos las palabras de su
ex profesor de literatura Joaquín Chapattín—. Lima está cerca,
puedes estudiar en la capital donde hay tantas universidades.
—¡Me siento un poco mal, además no dispongo de dine-
ro! —respondió con incertidumbre el muchacho.
Luego de una pausa ya motivado por el profesor volvió
a decir:
—Profesor, pero pienso estudiar, muchas gracias.
Por consejo del maestro viaja a Lima despidiéndose de su
terruño Tiplacayán. Algunos de sus cuadernos y textos confor-
man su equipaje. Llegando a la capital su propósito es buscar

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Víctor C. Reyna Espinoza

a sus parientes que se hallan por la Parada, no logra ubicar a


ninguno. Sumido en profunda tristeza recuesta su sueño en una
de las bancas del parque El Porvenir de La Victoria usando sus
cuadernos por cabecera; al amanecer estaba ensopado por la
lluvia invernal del mes de julio. La realidad le es borrascosa y
negruzca ¡pobre Rodito! Su bolsa de viaje le alcanzó para comer
sólo dos días. Después, obligado por su voraz hambre, coge
los desperdicios que los vendedores de la Parada arrojaban al
container de la basura.
A los tres días enferma gravemente, la policía al en-
contrarlo enfermo y tirado en la calle con tos seca, anémico
y presencia de sangre en la saliva, lo traslada al hospital de
Bravo Chico de El Agustino, donde llega desfalleciendo con
fiebre alta. Una junta de médicos logran salvarle de la neumo-
nía fulminante. Rodo continúa delicado, por indicación del
doctor Jaime Manyari, director del nosocomio, le practican
minuciosos exámenes. Al ver los resultados, ordenan su in-
ternamiento para ser tratado de tuberculosis. Después de tres
meses es dado de alta, por gestiones y garantía de un pariente
lejano, Nemesio Callupe Ricapa, quién laboraba en el hospital,
lo reconoce por el apellido y gentilmente lo lleva a su casa.
Mejorado de salud, Rodo hace amistad con la vecina de
don Nemesio, la señora Asunción Quincho Chihuán, y le ayuda
en su kiosco de comidas de la esquina, en ella hace toda clase
de mandados, percibiendo una propina, mas la alimentación.
Al cabo de ocho meses, con el dinero de las propinas aho-
rradas decide postular a la Universidad Nacional de Educación
de La Cantuta, ingresa a la carrera de Diseño Industrial de la
Facultad de Tecnología. Pero la pobreza sigue abrumando y
ensombreciendo sus aspiraciones. Por carencia económica, deja
de estudiar un año; él no se amilana, siempre estaba repasando
sus apuntes y textos.
40 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

Inesperadamente, un día de franco sale por el mercado


central donde ve a su tío, Fausto Huaricapcha Candela, genuino
cerreño descendiente de los yarus; al verlo corriendo le abraza:
—Buenas tardes tío —lo saluda con inmensa alegría.
—¡Tú por aquí! —sorprendido, contestó el tío.
—¡Si tío Fausto, me vine para buscar trabajo y estudiar
—contestó Rodo, con alegría desbordante.
El tío Fausto lo llevó a un restaurante para festejar el
encuentro. Después de almorzar y una larga sobremesa, al en-
terarse que había ingresado a la universidad y tenía problemas
económicos, le dijo:
—Yo trabajo de mercachifle, es una ocupación que te per-
mite ganar bien. Antes que trabajar para otros, trabajo para mí
mismo, con un horario que yo me fijo.Tus ingresos dependen
de tu esfuerzo diario. Por eso te recomendaría trabajar como yo.
—Muchas gracias tío —contestó Rodo, aflorando su
alegría.
—Yo te enseñaré los secretos de esta actividad —pun-
tualizó el tío.
—Tiosito, mi problema es no tener capital.
—No te preocupes, yo te garantizaré, las casas ya me co-
nocen, a mi me pueden dar crédito. Sólo tienes que ser puntual
con el pago —díjole el tío.
Rodo, muy agradecido convino empezar la semana si-
guiente, luego de comunicarle a la señora donde ayudaba y a
su pariente lejano Nemesio Callupe.
Fue así, que por consejos de don Fausto Huaricapcha,
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Víctor C. Reyna Espinoza

mercachiflero viejo, logra incursionar en los pequeños negocios


de baratijas por las inmediaciones del mercado central de la
capital. Los días sábados, domingos y feriados, el nuevo “mer-
cachiflerito” ya estaba en el mercado desde muy temprano; al
principio tenía vergüenza para pregonar lo que debía vender.
Al advertirlo don Fausto, nuevamente vuelve hablarle de los
gajes del oficio:
—Tienes que pregonar lo que vendes. Si la gente no se
entera qué vendes, no te comprará, en cambio si se enteran, sí te
comprarán. Y recuerda si vendes vas ganando algo, en cambio
si no vendes, no ganas nada.
—Muchas gracias tío—, contestó Rodo, pensando cómo
romper sus miedos y sobre todo la vergüenza para pregonar.
Los primeros días le fue muy difícil, casi nada vendía,
después en la medida que aprendía a pregonar, poco a poco
mejoraba sus ventas.
Las ganancias que lograba, le concedían fuerza y vigor
para seguir bregando como mercachiflero.
Por suerte mejoraba su salud, como su economía.
Después de cursar dos años de estudios, conocer el am-
biente universitario, y de haber trabado amistad con los profe-
sores y colegas estudiantes, y conocido el mercado de los libros
usados del jirón Amazonas y el de la Av. Aviación del distrito de
La Victoria. Decide cambiar de giro de negocio, por otro más
relacionada y afín a sus estudios. Entonces vende libros usados
en la comunidad universitaria; se inicia con su bolso mochila,
donde transporta los libros desde Lima hasta Chosica.
Ver al librero andante para unos era un chiste, para otros
motivo de compasión por la mochila grande y pesante que
cargaba, con sus piernas temblorosas.
42 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

Rodo sabía pregonar. Las palabras y frases los tenía a flor


de labio, aunque dejaba traslucir su mote por ser de extracción
rural andina. Él era consciente de su habla, pero seguía para
adelante; no se amilanaba con las opiniones que percibía, por
el contrario, trataba de superar su defecto.
En la universidad sus compañeros le llamaban Rodito
Pico de Lorito, por lo hablador y chato que era.
Tenía objetivos claros: ser un lector asiduo para superar
sus deficiencias de lenguaje; ser un vendedor bueno para me-
jorar sus ingresos económicos e iniciar su pequeña empresa
formal.
Empieza a inventariar a sus clientes potenciales, com-
pañeros o profesores, al mismo que les proponía conseguirles
las obras que necesitaban, tomaba sus pedidos fuera de clases.
Los días feriados, desde muy temprano, ya estaba buscando y
comprando la mercadería en Lima. Los días laborables entre-
gaba los pedidos sin descuidar de asistir a sus clases, cuando
podía, los ofrecía en un pequeño stand que había solicitado a
la universidad. Así trabajaba y estudiaba Rodito Pico de Lorito.
Al crecer el negocio y disponer de ahorros, implementa
una librería, cerca a las inmediaciones del acceso universita-
rio. Una de sus compañeras de estudios, Kelinda Mataespañol
Chanka, jovencita provinciana, alta y atractiva le ayudaba en las
tareas del negocio, más tarde llegó a ser su preciosa flor. Cuando
caminaban juntos, la gente los trataba con sorna e ironía, no
era para menos porque el contraste de tallas era espectacular.
Cada vez la librería crecía, contaba con obras de valía de
las mejores editoriales del Perú y del extranjero.
El año 2000 la municipalidad distrital realiza un concur-
so para motivar la autogestión empresarial en la juventud del
distrito, con el slogan: “Buscando jóvenes empresarios de 17 a

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Víctor C. Reyna Espinoza

20 años de edad”. Rodo Fuegos Candela resulta premiado con


la Medalla de Oro del Emprendimiento, más una suma de S/
5000.00.
Cada vez, pensaba como hacer que el negocio crezca
más y más. Comprendía que debía mejorar su habla, su trato
al público y particularmente la atención.
Pico de Lorito algunas veces había tenido reveces con al-
gunos clientes al entablarse las discusiones y comentarios sobre
las obras que vendía, en la cual, él los ganaba; más la venta los
perdía. Con esos golpes había aprendido a no discutir con los
clientes pese a que a él le picaba la lengua, sólo esperaba que
ellos desfoguen sus opiniones y críticas sobre las obras. Él se
proponía sobrellevar con mesura, hablando solo lo necesario,
con el fin de ganar la venta.
Por entonces el doctor Lloque Waru Waruchín peruano de
nacimiento es galardonado con el premio AMÉRICA en reco-
nocimiento de su última novela titulada Un viaje por el cosmos.
Alumnos y autoridades de la Facultad de Ciencias Socia-
les y Humanidades cursan una invitación al laureado escritor
y crítico literario Lloque Waru Waruchín para desarrollar la
conferencia: “La narrativa peruana de la década del noventa”.
El doctor Lloque Waru Waruchín, contesta manifestando que:
“Muy gustosamente aceptaba la invitación, al mismo tiempo
indicaba que su cronograma de actividades se hallaba copado
hasta abril del próximo año”. Ante esta respuesta, alumnos y
autoridades, con espera materializaron los trámites para la
fecha indicada.
Llegado el día 20 de abril con éxito se desarrollo el even-
to, al concluir la conferencia es agasajado con un brindis por
autoridades, docentes y alumnos de la Facultad. Al retirarse de

44 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

la universidad, el doctor Waru, visita y ojea los escaparates y


taquilleros de la librería de don Rodito, quien precisamente se
hallaba atendiendo.
Después de merodear los títulos de las obras, el doctor
Waru coge un libro de Las mil y una noches de empastado sin-
gular, va ojeando la edición, la editorial y el tipo de empaste.
Rodo súbitamente se le acerca, diciendo buenas tardes caballero:
—¡La obra que tiene en sus manos es una joya! Como
podrá verificar, pertenece a la editorial Alonso, que es una pres-
tigiosa editorial española, la obra tiene un empaste de lujo tiene
letras y acabados en pan de oro. ¡Ah!, su contenido es un deleite
porque trata de los mejores cuentos orientales. Esta narrativa
es producto de la creación colectiva de hindúes, árabes, persas
y egipcios, que escribieron aventuras fascinantes durante varios
siglos. No deje Ud. de llevarse esta preciosura—. Pico de Lorito
nuevamente se despicaba, olvidándose que tenía un propósito.
Pico de Lorito físicamente no le conocía al doctor, igno-
raba estar tratando con un lector y escritor emblemático.
—El doctor Waru, muy gentil sobrellevaba al hablador,
y seguía observando y revisando los diversos títulos. Al ver en
exhibición una obra de su autoría Consejos para realizar una
crítica literaria, con gran satisfacción coge la obra.
Al verlo Rodo, le dijo:
—Esta obra es de un escritor novato, yo no le recomien-
do. Para conocer esta temática, más bien tenemos la de Miguel
Gutiérrez, de Juan Ortega o del español Pedro de la Hoz.
Las frases del librero hablador agriaron la tarde al doctor,
que en el acto cambió de “colorao” a pálido. La corte de cate-
dráticos que lo acompañaban, que todo habían presenciado y

Víctor C. Reyna Espinoza | 45


Víctor C. Reyna Espinoza

escuchado, se sentían más avergonzados que el mismo doctor.


Todos de alegres y risueños doblaron la cerviz. Los alumnos
igual. Todos miraban de reojo, avergonzados y molestos al
bribón.
Incorporándose, el doctor dijo:
—Sabe usted con quien está tratando.
—¡No, señor!
—Pues averígüelo primero, le dijo. —el Dr. Lloque Waru
Waruchín.
Muy ofuscado tomó la palabra uno de los profesores
que lo acompañaban como si pretendiera castigar al bribón y
desagraviar al ilustre doctor:
—El doctor Lloque Waru, acaba de dar hoy, una conferen-
cia magistral sobre el tema: “La narrativa peruana de la década
del noventa”. Además es el autor del libro que tiene usted en
sus manos. No sé con qué fundamento dice usted que es un
autor novato. El es una autoridad en el país y el mundo sobre
este tema; precisamente por ello el Departamento Académico
de Literatura de esta universidad, le cursó la gentil invitación
para realizar la conferencia que acaba de exponerla, la misma
que tuvo un record de concurrencia; incluso dentro de los
asistentes se notaban profesionales y alumnos de otras univer-
sidades—. Manifestó el catedrático Luis Campos Chamán que
le acompañaba.
—¡Ah.! ¡Ah.! ¡Ah.!, per, per, per, per-done doctor Waru
no le había reconocido.
Rodito Pico de Lorito..., balbuceando se deshacía en per,
per-dones.
El picudo una vez más había...

46 | Ándeslos y otros Cuentos


Ándeslos y otros cuentos

Colofon:
Pico de Lorito, pese a su propósito de mesurarse se había
despicado nuevamente —“no pudo con su...”—. Las palabras
del profesor Luis Campos Chamán, amenguaron un tanto la
palidez del doctor Waru y sus acompañantes pero no lograron
devolver el ambiente de jovialidad que todos le tributaban al
emblemático doctor, por la magistral conferencia.
El hablador, por el pico había caído como los peces por
la boca.

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Ándeslos y otros cuentos

LA SINFONÍA CELESTIAL

Kenko Tupac Maspañol Morote y doña Tuki Watia Cámac


Castilla, papás de los hermanos Prudencio de nueve años de
edad y Juan de cinco, padres muy esforzados, a diario trabajaban
para darles mejor calidad de vida a sus hijos. Los muchachos
vivían contentos, felices y sobre todo orgullosos de ser de la
estirpe Maspañol Watía.
Un día preguntó Juan: ¿Hermano, tu sabes tantas cosas,
quisiera que me cuentes un cuento? Prudencio quiso decirle,
no sé cuentos; pero se contuvo y después de ir pensando le dijo:
Nosotros debemos sentirnos muy felices. ¿Por qué, hermano?,
díjole Juan. Porque nosotros tenemos la dicha de contar con la
mejor orquesta sinfónica de la ciudad. Y eso se lo debemos a
nuestros padres, porque construyeron esforzadamente nuestra
casa y, con mucha alegría, plantaron los árboles de eucaliptos,
pinos, cipreses, ficus, fresnos. Los guindales, los quinguales,
los quishuares, los nísperos, los manzanos, los ciruelos, las
lianas, las buganvilias, los tumbos, las granadillas y el bello
jardín, hacen de nuestra casa un hermoso palacio como lo
lucía el inca.
Víctor C. Reyna Espinoza | 49
Víctor C. Reyna Espinoza

Y, gracias al diseño de nuestra casa, todas las mañanas


tenemos bellos conciertos, que son un deleite, por eso mamá y
papá se levantan temprano para escuchar sus bellas melodías.
¿Y cómo yo nunca he escuchado nada de eso? Claro cómo vas
escuchar tú, si a esas horas estás durmiendo. Por eso no te de-
leitas con las bellas melodías.
Tanto era el interés de Juan, para escuchar las bellas me-
lodías. Por ello hizo un esfuerzo de levantarse temprano.
—Hermano no escucho a ningún músico tocar instru-
mento alguno —dijo Juan a su hermano, cómo quién protesta.
—¿Cómo que no eschuchas? afina bien tus oídos y los
escucharás —le dijo su hermano Prudencio.
—¡Ya, ya! ¡ya lo escuché! —dijo muy contento Juan.
—Me alegro que lo escuchaste.
—Hermano, participan las palomas de casa, las palo-
mas cuculíes, las torcasitas, los gorriones, los jilgueros, los
canarios, los tordos, los chihuacos, los ruiseñores, nuestra
familia gallinacea no se queda atrás, los gánzos, los pavos y
los gallos que kikiriquean en competencia con los otros de
los vecinos. Verdaderamente esto es una ¡Sinfonía celestial!
Es maravilloso.

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Ándeslos y otros cuentos

LOS TRES REYES

—Hermanita, estoy muy preocupado. —dijo el clavel.


—¿Por qué, hermanito? —contestó Rosita.
—Ahora que estoy enfermo y ya no doy flores, el jar-
dinero ya no me riega. Por lo contrario, quiere arrancarme
de las entrañas de nuestra madre, como lo hace con nuestros
hermanos mayores.
—Tienes razón, el hombre es muy abusivo y perverso;
ellos dicen que son los únicos racionales, sin embargo, se com-
portan peor que todos nosotros y para el colmo de colmos, nos
llaman: irracionales, “¿Cómo si nosotros no pensáramos?”.
—Lo lógico que deberían hacer es darte la mano para tu
curación, pero son insensibles, sólo les importa sus intereses
personales.
El burrito Jaquish Jaquish, que se había aproximado y
escuchado el diálogo de los hermanos, luego de saludarlos,
intervino diciendo:

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Víctor C. Reyna Espinoza

—Tengo un amigo, el es un elefante viejo e historiador, el


es muy culto y todo lo recuerda, le llaman el Abuelo, según me
contó procede de ancestros sabios, le invitaré para que venga
puede hacerlo dentro de quince días le pediremos que nos dé
una charla sobre el cuidado de la vida y sobre el cuidado de la
naturaleza, de seguro nos aceptará; su ilustración nos servirá
bastante para analizar mejor nuestro problema de superviven-
cia aquí en la tierra y el cuidado que debemos tener de nuestra
naturaleza o mejor dicho de nuestro medio ambiente. Para la
próxima quincena debemos invitar a más personas como: ge-
ranios, gladiolos, petunias, pinos, alisos, quinguales, eucaliptus,
cedros, venados, llamas, tortugas, cerdos, y en general, a todas
las personas de la tierra.
Cumplida la fecha de los quince días, una multitud de
personas ya estaban apostadas en el campo fijado. Había toda
clase de animales y de plantas en general de distintas especies,
para escuchar al Abuelo Sabio. Don Jaquish Jaquish, por las
cualidades de su buena voz, que no necesita de altavoces, había
sido designado para conducir la reunión como maestro de cere-
monias, y el Búho don Andrés, para tomar las anotaciones como
secretario, por la experiencia que tiene en estos menesteres.
A la hora convenida, todos los animales y las plantas estaban
bien acurrucados para escuchar las palabras del Abuelo Sabio.
Faltando diez minutos para la hora fijada, llegó el ponente.
Jaquish Jaquish a la hora en punto dio inicio a la reunión,
presentando al Abuelo a toda la concurrencia.
El Abuelo, luego de saludar a toda la masa, hizo una
pregunta de motivación: ¿Quisieran saber el tipo de gobierno
que desarrollaron los tres reyes de la Tierra?. Todo el mundo
contestó con un rotundo síí, síí, síí. Les hice esta pregunta
porque su respuesta tiene que ver con nuestra salud y la salud
52 | Ándeslos y otros Cuentos
Ándeslos y otros cuentos

de nuestra naturaleza Entonces empezaré a contarles: “Anti-


guamente el rey del mundo era el Macrodinorontis, que tenía
mas de cuatro metros de altura, era bípedo, su cabeza pesaba
seis kilos y su cerebro un kilo y medio, su promedio de vida
era de quinientos años. Este rey gobernaba la tierra en medio
de la equidad y justicia, por entonces no había explotación del
uno por el otro, ni actos malévolos de ninguna de las personas.
Macrodinorontis, tenía un cerebro con capacidad de leer los
pensamientos de todos los seres de su reino, si estos eran ma-
los o perversos, desde su mente emitía ondas correctoras, para
enderezar estos pensamientos; así no habían malas acciones ni
malos procederes. Todos vivían contentos y felices.
La felicidad que imperaba en la Tierra, de pronto se acabó
al impactarle el asteroide Jodim, que ocasionó una gigantesca
polvareda, cubriendo en su totalidad toda la atmósfera con
niebla polvorienta, por lo que los rayos del sol durante más de
treinta días no llegaban a la Tierra, ocasionando la muerte de
sus creaturas por congelamiento y asfixia, especialmente, de
todos los dinosaurios.
A la recuperación del repoblamiento de la vida en nuestro
planeta, aparecen los animales mamíferos y dentro de ellos los
primates, y una vertiente de estos seres al evolucionar es deno-
minado: Ardipithecus Ramidus, después en Austrolupetecus
que más tarde llegaría a ser Homínido Neanderthal; luego
Homínido de Cromañon, después Homo Sapiens, llegando a
denominarse hombre, por su reflexión.
Durante este lapso milenario de millones de años de la
desaparición del rey Macrodinorontis, surge en la tierra otro
rey que todos ustedes lo conocen, él es el León. Este rey impo-
ne el terror y el miedo, basado en su fuerza y habilidad, pero
únicamente lo hace para lograr su supervivencia personal, no
es explotador, ni avariento, tampoco contamina la Tierra”.
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El reinado del León colapsa ante la madurez del hom-


bre, que como ustedes saben es el rey más nefasto e injusto
que la tierra ha conocido, porque aprovecha su inteligencia y
vitalidad, solo para beneficiarse personalmente, para ello no le
importa, mentir, robar, matar. El hombre en su afán desmedido
de engrandecimiento y enriquecimiento: saquea, contamina la
naturaleza, y va destruyendo el planeta sin compasión”.
—Un fuerte voto de a plausos para nuestro hermano
mayor, el Abuelo —dijo Jaquish Jaquish.
Luego del chaparrón de aplausos, después de agradecer,
volvió a tomar el uso de la palabra:
—Les he contado el gobierno de los tres reyes, para que
todos reflexionemos sobre el cuidado de nuestra salud y la salud
de nuestro Planeta. Recuerden hermanos: La salud es el capital
más preciado que todo ser viviente tiene, si no tenemos salud
no somos útiles (no valemos para nada) y para tener salud es
preciso cuidar y velar por la salud de nuestro planeta. Hablando
de nuestro hermano Clavel, el está enfermo, por falta de riego
(lluvia), el medio ambiente contaminado, altera el clima, el
hombre sin reparo alguno agrede a nuestro planeta.
Terminada la exposición del Abuelo, el burrito Jaquish
Jaquish, dijo:
—Mis queridos hermanos, pido una ovación calurosa,
por las sabias palabras del Abuelo, que bajo el cuento de “Los
Tres Reyes”, nos dio una clase magistral para el cuidado de
nuestra salud y de todos los seres vivientes de la naturaleza,
que es nuestra casa grande.
— Toda la concurrencia emocionada y agradecida ova-
cionó al Abuelo.

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Ándeslos y otros cuentos

La tortuga estirando su pescuezo levantó su cabeza y


pidió la palabra. Don Jaquish Jaquish, se la concedió, entonces
ella balbuceó:
—Queridos hermanos, tanto plantas como animales, el
relato de nuestro hermano mayor, El Abuelo, fue muy bueno,
porque nos ha dejado un aprendizaje y sobre todo un mensaje de
concientización para estar alerta sobre el cuidado de la salud de
la naturaleza, porque de la salud de ella depende nuestra salud.
Para terminar, en gratitud por sus sabias palabras, pídoles hacer
unas vivas por nuestro hermano mayor—. Todo el mundo, tanto
plantas como animales, balbuceaban: Abuelo, Abuelo, Abuelo.
Y las avecillas no se quedaron atrás, volaban y revolaban
adornando con sus acrobacias y trinos la clausura de la reunión.

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